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Banca dominicana libre de choques externos

La salud del sistema financiero dominicano está en su mejor momento: bajísimos niveles de morosidad, los cuales no llegan ni al 2%; posiciones cimeras en la región en cuando a la liquidez, rentabilidad y solvencia, así como un sistema de supervisión que cumple fielmente su misión de fiscalizar en cada momento lo que sucede con este sector. Hay que volverlo a decir: las autoridades monetarias dominicanas son proactivas, se han mantenido atentas a cualquier variable que pudiera afectar el activo más importante que pudiera

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tener cualquier sector bancario, que es la confianza. República Dominicana ha demostrado ser una economía resiliente y robusta, que cuida sus principales activos en extremo.

El colapso de algunas instituciones financieras en Estados Unidos, con mayor énfasis en el Silicon Valley Bank, llama la atención porque es lógico.

Nadie quisiera que repitiera la amarga experiencia de la crisis financiera de 2008, la cual afectó la estabilidad económica de muchos países, principalmente los más desarrollados por el tipo de crisis y por el sec- tor donde se incubó. En aquella ocasión, como ahora, la banca dominicana demostró su poquísimo o ninguna exposición a estos acontecimientos externos, lo que habla muy bien de las decisiones que han tomado las autoridades monetarias y los ejecutivos locales que lideran el sector.

El Banco Central, por ejemplo, destacó la fortaleza del sistema financiero dominicano, reflejado en provisiones de liquidez y de capital suficientes para absorber choques inesperados y mantener el funcionamiento ordenado del mercado financiero y de pagos. Con informaciones así la tranquilidad se mantiene en cualquier escenario posible.

A raíz de este acontecimiento en Estados Unidos, las autoridades monetarias dominicanas se reunieron para analizarlo a profundidad y se determinó que las reservas internacionales del Banco Central, que a la fecha ascienden a US$15,696.8 millones, no se encuentran expuestas a las entidades afectadas y están invertidas en instituciones financieras de primera línea y alta calidad crediticia. La prudencia, como se ve en es- tas informaciones, forma parte de ese activo que debemos mantener como país.

La banca dominicana, a juzgar por los resultados de los últimos 15 años, ha madurado y entendido muy bien cuál su responsabilidad con el desarrollo del país. Es oportuno destacar el crecimiento de un 8.8% de los activos del sistema, ubicándose en aproximadamente RD$3 billones. La cartera de crédito del sistema ascendió a RD$1.55 billones, con un aumento de RD$210.7 mil millones, una expansión del 15.72% en relación con el año anterior.

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