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Valor laboral de mercado ante un ingreso coyuntural elevado

Cada cierto tiempo dedico la Escuela Económica a una condición que en términos conceptuales he denominado “valor nominal de mercado”. Esto, porque existen, por ejemplo, empresas u otros bienes, que tienen un valor material específico, pero su “valor de mercado” puede ser mayor o mejor.

En el sector laboral ocurre lo mismo. Usted como ente productivo y con habilidades específicas, tiene condición para conseguir un empleo con un salario promedio dentro de los parámetros de valor que establece el oficio o capacidad profesional que ostenta.

Hay áreas productivas o de servicios donde existen puestos que pagan un salario promedio de RD$40,000, por decir un monto, por lo que es posible que para ese puesto a usted le ofrezcan un sueldo que pudiera oscilar entre RD$35,000 y RD$45,000.

Pero difícilmente usted consiga un sueldo de RD$60,000 para esa posición. Entonces, esto indica que la habilidad en la que usted se especializó tiene un valor de mercado salarial promedio de RD$40,000 mensuales, lo que indica que su “valor laboral de mercado”, el de usted, es ese monto, más o menos.

Sin embargo, existen coyunturas, en ocasiones inesperadas, en las que un trabajador puede verse con un salario muy, pero muy superior a su valor laboral de mercado. Puedo poner de ejemplo a un amigo que trabajó por muchos años en su área profesional y hasta hace tres años devengaba un salario de RD$45,000 mensuales. Ese es el salario promedio más alto que se paga en su área profesional.

Resulta que con el cambio de gobierno, un funcionario recién designado lo nombró como asesor con un salario de RD$300,000 mensuales. Imagínese usted. De la noche a la mañana, este amigo pasa a devengar un salario que supera en más de seis lo que ganaba antes.

Recientemente me encontré con él y me dice que el dinero no le alcanza. ¿Qué no te alcanza? -le pregunté- a lo que él me respondió que es porque ha incurrido en gastos que van al nivel de la posición que ostenta y eso le requiere disposición de dinero.

El problema es que él comenzó a llevar su nivel de consumo al monto de ingresos que devenga en la actualidad, lo cual no sería un problema si se tratara de un sueldo con carácter de permanencia. Pero no es así, pues en algún momento se produce un cambio de administración estatal y su salario coyuntural, que está muy por encima de su valor laboral

Econolegales

Jaime M. Senior Fernández jsenior@headrick.com.do

El riesgo sistémico y Silicon Valley Bank

de mercado podría desaparecer.

Usted se preguntará, qué se puede hacer en esos casos y la respuesta es simple, aunque la práctica tal vez no tanto. Cuando usted comienza a recibir un ingreso coyuntural, no permanente, muy por encima de su valor laboral de mercado, lo ideal es que usted aumente, solo un poquito, su nivel de consumo, mientras que el ingreso adicional debe dedicarlo al ahorro casi en su totalidad.

Esto así, para acumular un monto adecuado que le servirá como una especie de colchón cuando se acabe esa coyuntura y le toque volver al mercado de trabajo normal de su área profesional, donde su salario será acorde con su “valor laboral de mercado”.

Así, cuando le toque volver a la normalidad, su modo de vida no sufrirá cambios drásticos y le será menos difícil volver a adaptarse, sin que eso implique un descenso en su calidad de consumo y sus nuevos ambientes de convivencia.

Es común ver a personas que pasaron por la administración pública, en cargos administrativos, no necesariamente altos, pero donde sus salarios sí estaban muy por encima de sus capacidades y de sus condiciones sociales. Comenzaron a exagerar en sus hábitos de consumo, para querer verse como de clase alta sin serlo, financiando vehículo nuevo y de alto consumo, apartamentos costosos y cenas constantes en restaurantes caros.

Cuando el cargo llegó a su fin, entonces tuvieron que volver a enfrentarse a su valor laboral de mercado y fue difícil retroceder en cuanto a los elevados estándares de consumo adoptados en los tiempos de bonanza, ignorando que se trataba de posiciones coyunturales y con ingresos muy por encima de sus verdaderas capacidades.

Si su ingreso aumenta de forma exagerada y repentina, trate de ahorrar la diferencia y no se aloque consumiendo de más. Aproveche los tiempos de bonanza para enfrentar con dignidad los de “vaca muerta”.

La repentina caída del Silicon Valley Bank en los Estados Unidos, prontamente seguida por otro banco, el Signature Bank, ha desatado muchos comentarios y preocupaciones sobre el riesgo sistémico de la banca en ese país, y por ende, la salud de la economía. No se puede negar que la quiebra de SVB representa un importante hito en la historia económica de esa nación, ya que es la segunda más grande insolvencia bancaria en su historia. Sin embargo, también se puede ver como un caso aislado.

El SVB era un banco con una clientela enfocada en el sector de tecnología. En este sentido, estaba expuesto a las vicisitudes de esa parte de la economía, mucho más que otros bancos de Estados Unidos. Sin embargo, los problemas de ese banco no se debían a esa concentración de una industria, sino a otras situaciones estructurales y de control de riesgo en su interior.

Los bancos, especialmente en Estados Unidos, manejan sus reservas de depósitos a través de inversiones en bonos, que son instrumentos de deuda, los que pueden tener una madurez de corto o largo plazo. Por mucho tiempo, la Reserva Federal (Fed), que es el banco central de los Estados Unidos, mantuvo las tasas de intereses muy bajas, prácticamente en cero, y el rendimiento de los bonos también era bajo.

Debido a la situación de inflación que ha ocurrido en ese país, y alrededor del mundo, la Fed se vio obligada a aumentar las tasas de interés. Una de las consecuencias de este aumento de tasas es que los precios de los bonos se han desplomado: en la medida en que las tasas van subiendo, los bonos que ya están en manos de inversionistas (en

Observaciones

este caso, un banco), valen menos, pues la tasa de interés que pagan es fija y menor a la nueva tasa de la Fed. Ordinariamente, el cambio del precio de un activo no tendría un efecto inmediato sobre la solvencia del banco, pues si esos activos son retenidos hasta su madurez, sencillamente se repagan a la par. Pero, en el caso del portafolio de “inversiones disponibles para venta”, las reglas de Estados Unidos requieren que el banco actualice los precios de tiempo en tiempo, y en el caso de SVB, se vieron obligados a vender ese portafolio asumiendo una pérdida cercana a los US$2,000 millones.

Ante esa enorme pérdida, el banco se vio descapitalizado, lo que llevó a que los depositantes corrieran a retirar sus ahorros y, eventualmente, causar su caída. Pero lo que queda claro es que el SVB era mal gerenciado, sin adecuadas gestiones para asegurar que el riesgo del aumento de las tasas de interés pudiera ser manejado sin resultar en una pérdida de esa magnitud.

La Reserva Federal también, para evitar un contagio o riesgo sistémico en toda la banca, explicó que se estarían pagando la totalidad de los depósitos (los bonistas y accionistas del SVB sí perderán sus inversiones).

Aunque el sector financiero completo en Estados Unidos tiene un desafío ante el aumento de las tasas de interés, también resulta evidente que la mala gerencia del SVB fue la causa de su caída, y aunque constituye un estrés para el sistema bancario estadounidense, un manejo prudencial tendrá un efecto de calmar al mercado.

El autor Es abogado

Oportuno comunicado del BC

Ante la quiebra del Silicon Valley Bank en Estados Unidos y la incertidumbre que provoca esa situación en los sistemas financieros internacionales, el Banco Central dominicano se apresuró a emitir un comunicado en donde deja claro ese caso no afecta a los bancos locales.

Esto así, porque los bancos locales no tienen corresponsalía con el Silicon Valley Bank, además de que esa entidad no es tenedora de emisiones de deuda en bonos soberanos dominicanos.

El comunicado del Banco Central es oportuno y lleva tranquilidad a los actores económicos y sociales de República Dominicana, país que ya vivió una amarga experiencia de quiebra bancaria hace apenas 20 años.

Desde entonces, la supervisión y regulación del sistema financiero ha sido fortalecida, a tal punto que los bancos en República Dominicana muestran indicadores de solvencia y operatividad que superan, incluso, las exigencias normativas internacionales.

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