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El análisis dE HaivanjoE Crisis bancaria en EE.UU. y los índices del mercado de capitales no son falso negativo
Santo Domingo
El colapso financiero que llevó al cierre y al tipo de resolución por parte de las autoridades públicas sobre el Silicon Valley Bank (SVB) de los Estados Unidos, es un evento que no debe verse en forma aislada ni tampoco dejar de considerar la parte de la autorregulación. La posibilidad de que ocurra la teoría de la cucaracha en la actual turbulencia bancaria norteamericana, está presente hoy día mientras persistan los riesgos de reputación y desconfianza de parte de muchos ahorrantes e inversionistas, lo que puede producir que otras entidades bancarias quiebren o se debiliten en su posición financiera, originando en consecuencia, que el acontecimiento del SVB no sea aislado, especialmente, luego de los hechos posteriores del también cierre del Signature Bank y el desplome del First Republic Bank y su complicación para recuperarlo, ocurridos la semana pasada y la continuación del estrés bancario en la semana que transcurre.
La turbulencia bancaria en Estados Unidos está latente paradójicamente en la época de las grandes bases de datos, la inteligencia artificial y la experiencia de otras crisis, aunque con causales distintas y que el ente regulador y la autorregulación bancaria no advirtiera la exposición a varios tipos de riesgos, resultaba impensable en estos tiempos y que, además, la firma de auditoría del SVB, con una relación contractual de 30 años, que la hace contaminante, también lo ignorara, muestra la debilidad o ser compromisario de lo acontecido en lo moral.
Los índices bursátiles como el Dow Jones (-8.8%), el S&P 500 (-19.4%) y el Nasdaq del 2022, han mostrado un desempeño negativo, en el caso del Nasdaq con 33% y similar desempeño en lo que va de año del índice que agrupa a las principales empresas tecnológicas, bolsa que opera a través de una red de telecomunicaciones y que las autoridades de los organismos públicos de regulación bancaria, así como la presumible conducta del cuerpo directi- vo del SVB y su área de gestión de riesgo, han dado mayores energías para que las posibilidades de riesgo por una corrida bancaria a través de Twitter sea más profunda no debe descartarse, con efectos contaminantes hacia otras entidades y no hago alusión al Dr. Catástrofe o al viajero de la hecatombe, Nouriel Roubini.
El origen del mal de la actual turbulencia en el mercado de capitales de los Estados Unidos, primero, debe buscarse en la situación en la que se encuentra el sector de las empresas tecnológicas, al que le servía el SVB, con problemas de desabastecimiento de chips durante un buen tiempo y disminución de la demanda, le trajo como consecuencia la falta de liquidez a ese sector, condición que la obligaba a requerir de efectivo, por lo que retiraron importantes sumas de recursos financieros en el banco colapsado. La muestra de lo afirmado la provee el desempeño del índice del Nasdaq en el 2022 y 2023.
Más adelante, la referida presión de las empresas tecnológicas hacia el SVB, hizo de este banco agudizar su problema financiero, cuando apostó a una posición larga, emitiendo bonos en momentos de bajas tasas de interés en el mercado; pero el banco no pudo ver más allá de la curva, acomodándose en la referida posición, entonces, a la Reserva Federal comenzar a aplicar una política monetaria restrictiva, elevando la tasa de interés desde el rango de 0%0.25% a un 4.50%, decisión que llevó a los bonos de largo plazo del SVB a perder valor y potenciar sus problemas financieros, golpeados por el retiro de la liquidez por parte del sector tecnológico.
Resultó lo que era de esperarse, el valor de sus acciones cayó en el mercado, aconteciéndole lo no deseado, su quiebra y no encontrar hasta el momento un comprador. Ubicarse en una zona de confort, ignorando los resultados de los índices del mercado de capitales o bien asumiéndolo como falso negativo, lo colocó en posición de quiebra y de estrés a otras entidades bancaria.
La subida de las tasas de interés por parte de la FED es un factor que ha potenciado y propagado el problema para algunos bancos y al mercado de valores de Estados Unidos y las posibilidades de aproximar aun más una recesión económica en la presente coyuntura no resulta descabellado considerarla con más seriedad, en un entorno en el que la subida de las tasas de la FED aún no ha podido controlar y llevar a la inflación de los Estados Unidos a los niveles deseados, manteniendo al inversionista en estado de incertidumbre y viendo el futuro con imprecisión, situación que lo hace asumir una postura que no favorece a la recuperación de los mercados.
Otro punto a considerar en la actual turbulencia bancaria de EE.UU. es el tipo de resolución que las autoridades han estado dándole al colapso bancario, mediante devolución de los ahorros hasta US$250,000, decisión que ha traído algo de tranquilidad -aunque no la suficiente- para evitar que el público aumente sus retiros, ante el hecho de que, al no utilizarse el método del rescate bancario con dinero público, los contribuyentes han valorado la decisión como positiva, porque no los afecta por el momento.
La situación de estrés bancario por el que atraviesa la economía estadounidense está en desarrollo, por lo que, sus implicaciones aún no afectan a la economía dominicana y su sistema bancario, dado que los bancos con problemas financieros de USA no son corresponsables de entidades financieras dominicanas clave, aunque las autoridades deben darle seguimiento, como un evento no descartable, ante la posibilidad de que afecte a bancos que son corresponsales del sistema financiero dominicano, por aquello de la teoría de la cucaracha.
En esa misma línea, lleva tranquilidad a los agentes económicos dominicanos y público en general, que el Banco Central de la República Dominicana haya informado la semana pasada, que las Reservas Internacionales netas, ascendentes a más de US$15,000 millones no están comprometidas con las entidades bancarias afectadas por la turbulencia financiera que afecta hoy día a Estados Unidos de Norteamérica.
Lo del efecto contagio no es del todo descartable para la economía dominicana, porque el tema inflacionario persiste en la economía de USA, por el anuncio de que la inflación subyacente de febrero se situó en 0.5%, la mayor en cinco meses, razón por la que puede seguir obligando a la FED a elevar su tasa de interés y consecuentemente, presionar el estado financiero de las entidades bancarias de USA, como una de las variables que ha incidido en la actual situación de algunos bancos de la economía estadounidense. Algunos analistas piensan que la FED puede tomarse una pausa en la subida de su tasa, para no complicar mas el escenario de estrés bancario y de los índices bursátiles.
La predecible continuación de elevación de la tasa de la FED, puede incidir para que las autoridades dominicanas retomen las alzas de la tasa de interés monetaria, que al tener efecto traspaso hacia el incremento de la tasa de interés de los bancos, abone para que el PIB dominicana mantenga el pobre desempeño que registró en enero de 2023, que apenas fue de un 0.4%. En lo adelante el Banco Central se enfrenta a ese desafío, con la buena noticia de que la intensidad de la inflación ha descendido.
El fenómeno sanitario de la pandemia por covid-19 en casi todo el mundo, trajo como postura simultánea en todos los
An Lisis
países, una política monetaria y fiscal expansiva, que luego resultó en inflación internacional de la que ninguna economía se ha escapado, fenómeno también que ha obligado a los bancos centrales a ajustar hacia el alza su tasa de referencia para tratar de controlar la inflación -unos con éxitos y otros con menos éxitos-, acción que induce a una reducción de la demanda y contracción de la economía y eventos colaterales financieros a empresas de esa industria. Ese entramado inédito es por el que ha atravesado el mundo económico en los últimos tiempos y del que la economía dominicana no ha escapado.
De lo afirmado precedentemente, una señal inequívoca para la economía nacional es, primero, la expansión monetaria y fiscal de los años 2020 y 2021, segundo las altas tasas de inflación del periodo 2020 hasta enero de 2023 en 7.36% promedio anual, casi el doble de la meta de inflación que ha sido de un 4.0%, que hizo elevar la tasa monetaria de un 3% a un 8.5%, tercero, las tasas de interés bancaria por sectores que han pasado la comercial de noviembre de 2021 a marzo de 2023 de 8.80% a 14.98%, la de consumo de 15.27% a 20.86% y la hipotecaria de 8.55% a 12.38%, cuarto el comportamiento de los préstamos y quinto, la caída del PIB, medido por Índice Mensual de la Actividad Económica (IMAE) más pronunciada de los últimos 23 meses, cuando en enero de 2021 disminuyó en -1.8%, como parte del remanente del cierre parcial de la economía. La fuerte caída del PIB en enero de 0.4% en tiempos de normalidad solo lo supera el de septiembre de 2017, cuando la economía registró un desempeño mensual de un 0%. Ante un revés como el mencionado, examinarlo puede resultar de interés para las tomas de decisiones. En términos sectoriales, las áreas que peor desempeño manifestaron en enero de 2023 fueron la minería (-2.8%), la construcción (-11.5%) y el comercio (-0.7%), al compararse con igual mes de 2022, encontramos que la minería continúo teniendo un comportamiento negativo (-3.7%), la construcción fue de un 2.4% y el comercio de un 9.3%, estos dos últimos sectores muestran un deterioro notable. Al examinar el crédito interanual de los sectores que han mostrado disminuciones en el 2023, no parece explicar la caída del IMAE sectorial, dado que, el crédito de consumo se elevó en un 23.1% en enero, el hipotecario en 15.9% y el comercial en un 9.86%, mientras que, en enero del 2022 fue de 14.2% para el primero, 13.2% para el segundo y, de 11.8% para el tercero.
En la versión del crédito por destino también en su comportamiento interanual, encontramos que los préstamos en enero de 2023 fueron superiores al de los años 2021 y 2022, tal y como se puede apreciar en el cuadro.
Una expresión del desempeño del IMAE de enero de 2023 es el del empleo formal, el que para esa fecha registró 2,020,338, cuando en diciem- bre de 2022 fue de 2,020,997, equivalente a 659 menos empleo y el de agosto de ese mismo año alcanzó 2,077,092, para una caída de 56,754 empleos.
Previsiblemente la teoría económica nos anticipa que una subida de la tasa de referencia monetaria incide sobre la demanda agregada de la economía en la dirección de la postura monetaria. La evidencia del registro de la demanda, medida por las operaciones con ITBIS, muestra que, de enero de 2023 a enero de 2022, la demanda creció en un 13.8%, indicativo de que el ajuste hacia el alza de la tasa monetaria al parecer ha estado impactado sobre el consumo, dado que para igual mes en el 2022 la demanda creció en un 29.5%, indicativo de una disminución equivalente a 15.7 puntos porcentuales. De mane- ra que, la evidencia recolectada por el lado del crédito al parecer no se alinea al propósito del incremento de la tasa de interés monetaria, en contraposición al caso del comportamiento de la demanda. Sin embargo, el desempeño de la economía dominicana de enero de 2023 en un 0.4% es muestra inequívoca de la reducción de la actividad económica.
Si las autoridades logran seguir induciendo la reducción de la intensidad de la tasa de inflación cercano a la meta consignada en el programa monetario vigente que es de un 4% anual en su punto medio, es posible que la tasa de referencia monetaria pueda ser reducida y el ritmo de la actividad económica retome niveles de crecimiento, a no ser que esta posibilidad se vea interrumpida por la situación que prevalece en la economía estadounidense, en la que su sistema bancario y financiero atraviesa por un período de turbulencia en desarrollo que invita a no descuidar los hechos.
El colapso financiero que llevó al cierre y al tipo de resolución por parte de las autoridades públicas del Silicon Valley Bank (SVB) de los Estados Unidos, es un evento que no debe verse en forma aislada, como afirmé, ya que la teoría de la cucaracha tenemos que tenerla sobre la mesa de análisis, porque, así como ellas viven en comunidad, las entidades bancarias forman parte de un sistema, el mercado de capitales.