Rescatando Tradiciones I

Page 1

Rescatando Puerto Cristal:

El Humberstone de la Patagonia

radiciones

T

Diario El Divisadero Septiembre de 2014

Temas: ♦ Club de Huasos, primeros pasos ♦ La Isla de Los Muertos ♦ Desde el baúl El Colono de Aysén períodico del año 1964

♦ José Antolín Silva Ormeño un producto de la colonización espontánea del territorio de Aysén

Algunos integrantes del Club de Rodeo Chileno de Valle Simpson celebran una actividad dieciochera en un restaurant de Coyhaique. Hoy (Ruedamas) esquina de Simpson con Ogana

Grupo de huasas coyhaiquinas, durante los preparativos para una lucida jornada corralera en Coyhaique. Este es un Proyecto Financiado por el Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Regionales, Provinciales y Comunales 2014

suple 1.pmd

9

29-09-2014, 17:19

N°1


cyan magenta amarillo negro

2

Rescatando tradiciones

Diario El Divisadero 2014

Club de Huasos, primeros pasos

El Club de Huasos de Coyhaique fue fundado el 12 de Octubre de 1945, siendo Presidente don José del Tránsito Vidal Cárdenas, quien fuera electo por varios períodos consecutivos hasta el año 1957, en que asume don Pedro Quintana Mansilla. La fotografía corresponde al último período de la presidencia de don Tránsito «Tato» Vidal y aparecen parte de sus integrantes rodeando a la reina, señorita Eliana Villalobos Foitzick.

Aparecen entre otros, Francisco Segundo Solís, Ivonne Maillet, José «Tato» Vidal, Adolfo Seguel, Eliana Villalobos, Amado Ramírez , Isolina Vásquez, Mario Puchi, Carlos Echeverría, Señora de Jofré , Victoria Seguel, Germán Foitzick, Jorge Muñoz, Zenén Vásquez, Manuel Alamos, señor Jofré y Facundo Vargas. ( Fuente : Revista «Miscelánea de un Tiempo Pasado» de Oscar Aleuy, 1988).

Colonos y pioneros, hombres que dejan huellas en la región Estos son los hombres que dejan huellas junto a su caballo y su perro en nuestra Región de Aysén; después, con los años, cuando espantaron el frío, cortaron a machete los quilantales y construyeron los primeros envaralados, para no hundirse en el fango seguramente comenzaron a usar manta de huaso, pierneras y sombrero grande que ya no se quedaría enredado entre los matorrales. Herederos de ellos, de esta estirpe, son muchos de nuestros huasos de ayer y de hoy, hijos, nietos y bisnietos de los que llegaron primero. Pronto nacen otros o llegan otros: los que aquí nacieron siguen la tradición de sus antepasados, criados a puro campo junto a sus caballos y sus perros, junto a la tierra que los ve nacer, crecen entre relinchos, mugidos de vacas, ladridos de perros…. Muchos van a su escuela montados en briosos corceles; de vuelta, entre ellos, corren sus primeras carreras a la chilena; por las tardes, ayudan a encerrar los terneros, o buscar la vaca lechera que no llega al corral.

Huasos de ayer Justo y Francisco Foitzick, Néstor Schwencke, Oscar Matta e Isaías Vásquez. Sentados: Hidalgo Fuentes, Hugo Fuentes y Luis Oyarzún.

Huasos en imágenes inolvidables: en primer plano, arriba, sendas fotografías del inolvidable JOSE DEL TRANSITO VIDAL, don Tato, primero durante una presentación de medialunas en el naciente poblado de Baquedano, y luego durante un desfile cívico de 18 de Septiembre en el recinto del Estadio Municipal. En la foto inferior, Evaristo Bustamante con su garbo y elegancia durante un desfile de Aniversario de la ciudad de coyhaique en la plaza de armas, seguido de cerca por el huaso Juan Mackay Falcon.

suple 1.pmd

8

Para las marcaciones o rodeos de la masa ganadera, son ellos los que temprano ensillan y salen junto a los viejos o los hermanos mayores, a «campear» las vacas escondidas en el monte, al son de los ladridos de perros. Lentamente se construye el alma huasa-campesina de los herederos de los que «llegaron primero». Por otra arista, vienen llegando a la Región rostros nuevos, gente de la zona central del país, traen una nueva visión de la sociedad, del campo, sus costumbres, hábitos, valores… gente que ha visto huasos auténticos, mult icolores, ataviados con todos sus atuendos, desde el sombrero, el chamanto, las espuelas y los botines…Gente que ha visto o se ha visto dentro de una medialuna, en la difícil tarea de atajar en la quincha un novillo desde los cuartos traseros, para obtener cuatro puntos buenos….Entre los de aquí, los hijos de esta tierra, los herederos de los viejos pioneros y los que vienen l legando, comienza la gran fiesta del cabal lo chileno. Se construye una medialuna, se izan banderas chilenas, se señal izan las atajadas en la quincha, se junta el piño de novil los a correr; entra la primera collera, a elegir el huacho en el apiñadero, (años después saldrán, uno a uno del toril), «Había que tener muy buen caballo para atajar un novillo en toda su carrera… Muchos lo hacíamos, amigo», me agrega nuestro amigo Oscar Matta, campesino entre huaso y medio gaucho, pero buen amigo.

29-09-2014, 17:19


Rescatando tradiciones

Diario El Divisadero 2014

3

José Antolín Silva Ormeño un producto de la colonización espontánea del territorio de Aysén

José Antolín Silva Ormeño Los primeros años del siglo XX, miles de campesinos chilenos se desplazan por todos los boquetes fronterizos habidos desde la actual Región del Bío-Bío al sur, hacia la República Argentina. Este movimiento de chilenos hacia el territorio argentino, es el que nos explica, posteriormente, la emigración de muchos de esos chilenos hacia nuestro territorio de Aysén.

Desde el Baúl

Esta emigración de muchos chilenos desde la zona sur de nuestro país hacia Argentina, no es otra cosa que una de las consecuencia de la Guerra Civil de 1891, que termina con el suicidio del Presidente don José Manuel Balmaceda. En efecto, el gobierno del Presidente Balmaceda se destaca por una política de fuerte apoyo a los pequeños y medianos agricultores de las Regiones del sur del País, incluso, se abre una política de entrega de pequeñas parcelas de entre 50 y 80 hectáreas para campesinos chilenos sin tierras, razón por la que este sector agrario lo apoyaba fuertemente. Luego del suicidio del Presidente Balmaceda, el bandolerismo y los desencuentros entre partidarios de uno y otro bando, son comunes. Muchos soldados leales al presidente Balmaceda son perseguidos y huyen hacia otras regiones y la frontera con Argentina.

Esa gente, expresa Sergio Millar, (la Conquista de Aysén), sin porvenir en su propia tierra, comienza a emigrar por miles a través de los boquetes cordilleranos, para cobijarse bajo el manto generoso que le ofrece Argentina después de dictado, por el Gobierno trasandino, la ley de inmigración de 1876 del presidente Nicolás de Avellaneda» La colonización de las tierras en el territorio nacional con colonos nacionales, durante el periodo del presidente Balmaceda, luego de su muerte se da por terminada en el nuevo gobierno. El revanchismo político, el ingreso de grandes sociedades concesionarias de terrenos, es la nueva política que impera, junto con la discriminación habida entre colonos extranjeros y chilenos, favoreciéndose a los extranjeros, con mayor cantidad de tierra y más recursos para trabajar. El Gobierno del Presidente Germán Riesco Errázuriz, entrega importantes cantidades de hectáreas de tierra a grandes sociedades. Esa es su política agraria, mientras los pequeños agricultores y campesinos, por uno u otro motivo, van siendo empujados hacia la frontera argentina, en busca de mejores condiciones laborales. Tan fuerte es la emigración de chilenos hacia la frontera argentina, que el Cónsul chileno en Neuquén, certifica que al año 1913 existirían registrados en esa zona, más de 25.000 chilenos, buscando mejores perspectivas de vida. A partir de 1876, luego de publicada una ley del Presidente Argentino don Nicolás de Avellaneda, los chilenos encuentran facilidades en ese territorio para adquirir un pedazo de terreno donde trabajar y producir. Los chilenos, hombres de esfuerzo y de trabajo, no demoran en ganarse el aprecio de la comunidad y son aceptados en todos los medios de producción: frigoríficos, industrias y fábricas, extracción petrolera, peones de estancia etc.etc donde había trabajo allí había un chileno produciendo para el país hermano. Pero, como dice Sergio Millar Soto, Historiador de nuestras tierras ya citado, «el florecimiento de la Patagonia argentina, con mucho sudor de chilenos, despierta los apetitos de otros argentinos llegados a estas regiones extremas, en calidad de funcionarios públicos: Gobernadores, jefes de policía, comisarios conforman el rostro visible del abuso del poder contra los chilenos emigrados del territorio chileno». Los chilenos, para estos funcionarios del Estado Argentino, en la zona limítrofe que señalamos, no son emigrantes legales en territorio argentino que trabajan y aportan a la economía de ese país, sino, «bandidos que operan en la zona fronteriza y que es necesario perseguir y expulsar» (Gobernador argentino Julio Lezana).

suple 1.pmd

7

29-09-2014, 17:19


cyan magenta amarillo negro

4 Rescatando tradiciones

Diario El Divisadero 2014

Un jefe de policía (Adrián Bustos), cobra por su cuenta, a los chilenos, elevadas sumas de dinero por derecho de pastaje, (talaje), imponiendo fuertes multas a quienes se negaban a pagar. El Bolsón es su lugar preferido de sus abusos. Los que no pagan son infractores de la ley, se les dobla la multa y si siguen en ese predicamento, no pagar, se los pone presos, se los engrilla y se los apalea. Famoso fue el Comandante de policía Mateo Gehbard, de nacionalidad austríaca, que al mando de un escuadrón de policías de Frontera del Sur, se convierte en el enemigo irreconciliable y despiadado de los chilenos en la zona de frontera. Destroza los sembrados chilenos, los despoja de sus animales, quema sus ranchos, los pone en la cárcel y los somete a torturas. El abuso y la prepotencia se convierten en su norma de vida. Chilenos residentes en el Bolsón, Cholila, San Carlos de Bariloche, Repollal etc, etc, son detenidos y golpeados. Uno de mis tíos, Avelino Segundo Carrasco Noches, sólo por cultivar allí unos huertos, tener una pequeña cantidad de animales vacunos y negarse a pagar precios usureros por el talaje es engrillado y tomado preso. Son grandes las penurias y los sufrimientos de estos chilenos en la zona de fronteras. Muchos de esos chilenos que posteriormente llegaron a nuestra tierra de Aysén, tuvieron un pasar duro y triste en esas circunstancias.

La actitud pasiva de las autoridades chilenas de la época daba alas a los abusadores del vecino país. Nunca se pide una investigación, que aclare tanto abuso contra chilenos en suelo argentino. Sólo hacia fines de 1911, las autoridades del gobierno chileno, ordenan formar una comisión a fin de realizar una investigación de lo que sucede en la frontera argentina con los compatriotas nuestros, para informar al Ministerio de Relaciones Exteriores. Las investigaciones aclaran que los móviles para perseguir a los chilenos allí instalados, provenían del interés que tenía la Compañía de Tierras Sud Argentina, para apoderarse de los valles de El Bolsón, Epueyen y Cholila, para explotarlos ella y habilitarlos para criar una gran masa de vacunos. De esta empresa provenían los recursos que iban a parar a los bolsillos de funcionarios corruptos. El año 1914 don Emiliano Figueroa logra ante la Cancillería Argentina y el Gobierno Provincial de Neuquén, se entreguen terrenos de cordillera en propiedad a los colonos chilenos que aún quedaban allí. Otros chilenos, en los mismos años, se desplazan por toda la Patagonia Argentina, por las provincias del Chubut y Santa Cruz, trabajando donde haya un espacio para hacerlo. De estos chilenos que caminan por ambas provincias, buscando mejores condiciones de vida, emergen los compatriotas, que a partir de

Desde el Baúl

los primeros años del 1900 comienzan a golpear las puertas de nuestra frontera, de regreso a su patria. Ellos son parte trascendente de los que inician la gran caravana de chilenos que regresan a su país por el entonces territorio de Aysén, muchos, creyendo que la Patria los recibiría con los brazos abiertos; habían escuchado que existían terrenos sin dueño (orejanos, según expresión del investigador, de nuestra tierra campesina, don Leonel Galindo), tierra que ellos querían para vivir, trabajarla y formar una familia. Consideramos necesario hacer este relato histórico para entender qué hacían tantos chilenos en la frontera con Argentina, por qué estaban allí, cuál era la historia de sus vidas que los había hecho emigrar del suelo de la patria, hacia otras tierras, en busca de mejores

suple 1.pmd

6

29-09-2014, 17:19


Rescatando tradiciones

perspectivas de trabajo y, sobre todo, para explicarnos cómo emerge nuestro personaje, don José Antolín Silva Ormeño que hoy nos preocupa y que no era un chileno tan distintos a muchos otros, que buscaban un pedazo de tierra donde trabajar, formar un hogar y morir cuando llegue la hora..Un emigrado chileno más, en territorio argentino que busca ingresar, de regreso a su patria. Reiteramos: Principalmente, razones políticas internas del país, que circunstancialmente se ve divido en dos bandos irreconciliables, son la causa que motiva que muchos compatriotas emigren fuera del país, a territorio argentino, buscando tranquilidad y mejores perspectivas de vida, entre estos emigrantes, incluimos

Diario El Divisadero 2014

5

a don José Antolín Silva Ormeño, cuya vida, carácter y condiciones humanas y su aporte a nuestra historia regional, iremos desentrañando paulatinamente, junto a la de tantos héroes anónimos y compatriotas de nuestra Región, que sacrificaron sus vidas o simplemente la perdieron, por construir un territorio, este territorio, donde nosotros y nuestros hijos ,viven o han vivido. No es otra cosa que un acto de justicia y agradecimientos. Recordar la vida de estos hermanos nuestros, que anhelaban regresar, a su patria, buscando un lugar donde vivir, formar una familia, trabajar; tener un lugar donde haya paz y trabajo y un pedazo de tierra

Desde el Baúl

Lago Blanco, República Argentina, casa habitación y boliche de don José Antolín Silva y su hermano (La Polar)

para sembrar, levantar un rancho criar los hijos, era todo su anhelo…Algunos, en el país vecino, pudieron capitalizar, formar una familia, pero el anhelo de volver a su tierra no lo pierden nunca. No olvidan, tampoco, las injusticias, el dolor y las dificultades que viven en tierra ajena…Cuando saben que en la frontera, en la patria, hay tierras sin ocupantes, no dudan en ensillar, arrear la tropilla, enyugar las yuntas de bueyes, uncir la carreta, echar las «pilchas «y la familia arriba de ella, otear el horizonte infinito de la pampa y sus coironales y, entre ladridos de perros, rumbear camino a la tierra, aunque no prometida, sí, prometedora. De los que regresan a Chile, estamos ciertos que todos sus descendientes, sea cual sea el grado de parentesco que tengan con ellos, incluso quienes son simplemente sus compatriotas, sentirán verdadero orgullo de chilenos por el trabajo, la constancia, el optimismo, el espíritu de unidad y la lucha que dan estos hermanos nuestros, que luego de una larga y angustiosa espera de años, de trabajo y sacrificios, logran conquistar un pedazo de tierra para trabajar y vivir, construir una familia y luchar por su felicidad. A todos ellos, que descansan aquí, o en otro lugar de nuestro territorio, o allá, en territorio argentino, luego de su larga lucha de vida y de muerte, nuestro sentido homenaje.

suple 1.pmd

5

29-09-2014, 17:19


cyan magenta amarillo negro

6

Rescatando tradiciones

Diario El Divisadero 2014

La Isla de Los Muertos

La «Isla de los Muertos» es el sitio más antiguo con construcciones «occidentales» conocido en la XI Región y quizá sea el sitio histórico más valioso que existe actualmente en esta región, donde éstos son particularmente escasos, debido al reciente poblamiento, al deterioro propio de las inclemencias climáticas y los incendios, entre las razones más relevantes. La «Isla de los Muertos» con sus actuales 33 cruces, es testimonio del respeto que ha tenido la comunidad de Tortel hacia este espacio por ya casi un siglo y del deterioro permanente provocado por las fuerzas naturales. No es conocida cual fue la razón de las muertes que dieron origen a este cementerio y es probable que nunca se sepa. Tal vez el misterio constituya otro valor de este lugar. La «Isla de los Muertos», además de sus valores históricos, es una excelente representante de las especiales e interesantes condiciones naturales que se dan en el delta del Baker, el principal río de Chile. Se resumen aquí, además de su constitución geomorfológica fluvial, los biomas existentes en la comuna, produciendo un hermoso marco de selva fría en un entorno de paisaje soberbio de cordilleras y glaciares, que, aparte del valor que tiene por si mismo, realza aún más el misterio de lo allí acontecido. El valor histórico y natural de la «Isla de los Muertos» es asumido sólo en las dos últimas décadas, luego de diversas investigaciones históricas, arqueológicas y forestales, al tomar la I. Municipalidad de Tortel cartas en el tema y al ser conocido el sitio a través de reportajes de medios de comunicación nacionales. La inquietud de proteger y conservar este sitio y de ponerlo en valor surge también como producto de las investigaciones, principalmente aquellas encabezadas por el Dr. Francisco Mena y luego como parte del proyecto «Prevención y Preparación Ambiental y Turística en Tortel, Región de Aisén Reserva de Vida», que ejecuta CODESA y CODEFF Aisén con la I. Municipalidad de Tortel, entre otros y con el financiamiento del Fondo de las Américas. Es así como ejecutivos del Consejo de Monumentos Nacionales visitan el lugar en enero del 2000, decidiéndose la realización de los trámites para declarar Monumento Nacional a la Isla de los Muertos. La declaración como Monumento Histórico de este sitio constituirá la primera en su tipo en la Región de Aisén y por cierto facilitará el desarrollo de acciones tendientes a conservarlo y ponerlo en valor, en beneficio del patrimonio y la identidad regional, así como del turismo. Ubicación: La «Isla de los Muertos» se encuentra en la Comuna de Tortel, Provincia Capitán Prat, XI Región de Aisén y se localiza en el delta-desembocadura del Río Baker, unos 3 Km al norte del poblado de Caleta Tortel, capital comunal. Al norte de la isla y frente al cementerio histórico se observa un sector empinado de roca blancuzca expuesta por un aluvión. La ubicación geográfica es 47º 46’ 44,8" latitud Sur y 73º 36’ 35,8" longitud W. El acceso a la isla se efectúa navegando el Río Baker, lo que desde Caleta Tortel toma al menos 15 minutos.

suple 1.pmd

4

Superficie: La isla en sí tiene una superficie de 39 hectáreas y el cementerio histórico alrededor de 248 m2 cercados en los años 80 por la I. Municipalidad de Tortel. Es posible que el cementerio originalmente haya tenido un tamaño mayor hacia el norte, donde se dice el río se habría llevado algunas tumbas. De hecho el Baker se encuentra a sólo 1.4 metros del cerco y 10 cms. bajo la superficie del cementerio. Contexto Natural: La isla se formó en base a los depósitos de arena, ripio y limos que se producen en el encuentro del Río Baker con el estuario de mar interior. Por ello es prácticamente lisa y de baja altura sobre el nivel del cauce del río más caudaloso de Chile. El suelo es fluvio-glaciar con escaso desarrollo en el horizonte orgánico y una profundidad de arraigamiento de sólo 70 cm. a causa del sustrato de arcilla compacta presente. Es un suelo joven en continua dinámica, lo que también le confiere una alta susceptibilidad a la erosión. El clima es templado-frío-lluvioso con precipitaciones sobre los 3.500 mm/año y largos períodos de escarcha, lo que permite el crecimiento vegetal en sólo 2 a 4 meses al año. La vegetación existente corresponde a los tres biomas presentes en la comuna, el de Monte Arbóreo Perennifolio (coigüe mixto), el de transición al Bioma Arbóreo Caducifolio (ñire) y el del Bioma Herbáceo Estepario (mallín) (IREN,1980). También se observan sectores de turbera. Esta poco común conjunción de biomas terrestres y la transición entre ellos, además de aquella con el bioma hídrico de agua dulce con influencia de las mareas, constituye un hábitat muy particular y lleva a que aquí se observe una variedad de especies muy superior a lo habitual en la zona. También están a la vista las sucesiones ecológicas a partir de la constitución del suelo de la isla desde la arena y el limo y en zonas inundadas (xerosere e hidrosere). De acuerdo a Gajardo, 1994, aquí se produce el encuentro o transición entre el Bosque Siempreverde de Puyuhuapi y el Matorral caducifolio altomontano. El tipo forestal presente es el Coigüe de Magallanes, representado en su dosel superior por Nothofagus betuloides (coigüe de Magallanes), Notofagus nítida (coigüe de Chiloé) y Podocarpus nubigena (mañio) y en el dosel intermedio por ñire, canelo, ciruelillo, fuinque, sauco, luma y coligüe.(Narváez,M, CONAF Provincial Capitán Prat). También se observan varios tipos de helechos, calafate, pangue, chaura, cadillo, anémona, vaultro, pasto serrucho, chacay, meki o siete camisas, y una importante regeneración de canelo, además de una gran extensión de juncos y junquillos en los sectores de ñadi y mallín) entre las especies que se han identificado. A éstos es imprescindible agregar una interesante variedad y cantidad de líquenes, musgos y hongos. Otro aspecto destacable es que en las zonas afectadas por inundación intermareal se encuentran bancos de dos especies de moluscos de agua dulce endémicos de la zona sur. Diplodon (diplodon) chilensis, conocido como chorito de agua dulce y del gasterópedo dulceacuícola Chilina patagunicus, los que solo se encuentran en lugares prístinos y sin contaminación (Letelier V,S.). Este interesante descubrimiento fue hecho por investigadores del

museo de Historia Natural, en febrero 2001, y que consideran que el lugar es de alto interés científico. El paisaje del área es dominado por el Cerro Las Heras, muro de granito y hielo que se levanta en el borde norte del delta, por las aguas verde lechoso del Baker y por la exuberante vegetación de selva fría. Sin duda que es un paisaje hermoso y que es parte de un Área Preferentemente Turística identificada por el Plan Maestro de Desarrollo Turístico (SERNATUR). Acontecimientos: En septiembre de 1905, doscientos obreros chilotes se embarcaban en las bodegas del vapor Dalcahue para viajar hasta la desembocadura del Río Baker. Iban a Bajo Pisagua, contratados por la Compañía Explotadora del Baker, para construir senderos, corrales, galpones, barracas y casas en los terrenos que el gobierno de Chile había entregado a esa sociedad ganadera. El vapor Dalcahue de la empresa de navegación Menéndez Behety, se interna por los laberínticos canales patagónicos. Viaja entre boscosas islas despobladas, esquiva fiordos traicioneros, islotes plagados de cormoranes y patos liles. El ruidoso de trueno de sus motores espanta bandadas de cuervos marinos y gaviotas; centenares de focas y lobos de mar que asustados desde los requeríos se lanzan al mar. En Bajo Pisagua el vapor desembarca su carga de obreros, herramientas y alimentos. El capataz, un inglés de nombre Williams Norris, ordena la construcción de una casa de administración, corrales, establos, un galpón de guardar los alimentos y las herramientas, y una barraca que será dormitorio y comedor de los peones. Transcurren los meses derribando a hachazos enormes árboles, abriendo sendas por el espeso bosque, para hacer un camino que esquivando humedales y cerros llegue hasta el limite con Argentina, pasando por el Valle del Baker, y permita a las estancias de la zona del Chubut exportar lana y carne por la costa del Pacifico. La alimentación a base de carne salada, tocino, arroz, porotos y harina; la falta de verduras y frutas frescas hacen que al tercer mes apareciera en los obreros los primeros síntomas de una extraña enfermedad. Moretones en piernas y brazos, hemorragias que indicaban daños gastrointestinales, sangramiento de encías, mareos, dolores de cabeza y una irritabilidad que hacia que cada día hubiera una o dos peleas a cuchillo entre obreros que pasaban la mayor parte del día acostados en sus literas de madera a causa de los dolores musculares y en las articulaciones. Los obreros de más edad decían que era una enfermedad producida por la sangre corrompida por su espesamiento a causa de consumir tanto alimento salado. Pasaron los meses, y no llegaba ningún barco trayendo alimentos frescos. Los obreros permanecían en las barracas soportando los intensos fríos australes, los chubascos torrenciales, y las ventoleras intempestivas. El desanimo, y los dolores musculares les impedían continuar abriendo un camino que llegue hasta el límite con Argentina. El escaso alimento consiste en podridas salazones de bacalao, de vez en cuando alguien logra pescar algo, para olvidar esa masa de harina con gorgojos, tortillas mal cocinas entre las brazas de un fogón que permanece encendido día y noche. Las encías se ulceran y sangran, los dientes se caen. Un día amanecieron muertos siete obreros y para prevenir el contagio de esa extraña peste, los obreros menos enfermos, los sepultaron en una pequeña isla ubicada en el delta del Baker. Nada más pudieron hacer que enterrarlos en ataúdes hechos con tablones de ciprés. Cierta vez fallecieron 28 obreros en un mismo día. A cada uno se le enterró en su tumba, con una cruz de ciprés sin escribir en ella su nombre. Tumbas desconocidas que hasta hoy permanecen en un cementerio de una pequeña isla en el delta del Río Baker, en la región de Aysén.

29-09-2014, 17:19

Por más de ocho meses los sobrevivientes permanecen aislados y abandonados en Bajo Pisagua, en las instalaciones de la Compañía Explotadora del Baker. La que iba a ser una prospera estancia ganadera, es un sitio donde casi un centenar de chilotes encontró la muerte. No llegan barcos, ni goletas que puedan sacarlos de ese infierno, ubicado entre el mar y la enrevesada selva húmeda, donde permanecen hasta que en octubre de 1906 llega un barco a rescatar a los pocos sobrevivientes. Desnutridos fantasmas sin dientes retornan a Chiloé, muchos mueren durante el viaje, otros alcanzan a llegar a morir en sus pueblos ubicados en la costa oriental de la isla grande. En Bajo Pisagua, en una pequeña isla, queda un cementerio, mudo testimonio de una tragedia. El misterio permanece en la Isla de los Muertos. En la espesa selva austral, enmohecida de líquenes, entre las lianas de las enredaderas, y entre la espesura hermética de las plantas y helechos que crecen bajo los grandes árboles permanece este cementerio, un lugar enigmático, casi un centenar de tumbas hoy declaradas lugar patrimonial. Dicen algunos que es el cementerio de los obreros chilotes que fueron envenenados por la Compañía Explotadora del Baker para no cancelarles los salarios adeudados. Otros manifiestan que aquellos obreros murieron envenenados a causa de consumir alimentos contaminados con pesticidas de ovejas y corderos que en el barco se acumulaban en la misma bodega donde se transportaban los alimentos. Hoy la Isla de los Muertos es Patrimonio Historico y un lugar de peregrinación turística a unos pocos kilómetros de Caleta Tortel, un pueblo de calles de madera, en las orillas del mar que es el único camino para viajar por la Patagonia Insular. Arqueología en Isla de los Muertos Aparentemente, la primera noticia impresa sobre una muerte masiva a principios de siglo en la desembocadura del Baker fue dada a conocer simultáneamente por el padre salesiano Alberto Agostini (1945) y el explorador A. F. Tschiffely ([1945]1996) quienes mencionan la muerte de 120 y 79 hombres, respectivamente, por causa del escorbuto y aislamiento en tiempos de la Sociedad Explotadora del Baker (1904-1908). Durante los años siguientes el tema prácticamente desapareció de la discusión, y las pocas versiones impresas de los «sucesos del Baker» se reducen a medios eruditos o de escasa circulación (Martinic 1977; Soto 1976), repitiendo la misma versión o, en todo caso, explicando las muertes como efecto nointencional del abandono de trabajadores en la desembocadura del río Baker. La discusión sobre estos sucesos reflota a comienzos de la década del 1980, ligado a la mayor difusión e interés por la zona de Tortel y -sobre todo- a versiones sobre un envenenamiento masivo intencional y la cristalización del nombre «Isla de los Muertos». De hecho, los aportes más valiosos a este estudio han sido hechos recién en los últimos dos años, correspondiendo a una recopilación y análisis comparativo sistemático de la documentación, complementario a nuestras excavaciones (Mena y Velásquez 2000) y, sobre todo, a la publicación del único documento conocido escrito por un testigo directo de los hechos, en su momento y lugar (Norris, en Ivanoff 2000) Una interpretación global de los «acontecimientos del Baker» y el cementerio de «Isla de los Muertos» requiere no sólo del estudio de los restos materiales mismos (campo propio de la arqueología, que en este caso se traslapa también con análisis más propios de la investigación forense), sino de la cuidadosa consideración de toda la evidencia documental (tanto escrita como oral). Por otra parte, el uso y evaluación crítica de testimonios orales constituye también un modesto aporte a una mayor reflexión sobre la «historia oral» (Meyer y Olivera 1971) y su integración con otro tipo de fuentes de información. La comparación de estos testimonios revela un contraste entre versiones «prudentes»


R escatando tradiciones Rescatando

(quizás excesivamente «cautas», de parte de una «historia oficial») y versiones «sensacionalistas» y «truculentas», propias de entrevistadores que buscan noticias llamativas (ej. hay pobladores que relatan historias oídas, cayendo muchas veces las versiones escritas en confusiones de fechas y actores, o en relatos que hilvanan sucesos no relacionados como si fueran parte de un solo evento). La mayoría de los relatos disponibles se basa en testigos que parecen ser fidedignos, pero al ser comparados entre sí revelan importantes contradicciones. A riesgo de simplificar, y con el único fin de sistematizar su análisis, sin embargo, es posible distinguir entre aquellos relatos que explican las muertes en términos de una causa «natural» no-intencional (ej. hambruna, escorbuto, envenenamiento accidental) y aquellos que las consideran consecuencia de un asesinato masivo intencional por envenenamiento (arsénico, estricnina o cianuro), ya sea para aplacar un violento motín inminente, robar el dinero para pagar a los trabajadores o para cobrar indemnización fiscal. Cada una de estas versiones o sus componentes (conductas particulares) debió dejar evidencias materiales distintivas susceptibles de ser contrastadas arqueológicamente (Mena y Velásquez 2000), pero -como veremos- las condiciones de preservación apenas permiten descartar algunas, sin que sea posible decidir entre varias alternativas hipotéticas que han quedado como «posibles», aun después de las excavaciones. Para complicar aún más las cosas, es preciso considerar la posible intervención de otras personas en el cementerio con posterioridad a su formación. Es muy probable, por ejemplo, que algunas de las tumbas hayan sido reparadas y «embellecidas» por devotos que visitaron el lugar durante las últimas décadas (ej. cerco individual en la primera tumba, colocación de un rosario sobre la cruz 14) y que hasta hayan puesto o extraído placas de las cruces (en el primer caso, sería imposible que hayan identificado a los muertos bajo tierra por sus nombres; en ambos casos podría haber intenciones fraudulentas). Debemos agregar, además, que las crecidas del río aparentemente habrían erosionado y socavado parte del sitio. Todos estos factores confabulan contra una interpretación simple del sitio, existiendo dudas acerca de temas tan básicos como la edad del cementerio, la naturaleza de las muertes o el número de individuos fallecidos. Es así como se desarrolló en noviembre de 1998 una breve pero intensa campaña de investigaciones arqueológicas en el cementerio histórico Isla de los Muertos (Mena et al. 1999). Estos trabajos consistieron en el levantamiento planimétrico y fotografía de la superficie del sitio, la excavación de pozos de sondeo, registro estratigráfico y toma de muestras de tierra de los alrededores del cementerio y la excavación sistemática de una de las tumbas. La Isla de los Muertos se encuentra en la desembocadura del río Baker, cerca del antiguo suple 1.pmd

3

asentamiento de Bajo Pisagua, a unos 6 km al noroeste del actual poblado de Caleta Tortel. Al norte de la isla (47°46´ S, 73°36´ W) se emplazan dos hileras de cruces casi cubiertas por una exuberante selva fría formada por la lluvia permanente (4.000 mm anuales aprox.). Lo remoto de su emplazamiento, en una zona que aún hoy es accesible sólo mediante la navegación del río, contribuye a este halo de misterio. Actualmente el cementerio ocupa una superficie de 248 m2, definida por un cerco que erigió la I. Municipalidad de Tortel y que circunda dos hileras

de cruces de ciprés ubicadas en dirección general 65° NW (Figura 2). Se observan 33 cruces relativamente completas (Figura 3) y considerando la extraordinaria capacidad de conservación del ciprés y los resultados del sondeo fuera del cerco perimetral actual, no creemos que existieran antes más cruces o tumbas en estas hileras. Sin embargo, es muy probable que haya habido originalmente una o más hileras de tumbas con cruces (paralelas a las que se observan hoy) más al norte, las que pudieron ser arrastradas por las aguas del río, que en algunos puntos alcanza hoy hasta 1,5 m del cerco que rodea al cementerio.

Diario El Divisadero 2014

7

Como llegar a isla de los muertos Para visitar Isla de los Muertos, se debe tomar una embacación en Caleta Tortel, la que en un tiempo estimado de entre 30 a 45 minutos (dependiendo de la embarcación) arriba a la isla. El lugar se recorre a pie, hay senderos señalizado y con caminos de madera. El retorno es igual al tiempo de ida. La historia: En la desembocadura del Río Baker, en la comuna de Tortel de la Región de Aysen, distante unos 40 minutos navegando desde Caleta Tortel, existe un antiguo cementerio cristiano acerca de cuyo origen se han tejido las más diversas historias. El «misterioso» cementerio de Isla de los Muertos no sólo constituye por sí un atractivo turístico indiscutible, sino que representa la evidencia más antigua conocida de un asentamiento «occidental», no indígena. Aisén corresponde, de hecho, al último territorio nacional en ser colonizado de manera efectiva. Aparentemente, la primera noticia impresa sobre una muerte masiva a principios de siglo en la desembocadura del Baker fue dada a conocer simultáneamente por el padre salesiano Alberto Agostini (1945) y el explorador A. F. Tschiffely ([1945]1996) quienes mencionan la muerte de 120 y 79 hombres, respectivamente, por causa del escorbuto y aislamiento en tiempos de la Sociedad Explotadora del Baker (1904-1908). Durante los años siguientes el tema prácticamente desapareció de la discusión, y las pocas versiones impresas de los «sucesos del Baker» se reducen a medios eruditos o de escasa circulación (Martinic 1977; Soto 1976), repitiendo la misma versión o, en todo caso, explicando las muertes como efecto no-intencional del abandono de trabajadores en la desembocadura del río Baker. La discusión sobre estos sucesos reflota a comienzos de la década del 1980, ligado a la mayor difusión e interés por la zona de Tortel y -sobre todo- a versiones sobre un envenenamiento masivo intencional y la cristalización del nombre «Isla de los Muertos».

Bibliografía: Expediente Técnico Monumento Nacional Monumento histórico «Isla de los Muertos» http://isladelosmuertos.blogspot.com/ 29-09-2014, 17:19


cyan magenta amarillo negro

8 Rescatando tradiciones Diario El Divisadero 2014

Puerto Cristal:

El Humberstone de la Patagonia Breve reseña Histórica. Este campamento minero remonta sus orígenes al año 1950, en donde se produce un auge de la minería extractiva en la cuenca del lago General Carrera. En esto la compañía minera Aysén llegó a producir el 50% del plomo y el 40% del zinc nacional. En ese entonces el campamento de Puerto Cristal contaba con una población de alrededor 850 personas. En el año 1963 la crisis forjó el traspaso de la minera a CORFO, terminando más tarde sus operaciones. En 1994 pasa a la sociedad Vecam Ltda. Actualmente pertenece a la Sociedad Comercial Casanova y Soto Ltda., quienes determinaron no seguir con la extracción de mineral. ( Los habitantes de Puerto Cristal debieron abandonar ese lugar que hoy se encuentra deshabitado e intacto producto de su aislamiento. Hoy en día existe la Agrupación de Cristalinos de Chile Chico, constituida por antiguos habitantes del lugar y sus descendientes, quienes se organizan y visitan el lugar y a sus antepasados todos los años. Ubicado en la ribera Norte del Lago General Carrera,

Bibliografía: “Solicitud Huemules 1913” Sociedad Historia y Geografía de Aisén

suple 1.pmd

2

junto al Estero Rocillo frente a la localidad de Fachinal, comuna de Río Ibáñez, región de Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo, aprox. 50 km. al surponiente del Puerto Ingeniero Ibañez, 121 km al sur de Coyhaique y a 1770 kms de Santiago. En este puerto habitaban alrededor de 850 personas, que con el pasar de los años aumentó hasta casi el doble de la población, debido a la inmigración de Chilotes al lugar, esto llevó a que el puerto se desarrollara aún más, creándose una escuela, un retén de carabineros, una iglesia, una posta (centro médico). Es por la infraestructura, las costumbres, la forma de vivir de la comunidad que existió y por su surgimiento económico basado en la minería; este sitio tiene un atractivo no enfocado principalmente en su belleza paisajistica, sino que en la belleza de conocer cómo surgió esta comunidad gracias a las riquezas que su tierra les entregó, lo que los impulso a transformarse en una ciudad y que al momento de agotar sus materias primas fue quedando abandonada con el paso del tiempo.

Libro: José Antolín Silva Ormeño La Imágen de un Visionario De Baldemar Carrasco Muñoz Extractos

29-09-2014, 17:19

Chile al límite. No solo el desierto de Atacama o Sewell atesoran pueblos patrimoniales que cobijaron la antigua minería chilena. La Patagonia también tiene algo que decir y lo hace mediante este anónimo campamento, abandonado en 1997, que durante casi 50 años llevó la fiebre del mineral a orillas del lago General Carrera.

Libro: Homenaje al Huaso y el caballo chileno de Aysén De Baldemar Carrasco Muñoz Extractos


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.