Rescatando Tradiciones octubre 2015

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DIARIO EL DIVISADERO OCTUBRE DE 2015

Tradiciones EL COMERCIO ESTABLECIDO DE PUERTO AYSEN Y LA CAMARA

A PROPOSITO DEL INTERES DESPERTADO POR LA FIGURA DE DON MAX CASAS... El asombroso caso de las elecciones municipales de 1948

DETALLES MINUCIOSOS DE LA TRAGEDIA DE CERRO PEREZ DE 1963 CLUB DE RODEO CHILENO DE CHILE CHICO

CLUB DE RODEO CHILENO DE VILLA MAテ選HUALES

Desde el baテコl de los recuerdos...

Este es un Proyecto Financiado por el Fondo de Fomento de Medios de Comunicaciテウn Regionales, Provinciales y Comunales 2015

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CLUB DE RODEO CHILENO DE CHILE CHICO

Don Vicente Herrera es el presidente del Club de Rodeo de Chile Chico. El correo electrónico nos facil ita un tanto la comunicación. Queríamos saber cómo andaba la actividad corralera en la capital de la provincia Capitán Prat. Y preguntamos a don Vicente sobre las fortalezas y debilidades del club de rodeo que preside. Su respuesta es bastante completa, al afirmar que esto depende solo de las ganas y entereza de ser huasos y hacer patria en un lugar, donde la influencia argentina es fuerte. Agrega que “nuestra medialuna es pequeña, pero de características partiiculares que la hacen muy atractiva. Se refiere también a que los rodeos se real izan en el mes de Enero y que tienen a su favor los factores climáticos y, por la fecha, concurre mucha gente, incluso, nuestros vecinos argentinos. Respecto a las debilidades, no duda en referirse a la muy escasa cantidad de socios, unos veinte más, menos. A ello se le suma el poco cumplimiento de las cuotas mensuales, lo que provoca que siempre falten recursos para financiar los gastos. También se nota la escasez de animaladas para los rodeos, los novillos son muy escasos para las corridas, cuesta mucho juntarlos. Finalmente la condición de una provincia más minera que ganadera hace que todo sea muy difícil. Piensa positivo, a pesar de todo, a poco se van juntando los socios para encarar esto del rodeo y la tradición Huasa. No es poca la dificultad. A veces resulta realmente dificultoso mantener los caballos, por la falta de pasto, de talaje. A ello se agrega el carácter de pueblerinos de muchos huasos que no tienen campos. A la pregunta de cómo cal ifica a los huasos chilechiquenses, insiste en la característica minera de la región, aduciendo que el 70 ú 80% de los huasos trabaja en las actividades mineras, de ahí que sean “huasos mineros”, agrega con picardía y algo de sorna, por lo que se dedican al deporte huaso no con tanto profesional ismo, sino que en realidad para muchos constituye un hobby que es practicado cuando se puede practicar. Por otro lado, los huasos antiguos y fundadores del club ya no participan ni en el club, menos en las corridas, sólo lo hacen en algunas actividades de convivencia. ¿Cuál es nuestro desafío? Doblarle la mano a la comunidad de Chile Chico en el sentido de implantarle nuestras tradiciones en vez de las

CLUB DE RODEO CHILENO DE BAHIA MURTA Su presidente es don Carlos Yáñez Avilés y su secretario don Fidel Henríquez Chanan. Nos cuentan que entre socios inscritos y no inscritos, socios amigos, colaboradores, hay un número cercano a los cuarenta. Todos participan en sus rodeos “familiares” por darles un nombre. Los que participan en los rodeos

argentinas, puesto que las influencias que se ejercen por ser una zona limítrofe, son fuertes y arraigadas. Participamos en la mayoría de los rodeos de la Región, nos dice: tratamos de estar siempre presentes con una o dos colleras. El año pasado estuvimos en Pta. Arenas donde fuimos premiados. Una gran alegría, nos agrega. Y se despide, dando una lista de los actuales corredores, Heriberto Osorio, Rodrigo Donoso, Elías Jiménez, Enrique Briones y Montecinos, señalando que actualmente corre en collera con don Enrique Briones, con su caballo “Soñador”, adquirido en el criadero de don Juan Pantanalli. LOS INICIOS Se inicia, como en todas las localidades, como Club de Huasos. Entre los fundadores recordamos a los vecinos señores: Tello Rubilar, Raúl Rouxel, Juan Zúñiga, Augusto Falcón, famil ia Cruzat Elías, Washington y Cantal icio Fica, Pedro Burgos, Jorge Pereda, Germán Remolcoy, Guillermo Aguilar. Década de 1970. Llegan, además, huasos que saben de rodeo como Hernán Mardones, funcionario de Correos. Por esos años, logran se les asigne una chacra, donde hoy está enclavada la actual medialuna, con cancha de carreras a la chilena y casino. El gran artífice para obtener este terreno fue el amigo de muchos: Augusto Falcón que venía de una zona huasa, San Carlos, Ñuble. Un día del año 1972, el presidente Iván Cárdenas Novoa y el socio Gabriel Parodi Sch., con sus señoras, se acampan en la Reserva Lago Jeinimeni, junto al socio Germán Remolcoy, los cortadores de postes Triviño y Altamirano, instalan faenas y en 15 días cortan los postes para la medialuna. El vecino, don Juan Berrocal facil ita un tractor con coloso y un camión para trasladarlos a Chile Chico. Los socios Moisés y Raúl Atala, y otros comerciantes, colaboran con víveres. Más de 20 días les lleva ejecutar esta tarea. El Gobernador Provincial de la época, don Aquiles Glofka Ovalle y el Capitán de Carabineros, Justo Mansilla Altamirano, prestan importante colaboración. Don Iván Cárdenas nos cuenta: “Con trabajo personal de varios socios, se levanta la medialuna de palo enterrado. Terminado el redondel, hacemos rodeos de ensayo (pichangas), carreras a la chilena y otros beneficios, con el esforzado aporte de las señoras y colaboradoras de los huasos. Levantamos tribunas para 200 personas, caseta para el Jurado, adquirimos un generador de electricidad, equipo de ampl ificación, los corrales y mangas. Con la asesoría de algunos dirigentes regionales, nos afil iamos a la Asociación Regional de Rodeo Chileno. Vemos cómo se incorporan más huasos (as) al club: Pepe Avendaño, Victor Panichini, Pachín Crespo, Eduardo Catalán, Gapo C a s t i l lo, Aguilar, Fernando Holmberg, Isidoro Acuña y sus hijos e hijas, Alejandro Gómez, Juanito Zuñiga y sus hijas. Importantes huaso de otros clubes nos colaboran: Ernesto Sandoval (padre), Filimón Vásquez, Don Reinaldo Villaseca,(del club El Blanco). El Primer Rodeo Oficial lo efectuamos los días 24 y 25 de marzo de 1975. El día viernes 23 vimos llegar la barcaza al muelle, con la Banda del 14 Aysén y 23 colleras. Casi todo el Pueblo se congrega a recibirlos. Es una gran fiesta. El Rodeo lo gana la collera de Don Aquilino Fernández y Don Freddy Peede, en “Bellaco y Trasnochado.” Los rodeos siguientes los ganan Victor Casas y Hugo Navarro, en “Campesino y Festivo” Juan R. Fernández y Sergio Montecinos, en “Adorno y Cantinero” y nuevamente Don Aquilino. Actualmente preside el Club, Vicente Herrera Donoso.


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Club de Rodeo Chileno de Villa Mañihuales YEGUA NAVIDAD. Del criadero “La Fortuna”, hija del potro “Purito” y la yegua “Mi Negra”. Esta magnífica yegua logró quedar entre las 10 mejores yeguas de Chile en el campeonato nacional de rodeo en el año 1983 en Rancagua. Ha sido el único producto de nuestra Asociación que ha logrado este importante reconocimiento. La yegua Navidad”, acompañada de “Mojigata” y con la monta desu propietario Roberto García Pereira, logró el décimo lugar del ranking entre alrededor de 200 hembras participantes.

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omamos contacto con su caballeroso presidente Roberto García Pereira, hijo de un gran huaso, un buen amigo, todo un caballero: don Tito García, a quien también queremos recordar en este libro-homenaje. Con Roberto y otros amigos huasos, nos encontramos a la entrada de la medialuna de la Villa, un hermoso paraje, cercano a una bella y cristal ina laguna, donde los caballos se contemplan extasiados cuando los llevan a beber el agua cristalina. La medialuna luce en su front is un nombre: ROBERTO GARCIA, en homenaje al padre de Roberto, hoy Presidente de este Club. Don Roberto, en vida, hizo mucho por este club, lo dejó en muy buen pie, con mucho prestigio, amistad y calidad para todas las actividades huasas. Roberto García Rodríguez Este huaso corralero, nos llega desde Lautaro el 1960. Vino a trabajar con su tío Don José Rodríguez, al fundo Los Ñires, Valle Simpson. Lo acompaña su esposa Sylvia Pereira y sus hijas Marisol, Patricia y Cecil ia. En estas tierras nace su hijo Roberto, Robertito para él, actual presidente del Club de Rodeo de Villa Mañihuales. Don Tito, con ese nombre lo conocimos todos, era un huaso de tomo y lomo, funda el Club de Valle Simpson. El año 1967 compra su fundo El Maitén, en el alto Mañihuales, hacia El Gato. Conversando con los vecinos averigua qué pasa con el huaserío y el rodeo en la zona de Mañihuales. Le informan que en el bol iche de Doña Felipa Márquez, se junta un grupo de ellos, l iderados por Don Alfredo Sandoval. Se acerca a ellos y les da el apoyo que requerían para organizarse como Club de Huasos. Lo eligen presidente. En una asamblea deciden comprar el actual recinto que poseen: Unos ponen plata y otros animales para hacerlos dinero. Logran adquirirlo. Hay que l impiarlo, destroncarlo, hacerle drenajes. Se enyugan yuntas de bueyes y a trabajar se ha dicho. Las esposas unas cocinan, otras juntan los troncos. Todas trabajan. Los más antiguos recuerdan, entre esa gente esforzada y sacrificada, entre otros, a los hermanos Gabriel y Emir Pérez, los Cabezas, los Jara Rebolledo, l iderados por Don Teodoberto, los Aburto con Don Nefta a la cabeza, los Jara Medina, los Rebolledos, las hermanas Tiznado, la famil ia Figueroa Arend, Daniel Jiménez y esposa, Checho Silva y fiel y cooperadora Rosa, Rodolfo Martínez, los Fuentes Moscoso y muchos otros.. Tito García, nuestro amigo que conocimos en Valle Simpson, conoce a Juan Guzmán Ulloa, quien arrendaba un campo en Mañihuales. Sería con el tiempo su gran amigo, compadre y compañero de corridas. Socio del mismo club. Realizando un gran esfuerzo, logran adquirir unos cuantos caballos corraleros de cal idad. Don Tito adquiere el primer potro “rankeado” que llega a Aysén. Se trata del “Galponero”, tercer lugar en el Campeonato Nacional, dos veces ganador de la serie potros en nacionales. Juan Guzmán nos trae la “Aceituna” una yegua hija de la “Aceitaíta” campeona de Chile. Aquí forman una muy buena collera, con la cual obtienen importantes triunfos en los rodeos de la región. Guzmán fue excelente jurado de rodeos y tuvo el honor de estar presente en un evento nacional como Jurado, cosa que muy pocos por decir nadie pueden lograrlo, ya que se trata de una muy difícil labor. Conocimos allí a amigos huasos del club como don José Espinoza Roa, criado en Mañihuales, 65 años de edad.

Rodeo en Mañihuales

Alfredo Cic, el capataz. Y la collera ganadora de Juan Guzmán y Tito García. Acompaña Reinaldo Villaseca. Don Fel ipe Márquez que se formó en el club de huasos de la Villa; entró al club, nos cuenta, más menos el año 1960. Tenía 14 años. Nos recuerdan otros nombres de huasos de la Villa que han trabajado mucho por el Club de Rodeo, afiliado a la Asociación Regional: Alfredo Sandoval Solís, Manuel Sanhueza, Manuel Vásquez, Ramón Cabezas, Nicolás Solís, uno de sus presidentes en el tiempo, ya ido, pero que no podemos olvidar. Sobre lo que ellos hicieron, es posible correr hoy en todas las medialunas de la Región de Aysén, porque el rodeo es pasado, presente y futuro: Recuerdos nostálgicos que no podemos olvidar; presente que nos pone frente a nuestra realidad huasa-deportiva hoy; futuro que requerimos proyectar con eficiencia, esfuerzo y eficacia. Secretario del Club es don Manuel Vásquez y uno de sus directores, don Manuel Sanhueza. Como huaso más destacado, recuerdan a don Tito García; también evocan, al huaso y amigo Dagoberto Vásquez Pinuer, socio del club de rodeo Valle Simpson. Las primeras corridas nuestras, eran más que nada “pichangas” entre amigos, nos expresa, don Manuel Vásquez. Esta era tierra con gente muy de a caballo, sacrificada; nos costó mucho hacer campo; el rodeo, para nosotros, era juntar las vacas, “campearlas” y sacarlas a perro y lazo de entre la montaña, para llevarlas a los corrales; de medialuna, fuimos conociendo, aprendiendo de poco; nos gustó y aquí estamos, con un club muy organizado, y así parece ser, ya que se ve a todas luces un club organizado y altivo, que preside don Roberto García Pereira, empeñoso, preocupado, muy responsable. El ganado lo prestaba don Alfredo Sandoval; también lo hacían los hermanos Eladio y Rosamel Bustos. Y los hermanos Fuentes, Hugo y “Tallín”, que a su vez, eran corredores de este club. Al concluir, una presencia radiante y fervorosa, un club que traspasa todo lo imaginado y un grupo de huasos acariciados por el estigma del compromiso con las tradiciones huasas de este lado de la Patagonia aysenina. Otro gran huaso que recuerdan es don Pedro Curiqueo de Campo Grande.

Tito García junto a Juan Guzmán Ulloa, siendo premiados en la medialuna de Coyhaique.

Atajada en medialuna de Mañihuales. Mañihuales RobertoGarcía: Roberto García Rodríguez, primer Presidente del Club de Rodeo Chileno de Villa Mañihuales. Archibaldo Peede, nos dicen, fue socio de nuestro club hasta hace pocos años; ellos fueron de los primeros que llegaron con caballos f inos inscritos, igual que Checho Silva y Aquilino Fernández; les gustaba venir a Correr acá, nos expresan estos huasos, al atardecer de un día “Mañihualino”, tranquilo, lento, silencioso… No esconden, estos huasos de la Villa, su orgullo por el buen estado en que se encuentra su club, tanto material como organizacional. Una medialuna excelente, con buenas tribunas y muy buen estado de su cancha; un gran casino, donde festejan sus triunfos con pasión y lamentan sus derrotas con dolor, siempre con la esperanza de la próxima oportunidad. Lo importante en este deporte, me dicen, en una pequeña reunión que tuvimos, es no cejar, mantener siempre la esperanza y entrenarse sistemáticamente, sin dejar pasar los días, a fin de que los desafíos que vienen sean superados.


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Desde el baúl de los recuerdos... Oscar Aleuy Rojas, Colaborador DIARIO EL DIVISADERO

PRIMER CLUB DE HUASOS ESCUELA AGRICOLA DE COYHAIQUE 1970, Castilla de El Claro, Rolando Lagos, Alan Rossel, Horacio Munita entre otros.

FIESTA DEL FISCAL, EGRESO. Los hermanos Didier, Ariel Elgueta, Rifo, Juan A. Rojas, Carmen Fuentes, Mónica Durán, Adriana Torrealba, Carlos Calvo, Lidia Cosmelli, Gloria Montalba, entre otros

HEIN ATERRIZA EN PLENA CALLE PRAT.Dentro de las hazañas de Ernesto Hein, se cuenta la vez que aterrizó en pleno centro de la ciudad, calle Prat frente al antiguo Hospital de Coyhaique, donde ahora está emplazada la población Candelario Mansilla. Hein Aguila recordaba que la calle Prat fue su pista de aterrizaje. “Lo que pasa es que traía a una dama que tenía que dar a luz y el parto comenzó sobre la ciudad. Me desesperé y como vi factible aterrizar en la calle, lo hice nomás. Paré frente al hospital y por fortuna pudieron asistirla oportunamente”, apuntó. La maniobra hizo que los carabineros que custodiaban el sector notificaran a sus superiores del descenso, sin embargo el oficial a cargo no les creyó a sus subalternos y les ordenó que le cursaran un parte por exceso de velocidad. Es la anécdota que acabo de registrar y que muchos jóvenes de la época recuerdan

Estudiantes Escuela Anexa hacia 1953. El primero de izquierda (de pie) Erasmo Haro Pérez, el primero de la izquierda (en cuclillas) es Carlos Solís Bahamondes, a su lado David Castillo, el tercero de izquierda a derecha Ramón Miranda, el quinto de izquierda a derecha Carlos Barría, entre otros.

TITO GONZALEZ CON RAUL RIFO CESPE y CLAUDIA ROSSO (Foto Rafael González)


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HELICOPTERO DESCIENDE EN MEDIO DE LAS CALLES DE PUERTO AYSEN, década del 60

RODEO LOS PALOS HABITANTES LEOPOLDO TRONCOSO Y JOSEFINA VALDES 1905.-

CALLE CHILE ARGENTINA HACIA 1938. En primer plano la CASA ALTUNA, que ofrecía surtido de mercaderías y alimentos, además de servicios especiales de Bencinera, la que se visualiza en la vereda. Al lado, la CASA AMARILLA. Y más allá el gran comercio de don BENIGNO DIAZ. A la cuadra siguiente la CASA PUALUAN, con la cúpula oriental. Al frente un nuevo surtidor de gasolina Esso. Hay mucho movimiento vehicular, un tumulto de pasajeros para tomar movilización a Coyhaique y variados hombres de campo y tambien encorbatados citadinos entreverados con carros de caballos y camioncitos Ford T y autos de la misma marca.

1963 Hermanas Taboada, María Elena y Maria Isabel. 1963.-

Don Leopoldo proveniente de Curacautín, tuvo que atravesar Esquel, El Coyte, de la provincia de Argentina para llegar a esta región, encontrándose en esta parte del territorio nacional Rodeo Los Palos, Ñirehuao. Llegó por primera vez ala región en los años 1905 a 1907, época en la cual vivía con su tío Silvano Fuentes en la república de Argentina viniendo en continuos viajes hacia Chile trayendo animales yvíveres hacia esta parte de nuestro territorio nacional poco tiempo después fue a buscar su señora Josefina Garcés a la localidad de Carahue La señora Josefina y don Leopoldo colonizadores que construyeron su vivienda a base de canoas de Lengas (maderas sobrepuestas) demostraron que cuando se quiere, se puede uno sobreponer a todas las inclemencias inimaginables. Su segunda casa fue de palos amordazados con barro y pasto molido su utilidad era pegar las maderas para que el viento no se entrara en las rendijas dando así un mejor cobijo a los padres de nuestro colono vivo (Ismael Troncoso) cabe destacar que aquella vivienda un poco deteriorada por el paso de los años todavía sigue en pie como un testimonio vivo y silencioso de lo implacable que era el clima en ese entonces. Criaron a sus doce hijos en el fragor de la naturaleza reinante, la cuál no ha tenido restricciones humanas por que las inclemencias del tiempo fueron extremas y de esta manera salieron adelante en la crianza. (REFERENCIA “Rescatando Tesoros Vivos de la Humanidad” MONOGRAFIA). Sólo interpretación y corrección.

TIEMPOS DE JUVENTUD.Luis González, Alejandro Gutiérrez, José Vidal Ampuero, Mario Venegas. Año 60 (Foto compartida del sitio de Luis González).


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A PROPOSITO DEL INTERES DESPERTADO POR LA FIGURA DE DON MAX CASAS...

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El asombroso caso de las elecciones municipales de 1948

a afanosa percepción de que los políticos constituyen materiales de manejo social evidentemente subjetivos, hacen desmerecer totalmente sus inserciones en las comunidades. Empero, hay situaciones que parecen ser proclives a alabarlos. Y la crónica de hoy tiene mucho de agasajo a sus estratégicas actuaciones. Corría el año 1938, cuando Coyhaique y Puerto Aysén eran llevados a un interesante enfrentamiento político con motivo de la elección de alcalde. Se tenía por considerada la inamovilidad del principal puerto como la capital de la provincia, hecho que se fundamentaba por el hecho de constituir este espacio uno de los más importantes desde el punto de vista de su ubicación como principal puerto de entrada de productos y personas. De ahí que su conquistado cetro como la capital provincial le hacía respirar ínfulas muy merecidas. Por lo demás, su constitución interior como núcleo, bullía de situaciones progresistas de convergencia social, productiva e institucional. Era, pues, la cabeza de las provincias, la ciudad-estado y pléyade de la representación social y comercial, incluso intelectual. Y los aiseninos se jactaban con rubicundo mérito del hecho de ser ellos la capital provincial. El capítulo de hoy merece ser considerado, además, como base justa para la inconmovible ––hasta hoy–– imagen confrontacional de ambas comunidades, las que mantienen sus posturas irreconciliables de defensa de sus intereses, dibujando a través del tiempo una irreverente y desafiante rivalidad, imposible de superar. Llegó don Maximiliano Casas en 1934 a hacerse cargo de una subdelegación pobre. Recorrió sectores diferentes de las barriadas del puerto y logró una conclusión: la situación era bastante precaria desde el punto de vista de la existencia de sus habitantes. Pero, por otra parte, el flamante subdelegado supo constatar el espíritu de progreso que movía a hombres y mujeres, azuzados por la idea de crecer desde la nada. Historiadores, cronistas y estudiosos coinciden en señalar a Casas

Oscar Aleuy Rojas, Colaborador Diario El Divisadero

como un infatigable conductor de los destinos de las primeras comunidades. La historia de hoy comienza cuando en las elecciones de 1938 son elegidos 4 regidores para trabajar como representantes de Coyhaique y Valle Simpson en la capital. Son ellos, Adolfo Valdebenito, Juan

Mackay, José Segundo Vidal y Alberto Brautigam. En dichas elecciones es elegido edil don Adolfo Valdebenito, el cual deberá renunciar poco después por problemas personales. Tres años más tarde se constituye un nuevo cuerpo edilicio en la Municipalidad aysenina, siendo elegidos tres regidores de Coyhaique: Alberto Brautigam, William Saunders y Juan Hermosilla Acuña. Entonces le cabe el honor a Maximiliano Casas de insuflar optimismo, fuerza y carisma para acrecentar el valor de más escaños representativos para nuestra zona en Aysén, determinándose un objetivo: había que elegir a 5 representantes nuestros en la capital. Una campaña magnífica corrobora el éxito de Casas y los cinco representantes son elegidos el día de la justa cívica contra cuatro de Puerto Aysén. Los coyhaiquinos resultan ser Brautigam, Juan Partarrieu, Ruperto Vidal, José María Oyarzún y Julio Chible Villarreal. Pueden imaginarse ustedes la algarabía de los ciudadanos coyhaiquinos, cuando al constituirse la Municipalidad de Puerto Aysén en Mayo de 1944 se elige alcalde a un coyhaiquino: el señor Alberto Brautigam Lühr, con gran abatimiento de los habitantes puertoaiseninos. Cuando la flamante nueva autoridad edilicia cita al día siguiente a los ayseninos para integrar una reunión de pauta organizacional, comprueban con estupor que ninguno de ellos asiste a la convocatoria. Esto es el comienzo de la tirantez y enemistad que acompañarían los actos de ambas comunidades por toda la vida. Pero la situación más relevante no esa aquella, sino ésta: resulta que las asignaciones de presupuestos para la ciudad de Puerto Aysén comienzan a menguarse, debido a su sistemático traslado y absorción por las necesidades de Coyhaique, que poseía una comunidad tanto o mayor que la aisenina, ante lo cual el desánimo y la consternación de los aiseninos sigue aumentando. Sería éste el comienzo de una campaña separatista de intereses, que conduciría finalmente a dos hechos: la creación de la comuna de Coyhaique y la consecución de Coyhaique como capital de la provincia. Desde ese instante, ambas ciudades entran en conflictos lamentablemente sin conciliación posible, no sin antes sufrir consecuencias políticas dignas de comentar, como la violenta e injusta remoción del cargo de Max Casas como subdelegado, hecho que provocó muchos comentarios sobre la malintencionada estrategia de los políticos y sus injerencias de poder. El resto de los acontecimientos se precipita raudamente: los cinco regidores aprueban la destinación de la mitad del presupuesto municipal de Puerto Aysén a favor de las obras coyhaiquinas, maniobra que logra los efectos perseguidos, ya que la propia municipalidad del vecino puerto solicita al poder central, a través de la Intendencia que se libre a su organismo municipal de los coyhaiquinos porque eran ajenos a los intereses de su zona. Este es el momento en que se decreta la creación de la comuna de Coyhaique, realizándose la primera elección de regidores el 21 de Noviembre de 1948 en forma absolutamente normal y lejos de las tiranteces propias de las rivalidades comunitarias, resultando electos los vecinos Max Casas, Alberto Brautigam. Julio Chible Villarreal, Juan Hermosilla Acuña y René Faraggi Cohen.


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uando llega un momento de gloria para un recopilador, se cubre el ambiente de estrellas de colores y se sueltan las amarras por donde viajan las evocaciones. La información que habías estado buscando vive ahí en silencio, y colmadas de bríos y también de sufrimientos aparecen las sombras de algunos que estuvieron presentes en la aciaga jornada de la búsqueda de los restos y sobrevivientes de Cerro Pérez, cuando el avión DC3 se precipitara aquella mañana entre una cortina de humo negro a tierra en medio de una densa niebla, chocando violentamente contra un área selvática e incendiándose mucho tiempo después. Me cuenta un piloto cercano a nosotros que cae el avión luego de un intento desesperado por planear en la playa, se arrastra, se desintegra en medio de la selva y que permanece ahí por unas ocho largas horas, entre el lamento, los alaridos, gritos y ayes de alguna decena de sobrevivientes que intentaron todo para escapar de la muerte. Esta llega finalmente a causa del congelamiento en unos casos, por las graves heridas existente por el impacto y finalmente remata todo cuando los motores explotan. Alguien deja deslizar la teoría de que Maggie, el piloto, arma una fogata cerca de restos de combustible, constituyendo aquel el verdadero detonante del final. El puertoaguirreño Moisés Figueroa Saldivia, estuvo metido en el rescate, en medio de una labor cruel e implacable. También estuvo ahí siendo parte de la misión junto al Teniente Hernán Merino Correa, el querido padre reverendo Victorino Bertocco Gasparella a quien todos conocemos y respetamos. Fue en la noche, cerca de las 23 horas que Moisés se hallaba en su casa de la isla cuando recibió la visita del jefe del retén de Carabineros Manuel Montiel. Le iba a avisar lo del accidente y que por favor vaya a integrar los grupos de rescate la misma madrugada de mañana. No tuvo otra cosa que hacer ni qué pensar Montiel. Casi a los quince minutos después se encontraba durmiendo. El detalle salta brutal entre nosotros, y creo que siento la piel de gallina al escribir estos párrafos llenos de horror, especialmente al conocer más detalles sobre el único sobreviviente, a quien el mismo Figueroa logra escuchar gritando entre los restos calcinados del avión. Al día siguiente el isleño tiene que coordinarse con el chilote Melipichún, jefe de la cuadrilla de buzos, a quien entrevisté cierta vez que estuvo en Coyhaique junto a un tropero de Cochrane. El puerto Pérez estaba convulsionado, con pequeños puntitos de hombres integrando diversos frentes de rescate, avanzando penosamente por selvas, laderas, bardales. El miedo estaba ahí junto a la angustia y el desencanto mientras de pronto la niebla cerrada dejaba entrever en lontananza los humos del incendio de los motores del avión, a unas tres horas de navegación desde el puerto Chacabuco. Hacia allá iban todos los grupos de exploración y rescate, los más temerarios sin buscar faldeos ni puntos fáciles de subida sino escalando en línea recta a través del entorno salvaje y selvático del monte. Ocho horas tardarían en llegar junto a los restos humeantes del avión, faltando pocos minutos para las 5 de la tarde y ya casi oscuro. Venía otra patrulla que integraba el padre Luna junto al sargento Enrique Stange. En esta otra estaban el jefe Montiel, el sargento Barría, el carabinero Lautaro Rodríguez y el poblador Moisés Figueroa. Mientras tanto Melipichún se había embarcado a las 7 de la mañana en la lancha de Vialidad “Divina”, cuyo capitán Gumercindo Pérez se encontraba en Puerto Aguirre. Una hora y media después este grupo se enfrenta a lo imposible, hallando los restos calcinados cerca de una de las islas de las Cinco Hermanas. Ahí estaban acampados los buzos que no pudieron ver nada del impacto debido a la densa niebla, pero sí escucharon los motores muy cerca de ellos y luego el choque y un silencio de muerte. Melipichún casi brincaba sobre los árboles y avanzaba más cerca del accidente, sorteaba barrancones, quilantales y tupidos tepuales. Tuvieron que esperar que pasara otro día y a la mañana siguiente se podían escuchar disparos de localización, que eran coordinados como señales de ubicación de cada grupo. Ahora entiendo por qué a Melipichún nunca le gustó hablar con la grabadora enfrente, no era hombre de ideas orales, era de acciones y trabajos brutales. Fue el capitán Machuca quien les iba informando a los rescatistas sobre la situación. Por él se enteraron que en la nave viajaban 25 personas. Al llegar comprobaron la magnitud del desastre. Tierra apisonada, barro a discreción, restos calcinados, alas, fuselaje, selva abierta, troncos quemados. Un desastre total. Incluso cuerpos sobre los árboles, otros enterrados en el barrial, un espectáculo dantesco y pavoroso, algo que muchos no pudieron resistir. Alguna vez pudieron hacerlo, conversar sobre la experiencia vivida, recordar minuto a minuto las actividades de búsqueda y rescate, pero debieron pasar muchos años para eso. Parece que Machuca tuvo graves problemas de angustia y sensibilidad, pues su señora viajaba ahí. Sacó en un instante su pistola y titubeando disparó unos siete tiros al aire. Fue en

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Rescatando Tradiciones

DETALLES MINUCIOSOS DE LA TRAGEDIA DE CERRO PEREZ DE 1963 Oscar Aleuy Rojas, Colaborador DIARIO EL DIVISADERO. ese instante que el teniente Merino solicitó un voluntario para avisar el hecho a la comandancia en Aysén. Y fueron varios donde el comandante que se encontraba en el yate del intendente Cosmelli fondeado en la bahía de Puerto Pérez. El único sobreviviente fue un jinete del Club Hípico de apellido Ayala. Los acontecimientos del rescate de los restos del DC FACH accidentado en Cerro Pérez en 1963 se levantan junto a sus muertos y al único sobreviviente. Moisés Figueroa por ejemplo, comenta que desgraciadamente falló la orientación del punto de búsqueda por la cerrazón de la neblina, entonces fueron a salir unos 300 metros más lejos y eso fue fatalmente decisivo, pues tuvieron que esperar un nuevo día hasta que pase la neblina, la nieve, el frío. Cuando llegaron sólo encuentran con vida al jinete Ayala y adivinan por lo que vieron que el mecánico del avión también se había salvado, pereciendo sólo horas antes por hipotermia. Lo encontraron semienterrado en el fango, cerca de un sitio rocoso, y supusieron que había intentado guarecerse ahí. Al consultarle a Ayala, confirmó que los gritos de dolor del mecánico él los escuchó hasta pocas horas antes que nosotros llegáramos. Wencesalo Novy era entonces marino de la lancha Divina de Vialidad, a quien el accidente le tocó vivirlo desde cerca ya que iba en un viaje entre Puyuhuapi y Cisnes, debiendo pernoctar en Puerto Aguirre junto a otros funcionarios de Tierras y Vialidad. Y aquella noche, luego de encontrarse de copas con el jefe del retén y sus colegas, reciben el aviso de que tienen que embarcarse para integrar grupos de búsqueda porque había caído un avión. Eran las 5 de la mañana, a poco tiempo de que amaneciera y no les cayó muy en gracia la noticia ya que para entonces no habría posibilidad de dormir dada la emergencia. Cuenta Novy que llegaron a las Cinco Hermanas a eso de las 10 de la mañana y que como estaban ahí les correspondía la difícil misión de localizar un avión caído para dar aviso de inmediato a las autoridades. La gente de Vialidad llevaba entre sus instrumentos un taquímetro, el que usaron para buscar lo que sea, lo que les llame la atención entre la densa área selvática que tenían al frente. Dicen que no pasó mucho tiempo cuando de pronto alguien de los que inspeccionaba en la lejanía (las imágenes se ven al revés) visionó los colores del escudo chileno apenas sobresaliendo entre la jungla allá arriba, en las laderas del cerro Pérez. De inmediato Novy se fue a la radio y estableció contacto con la base en Puerto Aguirre anunciando el avistamiento de los restos del aparato. Acto seguido recibió la orden del sargento de carabineros para subir de inmediato al cerro y ver qué había pasado ahí. La llamada que Wenceslao Novy realizara a la base movilizaría a decenas de personas, tanto vecinos y habitantes, como familiares y gente relacionada con la tripulación y los pasajeros del avión. Inmediatamente aquel lugar comenzó a generar un ambiente de convocatoria generalizado que terminó de improviso con la

soledad y aislamiento existentes. Se veían campamentos improvisados, grupos, gente que venía a mirar otros a ayudar, operativos de búsqueda de todas partes, lanchas y religiosas, monjitas que obstinadamente querían ir a rescatar a su obispo. El Intendente y otras autoridades también llegaron, llegó Walter Joost, el marino Enrique Stange, el teniente Merino Correa, el padre Victorino y gran cantidad de militares. Mientras tanto, sobrevolaban toda la zona gran cantidad de aviones y otros tantos periodistas de Puerto Montt y provincias lejanas. Novy cuenta que se quedaron abajo esperando noticias del grupo de rescatistas, hasta que llegó la noche y nada se supo, hasta que oyen llegar a un sargento de carabineros de Aguirre que venía escapado del grupo a refugiarse abajo, absolutamente extenuado y sin ganas de seguir, recibiendo la reprimenda de su superior. El grupo pidió víveres y un barco de Empremar los descargó cerca de las dos de la tarde, recibiendo casi a la misma hora un llamado de atención de un hidroavión de la Fuerza Aérea para amarizar en la zona y prestar asistencia sanitaria y de primeros auxilios a toda la gente que lo necesitara. En ese momento llega una información vital: había sobrevivientes cerca del avión agitando los brazos y la gente de aviación informó que tirarían frazadas y alimentos. Sin embargo era tan difícil llegar donde estaba el avión que se tuvo que esperar un tercer día. Ya se imaginarán cómo se solucionaban en esos tiempos problemas que hoy no hubieran esperado tanto. Se cuenta y opina entonces que la verdadera tragedia no es la caída del aparato, ya que hubo más o menos una decena de sobrevivientes. La verdadera causal de la muerte de todos es que aquellos sobrevivientes junto a su piloto buscaron refugio en los restos de un avión siniestrado impregnado de combustible por todos lados y en un instante de necesarias alternativas para protegerse del frío, arden fogatas, las que provocan una letal explosión. Las versiones son distintas, y cuando llegaron los patrulleros exhaustos y desfallecientes por el tremendo esfuerzo, las ropas mojadas y en jirones, se conoció la desgracia de sus dos noches en el monte, sin alimentos y el haberse encontrado con el espectáculo más terrorífico de todos, los cuerpos quemados, mutilados, quietos, enterrados en el barro o colgados de los árboles. Al parecer el piloto vio el cerro en el último instante, cuando era imposible enfilar la trompa del avión, tratando en vano de evitar el choque, pero la nave decoló y siguió avanzando por la selva hasta detenerse. Chocó con los árboles, se desprendieron sus motores y cincuenta metros más adelante se detuvo, arrasando árboles y arbustos. Al final de su carrera se incendió y la mayoría de los pasajeros, inconscientes por el impacto, se quemaron. Pero los sobrevivientes, heridos graves y sin alimentos ni frazadas, algunos no soportaron las bajas temperaturas y finalmente los últimos fallecerían por la explosión ya comentada.


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Diario El Divisadero 2015

EL COMERCIO ESTABLECIDO DE PUERTO AYSEN Y LA CAMARA Oscar Aleuy Rojas, Colaborador El Divisadero

Las actividades comerciales del vecino Puerto Aysén, a la sazón capital de la provincia de Aysén, se encontraban muy bien organizadas a fines de la década de los años treinta, cuando un inesperado dinamismo comenzó a autoimprimirse en los muelles, en los predios, en las manzanas que avanzaban en construcciones y en las demandas de cientos de adquirentes de todos los rincones del territorio. En las más insignificantes comarcas del interior casi siempre se encontraban abiertas las disposiciones de los pobladores por conseguir la mejor harina, yerba mate, azúcar, tabaco y vicios en general. Nada podía faltar en aquellas circunstancias tan especiales en que los caminos para dirigirse de un lugar a otro no existían. Entonces el comercio comenzó a tomar inusitada preponderancia en los destinos económicos de esta región. Recién en 1943 se crea una especie de cámara de comercio para constituir a todos los socios en lo que se dio en llamar la Cámara de Comercio Minorista de Chile, seccional Puerto Aysén y cuyo primer directorio quedó conformado por Francisco Mansilla Ampuero, presidente; José Antonio España Mansilla, vicepresidente; Alfredo Ríos Saldivia, secretario; y Nicolás Nustas Scaffi, Juan Antonio Pérez y Santiago Ojeda como directores. Suponemos que el primer acuerdo tomado se cumpliría. Iban a proporcionar a los consumidores de artículos de primera necesidad de escasos recursos precios tan bajos como sus medios de vida lo exigieren. Y suponemos que este segundo acuerdo constituyó un ejemplo histórico, que si lo aprenden los comerciantes actuales, posiblemente tendríamos algo nuevo que ofrecerles a los consumidores: en aquellos tiempos, azuzados por las crisis, los comerciantes formaron un fondo común de adquisiciones, y compraron todos los artículos directamente en las fábricas, desprendiéndose de los intereses por representaciones y de los comisionistas. En propósitos bien definidos pasaron los años y el

comercio, evidentemente fortalecido se constituyó en un meritorio modelo de virtud para quienes compraban en Aysén. En la década siguiente destacaban en la directiva don Juan García Ayllón como presidente; don Santiago Vera como vicepresidente; Luis Alberto Bustos Vergara como secretario; Alfredo Ríos como prosecretario; Antonio Saldivia como tesorero; Ramón Angel Andrade como pro tesorero y Epifanio Vera, Antonio España, Filomena Durán y Arturo González como directores. No nos olvidamos de un miembro honorario que fundamentó con su presencia la honorabilidad del grupo. Nos referimos a don Carlos Enrique Kriz Muñoz, al que hemos realizado muchos recuerdos. Luego se irían creando con los fondos de reserva las ampliaciones de las dependencias del Club, dotándolo de una sala de conferencias, otra de lectura y biblioteca y también una tercera sala de reuniones familiares y actos benéficos. Cabe señalar que esta agrupación comercial no tiene parangón en la historia de las seccionales en la provincia. Sus miembros, correctísimos comerciantes y grandes defensores de los destinos del territorio, siempre estuvieron presentes en todo tipo de beneficencias y eventos colectivos. Dignísimo resultará destacar a los comerciantes en la década de los 40 y también de los 50 en Puerto Aysén, listado que puede engrosarse como hasta ahora ha acontecido: con la ayuda de lectores que han vivido estos acontecimientos. Revisemos. En lo referente a grandes almacenes y tiendas destacaba, Ercoreca, Unamuno Ltda.; Rodríguez y compañía; Temer Pualuán y Cía.; Otto Sahr Christie; Francisco Tesmer Donoso; Atilano García S.; Jiménez y Compañía; Fidel Henríquez Cornish y Leonardo García. Atendían los rubros de farmacia y droguería don Marcial Narváez Carrasco y doña Rosalía Ulloa de Hoerl. Manejaban aserraderos don Alfredo Holmberg y don Francisco Quezada Rebolledo. Expendía bebidas gaseosas don Antonio Munill Franch y

don Antonio Saldivia. Funcionaban las siguientes oficinas de Corretajes: Marcos Dasencic Navarro; Tito Andrade; Estanislao Bríginas y Elisa Fuentes Jiménez. Negocios de Provisiones había de sobra: Ana Cabrera; Alfredo Macías; Juan García Ayllón; Sabina Hermosilla de González; Benjamín Bórquez Muñoz; Nicolás Nustas Scaffi; Lucinda Martínez M.; María Muñoz; Francisco Mansilla Ampuero; Juan Soto Solar; Juan Bórquez Oyarzún; Santiago Ojeda López; Pedro Osorio Barrientos; Angelino Pérez Silva; Elvira viuda de Soto; Santiago Vera Oyarzún; Enrique Barría Montaña; Carmela Miranda Vega; Honoria Miranda; Auristela Hernández; Teresa Garay Jaramillo y otros. Paqueterías y Baratillos eran atendidos por Fredes y Cía.; Tránsito Gallardo de Pino, Guillermo Alvarez; Antonio Saldivia, Fidelia Oyarzún y Rodolfo Biere. Atendían fruterías y fiambrerías don Ildefonso Méndez, Arturo González Medina, Jerónimo Olavarría, Hermecinda Oyarzún, Orittia Vera Macías, Otilia Ballesteros, Luis Díaz y Samuel González. Las carnicerías las atendían Arturo Wahl Berndt, Fidel Bórquez Oyarzún, Juan Cerpa, Ernesto Fuenzalida Arenas, Juan Santana Black, Ramón Bustamante, Vicente Durán Muñoz, Juan Güeico, Gregorio Escobar Moraga, Juan Victoriano Conus y Rigoberto González Lobos. También destacaban la fábrica de Cecinas de Sabina Hermosilla; los depósitos de Mariscos de Florencio Sanhueza Chamorro y de Juan San Martín; las panaderías de Enrique Barría Montaña, Sucesión Díaz, Antonio Saldivia, Heinz Gniesser Kolb y Juan Aguila Arnoth; la tienda de calzados de Atendolfo Pereda Castillo; las peluquerías de Héctor Carrillo Vásquez, José Vera Gallardo, Luis Harros Viveros y Sebastián Cifuentes Toro. Finalmente, las sastrerías de Juan Sánchez Bigues, Alfredo Irigoin Gómez y Aristeo Asenjo y el Salón de Belleza de doña Elena Bustos de Cantín. Faltan cientos de nombres, y aunque usted nos ayude,seguirán faltando.

BIBLIOGRAFIA:

-Libro: Homenaje al Huaso y el caballo chileno de Aysén de Baldemar Carrasco Muñoz Extractos - Facebook: Oscar Aleuy Rojas


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