Magazine "Entre Cuerdas"

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Entre Cuerdas

Elena Martínez Vázquez


introducción 2

pretende dar a conocer al luthier, sus procesos, log ros y creaciones. Una revista monog ráfica sobre el desempeño del artesano, más específicamente del luthier es el objeto del proyecto. La persona que dedica una vida entera a crear y reparar instrumentos. Por lo que hemos querido plasmar todo el trabajo de ellos en un soporte digital e impreso para todos aquellos que quieran conocer de cerca esta profesión. Una revista monog ráfica para crear un espacio propio a la comunidad de la luthería. De esta forma, se dará a conocer el mundo del artesano para que los que hacen uso del ser vicio de las cuerdas y, sobre todo, los que tienen esa curiosidad lo conozcan más a fondo. Con el objetivo de que se convierta en un foco de información y contacto para los músicos y personas que tengan la curiosidad por el mundo de la artesanía y las cuerdas. Hemos querido dirigir nos a un público especifico y no generalista, que se interese por el instrumento y por la artesanía del mismo. También, ira dirigida a los profesionales del sector para que se vea lo que hay detrás de cada artesano, de la creación de los instrumentos, y la destreza en el trabajo que realizan.

“Entre Cuerdas”


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el artesaso recorre un camino de disciplina y compromiso “La idea de ar tesano evoca de inmediato una imagen. Si se atisba a tr avés de la ventana de un taller de car pintero, se ve en el interior un hombre mayor rodeado de sus aprendices y sus her r amientas. Reina allí el orden, distintas par tes de sillas juntas y cuidadosamente sujetas, el olor fresco de la vir uta de la mader a llena la habitación, el car pintero se inclina sobre su mesa de tr abajo par a realizar una delicada incisión de marquetería.” “La recompensa emocional que la ar tesanía brinda con el log ro de la habilidad es doble: el ar tesano se basa en la realidad tangible y puede sentir se orgulloso de su tr abajo. Pero la sociedad ha obstaculizado estas recompensas en el pasado y sigue haciéndolo hoy. En diferentes momentos de la historia occidental, la actividad práctica ha sido de g r adada, se la ha divorciado de objetivos supuestamente superiores. La habilidad técnica ha sido dester r ada de la imaginación; la realidad tangible, cuestionada por la religión, y el orgullo del tr abajo propio consider ado como un lujo. Si el ar tesano se destaca por ser una per sona comprometida, sus aspir aciones e intentos reflejarán estos problemas gener ales del pasado y el presente”. Richard Sennett “el ar tesano”

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14 20 28 36 ¡más en el interior!

entrevista

Lázaro Gabaldón Calero “No hay secretos hay técnica”

SUMARIO

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reportaje

Cristina y José Ramírez La familia Ramírez guitarreros históricos

entrevista

Pedro Ruíz del Árbol “Me enamoré del violín cuando empecé a tocarlo”

reportaje

Vicente Carrillo La prolongada historia de la familia Carrillo

entrevista

Piornos Guitars “Secretos no hay solo se necesita constancia”

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“No hay secreto hay técnica” Lázaro Gabaldón calero

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l luthier albaceteño, Lázaro Gabaldón Calero, trabaja con instrumentos de arco como con guitarras tanto eléctricas como clásicas. La luthería le viene de forma autodidacta por su antiguo trabajo en una tienda de música donde se vendían instrumentos, donde ya empezarían los primeros pasos en este campo. La destreza por conseguir un buen trabajo y per-

feccionar su habilidad le impulso a implicarse de lleno en el mundo de la luthería. Después de reparar y ajustar durante años diferentes guitarras, buscó un aprendizaje más completo a través de la formación en América, lo que le ha hecho conseguir ser un luthier de prestigio.

Por elena martínez

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os,

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Pregunta: ¿Cómo comenzaste en esto de la reparación de guitarras y la luthería? ¿Iniciativa propia o herencia familiar? Respuesta: Yo empecé un poco por la necesidad de donde trabajaba. Trabajaba en una tienda de música de venta de instrumentos musicales, entonces yo veía una cosa fundamental en lo que era ese negocio, que tuviera un buen servicio técnico la base principal. Entonces me metí en este mundo de forma autodidacta, no sabía nada ni tenia quien me enseñara ni nada de eso. Lo único que hacía era que cuando tenía que ajustar cualquier instrumento repáralo y ver cómo era cuando no estaba roto o no estaba desajustado,

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intentar copiarlo exactamente para que se quedará igual. El problema que al no tener a alguien que te enseñe, sabes cómo lo tienes que dejar, pero lo que no sabes es, que proceso llevar o que herramientas usar, por lo que sueles tardar mucho más tiempo, porque a lo mejor lo que se tiene que hacer con lijas hay que hacerlo con una escofina, o lo que se hace con un destornillador se hace con una cuchilla, en fin, cosas así. Así empecé en este mundo de la luthería. P: ¿Cuántos años abarcan el desempeño de este trabajo? R: En cuanto a crear y construir hace ya, siete u ocho años. Yo llevaba desde siempre arreglando,


reparando y ajustando en cuanto 25 años. Pero en plan de construcción de la luthería hace ya ocho años. P: Tengo entendido que por un tiempo te formaste en EEUU, donde allí aprendiste lo referente a la eléctrica, ¿cuéntame cómo fue en cuanto a terminar creando tus propias guitarras? R: En 2010, me formé con un curso de luthería y guitarras eléctricas en Estados Unidos. Estuve allí dos meses, y allí fue donde aprendí una preparación más sólida en cuanto al mundo de la eléctrica. Lo primero que hice fue construir una guitarra eléctrica. Llevaba años reparando y ajus-

tando instrumentos de cuerda y de cuerda frotada, pero fue allí donde hice mi primer proyecto, una guitarra eléctrica un diseño mío, propio. Luego, por España con diversos amigos y gente reconocida en el mundo de la guitarra, por Andalucía fue donde me inicie en el mundo de la guitarra clásica, flamenca, etc. Con la base que tenía, la preparación que traía de América.

“ ME FORMÉ EN ESTADOS UNIDOS”

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P: ¿Esa primera guitarra que construiste, tenía nombre? ¿Quién fue el afortunado de quedársela? R: Si tenía nombre, el de mi hija. Se lo puse en EEUU que fue donde construí la primera guitarra eléctrica y se lo puse en inglés. Al ser una guitarra eléctrica lo traduje. Fíjate, los americanos le ponen nombres castellanos porque allí hay guitarras acústicas de algunas marcas con el toro y les ponen nombres porque son mexicanos de Texas y tal de la zona del desierto, y, sin embargo, aquí les ponemos nombres en inglés. Mi hija se llama Iris y le puse “Reinburg”. Esa guitarra me la quedo para mí siempre, la verdad que me la han querido comprar mucha gente, pero no, es una guitarra única e irrepetible. Pasa lo mismo con la primera española que construí, es la primera y no la quiero vender. Ya todas las que estoy haciendo sí que las vendo. P: ¿Qué proceso se lleva a cabo a la hora de construir una guitarra española? R: A la hora de construir una guitarra clásica hay dos procesos. Una de ellas es la clásica de siempre que, sobre una solera, una especie de cama donde se pone con la fonda de la guitarra se hace primero el mango y sobre el mango se pone luego la tapa armónica. Después sobre eso ya se ponen las fajas y aros y al final el fondo. Yo las construyo al revés, yo hago primero el cuerpo y haciendo el cuerpo primero se hace en primer lugar el tornado de los aros, se ponen en un molde que se sujetan y luego se encola el fondo, una vez encolado el fondo al final se encola la tapa, se hace un cuerpo solo y luego el mango por otro lado con una forma de ensamblaje, que se llama en cola de milano. Así es como las construyo yo, es un poquito más laborioso y un poco más complicado porque el ángulo tridimensional tiene que ser perfecto, para que afine. Considero que es más seguro en cuanto a la resistencia de la tensión de las cuerdas, creo que es mejor así.

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“ MI PRIMERA GUITAR FUE ELÉCTRICA, TIENE NOMBRE DE MI HI P: ¿Y una eléctrica? R: En las guitarras eléctricas, generalmente yo empiezo haciendo el cuerpo, lo perfilo y voy haciendo las cavidades para la electrónica y el mango lo hago por otro lado. El mango se puede hacer de dos formas, o bien encolado que es lo mejor, ya que transmite mejor la vibración. O también, se puede hacer atornillado que se hace por un lado y se encaja en la cavidad que se hace para luego atornillar. En este caso, la ventaja que se tiene es que se puede separar el mango por si hay que cambiarlo, en las otras también se puede hacer, pero ya es más lesivo, ya que hay que romper. P: ¿Cuánto tiempo dedicas a trabajar/construir cada guitarra? R: Yo lo hago todo muy manual, y muy artesanal no uso nada más que alguna lijadora de vez en cuando para perfilar alguna tabla, tardo entorno a las 300 horas aproximadamente en cuanto a una guitarra clásica. En una guitarra eléctrica algo menos, porque las eléctricas tienen unas dificultades que no tienen las clásicas y viceversa. Sobre todo, lo que es el tema de lo que más se tarda en construir son los mangos, los mástiles que pueden ser de 10 a 15 horas menos. Al igual que se tarda en crearlas se tarda en terminarlas a la hora de pintarlas si se pintan bien claro. Aunque si se pintan como vienen generalmente las guitarras estándar que en 48 horas está pintada una guitarra eléctrica. Los acabados en gomanab que son con microcelulosa como los que hago yo se suele tardar más tiempo porque es más laborioso.


RRA E EL JA”

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“LA GENTE QUE TIENE SECRETOS NO SABE, POR EL TEMOR DE QU ALGUIEN LO HAGA MEJOR”

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Guitarra con más de 100 años, primaba más la decoración que el sonido fotografíaS : elena martínez


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P: En cuanto a la creación de unas u otras, ¿Qué tipo de maderas sueles utilizar? R: Las maderas que se utilizan son muy distintas. En guitarras clásicas la madera que se suele usar es para la faja y el fondo palosanto normalmente en guitarras de máxima calidad y para las tapas abeto o cedro, el mango puede ser de cedro también y el diapasón normalmente de ébano. Si son guitarras flamencas la faja y el fondo suele ser de ciprés, todo lo demás sería igual. El ciprés que viene del mediterráneo da un sonido más agudo más seco. En las guitarras eléctricas hay mucha variedad, todo lo que es el cuerpo suele ser en caoba o en fresno lo que más se suele usar. Luego suelen llevar tapas en el cuerpo de una madera y luego la tapa de otra. Generalmente son maderas opuestas para el resultado sonoro, para lo que le falte a una te lo de la otra, por lo que suelen ser las tapas de madera de arce en las eléctricas. P: ¿los músicos que te encargan las guitarras, te piden sonidos únicos o personalizados o incluso de sus ídolos? ¿te las encargan, o las vas haciendo y luego las pones a la venta? R: El sonido en una guitarra eléctrica se puede controlar más, porque ya sabes más o menos el resultado de la resonancia de las maderas, pero luego en la parte electrónica es más previsible. En las guitarras clásicas es más complicado, porque el sonido va a depender de muchas cosas, ya que la clásica suena por si misma al tener caja armónica sin electrificación. Entonces, aunque se usen las mismas maderas, no son del mismo árbol, ni tienen la misma cantidad de años de curación, es un poco imprevisible. El resultado siempre es bueno, pero es imprevisible. Por eso yo prefiero que la gente que prueba y compra mis guitarras sean ya hechas para que se vea el resultado. En lugar de trabajar sobre papel, el yo quiero esto, por ejemplo, en la guitarra eléctrica se puede pedir un diseño de una forma determinada, así ya se trabaja el sonido a partir de la electrónica y con las combinaciones de las maderas se puede acercar al resultado sonoro. En el caso de una caoba sabes que te va a dar un sonido de mucho peso y un fresno muy agudo. Entonces, básicamente con eso se puede ir trabajando con la resonancia a partir de las maderas.

P: ¿hay algún secreto que como lutier de guitarra española y eléctrica se mantenga en secreto como el envaretaje, la forma de colocar las varillas que van debajo de la tapa armónica, etc… o de que depende? R: No hay secretos. Es como decía uno de mis maestros que tiene ya 84 años y que lo adoro. Dice, “no hay secreto, hay técnica”, una frase que no se me olvida nunca. Dice también, “la gente que tiene secretos generalmente no sabe, porque teme que alguien lo haga mejor de como lo hace”, por lo que hay cosas que no se quieren explicar para que no se sepa. P: ¿Qué tipo de trabajo o ajuste te piden con más frecuencia? R: Pues a la hora de los arreglos en guitarras eléctricas, lo que es el ajuste del quintaje que se le llama que es la entonación, como no es una guitarra clásica que no lleva piezas. En este caso llevan más piezas por lo que son más susceptibles que se desajusten. Los quintajes, y lo que es pulido y restauración de los trastes y el diapasón con lo que tocas para que este más suave y va restrateado porque esto pasa que con el tiempo hay que sustituirlos, ya que se gastan del uso. Este arreglo, el restrateado lo hago mucho y es una de las cosas más complicadas que hay en un instrumento de estos. Luego en guitarras clásicas, algo que ocurre muy a menudo son las fisuras y las rajas en las tapas, las roturas de la pala que es donde radica toda la tensión que ejercen las cuerdas. P: ¿Qué piensas sobre la artesanía frente a la fabricación en serie? R: La artesanía siempre. El instrumento es una prolongación del intérprete que lo toca. Entonces se puede expresar los sentimientos con algo que te lo puedas permitir. El instrumento cuanta más calidad tiene más te permite expresar lo que tú quieres expresar a través del sonido. Y eso, un instrumento hecho de serie pues suenan todos igual, no tienen vida. Hay una cosa que muy poca gente sabe, que es que las guitarras y todo este tipo de instrumentos de consumo que van desde los 200 euros a los mil, no están hechas de madera sino de contrachapado, igual que las puertas. Por lo que estas guitarras no son de maderas macizas, son contrachapadas. Lógicamente están tienen un sonido artificial.

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GUITARRAS ELÉCTRICAS HECHAS CON CAJAS DE PUROS. “LAS HAGO TOTALMENTE DE FORMA RÚSTICA”

P: ¿Te sientes reconocido por tu trabajo? R: Si, sin duda. Lo primero y lo más importante es sentirte reconocido contigo mismo y está a gusto con lo que haces, pero si realmente yo con los clientes que tengo sí que valoran el trabajo que hago. P: ¿Qué es para ti lo imprescindible en un instrumento? ¿Qué le pides a un instrumento para que sea perfecto? R: Pues, en lo que no puede haber ningún error, puede haber cosas de estética, pero al no hacerlo una máquina y ser manual pues no tiene esa perfección, por lo que al ser manual tiene esa imperfección afortunadamente del ser humano y de la artesanía. Hay un sitio donde tiene que ser perfecto, es el diapasón que es donde van los trastes, es con lo que se toca y con lo que se afina, en esta parte no puede haber ningún solo error. En una guitarra las divisiones son perfectas, de hecho, no todos los trastes tienen la misma separación, hay una fórmula matemática para dividir el diapasón y calcular donde van puestos si no, no afina. 14

Según la longitud del diapasón las guitarras eléctricas y las acústicas llevan más trastes, suelen llevar 21 o 24 y las españolas suelen llevar 19. Entonces en las españolas el cuerpo empieza en el traste número 12, pera en las eléctricas y acústica no hay otros cinco o seis trastes para llegar más abajo. Las acústicas tienen una escala (longitud del mango) y las españolas otras. P: Cuéntame de donde viene la idea de crear guitarras eléctricas con cajas de puros. R: Realmente esto viene de finales del siglo XIX principios del siglo XX, sobre todo en la zona del Delta del Misisipi, en las plantaciones de algodón, a sus habitantes les estaba prohíbo tocar la guitarra o las compraran no podían. Ellos cantaban solo a capela mientras cosechaban el algodón. Ante la prohibición la gente empieza a darle “vueltas al coco”. Entonces empezaron hacer guitarras con latas de aceite de hojalata y con las cajas de puros que fumaban los señoritos que las tiraban.


Estos cogían las cajas de los puros les ponían un palo, sobre dos o tres cuerdas y así empezaron a tocar, de allí salió el blus prácticamente. De ahí vienen, aunque eran guitarras acústicas sin más. Yo lo que hago, es hacerlas acústicas y eléctricas para que se puedan conectar con su amplificador y todo eso. Uso varias marcas para que suenen distintas y las decoro. Y luego lo que es la escala del diapasón las hago distintas, son diferentes de sonido y ejecución. P: ¿Este tipo de creación te las encargan, has vendido…? R: Sí, he vendido alguna. Porque aparte de tener un sonido peculiar pues llaman la atención también. Tienen un precio entre los 100 euros y los 400 las que son eléctricas. Las que son acústicas que no llevan lo que una eléctrica sobre 200 euros. Este tipo de guitarras las hago para que se puedan tocar, aunque hay gente que se las lleva de decoración. Las hago de forma totalmente rustica.

P: ¿Cuál es el proyecto por el que más cariño has sentido? Y ¿con cuál te has sentido más satisfecho la más especial? R: Pues las primeras que hice tanto la eléctrica como la clásica. Son modelos únicos en todos los sentidos. Son guitarras muy personalizadas, no están estandarizadas. Tenía claro sobre el papel lo que quería construir en cada una, pero luego no sabía si en la realidad iba a ser el resultado que yo buscaba, y la verdad que sobrepaso mis expectativas. P: En estos momentos, ¿Qué tienes en proyecto? R: Si esta que tengo aquí, pero no puedo decir de quien, ya que me ha pedido discreción. Es para un cantautor conocido.

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Cristina y josé enrique ramírez

La familia ramírez guitarreros históricos

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a familia Ramírez tiene una trayectoria de VI generaciones. José Ramírez de Galarreta y Planell, también conocido como José Ramírez I fue un luthier que fabricaba guitarras españolas y pionero en la Escuela de Guitarreros de Madrid. Se considera cabeza de la saga de artesanos de la familia Ramírez en el año

1882. Actualmente el nombre de la empresa corresponde al de un hombre, pero es Amalia Ramírez la actual luthier del taller que sigue asentado en la capital española. La pasión por el oficio y la música hacen que sobrinos de Amalia como son José Enrique y Cristina sigan los pasos de la tradición familiar.

Por elena martínez

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PROCESO DE ELABORACIÓN DE LA FAMILIA RAMÍREZ La formación del oficio del artesano se puede comparar con la de cualquier profesional que “tenga que cursar una carrera o unos estudios musicales determinados” dice Cristina. El trabajo de guitarrero, al contrario de lo que algunos afirman, lleva años de formación. La V generación de luthier a la que pertenecen los sobrinos de Amalia siguen la tradición de los antiguos talleres artesanos, en un primer momento se comienza por ser aprendices, a los años se sube a oficial de segunda, luego vendría llegar a oficial de primera para terminar siendo maestros de la luthería, así lo cuenta Cristina. El taller de la familia Ramírez lo encabeza Amalia, y el resto son oficiales. Estos oficiales con el tiempo consiguen un nivel por lo que suelen independizarse y formar su propio taller para así desarrollar sus propias investigaciones, plantillas, varetajes entre otros. “Al principio es una formación dura” señala José Enrique. Se tiene que aprender a usar diferentes herramientas, al igual que un músico tiene que aprender la técnica del instrumento poco a poco. En el primer contacto, se empieza por aprender cada uno de los procesos y hasta que no se repite un centenar de veces y se demuestra que dominas, no se puede plantear crear un instrumento. La familia Ramírez con los años ha conseguido un estándar de calidad muy alto, por lo que la destreza con las herramientas tiene que ser una prioridad. “Sin una buena técnica no hay una buena creación” señala Cristina.

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Cada instrumento responde a unos pasos de construcción. Lo que es común, salvo en las eléctricas que son de cuerpo macizo, son los siguientes pasos:

1. Selección del material 2. Juntar tapa y suelo 3. Mosaico varetaje y refuerzos varios de suelo y tapa

4. Domar los aros 5. Realización de mango y cabeza 6. Ensamblar tapa con mango en solera 7. Colocación suelo y cierre con cenefas 8. Diapasón, labrado, colocación de puente y colocación de trastes

9. Barniz


La elaboración de cada instrumento conlleva un valioso tiempo, todo depende del tipo de guitarra, laudes o bandurrias que quieras. Por ejemplo, una tirada de guitarras de cuatro en cuatro tarda alrededor de tres o cuatro meses. En el taller cada segundo cuenta, mientras un proceso se está secando se sigue con la siguiente, de esta forma no se paraliza el tiempo de trabajo. Todos los productos más específicos y artesanales que pide el cliente siempre se crean por encargo, por suerte esta familia tiene una lista de espera de un año y medio como da a conocer José Enrique. Todo proceso de creación tiene su base es lo más importante de un instrumento, la madera. La familia Rámirez suelen utilizar maderas como: palosanto de India, Madagascar y ciprés para puente, pala, suelos y aros. El ébano lo suelen utilizar para los diapasones y el cedro de Centroamérica para los mangos. El tratamiento y secado de las maderas llega a durar años para conseguir que con el propio paso del tiempo la madera se seque y disminuya su grosor para poderlas manipular. La mayoría de los luthier comienzan su trayectoria entre las cuerdas y maderas de un taller. Todos tienen el construir y reparar corriendo por sus venas, pero en el instante que se crea la primera se guarda para el recuerdo. Este es el caso de los sobrinos, que la primera que construyeron fue una flamenca y pasó a formar parte de la colección Ramírez. La tradición no conlleva que las familias que

“EL SECRETO DE L TALLER FORMA PARTE DE LAS INVESTIGACIONES QUE HAN REALIZADO DURANTE LOS 136 AÑOS DE TRADICIÓN” se dedican a la artesanía, específicamente a la luthería deban seguir siempre los mismos pasos y modelos. En esta familia cabe la innovación, como la apertura a otros modelos como es la eléctrica Seoane. Todo viene por Manuel Seoane cuando entró a trabajar con los Ramírez hace unos años, por una alergia a la madera tuvo que dejar la artesanía y dedicarse por completo a la música. Un músico que conserva una estrecha amistad por lo que pidió hacer un nuevo modelo.

lFachada de l establecimiento/taller de la familia ramírez Fotografías: Cedidas por familia ramírez 19


“EL LUTHIER SIEMPRE LE PIDE ALGO IMPRESCINDIBLE AL INSTRUMENTO COMO LA CALIDAD EN EL SONIDO” “Tenemos muchos clientes, clientes directos, tiendas y distribuidores” comenta Cristina. El papel del músico que visita un taller para la adquisición de un instrumento es muy importante, por lo que se busca destacar y crear satisfacción en él. Los Ramírez tienen un mercado que cruza fronteras, así como: el japonés, el americano y el italiano. El precio depende de si se trata de una tienda o de un distribuidor ya que se tiene un descuento para poder comerciar en esos países, pero el valor es el mismo que tienen estipulado en España. Todo lo que tenga que ver con el comerciar instrumentos que uno mismo crea, da recompensas personales al bien que se construye tanto con la calidad, la tradición, la historia y el compromiso del hacer, conforman en uno mismo el amor por el oficio. Todos los profesionales del mundo de las cuerdas reconocen el trabajo artesanal. El luthier siempre le pide algo imprescindible al instrumento, “calidad en el sonido, armonía entre tiples y bajos y proyección” indicaban convencidos Cristina y José Enrique. La construcción de manera artesanal, con maderas de alta calidad, siguiendo unos pasos de pura tradición española son el máximo exponente en un luthier. La familia Ramírez durante años ha conservado un taller guitarrero en el que se respira amor el instrumento y la música, con la calidad, el sonido y sobre todo la atención por los detalles que ofrece la artesanía.

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DE IZQ A DRCHA. CRISTINA, AMALIA Y JOSÉ ENRIQUE RAMÍREZ Fotografías: Cedidas por familia ramírez 21


“me enamoré de cuando empec

pedro ruíz del árbol

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edro Ruiz del Árbol es un enamorado del violín. Empezó sus andanzas en el mundo de la luthería por una deficiencia auditiva severa, que le impedía desarrollarse como violinista. Por lo que, decidió buscar otras maneras para poder dedicarse a la música y al violín. En consecuencia, una pasión que desembocó en la artesanía de la luthería. Pedro, un luthier que inició sus pasos por decisión propia, aun-

que siempre ha vivido rodeado por el arte, puesto que su madre continuamente ha trabajado restaurando obras de arte de patrimonio nacional y contaba con su propio taller en la vivienda familiar. Los consejos y el apoyo de los que le rodean y sobre todo de su madre, le han ayudado a afrontar nuevos retos. Así comenzaría sus andadas en la restauración de violines, violas y violonchelos antiguos.

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el violín é a tocarlo”

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i primer violín lo llamé Amanecer, por que para mí supuso el inicio de una nueva etapa en mi vida. Tuve la tremenda suerte de encontrar una profesora de violin que confió en mí, y se enamoró de “Amanecer” al instante.

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Pregunta: ¿Cómo es el proceso de construcción que llevas a cabo? Respuesta: Todo el proceso de construcción sería muy largo de explicar. Pero resumiendo, busco inspiración en modelos antiguos que me gustan, y después intento transformarlos para concebir mi propia idea de ese instrumento. Yo particularmente, presto especial atención a la sonoridad. Para mi lo mas importante es como va a sonar ese violín, viola o violonchelo. P: También trabajas con arcos. ¿cuál es el proceso de estos? R: Básicamente repito un modelo de arco con unos espesores, una curvatura y diámetro que me han funcionado, y que adapto a la veta, dureza/flexibilidad del Pernambuco, y densidad del mismo. P: ¿Cuánto tiempo dedicas en la construcción de los instrumentos? R: Construir un violín suele llevarme mas o menos un mes y medio. Pero la realidad es que se dilata mucho más en el tiempo, pues tienes que compaginar la creación de instrumentos con el arreglo y restauración de otros…Además, ¡yo soy un trabajador a tiempo parcial, que comparte la lutheria con la crianza de mis tres hijos! P: A la hora de construir los instrumentos, ¿te las encargan, o las vas haciendo y luego las pones a la venta? R: Ambas cosas. Pero lo más corriente es que voy construyendo y los pongo a la venta. P: En cuanto a la creación, ¿Qué tipo de maderas utilizas?

“DOY ESPECIAL IMPORTANCIA A LA RELACIÓN DE LAS PROPORCIONES” R: En ese aspecto soy, muy clásico, siempre uso abeto y arce, y lo monto con ébano. P: ¿Hay algún secreto que como luthier se mantenga en secreto a la hora de construir cualquiera de tus instrumentos? R: Eso es un aspecto sumamente complejo. En ese aspecto, hay diferentes teorías y diferentes técnicas para afrontar el reto de la sonoridad. Por mi parte, le doy especial importancia a la relación de las proporciones: Si decido cambiar el espesor de las tapas, también cambio la colocación y forma de las efes, y de la barra armónica, diámetro del alma, y espesores del puente… Todo está relacionado y no puedes ver las cosas de manera aislada… en este caso, ¡las sumas de las partes dan resultado al conjunto de la sonoridad!


PEDRO, SIEMPRE USA ABETO Y ARCE PARA LA CONSTRUCCIÓN DE SUS INTRUMENTOS Y LAS MONTA CON ÉBANO FOTOGRAFÍAS: CEDIDAS POR pEDRO RUÍZ DEL ÁRBOL, LUTHIER

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“CADA INSTRUMENTO ES UNA CREACIÓN PERSONAL Y ÚNICA”

P: Los precios varían en cuanto a los instrumentos que haces por pedido a los que creas por capricho, ¿puede variar? R: Como ya he dicho, lo más importante para mi es el sonido. Y ese es el aspecto que va a determinar el precio final de un instrumento. Cuanto mas sencillo es el sonido de un violín, mas barato, cuanto más complejo, rico, y lleno de matices, resonancia y proyección, más va a costar. P: Sobre los clientes, ¿tienes muchos clientes actualmente? R: Por fortuna, cuanto con algunos clientes fijos, que han depositado su confianza en mí, y para los que soy su “luthier de cabecera”. Creo

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que es muy importante el trato familiar y cercano que mantienes con tus clientes… P: ¿Qué tipo de trabajo o ajuste te piden con más frecuencia? R: Encerdar arcos y arreglo/sustitución de puentes. P: ¿Qué piensas sobre la artesanía frente a la fabricación en serie? R: En mi opinión, y por desgracia, la gente no tiene la formación y sensibilidad necesarias para diferenciar y valorar la diferencia entre unos y otros, más allá del precio. Hoy en día, el principal aspecto a valorar que determina la decisión de compra es el precio.


Peedro trabajando en su taller | fotografía: cedidas por pedro ruis del árbol, luthier Creo que es una pena que otros compañeros Luthiers, están aprovechando esa falta de conocimiento del músico, para vender instrumentos de fábrica como propios, sencillamente porque los montan y/o barnizan. Desde mi punto de vista, lo importante es concienciar, explicar e informar sobre las diferencias, lo que suponen, y lo que de verdad es un instrumento de luthier, artesanal, frente a uno de fábrica. Por fortuna, en cuanto explicas como es el proceso de fabricación y das a comparar un instrumento de fábrica frente a uno artesanal, la gente lo ve enseguida. ¡Si es que no hay color!

R: Para mi cada instrumento que construyo, es una creación personal y única. Pienso, que con cada creación que sale de mi taller, estoy volcando parte de mi mismo, de mi vida, mis etapas, y mis sentimientos. Me gusta ver como cada instrumento tiene unas características únicas que están relacionadas con como me he sentido durante su creación. Por eso, todos mis instrumentos tienen nombre. ¡Para mí son como un miembro más de mi familia! P: ¿Te sientes reconocido por tu trabajo? R: Tengo la suerte de contar con clientes que siguen confiando en mi y que son los que, con su actitud, me hacen sentir valorado y reconoP: ¿Qué recompensas te da el crear los ins- cido. trumentos? 27


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o thie edr lu e P ol, n d rb ció l á uc z de str uí on o R y c edr ión r P ac po ar as rep did de : ce es as gn afí imá togr Fo

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l instrumento más especial y por el que he sentido más satisfacción al comprobar el resultado, ha sido un encargo de violín de 5 cuerdas. Supuso todo un reto de creación personal.

P: ¿Cuál es el proyecto por el que más cariño has sentido? Y ¿con cuál te has sentido más satisfecho, la más especial? R: Probablemente, el instrumento en el que he volcado el mayor cariño ha sido el primer cello que le hice a mi hija cuando empezó a tocar… La ilusión de verla disfrutar de la música a través de un instrumento hecho por mi en especial para ella, ha sido de las cosas más gratificantes que he vivido. Por otro lado, el instrumento más especial y por el que he sentido más satisfacción al comprobar el resultado, ha sido un encargo de violín de 5 cuerdas. Supuso todo un reto de creación personal. P: ¿Qué autoestima te hace construir o reparar? R: Es difícil contestar a esta pregunta… no me gusta asociar mi autoestima a mi labor profesional. ¡Creo que el valor de una persona no viene determinado por su desempeño pro-

fesional…! ahora, si es cierto que me siento especialmente orgullosos de mí mismo al culminar un trabajo bien hecho. P: ¿Qué es para ti lo imprescindible en un instrumento? ¿Qué le pides a un instrumento? R: ¡Su sonido! Sin duda, la calidad de su sonido. Un instrumento no es un mueble o una obra de arte para exponer. Un violín nace para ser tocado. El problema es que muchas veces, nos olvidamos de ello, dando especial importancia al aspecto externo del instrumento… P: En estos momentos, ¿Qué tienes en proyecto? R: Estoy acabando una viola de 16 pulgadas, y a mitad de construir un cello. Pero voy lento, por que no siempre encuentro el momento de poder dedicarles tiempo entre restauraciones y arreglos que me solicitan.

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VICENTE CARRILLO

La prolongada historia de la familia Carrillo

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a historia del artesano dedicado a la fabricación de instrumentos puede abarcar varias generaciones. Es el caso de Vicente Carrillo, se trata de la octava generación descendiente de una familia de deleitada experiencia en la construcción y reparación de guitarras que tiene su inicio en 1975. Todo viene del primer antepasado que era Fuenanselmo Alarcón, que fue maestro de la escuela del pueblo Ca-

sasimarro. Por circunstancias de la vida este hombre tuvo que viajar a Granada donde se quedó hacer guitarras ya que era un oficio que a él le gustaba desde siempre. A raíz de entonces, por el siglo XVIII por 1750 más o menos volvió al pueblo y creo escuela de luthier. Así fue como comenzó la enseñanza de generación en generación.

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“EN EL TALLER NO SE HA DEJADO DE HACER GUITARRAS NI UN DÍA”

Taller enla parte de construcción de Vicente Carrillo, | FOTOGRAFÍA: elena Martínez 32


¿Cómo entra la familia carrillo? A través de la nieta de Alarcón que se casa con Felipe Manuel Carrillo que era el tatarabuelo de Vicente Carrillo y de esa unión nace Blas Carrillo Alarcón que es el que empieza la saga Carrillo. En el año 1836 se funda esta saga. Blas comenzaría con un mercado vecinal, local a finales del siglo XVIII, pero no más porque no salía por fuera. El mercado al que se dedicaba el abuelo de Vicente ya era provincial y nacional por el siglo XX. La expansión del mercado de esta familia comienza cuando el abuelo de Carrillo asiste a la Exposición Universal de Sevilla en el año 29, y las expone en el recinto, situada por la plaza de España de la ciudad. En un momento dado de la feria pasa la Reina Victoria Eugenia de Battenberg la mujer de Alfonso XIII, al ver las guitarras se quedó mirándolas y le fascinó como un hombre tan mayor podía fabricarlas, tal fue la difusión que tuvo en Sevilla el acontecimiento que todas las guitarras que llevaba se vendieron, “se volvía a casa con las manos vacías” dice Vicente. A partir de ese momento empezó a conocerse la saga Carrillo. En el instante que el padre de Vicente comienza en el negocio familiar ya había guitarras por todo el mundo gracias a las comunicaciones que ya existían. La promoción vino por parte de la Diputación de Cuenca, el Gobierno, por la artesanía por lo que se le dio una difusión enorme por todos los rincones. Cuando el padre de Vicente muere, es la madre la que se encarga del taller. Vicente Carrillo recuerda que en el año 84, cuando termina el servicio militar su madre le dio la opción de estudiar o seguir con la herencia familiar. “Recuerdo que esa noche no dormí por la decisión que tenía que tomar, por lo que decidí seguir con el negocio”. Unos inicios difíciles, pero gracias a unir la maestría de la herencia histórica y evolución de la familia, ha sabido nutrirse de las ideas de guitarristas a nivel internacional y de consejos de prestigiosos luthieres como Ángel Benito Aguado con el que sigue manteniendo relación, Vicente lo reseña como “un hombre, un libro abierto”. También influye que en el taller no se ha dejado de hacer guitarras ningún día, por lo que siempre Carrillo lo ha visto y mamado toda la vida. En cuanto a su formación se debe añadir que uno intenta acercarse a la gente que trabaja mejor que tú y gente que trabaja peor, de esta forma se intenta coger lo mejor de cada uno y saber lo que no se tiene que hacer. 33


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ALGUNAS DE LAS IMÁGENES DEL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN | FOTOGRAFÍA: ELENA MARTÍNEZ


Todo luthier se acuerda del primer instrumento que creó, en el caso de Vicente fueron seis o siete guitarras las que hizo de golpe, eran de madera de satén y cinco de ellas tienen dueño. Carrillo recuerda que no les puso nombre ya que si tuviera que ponerle a todas las que hace “le faltarían nombres”. El proceso de construcción en cada taller se lleva a cabo de una forma, puede variar el orden y la composición del instrumento. En el taller de Carrillo, cuenta con un proceso laborioso, ya que la madera se deja secar alrededor de 20 o 30 años “en un lugar húmedo para que vayan encogiendo” indica María Luisa López trabajadora del taller. En el momento de trabajarlas deben de estar muy finas para poderlas manipular y así, cortar las maderas que se encuentran en piezas sueltas, de esta forma se van cuadrando y cortando para juntarlas. En este sentido, se preparan las piezas con las formas específicas para la construcción de la guitarra. Las maderas que este taller suele utilizar para las tapas suelen ser abeto alemán o cedro de Canadá, siempre genérico, se encuentran en todas las guitarras una de estas clases. Para lo que conforma el cuerpo del instrumento se utiliza palosanto de India, palosanto de Madagascar, palosanto del río, cocobolo, entre otros todas ellas madera protegidas. “Tratamos de utilizar madera de libre comercia para evitar el papeleo y que todo vaya más rápido y no ralentice la venta” indica Vicente por la utilización del bocote, palo escrito, ébano verde, ébano exótico entre otro. Una vez que las piezas están hechas se pasan a la parte del taller donde se encuentran alrededor de cinco trabajadores que comienzan con el montaje. A partir de ahí se empieza a construir el instrumento con un molde que se calienta y así, se le va dando forma a la guitarra, un proceso más personalizado. Los luthier se diferencias por “la cabeza, la roseta y la firma de la etiqueta de dentro” señala María Luisa. Destacar que la firma Vicente Carrilllo también elabora bandurrias y laúd y estos se siguen contor-

“LA CONSTRUCCIÓN DE UN INSTRUMENTO ES UN PROCESO LABORIOSO” neando a la antigua usanza, de forma manual “la forma se le va dando con piezas que se calientan y con la mano se va dando la forma poco a poco” dice la trabajadora. La roseta que diferencia a los luthier, el círculo decorativo del centro también se hace manual, juntando y enlazando los diferentes tipos de decoración, todos estos proceden de Japón o China. En cuanto a la bandurria se puede señalar que, si ha evolucionado en este taller, la caja se hace más grande, una medida que permite que salga el sonido mejor al tener más espacio, y el mástil también es poco más largo ya que se busca la comodidad del músico. Una vez terminada la construcción pasaría a la sala de pintura para una vez secada terminar de decorarla. El taller tarda sobre dos meses y medio en construir de seis a siete guitarras. Siempre tienen guitarras hechas de las cuales unas se venden antes y otras después. En el caso de que alguien quiera algo más especial se le hace al gusto de cada uno. Los precios en este taller varían, tienen un precio desde los 1500 euros hasta los 15 y 20 mil euros; pero esos costes están estipulados en otros mercados “yo no cobro eso, ni una cuarta parte de ese precio” dice entre risas Vicente.

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Todo luthier se acuerda del primer instrumento que creó, en el caso de Vicente fueron seis o siete guitarras las que hizo de golpe, eran de madera de satén y cinco de ellas tienen dueño. Carrillo recuerda que no les puso nombre ya que si tuviera que ponerle a todas las que hace “le faltarían nombres”. El proceso de construcción en cada taller se lleva a cabo de una forma, puede variar el orden y la composición del instrumento. En el taller de Carrillo, cuenta con un proceso laborioso, ya que la madera se deja secar alrededor de 20 o 30 años “en un lugar húmedo para que vayan encogiendo” indica María Luisa López trabajadora del taller. En el momento de trabajarlas deben de estar muy finas para poderlas manipular y así, cortar las maderas que se encuentran en piezas sueltas, de esta forma se van cuadrando y cortando para juntarlas. En este sentido, se preparan las piezas con las formas específicas para la construcción de la guitarra. Las maderas que este taller suele utilizar para las tapas suelen ser abeto alemán o cedro de Canadá, siempre genérico, se encuentran en todas las guitarras una de estas clases. Para lo que conforma el cuerpo del instrumento se utiliza palosanto de India, palosanto de Madagascar, palosanto del río, cocobolo, entre otros todas ellas madera protegidas. “Tratamos de utilizar madera de libre comercia para evitar el papeleo y que todo vaya más rápido y no ralentice la venta” indica Vicente por la utilización del bocote, palo escrito, ébano verde, ébano exótico entre otro. Una vez que las piezas están hechas se pasan a la parte del taller donde se encuentran alrededor de cinco trabajadores que comienzan con el montaje. A partir de ahí se empieza a construir el instrumento con un

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molde que se calienta y así, se le va dando forma a la guitarra, un proceso más personalizado. Los luthier se diferencias por “la cabeza, la roseta y la firma de la etiqueta de dentro” señala María Luisa. Destacar que la firma Vicente Carrilllo también elabora bandurrias y laúd y estos se siguen contorneando a la antigua usanza, de forma manual “la forma se le va dando con piezas que se calientan y con la mano se va dando la forma poco a poco” dice la trabajadora. La roseta que diferencia a los luthier, el círculo decorativo del centro también se hace manual, juntando y enlazando los diferentes tipos de decoración, todos estos proceden de Japón o China. En cuanto a la bandurria se puede señalar que, si ha evolucionado en este taller, la caja se hace más grande, una medida que permite que salga el sonido mejor al tener más espacio, y el mástil también es poco más largo ya que se busca la comodidad del músico. Una vez terminada la construcción pasaría a la sala de pintura para una vez secada terminar de decorarla. El taller tarda sobre dos meses y medio en construir de seis a siete guitarras. Siempre tienen guitarras hechas de las cuales unas se venden antes y otras después. En el caso de que alguien quiera algo más especial se le hace al gusto de cada uno. Los precios en este taller varían, tienen un precio desde los 1500 euros hasta los 15 y 20 mil euros; pero esos costes están estipulados en otros mercados “yo no cobro eso, ni una cuarta parte de ese precio” dice entre risas Vicente.

“HAY QUE SABER LA PIZCA DE SAL QUE HAY QUE ECHAR”


VICENTE CARRILLO REPARANDO UNA BANDURRIA | FOTOGRAFÍA: ELENA MARTÍNEZ 37


José Antonio Piornos en su taller| FOTOGRAFÍA: cedida por piornos guitars

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“Secretos no hay, solo se necesita constacia” piornos guitars

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a vida te crea tus propias curiosidades en cuanto al mundo de la artesanía, así como a José Antonio Piornos sintió por la construcción de la guitarra. Un artesano joven de Murcia, que necesitó experimentar y conocer los diferentes elementos que componen la guitarra. Para Piornos, durante años consistió en un hobby y sobre todo un aprendizaje constante que a día de hoy no ha llegado a su fin. Más tarde y de manera natural fue recibiendo encargos de personas cercanas y fue viendo que el curso de su vida se iba encauzando hacia la profesionalidad del oficio. Todo pasó de un hobby, que aún sigue siéndolo para él, a una profesión.

Por elena martínez

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P: ¿Cuántos años abarcan el desempeño de este trabajo? R: Lo bonito de este gremio es que no tiene fin, necesitas unos años para obtener los conocimientos básicos y quizás se alargue un poco más si es de manera autodidacta como en mi caso, pero todos los días sigo aprendiendo y puliendo errores. P: ¿viene por herencia familiar o iniciativa propia? R: Iniciativa propia, quizás ayude el estar familiarizado con el proceso de trabajar con las manos y la correcta utilización de las herramientas, eso sí puede venirme de familia ya que mi parte materna trabaja el metal y he pasado toda mi niñez rodeado de maquinaria. P: ¿Cuál fue la primera que construiste? ¿tenía nombre? ¿Quién fue el afortunado de quedársela? R: La primera completa, ya que antes de ese sí que hubo muchas pruebas que nunca llegaron a finalizarse completamente, pero como he dicho anteriormente, formaban parte del aprendizaje, pero la primera era una Telecaster con cuerpo de Caoba y mástil muy finito, la llamé T90 (telecaster y P90, que eran las pastillas que montaba). El afortunado fue un buen amigo que la ha estado usando durante un tiempo. P: ¿Cuál es el proceso que llevas a cabo para construir? R:La primera parte del proceso es hablar mucho con el cliente, necesito saber cuáles son sus necesidades y entender completamente la idea que tiene en la cabeza para poder hacerlo realidad o para aconsejarle bien. Pasado ese proceso en el que es vital para mí, comenzamos a buscar los materiales necesarios. Una vez completado este segundo proceso ya es momento para comenzar la construcción, dependiendo del tipo de construcción una técnica u otra.

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P: Y ¿en cuanto a las guitarras clásicas que podrías decir? R: No construyo clásicas, es un mundo al que tengo muchísimo respeto, ya que se lo debemos todo, pero no sabría aconsejar a un guitarrista clásico, así que prefiero no pisar un terreno en el que creo que no puedo aportar nada. P: ¿Cuánto tiempo dedicas en la creación de las guitarras? R: Es difícil calcularlo, ya que cada guitarra es diferente, depende mucho del tipo de construcción por un lado y el acabado final por otro, así que es complicado hacer un cálculo, además que yo trabajo el instrumento de luthier en cuanto a calidad se refiere más que a rapidez o cantidad, quizás podríamos estar hablando de 3 a 6 meses, pero hay muchas variables. P: ¿Qué tipo de maderas sueles utilizar a la hora de crearlas? R: Hay muchas maderas que ya están más que establecidas como las idóneas para conseguir el sonido buscado en una guitarra como son caoba, arce, aliso, palorrosa…. pero a veces es divertido probar otro tipo de maderas más exóticas y menos comunes en la construcción, aunque lo importante es llegar a un equilibrio entre sonido, peso y estética, ya que estas tres variables definen mucho el instrumento. P: En cuanto a nuevos avances tecnológicos, cuéntame cómo es el proceso de estos y su instalación en las guitarras. ¿Qué cambio se produce en los instrumentos con ellos? R: Avances hay muchos, pero también demasiados poco usables, la guitarra es un instrumento clásico, me refiero al concepto en sí de la guitarra, ya sea flamenca o eléctrica, hay mejoras increíbles de los componentes que la conforman y eso da una calidad final exquisita, aunque es difícil abarcarlos todos en una sola respuesta. Mi opinión es que los avances que más ayudan son los más sutiles, como la mejora de la electrónica, puente, clavijeros, trastes, cutaway entre otros, es difícil sintetizarlo todo.


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“LAS GUITARRAS QUE MÁS PRESENTES ESTÁN EN MI RETINA SON LAS QUE MÁS GUERRA ME HAN DADO”

P: ¿A la hora de trabajar, te las encargan, o las vas haciendo y luego las pones a la venta? R: Principalmente trabajo bajo encargo, de vez en cuando pongo a la venta alguna que he ido construyendo en ratos libres, pero la gran mayoría son encargos de clientes los cuales ya conozco y nos entendemos bien para llevar a buen fin el proyecto. P: ¿Los músicos que te encargan que les construyas una guitarra, son exquisitos en cuanto a sonidos, personalizaciones entre otros? R: Una persona que quiere una guitarra de luthier básicamente busca un instrumento que no encuentra en el mercado, con una serie de modificaciones que no consigue en guitarras de serie, así que normalmente tienen muy claro lo que quiere. P: ¿Hay algún secreto que como luthier se mantenga en secreto a la hora de construir? R: Secretos no hay, solo se necesita constancia, es una disciplina que requiere mucha dedicación. P:¿Cuál es el proyecto por el que más cariño has sentido? Y ¿con cuál te has sentido más satisfecho, la más especial? R: Cariño les tengo por igual a todas las guitarras que han salido del taller, no podría elegir una porque cada una es diferente y por separado me han aportado diferentes conocimientos, pero quizás si estén más presentes en mi retina las que me han dado más guerra, ya sea por la dificultad de conseguir los materiales o por la construcción y el acabado final en sí, con el tiempo vuelves a quererlas, aunque te hayan hecho pasarlo mal.

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Modelo “Demon Custom” Fotografías: Cedidas por piornos guitars

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“ENCONTRAR UN INSTRUMENTO QUE SE ADAPTE A TUS NECESIDADES 100%”

telecaster de harrison recreación de uno de los fans de josé antonio | fotografía: cedida por piornos guitars

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P: En cuanto a la “Telecaster de Harrison”, háblame sobre esta creación y proceso de la misma. R: Esa guitarra es de un buen cliente y mejor amigo, nos conocíamos años y después de traer varias guitarras a reparar al taller me propuso construir esa guitarra, pero con un par de modificaciones. Esa fue una de las difíciles ya que nos costó encontrar la madera óptima para llevarlo a cabo, pero el resultado mereció la pena. P: ¿Qué tipo de trabajo o ajuste te piden con más frecuencia? R: Las guitarras necesitan cada cierto tiempo una revisión, como cualquier objeto, en el caso de las guitarras se necesita ese ajuste bien por el uso o por el no uso, básicamente la madera es un material vivo que se ve afectado por los cambios de temperatura y eso implica cada cierto tiempo ajustar los diferentes componentes que la conforman. Sin embargo, hay gente que quiere modificar su guitarra cambiando el color, acabado, electrónica... es bastante amplio lo que puede hacerse a una guitarra. P: ¿Qué piensas sobre la artesanía frente a la fabricación en serie? R: No jugamos en la misma liga, los artesanos ofrecemos un material customizado y customizable 100%. En la fabricación en serie es el músico el que tiene que adaptarse al instrumento, en mi taller, por ejemplo, es el instrumento el que se adapta al músico. En cuanto a calidades hay mucha discusión sobre eso que prefiero no entrar, yo solo intento dar el 100% en cada instrumento que sale del taller. P: ¿Qué es para ti lo imprescindible en un instrumento? ¿Qué le pides para que sea perfecto? R: No existe el instrumento perfecto, no hay que buscar eso. Cada instrumento ofrece algo,

ya sea comodidad, sonido…. los instrumentos son colores y depende que vayas a pintar necesitas un color u otro, lo interesante es tener una paleta amplia para poder abarcar lo que necesitas en cada momento. P: Valor añadido a lo que creas / construyes ¿Qué recompensas te da el crear? R: El valor añadido es como hemos comentado anteriormente, la posibilidad de encontrar el instrumento que se adapte a tus necesidades 100%, creo que es lo realmente interesante de hacerse un instrumento “a medida”. Recompensas muchas, pero sobre todo la satisfacción de que algo que ha sido hecho con mis manos está ayudando a un músico a crear. Es muy gratificante después de muchas horas de trabajo ver que el resultado llega a buen puerto y que has sabido entender lo que esa persona tenía en mente y que a veces es difícil expresar porque son en muchos casos sensaciones que no saben transmitir de manera tangible. P: ¿Te sientes reconocido por tu trabajo? R: Me siento querido por mis clientes y muy reconocido por la gente que ha confiado en mí. P: ¿Qué autoestima te hace construir o reparar? R: Cuando sale bien muy alta, cuando algo sale mal por los suelos. P: En estos momentos, ¿Qué proyectos tienes? R: En este momento tengo varios encargos personales que estarán terminados los próximos meses, además espero tener un poco de tiempo para intentar dar forma a un par de modelos propios, en los cuales quiere poner en práctica unas cuantas modificaciones que llevo tiempo pensando y que espero que gusten.

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Entre Cuerdas

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epílogo La creatividad, la inspiración y la devoción son términos que definen a un luthier. Una persona que construye, repara o ajusta instrumentos de cuerda pulsada o frotada, y que crea en muchas personas una manera de vivir. Lo que identifica a un luthier es la entrega y el compromiso por aquello que fabrica. “Para mi cada instrumento que construyo, es una creación personal y única. Pienso, que con cada creación que sale de mi taller, estoy volcando parte de mí mismo, de mi vida, mis etapas, y mis sentimientos. Me gusta ver como cada instrumento tiene unas características únicas que están relacionadas con cómo me he sentido durante su creación” añade Pedro Ruíz del Árbol. La misión de los luthier como artesanos de guitarras es hacer que la madera se transforme en sonido, consiguiendo con ello una de las mayores artes del mundo, la música. En este sentido, haciendo de esto un oficio antiguo y apasionante para quien lo practica. Una artesanía en general que se asemeja a la habilidad técnica que crea una conexión entre la recompensa emocional del luthier con el sentir de la música. En el caso de Piornos Guitars, “sobre todo la satisfacción de que algo que ha sido hecho con mis manos está ayudando a un músico a crear. Es muy gratificante después de muchas horas de trabajo ver que el resultado llega a buen puerto y que has

sabido entender lo que esa persona tenía en mente”. Se trata de una habilidad que otorga valor simbólico y reconociendo al trabajo que desempeña. Es lo que dignifica al ser humano, cuando el trabajo no es meramente repetitivo y mecánico, sino el fruto de un largo proceso de aprendizaje, además de un savoir-faire que ayuda a comprender los materiales con lo que se trabaja en el oficio de la luthería, así como prever las necesidades de quienes tocan los instrumentos. La propia destreza y gracia especial que tienen los luthier por hacer las cosas. Es lo opuesto al industrialismo y la estandarización. Hablamos de la artesanía, una creación de objetos realizados de forma manual por una persona sin ningún tipo de maquinaria. La artesanía frente a la fabricación en serie producida por la industria tiene objeto de distinción por la persona que lo hace con un trabajo cualificado. El valor de hacer y crear es la auténtica distinción por la forma cosificada de construir un bien.Como señala Lázaro Gabaldón, “El instrumento es una prolongación del intérprete que lo toca. Entonces se puede expresar los sentimientos con algo que te lo puedas permitir. El instrumento cuanta más calidad tiene más te permite expresar lo que tú quieres expresar a través del sonido. Y eso, un instrumento hecho de serie pues suenan todos igual, no tienen vida”.

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RĂŠplica de la guitarra de G. Harrison, construida por Piornos


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