Primera Edición : Mayo 2020 Depósito Legal: R 7566-2018 ISBN: 978-84-606-7878-8 Diseño de portada: Elena Ortiz Maquetación: Elena Ortiz Imprime: ColorPrinter Edita: Elena Ortiz Elenusk24gmail.com Reserve todos los derechos.No se permite reproducir, almacenar en sistemas de recuperación de la información ni transmitir alguna parte de esta publicación, culaquiera que sea el medio empleado -electrónico, mecánico, fotocopia, grabación etc-, sin permiso previo de los titulares de los derechos de propiedad intelectual. 2020, Guatemala
En las tejavanas de los templos de tiniebla y agua existen unas tablillas de madera en las cuales se pintan sĂmbolos y signos para el canto y baile hacia los dioses.
Los mascadores de la Luna son los encargados de perseguir a las afueras de la ciudad la primera noche de plenilunio, esa luna roja que corona las tablillas.
Si la voz subía de uno de los templos alzados, el Mascador de Luna, autor de la tablilla que cantaban, vestía de fiesta de maíz y se presentaba a los sacerdotes y astros de estructuras geométricas.
El Mascador de Luna, autor del canto de guerra vestĂa como luz de planeta joven, se presentaba ante los guerreros y sostenĂa una pitaya en mano como sĂmbolo de guerra.
Cada lunaciรณn abarcaba desde la gracia de la luna tierna hasta la primera noche de la luna grande en el doble plenilunio del cielo y los Mascadores de luna cantaban poemas.
Las tablillas que no se cantaban servían para encender el alma de los murciélagos, que se convertía en ceniza de poemas rechazados en un baño de leche blanca.
Utuquel, Mascador de Luna de lluvia de pelo verde y mĂĄscara muerta de esponja participaba por Ăşltima vez en el certamen de las tablillas que cantan.
Utuquel fue por última vez a desafiar a los murciélagos. –Dijo: Crear es robar, en todas partes, cuanto se necesita para la obra de arte. No hay y no existe obra original.
Utuquel rompió jaulas hasta liberar los cantos presos para poder participar en su última lunación y devolverle los colores que le fueron robados al arcoíris, aunque sacrificara su corazón de chocolate.
Utuquel Salió con sus tablillas en blanco para depositarlas en el cráter del volcán y poder formar el arcoíris de nuevo, ese arcoíris que perdió color por guerras y sacrificios
Las tablillas cantadas por el Mascador de la luna ayudaron a la lucha por la paz y el amor que todos merecĂan.