Otros diálogos de El Colegio de México: México 1968

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MÉXICO

1968

ILUSTRACIÓN: ERICK RETANA

LA CEREMONIA INAUGURAL DE LOS XIX JUEGOS OLÍMPICOS FUE MÁS QUE UN EVENTO DEPORTIVO, UNA PRUEBA EN MOMENTOS DIFÍCILES.

POR


RAÚL NIVÓN RAMÍREZ

DIRECTORA GENERAL SILVIA ELENA GIORGULI SAUCEDO DIRECTOR ADJUNTO VICENTE UGALDE SECRETARIO DE REDACCIÓN JUAN CARLOS CALVILLO EDITORA RESPONSABLE GABRIELA SAID REYES

DISEÑO NIEVES DÁNAE CORRECCIÓN DE ESTILO ULISES MARTÍNEZ

COMITÉ EDITORIAL ACADÉMICO l

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CONSEJO EDITORIAL CONSULTIVO ARTURO ALVARADO ISHITA BANERJEE l FLORA BOTTON l ROBERTO BREÑA l ADOLFO CASTAÑÓN l ROBERT DARNTON l JOSÉ MARÍA ESPINASA l JOAQUÍN DÍEZ-CANEDO FLORES l CHRISTOPHER DOMÍNGUEZ MICHAEL l MARGO GLANTZ l JAVIER GARCIADIEGO l MARIO LAVISTA l PATRICK LE GALÈS l ANDRÉS LIRA l GUADALUPE NETTEL l BETSABEÉ ROMERO l SASKIA SASSEN l JAIME SERRA PUCHE l DANIELLE ZASLAVSKY l

l

ANGEL MIERES ZIMMERMANN

PRESIDENTE DEL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN

ALEJANDRO ARAI ÁLVAREZ

Egresado del Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México @CEHColmex

INAUGURACIÓN OLÍMPICA EN MÉXICO68

M

inutos antes de las 11:00 de la mañana, tiempo del Centro de México, Raúl Nivón López, mi abuelo, se sentó frente a su flamante televisor, ajustó la imagen y quedó atento a los detalles de la transmisión de la ceremonia inaugural de la olimpiada de los mexicanos. La primera imagen que mi abuelo y otros 600 millones de televidentes apreciaron fue el recibimiento que Avery Brundage (presidente del Comité Olímpico Internacional) y Pedro Ramírez Vázquez (presidente del Comité Organizador de la XIX Olimpiada) hicieron a Gustavo Díaz Ordaz en la entrada del Estadio Olímpico Universitario. Se escucharon salvas de 21 cañonazos antes de que estos personajes procedieran a ocupar el palco de honor. El telespectador no se daría cuenta de los tanques apostados en las inmediaciones del coloso del Pedregal, encargados de “salvaguardar el orden” a diez días del dolorosísimo 2 de octubre. En cambio, atestiguaría el estreno oficial del gigantesco tablero que mostraría, en inglés, francés y castellano, el célebre credo del padre del olimpismo, Pierre de Coubertin: “Lo más importante de los Juegos Olímpicos no es ganar sino competir, así como lo más importante en la vida no es el triunfo sino la lucha. Lo esencial no es haber vencido sino haber luchado bien”. Acto seguido, daba inicio el parade de naciones, con Grecia a la cabeza. El desfile de las naciones se asemejaba a los ejercicios cívicos de cada lunes en las escuelas primarias mexicanas. Durante 40 minutos, marcharon por novedosa pista de tartán las delegaciones de 112 naciones, cada una precedida por un cadete del Colegio Militar que portaba un letrero con el nombre del país en turno. A su paso frente al palco de honor, los cadetes volteaban para saludar al presidente, que de vez en vez era encuadrado por las cámaras de televisión. Jorge Sony Alarcón y Jacobo Zabludovsky fueron los encargados de transmitir al público mexicano las impresiones

del suceso. La crónica era en general descriptiva y sólo hacía referencia a los colores de los uniformes y de las banderas. En el caso de algunos países, como Kenia e Islandia, los comentaristas hacían breves referencias sobre su localización geográfica, su idioma o algún otro dato general. En el de Israel, por ejemplo, destacaron su presencia como “uno de los Estados más nuevos del mundo”. Italia fue recordada como la “sede de los Juegos Olímpicos de 1960, la patria que nos hermana más a este país latino”, y se hizo referencia al numeroso contingente de Japón y a su carácter de sede anterior. En la última parte del desfile, Alarcón detuvo la crónica para llevar a cabo una reflexión en torno a los Juegos. Con alivio, señalaba: “Parecía que esta fecha no iba a llegar nunca. Parecía tan lejano cuando se vio en la pizarra del estadio olímpico de Tokio: Sayonara […] Y aquí estamos, fieles a la cita, fieles al compromiso”. El comentario no era para menos, ya que, amén del gran esfuerzo que significaba la organización de un suceso de esa magnitud, la olimpiada mexicana había pasado por una serie de contratiempos que habían puesto seriamente en riesgo su viabilidad. Llegado el turno de México, la entrada del contingente nacional ocasionó tanto entusiasmo que fue imposible escuchar a los locutores. David Bárcena, de pentatlón, abanderaba a los nuestros. Pasó frente al palco presidencial y realizó el saludo protocolario al jefe de Estado. Acto seguido, la delegación ocupó su lugar sobre el césped del estadio. Frente al palomar de transmisión estaba colocado el pódium —imagen tridimensional del logotipo México 68 pintado de color rosa— en el que Ryokichi Monobe, alcalde de Tokio, habría de pasar a Alfonso Corona del Rosal, regente del Distrito Federal, la bandera olímpica. Una vez colocadas las delegaciones, la imagen de televisión se abrió desde el palomar para mostrar una panorámica del Estadio Olímpico. Zabludovsky describió la escena como una imagen “maravillosa, colorida […] La emoción, de entusiasmo, de cordialidad al mundo entero a través del pool internacional de televisión, en una transmisión a todo color que encabeza Telesistema Mexicano”. Todo transcurría de manera ordenada. Una vez acomodadas las delegaciones, Pedro Ramírez Vázquez y Avery Brundage se prepararon para dar la bienvenida a los visitantes. En punto de las 11:52, el presidente del Comité Organizador se dirigió a los asistentes y a la teleaudiencia nacional e internacional. El tono del discurso se dio en los términos en que se había concebido la olimpiada mexicana: “El ideal olímpico de que los pueblos, a través de sus jóvenes, aprendan a vivir en armonía coincide con la tradición humanista del mexicano. México muestra al mundo su rostro actual”. Pero lo que más se recordaría de aquella parte protocolaria de los discursos oficiales fue la (fría) declaratoria de Gustavo Díaz Ordaz, jefe del Estado mexicano y patrono de los XIX Juegos Olímpicos. Así se escuchó: “Hoy, 12 de octubre de 1968, declaro inaugurados los Juegos Olímpicos de México, que conmemoran la XIX Olimpiada de la era moderna”. El pool televisivo cambió de manera inmediata para encuadrar la banda musical. En el sonido ambiente se combinaba la melodía de la fanfarria olímpica con gritos, aplausos y la porra: “¡México,

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JUAN CARLOS CELAYETA

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RAYMUNDO SÁNCHEZ PATLÁN SUBDIRECTOR EDITORIAL

ANDREA MERLOS LÓPEZ EDITORA GENERAL

JORGE ALMARAZ LÓPEZ EDITOR EN JEFE

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UN MOMENTO ESPERADO

112 NACIONES PARTICIPARON EN LOS JUEGOS OLÌMPICOS DE LA CIUDAD DE MÉXICO, EN 1968.

600 MILLONES DE TELEVIDENTES TUVO LA CEREMONIA INAUGURAL .

90 ESCALONES DEBIÓ SUBIR QUETA BASILIO PARA ENCENDER EL PEBETERO OLIMPICO.

México, ra, ra, ra!”. ¿Hubo mentadas de madre para el presidente? ¿Hubo una cometa negra que voló delante del palco de Díaz Ordaz? Hay más hipótesis que pruebas empíricas. En la grabación ambiente no se aprecia con claridad si hubo silbidos o injurias contra Díaz Ordaz, aunque otra historia sería en la inauguración del Mundial de México 70, cuando la rechifla no podía silenciarse ni por televisión. Respecto al papalote en forma de la paloma negra, las pruebas son aún menos concluyentes. Muchos asistentes afirman haberla visto, pero si hubo alguna, ni la televisión ni los comentaristas hicieron alusión a ella. Por su parte, la prensa internacional (al menos la que llegaba a las oficinas del Comité Olímpico Internacional en Lausana, Suiza) y, aún más, la prensa nacional se habrían abstenido de mencionar este hecho. En cambio, tanto la televisión como la prensa destacaron la entrada triunfal del fuego olímpico, cuya peripecia lo llevó desde Olimpia hasta las tierras mexicanas siguiendo la ruta de Cristóbal Colón en 1492. Así, aquel 12 de octubre, pasado el mediodía, el mundo vio a Enriqueta Basilio abrirse camino por la novedosa pista de tartán del Estadio Olímpico Universitario. Antes de llegar a las escaleras, la atleta se detuvo unos instantes y fue acorralada por algunos deportistas de otras delegaciones. Al fin pudo abrirse paso, antes de subir los 90 escalones que conducían al pebetero. “Ahí está. Toma un momento solemne, una ovación, y muestra al mundo entero la flama olímpica… ¡Y ahí está el fuego de los decimonovenos Juegos Olímpicos!”. Durante la declaración del juramento olímpico se liberaron más de 15 000 palomas. Por televisión se escuchaba el entusiasmo y porras para México. Acto seguido se dejó ver un objeto aerostático con la forma de los aros olímpicos. Todo calculado para satisfacer tanto al asistente como al telespectador. Por su parte, los locutores mexicanos no dejaron de destacar los contrastes y el colorido mostrado en la ceremonia de inauguración, así como el orden con el que se realizaban los acontecimientos. Algunos momentos después de que se izó la bandera olímpica, destacaban: “Después del momento solemne, y una gran emoción, una ceremonia inaugural llevada fielmente, de acuerdo con lo planeado, al minuto, ha tenido como marco este colorido extraordinario, en este lleno completo, en este día de fiesta que marca la historia del deporte del mundo y de México”. En una de las últimas tomas, Telesistema Mexicano apuntó sus cámaras al tablero de la cabecera norte y se detuvo para destacar la frase: “Ofrecemos y deseamos la amistad con todos los pueblos de la Tierra”, escrita en inglés, francés y castellano. La ceremonia de inauguración había cumplido su cometido al llevarse a cabo conforme al programa y sin alusión alguna a la agitación estudiantil ni a la tragedia del 2 de octubre. Así transcurrió la inauguración de la primera olimpiada transmitida en directo vía satélite y a color para todo el mundo. Era la 1 de la tarde cuando mi abuelo, militar retirado, apagó la televisión. Probablemente, como muchos otros mexicanos, ésta era la primera vez que se enteraba de lo que significaba el olimpismo internacional. Sin embargo, aquel día, mi abuelo habría podido concluir con la misma frase que tantas veces le escuché decir: “Por fin, el mundo verá de México más que sombreros y piñatas”.

LECTURAS DE EL COLMEX LA INAUGURACIÓN ERA UN FIN

“La ceremonia de inauguración había cumplido su cometido al llevarse a cabo conforme el programa y sin alusión alguna a la agitación estudiantil ni a la tragedia del 2 de octubre”.

RAÚL NIVÓN Historiador

TÚ Y YO EN LOS DEBATES DE CANDIDATOS A LA PRESIDENCIA DE MÉXICO (1994-2012). UN ESTUDIO DE DEIXIS POLÍTICA MARÍA EUGENIA VÁZQUEZ LASLOP 2019 1A. EDICIÓN, XVIII, 457 PÁGS. SERIE: ESTUDIOS DE LINGÜÍSTICA, 35 Se descubre en este estudio quién usó más yo, nosotros, tú, ustedes, o la tercera persona en los debates presidenciales de 1994 a 2012. Tal vez no se llegue a contestar la pregunta de si los candidatos dialogaron o no, pero es un buen principio para saber si, al menos, lo intentaron.

OBRAS ESCOGIDAS DE VÍCTOR L. URQUIDI. INFORME CONFIDENCIAL QUE RINDEN JOSÉ ABOUMRAD Y VÍCTOR L. URQUIDI SOBRE LOS MERCADOS DE LA PLATA EN EUROPA, EL CERCANO ORIENTE, LA INDIA Y EL LEJANO ORIENTE (30 DE SEPTIEMBRE DE 1947) JOSÉ ABOUMRAD Y VÍCTOR L. URQUIDI; LUIS ANAYA MECHANT (ENSAYO INTRODUCTORIO) 2019 1A. EDICIÓN, 307 PÁGS. ILUSTRACIÓN: ERICK RETANA

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Un acucioso estudio de la plata, el metal más importante en la historia económica mexicana.

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WASHINGTON, D.C., Y LA CIUDAD APARENTEMENTE MUY DISTINT EL FENÓMENO DE SER POBRE Y RACIALES O ÉTNICAS SE

CIUDA MÉXI WASHING

Desiguald y etnia ciudades

POR MARTHA S

Ilustración: E

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D DE MÉXICO, DOS METRÓPOLIS TAS EN LAS QUE, SIN EMBARGO, Y PERTENECER A LAS MINORÍAS E PRESENTA POR IGUAL.

AD DE ICO Y GTON D.C.

dad, raza en dos capitales

SCHTEINGART

Erick Retana

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n México y Estados Unidos, y a pesar de su diferente grado de desarrollo económico, hay factores comunes importantes que tienen que ver con el aumento de la desigualdad social. Según Stiglitz (2015), para Estados Unidos, y de Oxfam y Esquivel (2014), para México, el primero alcanzó el nivel más alto de desigualdad entre los países avanzados (la mayor concentración del ingreso desde la Gran Depresión de los años 30); México está en el lugar 107 de 132 países: 80% de los otros casos comparados tienen menor desigualdad.

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RAZA Y POBREZA

37 POR CIENTO DE POBRES EN CIUDADES CON GRAN MAYORÍA (94 PC) DE POBLACIÓN NEGRAÓ

9.8 PC DE POBREZA EN CENTROS URBANOS CON 5.6 POR CIENTO DE HABITANTES NEGROS.

107 DE 132: EL LUGAR DE MÉXICO ENTRE LAS NACIONES MÁS DESIGUALES DEL MUNDO.

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En Estados Unidos se ha dado un crecimiento importante de las minorías raciales o étnicas y, además, es un país con una larga historia de discriminación con respecto a los grupos afroamericanos, que han pasado de la esclavitud a la segregación total, y luego a una integración limitada y lenta dentro de la sociedad. Esto puede verse con claridad en el caso de Washington, el llamado Distrito de Columbia: su población provenía de Maryland y Virginia, estados con plantaciones que tenían más de la mitad de la población esclava del país en la época del primer censo de 1790, y que se transformó, alrededor de 1900, en el centro más importante de la civilización negra americana (Ruble, 2012). Por esta razón, es muy relevante incorporar al estudio de la desigualdad la cuestión de la fuerte presencia de grupos afroamericanos, en el caso de Washington; y, si bien en México el tema de la desigualdad ha estado más vinculado a las clases sociales, hemos explorado lo que sucede con la presencia indígena en la ciudad y su relación con la desigualdad social y la pobreza. DISTRIBUCIÓN DE LOS GRUPOS SOCIALES, RACIALES Y ÉTNICOS EN EL ESPACIO URBANO Mientras en las ciudades norteamericanas —y en Washington, nuestro caso de estudio— los sectores más pobres se han concentrado en la zona más central de la metrópoli, en las ciudades latinoamericanas —y en la Ciudad de México, en particular— las áreas más pobres se encuentran en la periferia, donde han proliferado los asentamientos irregulares y algunos desarrollos de vivienda social realizados con apoyo de financiamiento público. Sin embargo, muchos autores han mostrado que en los últimos años se ha dado una suburbanización de los sectores pobres en muchas ciudades de la Unión Americana y, aunque la pobreza suburbana no es necesariamente mejor o peor que la existente en zonas más centrales, algunos residentes suburbanos en pobreza pueden sufrir mayores limitaciones para encontrar empleo, problemas grandes de transporte, más falta de acceso a servicios sociales y complicaciones para enfrentar diferentes cuestiones vinculadas a su condición de pobres (Kneebone E. y A. Berube, 2013). ¿Cómo se relaciona esta distribución con la presencia de grupos raciales y étnicos? Por ejemplo, en las unidades llamadas wards, en que se divide el Distrito de Columbia, existe una gran coincidencia entre la presencia de afroamericanos y el porcentaje de pobres; así, la unidad que tiene 5.6 por ciento de población negra presenta sólo 9.8 pc de pobres, mientras que en aquélla con una gran presencia de afroamericanos (de 94pc) la proporción de pobres asciende a 37pc. Esas diferencias se dan también, a nivel más general, en otras ciudades del país. Por su parte, nuestros estudios sobre la Ciudad de México han mostrado que la homogeneidad de los grupos más pobres en las zonas más periféricas es mucho mayor que la combinación de estratos con ingresos altos o medios en las áreas centrales. Esta gran homogeneidad de amplias zonas periféricas habitadas por los pobres implica una mayor segregación y peores condiciones de vida, ya que cuanto mayor es la homogeneidad de las grandes áreas que viven en pobreza, mayores son las distancias a los lugares de trabajo, o a los centros con servicios o equipamientos de mejor calidad. Esto incrementa los sentimientos de exclusión e impide el surgimiento de redes sociales que podrían contribuir a una mejora de las condiciones de vida (Rubalcava y Schteingart, 2012). Al analizar la presencia indígena en las unidades políti-

UN ESTUDIO REFLEJA SIMILITUDES ENTRE EU Y MÉXICO

En las ciudades norteamericanas —y en Washington, nuestro caso de estudio— los sectores más pobres se han concentrado en la zona más central de la metrópoli (...) en las latinoamericanas —y particularmente en la Ciudad de México— se encuentran en la periferia.

co-administrativas de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM), a partir del Catálogo de Localidades Indígenas del 2010, pudimos comprobar que en la Ciudad de México (CDMX) existen ciertas coincidencias, sobre todo para los casos extremos como Milpa Alta, Xochimilco, Iztapalapa y Tláhuac, que tienen los porcentajes más altos de pobres (entre 36 y 51 pc) y de indígenas, mientras que las unidades con menor pobreza presentan también porcentajes bajos de indígenas (alrededor de 2 pc). En los municipios conurbados del Estado de México, donde los porcentajes de pobres son bastante más altos, en los tres casos de mayor presencia indígena —Chimalhuacán, Valle de Chalco Solidaridad y La Paz—, las proporciones de pobres también son superiores a 50 pc y, en general, mayores a las del resto de las unidades. Este análisis, de carácter exploratorio, no se sostiene como en el caso de Washington, donde la presencia afroamericana es mucho más fuerte y la definición de ese grupo más clara. En la Ciudad de México los porcentajes de indígenas son bajos (aproximadamente, entre 2 y cerca de 10 pc) en las diferentes unidades analizadas, lo cual no significa que la presencia indígena no tenga consecuencias importantes que valga la pena analizar. GENTRIFICACIÓN, RACISMO Y ETNICIDAD En el caso de Washington, los procesos de suburbanización 6E

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ILUSTRACIÓN: ERICK RETANA

de los negros pobres se relacionan con la gentrificación. Después de décadas en las que la burguesía blanca migró a la periferia, jóvenes profesionales blancos, muchos de ellos contratados por el gobierno federal con altos salarios, volvieron a la ciudad que dejaron sus antecesores y un número importante de desarrolladores convirtieron edificios de departamentos en mal estado en condominios, mientras que los compradores individuales restauraron casa por casa en las áreas deterioradas. Con la llegada de una población de altos recursos, los precios de las viviendas aumentaron de manera impresionante. Algunos celebraron este proceso, pero otros señalaron el desplazamiento sin precedentes de miles de pobres que rentaban sus casas. Autores como Myers y Derek (2015: 108127) mostraron que la población pobre negra que alquilaba su vivienda fue desplazada por una población blanca de mayores ingresos; además del enfrentamiento entre blancos afluentes y negros de escasos recursos, que al final no pudieron pagar las rentas exigidas en el momento, hubo normas que prohibieron dar créditos para la vivienda a las familias negras: “los que de alguna manera han sufrido las consecuencias de estos cambios han manifestado que los agentes inmobiliarios, los desarrolladores, los dueños de casas y terrenos, y los nuevos residentes se han aprovechado del histórico subdesarrollo de las comunidades negras para hacer dinero a partir de sus viviendas” (Myers y Derek, 2015). La claridad con que puede observarse, en el caso de Washington, la relación entre los procesos descritos tiene que ver en parte con el tamaño de la ciudad. No ocurre lo mismo con la Ciudad de México, que es mucho más grande y el principal centro económico del país. El Distrito de Columbia, la capital de la Unión Americana, es casi 13 veces menos populosa que la CDMX y representa al 11 por ELHERALDODEMEXICO.COM

ciento de la población total de la Zona Metropolitana, que es más de tres veces menor que la ZMCM. En la Unión Americana, la discusión sobre el racismo ha sido frecuente e involucrado académicos, políticos y defensores de los derechos humanos por la importancia que ha tenido la presencia afroamericana y por el hecho de que un país que se considera una auténtica democracia haya tenido una población esclava durante siglos y luego no haya podido evitar la gran desigualdad de esos grupos con respecto a la población blanca. Tanto los textos clásicos de Franklin (1991) como los de Wilson (1987) distinguen entre los análisis de los liberales y los de los conservadores, aunque muestran algunas coincidencias. Esas tendencias parecen haber fallado en la consideración de la relación entre raza y clase, sobre todo por no haber podido proponer políticas adecuadas para esos grupos raciales, lo que ha dejado claro, por lo demás, que los grupos conservadores frenaron más directamente el avance social de las familias negras, tanto en un nivel general como en los guetos centrales de las ciudades. Hasta no hace muchos años, cualquier referencia al racismo en América Latina se hacía para constatar que se trataba de un tema tabú; sin embargo, más recientemente pudo comprobarse un creciente reconocimiento de su presencia, en parte debido a las luchas de los pueblos indios y negros y en parte a las investigaciones que han mostrado su vigencia en la realidad (Castellanos, 2001: 165-166). En Hiernaux (2000) se presentan algunos datos interesantes acerca de por qué los indígenas han migrado a la Ciudad de México y sus problemas para interactuar en ella. Muchas veces la falta de dominio del español ha representado una limitante y el acceso al trabajo se ve condicionado por ese factor (menos de 15 por ciento de los entrevistados en la encuesta que presenta esa obra hablaba bien esa lengua). Estas deficiencias existían a pesar de que se daba su paso por la escuela primaria. Como consecuencia, la inserción de los indígenas en el ámbito laboral se produce en trabajos que requieren poca calificación, y pasan de campesinos en su lugar de origen a ocupaciones tales como las de trabajadores domésticos, guardias de seguridad y peones en la construcción, con baja remuneración económica. Estos grupos sufren constantemente rechazo y vejaciones por sus condiciones culturales y económicas y, aunque en estos casos las discusiones giran más alrededor de la pertenencia a cierta clase social, el tema de la discriminación étnica no deja de estar presente. Otros trabajos (Oemichen, 2003: 315-360) también han evidenciado que los migrantes indígenas a la ZMCM han tenido una integración conflictiva que deriva en el establecimiento de fronteras étnicas. Para dar cuenta de ello, mi investigación analiza la experiencia de adaptación de grupos mazahuas a la gran ciudad y muestra cómo no podían utilizar el equipamiento urbano como cualquier otro habitante de la ciudad. CONCLUSIONES COMPARATIVAS En los dos casos hay grandes diferencias históricas tanto en los procesos de suburbanización como en los esquemas generales de distribución de los grupos sociales en el espacio, aunque es importante aclarar que los mapas usados en general no revelan todavía los cambios que se han sucedido en los últimos años en la Unión Americana. Éstos han estado vinculados a procesos de gentrificación, como vimos para Washington, y también a cambios demográficos, a la reducción de la inseguridad en los centros de las ciudades y a la existencia de nuevas tecnologías en la producción del marco construido. ¿Cómo podemos interpretar las grandes desigualdades en un país de mayor desarrollo como Estados Unidos, al compararlas con las referidas en el caso mexicano? En l EU —como lo ha señalado Stiglitz— ha aumentado muchísimo la desigualdad en la distribución del ingreso y es el de peores condiciones entre los países desarrollados. Al comparar la proporción de pobres de este caso con la del caso mexicano, es mucho menor, pero es de notar que la mayor economía del mundo no ha logrado que grandes sectores de su población negra, y no sólo los migrantes más recientes, salgan de la pobreza. Como hemos comentado ya, los afroamericanos de Washington han sido desplazados a la periferia, donde frecuentemente sus condiciones de vida se han tornado más difíciles. En cuanto a las desigualdades, en general podemos concluir que existen diferencias entre los dos casos, ya que los porcentajes de pobres por unidad político-administrativa oscilan entre casi 10 y 37 por ciento para Washington, y entre 3 y 51 pc para la Ciudad de México. A pesar de que tiene menores niveles de pobreza, por comparación con los municipios conurbados y otros estados de la República, la Ciudad de México presenta una de las mayores desigualdades en el país. 7E

DESIGUALDAD Y FRONTERAS

“Otros trabajos (...) también han evidenciado que los migrantes indígenas a la ZMCM han tenido una integración conflictiva que deriva en el establecimiento de fronteras étnicas" ECONOMÍA Y RACISMO

“Es de notar que la mayor economía del mundo no ha logrado que grandes sectores de su población negra, y no sólo los migrantes más recientes, salgan de la pobreza”. MARTHA SHTEINGART Urbanista

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ILUSTRACIÓN: ERICK RETANA

ARMANDO GAXIOLA LAPPE Estudiante de Política y Administración Pública @armandogax

LOS CUENTOS DE MIRCEA CĂRTĂRESCU

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asé el invierno de 2017 en Rumanía. En la mañana de la Nochebuena visité la librería Humanitas de Brașov y, al pagar, vi que el muro estaba cubierto de fotos de escritores rumanos. De ellos sólo reconocí a cuatro: Eugène Ionesco, Emil Cioran, Mircea Eliade y Mircea Cărtărescu. Del último, recién había leído su libro más conocido, Nostalgia, traducido por Marian Ochoa y editado por Impedimenta, y la impresión que dejó en mí fue suficiente para comprar otros dos libros suyos en una lengua que sigo sin entender. Y creo que aquí está parte de lo que hace que Cărtărescu sea particular: de los grandes literatos rumanos cuya fama ha cruzado el Atlántico, es el único que no formó parte de la diáspora y que mantuvo el rumano como su lengua literaria. Ionesco y Cioran escribieron en francés desde París, y Mircea Eliade, que terminó por establecerse en Chicago, es conocido por sus obras de historia de las religiones y no por sus novelas. Dos años después, y tras la lectura de toda su obra traducida al español, siento que Cărtărescu es uno de los escritores vivos más impresionantes y sutiles de nuestros tiempos. El ojo castaño de nuestro amor es uno de los tres libros de cuentos que Marian Ochoa de Eribe ha traducido de Cărtăres26 DE ENERO DE 2020

cu. Tiene puntos en común con el resto de su obra: los relatos ondulan entre la tristeza introspectiva y lo grotesco, pero mantienen una belleza visual abrumadora. Casi todos los cuentos suceden dentro de Rumanía, principalmente en Bucarest, y van del periodo comunista anterior a Nicolae Ceaușescu hasta nuestros días. Sus narraciones remiten constantemente a la cruel infancia del autor, a atardeceres desesperados y, con la misma facilidad, a pasajes oníricos tornasolados. Como en sus otros libros, la densidad descriptiva de Cărtărescu es tan intensa que parece un pintor expresionista. Pero lo que hace particular a El ojo castaño de nuestro amor es doble. Por un lado, tiene tonos esperanzadores, principalmente Pontus Axeinos, que es un recuento de la historia de Rumanía, del Mar Negro y de Ovidio. Dentro de una obra característicamente fatalista, que haya relatos bellos y tristes, pero finalmente iridiscentes, es poco usual y es una faceta que Cărtărescu no suele presentar, pero me ayuda a sostener que no hay sentimiento humano ajeno a su obra. Por el otro, los cuentos de este libro son muy cortos. Nostalgia está constituida de cuentos largos que bien podrían ser novelas cortas, pero en El ojo castaño de nuestro amor no hay lugar a dudas de que Cărtărescu es un cuentista de primer orden. La brevedad hace que sus textos sean más accesibles. Y creo que esa combinación hace que este libro sea la mejor puerta a un autor imprescindible de la actualidad. Adivinar a Kafka, Borges y quizás a Joyce entre las líneas de Cărtărescu no es difícil, pero tampoco toma mucho esfuerzo darse cuenta de que estar frente a sus textos es estar frente a algo que trasciende a sus influencias. Como sucede con todo buen autor, parece que la obra de Mircea Cărtărescu sólo pudo haberla escrito él. Su propuesta es firme y coherente, sus imágenes y temas recurren y son inimitables, y siempre hay una pieza nueva, algo que hace que sea tan sencillo leer sus páginas como en un trance y sentir que te llevan de la mano hacia lo desconocido. La obra completa de Cărtărescu se puede leer como un gran texto desmembrado. Nada sobra y todo lleva a un cuadro de una grandeza e importancia indescriptibles. Y tal vez El ojo castaño de nuestro amor es el mejor libro para empezar a leerla. La traducción de Marian Ochoa de Eribe hace del rumano de Cărtărescu un español tan cercano a nosotros que parece que Cărtărescu es uno de los nuestros. Las referencias a Borges, García Márquez y Cortázar dejan en claro que el artista dialoga con la tradición literaria latinoamericana. Sólo faltará la respuesta. 8E

ESCRITOR RUMANO IMPORTANTE

"Tras la lectura de toda su obra traducida al español, siento que (Mircea) Cartarescu es uno de los escritores vivos más impresionantes y sutiles de nuestros tiempos". ARMANDO GAXIOLA Estudiante Colmex

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