Hace 2000 años mientras Jesús el Hijo de Dios comía con uno lideres religiosos, una mujer con fama de ser prostituta hizo algo raro; ella entro al comedor y se lanzó a los pies de Jesús, lloraba deseando sentir limpieza y perdón de pecados... Ella se arriesgo a ser humillada y rechazada, pero en lugar de ello, Jesús la abrazó y les dijo a los allí presentes: "Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama" (Lucas 7:36-50)