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Eder Aguilar
from Enlace 8
Eder Aguilar Gerente Regional
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Eder ingresó a Merco el 4 de marzo de 2013 como Subgerente en Entrenamiento, después de mucha dedicación y gracias a las enseñanzas del Gerente de su tienda, Alfonso de León, y de Francisco Machado, Gerente Regional de su zona, logró promoverse a Gerente de Sucursal Zuazua, donde destacó por mejorar las ventas y disminuir la merma, con el apoyo de compras y el área de prevención de pérdidas.
En marzo de 2014 se realizó la apertura de Merco Aramberri, la cual consideró un reto donde mayor número de cosas aprendió. En esta tienda tuvo la oportunidad de aprender directamente de Don Alfredo Arteaga, quien visitaba la sucursal a diario y siempre los alentaba a ser mejores. “Recuerdo que una vez hice unos cambios de layout en la Frutería, para mejorar el flujo de paso de los clientes, pero no consideré la estrategia de venta y me dijo: Eder no quiero herirte, sé que te esforzaste en hacer el cambio, pero no está bien. Al cambiar la ubicación el cliente ya no se fija en el producto, que está ahí para venderse”, nos platica.
Más adelante, en marzo de 2016, fue Gerente de Apertura de la sucursal de Mixocac, y a finales del mismo año, de la sucursal de Solidaridad.
Desde mayo de 2017 hasta hoy día, desempeña el puesto de Gerente Regional de Nuevo León Oriente, enfatizando que ha valido la pena cada sacrificio y tiempo invertido, animado en seguir adelante y continuar creciendo en Merco.
“Cada día aprendo algo nuevo y puedo transmitir lo que sé, me gusta ser el primero en todo y cada día hago mi mayor esfuerzo, pero lo que más me inspira es la calidad humana que hay en la empresa, donde los dueños se preocupan por las personas, me ha tocado pasar por algunos accidentes en tiendas y lo primero que ha preguntado Don Javier es: “¿Están bien todos los colaboradores?”, agregó.
“Merco es una gran empresa, donde la base de todo somos los colaboradores. Esfuérzate y lucha por lo que quieres, ten tus metas claras y en Merco tendrás la oportunidad de lograrlas”, con esta frase concluye Eder.
