ESTRATEGIAS DE LECTURA AUTORA: ISABEL SOLÉ
ELIANA V. RUFER – 1ER AÑO EDUCACIÓN PRIMARIA – 2012
“LEER ES MUCHO MÁS QUE POSEER UN RICO CAUDAL DE ESTRATEGIAS Y TÉCNICAS. LEER ES SOBRE TODO UNA ACTIVIDAD VOLUNTARIA Y PLACENTERA” (ISABEL SOLÉ)
ESTRATEGIAS DE LECTURA ¿Qué es una estrategia de lectura? Se utilizan para regular la actividad de la persona, en la medida en que su aplicación permite seleccionar, evaluar, persistir o abandonar determinaciones acciónales para llegar a conseguir la meta que nos proponemos. Son independientes de un ámbito particular y pueden generalizarse; su aplicación correcta requerirá su contextualización para el problema del que se trate. Un componente esencial es el hecho de que implican auto dirección (La existencia de un objeto y la conciencia de que ese objetivo existe) y autocontrol, es decir, la supervisión y evaluación del propio comportamiento en función de los objetivos que los guían y la posibilidad de imprimirle modificaciones cuando es necesario. La autora Isabel Solé plantea estrategias de lectura, para: Antes, Durante y Después de leer: ANTES DE LEER:
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IDEAS GENERALES
La principal idea general es la concepción que se tiene acerca de la lectura, lo que hará diseñar otras experiencias educativas en relación a ella.
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MOTIVANDO PARA LEER
Ninguna tarea de lectura debería iniciarse sin tener motivados a los lectores. La motivación esta vinculada con las relaciones afectivas que se tiene con la lectura.
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PLANTEARSE UN OBJETIVO
Leer para obtener una información precisa: Es la lectura que realizamos cuando nuestro propósito consiste en localizar algún dato que nos interesa, aquí se produce desprecio hacia otros datos. Ejemplos de leer para localizar una información correcta: La búsqueda de un número de teléfono en la guía, la consulta de un diccionario, etc. Leer para seguir las instrucciones: En este tipo de tarea, la lectura es un medio que debe permitirnos hacer algo concreto para lo cual es necesario: Leer las instrucciones del uso de un aparato, las reglas de un juego, la receta de una torta, etc. Leer para obtener una información de carácter general: Aquí basta con una impresión con las ideas más generales. Es una lectura guiada por las necesidades que tenga el lector de profundizar mas o menos. Ejemplo: cuando se agarra el periódico generalmente no se lee todas las noticias a fondo o artículos, si no es probable que se lea el titular y esa lectura ya es suficiente para pasar a otra noticia. En otras ocasiones el titular parece sugerente, entonces se lee el encabezamiento en que se sintetizó la noticia. Puede terminar ahí o se puede desear seguir profundizando y leerla completa o bien ir salteando y llegar o un párrafo que trate algo que subsiste su interés. Y también este tipo de lectura es útil cuando tenemos que realizar una monografía.
Leer para aprender: Consiste en ampliar los conocimientos de que disponemos a partir de la lectura de un texto determinado. Puede ser designado por otros (escuela) o por decisión propia. Leer para revisar un escrito propio: Es cuando el autor/lector revisa la adecuación del texto que ha confeccionado para transmitirlo. La lectura adopta aquí un papel de control, de regulación. Cuando una persona lee lo que ha escrito sabe lo que quería decir, pero tiene que ponerse en su lugar y también en el del futuro lector. Es una lectura crítica, útil, que ayuda a aprender a escribir, y en la que los componentes metacomprensivos se hacen muy patentes. Leer por placer: Este caso de lectura es una cuestión personal. Aquí el lector puede releer tantas veces como sea necesario un párrafo o incluso un libro entero; podrá saltar capítulos y volver mas tarde a ellos; lo que importa cuando se trata de este objetivo, es la experiencia emocional que desencadena la lectura. Será fundamenta que el lector pueda ir elaborando criterios propios para seleccionar los textos que lea, así como valorarlos y criticarlos. Leer para comunicar un texto a un auditorio: Este tipo de lectura es propio de colectivos y actividades restringidas (leer un discurso, un sermón, una conferencia, una lección magistral, leer poesías en una audición). La finalidad es que las personas a quienes se dirige la lectura puedan comprender el mensaje que se les emite, por lo que el lector suele utilizar una serie de recurso – entonación, pausas, ejemplos no leídos, énfasis en determinados aspecto… - que envuelven la lectura en si y que están destinados a hacerlo razonable y compresibles. Aquí los aspectos formales son muy importantes, un buen lector jamás leerá en voz alta un texto que no haya leído previamente. Leer para practicar la lectura en voz alta: Aquí se lee para comprender, es una lectura individual, silenciosa y el lector tiene que ir a su ritmo. Leer para dar cuenta de que se ha comprendido: Aquí es donde nos hacemos preguntas sobre el texto, ya sea recapitulándolo, u otras técnicas. Es decir, leer para poder responder preguntas o explicar algo.
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ACTIVAR LOS CONOCIMIENTOS PREVIOS:
Si el texto esta bien escrito y si el lector posee un conocimiento adecuado sobre él, tiene muchas posibilidades de poder darles significado. Si ello no ocurre, manteniéndonos a un texto razonablemente redactado puede ser debido a tres tipos de motivos (Baker y Brown, 1984):
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Puede ser que el lector no posea los conocimientos previos para poder abordar un texto. Es lo que nos ocurre a los inexpertos cuando intentamos entender un documento legal. En estos casos o nos hacemos con el conocimiento necesario o abandonamos el texto, y consultamos a un abogado. Puede ocurrir que poseamos el conocimiento previo pero que el texto en si no nos ofrezca ninguna pista que nos permita acudir a el. Por ejemplo si usted lee el siguiente titulo: “características y funciones del epídome “, es posible que no sepa que cosas de las que ya sabe le pueden ir bien para afrontar lo que se avecina. Si previamente alguien le explica que le va a pasar un texto que tiene que ver con una teoría que pretende ofrecer criterios
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para enseñar los contenidos de la enseñanza, va a poder aportarle al texto lo poco o lo mucho que conozca sobre el tema. Por ultimo, puede ocurrir que el lector pueda aplicar unos conocimientos y construir una interpretación acerca del texto, pero que ésta no coincida con la que pretendía el autor. REALIZAR PREDICCIONES SOBRE EL TEXTO:
Para establecer previsiones nos basamos en los mismos aspectos del texto que antes hemos retenido: superestructuras, títulos, ilustraciones, encabezamientos, etc. Y, en nuestras propias experiencias y conocimientos sobre lo que estos índices textuales nos dejan entrever acerca del contenido del texto.
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HACERNOS PREGUNTAS ACERCA DEL TEXTO.
DURANTE LA LECTURA:
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EL PROCESO DE LECTURA:
Para que el lector sea efectivamente un lector activo que comprende lo que lee, es necesario que pueda hacer algunas predicciones ante el texto que tiene delante. Estas predicciones deben encontrar verificación en el texto o bien ser sustituidas por otras. Cuando la encuentran, la información del texto se integra en los conocimientos del lector y se va produciendo la comprensión. Un aspecto esencial a lo largo de todo el proceso tiene que ver con el hecho de que los lectores expertos no sólo comprenden si no que además saben cuándo no comprenden, y pueden llevar a cabo acciones que les permiten solucionar una posible laguna de comprensión. Es un proceso que se da, de forma constante pero que a veces no: cuando no se aprende a leer de forma adecuada. En estos casos, la lectura no puede servir a ninguno de los propósitos que la mueven, es decir, es inútil, no es funcional, no es lectura.
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ESTRATEGIAS A LO LARGO DE LA LECTURA: TAREAS DE LECTURA COMPARTIDA
Las estrategias responsables de la comprensión durante la lectura que se pueden fomentar en actividades de lectura compartida son las siguientes (Palincsar y Brouwn, 1984):
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Formular predicciones sobre el texto que se va a leer Plantearse preguntas sobre lo que se ha leído Aclarar posibles dudas acerca del texto Resumir las ideas del texto
De lo que se trata es que el lector pueda establecer predicciones coherentes acerca de lo que va leyendo, que las verifique y que se implique en un proceso activo de control de la comprensión. Algunos autores (por ejemplo, Cassidy Schmitt y Baurnann, 1989) señalan otras estrategias, como “evaluar y hacer nuevas predicciones” y “relacionar la nueva información con el conocimiento previo”, cuyo interés en evidente.
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LA LECTURA INDEPENDIENTE:
Aquí el lector impone su ritmo y “trata” el texto para sus fines, actúa como una verdadera evaluación para la funcionalidad de las estrategias trabajadas.
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LOS ERRORES Y LAGUNAS DE COMPRENCION:
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Los errores: falsas interpretaciones. Las lagunas en la comprensión: la sensación de no comprender.
A veces no comprendemos un párrafo, por ejemplo, en un artículo periodístico, y pasamos al siguiente, sin problema. Pero si leemos las cláusulas de un contrato que vamos a firmar, la casi inevitable sensación de que no comprendemos algunas cosas no sólo nos preocupa, si no que nos desasosiega, y necesitamos comprender. El conocimiento que tenemos sobre el grado en que comprendemos es un subproducto de la propia comprensión (Markan, 1981); solo hace falta intentar comprender activamente para detectar lagunas y errores en nuestro proceso. Para leer eficazmente necesitamos saber que podemos hacer una vez que identificamos el obstáculo, lo cual supone tomar desiciones importantes en el curso de la lectura. Como realizar inferencias: necesarias, elaborativas y de cohesión. DESPUÉS DE LA LECTURA:
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LA IDEA PRINCIPAL:
En una obra Clásica, Aulls (1978) distingue el Tema de la Idea principal. Para el autor el Tema indica aquello sobre lo que trata un texto, y puede expresarse mediante una palabra o un sintagma. Se accede a él respondiendo a la pregunta: ¿de que se trata este texto? La Idea Principal por su parte, informa del enunciado (o enunciados) mas importante que el escritor utiliza para explicar el tema. Puede estar explicita en el texto, y aparecer en cualquier lugar de él, o bien puede encontrarse implícita. Se expresa mediante una frase simple o dos o mas frases coordinadas, y proporciona mayor información, y distinta, de la que incluye el tema. La idea principal, para Aulls, es la respuesta a la siguiente pregunta: ¿Cuál es la idea más importante que el autor pretende explicar con relación al tema?.
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EL RESUMEN:
“Probablemente considere usted que casi tiene el resumen, pero no lo tiene del todo; o dicho de otro modo, que la identificación del tema y de las ideas fundamentales contenidas en el texto le dan base importante para resumirlo, pero éste requiere de una concreción, de una forma escrita y de un sistema de relación que en general no se desprende directamente de la identificación o construcción de las ideas principales” (Isabel Solé, pág. 146). Van Dijk (1983) establece cuatro reglas que los lectores utilizamos cuando intentamos resumir el contenido de un texto: omitir, seleccionar, generalizar y construir o integrar. Mediante las reglas de omisión y de selección se suprime información, pero de distintas manera. Omitimos aquella información que para los propósitos de nuestra lectura podemos considerar poco importante. Sin embargo, cuando seleccionamos, suprimimos información porque resulta obvia, porque es, de algún modo, redundante y, por ende innecesario. Las otras dos reglas, generalización y construcción o integración permiten sustituir información presente en el texto para que quede integrada de manera mas reducida en el resumen. Mediante la regla de generalización, se abstrae de un conjunto de conceptos, uno de nivel superior capaz de englobarlos. Cuando construimos o integramos, elaboramos una nueva información que sustituye a la anterior, con la particularidad de que dicha información no suele estar en el texto. A partir de la existente, deducimos, razonablemente algo más global que integra aquella.
BIOGRAFIA: Solé, Isabel. “Estrategias de lectura”. Barcelona. GRAO.