Sumario Introducción
11
Catarata: Cómo captar la fuerza de una catarata
16
Lago de montaña: Cómo trabajar con azules luminosos e intensos
20
Río: Cómo controlar valores cromáticos muy próximos
24
Juncias cubiertas de escarcha: Cómo transmitir la sensación del frío
28
Hielo delgado: Cómo pintar una superficie helada
30
Lago en calma: Pinceladas que separan el cielo del agua
32
Círculos en el agua: Cómo representar ondas suaves y concéntricas
33
Niebla de verano: Cómo sugerir que hay niebla sobre el agua
34
Lago al atardecer: Cómo controlar el color de una puesta de sol sobre el agua
38
Luces nocturnas en la ciudad: Cómo pintar luces de colores y sus reflejos
40
Estanque en calma: Cómo captar el ambiente de un estanque tranquilo
44
Hojas en un estanque: Cómo destacar la vegetación flotante
48
Gotas de rocío: Un primer plano complejo
50
Hielo resquebrajado: Cómo equilibrar trazos enérgicos y texturas delicadas
52
Hielo jaspeado: Análisis del color, la textura y la valoración en el hielo
53
Hielo invernal: Cómo pintar el hielo grueso
54
Escarcha en la ventana: Cómo plantear un motivo abstracto trabajando "de claro a oscuro"
55
Mañana luminosa con escarcha: Cómo captar los imprecisos blancos de la escarcha
56
Copos de nieve en primer plano: Cómo tratar esquemas geométricos definidos
57
Cristales transparentes: Cómo simplificar temas complicados
58
Nieve en el bosque: Cómo no perderse en un laberinto de ramas blancas
60
Escarcha sobre la hierba seca: Cómo representar la escarcha con gouache opaco
64
Neblina: Cómo sugerir un ambiente a partir de una primera aguada
66
Reflejos en el agua: Cómo pintar un arroyo en un día nublado
70
Masas de hielo: Cómo dar claridad a un tema oscuro
74
Carámbanos en la hierba: Exageración de contrastes entre luces y sombras
76
Como en un espejo: Cómo pintar los espectaculares reflejos de las nubes en un lago
78
Río poco profundo: Cómo manipular el color y la luz
82
Agua blanca: Cómo pintar un torrente de montaña
86
Agua reluciente: Cómo pintar reflejos muy luminosos
90
Arroyo pedregoso: Cómo representar el agua finamente pulverizada
94
Corriente rápida: Cómo pintar una rápida corriente de agua
96
Gotas de lluvia: Cómo profundizar en los detalles
100
Primer plano con gotas de agua: Cómo captar la transparencia de unas gotas de agua
102
Gotitas diamantinas: Reserva de brillos intensos con máscaras previas
103
Colores en el lago: Pintura decorativa con pocos elementos
104
Remanso en un arroyo: Cómo pintar reflejos suaves y difuminados
106
Espectáculo de luz y color: Cómo reproducir reflejos muy nítidos y luminosos
108
Una cortina de agua: Cómo usar gouache diluido para pintar agua transparente
112
Un muro de agua: Cómo representar formas inconcretas y difusas
116
Niebla en el río: Cómo controlar el color y la valoración tonal
117
Orilla rocosa: Cómo simultanear el agua transparente y los reflejos
120
Agua transparente: Cómo pintar la belleza abstracta del agua en movimiento
124
Agua centelleante: Cómo extraer los toques de luz con una cuchilla
126
Oleaje fuerte: Cómo separar el cielo del mar
128
Olas encrespadas: Cómo pintar la blanca espuma de una ola
132
Agua espumosa: Cómo pintar una masa de espuma brillante
136
Oleaje suave: Cómo descubrir los sutiles colores de las olas
138
Blanco sobre claro: Cómo pintar un motivo blanco sobre un fondo de tonos claros
140
Ondas en la arena: Cómo captar un diseño abstracto basándose en los tonos
142
10
Introducción PINTAR EL AGUA ES TODO UN DESAFÍO
Este libro está dedicado a los artistas que se han especializado en el tema paisaje (y marina) y que han hecho de la pintura a la acuarela su medio de expresión habitual. Todos los paisajistas están de acuerdo en afirmar que pintar el agua que pueda estar presente en un paisaje o marina es, sin duda, una de las partes más comprometidas de sus obras. Es así porque el agua, aunque esté presente en un cuadro como elemento secundario del paisaje, por el hecho de comportarse como un espejo donde se reflejan los colores, o como una superficie cambiante, reclama siempre un cierto protagonismo. En no pocas ocasiones, claro, el agua es el verdadero centro de interés del paisaje y, con mayor motivo, cuando se trata de un paisaje marino o lacustre, por ejemplo. De los colores y formas que adquiere el agua, de los nítidos reflejos que a menudo vemos en la superficie líquida, de la luz que
difunde y de la "atmósfera" que proporciona al resto del paisaje, de saber captar estas circunstancias depende, muchas veces, el éxito o fracaso del artista. Pintar el agua ha sido, para todos los artistas, en sus comienzos, un auténtico desafío. Pintar agua, en efecto, no es cosa fácil. Como hemos insinuado, el agua es, en todo paisaje o marina, una unidad temática muy diversificada y cambiante: colores fugaces que se "mezclan" con los reflejos más o menos nítidos, las sinuosas formas de las olas, la blanca espuma de las aguas bravas —cascadas, torrentes, ríos de montaña, etc.— vienen a complicar la tarea del artista empeñado en transmitir a los demás la misma emoción estética que él ha sentido al contemplar un estanque tranquilo,^un torrente impetuoso, una soberbia cascada o un modesto salto de agua en un recodo de un riachuelo, o un radiante cielo que se refleja en las aguas de una charca después de la lluvia, etc. Este libro se ha concebido, precisamente, para dar a los
acuarelistas toda la información práctica que necesitan para conocer las formas y colores que adoptan las aguas interiores, la gran variedad de matices que pueden descubrirse en los reflejos que el agua proporciona, así como la importancia que tienen las distintas técnicas de la acuarela a la hora de captar la "personalidad" de una extensión de agua, en reposo o en movimiento, según la hora del día, la estación del año o las condiciones climatológicas imperantes. PREGUNTAS QUE ESPERAN RESPUESTA
¿Cómo reproducir la luz del cielo que se refleja sobre las aguas tranquilas? ¿Cómo describir, con la sencillez de las buenas acuarelas, láíbelleza de aquella arboleda que se ve en el agua como en un espejo?... ¿Y las formas ondulantes de unos árboles reflejados en la superficie rizada de un lago? El color de los reflejos, ¿debe ser el mismo que el color de los objetos reflejados?... Estamos seguros de que estas preguntas, 11
u otras parecidas, se las ha formulado usted en muchas ocasiones sin haber encontrado una solución eficaz al problema que plantean. Esto es, ni más ni menos, lo que hallará en las páginas de este libro: una respuesta a una solución, a través de cincuenta demostraciones prácticas, a todos los problemas que se le han planteado cuando, por primera vez, ha intentado pintar a la acuarela el agua que aparece en un paisaje. CINCUENTA EJEMPLOS, CINCUENTA ENSEÑANZAS
Usted podrá contemplar cincuenta cuadros a la acuarela en los que el agua es el motivo principal, el centro de interés: aguas plácidas, reflejos espectaculares, ríos y torrentes, charcos y estanques, cataratas, etc. Y, para cada modelo, tendrá la solución al problema que representa pintarlos a la acuarela. Mientras pinta, comprenderá rápidamente que cada manifestación del agua en la naturaleza
tiene, desde el punto de vista pictórico, sus propias exigencias, y que llegar a plasmar sus características y su influencia en el resto del paisaje requiere un tratamiento más o menos especial del color y conocer una serie de trucos técnicos que solamente la experiencia puede enseñar. Por la práctica, usted aprenderá a captar todo el color y toda la luz que el agua puede aportar al paisaje del que forma parte, y a conseguir que todos sus componentes formen con la superficie plácida o tumultuosa del elemento líquido una armonía perfecta de colores, cálidos, fríos o quebrados, según las circunstancias ambientales. ORGANIZACIÓN DEL LIBRO
En este libro, hallará usted cincuenta demostraciones prácticas de cómo solucionar otros tantos problemas derivados de la necesidad de pintar el agua presente en un paisaje y, en general, reflejar su influencia en el cuadro. Porque, como usted sabe, cada cuadro es un problema que no se
soluciona solo. Se equivocan los que piensan que al artista le salen los cuadros como por arte de magia o gracias a la "inspiración", cuando la realidad es que, detrás de cada logro, se esconden muchos esfuerzos, intentos y horas de ilusionado estudio frente a la mesa de trabajo o frente al caballete de campaña. Y porque esta es la realidad, cada enseñanza de nuestro libro se centra en uno de los problemas con los que usted deberá enfrentarse alguna vez, cuando vaya a pintar el agua de un paisaje. Empezamos siempre por el análisis del problema que tratamos de afrontar para ofrecer, a continuación, un resumen del método de trabajo que vamos a adoptar. (A medida que se vaya familiarizando con el libro, usted aprenderá que muchos problemas admiten más de una solución y alcanzará la capacidad de analizar todas las posibilidades para decidir cuál de ellas es la más adecuada a su modo de entender la pintura.)
En cada demostración se incluyen etapas intermedias del proceso, siendo muchas de ellas demostraciones "paso a paso". Nuestro libro incluye, también, enseñanzas complementarias. Algunas se refieren al estudio de aspectos interesantes del ejemplo que los incluye, mientras que otras se ramifican en otra dirección para aportar nuevos conocimientos. En resumen, todas las enseñanzas se orientan hacia este objetivo específico: Conseguir que usted se familiarice con el medio acuarela, aprenda a pintar el agua en sus muchas manifestaciones, y se capacite para seguir su actividad artística más allá de los límites que marcan nuestras demostraciones. Una advertencia: La eficacia de este libro no depende de seguir un orden. Por lo tanto, usted es libre de empezar por el ejemplo que más le interese y de seguir con idéntico criterio. Que usted aprenda no depende del
orden en que nosotros hemos colocado nuestras demostraciones prácticas. De todos modos, es conveniente leer las instrucciones antes de empezar a trabajar un modelo concreto. Sucede que, algunos, se basan en explicaciones anteriores.
el tema? ¿Cuál es la dirección de la luz? ¿Cuáles son los colores dominantes?... Etc. Luego, cuando salga a pintar por su cuenta, intente aplicar lo que haya aprendido mientras observa el mundo que le rodea con ojos de artista. ¡Seguro que lo verá todo distinto!
LAS FOTOGRAFÍAS
La metodología del libro se apoya en las fotografías de los temas que el artista pintó del natural. Para usted representan una ventaja que ofrecen muy pocos libros de pintura: ver y entender de qué modo lo que el pintor tiene ante sus ojos puede convertirse en una obra de arte. Si antes de leer unas instrucciones, usted dedica unos minutos a comparar la fotografía del tema con la pintura acabada, pronto comprenderá que, en todos los casos, el artista interpretó lo que veía y no se limitó a copiar. Cuando observe cada una de estas fotografías magistrales, fíjese bien en el encuadre y póngase con la imaginación en el lugar del pintor. ¿Cómo encuadró
SI DEBE COMPRAR MATERIALES, SIGA ESTOS CONSEJOS
La compra de material debe de estar presidida por el sentido común, en función de sus necesidades reales. Desde esta óptica, le aconsejamos que los colores y pinceles los adquiera de una buena marca. Los colores muy baratos son poco luminosos (y menos transparentes que los buenos) y, una vez secos, se alteran fácilmente por la acción de la luz. En cuanto a los pinceles, su duración y eficacia están en consonancia con su calidad. Un buen pincel, si se cuida como es debido, tiene una larga vida; su haz de pelos no se deforma ni pierde la elasticidad inicial. Pintar con malos pinceles puede ser un 13
auténtico martirio, incluso para los caja, tanto mejor. La verdad es que principiantes. los grandes acuarelistas pocas veces En cambio, para sus apuntes y utilizan una gama de colores que primeros estudios, no hace falta que vaya más allá de los 15 o 20 matipinte sobre papel de primera calidad. ces, lo cual no significa tampoco El mercado ofrece calidades que todos ellos deban intervenir en intermedias más que suficientes para todos los cuadros. sus estudios. Guarde el buen papel Las demostraciones de este libro para sus cuadros definitivos. le enseñarán que, muchas veces, no Y, con respecto a los materiales más hacen falta más de cinco colores o menos accesorios, no se deje para conseguir paisajes deslumhrar por los escaparates. extraordinarios. Trabaje con los materiales Para que prepare su futura paleta, estrictamente necesarios, porque es le damos la lista de los 16 colores mucho mejor empezar con pocos y que han sido utilizados para pintar llegar a dominarlos, que dedicar los cuadros que figuran en este mucho tiempo a hacer pruebas y más libro: pruebas. Un equipo básico de buena calidad, Azul ultramar en comparación con otro de calidad Azul cerúleo inferior, dura mucho más y contribuye Malva a conseguir unos primeros resultados Carmín de alizarina mucho más satisfactorios. Rojo de cadmio Amarillo de cadmio LOS COLORES QUE NECESITA Amarillo limón No caiga en el error, muy común entre Amarillo real (o amarillo cromo) los principiantes, de pensar que para Ocre amarillo pintar a la acuarela, cuantos más Cadmio naranja colores contenga su Verde Hooker Verde oliva Sepia
Tierra de Siena tostada (o, simple; mente, siena tostada) Gris Payne Gris Davy En tubo o en pastilla, estos son los colores que deberá poner en su paleta, aunque no todos a la vez. Sin embargo, comparando las cartas de colores, de las distintas marcas, se dará cuenta de que, algunas veces, un mismo color (o muy parecido) aparece con nombres distintos. HABLEMOS DE TÉCNICAS
En nuestros textos aparecen expresiones, muy propias del lenguaje profesional, que quizás convenga aclarar: "HÚMEDO SOBRE HÚMEDO" Pintar "húmedo sobre húmedo" es la técnica más usual en acuarela. Consiste en aplicar los colores siempre sobre un color subyacente cuando aún conserve la humedad. Se trata, en definitiva, de pintar sobre el papel mojado con colores también mezclados con más o menos agua.
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Alteraciones de esta técnica consisten en pintar "húmedo sobre seco" (aplicando el color diluido en agua sobre el papel seco), o en pintar "seco sobre húmedo", aportando color sin diluir (o con muy poca agua) sobre una superficie mojada.
se refieren a la necesidad de empezar a pintar por los tonos más claros para ir subiendo la valoración a base de aguadas superpuestas. Es el método más usual, y muchas veces obligado, para trabajar con medios transparentes, la acuarela entre ellos.
"A PINCEL SECO" Decimos que pintamos "a pincel seco" cuando la carga de color que llevan sus pelos es muy escasa y no contiene agua. En estas condiciones, cuando pasamos el pincel por la superficie rugosa del papel de acuarela, deja un rastro discontinuo y de aspecto seco, muy útil para proporcionar efectos especiales: brillos, contornos indefinidos, opacidades, etc.
“ASACAR BRILLOS” Técnica que consiste en recuperar el blanco del papel en puntos concretos, líneas o pequeñas superficies, rascando con una cuchilla sobre la zona en cuestión, cuando la pintura está ya completamente seca.
"DE CLARO A OSCURO" Pintar "de claro a oscuro" o, como también se dice, "de menos a más", es una expresión muy común entre acuarelistas, cuando
DESARROLLAR SU PROPIO ESTILO
Por último, no piense que le obligamos a copiar nuestros ejemplos con exactitud. Al contrario: lo que queremos es que cada uno de ellos represente un estímulo que le anime a buscar otras soluciones a los problemas que se plantean, y no sólo soluciones técnicas.
Anímese a modificar el encuadre de nuestros ejemplos, a enfatizar alguno de los detalles que le llamen la atención, a hacer cambios en su paleta para plantear otros esquemas de color, etc. Observe cada fotografía, analícela e imagínese que está usted contemplando el paisaje "de verdad". Lea entonces el texto y, si opina que la solución que proponemos es mejor que aquella que usted quizás había imaginado, sígala al pie de la letra. Pero si, contrariamente, prefiere experimentar con su primera idea, aplíquela sin reparo, porque siempre estará a tiempo de rectificar y cambiar de opinión. Piense que nada enseña más que ver y rectificar los propios errores. Como pronto descubrirá, no existe un solo sistema para pintar el agua de sus paisajes; existen muchísimos y descubrirlos puede convertirse en una actividad fascinante.
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Cómo captar la fuerza de una catarata PROBLEMA
La fuerza arrolladura de una catarata no es fácil de captar con el pincel. Además, en este paisaje se añade la dificultad de las formaciones duras e irregulares de las paredes rocosas. SOLUCIÓN
El método habitual de pintura a la acuarela aconseja pasar de los colores más claros a los más oscuros. Con todo, temas como este requieren un enfoque distinto. Las rocas, repletas de detalles de textura, deben pintarse primero, aunque contengan los valores tonales más oscuros. Una vez completados, dediqúese a los colores claros del salto de agua.
PAS01
Esboce las líneas principales de la composición: la catarata, las rocas e incluso los árboles; después, empiece a extender el color con aguadas de tonos intermedios. Observe, en esta primera aguada, la presencia de colores cálidos (ocre amarillo, siena tostada y sepia) y de un color frío: el azul de ultramar.
En un río de alta montaña, un salto de agua palpita sobre las oscuras láminas de roca mellada. 16
PASO 2
Siga desarrollando los tonos intermedios; después empiece a trabajar los valores más oscuros, comenzando por la parte superior del tema, para ir progresando hacia abajo. En primer lugar, pinte las formaciones de roca más lejanas con aguadas de siena tostada, ocre amarillo y malva. Después, introduzca los verdes, altrenando verde oscuro y verde Hooker claro. Mézclelos con siena, malva y gris Payne para las zonas más oscuras. Pase de los árboles a la cascada. Humedezca la zona con agua limpia, y añada unos leves toques de amarillo de cromo, rojo cadmio y azul cerúleo. Si lo cree necesario, insista con aguadas muy tenues sobre los árboles y las rocas del fondo, para suavizar sus contornos.
PASO 3
Vaya trabajando la textura de las rocas. En este paso, en su paleta deben predominar el malva, el siena tostada y el azul ultramar. Diluya cada color hasta lograr un tono intermedio y difumínelos sobre el papel. Para ello tendrá que humedecer el pincel, eliminar de él la mayor parte del líquido y aplicarlo con mucha inclinación sobre la zona que se pinta. A medida que avance en su trabajo, controle las partes oscuras y sombreadas de las rocas, porque de ellas depende la sensación del relieve.
LA OBRA TERMINADA
Lo único que queda por pintar es el agua del fondo. En cuanto la considere correcta, examine el cuadro en su totalidad, en busca de las áreas menos logradas. En nuestro ejemplo, los colores de la catarata eran demasiado pálidos, pero añadiendo unos toques más oscuros de rojo, amarillo y azul, el salto de agua se ha consolidado como centro de interés.
DETALLE
La delicada transparencia del agua al caer puede lograrse depositando gotas de color sobre el papel húmedo. Cuando utilice este método, añada los colores con moderación y no deje que el amarillo se junte con el azul; si esto sucediera, el resultado sería un verde, turbio y muy poco atractivo.
DETALLE
El agua de la parte inferior del salto se pintó de forma rápida e impresionista. Una pincelada de verde claro rodeada de otras más oscuras de color azul, sugieren el ímpetu de la corriente de agua que nace al pié de la cascada, sin desvirtuar la sensación de fuerza incontenida que produce.
Cómo trabajar con azules luminosos e intensos
PROBLEMA
SOLUCIÓN
El agua de este lago, cristalina y tranquila, se convierte, por su aspecto brillante, en el centro de interés del cuadro. En casos como este, los azules deben ser luminosos e intensos.
Para enfatizar la sensación de quietud que produce un lago de montaña, pinte primero las zonas que requieren un azul intenso, Cuando haya conseguido el efecto deseado, siga con el resto de la composición.
El agua azul y profunda de un lago tranquilo resalta sobre los prados alpinos.
PASO 1
Haga rápidamente un bosquejo global del tema, y empiece a pintar el agua del lago. Sumerja un pincel blando en agua limpia y, trabajando alrededor de las rocas, humedezca el papel. Después, añada azul ultramar sobre la superficie empapada, aplicando la pintura con suavidad y empezando por la parte superior. Conforme se vaya acercando al fondo del lago, oscurezca el azul con malva y siena tostada. A continuación, pinte el cielo con aguadas de azul ultramar y azul cerúleo.
PASO 2
Vaya "manchando" el resto del paisaje. Empiece por las montañas, dándoles, con pinceladas ágiles, un tono situado entre el siena y el malva. Para la hierba, use una base de verde Hooker claro iluminado con un poco de ocre amarillo y amarillo de cadmio. No deje que la hierba quede demasiado uniforme: alterne zonas claras y zonas oscuras.
PASO 3
En el paso 1 ha pintado las áreas de color azul intenso (el lago y el cielo), así como las zonas sombreadas que se observan en el primer término del paisaje. Ahora debe concentrarse en los tonos oscuros situados a la izquierda y en los reflejos que se producen en el agua. El ultramar debe ser el color de base para que estas áreas oscuras armonicen con las zonas más luminosas. Suavice un poco el azul intenso con siena tostada y sepia.
LA OBRA TERMINADA
Ahora debe añadir los detalles. Empiece por las rocas del lago y las que se hallan entre la hierba y la ladera de la montaña. Comience con una aguada clara de ocre amarillo. Luegos, indique las sombras y perfiles con azul y sepia. Haga más interesante la ladera de la izquierda salpicando el área con sepia. Por último, realce las hierbas que rodean el lago con un pincel fino. En esta acuarela, el lago, azul y brillante unifica la composición. El malva pálido y frío domina las montañas. Malva es el matiz que debe utilizar cuando quiera sugerir lejanía. ~~ Imita la forma en que la atmósfera suaviza y enfría los colores con la distancia. La parte superior del lago ha sido pintada con ultramar puro. Hacia el fondo, el azul deja paso al malva y al >> siena.
ENSEÑANZA
El agua no es siempre azul. Puede ser oscura, marrón turbio, verde intenso o gris pálido. Como ha demostrado esta lección, incluso en las pinturas dominadas por los azules entran en juego otros colores. Experimente con los azules. Para empezar, coja una hoja de papel acuarela y dibuje una serie de recuadros, cada uno de ellos de unos 5 x 5 cm. A continuación, extienda una aguada de ultramar sobre la mitad superior de un recuadro. Añada rápidamente una aguada de siena tostada sobre la mitad inferior, extiéndala hacia arriba y compruebe qué ocurre cuando se combinan los dos colores. En el siguiente recuadro, utilice una aguada de siena más oscura y descubra el aspecto del matiz resultante. Siga haciendo experimentos con diversos grises y colores: gris Payne, gris Davy, ocre, sepia o cualquier otro color. Después de completar cada uno de los recuadros, etiquételos con sus colores y proporciones. Más adelante, cuando necesite un azul en particular, puede utilizar esta hoja como guía.
22
Cómo controlar valores cromáticos muy próximos
PROBLEMA
SOLUCIÓN
Los azules y verdes que predominan en este paisaje, tienen valores cromáticos muy próximos. Hay que controlar con esmero la valoración de los tonos, para que el río resalte sobre la rica alfombra de árboles.
Pinte la tierra en primer lugar, Una vez que haya establecido su esquema cromático, le será más fácil calibrar el valor que debe dar al azul del río, para que no se confunda con el resto del paisaje,
Desde una ladera, los contornos serpenteantes de un río realzan un panorama rítmico y apacible.
PAS01
Su dibujo debe ser simple: sitúe el horizonte y bosqueje la forma del río. Después analice los colores que se aprecian en la tierra. Al principio, la tierra puede parecer verde. Sin embargo, al observarla con detenimiento, se advierte que también contiene rojos cálidos y amarillos. En este ejemplo, el artista pintó el tierra con aguadas de verde Hooker claro, ocre amarillo, malva, carmín de alizarina y naranja cadmio.
PASO 2
Añada definición a lo que ya ha empezado. Pinte los árboles distantes con ultramar y siena tostada. A medida que vaya avanzando hacia el primer plano, utilice aguadas compuestas de verde Hooker claro, azul cerúleo y ocre amarillo En este paso no sólo define las siluetas de los árboles, sino que está equilibrando, además, la valoración tonal de la pintura.
PASO 3
A medida que trabaja con los tres colores mencionados, vaya concretando los volúmenes añadiendo las zonas más oscuras de los árboles. No debe concentrarse en una sola área, sino que debe vigilar la totalidad del tema que está pintando. Cuando haya acabado de incorporar los verdes, estará preparado para enfrentarse al agua.
LA OBRA TERMINADA
Empezando por la parte superior del cuadro, extienda una aguada rebajada de azul cerúleo, ocre amarillo y azul ultramar. Y cuando pinte el río, utilice los mismos colores. Mantenga la claridad y transparencia de los colores que están en la lejanía, y, a medida que se vaya acercando al primer plano, oscurézcalos gradualmente. En el cuadro terminado hay pequeñas "manchas" de papel blanco que brillan en el azul del río. Es un detalle importante en una pintura como esta, en la que ^ dominan los valores oscuros. y^ El agua luminosa que se ve a lo lejos, ha sido pintada con azul cerúleo, ultramar y ocre amarillo. Y los mismos matices han sido utilizados para representar el agua del río. Lo que a primera vista parece verde, en realidad es una mezcla de muchos colores: ocre amarillo, malva, azul v cerúleo, azul ultramar, carmín de N. alizarina y cadmio naranja, así como ^ verde Hooker claro.
ENSEÑANZA
Antes de atreverse a pintar con muchos colores, luces y sombras intensas, debe descubrir cómo controlar la valoración de los tonos. Para sus estudios utilice, por ejemplo, carmín de alizarina y azul ultramar. Prepare tres frascos con aguadas de cada color: una oscura, otra de una tonalidad intermedia, y la tercera muy clara, y dispóngase a investigar. En cualquier caso, empiece siempre por las zonas más claras de la composición. Deje secar las primeras aguadas y añada las tonalidades intermedias. Por último, añada los colores oscuros. No intente captar los cambios de tono demasiado sutiles. Si aprovecha hasta el límite el valor cromático de cada aguada, sin preparar valores intermedios, aprenderá mucho más sobre los problemas de la valoración tonal. Piense que estamos hablando de "un estudio" y no de un cuadro definitivo. Cuando haya añadido los colores oscuros, estudie el resultado. ¿Ha conseguido captar las luces y las sombras? ¿Tiene sentido su pintura?... Si su obra es de difícil lectura, puede ser que haya igualado en exceso el valor tonal de los distintos colores.
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Cómo transmitir la sensación del frío
PROBLEMA Al trabajar con acuarela es muy . difícil pintar elementos pequeños y finos cuando se recortan sobre un fondo oscuro, como sucede en esta fotografía.
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SOLUCIÓN Pinte primero el fondo oscuro; después, use gouache opaco para representar las juncias cubiertas de escarcha.
• Escoce la escena y, a continuación, pinte el cielo con una aguada rebajada compuesta de azul ultramar, azul cerúleo y ocre amarillo. Deje más oscuro el cielo por la parte superior y asegúrese de indicar las franjas de nubes que descomponen el azul. Cuando el papel se haya secado, cubra todo el primer plano con una aguada uniforme de ocre amarillo, siena tostada y azul cerúleo. Ya puede aplicar los colores oscuros. La técnica del pincel seco es la más adecuada para recrear el aspecto enmarañado de las juncias.
En octubre, las matas de juncias aparecen cubiertas por una fina capa de escarcha.
Trabajando con sepia, gris Payne y azul ultramar, empiece a pintar las plantas más oscuras, las que delimitan el horizonte. Avance lentamente hacia el primer plano, añadiendo toques de color oscuro a la aguada subyacente. A medida que se vaya aproximando a la base del papel, intente conseguir un dibujo convincente, que sugiera el aplastamiento de las juncias del primer plano, cubiertas por la escarcha. Cuando haya terminado con los
colores oscuros, dediqúese a la nieve. Pinte con gouache las plantas cubiertas de escarcha: dos tonos de dorado, uno claro y el otro de valor medio, obtenidos con mezclas de ocre amarillo y blanco, son suficientes. Utilice un pincel fino apenas cargado de color, y deje que las pinceladas se superpongan para reproducir el complejo entramado. Use el dorado más oscuro para pintar las juncias situadas por detrás del plano básico; el dorado más
pálido es para las juncias más próximas al espectador. El contraste dará a su pintura la sensación de la distancia y evitará que las pinceladas finas tengan un aspecto excesivamente ornamental, Como toque final, pulverice ocre amarillo y blanco sobre el primer plano. Para conseguir un fino rociado, moje un cepillo de dientes en pintura y luego pase el pulgar lentamente por las cerdas impregnadas.
Cómo pintar una superficie helada PROBLEMA
SOLUCIÓN
A veces, lo que parece un tema sencillo puede ser muy difícil de pintar. A primera vista, este • motivo parece muy simple, y no lo es. El éxito o el fracaso dependen de las aguadas de color muy rebajado.
Antes de empezar a pintar, analice con cuidado el azul del agua buscando en él cambios sutiles del valor tonal. Cuando haya completado esta aguada, evalúela de forma crítica. Si no es como la había imaginado, repítela.
Afínales de octubre, una capa de hielo frágil y delgada rodea un grupo de juncos. 30
• Dibuje los juncos y esboce apenas las grietas que hay en el hielo; después, recubra los juncos con líquido de enmascarar. A continuación, humedezca el papel con una esponja mojada, y empiece a aplicar el color. Utilice azul ultramar para la parte superior del cuadro. A medida que se vaya acercando al centro, aclare el azul y matícelo con carmín y ocre amarillo. Cuando se acerque al plimer plano, aplique colores más oscuros e intensos; elimine el carmín y el ocre para añadir más ultramar. Si esta aguada da los resultados esperados, deje que se seque. En el caso contrario, empape una esponja en agua limpia, elimine rápidamente todo el color que pueda, y empiece de nuevo. Una vez que esta aguada se haya secado, desprenda el líquido de enmascarar. Pinte los juncos con cadmio naranja, verde Hooker y amarillo. Utilice ultramar y gris Payne para representar los reflejos oscuros. Por último, añada breves y finas pinceladas de gouache blanco para representar las grietas del hielo, y modere su impacto con pinceladas contiguas algo más oscuras.
Pinceladas que separan el cielo del agua
PROBLEMA
Es casi imposible saber dónde acaba el agua y dónde empieza el cielo. A menos que los separe con suficiente claridad, será difícil que el espectador lo capte en su pintura. SOLUCIÓN
Utilice pinceladas circulares alrededor del sol. Luego, cuando quiera representar la superficie del agua, pinte con pinceladas horizontales y más enérgicas.
La luz del amanecer, suave y apacible, se desliza sobre un lago.
• Bosqueje los juncos, y cubra el disco del sol con cinta adhesiva. Después, humedezca toda la hoja de papel con una esponja. Empezando cerca del sol, extienda una aguada pálida de amarillo claro y ocre amarillo, con pinceladas circulares y decididas. A medida que se vaya acercando a los márgenes, añada malva y carmín de alizarina. Cuando pinte el agua, hágalo con pinceladas amplias y horizontales. Pero siga usando los mismos colores: amarillo claro, ocre amarillo, carmín de alizarina y malva.
Cuando esté cerca de la parte inferior del papel, añada azul ultramar muy diluido. Después,deje secar, Para los juncos necesitará un matiz intenso y oscuro: el sepia es perfecto. Pinte los juncos con un pincel pequeño y aguzado, y después dediqúese a los reflejos del agua. Para representarlos, elimine la mayor partre del pigmento de su pincel y utilice líneas finas y ondulantes para imitar el suave movimiento del agua. Por último, retire la cinta adhesiva del sol.
Cómo representar ondas suaves y concéntricas PROBLEMA
SOLUCIÓN
A pesar de que el agua sea suave y tranquila, el movimiento subacuático produce ondas circulares. Para pintar bien esta escena lacustre deberá comunicar una sensación de agua en reposo y, al mismo tiempo, de movimiento ondulatorio.
La técnica tradicional, "húmedo sobre húmedo", es, sin duda, la mejor opción en temas como el de la fotografía. Si lo utiliza con habilidad, podrá representar fácilmente las suaves ondas que aparecen en la superficie de las aguas tranquilas.
A la salida del sol, una solitaria garceta se adentra cautelosamente pn pi noun
• Haga un dibujo preliminar sencillo; deténgase y evalúe su trabajo. Cuando intente representar cualquier movimiento suave del agua, deberá exagerar lo que vea en vez de obsesionarse por la realidad. Si de verdad quiere comunicar la sensación de suave remolino de las ondas circulares, debe acentuar los trazos concéntricos desde el principio. Empiece por extender una aguada rebajada de amarillo de cromo, comenzando por la parte superior; cambie al ocre amarillo en la zona central, y cuando se acerque a la parte inferior, utilice amarillo de cadmio. Para sugerir las ondas concéntricas, trabaje con gris Davy mientras la superficie se mantenga húmeda. Pintando "húmedo sobre húmedo" podrá crear un efecto suave y natural. A medida que se vaya acercando a la parte inferior del tema, añada azul cerúleo al gris para que destaque el fondo. Deje que su trabajo se seque por completo. Mientras espera, elija los colores que utilizará para pintar el pájaro. Necesita un matiz oscuro pero que al mismo tiempo sea vistoso. La manera más fácil de obtener un color oscuro y vistoso consiste en mezclar dos tonalidades oscuras. En este ejemplo, la garceta ha sido pintada con sepia y siena tostada, y los mismos colores han servido para pintar la imagen reflejada del pájaro. Una vez pintada, puede suceder que el ave contraste demasiado contra el suave fondo amarillo. Si se diera este caso, haga la siguiente prueba: coja un pincel fino, empapelo en un matiz intenso (se ha utilizado cadmio naranja) y pinte una fina línea de color alrededor de la garceta. Esta fina banda de naranja separa el pájaro del agua e indica la dirección de la luz.
Cómo sugerir que hay niebla sobre al agua
PROBLEMA
SOLUCIÓN
En este tema se enfrentan dos elementos antagónicos. El sol se eleva en el horizonte y quiere imponer su luz; pero la niebla matinal que flota sobre el agua hace que todo parezca difuso y misterioso.
Puede concentrarse en la niebla o en la salida del sol. En la solución que le ofrecemos se ha dado más protagonismo al sol. Piense que para captar toda su calidez, deberá acentuar los amarillos que tiñen el paisaje. Con ello, el efecto final será muy distinto del que ofrece la fotografía: en conjunto, el color de su pintura será más amable; menos frío.
Hacia el final del verano, la niebla se cierne sobre un lago mientras el sol emprende su ascensión hacia el firmamento.
PAS01
Una vez terminado el dibujo preliminar, cubra el sol y su reflejo sobre el agua con un trozo de cinta adhesiva. A continuación, pinte el fondo rápidamente y de una sola vez. Frote una esponja mojada sobre el papel y, acto seguido, empiece a incorporar los colores. Trabajando a partir del .sol en dirección a los márgenes, aplique amarillo de cromo, carmín de alizarina, malva y azul cerúleo. Añada azul de ultramar a la parte inferior del cuadro y extiéndalo con cuidado por toda la superficie. Después, deje que se seque.
PASO 2
Cuando haya entonado las zonas del lago y del cielo, añada los detalles. Empiece por incorporar los árboles apenas visibles que se alinean en el horizonte. El autor de este ejemplo los ha pintado con una aguada pálida de ultramar y siena tostada. La franja clara que separa los árboles de su reflejo en el agua, es el resultado de haber restado color con una servilleta de papel.
PASO 3
Siga avanzando con los mismos colores. Ante todo, sitúe la masa de los árboles de la parte izquierda; después, comience a trabajar en las hierbas de la zona central. En la acuarela original, ambos elementos fueron pintados con una mezcla de sepia y ultramar, más clara para los árboles v oscura rara las hierbas.
LA OBRA TERMINADA
Acabe su cuadro añadiendo las hierbas del primer plano. Los colores de la salida del sol se han conseguido con amarillo de cromo, carmín de alizarina, malva y azul cerúleo. El centro blanco del sol y la parte más clara de su reflejo, han sido reservados, antes de empezar a pintar, con cinta adhesiva. Los árboles del horizonte son tenues aguadas de ultramar pálido y siena tostada.
I
ENSEÑANZA
En el primer paso, para establecer la tonalidad general del fondo, ha trabajado con la técnica "húmedo sobre húmedo". Este es el sistema básico con el que debe estar familiarizado cualquier artista que quiera pintar a la acuarela. Tómese todo el tiempo que necesite para experimentar con él. En primer lugar, empape el papel sobre el que vaya a trabajar, utilizando una esponja. Humedézcalo de forma regular. Después añada los colores que requiera su pintura, trabajando siempre que pueda, de claro a oscuro, o sea, "sumando" tonos. Generalmente, conviene empezar por la parte superior del papel y trabajar en sentido descendente. Haga varias pruebas con aguadas de distintos colores, esforzándose para que no se mezclen entre sí. Realice muchos ejercicios hasta quedar satisfecho de su habilidad para conseguir aguadas suaves, uniformes o degradadas. Pruebe a manipular el color de una aguada mientras sigue húmeda. En primer lugar, coja una servilleta de papel y borre partes de esta aguada con movimientos horizontales largos. A continuación, haga una bolita con un trozo de la servilleta y emborrone algunos puntos. Observe los resultados y aprenda a controlarlos. A medida que vaya haciendo experimentos, intente trabajar sobre papel muy mojado, húmedo y casi seco. Quedará sorprendido con la variedad de efectos que puede conseguir, y que podrá aplicar a sus acuarelas.
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Cómo controlar el color de una puesta de sol sobre el agua
PROBLEMA Ante una puesta de sol como la del ejemplo, es muy fácil caer en el error de pintar el agua demasiado clara o demasiado brillante. El problema está en controlar dicho color para transmitir la sensación de que las tinieblas se ciernen sobre el agua.
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SOLUCIÓN Cubra todo el papel con una aguada intensa y cálida; después, añada la sombra de las olas en contraluz.
• Sitúe la línea del horizonte y el sol; a continuación, cubra el sol con líquido de enmascarar o con un trozo de cinta adhesiva. Después, aplique una aguada rebajada. Utilice un pincel ancho y no se moleste en humedecer primero el papel: esta aguada no tiene por qué ser totalmente regular. Empiece por la parte superior del cuadro usando malva, carmín de alizarina, rojo cadmio y cadmio naranja. Cuando vaya acercándose al horizonte, elimine el malva de su
A medida que el sol se pone sobre un lago, su brillo inunda el cielo y tiñe el agua de un naranja espectacular y profundo.
paleta. El agua debe ser un poco más clara que el cielo, porque más adelante tendrá que añadir las oscuras sombras de las olas. Para representar las olas, utilice una mezcla intermedia de ultramar y siena tostada. Añada un toque de carmín de alizarina y gris Payne sobre el horizonte y sus alrededores. Pinte las olas con pinceladas cortas, horizontales y agitadas para dar sensación de movimiento. La perspectiva es importante
incluso en motivos tan uniformes como este. Las olas que se ven en la distancia deben ser mucho más pequeñas que las que están en la zona central. Y las que aparecen en primer plano serán más bien grandes. Mientras trabaja, controle la totalidad del cuadro y no deje que sus pinceladas acaben siendo demasiado regulares. Como toque final, retire la cinta adhesiva del sol, y píntelo con amarillo de cromo.