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La sociedad del irrespeto
from EL JAYA 848
■ Yamiri Matías
El concepto del respeto tiene diferentes interpretaciones dependiendo de cada cultura. Como valor agregado de una persona, el respeto nos abre o cierra puertas.
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sistema nervioso. Entre el uno y el otro se crea un vacío, en el que cualquier intento de cercanía desaparece.
ese control de esos valores que se enuncian que reside en la sencillez y en la persistencia de las buenas relaciones, de la amabilidad con que nos relacionamos con los demás.
Lo que vamos a realizar siempre se debe hacer con entusiasmo, interés, porque lo que se hace con persistencia será bueno siempre. Tenemos que ser útiles, pero de forma sencilla, No discutir, ni criticar, siempre hablar de forma sencilla, con voz firme.
Se debe persistir en lo bueno mostrar una sonrisa y saber tomar las decisiones y ahí encontrará el éxito con los demás. Quien piensa y cree en lo que hace, vence con seguridad. Se tiene que tener benevolencia, y con mucha mansedumbre. Basta actuar con amor y sencillez. Recuerda que ser sencillo no significa ser ingenuo, la sencillez es una forma agradable de proceder, sin jactancia, sin pompa, sin vanidad. Los sencillos suelen ser sinceros, son personas cultivadoras de la verdad, Quien ama y dice la verdad siempre merece respeto. Por eso la sencillez y la perseverancia son dos cualidades que todos deberíamos cultivar en los jardines de nuestra mente. Quien persiste en esta manera de ser, de hablar, de actuar, tendrá éxito seguro en su vida. Las personas sencillas valoran al ser humano justamente por ser sencillo y respetuoso. ATRÉVETE A SER SENCILLO Y PERSISTE EN LO QUE QUIERES. Dra. Luz Minerva Jerez, docente de la Universidad Católica Nordestana (UCNE).
En su obra El enjambre, Byung Chul Han hace una reflexión del respeto. Él entiende que es “una mirada atrás”; aquel que solo se consigue con la paciencia, el esmero, la firmeza, la prudencia, el esfuerzo y la dedicación. Siendo las bases en el cumplimiento, un deber que va en armonía con las leyes naturales o las sociales.
Es la experiencia acumulada y certificada a lo largo del tiempo. Es un camino andado de nuestros ancestros, quienes trazaron el camino que nos toca recorrerlo, solos.
El respeto renuncia de su existencia el reconocimiento o el elogio, no hay cabida para la megalomanía; pero muchos menos para la mirada de los curiosos, siempre procura estar bajo perfil o en el anonimato.
Estando bajo anonimato en todo el quehacer de su vida, se integra hacia las mejores causas para el bien común. Su solidaridad se produce porque se conduele del dolor o el sufrimiento de los otros. Y esa empatía crea la cercanía hacia el respeto, el cual no establece jerarquía, logra ganárselo. Han, se enfoca en que el respeto es un “Ejemplo digno de replicar”.
El respeto recurre a la meditación. Una herramienta poderosísima que lleva a que cada acto a ejecutar a tener conciencia, porque reflexiona a la hora de tomar decisiones.
En este sentido, la reflexión se vuelve un elemento clave para alcanzar la verdadera sabiduría. Comprendiendo que el respeto es aroma que encanta, crea un ambiente de buena vibra. Siendo al final las bases para la construcción de una sociedad más armoniosa y unida, pero sobre todo logra alcanzar la verdadera libertad.
Cuando llega el irrespeto la libertad se destruye. Toda paz existencial se aniquila. Le roba la esencia del ser. Descontrola el
El irrespeto no escucha, no espera, no guarda reverencia ante la jerarquía, carece de afecto y empatía. Es ingrato y ruidoso, sus complejos se agigantan. Emana del otro prejuicios, fábulas e indispone a otros. Opta por lo rápido y fácil.
El irrespeto es sordo, ruidoso, inculto, no tiene cara, es por demás indiscreto. El caos generado por el irrespeto destruye toda paz social, “carece de firmeza, de actitud” apunta Byung-Chul.
Donde todo se convierte en “una sociedad de escándalo”, en la que al final todo es igual y caótico. El irrespeto carece de la educación, cultura, costumbre, valores, sentido común, referente, afecto y bondad.
La vida del irrespetuoso termina bajo los cimientos de un vacío, que no logra llenar con nada. Todo se transforma en un sin razón.
La similitud del irrespeto encuentra compañía, no hay distancia entre una misma masa y cuando no hay distancia todo termina mezclado, porque tienen en común la misma esencia. En la mezcla de lo igual, destruye todo orden natural y social; olvidando que “el respeto va unido al nombre” como paz universal.
Por eso, Friedrich Nietzsche recomienda en su obra Humano, demasiado humano, que “el respeto en si conviene a la juventud; se debe ser tímido y tierno cuando se esté frente a todo lo antiguo, venerado y digno; se debe estar agradecido al suelo en que uno ha vivido, a la mano que nos ha guiado, al santuario en el que se ha rezado la primera oración; los momentos más importantes y trascendentales de su vida serán los que la atarán por más tiempo y con más fuerza”.
Una sociedad que se ve sumergida en una cotidianidad aceptada, aquella que se ha vuelto cada vez más flexible para la irrespetuosidad.
La autora es Filosofa.