Las reflexiones de Sherab Tharching
EL LEGADO
EL LEGADO
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Diciembre 2011
Las reflexiones de Sherab Tharching
EL LEGADO
Diciembre 2011
Miles de años atrás, al pueblo chino se le transmitieron, a través de 64 símbolos no idiomáticos o hexagramas, los secretos de la manifestación de todo lo conformado. Los sabios chinos indagaron sobre los significados de las líneas según su forma y posición, recopilando en un texto todo el fruto de sus investigaciones. Ese texto es conocido como I Ching. Lo que ha llegado al gran público en la actualidad ha sido cien veces manipulado, unas veces para agregar nuevas visiones, otras veces para proceder a su limpiado. Si nos atenemos a la traducción de su título, “El libro de las mutaciones”, será más fácil comprender que su contenido jamás podrá ser acotado, porque dispone de los recursos suficientes para contestar a todos los interroga ntes que puedan surgir desde el plano de lo conformado. Llevo años dedicado al estudio de los hexagramas. Se me ha regalado el saber, para poder hacerlo desde la óptica del movimiento, lo que me ha abierto un mundo nuevo que me permite el acceso a la interpretación de las diferentes ordenaciones que se pueden realizar con los hexagramas. Lo que transmito en el encabezamiento de este artículo es otra manera de visualizar el I Ching que es conocida como “Tabla del Código Genético”. Cada hexagrama está asociado a un aminoácido. La secuenciación de uno o más aminoácidos nos conduce hasta un grupo proteico. La obtención en laboratorio de una proteína normalmente es costosa por el periodo inicial de investigación en ingeniería genética. Los antiguos sabios eran conocedores de otra manera más sutil de llegar a los mismos resultados partiendo de un determinado grupo de movimientos. Ya se ha explicado en ocasiones anteriores que todo hexagrama se corresponde con un movimiento y por lo tanto con un aminoácido, como podemos ver en la tabla anterior. En laboratorio la síntesis de una proteína entraña una serie de dificultades debido a las diferentes formas de manifestarse el aminoácido. Con el movimiento esta dificultad desaparece porque se conocen todas las diferentes manifestaciones de cada aminoácido. No quiero ir más allá de lo aquí expuesto. Llevo años tratando de explicar los movimientos de los trigramas con escaso éxito. Tratar de explicar la relación del I Ching con la Tabla del Código Genético se me antoja tan fatigoso como secar el Mediterráneo con una fregona. Sherab Tharching
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