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La lectura de la Biblia es toda una aventura espiritual Dialoguemos cotidianamente con Dios a través de su Palabra

Pensamiento del pastor

Muchas personas han leído la Biblia y la conservan en sus casas. Algunos han memorizado ciertos pasajes bíblicos y los repiten constantemente. Otros creen que para evangelizar basta con recordar a otros el cumplimento de los preceptos allí mencionados. Unos la aceptan como Palabra de Dios y otros la rechazan. De una u otra forma, la Biblia es el libro que más influencia ha tenido en la historia de la humanidad.

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Sí hermanos, la Biblia, ese gran libro que figura en las estanterías de nuestras casas, ese libro con filos dorados que adorna las salas de muchas familias ecuatorianas, del que oímos hablar en la escuela, en la catequesis, en la iglesia, ese libro, desgastado por el uso, que millones de personas siguen leyendo cada día e inspira nuestra oración y muchas obras

La Biblia, el gran libro del que oímos hablar en la catequesis y que siguen leyendo cada día más personas, inspira nuestra oración buenas, ese libro es la Palabra de Dios, su mensaje de amor. En la vida buscamos respuestas a nuestras inquietudes en las páginas de los diarios, de las revistas, de la televisión, esperando que en alguna ocasión nos expliquen por qué sufre el hombre, por qué

Entre las páginas de la Biblia nos espera el mismo Dios. No para contarnos una historia muerta, sino para interpretar nuestros problemas. Su Palabra, si la escuchamos y la vivimos, dará sentido a nuestra vida.

Nuestra solidaridad

JÓVENES, seminaristas, religiosas, sacerdotes y miembros de la comisión de catequesis, renovaron su compromiso de ser Iglesia sinodal de comunión, participación y misión.

El sábado 11 de febrero, en la Catedral de la Inmaculada Concepción, se llevaron a cabo Eucaristías para celebrar dos grandes eventos: La Jornada Mundial del Enfermo y la fiesta del Santo Hermano Miguel, patrono de los catequistas. Sobre la primera celebración, el padre Esteban Sánchez, coordinador de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Cuenca, compartió la reflexión del Papa Francisco, sobre “el hecho de que es precisamente a través de la experiencia de la fragilidad miles de niños mueren de hambre cada día o qué hemos venido a hacer sobre esta tierra. Nos interrogamos sobre la familia y su futuro, sobre la vida de los indefensos y el cuidado de la creación. Y, lógicamente, la respuesta nunca llega. A través de la pequeña pantalla nos dan los resultados del fútbol, de unas elecciones o de la lotería; nos hablan de gue- rras, de escándalos y de famosos, pero no revelan la clave de nuestra vida. Esta respuesta puede escucharse solo en el silencio, en nuestro interior, donde suena y retumba la Palabra de Dios para quien no tiene taponados de frivolidad sus oídos. Dialoguemos cotidianamente con Dios a través de su Palabra: la Biblia. Leámosla no como un conjunto de hechos del pasado, sino como Palabra viva, que hoy nos dirige nuestro Padre a cada uno y nos interpela. No basta con escuchar o leer, es necesaria la docilidad a la Palabra de Dios, escuchar con oídos de obediencia. Debemos acoger y vivir con alegría, confianza y humildad el mensaje que el Señor nos comunica.

No basta con escuchar o leer, es necesaria la docilidad a la Palabra de Dios, escuchar con oídos de obediencia.

La lectura de la Biblia es toda una aventura espiritual. Entre sus páginas nos espera el mismo Dios. No para contarnos una historia muerta, sino para interpretar nuestros problemas reales. Su Palabra, si la escuchamos, si la vivimos, dará sentido a nuestra vida, nos orientará en nuestro quehacer diario, nos dará la paz que tanto ansiamos en el vertiginoso mundo actual, donde muchas personas, hartas de escuchar simplezas, se vuelven, una vez más, a Cristo.

En este año hagamos el propósito de leer, conocer y asimilar con mayor profundidad la Palabra de Dios, estímulo y fuente de nuestra vida cristiana. Que la Santísima Virgen María, con su testimonio de escucha atenta y obediencia sincera, nos enseñe a recibir el mensaje divino en nuestros corazones y nos ayude a ponerlo en práctica.

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