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Arquidiócesis de Cuenca celebró la Jornada Mundial del Enfermo y el Día del Catequista

humana y de la enfermedad, como podemos aprender a caminar juntos según el estilo de Dios, que es cercanía, compasión y ternura”.

Para el padre Sánchez, en este camino sinodal, cuidar del enfermo significa contemplar desde la compasión y por lo tanto, la palabra enfermo, es caminar con el débil. Asimismo, trae a la memoria las palabras del padre Verdi Plaza, quien al referirse al Día del Enfermo dice: “es una llamada que interrumpe la indiferencia y frena el paso de quienes avanzan como si no tuvieran hermanas y hermanos”. De otro lado, la Pastoral juvenil vocacional, misiones y de catequesis, celebraron el último sábado, la fiesta del Santo Hermano Miguel, patrono de los catequistas. La celebración estuvo precedida de un desfile que partió desde el Parque de San Blas, en el que participaron catequistas de las vicarías occidental, oriental, del sur, suburbana, urbana, colegios laicos y Centro de Catequesis, quienes renovaron su compromiso de enseñanza en la fe. Luego se desarrolló la Eucaristía que fue presidida por el padre Julio Castillo, vicario de pastoral en representación del Arzobispo de Cuenca Marcos Pérez. En esta ceremonia el padre Ramiro Cristancho, coordinador arquidiocesano de catequesis, agradeció por el ministerio de la catequesis. “Queremos ser discípulos misioneros que escuchan la voz del Espíritu

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Representantes de las cinco vicarías participaron en la procesión por el Día del Catequista.

Noticias

Visita en la ciudad

El Arzobispo de Cuenca, Monseñor Marcos Pérez Caicedo está de visita en la ciudad de Cuenca de España, donde ha realizado actividades con las que busca fortalecer los lazos de hermandad entre las dos ciudades, Cuenca de España y Cuenca de Ecuador. El lunes 13 de febrero visitó al Arzobispo, Mons. José María Yanguas y al alcalde Señor Darío Dolz. El martes 14 de febrero, Mons. Marcos Pérez participó en un encuentro fraterno con estudiantes del Seminario mayor de esa ciudad española y sus formadores, quienes mostraron admiración y entusiasmo por conocer más sobre la ciudad de Cuenca de Ecuador.

Antes de finalizar la visita, Monseñor Marcos celebró en un ambiente de oración y alegría, la Eucaristía con la comunidad de religiosas Conceptas de esa ciudad.

Cierre de la Catedral

Se comunica a todos los fieles, que en este feriado de carnaval la Catedral Metropolitana de la Inmaculada Concepción, cerrará sus puertas por dos días. Esto ocurrirá luego de la Eucaristía de las 13H00 del domingo 19 de febrero y permanecerá así hasta el 22.

El miércoles se celebrarán varias Eucaristías donde se colocará la ceniza a las personas que asistan. Los horarios son: 07H00, 08H30, 10h00, 11h30, 13h00 15h00 y 19h00.

Secretaría de Comunicación

Fe y vida:

El papa Francisco se une al dolor

Santo, para llevar a cabo la tarea evangelizadora de construir una civilización de amor, al salir al encuentro del hermano con alegría”, manifestó.

El papa Francisco expresó su “tristeza” por el accidente de un autobús en el que murieron 40 migrantes que cruzaban Panamá y se unió “al dolor de los familiares y amigos de los difuntos”.

Recuerdo que hace algunos años fue publicada una obra cuyo título resultó llamativo, tanto por su expresión, como por su contenido: “El Dios en quien no creo” de Juan Arias. Desde entonces me propuse profundizar en el interrogante que se deriva de esta cues- tión: ¿En qué Dios debo creer? Ha transcurrido el tiempo y todavía sigo inquieto. Creo que debe ser comprensible para una persona cuya razón de ser se fundamenta en el amor a Dios, en la fe en Jesús, su Hijo muy amado, en el Espíritu Santo, luz y fortaleza, e inevitablemente en María, Madre de Dios y madre nuestra. Puedo acotar que el anuncio de la Buena Noticia me cautiva. Es mi pasión, como la de muchos, con toda seguridad. En la Liturgia de la Palabra de este domingo encuentro varias claves que generan actitudes y compromisos en función de la misión de la Iglesia en el mundo entero. La primera nos la ofrece el Levítico, uno de los libros del Pentateuco que presenta un código de santidad. Dios exige que la vivamos en comunión con el prójimo. Queda lejos de amor divino cualquier atisbo de rencor o de venganza. En consecuencia, reafirmo mi fe en este Dios exigente, justo, misericordioso, sabio. Prevalece el mandamiento del amor universal auténtico, coherente, verdadero: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Un concepto que va más allá de lo meramente humano y que tiene una proyección teológica trascendente. De hecho, Jesús va más allá: la amplía, aplica y ejecuta. El Dios en quien creo es el Padre que ama a todos sus hijos, sin distinción de cultura, credo, etnia o raza. El necesario salto en el tiempo nos ubica en el tiempo de san Pablo, en sus andanzas, misión y luchas, dedicado a dar a conocer a Jesús, la razón de ser de su vida. El Apóstol, convencido de su fe, y de la amenaza por la injerencia de líderes que actúan con una sabiduría mundana, alerta a la floreciente comunidad cristiana a no dejarse deslumbrar por criterios antagónicos, contrarios al Evangelio. Como miembros del “cuerpo” de Cristo tienen una misión: valorar su dignidad de cara a la imagen de Dios Padre, en quien ponen su confianza. El Evangelio según san Mateo plantea una gran verdad. Es un manifiesto a favor del amor fraterno: frente a la violencia, el amor entre todos. Jesús, el maestro por excelencia, habla con autoridad y propiedad. Entregó su vida por nosotros de cara al odio que existe en el mundo. El Dios Padre, del que habla Jesús, es el Dios en quien creo profundamente. Una aparente utopía, el amor a los enemigos, parece imposible. La conversión del corazón es necesaria, desde el punto de vista del que la quiera analizar. A modo de conclusión, acentúo el argumento válido en todo tiempo y lugar que me motiva a plantear los interrogantes expuestos aquí. Dios es único, el mismo, ayer, hoy y siempre. Es Trinidad, comunidad de amor y de fe. Nunca falla. Acompaña a su pueblo, entrega a su hijo por nosotros. Su amor es solidaridad y testimonio. Nuestro Dios sin discusión. Padre nuestro del Cielo y de la tierra. (O)

“El santo padre ha recibido con profunda tristeza la noticia del accidente de un autobús, ocurrido en la zona de Gualaca, en el que han perdido la vida varios migrantes y otros se encuentran heridos”, señala un telegrama enviado por el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin.

El mensaje, redactado en español y dirigido al cardenal José Luis Lacunza, obispo de la ciudad panameña de David, añade: “su santidad Francisco se une al dolor de los familiares y amigos de los difuntos y pide por la pronta recuperación de los lesionados”.

“Mientras imparte de corazón la confortadora bendición apostólica, como signo de esperanza en el señor resucitado”, concluye.EFE

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