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“Mamá, ya crecí, ahora yo quiero cuidarte”
De acuerdo a la Kathya Trejo, especialista en psicología, esta frase conlleva muchas responsabilidades pero también libertad y determinación.
Desglosemos la frase para reflexionar y tener idea si realmente queremos darle sentido y accionar respecto al tema.
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Crecer es…
• Independencia, no nos referimos a mudarnos de casa necesariamente, sino a “desprenderse” emocionalmente.
• Hacer un trabajo interior para renunciar a esa parte infantil de niño herido que llevamos dentro y así dejar surgir al adulto.
• Devolverle a mamá "ser ella misma el primer lugar en su vida". La cuidamos cuando somos capaces de tomar nuestras propias decisiones y decisiones
Cuidar a mamá es…
que nos dan bienestar. Sanar nuestro niño o niña interior es también trabajar la figura materna.
• Sanar heridas del pasado. Acción que nos permitirá cultivar con otra mirada la relación con mamá porque ya no nos relacionamos con ella desde la culpa o miedo y la relación se va dando con mayor libertad y autonomía, se vuelve una interacción de amistad, de confianza y de apoyo mutuo.
Importante
• No sobrecargarla con responsabilidades que no le corresponden.
• Entender que, aunque, no es nuestra responsabilidad cuidarla, podemos hacerlo desde el agradecimiento y no desde “la obligación”, pues ella ha jugado un papel tan importante en nuestra vida, se ha dedicado a educarnos con amor, con respeto y con esmero.
• Hacer que salga de su rutina; visitarla, llevarla de paseo o atenderla cuando se sienta triste o enferma.
• No es nuestra responsabilidad cuidar a nuestros padres; si se hace, es desde el agradecimiento y el amor. No se puede obligar a los hijos a tolerar a familias tóxicas o a fomentar la relación de poder.
• El rol de las madres no debe ser castrante. Muchas relaciones de mamás e hijas/os se vuelven frías, toscas y hasta violentas porque se asume un rol de pertenencia.
• La dependencia o apego excesivo no es sano en las relaciones y muchos hijos no cortan el cordón umbilical, succionando a sus madres hasta acabar con ellas.
• Brindarle nuestra atención, tiempo de calidad y formar para ella una familia que la abrace y le recuerde lo maravillosa que es y lo bueno que fue haberla tenido (y seguirla teniendo) en nuestra vida.
• No es solo llenarla de mimos y regalos, es también liberarla de la tarea de “tener que” estar pendiente de nosotros todo el tiempo, haciéndola sentir segura a través de nuestro actuar.
• No todas las madres han sido "madres", algunas hacen mucho daño y la mejor forma de cuidarlas a ellas y a nosotros mismos es marcando límites y distancia, por eso no se puede romantizar la responsabilidad a toda costa de mantener contacto con la familia si está no hace bien
• El rol de la maternidad no es la única fuente de realización; creerlo hace que las mujeres se pongan en último lugar, sacrificando su autonomía, libertad y salud mental y por eso al crecer sus hijos pueden perder el sentido de vida y ser ellas quienes no corten el cordón umbilical y nunca vivir su propia vida. Fomentando con esto el machismo.