Monumentos de Mi Tierra 1er Sem 2012

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Puente de Occidente Obra de un aventurero visionario

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Entrega 1/12 de las páginas informativas que complementan la campaña Monumentos de Mi Tierra.

Generalidades: UBICACIÓN: Situado en la subregión del Occidente antioqueño, sobre el río Cauca, entre los municipios de Olaya y Santa Fe de Antioquia, a 70 kilómetros de distancia de Medellín. FECHA DE CONSTRUCCIÓN: 1887 – 1895 CONSTRUCTOR: Ingeniero José María Villa Villa, antioqueño nacido en Horizontes, corregimiento del municipio de Sopetrán. LONGITUD: 291 m. ANCHO: 8.68 m. PESO: 160 toneladas DESCRIPCIÓN: El anclaje del costado Oriental (Olaya) es corriente y sostiene la edificación de arquitectura colonial que sirvió además como oficina de Administración. El del costado Occidental (Santa Fe de Antioquia) consiste en un muro de contención en cuya base penetran 168 enormes ganchos de hierro en forma de U que rematan posteriormente en tuercas

La aventura En medio del aislamiento en que vivía la región del Occidente antioqueño al finalizar el siglo XIX, el progreso llega a esta zona encarnado en un puente colgante, solución que acercaba a la realidad el constante sueño de los antioqueños de encontrar una salida al mar y colonizar el Departamento en toda su extensión. Fue entonces cuando el ingeniero José María Villa afrontó la aventura de construir un puente sobre el Cauca, río que hasta ese momento era una barrera casi infranqueable que sólo podía cruzarse mediante el uso de una barca cautiva que había sido instalada, a la altura del Paso Real, por el ingeniero alemán Enrique Hauesler. Fueron muchas las víctimas que cobró esta embarcación al ser volteada por el caudaloso río. La iniciativa de la construcción del puente se le atribuye al general Marceliano Vélez, quien al considerar esta obra necesaria, envió al ingeniero José María Villa para que hiciera las exploraciones y los presupuestos con el fin de realizar las obras. Los estudios que comenzaron en las bocas del río Tonusco continuaron hasta el corregimiento de Sucre, en Olaya, para determinar finalmente que el sitio más apropiado, de acuerdo con el suelo y los recursos maderables del sector, era el caserío de Quebrada Seca. Este lugar bien habitado, situado a igual distancia de las poblaciones de Córdoba y Sucre, con buena posibilidad de conseguir allí mano de obra, resultaba ideal para

levantar el puente. Respecto a esta decisión, cuentan que, en un momento de inspiración, Villa pensó que la experiencia de los habitantes de Sacaojal y Sucre en el tejido de sombreros de iraca, los convertía en los precisos para trenzar los cables que sostendrían el puente. Otros verdaderos artistas de la construcción también salieron de las poblaciones aledañas: Bautista Robledo, Heliodoro García, Apolinar Vélez… quienes a pesar de desempeñarse en oficios tan variados como músicos, telegrafistas y carpinteros, llegaron a convertirse en los empleados de confianza de Villa. Con esta decisión se dio vía libre a la construcción del puente y así, poco a poco, en las orillas del Cauca se fueron edificando las cuatro torres que serían su sostén. Para empezar las obras también fue necesario construir caminos para mulas cerca del lugar, no se utilizaron casi ruedas y tanto materiales como provisiones, se transportaron a lomo de mulas, caballos y bueyes. Se armó el campamento para los trabajadores en una hacienda cercana a la orilla occidental del río y los talleres al otro lado. Según se cuenta, durante la construcción del puente, sólo se tiene conocimiento de un único accidente, sucedido cuando uno de los entabladores murió luego de caer a una de las orillas del río Cauca. Pese a este desafortunado incidente, se dice que fue un record, dada la inexperiencia de los obreros de la región en ese tipo de trabajos.

provistas de resistentes arandelas. De estos ganchos van cogidos los cables. De las torres se desprenden cuatro poderosos cables, que fueron construidos allí mismo y que constan cada uno de 798 alambres en acero número 11 (calibre de Birmighan), importados de Estados Unidos. Si estos alambres llegaran a extenderse, uno seguido de otro, abarcarían una distancia aproximada de 1.114 km equivalente al trayecto desde Sopetrán, partiendo hacia el norte, hasta llegar a los cayos Roncador y Quitasueño en el mar Caribe.

Aunque hoy existen otros puentes colgantes mucho más largos, originalmente el de Occidente era el más largo en Suramérica y se convirtió en una obra de infraestructura vital para el desarrollo de la región y del país.

La Empresa Para impulsar la realización de la obra, el 14 de noviembre de 1887, se formó una sociedad denominada «Cooperativa Puente de Occidente» que se convirtió en toda una empresa de la que se vendieron más de mil acciones a cien pesos cada una, la mitad de las cuales compró el Estado y las demás, se negociaron a manera de privilegio con algunos empresarios. El privilegio incluía el usufructo de la obra durante 80 años y la posibilidad de disponer de 10 mil hectáreas de tierra aledañas al ponteadero.

Inicialmente se calculó que la construcción costaría 80 mil pesos, pero las cuentas se quedaron cortas, ya que al final las obras alcanzaron un costo de $171.300. Esto teniendo en cuenta que José María Villa pensó en un plan que le permitiera sustituir los materiales que debían importar; así por ejemplo maderas como el comino, guayacán y cedro macho tendrían prioridad en vez del hierro y el acero que se utilizaba en Estados Unidos. Sin embargo, algunas piezas metálicas eran indispensables y no se podían reemplazar, así que el ingeniero pensando siempre en aumentar la economía de la obra sin sacrificar la resistencia, diseñó y envió a Inglaterra los modelos en madera con las instrucciones precisas para su fabricación y transporte. De esta obra se desconocen los planos originales realizados por el ingeniero Villa. Los más antiguos datan de 1927, cuando la compañía norteamericana R.W. Hobard & Co. Inc., a la que se le encargaron los diseños de la carretera al mar, hizo el levantamiento del puente, cerca de treinta años después de construido.


Basílica Metropolitana Catedral la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María

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Entrega 2/12 de las páginas informativas que complementan la campaña Monumentos de Mi Tierra.

Generalidades: UBICACIÓN: Situada en el municipio de Medellín, capital del Departamento de Antioquia. Justo en el centro de la ciudad, en el Parque Bolívar. Su acceso principal está sobre el costado sur. FECHA DE CONSTRUCCIÓN: 1875-1917 CONSTRUCTOR: Arquitecto francés Charles Emile Carré ALTURA MÁXIMA DE LA EDIFICACIÓN: 53.20 m ÁREA TOTAL CONSTRUIDA: 6.157,00 m2 VOLUMEN: 120.440,63 m3 SUPERFICIE CUBIERTA: 4.608,96 m2 FRENTE DE LA EDIFICACIÓN: 50,72m LONGITUD NAVE CENTRAL: 97,70 m NÚMERO DE PISOS: 5 niveles equivalentes a 16 pisos. DESCRIPCIÓN: Edificación de estilo “Románico - Bizantino” de planta en Cruz Latina. Los mármoles son italianos, el pavimento

La odisea

es belga y los cristales de los ventanales que representan los escudos obispales y arzobispales son españoles. El viacrucis, en mosaico, proviene de Roma. Cuenta con importantes obras pictóricas como el Cristo del Perdón del Maestro Francisco Antonio Cano, la Inmaculada Concepción del austríaco Carlos Hofritcher (copia de la Inmaculada de Murillo), la de Teodoro Van Thulden (discípulo de Rubens). Posee también un órgano Walker elaborado en Ludwigsburg (Alemania) de caoba y palo santo con 3.478 flautas en madera y metal, inaugurado en agosto de 1933. Es considerada la mayor construcción del mundo en material de ladrillo cocido y por su tamaño es catalogada como la séptima de las iglesias más grandes del mundo y la primera en Latinoamérica.

La frustración de Crosti

La historia de cómo llegaron a unirse los casi 1.120.000 ladrillos que conforman la Basílica, cuando en Medellín todavía no había cemento para construir la mayor edificación en ladrillo cocido del mundo, comenzó en 1868 tras la orden dictada por Su Santidad Pío IX, el 14 de febrero del mismo año, en la que se nombraba a Medellín como la nueva tenedora de la silla episcopal que hasta ese momento le pertenecía a Santa Fe de Antioquia. El primero de agosto de ese año, el excelentísimo Sr. Arzobispo de Bogotá Dr Vicente Arbeláez decretó que: “La iglesia de Medellín (La Candelaria), dedicada a la Purificación de la Virgen María, sería promovida al honor y dignidad de iglesia catedral mientras se edificaba un templo bastante cómodo y decente que se dedicaría a la Inmaculada Concepción de la misma Bienaventurada Virgen María”. Siendo consagrado el primer obispo de Medellín, Monseñor Valerio A. Jiménez, concentró toda su atención en la construcción del templo que sería erigido en la Plaza de Villanueva, un lugar con numerosas ventajas por la hermosura de los alrededores, la pureza del agua, las condiciones de luz y ventilación y sobre todo, porque la gente comenzaba a dirigirse a este lado de la ciudad, lo que garantizaba que en poco tiempo la iglesia quedaría en el centro de actividades de la población. Se nombró entonces una junta de honorables ciudadanos, encabezada por el doctor Pedro Justo Berrío, quien se encargó de conseguir los terrenos para la construcción del templo, el palacio episcopal y el colegio seminario. Estas tierras costaron $29.605, a la vez que otra parte del lote fue donada por el inglés Tyrrell Moore. También se tramitó la consecución de la piedra, la adquisición de una corriente de agua potable y más tarde, por encomienda del gobierno eclesiástico se le encargó a Guillermo Restrepo Eusse conseguir una máquina para fabricar ladrillo y teja y también contratar a un constructorarquitecto capacitado para la magna obra.

quien había trabajado bajo su dirección y era considerado uno de sus mejores discípulos. El 22 de septiembre de 1889, la Junta de construcción de la catedral aprobó la propuesta de traer a Carré. Mientras en Francia el Obispo y su discípulo hacían un diseño preliminar del templo, en Medellín se fabricaban ladrillos en cantidades industriales.

El 14 de agosto de 1874 llegó al país el ingeniero y arquitecto italiano Felipe Crosti, contratado por el cónsul de Colombia en Roma para trazar los planos de la catedral y dirigir la construcción por $100. En la dirección de los trabajos estuvo también Fray Benjamín Masciantonio, con un sueldo de $60. El 9 de febrero de 1975 se bendijo la primera piedra, aunque los trabajos comenzaron realmente el 17 de mayo. Pese a la orden de no interrumpir la construcción, un año más tarde se suspendió por primera vez, por problemas de orden público. Las obras se reiniciaron temporalmente en julio de 1882 y se pararon en octubre del año siguiente porque en el país no existían los materiales necesarios, ni se tenían los recursos técnicos ni económicos suficientes para llevar a cabo una obra de la magnitud planteada inicialmente. En efecto, los diseños iniciales de Crosti pretendían una catedral de cinco naves, mucho más grande de lo que es actualmente. En enero de 1886, cuando Monseñor Bernardo Herrera Restrepo tomó posesión de la sede episcopal de la ciudad, se dispuso a terminar los proyectos que habían comenzado sus predecesores, especialmente la Catedral. Basado en sus conocimientos arquitectónicos, Monseñor Herrera sospechó de la eficacia de los planos proyectados por Crosti y acudió a personas idóneas en estas artes, los arquitectos Mariano Santamaría y el Obispo de París, A. L. Douillard, quienes coincidieron en que los planos eran inaceptables y el obispo francés recomendó para la construcción de la obra al joven arquitecto Charles Emile Carré

Después de corregir el proyecto, llegó Carré a la ciudad en julio de 1889 y se instaló en el seminario, en una celda que le sirvió de habitación y estudio. El arquitecto terminó los planos de la Basílica en noviembre de 1889 y los presentó al artista antioqueño Francisco Antonio Cano, considerado uno de sus amigos más cercanos en la ciudad, quien respaldó de inmediato el trabajo. El proyecto fue aprobado luego por la Junta en enero de 1890. Debido al empuje y el interés que manifestaron los diferentes estamentos sociales y también para aprovechar la presencia del arquitecto que había sido contratado por cinco años, las obras avanzaron considerablemente. En tan sólo cuatro años, estaban ya en proceso de ejecución las arcadas centrales, soporte principal de la iglesia y parte de la sacristía, donde Carré trasladó entonces su estudio. Aunque el arquitecto partió a su tierra natal en junio de 1894, la construcción siguió adelante gracias a los esfuerzos de los obispos Bernardo Herrera y Joaquín Pardo Vergara y a los fondos económicos que provenían de las iglesias de Antioquia y el Viejo Caldas. El 17 de octubre de 1897 ya servía como capilla la sacristía del costado oriental, que antes era el estudio de Carré.


Terminan las obras Desde la partida de Carré hasta 1898, el diseño original de la iglesia tuvo algunas variaciones hasta que el 24 de mayo de 1917, con Monseñor Manuel José Caycedo como Arzobispo de Medellín se celebró la primera misa pontifical con motivo de sus bodas de plata episcopales. A partir de entonces, la iglesia cuya obra negra estaba concluida, se convirtió en el centro de las actividades religiosas de la ciudad.

Monseñor Caycedo se encargó de los últimos detalles en la construcción del templo. Contrató al salesiano Giovanni Buscaglione, quien a partir de 1919, diseñó los altares, el púlpito, el coro y el hermoso baldaquino. Las ventanas se adornaron con vitrales que representan escenas religiosas además de los escudos y armas de los obispos y arzobispos de Medellín.

En la primera década del siglo XX estuvieron terminados el basamento y las torres de la iglesia. El 20 de julio de 1910 fue inaugurado el reloj, en los siguientes seis años fue concluida la obra negra del templo, haciendo posible la visita de turistas y vecinos de la ciudad a observar el paisaje desde lo alto de la torre.

El discípulo Charles E Carré “Monsieur Carré”, como se le llamó entonces, fue un hombre que desde el comienzo demostró, no sólo su rectitud, al entregar cada uno de los recibos de pago de los gastos que tuvo en su extensa travesía sino que traía como referencia el haberse destacado por su excelente desempeño académico en la Escuela de Bellas Artes de París además de que había sido inspector de las obras de construcción de la iglesia del Sagrado Corazón en Montmartre, en París en 1888. Sus cualidades quedaron demostradas en la construcción de la Basílica, lo que pronto le abrió las puertas para tomar los contratos que le propusieron las personas más acaudaladas de la ciudad. Uno de ellos, el millonario Carlos Coroliano Amador, quien le encargó en 1891 la construcción del Palacio Amador, la primera obra particular del arquitecto y la más bella casa

quinta del paseo de La Playa. También construyó la segunda plaza de mercado de Medellín y la más importante: el Mercado Cubierto de Guayaquil, que fue inaugurado en 1894. Para el señor Eduardo Vásquez, diseñó los edificios Vásquez y Carré, construidos entre 1893 y 1906. Proyectó dos quintas más en el paseo La Playa para la familia Barrientos y Federico Angel. En el sector de Villanueva, edificó la casa de ejercicios espirituales de la Sociedad San Vicente de Paúl y finalmente diseñó la iglesia principal de Girardota. De Carré se supo quince años después cuando en las páginas de los periódicos de la época registraron su muerte en 1909. Entonces se escribió de él, que en Medellín sería recordado como a quien “se le debe el habernos demostrado que el ladrillo no es piedra y que cualquier barro cocido no es ladrillo”

Debates La construcción de la Basílica estuvo acompañada de una controversia debido al temor de desplome que se generó por las declaraciones del arquitecto H. M. Rodríguez en un artículo del periódico El Correo (25 de enero de 1924) en las que afirmaba que el templo era peligroso puesto que un sismo de mediana intensidad podría ocasionar una tragedia ya que las columnas cargaban un peso diez veces mayor del que soportaba el ladrillo, la argamasa estaba hecha de polvo y prácticamente los ladrillos no estaban pegados.

Pero, a pesar de las discusiones en las que participaron distinguidos arquitectos y personajes de la ciudad, la Basílica se inauguró el 11 de marzo de 1924 con motivo de las bodas de oro sacerdotales de Monseñor Jesús María Marulanda. Cuatro años después, ocurrió un incendio en el crucero de la iglesia, y en 1925 se desvió el curso de la quebrada La Loca, que pasaba bajo sus cimientos. El 9 de abril de 1948 le fue concedido el título de Basílica, hecho que se proclamó el 13 de agosto de ese año.

El organo es considerado como una de las piezas más valiosas de la Catedral. Fue adquirido en 1933 por 25.000 dólares.

Glosario Abside: Parte de la iglesia situada en la cabecera, o en el lugar donde está el altar principal. Argamasa: Mezcla de cal, arena y agua, de consistencia plástica. Baldaquino: Pabellón del altar. Basílica: Título honorífico que la iglesia le concede atendiendo algunos requisitos, entre ellos, antigüedad, valor arquitectónico y artístico. Columnata: Serie de columnas. Crucero: Espacio en el templo en que se cruzan dos naves perpendiculares y una de ellas es la nave principal. Nicho: Concavidad que se deja en una pared para poner una estatua.

Bibliografía Si quieres saber más sobre la Basílica Metropolitana, te recomendamos consultar en: • Investigación archivo de la F.F.A. La obra de Charles E. Carré. U.P.B. • Historia de Antioquia, de Francisco Duque Betancur. • Cosas Viejas de la Villa de La Candelaria, Lisandro Ochoa. • Folleto de la Catedral Basílica. Monseñor Eugenio Restrepo Uribe. • Separatas Monumentos de MI Tierra. Archivo de prensa periódico EL MUNDO. Medellín, 2000.

EL CORREO LIBERAL

18 de febrero de 1924 La lata del día

Poesía satírica sobre la controversia suscitada acerca de la solidez de la Basílica y su posible desplome.

“LA CATEDRAL DE VILLANUEVA”

Juzgando por los típicos ladrillos de tejar, bien puede estar cayéndose no lo puede estar. Y opinan otros técnicos que así una catedral, suele durar muchísimo suele no durar... Para hacer la prueba que Nícar mandara, todos nos pusimos dizque a arrempujarla; ella inconmovible no voltió ni un ala y estos buenos síntomas bien pueden probar, que puede o no caerse la catedral... Tartarín Moreyra

Textos e imágenes: Archivo periódico EL MUNDO Edición: Omaira Martínez Cardona

Hoy circula la Basílica Metropolitana. Espera el próximo miércoles 28 de marzo el Templo Nuestra Señora del Rosario del Municipio de Santa Rosa de Osos.


Catedral Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá Santa Rosa de Osos

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Entrega 3/12 de las páginas informativas que complementan la campaña Monumentos de Mi Tierra.

Generalidades: UBICACIÓN: Está en el municipio de Santa Rosa de Osos, en la subregión Norte del departamento, a 75 kilómetros de Medellín. FECHA DE CONSTRUCCIÓN: De 1866 a 1876. CONSTRUCTOR: Ingeniero Manuel Lopera Valencia. ÁREA TOTAL CONSTRUIDA: 1.391 m2 NIVELES: Cinco. SUPERFICIE DEL LOTE: 1.624 m2. DESCRIPCIÓN: Edificación de estilo ecléctico. Con fachada de ladrillo a la vista y detalles en revoque, estuco y pintura. Los laterales y la parte trasera tienen terminado colonial y acabado en cal blanca, el zócalo es en piedra rústica. La cubierta es de tejas en cemento – asbesto. RELOJ: Data de 1889 y fue fabricado por la casa Collin Suce de Wagner en París. Funciona con cuerda y pesas que cuelgan desde lo alto en el interior de la torre. El significado que tiene este imponente monumento para los habitantes de Santa Rosa, se remonta a tiempos de la conquista, en el nacimiento de lo que Francisco Vallejo llamó el Valle de los Osos, con la llegada de los españoles en 1541 a un asentamiento indígena, a

pocos kilómetros de lo que hoy es la cabecera del municipio y que llamaron "La Ranchería". Desde aquella primera visita se percataron de las riquezas que había en estas tierras, lo que los motivó a regresar en 1602 y a solicitar al Rey de España, Felipe IV, permiso para aprovechar la zona para construir escuelas e iglesias y fundar un pueblo. Pero el Rey se tomó 34 años en responder la carta a don Antonio Serrano, quien por concedérsele el permiso pasó a la historia como el fundador de Santa Rosa de Osos, aunque murió a los pocos meses de recibida la buena nueva. Para el año de 1659 el poblado había crecido considerablemente, así como las poblaciones vecinas del Valle de los Osos, por lo que el Obispo de Popayán, arquidiócesis a la que pertenecía toda esta vasta región, decidió crear una nueva parroquia en aquel caserío crecido, bajo el patronato de Nuestra Señora de Chiquinquirá, a la que llamó: Nuestra Señora de Chiquinquirá de los Osos, nombre que le fue confirmado y declarado por escrito en el año de 1792, por el entonces obispo de Popayán, monseñor Ángel Velarde y Bustamante.

De "La Ranchería" a la plaza principal

La construcción, se inició en el año de 1866 después de demoler la antigua capilla. Casi un siglo después se hicieron trabajos de renovación con el apoyo de los feligreses que participaron en los convites.

Inicialmente el subdiácono Baltazar Delgado Urnieta, primer sacerdote que tuvo aquella parroquia, atendió a su feligresía en el poblado "La Ranchería", zona particularmente minera. La población fue creciendo tanto, que el párroco tuvo que abrir varias capillitas en los centros poblados que se organizaban cerca a las minas, hasta que optó por construir una más grande en la plaza que quedaba en la parte alta del pueblo a pocos kilómetros de donde habitaba la gente acomodada, por lo general propietarios de las minas en donde trabajaban los esclavos y los indios. El sacerdote se había tomado su tiempo para realizar el traslado debido a que aquella zona, actual plaza -en donde hoy es el atrio y la casa cural- servía de cementerio de negros esclavos, indios y suicidas, es decir, de aquellas personas que se consideraba para la época que habían perdido el alma. Según se cuenta hoy en día, los muertos de aquel cementerio

real", era una mezcla de cal con sangre de animales, pues se tenía la creencia de que la sangre le daba fortaleza a los muros, paredes que, de hecho en el caso de la Catedral, alcanzan a sobrepasar el metro de espesor. Junto con el nuevo templo se construyó en su parte alta, sobre el frontis y entre las dos torres laterales, una espadaña sobre la que se alzaban casi en vuelo dos águilas, elaboradas por el escultor santarrosano Waldo Rodríguez y que según las antiguas leyendas, representaban a Anacleto Marín y Manuel María Fernández, dos de los mineros más ricos de la región. Sin embargo, tanto la hermosa espadaña, como la cúpula original que se levantaba sobre el ábside, se desplomaron al parecer, en el terremoto de 1906, ya que en fotos posteriores a esta fecha, la espadaña ya no aparece y la estructura de la cúpula es diferente a la primera. Los pobladores asombrados ante el desplome de las águilas empezaron a decir que las "águilas habían volado".

nunca fueron trasladados, sino que sobre él se construyó la plaza y la capilla. Todos los santarrosanos de la época participaron de alguna manera en la construcción del templo; entre los que se reseña en los libros de historia, a los señores Alejandro Botero Uribe y el general Joaquín P. Berrío (padre de Pedro Justo Berrío), quienes, entre otras cosas, incentivaban a los vecinos con vivos discursos. Aunque se tiene conocimiento de que el ingeniero que coordinó la construcción del templo fue Manuel Lopera Valencia, se desconocen detalles sobre su vida y otras obras que haya adelantado. Los ladrillos fueron elaborados en el tejar de don José María Ardila y los techos fueron hechos por el ingeniero inglés Ricardo Lewis Marshall. El cemento que se Así lucen las torres de la Catedral después de sobrevivir a dos terremotos en el siglo XX. usó en la época, llamado "pega

Mucho antes de que, el entonces párroco de la iglesia Nuestra Señora de Chiquinquirá, Joaquín Guillermo González, iniciara la construcción de este gran templo, se alzaba en el marco de la plaza principaI de Santa Rosa de Osos, una iglesia sencilla, en tapia y teja de barro.

Joyas que la embellecen

Los vitrales del templo que representan la vida de Santa Rosa de Lima y de la ciudad, fueron costeados por los fieles y mandados a hacer por el sacerdote Reynaldo Carvajal, entre los años 1958 y 1961. Las dos campanas que cuelgan en lo alto de la torre derecha de la Catedral son llamadas popularmente Petra y Petronila. Aunque la creencia es que llevan el nombre de las personas que posiblemente las regalaron, llevan inscrito que fueron un regalo del “generoso pueblo de Santa Rosa” en el año de 1898.


En constante renovación

El profético Monseñor Joaquin Guillermo González

La construcción terminó aproximadamente hacia el año de 1876, cuando ejercía como párroco el padre Miguel Giraldo, quien junto con el sacerdote jesuita Nicolás Cáceres hicieron poner una cruz de madera en el nicho especialmente construido en la fachada del templo y que aún permanece allí. Para aquel entonces la iglesia no contaba con los vitrales de las ventanas laterales, ni con las bancas y el altar era en madera. No fue sino hasta el año de 1917, cuando al templo le fue concedido el título de CatedraI y el honor de ser Sede Episcopal.

Busto en honor a Monseñor Maximiliano Crespo, primer obispo de Santa Rosa, quien fue el primero que empezó a adornar la catedral, invirtiendo recursos de su propio patrimonio.

Luego, la intervención más importante fue la que Monseñor Builes ordenó hacer en el año de 1936 y que incluyó la remodelación del presbiterio, el púlpito y los altares principal y de la Reserva (que está sobre el lateral derecho del templo) y que conserva el Sagrario. Para este trabajo el prelado contrató a la marmolería U.Luisi y Cía, Arquitectos y Escultores, procedentes de Pietra Santa, Italia, pero que tenían oficinas en Cartagena y Medellín. La firma encargó la misión al arquitecto y escultor italiano Ermenegildo Bibolotti, quien a su

vez, al llegar a la localidad contrató al arquitecto santarrosano Carlos Enrique Barrientos para que coordinara todo el trabajo. El púlpito, el solio y el altar central, originalmente en madera," fueron remplazados por mármol traído de Italia. Monseñor Builes dirigió de manera especial la elaboración de la "bomba", o baldaquín, que se aprecia sobre el altar principal. El altar de la Reserva a su vez, también elaborado en mármol, plata y piedras preciosas, fue tallado por el escultor santarrosano Marco Tobón Mejía.

De las renovaciones también hace parte la cúpula que había sido reelaborada en forma de pagoda por el año de 1906 después del terremoto.

Años después, cuando el presbítero Reynaldo Carvajal ejerció como párroco de Santa Rosa, entre marzo de 1958 y febrero de 1961, los techos originalmente de tejas de barro, fueron cambiados por tejas de asbesto-cemento y luego, el párroco sucesor, Marco Antonio Tamayo, renovó la ornamentación de los muros, columnas y pisos de la catedral, lo mismo que las bancas. Más adelante, en la década de los setentas, bajo la dirección parroquial del sacerdote Mario

Gómez, se tuvo que intervenir el presbiterio, pues las columnas y la base de la cúpula se vieron seriamente afectadas por otro terremoto. En esta misma intervención se cambió el piso de baldosa por mármol y se reforzaron las torres de los campanarios, también afectadas por el sismo y para finales de la década del ochenta y en 1990 se trabajó el frontis del templo, revocando y pintando las cuatro columnas y capiteles, las tres puertas y las dos torres del campanario.

De las celebraciones religiosas que se realizan en la catedral de Santa Rosa de Osos, la mayor convocatoria la sigue teniendo la Semana Mayor, así como es de gran tradición, la Adoración Nocturna, que se realiza desde 1909 y que consiste en la exposición del Santísimo los primeros jueves de cada mes para que sus fieles le adoren y acompañen en el transcurso de la noche.

"¿Para qué tanta iglesia, superior a las necesidades de esta parroquia?", fue lo que le preguntó un vecino de Santa Rosa al padre Joaquín Guillermo González cuando emprendió la construcción del monumental edificio, quien sin dejar de mirar las obras le respondió: "déjenme que lo que estamos edificando no es una capilla sino una catedral", frase que sin saberlo fue como una profecía porque en el año de 1917, el sueño de aquel sacerdote de extracción campesina, quien llegara a ser Obispo de Antioquia, se hizo realidad cuando la parroquia fue consagrada como Sede Episcopal. Nació en Marinilla y desde muy joven sintió la vocación sacerdotal mientras adelantaba sus estudios de secundaria y ayudaba a su padre en las labores del campo. Fue llevado a prisión en la época en la que en el país se dio la persecución contra la iglesia bajo el gobierno del general Mosquera, con medidas como la expulsión de los sacerdotes de la Compañía de Jesús. El padre González se

fugó hacia las montañas donde se refugió durante más de un tiempo y años más tarde cuando ya era Obispo de Santa Fe de Antioquia, también fue víctima de las persecuciones políticas al clero. Cansado de tanta vicisitud, después de dos años de estar en Santa Rosa de Osos, renunció al obispado y se retiró a una finca en el municipio de Yarumal hasta su muerte. En 1923, con motivo del centenario de su nacimiento, la Academia Antioqueña de Historia en una publicación sobre su vida reseñó: "En la iniciativa de la obra de la iglesia, hoy catedral, desplegó el padre González una actividad digna de aplauso, organizando y encabezando convites para el acarreo de piedra y aprovechando aun el trabajo de las señoras y señoritas. Los días festivos se colocaba bajo un humilde techo para la colecta de viandas de la parroquia, sin excusar sacrificio ninguno en provecho de la obra".

Buena parte de la ornamentación en mármol que aún hoy en día puede apreciarse, data del período de gobierno del segundo Obispo de Santa Rosa, Monseñor Miguel Ángel Builes, quien estuvo entre 1924 y 1967.

Glosario: ¿Ya identificaste las palabras nuevas en las páginas informativas que cuentan la historia de este monumento, patrimonio de la historia del departamento? Ahora lee lo que significa cada una. Ecléctico: Que mezcla diversos estilos. Frontis: Fachada o parte delantera de una edificación. Espadaña: Muro con los espacios vacíos en donde se ubican los campanarios, diseñados particularmente en los antiguos templos. Cúpula: Bóveda semiesférica que se construye en las partes altas de los edificios. Ábside: Parte del templo situada en la cabecera o en el lugar donde esta el altar principal. Solio: Asiento en forma de trono en donde se sienta el Obispo en las celebraciones eucarísticas. Presbiterio: Parte de una iglesia situada al fondo de una nave central. Pagoda: Cubierta similar a los diseños de los templos chinos.

Bibliografía

Si quieres saber más sobre el municipio de Santa Rosa y la Catedral Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, puedes buscar en: • La Academia Antioqueña de Historia. “Repertorio histórico. El señor Obispo Joaquín Guillermo González. • “Huella histórica de Santa Rosa de Osos” del historiador Martín Alonso Medina R. • Archivo fotográfico e impreso Periódico EL MUNDO. Separatas “Monumentos de mi Tierra”, año 2000. Textos e imágenes: Archivo periódico EL MUNDO Edición: Omaira Martínez Cardona

Hoy circula la Catedral nuestra Señora del Rosario de Chiquiquirá de Santa Rosa de Osos. Espera el miércoles 11 de abril la Casa de la Convención del municipio de Rionegro.


Casa de la Convención en Rionegro Repleta de recuerdos

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Entrega 4/12 de las páginas informativas que complementan la campaña Monumentos de Mi Tierra.

Generalidades: UBICACIÓN: Localizada a 48 kilómetros de Medellín, en el municipio de Rionegro, subregión del oriente del departamento. Para llegar se pude acceder por la Vía Las Palmas, La Autopista Medellín – Bogotá o la Vía Santa Elena. FECHA DE CONSTRUCCIÓN: segunda mitad del siglo XVIII. CONSTRUCTOR: En la época en la que fue construida, no había arquitectos en la Nueva Granada. Quienes la edificaron fueron maestros de obra o albañiles con conocimientos en construcción quienes dirigían las obras utilizando mano de obra local. ALTURA PROMEDIO DE MUROS: 4.35 m

ÁREA TOTAL CONSTRUIDA: 2.518.91 m2 ÁREA CONSTRUCCIÓN PATRIMONIO: 1.371.22 m2 SUPERFICIE DEL LOTE: 4.478.36 m2. NÚMERO DE PISOS: Un nivel. DESCRIPCIÓN: Esta casa de amplios salones en galería conserva entre sus muros, parte de la memoria política y cultural del país y la región. Desde 1940 fue declarada Museo mediante Resolución del Gobierno Nacional. Los muros son de tapia pisada, en la cubierta se maneja el bahareque en forma de esterillado, barro pisado y teja, las ventanas y puertas son en madera y el adobe es usado en los pisos.

Historia Aunque la casa en sí misma no tiene el reconocimiento legal de Monumento Nacional, lo que es reconocido como tal es todo el centro histórico del municipio de Rionegro, "Sector Antiguo", a través del Decreto 264 del 12 de noviembre de 1963.

Después de la Conquista, muchos soldados de espíritu aventurero se dedicaron al proceso de colonización y comenzaron a administrar las poblaciones que habían fundado, iniciando así su asentamiento y construyendo sus propias viviendas en estos poblados. Muchas de las cuales son conocidas hoy como de estilo colonial por sus formas y diseños arquitectónicos que traían en su memoria de las ciudades de la vieja España. Estos estilos fueron reemplazando las viviendas nativas precolombinas, adecuando los materiales a los existentes en estas tierras, así como a las técnicas artesanales que para la época usaban los indígenas. Un ejemplo de esta adaptación fue el cambio de la piedra, utilizada en España, por la tapia pisada, quizás la única de las técnicas empleada por las comunidades indígenas que tuvo aceptación por parte de los colonizadores. Las maderas y el adobe fueron otros materiales utilizados con la mano de obra de los nativos.

Aunque se notaba la influencia española en la construcción, se iban sumando elementos que le daban vistosidad a la original casa colonial. La mezcla entre las dos culturas empezó a verse también en la arquitectura y un ejemplo de esto es esta casa que se ha constituido en patrimonio de aquella época de transformaciones políticas.

La forma, la distribución de los espacios y las alturas fueron así mismo adecuadas de acuerdo con su próspera economía: las viviendas que los españoles construyeron en estas ciudades eran más espaciosas que las que se construían en su natal España. Igual sucedió después con la burguesía, beneficiada por la prosperidad que se fue dando en ciudades como Rionegro, epicentro de actividades comerciales y políticas que generaron también generosidad en las construcciones, implementando decorados y ricos trabajos en materiales como la madera.

De la segunda mitad del siglo XVIII, data la Casa de La Convención; una vivienda cuya estructura es la tradicional española, de plantas cuadradas y/o rectangulares, los amplios claustros, o pasillos, seguidos de las distintas dependencias en galería comunicadas entre sí y el patio central en donde se sembraron, entre otros, rosales.

A la casa se accede después de cruzar un portón de madera, un zaguán y un contraportón adornado, en su parte alta, con calados de madera. Al entrar, el taconeo se escucha fuerte sobre el piso que es en adobe, al igual que en los corredores y en todas las habitaciones. Sobre su primer propietario, la historia hasta ahora contada no tiene en claro si don José María Montoya, primer Gobernador del Estado de Antioquia, fue quien ordenó su construcción, o si fue don Sinforoso García, rico comerciante proveniente de Santander, quien dio la orden de edificarla en terrenos de propiedad del primero, después de haberlos negociado, o, si compró la casa ya construida. Sin embargo, lo que si se tiene claro es que fue don Sinforoso quien la prestó para que allí se realizara la Convención de 1863, hecho que le dio, además del nombre, la importancia histórica.

Casa insignia del Liberalismo En el año de 1857 los conservadores ostentaban el poder en cabeza de Mariano Ospina Rodríguez, después de haber sido elegido por voto popular, ganándole a Manuel Murillo y al general Tomás Cipriano de Mosquera. La decisión que entonces tomó el elegido, de nombrar como secretarios de partido a conservadores, generó inconformidad entre los liberales, que más tarde, en cabeza del General Tomás Cipriano de Mosquera, quien era el Gobernador del Estado del Cauca, emprenderían la revolución en contra del gobierno de la Confederación Granadina.

Luego de considerar a Cartagena e Ibagué como ciudades en donde se podría realizar dicha convención, se escogió Rionegro por ser fortín liberal, tener buen clima, ser cuna de prestantes familias y porque brindaba la seguridad y tranquilidad que necesitaban para elaborar una nueva constitución.

tantes le correspondía de acuerdo con el último censo. Después de unas debatidas elecciones y de la derrota de los conservadores, sólo liberales tuvieron cabida en la Convención.

Después de la guerra civil que se vivió en 1860, entre liberales y conservadores, Mosquera (en la foto) fue reconocido como autoridad suprema y se hizo llamar entonces: "Presidente Provisorio de los Estados Unidos de la Nueva Granada y Supremo Director de la Guerra". Estando en el poder convocó a una Convención Nacional para el mes de agosto de 1861, que sin embargo, tuvo que ser aplazada por la prolongación de la guerra que generó confrontaciones en varios Estados, pues aún había grupos de conservadores que se oponían al gobierno dictatorial del General. Ya para comienzos de 1862, Mosquera reunió en Bogotá a un grupo de liberales, la mayoría de ellos comerciantes, con el fin de acordar medidas urgentes que condujeran a la recuperación económica desgastada por el conflicto. En esa reunión los liberales le propusieron a Mosquera la realización de una Convención como una medida para reorganizar el Gobierno y estabilizar el país. La propuesta fue acogida y al poco tiempo, por medio de un decreto, el general dispuso que cada Estado eligiera tantos diputados como Senadores y Represen-

El 3 de febrero de 1863 se reunió en Rionegro el comité organizador de la Convención y acordó instalarla el día siguiente. Así pues, fue el 4 de febrero, el día en que Mosquera resignó en la Convención sus poderes e inició la reunión de los 50 convencionistas para darle vida a la Constitución, reconocida históricamente por las supremas libertades que consagró. El interés de dejar en Rionegro Ia constancia de estos hechos, así como el de rendirle homenaje al General José María Córdova, data de 1890 cuando por medio de un Acuerdo Municipal, los concejales plantearon la iniciativa de crear en el Distrito de Rionegro un museo, que llevara el nombre de "Museo del Corral" y una "Biblioteca de Córdova". Cuarenta y siete años después, el Gobierno Nacional materializó esta idea ordenando la compra de la Casa para destinarla a un "museo patriótico", y guardar allí "preferiblemente" los objetos que fueron de propiedad del Héroe de Ayacucho. Desde entonces, Rionegro cuenta con esta Casa, insignia de los liberales, por haber sido el sitio en donde tuvo origen una Constitución que organizó el país con el nombre de "Estados Unidos de Colombia" y adoptó, entre otras cosas, la inviolabilidad de la vida, la libertad absoluta de imprenta, de circulación de impresos y de expresión y abolió la pena de muerte.


Cuando se la regalaron a Rionegro…

Los recuerdos Esta casa de amplios salones en galería conserva entre sus muros de tapia pisada, parte de la memoria política y cultural del país. Fotografías y pinturas que talentosos artistas realizaron de los hombres que hicieron historia, muebles, objetos y documentos que son una reliquia y una exquisita muestra.

Según la Resolución Ejecutiva Número 1244 de 1940, el Presidente de la República de Colombia Eduardo Santos, considerando que el Gobierno Nacional había adquirido en propiedad la casa en la cual se reunieron en Rionegro los convencionistas de 1863 para destinarla a un museo patriótico, resolvió cederla a título gratuito a la municipalidad de Rionegro con las condiciones de mantenerla, junto con el museo, bajo su dirección, administración y mantenimiento.

Sala 4 (de la imprenta municipal): en donde se conserva la imprenta -con todos sus accesorios como rodillos, galeras y poleas-, en la que se imprimieron los discursos y anales previos a la Convención de 1863. En la sala también se encuentran un cuadro del antiguo Sagrario de la Catedral que data de 1790; y un escudo de la Nueva Granada.

Foto: Cortesía Casa de la Convención

…A la inmortalidad Sobre la historia de la Casa de La Convención se han escrito varias versiones. Una de ellas es reseñada por Gustavo Vives Mejía, en el libro "Colecciones Públicas de Rionegro” cuenta que meses después de la realizada Convención, ocurre la muerte del propietario, don Sinforoso García, pasando luego a ser propiedad de don Vicente Moreno y su esposa Ana Josefa Zuluaga, quienes la dividen en dos: una sección, actualmente reconocida como El Museo, cuya entrada es por la calle 51 y otra, sede del Sena -ahora una edificación independiente- a la que se accedía por la carrera 48, más conocida como el "Pasaje peatonal del Sena". La otra sección, la del Museo, perteneció por muchos años al reconocido médico don José Joaquín de La Roche, quien se vio obligado a venderla para que no le fuera expropiada en el año de 1939.

La casa cuenta con 6 salas:

En 1978, el municipio de Rionegro le entregó al Sena la parte contigua al museo de la casa, con el fin de adelantar allí la remodelación de la estructura y la construcción de instalaciones necesarias para adecuarla como centro de estudios, respetando la armonía arquitectónica de la casa.

Palabras nuevas Tapia: pared construida con tierra amasada. Bahereque: sistema de construcción basado en cañas entretejidas y barro. Zaguán: Parte de una casa situada junto a la entrada principal. Recibidor, vestíbulo. Asentamiento: establecimiento de una población en un lugar. Convención: En lo político se produce cuando los representantes de los movimientos políticos se reúnen para estudiar un tema político que produzca una reforma o norma, para llegar a un acuerdo o para elegir a sus representantes.

Barroco: Movimiento artístico y cultural desarrollado en Europa en los ss. XVII y XVIII, caracterizado por la abundancia de elementos decorativos.

Bibliografía Sobre la historia de esta casa y su importancia por haber sido sede de la Convención de 1863 que dio origen a la Constitución de la entonces Estados Unidos de Colombia, puedes consultar en: • Directamente en la Casa de la Convención, vísitala y conoce más sobre su historia. Llama a la sede. Teléfono: 5610710 O en los textos: • Historia de Colombia de Jorge Orlando Melo.

• Inventario del Patrimonio Cultural de Antioquia. Colecciones públicas de Rionegro, de Gustavo Vives Mejía. • Mi Tierra, Gran álbum de Antioquia y Medellín, Periódico EL MUNDO. • Separatas Colección Monumentos de Mi Tierra. Periódico EL MUNDO. Medellín, año 2000. • Agradecimientos: Carmen Cecilia Garzón. Directora Casa de la Convención.

Sala 5: en este salón se conserva el Archivo Histórico: documentos como juicios, demandas, escrituras, Acuerdos del Cabildo y genealogías que datan desde 1740.

Sala 1 (la principal de la Convención): es éste el sitio en que presuntamente se reunieron los convencionistas en 1863. Allí se encuentran una copia de la mesa en que se firmó la Constitución (la original está en la sala del Museo Histórico de La Catedral); quince de las sillas que fueron usadas por los delegados de la Convención; retratos de los convencionistas, y el Arca triclave, un baúl en madera de forma rectangular con tres chapas de hierro forjado, que perteneció al Cabildo Municipal, y que fue usada para guardar allí las actas de la Convención.

Hay una versión sobre la historia de esta edificación que cuenta que el salón en donde se reunieron los convencionistas de 1863, ubicado en la Casa Museo correspondía a la zona de la servidumbre, lo que ha generado dudas sobre si ese salón fue en efecto, el sitio de la reunión. Independiente de cual sea la versión sobre el salón o el espacio donde se reunieron los convencionistas en 1863, esta casa se convirtió desde la Convención de 1863, en patrimonio histórico por la importancia que representó el suceso y la trascendencia de dicha Constitución.

Sala 3 (de la independencia): en ella se encuentran pinturas de los personajes más importantes de ésta época, ilustres huéspedes de la Casa de La Convención. Así mismo, hay un juego de comedor del siglo XIX, que perteneció a Eduardo Uribe Botero, importante rionegrero que fue, entre otras cosas, ministro, embajador y fundador de la Universidad de Medellín.

Sala. 2 (Colonial): en ella se encuentra un juego de muebles en madera tallada, dorada y policromada, del siglo XVIII, de estilo barroco que se refleja en la ornamentación en silletería, cornisas, espejos, consolas y candelabros.

Sala 6 (de ilustres personajes): rinde homenaje a los hombres más importantes que ha tenido Rionegro y el país, entre ellos: el caricaturista Ricardo Rendón, Juan José Botero, Baldomero Sanín Cano, Gilberto Echeverri Mejía, Diego Tobón Arbeláez, Lázaro Tobón Tobón, Rafael Uribe Uribe, Enrique Olaya Herrera y Luis Carlos Galán. Así mismo, se puede apreciar un juego de sala en madera tallada y tapizada en terciopelo rojo, que perteneció a Sinforoso García y una ventana en madera con barrotes torneados, único objeto que se conserva de la casa que fuera de la familia del general Córdova.

Ilustres huéspedes Juan del Corral: (Mompóx 1778 - Rionegro, 1814): Siendo dictador del Estado de Antioquia, acordó la declaración de Independencia Absoluta del Departamento el II de agosto de 1813. Fue uno de los primeros en ver la necesidad de centralizar el régimen público y crear un gobierno central en Santafe de Bogotá; expidió la Ley de libertad de esclavos, que redactó en compañía de José Félix de Restrepo. Liborio Mejía: (Rionegro 1792 - Bogotá 1816): Con tan sólo 24 años, fue presidente de la República de Colombia, y durante su gobierno participó en el combate de la Cuchilla del Tambo, en donde fue derrotado, hecho prisionero y luego fusilado. General Tomás Cipriano de Mosquera: (Popayán 1798- Coconuco, Cauca 1878). Siendo Director del Gobierno Provisorio, fue quien convocó a la Convención de 1863. Fue varias veces Presidente de Colombia.

General José Hilario López: (Popayán 1798Neiva 1864). Estuvo presente en la Convención en representación del Tolima. Fue presidente entre 1849 y 1853. General Santos Gutiérrez: (Boyacá I824-Bogotá l872).Fue convencionista en representación de Boyacá; y presidente de la República entre abril de 1868 y marzo de 1870. Rafael Nuñez: (Cartagena 1825-1894). sistió a la Convención como delegado del Estado Bolívar; fue varias veces Presidente de la República de Colombia.

Textos e imágenes: Archivo periódico EL MUNDO Edición: Omaira Martínez Cardona

Hoy circula la Casa de la Convención del municipio de Rionegro. Espera el miércoles 18 de abril el Edificio Coltejer.


Edificio Coltejer: Símbolo de Medellín

Generalidades:

Recortar y coleccionar

Entrega 5/12 de las páginas informativas que complementan la campaña Monumentos de Mi Tierra.

UBICACIÓN: Está en pleno centro de la ciudad de Medellín, en la calle 52 No. 47-42, en Junín con la Avenida La Playa. FECHA DE CONSTRUCCION: 1968- 1972. ARQUITECTOS E INGENIEROS: Germán Samper, Jorge Manjarrés, Raúl Fajardo, Aníbal Saldarriaga y Jaime Muñoz Duque. ÁREA TOTAL CONSTRUIDA: 42.000 mt2 ALTURA: 150 m. En su punta se izan las banderas de Antioquia y Colombia con medidas de 7 por 4 metros. NUMERO DE PISOS: 36

Esta torre se levanta del suelo, simulando el tronco de un árbol y se va adelgazando a medida que toma altura para aparecer solitaria y esbelta con un remate en forma de lanzadera en el panorama de la ciudad. Su construcción se caracteriza por la simetría, equilibrio y estabilidad en la forma.

Como la Torre Eiffel

Comienza el proyecto

En 1967 Rodrigo Uribe Echavarría, el entonces gerente de la textilera, pensó en levantar un edificio para reemplazar la vieja edificación ubicada en la esquina de Junín con Colombia en el centro de la ciudad, que ya empezaba a resultar incómoda, para concentrar todas las oficinas de la empresa en un sólo lugar, que además tuviera previsto el crecimiento de la compañía.

Como si aquella aguja siempre hubiera estado allí, imaginar ahora las fotografías del centro de la ciudad sin el edificio es difícil. Hace 42 años en esa misma esquina estaba ubicado otro bellísimo Edificio: el “Gonzalo Mejía”, creación del arquitecto belga Agustín Goovaerts, que reunía en la misma construcción al hotel Europa y al Teatro Junín, demolidos en 1968, para abrirle paso al monumental edificio.

Para iniciar el proyecto, Coltejer invitó a un concurso privado a ocho firmas de arquitectos que podían asociarse con otras del país, para que presentaran el diseño del edificio que en aquella época ya se hablaba de que sería el segundo rascacielos del país, una torre de 140 metros que sería levantada por la textilera en la mejor esquina de la ciudad. Según el lema de la empresa se trataba de: “hacer un edificio para Medellín que le sirva a Coltejer”. Esta frase y este propósito fueron interpretados por Raúl Fajardo como la necesidad de que el edificio fuera un símbolo para la ciudad.

Contactó entonces al ingeniero Alberto Vélez Escobar quien propuso que el proyecto fuera ampliado de manera tal que el edificio, y en especial su remate, fuera un símbolo para la ciudad. También don Mario Posada, entonces dueño de "Movifoto", en una conversación que sostuvo con don Rodrigo Uribe, le dijo que si iba a levantar un edificio, que lo hiciera bien alto, de manera que se convirtiera en un símbolo, tal como la Torre Eiffel lo era para París, destacando así la importancia y pujanza que tenía la empresa en el país.

Con esa idea empezaron a trabajar en los primeros bocetos. Las propuestas se entregaron un viernes, el sábado expusieron los proyectos y al lunes siguiente, a las cinco de la tarde, Raúl Fajardo, quien se había asociado con Germán Samper, Aníbal Saldarriaga, Jorge Manjarres y el ingeniero Jaime Muñoz, recibieron la noticia de que habían sido los seleccionados. Los nuevos socios de Fajardo habían diseñado y venían proyectando, desde 1966 el edificio Avianca en la ciudad de Bogotá, considerado entonces como el primer rascacielos del país. El jurado que estaba compuesto por los arquitectos Pietro Belufchi, Diken Castro y el ingeniero Alberto Vélez Escobar, anunciaron la selección argumentando que la propuesta había ganado por lo sobrio, simbólico y porque su diseño arquitectónico

no pasaría de moda. Los ganadores de la convocatoria recibieron $ 12 millones como premio. El 2 de junio de 1969, comenzó la construcción del edificio en medio de la expectativa que generó en unos, y crítica por su altura en otros, que finalmente fueron calmadas por el gerente de la

compañía con el argumento de que al estar la ciudad localizada en un valle tan estrecho no era posible que creciera más en sentido horizontal y que por esto tenían que buscar con los edificios altos la solución. La controversia y los argumentos valieron la pena porque la edificación dividió en dos la historia de la arquitectura urbana de Medellín.

Fotos históricas: Cortesía Centro Coltejer


El mito de la aguja

Por fin, el segundo del país

Fue así como el hoy Centro Coltejer, se constituyó en el conjunto arquitectónico mejor ubicado de la ciudad, justo en la intersección de la Avenida La Playa y el pasaje peatonal de Junín, una zona que reunía la mayor actividad comercial y humana del Medellín de aquella época.

Toda la construcción de la edificación, que en tiempo representó cuatro años de trabajos, requirió una inversión de $140 millones, a los que se le deben sumar los $ 80 millones que costó la adecuación de las oficinas. Todo financiado con recursos propios de la textilera, sin acudir a la banca, ni a préstamos. Cuando estuvo terminado, no se hizo ninguna inauguración especial, no hubo noche de gala, ni propaganda, ni vitrina, su celebración fue tan sobria como su diseño. Finalmente el Coltejer se convirtió en el segundo rascacielos del país después del edificio de Avianca en Bogotá.

La gigantesca lanzadera que desde 1972 ha sido el símbolo de una ciudad industrial, es el remate de uno de los edificios modernos más queridos por los antioqueños: El Centro Coltejer.

La edificación contó con toda la inversión necesaria y la asistencia de computadores para calcular aspectos como la forma adecuada de las cargas, los elementos estructurales que fueron ubicados de tal forma que tuvieran un doble aprovechamiento: ser transmisores de la carga vertical y al mismo tiempo absorber la energía en caso de temblores. Prueba de ello es que el edificio está diseñado para resistir un sismo de 7.5 en la escala de Ritcher y puede llegar a desplazarse de su eje hasta 45 cm, sin colapsar.

Además, la edificación tiene una fundación de cemento con hierro que alcanza los 13m bajo el nivel de Junín. Según cálculos que se hicieron entonces sobre la cantidad de concreto que se requirió para llenar la base, la fila de carros mezcladores hubiese alcanzado a llegar hasta el municipio de Caldas.

El remate del edificio, por su parte, es una estructura metálica recubierta de concreto que tiene forma de "lanzadera", lo cual según aclaró Raúl Fajardo, no es más que una coincidencia porque nunca se pensó en hacerla así. Incluso, las ventanas que tiene en los costados oriental y occidental en lo más alto del edificio, y que la gente las asimiló luego como los "ojales" de la "aguja", no estaban en los diseños iniciales que presentaron los arquitectos. Su instalación obedeció a un requerimiento de don Rodrigo Uribe, quien manifestó que un edificio de esa altura sin una ventana desde donde divisar la ciudad, era un desperdicio. Entre sus novedades, estuvo el equipo de aire acondicionado, que fue el primer sistema de verdadero control de clima en el país, instalado en un edificio de oficinas. Esta tecnología permitía a sus ocupantes seleccionar y mantener automáticamente la temperatura deseada ya fuera en días fríos o de calor.

Cuentan que... • En la construcción del Edificio se utilizaron seis millones de clavos de acero, 18 mil mt3 de concreto y 3.800 km de varitas de hierro. En cuanto a mano de obra se invirtieron 700 mil horas/ hombre. • La edificación generó 700 empleos directos entre obreros, maestros y profesionales, además de 5 mil trabajos indirectos. • Tiene la capacidad de albergar a 168 mil personas de pie y a 40.000 sentadas cómodamente. • Los arquitectos, en el momento de pensar en el diseño del edificio, quisieron que su remate se viera desde cualquier lugar de la ciudad. ¡Y lo lograron! El Edificio fue pintado en el año 2010 mediante sistema de alpinismo, como regalo a la ciudad de Medellín en sus 335 años.

Rascacielos con centro comercial

Aprovechando la ubicación del terreno en pleno centro de la ciudad y en un sector que por años ha representado el centro del comercio y el entretenimiento, el edificio no se construyó solo, en esa esquina de Junín con la Playa, se adecuó una zona comercial, el Centro Coltejer (como realmente se llama), se convirtió en un referente y en una obra que enorgullece a los medellinenses. Integró y dinamizó el popular sector con las calles que lo rodean mediante los tradicionales pasajes comerciales, además de favorecer el flujo de negocios del sector hoy conocido como “la gran manzana” de Medellín.

El área comercial cuenta con tres niveles y 45 locales, está comunicada por 4 escaleras mecánicas y desemboca en una plazoleta abierta a Junín que se refuerza con el pasaje que tiene salida a Sucre.

De acuerdo con las apreciaciones del historiador Luis Fernando Molina Londoño, la llegada de los rascacielos en el país fue dada por la expansión económica del Estado, la industria, la banca y la población; cuyas edificaciones "tenían el triple propósito de servir como indicador de poder económico de quienes las patrocinaban, producir el máximo beneficio financiero y crear marcas urbanas nuevas aprovechando el elemento altura".

Palabras nuevas • Lanzadera: Instrumento que lleva dentro un carretel de hijo, usado por los tejedores para coser o tramar. • Simetría: Balance e igualdad entre dos secciones separadas por un eje o línea. • Fundación: En arquitectura y construcción quiere decir las bases sobre las cuales se levanta una estructura o edificación. Rascacielos: Edificio de gran altura y muchos pisos.

Foto: Cortesía Centro Coltejer

Si quieres saber más...

Con la construcción del Coltejer, la tendencia a construir edificios altos en la ciudad comenzó a darse desde finales de los años 60s y a lo largo de la década del 70, en sitios estratégicos del centro como La Playa, el Parque Bolívar, Maracaibo, El Palo y Sucre, en donde se demolieron algunas de las mejores casas de las familias más prestantes de comienzos del siglo XX para dar espacio a torres mixtas y consultorios de lujo.

Sobre el Centro Coltejer y facilitar el armado de la maqueta coleccionable, te recomendamos visitarlo. ¡Conócelo y sabrás porqué es un símbolo de la ciudad! También puedes consultar en la primera edición de la campaña Monumentos de Mi Tierra del periódico EL MUNDO del año 2000. • Agradecimientos por la actualización de la información y fotos históricas a la Administración del Centro Coltejer y a la jefa del departamento de Comunicaciones: Diana Carolina Cano. Textos e imágenes: Archivo periódico EL MUNDO Edición: Omaira Martínez Cardona

Hoy circula el Edificio Coltejer. Espera el miércoles 25 de abril: La casa cafetera.


Casas cafeteras Herencia de una cultura

Colombia

Entrega 6/12 de las páginas informativas que complementan la campaña Monumentos de Mi Tierra.

Fredonia

Generalidades:

Ubicación: Haciendas cafeteras hay en el centro y el noroccidente del país, el mayor número se encuentran en la llamada “Zona cafetera” que comprende los departamentos de Antioquia, Caldas, Quindío, Risaralda y Tolima. En Antioquia, la región del suroeste que comprende 24 municipios, es Antioquia conocida como la zona de mayor producción cafetera. Un ejemplo de una tradicional casa cafetera en el país es la de la hacienda San Pedro (la que armarás en la maqueta coleccionable), ubicada en el municipio de Fredonia, región cafetera por excelencia del suroeste antioqueño, aproximadamente a 58 kilómetros de Medellín. FECHA DE CONSTRUCCIÓN: Finales siglo XIX a principios del siglo XX. Mapa de cosechas zona cafetera. ÁREA CONSTRUIDA: 986 m2 Federación Nacional de Cafeteros.

La bonanza cafetera A finales del siglo XIX, el cultivo y la producción del café comenzaban su apogeo en tierras colonizadas en el suroeste antioqueño y el Viejo Caldas por familias campesinas que atraídas por la bonanza del grano, comenzaron a formar asentamientos que se constituyeron en grandes extensiones de tierra que hoy conforman la zona cafetera del país. La suerte de la bonanza ya había tocado tierras lejanas al departamento de Antioquia, en los Santanderes se había traído el grano procedente de Venezuela en 1830. Cuando el café entró al país, en la región del suroeste, se vivía lo que históricamente se ha denominado “la fase media” de la colonización antioqueña; los campesinos por su naturaleza de migrantes de otros territorios probaban la calidad de la tierra con otros cultivos menos exigentes como el maíz, el plátano, la yuca y el fríjol, lo que además les daba el sustento para sus familias mientras recogían su capital de reserva para la primera buena cosecha de café que tardaba unos cinco años después de su plantación.

ALTURA PROMEDIO: 5.10m ALTURA MÁXIMA: 8,70 m NIVELES: Tres. Generalmente el primer piso se edificaba de doble altura para destinar un amplio espacio al beneficiadero del café. DESCRIPCIÓN: El sistema de edificación utilizado en este tipo de viviendas construidas en la época se destacaba por la utilización de materiales como la guadua, la madera, el bahareque y la tapia, como elementos propios, a los que se le sumó el aporte español con la mampostería en piedra, ladrillo, adobe y el trabajo de herrería. Cuando llegó el auge del café, a comienzos del siglo XX, se le dio más importancia a los edificios dedicados al beneficio del grano. Entre Ios materiales que se trabajaron entonces fueron la teja de barro, el cielo falso los calados y la carpintería.

Reflejo de una cultura y de la economía del país La siembra del café favoreció la reactivación económica de las regiones y dinamizó los pueblos que se engalanaron con la construcción de viviendas que se levantaron en medio del paisaje montañoso de Antioquia. Aquel auge del grano generó riqueza entre los primeros campesinos que lo sembraron y con ello se fue tecnificando la producción. Así pues, las primeras cosechas se hicieron con mano de obra del mismo grupo familiar y el secado y el resto del proceso de producción era desarrollado en habitaciones, patio y corredores de la misma vivienda.

Panóramica histórica de la Hacienda San Pedro.

Por lo general las casas cafeteras se edificaban en la parte más alta de la montaña o parcela, con el propósito de divisar y así controlar el progreso de los cultivos de café sembrados.

La arquitectura de las casas cafeteras se diferencia de una región a otra según las características. En zonas eminentemente dedicadas al cultivo, se levantaron haciendas en grandes extensiones de tierra, con viviendas amplias y con los mejores sistemas de producción en beneficiaderos bien estructurados, por lo general independientes a la casa principal. Es el caso de las haciendas cafeteras en los municipios del suroeste donde se encuentran las más grandes del país con una tradición que se remonta a la época de la colonización.

Con el tiempo estas casas empezaron a ser parte de un conjunto de estructuras útiles a las haciendas que generalmente se construían muy cerca de la vivienda principal como pesebreras, bodegas para el almacenamiento y lo más importante, el beneficiadero. Sus diseños son autóctonos y se destacan por el acertado manejo y combinación de los materiales propios de la región, los cuales se adaptan a las condiciones del clima y la agreste topografía antioqueña. Las casas fueron construcciones ligeras con amplios corredores, balcones, habitaciones en galería unidas entre sí, una amplia cocina y un patio central.

Espacio para secar café en casa cafetera La Valenzuela en el municipio antioqueño de Andes. Cortesía: Mateo Camargo Henao.

Recortar y coleccionar

La casa adaptada al beneficiadero La primera bonanza vivida en el país fue producto de los cultivos de los Santanderes y Cundinamarca. En 1898 ya estas cosechas del grano representaban el 50% de las exportaciones del país debido a que grandes extensiones de tierra se destinaron a la siembra con fines comerciales, iniciando toda una cultura cafetera que hoy todavía se conserva.

Cuando el café llegó a Antioquia, el sistema de cultivo cambió y de las grandes extensiones sembradas por pocas familias en otros departamentos, se pasó a pequeños sembrados de numerosos campesinos; es decir, del latifundio se pasó al minifundio, sistema propio de la colonización. Esta expansión de los cultivos de café en la región fue tan rápida como el declive de aquella primera bonanza del café del centro y oriente del país.

A comienzos del siglo XX, el café ya era el más importante producto de la vida económica del país, lo que despertó el interés de muchos hacendados en tecnificar su producción. Esto generó a su vez la construcción de edificios que cumplían con esta función, los llamados beneficiaderos que serían la estructura más importante dentro del conjunto arquitectónico. La distribución de la casa y su relación con el beneficiadero dependían de las posibilidades económicas de los hacendados o campesinos. De esta manera, quienes tenían grandes extensiones de tierra que destinaban al cultivo del café, llegaron a construir una estructura separada de la casa, dedicada al beneficio

del grano, por lo general de dos, tres y hasta cuatro pisos, algunas veces retirada de la vivienda y otras cerca.

Existieron sin embargo muchos campesinos que optaron por adecuar sus viviendas para llevar a cabo en ellas el proceso del beneficio del grano, sin tener que construir un edificio destinado para aquellos oficios. Es así como pueden encontrarse casas cafeteras en las que, en el primer piso, estaba la zona privada en donde la familia habitaba y los pisos superiores, dos o tres, se adaptaron para las otras actividades relacionadas con el proceso. La mayoría de estas casas tienen amplios corredores que bordean la vivienda para ejercer un control visual sobre el beneficiadero y los cultivos.


Las haciendas después de la bonanza La bonanza cafetera que se vivió a finales del siglo XIX y durante más de 60 años en el siglo XX, provocó el surgimiento de cientos de haciendas cafeteras a lo largo y ancho del país, pero muy especialmente en Antioquia y el llamado Viejo Caldas o Zona Cafetera, como quedaría bautizada. Sin embargo, hacia la década de los ochentas, con la llegada primero de la Roya y después de la Broca, sumada a la caída de los precios internacionales, fue disminuyendo aquella estabilidad de los cafeteros, quienes se vieron en la necesidad de volver, como antaño, a integrar nuevos cultivos, a diversficarse e incluso, a adaptar sus haciendas cafeteras a ganaderas, para poder sostener su economía y la de la región. Fue cuando paralelo a los pequeños cultivos de café, que aún se conservan en buena parte de las haciendas, sus actuales propietarios están sembrando frutales, especialmente cítricos y plátanos, así como pastizales destinados a la ganadería. A los antiguos beneficiaderos se les empezó a dar nuevos usos, primero por la reducción de los cultivos y segundo, por la tecnificación en el proceso de producción, economizando

insumos y agua y haciéndolos ambientalmente más sostenibles. Como resultado de este proceso muchas haciendas fueron convertidas en hermosos hostales que acogen turistas nacionales e internacionales y dan a conocer la cultura del café.

Muchas de las haciendas cafeteras de la bonanza de finales del siglo XIX y principios del XX como la de la imagen en el departamento del Quindío, fueron adecuadas como hostales y atractivos turísticos que promueven la cultura del café.

El café en Antioquia De los primeros cultivos de café que se tienen noticia en Antioquia, fueron los establecidos en el municipio de Valdivia por los años de 1830, por iniciativa del inglés Tyrell Moore, quien había llegado al país a trabajar en las minas de Marmato. Pero las altas temperaturas no dejaron prosperar su plantación lo que significó un fracasado intento en incursionar en el negocio. Años después, en 1861, don José María Jaramillo, considerado como otro de los pioneros del cultivo del café con fines comerciales, llegó a sembrar en su finca de El Tablazo, muy cerca del municipio de Rionegro, dos mil cafetos. Pero de nuevo el clima arrasó

inclemente con ellos. Por esta misma época Eduardo Walker Robledo, otro pionero, sembraba exitosamente una pequeña parcela ubicada en una zona aledaña a Manizales y años después, en el sur del Departamento, un santandereano de quien se desconoce su nombre, sembró diez mil cafetos. Pese a estos fallidos intentos de empezar a cultivar el café con fines comerciales, don Mariano Ospina Rodríguez descubrió la fertilidad de las tierras del suroeste para la mata que producía el grano y concluyó que esos suelos compuestos de humus y piedrecitas, eran los mejores para sembrar café.

Sistema constructivo Buena parte de las haciendas cafeteras que fueron construidas a finales del siglo XIX, se identifican por un esquema y un sistema de edificación que para la época fue novedoso. Los terrenos eran delimitados con muros de tapia, cercas de madera o vallados de piedra para ejercer dominio sobre la zona productiva.

En ese entonces se contó con el empleo de nuevos materiales que eran abundantes en la región, como la guadua y la madera y un sistema constructivo como el bahareque y la tapia, más algunos elementos como la mampostería en piedra, el ladrillo y el adobe.

El encanto de sus cuentos Son las historias que se tejieron a lo largo de los años en estas antiquísimas haciendas, las que quedan para siempre en la memoria y en el alma de quienes las aprecian y respetan por su significado o porque allí transcurrió la vida de varias generaciones de antioqueños que aún hoy perpetúan su cultura. Una de esas historias es la de la hacienda San Pedro a la que se llega por un sendero bordeado de frondosos y viejos eucaliptos que adornan la entrada a la antigua casa cuya historia se remonta a 1872 y 1878 cuando los hermanos Eduardo y Julián Vásquez compraron los terrenos y la construyeron. Considerada además como una de las haciendas pioneras en el cultivo y producción de café, se cree que fueron los dueños del Banco Sucre, quienes tenían una flota mercante dedicada a la

El suroeste antioqueño fue el punto de partida del posterior auge que tuvo el café en Colombia. Fredonia se convirtió en el centro cafetero del departamento y llegó a producir en 1888, 30 mil arrobas de café, cuando en ningún municipio antioqueño se producían más de 2 mil.

Palabras nuevas Latifundio: Finca agraria de gran extensión de tierra que pertenece a un mismo dueño. Minifundio: Terreno de cultivo de reducida extensión dedicado especialmente a una economía de subsistencia. Beneficiadero: Lugar destinado al proceso de beneficio del café que es el que transforma el fruto mediante diversas técnicas para ser entregado a la comercialización final. Roya: Una de las enfermedades más comunes en los cafetos. Es causada por el hongo Hemileia vastatrix que infecta las hojas del árbol del café. Broca: Es una plaga causada en los cafetales por un insecto que se adhiere al fruto y lo consume. Gramíneas: Plantas que tienen tallos huecos divididos por nudos y flores en espigas.

Entre los materiales que se trabajaron entonces fueron la teja de barro, los cielos falsos, los calados y un laborioso trabajo en carpintería y ebanistería. Otros elementos tradicionales en este tipo de viviendas fueron la guadua de manera especial en la zona de Armenia, Manizales y el Viejo Caldas. Perteneciente a las gramíneas, su crecimiento es más rápido que el de la madera y su eficiencia ha sido demostrada por su durabilidad y resistencia a los sismos, según lo ha demostrado la región del Eje Cafetero, en donde la guadua junto con el bahereque, se han comportado de manera excelente en los terremotos, en comparación con las modernas estructuras en concreto.

exportación, los que iniciaron el cultivo del grano en estas tierras, cuando fueron sus propietarios, después de los Vásquez. Hacia los años 30 del siglo XX, la hacienda fue vendida a una familia que la ha conservado generación tras generación y que ha tratado de continuar también el cultivo del café, aunque hoy en día por sus amplios corredores se alcanza a sentir el aroma de productos distintos al grano. Entre las historias que se cuentan de esta vieja casa está la de las brujas y los espantos que siempre han rondado no sólo por estas tierras, sino en la imaginación y los relatos que los ancianos van narrando a sus nietos y biznietos y que según dicen ellos, es lo que queda de aquella época de bonanza en la que nació la cultura cafetera que aún hoy sobrevive.

Si quieres saber más... Puedes consultar en.

Hacienda La Valenzuela en Andes. Cortesía: Mateo Camargo Henao.

• El Gran Libro de Antioquia y Medellín, colección Mi Tierra de el periódico EL MUNDO. • Las Haciendas del café de Fernando Türk Pubiano y Luis Carlos Aljure, editado por Concasa en 1997. • El café en el desarrollo de Antioquia. Visión histórica y acción gremial. Publicación de la Federación Nacional de Cafeteros, escrito por Ricardo Aricapa. • Separatas de la colección Monumentos de Mi Tierra del periódico EL MUNDO del año 2000. • Te recomendamos visitar también en la región del suroeste varias de estas antiguas casas cafeteras que están abiertas al público para promover la cultura del café. Textos e imágenes: Archivo periódico EL MUNDO Edición: Omaira Martínez Cardona

Hoy circula La casa cafetera. Espera el miércoles 2 de mayo: Seminario de Misiones en el Municipio de Yarumal.


Seminario de Misiones Extranjeras Municipio de Yarumal

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Entrega 7/12 de las páginas informativas que complementan la campaña Monumentos de Mi Tierra.

Formación para el servicio UBICACIÓN: Localizado a 122 kilómetros de Medellín, a la entrada del municipio de Yarumal, en la subregión Norte del departamento. Se puede llegar por la Autopista Norte pasando por los municipios de Bello, Copacabana, Girardota, Don Matías y Santa Rosa de Osos. FECHA DE CONSTRUCCIÓN: 1928- 1952 FECHA DE FUNDACIÓN: 29 de junio de 1927 PROMOTOR: Monseñor Miguel Angel Builes. ESTRUCTURA: En concreto. NÚMERO DE PISOS: Tres en la primera estructura, con la adición de una segunda estructura se elevó a cuatro. DESCRIPCIÓN: La estructura principal del primer edificio que se construyó es

Comienza la misión

Busto de Monseñor Builes en el templo principal del municipio de Don Matías donde nació.

Siendo muy joven y recién ordenado sacerdote, en el año de 1917, el entonces padre Miguel Ángel Builes fue comisionado por el Obispo de Santa Rosa de Osos, Monseñor Maximiliano Crespo, para que realizara una “misión diocesana” en la parroquia del municipio de Valdivia, en el norte de Antioquia. Aquella misión consistía en la evangelización de comunidades muy pobres, apartadas de las grandes poblaciones y que según él estaban abandonadas sin ley ni religión.

de tres pisos y planta en forma de H. En los bloques laterales se encuentran los salones de clase, las habitaciones de los aspirantes y un salón de descanso. En el primer piso están la cocina y el museo de Monseñor Builes. En el bloque del centro están la capilla, los museos de biología y el teatro. La torre cilíndrica es para la circulación vertical y la estructura central del edificio es en concreto armado. Detrás de esta estructura se construyó una segunda en el año 1952 para albergar a los novicios, cuya planta tiene forma de T y que en la actualidad se destina para alojar a los seminaristas que van a pasar su año espiritual.

Tres años de gesta Después de aquel encuentro en el Congreso Misional, en donde Monseñor Builes conoció a la madre Laura Montoya, se concentró en la misión que le habían encargado y acudió a los consejos de la madre que para entonces ya era considerada una de las más reconocidas misioneras de América. Al año siguiente, en el mes de noviembre de 1925, el nuncio apostólico Paolo Giobbe estuvo de visita en el país y en reunión con Monseñor Builes en la ciudad de Medellín, le reiteró el interés del papado de que se fundara un seminario misionero, tomando como ejemplo a

Extensas peregrinaciones por las riberas del Cauca y Nechí a lomo de mula fueron parte esencial de su ejercicio espiritual, experiencia que más tarde se convertiría en la base y argumento de quienes le encomendaron crear un seminario de misiones. Y así fue, después de pasar por las parroquias de poblaciones tan pequeñas como El Tigre (en ese entonces corregimiento de Amalfi, hoy de Vegachí); Santa Isabel (corregimiento de Remedios); Tierradentro (después llamado Aragón, corregimiento de Santa Rosa de Osos) y Remedios, en el año de 1924, el joven párroco fue nombrado Obispo de Santa Rosa de Osos, a la edad de 34 años, en reemplazo de Monseñor Crespo, quien fue trasladado a la Diócesis de Popayán.

A los pocos días de su consagración y convertido ya en el más joven de los obispos del país, Monseñor Builes asistió al primer Congreso Misional que se realizaba en Bogotá y que era organizado por iniciativa del Nuncio Apostólico (representante del Papa Pío XI), donde una de las conclusiones fue la necesidad de crear colegios y seminarios que estuvieran al servicio de la evangelización. Desde entonces Monseñor Builes se convirtió en el gestor de este lugar que hoy alberga a aspirantes a servir en misiones de todo el mundo.

las Misioneras de la Madre Laura Montoya. En adelante, se sucedería un constante cruce epistolar entre la Madre y Monseñor, con quien adelantaría todas las gestiones para que el Seminario fuera una realidad. Según reseña el historiador Orlando Montoya Moreno, en su libro: Yarumal, una ventana al pasado: “Fue la Madre Laura quien consintió que la fundación se hiciera en Yarumal, cuando una de las opciones era el municipio de Entrerríos; fue ella quien brindó asesoría y acompañamiento permanente a monseñor Builes para lograr el objetivo y se convirtió en promotora y cofundadora; fue ella quien consiguió los primeros aspirantes...”. Durante estos tres años, el padre Abigail Restrepo, sacerdote secular, quien se había convertido en uno La madre Laura Montoya Upequi, una de las primeras misioneras en América fue promotora del Seminario de Misiones en Yarumal.

de los más fervientes impulsores de la obra y mano derecha de Monseñor, fue quien adelantó las labores de convocatoria y pregoneo del seminario. Según manifestó el mismo Monseñor Builes en el Decreto Episcopal, por medio del cual fundaba el seminario, el entusiasmo que mostraron y el apoyo que dieron los habitantes de Yarumal fue decisivo a la hora de escoger el sitio en donde se llevaría a cabo la construcción del edificio.

Con los primeros dineros recogidos, el padre Abigail fue quien escogió y compró el terreno en donde se construiría el seminario: una célebre posada de arrieros que se llamaba “El Contento” propiedad de don Agapito Juvenal Arboleda, situada a las afueras del municipio.

Una realidad Tres años después de aquel Congreso Misionero, el 29 de junio de 1927, día de San Pedro y San Pablo, Monseñor Builes daba vida jurídica al Seminario de Misiones a través de un Decreto Episcopal que leyó en la misa mayor y en el que anuncio que el Seminario abriría sus puertas el 3 de julio y que se nombraba como Superior, Prefecto y Ecónomo al Presbítero Restrepo. En efecto, a las cinco de la tarde del domingo tres de julio siguiente, el Seminario de Misiones abrió sus puertas a cinco aspirantes en una casa de tapias, ventanales de madera y tejas de barro que habían tomado en arriendo en el pueblo mientras se adelantaban las primeras obras del nuevo edificio, que de hecho, no empezaron sino un año después de aquella fecha de fundación.

Al cabo de un año, de los cinco que habían iniciado, sólo uno se mantenía en su decisión, mientras que nuevos jóvenes aspirantes llegaban a la casona del donde convivía el grupo de futuros seminaristas en compañía de sus maestros que, para entonces, sumaban 16 sacerdotes. En diciembre de 1932 los primeros ocho misioneros hicieron su Promesa Jurada de obediencia.

Las obras de construcción fueron adelantadas en buena parte, con mano de obra de los mismos seminaristas, dada la pobreza en la que vivían, manejando de la mejor manera los dineros que entraban por concepto de donaciones y que eran invertidos por Monseñor Builes en la compra de bonos de la carretera al mar y del Ferrocarril de Antioquia para capitalizarse.

Seminario en 1939. La construcción del edificio que se hizo por etapas duró varios años. Foto: Cortesía Misioneros Javerianos de Yarumal.


La expansión de la fe por el mundo El año de 1938 pasó a la historia del Seminario como uno de los más trascendentales por la realización de la primera Asamblea General que fue convocada por Monseñor Builes a principios de agosto, con el propósito de estudiar las constituciones que habían sido estructuradas por los profesores del Seminario y que finalmente fueron aprobadas, lo que significó el inicio de la constitución jurídica y filosófica futura del Seminario de Misiones, entre las que estaban la opción por los pobres y la guía del Espíritu Santo por lo que desde entonces adquirió el nombre de “Misioneros Javerianos de Yarumal”.

Las anécdotas

Seminario en 1950. Foto: Cortesía Misioneros Javerianos de Yarumal.

El 15 de junio de 1945 la Santa Sede le entregó al Instituto la primera jurisdicción misionera, la Prefectura Apostólica de Labateca, Norte Santander; siendo esta la responsabilidad más importante que recibía desde su fundación. Así el Vaticano fue encomendándole a los Misioneros Javerianos de Yarumal mayores responsabilidades, hasta que en el año de 1960 se comienzan a dar las primeras conversaciones con la Santa Sede para emprender misiones fuera del país, concretamente para regiones en África. Diez años después salió un grupo de misioneros hacia Potosí, Bolivia. En adelante, la expansión continuaría por Ecuador, Venezuela, Perú, Panamá, Brasil y a partir de 1982, en el continente africano, en Kenia, Angola, Nairobi, Luanda, Malí, Costa de Marfil, Camerún y en el continente asiático, en Camboya y Filipinas.

El otro acontecimiento que marcó este año fue la ordenación de los primeros siete sacerdotes el 25 de septiembre con la realización de un imponente desfile, la Sinfónica Departamental y el clero de todas las diócesis y obispos de todo el país estuvieron presentes en el acontecimiento. Tres meses después salió el primer grupo de misioneros, bajo la coordinación del padre Francisco Gallego, a las primeras misiones a la Costa Atlántica, en Simití, San Martín de Loba, El Banco y Sabanalarga. Entre 1938 y 1945, los primeros misioneros fueron enviados a ayudar a diócesis pobres como entrenamiento previo a la verdadera misión de evangelización y trabajo de misiones con las comunidades de afroamericanos e indígenas.

Primero la capilla Mientras se avanzaba en la preparación de los jóvenes misioneros y en su presencia por el mundo, el edificio del Seminario en Yarumal se fue terminando poco a poco. La capilla dedicada a la Inmaculada Concepción de María fue en 1948 una de las primeras instalaciones entregadas, obra del entonces padre Aníbal Muñoz Duque, quien era el Vice-Superior General de la Comunidad y Rector del Seminario desde 1938, quien años más tarde llegó a ser Arzobispo Primado de Colombia y Cardenal.

En lo más alto el edificio del Seminario de Misiones tiene inscrito en un círculo las letras “SDHetG” que es la abreviatura en latín de la frase: “Sólo a Dios el honor y la gloria”.

Así luce ahora el Seminario de Misiones de Yarumal que fue el primero en fundarse en Latinoamérica, el segundo en América y es el único en Suramérica. Desde el año 1982 sus seminaristas hacen presencia misional en América, África y Asia.

• Se cuenta que fue el padre provincial de los Eudistas Mathurin Jehanno, uno de los conferenciantes del Congreso al que asistió Monseñor Builes, quien le encomendó la creación de un seminario en Colombia: “A usted le toca Monseñor acometer la obra; Antioquia es tierra de vocaciones y su señoría está muy joven y es muy misionero”. • Otra anécdota que se tiene sobre el desinteresado apoyo de los habitantes del municipio a la obra es de una humilde viuda que cuando se anunció la buena noticia de la construcción del Seminario a los yarumalitas, desde el púlpito de la iglesia ofrendó su única posesión para su realización: su anillo de bodas. En adelante, como ella, fueron muchas las donaciones que fervientes devotos hicieron para ver materializada la iniciativa del Seminario de Misiones.

En la actualidad, en el Seminario de Misiones Extranjeras residen además de los seminaristas maestros, los aspirantes que permanecen durante un año de iniciación allí y luego pasan a la sede del Seminario en Medellín donde continúan su proceso de formación por dos años más para regresar a la sede de Yarumal a terminar con un año de espiritualidad al cabo del cual regresan a Medellín para estudiar teología durante cuatro años más hasta que inician su labor misional en otras regiones del país y del mundo.

Palabras nuevas • Seminario: Casa o centro de formación para adultos que de manera voluntaria y aceptados por las autoridades eclesiásticas de la Iglesia Católica inician un proceso de estudios que los conduce al ministerio sacerdotal. Los seminarios pertenecen jurídicamente a la diócesis de la jurisdicción donde estén localizados y bajo la autoridad del Obispo.

De esta edificación se destaca la obra artística del pintor santarrosano Salvador Arango quien plasmó en murales, las imágenes de la Inmaculada Concepción; la Santísima Trinidad; Santa Teresita, y San Francisco Javier.

Seis años más tarde, en 1954, con ocasión de la celebración del centenario del Dogma de La Inmaculada Concepción, el 1 de noviembre se realizó la coronación

Las instalaciones del Seminario antes alcanzaban a albergar hasta 200 jóvenes aspirantes, actualmente por falta de vocación, no llegan a 100 los que habitan este claustro.

canónica de la imagen de la patrona en la capilla del Seminario, concedida por Bula Pontificia de Pío XII. Para esta época ya se había terminado el edificio principal, cuya planta tiene forma de “H” que significa “Hijo”; el edificio del noviciado, de planta en “T” que significa “Santa Teresita” y se tenía la maqueta lista para emprender la construcción del Seminario Menor que comenzaría a edificarse en terrenos aledaños al sur y cuya planta tenía forma de M, aunque finalmente este edificio quedó inconcluso.

• Cruce epistolar: Intercambio de correspondencia. • Bula episcopal: Decisión Papal.

Si quieres saber más... Sobre el Seminario de Misiones Extranjeras de Yarumal se puede visitar y conocer directamente la labor de formación que allí se realiza. Además puedes consultar en el sitio web de los Misioneros Javerianos de Yarumal www.yarumal.org o en la primera edición de la campaña Monumentos de Mi Tierra del periódico EL MUNDO de año 2000. Agradecimientos: Padre Rabel Londoño V. Misioneros Javerianos de Yarumal. Textos e imágenes: Archivo periódico EL MUNDO Edición: Omaira Martínez Cardona

Hoy circula el Seminario de Misiones en el Municipio de Yarumal. Espera el miércoles 9 de mayo: el Pueblito Paisa.


El Pueblito Paisa:

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Atractivo mundial

UBICACIÓN: Esta situado en el municipio de Medellín, en la cima del Cerro Nutibara que se levanta en la margen occidental del río Medellín. Se puede acceder por el norte por la avenida 33, por el occidente por la avenida 65 con calle 30ª donde está la entrada principal y por el oriente por el puente que une la avenida Guayabal con la del Ferrocarril. Es uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad desde su construcción porque es una réplica de los típicos pueblos antioqueños. FECHA DE CONSTRUCCIÓN: Entre 1976 y 1978. Con motivo de la celebración de los 30 años de inaugurado en 2008, se realizaron trabajos de restauración, actualización y reforma de algunos espacios para ampliarlos y acoger mayor cantidad de visitantes. FECHA DE INAUGURACIÓN: Marzo de 1978 PROPIEDAD: Municipio de Medellín desde 1927 PROMOTOR: Pedro Javier Soto Sierra.

Tradición de la cultura paisa

El nombre de Pueblito Paisa fue el que finalmente se le dio después de estudiar otras opciones como: Pueblito Viejo, San Lorenzo de Aburrá, Pueblito típico y Pueblito en Flor.

En la cima de uno de los cerros rodeados por la ciudad y con una de las vistas panorámicas privilegiadas de Medellín, se erige este lugar que se ha convertido en visita obligada de turistas nacionales y extranjeros. Inspirado en los típicos pueblos que se encuentran como incrustados en los valles y montañas de la agreste topografía antioqueña, aparece este paisaje similar a una estampa en la que se destacan los colores y una serie de pequeñas edificaciones con tejados de barro que caen en aleros sobre balcones y aceras que miran hacia la plaza. Una réplica que fue pensada para despertar la memoria y hacer un homenaje a la cultura paisa, a sus arraigos y pujanza. Desde que se construyó en el año de 1978, el Pueblito Paisa se convirtió en centro de atracción no solo por ser una alegoría a los municipios sino también porque hizo parte de la transformación del Cerro Nutibara que dinamizó la vida de la ciudad, ofreciendo un nuevo lugar de entretenimiento que además es símbolo de Antioquia.

Arquitecto: Julián Sierra Mejía. ESTRUCTURA: La edificación original se construyó con muros de tapia pisada, pisos en ladrillo, cubierta en madera, esterilla de cañabrava; chambranas interiores y exteriores, así como ventanas y puertas son en madera. DESCRIPCIÓN: La estructura inicial comprende la representación de un marco de

la plaza de un típico pueblo antioqueño de comienzos del siglo XX que tenía una iglesia que sobresale sobre los tejados de barro de las casas de arquitectura colonial de una y dos plantas entre las que se incluyen: la casa cural, la Alcaldía, la escuela, la barbería, la fonda, la tienda, la casa típica y las demás viviendas que complementan la plaza empedrada.

Según los datos de la administración del Cerro Nutibara en los distintos espacios que lo integran entre ellos el Pueblito Paisa, cada año lo visitan más de un millón 24 mil personas.

Antes del Pueblito, un matadero público... Según los registros históricos más remotos que se tienen sobre el Cerro Nutibara, en tiempos de la colonia el terreno que hoy es de 33.3 hectáreas y está a 80 metros de altura de la ciudad, era propiedad de una señora llamada Marcela de La Parra y precisamente con su nombre se identificaba el cerro: “el morro de Marcela de La Parra”, hasta que una familia de apellido Cadavid, pasó a ser la nueva propietaria, cambiando el nombre por: “El Morro de Los Cadavides”. Así se le conoció hasta que el municipio lo compró en 1927, a la sociedad del Matadero Público y Feria de Medellín por $50.000. En 1929 la Sociedad de Mejoras Públicas le insinuó al Concejo de la ciudad hacer el cambio en el nombre para hacerlo menos privado y más público, pero que a la vez, se identificara con la región. Aunque la primera iniciativa para el cambio fue abrir un concurso, finalmente el nombre fue escogido por los miembros de la junta entre varios que se habían propuesto: Cerro Nutibara, Cerro de los Alcácerez, Cerro Aburraes, Cerro de Ayacucho y Cerro de Bárbula. Con el nuevo nombre se quiso hacer un homenaje al más rico y poderoso de los Caciques Katíos, cuyos dominios se extendían por casi todo el occidente, desde la Sierra de Abibe hasta el río Cauca, reconocimiento que por ese entonces hacía la Academia Antioqueña de Historia en sus trabajos de investigación.

Comienza la transformación

Toldos en el Pueblito Paisa. 1983

Después de que se hizo el cambio de nombre en 1930, el Municipio autorizó a la Sociedad de Mejoras Públicas para que trabajara en la elaboración de diseños y planos para la construcción de un parque recreativo en el cerro, propuesta que debía ser presentada y aprobada por el Concejo. Luego, en 1939 se aprobó el plano “Nutibara Futuro”, que incluía el trazado y construcción de carreteras internas y externas para facilitar el acceso, glorietas, kioscos, siembra de variedades de árboles, parqueadero, lago, cascadas, puentes rústicos, senderos peatonales, miradores y un restaurante en su cima. Fue así como en agosto de ese año ya se habían sembrado los primeros 510 árboles. En este año también se emprendió la construcción de la primera carretera que se convirtió en la principal, cuya entrada se hizo por la calle 30A, vía que fue iluminada por la Empresa de Energía Eléctrica en el año de 1955.

Panorámica del Cerro Nutibara.

En honor al nombre del Cacique Nutibara, en el Puelito Paisa hay una escultura elaborada por el artista antioqueño José Horacio Betancur del cacique acompañado por una guerrera y un puma a los pies, como símbolo de su valentía y poder. Esta escultura reemplazó en 1986 la que originalmente estaba: la Madremonte, del mismo escultor, que hoy está en el Jardín Botánico.

Pueblito Paisa en 1979. En 1951, el municipio decidió entregarle el cerro en comodato a la Sociedad de Mejoras Públicas que en adelante se encargaría de la administración y la construcción de un parque o paseo público, pero el contrato fue cancelado en 1967 porque después de tantos años no se había construido la obra. Desde ese año el cerro ha sido manejado por el municipio de Medellín.


Nace la idea del pueblito Como toda obra monumental, el Pueblito Paisa tuvo también un antecedente que marcó su inspiración y que ocurrió en 1969 cuando la Fábrica de Licores de Antioquia realizó una exposición de flores a la que llamó “Pueblito en flor”. Su escenografía se basó en la construcción de una réplica de pueblo antioqueño, con calles y plaza principal, en el que se expusieron las flores de la temporada. En un comienzo, las autoridades pensaron en comprar aquella escenografía que había sido realizada por el club de jardinería, sin embargo, la inconsistencia de los materiales porque habían sido sólo fachadas falsamente unidas, no permitió concretar ningún negocio. Sin embargo, la idea ya estaba y en adelante los esfuerzos estuvieron encaminados a su realización. Al cabo de dos años el municipio sacó a licitación la elaboración de los planos para la construcción de una réplica de pueblo en la cima del cerro Nutibara, concurso que fue declarado desierto en dos oportunidades.

Mirador Pueblito Paisa.

Luego, en 1974, se procedió con la construcción del restaurante-Mirador, sitio en donde actualmente funciona el restaurante en el primer piso y la galería en el segundo. Una vez terminadas las obras, el Mirador le fue entregado a un particular en calidad de arrendamiento con la condición de que adelantara, entre otras, las obras del típico pueblo antioqueño. Al año siguiente, con motivo de la celebración del tricentenario de Medellín, el entonces Gerente General del Instituto de Crédito Territorial,

Pedro Javier Soto Sierra, le transmitió la iniciativa al arquitecto Julián Sierra Mejía, quien en adelante se apropió del proyecto y lo concretó con unos planos y diseños que fueron trabajados de la mano con Planeación y la Junta de Educación, Cultura y Recreación del municipio. Entre las primeras cosas que se acordaron fue la de dividir el proyecto en dos zonas: una urbana y otra rural. El señor Soto Sierra, quien a la vez hacía parte de las Juntas Directivas del Sena y Banco Central Hipotecario, impulsó la financiación de la parte urbana del proyecto recogiendo $1.500.000, que fueron aportados por estas tres instituciones, mientras que el particular que tenía en arriendo el Mirador, se encargaría de la zona rural, que abarcaba la construcción de la continuación de la “calle Real”, la tienda caminera con su correspondiente trastienda y cocina típica, un trapiche, un establo y una herrería, las que serían destinadas a la venta de comida típica, complementada con un cafetal, cañaduzal y platanal. Sin embargo, el particular nunca cumplió con las condiciones del contrato sobre las obras que debía realizar, frustrando esta parte del proyecto y después de enfrentar un largo proceso jurídico, la administración recuperó el control sobre el cerro en el mes de abril de 1978.

Los otros espacios También se inauguró en 1984 el Teatro al Aire Libre Carlos Vieco, ubicado en la ladera norte del cerro que tiene una concha acústica con capacidad para 3.800 espectadores y que es actualmente escenario de eventos culturales en la ciudad.

Foto: obra sin título de Carlos Rojas. Técnica: Concreto y acero pintado. El Parque de las Esculturas también en el Cerro Nutibara fue iniciativa del gobierno de Belisaro Betancur con el propósito de convertir el cerro en un centro cultural. El parque expone las expresiones escultóricas más representativas de la ciudad en la década de los 80 con 10 esculturas.

Foto: Festival Altavoz en el Teatro Carlos Vieco .

Palabras nuevas • Alegoría: representación simbólica • Cañaduzal: cultivo de caña. • Chambrana: Adorno que rodea las puertas, ventanas o chimeneas. Si quieres saber más de la historia del Pueblito Paisa, visítalo para que veas algunas de las cosas que has leído aquí sobre este simbólico lugar de la ciudad.

También puedes consultar en los textos: • Monografía del Cerro Nutibara. Oficina de Turismo de Medellín. • Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín, cien años haciendo ciudad de Rodrigo García Estrada. • Primera edición campaña Monumentos de Mi Tierra. Periódico EL MUNDO. Año 2000.

Textos e imágenes: Archivo periódico EL MUNDO. Edición: Omaira Martínez Cardona.

Se hace realidad con el apoyo de todos Después de aprobados los planos, elaborados por el arquitecto Julián Sierra Mejía en abril de 1976, se procedió con las obras que estuvieron a cargo del Departamento Técnico de Turantioquia y del Municipio de Medellín. Iniciados los trabajos, empresas privadas entraron a refinanciar el proyecto, debido entre otras cosas, a que el presupuesto planteado se había quedado corto.

Para ese entonces muchos de los habitantes del antiguo municipio de El Peñol, demolían sus viviendas para dar paso a la represa. Así que el arquitecto Sierra se desplazaba hasta el pueblo para adquirir aquellos materiales de demolición y saldos como puertas, ventanas y chambranas. Igual destino corrieron los materiales y buena parte de los enseres de la antigua casa de Ejercicios Espirituales del San Vicente, ubicada entre la Avenida Oriental y la carrera Chile y las calles Barbacoas y Argentina, demolida también entre 1976 y 1977.

Aunque la estructura portante de la iglesia y las casas no deja de ser la réplica de un pueblo antioqueño de 1900, su creador, el arquitecto Sierra quiso imprimirle un toque de realismo, adquiriendo materiales de construcción y objetos que databan de esa época.

La puerta de acceso a la iglesia del Pueblito Paisa, era la puerta de entrada de la Casa de San Vicente, lo mismo que el altar en madera, objetos que databan de los años veinte aproximadamente.

Los pupitres de La Escuela y la cama que hay en la Casa Cural, datan de finales del siglo XIX y comienzos del XX, igual que las sillas de la barbería, los cuadros y los implementos de la cocina.

Pueblito Paisa en 1979. Después de una inversión total de $2.100.000, el 3 de marzo de 1978, el Pueblito Paisa fue inaugurado y entregado a la ciudadanía por el alcalde de entonces, Guillermo Hincapié Orozco y la Dirección de Fomento y Turismo de la ciudad.

30 años años para embellecerlo más Con el paso de los años sin embargo, tanto las administraciones municipales como algunas empresas privadas, han estado interviniendo el Cerro con el fin de hacerlo más cómodo a los visitantes y lograr así una mayor apropiación de parte de los antioqueños por uno de los más importantes pulmones del Valle de Aburrá.

También fue en 1986 cuando se construyeron dos nuevos senderos peatonales, uno para ascender al cerro desde la entrada de la calle 30A y otro que va desde la escultura del Cacique Nutibara, hasta el teatro Carlos Vieco.

En 1985 el periódico EL MUNDO y la cadena radial Caracol, se unieron para regalarle al Cerro la señalización de los espacios más importantes con vallas en acero inoxidable. Así mismo, en ese mismo año, se le encomendó a la artista María Villa, la realización del Viacrucis para el Templo, obra que fue entregada a comienzos de 1986 y que se exhibe al lado de las pinturas del Corazón de Jesús y Santa Teresa, también de la maestra, fallecida en Medellín en 1991. Con motivo de los 30 años de inauguración del pueblito paisa en el 2008 se realizaron trabajos de remodelación y readecuación de espacios como los parqueaderos y la zona de comidas. En mayo de 2009 el Alcalde de la ciudad firmó la Resolución 511 por medio de la cual se declara, reserva y alindera el Área de Recreación Urbana Parque Ecológico Cerro Nutibara.

Hoy circula el Pueblito Paisa. Espera el miércoles 16 de mayo: la Casa Consistorial del Municipio Santa Fe de Antioquia.


Casa Consistorial en Santa Fe de Antioquia: la mejor del reino GENERALIDADES

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Entrega 9/12 de las páginas informativas que complementan la campaña Monumentos de Mi Tierra.

UBICACIÓN: Situada en la subregión del Occidente antioqueño en el marco de la plaza principal del municipio de Santa Fe de Antioquia, exactamente en la esquina de la carrera 9 con la calle 9, a poco más de 70 kilómetros de distancia de Medellín. PERIODO DE CONSTRUCCIÓN: 1787-1797 ÁREA TOTAL DE CONSTRUCCIÓN: 1.632.68 m2 PROMOTOR: Oidor Juan Antonio Mon y Velarde CONSTRUCTORES: Maestros, peones, reos y esclavos. NÚMERO DE PISOS: Dos. ESTRUCTURA: La edificación original se levantó sobre cimientos en piedra colocada más mezcla real, los muros del primer nivel

Los antecedentes

son en piedra e hiladas de ladrillo y el segundo nivel en tapia pisada. La cubierta es en teja de barro, las vigas en madera y los pisos en tablón de ladrillo. DESCRIPCIÓN: Es llamada actualmente el Palacio Consistorial Mon y Velarde, después de las adiciones y transformaciones en más de 200 años de fundada y de la última restauración realizada por la Fundación Ferrocarril de Antioquia, ahora luce parecida a la edificación original, se le quitó la fachada Republicana y el revoque con el fin de dejarte la piedra expuesta. Se le construyeron nueva portada y balcones similares al estilo español de las antiguas casonas cartageneras.

Construida por los reos

Esta edificación que desde su última restauración en 1999 sirve de sede a la Alcaldía del municipio. Es de las escasas construcciones de dos niveles del siglo XVIII que se preservan en Antioquia.

Una lección de humildad

En los documentos históricos sobre la casa reposa un dibujo inicial de la fachada de 1797.

Mucho tiempo antes de que el Oidor Juan Antonio Mon y Velarde ordenara la construcción de la Casa de Cabildo en Santa Fe de Antioquia a finales del siglo XVIII, entonces capital de la provincia, se venía discutiendo entre los funcionarios públicos (gobernadores de la provincia y cabildantes), la necesidad de tener un sitio en donde realizar sus reuniones de manera privada. En aquella época las reuniones se realizaban en las casas de los mismos gobernadores de provincia, quienes cansados de esta situación se quejaron ante la Real Audiencia de Santa Fe (actualmente Bogotá). Entre los argumentos que dieron estaba el del peligro que corrían los archivos por su constante traslado. En vista de las quejas, la Real Audiencia dispuso que se mandara a construir una casa para el Cabildo con los recursos propios de la ciudad y que mientras se realizaba la construcción, se alquilara dos salones en donde funcionarían la Sala Capitular, el juzgado y el archivo. Sin embargo, los gobernantes no pudieron cumplir con aquella disposición puesto que nunca encontraron un sitio adecuado para cumplir con las actividades de gobierno. Esta situación se mantuvo hasta la visita del Oidor Juan Antonio Mon y Velarde, en el año de 1786, quien viendo el desorden de la administración pública, ordenó, entre otras acciones, la construcción de una casa para el Cabildo. Por estar en el corazón del centro histórico y por su valor arquitectónico, documental y contextual, esta edificación está protegida por la declaratoria de Monumento Nacional desde 1959. Foto: casaconsistorial.banrepcultural.org

Las obras se iniciaron en 1787 y fueron adelantadas por un maestro carpintero a quien le correspondió la labor de coordinar el trabajo de los reos, algunos de ellos esclavos, quienes aportaron la mano de obra a cambio de la disminución de sus penas e incluso hubo algunos a quienes se les conmutó la pena de muerte por cadena perpetua, beneficio que les fue concedido después de evaluar las distintas habilidades que tenían para estos oficios.

Financiada con impuestos

Así lucía el corredor en el primer piso donde funcionaba la cárcel cuando se iniciaron los últimos trabajos de restauración en 1990 y el penal se trasladó. Según escribió el mismo Visitador Juan Antonio Mon y Velarde para la construcción de la Casa del Cabildo se invirtieron 25 mil castellanos de oro, 6 mil de ellos provenientes de los fondos propios de la ciudad y el resto por concepto de lo que él llamó "ciertas economías" que consistieron básicamente en el regateo en la compra de materiales, bien fuera por efectivo o por especie. El Oidor se destacó porque incentivó y adelantó numerosas obras públicas que no habrían sido posibles sin los gravámenes que impuso a los habitantes de la ciudad. Los trabajos sólo se podían adelantar en tiempos de verano y de no cosecha, ya que la lluvia hacía imposible el transporte de materiales.

Pese a que se había dejado la casa terminada en su totalidad, en 1797 el recién nombrado Gobernador de la provincia de Santa Fe de Antioquia, Víctor de Salcedo y Somo de Villa, la consideró indigna para hospedarse en ella cuando llegó a posesionarse del cargo. La austeridad de la edificación y la modestia de su ornamentación y decoración le parecieron ofensivas y a los pocos días de haber llegado, le envió una comunicación al Virrey José de Espeleta quejándose por la situación en que se encontraba debido a que al negarse a habitar la casa capitular, él y su familia se encontraban viviendo en la casa de un vecino. Por esos mismos días reunió entonces a toda la Real Sala Capitular, incluyendo a los cabildantes; con el fin de solicitarles autorización para hacerle a la casa algunas mejoras, incluyendo la compra de otra casa de paja contigua -por la calle 9- para ampliar la cárcel de mujeres en el primer piso y construir en el segundo la residencia para él y su familia. Algunos funcionarios que se manifestaron en franca o oposición al intento por reformar el edificio y procurando detener las obras que ya habían empezado, enviaron una comunicación al Virrey exponiendo un listado de argumentos en contra de la controvertida intervención. Al mes siguiente se ordenó al Gobernador la suspensión de los trabajos y la restitución de las salas que había ocupado, ante lo cual De Salceda insistió en que lo dejaran terminar pues las obras iban muy adelantadas y salía más costoso tumbar y rehacer, que terminar lo iniciado. Al Fiscal no le gustó la actitud del Gobernador, por lo que sugirió al Virrey que se le multara obligándolo a pagar, de su propio bolsillo, lo invertido hasta ese momento y lo que se debía invertir para dejar la casa tal y como la había encontrado. Finalmente y después de muchas discusiones, la edificación quedó con las reformas impuestas por De Salceda quien asumió la sanción. De las reformas que se le hicieron a la casa en más de 200 años, se le dejó la portada de ladrillo, construida en 1963 con motivo del sesquicentanario de la independencia.


De paso por el republicano Cincuenta años después, cuando llegó José Justo Pabón como gobernador de la provincia en el año de 1852, entre las numerosas obras civiles que adelantó durante su mandato, estuvo la de modernizar la vieja Casa del Cabildo. Para todos aquellos trabajos contrató los servicios del ingeniero alemán Enrique Haeüsler, quien fue el autor de la transformación de la edificación que pasó de la estructura original a un estilo más republicano. Entre los cambios más importantes que se le hicieron a la antigua casa, se eliminaron las habitaciones del tercer piso, construido en tapia, las del primer piso que daban a la plaza principal, de la capilla que estaba ubicada en la nave lateral (hacia la calle 9) y el reemplazo de toda la cubierta. Sin embargo, la mayor modificación que se llevó a cabo fue en la fachada, a la que se le suprimieron los dos largos balcones y el pequeño balcón volado que tenía la habitación central y a cambio se levantó una fachada que revestía la anterior. Estas reformas fueron costeadas por las rentas de la provincia y no fueron pocas las críticas en su contra que se generaron entonces. Para el año de 1937 el Concejo, con motivo de la celebración del cuarto centenario de la ciudad y disponiendo de un auxilio otorgado por el gobierno nacional por tal motivo, acordó construir una semifachada y un andén a la Casa Consistorial, entre va-

rias obras más que se realizaron en el año de 1938.

La casa permaneció con la fachada al estilo propio del período Republicano por cerca de 110 años, hasta el año de 1963, cuando se destinó la suma de $80.000 para devolverle su apariencia original con ladrillo a la vista.

Con una nueva intervención se le devolvieron los balcones dispuestos de manera diferente, imitando más el estilo de las casas coloniales cartageneras que los propuestos por su inicial promotor.

Terminan las reformas En el año de 1990 el alcalde del municipio decidió destinar una partida presupuestal para adelantar su restauración, trabajo que encargó a la Fundación Ferrocarril de Antioquia. En la imagen se ve la casa en su interior antes de iniciar los últimos trabajos de restauración que se demoraron entre otras razones por el traslado de la cárcel que hasta esa época funcionó allí.

Antes de adelantar las últimas obras de restauración, se hizo análisis de suelos, de fundaciones, exploraciones en los muros, investigaciones históricas que reseñaron no sólo el pasado de la casa, sino el estilo propio de la arquitectura de la época. Las primeras obras que se adelantaron en el proceso de restauración que tardó nueve años, debido fundamentalmente a la escasez de recursos y a la demora en el traslado de la cárcel, fueron eliminar las adiciones que se le habían hecho en el transcurso de los años, como baños, subdivisión de oficinas, cielos rasos y canceles en madera que cubrían los corredores del segundo nivel. En su intervención se pretendió rescatar su tipología colonial y perpetuar la casa como sitio de gobierno y referencia de la comunidad, para que pudiera funcionar la Alcaldía, las oficinas adscritas y el salón del Concejo.

Centro Histórico Monumental Nacional Las construcciones, tanto de viviendas como de edificios oficiales en Santa Fe de Antioquia son de las pocas en el país que más conservan su arquitectura original, gracias entre otras cosas, al temprano traslado de la sede del máximo gobierno de Antioquia para Medellín en el año de 1826. Desde 1959 el gobierno nacional quiso a través de la Ley 163, proteger los Monumentos Nacionales de Colombia, incluyendo algunos municipios que en el área de su perímetro urbano como Santa Fe de Antioquia, se destacaron por las edificaciones arquitectónicas de gran valor histórico y contextual en el siglo XVIII. Este conjunto de edificaciones construido en tiempos de La Colonia son una adaptación del modelo español, a las necesidades y materiales de la región, en las que primaron las normas impartidas por la Corona Española.

El Promotor Juan Antonio Mon y Velarde es uno de los personajes más recordados y más controvertidos de la historia de la Colonia por sus drásticas medidas en contra de los primeros "revolucionarios", que se oponían a la corona española, pero a la vez, por lo efectivo de sus decisiones a favor del desarrollo del Departamento, lo que le ganó el calificativo de "El Regenerador de Antioquia". Nació en el año de 1747 en una población llamada Mon, en Asturias, España. En 1785, a petición del Gobernador de la Provincia de Antioquia Francisco Silvestre, la Real Audiencia envió a don Juan Antonio Mon y Velarde, quien en adelante gobernó desde su cargo de Oidor y Visitador. Además adelantó reformas legislativas y organizó la administración pública

a partir de varias ordenanzas para gobernar debidamente a las poblaciones. Para generar recursos en el erario, impuso las rentas al aguardiente, al degüello y al tabaco, lo que trajo bonanza para invertir en obras civiles. A él se debe la posterior creación de la Diócesis de Antioquia, la construcción de numerosas edificaciones destinadas al funcionamiento de la Administración, entre esas la Casa Consistorial, fomentó la minería, la agricultura, el comercio, la fundación de nuevas poblaciones y la construcción de caminos. Entre las nuevas poblaciones que impulsó en Antioquia están: San Luis y Góngora (Yarumal), Carolina, San Carlos,Amagá y San Antonio del Infante (DonMatías).

Foto: www.banrepcultural.org

Palabras nuevas: Oidor: Denominación que se daba a los jueces miembros de las Reales Audiencias que se convirtieron en los máximos órganos de justicia dentro del reino español y sus colonias. Conmutar: sustituir castigos o penas impuestas por otros menos graves. Regateo: solicitud de rebaja en el costo de un artículo o servicio. Sesquicentenario: 150 años.

Finalmente, en 1999 se reinauguró y fue entregada a la Administración. La apariencia actual es la más cercana a la original y es considerada como uno de los mejores trabajos en el campo de la restauración y fue seleccionado entre los finalistas en la XVII Bienal Colombiana de Arquitectura en el año 2000.

Obras de restauración en 1995 realizadas por la Fundación Ferrocarril de Antioquia. Textos e imágenes: Archivo periódico EL MUNDO. Edición: Omaira Martínez Cardona.

A pesar de las diferentes reformas, la Casa de Cabildo es la más antigua del Departamento, de arquitectura sobria y sin mayor ornamentación. Así luce la vista interior de los corredores después de la última restauración.

Para conocer más... Sobre la Casa Consistorial, vale la pena visitarla. La casa está al servicio de la comunidad y es modelo didáctico para la recuperación y puesta en valor de edificaciones patrimoniales en los diferentes municipios del departamento. También puedes consultar en: • Investigación histórica Casa Consistorial

Santa Fe de Antioquia. Gloria Luna Rivillas y Claudia Avendaño Vásquez. Archivo de la Fundación Ferrocarril de Antioquia. • Primera edición campaña Monumentos de Mi Tierra. Periódico EL MUNDO, año 2000. Agradecimientos al doctor Álvaro Sierra Jones. Director Fundación Ferrocarril de Antioquia por información y fotografías.

Hoy circula la Casa Consistorial del Municipio de Santa Fe de Antioquia. Espera el miércoles 23 de mayo: Nuestra Señora de las Mercedes.


Catedral Nuestra Señora de Las Mercedes Municipio de Jericó

UBICACIÓN: Está en el municipio de Jericó, en la región del suroeste antioqueño, a 117 kilómetros de Medellín, accediendo por la vía que lleva a Fredonia y luego pasa por Puente Iglesias. PERÍODO DE CONSTRUCCIÓN: En el año de 1946 se realizó la demolición de la antigua catedral, entre 1949 y 1953, se construyó la cripta en donde actualmente queda el Museo de Arte Religioso. Entre 1959 y 1969 se adelantó la construcción de la catedral. PROMOTORES: Monseñor Antonio José

Jaramillo Tobón y el entonces párroco Pompilio Gallego Arboleda. ARQUITECTO: Luis David Vásquez Abella. INGENIERO: Guillermo González Zuleta. EXTENSIÓN TOTAL: 2.772 m2 ALTURA DE LA CÚPULA: 42 m. ALTURA DE LAS TORRES: 40 m. NÚMERO DE COLUMNAS: 96 ESTILO: El arquitecto lo definió como “Ro-

mánico Moderno”. DESCRIPCIÓN: Aunque Jericó es uno de los municipios antioqueños que más iglesias tiene, la Catedral es la obra más monumental y el templo principal de la Diócesis. Después de inaugurada, quedó disponible la cripta parroquial con un espacio de 2.000 m2, espacio en el que fue inaugurado el 17 de diciembre de 1976, el Museo de Arte Religioso.

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Antioquia

Su imponente estructura tiene un altar de piedra maciza sólida y doce enormes columnas, símbolo de los doce apóstoles. En 66 metros de profundidad y 24 metros de ancho se utilizaron entre otros materiales: 300.000 ladrillos, 52 mil tejas, 19.450 bultos de cemento, 300 toneladas de hierro.

Jericó

Los antecedentes Antes de que se erigiera la actual catedral de Jericó, se levantaron en ese mismo espacio tres edificaciones religiosas en donde los fieles celebraron sus oficios y los padres ejercieron su labor pastoral desde mediados del siglo XIX. La primera fue una capilla pajiza y de piso en tierra, que estuvo entre los años de 1848 y 1853, obra del párroco de Caramanta, presbítero Telésforo Montoya. Esta edificación se demolió para darle paso a una capilla de tapia y teja de barro que permaneció en pie por veinte años, período durante el cual se erigió canónicamente la parroquia de Jericó el 21 de diciembre de 1851.

Jaramillo Tobón. Se pintaron los muros, se decoró toda la iglesia y se contrató al artista español José Claro, para que pintara las doce estaciones. De este tiempo data la realización de los frescos que había en la cúpula. Los daños continuaron y las grietas, que se hacían más grandes, evidenciaron un desnivel en el terreno provocando ocasionales desplomes de algunas de sus piezas, lo que empezó a preocupar a Monseñor Jaramillo Tobón, quien pidió el concepto a varios geólogos e ingenieros en el año de 1945. Sin embargo, ante las distintas opiniones de los profesionales, decidió acudir al gobierno nacional, que a la vez, a través del Ministerio de Obras Públicas, envió una comisión conformada por varios ingenieros que finalmente recomendaron la demolición. Aunque esta no era una imposición, Monseñor definió que lo mejor era tumbarla y no arriesgar, no sólo la vida de los feligreses que la visitaban, sino la de los vecinos a la construcción.

Hoy en día la catedral es motivo de orgullo de los jericoanos, pues sin su ayuda y aportes no se hubiera podido edificar.

En ese momento se pensó en levantar un templo mucho más grande y más suntuoso que estuviera de acuerdo, no sólo con el crecimiento del poblado, sino con la dignidad que le había sido otorgada. Fue entonces cuando se inició la construcción de un nuevo templo en el año de 1873, siendo Obispo de Antioquia, Monseñor Juan Nepomuceno Rueda. Aunque las obras se terminaron en el año de 1893, ésta no fue consagrada por eI Obispo y por consiguiente, inaugurada, sino hasta el año de 1921. Sin embargo, esta edificación empezó muy pronto a presentar fallas estructurales que fueron atendidas con amarres y refuerzos hacia el año de 1937, e incluso en el año de 1942, se le hizo una remodelación con ocasión de la consagración del Obispo de la Diócesis, Monseñor Antonio José

Fue Monseñor Antonio José Jaramillo quien tuvo que decidir si demolía o no la antigua catedral cuando ejercía como Obispo de Jericó. Después de tener que presenciar la demolición del templo, que había sido decorado y arreglado para su nombramiento apenas 6 años antes, emprendió la construcción de la primera parte de la catedral que alcanzó a inaugurar en marzo de 1953. Años más tarde, en compañía del padre Pompilio Gallego, se metió de nuevo en la aventura de terminar la edificación, en la que estuvo trabajando hasta el año de 1960 cuando decidió retirarse. Murió en 1969, meses antes de inaugurarse la catedral, a la que él le entregó buena parte de su vida.

$40 mil por demolerla Entre los meses de febrero y junio de 1946, se adelantó la demolición de la antigua catedral, financiada por el gobierno del entonces presidente Mariano Ospina Pérez, quien sancionó la Ley 9a en ese mismo año, para poder otorgar recursos, no sólo para demolerla sino para garantizar la construcción de la nueva. Fueron $40 mil pesos los que se requirieron para echar a tierra la antigua edificación. Buena parte de los materiales que quedaron después de la demolición, fueron reutilizados, parte de la madera por ejemplo, se la regalaron al municipio para hacer unos puentes sobre el río Piedras, que años después se los llevó una borrasca; la Curia hizo unas casas con parte del material y después las vendió; se ayudó a las hermanas Clarisas para un edificio también y hay puertas, baldosas, vitrales, lámparas y altares en la Capilla de la Curia.

Un terreno poco resistente Con los planos del ingeniero y arquitecto Luis David Vásquez Avella, se emprendió la construcción de la nueva catedral en el año de 1949. Cuando adelantaban las excavaciones para las cimentaciones, se encontraron con que el terreno firme estaba mucho más profundo de lo que pensaban. Ante esta circunstancia y considerando los antecedentes de la antigua catedral, se montó un sistema de filtros y de amarres entre columnas con vigas subterráneas. Fue tanto el trabajo y el material que se llevó la construcción de estas cimentaciones, que se tuvieron que suspender las obras cuando apenas estaba terminada la cripta. Cuando pusieron las Iosas de la cubierta, ésta quedó casi que a la altura del resto de la plaza, quedando aparentemente, un lote vacío y la cripta oculta bajo tierra. Habían pasado cuatro años y hasta entonces se había invertido $1'200.000, recursos que provenían, no sólo del gobierno, que aportó $360.000, sino de la Diócesis de Jericó que fue la que puso la mayor parte y los jericoanos que contribuyeron con $ 210.000. Durante el tiempo de construcción, los oficios religiosos se realizaron en la capilla San Francisco y, desde el 31 de marzo de 1953, fecha en la que Monseñor Antonio José Jaramillo bendijo solemnemente la Catedral, se continuaron haciendo en ella.


Todo por la Catedral bazares de San Isidro y eventos especiales a los que llamaba "semana de la teja", "semana del adobe" o "las jornadas pro-catedral". Cuando se le presentaban apuros económicos, acudía a bancos o a particulares para que le prestaran y poder así cumplir con los compromisos. En el año de 1959, el Gobierno Nacional volvió a girar $150.000 y, junto con lo recaudado en las colectas se emprendieron los trabajos para la planta alta de la catedral. Fueron diez años de continuas obras con los que unas 50 familias jericoanas se sostuvieron, gracias al empleo que se generó.

Ante la falta de recursos el padre Pompilio Gallego, quien había llegado por segunda vez a ejercer su curato en el municipio, contrató por $ 17.000 la impermeabilización de la losa sobre la cripta con el fin de evitar filtraciones y debilitamiento de lo ya construido, aunque su propósito era el de finalizar la construcción que, tal como aparecía en el papel, era monumental. Entre las primeras acciones que adelantó, fue establecer sistemas de colecta, con el propósito de recoger fondos y poder continuar los trabajos: envió tarjetas y peticiones especiales a entidades comerciales de Jericó y los municipios vecinos; realizó

En 1969 la inauguración Cuando las obras parecían ir terminando en el año de 1968, se empezó a organizar y a preparar lo que sería el acontecimiento más importante del municipio: la bendición e inauguración de la nueva catedral, que finalmente se realizó el 20 de septiembre de 1969. Para ello, se conformaron varias comisiones en las que participaron habitantes del municipio, quienes trabajaron por cerca de seis meses.

Cuando se llegó el mes de septiembre, buena parte de los trabajos se dieron por terminados, aunque para entonces, aún quedaba faltando los ventanales de las torres; el acabado del atrio y de los muros tanto del interior y la fachada, los sistemas de iluminación y sonido, entre otros detalles que según los cálculos, para esa fecha sumaban $200 mil más.

Imagen del interior de la catedral. La cúpula está techada con teja holandesa que sobró del Palacio Nacional en Medellín y el gobierno departamental la cedió para la obra.

Para el día de la inauguración, a la ceremonia de la consagración y dedicación de la nueva catedral, asistieron todas las autoridades civiles y eclesiásticas, incluyendo representantes del gobierno nacional y con motivo del acontecimiento se entregaron otras obras sociales de la parroquia, como el "Asilo la Providencia", ubicado en el sitio conocido como "Las Playas”. Según las cuentas finales que para la fecha se entregaron, para la construcción de la catedral se invirtió en total, $2'672.000, aunque el costo pudo haber sido mucho mayor debido a que muchos de los materiales fueron regalados por parte de empresas, instituciones y particulares.

En la Cripta: arte y antigüedades Cuando el Papa Pablo VI proclamó el Concilio Vaticano Segundo, convocado por su antecesor Juan XXIII, generó cambios en la forma del rito católico. Entre las reformas que se hicieron, se dejó atrás la ancestral costumbre de celebrar la eucaristía en latín mirando hacia el altar, para hacerlo de frente a los asistentes y en el idioma de los fieles; se cambiaron muchos de los atuendos que usaban los sacerdotes y se hicieron quitar de las iglesias algunas de las imágenes. Cuando esto sucedió todos estos objetos pasaron a la historia. Aprovechando esta decisión, el padre Pompilio Gallego, que entonces ejercía en la parroquia de Jericó, decidió que todos estos elementos no sólo te-

nían valor histórico, sino religioso y artístico, y por lo tanto, debían ser guardados como testimonio de una fracción de la historia del catolicismo. Fue así como surgió la idea de fundar un Museo de Arte Religioso y el espacio de la cripta fue el más apropiado para albergar aquellos elementos. Con los años se ha logrado una colección muy apreciable, gracias a las donaciones que sacerdotes y fieles han hecho al centro cultural. El Museo tiene en total 900 piezas entre tejidos, orfebrería, retablos, imaginería y piezas ornamentales. Entre las pinturas más antiguas que allí se pueden apreciar se encuentran: un cuadro de "La Divina Providencia", del S.XIX, elaborado en tierra sobre tabla; un "Sagrado Corazón de Jesús", que data de 1877; y uno de "La Virgen de Las Mercedes", que data del siglo XIX. El Museo de Arte Religioso que se adecuó en un espacio de 2.200 m2 de la cripta parroquial funciona desde 1976 y hace parte de la Asociación Colombiana de Museos. Tiene las secciones de: antigüedades, artistas jericoanos, arte contemporáneo, sala de exposiciones transitorias y auditorio, en donde se realizan actividades lúdicas y educativas.

Textos e imágenes: Archivo periódico EL MUNDO. Edición: Omaira Martínez Cardona.

Los adornos de la Catedral Algunos de los elementos que actualmente decoran la catedral, fueron heredados del antiguo templo, no sólo por su valor artístico, sino por su belleza como en el caso de las doce pinturas de las estaciones, realizadas en el año de1942 por el artista español José Claro. Los elementos de culto y el altar de la capilla del Santísimo, fueron diseñados por el arquitecto de la catedral y elaborados en Jericó. Los altares del señor caído, y en general todo el trabajo de ebanistería y carpintería, también fueron diseñados por el arquitecto y elaborados por el artesano jericoano Ramón Palacio Velásquez. Las puertas del atrio y de las entradas laterales, fueron copiadas de la iglesia de San Loren- En el museo se exhiben de las imágenes, zo, en la ciudad Mu- muchas accesorios decorativos nich, Alemania, en un viaje que realizó Monseñor y objetos que estaban Pompilio para asistir a un congreso eucarístico. Los la antigua catedral vitrales fueron costeados por los mismos fieles y demolida en el año mandados a hacer en Medellín en un taller de oride 1946, por fallas estructurales. gen venezolano.

El promotor: Monseñor Pompilio Gallego Arboleda (1914- 2010) Nació en 1914 en la vereda "El Mulato" en Pueblorrico, en donde vivió hasta cuando cursó el primer año de colegio, tiempo en el que empezó a sentir el llamado de su vocación sacerdotal. Entró al Seminario Menor de Jericó y luego pasó al Mayor, en donde permaneció diez años hasta el día de su ordenación. En el año de 1950, el padre Gallego fue nombrado consultor diocesano, y entre julio y febrero de 1952, ejerció por vez primera su curato en la iglesia de Jericó, fecha en la que se terminaba la construcción de la cripta. Los siguientes tres años se desempeñó como Vicario General (quien remplaza al obispo en sus ausencias temporales) hasta que de nuevo lo trasladaron a Jericó, en donde permaneció el resto de su carrera apostólica que terminó en el año de 1991, cuando se retiró. En 1978, su santidad Pablo VI, lo nombró Prelado Honorario y doce años después su sucesor, su santidad Juan Pablo II, le concedió el título de Protonotario Apostólico, único en la diócesis de Jericó. Durante su permanencia Monseñor Gallego, uno de los en esta parroquia Monseñor fue quien emmás activos promotores de la prendió y llevó a feliz término la construcción Catedral murió en el año 2010 de la segunda etapa de la catedral, es decir, cuando tenía 96 años de vida, el edificio que está sobre la Cripta; fundó el 70 dedicados al sacerdocio. Sus Museo y el colegio Santa Rosa de Lima -que honras fúnebres se realizaron en ya no existe- llevo a cabo la remodelación del la Catedral considerada una de sus más importantes obras. cementerio y de la casa cural.

Palabras nuevas: Pajiza: Hecha o cubierta de paja. Canónicamente: Conforme a reglas de la Iglesia Católica o cánones. Curato: Territorio bajo la jurisdicción espiritual del párroco. Protonotario Apostólico: Dignidad eclesiástica, honoraria, conferida por el papa a algunos sacerdotes y considerada como el más alto grado de monseñor. Si quieres conocer más sobre la Catedral de Nuestra Señora de Las Mercedes del Municipio de Jericó, puedes visitarla, conocer el Museo y ver su imponente estructura. También puedes consultar la primera Edición de la Campaña Monumentos de Mi Tierra del periódico EL MUNDO año 2000.

Hoy circula Nuestra Señora de las Mercedes del Municipio de Jericó. Espera el miércoles 30 de mayo: El Cuartel XIV Brigada- Antiguo Hotel Magdalena en Puerto Berrio.


Antiguo Hotel Magdalena Comando XIV Brigada

Municipio de Puerto Berrío GENERALIDADES:

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UBICACIÓN: El antiguo hotel está situado en el municipio de Puerto Berrío, en la región del Magdalena Medio antioqueño, a 194 kilómetros de Medellín y un recorrido aproximado en vehículo de 4 horas. Se accede por la autopista Norte, hasta Copacabana, de allí a Barbosa, se pasa por Cisneros y luego se llega a Puerto Berrío. PERÏODO DE CONSTRUCCIÓN: El primer

Antecedentes Por los años de 1875, cuando el ingeniero Francisco Javier Cisneros adelantaba la construcción del Ferrocarril de Antioquia, concretamente el tramo comprendido entre Medellín y Puerto Berrío, se encontró con que debía reelaborar el trazado de la carrilera porque el puerto del primer caserío llamado Puerto Berrío, había sufrido daños por una fuerte subida del río Magdalena. A orillas del río, Francisco Javier Cisneros comenzó la construcción de una especie de ciudadela que sirvió de puerto fluvial y estación del ferrocarril. Su crecimiento se dio de forma tan acelerada, que para el año de 1881 el Estado Soberano de Antioquia, elevó el puerto a la categoría de municipio, asignándole límites y nombrando su primer alcalde.

Cuando se encontró con el daño, el ingeniero buscó tierras más propicias y se encontró con que el sitio que era conocido como “Remolino Grande” era el más adecuado, por lo que se trasladó el poco movimiento que había en el caserío al nuevo paraje que adquirió el mismo nombre que se había pensado inicialmente, el de Puerto Berrío.

En el año de 1915, la Junta del Ferrocarril de Antioquia encargó al General Justiniano Jaramillo Arango, la administración del hotel con miras a su reconstrucción. Sobre la nueva estructura del Hotel Magdalena se tienen varias versiones que hasta el momento no se han verificado: la primera es que en este mismo año la Junta aprobó también los planos del nuevo edificio, suministrados por el arquitecto norteamericano Gregory B. Webb, sobre los cuales trabajaron en los años siguientes un grupo de ingenieros coordinados por la oficina de Horacio Marino Rodríguez. Otra versión dice que en el año de 1916 la Junta del Ferrocarril de Antioquia aprobó enviar a Barranquilla al ingeniero Neftalí Sierra, para que profundizara sus conocimientos en la técnica de las construcciones de cemento armado y de paso trajera obreros especialistas en este tipo de obras.

Vista aérea Puerto Berrio hoy. Foto: antioquia.gov.co

una colina, a pocos pasos del río, del puerto y de la estación, con vista panorámica del pequeño pueblo y del caudaloso río. En aquellos tiempos el clima de Puerto Berrío era considerado por muchos como malsano por lo fangoso y cenagoso de sus tierras, la proliferación de mosquitos y la humedad del aire que se respiraba. La comodidad que el hotel brindaba consistía en los toldillos que caían desde el techo sobre las camas y el angeo en las puertas y ventanas, todo para proteger a los visitantes de los incómodos insectos.

En 1922, el municipio de Puerto Berrío ya contaba con el nuevo Hotel Magdalena.

Foto: brigada.mil.co Desde el 20 de julio de 1983 funcionan en el antiguo Hotel las instalaciones de la Décima Cuarta Brigada. Las intervenciones que el Ministerio de Defensa ha realizado en el lugar, han restaurado y respetado la estructura original de este patrimonio histórico y arquitectónico del departamento.

El nuevo, lujoso y de concreto

Otra de las versiones que existe, cuenta que a su regreso, el ingeniero Sierra había traído consigo planos, anteproyectos, maqueta y hasta un presu-

El primer hotel, en modesta madera En vista del acelerado crecimiento del municipio y la consolidación del puerto como estación obligada para los viajeros, el ingeniero Cisneros planteó la necesidad de construir un hotel. La sugerencia fue atendida y en el año de 1883, se puso al servicio lo que fue el primer Hotel Magdalena, que según cuentan algunos de sus más viejos pobladores -que escucharon la historia de sus abuelos- había sido construido todo en madera sobre

edificio en donde funcionó el Hotel Magdalena fue construido en madera entre 1883 y 1886. Más adelante, entre 1916 y 1922, se hizo su remodelación, convirtiéndose en la primera edificación de concreto reforzado del país. PROMOTOR: Francisco Javier Cisneros. ARQUITECTO: El estadounidense Gregory Webb. La primera edificación se construyó toda en madera sobre una colina, a pocos pasos del río, del puerto y de la estación con vista panorámica. Cuando abrió sus puertas después de la remodelación, el hotel tenía al servicio de sus visitantes 42 habitaciones, 26 con baño privado, además de las primeras plantas, telefónica y de refrigeración con que contó el municipio para la época.

puesto para la construcción del nuevo hotel, incluso se cuenta que la inversión inicial de $100.000 fue superada en $20.000, que se destinaron a la ornamentación de sus alrededores. En todo caso, esta suma para aquella época, era considerada ya como exorbitante.

El nuevo Hotel Magdalena, fue el primer edificio construido en concreto reforzado en Colombia.

Los años dorados Para cuando el nuevo Hotel Magdalena abrió sus puertas, tenía al servicio de sus huéspedes 42 habitaciones, 26 con baño privado, dos grandes salones en los que había diez camas para alojar a excursionistas o grupos grandes de viajeros. El Hotel fue dotado de la primera planta de refrigeración que surtía de hielo las neveras de los trenes comerciales, además de ventiladores, planta telefónica -era el único sitio en Puerto Berrío que tenía teléfono-, una máquina lavadora a vapor,

que contaba con empleadas contratadas exclusivamente para su manejo. A partir de entonces, el Hotel Magdalena dejó de ser un sitio en donde pasaban la noche los viajeros que iban camino a Barranquilla. Sus amplios pasillos y florecidos jardines empezaron a recibir numerosas visitas de parejas de recién casados que iban a pasar la luna de miel y a los pocos años se convirtió en paso obligado de la clase pudiente que disfrutaba de sus vacaciones en la Costa. La gente humilde podía entrar al hotel, pero por el acceso trasero, que da sobre la carrilera, por allí ingresaban todos los empleados del hotel y del Ferrocarril, quienes recibían la alimentación en los comedores dispuestos para ellos en los patios traseros, cerca al zoológico que se tuvo por algún tiempo, en donde se exhibían entre otros exóticos animales, babillas y tigrillos.

Foto: Juan Fernando Arroyave.

Hubo una época en que el hotel se volvió tan exclusivo, que sólo podían entrar por la puerta principal que quedaba frente al río, banqueros, gerentes de bancos, médicos, ministros, obispos y hasta presidentes.


Comenzó el declive Aquella algarabía que envolvía el ambiente ribereño, como punto de llegada tanto de buques, como de hidroaviones y trenes, empezó a aburrir a los huéspedes del hotel hacia finales de la década del cincuenta y comienzos de los sesenta. Se empezó entonces a plantear en el municipio la necesidad de construir más hoteles que pudieran atender “mejor” a los huéspedes de fin de semana. Se llegó incluso a hablar sobre la posibilidad de trasladar la estación del ferrocarril para hacer más tranquilo el sitio de descanso. Sin embargo, el triste ocaso del Hotel Magdalena llegó con la competencia del automóvil sobre el transporte ferroviario y la eventual venta del Ferrocarril de Antioquia a la Nación en el año de 1963. Fueron tiempos en que a través de ordenanzas, la Asamblea dispuso de todos los bienes que habían hecho parte del Ferrocarril. Entre las propiedades que pasaron a manos de las Empresas Departamentales de Antioquia, EDA, creada para la administración de las

propiedades que no fueron vendidas, estuvo el Hotel Magdalena. En 1966 algunos diputados vieron con preocupación el acelerado deterioro que venía padeciendo el hotel como consecuencia de la mala administración, por lo que a través de una nueva Ordenanza lo entregaron al Hospital la Cruz de Puerto Berrío, con el propósito de que las ganancias que produjera fueran destinadas a la institución, con la salvedad de que si al cabo de cinco años no estaba cumpliendo con este fin, sería devuelto al departamento.

Así lucía el Hotel Magdalena a finales de la década del 70 antes de ser ocupado por las instalaciones del Comando.

De hotel a Comando Lo que pareció en un momento una buena idea, no funcionó: el hospital entregó el hotel en arriendo a un tercero quien le cambió el servicio de hotel por el de inquilinato, es decir que ya no se alquilaba por días, sino por meses, lo que aceleró el deterioro de las instalaciones, además el contratista nunca pagó el arriendo acordado. Tres años después, en 1969, la Asamblea, a través de otra Ordenanza, le dio autorización al Hospital de enajenar el Hotel. Para entonces se propuso venderlo al municipio de Puerto Berrío, idea que estaba incluso plasmada en el Plan Piloto Municipal y que proyectaba entre otras cosas, invertir $1.500.000 en su recuperación y remodelación para albergar a todas las dependencias de la administración municipal y departamental. Sin embargo, la propuesta no fue acogida bajo el argumento de la falta de recursos, no sólo para comprarlo, sino para garantizar su mantenimiento. Después de esta negativa, surgió una nueva idea de parte de quienes estaban interesados en su recuperación y que consistía en el asocio entre el Hospital, Turantioquia y la Corporación Nacional de Turismo. El Hospital sólo pondría el Hotel y las dos organizaciones se responsabilizarían de su restauración, puesta en marcha y administración. Para ello se planteaba reactivar el turismo a través de planes de viajes y programas especiales a Puerto Berrío, pero de nuevo, esta idea no gustó a la Junta del hospital, que sólo quería venderlo. Ya a mediados de los años setenta, Puerto Berrío y todo el Magdalena Medio pasaban por problemas de orden público. Para hacer frente a esta violencia, se creó la Unidad Operativa Menor de la Décimacuarta Brigada, cuyo asiento inicial fue el municipio de Cimitarra, Santander. Este hecho, unido a la decisión que había tomado la Asamblea un año atrás de quitarle el hotel al Hospital la Cruz, llevó a que un grupo de concejales de Puerto Berrío le solicitaran a la Asamblea el traslado de la recién creada Brigada al municipio y se instalara en el Hotel Magdalena, que para entonces estaba prácticamente abandonado.

Con su llegada, el ejército no sólo garantizó la supervivencia de este edificio patrimonio histórico y arquitectónico, sino que recuperó la tranquilidad de un territorio que hasta ese momento estaba sitiado por grupos armados al margen de la ley. Las intervenciones que el Ministerio de Defensa ha hecho en el antiguo Hotel Magdalena, han respetado la estructura inicial y las nuevas edificaciones, como el dispensario y la capilla, conservaron el diseño original que corresponde al período republicano.

Francisco Javier Cisneros: El promotor Nació Cisneros en Santiago de Cuba en 1836, cuando en la isla imperaba el gobierno español. Allí creció y cursó sus primeros estudios, hasta que su padre, quien era un abogado de alcurnia, cambió de trabajo, de residencia y ciudad. Ya en La Habana, emprendió sus estudios en el colegio El Salvador, en donde se le inculcaría el amor por la libertad. Cuando apenas contaba con 20 años se graduó como ingeniero civil y decidió viajar a Nueva York para adelantar una especialización en el campo de la construcción de ferrocarriles. Al cabo de un año regresó a la isla en donde se vinculó con la empresa Ferrocarriles de Oriente, en la que adquirió prestigio y reconocimiento, como ingeniero y empresario. En ese mismo tiempo, se dio a conocer como intelectual, gracias a los artículos que escribía en los periódicos cubanos El Siglo y El País, de éste último llegó a ser director y defendió su posición en contra del régimen hasta que estalló la revolución y tuvo que huir de la isla a Nueva York, que fue su segundo hogar. Años después, envuelto en enfrentamientos y persecuciones que buscaban desacreditarlo, abandonó la revolución y partió al Perú en donde emprendió la construcción del Ferrocarril peruano en la agreste topografía de los Andes. Estando en el país vecino, un día le llegó una carta de un amigo que le escribía desde el Estado de Antioquia, en la que le planteaba los deseos de sus gentes de comunicar la capital con el río Magdalena, y por éste con la Costa Atlántica. Fue entonces cuando en el año de 1874 arribó Cisneros a Antioquia, y a los pocos días, don Recaredo de Villa, quien era el Gobernador del Estado, firmó contrato con él para que construyera un ferrocarril de trocha angosta en el tramo comprendido entre Puerto Berrío y Barbosa, en un plazo de ocho años y medio. A partir de entonces, Cisneros tuvo que superar no sólo un terreno tan montañoso, sino un clima malsano y una selva húmeda. No sólo emprendió la construcción del Ferrocarril sino que también fue el iniciador e impulsor de los ferrocarriles del Cauca, Girardot y La Dorada. Además debió enfrentar las agudas críticas que recibió de sus detractores que lo acusaron de enriquecerse a costa del erario. En 1885, tres años antes de su salida del país, Cisneros viajó a Barranquilla en donde construyó el tranvía y el muelle de Puerto Colombia. Luego, en 1898 viajó a Nueva York, en donde murió a los pocos días de su llegada, víctima de una fiebre tropical.

Secuencia de imágenes en las que se aprecian distintos espacios interiores del antiguo hotel y el actual Comando. La edificación desde un comienzo siempre se destacó por sus plantas ornamentales y sus amplios espacios. Aunque en las instalaciones del antiguo hotel funciona el Comando, también se adecuó como Casa Museo y se atienden grupos de estudiantes para que conozcan sobre lo que representó el hotel para el municipio.

Palabras nuevas: Angeo: Rejilla de alambre o plástico para evitar el ingreso de insectos. También se usa de acero en la construcción de edificaciones. Declive: Pérdida de la fuerza o de la importancia de una cosa. Erario: Tesoro público de una nación, provincia o pueblo

Para conocer más: Sobre el antiguo Hotel Magdalena, puedes visitar las instalaciones de la Casa Museo en el Comando de la XIV Brigada o documentarte en la monografía sobre el Ferrocarril de Antioquia de José María Bravo Betancur. También puedes consultar la primera edición de la campaña Monumentos de mi Tierra del periódico EL MUNDO del año 2000.

En 1983, tres meses después de creado el Comando de la XIV Brigada, se translado a las instalaciones del hotel. Textos e imágenes: Archivo periódico EL MUNDO. Edición: Omaira Martínez Cardona.

Hoy circula El Cuartel XIV Brigada- Antiguo Hotel Magdalena en Puerto Berrío. Espera el miércoles 6 de junio: la Estación de El Limón.


Estación de El Limón: Nostalgia del ferrocarril Municipio de Cisneros

GENERALIDADES: Antioquia

Cisneros

Recortar y coleccionar

Entrega 12/12 de las páginas informativas que complementan la campaña Monumentos de Mi Tierra.

Los antecedentes Cuando el general Tomás Cipriano de Mosquera estando en la presidencia en 1848, decidió iniciar la construcción del primer ferrocarril en Panamá, no sólo abrió las puertas al crecimiento económico del país, sino que dio inicio a la creación de un nuevo paisaje: una serie de estaciones que acompañaban el camino de rieles que comenzaron a extenderse por las regiones, que en ese tiempo eran consideradas Estados Soberanos bajo el sistema de gobierno federalista.

Ferrocarril transportando caña. Foto: banrep.gov.co

La red ferroviaria empezó a desarrollarse en la medida que los Estados Soberanos decretaran su construcción de acuerdo con sus necesidades, pero generalmente señalando su dirección hacia el eje de conexión de todas las regiones y hacia el exterior que por aquella época era el río Magdalena. Esta razón sumada a la agreste topografía, hizo que en el país no se construyera un sistema ferroviario unificado. El Ferrocarril del Norte, del Pacífico, de Antioquia, de La Sabana, del Sur, de Cundinamarca y del Atlántico, fueron entre otras, las líneas que se empezaron a construir en aquel tiempo. En Antioquia fue don Pascual Bravo quien, siendo presidente del Estado Soberano en 1863, planteó por vez primera la necesidad de construir un camino de rieles que uniera a Medellín con el río Magdalena. Sin embargo, no fue sino hasta diez años después, bajo el gobierno de Don Recaredo de Villa que se concretó esta iniciativa y al año siguiente se firmó el contrato de construcción del ferrocarril entre el Gobierno de Antioquia y el ingeniero cubano Francisco Javier Cisneros, cuya línea iría desde Puerto Berrío hasta Medellín.

Imagen red ferroviaria en Estación Puerto Berrio años 20.

UBICACIÓN: Está situada entre Medellín y Puerto Berrío, en la región del Nordeste antioqueño, justo después de cruzar el túnel de La Quiebra, en una población que lleva el mismo nombre y que es jurisdicción del municipio de Cisneros. Para llegar se accede por la Autopista Norte y luego por Barbosa. La entrada a la estación queda antes de llegar al municipio. PERÍODO DE CONSTRUCCIÓN: Entre 1918

y 1920. FECHA DE INAUGURACIÓN: 7 de abril de 1920. PROMOTOR: Ferrocarril de Antioquia ÁREA TOTAL: 153 M2 DESCRIPCIÓN: La Estación es de planta en “T”, un solo piso y dos cuerpos. Los muros son en adobe, cubierta en teja de barro y zinc y piso en cemento. Toda la cubierta inicial estaba conformada por una estructura en maderas de comino.

Las estaciones: expresión de desarrollo Un conjunto de 410 estaciones acompañaron la construcción del sistema férreo del país entre los años de 1850 y 1960. Estas fueron la expresión del nuevo pensamiento progresista que se vivió entonces y su diseño y arquitectura se realizó de acuerdo con la importancia comercial del poblado en donde se construían. Por eso, las estaciones de las ciudades capitales tuvieron un diseño excepcional, que rompía con el esquema de la mayoría de arquitectura de la región. La Estación de La Sabana de Bogotá, (parcialmente demolida) y la estación de Medellín y de Chiquinquirá, en Boyacá, hicieron parte de ese conjunto de estaciones monumentales, mientras que las estaciones de Antioquia, construidas por los Ferrocarriles de Amagá y Antioquia -que conectaban a Medellín con el río Magdalena y la Costa del Pacífico-, fueron ejemplo de diseño arquitectónico más ajustado a la que se conocía en la región con edificaciones que implementaron la teja de barro, el corredor perimetral, puertas y ventanas en madera. A partir de la década de 1970, cuando el tren dejó de recorrer los caminos de rieles en buena parte del país, las estaciones dejaron de cumplir su función y entraron en un proceso de deterioro debido entre otras razones, al declive del sistema de los ferrocarriles por el auge de otros medios de transporte de carga y pasajeros como el carro y el avión.

La Estación de El Limón, y el túnel de La Quiebra desviar la vía hacia Zaragoza siguiendo la hoya del río Porce y hasta se llegó a hablar de construir un cable aéreo y un funicular. Mientras se estudiaba la posibilidad Imagen histórica Estación Botero.

Cuando Francisco Javier Cisneros describió el trazado del Ferrocarril entre Puerto Berrío y Medellín, se encontró con una empinada montaña conocida como la “Cuchilla de La Quiebra” a la que se refirió como un tramo muy tortuoso que exigiría un movimiento intenso de tierra. En ese momento se pensó en construir las estaciones de “Botero” en el costado occidental y del “Zarzal” o de “La Quiebra” -hoy Cisneros-, en el costado oriental, quedando así interrumpida la vía férrea entre Puerto Berrío y Medellín. Pese a las constantes dificultades por la situación de orden público en el país retrasaron las labores e incrementaron el costo de construcción, las obras del ferrocarril continuaron y las estaciones eran inauguradas al mismo tiempo que la línea se ponía en funcionamiento, es decir por tramos. Fue así cómo en el año de 1910 se inauguró la Estación de El Zarzal o La Quiebra que a partir de ese momento se bautizó con el nombre del ingeniero cubano y como un homenaje póstumo.

Entrada del Túnel de La Quiebra, años 20. Aunque las estaciones no cumplen hoy la función para la que fueron construidas, siguen siendo un símbolo del desarrollo de las regiones y de la identidad de muchos pueblos en los que su dinámica giraba en torno al ferrocarril. Por eso es importante reconocer su importancia para la historia del país y como muestra de la arquitectura de finales del siglo XIX y comienzos del XX. En 1996, el conjunto de estaciones de pasajeros del Ferrocarril en Colombia, entre ellas la Estación El Limón, fue declarado Monumento Nacional.

La Estación El Limón es uno de los principales atractivos turísticos de Cisneros pese al deterioro de su estructura.

En este tiempo la cuchilla de La Quiebra se veía como un obstáculo insalvable, pese a la propuesta que había hecho el ingeniero Alejandro López en el año de 1899 que consistía en atravesar la montaña cavando un túnel, tema que por mucho tiempo se debatió entre los miembros de la Junta del Ferrocarril y de la clase dirigente del Departamento. Entre las discusiones se plantearon como alternativa, la de

Viaje inaugural primera locomotora a Medellín, 1914.

de construir o no el túnel, se continuó con las obras de la línea de la División del Porce desde Botero, que estaba al otro lado de la cuchilla, hasta Medellín. Estos trabajos se realizaron entre 1910 y 1914, año en que se inauguró la vía y en que llegó la primera locomotora a Medellín. Después de la inauguración de la primera locomotora hasta Medellín, se decidió unir las dos divisiones -la del Nus y la de Porce- por lo que se aprobó finalmente la construcción del túnel de La Quiebra y se iniciaron los estudios previos y a la vez, se emprendieron los trabajos de Botero hacia la cuchilla, que culminan con la inauguración de la estación de Santiago en 1918. También ese año comenzó la construcción de la Estación de El Limón y del trayecto restante hasta la Estación de Cisneros, obras que culminaron en 1920, con la inauguración de la de El Limón, la entrega del último trayecto de 9 kilómetros y la puesta en servicio de la carretera entre El Limón y Santiago. Entre estas dos estaciones se hacía el trasbordo de mercancía mientras se avanzaba en la construcción del túnel, obras que comenzaron en 1926 y se entregaron en 1929, fecha en la que por fin quedó unido el trayecto entre Medellín y Puerto Berrío.


Cuando el tren pasó por aquí…

El Limón, punto estratégico Con la entrega del último trayecto, de la Estación y el espacio de bodegas, El Limón adquirió mucha importancia por ser la terminal de la división del Nus y más tarde, punto en que se concentrarían la maquinaria y los obreros que trabajaron en el túnel.

jeros, así como la expectativa generada en torno a la construcción del túnel, motivó en el año de 1921 la construcción de un Hotel Restaurante conocido como El Limón, obra del arquitecto Agustín Goovaerts y que aún hoy se mantiene en pie.

Hotel El Limón

El recorrido que se hacía para la época llegaba hasta El Limón en donde se desembarcaba y almacenaba la mercancía en las bodegas que tenían una capacidad para unos 10 mil sacos de café. Según los registros históricos, en el año de 1924, se transbordaron por esta vía, 90 mil toneladas de carga.

Después del desembarque en la estación, se emprendía un recorrido de 10 kilómetros por carretera para tomar nuevamente el tren en la estación de Santiago rumbo a Medellín. La afluencia de pasa-

Pero el auge de El Limón llegó realmente cuando se iniciaron las obras del túnel en 1926, debido a que la empresa del Ferrocarril emprendió además la construcción de varios edificios, como el que albergó a los guardias de Antioquia, el del telégrafo, el de los empleados y el de la cuadrilla de obreros entre otros, mejorando además el sistema de alcantarillado de la localidad. Además, adquirió tanto prestigio el sitio que era destino de muchos paseos los fines de semana de comunidades religiosas y familias de diversas partes del departamento que viajaban hasta El Limón a conocer la gran obra de ingeniería, paseo que duraba por lo general, más de dos días.

La titánica empresa de la construcción de estaciones del ferrocarril en Antioquia se inició pese a las dificultades del terreno montañoso en 1874, cuando se firmó la construcción de una vía ferroviaria para comunicar a Medellín con Puerto Berrío y terminó en 1929, cuando se inauguró, con la primera locomotora, el túnel de La Quiebra. La primera carga de materiales llegó a Puerto Berrío en 1875 y ese mismo año se construyó el primer riel. En total fueron 68 estaciones del tren las que se alcanzaron a construir. Con el paso del tiempo, muchas de estas estaciones sobreviven pese al deterioro y a que ya no cumplen con el propósito para el que fueron construidas. Algunas de estas estaciones son: Ubicada en el centro del municipio de Cisneros. Con recursos de la administración municipal, se le realizó una restauración y adecuación para funcionar como centro comercial para los venteros informales. De planta en forma de L, fue construida con ladrillo en los muros, teja de barro en cubierta y cemento en el piso.

Imagen Estación del Ferrocarril Cisneros

Ubicada en el municipio de San Roque. Su estructura es de un solo piso. Para su construcción, se utilizó la tapia pisada en sus muros, la cubierta en teja de barro y zinc y el piso en cemento. Su estructura y diseño de fachada es muy similar a la de la estación de El Limón.

El ocaso A pesar de este auge la de El Limón, al igual que las otras estaciones, empezó a vivir su declive cuando se suspendió la circulación del tren en el país en la década de 1970. Fueron muchos los años que permaneció abandonada, con las puertas abiertas, convirtiéndose en refugio de caminantes desconocidos.

estaciones-, a la empresa Ferrocarriles del Norte de Colombia, Ferroco S.A., que se encargaría en un plazo de 5 años, de recuperar la vía a cambio de su usufructo por el término de 25 años al cabo de los cuales le sería entregada de nuevo a la Nación.

Hacia el año de 1996 una de las pobladoras de El Limón quiso usar la estación como un espacio en donde podrían trabajar las mujeres en actividades económicas que les significara alguna entrada Se conformó una cooperativa de mujeres y emprendieron un programa de recuperación de la estación. Toda la estructura de cubierta, consistente en cerchas de madera de comino y la cubierta misma, en teja de barro, fueron hurtadas por transeúntes desconocidos que llegaban en las noches y se dedicaban a serruchar las vigas para llevárselas y venderlas. Sin embargo, antes de invertir en la reconstrucción de la cubierta, para lo que las mujeres realizaron varias actividades como venta de empanadas y tamales, se acudió al Alcalde de Cisneros con el ánimo de que el municipio aportara o asumiera los arreglos en la infraestructura de la estación, pero la administración no contaba con recursos por lo que decidieron seguir adelante con aportes informales de ellas mismas y los de la gente de la región. Después de un tiempo no pudieron continuar la sostenibilidad del proyecto y la cooperativa no funcionó, las mujeres se retiraron y la coordinadora del proyecto, Lucía del Socorro Gaviria enfrentó un litigio jurídico interpuesto por Ferrovías para que restituyera la estación que se había incluido en un proyecto de restauración que sería financiado con los aportes de la venta del lote que el Instituto Nacional de Vías donó al departamento de Antioquia en 1996. Paralelo a este proceso, Ferrovías entregó en concesión la línea férrea -junto con algunas de sus

Estación San José. Foto: Jose Ruiz

Ubicada en el municipio de Santo Domingo, construida en una estructura de forma rectangular y un solo piso. Ante el abandono, los pobladores decidieron ocuparla con el funcionamiento de establecimientos comerciales que prestan servicio a la comunidad.

Estacion Porce. Foto: Diego Armando Montoya.

Palabras nuevas:

Aunque se han realizado esfuerzos por recuperar las instalaciones de la Estación, el deterioro es notorio, según los registros históricos, toda la cubierta, conformada por una estructura en maderas de comino y tejas de barro fueron hurtadas. La estación El Limón, junto con las del Hatillo, Cisneros, San José, Caracolí, Cabañas, Virginia y Cristalina, están en manos de un concesionario.

Funicular: Tipo especial de transporte que consiste en un vehículo o cabina cuya tracción se realiza por medio de un cable, cuerda o cadena. Circula sobre raíles y normalmente dispone de dos cabinas enlazadas por un cable de acero sobre una vía de ferrocarril, a modo de ascensor inclinado, de tal forma que mientras un vehículo sube el otro baja.

Para conocer más:

De La Estación de El Limón y los demás monumentos armables que se han presentado en esta campaña, siempre la primera recomendación es documentarte muy bien y visitarlos. Sobre la Estación de El Limón se puede encontrar más información en la Monografía sobre el

Ferrocarril de Antioquia escrita por José María Bravo Betancur o en los archivos históricos de la Fundación Ferrocarril de Antioquia. También puedes explorar en la primera edición de la campaña Monumentos de Mi Tierra del periódico EL MUNDO, año 2000.

Textos e imágenes: Archivo periódico EL MUNDO. Edición: Omaira Martínez Cardona.

Hoy circula la Estación de El Limón. Hemos llegado al final de las entregas de Monumentos de Mi Tierra. Si quiere escribirnos sobre este trabajo por favor hágalo a los correos Calle 53 No.74-50 Medellín o a: educarmientrasseinforma@elmundo.com


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