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Año No. 33 • eDIcIón 10262
lunes, 29 De JulIO De 2013 / santO DOmIngO
Usuarios se sienten seguros en el Metro
(P/4)
CONFÍAN EN PROTOCOLO; IMPIDEN TRABAJO EQUIPO EL NUEVO DIARIO
Ñ
PAPA LLAMA AL CAMBIO SOCIAL EN BRASIL.- El papa Francisco culminó ayer su visita a Brasil, el primer viaje internacional de su pontificado, con un llamamiento a la Iglesia para que sea agente de cambio social “por un mundo nuevo”, aunque evitó temas controvertidos como el aborto, los abusos a menores y el matrimonio homosexual, en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). EFE NACIONALES (P/7)
Camejo advierte sin instituciones fuertes no es posible desarrollo
ECONOMIA (P/8)
AEIH sostiene “gran” evasión empresarios desestabiliza SFS
DEPORTES (P/23
Inauguran hoy “XXII Copa Merengue de Tenis”
NOVEDADES (P/16)
Carlos Vives promueve con su música el consumo leche
editorial
Flexibilidades democráticas En la lucha contra la delincuencia y los esfuerzos por vivir en paz se choca contra las flexibilidades democráticas. Es una situación que se observa, sobre todo, en los procedimientos para perseguir y sancionar a quienes delinquen y alteran las normas. En gran medida un dilema que se presenta en las sociedades democráticas, donde el respeto de los derechos humanos no logra distinguir claramente el hilo que separa los derechos de las víctimas y los victimarios. Los jueces y los tribunales operan con esta confusión conceptual en la aplicación de la ley para mantener bajo control a los violadores de ella. Con ese manejo muchos resultan ser reincidentes en la comisión de crímenes y delitos de diferentes índoles. Incluso, es frecuente en la violencia de género que especialmente mujeres pierden la vida a manos de sus parejas. El sistema de justicia no protege a las víctimas de agresiones en nombre del amor, pero hijas de las frustraciones y el desamor. El sistema es más eficaz liberando a quienes alteran las normas que castigándolos, y de esa forma es que se genera la reincidencia delincuencial. Hemos protegido más a los violadores que a sus víctimas y eso nos está generando un serio problema de seguridad. Este es el punto que quizás tendríamos que resolver en nuestro sistema de justicia, si en realidad queremos avanzar en el control contra el crimen y las violaciones. Lo cierto es que atendiendo a los formalismos excesivos se la ponemos muy fácil a los que andan fuera de las normativas que establecen las leyes. En cambio, quienes resultan afectados por los desmanes de esos violadores encuentran un escenario poco protector para verse compensados por sus violaciones. Debemos solucionar el dilema.