2 minute read
P R O B L E M A S D E M A T E
R E V I S T A D E A J E D R E Z
A J E D R E Z Y P O E S Í A
Advertisement
Poesía y ajedrez han coincidido durante más de 1.500 años; sin duda, el arte de la poesía es más antiguo pero hay partidas que son auténtica poesía. La relación de la poesía con el ajedrez se inicia con la figura del persa Omar Kayan (1048-1131), autor de los conocidos Rubaiyat que fueron dados a conocer en el siglo XIX:
“Porque si bien se mira, el mundo no es más que un inmenso tablero de ajedrez, cuyos cuadros blancos son los días, y los negros las noches, y en el cual el destino juega con los hombres como con piezas: los mueve de aquí para allá, y acabando la partida la muerte nos arroja al cajón de la nada.”
A este autor persa se refiere en su segundo soneto el conocido poema ‘Ajedrez’ del argentino Jorge Luis Borges (1899-1986), que reproducimos a continuación.
Página 6
La relación de la poesía con el ajedrez se inicia con la figura del persa Omar Kayan (10481131) autor de los conocidos Rubaiyat
P R O Y E C T O A U L A D J A Q U E
A J E D R E Z Y P O E S Í A
Página 7
I En su grave rincón, los jugadores rigen las lentas piezas. El tablero los demora hasta el alba en su severo ámbito en que se odian dos colores.
Adentro irradian mágicos rigores las formas: torre homérica, ligero caballo, armada reina, rey postrero, oblicuo alfil y peones agresores.
Cuando los jugadores se hayan ido, cuando el tiempo los haya consumido, ciertamente no habrá cesado el rito.
En el Oriente se encendió esta guerra cuyo anfiteatro es hoy toda la Tierra. Como el otro, este juego es infinito. II Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada reina, torre directa y peón ladino sobre lo negro y blanco del camino buscan y libran su batalla armada.
No saben que la mano señalada del jugador gobierna su destino, no saben que un rigor adamantino sujeta su albedrío y su jornada.
También el jugador es prisionero (la sentencia es de Omar) de otro tablero de negras noches y de blancos días.
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza. ¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza de polvo y tiempo y sueño y agonía?
Otros poetas muy conocidos que dedicaron sus versos al ajedrez fueron el cubano Nicolás Guillén (1902-1989), quien dedicó un poema a su compatriota, el campeón del mundo de 1921 a 1927 y que fue denominado ‘El Mozart del ajedrez’, José Raúl Capablanca (1888-1942). El poema se llama ‘Deportes’ y pertenece al libro ‘La Paloma de vuelo popular’ de 1958. Sin duda el poeta y escritor que mejor ha fusionado los géneros es el costarricense Joaquín Gutiérrez Mangel (1918-2000). El que ha sido definido como “la figura literaria nacional más importante del siglo XX” en Costa Rica, jugó en 1936 partidas en Nueva York contra el ajedrecista Frank Marshall (1877-1944) en el club que fundara en 1915. Posteriormente fue campeón nacional de ajedrez en 1939; jugando las Olimpiadas en Buenos Aires, ganó a Aleksander Kotov (1913-1981) en 1957. Ingresó en la galería costarricense del deporte en 1996 por su trayectoria ajedrecística y hoy en día un club y un torneo de ajedrez llevan su nombre