El ojo vago 21 by El Ojo Vago Fotografía

Hola El Ojo Vago sigue vivo, presentamos este nuevo número un poco con retraso pero cargado de buenas fotografías. En primer lugar, felicitamos a Tomás Blasco por sus recientes premios cosechados en concursos de fotografía. Al dominio de la hiperfocal y una correcta temperatura de color en sus imágenes, acompaña una gran experiencia y conocimientos adquiridos en muchos años de práctica. Tomás Blasco es el protagonista de “Encaje de bolillos” una serie de fotografías muy completa que nos acerca este “mundillo” que requiere muchísimo trabajo, concentración y habilidad. En este número 21 presentamos a Ivana Lasheras, agente medioambiental que nos trae el Otoño a estas páginas con una serie llena de luz y color. N

Septiembre 2016

José María Julve nos trae “Tiger Meet”, fotografías de alta velocidad que muestran la exhibición de las fuerzas armadas de la Otan realizada en la Base Aérea de Zaragoza el pasado mes de mayo. Pedro Vicente Barberán nos traslada al Matarraña, comarca de la provincia de Teruel para mostrar lugares donde parece que el tiempo se ha parado. Esperamos que pases un buen rato viendo las fotografías de este nuevo número. Hasta pronto.

-“Tienes que pedirte más a ti mismo. Tienes que empezar a buscar fotografías que nadie más pueda hacer. Tienes que coger tus herramientas e ir más allá.”

Peter Lindbergh

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Pe M dr a o ta F. rr Vi añ ce a nt e

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¡Felicidades Tomás! El Ojo Vago quiere felicitarte por los premios conseguidos en concursos de Fotografía.

Diente de León.

1º Premio en el concurso de Fotografía de la Comarca de Valdejalón 2006

Manzanos en Primavera. Primer premio en Calatorao 2016

Cascada al atardecer.

2º Premio en el concurso Agua y Montaña de Aragües del Puerto, Huesca. 2016

Encaje de bolillos Trabajo, concentración, agilidad, relajamiento mental, incluso arte, son palabras que definen la tarea que muchísimas encajeras todavía desarrollan cuando les queda algo de tiempo libre en su quehacer cotidiano. La habilidad en el manejo de esos bolillos de boj, de olivo…, de esos hilos finísimos de seda y lino…, es la envidia de cualquier observador embelesado por el trabajo de las encajeras. Una tradición, la del encaje de bolillos, que nació en Venecia en el siglo XVI, y se extendió rápidamente por Occidente, alcanzando su zenit en el siglo XVII en países como España, Francia, Flandes e Italia, con un negocio muy floreciente, llegando a formar parte de la moda de la gente pudiente en esa época con sus cuellos y puños de encaje. En los Museos del Encaje de Camariñas, Almagro o Brujas, puede admirarse el esplendor que tuvo en su época. Afortunadamente, es una tradición revitalizada en estos tiempos tecnológicos, y son muchos los pueblos que celebran cada primavera su Encuentro de Bolillos, donde las participantes lucen sus trabajos y comparten experiencias. Citar que en nuestro entorno, son muy populares los Encuentros de Calatayud, Lumpiaque, La Almunia, Brihuega, Olvega, Alfajarín, etc…. Las fotos de esta colección son una pequeña muestra de este mundo del “mundillo” (como llaman las encajeras a su soporte de trabajo), y son un homenaje a una dignísima representante de las Encajeras, como es mi esposa Ana. Espero que os gusten y sirvan al menos para generar un punto de curiosidad sobre esta tradición tan extendida y sorprendente. Tomás Blasco