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Empresas que contribuyen al desarrollo social, econรณmico y ambiental.
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ALCANCE DE LA RSE DESDE LA ACCIÓN Las compañías que adoptan la RSE en sus distintas prácticas empresariales son: Responsables medioambientalmente. Todas las actividades que realizan las empresas tienen un impacto sobre el medio ambiente, por este motivo, deben tratar de optimizar sus recursos y reducir, en la medida de lo posible, su impacto. Responsables con la sociedad. Realizar acciones de voluntariado, subvencionar actividades o apoyar y fomentar el empleo y la educación son algunas de estas acciones. Responsables con los trabajadores. Agrupa todas las medidas que la empresa realiza para el bienestar de sus empleados, como pueden ser las políticas de retención del talento o de conciliación laboral. Responsables en el mercado. Las empresas deben garantizar la calidad de su producto, fomentar el consumo responsable de los mismos y mantener siempre una buena relación tanto con sus clientes como con sus proveedores. Además, los usuarios están demandando cada vez más, políticas de transparencia en todos los ámbitos de la empresa.
Las empresas con compromiso social ganan terreno
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l término “Responsabilidad Social Empresarial (RSE)” últimamente está teniendo una importancia muy relevante en las empresas debido a que influye posivamente en la reputación de la misma y mejora las relaciones con los Involucrados, parte interesada o interesados. La RSE se puede definir como la integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus interlocutores. Desde la RSE, las empresas asumen una serie de compromisos, deberes y derechos, tanto éticos como jurídicos, que tienen que ver con las diversas actividades que desempeñan tanto las empresas, como los organismos, ya sea a nivel local, regional, nacional o internacional. Bajo el concepto de RSE, se engloban un conjunto de prácticas, estrategias y sistemas de gestión empresarial que persiguen un nuevo equilibrio entre las dimensiones económica, social y ambiental. “Necesitamos un nuevo contrato social de la empresa que permita ver estos objeti-
Gracias a la RSE, las organizaciones ganan en credibilidad y sus productos se diferencian con respecto a la competencia. Por los mismos motivos, socios, clientes y proveedores se muestran más a favor a tratar con las marcas que practican la RSE. Así, aumentan los índices de compradores recurrentes a los que les mueve el compromiso de la compañía con su entorno. Mayor productividad, la mayor motivación de los trabajadores junto con los índices de satisfacción y llevan a un aumento de la productividad y de su eficiencia, que repercute de forma positiva en los resultados de las empresas. Atracción y retención del talento, los trabajadores también se sienten cada vez más atraídos por las empresas comprometidas vos sociales no como una carga que penalicon la RSE. “Los índices de satisfacción de za la rentabilidad sino como una vía para las plantillas en los negocios socialmente fortalecer el compromiso de los empleados responsables son elevados y permiten una y la comunidad con la empresa”, señaló mayor estabilidad y compromiso de nuesAntón Costas Comesaña, Catedrático de tros empleados”, explicó Aycaret Pérez. Política Económica de la Universidad de Una encuesta global de la consultora Barcelona, en un análisis publicado en El Deloitte a los “milenials”, dio como resultaPaís de Madrid, do que un 63% quiere trabajar en empresas Expertos en la gestión de empresas esticuyo propósito sea “mejorar la sociedad” y man que se consiguen varias mejoras con no sólo “generar rentabilidad”. la adopción de medidas que contemplen la También hay una mejora de la eficienRSE. “Mejoramos la imagen cia. Dentro de los muchos de la marca, ya que la incoraspectos que implica la resporación de prácticas soponsabilidad social se encialmente responsables cuentra el cuidado del mecontribuye a que los negodio ambiente, que permite a cios se ganen la aprobación las organizaciones reducir DE LOS MILEtanto de consumidores partidas como su consumo NIALS QUIERE como de colaboradores, que energético o de papel. valoran cada vez más la Por estos motivos, entre TRABAJAR EN preocupación por la ética otros, la RSE no puede ser EMPRESAS CUYO vista como acciones espeempresarial”, estimó Juan PROPÓSITO SEA Francisco Aycart Pérez, tucíficas, sino que debe ser tor del Máster en Dirección un concepto integrado en MEJORAR LA y Administración de emprela empresa, que abarque SOCIEDAD. sas (MBA) en IMF Business todas las dimensiones de School. esta.
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RSE es un socio estratégico
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on la gestión estratégica de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) las empresas no han dejado de buscar el beneficio ni el crecimiento. Pero que las políticas de RSE estén integradas en las decisiones estratégicas de la empresa, sean lideradas por la Alta Dirección y entendidas e interiorizadas por todos los miembros de la organización, devendrá en unos niveles de éxito asombrosos. Este es el análisis de Carlos Ferro, docente e investigador de la Universidad de Vigo (España). La RSE es entendida como una manera de dirigir y gestionar la actividad empresarial de forma estratégica, que ha llegado para quedarse por sus múltiples beneficios tanto para la organización como para la sociedad. Las buenas prácticas de RSE también están relacionadas con las estrategias de negocios que contribuyen a cumplir las metas vinculadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas para 2030. Más allá de los desafíos y compromisos asumidos por el mundo empresarial, distintos estudios globales revelan que todavía queda bastante camino por recorrer. Es que a 10 años de alcanzar el plazo para cumplir
La RSE es una manera de dirigir y gestionar la actividad empresarial.
con los ODS, la mayoría de las empresas aún está lejos de la meta. Un análisis realizado por la consultora PwC entre 1000 organizaciones del sector público y privado que cotizan en bolsa, establece que cerca del 72% de las organizaciones analizadas hacen referencia a los Objetivos en sus informes públicos y, un poco más de la mitad, en sus Memorias Anuales, pero solo el 1% de la muestra total reporta medidas cuantitativas para mostrar sus avances en el cumplimiento del compromiso asumido. La mayoría de las empresas ponen el foco en el objetivo “Trabajo decente y crecimiento económico”, pero los relacionados con los recursos naturales o el bienestar, que son cruciales para la sostenibilidad de las empresas, tienen menos relevancia, afirma el reporte de PWC. A nivel local, en tanto, 30 empresas fueron reconocidas en 2019 por Deres por su contribución con los ODS. Entre las metas establecidas, Educación de Calidad (ODS 4), Reducción de las desigualdades (ODS 10), Producción y consumo responsable (ODS 12) y Alianzas para lograr los objetivos (ODS 17), fueron los que recibieron más contribuciones.
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as empresas tienen que ser rentables para perdurar en el tiempo, pero también es indispensable que sean capaces de mejorar la calidad de vida de la gente (dentro y fuera de la organización) y ser respetuosas del cuidado del medio ambiente y sus recursos. Esa visión está impregnada en el ADN de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), dice su actual presidente Guillermo Garrone. “Nosotros trabajamos por una sociedad más humana y más justa donde la persona está en el centro tanto en la economía en general como en la empresa”, explica Garrone. En esa dirección, ACDE promueve distintas acciones para que los asociados sean socialmente responsables. Por un lado, actúa como un canal de información hacia los dirigentes de las empresas, compartiéndoles información relevante y buenas prácticas en distintos temas con la premisa de ayudar a ser “un mejor empresario”. Se da apoyo en relación a posibles medidas a tomar con los diferentes públicos de interés, por ejemplo en el caso de los colaboradores, tratar de cuidarlos con el teletrabajo en el contexto de la pandemia del coronavirus; así como también estar más cerca de los clientes, proveedores, accionistas y la sociedad. Una de las principales líneas de ac-
ACDE: el rostro humano en la gestión de la empresa ción de la asociación apunta a dar contención al micro, pequeño, mediano empresario a través de los grupos GADE. Este ámbito se integra por empresarios de distintos rubros (que no estén en competencia) y junto a un facilitador sesionan como en un directorio externo en el que se da apoyo para la gestión de la organización. En los grupos de reflexión empresarial se trabaja la problemática puntual que presenta cada integrante (suelen agruparse en 10 o 12 personas) y las alternativas posibles. Los temas que surgen en cada grupo son muy variados y se tratan con estricta confidencialidad, pero generalmente tienen que ver con aspectos del liderazgo, la comunicación, el manejo de determinadas políticas internas de la empresa, el trabajo en equipo y hasta temas éticos. En cada caso se busca “tomar las mejores decisiones a la luz de los valores cristianos, que no dejan de ser valores universales”, indicó Garrone. “Los valores refieren a aquellas cosas que valoramos, por ejemplo que la em-
presa sea rentable, un aspecto que es una responsabilidad hacia los accionistas, pero también que los colaboradores crezcan y se desarrollen en todo sentido. Cada trabajador aspira a no solo ganar un sueldo sino a crecer en todo los aspectos, entonces las empresas se tienen que preguntar cómo se ocupan de darle tareas realizadoras a cada individuo. Y, en cuanto a los clientes hay que preguntarse cómo hacemos para darle valor, productos a buen precio, oportunos, innovadores. Esos son valores universales”, describió el presidente de ACDE.
Juventud y tecnología. El ingreso
Ingeniero Guillermo Garrone, presidente de ACDE.
de las nuevas generaciones en el mundo del trabajo, con sus nuevos códigos de comunicación y expectativas relacionadas al empleo, desafía a las empresas a adaptarse a un nuevo escenario. Hay quienes ven en estas camadas un menor compromiso con la cultura de trabajo, un enfoque con el que Garrone tiene reparos. “Vemos esto con mucho optimismo, los jóvenes tienen un gran empuje, el
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VÍA PARA MEDIR LA RSE ACDE brinda desde 2002 una herramienta para la gestión de las empresas desde la perspectiva de la RSE, los Indicadores de Responsabilidad Empresaria. “Es la primer herramienta uruguaya que maneja indicadores de gestión sobre RSE en la empresa y permite planificar a partir de estos indicadores”, destacó Garrone. La herramienta ha sido utilizada por más de un centenar de empresas de distinto porte, públicas y privadas. Cada año los reportes son estudiados por un equipo técnico de Universidad Católica, y se generan informes individuales y uno general, indicó.
VOLUNTARIADO AL SERVICIO DE LAS NECESIDADES DE LA COMUNIDAD Ante la emergencia sanitaria declarada ante la pandemia del coronavirus (Covid-19), la tarea del voluntario también pasó a ocupar un lugar destacado para dar respuesta a distintas inquietudes de la sociedad. Desde la visión de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), la tarea de voluntariado que genera más valor agregado es aquella en la que se transmiten conocimientos a los beneficiarios de esta acción. Es que en los temas sociales tiene un mayor impacto el hecho de ayudar a las personas a desarrollar habilidades que actuar con el objetivo de mitigar un determinado problema. Este enfoque es importante y un diferencial porque apunta a transmitir un valor social en los miembros de la comunidad, destacan los expertos en RSE. En Uruguay siempre existió este tipo de ayuda honoraria que se canalizaba a través de diversas instituciones benéficas, mientras que la temática tenía menos desarrollo a nivel empresarial. Sin embargo, desde el compromiso y la motivación, las em-
presas encuentran cada vez más eco para encontrar colaboradores dispuestos a realizar tareas sistemáticas y periódicas al servicio de la comunidad, con foco en el cumplimiento de metas precisas. Un equipo de voluntariados más capacitado está en condiciones de transmitir sus conocimientos en el lugar donde se lleva adelante la tarea. Otro aspecto importante de la forma en que se gestiona esta ayuda gratuita, es la pluralidad. Distintas investigaciones académicas confirman un creciente número de empresas que promueven y desarrollan actividades de voluntariado con sus empleados. Este grupo de empresas tienen en común la incorporación de la RSE a su gestión, entre otros aspectos. A nivel de las empresas internacionales, las acciones de voluntariado están más difundidas respecto a las firmas locales. Por tanto, existe un amplio campo para seguir recorriendo por parte de aquellas empresas, que aún no han puesto en práctica las acciones de voluntariado.
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tema es de motivación. Hay jóvenes que trabajan en organizaciones sociales con mucha dedicación y hasta gratis, pero de repente esa misma persona en la empresa no rinde lo mismo y eso pasa porque no tiene algo que los motive. Ellos dicen: ‘Dame un propósito y hago todo’. Entonces es un tema también de liderazgo. Hubo un momento en que el número uno de la empresa pensaba en todo y daba instrucciones; ahora las nuevas generaciones necesitan que les cuenten el propósito”, evaluó Garrone.
Un eslogan. Un problema adicional, agregó el presidente de ACDE, es que a veces la misión de la empresa es solo un “cartel”. “Tenemos que trabajar para que el propósito no sea un eslogan sino algo que conocemos y vivimos vinculando con lo que diariamente hacemos”, exhortó. Finalmente, el presidente de ACDE se refirió a la revolución tecnológica y su impacto en el mundo laboral. Para Garrone, si bien la tecnología está reemplazando al hombre en tareas rutinarias, anticipa que “no va a sustituir a los humanos —aunque aclara—, pero necesitamos apalancarnos” con ella. La fórmula “persona más tecnología es la que ofrece el mejor resultado, el tema es cómo hacemos —y acá está nuestro rol como empresas— para que la transición se haga de forma humana”.
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Sistema B aflora entre firmas locales
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ás que las mejores del mundo quieren ser “las mejores para el mundo”. Ese leitmotiv es la brújula que orienta al Sistema B, un movimiento global que promueve una visión de la empresa donde el impacto económico, social y ambiental están en un mismo plano y son parte del corazón del negocio. Desde esa óptica, una empresa B apunta a brindar soluciones a problemas que afectan a la humanidad, en especial, aquellos relacionados con las desigualdades sociales y el medio ambiente. El movimiento inició su actividad en Uruguay en 2014, uno de los 10 países donde Sistema B tiene oficinas, y registra cada vez más un mayor eco entre las empresas. Actualmente hay 10 compañías B certificadas en Uruguay, indicó Bebo Gold, director ejecutivo de Sistema B Uruguay. Estas empresas operan en diversos sectores como consultoría, clasificación de residuos industriales, avícola, agricultura hidropónica, comunicación, educación y coworking. Sin embargo, la penetración del Sistema B en Uruguay es incluso mayor, ya que muchas empresas están evaluándose de acuerdo a los parámetros que establece el movimiento (se analizan cinco ejes temáticos: impacto ambiental, impacto social, gobernanza, comunidad y trabajadores) aún sin llegar a certificarse. “Invitamos a las empresas a recorrer esa evaluación porque, aún sin certificarse, se pueden medir en esas dimensiones y así pueden mejorar. Las ayuda a incorporar las buenas prácticas desde el modelo de negocio, desde el core”, explicó Gold.
CRECIMIENTO ECONÓMICO SOSTENIDO Y TRABAJO DECENTE
INICIATIVA GLOBAL QUE MUEVE US$ 60.000: En el mundo, Sistema B agrupa a unas 3.000 compañías. La rentabilidad de estas empresas está fuera de discusión; de hecho, facturan US$ 60.000 millones y algunas de ellas, como la compañía de cosméticos brasileña Natura, cotizan en Bolsa. El origen del Sistema B se remonta al año 2006 cuando se produce el nacimiento de B Lab, una organización con base en Canadá y EE.UU., con el objetivo de “redefinir el sentido de éxito de la empresa: solucionar problemas sociales y ambientales a partir de los productos y servicios que se comercializan”.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 8 de Naciones Unidas promueve “el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos”. El sector privado tiene un rol claro en la consecución de este Objetivo, como actor principal para el crecimiento económico y la creación de puestos de
Las empresas del Sistema B buscan ser “las mejores para el mundo”. Como movimiento internacional, el Sistema B trae una mirada “muy fresca y muy innovadora de hacia dónde quieren ir las empresas”, dijo Gold y agregó que hoy “el éxito no se puede medir solo por las ganancias”. Aunque rentables, las empresas ahora están adoptando una nueva visión donde el triple impacto es inseparable de la generación de productos y servicios. El nuevo paradigma, afirmó, surge del “agotamiento” de las viejas formas de hacer y ver los negocios. Ahora “se busca ir a una nueva economía”, apuntó Gold. “Cuando aparecen nuevas ideas y formas (de hacer negocios) es ahí donde Sistema B está teniendo un rol importante. Ya no es solo mostrar el atributo del producto sino en qué medida la empresa está haciendo el bien. Es algo que el consumidor necesita”, indicó. Por otra parte, Gold se mostró “muy optimista” respecto a los avances que exhibe
trabajo. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que 2.000 millones de personas ocupan un empleo informal en todo el mundo. Estos empleos carecen de ingresos dignos, de protección social y de condiciones de trabajo decentes, causando además grandes pérdidas a la economía de un país en materia tributaria. Ubicar la creación de
empleos en el corazón de la elaboración de las políticas económicas y de los planes de desarrollo, no sólo permitirá crear oportunidades de trabajo decente, sino también un crecimiento más sólido e inclusivo que permitirá reducir las desigualdades. Es un círculo virtuoso que beneficia tanto a las economía como a la población y es un motor del crecimiento sostenible.
el movimiento en Uruguay. De hecho, resaltó que el consejo empresarial conformado por los líderes de empresas privadas, entes estatales, gobierno, asociación civil y academia se convirtió en un “caso de éxito” en la región. Este consejo busca sensibilizar e impulsar la adopción de las mejores prácticas de triple impacto en Uruguay. El efecto positivo es en cadena ya que las empresas interactúan con colaboradores, proveedores y consumidores. “A su vez, nos agarramos de la mano con el gobierno, las empresas públicas, la asociación civil y la academia para ir todos juntos al modelo de impacto de nuevas economías”, detalló Gold. Para profundizar el modelo, los representantes de Sistema B apuntan a sumar socios pero también apoyar a las organizaciones ya participantes a través de talleres, workshops y metodologías para implementar esta nueva visión de la empresa.
En los últimos 25 años, la cantidad de trabajadores que viven en condiciones de pobreza extrema ha disminuido drásticamente, pese al impacto de la crisis económica de 2008 y las recesiones globales. Aproximadamente la mitad de la población mundial todavía vive con el equivalente a unos 2 dólares diarios, y en muchos lugares el hecho de tener un empleo no ga-
rantiza la capacidad para escapar de la pobreza. Los ODS apuntan a estimular el crecimiento económico sostenible mediante el aumento de los niveles de productividad y la innovación tecnológica. Con estas metas en consideración, el objetivo es lograr empleo pleno y productivo y un trabajo decente para todos los hombres y mujeres para 2030.
STAFF Esta publicación fue realizada por la Gerencia Comercial de El País S.A. Por consultas a Suplementos Especiales comunicarse al teléfono 29020115 internos 137 y 138. COORDINACIÓN PERIODÍSTICA: Raúl Soares Netto. TEXTOS: Marcelo Martorelli. DEPARTAMENTO DE DISEÑO: Ezequiel Pérez Medeiros (Editor), Raquel Rodríguez (Subeditora), Noemí Koyounian (Diseño). TRATAMIENTO DE IMÁGENES: Fernando Mesa. CORRECCIÓN: Mario Jauregui. FOTOGRAFÍA: Diario El País y Archivo Diario El País. Se imprimió en la Planta Industrial de El País S.A. Ruta 1 y Camino Cibils. Tel. 29017115. Montevideo, Uruguay. Mayo 2020. Depósito Legal N° 366.592
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comienzos de este año, el nivel de actividad pintaba de color de rosa para la asunción de la responsabilidad ante la sociedad por parte de las grandes multinacionales, señala en su análisis el profesor Antonio Vives (*). El Business Roundtable, institución que agrupa a los CEO de las más grandes empresas de Estados Unidos, cambió en agosto pasado su declaración de propósito de las empresas, de la maximización de los beneficios para los accionistas a la consideración de los intereses de los stakeholders. En enero, en la cumbre del Foro Económico Mundial en Davos se lanzó el Manifiesto 2020 con objetivos similares y expandiéndolo con un llamado para que la remuneración de los ejecutivos estuviera ligada a sus rendimientos no financieros. Todo iba bien, hasta que los pusieron a prueba con la crisis de la pandemia del coronavirus. “Quizás el impacto es demasiado violento como para mantener las promesas”, reflexiona el reconocido experto internacional en Responsabilidad Social Empresarial (RSE), para luego recordar los dichos del poeta Horacio 65-8 AC: “El carácter de un líder queda expuesto por la adversidad. Permanece escondido cuando las cosas van bien”. Cuando se comenzó a percibir el alcance de la pandemia sobre la salud, muchas empresas se dieron cuenta que no podían permanecer indiferentes y tomaron acciones casi inmediatas para paliar algunos de los efectos. “Pero cuando la crisis mostró sus fuertes efectos sobre la actividad económica, algunas empresas se olvidaron de sus promesas”, advierte Vives en una columna del portal especializado Ágora, bajo el título “Algunos CEO quieren un capitalismo más inclusivo... pero no por ahora”. Ante el avance de la pandemia del coronavirus, “algunas empresas han decidido desinvertir en el personal” con la consiguiente pérdida de empleo. Otras empresas, en cambio, han optado por otros caminos como “la adopción de horarios flexibles, semana de trabajo reducida, rotación de empleados y hasta han establecidos acuerdos con las empresas que están aumentando personal de corto plazo como es el caso de Amazon y otras empresas de dis-
COMPROMISO DE RICOH CON EL DESARROLLO SUSTENTABLE
El carácter de un líder queda expuesto por la adversidad
tribución y logística, para el empleo de trabajadores de sus empresas cerradas”. Muchas compañías, con presencia planetaria, que cuentan con reservas de liquidez tan elevadas que han optado por no transmitir sus dificultades financieras a personas que no están en condicones de soportar las suyas, como para pagar alquileres, hipotecas, seguros, colegios, etc, sin entradas mensuales continuas. “Hay empresas que saben que el personal tiene valor, aunque no figure en su balance general. Es que sus colaboradores tienen un capital intelectual y desarrollo profesional acumulado que son valiosos para las empresas, como resultado de sus planes de capacitación, entrenamiento y desarrollo. En definitiva, saben que perder a los empleados es perder un recurso crítico para la recuperación”. En tanto, las empresas que no han invertido en el desarrollo profesional de sus empleados toman en cuenta que el personal menos calificado es más fácil de reemplazar, del cual habrá un exceso de oferta en la recuperación y al que a lo mejor le pagarán menos que antes. “Son estos los empleados que mas sufren en una crisis y los que más requieren de la responsabilidad social de la empresa. No hay dudas que es una brillante estrategia financiera, pero ¿es empresarialmente responsable socialmente?” LA CRISIS “Prácticamente, hay consenso ECONÓMICA en que una de las DESATADA principales reacPOR EL ciones de las empresas ante la criCOVID-19 sis será la reducPUSO A ción de costos y PRUEBA EL que sufrirá el mantenimiento COMPROMIdel volumen de SO DE LAS empleo”. EMPRESAS. “Responsables o no, la lógica financiera estará siempre presente en las empresas, pero algunos tienen visión y otros no”, concluye el analista.
La crisis desatada por el COVID-19 pone a prueba a las empresas.
Ricoh Latin America Operations Center (RLAOC) es el centro regional de servicios para Latinoamérica que está enfocado en el desarrollo de sus clientes hacia la transformación digital, impulsando el crecimiento sustentable de sus negocios. Desde su creación en el año 1936, la compañía Ricoh tiene una visión compartida con los principios rectores de la Res-
ponsabilidad Social Empresarial (RSE). La propia filosofía corporativa de Ricoh ha llevado a adherir globalmente con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible impulsados por las Naciones Unidas. Enfocados en contribuir a la mejora de la sociedad, lleva adelante actividades que impulsan la producción de sus productos en un marco de
consumo responsable, tomando acciones por el clima y el desarrollo de energías renovables, asequibles y limpias. En 2019, RLAOC ha avanzado en el camino de ser una empresa “Cero Desperdicio a la Tierra”, logrando una reducción del 50% en la generación de residuos, convirtiéndolos en recursos de uso interno, donándolos a la sociedad para su reutilización o dándoles un
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(*) Vives es socio de Cumpetere. ExProfesor Adjunto, Stanford University. Creador de las Conferencias Interamericanas sobre RSE.
destino final responsable. Entre otras acciones de RSE, la oficina regional de Ricoh desarrolla una vez al año actividades de forestación de árboles nativos, para contribuir a mejorar el espacio verde en las escuelas y tomando acción en la toma de conciencia sobre el cuidado de nuestro medioambiente. Siempre con foco en el compromiso de mejorar la calidad de vida de nuestra
sociedad y el desarrollo de programas educativos que impulsen la igualdad de oportunidades de empleo, es que RLAOC realiza actividades de capacitación gratuita en las escuelas publicas utilizando tecnologías digitales propias, que brindan a los niños la posibilidad de conocer y desarrollar habilidades técnicas y de diseño de soluciones en tecnología de última generación.
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os negocios de hoy no pueden entenderse sin una visión sostenible que abarque a toda la empresa. Las organizaciones deben ser entonces en este nuevo paradigma: rentables desde el punto de vista económico pero también ser responsables en el uso de los recursos del medio ambiente y contribuir al desarrollo social. Ya no se trata de solo encarar acciones proactivas en forma particular sino de “integrar al negocio el tema del desarrollo del entorno social con el que (la organización) actúa”, explica Daniel Paredes, presidente de la Asociación de Profesionales Uruguayos en Gestión Humana (Adpugh). Desde esta óptica, las empresas están trabajando de manera más integral la sustentabilidad, agregó Paredes. Las empresas han contribuido en el plano social con su rol como generadores de empleo digno, regido por las normas y remunerado a la vez que actúa como factor de integración social. Estos factores se mantienen, explicó el titular de Adpugh, pero con el paso del tiempo y desde una visión más abarcativa, las empresas han ido incorporando nuevas prácticas sustentables en plano social. “Una línea interesante que se está desarrollando es la articulación entre educación y trabajo”, mencionó Paredes. Con ello se refirió a los programas de formación y capacitación de los trabajadores proporcionados por la compañía en la que están empleados. A través de estas iniciativas, la empresa es no solo el lugar que da empleo decente por el que se recibe un salario sino que además se vuelve “un lugar donde te educás, y esa educación es algo que va más allá de servirte puntualmente para el puesto de trabajo que desempeñás, te queda para el futuro”, destacó el presidente de Adpugh. El crecimiento de esos empleados se da a nivel profesional pero también como personas. En esa línea, recordó que hay planes de capacitación de las empresas que abarcan no solo al trabajador sino también a su núcleo familiar.
Liderazgo
LA EMPRESA SURGE COMO NUEVO MOTOR DEL DESARROLLO SOCIAL Esa mirada sustentable de los negocios y de la actividad de las empresas es cada vez más relevante dentro y fuera de las empresas. Los consumidores demandan ese compromiso de las compañías a las que les compran productos y servicios; pero también es exigido por los trabajadores. "A las personas cada vez les importa más el nombre, la reputación y el sentido de la empresa en la que van a trabajar", remarcó Paredes. El carácter sustentable de la organización construye su marca empleadora incidiendo en su capacidad para captar o retener al talento. “Las acciones que realice la empresa, más allá del desarrollo de productos y servicios con rentabilidad, y tengan que ver con el impacto social y la sustentabilidad ambiental son aspectos muy importantes del concepto de ‘vale la pena trabajar acá’”, apuntó el presidente de Adpugh. Según Paredes, “históricamente” las empresas multinacionales habían partido con cierta ventaja frente a las firmas locales a la hora de implementar políticas sustentables de forma “más consistente, integrada y acelerada”. Esto es resultado de lineamientos corporativos ge-
RESPONSABILIDAD SOCIAL Y COMPROMISO CON EL MEDIO AMBIENTE SON ACTIVOS PARA LAS EMPRESAS.
nerales que se van replicando y adecuando en cada operación. Por otro lado, las empresas uruguayas se han ido sumando a esta nueva visión de forma algo más lenta o “sui generis”, valoró. Más allá del origen de la empresa, la adopción de la sustentabilidad como parte del corazón de la compañía depende de los cuadros directivos, por ejemplo los gerentes y departamentos de Recursos Humanos. “En la mayoría de los casos es parte de la agenda de la gestión humana el integrar estas actividades (relacionadas a la sustentabilidad y el desarrollo social) a nuestras rutinas de trabajo y objetivos de desempeño”, comentó Paredes. El rol del presidente, director o gerente general de la empresa es fundamental para implementar este enfoque con éxito. El líder “es el que genera la cultura”, mientras que el área de Gestión Humana tiene que acompañar la línea de la gerencia general, detalló el presidente de Adpugh. Valores como la responsabilidad social y el compromiso con el medio ambiente son activos que las empresas deben trabajar para ser apreciadas por clientes internos y externos.