Responsabilidad Social Empresarial 2016

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RESPONSABILIDAD SOCIAL

EMPRESARIAL

SUPLEMENTOS ESPECIALES


ENFOQUE

La responsabilidad social en la gestión La presidenta de Deres, Elena Ward, llamó a la dirección de las compañías a involucrarse en los planes de responsabilidad empresarial.

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ncorporar la Responsabilidad Social Empresaria (RSE) a la gestión de las compañías es uno de los principales objetivos a los que actualmente apunta Deres, organización líder en la promoción de la RSE en Uruguay. La misión de Deres apunta, precisamente, a “lograr que el empresariado uruguayo desarrolle una gestión inclusiva y sustentable a través de la incorporación de conceptos y prácticas de RSE”, resumió su titular, Elena Ward. Si bien muchas empresas realizan acciones de RSE dirigidas a la comunidad en que actúan,

mente cambian la vida del trabajador más allá de lo que puede aplicar en la empresa”, analizó la presidenta de Deres. Otras iniciativas que hacen a la responsabilidad social tienen que ver con el compromiso de la empresa con el cuidado del medio ambiente y la preservación de los recursos naturales. En este aspecto es clave “no ser reactivo” sino tener una política que “permita dentro de lo posible minimizar los impactos sobre los recursos naturales”, acotó la presidenta de Deres. Para alcanzar estos objetivos “es fundamental que la dirección de la empresa esté comprometida con las acciones de responsabilidad social empresaria”, apuntó Ward. No obstante, la implementa-

“Las empresas socialmente responsables aumentan la rentabilidad o por lo menos no la disminuyen”, afirmó Ward. este enfoque también debiera generar impactos positivos en la cadena de valor (proveedores, trabajadores subcontratados, contratistas, clientes, consumidores y otros) y dentro de la compañía, por ejemplo, a nivel de la plantilla. “Todas las políticas que tengamos hacia nuestro personal redundan inmediatamente en la calidad del trabajo de la empresa, en el producto y en el servicio que ofrece. Es algo bastante directo. A su vez, eso implica políticas no solo en cuanto a la remuneración sino a lo que es la calidad de vida en el trabajo y fuera del trabajo”, enfatizó Ward. Allí se inscriben distintas iniciativas como planes de capacitación laboral, actividad de recreación o voluntariado. Se trata de cosas que “real-

ción de una serie de prácticas responsables no siempre resulta sencilla. Un problema a la hora de llevar adelante esta visión es que a veces hay compañías en las que, aún cuando incluso cuentan con encargados en el área de RSE, las acciones en ese campo “no están alineadas con los objetivos estratégicos” de la firma, señaló Ward. Otro escollo, al menos potencial, es que la RSE es parte de un debate sobre si las acciones que promueve son compatibles con la rentabilidad de la empresa. Consultada al respecto, Ward fue enfática. “Las empresas que son socialmente responsables aumentan la rentabilidad o por lo menos no disminuyen”, aseguró. En tal sentido, remarcó que la

RSE debe ser vista como una inversión y no como un gasto. “Las empresas que hacen esto son empresas que saben, son más rentables que las que no aplican políticas de RSE”, recalcó la presidenta de Deres. Por su parte, ser socialmente responsable puede ser un factor decisivo a la hora de hacer negocios, al facilitar acuerdos comerciales con empresas extranjeras que priorizan los estándares de calidad y la sustentabilidad propios y de sus contrapartes.

“Bizarro”. En el balance, la presidenta de Deres sostuvo que en los más de 15 años que lleva trabajando la organización en la difusión de prácticas corporativas sustentables, se ha producido “un gran cambio favorable”

en el ecosistema de empresas uruguayas. Cuando Deres se fundó “parecía que hablar de este tema en el país era algo un poco bizarro, porque si bien muchas empresas trabajaban en lo que hoy se conoce como RSE, a veces tampoco eran conscientes de que lo que estaban haciendo era un acción de Responsabilidad Social Empresarial”, recordó Ward. Por esa razón, parte de la ayuda de la organización en una primera etapa fue enseñar en qué consiste la RSE, así como identificar qué acciones y prácticas que esas empresas ya venían realizando contribuían a esa filosfía sustentable, agregó. “El panorama ha mejorado muchísimo pero no estamos del todo satisfechos”, apuntó Ward. Una de las claves para enten-


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Capacitación. Un aspecto clave para que la responsabilidad empresarial se extienda entre las empresas locales está vinculado a la capacitación. Sobre el punto, Ward dijo que cada vez más empresas están formando a su personal en RSE. En ese sentido, Deres busca ayudar a la capacitación de las empresas a través de distintas iniciativas. Una de ellas consiste en un programa que incluye cursos, charlas y talleres que varía su temática año a año. En 2015, algunos de los talleres brindados versaron sobre voluntariado para empresas, estrategias de gestión humana y RSE en las organizaciones y temas de ética corporativa, entre otros. Los ejecutivos y empresarios uruguayos también tienen opciones de capacitación y formación en RSE en el exterior, resaltó Ward, quien citó como ejemplo el Diplomado en Gestión de Sostenibilidad, dictado por la

Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Otra iniciativa importante que impulsa Deres tiene que ver con el reconocimiento a las mejores prácticas sustentables. En concreto, Deres realiza un llamado anual a empresas para que postulen aquellas prácticas y políticas que consideren valiosas en materia de RSE, enmarcándolas en las categorías Comunidad, Medio ambiente, Ética del gobierno corporativo, y Calidad de vida y prácticas laborales. Ward informó que cada año unas 40 o 50 empresas se presentan a esta convovatoria. Lo que se analiza por parte de evaluadores expertos en RSE es que el caso presentado “también pueda ser ejemplo para otras empresas y que otras empresas puedan reproducir”, señaló la titular de Deres. Ward aclaró que la organización reconoce a aquellas iniciativas que impliquen un aporte a la sustentabilidad más que a las empresas en sí mismo. También suma que las empresas puedan presentar sus casos acompañados de indicadores que reflejen el impacto que tuvo esa actividad y que a su vez permitan replicarlas por otras compañías interesadas. Una vez superada la etapa de reconocimiento, se habilita una instancia en la que durante dos o tres días las empresas interesadas participan de una actividad en la cual los responsables de las prácticas más destacadas exponen su experiencia a sus pares, detalló Ward. Es que el intercambio de aprendizajes, información y conocimientos en el área de RSE es otro de los pilares para que la filosofía sustentable tome aún más impulso.

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der el nivel de desarrollo de la RSE en Uruguay tiene que ver con los perfiles de empresas. “Las compañías multinacionales tienen políticas de RSE de nivel general que luego bajan a las filiales, es decir, tienen planes que ya están establecidos, que deben realizar y por tanto, esas empresas son las que tienen un mayor grado de cumplimiento”, explicó. En tanto, las empresas nacionales se ubican en dos grupos: pymes y firmas medianas y grandes. Si bien las pymes son mayoría a nivel del total de empresas del país, el hecho de contar con pocos funcionarios hace que resulte “un poco más difícil tener políticas de RSE” que en empresas más grandes, comparó la presidenta de Deres.


OBJETIVOS

Clientes y empleados en primera línea Las empresas analizan sus avances en sus acciones de contenido social e identifican oportunidades de mejora en la gestión, a través de una herramienta de autoevaluación.

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a gestión moderna de as empresas demuestra claramente que el éxito empresarial depende de la capacidad de sus dirigentes para construir relaciones ganar-ganar con los trabajadores, clientes, proveedores, comunidad y Estado, a través de un comportamiento ético y responsable. Entre las 65 empresas que participaron de la 13º edición del Índice Nacional de Responsabilidad Social (IRSE), que cuenta con el apoyo de ACDE y Deres, se registró una amplio predominio de las empresas privadas (84%). Algo menos de los dos tercios son empresas de servicios y el resto se divide entre empresas industriales (18%), del sector comercio (9%) y del agro (4%). El 21% de las empresas del IRSE 2015 son Pymes (hasta 50 integrantes), el 7% tienen entre 50 y 100 integrantes, el 26% son grandes de tamaño medio (100 a 500 empleados) y el 43% tiene más de 500 integrantes. En tanto, en cuanto al origen de su capital, el 8% son empresas nacionales, el 27% son internacionales, mientras que solamente el 5% son empresas de capitales mixtos. En tanto, el 77% de las empresas son de capital cerrado.

C ó d i g o . Algo menos de las

tres cuartas partes de las empresas cuenta con un código de ética y que la mitad elabora reportes en los que comunica o rinde cuentas sobre su RSE. La Guía ISO 26.000 propone que la RSE hacia la comunidad trascienda las actividades meramente asistencialistas de carácter puntual y que, entre otras cosas, se canalice la inversión social de las empresas hacia el fortalecimiento de las organizaciones sociales y de la comunidad. Una forma de hacerlo consiste en establecer relaciones de

colaboración permanentes con este tipo de instituciones. El 91% de las empresas establece este tipo de relaciones. Los clientes y los trabajadores son los grupos de interés más Importantes en las acciones de

gar, pero bastante por debajo de los tres primeros. El relevamiento muestra que el 80% de las empresas cuenta con políticas destinadas a alinear las definiciones de visión, misión y valores con su enfoque

bajadores fueron organizados en áreas temáticas. PRÁCTICAS LABORALES 1. Trabajo y relaciones laborales. La amplia mayoría de las empresas poseen políticas que

El 47 por ciento de las empresas no aplica o no tiene políticas en materia de apoyo a la investigación científica. RSE. Algo por debajo de ellos, se encuentran los accionistas. En el otro extremo, el medioambiente y los competidores son los menos importantes. Apenas un poco mejor están el Estado y los proveedores/ distribuidores. Por su parte, la Comunidad se ubica en cuarto lu-

de RSE y, además que el 75% de las empresas tiene políticas dirigidas a asegurar que todo el personal conozca e incorpore esas definiciones a su práctica cotidiana.

Gestión. Los indicadores referidos a la relación con los tra-

orientan las prácticas. Entre el 45% y el 55% de las empresas las han integrado a su estrategia. En general, las empresas participantes han desarrollado instrumentos para evitar el acoso y la discriminación de todo tipo, se preocupan por informar a los trabajadores sobre sus derechos,


rigidas a mejorar la trasparencia y honestidad en el sector. En este caso, en un extremo el 29% no tiene políticas y en el otro, el 41% tiene políticas integradas a la estrategia.

obligaciones y asuntos relevantes que los afectan. 2. Condiciones de trabajo y protección social. Se observa que las prácticas relacionadas con las remuneraciones, la estabilidad laboral y el clima laboral se encuentran bastante integradas a la estrategia. El menor desarrollo de políticas se observa en un conjunto de prácticas que han comenzado a promoverse en el marco del discurso específico sobre la RSE: proveer determinados beneficios, brindar apoyo a los trabajadores para la resolución de problemas personales como las adicciones o la reinserción laboral. 3. Diálogo social. El 95% considera que tiene políticas que orientan sus prácticas en este tema, ocurriendo que la amplia mayoría de éstas (64%) tiene integradas esas políticas a su estrategia. 4. Salud y seguridad ocupacional. El 84% de las empresas tiene políticas destinadas a capacitar en seguridad y salud laboral y el 86% las tiene para prevenir accidentes de trabajo y enfermedades profesionales más allá de las exigencias legales. 5. Desarrollo humano y formación en el lugar de trabajo. La casi totalidad de las empresas posee políticas dirigidas ofrecer estabilidad laboral a sus trabajadores (el 72% las tiene incorporadas a la estrategia). Sobre capacitación y formación más del 80% de las empresas dice poseer políticas específicas.

Medio ambiente. relevar las necesidades de los proveedores (59% no tiene políticas) y verificar su satisfacción (55% no tiene política). Solo el 15% de las empresas incluye en su estrategia el fomento de las capacidades de sus proveedores, contra el 57% que no

el 16%. Casi el 100% de las empresas posee políticas sobre la protección de la salud y seguridad de los consumidores. El 93% de las empresas cuenta con políticas para “asegurar el manejo responsable y confiden-

Solo el 15% no tiene acciones ambientales y en la gestión de los residuos solo el 14% no tiene políticas. Las medidas tendientes a minimizar impactos contaminantes y el uso de productos tóxicos y peligrosos se encuentra un poco por debajo, con un 24% y 21% de empresas que no cuentan con políticas a tal fin

El voluntariado corporativo está presente en el 61 por ciento de los casos evaluados para la elaboración del IRSE. cuenta con políticas.

Clientes. La absoluta mayoría de las empresas posee políticas integradas a su estrategia tendientes a actuar responsablemente en los procesos de venta, comunicaciones de marketing, información sobre precios, prestaciones y condiciones. Las empresas que no tienen políticas en este tema son solo

cial de la información sobre los clientes”.

Competidores.

El mayor avance en el IRSE 2015 se registra en las prácticas destinadas a promover la competencia leal y eliminar los sobornos. En ambos casos, más del 80% de las empresas cuenta con políticas. La situación es levemente diferente en materia de prácticas di-

respectivamente. La promoción del consumo responsable de los productos presenta un desempeño relativo bajo: el 38% de las empresas no cuenta con políticas a tal fin. Un 54% impulsa acciones educativas, 53% selecciona proveedores ambientalmente responsables y en el 54% de los casos impulsan las buenas prácticas de gestión ambiental.

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La norma ISO 26.000 insiste en que la RSE hacia la comunidad debe poner foco en acciones que contribuyan al desarrollo institucional de las organizaciones sociales (OSC) y su autonomía económica, más que invertir en actividades de corte asistencialista que generan dependencia, y a la vez deben involucrarse directamente en la comunidad. El 48% de las empresas del IRSE no tiene políticas destinadas a promover la participación de los integrantes de la empresa en OSC, mientras que el 34% no las tiene para orientar la relación con ellas. De igual forma, el 39% no involucra a sus empleados en las acciones sociales. En materia de impactos de la actividad productiva y comercial sobre la comunidad, el 34% no cuenta con políticas, contra otro 34% que las tiene incluidas en su estrategia. El 47% de las empresas no aplica o no tiene políticas en materia de apoyo a la investigación científica. En tanto, el 56% de las empresas no tiene políticas para la contratación de personas con dificultades de inserción laboral y el 66% no tiene políticas dirigidas a la contratación de proveedores constituidos por personas de bajos recursos.

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Proveedores. En este capítulo los indicadores fueron agrupados en tres áreas temáticas, según el siguiente detalle. 1. Anticorrupción. El formulario incluye dos indicadores relacionadas con este tema: la prohibición y sanción de toda forma de soborno y actuación ética y transparente en los procesos de contratación de proveedores. En el primero, la absoluta mayoría de las empresas tiene políticas incluidas en la estrategia, mientras que en el segundo tan solo la mitad las tiene. En este indicador, el 16% no tiene políticas 2. Cadena de valor. La tercera parte de las empresas no tiene políticas para privilegiar la contratación de proveedores que actúan en forma ética y socialmente responsable. 3. Respetar los derechos de los proveedores. El 30% de las empresas no cuenta con políticas para escuchar y atender las quejas de los proveedores. Asimismo, hay dos aspectos críticos para la actuación responsable:

Comunidad.


Más avances en buenas prácticas laborales

▲ “Para definir el grado de

compromiso de las empresas uruguayas con la RSE, yo distingo entre el discurso y la práctica. Por un lado están las empresas que difunden la RSE y proponen cosas. Ese núcleo es pequeñito. Y dentro de ese grupo no todas comprendieron aún esa filosofía. La otra parte es que esta filosofía se puede aplicar sin ser consciente de ella”, afirmó Licandro para agregar:

“hay Pymes y comerciantes que en su vida aplican la RSE sin saber lo que es. Por eso cuando se cree que la RSE es una cosa para grandes compañías, yo digo que no es así, que es una forma de operar que mucha gente la tiene incorporada”. “Hay mejoras en las prácticas laborales y eso viene de la mano de que Uruguay tiene una tradición moderna en ese campo. Eso ha permitido que mu-

chas empresas involucradas en RSE vayan más allá de lo tradicional, trabajando en promover la vida saludable de los trabajadores y en atender temas de adicciones. En la relación con la sociedad hay una evolución también. En el vínculo con el consumidor se observa un aumento de prácticas responsables, aunque hay un fuerte marco legal. En general, es desparejo el nivel de avance”, indicó.

“RSE no es filantropía o marketing”

El experto Óscar Licandro explicó cómo las empresas pueden mejorar su rentabilidad apostando a la RSE y qué dificultades persisten en la visión de las empresas sobre el tema.

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a filosofía que guía verdaderamente a la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es la reciprocidad. Si las empresas hacen más por sus públicos que aquello a lo que solo están obligadas, si reducen sus impactos negativos e incorporan la ética a su gestión, están en el camino correcto de la RSE y recibirán un retorno de confianza de los demás actores y también un impacto en sus ingresos. Así lo afirma Óscar Licandro, director del programa de investigación sobre RSE de la Universidad Católica y coordinador del IRSE (Indicadores de responsabilidad empresarial), de la Asociación Cristina de Dirigentes de Empresas (ACDE). A continuación el análisis de Licandro sobre el estado de situación de la RSE en Uruguay. “En la medida que la RSE es una filosofía de gestión y la empresa necesita generar ingresos, la RSE tiene que contribuir a la rentabilidad, primero que nada. ¿Cómo? La forma como se gestiona la empresa hace que ésta tenga mejores relaciones con sus públicos, trabajadores, proveedores, clientes y vecinos, y eso a la larga aumenta la rentabilidad. Si la empresa es responsable con los trabajadores y consigue un mayor compromiso de ellos, va a tener un impacto positivo en la productividad. Si es responsable con sus clientes y ellos lo valoran, van a ser más fieles y eso va a pesar en la rentabilidad. Si es responsable con los proveedores, ellos le van a poder

staff

“El Estado debería ser más promotor de la RSE”, dice Licandro.

cumplir mejor, y eso también pega en la rentabilidad. Si es responsable con los vecinos, ellos van a apoyar a la empresa ante problemas o no le van a poner trabas y eso va a pegar en su rentabilidad. Hay que entender que la RSE no es una cosa de filantropía o marketing, es una forma de gestionar la empresa en la que se gana más que si no se aplicara. La RSE es una forma de relacionarse con los públicos de la empresa, que busca una reciprocidad del otro. En muchas donaciones no hay nada a cambio, es una actividad filantrópica. La filantropía está muy bien pero no es RSE. Tampoco es RSE el marketing social, eso de que apoyo a alguien para generar una buena imagen con mis clientes. Es una metodología válida pero tampoco es RSE. La filosofía de la RSE dice que cuando una empresa con sus públi-

“Hay que entender que la RSE no es filantropía o marketing, es una forma de gestión”.

cos es capaz de ir más allá, reduciendo impactos negativos, generando positivos a los que no esté obligado, eso va a generar una mejor relación con esos sectores y le va a volver a la empresa de alguna forma. La ISO 26000 da una buena definición de RSE, basada en que una empresa responsable trata de minimizar impactos negativos para los que no está obligado, incorpora la ética en la toma de decisiones, tiene en cuenta el bien común y trabaja para el desarrollo sostenible, se preocupa de los intereses de sus públicos y en el marco de una buena relación, trata de satisfacer esas necesidades. ¿Qué dificultades persisten? Hay un tema de conocimiento y de comprender cuales son las ventajas de esta filosofía. Es un tema en el que los que estamos en la difusión no hemos logrado todavía un adecuado conocimiento y una comprensión de la gente. Después, hay trabas pero son pequeñas. Una dificultad es que predomina una imagen negativa de los empresarios y las empresas que es injusta y que limita. Otra es que el movimiento sindical no entendió todavía esto, lo ve como una manipulación, no lo acompaña y con suerte no lo tranca. Muchas veces el sindicato no es el mejor socio. Por otro lado, creo que se podría aplicar el comportamiento ético en las transacciones comerciales con el Estado. Uruguay tiene buenas condiciones para que las empresas sean más responsables. Otro de los factores es que el Estado debería ser más promotor de la RSE, por ejemplo incorporando el tema en licitaciones y compras públicas como se hace en otros países.

Esta publicación fue realizada por la Gerencia Comercial de EL PAIS S.A .- Por consultas a Suplementos Especiales comunicarse al teléfono 29020115, internos 137 y 138.- COORDINACIÓN PERIODÍSTICA: Raúl Soares Netto.- TEXTOS: Diego Ferreira.DEPTO. DE DISEÑO: Ezequiel Pérez Medeiros (Editor) Raquel Rodríguez (Jefa), Noemí Koyounian (Diseño).- TRATAMIENTO DE IMÁGENES: Fernando Mesa.- CORRECCIÓN: Mario Jauregui, Jacqueline Orellana.- FOTOGRAFÍA: Diario EL PAIS y Archivo Digital de EL PAIS. Se imprimió en la Planta Industrial de EL PAIS S.A. Ruta 1 y Camino Cibils. Tel: 2 901 71 15.- Montevideo, Uruguay - Marzo 2016 - Depósito Legal N° 357.813


Espacios verdes y diseño compacto, claves de las ciudades sustentables

zados directamente por medios no contaminantes como la bicicleta o simplemente por una caminata. Precisamente, se señala el uso de medios de transporte poco contaminantes y eficientes en materia energética como otro aspecto a impulsar. A su vez, el uso de fuentes renovables de energía (solar, eólica, geotérmica) es otra de las recomendaciones.

A partir de estos criterios, anualmente se establecen diferentes listados sobre cuáles son las ciudades que hacen punta en materia de sustentabilidad. Las urbes de Europa lideran pero es Frankfurt la que más se destaca a nivel mundial. Así lo afirma el ranking elaborado por Arcadis, reconocida mundialmente como empresa líder de diseño, ingeniería y consultoría de proyectos.

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ransformar las ciudades a secas en ciudades sustentables, comprometidas en su diseño, funcionalidades, servicios con el cuidado de los recursos naturales y el medio ambiente debería ser más que un simple eslogan. Hoy, las grandes ciudades son responsables del 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero y responsables del 80% del consumo de energía, lo que refleja su relevancia en el fenómeno del cambio climático. Los expertos en este tema han coincidido en varios de los ejes principales que las ciudades deben tener en cuenta para avanzar hacia la sustentabilidad. Uno de los criterios en los que se hace hincapié refiere al cuidado y especialmente al incremento de la cantidad de espacios verdes, como forma de producir más oxígeno y tomar dióxido de carbono (CO2). Esto va en línea con un diseño urbanístico enfocado en desarrollos compactos en lugar de expansivos, de modo que el uso de vehículos contaminantes sea acotado o puedan ser reempla-

Según su “Índice de ciudades sustentables 2015”, Frankfurt acumula varios méritos para ser la urbe más “verde” del mundo. Los esfuerzos de la ciudad alemana no se limitan a conservar sus más de 8.000 hectáreas de vegetación, sino que incluyen el ambicioso plan “Protección 100% del clima”. A través de esta iniciativa se busca a que para el año 2050, toda la energía de la ciudad se origine de fuentes renovables, provocando una caída del 95% en las emisiones de gases contaminantes. Para ello, se apuntará a bajar 50% la demanda energética de los edificios, del transporte y las comunicaciones. El diseño compacto es otro de los puntos fuertes de Frankfurt. De hecho, el 15% de los viajes que realizan diariamente sus habitantes se efectúan en bicicleta, destaca el reporte. Tras Frankfurt, se ubican en los primeros diez lugares: Londres, Copenague, Ámsterdam, Rotterdam, Berlín, Seul, Hong Kong, Madrid y Singapur. Entre las 10 primeras no figura ninguna ciudad de América Latina. Santiago de Chile (30) y San Pablo (31) son las mejor ubicadas de la región, seguidas de Ciudad de México (32), Buenos Aires (38) y Rio (40).

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La Responsabilidad Social Empresarial busca equilibrar las variables económicas, sociales y medioambientales en la estrategia de negocio, para alcanzar el desarrollo sustentable.


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