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Crítica de “La CICIG: ¿experimento o conspiración? Un recuento histórico de la Guatemala contemporánea”
Las investigaciones de la CICIG agrietaron la imagen de nuestro viejo orden político. Sus críticas dañaron las ficciones que negaban la relación corrupta entre el poder económico y público nacional; que promovían la idea de la bondad de gobiernos corruptos, pero qué “hacían obra” o que “defendían la soberanía nacional”; y que rechazaban la privatización de la justicia guatemalteca. Estas críticas, a su vez, fueron respondidas con una cacofonía de opiniones radicalizadas y polarizantes que han cuestionado nuestra capacidad para descubrir y comprender verdades históricas que nos permitan tener una discusión pública de forma democrática, racional y prudente. En este contexto, el deseo de la Asociación de Amigos del País (AAP) de crear una “narrativa objetiva y fundamentada” y “un relato veraz” es necesario para resguardar nuestra libertad política y paz ciudadana. Pues, si fallamos en financiar y promover la investigación social y humanística profesional, facilitaremos la negación de nuestras verdades históricas. Así, la AAP convocó a Carlos Sabino para escribir La CICIG: ¿experimento o conspiración? Un recuento histórico de la Guatemala contemporánea (2022). El título hace referencia a la investigación hecha por el Congreso de la República en contra de la CICIG; y dos ideas la sostienen. La primera es que las acciones de la izquierda nacional e internacional en Guatemala nunca han sido legítimas porque pocas veces han sido apoyadas por la ciudadanía guatemalteca. Y la segunda idea es que la labor de la izquierda, entre la que se encuentra la CICIG, se ha hecho con intenciones y acciones autoritarias. Así, el texto abandona la búsqueda de una verdad objetiva y fundamentada para repetir y expandir algunas de las críticas, temas y teorías de conspiración expuestos por otros articulistas de opinión anticomunistas y que buscan imponer una visión maniquea de la política guatemalteca. Por ello, los tres primeros capítulos narran una historia que hace parecer a la CICIG como una continuidad ideológica de MINUGUA, de los movimientos guerrilleros de la Guerra Fría y del gobierno de Árbenz. Aquí, sin dar fuentes, se comienzan a usar afirmaciones genéricas y conclusiones sin evidencia que sirven para crear una ficción sesgada de nuestra historia. Se afirma, p.ej., que alrededor de un millón de patrulleros civiles “anhelaban terminar con [su] situación de indefensión […] y acabar con las incursiones guerrilleras”, sin hacer referencia a encuestas o documentos que evidencien estos anhelos.
Los capítulos del 4 al 10 son una historia política de la CICIG y que busca persuadir a los lectores de que la institución, desde sus inicios, buscó actuar “por encima de los legítimos poderes del estado”, de forma arbitraria y en alianza con la izquierda nacional e internacional, para efectuar su venganza marxista y llevar al país al socialismo. También se busca exculpar al Ejército de Guatemala por crímenes de guerra y violaciones a los derechos humanos cometidos durante la guerra civil; y se comienza a argumentar que el trabajo de la CICIG se hizo incorrectamente. Aquí se asevera que no hubo terrorismo durante el gobierno de Pinochet, a pesar de evidencia de lo contrario; se menciona que Ríos Montt era un líder político apreciado y valorado, sin aclarar quién lo veía así y por qué importa esto para la narrativa; y se opina que “[tal] vez, en ciertas circunstancias, conductas enmarcadas en estos términos [de financiamiento electoral ilícito] pudieran considerarse como delitos”, para exculpar a empresarios investigados por este ilícito, sin que esto sea parte de un análisis legal técnico o evidenciado.
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El capítulo 11 es confuso, pues es una conclusión, un análisis personal y una recomendación legal a mitad del libro. Acá se defiende, débilmente, a los empresarios investigados por la CICIG. Se afirma, además, la teoría de conspiración de que la CICIG era un “arma política” que se excedió en sus funciones y se sugiere “sin ninguna prueba”, como indica el autor, que quería llevar a Guatemala al socialismo. También se justifica la corrupción como un acto justo en contra de normas insensatas o funcionarios discrecionales, a partir de una antifábula sobre las relaciones público-privadas. Los siguientes 13 capítulos son casos en los que se narran los problemas de la CICIG para hacer correctamente su trabajo.
Por último, el texto carece de los elementos necesarios de una historiografía académica - un argumento claro, una conversación con la historiografía relevante, métodos de investigación sistemáticos, un marco teórico para comprender la historia y una bibliografía detallada-. Ello la convierte en una oportunidad perdida para hacer una historia profesional y confiable, desde una perspectiva de derecha, sobre la reciente lucha contra la corrupción en Guatemala. Pero, el libro puede ser útil para los interesados en la visión anticomunista guatemalteca sobre el último quiebre fundamental de nuestra vida política nacional.
Ecuador, 24 de marzo del 2023.
*Historiador, politólogo y escritor.