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El fracaso del Estado en Materia Social

RESULTA SER UN MAL TRASPLANTE CONSERVADOR DE LA BIOLOGÍA Y DE LAS IDEAS DE CHARLES DARWIN.

Por algo le llaman el cuarto poder, y en nuestro medio las grandes oportunidades del mundo digital y de la cuarta revolución industrial permiten que existan programas como el Búho, promovido bajo el liderazgo de Byron Barrera, quien es además el presidente de la Asociación de Periodistas de Guatemala -APG-.

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El programa se difunde vía Youtube y a través de múltiples canales de cable por toda la república. Esta vez puntualizamos sobre la falta de políticas sociales, responsabilidad del Estado, pero también corresponsables los dirigentes empresariales, los de la sociedad civil y, por supuesto, la cooperación técnica y financiera que diseña y coadyuva a implementar la resolución de la problemática social. Comencé intentando caracterizar de fondo el problema social de Guatemala, y me parece que descansa en las mentalidades. Es en la psicología colectiva y juicios de valor de los grupos dirigentes en donde está el talón de Aquiles. Se trata del reino del llamado por los expertos sociales: Darwinismo Social. ¿Qué es?

Resulta ser un mal trasplante conservador de la biología y de las ideas de Charles

Darwin, naturalista británico que propuso la teoría de la evolución biológica por selección natural. Los darwinistas sociales extendieron las ideas de la dura lucha por la existencia social, subrayando que ésta no puede ser perturbada por políticas sociales intervencionistas que cambien el panorama de la existencia material de hombres y mujeres. La mente conservadora asegura que todos los organismos progresan a través de cambios lentos, sin mayor intervención de programas sociales definidos. Abogan así por la filantropía, como limosna.

La carencia de escritorios en las escuelas, de un sistema de transporte colectivo para que los trabajadores lleguen rápido y seguros a sus centros de trabajo, la creciente proporción del llamado “gasto de bolsillo en salud” (el incremento de la proporción de gasto del hogar en salud, en contraposición a un seguro social universal), la presencia de la filantropía voluntariosa en contraposición a programas sociales definidos, son grandes ejemplos que están a la orden del día en nuestro medio.

Todo ello lleva a que la presencia de las políticas sociales actuales sean parte de las relaciones públicas del Estado y de organizaciones diversas. Se trata de esfuerzos del diente al labio, sin instrumentos decididos de operacionalización, ni implementación decidida. Además: fragmentados y de negocios privados.

Como muy bien nos lo dice Duncan Green, un reconocido asesor estratégico mundial, el obstáculo para el cambio yace en las instituciones a través de las cuales se instrumentan las decisiones. Entonces, ideas, mentalidad y transformación de las instituciones son una base fundamental para combatir nuestro atraso social. ¿Qué candidato piensa así? Poquísimos.

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