sábado
22
de
noviembre
de
CONTENIDO
2014
9
Crónicas del Olvido
LA DANZA DEL POLVO (Selecciones del Ryojin-hisho) ALBERTO HERNÁNDEZ
¿Quién fue Go Shirakawa? Fue un emperador que gobernó entre 1127 y 1199: se encargó de recopilar estos cantos, aunque muchísimos se perdieron. Con música, Shirakawa los oía en su palacio. Invitaba a los músicos y departía con ellos. Fueron miles los que logró recopilar en unos vente libros. Fue tan minucioso que colocaba notas acerca de cómo debían cantarse y hasta bailarse. De todo ese esfuerzo sólo quedaron 566 cantos. 3.La lectura de esta obra nos envuelve, nos sume en una paz contenida en los mismos versos. Pero también nos alcanzan despechos y reclamos que destacan la humanidad de quienes escribían, cantaban y oían sus letras. Una muestra la tenemos en estos dos cantos: Primavera No pensé que vendrías. Debes haber visto El árbol del ciruelo que florece en mi jardín. ** Eres inhumano. No tienes corazón.
1.-
C
on la traducción directa del japonés e introducción de Masateru Ito y colaboración del escritor venezolano Ednodio Quintero, apareció en las vitrinas el libro La danza del polvo (Selecciones del Ryojin-hisho), compiladas por Go Shirakawa, editadas por bid & co. editor en octubre de 2013 en Caracas. Se trata de un registro minucioso de “una de las más grandes obras maestras del arte folklórico literario del Japón”. Una selección de cantos “de fe y amor” que por vez primera fue publicada como antología durante la segunda mitad del siglo XII, según las primeras palabras del compilador en el prólogo de la obra ya mencionada. Destaca Shirakawa que hacia finales del período Heian (7941192) los lectores de la época pudieron saber de estos cantos que de inmediato se convirtieron en imprescindibles para el pueblo nipón. Son textos de una lectura nada complicada aunque toda lectura tiene su lado secreto, una simbología que espiritualiza la lectura y la hace más cercana al alma del pueblo que la creó. El largo prólogo del compilador da cuenta de un historia en la destaca los vaivenes de una sonoridad que finalmente llega a nuestra manos gracias a la decisión de los arriba mencionados y de quien en Venezuela le ha dado cuerpo a través de un libro, su editor Bernardo Infante Daboín. 2.Leer estos cantos nos revela ingenuos. Esto no quiere decir que el contenido de cada canto sea ingenuo. No, quien esto escribe quiere decir que se trata de textos que nos revelan ingenuos ante una escritura transparente,
Si hubiera sido yo La he hubiera dicho que no podría quedarme contigo, Entonces sí, entonces podrías odiarme. Pero son padre y madre Los que quieren apartarnos. Oh, córtenme en mi pedazos. En cuanto a mí, nunca diré adiós. espontánea, libre. Estos versos, como lectores, nos hacen libres, pero también nos hacen ver el lado inocente y hasta desvalido de nuestro pasar por la vida. Son textos de una hermosura elemental. Es una poesía que a veces se aleja de la misma poesía y trasluce mensajes íntimos,
consejos amables, desafiantes pero puros, divinos, terrenales. Es un registro de voces que han pasado por la historia que sin ninguna duda han observado cambios, así como han cambiado los ojos que los han leído. Para los historiadores, Kyoto fue el lugar donde estos cantos
tuvieron el mayor auge, y donde aparecieron un poco antes de finales del siglo X. Las voces cantantes de bailarines y artistas femeninas mudaban de escenarios, hasta que se establecieron en los espacios más privilegiados de la sociedad, entre los más pudientes.
Como podrá notarse no han variado mucho los temas en el arte: el dolor, la separación, los celos, el amor, el erotismo… todo un inventario de sentimientos humanos vaciados en pocas palabras. Palabras que hoy forman parte de un regreso a un pasado bastante remoto.