El fútbol es una pasión universal, el amor entre un equipo y su afición no tiene comparación alguna en el mundo. Y es que al fútbol no lo mueve el dinero, ni la publicidad, ni el número de copas que descansen en sus vitrinas. Al fútbol lo mueve el fanático, el seguidor, el hincha que inunda de calor y color el entorno del equipo de sus amores, quien acompaña a su club en las buenas y en las malas, quien durante más de 90 minutos deja la piel en las gradas.