HERNÁN AGUERO
CUENTOS Y CRÓNICAS DE UN YARITAGUEÑO
estado Yaracuy
Cuentos y crónicas de un yaritagueño ©Hernán Agûero Colección El libro hecho en casa. Cuentos y crónicas © Para esta edición: Fundación Editorial El perro y la rana Sistema Nacional de Imprentas Red Nacional de Escritores de Venezuela Depósito Legal: DC2017002675 ISBN: 978-980-14-4013-0 Diagramación Jesús Castillo Impresión Liduar Prada Ilustración Jesús Castillo Consejo Editorial: Asociación de Poetas de Yaritagua Mariela Lugo, Rosa Roa Aurístela Herrera Orlando Mendoza Luisana Zavarse Moraima Almeida, Belkis de Moyetones José Ángel Canadell José Alejo Omaña Jesús Castillo
El Sistema Nacional de Imprentas es un proyecto impulsado por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura a través de la Fundación Editorial El perro y la rana, con el apoyo y la participación de la Red Nacional de Escritores de Venezuela. Tiene como objeto fundamental brindar una herramienta esencial en la construcción de las ideas: el libro. Este sistema se ramifica por todos los estados del país, donde funciona una pequeña imprenta que le da paso a la publicación de autores, principalmente inéditos.
HERNÁN RAFAEL AGUERO FERNÁNDEZ
CUENTOS Y CRÓNICAS DE UN YARITAGUEÑO
2017
AGRADECIMIENTO A Dios por iluminar mis letras A mi esposa e hijos a quienes del dejo este legado. A Yaritagua mi tierra hermosa. A los poetas Reinaldo Carvallo y JosĂŠ Angel Canadell por incentivarme para escribir estos relatos. A ASOPEY, emporio de poetas y escritos.
PRÓLOGO La Asociación de Poetas y Escritores Yaritagua, (ASOPEY), siente gran orgullo al presentar el libro “Cuentos y Crónicas de un Yaritaguaeño”, trabajo del escritor, Abg. Hernán Rafael Agüero Fernández, el cual deja en alto las letras yaracuyanas al resaltar el sentir, los personajes y las tradiciones del pueblo de Santa Lucía. En sus cuentos y crónicas, el escritor pone en alto la historia musical del “Águila de Oro” y hace una recopilación de cuentos que envuelven la niñez y las costumbres propias del Yaritagua. La presentación de este libro recoge el gentilicio de Yaritagua para dejar la historia de nuestra gente como patrimonio a las nuevas generaciones. ASOPEY se une al júbilo del escritor Aguuero Fernández en la hora buena de la publicación de este libro. JUNTA DIRECTIVA Y MIEMBROS DE ASOPEY
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AGUILA DE ORO: ICONO CULTURAL DE YARITAGUA. Así como tenemos iconos naturales en el pueblo de Yaritagua: El Cerro La Matica, Guaremal, La Montaña de Santa Lucía etc., también existen infinidad de iconos culturales, estos son los desarrollados a través de la creatividad e intervención del ser humano. En ésta oportunidad se hace referencia de un icono musical como es el organizado por el recordado Grupo “Águila de Oro” sobre él se ha escrito mucho material dado la importancia y trascendencia que ha tenido en el tiempo. Sobre la época de su aparición, señala Roberto Mujica en su libro “AMUESCA” : En el año 40 existía en Yaritagua el conjunto musical “Unión” fundado y dirigido por Patricio López. Este fue la raíz y el origen de otro que con el correr de los años se va a convertir en el de más tradición que se conoce por esos predios yaracuyanos. Ocurre que en 1942 bajo la batuta de Felipe Paradas y con los músicos e instrumentos del “Unión” nace “El Águila de Oro”, una pequeña agrupación que tocaba de oído música rítmica, sensual y sabrosa y puso a mover el esqueleto a yaritagueños y no yaritagueños”. Sobre el nombre de Águila de
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Oro, también lo explica Roberto Mujica: Su nombre con mucho de mitología azteca se debe al águila dorada que ese artista de la carpintería llamado Aureliano Zárate había pegado en el pulido y lustroso vientre de una marimba fabricada por encargo para el conjunto. En cuanto a sus integrantes iníciales se destacan: “Patricio López con su marimba; El Catire Velásquez con la guitarra; Dimas Medina con el bongo (cantante), Marcelino Giménez con las maracas (cantante) y Felipe Paradas con el cuatro y por si fuera poco Ramón González con el tres y a Gonzalo Freitez, Pablo Amaya, a Roseliano Sorett, Victor Gudiño (cantante); Carlos “Loco” Silva y a Omar “Chino” Sequera”. Personalmente tuve la suerte de apreciar y disfrutar de las presentaciones de este afamado grupo en la década del 70 cuando lo conformaban Felipe Paradas, Ramón González, Víctor Gudiño, Marcelino Giménez y Víctor Parra; pero igualmente continuaban con la esencia de su música alegre, de ritmo contagioso que hacia bailar al más tímido de la fiesta. La opinión que tengo sobre este conjunto, de sus canciones es que “SABEN” A YARITAGUA”, porque son canciones interpretadas por genuinos yaritagueños, representantes en sumo grado
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del gentilicio; sus canciones nos identifican con hechos y situaciones propias de los yaritagueños vivida en los años 50, 60, 70 y 80 aproximadamente cuyos rasgos aún perduran, de tal manera deben ser valoradas por las nuevas generaciones a la que debemos comentar para que tengan sentido de pertenencia hacia nuestro pueblo. Sin caer en exageración me atrevo a señalar: esas canciones huelen a caña recién cortada, expelen el sudor cuando se sube al cerro La Matica; nos hacen sentir el frio de Guarural a las 6 de la tarde; Expresan la alegría de un conterráneo en la misa del 13 de Diciembre al encontrarse con la vieja amistad. Estas canciones recogen el sentimiento espiritual que nos embarga y hermana en la Procesión del Santo cuerpo; o el éxtasis sentido al estar en la plaza Bolívar y disfrutar de la sombra de los viejos chaguaramos; expresan también estas canciones la nostalgia de las vetustas casas de las carreras 7 y 8 que parecen implorar nos detengamos un momento ante ellas porque quieren contarnos de las viejas historias y recuerdos celosamente guardados que ya no quieren ocultar por más tiempo. Estas canciones nos remontan a los tiempos cuando Yaritagua era un pueblo jovial, sano, respetuoso, libre de los problemas de los grandes centros
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urbanos, donde la juventud se divertía a través de los pocos sitios de esparcimiento como jugando billar en la mesa de Rufino Barrios, además se degustaba de la sabrosa tostada, de la música de la vieja rockola con las canciones de moda. Toda esa época la evocamos por medio de las canciones interpretadas por Marcelino y Victor, por eso les recomiendo a los yaritagueños de mi época que cuando oigan estos temas cierren los ojos y podrán “patinar” de nuevo en la Avenida Padre Torres una vez termine la misa de aguinaldo; o ir hasta donde Isabel Varela a “degustar” la sabrosa empanada, preparadas con ese guiso especial que las caracteriza; en la tarde llegar hasta Satulio donde las empanadas tostaditas nos esperan para merendar; estén atentos en la noche cuando “suene” el tema “barrilito” indicativo va a comenzar la función en “Mi Cine”; sigan escuchando las canciones del Águila de Oro y volverán a “oír” el trepidar de la tierra al paso del toro y de los caballos en una festiva, alegre y soleada tarde decembrina en la manga de coleo del green sport; es poder volver a “subir” el Cerro La Matica para volar nuestra imaginación con el mismo viento que eleva nuestros papagayos”. Es irse muy temprano para el goajiro, Green sport o para camino nuevo a presenciar una mañana dominguera un
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candeloso encuentro de beisbol entre Piratas y Sindicato de la Caña, o entre Yarit y Tigres de Camino Nuevo; es evocar el tiempo de los mangos cuando llegábamos hasta La Florida para comer hasta más no poder; al escuchar estas interpretaciones volvemos a “escaparnos” de nuestra casa a darnos un “chapuzón” en los baños de Agua Negra. Las canciones de Aguila de Oro nos permite regresar al tiempo donde no existía la televisión y en las noche nos entreteníamos con las historias contadas por nuestros abuelos durante una fría noche de invierno; o “sentir” de nuevo el calor del fogón donde nuestra madre cocinaba el desayuno una mañana lluviosa de Abril. Es en definitiva encontrarnos con nuestra idiosincrasia, con nuestros valores, los cuales siempre deben existir entre los habitantes de Yaritagua hasta el final de los tiempos. No podemos esperar que las nuevas generaciones se identifiquen con la música del “Águila de Oro” porque no son de su época pero si le pedimos aprendan a valorar esta música porque al final ellos, como termina el texto de Roberto Mujica. Tienen escritos sus nombres en el álbum musical de los recuerdos y forman parte de la memoria musical popular de Yaritagua”.
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En la medida en que los pueblos tengan conciencia de su pasado, tendrรกn presente su idiosincrasia, valores culturales; por lo tanto serรกn capaces de alcanzar los objetivos fundamentales de toda comunidad como es el de tener un mejor nivel de vida; lo cual redundarรก en un beneficio para todos, especialmente para las futuras generaciones.
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DON ALBERTO Don Alberto es una persona con dones especiales, sabe de tantas cosas como por ejemplo reparar electrodomésticos, fabricar juguetes con materiales de desechos, es titiritero, fotógrafo, partero y muchas cosas más, incluso hace de psicólogo o guía espiritual porque hasta orientador de algún problema personal mucha gente le consulta; por eso su pequeño local siempre se encuentra abarrotado de personas cada una por una circunstancia particular. En una oportunidad, sólo por curiosidad entre al negocio de Don Alberto para observar como actuaba, después de pasar mucho tiempo allí él mismo me pregunta: -Buen amigo, ¿Que se le ofrece? Ha esperado un buen rato. -La verdad me intriga su versatilidad y por estar un poco desocupado me gustaría conversar para conocer algo de su vida. - Eso es fácil, dice él, trato de ser trasparente, cordial y solidario con mis vecinos, -Eso lo sé, sin embargo quisiera conocer cómo
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fue su infancia. Abre sus ojos, de manera rotunda señala: -Yo no recuerdo mi infancia ¡ la vivo! Me intrigó esta respuesta: -Dígame don Alberto ¿Cómo es eso de “vive su infancia?, -La etapa más feliz del ser humano es la infanci, en ella los seres humanos nos planteamos los más diversos y hermosos sueños, queremos ser médicos para salvar vidas, policía para proteger a la gente; así sucesivamente, de ahí mi deseo de mantener este espíritu infantil para no perder el encanto de esa etapa vivida por todos los seres humanos, la cual parece olvidada por mucha gente. -Está bien Don Alberto pero como pudo aprender tantos oficios, además de donde procede ese don de ser caritativo. -El conocer de diversos oficios creo lo heredé de mi padre, quien también dominaba varias actividades. En lo de caritativo y solidario debe ser por mis abuelas, siempre dispuestas a servir a quienes
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acudían a ellas en busca de auxilio por alguna necesidad. -Ahora bien Don Alberto en cuanto a ese carácter jovial manifestado por Ud. -La vida hay que disfrutarla, no importa la situación en la cual se viva, de ahí mi interés en “ver” lo bueno de las cosas o de lo que esté sucediendo: debemos sacar una sonrisa a todo el mundo porque la sonrisa es uno de los alimentos del alma y nada más sustancioso que sentir alegría, aunque sea por breves momentos, pero si unimos esos diversos momentos entones alcanzamos felicidad, porque ella no es un estado permanente, la felicidad se alcanza es en cada momento al sentirnos contentos o satisfechos por lo que hacemos en nuestras vidas. - Lo otro a preguntar es lo referente a los consejos que les da a quienes acuden a usted ante cualquier problema, buscando una orientación para el mismoDice Don Alberto: -La verdad, no sé cómo lo hago, la explicación puede ser dada por tres elementos: en primer lugar por la Sugestión, es decir muchas de las per-
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sonas viene predispuestas a aceptar mi recomendación; en segundo lugar preparo mi discurso en base a lo que ellos quieren oír, en tercer lugar les hablo de las cosas más simples, menudas de la vida donde muchas veces encontramos la repuesta y soluciones a los problemas considerados sin solución; o sino terminamos con aquella salida de la filosofía popular; Si un problema tiene remedio no debes preocuparte; si por el contrario el problema no tiene solución entonces tampoco debes preocuparte porque pierdes el tiempo. Lo importante es dar confianza, respaldo, seguridad para aceptar el pro o el contra de las decisiones tomadas, con la cabeza en alto dispuestos a enfrentar el próximo reto con el espíritu de que mañana es otro día, por lo tanto otra oportunidad. -Me despido de Don Alberto pensando: Cada uno de nosotros lleva un Don Alberto en su Yo interno, ojalá lo descubramos y nos demos la oportunidad de desarrollar ese potencial. Esto ayudaría a tener un mundo mejor como nos lo merecemos. “El pensamiento Positivo es algo más que un eslogan. Cambia la forma en la que nos comportamos. Creo que cuando soy positivo, soy mejor y hago mejores a los demás”. Harvey Mackay.
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EL COMERCIANTE Desde niño Luis Alberto mostró vocación de comerciante; en la etapa primaria llevaba caramelos para vender a sus compañeritos, en secundaria tenia a disposición de los alumnos lápices, hojas para exámenes, borras, sacapuntas y otros enseres. De tal manera la actividad comercial parecía llevarla desde temprana edad en sus venas. Cuando alcanza los 18 años de edad se dispuso a ingresar de manera organizada al mundo mercantil. Comienza la búsqueda de una empresa donde pudiese aprender del oficio; por tanto se presenta en diversas firmas comerciales con la esperanza de obtener un contrato de empleo, no importando el rol a desempeñar. Así llega a una compañía distribuidora de diversos rubros donde uno de los directivos necesitaba de un asistente. En la entrevista confesó el objetivo a conseguir el cual no era el otro sino el de conocer todo lo relacionado con el mundo comercial. El entrevistador se sintió identificado con el ímpetu de aquel joven que le recordaba sus inicios en esta actividad por lo tanto le contrata, a la vez le notifica de un viaje a San Cristóbal para el día siguiente donde irían a negociar una serie de productos. Luis Alberto se presenta emocionado a la hora señalada; al llegar al
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sitio su jefe le dice: “Te voy a entregar una cierta cantidad de dinero para hacerte parecer como un comerciante más”; Luis Alberto recibe la cantidad de dinero el cual apenas cabe en sus bolsillos. La espera de los empresarios tachirenses es larga, decide Luis Alberto recorrer algunos establecimientos para observar el movimiento comercial de la zona. De pronto al mirar su reloj percibe ha pasado mucho tiempo desde su partida a recorrer la ciudad. Por no conocerla comienza a caminar desorientado y prácticamente está extraviado. Decide comunicarse con su patrón pero el teléfono se ha descargado; trascurre más de una hora para regresar al sitio de partida, al llegar allí se encuentra que la reunión se había efectuado, sus jefes partieron de regreso a la sede de la empresa. Al día siguiente se presenta en la misma donde al arribar le comunica el vigilante la orden de no permitirle la entrada; fueron inútiles sus alegatos; decide esperar la salida de su jefe para explicarle lo ocurrido. Pasaron varias horas, al fin ve salir a quien lo contrató; quiso abordarlo pero el jefe se negó a oírlo, sólo le recomendó: “Una de los requisitos de un buen comerciante es no perder las oportunidades. Lamentablemente tu perdiste la tuya;
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busca en otra empresa una segunda”; Luis Alberto procede a devolverle su dinero, pero éste le dijo: “Quédate con él, déjalo como pago de tu único día de trabajo; espero le des un buen uso”. Cabizbajo se retiró pensando en su futuro inmediato. Pasaron varios días de lo acontecido sin atinar la respuesta indicada. Luego de mucho meditar decide seguir el camino del comercio; utiliza el dinero recibido para iniciar una pequeña empresa comercial; gracias a unas buenas decisiones, administración, dotes especiales para el comercio su empresa comienza a ascender en la región. Después de varios años los éxitos comerciales de Luis Alberto no se hicieron esperar convirtiéndose en un gran empresario. Como son las cosas de la vida el antiguo patrón de Luis Alberto comenzó a sufrir una crisis económica, debía apresuradamente obtener una determinada mercancía para cumplir sus compromisos y salvar su empresa de la quiebra. Solicitó por tanto una entrevista con la única persona capaz de conseguirle la determinada mercancía, este era Luis Alberto. La entrevista se realizó en la hora señalada e inmediatamente Luis Alberto reconoció a su antiguo jefe, no ha sí él quien sólo se limitó a exponerle la necesidad imperiosa de la mercancía; mientras hablaba comenzaron a llegarle recuerdos a Luis Alberto, es-
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pecialmente el día de su despido sin ningún tipo de consideración; de tal manera su mente se vio inundada de diferentes pensamientos, como era el de tomar venganza por la afrenta sufrida hace ya muchos años; sólo decirle una repuesta negativa, se consumaría la quiebra de esa empresa, pero también recordó el momento cuando esa misma persona no le acepto la devolución del dinero con el cual comenzó su actividad comercial; por eso una especie de ángel de conciencia apareció de improviso dándole un mensaje “Uno de los valores importantes de los seres humanos es reconocer los hechos y acciones recibidos”; inmediatamente se dirigió a su antiguo jefe diciéndole lo siguiente: “Amigo usted no me ha reconocido, yo sí pero no voy a explicarle los detalles, sólo sepa de mi agradecimiento hacia usted el cual manifestaré de la manera siguiente: cuente con esa mercancía, no se preocupe por el dinero, puesto no pienso cobrar ni un céntimo, déjelo en pago del que una vez usted me facilitó. De continuar la relación comercial entre ambos puede algún día le recuerde de esta historia”. De esta forma Luis Alberto sintió se había quitado una pesada carga como era la de llevar un sentimiento encontrado, de odio o de agradecimiento
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por alguien quien de manera indirecta contribuyó a alcanzar el objetivo perseguido de su niñez como era el de convertirse en un próspero comerciante. “La gratitud es la cualidad que refleja el valor de un ser humano” Joseph Nez.
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LOCO DE LA LLUVIA La pertinaz lluvia caía esa tarde e impedía el tráfico vehicular por la céntrica avenida de la ciudad, José Antonio pendiente de lo peligroso del pavimento no notó, en un primer momento a los niños alborozados entre las filas de vehículos chapaleando agua, gozando del baño gratuito brindado por la madre naturaleza; sin embargo unos minutos después se dio cuenta de este detalle y como si le pasaran el “suiche del recuerdo” a su memoria le llegó con nostalgia su época de niño, donde también había hecho lo mismo, es decir correr por las calles al llover; momentos inolvidables de su vida ahora recordada como si hubiese sido ayer. Seguía la lluvia, el tráfico automotor casi paralizado, observando con cierta envidia la cara feliz de los niños entre los vehículos sin importarles el riesgo de ser atropellados. Jose Antonio pensó sí esos niños no estaban conscientes de que ese tipo de actividad se hace sólo en esa etapa de la vida, después quedaría como ya superada, jamás lo harían de nuevo, incluso, al igual que él ni siquiera podrían recordar el nombre de sus compañeros de andanzas. De tal manera de improvisto decidió buscar donde estacionar su vehículo, sin
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importarle lo que pudiesen pensar de él, desprendiéndose de su camisa empezó a correr con los niños mientras las lágrimas de emoción bajan por sus mejillas y se confunden con las gotas de la lluvia. Volvía a ser el niño que se encontraba con su pasado de pobreza pero rico en vivencias como la que estaba experimentado de nuevo. Desde aquella vez es común ver a un hombre corriendo, chapaleando agua, feliz, por las calles y avenidas de cualquier ciudad en época de invierno, por eso ya muchos lo han apodado como el “loco de la lluvia”. NOTA: La sociedad no acepta estos comportamientos porque no se entiende lo importante que es “dejar salir” de vez en cuando al niño que llevamos por dentro para compensar lo duro de la vida que tenemos como adultos.
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EL NIÑO Y SU MAESTRA DE TERCER GRADO Las maestras son para la mayoría de los niños los seres que más respetan y admiran pero si ellas son jóvenes también son las “novias” con quien desearían casarse una vez sean adultos; pues mi caso no es la excepción, de tal manera, mientras estuve en la etapa de educación primaria sentí en varias oportunidades esta misma situación; por ejemplo recuerdo una de ellas cuando a mis escasos 8 años en el tercer grado sentí ese especial afecto por mi maestra de grado, era esbelta, piel canela, de dulce mirada, tal vez entre 22 y 24 años de edad, con un trato amable hacia los alumnos lo cual la hacía más bonita de lo que era físicamente. Recuerdo, como si hubiese sido ayer el día donde por casualidad pase por una calle de mi pueblo Yaritagua cuando la vi en zaguán de su casa atareada en los quehaceres de limpieza, ella no se dio cuenta de mi presencia mientras yo hacia lo imposible para que tampoco la advirtiera. El shock fue tremendo porque nunca imagine iba a conocer el sitio de residencia de la maestra, de tal manera nunca olvidé la calle, la casa ni mi sorpresa de verla. Sin embargo fueron pocas las semanas de trabajar con nosotros en el aula pues-
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to un día dejó de asistir, después de transcurrir varios meses de ausencia nos enteramos había fallecido. El niño entonces actuó como un adulto, lo dio como un hecho normal en la vida de todo ser humano. El tiempo ha transcurrido, más de cincuenta años, pero cada vez al transitar por esa calle miro siempre hacia esa casa y como un rayo me convierto en el niño que busca desesperadamente ver de nuevo la figura de mi maestra bonita y sentir la misma emoción grabada para siempre en mi memoria. Sólo espero maestra, cuando estemos en el mismo plano me recuerde como su alumno, le hablare de este cuento, del sentir de aquel niño y sé, ella me comprenderá porque estoy seguro nunca habrá dejado de ser maestra.
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EL PAPAGAYO SURCARÁ POR SIEMPRE El Papagayo para mí, como para muchos niños era un juguete, aunque no sé si es el término más apropiado, muy apreciado por la particularidad de ser diseñado y construido por uno mismo. Nada mejor que confeccionar un Papagayo luego verlo volar y alcanzar una altura mayor sobre los otros; sin embargo en mi caso fueron inútiles los esfuerzos para construir ese Papagayo; los que construía apenas se elevaban unos pocos metros, por más que me esmeraba siempre aduje la culpa a los frenillos, al tamaño de la cola, al poco viento, al tipo de papel, al peso de las veraras, etc.; ect., etc., así pues nunca tuve el privilegio de competir con los otros niños de mi barrio “La cachamenta” donde había expertos en la fabricación de los mismos. Pero bueno… el tiempo pasó y cada vez al ver un Papagayo desplazarse por los aires me convierto en niño, creo ser su fabricante, subir hasta el cerro La Matica, desde allí convertirme también en Papagayo para ver que hermosa se ve Yaritagua desde el cielo. La magia del Papagayo está en que a través de él se puede “volar”, sueño permanente del ser humano, por eso vendrán nuevos juguetes, nueva tecnología pero ninguna superará lo “mágico” del Papagayo.
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Esto es en el caso de los niños pero para los adultos también es “mágico” el Papagayo porque nos permite regresar al tiempo feliz de la niñez, donde se puede viajar por el cielo de la imaginación, sentirnos reposando sobre las nubes de los recuerdos. Por eso este juguete, repito, no sé si es apropiado llamarlo así porque también podría considerarse como una obra de arte; de fácil construcción, de endeble estructura tiene la fortaleza de resistir el paso de los años, de las generaciones para estar presente en la mente de los niños y de los adultos surcando por los aires de la historia hasta el final de los tiempos; porque mientras existan niños veremos siempre en época de vacaciones al Papagayo y de vez en cuando un adulto diciendo: “Échale jilo, echale jilo, que va remontando...
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EL PERRO ABANDONADO DE LA CALLE Se encontraban el grupo de niños de la cuadra jugando beisbol en la calle alterna de la casa de Juan José cuando de improvisto aparece un perro sangrando de una oreja, la cual se podía apreciar estaba llena de gusanos de una herida tal vez nunca tratada. Ante aquella escena el sentimiento entre todos los presentes fue el mismo: El de ayudar a aquella criatura que con su mirada parecía pedirles lo auxiliaran; así, sin pensarlo se le acercaron con cierto temor, les sorprendió la actitud pasiva, colaboradora del animal al permitirles lo tocaran para examinarlo; por experiencia sabían de la creolina como el mejor medicamento para este caso en particular, Juan José se comprometió a conseguirla. El paso siguiente consistía en resguardar al animal, de tal manera él también asumió esta responsabilidad; para ello esperó bien entrada la noche para alojarlo en su casa sin que se dieran cuenta sus padres porque tal vez no aprobarían esta decisión. A la mañana siguiente muy temprano sacó al perro, entre todos le hicieron la primera cura. Así pasaron los días, el perro respondió rápidamente al tratamiento, en pocos días estaba totalmente curado de su afección; de tal manera se quedó
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alojado definitivamente en casa de Juan José y se convirtió como una especie de mascota de los niños de la cuadra. La satisfacción de verlo sano le embargaba cada vez al ver al perro, el cual le correspondía saltando de alegría al verlo llegar a la casa. Una tarde al regreso de la escuela, el perro al verlo como siempre salió a su encuentro, esta vez atravesó la calle sin percatarse de la cercanía de un vehículo cuyo conductor nada hizo para evitar arrollarlo, ante la asombrada e impotente mirada Juan José vio como la rueda delantera y trasera le pasaban por encima al desprevenido animal que desesperadamente trataba de huir de aquella bestia mecánica la cual lo mantenía sin poder levantarse; por fin lo logró pero con su columna totalmente destrozada huyendo despavorido sin rumbo fijo mientras el niño corría desesperado para tratar de calmarlo aunque suponía de la gravedad del accidente; sólo quería acompañarlo en sus últimos momentos de su vida que se le escapaba irremediablemente. Apenas pudo levantarle la cabeza mientras vio aparecer el brillo inmisericorde de la muerte en sus ojos, allí mismo no pudo contener el llanto; sus lágrimas no se resignaban a tal suceso, sólo
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atinaba a preguntarse porque después de tanto preocuparse y alegrarse por el resultado tenía que terminar de esta manera. Pasaron varios minutos hasta al observar la pasividad y tranquilidad del animal, la paz que emanaba de su cuerpo le dio a entender que el perro estaba tranquilo, feliz porque que su vida fue provechosa al permitirle a unos niños valorar la solidaridad entre todos los seres vivientes. Esto debe ser el norte de nuestras actuaciones en esta vida.
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EL ROBO AL CLIENTE QUE RETIRÓ DINERO Salió un hombre joven del banco después de retirar cierta cantidad de bolívares, pero no tuvo ninguna previsión pues la llevaba a la vista de todos en su camino; de tal manera, sin darse cuenta comenzó a ser perseguido por un hombre que a corta distancia lo vigilaba; posteriormente este sujeto llama por teléfono a dos damas para completar el trabajo como era el de robarle el dinero. La ruta seguida por nuestro personaje consistió en caminar hasta una empresa distribuidora de mercancía, puesto su actividad era el de comerciante. Las damas enteradas de los rasgos de su “presunta víctima” buscaban el momento oportuno para abordarlo y a través del uso de una sustancia sicotrópica drogarlo para despojarle del dinero. Nuestro personaje camina apresuradamente hacia el sitio de ubicación de la empresa comercial, de improvisto se le acerca una de las mujeres, quien le pide le indique sobre una determinada dirección, él le responde no conocerla, acelera el paso al presentir las verdaderas intenciones de su interlocutora; ella también apura el paso, trata de entablar una nueva conversación, vuelve entonces a preguntarle por otra dirección e igual a la
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anterior la repuesta es la misma: “no la conozco”; la mujer se le acerca e inmediatamente mete su mano en un bolso, saca entre sus dedos un poco de polvo blanco el cual lanza a la cara de nuestro personaje, instintivamente él levanta el brazo, esquiva parte del polvo que iba directamente a su nariz; la sustancia comienza a surtir efecto, siente mareos, ve todo borroso, desesperadamente busca a algún funcionario policial pero es inútil, no ve a nadie; casi para desmayarse se acerca a un kiosco donde expiden café y le pide encarecidamente a quien funge como dueño, ¡Señor, por favor ayúdeme, me han drogado!, cargo cierta cantidad de dinero, es lo único que tengo de bienes, quiero por favor lo tome, guárdelo hasta me recupere; sino entonces puede quedarse con él; estas fueron sus últimas palabras antes de caer al piso sin conocimiento a los pies de su interlocutor y de otros clientes presentes. De pronto llegan las dos mujeres y alegan lo siguiente: “ese hombre nos robó un dinero, menos mal lo alcanzamos; por favor entrégueme el dinero”. El dueño del kiosco les dice cortésmente” voy a llamar a la policía y aclaramos este asunto”; de nuevo la astuta mujer señala: “No podemos esperar, estamos de paso, nos urge el dinero”, de improvisto se lanza sobre el cuerpo del hombre
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para despojarlo, dos de los hombres allí presente toman cada una de las manos de la mujer, la levantan violentamente, las mujeres al verse imposibilitadas de apoderarse de la suma emprenden la huida en veloz carrera. Después de varios días nuestro personaje despierta en el hospital de la localidad, se sorprende al ver al lado de la cama el dueño del kiosco a quien solicitó ayuda, éste le pregunta: “como se siente”, “bien le responde aunque todavía un poco mareado”, el interlocutor le dice entonces: “mañana le dan de alta, por el dinero no se preocupe, apenas salga del hospital lo vamos a buscar. Nuestro personaje deja salir una lágrima cargada de emoción y agradecimiento hacia el dueño del kiosco quien se había condolido de la situación vivida. Nuestro personaje no tenía como agradecer el gesto del benefactor quien sólo se limitaba a señalar: -No fue nada, eso lo podía haber hecho cualquier otra persona. Lamentablemente el mundo actual, materialista, donde cada quien busca el bien personal, sin importar la suerte de los demás parece contradecir lo que piensa el benefactor, pero ese debe ser el sentir de todo ser humano: ser solidario y ayudar a quien lo necesite. “A veces sentimos que lo que hacemos es tan sólo
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una gota en el mar, pero el mar seria menos si le falta una gota�. Madre Teresa de Calcuta
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EL VIEJO EN EL BANCO Las colas en los bancos como siempre están repletas de historias vividas día a día; luego son contadas en las mismas para mitigar el cansancio y la pesadez de las piernas incapaces de soportar el peso de los años que tienen quienes religiosamente acuden cada mes a retirar la esperada pensión para “paliar” algunos gastos de los tantos que se tienen, pero como dice el dicho “Agarrando aunque sea fallo”. Esta historia tiene algo de real y mucho de invento, pero díganme ustedes si toda historia no tiene estos elementos, esta es una de ellas: “Llega un señor mayor a la taquilla del banco comienza a buscar entre sus ropas la libreta de ahorros, se mete la mano en el bolsillo de la camisa, en los del pantalón; sorpresivamente se baja los pantalones, la cajera asombrada le grita ¡señor que está usted haciendo¡ inmediatamente se oyen los comentarios del resto de los clientes: ¡ Este señor está loco ¡; ¡ Ese es un pervertido ¡. El señor tranquilamente le responde a la cajera: “lo que pasa es que a veces por seguridad la meto en los interiores, pero tampoco la encuentro”. Alguien le pregunta si anda solo, molesto por la pregunta a su vez le responde: ¿y para que quiere saberlo, no será que quiere robarme?, no señor,
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le responde el interlocutor, “ usted a su edad no debería andar solo en estas diligencias”. Malhumorado le señala que eso a él no le importa, continua buscando afanosamente la libreta, luego se dirige a la señora que le sigue en la cola, le pregunta si ella tiene la libreta por que sospecha se la sacaron del pantalón, la señora con los ojos desorbitados de asombro ante tamaña acusación le señala que ella no es ninguna ladrona y mida sus palabras porque se siente ofendida. El señor entonces comienza a levantar la voz y a gritar: ¡Me robaron la libreta, pido la presencia de la policía!; el guardia de seguridad del banco corre apresuradamente, exige le explique, no sin antes conminarlo a calmarse, él entonces le dice “no deje salir a nadie de la institución bancaria hasta no llegue la policía”. El guardia de seguridad se comunica con el gerente, pide asesoría ante lo que está sucediendo, éste le responde, “proceda a llamar a la policía, cierre las puertas de la entidad” y manda a suspender las transacciones momentáneamente. Todos los clientes protestan esta decisión, el murmullo de opiniones negativas eran hacia el señor mayor que les estaba haciendo perder el tiempo. Una de las opiniones de alguien del público era
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de que el guardia revisara al cliente para constatar si efectivamente portaba o no la libreta; ante esta sugerencia el guardia amablemente se acerca al señor, solicita permita registrarlo, la negativa no se hizo esperar: ¡nadie me va a revisar!, esperemos a la policía, le responde furiosamente; sin embargo el guardia insiste, señala: igualmente la policía lo va a revisar, no sabemos la conducta a asumir la policía con usted, es mejor adelantar este proceso. El señor entra en razón, acepta de mala gana lo registre y ¡sorpresa ¡ la libreta estaba en uno de los bolsillo del pantalón. Los clientes reaccionaron suspirando agradecidos con el guardia, al fin podrían continuar con sus operaciones, pero no así el señor mayor quien inmediatamente acusa al guardia de haberle sustraído la libreta. El guardia enrojeció de ira, sus labios se pusieron morado, temblaba todo su cuerpo, sin embargo enmudecido sólo atinó a llevarse las manos a la cabeza, volteó cabizbajo como ocultando tal vez alguna lagrima; era la única manera para desahogar la impotencia y rabia sentida en ese momento. El señor con libreta en mano vuelve a la taquilla la coloca frente a la cajera, quien tal vez molesta por la actitud del cliente le pregunta con cierto disgusto cuanto iba a darle, él entendiendo esa
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molestia le dice: ¡usted no me va dar nada, ese dinero es mío, yo vengo es a retirar parte de él. La señora dice que necesita tener el monto para entregárselo. El señor entonces le pide un lápiz para sacar la cuenta de los gastos para conocer la suma a retirar. Los clientes se dan cuenta de lo que quiere hacer el señor, se molestan gritándole improperios, ha pasado casi una hora desde su llegada al banco sin poder retirar el dinero respectivo. Alguien del público recalca: “este viejo está loco de remate”; otro: “la próxima vez que venga, si veo a este viejo en la cola me regreso para mi casa”!, otro: ¡”Si…. ahora que si venga la policía para llevarse a esta viejo y podamos retirar nuestro dinero en paz”. El señor no se inmuta ante las críticas, como si nada continúa realizando su operación matemática, termina por fin, exigiendo a la cajera le entregue 500 bolívares; para mal de los clientes ya sudorosos, fastidiados, cansados, no soportan más espera, como todos sabemos los billetes de alta denominación brillan por su ausencia, el señor recibe sólo billetes de 10 y 10 bolívares, los que por supuesto comienza a contar sin retirarse de la taquilla ante el estupor de los clientes. Al final, después de estar satisfecho por la can-
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tidad recibida no se retira sin constatar la suma que debería haberle quedado en la libreta, por lo que alguien opina: “Que cosa llegar a viejo, testarudo y desconfiado”. Luego el señor se voltea hacia los clientes quienes lo miran como a un verdadero enemigo y les dice en alta voz: “bueno van a tener que esperar otro ratico porque también necesito hacer un cambio de monedas que traigo”. La gente aireada levantando los brazos le pide clemencia y él sonriente les dice: “era sólo un chiste, pero la próxima vez que venga a este banco espero no encontrármelos porque son gente vieja, malhumorada y muy impaciente”.
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FARRUCHO Se llamaba Jesús Rafael pero no se sabe quien le colocó este Apodo; asi pues nadie lo llamaba por su nombre de pila sino simplemente “Farrucho”. Era un niño de 14 años, aun cursaba la primaria, lamentablemente corto de mente pero eso lo compensaba por tener un gran corazón. “Farrucho” con mucha regularidad era objeto de bromas de sus compañeros quienes no entendían porque se comportaba como un niño; su maestro si lo comprendía y llegó a la conclusión de que “Farrucho” simplemente se negaba a “crecer”, prefería la vida de infancia a la de adulto; por eso siempre lo defendía. De ahí para “Farrucho” su maestro era su héroe, la persona a quien acudía ante cualquier problema, como el día donde no asistió a clases a pesar de salir muy temprano hacia ella. Les cuento: El maestro notó su ausencia en el aula de clases, puesto nunca faltaba, pero a la hora de la salida vio a “Farrucho” con cara de preocupación quien lo aborda: ¡Mestro… (Ese era el término utilizado por el niño quien además hacia uso de un vocabulario muy propio del hablar de la gente de origen campesino)…. Mestro lo vengo a buscá pa que me ayue!. El maestro preocupado le pregunta: Dime “Farru-
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cho” que te pasa, porque no asististe a clases hoy? El niño le cuenta: Esque cuando venía pa cá, un enmotao espitao se llevó por alante un perrito que salió volao y chillando mucho; yo pues lo agarré y lo puse al lao del camino y me quede cuiándolo, despué lo ví jadiando, le puse la empaná y el agua que traía pero el perrito solo está quietecito; yo vine a buscalo a usté pa que lo vea”, le dice llorando. El maestro, conociendo el amor de “Farrucho” por los animales decide acompañarlo donde se encuentra el perro. Al llegar ve al animalito con una herida abierta en el costillar, su respiración cada vez más dificultosa, presiente le queda poco tiempo de vida. El niño entonces le pregunta: …Y entonces mestro como vé al perrito? ….éste para consolarlo y quitarle un poco la angustia le contesta: No te preocupes “Farrucho” yo me llevaré al perrito, lo voy a dejar en manos de un buen amigo, estoy seguro se encargará de él y pronto dejará de sufrir por estas heridas. El niño vuelve a preguntar: ¿ puedo ir con usté a llevar el perrito a su amigo?. El maestro pensativo aguarda unos segundos y le contesta: “No… Farrucho, mi amigo vive un poco lejos, pero como te dije, él al igual que tu ama
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a todas las criaturas, se encargará pronto de este animalito”. A regañadientes pero menos preocupado por estas palabras el niño se retira hacia su casa. Después el maestro recoge al agonizante perro, a los pocos minutos fallece. La primera idea a la mente fue lanzar el pequeño cadáver hacia una zona enmontada del lugar pero pensó, podía el niño en el transcurso de los días encontrar los restos del animal, no quiso imaginar el dolor si llegase a dar tal hallazgo; decide entonces llevárselo hasta su propia casa y enterrarlo en su patio. Mientras hacia el pequeño hueco se le anudaba la garganta al pensar lo duro que debió haber sido para “Farruco” ver el suceso, recordaba la angustia del niño cuando lo abordó a la salida de la escuela; la tierra entonces que cubriría el cuerpo del pequeño animal se hizo menos dura porque empezó a humedecerse, el maestro tampoco pudo aguantar el llanto solo de imaginar el dolor de “Farrucho” cuando alguna vez se enterase de la suerte de aquel animalito. También pensó para sí, no le había mentido al niño cuando le dijo se lo encargaría a un buen amigo, además pronto dejaría de sufrir: Bueno cuando le dijo del amigo se refería a Dios, padre de todas las criaturas, quien más para quererlas; y al indicarle, pronto dejaría de sufrir, se refería a que con la muerte sus
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penas y dolor terminarían. Yo no sé si existe un cielo también para los animales, porque a veces son de conducta tan noble que da la impresión tuvieran alma. Sólo sé, almas como la de “Farrucho” y su maestro se han ganado t la vida eterna.
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JOSÉ FRANCISCO EN EL ASILO Tenía el niño pocos días de nacido cuando llegó a la casa una tía solterona, ella en agradecimiento comienza a hacerse cargo de la criatura ayudando a la madre en todos los actos referidos a la crianza; lo bañaba, alimentaba, era quien lo acostaba al momento del descanso. Paso el tiempo, el niño se hizo hombre teniendo un especial cariño por la tía a quien le debía tanto en su vida. La vejez llega, la tía anciana no tiene quien pueda estar con ella, con gran dolor debe internarla en una casa asilo; sin embargo Jose Francisco estaba pendiente de su tía, la visitaba semanalmente para saber de su situación. Los años continuaron su indetenible marcha, con ella las consecuencias inevitables en los organismos de todos los seres vivos. La muerte inesperada de la tía acongojó de manera honda el alma de Jose Francisco quien en agradecimiento visitaba la casa asilo y volvía a sentir la presencia viva de la tía en cada semblante de los allí asilados. La paz y tranquilidad existente hacia más placentera la visita a la institución. Jose Francisco también envejece, cada vez se siente más solo; sus hijos estaban en el exterior, los contactos eran más distanciados; sus familiares y amigos cercanos en su mayoría habían fallecidos, por eso decía él “Tengo más conocidos en el otro
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mundo que en este”. En cierta oportunidad una tarde lluviosa pasaba frente del asilo, sintió una especie de voz que le decía: Entra y descansa. No lo pensó mucho, lo hace…… pasó de nuevo por los pasillos conocidos e inmediatamente empieza a sentir como un alivio a su alma mientras contemplaba desde el segundo piso caer la lluvia en el patio de la casa. Miró al final del pasillo donde una diligente hermana religiosa apresuraba el paso hacia la gran habitación donde un moribundo necesitaba de su ayuda para hacer más llevadero el viaje a emprender. De imprevisto por su mente comienza a desarrollarse una serie de sentimientos encontrados, mientras cae la lluvia afuera, comienza a llover desde su interior, las gotas de lágrimas se confunden con las de la lluvia. Nadie sabe porque lloraba, se supone tal vez por los recuerdos de su tía o tal vez por él mismo, porque entendió que su futuro próximo era terminar sus días en este recinto; afuera no tenía nada que lo atara. La paz, tranquilidad, compañía, confianza, solidaridad y seguridad se lo ofrecía el asilo, allí pasaría el tiempo de espera del ineludible viaje de todo ser humano hacia la eternidad donde hallaría la paz
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definitiva y donde seguro encontrara a los seres queridos, a quienes desea ver de nuevo anheladamente.
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LA MONEDA ESPECIAL Se encontraba Pastor en una librería revisando títulos que le llamasen la atención cuando dentro de un viejo texto halló una moneda con una esfinge desconocida para él, se trata de la figura de un corazón, quiso entonces notificarle al dueño del negocio sobre su hallazgo pero éste le responde: Amigo:- si lleva el libro puede llevarse lo que está dentro él-. Intrigado por la moneda Pastor adquiere el ejemplar, luego en su casa comienza a leer su contenido, el cual se refiere a como conocer el buen sentimiento entre los seres humanos; es decir cómo nos percibimos entre nosotros mismos; de tal manera se podría saber efectivamente quienes son las personas verdaderamente a querer o en quienes puedes confiar; el método consiste en colocarse la moneda sobre el corazón al momento de encontrarse al frente de alguien; si tu corazón palpita aceleradamente es porque esa persona te tiene buenos sentimientos; de no producirse ninguna reacción es porque no eres de su agrado. Después de leer este capítulo cerró el libro, no quiso esperar más para poner a prueba la efectividad de la moneda, de manera sigilosa se colocó la moneda en el corazón al estar frente de su
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madre, sintió una taquicardia por el aceleramiento de su órgano sanguíneo; disimuladamente se retiró y dijo entre sí: - la moneda es efectiva, mi mama me quiere, ahora si voy a saber quiénes me aprecian de verdad-. A partir de aquel día Pastor cargaba permanentemente la moneda, ante la presencia de algún conocido se colocaba la moneda en su corazón para conocer los sentimientos de esa persona hacía él. Pasaban los días, Pastor feliz porque al fin sabía quiénes eran las personas que sentían buena estima hacia él. Sin embargo hubo un detalle percibido, consistía en que las personas ante las cuales la moneda funcionaba eran aquellas por las cuales él también tenía gran admiración, por supuesto una afectividad especial. De tal manera volvió a leer el libro para ver si allí estaba estipulado algo capaz de resolver esta situación; efectivamente en el último capítulo se encontró con una referencia: La moneda funcionaba era ante las personas por quien tú tienes un afecto especial, por lo que se concluía: existe una reciprocidad, si tú quieres a ti te quieren; si tu muestras afectos hacia alguien esa persona te responderá de la misma manera; ese es el verdadero secreto de saber quiénes son las per-
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sonas que te aprecian o que te aman. Así pues la moneda sólo permite ratificar el sentimiento mutuo entre los seres humanos. Demuestra tus afectos hacia los demás y los demás te demostraran sus afectos hacia ti. Pastor aún guarda la moneda porque cuando le interesa saber ante quienes debe mostrarle afecto para que esta persona igual se muestre ante él la utiliza, de esta manera sabe cuál debe ser su comportamiento. En otras palabras el mensaje es el siguiente: Aun no tengamos una moneda como esa es bueno ser afectivo, solidario, consecuente, comprensivo hacia los demás y de por seguro tendrá una actuación acorde de esas personas hacia ti. Alguien lo dijo hace ya más de dos mil años: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, si seguimos este consejo o máxima, la situación del mundo sería otra. Si estamos identificados con estas expresiones que esperamos para ponerlas en prácticas?
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LA AYUDA DEL COMPADRE José Manuel y Freddy Antonio se conocieron en su primer día de trabajo, desde allí comenzó una sincera amistad, lo cual los llevó a compartir en diferentes actividades tanto laborales como personales, incluso eran compadres de doble unión, puesto ambos eran padrinos de sus respectivos hijos. Esta amistad era conocida por sus allegados. El día de la muerte de Freddy Antonio todos sus amigos entendían el pesar de Jose Manuel; sin embargo éste lo tomó como algo del acontecer humano, pero no por eso dejó de guardarle una lealtad a aquella amistad de tantos años, de tal manera, de forma asidua al pasar cerca del caserío donde habitaba Freddy Antonio con su familia, José Manuel se detenía a saludar a la viuda y a sus ahijados, siempre al llegar decía en voz alta: “Pase Compadre”, frase usualmente utilizada por Freddy Antonio quien conocía el ruido del motor del vehículo del compadre, por eso se adelantaba al saludo de rigor. En cierta oportunidad, ya tarde noche, Jose Manuel decide visitar a la familia de Freddy, él no se perdonaría el estar cerca de la casa sin pasar a saludarlos.
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Al llegar allí encuentra una pequeña reunión de vecinos conversando amigablemente, como ocurre aun en ciertos lugares de nuestros campos venezolanos, como siempre dijo en voz alta: “Pase Compadre”, los visitantes se extrañaron de oír la frase, sin embargo la viuda les aclaró el porqué de la misma, a lo que alguien de los presentes comentó: “Dígame si a este señor le sale el difunto para asustarlo”, él oyó el comentario y ripostó: “Si mi compadre me sale no será para asustarme sino para cuidarme”. La viuda le recuerda lo peligroso del camino, le aconseja lo retome antes anochezca. El compadre le hace caso, se despide para tomar rumbo a su casa; luego de algunos minutos de recorrido entrada la noche observa con preocupación la presencia de varios hombres al borde de la carretera con armas en sus manos quienes proceden a cerrarle el paso; le sobrecoge un mal presentimiento y sólo atinar a decir entre sus adentros: ¡Dios mío…..¡ Anima de mi compadre…ayúdame a salir de esto!. Él no sabe qué hacer, si retroceder a toda velocidad o detenerse como le indicaban los sujetos. De improvisto observa por el espejo retrovisor los cambios de luces de otro vehículo el cual le indica debía apartarse de la vía, dado la velocidad con la que se desplazaba corría el riesgo de ser chocado; José Manuel
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no le quedó más alternativa sino embestir a los facinerosos quienes se lanzan a ambos lados del camino. Esto le permitió salvarse de un posible robo y quién sabe si también de algo más grave. Después de ciertos minutos, pasado el susto por el percance Jose Manuel se da de cuenta el no haber visto pasar al carro que le hizo cambio de luces, tampoco el polvo al levantar por dicho vehículo, puesto la carretera no tiene asfalto, ni observó siquiera las luces traseras del mismo. Después de meditar un poco saca como conclusión lo siguiente: Este fue Freddy quien vino en mi auxilio, por eso en voz alta le dijo: ¡Gracias compadre…no podía esperar menos de usted! Tal vez muchos no crean esta historia pero el mundo está lleno de hechos incomprensibles donde no hay explicaciones. Lo cierto es lo siguiente: Al existir una amistad sincera, desinteresada, honesta, sin prejuicios, leal, ésta se sobrepone a la muerte, porque trasciende a ella y continuará en el más allá. De eso estoy completamente seguro, puesto Dios lo tiene como un precepto cristiano. “Un amigo ama en todo momento, en tiempos de angustia es como un hermano”. Proverbios 17-17.
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LA BUENA O MALA SUERTE DE UN CAMIONERO El camionero salió de madrugada, como todos días para dirigirse a la empresa donde prestaba los servicios de traslado de mercancía; sin embargo este día sería inolvidable para él porque a pesar de tener varios años realizando esta labor nunca le había sucedido algo parecido. Ese día salió muy temprano nuestro personaje, como antes señalábamos, hacia su sitio de trabajo. Como también acostumbraba se dirige hacia un kiosco de comida cerca de la entrada de la empresa donde desayunaba antes de comenzar el viaje. Sin darse cuenta se le acerca un sujeto quien de manera sutil le coloca un revolver por el costillar, le indica devolverse. Él, tratando de mantener la calma accede, regresa sudando frio, pidiéndole a Dios lo saque con bien de esta peligrosa situación; al llegar de nuevo al camión estaban dos personas quienes le ordenan suba al vehículo y lo coloque en marcha. Inmediatamente uno de los secuestradores comienza a tener contacto telefónico con alguien, tal vez el jefe de los secuestradores: “si ya tenemos el transporte, nos dirigimos al sitio”, señala el secuestra-
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dor a su interlocutor. Tímidamente el chofer se atreve a preguntar a donde se dirigen. Uno de ellos le indica la dirección de una empresa distribuidora de alimentos donde harán una parada. El chofer aterrado maneja tratando de mantener la calma para no despertar algo pudiese ser mal interpretado por los secuestradores, se dirige hacia la dirección indicada. Allí se estacionan, de nuevo se oye la conversación telefónica: “ya estamos en el sitio”. Muy bien contesta el interlocutor, tomen sus posiciones, procedan a la segunda parte. Esta consistía en llegar a la empresa señalada, tomar también secuestrados a los empleados luego pasar al camión de nuestro personaje la citada mercancía. De nuevo la conversación telefónica: “ya el camión de la mercancía debe estar por llegar, puesto son las 7 de la mañana. El secuestrador le pide al chofer secuestrado le dé el número de su teléfono para dárselo al jefe puesto se le acaba de descargar y será entonces el de él donde se comunicaran posteriormente. No pasaron muchos minutos cuando de improvisto llegó a la empresa un pelotón de guardias nacionales que también esperarían el arribo de la mercancía. Los secuestradores actuaron simu-
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lando ser clientes; de tal manera su plan había alterado, ya no era necesaria la continuación del secuestro del chofer. Así proceden a dirigirse de nuevo al camión, nuestro personaje comienza a volver a sudar porque no sabe la decisión a tomar por los secuestradores. Le indican regresar al sitio de origen mientras quien fungía como líder del grupo le señala: “Amigo hoy es tu día de suerte, no ha pasado nada, como tú no nos conoces ni tampoco nosotros a ti entonces te dejamos ir sin que te pase nada”. El chofer no quiso indagar nada más, solo asintió con la cabeza como diciéndole…está bien y gracias. Los secuestradores se bajan del camión, allí es donde el chofer pudo respirar con tranquilidad, agradeció a Dios por salir con bien de esta embarazosa situación. De repente recibe una llamada del personaje que se comunicaba con el secuestrador donde le preguntaba sobre los resultados de la acción, el chofer no encontraba que hacer o decirle, la única acción a ocurrírsele fue lanzar el celular hacia el borde de la carretera como una forma de no tener nada que ver con la situación acabada de vivir. Mientras en el viaje de regreso hacia su empresa de trabajo iba pensando, tratando dilucidar si ese día había tenido una mala o buena suerte.
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LA FIGURA DEL LOCAL La taberna como cada tarde se encontraba abarrotada de clientes, el humo de los cigarrillos, el murmullo de la gente ahogaba la canción que emitía la rockola, era el ambiente característico de este local al final de cada día y como de costumbre era la hora en que aparecía la figura de un hombre de mediana edad, sin saludar o expresar conducta alguna amigable, caminaba apresuradamente entre el gentío en busca de su sitio acostumbrado; un rincón lo más alejado de las demás mesas donde los parroquianos en señal de respeto le dejaban ese lugar sin ocupar porque sabían no fallaría su presencia como lo había hecho en los últimos dos años. La postura asumida al sentarse a la mesa correspondiente era imperturbable, casi se podría decir que esta figura formaba parte de la estantería del local, puesto apenas se le veía mover los labios al acercarse el cigarrillo a los labios para aspirarlo; su mente parecía estar volando e irse detrás del humo exhalado….nunca hablaba con alguien, se mostraba absorto o alejado de la realidad porque su mirada fija en la pared así lo delataba; sin embargo una de las de tantas tardes ingresó una empleada la cual al pasar de los días notaba extraña-
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da la conducta de este cliente, por lo que decidió ocuparse de él para llevarle el trago al levantar la mano para solicitar uno nuevo, este era el otro único gesto que hacía mientras estaba en el local. A la mesonera se le metió entre ceja y ceja, debía conocer el porqué de esta conducta extraña del parroquiano, de tal manera, cada vez al llevarle el trago lo saludaba o le hacía cualquier pregunta con la intención de entablar comunicación con nuestro personaje; llegó a tanto que decidió sentarse en la mesa, pedirle le obsequiara un trago; no se sabe si por haberla visto ya por cierto tiempo o si fue por educación él acepto su compañía; desde esa tarde la mujer se sentaba aunque fuese por breves minutos; conducta notada por los otros clientes que en voz baja comentaban esta nueva situación entre el hombre enigmático y la mesonera. Mientras el ambiente de la taberna seguía con su característica del bullicio que hacía casi incomprensible la conversación entre los clientes, la discusión en voz alta o el sonido de una botella al caer al piso era lo que acallaba por instantes aquel local atiborrado de clientes donde cada quien tenía su propia historia. Al transcurrir de los días se le veía al hombre con otra actitud; entraba, miraba a los clientes, una que otra vez saludaba con el gesto de levantar la cabeza le-
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vemente, ahora antes de sentarse en el sitio de siempre, su mirada la dirigía hacia la barra donde despachaba su nueva amiga, quien durante su breve compañía le preguntaba sobre su vida, tal fue la confianza, él comenzó a contarle aspecto íntimos; estuvo casado, feliz unión, sin hijos, pero por lo demás lo tenía todo: una buena casa, un buen empleo, una vida social bastante agitada, su círculo de amistades eran de la clase alta; sin embargo el amor de su esposa hacía él fue disminuyendo; para no llegar a pasar por una situación difícil prefirió el divorcio, aunque él nunca dejó de amarla; de eso habían transcurridos dos años; al sentirse sólo buscó entonces refugiarse en el alcohol para sobrellevar sus penas, penas que no se iban con el alcohol ni el cigarrillo; la mujer ahora conocía la vida del personaje y una nueva relación sentimental se estableció entre ellos; así transcurrieron varias semanas hasta un día dejó de asistir al trabajo la mesonera, ella también tenía su pasado, se requería de su presencia en un lugar lejano; de tal manera a partir de ese momento cada tarde, al igual que en los últimos dos años en la taberna llena de clientes, inundada de humo, con el murmullo de la gente que ahogaba la canción de la rockola, estaba la figura absorta, ida, perdida
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entre brumas del pasado, muda alejándose de la vida al igual se alejaba el humo del cigarrillo exhalado, de un hombre cuya figura parecía por siempre formar parte del local.
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LA HISTORIA DE DOS GATOS La vieja casa servía de refugio a una diversidad de animales, ratas, perros, insectos de todo tipo y de varias camadas de gatos; tal vez por la proliferación de ratas estas madres conseguían con facilidad el sustento para sus crías; sin embargo la llegada del invierno trajo consigo un peligro no previsto por ellas, me refiero a las condiciones de una débil infraestructura de la vieja casa la cual empeoraba al llegar la época de lluvia. Fue precisamente una noche de un torrencial invierno cuando se desarrolla esta historia que les narro: “Las nubes negras de esa tarde, acompañadas de un viento helado aceleraron la llegada de la noche, presagiaron la caída de un fuerte aguacero. Dos gatas amamantaban, una con una camada de cuatro gaticos, la otra con tres, ambas sólo se aseguraron que sus crías estuviesen una temperatura corporal lo suficientemente normal, así simplemente se acurrucaron alrededor de los pequeños, mientras éstos aprovechaban para amamantarse sin preocuparse del peligro al que prontamente estarían expuestos; puesto parte del techo donde se encontraban comenzó a dejar filtrar el agua, a los pocos minutos empezó a inundar todo a su alrededor. Las gatas ante ese acontecimiento mudaron a sus pequeños a zonas más altas y seguras
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pero la caída de una pared dejó incomunicado a dos gaticos, cada uno de las respectivas camadas. Al verse solos comenzaron a maullar llamando desesperadamente a sus madres; éstas también trataban de llegar hasta ellos pero la cantidad de escombros existentes no lo permitían. El agua seguía subiendo de nivel, los gaticos buscaban de forma inútil como reunirse con el otro grupo. El gato de mayor tamaño comenzó a trepar para alcanzar un mejor sitio mientras el más pequeño seguía sólo, maullando para llamar la atención de su madre quien ni siquiera podía oírlo. El invierno arreciaba, el agua prácticamente tiene rodeado al pequeño gatico; a todas estas el de mayor tamaño logró conseguir un lugar seguro. Las madres seguían ocupadas con el resto de sus crías, prácticamente abandonaron la búsqueda de los rezagados de tal manera éstos estaban a su propia suerte. El pequeño gatico ya con el agua sobre su indefenso cuerpo como instinto de sobrevivencia se animó a tratar de subir por entre los escombros buscando como el otro gatico alcanzar un mejor lugar; a duras penas inicia la lenta subida mientras el agua le cubre sus patas, amenaza con arrastrarlo hacia las cañerías. Su esfuerzo se vio recompensado al llegar a una repisa de la pared caída por el fuerte aguacero. Sin embargo a
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los pocos minutos el agua alcanza hasta la altura de la misma la cual comienza a bambolearse, es inminente que el pobre gatico correrá la misma suerte es decir será arrastrado por la corriente. Ante este peligro el gatico aumenta sus maullidos los cuales sólo son oídos por el gatico mayor que aún permanecía en el lugar observando detenidamente los acontecimientos. Mientras, el agua seguía subiendo, la repisa comienza a voltearse, la suerte del pequeño gatico parece estaba decidida, la muerte era inminente, esperando nada más un milagro el cual llegó cuando, no sabemos porque el gatico de mayor tamaño se abalanzó directamente al cuerpo del pequeño gato en peligro con tal fuerza que ambos cayeron a varios metros en una zona segura, en donde pasaron la noche, ambos juntos ayudándose a través del calor de sus cuerpecitos para soportar la fría noche nunca olvidada por el resto sus vidas. El amanecer trajo la luz, con ella la calma en el lugar ahora más destruido después del torrencial aguacero, con ambas camadas reunidas de nuevo pero dos gaticos unidos por la fatalidad, gracias al instinto de conservación de la especie y con una determinada acción de solidaridad animal pudieron seguir con vida, ahora con un vínculo fuerte entre ellos que los hermana por siempre aunque sus madres no se enteraran nunca de cómo nació este vínculo.
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LA NUEVA RELACION La pareja tenía más de diez años de casados pero había comenzado el desamor entre ellos, esa relación comenzó a sufrir un desgaste continuo; el cruce de palabras estaba limitado a lo circunstancial, de tal manera el esposo inicia una relación sentimental con otra mujer, que si parecía entenderlo al igual lo hacía su esposa al comienzo del matrimonio. De esa novia diremos era idéntica a la esposa, el mismo físico, la misma edad, como se dice coloquialmente: eran “dos gotas de agua”. Era tal la atracción que decidió llevarla a su casa. Esa noche durmió como nunca sabiendo a su novia bajo el mismo techo. En la mañana se levantó muy temprano, salió feliz al trabajo. De regreso se encontró con que la novia había decidido quedarse, no tenía intención de abandonar la casa. Inútil fueron los alegatos de él puesto en el fondo tampoco quería dejarla ir. Es más la novia no perdía oportunidad de complacerlo como ella sólo sabía hacerlo. La esposa se dio cuenta del cambio experimentado por el esposo, ahora siempre estaba de buen humor, se veía feliz; mientras la novia seguía en la casa todo estaba sobre rieles; de tal manera más nunca se preocupó por los desaires de su esposa. Él había conseguido la manera mantener el matrimonio y fue a través de la
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división ficticia de su esposa: La esposa actual y la mujer conocida en la juventud, de la cual se enamoró perdidamente; sólo esperaba que algún día ella pudiera convertirse de nuevo en esa mujer. Mientras vivía con su esposa convivía con la novia, la mujer del pasado, la que siempre amaría por toda su vida.
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LA PROCESIÓN DEL SANTO CUERPO Como es conocido por todos, uno de los iconos religiosos de nuestro pueblo es la procesión del Santo Cuerpo, la cual desde el año 1890 se desarrolla en Yaritagua. Este acontecimiento se debe a la iniciativa del Presbítero Antonio Luis Mendoza, cura párroco para la época, como lo señala el Prof. Otton Carvallo en un trabajo de su autoría; pero no voy a referirme a la historia en general porque existe mucho material referido al tema; por lo tanto quiero contarles lo que observo cada Viernes Santo: “Este día como gran parte del Pueblo Yaritagueño sentimos el deseo de cumplir con el sagrado deber de participar en una de las tradiciones religiosas más importantes que tenemos y gracias a Dios parece estarse arraigando en la conciencia de nuestra localidad, eso lo notamos porque cada año vemos con satisfacción como aumenta el número de personas en las dos procesiones, tanto de la mañana como la de la noche en su recorrido de la casa de los Carvallos hasta la Iglesia Santa Lucia y viceversa. En la mañana al llegar a la hermosa casa colonial, marco excelente para dicha actividad, me encuentro con infinidad de amigos, los cuales al igual sienten en forma muy honda este lega-
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do dejados por nuestros antepasados para seguir preservando hasta Dios nos lo permita. Así pues al entrar se siente el respeto de nuestro pueblo por la imagen, la cual como siempre está adornada con hermosas flores que le dan un parecido sin igual a cualquier velorio real; las personas allí presentes con sus mejores galas, podrán ser viejas pero pulcramente vestidas, sin distingos de clase social, edad, ideología política, etc., reflejan en sus rostros y comportamiento el respeto al momento que allí se escenifica. A las 11 am en punto sale la procesión en hombros y cabezas de los hombres, con mucho orgullo y devoción, la imagen representa la figura de Jesús fallecido. Lamentablemente las fuerzas merman, a veces da la impresión, pesan más sus años que la imagen pero gracias a Dios también vemos con satisfacción como se renueva el grupo de cargadores con sangre nueva por sentir ese llamado a mantener esta tradición. La procesión está acompañada de un nutrido grupo musical el cual interpreta a lo largo de las mismas composiciones musicales acordes con la conmemoración, dándole un toque de mayor solemnidad. Estos músicos también han sentido ese llamado a continuar ese legado asumido con mucha responsabilidad.
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Les reitero que la belleza de esta tradición está en permitirnos la convivencia de propios y extraños; se observan muchas personas no residentes en el municipio pero son seguidores del rito; lo importante es que todos sin excepción: hombres, mujeres, jóvenes, adultos, ancianos, pobres, ricos etc, por un día somos iguales, confundiéndonos en un solo sentimiento. Humildemente nos subordinamos a los preceptos y normas señaladas por el creador, entre otros, como son el amor, tolerancia, solidaridad, asistencia a nuestros semejantes como medio para alcanzar la vida y felicidad eterna en el otro mundo al que todos aspiramos. La procesión sigue su marcha por la carrera 7, hace una pequeña parada en la Bodega “El Pobre Negro” donde tradicionalmente, Mario Cordero ofrenda a los acompañantes de la procesión dulces, panes, agua para amortiguar un poco la sed y cansancio de todos. Otros grupos familiares también han acogido esta manifestación de solidaridad; se les agradece infinitamente, especialmente cuando se llega a la calle 19 donde la Señora Carmen Romero, a través de sus familiares ofrece un caudal de agua para refrescar nuevamente a los extenuados cargadores y público en general. Esta calle 19 ve pasar la lenta procrsión donde las casas de viejas es-
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tructuras parecen encorvarse en señal de saludo o respeto ante el féretro, el cual conocen desde tiempos antiguos. Al llegar a la plaza Bolívar se observa que la Iglesia siente su presencia, está preparada para recibir por varias horas con tristeza pero con mucha emoción el bello ataúd de cristal que representa la imagen de nuestro señor en los días de su muerte. Será entonces en horas de la noche cuando regrese hasta la casa de los “aromas” donde seguirá el rito mortuorio hasta el año próximo cuando, si Dios quiere, nos volvamos a encontrar y si no, no importa, porque a la larga lo importante es que siga la tradición porque estamos seguros que de cualquier manera estaremos pendientes de la procesión. Así terminamos este relato sobre mi apreciación de lo que sucede cada viernes santo en la procesión de la mañana del Santo Cuerpo. Para algunos no tiene sentido, critican el que se siga realizando este tipo de actividades donde supuestamente se “venera” un yeso, pero no entienden que ese pedazo de yeso representa el alma de un pueblo, su historia, idiosincrasia, el legado de sus antepasados, su sentido de pertenencia; es decir representa y cumple uno de los principales aspectos de la enseñanza de Jesús: El amor entre los seres humanos, porque solamente cuando ten-
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gamos plena identificación de lo que somos, lo que nos une y queremos, de respetar al prójimo, es que conseguiremos la gracia de Dios y una de estas vías es a través de las manifestaciones populares como la procesión del Santo Cuerpo. De tal manera gracias Familia Carvallo, gracias cargadores, aguadores, músicos y feligresía por permitir que este acto se haya convertido en un elemento cultural de nuestra querida Yaritagua, la cual nos identifica, nos une como sociedad con un gran sentido de pertenencia; elemento clave para aspirar a tener el futuro que nos merecemos, porque es a través de ella donde pondremos la piedra donde se afinca el desarrollo y progreso de toda comunidad.
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LA SECTA DE LA LUZ La joven María Angélica desde muy temprana edad tuvo una especial fascinación por el fenómeno Ovni, no perdía ninguno de los documentales filmados sobre este tema. De tal manera por su cuenta se convirtió en una estudiosa del mundo intergaláctico. Sus estudios de astronomía le ayudaron en sus propias investigaciones. Por años trató en vano de convertirse en una persona capaz de tener un encuentro cercano con seres de otros planetas o galaxias, de allí trató de contactar a personas que si lo habían hecho y conocer de sus experiencias. El día menos esperado se encontró con alguien que decía tener la posibilidad de ayudarla a realizar el anhelado sueño, puesto él se comunicaba con especímenes extraterrestre. Efectivamente lo había hecho en años atrás de tal manera sabía de la existencia de estos seres y la forma de comunicarse. Sin embargo en días posteriores María Angélica enferma y muere repentinamente. Meses después una periodista interesada también del tema inicia una investigación sobre el trabajo de María Angélica, resuelve dar a conocer todo lo hecho por ella durante su corta vida. Así, lo
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primero a hacer es buscar a sus padres para conocer de su vida durante la niñez; éstos nunca entendieron de las inquietudes de su hija sobre el referido tema; es más le dijeron que ella desde temprana edad se había separado de ellos, era poco el contacto existente. Si le dijeron el sitio de su tumba la cual estaba constituida por una especie de mausoleo destinado para la sepultura de la familia, le suministraron la llave de entrada a esta edificación por si ella estaba interesada en visitarla. “Por supuesto que iré”, acotó la periodista. En los próximos días preparó su viaje al referido lugar donde descansaban los restos de la joven, no obstante se hizo acompañar de un grupo de colegas también interesados en el tema. Mientras preparaba el viaje pudo acceder a las investigaciones realizadas por María Angélica, se encontró con la persona que le había ofrecido ponerla en contacto con seres extraterrestre, ésta le dijo: “si efectivamente le di todas las indicaciones posibles pero debido a su muerte casi repentina no pude saber si había hecho contacto o no con estos seres”. Llega el día planificado, entran a la cripta donde reposas los restos de María Angélica, lo primero a observar es la tapa de la tumba, la cual está un
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poco fuera de lugar, se deja ver cierta luz que se filtra entre los espacios. Un miembro del grupo más osado desliza la tapa, se dan cuenta que el féretro tiene unas características muy particulares es de un material nada conocido. Ante este detalle la periodista, asustada, decide dar por terminada la misión pero la intriga entre los acompañantes hacen se queden; proceden a continuar averiguando sobre la peculiar tumba y catafalco que los sorprende de manera peculiar. Corren de nuevo la tapa del catafalco, ven con sorpresa la cara de la joven se encuentra en estado perfecto de conservación con la boca entre abierta, de ella se ve un brillo en una de sus piezas dentales. La luz no contiene a los personajes, logran extraer dicha luz proveniente de un pequeño aparato insertado en el molar de la joven, lo examina ante la mirada atónita de los presente sin entender lo que allí estaba sucediendo. Revisaron la parte posterior del cuello de la joven donde al proceder a hacerlo se encuentran una cavidad donde están otros dispositivos que parecen ser los responsables de la conservación del cuerpo. Cuando, aun consternados por lo que sucedía oyen un fuerte ruido fuera del mausoleo, de imprevisto acceden a él varios hombres armados quienes por su vestimenta los delataban como
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miembros de un cuerpo de seguridad; éstos de manera violenta amenazan a los asistentes, por las acciones realizadas buscan terminar con todo lo existente, llámese féretro y presentes, quienes ante esta violenta actitud preguntan: ¿Quiénes son ustedes, que pretenden? La repuesta no se hizo esperar: “Somos miembros de una Institución del Estado, consideramos que la joven aquí enterrada era miembro de una organización extraterrestre con el objetivo de invadir nuestro planeta para ser colonizado por ellos; por lo tanto ustedes deben desaparecer, nadie debe seguir conociendo del trabajo realizado por la joven fallecida”. La confusión es enorme, los presentes aterrados sólo se resignan a lo más segura: la muerte inminente. Cuando los agentes se disponían a ejecutar a los presentes ven como del ataúd comienza a salir un pequeño animal, especie de araña la cual se va agigantando hasta alcanzar entre 30 y 50 centímetros, al igual surgen de las paredes de la cripta; estos seres saltan sobre la cara de cada uno de los oficiales quienes gritando desesperados mueren en pocos segundos con una particularidad, sus cuerpos desaparecen como por arte de magia. Aun sin reponerse de lo presenciado aparece en la pared del mausoleo una especie de trasmisión
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televisiva donde un ser se dirige a los presentes, les comunica lo siguiente: “Ustedes han sido testigo de algo que estamos seguro no entiendan; de modo es mejor no divulgar lo sucedido en este sitio. Solo queremos sepan: no somos invasores, no buscamos apoderarnos de este planeta, siempre hemos estado interesados en ayudar a quienes nos necesiten. Somos seres de una galaxia diferente a miles de años luz pero fuimos contactados por la joven la cual se encuentra en estado vegetativo. Ella volverá a la vida pero debe hacerlo bajo un nuevo nombre porque según sus normas está muerta y así debe continuar. Solo les decimos, seguimos estando prestos para ayudarlos, esa es la misión encomendada, sólo nos queda decirles, nos llamarnos “la secta de la luz”. Por último les comunicamos para que todo quede en secreto a ustedes se les borrará de su mente lo sucedido pero continuaran con sus respectivas vidas como si esto no hubiese sucedido. Estamos seguros aparecerán muchos otras persona interesadas en contactarnos, sólo esperamos, no sea tan traumática como la actual.
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PROLOGO DE AVES DE PAPEL SURCAN LOS CIELOS DE TODOS LOS TIEMPOS, Muy buenas tardes amigos presentes en esta hermoso acto donde se bautizará esta edición de un libro que habla sobre el papagayo, un juguete muy de los niños del mundo entero el cual con sus diferentes matices busca el mismo objetivo: hacer que los niños vuelen a través de este endeble artefacto, que como digo en el prólogo ha resistido y resistirá el paso del tiempo y de la aparición de nuevos juguetes porque mientras exista niños existirá esa posibilidad de “volar “que sólo el papagayo lo permite. Así que saludamos la presencia de la presidenta de ASOPEY, Asociación de Poetas y Escritores de Yaritagua, prof. Mariela Lugo, además de toda la directiva de esta institución, de sus miembros y a todas las personalidades y público en general que ha bien ha tenido la disponibilidad de acompañarnos en este acto. Personalmente me siento sumamente complacido haber sido escogido mi trabajo sobre el Papagayo como prólogo para esta bella edición y también me enorgullece formar parte de este importante grupo de poetas que presentaran y darán a conocer su trabajo el cual
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quedará por siempre como homenaje a este eterno juguete de todas las generaciones. Solo me queda decirles a todos los presentes que quieran participar de este mundo mágico de la literatura que se animen a escribir sus poemas, cuentos, crónicas, novelas que tienen ustedes en sus cabezas desde hace tiempo y luego verlas “volar” igual que un papagayo a través del cielo de la realidad y puedan desplazarse por el mundo de la imaginación, pero para eso deben integrarse a esta asociación y posiblemente tengan la suerte que he tenido de ver mi obra en un texto como el que estamos bautizando en la tarde de hoy. Muchas gracias y que comiencen las intervenciones. Gracias de nuevo por su presencia y disfrutemos ahora de los trabajos que cada participante realizó sobre el tema del papagayo. Muchas gracias.
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TOROS COLEADOS EN EL GREEN SPORT Entre las tradiciones más arraigadas de nuestro pueblo Yaritagua está el de los toros coleados, de ella hay mucha historia para contar sobre los sitios donde se desarrollaban las coleadoras, de los afamados coleadores en todas las épocas. Personalmente recuerdo sólo dos sitios donde asistía de la mano de mi padre Melquiades Agüero, gran aficionado y conocedor aunque no practicante del coleo; me refiero en primer lugar al área donde se encuentra el estadio de Futbol en el sector “El Guajiro”, en segundo lugar en donde por muchos años el mejor sitio porque se podía apreciar en toda su magnitud todo lo involucrado en el coleo, como es la demostración de destreza por parte de los jinetes y la compenetración del público con el espectáculo; todo esto lo ofrecía el área conocida como Green Sport, objeto de este comentario, el cual desarrollamos; de esta manera: Yaritagua tuvo por mucho tiempo el privilegio de ser tal vez el único pueblo de Venezuela donde la actividad del coleo se desarrollaba en un espacio abierto, especie de coso cuadrado, no en la acostumbrada manga de forma alargada; nosotros teníamos esa particularidad, atracción para los miles de visitantes los cuales años tras años se acercaban a presenciar este espectáculo, orgullo
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para los Yaritagueños; afortunadamente existen unas filmaciones donde se puede apreciar gran parte de lo señalado a través de este texto. El coso estaba cercado con guagua o bambú, material natural donde también el constructor debía tener gran destreza para elaborarla; evocamos con nostalgia al señor Ángel Varela como el sempiterno edificador de las cercas descritas. Las coleo de toros, se desarrollaba durante tres días, programados en el fin de semana próximo al 13 de Diciembre de cada año con motivo de la celebración del día de nuestra patrona la Virgen de Santa Lucía; de tal manera, durante estos tres días se escenificaban este espectáculo, esperado con muchas ansias por parte de los miles de aficionados; particularmente no veía llegar la fecha estipulada para irme muy temprano, apenas los cohetes anunciaban el primer aviso del inicio de estas festividades; igualmente en el último día me quedaba hasta ver encerrar el último toro porque sabía debía esperar 12 meses para poder verlas de nuevo. Pero volvamos a la fiesta: Los coleadores llegaban muy temprano para entrenar un poco a sus bestias, ya gran parte de la gente se encontraba en medio de la plaza, emocionados en la espera de tal ansiado acontecimiento; como olvidar la música interpretada, habitualmente por
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el grupo de Elías Rivero de Barquisimeto con los famosos pasodobles los cuales le daban una vistosidad muy particular a las tardes de toros de nuestro pueblo. Por fin llega la hora del inicio, el tercer aviso a través de los cohetes les dice a los coleadores deben acercarse a la puerta de salida mientras los gritos emocionados de los asistentes, con el característico: ¡Ahí viene Cacho ¡ silenciaban el ruido de los cohetes y del primer pasodoble que anima el tan esperado momento. La gente tiene colmada las talanqueras, no cabe nadie más en las mismas, en el cerro, tribuna natural igual; su ondular geográfico sólo se ve a través de la infinidad de personas que lo colman y por sus diversas vestimentas le dan también un colorido único para darle más belleza al espectáculo. El nerviosismo se observa en los coleadores, las bestias parecen contagiarse, relinchan, sienten la misma emoción, desean efectuar la primera coleada efectiva en este exigente coso. Sale el toro en veloz carrera llevándose el viento por delante desesperado en busca de salir de la plaza, la tierra tiembla ante el tropel de los caballos, los coleadores inútilmente tratan de agarrar la cola del animal pero al correr el cornudo en zigzag,
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con el ingrediente de los centenares de osados asistentes en el centro sólo los coleadores de gran destreza podían realizar coleadas; de tal manera fueron muchas las tardes donde eran pocas las coleadas efectivas. De esa época podemos recordar a coleadores afamados de todo el país presentes para enfrentar este difícil reto que representaba colear en la plaza de toros de Yaritagua; entre otros podemos señalar al consecuente Jesús María Piña quien año tras año compartía con nosotros estas festividades, le gustaba especialmente la característica de nuestra estructura para colear, además venía con cierta regularidad Rafael Marcial Garmendia, Cruz Mario Sígala, el Negro Avendaño entre otros; por la parte nuestra, quiero pedir disculpa por no poder nombrarlos a todos pero eran muchos y no quisiera pecar de olvidadizo, por consiguiente con los nombrados estaré incluyendo a los demás; como les decía por la parte nuestra empezamos con el eterno coleador de Yaritagua Pastor Sánchez, Francisco “ Catire” Varela, Vicencio Romero, Chui Ramon Gutierrez, Alexis Espinal etc. La asistencia era multitudinaria, sin temor a equivocarme la mayoría de la población de Yaritagua
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asistía a este evento; gente de todas las edades y/o de cualquier condición social se volcaban en estos días hacia el Green Sport para presenciar y disfrutar de este único evento capaz de reunir a tan gran número de personas. La fiesta continua, los coleadores hacen su mayor esfuerzo por realizar coleadas efectivas pero no importa la gente sigue disfrutando sin importarle los resultados del empeño, disposición de los coleadores porque con lo que sucedía en la plaza era suficiente, como por ejemplo ver las embestidas del toro sobre el numeroso público el cual estoicamente permanecía en el centro de la misma o de los atropellados por los caballos, de las trifulcas recurrentes, o a través de las ocurrencias de los borrachos que bailaban sin importarle si llevaban o no el ritmo de los compases de la música del momento, también cuando por algún espacio algo descubierto se salía un toro, aquello causaba conmoción en la gente; en alguna oportunidad la reja de salida de los toros permanecía abierta produciendo la presencia de varios animales en el coso, trayendo confusión entre los coleadores quienes no sabían cual animal perseguir mientras los aficionados corrían desesperadamente para refugiarse de la embestidas de los mismos.
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También existía los aficionados al toreo quienes con mucha valentía y coraje se plantaban ante el toro para tratarle de sacar algún pase como una “verónica” o “un el de pecho” para esperar ser recompensados por un sonoro aplauso o un “ole” de los asistentes, recordamos a Orlando Escobar, quien se ganó por siempre el apodo de “el torero” él era una “fija” en cada soleada tarde de toros; por ultimo al finalizar cada turno nos entreteníamos con la destreza del famoso “Pan de a Cobre” encargado de enlazar al animal para llevarlo a la jaula del ganado ya coleado, pero demostraba tal maestría que en muchas ocasiones era ovacionado por la multitud al reconocer sus dotes de enlazador; en sí la gente se entretenía sin importarle, como les decía, sin tener en cuenta los resultados de las coleadas en ese día. Esto era a grandes rasgos lo sucedido en cada tarde de toros coleados en el Green Spor, por lo cual tanta gente acudía a las mismas porque sabía iba a disfrutar un espectáculo único en nuestro país; por eso quienes la vivimos la recordamos con tristeza, lamentamos que las nuevas generaciones no pudiesen ver este bello espectáculo ni contar con este patrimonio el cual ha debido perdurar a través de todos los tiempos. Por eso nunca estaré de acuerdo, creo expresar el sentimiento de mu-
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chos yaritagueños al cambiar la realización de las actividades del coleo en el Green Sport, con las características ya descritas, por la de realizarla en una manga como se realiza hoy en día; es más les voy contar, porque fui testigo de excepción, cuando uno de los animadores del espectáculo como era el recordado Honorio Arteaga entrevista al más emblemático de nuestros coleadores Pastor Sánchez, le pide su opinión sobre la mudanza y realización de los toros coleados hacia la nueva manga; él respondió en forma airada, si se quiere molesta, palabras más o palabras menos:” No estoy de acuerdo con ese cambio y los Yaritagueños no debían permitir que esa costumbre o tradición de los toros coleados dejen de realizarse en el Green Sport, por esa estructura tan particular, porque es un icono de nuestro pueblo”; ironías del destino, al año siguiente muere Pastor Sánchez y le colocan su nombre a la manga, precisamente quien se había opuesto a cambiar el sitio de las coleadoras tradicionales en Yaritagua. Posteriormente en el período de gobierno del Alcalde Ángel “Morito” Rivero se retoma la tradición de realizar las coleaderas en las fiestas en honor a Santa Lucia en el Green Sport, de esta manera volvimos a disfrutar como en el pasado de la alegría, belleza, singularidad de este es-
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pectáculo disfrutado a plenitud por el pueblo de Yaritagua y sus alrededores. Es más creo que la Cámara Municipal de ese entonces decreta como patrimonio del Municipio la realización de esta actividad en el Green, interpretando a cabalidad su significado para la población de Yaritagua. No sé lo sucedido con dicha disposición; sin embargo una vez pasado el periodo de “Morito” termina la idea de continuar con este patrimonio yaritagueño y nunca más se ha vuelto a llevar a cabo. Por la importancia histórica, cultural de esta esta actividad del coleo, considero pertinente hacer una revisión de la misma, ver si es posible revivir esta tradición para realizar toros coleados durante las fiestas decembrinas en honor a nuestra patrona en el Green Sport o en cualquier otro sitio que tenga características parecidas, para que los Yaritagueños actuales y de generaciones futuras puedan seguir contando, defendiendo, disfrutando y manteniendo este icono cultural único en Venezuela. Tienen la palabra las actuales autoridades municipales, las próximas y sobre todo la sociedad organizada de nuestro glorioso pueblo de Yaritagua. “La grandeza de los pueblos está en la cohesión que tengan como miembros de una comunidad,
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para ello deben compartir sus creencias, conocer su historia y tener en alto grado su sentido de pertenencia; todo ello logrará; todo ello logrará la unión en busca de un mejor futuro”.
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UN AMOR SIN COMPENSACION El camión 350 venía haciendo su entrada por la calle principal del barrio, desde su interior se oía el perifoneado llamando a la gente a acercarse al mismo; a medida de la travesía pudo apreciarse lo del llamado: “Venga señora, señorita, amigo del barrio, niños busquen a sus madres díganles que se acerquen a buscar el mueble, la silla, la cocina, licuadora que necesita en la casa, venga y lléveselo gratis”. Nadie parecía creer lo que estaba oyendo, muchos imaginaron se trataba de un subterfugio para engañar a incautos; sin embargo continua la marcha del vehículo repitiendo la oferta trasmitida a través del parlante: “vengan, retiren su electrodoméstico, mesa o sillas que necesite de manera gratuita”. Fue tanta la insistencia que lentamente se acercaron varias personas convencidas se trataba tal vez de un candidato del gobierno de turno buscando votos para las próximas elecciones. Llegaron los más osados para averiguar hasta donde era cierto lo de la “gratuidad” de los objetos señalados. Al darse cuenta de la veracidad de la oferta no tardó mucho tiempo en aparecer como por arte de magia una gran cantidad de gente, la mercancía desaparece en pocos minutos.
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La gente entonces emplaza al chofer a explicar el porqué del regalo, además cuando repetirían una nueva jornada. El chofer sólo les pudo comunicar lo siguiente, fue contratado por un gerente de una empresa quien le encargó realizara una jornada diaria en barrios diferentes pero ese destino era indicado al momento de salir de la empresa. La curiosidad quedó latente en cada uno de los habitantes quienes no entendían la acción acabada de vivir. Como imagino ustedes lectores también están preguntando el porqué de lo narrado le diremos lo siguiente: Recientemente se supo de un gran empresario de la capital, un adinerado hombre de negocio, quien durante la etapa final de su vida cometió lo que para muchos fue su gran error, pero yo diría simplemente siguió la ruta señalada desde el principio de los tiempos: Un hombre busca a una mujer con quien compartir su vida con fidelidad, amor, respeto, tolerancia etc. Él quiso mantener esta disposición la cual traemos todos los hombres en nuestros genes, lamentablemente la novia escogida por nuestro personaje no estaba ganada para los mismos objetivos; su interés estaba centrado en lo material, es decir aceptó ser la esposa para aprovechar la bonanza económica de su pareja. La boda fue apoteósica, el esposo cercano a los
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70 años ese día mostraba una gran vitalidad, casi emparejaba con la energía demostrada por su esposa, quien apena cruzaba el umbral de los 30 años. La luna de miel se pautó en realizar un viaje alrededor del mundo con una duración de 6 meses, sin embargo al primer mes de recorrido las obligaciones mercantiles le hicieron desistir de la continuación del viaje. Esta decisión se la comunica a la esposa quien rechaza de plano esta pretensión: “Ni loca yo desisto de la travesía”, contestó ella, argumentando, “el viaje esta pagado, tal vez pueda ser la única oportunidad en mi vida de realizarlo”. Inútil fueron los alegatos del esposo para convencerla; de tal manera éste regresa al país mientras la esposa continua el periplo alrededor del mundo. Transcurridos los días los intercambios comunicacionales realizados inicialmente en forma diaria se fueron distanciando, pero debido a la globalización existente el mundo se ha “achicado” por lo que cualquier suceso ocurrido en cualquier región del mundo puede ser conocido en forma inmediata, gracias al avance tecnológico de los medios de comunicación, especialmente de las llamadas “redes sociales”. Es precisamente en donde comienzan a aparecer fotos, grabaciones que muestran el despliegue del viaje alrededor
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del mundo de la joven esposa, por ejemplo fotos en Cancún con un atrevido traje de baño; presenciando una corrida de toros en Madrid; bailando en una discoteca en New York en donde se observa siempre acompañada de hombres jóvenes. Esto es conocido por nuestro personaje quien de manera inmediata le exige el retorno al país; pero la repuesta es la misma: “Ni loca dejo el itinerario”, ante la negativa de la esposa le amenaza entonces con divorciarse de ella si en 15 días no retornaba al país. Transcurre el lapso, a duras penas puede de nuevo comunicarse con la esposa en Egipto cuando estaba de visita en las famosas pirámides; ella ante la insistencia del divorcio por parte del esposo le contesta: “No estoy interesada en el divorcio pero si tu insistes lo puedo aceptar siempre y cuando cumplas estas condiciones: el 50% de tus propiedades, además me conviertas en socia de tus empresas, por ultimo a través de un testamento ser la propietaria de todos tus bienes una vez se produzca tu fallecimiento. Esas son mis condiciones, así que procede con el divorcio cuando lo desees, no me llames hasta tener una repuesta afirmativa”. Esta proposición le dio a entender al empresario que no había realizado una buena elección en la mujer escogida para acompañarlo en el resto de su vida. Para completar su
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situación emocional comienza a padecer de una vieja dolencia coronaria, diagnosticada de extrema gravedad. Entendiendo no le quedaba mucho tiempo de vida aprovecha para poner al día su situación patrimonial, especialmente busca impedir a su esposa alguna participación en el capital adquirido durante sus largos años de trabajo. De tal manera el decide vender todos sus bienes muebles e inmuebles adquiridos antes de casarse, por lo que no necesitaba autorización alguna de su esposa para realizar dicha venta. Con el dinero obtenido tendría el monto financiero para darles una buena liquidación a sus empleados y obreros; de igual manera les aseguraría el futuro a sus tres hijos habidos en su primer matrimonio; también para los gastos de salud. El remanente disponible en los bancos sería donado a instituciones benéficas y la mercancía aun existente en los depósitos regalarla a las comunidades más pobres de la región. La entrega que se estaba haciendo era prueba fehaciente de que su esposa no siguió aquel precepto bíblico: “Casada, estad sujeta a vuestros maridos, como conviene en el señor”. Colosenses 3:18-19 Sobre la reacción y suerte corrida por la esposa es
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materia de otra historia, pues aún está de viaje y no se ha enterado de los últimos acontecimientos. De tal manera si algún día ustedes se encuentran con un camión amarillo 350 ofreciendo mercancía gratuita, no pregunten sólo acérquense y tal vez obtengan algún implemento electrodoméstico de forma gratuita, pero ya saben de donde provienen.
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UNA LOABLE PRETENSION Cada año los habitantes de las aldeas cercanas a una alta zona de la Mongolia asiática se reúnen a festejar la llegada de la primavera para augurar una buena cosecha de sus cultivos. En una ocasión, 5 años atrás había llegado una pareja de recién casados cuyas edades frisaba los 18 años, el joven Oh marich y su esposa Achikan para participar en los festejos donde los asistentes durante 3 días y dos noches bailaban, comían y bebían en una gran camaradería como ofrenda a su Dios y a la madre naturaleza. También en esa oportunidad se encontraba una niña de aproximadamente 10 años, Amorí, muy vivaz, atenta a todos los detalles de las festividades. Después de 5 años sin participar por problemas de salud de Achikan deciden los esposos asistir a la acostumbrada fiesta anual; lamentablemente la pareja no había podido procrear, razón por lo cual la participación era con un doble objetivo: pedir por un buen augurio en la siembra y solicitar a su Dios la posibilidad de tener descendencia, puesto era fundamental para los habitantes de la región contar con quienes pudiesen laborar en sus predios una vez envejezcan o falleciesen. En esta última festividad la adolecente Amorí
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contaba con 16 años, edad en que la mayoría de las jóvenes de las aldeas contraían matrimonio; tenía una belleza singular, de rostro exótico: ojos grises, piel canela, cabellera rubia que le daba un marco perfecto a esa especie de retrato que tal vez ni el mejor pintor del mundo hubiese podido imaginar; además con una forma de caminar de una elegancia en sus desplazamientos que demostraba seguridad y un fuerte carácter. Llegó la hora del baile, se iniciaba la primera noche de festejos; por azar Oh marich le toca de pareja a la impactante Omarí; para ella era su primera participación por lo que Oh marich ya estaría dentro de su historia personal. La esposa Achikan sólo observaba, sus quebrantos de salud le minaban su organismo presintiendo un grave desenlace. Mientras ellos alegremente danzaban una especie de escalofrío recorre todo su cuerpo; algo parecía decirle que Omarí tendría mucho que ver con ella en un futuro inmediato. Al día siguiente Achikan se levanta con un pensamiento inesperado e inimaginable hasta ese momento: Sintiendo una pronta muerte considera conseguir una sustituta como esposa para su amado marido; otra mujer con quien pudiese tener la deseada y necesaria descendencia. Para
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ello piensa en la carismática Amorí; de tal manera en el segundo día de la celebración se da a la tarea de indagar todo lo posible sobre la joven. Se entera entonces, es huérfana pero vive con su abuela quien labora como costurera en una de las aldeas cercana, actividad también desarrollada por Amorí. Será esta la excusa que necesita Achikan para iniciar una relación entre ella y su esposo; por eso pide a la joven le confeccione unas vestimentas al marido. Al llegar al sitio Oh marich se encontraba con el torso descubierto; a Omarí le impresiona el cuerpo musculoso del joven esposo, mientras éste busca afanosamente taparse, no sin antes manifestar cierto rubor por tal situación. Achikan le explica: Necesitamos ropa nueva para el próximo invierno por eso contraté a esta muchacha, me han dicho es excelente costurera. La toma de medidas fue también mágico para ambos; Amorí desplaza sus manos sobre el cuello, espalda y cintura de Oh marich sintiendo cierto placer al hacerlo; mientras para él, la mano suave, delicada de ella sobre su cuerpo le hizo recordar la sensación producida por su esposa cuando lo acaricia. Achikan con el sexto sentido de las mujeres pudo darse cuenta… ¡su plan iba bien encaminado! En la noche a la hora del baile Achikan por sus
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dolencias decide no acompañar a su esposo; hay también una segunda intención para no ir, pues de esta manera le daba más oportunidad a Oh marich y Amorí de estar juntos. Tal como lo planea durante la danza se produce un nuevo encuentro donde se demuestra existe algo entre ellos, cuando en pleno baile él la toma por la cadera, alzándola comienza a girar con ella en el aire; esto sorprende a propios y extraños porque no forma parte de la escenografía en el baile tradicional. Finaliza el festejo, cada quien se retira a sus respectivos lugares, pero por la mente de ellos quedó grabada esta escena particular; Amorí se sintió volando por los cielos de otros lugares cuando estaba en los brazos de Oh marich; mientras éste no supo que lo impulsó a tomarla e izarla con sus manos como si quisiera salir con la joven y llevarla a otro lugar. La mudez y absorto conque llega Oh marich a la casa fue percibida por Achikan como un triunfo en la consecución del plan elaborado. En el último día vuelve a entrevistarse Achikan con Amorí para explicarle lo que ella pretende: “Perdona te moleste de nuevo pero necesito hablar contigo de algo muy importante y delicado que me sucede, donde he visto en ti la persona capaz de ayudarme”, la joven le dice:”Digame que le suce-
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de, como puedo ayudarla”. Achikan le cuenta:” Presiento mi muerte en tiempo cercano, quisiera antes de morir poder conocer a quien podría sustituirme como esposa de Oh marich, te he estado observando, creo eres la persona más idónea para él, por lo tanto quisiera me prometieras una vez conozcas de mi fallecimiento busques a Omarich y le digas de esta proposición. Amorí no sale de su asombro ante tamaña pretensión, con un aplomo digno de una persona adulta le contesta: “De verdad me satisface ud. haya visto en mi la persona capaz de ocupar su espacio en la vida de su esposo, aunque le confieso es un hombre atractivo no sabemos sus sentimientos hacia mí; por otra parte no se sabe cuándo puede ocurrir su fallecimiento; también estoy presionada por mi abuela quien me recuerda constantemente el deseo de verme casada antes de morir; además existen en mi aldea algunos jóvenes interesados en mí; por lo tanto no me es posible pueda aceptar esa loable pretensión, sólo podemos dejar en manos del destino lo que pueda suceder en nuestras vidas. Achikan entendió perfectamente la posición de Amorí, no quiso entonces insistir de nuevo. Al despedirse de la joven dio una mirada a la cúspide de la montaña, presintiendo fuese la última vez en verla. Al comenzar el descenso de la coli-
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na unas lágrimas se deslizaban sobre sus mejillas a la vez comienza a caer una densa neblina que oscurece el cielo de la región al igual se oscurece el futuro de Achikan. Sin embargo ella confía en que la chispa de la atracción provocada entre Oh marich y Amorí sea lo suficientemente fuerte para encender el fuego de la pasión entre ambos. Será entonces cuando se materialice su loable pretensión.
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UNA MUJER FUERA DE SERIE Magdalena era una mujer espectacular en todos los sentidos; desde el punto de vista físico: alta, delgada, piel canela, ojos grandes de mirada profunda, parecían ver más allá de lo que cualquier otro humana observaba; lucía una larga cabellera, marco perfecto a su hermosura. Desde el punto de vista interno era de fuerte carácter, siempre se imponía en las diferencias con las demás personas; estaba en continuo movimiento, se ocupaba de realizar gestiones ante los organismos públicos, esto le permitió tener una amplia gama de amigos de relevante influencia gubernamental y social. Con una gran capacidad organizativa, emprendedora; era común verla promoviendo eventos benéficos, fiestas populares, asambleas de ciudadanos, en fin desarrollando cualquier actividad donde se requería de un líder para llevarla a cabo. Por esa belleza única externa e interna la hacía objeto de deseo de los hombres quienes se desvivían por halagarla tratando de llamar su atención y buscar entablar una relación amorosa con ella; pero pobre del hombre que alcanzaba ese logro porque los utilizaba sólo una vez, por esta peculiaridad se ganó el mote de la “Viuda Negra” en referencia a la araña que asesina al amante después de un apareamiento; esto era pa-
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recido a lo ocurrido al amante de turno, ellos se convertían en especie de guiñapos humanos, sus vidas se transformaban radicalmente hasta perder su dignidad en la desesperación por querer seguir teniéndola a su lado. Esto era de conocimiento público, notorio por eso la gente se lamentaba cuando estaban al tanto de la existencia de un nuevo pretendiente, sabían del calvario a sufrir por el “afortunado” de turno. Otra característica de Magdalena era su tenacidad a toda prueba, cuando se fijaba una meta o se proponía algo, no importaban los obstáculos regularmente lo alcanzaba, aun pareciese imposible la consecución del objetivo. En una oportunidad ya con cierta edad, aun soltera, nunca se casó ni tuvo descendencia, perdida algo de su belleza física pero aun con su avasallante personalidad, invirtió todo su dinero en iniciar una empresa de importación de vehículos; vendió todo sus bienes materiales, movió las palancas respectivas y se lanzó de lleno al campo comercial. Desgraciadamente el país comienza a sufrir una terrible depresión económica, nunca obtuvo las divisas necesarias para desarrollar este renglón económico. Comienzan los acreedores a presionarla, las deudas se hacen impagables, su
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patrimonio se esfuma, termina cerrando el establecimiento. Al día siguiente de realizado este acto ella se encuentra en la casa, donde desde muy temprano, con suma tranquilidad, está retocando con pintura puertas y ventanas como si nada hubiese ocurrido; llega la señora que la acompaña y tímidamente con voz delicada como queriendo no interrumpir el trabajo de Magdalena pero con una inmensa preocupación por lo grave de lo que está sucediendo le pregunta: “¿Magdalena y ahora qué hacemos?..Y ella de manera imperturbable le responde: “Simplemente prepara las maletas porque nos vamos la próxima semana a Perú a comenzar de nuevo”. “Persevera en lo que crees, cambia tu ruta de viaje cuando te convenzas de hacerlo y aunque no logres tu objetivo, lo que alcances sabrás se dio después de haber dado tu mejor esfuerzo”.
Se termió de imprimir en Noviembre de 2017 en el Sistema Nacional de Imprentas San Felipe estado Yaracuy República Bolivariana de Venezuela La edición consta de 300 ejemplares.
Colección Libro Hecho en Casa Serie Cuento y crónicas
Cuentos y crónicas de un yaritagueño Trae en estas páginas recopilaciones de cuentos y crónicas de sitios y personajes que son y fueron muy reconocidos, para así dar en conocimientos, hechos que llevan a todos a tranformarse en el tiempo de una manera muy agradable.
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Yaracuy
Hernán Rafael Agüero Fernández Nace en Yaritagua estado Yaracuy el día 7 de Abril del año 1952, en un populoso sector del pueblo llamado para ese entonces La Cachamenta. Licenciado en Educación. Mención Ciencia Sociales. Abogado de la República, Miembro activo de la Asociación de Poetas y Escritores Yaritagua ASOPEY. Casado con Nerys Calanche y padre de tres hijos, Poeta escritor de prosas poéticas y crónicas.
Ministerio del Poder Popular para la Cultura