La hora de los olvidados

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El Sistema de Imprentas Regionales es un proyecto impulsado por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura a través de la Fundación Editorial El perro y la rana, con el apoyo y la participación de la Red Nacional de Escritores de Venezuela. Tiene como objeto fundamental brindar una herramienta esencial en la construcción de las ideas: el libro. Este sistema se ramifica por todos los estados del país, donde funciona una pequeña imprenta que le da paso a la publicación de autores.

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La hora de los olvidados (Historias no publicadas de Yaraitagua) © Manuel Antonio Salcedo El libro hecho en casa. Serie historia © Para esta edición: Fundación Editorial El perro y la rana Sistema Editoriales Regionales Red Nacional de Escritores de Venezuela Depósito Legal: 978-980-14-4494-7 ISBN: DC2019000909 Plataforma del Libro y la Lectura: Jairo Brijaldo Diagramación Jesús A. Castillo O. .

Consejo Editorial: Asociación de Escritores de Yaritagua Consejo Editorial: Asociación de Escritores Mariela Lugo, Rosa Roa, Aurístela Herrera, Orlando Mendoza, Luisana Zavarse, Moraima Almeida, Belkis de Moyetones, José Ángel Canadell, Rosner Carballo Blanco, Diosa George, Jesús A. Castillo O.

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Muchos versados en la materia han escrito sobre la historia del Municipio Peña, pero es infalible la imposibilidad de envolver totalmente a los protagonistas, de la misma, por lo tanto, me he atrevido por vez primera dejar correr el lápiz para mostrar algunos acontecimientos que coadyuvarán en parte con el trabajo de los historiógrafos precursores. Esta curiosidad está encauzada en su mayor parte en casos del siglo anterior inminente, cuando el progreso no había visitado a nuestra Yaritagua. Por ende, este caserío en el intermedio de este centenario contaba con luz eléctrica muy deficiente, cuyo cableado se apoyaba en postes de madera; algunos dueños de pulperías colocaban en la parte exterior de sus negocios ganchos en las paredes para atar las riendas de caballos, yeguas, y borricos; y sus habitadores ingenuamente creían en mitos: los encamisonados, la llorona, el hombre león, entre otros casos. Por consiguiente, en el lenguaje de sus domiciliados era trillado oír las siguientes palabras y frases: alpargatas, aguamanil, tinaja, tinajero, letrina, escoba, brusca, azafate, fogón, adobe, carrizo, mosquitero, baúl, leontina, escaparate, almidón, azulillo, armador, tirantes, pipa, apelativo, don, agora, zaguán, permanente, perchero, poltrona, engrudo, taparo, alacena, pretil, ahumado, tísico, hemiplejía, guayoyo, ceguera, vahído, cute, nigua, ñudo, añual, nación, limpio, cerecere, petaca, pira, ñema, chocho, ponchera; planchas de hierro, lámpara de gasolina, agua de invierno, velas de cera, papel periódico, columnas de madera, plumas de escribir, haz de leña, etc. Para el caso, se tiene en cuenta a muchas personas cuando ejercían sus actividades manuales, y más de esto, de forma empírica (por cierto, impresionante) porque no se conocía mucho tecnicismo, y esto representaba una desventaja, ya que no contaban con la teoría, indispensable en cada jornada. Asimismo, otra explicación esencial de este colaborador, nuevo, es sumar otros escenarios y su gente, los cuales han pasado en silencio. Es necesario tomar en cuenta a cada generación, porque en palabras de atletismo, cada sucesión actúa como en una carrera de relevos, dicho de otra manera, cada una de ellas le corresponde entregar su testigo, no sin antes haber hecho historia de alguna forma.

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Otro interés en presentar estos textos, donde la mayoría de ellos están representado por grupos, es para darle resonancia a los postergados durante decenas de años, ya que el camino que llevamos se da la mano con un titular de un diario deportivo cuando un pitcher logra propinar un no hit no run, por ejemplo, resaltan únicamente al lanzador, pero no toman en consideración las asistencias (a veces, buenas atrapadas) logradas por los demás jugadores para completar la proeza. Para coronar, ofrezco disculpas a quienes lean esta presentación, porque con ella no pretendo componer mundo; ni ser más magallanero que Antonio Hernández, mucho menos ofender a nadie.

El Autor

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Agradecimientos Es un estilo frecuentemente cortado con el mismo patrón, promover esta obligación moral al Ser Supremo y Creador del Universo (Dios), quien a esta hora no había necesitado de mi presencia; a mi familia en general, incluyendo los yernos, que de una u otra manera me subvencionaron; a mis Facilitadores de la Fundación “Misión Sucre”, porque indirectamente me llevaron a esta grata sorpresa; a mis compañeros de estudio, quienes siempre me “ayerearon” en este recorrido; a la innumerable cantidad de personas que aportaron distintas revelaciones para esta respetuosa e interesante labor; a mi ahijado Edito Rogelio Aguirre Rodríguez, quien me animó inicialmente a realizar este compromiso literario, aparte, tuvo la capacidad de paciencia para auxiliarme en la tecnología (computador), de popa a proa, y finalmente, a mi centro de trabajo: el solar de mi morada, debajo de una mata de mango, acompañado a cada rato de una taza de café negro sin endulzante, el cual aparentemente me servía de inspiración. A la Editorial El perro y la rana en la persona del Lic Jesús Castillo por la publicación de esta obra. A ASOPEY, Asociación de Poetas y Escritores de Yaritagua por su disposición en hacer posible esta publicación. A Mercedes Edelmira Blanco en Alicante España por su dedicación literaria en dar la mano a los poetas y escritores de Yaritagua.

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La historia no oficial de Yaritagua, contada por Manuel Antonio Salcedo He pasado algún tiempo leyendo las historias y mirando las fotos del libro de Manuel Salcedo, historias no publicadas hasta ahora, las cuales no han pasado por los despachos oficiales ni por la oficina del Cronista, pues no han tenido tanta relevancia como para que eso sucediera. Con un lenguaje inusual Salcedo se adentra en el Yaritagua eterno, el de todos los tiempos. Aquí comparten espacio, momentos de valor histórico y personas cotidianas del siglo XIX con otras del siglo XX quienes a través de sus hechos nos cuentan a Yaritagua. No solamente las personas sino también profesiones, oficios y actividades lúdicas de los habitantes del “Valle de las Damas”, aparecen aquí reseñadas. Me he sentido orgullosa de encontrar los nombres de mis antepasados en estas páginas y de alguna manera ver su aporte a la formación de lo que hoy llamamos Yaritagua: mis tatarabuelos maternos Querubín Otero Riera y Benigna Escalona de Otero, mi bisabuelo paterno Julián Alvarado y muchos otros más cercanos en el tiempo y con quienes conviví. Me imagino que así como yo he sentido la inmensa alegría de encontrar a mis antepasados, muchos de los que lean el libro la sentirán, al ver a los suyos o a ellos mismos, mencionados, pues por aquí desfilan todos aquellos que de alguna manera se distinguieron o simplemente vivieron y realizaron alguna actividad, por pequeña que haya sido, que el Autor consideró digna de ser incluida en estas páginas. Es posible que existan algunas inexactitudes en la escritura de los nombres o en su ubicación en el tiempo y espacio, pero si muchas veces la historia académica no es exacta menos lo va a ser la crónica de tradición oral y eso

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tenemos que entenderlo y obviarlo, así como la cantidad de nuevas acepciones lingüísticas salidas de la creatividad del autor. Creo que después de leer La hora de los olvidados (Historia no publicada de Yaritagua) habría que elaborar un diccionario de “salcedismos”, para entender en su totalidad a este cronista de lo cotidiano. Es de reconocerle al autor el amor por su pueblo y el tiempo y dedicación empleados en la búsqueda de tan amplia y detallada información, así como las dificultades que habrá tenido que afrontar, pues la mayoría tiene que haberla obtenido de viva voz o de los protagonistas de las mismas o de allegados, testigos que vieron o escucharon lo sucedido, o saltando de archivo en archivo hasta lograr su propósito. Las fotos, unas por el tiempo transcurrido y otras porque nadie pensó que iban a ser usadas para un libro no están en óptimas condiciones, pero de lo que sí estoy segura es que cada capítulo los conducirá a un viaje por el tiempo y los espacios en donde han transcurrido las vidas de muchos, o casi todos los habitantes del pueblo. Mercedes E. Blanco. Elche, primavera 2019

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Génesis de “El Trocadero” En la primera mitad del siglo XX, Venezuela estuvo bajo la férrea dictadura de Juan Vicente Gómez durante 27 años. A pesar de que en 1930 su gobierno finalizó el pago de la deuda externa aún existían muchas deficiencias en carreteras, salud, educación, vivienda, radiotelefonía, radiotelegrafía y otros servicios públicos. Mientras tanto, en un lugar llamado Yaritagua, calificada por el alemán Nicolás Federmann “El Valle de las Damas”, en el siglo XVI, un grupo de hombres de la zona rural arribaban con arreos de burros y carros tirados por mulas, cargados de diferentes rubros: auyama, papelón, caraotas, marranos, maíz, gallinas, pavos, ñame, yuca, tomates, papas, leña, entre otras cosas, a un sitio donde habitualmente se encontraban con negociantes para comprar, vender, y trocar (cambiar) sus respectivos productos. A consecuencia de esta actividad, se origina el nombre de “El Trocadero”, entre otras versiones de este laborioso sector. Otra procedencia del nombre de esta comunidad se le atribuye desde el momento cuando se jugaba béisbol allí, ya que cuando un partido terminaba con muchos ponches por ambos bandos, los aficionados comentaban: -¡A buen estrocadero hubo hoy! Asimismo, se dice que el nombre del referido lugar se deriva a causa del paraje, no de las embarcaciones (atracadero), sino de los distintos animales cargados de artículos, cuyo paradero era este espacio para comerciar.

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Igualmente, en una de las visitas del supervisor de la Cervecería Zulia, le contó al mercader Hilario Mujica, que este lugar de tanto movimiento se semejaba mucho a El Trocadero que él había visto en otro país. Muy cerca de este movimiento comercial, funcionó una bomba de gasolina Shell, la cual fue administrada durante su permanencia por Rómulo Ceballos, Daniel Gainza, Pedro Luis Gámez, Tomás Macea y otros. El litro de combustible normal, especial y gasoil, tenían los precios de 7,10 y 5 céntimos por bolívar (unidad monetaria de plata) respectivamente. Entre los expendedores, del mismo contaban con Guillermo Pérez, y Emilio “Frente de Guerra” Pérez. Dentro del mismo espacio coexistieron, cauchera; gallera; cancha de bolas criollas; expendio de licores; hasta campo de béisbol. Por cierto, Aquilino Aponte era quien se encargaba de bajar, colocar parches y montar neumáticos de vehículos en general. Las riñas de estas aves con patas provistas efectuaban días Surtidor de gasolina en “El Trocadero” (1935).

de

espolones

se

generalmente

los

domingo,

donde

se

cruzaban diversas apuestas, y las decisiones

de

las

mismas

estaban bajo la responsabilidad del juez de valla, “Manito” Juan Calvete. En el juego del arrime y el boche, el canchero fue el ocurrente Justino “El Saltón” Rodríguez, aquí entre estos, se consideraban finos (diestros en el juego), Juan González, Pablo “Che” Silva, Eudes Samuel “El Galápago” Giménez, José Miguel “Tatito” Mulato, Pedro Granado, Gonzalo Pérez,

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Juan José “El Curundo” Colmenárez, Juan Parra, José “Billiken” Alvarado, Juan “Viejo Mon” Yústiz; mientras que, los “cachos” (inexpertos), los encabezaban, Cirilo “Manorilo” Esquea, Andrés Durán, Jesús “Nenerina” Rivas, Pablo Varela, Cruz Tovar y olvidados. En el expendio de licores, se estableció como encargado José de Jesús “Chito Melo” Aguirre, acompañado de Melesio Plaz, José Rafael “El Cucarachero” Iribarren y Juan de La Cruz Hernández, los asignados para la atención a los clientes. A la postre, el patrón era Don Hilario Mujica, quien contó con los ayudantes dependientes: Jesús “Michú” Varela, Carlos Pérez, José “Nito” Romero, Belén Narváez, José “Tico” Hernández,

y

Erasmo

“Regumeya”

Pérez,

donde

los

asiduos

consumidores de caña en este establecimiento fueron, Juan Gutiérrez, Juvenal Prieto (padre), Tulio Hernández, Dimas Macías, Luis “Palillo” Carta, Baudilio Romero, Melquiades Amaya, Benjamín Ordóñez, Pedro “El Cabezón” Sira, Emilio “La Vieja” Rodríguez, Eulalio Gómez, Miguel Parada y omitidos. En esta taberna se disfrutaba de música en un aparato de sonido (Rockola), la cual se activaba al introducir en su ranura una moneda de un bolívar; luego se presionaban dos teclas correspondientes a número y letra para oír cinco canciones previamente seleccionadas por el usuario. Estas melodías deleitaban a hombres y mujeres que visitaban este lugar a libar, bailar, y cuando estaban “prendidos” hacían el amor en las habitaciones destinadas para tal fin, por la módica suma de cinco bolívares.

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El mencionado terreno para jugar a la pelota, fue sede del conjunto “Bonanza”,

el

cual

estuvo

conformado, por Pedro Carmona, José

Elauterio

“Pejesapo”

Colmenárez, Julio Mendoza, Ciro Almeida, Rafael Varela, Lino Aponte, Giselo Aponte, Rafael Ángel “Pen” Hernández, Martín Oropeza,

los

morochos

José

Francisco y León Peralta, entre muchos.

Como

desempeñó

por

mánager un

se

José M. “El Diablo” Escalona, José González y Evelio Suárez

tiempo

importante, “El Maestro” Domingo Fuentes, cuya característica eran sus jugadas sorpresivas. Corrientemente, el citado equipo realizaba sus desafíos contra el “Márbel” de la misma localidad, así como también se enfrentaba al “Ley” de Sabana de Parra. El “Márbel” estaba integrado, entre bastantes, por los hermanos Antonio y Pedro Durán, Pastor Santana, Francisco Véliz, José Torres, Abrahán Mendoza, Pastor Querales, Pablo Petit, Pablo Suárez, Pastor “La Chayota” Fiallo, Juan Torres, Arnoldo Marín, Juan Fonseca, Teodosio Tona, José Uranga, José M. “El Diablo” Escalona, Evelio Suárez, y como director-jugador se mantuvo por largo rato, el polémico Antonio “La Copa” Gómez. Los jugadores del conjunto “Ley” de Sabana de Parra, Roseliano Marín, Marcelo “Quililán” Lozada, Rafael Tinoco, Clodualdo Espinoza, Eustoquio Escalona, Emiliano Heredia, Servelión Rivas, Valentín Ramírez, Jacinto Oropeza, Ramón Prieto, Claudio “Cayito” Araujo,

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Gregorio “Tuche e´ Café” Torres, Félix Torres, Silverio Suárez, y excluidos. Timonel, el conocidísimo Luis Díaz. Alrededor de la referida área había pocas viviendas, pero con solares extensos. En uno de ellos, Don Félix Rojas, criaba ganado para mercar con estas bestias y su leche. Por otro lado, el potrero de Don Antonio Villa, servía de pastadero y descanso de asnos, caballos y mulas, luego de un largo viaje con cargas en sus espinazos, y cercano, el ciudadano Esteban Figueredo, vigilaba media docena de caballos en un corral, donde ahorita mismo está el edificio de la escuela “Laureano Villanueva”. Al mismo tiempo en una casa muy cercana a la estación de servicio aludida con anterioridad, impartían enseñanza primaria las maestras: Elena Riera, Élide Sequera y Carmen Salcedo. Los vecinos para aquel momento, Elbia Bartolomé Carrascosa, Ramón Riera, Rosa Tovar, Pedro Carmona, Omaira Yústiz, Isabel Lozada, José Aguilar, Guillermo Pérez, Margarita Cardozo, Pastor Ledezma, Pedro Tovar, Pedro Arrieche, Juana Azuaje, Jesús “Chucho” Medina, Ramona López, Luis Paradas, Nicolás “El Gavilán” Chirinos, José “El Cafetero” González, Teresa Gutiérrez, Narciso Salazar, Marcos Guédez, Manuel Mendoza, Teresa Silva, Antonia Paradas, Andrés Camacaro (padre), Jesús M. Aguirre, Juan “Lechuga” Rodríguez, Ramón Padrón, Tiburcio Sánchez, los hermanos Juan y Francisco Castillo, Lino “Pata e’ Lapa” Andazora, Dilia de Quevedo, Antonio Gómez Luis, Fernando Moreno, Hipólita Rodríguez, Jesús “Chuíta” Rodríguez, Luis Gutiérrez, José Gutiérrez, los hermanos Bernardo y Victoriano Catarí y silenciados. Algunos dueños de pulperías a su alrededor, José Rafael Mujica, Saturno Gutiérrez, Ventura Sánchez, Trino Gutiérrez, José “Che” María Gutiérrez, Pedro Rodríguez, Eloy Salazar, Daniel Arrevillales, Jonás “El Chato” Linárez, Juan Alberto Mendoza, Teodosio Silva y Silvio Hernández.

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Autovía por todo el centro El caserío de la Virgen Patrona Santa Lucía, aún con pocos habitantes en los años 40, se daba el lujo de verse atravesada por la carretera Trasandina, pese a tener tramos de tierra y otros de granzón. Por ejemplo, los vehículos que venían del este, pasaban por la calle Bolívar, (carrera 7 actual), hasta llegar al puente Bolívar y proseguir hasta Barquisimeto, por la carretera vieja (ahora), pero todavía en pleno servicio. En sentido contrario, el viajero procedente del oeste, al pasar por el mencionado puente, inmediatamente cruzaba la calle 22 hacia la izquierda para tomar la carrera 8 y dirigirse hasta la calle 7, donde viraba de nuevo,

pero

a

la

derecha para retomar la vía esencial en la Carmen Guevara, mejor conocida como “Doña Bárbara”, corredora y mecánico de autos. Barquisimeto, 1950

esquina

de

“La

Flecha” y seguir la ruta hacia el centro de

la República. Sorteando estas dificultades, propios y extraños tuvieron la distinción de ver pasar muy cerca a la primera mujer venezolana participante en una carrera automovilística: Carmen “Doña Bárbara” Guevara, por cierto, un deporte difícil y arriesgado.

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No volverán, no volverán Increíblemente, en pleno siglo veintiuno, continúan circulando con

cargas

de

arena

y

escombros algunos camiones de

volteo

(Repotenciados)

Ford, modelos 1951, 1952, 1954; Chevrolet, 1954 (2); Dodge, 1956.

Camión volteo Dodge 1956, de Florindo Sequera

A propósito, estos automóviles cuando fueron último modelo, ya había pasado la época de la manivela (palanca), la cual era utilizada por sus precedentes para sus encendidos, ya que los mismos carecían de arranques y sincrónicos.

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Cuerpo de policía severa En el punto medio del siglo XX, los agentes encargados del orden público se dividían en policías de puntos, escolares y recorridas. Los primeros eran destacados estratégicamente en alguna esquina; los segundos, cuidaban por el cumplimiento de ir los estudiantes a clases; y los terceros, transitaban a pie o en bicicleta a ver si encontraban alguna novedad. Entre ellos, se contaban, Guillermo Torres, los hermanos Gustavo y José del Carmen Coronado, Cruz “Crucito” Romero, Antonio Pérez, José Valentín Cauro, Ponciano Sánchez, Francisco Colmenárez,

Milán

Rivas,

Pastor

Azuaje, Nicomedes Chirinos, Juan “El

Cruz "Crucito" Romero, gendarme en esta coyuntura

Zamuro”

Gutiérrez,

“Anteojitos”

Yépez,

(padre),

Ramón

Sulpicio Cruz

Marín

Padrón,

Víctor

Gutiérrez, Ramón Escobar, Antonio Palacios, Vicente Castillo, Ramón Gutiérrez, y Jorge Chirinos.

Echando “Pinta”

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A los individuos ostentosos y lucidos en la manera de vestir, aunado a su permanencia en las esquinas para piropear a las muchachas, se les llamó “pachucos”. En este poblado los de moda fueron, Pablo Escalona, José Leal, Virgilio Grimán, José “Papín” González, Luis “Luiche” Varela, Ricardo “Poky” González

Pedro “Cabezón” Sira, Francisco Alvarado (hijo), Eloy Polanco (padre), José Ramón Peña, Valois González, Carlos “Don Chiche” Tovar, Holbeyn Espinal, Pastor Ledezma, Ricardo “Poky” González, José Manuel

“Pimienta Criolla” Rojas, Eulalio Gómez, Giselo Aponte, Pedro Gerardo “El Repollo” Quintana, Carlos Alejos, etc.

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Pendencieros de la centena veinte Desde que el mundo es tal, han existido las camorras, pero anteriormente las personas se enfrentaban casi siempre a puñetazos; con armas blancas: cuchillo, machete, navaja (pico e’ loro), y otras veces a garrotazo limpio. Entre los decididos de estas habituales reyertas para ese período estaban, Antonio López, Lino “Pata e’ Lapa” Andazora, José “Canuto” Rodríguez, “El Pelú” Germán Rodríguez, Amalio “Negro Cabra” Alvarado, Pastor Caro, Rosario “el Gato” Aranguren, Daniel Ochoa “el Joso”, Francisco González, Giselo Aponte, Ricardo Gainza (padre), José La Paz Seijas, Ramón

Donato, Ventura Sánchez,

Gonzalo Fréitez, Rigoberto Rodríguez, José Graciano Ordóñez, Rafael “Rabo e’ Chivo” Suárez, Félix Figueredo, Juan Hernández, Hilarión Bastidas, José Ernesto Guevara, Pedro Salcedo, Casiano Gavidia, Antonio Durán, José “El Zamuro” Vargas, Marcos Araujo, “El Pelú” Germán Rodríguez

“El Pelú” Silvino Ordóñez, Julián López, Esteban Crespo, Antonio “El

Loco” Zambrano, Félix “El Cabo” Yépez, Rubén “El Guerrillero” Romero, José Francisco “Ico” Alejos, Marcelino “El Radio” Mendoza, Juan José “El Curundo” Colmenárez, Juan González, Claudio “El Doctor” Araujo, Rafael Ramos, Bartolo “Tole” Gavidia, los hermanos Pablo G. “Beto”, Enrique y Oswaldo Granadillo, Argenis Mendoza, Heriberto Molina, Julio “Julito” Rojas.

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Gente pintoresca En toda sociedad se notan almas vivientes con distintas maneras de proceder en sus vidas, y por ende, se harán reconocer siempre por su forma de actuar en cada distancia, en este caso, nos topamos con Daniel “El Chorreao” Vásquez, “La Loca” Aurora Hernández, Tovar,

“La

Pedro

Tonta”

Dominga

“Perucho”

Ballester,

Pastor “Agua" Singer

Pedro Carrasco, Luis Aguilar, Andrés “El Loco Chito” Barradas, Andrés “Cagüita”

Cordero,

Enrique

“El

Chiclán” León, Eusebia Ballester, Dionisio

“El

Silbón”

Parra,

“Maestro” Sótero Peraza, Andrés “Chihuahua” Escobar, Néstor José “Chito” Peña, Candelario Alvarado, José Andrés "Chihuahua" Escobar

“El

Primo”

“Manicomio” “Agua”

Sínger,

Piña,

Ramírez, Venancio

José Pastor “El

Pataruco” Gil, Regino “Pelota e’ Manteca” Silva.

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Más adelante, Elauterio “Zaperoco” González, Ramón “Guararé” Ceballos, Andrés “El Loco” Vielma, Ligia “La Rasquiña” Siónchez, Rafael Antonio Pino, Emilio “El Múcuro” González, Pedro “El Ñemeo” Gutiérrez, Antonio “El Picure” Pérez, Isidoro “Tren Diario” Peña, Eugenio “El Cochón” Barco, Rosendo “Tuntuneao” Azuaje,

Marcelo Rojas

Ángel “El Joso” Sequera, Críspulo “Kolagé” Gutiérrez, Roberto Torrealba, Óscar “El Chicharronero” Montesdeoca, Agustín “Berrenchín” Vizcaya, Marcelo Rojas, José R. “El Chuco” Azuaje, Ángel Custodio “Barriga e’ Palo” Pineda, Daniel “Satanás”

Montilla,

Oswaldo

“Tararera”

Alvarado,

Humberto

“Condorito” Mendoza, José Isabel “Sarataco” Tovar, José Rafael “El Cucarachero” Iribarren, y otros.

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Personajes populares Sin duda, durante las distintas pertinencias en la historia de la naturaleza humana, siempre han existido machos y hembras donde su vistosidad y graciosidad son sus principales peculiaridades, en otras palabras, con apariencias llamativas y divertidas. Entre importantes, encontramos a Domingo Carmo, Castorilo Sosa, Otilio Álvarez, Pastora Meza, Dolores Vizcaya, José Regino Rodríguez, “El Mocho” Pablo Palma, José Gerardo Zabaleta, Ramón “Nea” Tovar“, Luis “El Chondy” Castillo, Marcelino “El Radio”

Mendoza,

José

Ramón

“El

Apagón” García, José La Rosa Véliz Flores, Félix Barragán, José Andrés “El Cigarrillo” Crespo, Claudio “Cara e’ Guapo” Figueroa, “El Loco” Bartolo Rodríguez, Ángel “La Bala” Sánchez,

José Ramón "El Apagón" García

Jesús “Pisaflores” Hernández, Carlos “Carlucho” Torres. Más lejos en el tiempo, Marcelino “El Pequeño” Giménez, Carmelo Terraza, Jesús “Tengueñengue” Rojas, Jesús “Pinocho” Espinoza, José “Plopló” Paradas, “El Loco” Carlos Silva, Justino “El Saltón” Rodríguez, José Concepción “Concha e’ Piojo” Rodríguez, “El Hermano” Juan Antonio Sivira, Édgar Gregorio “El Tercio” Colmenárez, Germán Honorio Arteaga, Humberto “Torrerón” González Valdés. Manuel “El Guarencho” Brito, Ricardo Gainza Claudeville, Pilar Antonio Agüero, Erasmo “Regumeya” Pérez, Francisco “Chico” Castro, José Tarcisio “Pan de Horno” González.

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Comerciantes honestos Es cierto que en el pasado, cada quien defendía su capital invertido, pero con un margen de ganancia razonable, no como ahora, cuando algunos de los nuevos dueños de otros modernos negocios “le sacan los ojos” a todo cliente que efectúe cada compra. De aquel entonces, se recuerdan unos cuantos

de los sensatos

vendedores , Obdulio Quintana, Pedro Granadillo, Juana Cardozo, Emilio Pérez, Andrés Giménez, Manuel Rodríguez, Daniel Meza, Melquiades Agüero, Pedro Granado, Nicasio Granado, Patricio Parra, Froilán Saavedra, Juan Crespo, Alejandro Cortez, Manuel Mendoza, Justo Garfides, Pedro Luis Giménez, Elías Perdigón, Pablo Espinal, Fernando Figueredo, Julio Rojas, Jesús Rodríguez, Carmelo “El Chigüire” Clemente Aguirre

Boquett, Tirso Serradas, Pedro Nolasco Escobar, Teodoro Mogollón, Ramón Edecio Salcedo, Arsenio Sivira, Nicolás Oviedo,

Carlos Rivero, Jesús María Alvarado (padre), Jesús María Alvarado (hijo), Oswaldo Castel, José Puertas, Macario Rojas, Candelario Páez, Virgilio Granado, María Modesta Rojas, José Angulo, Venancio Colmenárez, Pablo Rivero (padre), José E. Varela, Marcial Trejo, “El Abuelo” Antonio Pareja, Agustín Gómez Serrao, Francesco “Chicho” Pantó, Juan Aponte, Orazio Guzzetta, José Cordero “El Pobre Negro”, Arminda de Uranga, Dalmasio Legón, Alberto Curiel, Clemente Heredia, Guillermo Silva, Rafael “El Niño” Brito, Manuel Mucharrafía, Francisco Melo, José

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Cibrián, Augusto Méndez, Miguel Silva, Doménico “Menicuche” Pascuzzo.

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Igualmente, Moisés Zambrano, Antonio Zambrano, José Manuel Agüero, Nacib Yordi, Camilo Chebly, Antonio Stephan, Sebastián Graterol, Wilermo Alvarado, Pedro Julián Oviedo, Napoleón Alvarado, Pedro Alvarado, Pedro Toribio Azuaje, Pedro George, José Ramón Loyo, los hermanos Antonio, Gregorio, y Fermín

Azuaje, Don Víctor Orozco,

Rosilio Pérez, Pilar Cortez Salcedo, Francisco Arrevillaga, Daniel Arrevillales, Eloy Salazar, Eutimio Silva, los hermanos Juan y José Rafael Mujica, Andrés Durán, Juan Montilla, José Clemente Hernández, Juan Lara (padre), Clemente Polanco, Francisco Quiñónez, Estelio Gómez, Cecilio Ledezma, Tirso Serradas, Germán Pérez, Jesús Narváez, José Inocencio Rodríguez, Juan José Aguirre, Quintiliano Páez, Domingo Gómez, José C. Gómez, Héctor Mujica, Pedro “El Perulero” Alvarado, Argimiro Suárez, Pablo López, Juan Salcedo, “El Musiú” José Gatrif, Salomón Naime, Baggib Naime, Césare Buoni, José Ramón Rojas, Cesáreo Sínger, Afif Nicolás Nayar (padre), José L. Quintero, Delio Ferrara, Carlos Boquett, Saturno Gutiérrez, Ventura Sánchez, Antonio Brizuela, Trino Gutiérrez, José “Che” María Gutiérrez, Pedro Rodríguez, Juan A. Mendoza, Teodosio Silva, Silvio Hernández, José E, Guevara, Ceferino Matheus, Francisco Machado, Rafael Medina, Juan George, Bernardino Arráez, Hilario Parra, Francisco Ramos., José “Chavalo” Alvarado, Hilario Mujica, Bartolo Arias, José M. Catarí, Félix Mulato, Manuel Crispín Pérez, Rafael R. Rojas, Jesús “Chucho” Medina, Carmelo Tovar, Zoila Cabezas de Melo, Luz Marina Arias, Ezequiel Oropeza, Jesús “El Carcachero” Durán, Raimundo Salazar, Clemente Aguirre, María

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Columba Inojosa, Jonás “El Chato” Linárez, Gregorio “Goyo” Mendoza, Yamil Naime, José Ramírez, Néstor “Clavito

de

Olor”

Arias,

Don

Enrique Iribarren, Alejandro Torres, Herminio Amaya, Ramón Álvarez, Francisco Ramírez, Carlos Alberto da Gama, José Ramírez, Jesús María Rodríguez, Ivo Ramón García, Luis Terán,

Clarencio

Pérez,

Raimundo Salazar

Tomás

Lucena, Pablo Alvarado, Martín Romero, Teodoro Viur, José R. Cordero, Eladio Goyo, Martín Silva, Rafael Barahona, Gregorio ”Goyo” Martínez, Juan Manuel Escalona, Ramón Yordi, Abigaíl Ramos, Pablo Díaz, Anís Massud, Julián Moyetones, José Chebly, Efraín Abuyaudi, Antonio Abuyaudi, José Ramón Marín, Pedro Marín, Daniel Brito, Cesáreo Azuaje, José A. Palacios, Chebel “Chiby” Chebly, Silvestre Colmenárez, Damián Salcedo, Nazario Rodríguez, Lino Narváez, Juan Mendoza, Juan Devíez, Francisco Gavidia,, Narciso Salazar, José Ramón Orozco, Jesús Daniel Urbano, Juan de La Cruz Hernández, Virgilio Grimán, José R. “El Pollo” Valenzuela, José María Peraza, Nicolás Argüello, los hermanos Juan y Francisco Domínguez, Mauricio Lucena, Carlos H. Alvarado, José Mercedes Montilla, Román Lovera, Eugenio Peña, Evaristo Oviedo, entre incontables.

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Algunos prefieren la vieja Poco más o menos, en la primera mitad del siglo XX, la travesía principal hacia el estado Lara, era polvorienta y rodeada de maleza, amén de tener que pasar un puente

(Tononó)

de

tablas,

verdaderamente, muy resistentes, ya que Ricardo "El Patón" Rivero

por mucho tiempo soportó el peso de distintos tipos de transportes. Mientras

tanto, predominaban los camiones de casilla (carga y pasajeros), y la tarifa estaba en Bs. 1,50 para ir desde este poblacho

hasta

Barquisimeto.

Más

adelante, los pioneros de la “Línea Carabalí”,

entre

ellos,

Ricardo

Mastriángelo, Nicolás Atacho, Miguel Álvarez,

Gilberto

Sosa,

Ricardo

“El

Patón” Rivero, Bartolo Hernández y José

Alberto Coroba

Tomás Mendoza, inauguran su trabajo con el transporte público. Luego, este servicio fue registrado con el nombre de “Línea Santa Lucía” en el año 1967, hasta el sol de hoy, porque sigue desempeñando su función. De la misma manera, laboraron los conductores de la “Línea Unión”, Ciro Almeida, José Rumbos, Alberto Coroba, Simón Goyo, Ramón Riera, José Aguilar, Francisco “Picaquila” Ruiz, Néstor Alvarado, Avelino “El Cucaracho” Meza, Concepción “Concha e’ Piojo” Rodríguez,

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Gregorio Ilarraza, Teodoro Vásquez, Melquiades Varela, Teófilo Garay, Alirio “El Cómico” Almeida, y otros.

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Mucho empeño en jugar béisbol Desde siempre, ha sido una constante que una mayor cantidad de personas sea la de menos recursos económicos en cada ciudadanía, en cambio, una minoría relativa disfruta de mejores condiciones de vida, por tanto, estos últimos, poseían guantes, pelotas y bates originales a la hora de practicar el deporte de las cuatro esquinas. En vista de todo esto, una porción de los primeros contados trataron de compensar en parte la falta de recursos para adquirir Eustorgio "Kingue" Carmona

estos implementos

cuando decidieron obtener sus propias mascotas

(no

precisamente

animales

domésticos), sino las de atrapar la pelota; conformadas de lona, cosida con guaral delgado y aguja; los maderos eran labrados de los árboles: agua de maíz, cartán, pino, cedro, caujaro, entre otras plantas leñosas;

José "El Patón" Parada

las esféricas las rehacían cubriendo el mingo con cordón y las forraban con cinta adhesiva. Entre algunos ingeniosos para todas estas labores, participaban, Juan Hernández, Pedro Puertas, José Anselmo García, José Manuel “El

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Diablo” Escalona, Pedro Carmona, Julio Mendoza, David Álvarez, José “El Patón” Paradas, Pastor “El Barbaco” Hernández, Rubén “El Pollo” García, José Abel Vásquez, Gregorio Vásquez, Nerio Álvarez, Juan Ugarte, Eustorgio “Kingue” Carmona y Luis Peroza.

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Desapareció la ñapa de los anaqueles En fases remotas, con el fin de captar más clientes, en algunas pulperías, inventaron un incentivo de acuerdo a la capacidad de compra del cliente, por

tanto,

en

algunos

negocios

destinaban

receptores

donde

progresivamente echaban granos (café, caraota, maíz) por cada compra realizada. Estos

envases:

busaca,

taturo,

marusa, frasco, estaban identificados en forma individual por persona, y visible en cada estantería de los negocios, donde cada gránulo tenía un valor diferente y cada cierto tiempo

según

las

normas

establecidas, lo acumulado podía ser Semejanza de un pote para granos acumulado

canjeado por víveres o dinero.

A mediados del siglo XX, aproximadamente, este reintegro provocó que en los hogares no hubiese problemas para enviar de compra a alguien a estos despachos, ya que los jovenzuelos se ofrecían voluntariamente para servir de mandaderos, claro, el interés era para ir a los bodegones donde sus jefes daban propina (ñapa).

34


Precios maduros que no volverán a verdes Según evidencia personal; información a través de cine, televisión, radio, prensa, volante, entre otros medios, siempre el delito y la avaricia han ido en cadena, sobre todo cuando se trata específicamente de las grandes compañías

encargadas

de

proveer alimentos, medicinas y otros bienes importantes para la humanidad. En realidad, hasta finales del siglo

XX,

monopolizadores, Auto de Raúl Pérez. 1968

estos y

sus

derivados fueron más o menos moderados en sus ganancias,

pero en lo que va de centenario sucesor han desatado una grosera especulación. Estos eran algunos precios de las décadas de los años 50 y 60. Lámina de zinc (2,44 m. de largo)

Bs. 4,50

Lámina de zinc (3,05 m. de largo)

6,00

Kilo de adobo (marrano)

6,00

Saco de azúcar (42,5 kg.)

15,50

Kilo de pasta

1,50

Kilo de queso

2,00

Kilo de caraotas

1,50

Saco de cemento (42.5 kg.)

4,50

Kilo de arroz

0,50

Litro de leche (Carora o Prolaca)

0,62

Bicicleta (Raleigh, Phillips o Rudge)

35,00

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Cerveza servida en la mesa (Zulia)

0,50

Papelón por unidad

0,37

Refresco pequeño (Hit)

0,25

Periódico (El Nacional)

0,50

Salario de obrero (diario)

1,50

Auto (Volkswagen)

3.400

Cocina de querosén

25,00

36


Pocos aparatos de televisión Con un aproximado de unos sesenta años, una cantidad reducida de gente era la que tenía el privilegio de formar parte como televidentes, sin embargo, en algunas casas se podía observar cualquier programa desde la calle, a través de sus ventanas; y en otras

viviendas,

sus

Admiral de Antonio Parra

bondadosos

propietarios recibían a los cercanos de confianza cada día para ver, más que nada, sus programas favoritos: de lunes a viernes, El Derecho de Nacer y los domingos, la Lucha Libre. Toda esta acción parecía un Motorola, de Alfonso Bartolomé

pequeño cine. Entre los pocos afortunados (as) que captaban estas transmisiones de audio e imágenes

en sus hogares, se muestran, Tomasso Pollino, Carmen Barragán, Fernando Figueredo, Ángel Rafael Oropeza, Wilermo Alvarado, Solana de Yecerra, Alejandro Ramírez, Amílcar Ponce, Rosa Méndez, María Teresa Rojas, María “Tití” de Pérez, Ciro Almeida, Juan Lara (padre), Alfonso Bartolomé, Antonio Parra, Víctor Caro, Leonardo Martínez, Fortunato Medina, Salvatore Pólito, Rosa Rodríguez, Melquiades Antillano, Sixto Arroyo, José Luis González, José “Pepe” Arrieche, Delia Escalona, Daniel Brito. Todo esto sucedió cuando la pantalla chica funcionaba en blanco y negro.

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Alivio para los pies Obligatoriamente,

el

público

sin

vehículos

propios

se

había

acostumbrado a caminar cuando realizaban sus diligencias, y claro, había acumulado una cantidad considerable de kilómetros recorridos de por vida, pero en el plazo de los años 70, un buen día, con apenas dos unidades de transporte y un precio de Bs. 0,25 (medio), salió del Estadio San José, la primera ruta de taxis fundada en esta ciudadela e identificada como José Peña No. 1; resultando los audaces de esta idea: los hermanos José Rafael y Marcelo Antonio Fernández, José Isaac Benítez Fernández. Más

tarde,

progresivame nte se fueron José Alcides Méndez

incorporando otros

carros,

guiados por Marcelino Rodríguez, Juan “Pepe” Peroza, Mario Martínez, Porfirio “Mandarria” Alvarado, Dilio Pérez, Víctor López, Pedro González, Alirio Chacón, Julio

Torres,

Alirio

Paredes,

José de La Paz Vásquez

Julio

Fernández, Antonio Cortez, Segundo Barreto, Zenón González, Manuel Blanco, José Alcides Méndez Martínez, José de La Paz Vásquez Fréitez, entre abundantes.

38


Domina el vicio ante el juicio Pese a las recomendaciones de amigos, familiares, médicos, entre distintos, sobre lo perjudicial que resulta para la salud fumar cigarrillos y unido a esto las advertencias impresas en cada cajetilla, los fumadores muchas veces se salen por la tangente ante todos estos consejos y por consiguiente resultan en vano. El buen momento para recordar que, la Organización Mundial de la Salud (OMS) designó el 31 de mayo de 1989 como Día Mundial sin Tabaco, para recordar los grandes perjuicios que acarrea este producto a la sociedad fumadora y no fumadora. He aquí algunas marcas en extinción, Producto a peso de oro y suicida para la salud

al menos en este Municipio, pero hicieron

daño

en

Victoria,

Lido,

Chesterfield,

Royal,

su

instante, Mapleton,

Continental,

Philip Morris, Récord, Capitolio, Bandera Roja, L&M, Kool, Home Run, Alas, Camel, President, Piel Roja, Río de Oro, York y Negro Primero.

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La mujer hace antes que el Ace Debido al atraso como servicio público del agua, para lavar sus calembes (ropa), las mujeres se colocaban en sus cabezas un rodete y encima una batea de madera para trasladarse desde sus hogares hasta el famoso “Pozo de Las Suárez”, ubicado en el hoy llamado sector “El Carmelero”, donde cada cierto tiempo las usuarias colaboraban con los “amos” de este manantial con una moneda de Bs. 2,00 (Bamba). Simultáneamente para esta misma

actividad,

otras

personas utilizaban “El Pozo del Bucare” (árbol), situado donde funcionó el Central Yaritagua.

También,

la

naturaleza auxiliaba con “El “Pozo de Las Suárez”: antes, rebosante de agua, hoy, aridez

Pozo de La Mora”, a la comunidad

del

mismo

nombre y sus allegados; “La Piedra del Zamuro” y las cañadas fueron otras fuentes para solucionar la falta del preciado líquido en los hogares originarios. De estas dos últimas nacientes, la primera se identificó así, porque una de estas aves rapaces se posaba diariamente sobre una enorme roca limítrofe, y la segunda, cauces de agua muy reducidos, pero suficientes para lavar, bañarse y llevar la vital bebida a casa en totumas, pimpinas o cualquier otra vasija. En general, todas estas lavanderas coincidían en los productos para sustituir el jabón comercial, que en esa duración brillaba por su ausencia.

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Utilizaban el caujate (bejuco), caracaro y paraparo (frutos de árbol); y para fregar se valían de un hueso de ganado o de limpión (fruto de árbol). En este menester, la señora Francisca Salcedo, se daba el lujo de improvisar para preparar jabón de esta manera: en una olla de barro hervía agua con sebo, lejía y azulillo; esperaba a que esto cuajara, y quedaba listo para usarlo. Todos estos lavaderos fueron centros de “tubazos” noticiosos, por indicativo, aquí se sabía ipso facto cuando una dama se la “jugaba” a su marido (infidelidad), y de cualquier recién encargo (Preñez), con más razón, las solteras.

41


Transcurso de la salud pública En el sector “Cruz Verde”, Camino Real de Coro hacia Borburata, hasta hace poco tiempo, se podía leer en una finca antiquísima lo siguiente: “Hospital Cañaveral y Juan Paradas”, esto hace suponer que allí fue donde acudían los indígenas enfermos a recibir las recomendaciones de los curanderos de esa vez, por consiguiente, se deduce que en esta misma parte es donde se inicia el control de la salud, esto es, en el siglo diecisiete. Después, en la primera mitad del siglo XX, en otra construcción antigua ubicada en la carrera 5 con calle 20, unas hermanas de la caridad cumplían con la responsabilidad a la cual ha sido asignada esta congregación religiosa desde hace cúmulos de años, la cual no es otra cosa sino atender a los enfermos

Entrada a la Sala de Espera

abandonados, con la ayuda de personas que ejercían la medicina. Además, en otra vieja casa fabricada en la carrera 13 con calle 17, recibían el tratamiento asistencial requerido por los dolientes, de parte del universitario Arturo Eugenio Álvarez y la ayuda valiosa de Teonesto Parra. Con posterioridad, funcionó un centro de asistencia médica en la carrera 7 entre 20 y 21, donde los pacientes eran atendidos por un personal exactamente responsable y con mucha mística: Plácido Daniel Rodríguez Maggi (Médico), Teonesto Parra y Antonio Quintero (Enfermeros), Hermelinda Sánchez (Enfermera), entre otros.

42


Después, la recepción para los enfermos fue en otra vivienda, esta vez situada en la calle 19 con carrera 9, aquí, igualmente eran reconocidos por el mismo equipo nombrado. Mientras, en otro lugar conocido como “La Cachamenta”, una propiedad abandonada de los hermanos Martínez Ojeda, en la carrera 5 entre 20 y 21, servía de abrigo a algunos enfermos y pedigüeños. Este viejo refugio era identificado con el nombre de San José. Pasado el tiempo, este terreno es donado por la familia en referencia, para la construcción de un hospital de gran envergadura en la etapa de los años 40, el cual por acuerdo unánime de sus trabajadores fue bautizado con la denominación

“Br.

Rafael

Rangel”. Por

supuesto,

necesidad Consultorios, y bicicleta del agente Octavio Rivas

empleados,

de

hubo

la

incluir

más

obreros

y

administrativos a la nómina, a causa de la magnitud de este centro asistencial con sede propia por primera vez, ya que

contaba con salas de: Maternidad, Cirugía, Pediatría, Medicina General, Emergencia, Cocina, Comedor, Farmacia, Laboratorio, Traumatología y Odontología. En consecuencia, convergen los trabadores siguientes: Luisa Casadiego, Belén Torres, Diana Hernández, Mercedes Parra, Carmen R. George, Olga Liscano, Belén de Ledezma, Carmen de Linárez, Martina Camacho, María de Crespo, Dilia Parra, Bernarda Pérez, Constancia Colmenárez, Julia Barrios, Catalina Araujo, Esperanza Díaz (Enfermeras); Manuel Delgado, José Ruiz y Máximo Gil (Enfermeros).

43


Al mismo tiempo, Marcos Ochoa, José

R.

Salazar,

Landínez, Rafael

Francisco

Parra

Petit,

Aquiles Longobardi, Otto Seijas, Maternidad

Frank Díaz Peña, Armando Riera, Roberto López Conde, Eusebio Pantojas, Rafael Marantes, Juan V. Seijas, Apolinar Domínguez (Médicos); María E. Orochena,

Bárbara Grimán, Francisca Mendoza (Camareras); Flor Campos, Rafaela de

Montilla,

Bustillos

Teolinda

(Ecónomas);

Lorenzo Cuicas, Eulalio Trabajadores del centro de salud

Gómez, Antonio Meléndez (Porteros);

Ramón

G.

Avendaño, Alejandro “El Margariteño” Salazar, José Domingo

Gómez

(Ambulancieros);Francisco “Panchito”

Silva

(Intendente); Elvin José Mogollón (Administrador); Pastora Orochena, Antonia Montoya, Carmen Fuentes, Josefina Iribarren (Cocineras); Josefa Giménez (Lavandera). Sin embargo, cuando todo marchaba de maravilla, y pese a la negativa de la generalidad de sus habitantes, este edificio es demolido para dar paso a una vía férrea durante el Gobierno de Marcos Pérez Jiménez, en los años 50. Pese a que, para reponerlo ya estaba programada una nueva construcción en la Avenida Padre Torres, entre 15 y 16. Mientras ésta se concretaba, el público, con problemas de salud era recibido provisionalmente en la

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carrera 8 entre 17 y 18, aquĂ­ se laborĂł con una lista menor, ya que las autoridades competentes del estado aprovecharon este pretexto para jubilar a un gran nĂşmero de trabajadores.

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Notas resaltantes El ciudadano Alfonso Rodríguez, donó una camioneta Power Wagon (la Múcura), para trasladar: enfermos, heridos, mujeres a punto de parir, a este centro hospitalario, entre otros casos, mostrando con esta acción una gran generosidad con su pueblo. Algunos alumbramientos: Carmen de Torres parió a Jorge y Alberto (morochos); Petra Rivas a Tulio Rivas; Carmen Franco a Juana Franco; Rosa Alfín a Isbelia Alfín; Ligia de Silva a Francisco J. Silva; Santiaga de Salazar a César Salazar; María de Peraza a María R. Peraza. Entretanto, Juan Vicente Angulo, fue el primer bebé que vino al mundo en este moderno centro de salud, en ese lapso. Medicamentos y enseres básicos en esa época: Algodón, agua oxigenada, tintura de yodo, Mercurocromo, Sulfatiazol, parche poroso (El León), jeringas de vidrio, tablillas, vendas, Mentol (Davis), aceite de ricino, Leche de Magnesia Phillips, Píldoras de Vida del Dr. Ross, Sal de Fruta Eno, achicoria, lamedor, entre otros remedios. Otro caso particular fue la hospitalización del niño Édgar Coromoto Castillo, el de Las Carrascosa, quien fue el centro de la curiosidad y logró despertar el cariño del personal laborante durante su convalecencia en este edificio para la salud. Por esto, la trabajadora Francisca Mendoza, se desvivía por la alimentación de este inquieto chiquillo, de apenas 3 años de edad; una enfermera y un galeno soñaban con adoptarlo; otro facultativo, Rafael Parra Petit, sirvió como padrino de Confirmación, sucesivamente. Aunque todas estas intenciones eran de buena fe, su bisabuelo Felipe Alejandro Carrascosa, decidió encargarse de su crianza integral tras ser dado de alta.

46


47


Novedoso centro de salud Para dar paso al ferrocarril, hubo que derribar el hospital existente y construir una edificación en la Avenida Padre Torres, entre 15 y 16, cuyo nombre actual es Ambulatorio “Gaetano Matarozzo”, pero mientras esto se cristalizaba, la atención médica fue mudada a una casa ubicada en la carrera 8 entre 17 y 18 del lugar. Algunos

galenos,

Tomás

Cristóbal

“Pirincho”

Lucena,

Apolinar

Domínguez, Machado;

Óscar Enfermeras,

Bernarda Pérez, Diana Hernández,

Carmen

Ramona

George,

Josefina

Narváez;

Choferes de ambulancia, Fachada del Ambulatorio “Gaetano Matarozzo”

Alejandro

Salazar

y

Augusto

Monsalve;

Técnico

Radiólogo,

Máximo Gil; Camillero, Francisco Escobar; Historias Médicas, Tusnelda Ascanio; Camareras, Petra Moyetones, Fernanda Guevara, María Quiroz, entre otros.

48


Más hospitalidad para sus habitantes En el año 1975, en la primera Presidencia del Dr. Rafael Caldera, se inaugura otra obra para atender a los pacientes de la comunidad y adyacentes,

obviamente,

a

causa del crecimiento de los lugareños

para

esa

circunstancia, esta vez en la Avenida El Trocadero entre 13 y 14, cuyo nombre es “Br. Rafael Rangel”. Médicos, Nedo Cardosi, Ana Frente del Hospital “Br. Rafael Rangel”

Molina, George

Hermes Ripley.

Molina,

Enfermeras,

María Gavidia, María Alvarado, Oneida Rojas, Gladys Rojas, entre diversos (as); Choferes de ambulancia, Simón Torres y Gumersindo Avendaño; Técnico Radiólogo, Yarlín Zapata; Camilleros, Eduardo Rumbos y Jaime Escobar.

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Reparadores de máquinas Un

gran

(mecánicos) automotores

número

de

individuos

arreglaban

distintos

sin

haber

acudido

anticipadamente a una preparación de esta profesión, quizás, algunos hicieron cursos de este trabajo manual. Entre ellos, se conocen, Damián “Chicho” Orozco, José Ignacio George, Ramón Mogollón,

Enrique

Granado,

Eucilide “Chilide” Mendoza

los

hermanos Orange y Honorio “El Bollogo” Mendoza, Francisco “Pancho” Torres Bartolomé, Ruperto “El Gato” Alejos, Guillermo Pérez, Boris Skidanenko, Antonio Montilla, Alirio Quintero, Darío Velásquez, Pedro Silva, Héctor Picón Lara, Rafael Suárez, Francisco “Mano Chico” Mujica, los hermanos Andrés Manuel y Eucilide “Chilide” Mendoza, Félix Barragán, Pablo Farfán, Manuel Linares, Melquiades

“El

Coca”

Giménez,

los

hermanos Jesús “Chucho” y Francisco Rafael González, José Ruperto “Jubilao” Pérez, José Luis Zavarce Jesús Ramírez, los hermanos

Vicente

y

Salvador

Vitale,

Clemente Alejandro Torres, Cruz Marín Orange Mendoza, con su braga de trabajo.

(hijo), Francisco Antonio Torres Mujica (hijo), Claudio Ramón Vásquez Campo,

Gustavo Alejos, los hermanos Rafael y Antonio Oropeza, Joel Mendoza, Ricardo “El Bollogo” Mendoza.

50


Sin título, pero audaces Unas cuantas señoras llamadas comadronas, con gran atrevimiento y responsabilidad se comprometían con las preñadas para asesorarlas durante el embarazo; a fin de asistirlas en el parto, y luego, seguir dando instrucciones por un término de 40 días, al menos. El tratamiento, a seguir, era el siguiente: en el período prenatal le aplicaban sobas o

masajes

en

la

barriga, con aceite Olimpia Curiel. Comadrona

comestible tibio; luego,

durante el posnatal le recomendaban que se alimentaran

con

caldo

de

gallina por

Benita Iribarren. Partera

determinada edad; evitar el sereno, tanto la madre como la criatura. Por todo esto, los progenitores colaboraban con algún dinero, y sus hijos deberían pedirles la bendición y llamarlas mamá a estas nobles parteras. Así como, cuando se tenía la certeza de que alguna joven estaba recién encinta, se enterraba en el solar de su casa una garrafa llena de cocuy, pasas, alhucema, manzanilla, penca y ponsigué, lo que al final se llamaría “Alhucemao o miao”, para posteriormente desenterrarla el día de la venida al mundo de un niño o niña, y brindar a todos los que llegasen a visitar y conocer a la nueva casta.

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Estas son algunas de las reconocidas que practicaron este difícil oficio cuando más se necesitaba:

Olimpia

Colmenárez,

Benita

Curiel,

Juana

Iribarren,

Carmen

Narváez, Simona Valladares, Lucía Rea, Constancia López, Josefina

“Chepina”

Romero, Rafaela Dávila, Ramona Pacheco, Juana Parra. Matrona

María Legón, Dámaso Galíndez, Benita Azuaje, María Rumbos, Rosa Leonor Rojas, Bárbara Grimán, Rufina Grimán, Pastora

Méndez, Juana Parra, Petra Cortez, Romualda Flores, Petra Marchán, Carmen Varela, María Castillo, Rosa Suárez, Matilde Aponte, Marina Castillo, Ana Suárez, Pastora Méndez, Concepción “Chona” González, Génova Pernalete, Francisca Dudamel, Salomé Méndez (Cambural), y Lucía Arreaña (Maporita).

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Concurso de papagayos El reto de los papagayos se efectuaba en agosto de cada año en El Calvario del cerro La Matica, pero esta costumbre desapareció desde hace mucho rato. Cuando llegaba el día señalado para el desafío, una gran cantidad de personas los echaban a volar sujetos de cabuyas. Participaban cometas hasta de dos metros y medio de altura forrados con papel periódico, y en sus colas de tela le colocaban hojillas (cruceros), para tratar de cortar la pita de otros competidores, pero en realidad, el objetivo de esta actividad tradicional era participar y

Juan Orochena. Varios años echando mano a esta herencia

divertirse. Los coordinadores de esta experiencia eran, Juan Orochena, Pantaleón Yépez, José Manuel Agüero y José Gerardo Zabaleta.

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Películas y mucho más Cuando acontecían los primeros treinta años del siglo XX, ya cumplía con sus actividades “El Teatro Mi Cine”, en un edificio que está situado en la carrera 8 entre 14 y 15 de este punto, y fue propiedad de Don José Ramón Rovatti. Es de recordar que cuando una cinta cinematográfica llegaba a este puesto, la realidad es que venía de ser proyectada en las principales ciudades del país; por lo tanto, es cierto que eso era bastante para la fecha, pero no menos cierto era cuando durante su proyección se notaba un poco deteriorada (rayada). Como

publicidad,

diariamente

se

colocaban pancartas en distintos lugares estratégicos

donde

anunciaban

sus

filmes, y los precios de las entradas en aquella

buena

ocasión

eran

las

siguientes: palco Bs. 1,50; balcón Bs. 0,75; gallinero Bs. 0,25. En tanto que, el disco con la canción “Barrilito”, alertaba la cercanía del espectáculo. Entre los que desempeñaron oficios en

Juan M. “Chorito” Oropeza, uno de los mejores comediantes

esta sala presenciamos a Roberto Campos y Juan “El Gallo Viejo” Lovera (colocaban carteles en distintas partes tácticas); “el Chino” Silverio Paradas y Ramón “Nea” Tovar (Porteros); José Manuel Colmenárez (Taquillero); ínterin, Ramón “El Chigüire” Boquett, Evelio Suárez y “El Negro” Eumelio León, se turnaban para manejar el proyector. Adicionalmente, se ofrecían otras diversiones en este espacio, tales como, obras de teatro, a cargo de Jesús “Chucho” Parra, Evangelia Parra de

54


Rojas, José Juan Delgado, Juan “Chorito” Oropeza y la colaboración de Antonia Delgado; en el rol de cantante se presentaba Carmen Boquett, y hasta José Pascual Antonio Aguilar Márquez Barraza, más conocido por su nombre artístico “Tony” Aguilar, interpretó parte de su repertorio en los años 50. Es buen momento para refrescar la memoria, cuando la niña Edith Pastora “Lala” Abreu, otorgó una placa al charro mexicano, en agradecimiento. De la misma manera, hubo presentaciones de corridas bufas; magos; lucha libre; boxeo y otras exhibiciones para un público exigente, pese a ser una generación caracterizada hasta con cierto respeto y tranquilidad.

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La Billo´s en “Los Compadres” El Club Social “Los Compadres”, por motivo de su II aniversario celebró una fiesta con la orquesta más popular de Venezuela, La Billo´s Caracas Boys, concretamente el 07 de marzo de 1975. Todo este trajín, comenzó con una reunión en su misma sede, donde acudieron sus afiliados: Honorio Arteaga, Cristóbal Oropeza, Carlos Grimán, Antonio Hernández, Virgilio Grimán, Hugo Alvarado, Emilio “Frente de Guerra” Pérez, Juan

Gutiérrez

y

Manuel

Salcedo. Aquí se acordó hacer las gestiones correspondientes para lograr presentar a una de las más famosas agrupaciones musicales del país en el citado recinto; donde a la vez, se contó con la colaboración de

Los socios Manuel Salcedo y Honorio Arteaga

Félix Rojas, Ángel Chirinos, Carlos Luis López y Juan Ramón Rojas. Tras haberse logrado la firma del convenio entre las partes: Íngrid Soto, por contratado y Hugo Alvarado (contratante), por un monto de Bs. 12.000,00 (doce mil bolívares) por turno de 6 horas, enseguida comenzó la publicidad a través de volantes, prensa y radio, donde se especificaba el valor de la entrada, por pareja Bs. 50,00 (cincuenta bolívares); dama adicional BS. 25,00 (veinticinco bolívares); traje formal; mientras que el costo del servicio de Whisky fue de Bs.120, 00 (ciento veinte bolívares); pero esto último se supo la noche de la fiesta.

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Se esperaba ansiosamente la fecha de este evento sin precedentes, reinó una gran expectativa entre las personas, porque no querían desperdiciar esta oportunidad de ver y disfrutar la función. Cuando llegó el día tan esperado, desde tempranas horas de la tarde se fue aglomerando un gentío en las adyacencias del referido círculo recreativo, para verlos y saludarlos personalmente. A su llegada, parecía un sueño cuando se bajaron del autobús los cantantes estrellas, Ely Méndez, Guillermo “Memo” Morales y José “Cheo” García, con sus músicos acompañantes, y encima, éstos al entrar al salón encontraron una gran concurrencia. Finalmente, hay que resaltar que antes, durante y después de este acontecimiento, Publicidad de este festejo

jamás

de

los

jamases se ha visto tantas muestras de civismo de conocidos y ajenos. Los que no entraron por algún motivo, aprovecharon la calle para bailar gratis al aire libre. Formaron parte de esta velada musical, entre excesos, Franklin Tirado,

Roger

Belier,

Ángel

“Morito” Rivero, Br. Liborio Romero, Miguel Ángel Méndez, Domingo González, Freddy “Patalante” López, los hermanos Luis “Luiche” y Roberto Varela, Virgilio Hernández, Oswaldo Hernández, José Manuel Macea, Gloria Orozco, Olvey Valera, Mirian de Valera, Josefina Yépez, Oswaldo Gómez, Carmen Salcedo, Juan Ramón Rojas, Iván Ramírez, Edecio Reyes, Hernán Álvarez, Orlando Reyes, Pedro Luis Ramírez, Víctor Hidalgo, Daniel Rojas, Isagla Suárez, Carmen “La Coco” Ledezma

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de Álvarez, Ismael Grimán, Erlinda Fuentes, Luis Alfonso Linárez, Jairo Hernández. De la misma manera, Aura de Salcedo, Aura de Alvarado, Belén de Grimán, Nellys “Delly” Carmona, Gladys de Arteaga, Rosa de Grimán, Evelia Higuera, Josefina Carrasco, Cruz Marín (hijo), Mauricio Lucena, Sol de Lucena, Josefa de Varela, Roberto “Mimí” Varela, Carlos Luis López, Emilio “Frente de Guerra” Pérez, Ramón Dorante, Mercedes de Dorante, Carlos Patiño, Mercedes Pereira, Ana Pastora Herrera, Oswaldo Grimán, Mary de Grimán, Luis Peroza, Marina Aponte, Hugo Alvarado, Cristóbal Oropeza, Antonio Hernández, Virgilio Grimán, Juan de Jesús Gutiérrez, Carlos Grimán, Manuel Salcedo.

58


La Dimensión Latina, hizo lo propio Un año después, el 20 de febrero del año 1976, el hábil Germán Honorio Arteaga,

logra

conseguir

contratar, a pesar de la agenda

colmada

de

La

Dimensión Latina para ese momento. Por parte de la banda

musical

Agustina

de

firmó Roldán,

resultando muy similares las condiciones de este acuerdo a las exigidas por Frómeta, en su función realizada con anterioridad. La paga total recibida por

Contrato del grupo musical y sus invitantes

esta agrupación para actuar fue

de

Bs.

16.000,00

(dieciséis mil bolívares). Hubo variaciones en todos los precios, incluso, la asistencia fue masiva como se esperaba, y fue todo un éxito el debut en este lugar sociable de la combinación melodiosa perfecta: Wladimir Lozano, interpretando boleros con su inimitable voz y Óscar Emilio León Simosa, más conocido por su nombre artístico Óscar D’ León, con su sabrosa salsa. Al sonar Alma Llanera, indicando que todo había terminado, el balance fue nuevamente positivo referente al comportamiento de la asistencia, ya que prácticamente se contó con las mismas personas que siempre habían mantenido una conducta intachable.

59


Lluvia de estrellas brillan en el mismo centro Solistas y Conjuntos: Rafael Martínez “El Cazador Novato”, Don Pío Alvarado, Juan de los Santos Contreras “El Carrao de Palmarito”, Reynaldo Armas, Daniel Santos, José “Catire” Carpio, Pastor López, La Gran Orquesta de “Cheo” y “Memo”, “Sangre Caribe”, “Alberto y sus Muchachos”, “Golperos de El Tocuyo”, “Golperitos de El Tural”, “Cuatros y más Cuatros”, “Los Ángeles del Vallenato”, Aníbal Velásquez, “Las Estrellas Negras”, “R. Tropical”, “Los Dinámicos de El Vigía”, “Los Rangers”, “Los Cinco Sabores”, “El Clan de la Salsa”, Julio Miranda, Santiago Rojas. De esta manera, Antonio José Aguilar El Carraíto de Barinas, Luis Silva, Rogelio

Ortiz,

Oswaldo

Morales,

Patricia

Infante,

Merlys

Oviedo,

Edward

Mendoza,

Ronald

Reynaldo Armas

Silva,

Edson Pulido, Rafael Pérez, Juan del Campo, Luis Lozada “el Cubiro” (padre), Eneas Perdomo, “El Águila de Oro”, Combo Venezuela, Grupo Veneración, Los Propios, Los Originales, Sexteto Juventud, Los Melódicos, Súper Combo los Tropicales, Los Máster de Maracaibo, Tony Boys, Los Corraleros de Majagual, The Black Stars, Fórmula A, La Comparsa, entre otros. Minitecas: T-Conection, Infierno, Tridimension, Shock, Killer Quemen, Trianzer, Lith Thing, Z-100, Soultrain, entre múltiples. Jugadores de béisbol profesional: Luis “Camaleón” García, Emilio “El Indio” Cueche, Dimas Gutiérrez, Ángel Escobar, Óscar Escobar, Ernesto Gómez y Eddy Díaz (padre).

60


Artistas de Radio Rochela: Cayito

Aponte,

Torrealba, Magallaneros ponen en manos de Luis “Camaleón” García, una placa.

Honorio

Martha

Olivo,

Romelia Agüero y Marisela Buitrago. Asimismo,

Pedro

León

Zapata (Caricaturista); Tom González

(Comentarista

deportivo); Marco Antonio “Musiú”

Lacavalerie

(Narrador deportivo); Juan “Chichito” Pinto, Gerardo Brito, Gregorio Valles, Mario D’Pool, Alex Chacón (Animadores); José Sanabria (Boxeador).

.

61


Reto a la resistencia Igualmente, en el año 1981 se llevó a cabo un concurso de baile (maratón) con un límite de 100 horas, cuando esta peña social aún estaba en su apogeo en lo referente a ofrecer grandes exhibiciones en sus amplios salones. Cuando se corrió la voz de dicho evento a través de sus organizadores, rápidamente comenzaron a inscribirse de forma gratuita personas de diversas edades, principalmente la juventud, para participar en este

difícil

compromiso

de

agotamiento físico. El inicio de este acontecimiento, poco

visto

en

esta

mancomunidad, contó con un

Nelson “El Chaima” Rojas Disc-Jockey

inexacto de unas cien parejas en la pista, pero paulatinamente fueron

abandonando

la

competencia algunas de ellas a causa de extenuación corporal. Tan solo dos parejas pudieron llegar hasta el final del evento, a saber: Onésimo “La Cobra” González, con su compañera Gregoria “La Goya” Martínez y Gregorio “Lolo” Pérez, junto a Elena Gutiérrez, todos ellos fueron premiados con efectivo; prendas de vestir y trofeos. La miniteca Cápsula 2000, fue la contratada para acompañar y mezclar los diferentes géneros musicales: disco, bolero, merengue típico, salsa, joropo, ranchero, cumbia, raspacanilla, bachata, rock and roll, jazz, tecno, balada, entre incalculables. La misma estuvo integrada por los operarios, Luis

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Arrieche, Nelson “El Chaima” Rojas, Iván Ramírez, Carlos Castillo y Geovanny Pérez. Para el caso, cada cinco horas disfrutaban de un merecido descanso de 30 minutos, santiamén que aprovechaban para hacer alguna necesidad fisiológica y recibir masajes en las extremidades inferiores, de manos de sus colaboradores; a más de esto, para ir a sus casas disponían de una hora diaria. También, Defensa Civil, a cargo de Olga de Pinto y Juan “Chichito” Pinto, los visitaban cada ocho horas para chequear a cada uno su estado de salud (tensión arterial). Mención especial merece el gentío (mirones) que desfilaron durante toda la competencia; por el buen comportamiento mostrado cada vez que llegaban a ver si sus favoritos hasta la fecha estaban “vivitos y coleando”.

63


Cartelera profesional En el año 1989, particularmente el 9 de noviembre, se montó un programa de boxeo donde combatieron dos atletas locales y se contó con un gran número de aficionados, quienes se dieron cita para ver el desenvolvimiento sobre la tarima de sus ídolos favoritos. En una de las peleas, el de la casa, (Giovanny) y (Leonte), cada uno estudia a su rival

Giovanny “Saldiguera” Cauro, triunfó ante el zuliano Leonte Redondo, al

dejarlo fuera de combate en el segundo asalto; mientras que su paisano Rafael

“Galfaro”

Hernández,

cayó

vencido

por

José

Guevara,

representante del Estado Aragua. Además de esta presentación, el ganador

(Cauro)

realizó

dos

enfrentamientos subsiguientemente, terminando su carrera pugilística retributiva con un récord parejo de 1 y

1;

entre

tanto,

el

perdedor

(Hernández) realizó nueve peleas más, en los Estados Bolívar y Zulia; así como también en Colombia y la vecina

isla

de

Curazao,

(Rafael), intercambia golpes con (Marcos)

para

culminar con un balance favorable de 7 y 3. Esta velada boxística se realizó en el casino “Los Compadres”, con transmisión de Radio Cristal 610 AM, en las voces de Otto Alvarado

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(narrador), Ă“scar Cumare Mendoza (comerciales) y Luis HernĂĄndez (comentarista).

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Fiesta pomposa decembrina Durante el programa cívico-religioso de las fiestas en honor a nuestra excelsa Patrona Virgen Santa Lucía, se hizo hábito en la junta directiva respectiva, insertar un baile de lujo para el disfrute de un grupo de personas anticipadamente escogidas. Únicamente tenían acceso a la misma (aunque siempre hubo coleados), quienes llevasen su tarjeta de invitación a la entrada, además de presentarse con trajes suntuosos, tanto la

cortesana,

como

el

aristócrata.

La reina Carlota González en compañía del presidente de la junta Francisco Blanco Peñalver y su corte de honor

Las selectas doncellas que asistían frecuentemente: Circe y Olga Blanco Maruja González Espinal, Carmen de Espinal, Carmen Maldonado,

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Josefina Méndez, Benilde Puertas, Mercedes Omaña, Ligia Omaña, Carmen Teresa Omaña, Luisa Crespo. Los privilegiados: Tomás Lucena, Pedro González, Evelio Melo, José Pastor Garfides, Carlos “Don Chiche” Tovar, Hernán Maldonado, los hermanos Luis “Luiche” y Rogelio Varela, Fausto Paradas, los hermanos José “Papín” y Enmanuel González, José Francisco García, Samuel Rojas, Justo Garfides, Pedro Luis Giménez, los hermanos Armando y Tomás Daniel Campos, Francisco Alvarado, Reynaldo Ledezma, Honorio Gainza, Pedro Canelón, Tomás Cristóbal “Pirincho” Lucena, Jesús “Chucho” Delgado, Amadís Blanco, Tomás Vásquez Paiva, Antonio Ramón Cabezas, Pablo Carrascosa, Silvestre “el Negro” Espinal, entre indeterminados. Este jolgorio se inició en 1955, tras la participación de varias jóvenes aspirantes al reinado del referente placer, entre ellas: Margarita George, Olga Blanco, Élide Sequera, Marina Omaña, Alexandra Levchenco, Carmen Osta, Gloria George y Carlota González, resultando ganadora ésta última, la cual fue elegida con un nuevo sistema de elección, la que más votos vendiera sería la ganadora. Su coronación se llevó a cabo en el atrio de la iglesia de Santa Lucía, por el presidente de la junta de las fiestas, Francisco Blanco Peñalver, contando con una gran cantidad de personajes ilustres de Barquisimeto. Es oportuno destacar, que Antonio Ramón Cabezas y Dimas Medina, le crearon una canción a la radiante ganadora del certamen. Por otra parte, antes de iniciar la primera tarde de toros coleados, se despejó la plaza para dar paso al desfile a caballo donde iba la reina y su corte de honor. Más adelante, la diversión se celebró en el Club Dr. Arturo E. Álvarez, ubicado en la carrera 8 entre 17 y 18 amenizada por las orquestas: Elías Rivero, de Barquisimeto y Centro de Cultura Física Intelectual (CCFI), del ámbito.

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Coleadores de mi pueblo Los toros coleados es una actividad que forma parte de las fiestas patronales de esta comarca, y una de las maneras de estimular a los apasionados de este deporte es con música y cohetes desde hace un aluvión de años. Provisionalmente, los jinetes comienzan a llegar en caballos: castaños, bayos, zainos, roanos y rucios, para disputar la cola de estas reses. Al principio, esta diversión se realizó en el área que hoy ocupa la

Comandancia

de

Policía

Municipal, el cual era un vacío común dejado por aquel Primer Cabildo

de

indios

cuando

hicieron la distribución de la Ramón Pimentel en su caballo rucio blanco, junto a Tomás C. “Pirincho” Lucena.

incipiente villa; sin dilación, El Goajiro (una vez), pronto, en El Green Spot, hasta ser construida la “Manga Pastor Sánchez”, en

la porción Sabanita. Entre los primeros jinetes que intentaron asir rabillos para derribar estos animales, estaban: José Meza (padre), Luis Rodríguez, Leonídas Yústiz, Ramón Pimentel, José La Paz Seijas, Diego Rodríguez, Carlos Rodríguez, Ricardo Gainza (padre), Juan Santana Gutiérrez, Marcial Garmendia (padre), Estelio Rojas Bartolomé, Juan “El Zambo” Canelón, Juan Elías Ledezma, Jesús Moro, Víctor Gutiérrez, Gracielo Montilla, José La Paz Pineda, Sulpicio Gómez y Pastor Sánchez, con su caballo “El Grillo”, en la

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plaza de la actual calle 20 y El Goajiro. Ulteriormente, sobre los ejemplares “Vendaval” y “Carnaval”, tiró de la cola a toros en El Green Spot. Estos valientes competidores, cuando lograban tumbar en forma efectiva, en el acto eran premiados con cintas o pañoletas de diferentes colores, las cuales eran sujetadas, en sus prendas de vestir superiores, por alguna de las hermosas damas que allí se encontraban, aparte de un trago de licor que le brindaba cualquier fanático de este entretenimiento. Algunas veces se contó con la actuación a la medida del conjunto criollo “Los Juancheros”, con el acompañamiento de la cantante Adilia Castillo.

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Otras tardes de toros De manera paradójica, el gran colaborador de estos eventos, Juan Santana Gutiérrez, ofrecía voluntariamente al pueblo otras tres tardes de toros coleados como regalo, por motivo de celebrar nacimiento,

su

aniversario

pero

esta

vez,

de se

efectuaban en plena vía pública donde había que cerrar solamente en las

esquinas,

y

se

utilizaban

alrededor de cuatro cuadras, por muestra. Pastor Sánchez, derribó un montón de toros.

Indudablemente,

este

caballero

aportaba francachela para el público y de paso hacía alarde de su

elegancia ante las fanáticas, cuando pasaba trotando en su hermoso corcel, luciendo un liquiliqui blanco. Frecuentemente, aquí participaban los mismos caballistas de ese periquete, para que se entienda mejor, en las primeras décadas del siglo veinte.

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Sin guía de las notas musicales Sin haber asistido preliminarmente a ninguna escuela de música, un grupo de valerosos sin complejos personales, deciden conformar un

Parte de la agrupación "El Águila de Oro"

conjunto musical en el año 1942, siendo bautizado con el nombre de

“El Águila de Oro” por María Luisa Vásquez de Medina, ésta tuvo la ocurrencia de esa denominación porque esta ave de rapiña estaba estampada en uno de sus instrumentales sonoros. Sus primeros toques se oyeron en varias haciendas privadas, donde algunas maestras de escuela celebraban sus vacaciones. Pronto, cuando su música fue objeto de comentarios

positivos,

se

originó

una

abundancia de acuerdos para amenizar una gran cantidad de fiestas comarcales y regionales. Entre sus instrumentos se contaba con el Tres de 9 cuerdas; cuatro; guitarra; maracas; bongó y marímbola. Los tañidos, de los mismos sonaron en casi todo el Estado Yaracuy, donde cada pieza (canción) tenía un valor de Bs. 1,00. Como

integrantes

comenzaron:

Víctor Gudiño, cantante “estrella”

Rafael

Rodríguez, mejor conocido como “El Catire Velásquez”, “El Loco” Carlos Silva, Patricio López, “El Tanque” Felipe Paradas, Dimas Medina, Pablo Escalona, Gonzalo Fréitez, Víctor Gudiño, Ramón González, Víctor Parra,

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Omar “El Chino” Sequera, Carlos Boquett, Edecio Cárdenas, José “El Rasqueto” Véliz, Antonio Pérez, Marcelino “El Pequeño” Giménez, Roseliano Sorett, entre diferentes.

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Gracias a los hombres ingeniosos Por motivo de la escasez de automóviles, de cuatro o más ruedas,-en la primera mitad del siglo veinte, se veía por las calles polvorientas unos carruajes de dos ruedas, de tracción de sangre animal (carros tirados por mulas) para transportar cargas de cualquier tipo, ya fuera la caña, arena, leña, todo ello, como medio de sustento diario de la familia. Entre los dichosos propietarios y/o cocheros de este modo de servicio público, se encontraban: Manuel Antonio Guerrero, Víctor Aponte, Jesús Quintero, Candelario “Candelita” Castillo, Juan Azuaje, Agapito “el Mantón” Paradas, José Eugenio “el Paletón” Cordero, Félix Ruiz, Pablo Tovar, Ventura Sánchez, Félix Rojas. Manuel Antonio Guerrero, conductor

El experto en arreglar estos coches de moda, para este ciclo, fue Maximino Guerrero, y Lucas

Rodríguez, se encargaba de complementar esta labor al fabricar los aperos (jamugas).

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Transporte de animales en grupo Esta manera de traslado estaba conformada por una fusión de nueve asnos (Arreo de burros), donde el de la vanguardia llevaba en su cuello una campana, la cual con su sonido servía de guía a sus acompañantes, estas bestias en el pasado fueron muy útiles para trasladar cargas pesadas en sus lomos por caminos difíciles y largos. Las personas dueñas y/o encargadas de Carlos Martínez, uno de los amos de este medio de transporte.

estos

dóciles

cuadrúpedos

en

esta

modalidad, fueron, Felipe Salcedo, Justo Martínez,

Jesús

Narváez,

Heriberto

Narváez, Pedro Carrillo, Félix Rojas, Pedro George (padre), Elías Ledezma, Carlos Martínez, Rafael Varona, entre considerables.

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Respeto a la Plaza Bolívar La plaza es un lugar espacioso rodeado de casas, ubicada en el centro de un poblado o ciudad; se caracteriza por su arboleda donde las aves revolotean y otro tanto hacen las flores y las hojas con el viento, de la misma manera, es frecuentada para leer la prensa; patinar; descansar; presentar grupos musicales; ofrendar al Padre de la Patria y fue un paradero ideal para lustrar zapatos, en un intervalo muy lejano. Varias han sido las familias que le han circundado, en los años 40 los vecinos fueron: José R. Villalobos, Ricardo

Gainza

hermanos

(padre),

Carmelo,

los

Marcos,

Ángel y Rosa Varela; Hermelinda Sánchez, Ángel Alvarado. Aparte, Casa Imagen del Libertador, concedida a La Piedra. Imagen del Libertador, concedida a

de

Gobierno,

luego

convertida en Concejo Municipal; y la Dirección de Policía que funcionaba en la misma casa; la

iglesia Católica, y una manzana abierta para exhibiciones públicas (donde hoy está el edificio de los agentes de seguridad). Al principio, este Patrimonio Nacional se le identificó como Plaza Mayor, pero a partir de 1930 se colocó la primera efigie (busto) del Libertador y pasó a llamarse Plaza Bolívar, definitivamente. Con la intención, en la construcción del pedestal participó la mano de obra del señor Elauterio “Zaperoco” González. Durante el mandato del General Isaías Medina Angarita, este lugar de esparcimiento público fue cercado con tela metálica entretejida bastante

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fuerte, con acceso en cada pasillo, cuando sus escasos asientos (bancos) y su piso eran de cemento pulido. Por igual, había una orden superior de cerrar todos los días los armazones que se encontraban en la entrada y salida de las personas, esto ocurría a las 8:00 de la noche, previo aviso del sonido de un pitazo. No fue, sino en los años 60, durante el Gobierno de Rómulo Betancourt, cuando retiraron todo este armatoste que la rodeaba. Del mismo modo, fue en esa pausa durante las fiestas patronales en honor a la Virgen titular, cuando en su acera exterior, frente al templo Santa Lucía, se conglomeraban personas para tomarse fotos sobre un caballo simulado, cuya decoración era un mural bastante colorido. A más de aquello, puntualmente gozaban, los días

domingo,

de

las

añoradas

retretas. Cerca

Imagen actual de El Libertador

de

medio

siglo

después,

sucintamente, el 24 de julio de 1983, es inaugurada

una

nueva

escultura

durante la gestión del presidente Luis Herrera Campins, esta vez, cuerpo entero de civil y pedestre. La sustituida obra esculpida fue donada a la colindante naturaleza humana de La Piedra. Antecedentemente, a más de medio siglo, el último representante del orden público en vigilar este cuadro fue precisamente Ramón Barrios, quien se ocupaba de no permitir que ninguna persona la atravesara llevando consigo alimentos; tampoco con pantalones cortos; ni llevando en su cabeza sombrero, boina o gorra, entre otras prendas.

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Es de hacer notar que hoy por hoy, circulan en bicicletas por los pasillos; alcohólicas; Un parroquiano descansa en uno de los bancos

enamorados

consumen parejas practicando

bebidas de actos

contrario a la moral y las buenas costumbres; se sientan en los bancos y posan sus pies sobre los mismos; niños inocentes tratando de escalar hasta el estatuario, bajo

la mirada de sus padres u otros familiares con omisión voluntaria o involuntaria; y algunos visitantes pisan las matas que sirven de ornato a autóctonos y extranjeros, por lo que se debería normar su uso como una manera de respeto a este recinto público dedicado a la memoria de nuestro Libertador.

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Una tradición autóctona Los emprendedores de una agrupación para interpretar música originaria (Tamunangue), fueron: los hermanos Teófilo “Don Paco”, Jesús, José, y Julián Barreto. Luego de cierto tiempo, en el año 1971 reaparece esta junta tamunanguera ”Yarigolpe”,

la

cual

mantiene

sus

actividades con cantos a la Cruz de Mayo, San José y Los Ángeles, bajo la dirección de Omar López, acompañado por los hermanos Hermes y Omar Daza, los hermanos Rafael y Alejandro Castillo, Agustín “Frescolita” Marchán, Alfonso Duque y Domingo Tovar. Omar López, director de la agrupación

A

continuación,

se

agregan

Oswaldo

Mendoza, Diosgracio Brito, Carlos “El Chuco” Vargas, César Mendoza, Édgar

Marchán y Pablo Pacheco. Otro tanto, hacen las chicas, Omaira Mendoza, Líder Mendoza, Mileidy Salas, Osmary López, Nerma Castillo, Milena Méndez, Danyelis De La Rosa, Lorena López, Ángelis De La Rosa, Loriexys Sánchez, entre cuantiosos (as). Durante su trayectoria, este grupo ha realizado presentaciones en San Felipe, Aroa, Chivacoa (Yaracuy), Araure (Portuguesa), Valencia (Carabobo), San Cristóbal (Táchira), y como si esto fuese poco, igualmente han grabado un disco compacto (CD). Sus instrumentos para ejecutar su género musical: El cinco (seis cuerdas); el quinto (cinco cuerdas); el cuatro (cuatro cuerdas); tambor colgante; tambor negrero; clave (palitos); y las maracas. Ésta y las demás costumbres folclóricas que datan desde hace muchos años no deberían

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abandonarse, más bien, deberían enseñarse con más énfasis desde la primaria escolar.

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Héroes sin publicidad Bajo el lema “Disciplina y Abnegación” y a fuerza de mucho tesón, un grupo de voluntariosos promotores encabezados por Pedro Martínez, Ricardo Gainza Claudeville, Leonzo Ramírez, Pastor Olivo, José Oviedo, Freddy Palma, Santos Guédez, Rafael Ramírez, Pedro Pinto, Omar Cedeño, Tulio Hernández (hijo), Rafael Valera, Lorenzo Meléndez, entre ilimitados, fueron los precursores en instituir el Cuerpo de Bomberos en esta población. La primera sede funcionó en la carrera 7 con calle 17, con un impreciso de 10 voluntarios, donde cada

uno

recibía

una

ayuda

mensual de Bs. 50,00. Casi en un abrir y cerrar de ojos, recibieron un

Primer transporte de estos servidores públicos

jeep Willys (El Campeón) modelo 1958, por un precio de Bs. 5.000,00. Actualmente, su nuevo hogar está ubicado en la calle 7 entre 14 y 17, donde en un lugar especial permanece siempre La Santísima Virgen La Milagrosa, venerada por estos servidores públicos, y cuenta más o menos, con 30 funcionarios y 4 unidades: una para el servicio de rescate; otra, (Bomba) para extinción de incendios; asimismo, dos ambulancias nuevas para el traslado de enfermos y heridos a centros de salud de la región.

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Muchachos exploradores Con el emblema “Siempre Listos”, en la fracción de los años 60, se hacen los trámites para formar un Cuerpo de “Boy Scouts” adscrito a la Asociación de Venezuela, fueron realizados por José Carrillo, todo esto se logra, pero por poca vez. Su primera morada fue donde Margarita de Lugo, carrera 10 entre 12 y 13. Más adelante, en un segundo intento esta idea es retomada por otras personas espontáneas, entre suficientes, Leonzo Ramírez, José Antonio Mendoza, Rafael Rivas, “el Mocho” Pablo Palma, Sixto Giménez, Alberto Algieri, Félix “Felucho” Giménez,

Palma, Jesús

Cecilio “Chucho”

Delgado, Pedro Crespo, Mario Los hermanos Antonio “Toño”, Pablo G. “Beto” y la niña Maritza Granadillo

Veneranda,

Ángel

Cauro,

Néstor Alvarado (padre), José Antonio

Díaz,

Domingo

Liscano, Esteban Crespo, José Jacinto Montesdeoca, Víctor Martínez, Hernán Bartolomé, Águedo Suárez, Víctor Pérez, Lisenko Flores, los hermanos Pablo Gilberto “Beto” y Oswaldo Granadillo, Jesús Carrillo, Pablo “La Pava” Brito, Alí Soto, José “El Rasqueto” Véliz, Teresa Cauro, María Cauro, Matilde Lucía González. Su gradación estaba identificada por los colores de sus uniformes: Lobatos, azul; Scouts, beige; Clan de Robert, gris. Mientras que las mozas lucían falda azul oscuro y blusa azul claro. Los jefes: de tropa, “El Mocho” Pablo Palma; de grupo, Leonzo Ramírez; y de patrulla, Pablo Rivas. Sus propósitos eran colaborar con mantener el orden público y estaban

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obligados a alzar la Bandera Nacional todos los domingos en el cuartel asignado. En la congregación “El Salto”, contaban con un lugar que les servía para acampar y dictar cursos (enseñanzas). De la misma forma, participaban en excursiones a diferentes lugares para cuidar y proteger el medio ambiente, y por último, tenían que desfilar con su Banda Seca, ciertos días patrios junto a sus inseparables “Mascotas”, Antonio “Toño” Granadillo y Javier Ramírez. Eso mismo, estuvo conformado en dos grupos: Santa Lucía, el cual estaba acuartelado en la carrera 10 entre 8 y 9, y Monseñor Benítez, cuya sede se encontraba en la calle 20 entre 8 y 9.

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Agrupación coral En el estado de los años 60, una pluralidad de estudiantes y trabajadores deciden fundar un Orfeón para cantar a coro piezas musicales, donde se oirían las voces de sopranos y contraltos (damas); tenores y bajos (mozos). La orientación estuvo al mando del maestro Pablo Ramírez, en una vivienda fijada en la calle 18 entre 10 y 11, donde coincidían el Centro Cultural Yaritagua (CCY) Y su parecido Centro de Ajedrez y Tenis de Mesa (CENATEM). Así mismo, hubo ensayos en la carrera 8 con calle 16 y Avenida Padre Torres con carrera 13. Entre numerosos (as), los intrépidos (as) que tuvieron esta idea fija,

Integrantes del orfeón y su director

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participaron, Maruja González, las hermanas Zenobia, Carmen y Virginia Henríquez, Carlos Osta, Rafael Colmenárez, los hermanos Mireya, Norma y Jorge “El Topo” Loaiza, Rosmaira Suárez, Digna Brito, Elba Leo, Leila Azuaje, Elsy Ramírez, Jesús “Chucho” Delgado, Matilde Lucía González, Telesila Cabezas, Raúl Paradas, Rosa Medina, Nahir Belier, Lucindo Torrellas, Consuelo Dávila, Mirna Parra, Belky Montilla, Francisco Ledezma, Alirio “Boca e’ Green” Rojas, Orlando Guerrero, Silvia Crespo, Rafael Ángel Blanco, las hermanas Ada y Ligia Alvarado, Gloria Salcedo, Hébert Parra, Diego Granadillo, Gaspar Orlando, Reina Legón, Pastor Liscano, Pastor Suárez, Elia Guevara, Luisa Orochena,

Nélida

Hernández, Narciso Sandarita, Francisco Ramos, Nicanor Rodríguez, las hermanas Belkys y Gladys González, Mirian Rojas, Víctor Yaremenko. Su debut fue en el pasillo del Liceo Santa Lucía, durante la primera promoción de Maestros Normalistas de la misma Institución Educativa, durante el año de 1965. No conforme con esto, realizó presentaciones en Humocaro Bajo, Humocaro Alto, El Tocuyo (Lara); Urachiche, Chivacoa, San Felipe (Yaracuy), entre otros Estados.

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Al menos lo intentaron Cuando andaba el término de los años 50, un grupo de jóvenes tuvieron el valor de ser las protagonistas del inicio del béisbol femenino en la parroquia, su permanencia fue corta, a tal punto de realizar pocos partidos amistosos con equipos invitados. Los retos de estas mocitas empezaron en el terreno frontero a la Plaza Bolívar, de un momento a otro ocuparon el campillo de “El Trocadero”, para finalmente realizar sus compromisos en el Green Spot. Entre las aguerridas novatas participaron: Frandina Alvarado, defensora de la camiseta local

Carmen Boquett, Pastora Escalona, Teresa Aguirre,

Frandina

Alvarado,

Ramona

Álvarez, Berlisa Hernández, Josefa Antonia

Oropeza, Eva Mujica, Columba Escalona, Virginia Hernández, las hermanas Pastora y Jacinta Orochena. Clemente “El Pelón” Liscano, fue el encargado de dirigir siempre a estas principiantes en esta actividad deportiva.

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Golpes de manos, codos y pies Esta educación deportiva (Kárate Do) comienza con su característica demostración de tzuki (golpe directo), gueri (patada), y uke (defensa) en el año 1974, cuando un inquieto joven de nombre Samir Naim Barrios, junto a su primo Munir Naime, deciden abrir la escuela “El Dojo Yarit” de esta disciplina, actividad muy novedosa para esa vez, ya que este último, procedente de la República Libanesa, contaba con conocimientos en el arte bajo, el estilo Goyio Ryu. Luego de correrse el rumor de lo que se proponían

estos

muchachos, se iniciaron

Algunos atletas del Club “El Dojo Yarit”

las prácticas en un lugar situado en la carrera 7 con calle 17. A causa de la

gran

cantidad

de

ingresados en los primeros tres años, hubo la necesidad de mudarse a la carrera 11, entre 19 y 20 (Casa de la Cultura); una vez, en el año 1978, se ubican en la calle 18 con carrera 12 (Casa del Maestro), hasta arraigarse en la calle 16 entre 15 y 16, gimnasio del Instituto Nacional de Deportes (IND), en el año 1979. Entre los alumnos iniciadores de este Centro Marcial, estaban: Carlos Campos, José Abel González, Rafael Orozco, Pastor Rodríguez, y Hernán “El Niche” Avendaño. Pasado, en forma progresiva se inscriben más a dar los primeros toques: David Benigno Yépez, Alejandro Álvarez, Manuel “Manolín” Álvarez, “El

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Cura“ Alexis George, Miguel Ángel Almeida, los hermanos Eduardo y Filippo Lapi, Jesús “Chuma” Alvarado, Enrique “Pecho e` Paloma” Puertas, Jorge Zárraga, Antonio “Toñito” Pérez, Alejandro Naime, Germán Pineda, Anuar Naime, José González, Abel Rayad, Carlos Alberto Pérez, Roberto Pérez, David Lamas, Antonio José Castro, José Araya, Fáisal Naime, Ayuad Massud, Carlos Naime, Iván Álvarez, Luigi Fiore, Rafael Fiore, los hermanos Aldo, Édgar y Hugo Santoro, Navil Naime, Omar Soteldo (hijo), los hermanos Rafael y Nadim Naime, Arturo Morena, José Luis Ibarra y Jorge Taborda, quien dirigió desde el año 1989 hasta 2017, más o menos. De esta manera, paralelamente el reino femenino igual dice presente, al incorporarse a dicha competencia: Beatriz Guzzetta, Soraya Rodríguez, Gladys Mogollón, las hermanas Marlene y Yolanda Lapi, Belinda Rodríguez, las hermanas Gleysid “Chispa” y Alida “Pelusa” Soteldo, Naual Naime, Nelgir Gómez, Milagros Alvarado, Lilian de Salazar, María Alejandra Rivas, Lisbia Thaís Colmenárez, entre interminables. A posteriori, uno de los avanzados (Carlos Campos), organiza y abre aparte “Dojo CADAFE” en la carrera 11 entre 13 y 14. Evidentemente, con una cantidad considerable de aspirantes nuevos y otros con algunos conocimientos en este adiestramiento. Por cierto. Wing Fon Mock, mejor conocido por su nombre artístico y guerrero “Ling Sung”, de sus antiguas profesiones, lucha libre y boxeo, fue el primero en enseñar esta acción en el Estado Lara; al cual se une Munir Naime, para obtener membresía y respaldo en esta gimnasia, sirviendo de enlace Líbano Naim Barrios. Para la lucha katá es obligado la participación de tres personas por equipo. Propicio para señalar un trío de combate local: Ayuath Massud, Omar Soteldo (hijo), y Jorge Taborda.

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En esta práctica deportiva se han formado atletas de destacada actuación, tanto nacional como internacional. Poner por caso, en un torneo entre varias naciones en el Poliedro de Caracas, terminó como campeón en la categoría cinturón azul, Fáisal Naime, representante del joven Club yaritagüeño. El día de hoy, tienen instructores en distintas partes del territorio Munir Naime Uno de los guías de esta disciplina

nacional,

impartiendo

conocimientos

los

adquiridos

producto del trabajo constante de la familia en general en este Dojo (Club).

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Se encontraban por carambola Mientras pasaba el tiempo de los años 50, ya funcionaban unas pocas mesas de billares en la puebla. La primera en abrir sus puertas fue la que funcionó en la actual calle 19 cruce con carrera 8, donde el encargado de las apuestas era Félix “el Cabo” Yépez, paralelamente, otra en la misma carrera 8 con calle 15, en la cual servía de coime Pastor Marchena, mejor conocido como “Catire Cundeamor”; no solo, se encontraba un tercer sitio en la carrera 7 con calle 10, asistido por su dueño, Manuel Crispín Pérez, y más allá, en la Avenida Padre Torres con carrera 11, del tenedor José Gandica, y coimeaba Pastor “Canita” Giménez. Este vicio se ejecuta con tres bolas de marfil en una mesa rectangular forrada con

paño,

y

barandas

engomadas;

impulsando con un taco de madera el cuerpo esférico de cada contendiente.

Fernando C. “Veragacha” Meléndez

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La

situación

apuntada

en

primer lugar era visitada entre copiosos, Salomón

Julio

“El

Alvarado, Juan

por

Ediberto

Agustín

Rojas,

Barrilete” Aguirre, Orochena,

Esteban Rojas, Carlos Rojas, Roseliano

Sorett,

Ramón

Boquett, José Gandica, Rafael Aponte, Jesús María Niazoa, René Almeida, José Rufino Gainza, “El Tanque” Felipe Paradas, Pablo Varela. Aquí en esta primera tanda de retadores, los que más despuntaron, fueron, Fernando Carlos “Veragacha” Meléndez, y Heriberto “El Rey” Pérez, quienes para esa oportunidad lograban hacer un promedio de 100 y más carambolas en cada tacada. Por esto, para poder competir tenían que dejar

Édgar Martínez, ejecutando

jugar libre a sus contrarios con cualquiera de las bolas, lo cual significaba que daban ventaja a sus rivales. En siguientes generaciones se veían, Elvin Mogollón, Capistrano Lucena, Johnny Oliveros, Nery Carballo, los hermanos Pedro “Cagüito” y Alirio George, Argenis Pérez, Daniel Crespo, Rafael Varela, Luis Aguirre, Alirio Gainza, Marcelino “El Pequeño” Giménez, Alessandro Barbanti, Euclides Rojas, Líbano Naim Barrios, Sócrates Pernalete, Alberto Rodríguez, Pedro Rojas, Pablo Araujo, Niuman “Pocholo” Rojas. En este segundo lote llega a sobresalir el taimado Édgar Martínez, entre extremados.

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Otra habilidad con más bolas También es un juego de salón conocido popularmente como “Pool”, el cual consiste en una mesa semejante a la de billar, pero con 6 huecos y 15 bolas numeradas del 1 al 15, donde en forma creciente y ordenada se buscará introducirlas hasta alcanzar 53 tantos. Esta distracción llegó por primera vez a la carrera 8 entre 14 y 15, especialmente, al negocio de Juvenal Torrealba, para esa edad. Esta nueva competición originó el entusiasmo de muchas personas a participar, por tanto, otros expendios de licores lo adquirieron progresivamente, hasta extenderse por varias zonas de la aldea. Entre los aficionados que esperaban su turno para tacar, los fieles asistentes fueron: Luis

Piña,

Diego

Granadillo,

Manuel

Molina, Juan Giménez, Honorio Rojas, Alfredo Nicolás “Colacho” Pérez, jugador de ventaja

Israel Martínez, Telmo Aranguren, Juan “Ra-Ra” López, Alfredo Nicolás “Colacho” Pérez. Este último fue un tahúr a la hora de

realizar sus jugadas.

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Los primeros goles en el pueblo En el proceso de los años 50, un grupo de interesados en su mayoría criollos, y otros de países donde el fútbol es el principal deporte, tomaron la iniciativa de fomentarlo en nuestra tierra chica. Los primeros golpes torpes a un balón empezaron en un cuadro (manzana) destinado para esa vez a presentar recreaciones, hoy en día, ocupado por el Centro de Coordinación Policial. Los decididos fueron: Simón Goyo, Tomasso Pollino, Luis “Luiche” Varela,

Giuseppe

Puzzángara,

Gerardo González, Franco Barattoni, Claudio “Cayito” Araujo, Alí Varela, Tomás Cristóbal “Pirincho” Lucena, Rafael Sánchez, José Leal, Carmelo Báez,

Esteban

García,

Miguel

Sanabria, entre profusos. Consecutivamente, se mudaron al campo de “El Goajiro” de forma improvisada, con cuatro reflectores

Clan del balompié, cuando el siglo veinte corría su primera mitad.

sobre palos cortados por ellos mismos, y los arcos los armaron de madera. Practicaban por las tardes, luego de cumplir sus jornadas de trabajo, coincidiendo con los entrenamientos del sóftbol masculino, lo cual originaba diferencias por la posesión del terreno. A estos inexpertos jugadores se les agregan: Hugo Suárez, Luigi Fiore, Mimino Mittrano, Paolo Mitrotti, Víctor Acosta, Vicente Fernández, los hermanos Carlos, Pablo, y Jesús “Chiche” Capote, “El Cura” Ángel George, los hermanos Edgardy y Arnold Aponte, José Fandiño. Para este turno, ya se reunían en la carrera 7, con calle 13, para coordinar sus

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actividades futuras y fue allí donde decidieron bautizar la oncena con el nombre de “Ministerio del Trabajo Fútbol Club”. Tras un largo proceso de entrenamientos, decidieron realizar partidos amistosos con sus comparables del vecino Estado Lara, acompañados de: Ana Delis Pérez Acosta (Madrina); su Director Técnico, Tomasso Pollino; árbitro,

Vladas

Dervojedaitis;

organizador,

José

Pérez

Giménez;

ayudantes, José Pérez Acosta y Porfirio Arismendi.

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Tantos con olor a mujeres El fútbol femenino, apenas se da a conocer en las postrimerías del siglo inmediato pasado, por poco, para salvar la honrilla de su género, ya que es la única vez que ha participado en un campeonato organizado. Como es lógico, esta experiencia se llevó a cabo en el terreno deportivo de El

Goajiro,

con

un

calendario de tres meses de

vida,

donde

participaron:

Las

Duquesas, Génesis, La 11, La

Libertad

Tricentenaria,

y

La

contando

con la colaboración de Pedro María Escalona, Iván

Urrieta,

Las niñas de la escuadrilla La 11

Eleazar Rodríguez, entre abundosos. Entre las que golpearon el balón

en

la

cancha,

observaban, Coronado,

se

Zoraida Nelly

Silva,

Consuelo Valladares, Abigaíl Bravo, Elsy Gutiérrez, María Las guapas muchachas del elenco Génesis

“La Toto” Gavidia, Zuly Lovera, María Mejías, Alicia

Rojas, María Graterol, Zoraida López Cordero, Cristian Guédez, Blanca Pérez, Eveliana Pacheco, Giosmara Rodríguez, destacándose estas cinco últimas señaladas, defendiendo sus distintas posiciones cada una de ellas.

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En este torneo relรกmpago, quedaron campeonas las representantes del equipo Las Duquesas, siendo escoltadas por su anรกloga, La Tricentenaria. Seguidamente se tomaron refuerzos de los restantes conjuntos para conformar una selecciรณn y enfrentarse amistosamente a sinรณnimas de los Estados Lara y Yaracuy.

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Muchas trabas para comenzar a encestar La iniciativa del baloncesto masculino la pretendieron desarrollar dos hermanos de procedencia Árabe, en la antigua cancha del cementerio viejo del grupo La Tiama, pero este intento fue infructuoso. En el año 1977 (inexacto), empíricamente y en la calle, unos pocos participantes encabezados por Benedicto Castillo, hacen posible la reaparición de este arte. Poco a poco se fue excitando el ánimo a una mayor cantidad de personas, a punto

de

abrir un campeonato con tres quintetos: La Jungla, El

Parque

y

La

Concepción, donde ganó el

trofeo

reseñado,

el

último

luego

de

participar en las canchas del Camposanto y

Miguel A. Suárez y William Granadillo, forcejean por asir la esfera.

La Concepción. Intervinieron los atletas, José Gregorio Macea, Rafael “Cachapa” Figueroa, Antonio “El Conejo” Pacheco, Gerónimo Narváez, William Granadillo, Miguel Ángel Suárez, Luis González, Julio George, Francisco “Pancho” Guerrero, Félix Soto, Frank Torrellas, Julio Avendaño, Miguel Mujica, Rolando Mujica, los hermanos Yuri y Ezzard Nikita González, entre diferentes. Estos fueron unos de los más aventajados: Benedicto Castillo, Asdrúbal Salcedo, Rómulo Avendaño, Ángel Legón, Gerardo “Carapacho” Narváez, Ezzard Nikita González, y Tadeo Monedero, (Campeón encestador varias veces consecutivas).

98


99


Voleibol femenino anticipado En Venezuela, el voleibol dio sus primeros pasos entre los años 1929-1930, es decir de una forma incipiente; y cinco años después (lindante), en una extensión inmediata a la Plaza

Bolívar

la

aprovechaban

unas

aprender

los

adolescentes

para

conocimientos

fundamentales

de

este

juego, cuyo mentor fue el Br. Pedro Manuel

Mujica,

aliado

con

los

colaboradores Ángel Alejos, Juan Agustín Mosquera y José Ramón Oviedo. Por ello, cuando estas señoritas llevaron a

Virginia Hernández, rematadora

la práctica este recreo por una duración importante, sus guías y asistentes decidieron que estaban aptas para enfrentarse a sus equivalentes. Auténtico, fue el momento Pedro Manuel Mujica, su esposa Josefina Vásquez de Mujica y quien esto escribe

del

uniforme

de

pantalón corto y falda, aunque esta vestimenta era un escándalo para la sociedad en general. Pero

a pesar de las murmuraciones de la gente, durante su permanencia siempre hubo seis participantes en la cancha para chocar con agrupamientos de Nirgua, Aroa, Guama, Urachiche, Camunare, entre otros caseríos.

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Entre otras componentes, atinamos a Virginia Hernández, Ana Luisa Ramones, Erenia Sierra, Carmen Boquett, Evangelia Parra, Pastora Orochena, Carmen Marchena, Josefa Sánchez y Carmen Catarí.

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Otra generación de deportistas Comenzando la segunda parte del siglo veinte, decidieron saltar al terreno para adiestrarse en el ejercicio del voleibol, guiadas por Gerardo Suárez (Director Técnico) y su colaboradores

Yílber Pastor Pérez y Alfredo

(Carapacho) Narváez, unas cuantas inexpertas, específicamente en las canchas del camposanto de La Tiama, Las Carrascosa, Múltiple y Club Los Industriales. Entre a chorros, se daba con Rosario Alvarado, Inés Martínez,

Francisca

Martínez,

Máxima

Colmenárez,

Dulce

María Grimán,

Carmen Zoila Cabezas, Mary Eloísa Pérez, Coromoto Angulo, Auria Alvarado, las hermanas Nadeida “la Mima” e Idia “la Nena” Chávez, las hermanas María y Yelitza Coroba, Silvia Barreto, Íngrid Granadillo,

Gloria

Torrellas,

Nelly

Vásquez.

Yelitza Coroba, salía a la cancha a conquistar el triunfo

Después de un tiempo considerable de prácticas intensas, buscaron calibrar sus habilidades realizando encuentros contra las representantes parecidas de Las Velas, La Ensenada; y de igual manera con las opositoras de Urachiche, Guama, Chivacoa, quedando listas para competir en una pugna organizada en la ciudad de San Felipe, donde a la postre llegaron en segundo lugar, considerándose un buen desempeño, ya que acudieron seis aspirantes al trofeo.

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Bolas criollas - masculino En el primer segmento del siglo veinte, se jugaba a la bochas en distintos sitios (solares), con apuestas de dinero, pero estas eran fabricadas de madera (vera), que por cierto no fueron tan redondas. Para diferenciarlas de cada rival, cuatro estaban marcadas con una cruz cada una y otras tantas sin señal alguna (lisas). Más tarde, en los años 60, el Br. Liborio

Romero,

Pablo

Emilio

Ochoa y Miguel Ángel Barradas, deciden

coordinar

el

primer

campeonato organizado de este deporte cuando se practicaba con un mingo de material sintético y Eusebio Flores, garantía al momento de “marranear” para rendir tantos

bolas de colores verdes y rojas. Es de señalar que, en competencias se usan dieciséis esféricas, porque participan ocho personas en total

(cuatro por equipo), en una cancha reglamentaria de por lo menos 20 metros de ancho por 25 de largo, cercada comúnmente de madera y protegida a su vez por caucho de neumáticos. Con la participación de las divisas: Sindicato de la Caña de Azúcar; CADAFE; Acción Democrática (AD); Club de Leones, Yaritagua y Concejo Municipal (CM), fue inaugurado este pasatiempo en los domicilios de la carrera 7 con calle 19 (antigua casa de la Escuela Cedeño), y CADAFE, en la carrera 6 entre 20 y 21.

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En este primer fogueo, se lucieron en la especialidad de arrime, Rafael “El Chingo” Suárez y “El Abuelo” Antonio Pareja; en el boche rastrero, Eusebio Flores; mientras que en el aéreo destacaron José “Joché” Giménez y Andrés Carucí, quien quedó líder en este departamento, con un total de 35 efectivos de 39 lanzados, para un promedio de 897 puntos. Por grupo, terminó de primero el representante de los trabajadores azucareros. Entre montones de participantes, tropezamos con Alirio Chacón, Luis “Luiche” Varela, Luis “Rabo e’ Candela” Neus, Pastor Ustáriz, “el Mocho” Antonio Quintero, Pedro Sira, Tomás Cristóbal “Pirincho” Lucena, Eloy “El Cigarrón” Herrade y Francisco “Panchito” Silva.

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Féminas también arriman y bochan La clase feminal no quiso quedarse en el aparato de partida y así, incursiona en el pasatiempo de arrimes a pata e’ mingo y boches clavaos, luego de asesorarse y entrenar con sus respectivos capitanes en los diversos patios destinados para tal fin. Seguidamente, cuando cumplieron con sus requisitos necesarios, se dispusieron a montar una competición por primera vez, donde entraron en juego: CADAFE, El Tamanaco, INOS, Los Inocentes y La Tiama. Para el preludio de estas Evas, asistió

una

curiosear

sus

multitud destrezas

para al

ejecutar sus jugadas. Al final del calendario de estos partidos, tras computar

los

numeritos,

se

conoció que brillaron: Graciela

Ante, Graciela Alvarado, Amparo Montes y Evelia Rojas. Atrás, Juana Alvarado y Jorge Aldazoro

Alvarado y Evelia Rojas, en los arrimes; Amparo Montes y Francelys Gavidia, en boches rastreros; Teotiste Leo y Juana Romero, en boches aéreos.

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Una costumbre venida a menos Un terreno Municipal abandonado en las inmediaciones del nivel La Cachamenta, servía de rochela a un grupo de zagaletones, donde la mayoría de asistentes eran fulleros en sus actividades preferidas. Esto sucedía en los años 40 del siglo veinte, donde se practicaban diversos juegos, entre innumerables: ajiley, dados, chapita, piedrita, béisbol, papagayo, hoyuelo, pañuelo, ojito, perinola, yo-yo, furruco, trompo y metras, pero precisamente, el vicio que predominaba era el último mentado y estaba de moda el “uñita o criollito”, el cual se ejecutaba usando los dedos índice y pulgar para impulsar la bolita de vidrio hasta una hueca primeramente hecha en el suelo, para seguidamente tratar de Eudes Samuel Giménez, hábil en varios juegos.

darle un tope (pegarle) con su “jugona” a la de sus antónimos. Algunos mozuelos fijos para contender en el “Hueca y Tope”, fueron: José “El

Arriero” González, los hermanos Rafael “La Purrunga” y Víctor “Siete pelos” Escalona, César Augusto Quintero, Ramón “El Iguano” Gutiérrez, los hermanos Pastor “El Canita”, Oswaldo “El Quipito” y Eudes Samuel “El Galápago” Giménez, José Ramón “El Chácara” Rodríguez, José Elauterio “Pejesapo” Colmenárez; donde los más descollantes eran: Samuel “El Galápago” Giménez, Juan José “El Curundo” Colmenárez y Bartolo “Tole” Gavidia.

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A la pista balonvolea masculino Una muchachada, la mayoría del centro del Distrito, propinan sus primeros manotazos a un balón de voleibol poco más o menos en la mitad del siglo inmediato pasado, con la intención de deleitarse, ejercitarse y defender su territorio deportivo, siendo la ruina de “Las Carrascosa”, la más utilizada por estar preparada adecuadamente en la parte física y recibir equipos invitados para enfrentarlos amistosamente, con el objetivo de

foguearse,

principalmente,

en

destreza. Luego

de

entrenar

durante

una

permanencia prudencial, comenzaron a medir sus fuerzas contra elencos de Guama,

Chivacoa,

y

hasta

se

enfrentaron en una oportunidad a la selección del Estado Yaracuy para esa

Gerardo “El Repollo” Quintana, jugador, entrenador, y director

data, donde independientemente del resultado en el

marcador, más

importante fue lo novedoso y el convencimiento de cada deportista por presentar un buen espectáculo en cada jugada. Entre cantidades, la plantilla estaba estructurada por, los hermanos Luis “Luiche”, Rogelio y Roberto “Mimí” Varela, Honorio Gainza, Manuel Alberto Colmenárez, Carlos Luis López, Juan Antonio Guédez, José Ramón Rivero, los hermanos Samuel y Marcial “Chicho” Rojas los hermanos Alirio y Pedro “Cagüito” George, Oswaldo “El Chingo” Rojas, José “Paquito” García, Gerardo “El Repollo” Quintana, Francisco Alvarado Polanco, Oswaldo “Camarita” González, los hermanos Esteban

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y José Francisco García, Simón Goyo, José “Papín” González, los hermanos Rafael Ángel “Chanjo” y Fidias Castillo, Rafael Antonio López, Tomás Cristóbal “Pirincho” Lucena, de donde se entresacaban los seis participantes a guerrear por cada laurel. El espigado y admirable jugador, Gerardo “El Repollo” Quintana, era quien se encargaba de entrenarlos y también servía

como Director

Técnico en cada contienda realizada como visitante, y aparte, cuando le correspondía ser anfitrión. Realmente, este grupo actuó alrededor de un quinquenio.

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Se sostiene la tradición sin una rueda Todo el ámbito que hoy ocupa el edificio del Cuartel de Jurisdicción de Agentes, terreno comunal desde el cumplimiento de la Colonia, sirvió de escenario en sus primeros años para casi todas las ferias públicas, entre ellas, las correspondientes a las fiestas patronales, las cuales se celebran en el mes de diciembre de cada año. Luego, las realizaron en la Avenida Perimetral Sur, frente a la estación del ferrocarril y en la actualidad en la misma Avenida, pero al lado de la Turbogás,

donde

incluso

se

observan los habituales tiovivos (carruseles), ruletas,

bazares,

bingos,

quioscos,

entre

otras

exhibiciones. Esta máquina no volvió más a este pueblo.

Al contrario, el gran ausente desde hace muchísimos años, es un aparato circulante gigantesco que giraba sobre un eje verticalmente en un rato de cinco minutos; con

12 asientos y capacidad de carga para 36 personas (ambiguo), donde las mismas gritaban de emoción; miedo; e incluso, se producían vómitos por las vueltas rápidas a que eran sometidas una vez iniciada la acción. Este dispositivo funcionó en la actual carrera 11 entre 19 y 20, también en la carrera 8 entre las mismas calles y es conocida popularmente como el “viaje a la luna “

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Batazos, pero a una pelota mayor En el año 1967, se comenzó a asomar de una manera tímida el sóftbol masculino, ya que sus precursores fueron motivo de mofas por parte de los fanáticos, y por si todo esto fuese poco, así mismo, tenían polémicas con los atletas del fútbol, por la distancia del terreno, ya que los dos grupos concurrían a practicar en el mismo horario. Entre los que avivaron este novedoso adiestramiento placentero en el Goajiro, de una manera lenta, pero progresiva, se advertían: Oswaldo “Camarita” González, Claudio “Cayito” Araujo, los hermanos Roberto “Mimí” y Luis “Luiche” Varela, Pedro “Cabezón” Crespo,

Sira, Tomás

Miguel Cristóbal

“Pirincho” Lucena, Carlos Luis

Escuadra pionera de este deporte en el Distrito

López, Rubén “El Guerrillero” Romero, Salvador Sifontes, Víctor “El Muñeco” Suárez, Enrique Alvarado, Carlos Dugarte, Reynaldo Ledezma, Eduardo “Garrapata” Pérez, Marcial “Chon” Montes, Alfredo Nicolás “Colacho” Pérez, Juan “Juancho” Durán, Miguel Varela, Eloy “El Morrocoy” Polanco, Alirio George, Oswaldo Parra y Simón Goyo, siendo estos dos últimos, los más prominentes. A duras penas lograron conformar el equipo cuyo nombre fue “Yarit”, y su primera experiencia fue cuando se enfrentaron a la Base Naval de Puerto Cabello.

De

atrás,

se

suman

otras

escuadras:

“Tamanaco”

e

“Industriales”, lo cual dio la oportunidad de organizar el primer

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campeonato distrital, quedรกndose con el galardรณn el perteneciente a la industria.

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Contagiadas por atrapar pelotas Tras bastante proceso de adiestramiento para irrumpir en una actividad tan parecida al béisbol, pero donde se utiliza una pelota de mayor diámetro, en el decenio de los años 70, el sóftbol femenino no se queda atrás y decide salir a la palestra con la camiseta de “Las Comadres”. Para ir tanteando su aprendizaje las inscriben en un certamen contra las agrupaciones contiguas: San José y Agua Negra, donde afortunadamente saborearon su primer premio. Transcurrido

cierto

tiempo,

intervienen en una justa de novatas en el Estado Lara, con la

participación

de

seis

bandadas en total, la cual fue considerada bastante aceptable esta nueva experiencia, ya que lograron alcanzar el tercer lugar

“Las comadres” posan para la fotografía

en la tabla de posiciones. En

aquel

gusto,

las

competidoras fueron estas: Lila González, Marisol Rodríguez, Mirian Alfin, Coromoto Angulo, Blanca Pérez, Yasmira González, Sara Salas, Nidia Dorante, Moraima Mendoza, Norinda Barradas, Pastora Peraza, Silvia Barreto, Dilcia Andrade, Íngrid Granadillo, Rosa Peña, Elbia Rivero, Yasmira Jiménez, Deisy Colmenárez, Dalia Escalona, las hermanas Alicia P. y Judith Hernández, Alicia M. Hernández, Carmen Santana, Claudina Olivo, Yolanda Giménez, Coromoto Hernández, María Cuicas, entre otras ambiciosas.

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Mención destacada para las compañeras de esta colección: Delia Rodríguez, las hermanas Yadira y Yajaira Granadillo, Mirian Giménez, y sobre todo estas dos últimas relatadas, quienes eran tomadas por el Estado Lara como refuerzos para cualquier evento deportivo de alta competencia. Precisamente, es idóneo relucir que esta misma cuarteta de jugadoras señaladas anteriormente, defendieron los uniformes de Galletera El Ávila, Brandy Martel, y Universidad Centro Occidental (UCO), todos de Barquisimeto. Oswaldo Gómez y Luis Hernández fueron los encargados de dirigir a este team de bellas muchachas durante su corto tiempo en los estadios, más o menos tres años. A más de esto, recibían las enseñanzas de los adjuntos: José Miguel Hernández, Raúl González, Pablo Pinto, Oswaldo “Camburito”

Rodríguez,

José

“Cheo”

Hernández,

José

“Cheo”

Colmenárez, Antonio Hernández y Armando “Surupa” López.

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La viveza criolla Otra de las tradiciones ya perdidas, tal como es la competencia del palo encebado, el cual estaba conformado por un madero fijado a la tierra y cerca de seis metros de altura; cubierto totalmente de grasa, y en su cúspide se colocaban los premios a ganar, como muestra: zapatos, chucherías, litros de licor, dinero, entre otros beneficios. Los parajes para esta ociosidad fueron las barriadas: La Concepción, La Cachamenta, Calle Nueva y la manzana donde hoy vemos la División de Gendarmes. Entre los competidores que no podían

conseguir

este

objetivo

nos

percatamos de Saturno García, los hermanos Antonio y Pedro Durán, José Peraza, Eugenio Filemón Leo Su finura fue decisiva en sus triunfos

Linárez,

Armando

Linárez,

Casiano Gavidia, entre acumulaciones. En

esta

gimnasia

física,

dominaba

habitualmente Filemón Leo, pequeño en estatura, pero con una

alta inteligencia,

donde aplicaba la estrategia de esperar hasta que varios de sus rivales intentaran escalar antes, ya que éstos les desgrasaban el poste cuando intentaban subirlo, para él pronto ascender con facilidad cuando llegase su turno.

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Destello de atletas vencedores En el suelo Green Spot, que ha servido durante muchísimos años como punto de encuentro para prepararse adecuadamente en la práctica de diversas actividades, se vio invadido en esta oportunidad por aprendices de los dos órganos de la generación, con el pretexto de distender los músculos en la jerarquía del atletismo. Entre las primeras asistentes a los entrenamientos estaban: Auria Alvarado, Amada Oropeza, Belén Alfín, Isidra López y Aura Soto, para oír las recomendaciones

de

los

más

experimentados en este entusiasmo. Tras recibir prácticas de su entrenadores por

un

ritmo

razonable,

fueron

participando ante sus afines hasta quedar listas para sus competencias regionales, estadales y nacionales. Las primeras dos contadas asistieron a

José “El Cherere” Velásquez, corredor de largas distancias

eventos nacionales en las especialidades de

velocidad

y

salto

alto,

correspondientemente, y la última nombrada también ocupaba un lado entre las más relevantes. Andando la espera, estuvieron de acuerdo en hacerse conocer con el nombre de “Club Mixto Horacio Esteves”, en honor a este paisano, quien había logrado igualar el récord mundial de velocidad en 100 metros planos, al parar el cronómetro en 10 segundos flat, en el decenal de los años 60. Intencionalmente, esta estrella internacional visitó en unas dos oportunidades a los diligentes novicios de relevo, a modo de brindarles estímulo y enseñarles nuevas técnicas.

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En este mismo sentido, entre los primeros aspirantes asistieron: Tomás Meza, Hugo Suárez, José “El Cherere” Velásquez, Enrique Querales, los hermanos Arnaldo “Chiquitín” y Alonso “Cabezón” Díaz, Guillermo “Mito” Torres, Marcial Rivero Campos, Narciso Sandarita, Jorge “El Topo” Loaiza, Sauly Colmenárez, Rubén Calvete, Miguel Arroyo, Carlos “El Negro” Rojas, los hermanos Nelson y Saúl Angulo, Arnulfo Arias, Carlos Luis López, Carlos Rivas, Moisés Zambrano, Arcadio “Cayito” Alvarado, entre infinitos. De todos ellos, acudieron a contiendas nacionales: los hermanos Nelson y Saúl Angulo, Arnulfo Arias, Carlos “El Negro Rojas, Hugo Suárez, Guillermo “Mito” Torres, Arnaldo “Chiquitín” Díaz, Arcadio “Cayito” Alvarado y Narciso Sandarita. Por contraste, fue Hugo Suárez, quien obtuvo medalla de plata en un nacional efectuado en la ciudad de Caracas, en la especialidad de jabalina, como, en Juegos Estadales en Bruzual (Yaracuy), implantó una marca al lanzar el mismo instrumento a una distancia de 60 metros, y Moisés Zambrano, quien ganó en muchos eventos internacionales y fue elevado al Salón de la Fama de Venezuela en el año 2014. En cuanto a los encargados de diligenciar (colaborar) con estos dinámicos, estaban listos, Br. Liborio Romero, Rafael Giménez, Ángel Molina, Alirio “Boca e’ Green” Rojas, Antonio “El Loco” Zambrano, Pablo Emilio Ochoa, entre distintos.

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Cuando era más santa la semana Desde finales del siglo diecinueve, fue instaurada la procesión católica en la Iglesia Santa Lucía, donde su feligresía acompañaba la escultura del Santo Cuerpo por algunas calles asignadas para tal motivo. Este Divino Santo fue adquirido en la ciudad de Roma (Italia), con una colecta realizada entre hacendados y comerciantes de tanda, la cual contó con morocotas y pachanos (monedas de oro). En el año 1916, el Presbítero José Arquímedes Torres, agregó cinco representaciones

de

Dios

que

distinguen esta actividad religiosa, en otros términos, desde hace una centuria. Ellas son: Jesús en el Huerto, el Domingo de Ramos, coordinada por Ramón Villalobos

El Santo Cuerpo, acompañado por sus fieles a la iglesia Santa Lucía

y familia; Jesús en la Columna, el Lunes

Santo,

Magdalena

ordenada de

por

Fernández,

Teonesto Parra, Pedro Pérez y sus familiares; Humildad y Paciencia, el Martes Santo, dispuesta por las familias Melo y Orozco; El Nazareno, el Miércoles Santo, adaptada por las familias Garfides y Gainza; Jesús Crucificado, el Jueves Santo, acoplado por la Sociedad del Santo Cristo, el más longevo (1890); el Viernes Santo, El Santo Cuerpo, organizada por Benigna Escalona de Otero, Filomena Otero de Carvallo, Santiago Carvallo, Pablo Carvallo y Otón Carvallo. Andando una temporada, Monseñor Onorato D’Alessio, le sumó La Dolorosa el Sábado Santo y El Santísimo, el Domingo de Resurrección.

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Durante muchísimos años, esta creencia fue arraigada en la gente, donde los cargadores se disputaban la imagen por llevarla a cuestas el mayor tiempo posible de una modalidad voluntaria. Así, las emisoras de radio difundían únicamente música selecta desde el Miércoles al mediodía hasta el Viernes Santo a las doce de la noche; no comer carne roja; no barrer; no fornicar; y las beatas para entrar a los templos católicos deberían hacerlo con vestidos cuyos ruedos estuviesen debajo de las rodillas; blusas sin escote y llevar sus cabezas cubiertas de velos o pañuelos. Aquí es bajado del cielo, recordar que estaba de usanza el abanico para disminuir el calor.

También marchan católicos de “El Jobito” A principios del siglo veinte, concluyentemente en el año 1904, es fundada la Sociedad Amantes del Santo Cuerpo, con el propósito de recibirlo de manos de su dueño Don Santiago Carvallo (padre), para ofrecerle la ceremonia correspondiente del Viernes Santo de cada año en un humilde tinglado provisional preparado por la comunidad de la iglesia Inmaculada Concepción. Medio siglo después, en el año 1954, esta asociación de personas decide comprar un Santo Cuerpo a Monseñor Onorato D’Alessio, por Bs. 1.500,00 y su ataúd fue fabricado por Cateno Lappi Noto. Banda musical "La Mora"

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En el siguiente año, cuando su

mártir

propio

fue

legalizado por el Padre Luis Urbano, comienzan entre algunos, con rodetes en sus cabezas

sus

creyentes

seguidores, José Domingo Gómez, Colmenárez,

Domingo Gonzalo

Fervientes acompañan el Santo Cuerpo a capilla Ntra. Sra. de Lourdes. La Mora

Fréitez, Justino Rodríguez, Daniel Brito, Justino Oropeza, Francisco Arrevillaga, José Silva, Enrique Granado,

Elvia

Rodríguez,

María Mujica, las hermanas Reina, Celia y Aída Villa, Avelino Serradas, al frente, a recorrer las calles desde el Santuario

hasta la capilla

Nuestra Señora de Lourdes, en Rafael Rincones, encarnando a Jesucristo

La Mora y viceversa.

Martirio de principio a fin Aunque en el año 1925 se presentó el Vía Crucis viviente a los residentes, al revés de, es en el año 1984, cuando se estabiliza con un grupo de teatreros reunidos en la carrera 7 entre 10 y 11 de la población, inspirados

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en su similar de la iglesia Inmaculada Concepción, bajo la dirección de Germán Ramos. Además, se encontraban: Ángel Radas, Julio Montilla, Johnny Emilio Rangel, Citralis Godoy, Alexis Mujica, los hermanos Carlos y Antonio Suárez, entre apartados. Esta parecencia de Jesucristo hacia el Calvario, salió por primera vez de la Casa de la Cultura, pasando por la Plaza Bolívar, bajando por la calle 19 hasta llegar a la estación del ferrocarril, continuando hasta comenzar a subir el cerro La Matica y llegar a la última parada en la Cruz de El Capuchino. Al

principio

pretendieron

realizarlo en el Calvario, e invitar al actor Guaicaipuro Rojas, pero finalmente se decidieron por Carlos

Durán.

Es

oportuno

señalar la asistencia de una parte de los alumnos del Liceo Santa Lucía y el Profesor Paniagua, en aquella evolución. Los ensayos tenían lugar en la

Carlos Durán, es quien más lo ha interpretado

Casa de la Cultura José “Pepe” Blanco Peñalver, con la participación de los actores Orlando Quiñónez, Ángel Guerra, Elio Liscano, José “Cheo” Perdomo, Freddy “Patalante” López, Lusvis Ramírez, Frank Durán, Óscar Lucena, Octavio Medina, Geovanny Montes, Frenny Pérez, Antonio Graterol, Elizabeth Pérez, Duberlys Querales, Jackeline Montes, Éric Chuello, Claudio Figueredo, Javier Escobar, los hermanos Miguel y José M. Aldana, Juana Chávez y otros (as) más.

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Al cabo de una existencia, nace la Fundación Vía Crucis, de forma independiente. Luego, a esta práctica católica de sus nativos se le han sumado otras ramas de arte dramático, tales como TETY, Guaremalito, por modelo. Otros protagonistas en el papel de Jesucristo han sido: Richard Yépez, Rafael Rincones, Jonemil Mendoza y Orlando Mendoza. Esta herencia artística debe mantenerse como Patrimonio Cultural, ya que este espectáculo atrae turistas cada vez más y por eso mejorar la economía interna.

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Grupos religiosos católicos Desde hace siglos, unas personas de la religión católica han conformado lo que se denomina Sociedad, con la promesa de ley acordada ante Dios por los presentes en una asamblea efectuada para tal determinación. Todo esto con el objetivo específico de abogar por los necesitados y el respeto a todas las personas, indiferentemente de cualquier modo de pensar. Lo mismo, para coordinar las festividades

religiosas y

mantenimiento de cada Iglesia correspondiente. A continuación, apenas unas pocas de la gran cantidad de cofradías que han participado durante muchos años, dejando siempre un resultado positivo en cada una de sus distintas gestiones.

Sociedad Jesús de Nazareno Fundada el 10 de junio de 1962, en la carrera 9 entre 7 y 8. Creadores: Clemente Heredia, Néstor Alvarado, Aquilino Pérez, Francisco Arrevillaga, Germán Montesdeoca, Ramón García, Ventura Valenzuela, Andrés Pérez, Andrés A. Serradas, Martín Salcedo, Erasmo Pérez. Onorato D’Alessio (Monseñor).

Sociedad San Andrés Creada el 08 de julio de 1945 (Cambural). Integrantes: Filomena de Paradas, Luisa Martínez, Marcolina de Rojas, Gregoria “Goya” Pérez, Eustorgia de Rojas, Bonifacia de Ruiz, Antonio Durán, María Natividad Escalona, Encarnación Rojas, Esaúl García, Isaac Gómez (padre), Segundo Paradas, Manuel Rojas, José Mayor, Demetrio Brito, José Olimpo Pérez, José Carmelo Giménez, José Anselmo

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Gómez, Antonio Peroza, José de la Paz Ascanio. Arquímedes Torres (Padre).

Sociedad Inmaculada Concepción Establecida el 21 de abril de 1982, en iglesia La Concepción. Iniciadores: Ramón Antonio Marchena, Alberto Omaña, Nelly de Calvete, José “Chicho” Orozco, Andrés Durán, Sol Beatriz de Lucena, y otros (as). Onorato D’Alessio (Padre).

Apostolado a la oración Sagrado Corazón de Jesús Instaurada el 17 de junio de 1977, en iglesia La Concepción. Precursores: Josefina de Piñero, Carmen de Canelón, Maura de Giménez, Jóvita de Espinoza, María E. de Oropeza, Mercedes de Mendoza, Josefina de Mujica y Josefina de Lucena. Cura Párroco, Ramón Herrera.

Sociedad San José Constituida

en

el

año

1950,

en

el

sector

Camino

Nuevo.

Instauradores: Juan Tomás Álvarez, Domitila Fernández, Modesta Fernández, Urbano Marchán, Pedro Romero, Pedro Durán, Tomasa Barrios, Pedro Pérez, Edelmira Martínez, Gregoria Díaz, Leopoldo Gudiño, María R. Valera, Zenobia Urriola, Basilia Parra. Ranilla Zúñiga (Padre).

Sociedad Humildad y Paciencia Basada el 15 de abril de 1915, en la carrera 5 entre 20 y 21. Promotores: Pedro Canto, José E. Orozco, Martín Orozco, Lorenzo Liscano, Carmelo A. Tovar, Ramón González, Remigio Valenzuela, Magdalena Sánchez, Eufrasio Orozco, Esteban Colmenares, Pedro Pérez,

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Jesús M. Medina, Anacleto Vargas, Segundino Pérez. José Arquímedes Torres (Sacerdote).

Agrupación religiosa Santo Cuerpo Erigida el 03 de abril de 1977, en la iglesia Santa Lucía. Socios: Pablo Carvallo, Ramón A. Boquett, Hilarión Cardozo, Eloísa Alvarado, Caudia Cardinales, Euclides Pérez, Magalis Giménez, Coromoto de Méndez, Gloria de Boquett, Elisa Méndez, Gaspar Boquett, Otón Carvallo, Rafael Giménez, Nancy Varela, Carlos Boquett, Pedro Nolasco Escobar, Honorio Montesdeoca, Ramón Díaz, Justino Ordóñez, Vladimir Giménez,

Gaudis

Pérez.

Director

Espiritual,

Onorato

D’Alessio

(Monseñor).

Sociedad

de

Asociación de Nuestra Señora del Carmen

Nuestra

Señora del Carmen Iniciada el 13 de agosto de 1916, en la carrera 6 con calle 20. Organizadores: Leonardo Simón Estúlume, Julián A. Alvarado, Ramón Fernández, Andrés Giménez, Leandro N. Fuentes, Pedro M. Mosquera, Pablo J. Carvallo, R. A. Asuaje Lara, Isidro A. Fuentes. José Arquímedes Torres (Sacerdote).

Sociedad de San Juan Bautista

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Levantada el 24 de junio de 1958, en la carrera 6 entre 14 y 15. Socios: Eutimio Silva, José R. George, Gladys de Colmenárez, Rafael Hernández (padre). Director Espiritual, Monseñor Onorato D’Alessio.

Sociedad de San Judas Tadeo Instituida el 02 de febrero de 1962, La Ensenada. Formadores: Dionicio Gil, Benjamín Olivo, Braulio Ramos, Segundo Paradas, Rodolfo Carucí, Pedro Acosta, Justinio González, Pedro Soteldo. Onorato D’Alessio (Monseñor).

Sociedad Amantes del Santo Sepulcro Organizada en el año Sociedad de San José

1904, en la iglesia La Concepción.

Erigidores:

Eliseo

Veracochea

(Presidente),

Ramón Espinoza

(Vicepresidente),

Santos

Peña (Vocal). Nota: Ni siquiera había Padre asignado en este santuario.

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Libres contra atrapados Como un elemento más del programa correspondiente a las fiestas patronales tradicionales de los nativos, en la sección cívica era incluido un partido de béisbol (caimanera) entre “solteros y casados”, donde se jugaba en forma desordenada, a mayor abundamiento, sin reglamentación. Ante un número importante de personas, principalmente de sexualidad feminista que se agolpaban ceñidas a las rayas de cal demarcadas por los lados izquierdo y derecho de la superficie; de esta manera, otra parte de simpatizantes a esta actividad jocosa, dirigían la atención desde las tribunas y gradas (talanqueras), hasta el desenlace. Ganar encuentro

o

perder

este

resultaba

igual

Jugadores de “Solteros”; fanáticos; árbitro (Zabaleta) y Teodocia Soteldo (madrina)

para el uno y el otro cuadro, porque la finalidad era compartir en medio de risas las comiquitas ocurridas durante todo el juego de pelota, y naturalmente, cada quien acompañado de alguna bebida alcohólica. Otra meta, era que interviniesen todos los anotados en el róster de cada partida, en rol defensivo u ofensivo, en los dos casos salían como emergentes a cada minuto para complacerlos a todos. Todo esto se inició en la tierra pública cercana a la Plaza Bolívar, luego se realizó en El Goajiro y finalmente en El Green Spot, durante el correr de los años 50, en un cálculo con aproximación de cinco años solamente.

126


Para complementar esta fiesta deportiva, en alguna oportunidad se encargaron de dirigir a estos equipos: “El Maestro” Domingo Fuentes y Pedro Parra; para sentenciar las decisiones, los árbitros: Miguel “Manito” Sánchez y José Gerardo Zabaleta, (único umpire en trabajar con sombrilla). En el montículo estaban frente a frente los “estelares” lanzadores, Pastor Sánchez y Pedro Peralta, por ejemplar. Entre las “estrellas” de este gustazo, figuraban: Teonesto Parra, Juan Manuel “Chorito” Oropeza, Alfredo Castell, Ciro Almeida, Teodosio Tona, Br. Pedro Manuel Mujica, Vicencio Alvarado, Ángel Alejo, los morochos José Francisco y León Peralta, Ángel Rafael Oropeza, Miguel Varela, los morochos Pedro y Rafael “Fatiguita” Peña, Otón Carvallo, Claudio “Cayito” Araujo, Pedro Carmona, Dimas Medina, Marcelino “El Pequeño” Giménez, José Ruiz, José Juan Delgado, José Ramón Álvarez, Napoleón “Napoleoncito” López, Cinecio “El Ovejo” Vargas, Francisco Oviedo, los hermanos Antonio y Pedro Durán, Antonio Fonseca, Juan Orochena, José “Papín” González, Eloy Polanco (padre), Pablo Vásquez, Silverio “Cabra Loca” Polanco, José A. Torrealba, Ramón “Nea” Tovar, Julio Mendoza, “El Loco” Carlos Silva, Antonio “La Copa” Gómez, los hermanos Remigio y Jesús María “Chucho” Parra, Martín Oropeza.

127


Apatía en el ciclismo de mujeres El pedalear de bicicletas para el tipo mujeril ha sido totalmente efímero, ya que apenas resalta una competencia organizada por los encargados de la celebración de los trescientos años del territorio de la Virgen Santa Lucía, en el año 1970. En este orden de ideas, hace más de cuarenta años que no se ve algo comparable a ésta, la cual se desarrolló en la Avenida Padre Torres, donde se dieron cita las participantes: Ruth Silva, Judith Sivira, Berta Carreño, María Mendoza, María Rosalía Arroyo Lara “La Guaica”, Josefina Hidalgo, entre otras aspirantes, resultando ganadora del trofeo, la última de las enumeradas. Este clásico constó de seis vueltas al paseo ya sacado a relucir, donde asistió una gran cantidad de gente para animar María Rosalía Arroyo Lara, “La Guaica”

a cada una de éstas combatientes que resistían un sol inclemente, el cual apuraba

el

cansancio

físico.

Sucesivamente, la entrega de premios se llevó a cabo en la sociedad deportiva “Los Compadres”, en medio de un ambiente de alegría, donde compartieron las que tomaron parte en este evento y su público seguidor.

128


Competencia con final enlodado La velocidad sobre ruedas, pero con obstáculos (motocross), se estrenó a principios de los años 70, cuyo móvil era ofrecer un desahogo público nunca visto antes en la región, estimulado por una infinidad de personas. Aquí entre los antecesores aparecen, Jesús María Alvarado, Henry Rodríguez, José Acevedo, Germán Honorio Arteaga, Gustavo Roz (padre), Carlos “Carlucho” Soteldo, Francisco “Chico” Pérez, Félix Soto, Argenis Linárez, Gérard Aguilar, Félix Rojas. El primer paraje se puso en marcha

donde

actualmente

funciona la escuela Jesús Millán, detrás, en el nivel Sabanita, para finalmente concluyente

lograr en

la

un

lugar

zona

de

José C. “Goyito” Rodríguez Un as en su categoría

Soteica, llevando por nombre: “Pista Guaremal”. En todos estos pisos

fangosos

entrenaban

y

rivalizaban pilotos de distintas categorías para evaluar a los principiantes y antiguos de este acto tan rudo y peligroso. Entre los novatos se encontraban: Rafael Margi, José Gregorio Goyo, Henry Rodríguez, José Concepción “Goyito” Rodríguez, José “Nelo” González, Miguel Alejo, Aníbal Pereira, Gerardo Ponce (hijo), Justino “Tinito” Rodríguez, Raúl Suárez, Gustavo Roz (hijo) y Geovanny “El Culebro” Durán.

129


Entretanto, por los expertos formaban parte,

Marcos Lares, Gustavo

Herrera, Alfredo Herrera, Ricardo Boada, José Lobo, Fernando Macías, Tomás Góinguer, Claudio Hipólito y Eduardo Roz. En este desarrollo, que relativamente fue de poca subsistencia, se destacaron: José Concepción “Goyito” Rodríguez, al ganar una carrera en San Felipe, en la categoría de novatos, representando al círculo “Los Compadres”. Eduardo Roz, obtuvo varios triunfos en competiciones nacionales en 125 y 250 c.c. y José Antonio González Valdés, cuando en una Yamaha 100 c.c. acondicionada, cruzó la meta de primero, venciendo entre otros émulos, a Julio “la Vieja” Nieto”, Regnier Gómez, Miguel Lascano, Naudy Suárez, Alberto Suárez, Gustavo Carmona, Francisco Tamayo, Alfredo Briceño, Daniel Suárez y Enrique Lazo. Ídem, ayudaron de alguna manera: Nelson Silva, Orlando Reyes, Ángel García, Gerardo Macea, Mike Farnataro, Rafael Zárraga, Nicolás Díaz y Juan González, éstos dos últimos, en función de patroleros.

130


Match con dificultades en su recorrido Catalogada como una acción de ensayo fue la inclusión de esta lucha ociosa ejecutada sobre dos ruedas (Bicicross) con inconvenientes en el camino, la cual se efectuó en una parte conocida como “El Campito”, acondicionada paralelamente a la vía férrea, cerca del galpón propiedad del Instituto ferrocarrilero. A este deleite público asistieron una gran cantidad de curiosos, y por eso tuvieron la oportunidad de presenciar las tantas caídas que sufrieron los concursantes en los diversos charcos de agua hechos con esa predisposición. Todo esto llegó en los años 70, cuando un grupo de zagales tomaron la iniciativa de probar sus capacidades físicas al tener que conducir sus vehículos (bicicletas) en Luis Enrique Méndez, entre los competidores

un terreno bastante resbaladizo para llevar a cabo este nuevo maniobrar. Este pique contó con la colaboración de Henry Rodríguez,

Concepción

“Concha

e’

Piojo” Rodríguez, Freddy Barragán, entre otros agregados. Sin dilación, el presidente (Johnny Olivero), de las fiestas en honor a la Virgen Santa Lucía, en el año 1972, incluyó en el programa de estas ferias a estos resueltos barbilampiños para que un caudal de entusiastas testimoniaran sus mañas en esta rivalidad. En esta pelea por llegar primero a la meta, damos con: Pedro “Pavi” Montesinos, Antonio “El Ñoño” Rivero, Luis Enrique Méndez, Pablo Rivero (hijo), Hernán “Chamarrita” Peña, Víctor Pérez Acosta, Iván “Chamarrita” Almario, Domingo Gómez (hijo), José “Goyito” Rodríguez,

131


José “Nelo” González, Argenis Angulo, Iván Marchena, Édgar Cipullo, Ýgor Skidanenko, entre saciedades.

132


Conocidos como maestros de barro El alarife ha sido un trabajador que durante mucho tiempo ha vivido distintas situaciones, a mayor abundancia, “bailar al son que le toquen”, porque ha empleado diversos materiales de construcción: piedra, ladrillo, adobe, entre otras piezas. Algunos implementos de trabajo para complementar esta faena fueron y son: cedazo, carretilla, balde, cuchara, palustre, plomada y nivel, este último lo fabricaba el mismo obrero, usando una botella llena de agua. Un preparado de mezcla para pegar adobes,

estaba

conformado

por

tres

carretilladas de arena amarilla cernida; una carretada de tierra; un saco de cemento; y se le agregaba agua hasta dar el punto exacto para comenzar a levantar la pared,

Felipe Alvarado

por patrón. Ítem, fabricaban adobes, resultado del vaciado de tierra y agua en un molde amañado con ceniza esparcida en el fondo para que los mismos no se quedaran pegados en el instrumento que daba sus formas. Esto aconteció en tiempos de Maricastaña, cuando las paredes de las casas eran de adobe y/o bahareque; sus techos cubiertos de palma, zinc, tejas y sus pisos de tierra o ladrillos. Sus modelos de techo: media agua, y de caballete. Los más asediados para las construcciones en aquellos días, fueron: Felipe Alvarado, Martín Iribarren, Luis Bolívar, José Gregorio “Mano Goyo” Legón, Óscar Luis González, Ramón “El Chigüire” Boquett, Elauterio

133


“Zaperoco” González, “Maestro” Sótero Peraza, Juan Vargas, Ángel Sánchez, los hermanos: Juan, Eduviges, Antonio, Carmelo, y Egidio Fonseca, Rodrigo Raldíriz, Daniel Brito, Martín Silva, “El Maestro”

Domingo

Fuentes,

los

hermanos Emilio y Serafín Gómez, Luis Carrasco, Antonio “La Copa” Gómez, Silvestre José G. “Mano Goyo” Legón

Castillo,

Emilio

Vásquez,

Rafael Piña, José Gerardo Zabaleta, Esteban

Oropeza,

Eusebio

Flores,

Ramón González, José Torrealba, Juan Lovera, los hermanos Marcos y Dionisio Silva, Héctor Mujica, los hermanos Teodosio y Pablo José Silva, José Paradas, Julián Legón, Emilio “El Bombillo” Hernández, Candelario Rojas, Ananías Cordero, Rafael Lucena, Manuel Pérez, Salvador Sifontes, Germán Rodríguez, Cinecio “El Ovejo” Vargas, Pedro Colmenárez, Rigoberto Pérez, José Parra, José “Cheo” Meléndez, los hermanos Miguel y Antonio “El Conejo” Pacheco, José Arrieche, Manuel Pérez, Rafael “Cachapa” Figueroa, 0mar Hernández, Elauterio Pérez, Rafael Romero. Los hermanos Jesús, Pastor y Felipe Montilla, José Paradas, Víctor Mendoza, Cesáreo Azuaje, Juan Pinto, Daniel Medina, Silvestre Farfán, Daniel Brito (hijo), Alejandro Marchena, Salvador Forgione, entre innúmeros.

134


Nueva técnica de pilar maíz En el pasado, las familias de algunos hogares se valían de un recipiente (mortero) de madera para majar (triturar) con una o dos personas y la ayuda de otras tantas manos de pilón (maderos cortos y fuertes) los granos de este cereal, para más adelante hacer las ricas arepas criollas y puras. Efectivamente, a causa del avance de nuevos conocimientos, se ideó otra

manera

de

procesar

el

contenido de sus mazorcas, una máquina con motor diésel (gasoil) sustituye la anterior forma para con ello obtener de una manera más rápida los subproductos: pico y nepe,

el

primero

sirve

para

Ingenio de Onofre Ereú, donde se hace este procedimiento

alimentar aves y el segundo, con el mismo fin, a cerdos y ganado, por prototipo. Como complemento para este quehacer, se hacía uso de sacos; aguja; romana; cabuya de sisal, entre distintos aparatos. Los mercantilistas primarios de este empleo, comenzaron vendiendo el kilo de maíz pilado a Bs. 0,375 para ese acontecimiento. A continuación se presenta un cuadro que contiene los empresarios y/o delegados y sus respectivas direcciones.

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Dueño y/o encargado

Domicilio

Alfonso Rodríguez

Carrera 7 entre 16 y 17

Justo Garfides

Carrera 7 entre 14 y 15

José Inocencio Rodríguez

Carrera 7 entre 18 y 19

Porfirio Vásquez

Carrera 18 entre 12 y 14

Jesús “Chucho” Medina

Carrera 7 entre 16 y 17

Hilario Castillo

Carrera 7 con calle 21

Ramón E. Salcedo

Carrera 5 con calle 18

Julio Rojas

Carrera 7 con calle 20

Sebastián Graterol

Carrera 7 entre 16 y 17

Pedro Luis Giménez

Carrera 6 con calle 11

Jesús María Alvarado (padre)

Carrera 7 entre 18 y 19

Ángel Azuaje

Carrera 6 con calle 22

Cruz Gutiérrez

Comunidad Las Velas

Jorge Hurtado

Comunidad Las Velas

*Nivardo Serradas

Carrera 30 con calle 8

*Onofre Ereú

Calle 4, Urb. D. Carías

* Todavía funcionan (2019).

136


Instantes placenteros de la vida Con un punto de mira, muchas chicas y chicos se dirigían diariamente a los prostíbulos (burdeles) situados en distintos rincones, a consumir licor y bailar hasta ponerse a “tono”, la cual era la hora oportuna para acordar el precio por tener sexo y la renta de la habitación, que en aquellas viejas travesías no rebasaba la cantidad de Bs. 10,00. Claro está, los sábados y domingos la clientela era mayor, porque estaba intacto

el

apunte

(pago)

recibido por sus jornadas de trabajo durante la semana, precisamente, los encargados de cortar, arrimar y procesar la Exterior de casa de citas “La Mora”, fue uno de los locales más visitados los fines de semana

caña

de

azúcar

en

temporadas de zafras. Estos

establecimientos

disponían de piezas para las relaciones íntimas; espacio

suficiente para ingerir bebidas alcohólicas y danzar; un aparato musical; todo esto, para pasar una noche-madrugada muy agradable. En este sentido, se presentan a continuación algunos negocios con sus respectivas direcciones: Santa Inés

Carrera 7 entre 23 y 24

El Resbaladero

Carrera 7, La Bandera

La Mora

Barrio La Mora, vía Manzanita

Sol y Sombra

Sector Las Canarias

El Canaima

Sector Las Canarias

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El Capri

Ave. Bolívar, vía carretera vieja

El Reno

Calle 19 entre 19 y 20

El Esfuerzo

Calle 8 entre 14 y 17

Mi Rinconcito

Callejón 2 entre 11 y 13

Caracas

Carrera 7 con calle 3

Albarical

Carretera vieja a Barquisimeto

El Lisboa

Calle 19 entre 19 y 20

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“Pisos” a la moda y resistentes Desde hace muchos años, unas cuantas personas aleccionadas por sus ascendientes se daban a la tarea de hacer, vender y reparar zapatos para ambos sexos y todas las edades,

Narciso Macea, muy emprendedor

en una marcha donde predominaba el gusto por los llamados Apache,

Mocasín, Machote, Tacón cubano, y las Botas vaqueras (varones); porque, las sandalias y zuecos eran los más mostrados por las chicas. ¡Ah! Y algunos vanidosos los usaban con casquillos en la suela para hacerlos más duraderos y aparte de, causaban un ruido característico al caminar en piso de cemento, por muestrario. Todos estos modelos, tenían un precio alrededor de Bs. 15,00. Una manera particular y atractiva de optar los clientes a un par de ellos (calzados), era a través del pago previo de cuotas módicas para participar en la rifa de algunos dueños de estos

despachos,

realizada

mensualmente. Manuel Morillo, en pleno laborío con un zapato

Los minuciosos trabajadores contaban y cuentan todavía con estas herramientas: Pega, clavos,

tachuelas,

hilo

encerado, suela, lezna, piedra de amolar, tres pies (yunque), martillo,

sacabocados,

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escofina, hormas de madera, aguja, lija, cuchillo, entre otros trebejos. Entre los poseedores de estas expendedurías para ese tiempo, estaban: Pantaleón Yépez

Calle 17 entre 6 y 7

Saturno Rodríguez

Calle 17 con carrera 12

Eduardo Álvarez

Carrera 5 entre 7 y 8

José Manuel Colmenárez

Carrera 7 con calle 12

José A. Dávila

Carrera 7 con calle 12

Antonio “El Colombiano” Flores

Carrera 7 entre 14 y 15

Eloy Ramírez

Calle 7 entre 5 y 6

Rafael Hernández

Carrera 7 entre 9 y 10

José T. Giménez

Calle 10 entre 5 y 6

Natalio Candeo

Av. Padre Torres, entre 14 y 15

Manuel Morillo

Calle 19 entre 7 y 8

José Garcés

Calle 19 entre 7 y 8

Juan Montaño

Carrera 8 entre 14 y 15

Juan George

Calle 20 entre 8 y 9

Antonio Pérez

Carrera 9 con calle 17

Rafael Simón Tovar

Calle 19 entre 9 y 10

Narciso Macea

Calle 7 entre 6 y 7

140


Vestidos último modelo a la medida Las y los responsables que tenían como función cortar y coser trajes en este caserío, se veían en apuros concluyentemente a finales de cada año, ya que “todo el mundo” quería tener listo su estreno en el mes de diciembre para lucirlo, sobre todo, el día de la Patrona Santa Lucía (13 de ese mes), rito que inclusive está vigente. Los cortes de entonces eran confeccionados con telas de: lino, kaki, casimir (dueños), y tafetán, organdí, adornados con encajes, bordados o lentejuelas (dueñas), los cuales

además

eran

mostrados

durante los actos en la Plaza Bolívar;

toros

coleados;

fiestas

bailables; como también durante la Pascua,

retretas

aguinaldos,

y

episodios

misas

de

históricos

que siempre han sido de mucha aceptación

por

uno

mismo

y

visitantes. Juana Antonia Anzola Aún permanece activa en esta profesión

Gracias a Dios, para ese compás no se había acentuado el mundo de los “vivos”,

y

algunos

de

estos

decorosos trabajadores fabricaban un pantalón y una camisa por Bs. 6,00 y 2,00, distributivamente; por lo tanto, la confección de un vestido para señora tenía un valor de bolívares 2,00. Todo esto fue realidad en el andar de los años 40. Aquí es importante eclipsar el esfuerzo de Carmen Salcedo, quien cosía 20 docenas de pantalones a razón de Bs. 0,75 cada uno. Estas prendas de vestir provenían de la tienda Argentina, de Barquisimeto, y quien la

141


transportaba por la carretera añeja (ya) a retirar y luego a entregar la mercancía, fue Ricardo “el Patón” Rivero.

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Establecimientos para huéspedes En nuestro terruño existían viviendas para albergar a viajeros. Claramente, no se trataba de los llamados 5 estrellas actuales, los cuales requieren al menos de 100 habitaciones como mínimo para marchar, pero proporcionalmente también cumplían con un número suficiente de aposentos para satisfacer

a

los

pocos

visitantes que solicitaban los servicios de dormitorio y comida. Regularmente, las personas Casa donde prestó servicios el Hotel Bolívar

que asistían a estos lugares eran

forasteros,

quienes

estaban de paso en asuntos de negocios. Estas primeras pensiones donde llegaban los clientes fueron casas familiares y disponían de seis cuartos (a ojo) como alojamientos. Nombre Hotel Bolívar Pequeño Hotel Hotel Venecia

Dueño y/o encargado Rosa de Méndez Mercedes Moro Silvio Sosa

Domicilio Carrera 7 entre 14 y 15 Carrera 7 entre 21 y 22 Carrera 8 entre 19 y 20

143


Hotel Trinacria

Giuseppe Puzรกngara

Hotel Yoly

Paolo Mitrotti

Hotel Zulimares

Pedro Escalona

Calle 19 con carrera 9 Ave. P. Torres entre 16 y 17 Ave. P. Torres entre 17 y 18

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Lustradores ambulantes Los limpiabotas eran quienes se encargaban de pulir zapatos, naturalmente los días sábados, domingos y feriados cuando se apostaban en El Barbaco, la Plaza Bolívar y “Mi Cine”, consideradas las longitudes más frecuentadas por el público, así pues, los tenían en cuenta para ganarse algunas monedas de bajo valor, pero totalmente bañadas en plata, cuando este oficio costaba Bs. 0,25 (Medio) corrientes y Bs. 0,50 (Real), pulidos. Los materiales necesarios para practicar esta ocupación eran: Cajón de madera; crema (Betún); cepillos pequeños; cepillo de mayor dimensión; agua; algodón; alcohol; paño pequeño (a veces de tela Orlando Ledezma, lustró mocasines

casimir); banco de madera; y un timbre que algunos hacían sonar para indicarle al cliente que el servicio había terminado, en cambio, otros lo efectuaban dándole un

golpe a la caja de trabajo.

145


Algunos

protagonistas de esta decente

labor en algún pasado, fueron: los hermanos

Teodosio

y

Mario

Silva,

Alfredo Espinoza, Rafael Hernández, Juan Orlando Ledezma, los hermanos José La Paz, Jonás, Alexis, Melanio y Luis Quintero, los hermanos Manuel y Nelson Camacho, Nazario Legón, José R. Mujica, Reyes Mujica, Douglas Sínger,

José La Paz Quintero, pulió calzado

Wladimir Velásquez, Santiago Suárez, José “La Momia” Marchán, Adolfo Osta, Alcides Legón, Arquímedes Legón. Miguel Crespo, los hermanos Carlos y Honorio “Los Gallitos” Rojas, Miguel Silva, Salomón “El Barrilete” Alvarado, “El Negro” Eumelio León, José Uranga, Marcelino “El Chivo” Martínez, Pastor “Cara e’ Tigre” Narváez, José “Chavela” García, Tito Tovar, Alí Tovar, José María Villalobos, Marcos Rumbos, Honorio Montesdeoca, los hermanos Edito y Márquez Aguirre, Arquímedes Escalona, Honorio Alvarado, Bartolomé Barragán, José R. Leal, Alexis “Cuña” Cauro, los hermanos Manuel y Nelson Crespo, Pedro J. Canelón, Pastor “El Conejo” Arrieche, José A. Gudiño, Armando Parra, Carlos R. Boquett, Oscar Angulo, Julián Moyetones, Juan “Juancho” Durán, Marcelo “Chelo” Martínez, Carmelo Fonseca, José A. “Queso” Marchán, José “El Cherere” Velásquez, Francisco Hernández.

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Dulcerías hogareñas En hornos fabricados a punta de adobes para someter a la acción del calor los ingredientes, que más tarde se convertirían en un placer extremo del paladar de los dichosos habitantes de ese acontecer, unas cuantas Doñas preparaban en sus distintas moradas unos manjares de muy buen gusto, contando como fuente de conocimiento la herencia de las generaciones anteriores, y utilizando leña, paletas, bandejas, entre otros accesorios. Entre una gran variedad de estos productos se conseguían: arroz con leche, pan de horno, conserva, cabello de

ángel,

gofio,

suspiro,

besito,

manjarete, alfeñique, jalea de mango, tisana, bocadillo de plátano y guayaba, Sabás “Sabaíta” Figueredo, fabricaba golosinas

buñuelo, cocada, catalina, quesillo, arroz con

coco, alfajores, manduca, y dulce de lechosa. Esto es un asomo de los encargados (as) de esta actividad: Luisa de Angulo, Rafaela Figueredo, Gregoria Polanco, “La Niña” Elisa Rodríguez, Sabás “Sabaíta”

Carmen Pernía, también hacía dulces deliciosos

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Figueredo, Carmen de Mendoza, Amalia de Tovar, Juana Crespo, Aura de Medina, Evangelia de Linárez, Carmen Pernía, Ana de Varela, Celsa Pérez, Rosa Anzola, Célida de Hernández, “La Negra” Julia Cordero, Blanca Colmenárez, María “Lola” de Quintana, Dámaso Galíndez, María Quintero, Elena Giménez, Julia de Pérez, Elbia Bartolomé, Luisa de Alvarado, María Demetria Durán, Mercedes de Meza, Petra Delgado, Petra Rojas, Berta George, Josefina Lucena, Irma Ramos, Adela de Torrealba, Victoria de Ochoa, Marina de Catarí, María Gregoria Colmenárez, Antonia de Montilla, Josefa Rodríguez, Gloria Orozco, Elena de Durán, Ramona Peña, Riquilda Herrera, Josefina Ocanto, José Nieves.

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Labradores de madera Desde existencia muy lejana, cuando era

más

difícil

la

profesión

de

carpintero, ya muchos individuos se aplicaban a fabricar: mesas, sillas, Rosalbo Soret, maderero

bateas,

puertas,

urnas,

entre

ventanas, otros

camas,

cachivaches,

valiéndose de las herramientas: Cola (pega), escofina, cepillo, martillo, lápiz, clavos, cinta métrica, lija, formón, serrucho, escuadra, mecha, destornillador, tenaza, berbiquí, compás, banco (que servía de mesa) para dicho negocio. Nombre y Apellido Pablo García Rosalbo Soret Gregorio López Orazio Guzzetta José F. García Juan Ramón Gómez Carmelo Noto Andrés García c Melesio Hernández Jesús Rodríguez Antonio Linárez Domingo Gutiérrez Francisco Prieto Miguel “Manito” Sánchez Domingo Antonio Iribarren José Álvarez Francisco González

Sitio de Trabajo Calle 6 entre 13 y 14 Carrera 11 entre 10 y 11 Calle 8 entre 9 y 10 Carrera 7 con calle 18 Calle 20 con carrera 9 Vía a Manzanita (La Mora) Av. Padre Torres entre 12 y 13 Carrera 12 con calle 20 Carrera 11 entre 12 y 13 Carrera 9 con calle 9 Carrera 6 con calle 16 Carrera 9 con calle 13 Carrera 8 entre 8 y 9 Calle 19 con carrera 13 Carrera 11 con calle 8 Carrera 21 con calle 19 Carrera 7 entre 20 y 21

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Dรกmaso Herrera Francisco Torres Posidio Gonzรกlez Francisco Albujas Saturno Suรกrez Juan George

Carrera 10 con calle 14 Carrera 7 entre 16 y 17 Carrera 11 con calle 8 Carrera 6 entre 16 y 17 Carrera 6 entre 14 y 15 Calle 20 entre 8 y 9

151


Fabricantes empíricos Desde avatar distante, unas cuantas personas tomaron la iniciativa de atreverse

a

producir

y

reparar

instrumentos musicales de cuerdas, pues hubo una clientela que confió en estos cristianos que ejecutaban este

arte

manualmente

por

Juan Antonio Guédez, hacedor de instrumentos musicales

su

cuenta, el que necesitaba de meticulosidad y un gran tino a la hora de llevarlo a cabo. Esto fue en una existencia muy atrasada, dicho de otra forma, falta de desarrollo, donde algunos de estos señores usaban el cuero de chivo, y de ahí extraían las cuerdas de estos aparatos, tras ser secado en ceniza y cortado a cuchillo. Nombre y apellido

Lugar de trabajo

Esteban García

Carrera 9 con calle 20

Juan Ramón Gómez

Vía Manzanita (La Mora)

Pedro Arrieche

Barrio T. Amarilla (La Unión)

José Álvarez

Carrera 21 entre 14 y 16

Esteban Arrieche

Barrio T. Amarilla (La Unión)

Antonio Nicolás Díaz

Carretera vieja (Hato Viejo).

Eduardo Giménez

Caserío Cañaveral

Manuel González

Carrera 5 entre 20 y 21

Ismael Mujica

Sector Sabanita

152


Pastor “La Baba” Rodríguez

Carrera 13 con calle 18

Juan Antonio Guédez

Calle 18 con carrera 10

153


Una fase del habitual guayoyo Los principiantes tostadores de la semilla del cafeto, procedían a calentarla en un recipiente a pura leña, y luego para

su

enfriamiento

Algunos de los útiles de Luis Carrasco: Molino

apelaban inmediatamente a dejarla reposar en agua. Otro

paso, ensacarla para ser llevada al molino y ser estrujada. Toda esta operación tardaba alrededor de 2 horas. Ahora,

la

acción

de

calentamiento se cumple con una bombona de gas y un soplete, con duración de media hora, con escasa diferencia. Adrede, esta labor se efectuaba en oportunidades acompañada de otros granos para rendirla, así

como,

quinchoncho

y

Tostadora

chícharo.

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Romana Romana

Propietario

Posición

Luis Carrasco

Calle 6 entre 6 y 7

Andrés Durán

Carrera 8 con calle 10

Alfonso Rodríguez

Carrera 7 entre 16 y 17

Pedro Barco

Vía Manzanita

Antonio Gómez Luis

Carrera 8 entre 4 y 5

Francisco Pérez

Carrera 8 entre 20 y 21

José Ruiz

Calle 10 entre 9 y 10

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Ellos tampoco vieron a Linda Aunque la palabra cartero se define como una persona que entrega mensajes esperados y no esperados; a veces de alegría, otras de tristeza, se le puede agregar que es copartícipe involuntario de parejas de novios, por espécimen. Este servicio público comenzó en este

pueblo

hace

ya

varias

décadas de años, en aquella oportunidad salía a pie desde una casa muy humilde y un tanto alejada del centro de sus pocos avecindados, José Matías Díaz, a repartir el correo protegido en un portafolio, Alberto “El Conejo” Dávila, entregó recados en demasía

aparte

de

tener

cuidado de los perros bravos. Otros que ejecutaron este oficio caminando

fueron:

Humberto

Romero y Neptalí Nadal. Más adelante, esta labor se realizó sobre vehículos de dos ruedas (bicicletas), de marcas Raleigh, Rudge y Phillips. Precisamente, en el presente se utiliza transporte de dos ruedas, pero el mismo está dotado de un motor (Motos). A sabiendas, esta actividad se mantiene, a pesar de la avasallante tecnología que cada día la minimiza más. Por lo demás, se han encargado de distribuir la correspondencia: Evelio Suárez, Francisco “Chico” Pérez, Carlos Cabezas, Baltazar Montilla, Claudio Galíndez, Alberto Dávila, Manuel Salcedo, Antonio Cortez, Oswaldo Gómez, Martín Parra, Oswaldo Parra, Omar Fernández, Pastor Prado, Antonio Salazar, Miguel Pineda, Irma Franco, Jonathan Galíndez,

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Aquiles Siónchez, Ismael Parra, Carlos González, Gustavo Granadillo, Rosalvo “El Chavo” Prieto, entre figurados. Este organismo estatal se inició como Correos y ahorita marcha con el registro del Instituto Postal Telegráfico (IPOSTEL), por lo tanto, está fusionado con el sistema telegráfico desde el año 1978. Ha funcionado en varias ubicaciones en este orden cronológico: Carrera 15 con calle 16; carrera 8 entre 14 y 15; carrera 7 entre 13 y 14; carrera 8 con calle 17; carrera 7 con calle 14; carrera 7 con calle 17; Av. Bolívar (La Alcabalita); calle 4 entre 6 y 7; hoy, está ubicado en la carrera 7 entre 11 y 12. Como anillo al dedo, resaltar el 29 de agosto de 1942, cuando fue instituido el Día Internacional del Cartero por mandato del primer Congreso de Carteros de América, realizado en Lima, Perú.

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Boticas, expendios y farmacias En el primer doble del siglo veinte, ya la comunidad contaba con tres boticas donde acudir con la intención de alcanzar los remedios para sus achaques y otros males mayores, tantos patentados, como los preparados por los boticarios basados en la experiencia. Era la alternativa donde los dueños de laboratorios encargados de producir medicinas, estaban muy lejos del apego excesivo a la riqueza, por otra parte, se compraba

Atroverán

y

Conmel (los dos en gotas), a Bs.

3,75

y

4,00

proporcionalmente; eventualmente, fórmulas

entre

las

magistrales

(no

patentados), Azul

de

mercurocromo,

se

adquiría: metileno, tintura

Lugar de ocupación de la Botica Santa Rosa

de

yodo, permanganato de potasio, asafétida, pasta al agua, aceite de ricino, ácido bórico, anís estrellado, azufre, alumbre, canela en astillas, anís dulce, alcanfor, y los distintos jarabes: de Rosas, Lamedor, Achicoria, entre otros preparados. Uno tras otro, elaborados por Ramón Edecio Salcedo, Bernabé Rojas y Guillermo Mujica; Luis Mujica, los hermanos Pablo y María Ramona Carrascosa; Patricio Ortiz, Guillermo Garrido y Pablo Colmenárez, en las Boticas: Popular, Santa Rosa y Sucreña, vinculadamente, incluso a precios muy equitativos.

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Entre tanto, la dualidad de especie solicitaba en este caso como palito e’ romero el Clorhidrato de Yohimbina, una pastilla oral para producir urgentemente excitación sexual; a esta hora, lo más buscado es el fármaco Viagra, en su mayoría, por personas de mayor edad, pero con otro final. Los instrumentos necesarios para las operaciones de las sustancias para curar enfermedades son: mortero, espátula, balanza, agua, jeringa, alcohol, olla, cilindro y cocina eléctrica (estufa). Denominación

Ubicación

La Sucreña (Botica)

Carrera 7 con calle 19

Santa Rosa (Botica)

Carrera 8 con calle 19

Popular (Botica)

Carrera 7 con calle 18

Yaritagua 1

Carrera 7 con calle 20

Yaritagua 2

Carrera 7 con calle 11

Yaracuy 1

Carrera 7 con calle 17

Yaracuy 2

Av. P. Torres con carrera 14

Padre Torres

Av. P. Torres con carrera 16

Concepción

Carrera 7 con calle 6

Santa Lucía

Carrera 7 con calle 22

Santa Cecilia

Carrera 18 entre 17 y 18

Barrio Obrero

Carrera 17 entre 6 y 7

Terepaima

Carrera 18 con calle 8

Tricentenaria

Frente a Urb. del mismo nombre

Nazareth

Carrera 8 con calle 14

San Marcos

Av. P. Torres con carrera 11

159


María Auxiliadora

Calle 19 entre 23 y 24

Santo Cuerpo

Carrera 7 entre 3 y 4

Corazón de Jesús

Av. P. Torres entre 16 y 17

Don Pedro

Calle 17 entre 13 y 14

Don Miguel

Av. El Trocadero con carrera 11

La Milagrosa

Av. P. Torres entre 13 y 14

Caja de Ahorros ELEOCCIDENTE

Carrera 11 con calle 13

Milene

Carrera 7 con calle 18

Las Velas (Expendio)

Las Velas

La Piedra (Expendio)

La Piedra

Quev, S. A. (Expendio)

Cambural

160


Surtidores para seguir la marcha Aunque la demanda de gasoil y gasolina era condicionalmente escasa en aquella vez, unas cuantas personas Antonio Luis Gainza, llenó incontables tanques de gasoil y gasolina

tomaron la iniciativa de llevar a cabo las instalaciones de expendios de estos derivados del petróleo. En

realidad,

los

anteriores

responsables de este servicio público tuvieron el privilegio de recibir la concesión del Estado para su explotación, hasta en el corazón del territorio, con la condición de almacenarla en pipas y no en tanques, como las que quedaron ubicadas en lugares apartados. Razón Social

Islero

Dueño y/o encargado

Dirección

La Coromoto

Andrés Dorta

Daniel López

El Rodeo

Creole

Guillermo Guzmán

Alirio Seca

La Plazuela

Shell

Antonio Gainza

Tomás Macea

El Trocadero

Shell

Félix Barragán

Leonidas Barragán

Carrera 7 entre 14 y 15

Shell

Pablo Farfán

José M. Torres

Carrera 7 entre 22 y 23

San José

Bartolomé Barragán

Pío Sachini

Carrera 18 entre 8 y 9

Cristal

Roger Riera

Vicente Calichio

Carrera 18 entre 12 y 14

E. S. Yaritagua Ramón Durán

Luis Aguirre

Carrera 18 entre 18 y 19

Las Canarias

Eulogio Alvarado

Luis Padrón

Sector Las Canarias

Venezuela

Francisco Hernández

Carlos Gómez

Carrera 18 entre 16 y 17

Shell

Juan R. Piña

Victoriano Rojas

Llanoven

Rito Graterol

Bigario Castillo

Autopista Cambural La Piedra

161


162


Clubes para recreación Como una forma de encontrarse en un lugar adecuado con el anhelo de celebrar

tertulias;

cumpleaños;

eventos

matrimonios; deportivos;

presentación de grupos musicales, entre otras reuniones, ha sido la Faz de “El Tamanaco”, instaurado en 1962

meta de un acervo de personas desde hace bastante vida, para sentirse como una gran familia, y por eso, poder compartir sus cuitas y alegrías en este mundo. Rostro de “Rojos del Caney”, abierto en 1975

Ubicación

Nombre Tamanaco Los Cazadores

Carrera 15 con calle 16 Carrera 8 con calle 13

Los Yarit

Carrera entre

19

24 y

El

Zanjón

163


Jobito

Carrera 8 entre 6y7

164


Líbano –Yarit

Carrera 6 con calle 14

CADAFE

Carrera 6 entre 20 y 21

Cristal

Carrera 18 entre 12 y 14

Los Industriales

Carrera 8 con calle 21

Yaritagua

Carrera 7 con calle 19

Los Inocentes

Carrera 15 entre 17 y 18

Los Compadres

Carrera 14 entre 4 y 6

Las Tres Ceibas

Carrera 28 con calle 8

Guardias Nacionales Retirados

Calle 6 entre 5 y 6

La Mora

Vía a Manzanita

Chachita

Camino Nuevo

El Níspero

Carrera 11 entre 13 y 14

Casa Amarilla

Carrera 21 con calle 17

El Samán

Carrera 8 con calle 3

Dr. Arturo E. Álvarez

Carrera 8 entre 17 y 18

Buenos Aires (El Cotoperí)

Carretera vieja a Barquisimeto

Los Aguacates

Carrera 24 entre 19 y el zanjón

El Progreso

Carretera vieja a Barquisimeto

Rojos del Caney

Ave. Perimetral entre 16 y 17

De Leones

Itinerante

El Caney de Pablo

Carrera 18 entre 7 y 8

Los Aguirre

Sabanita 1

Altagracia

Sabanita 1

La Ceiba

Carrera 30 (San José)

La Granja de la Abuela

Carrera 8 entre 8 y 9

La Granja del Chef

Calle 12 entre 18 y 19

La Cruz de Mayo

Calle 18 entre 15 y 16

La Negra

Carrera 13 con calle 5

La Peña de Alex

Carrera 4 entre 22 y El Zanjón

165


Los Mangos

Calle 17 con carrera 14

Don Antonio

Barrio La Mora

La Zalazareña

Sector Green Spot

El Paraíso

Cambural

La Familia

Cambural

San Andrés

Cambural

Alfredy

Cambural

Reyes Pool

Cambural

El Chimborazo

Las Velas

La Carreta

Las Velas

Las Velas

Las Velas

Barrio Nuevo

Las Velas

Bar Querido

Las Velas

El Rinconcito

Las Velas

Valle Encantado

Las Velas

Las Carolinas

Las Velas

166


También fue último modelo El

telégrafo

es

un

invento

del

estadounidense Samuel Morse, en el siglo diecinueve.

Este

sistema

utilizó

un

alfabeto convencional de puntos y rayas. De un momento a otro, llegó a Venezuela, siendo considerada como índice de las comunicaciones en nuestro país, la cual fue manejada por gringos al principio, que a su vez enseñaron a venezolanos (as).

Metodio Linares Jefe por bastante duración

Se cree que este descubrimiento se trajo a los aldeanos en el paso de los años 30, para alegría y grata sorpresa de sus pocos inquilinos de aquella tregua, al observar el procedimiento de transmitir el operario un telegrama a su destinación. Jefe de oficina

Ubicación

Juan Bartolomé

Carrera 7 con calle 13

Alirio Hernández

Carrera 8 con calle 17

Ana Fernández

Carrera 7 entre 19 y 20

Metodio Linares

Carrera 8 con calle 15

Metodio Linares

Carrera 7 con calle 17

Metodio Linares

Ave. Bolívar (La Alcabalita)

Lourdes de Gutiérrez

Calle 4 entre 6 y 7

Carlos González

Carrera 7 entre 11 y 12

167


Otro medio de enlace Como todo en la vida tiene su cúspide, el teléfono llegó para suceder al telégrafo, e hizo posible permitir al menos dos personas, separadas por cortas o largas distancias, mantener una comunicación directa. Este medio de comunicación llegó a nuestro villorrio cuando nacían los años 50, del siglo veinte. Durante su proceso funcionando, vimos laborando en distintas áreas a las personas, Rubén “El Guerrillero” Romero, Ricarda Mujica, Milagro Brandy,

María

Chirinos, Maritza

Auxiliadora

Yamilex Mireles,

Torres, Maritza

Valenzuela, Carmen Barragán, Luisa E. “La Nena” Díaz, entre colmados (as). Por otra parte, en algunos lugares prácticos estuvieron instalados

los

oportunos

y

tarjeteros

monederos

Milagro Brandy, cumpliendo con su ocupación asignada

públicos, los mismos fueron de mucha utilidad para la ciudadanía. Hasta, estos últimos son utilizados. Jefe(a) Josefina de Mujica

Ubicación Carrera 8 entre 17 y 18

Abilia Barragán

Carrera 8 con calle 15

Abilia Barragán

Carrera 7 con calle 14

Tilma Alvarado

Calle 18 entre 8 y 9

168


Barberos a toda costa A expensas de personas que corrían el riesgo de ser trasquiladas al confiarle sus cabezas para cortes de cabello gratuito, fue como muchos de estos hombres adquirieron conocimientos en esta ocupación hasta alcanzar el grado de “listos”. Los primeros locales abiertos para trabajar la peluquería tenían para sus clientes una silla tradicional, y ésta a su vez, la colocaban sobre un cajón de madera, cuando el usuario era un niño, a propósito, la primera silla giratoria llegó más tarde, propiedad de un italiano. Para ese instante, el público adulto tenía por costumbre el servicio de rasurarse la barba y los mostachos, todo esto era efectuado esparciéndole con una brocha enjabonada su cara, para seguidamente

terminar

la

labor

Aquilino Pérez, fígaro de postín

pasánd ole una navaja muy afilada. Por otra parte, los que esperaban sus turnos se entretenían leyendo periódicos y revistas. Como caso sorprendente

para

las

nuevas

generaciones, antes, el costo de una Lino Paradas, rapabarbas

afeitada era de Bs. 0,25 (Medio); Ahora, Bs.S. 3.000. (2019). A más de, algunos

169


trabajaban a domicilio, donde los que no contaban con un rociador de agua, usaban la boca para esparcir el líquido, por tanto recibían el calificativo de “buches de agua”. Es buen momento, para revelar que en esta existencia este medio de vida era neto para caballeros. En cuanto al herramental necesario para satisfacer a los visitantes, estos lugares contaban con: máquina de afeitar; peine; tijera; rociador de agua; silla; navaja, y un paño para la caída del pelo cortado. Nombre y apellido Emisael Zacarías Sivira Lino Paradas *Antonio Algieri Antonio “Donía” Rodríguez Rómulo Vásquez José Pérez Francisco Vásquez Anacleto Hidalgo Carlos Colmenárez Juan P. Castañeda Manuel Barradas Aquilino Pérez Juan “El Culebro” Oropeza Sótero Paradas Salvatore Melillo Pablo Tovar Alberto Pereira Emilio Khalife Domingo Torrellas Nicasio Hidalgo Francisco Prieto Rafael Velásquez José Antonio Páez Simón Díaz Próspero Medina Justino “El Saltón” Rodríguez

Dirección Carrera7 entre 22 y 23 Calle 13 entre 5 y 6 Calle 19 entre 7 y 8 Carrera 8 con calle 3 Calle 19 entre 7 y 8 Calle 5 entre 5 y 6 Carrera 8 con calle 22 Carrera 7 entre 8 y 9 Carrera 7 entre 22 y 23 Carrera 7 entre 10 y 11 Carrera 7 entre 15 y 16 Carrera 8 entre 14 y 15 Carrera 9 con calle 15 Calle 10 entre 13 y 14 Carrera 9 entre 18 y 19 Carrera 7 con calle 3 Av. P. T. con carrera 12 Carrera 7 entre 18 y 19 Carrera 7 entre 16 y 17 Carrera 7 entre 20 y 21 Carrera 7 T. Amarilla Carrera 9 con calle 13 Calle 19 entre 22 y 23 Sector La Tiama Sector La Encrucijada Ambulante

170


JosĂŠ ColmenĂĄrez

Carrera 13 entre 3 y 4

*Primer peluquero con silla giratoria.

171


Heladeros sin tíos ricos Diariamente, con sus individuales carritos adjudicados, repletos cada uno de polos, barquillas y tinitas, salían los vendedores para ir de una parte a otra, a ganarse el pan de la dinastía, en su habitual recorrido por calles y carreras; pero cuando había una gentada, allí se detenían por tiempo indefinido, por molde: toros coleados, juegos de béisbol y actos políticos. Para esa posibilidad, una tinita rondaba el precio de Bs. 0,125 y en el presente, se consiguen volando muy alto, por

consecuencia,

prototipo

a

Bs.S.1.500

por

(2019). Veamos unos pocos

nombres de los expendedores (as) durante ese caso inolvidable: Felipe “Cacho e’ Chivo”

Alvarado,

Regino

“Pelota

e’

Manteca” Silva, José Salvador “El Negro” Carrasco, Nazario Alvarado, Juan Silva, Juan Terán, José Rivero, Pedro Flores,

Francisco Paradas, detallista de polos

Antonio López, Clemente Pérez, Francisco Paradas y Juana Rivero.

172


Caucheros para seguir rodando Como una manera de trabajar en forma independiente, ciertos ciudadanos han escogido esta difícil actividad física, con más razón, los preliminares de esta fajina, cuando tuvieron que reparar un neumático indicado a un tractor o una gandola, con útiles rudimentarios:

compresor,

pico,

mandarria, llave cruz, parches y palanca. Pensado de lo anterior, el arreglo de un

caucho

maquinaria desmontar; Antonio Galiano, muchos años atareado con las ruedas

conveniente agrícola,

a

una

comprende:

vulcanizar;

colocar

zapata con tornillos; llenarlo de agua y aire, para montarlo. Todo esto

antes tenía un costo de Bs. 30,00; hoy, su precio está inmediato a Bs.S.3.500. Algunos participantes en este suceso: Nombre y apellido

Ubicación

Aquilino Aponte

Carrera 7 (El Trocadero)

Víctor Mogollón

Calle 4 entre 13 y 14

Tomás Antonio Galiano

Carrera 13 entre 4 y 5

Juan Heredia

Sector La Mora

Ángel Mogollón

Sector Las Canarias

173


Juan R. Durán

Sector La Mora

Dixon Suárez

Carrera 18 (Barbaco)

Beltrán Rodríguez

Calle 5 entre 8 y 10

José Mujica

Sector Banco Obrero

Bartolo Meléndez

Sector La Plazuela

Pedro Soteldo

Sector Cambural

Olindo Vargas

Carrera 17 entre 7 y 8

Carlos “El Nene” Vargas

Carrera 13 entre 3 y 4

174


Receptorías y lavanderías Desde transformaciones muy lejanas, las estirpes que no han gozado de un paréntesis suficiente para arreglar su propia ropa, le han confiado sus prendas de

vestir

a

los

responsables

de

cooperativas, en donde unos hacen el

María Suárez, encargada de recibir enseres

lavado, secado y planchado y otros sirven de intermediarios, a saber, se hacen cargo de recibir la indumentaria solamente. Dueño (a) y/o encargado (a)

Ubicación

José Emiliano Rojas

Carrera 9 con calle 20

Guillermo Colmenárez

Calle 21 entre 10 y 11

Arsenio Sivira

Carrera 7 con calle 21

María Suárez

Av. P. T. entre 14 y 15

Ana Delis Pérez Acosta

Av. P. T. entre 16 y 17

Rubén “El Guerrillero” Romero

Carrera 8 entre 17 y 18

Xiomara Meza

Carrera 13 entre 3 y 4

Zuleima Mendoza

Carrera 13 entre 13 y 14

Juan Hernández

Carrera 8 entre 8 y 9

175


Florerías para diversas ocasiones En estos lugares se realizan actividades con fines de lucro, al mercadear con arreglos Teresa George, atendía su tienda

cumpleaños;

florales

para

funerales,

bodas;

entre

otras

ceremonias. Para esto es esencial los utensilios: lápiz, papel, tijera, pega y

alambre fino. Indudablemente que la cita con afluencia de compradores a estos lugares ha sido siempre el Día de los Santos Difuntos (02 de noviembre de cada año), fecha de su conmemoración. A continuación algunos vendedores: Rita de Colmenárez

Av. P. Torres con carrera 12

Roberto Cherubini

Av. P. Torres entre 12 y 13

Genaro Saavedra

Carrera 7 entre 22 y 23

Teresa George

Carrera 7 con calle 22

Carmen de Alvarado

Carrera 7 entre 19 y 20

Célix Martínez

Carrera 8 entre 5 y 6

Teresa “La Musiúa” Meneses

Calle 18 entre 7 y 8

Rosa de González

Carrera 8 con calle 9

176


Fontaneros del pasado Las instalaciones de tuberías de aguas blancas y negras en la población (públicas) y en algunos hogares (privadas), más su mantenimiento posterior, fue la tarea de los plomeros desde fecha distante, ante todo, cuando cundían los pozos sépticos, y una gran cantidad de humanidad se equipaba con muchas dificultades de tan importante bebida transparente. Las herramientas para realizar esta misión eran: tubos galvanizados de ½ y ¾ de pulgadas; llave de tubo; segueta; alicate; barra; pico; pala; llave de maniobra, ésta para abrir el paso de entradas y salidas del agua, y una máquina perforadora para las

Juan Pérez, versado en arreglar conductores de agua

tomas de la misma corriente desde el tubo matriz hasta el registro (medidor). Entre los expertos para efectuar este afán formaban parte: Andrés Avelino Serradas, Juan Pérez, José A. González, Ángel “La Bala” Sánchez, Ángel D. George, Carlos Velásquez, Asunción Flores y Ramón “El Chigüire” Boquett.

177


Cacería en distintos períodos Los primeros cazadores de animales silvestres en nuestra selvas vírgenes fueron los indígenas, quienes con arcos y flechas la practicaban en forma consecutiva por necesidad imperiosa de obtener sus carnes para conservarse, ya que no había otra alternativa para aquella vez, puesto que ni siquiera se ejercía la agricultura, y por tanto conseguían sus alimentos de los animales que habitaban la región. En consecuencia, tras muchos años una gran cantidad de personas con sus viviendas en zonas urbanas comenzaron a actuar de la misma manera por

su

preciada

parte

comestible, además, como pasatiempo

(hobby),

preferentemente,

en

sitios

montañosos

circunvecinos: Guaremal,

los

El

Uribeque, Cardón,

Cabimba, Londres, Buría, Nuarito, El Chorro, Charay, El Merey, La Escondida, Familia de caza luego de su objetivo

Manzanita, Gusanillar, Las Velas, El Palmar, Sarare, La Miel, Curdubare. Empero,

en algunas ocasiones viajaron hasta Agua Blanca (Portuguesa) y Churuguara (Falcón), entre otros puntos.

178


Siempre estos ciudadanos se preparaban en pandillas los fines de semana, feriados y Semana Santa, llevando cada uno de ellos un morral hasta los topes con lo esencial en estos casos: escopeta, municiones, linterna, cuchillo, chimó, cocuy (pelón), lámpara de carburo, jauría de perros, avío (comida), agua y medicinas. Normalmente, estos ciudadanos cuando llegaban al sitio indicado se preparaban en cuerdas o cofradía (conjuntos), luego se subdividían, una parte rodeaba el sector del lance (tiradores) y otra, se ocupaba de azuzar la jauría de cánidos (perreros). Entre tantos animales acompañantes de estos equipos de hombres en los distintos montes que visitaron para ese ciclo, formaban parte: Pluto, Koramín, El Cambio, El Negro (machos); y Bella Mira (hembra). Entre los animales más aguardados (aguaitados) se encontraban: armadillo (cachicamo), lapa, venado; mientras que el marrano de monte (báquiro), pavo silvestre (paují) y conejos eran cazados con ayuda de los canes. Algunos que practicaron y/o practican la cacería: Claudio Gutiérrez, Antonio Brizuela, Pablo E. Galíndez, Fortunato Dorante, Benedicto Barreto, Francisco “Mano Chico” Oviedo, Aquilino Galíndez, José Gregorio “Mano Goyo” Legón, Pedro Anselmo “Rasguño” Oviedo, Maximino Colmenárez, Marcos Varela, Nicanor Rodríguez, Alfonso Rodríguez, Jesús Silva, Ivo Almeida, José “Chamizo” Montesinos, José “Nacho” González, Ángel R. Oropeza, Julián Bartolomé, Pastor Varela, Reyes Meza, Regino Azuaje, Carlos Ordóñez, Pedro Puertas, Víctor Soteldo, Baudilio Romero, Melquiades Antillano, Amador Oropeza, Ramón Mogollón, José Tovar, los hermanos Elías, Eloy, Omar y Teófilo

179


Zambrano, Ramón “El Iguano” Gutiérrez, Pedro Carmona (padre), Juan Amaya, Andrés “Chihuahua” Escobar, Filemón Leo, Teonesto Parra, Jesús Lima, Rafael Suárez, Alirio Pernía, Lisio Turra, Adelino Pereira, Miguel Tejera, Johnny Gil, Ivo Ramón García. De esta forma, Honorio “El Bollogo” Mendoza, Yoel Mendoza, Hernán “Tuntún” Medina, Jacinto Leo, Ricardo Mendoza, Lino Andazora, Víctor Andazora, Pablo Varela, José La Paz Seijas, José La Paz Alvarado, Arnaldo “Jirajara” Mendoza, los hermanos Víctor “Siete Pelos” y Rafael “La Purrunga” Escalona, Humberto Rodríguez (padre), Ángel Amaya, Alejandro

Cortez,

Diego

Granadillo, Lely Lima, José Cristóbal

“El

Zancudo”

Oviedo,

Julio

Mendoza,

Pablo

Méndez,

Carlos

Rojas,

Antonio

Durán,

Agapito

“El

Paradas,

Alberto

Octavio

Ruiz,

Loyo,

Juan

Pérez,

Manuel

Mantón” Lima, Mariano

Otra camarilla señalando su botín

“Máximo” Anzola,

Eduardo Lima, José M. Agüero, Esteban Crespo, Telasco Mc Pherson, Salomón “El Barrilete” Alvarado, Tirso Rojas, Jesús “Chucho” Medina, Otilio Álvarez, Domingo Grimán, Oswaldo Grimán, Víctor Lobo, los hermanos Reynaldo, Juan Candelario, Honorio y Freddy “El Autobús” Ledezma, Eustorgio Escalona, Silverio Pérez. De este modo, Andrés Andazora, Domingo Carmona, Jacinto Leo, Luis González, José Díaz, Jeremías Zambrano, Rafael Leonardo Ledezma,

180


Alfonso Guillén, Pablo Silva, Andrés Oviedo, Tomás Gainza, Gabriel Galíndez, Segundo Martínez, Elías Chebly, Sixto Giménez, Juan Linárez, José Alberto “El Gato” Pérez, Alfonso Rodríguez (hijo), Amadís Blanco, Antonio Chávez, José Félix Pérez, Jesús Hurtado, Silverio Blanco, Dionisio Blanco, Eduviges Parra, Humberto Puertas, Isaías Morales, Roberto Cherubini, José Pedroza, Pablo Brito, Oswaldo “El Quipito” Giménez, Humberto Yajure, Wladimir Levchenko, Amín Yunis, Orlando Escobar, Luis Alberto Pérez, Fernando Figueredo, Ulises Peroza, Jorge Luis Zárraga, Juan Aparicio, José Rodríguez, Daniel Rodríguez, José A. Barrios, De esta manera, Melquiades “El Coca” Giménez, Nerio Álvarez, Custodio Machado, Pedro Moleiro, Marcelino Dos Reis, Rosario Quiroz, Pastor Quiroz, Eladio Quiroz, Juan José “El Curundo” Colmenárez, Silverio “Mano Bello” Pérez, Humberto Rodríguez (hijo), Segundo Álvarez, Estelio Rojas Bartolomé, Alejandro Torres, Esteban Rodríguez, Pedro Rodríguez, Eulogio Machado, Honorio Parra, Alberto Yajure, Ricardo Colmenárez, Luis Medina, Carmelo Fonseca, Honorio Almeida, Miguel Ángel Almeida, Santiago Lozada, Eulogio Pérez, Egidio Mendoza, Aquilino Cortez, Gregorio Silva, Ramón Macea, Oswaldo “Camarita” González, Pompeyo Lima, Gumersindo “Chindo” Raldíriz, Marcelino “El Isleño” Rodríguez, Tarcisio González, Pablo Rivas, Felipe Ramos, Oswaldo Torres, Rubén Peña, José “El Chaleco” Aparicio, Quiterio Oropeza, Argenis Pérez, entre ubérrimos. Cuando estos montañeros viajaban a buscar sus presas a distancias mayores a las habituales, tenían que pernoctar por varios días y por consiguiente los acompañaba un chinchorro para descansar y medio dormir.

181


Entre los más destacados en la destreza de disparar con mucho tino (buena bala), aparecen José “Nacho” González, Ángel R. Oropeza, Eloy Zambrano, Carlos Ordóñez, Ramón Mogollón, Juan Aparicio, Alirio Pernía, entre sobreabundantes. Desde hace bastante rato, este hecho se practica en forma restringida, porque lamentablemente casi todos estos animales fueron desapareciendo progresivamente hasta su total extinción, lo que motivó a los Gobiernos en general, a proteger la fauna que con todo perdura.

182


Vicio ancestral en pipa o enrollado Esta planta (Tabaco) se conseguía en varias partes del país, entre ellas, las cerquitas sociedades de La Piedra y Sabana de Parra, donde algunos campesinos la cultivaban en pequeños vacíos (conucos), y lo vendían por pacas o bultos de 20, 30, y 40 kilogramos a los burgueses de las factorías transformadoras de esta materia prima. Prontamente, estas hojas eran sometidas a un secado durante dos meses, para ir luego sumergiendo cada una de ellas en un pipote de agua, pero de manera fugaz, quedando preparadas para su tratamiento, el cual se ejecutaba sobre una mesa de madera con sus medidas marcadas para los diferentes tamaños del producto, donde Ramón “Nea” Tovar, aportó en la oferta de este rubro

los mismos se

efectuaban con un cuchillo bien afilado para mayor rendimiento de este trabajo manual.

El método para su elaboración era: 1.- Desvenar; 2.- Clasificar; 3.Envolver; 4.- Etiquetar; 5.- Empaquetar. Oportunamente, en este último cambio despuntaron,) Berlisa Suárez, Ángela Carrasco, Remigio Parra y Honorio “Máquina Humana” Montesdeoca, quienes en oportunidades lograron realizar cien paquetes diarios cada uno, en sus distintos puestos de trabajo. Otro punto, cada caja contenía 8 tabacos y cada paquete 25 cajetillas, quedando todo listo para surtir internamente y más bien, “exportar” a

183


convivientes de otros Estados, donde se negociaba por dinero o trueque por alimentos. La industria instaurada inicialmente (El Gladiador), producía tabacos extra (habanos) con una presentación en caja de madera realizada por Ezequiel “El Sordito” Parra, tales como se hacían en La Habana (Cuba), Táchira y Cumaná (Venezuela). Por lo cual, las “torcedoras”, Josefa Yépez, María Castillo, Rufina Garfides, Rosa González, Flor González, Esperanza Torrealba, María T. Leáñez, María de Amaya, Palmacia Giménez, María T. Parra, Carmen Azuaje, Efigenia Azuaje, entre indeterminadas, laboraban en sus propios techos a empresarios de distintos economatos, para ayudar el sostenimiento económico de su parentesco. En tanto, Daniel Posadas, junto a parte de su familia: Gilberto, Pastor y Luis (hijos), Lucía Sequera (cónyuge), Pedro (hermano) y José Pastor (sobrino), ubicados en la carrera 8 con calle 7, obraban en la consecución de tabaco sin marquilla (pelón), pero el mismo tenía gran demanda de los viciosos. Para ese cumplimiento, entre los acostumbrados a aspirar y despedir humo de estas hojas preparadas, se conseguían, Evelio Melo, Antonio Montesdeoca, Agapita Herrera, José M. Macea y José R. Medina, entre profusos (as). Marca El Gladiador

Dueño y/o Encargado Querubín Otero Riera

Domicilio

Fund Aprox.

Carrera 7 entre 13 y 14 1860

184


Tu Bandera

Teodoro Bermúdez

Carrera 8 entre 8 y 9

1925

La Preferida

Pablo J. Carvallo

Carrera 7 entre 13 y 14 1928

El Indiecito Ex. Pablo J. Carvallo

Carrera 7 entre 13 y 14 1928

La Legalidad

José A. Garfides

Carrera 7 entre 14 y 15 1930

Yaracuy

Alfonso Barradas

Carrera 8 entre 10 y 11

1932

El Guajiro

Manuel S. Barradas

Carrera 7 con calle 11

1932

La Verdad

Marcos Barradas

Carrera 7 con calle 10

1932

La indiecita

“Manito”Juan Calvete Carrera 8 entre 9 y 10

1935

El Imperio

José L. González

Carrera 7 con calle 8

1935

Tu Bandera

Juan Orochena

Carrera 8 entre 13 y 14 1938

La Esmeralda

Francisca Garfides

Carrera 10 entre13 y 14 1939

El Defensor

Antonio Azuaje

Carrera 8 entre 9 y 10

1958

La indiecita ll

Ramón “Nea” Tovar

Carrera 7 entre 6 y 7

1964

Indostán

Teodoro Gutiérrez

Carrera 6 entre 12 y 13 1965

185


Adictos a escupitajos negros Más o menos, en el segundo decenio del siglo veinte, se inició el desarrollo de la suministración del chimó en esta tierra, y fue una de las mayores actividades laborables por muchos años, logrando así contribuir en pro de la economía interna de ese espacio. Entre los primarios donde se procesaba esta pasta derivada del tabaco se acertaban los andinos: Carlos Rodríguez Morón y Amador Andrade (cuñados),

ya

que

el

segundo

indicado era esposo de Rosa Suárez, hermana del aducido de primero; y apareados trabajaron con la misma marca Pueblo”.

registrada,

esto

Aquí,

Antonio

es,

“El

Mujica

Zapata, ejecutaba los cargos de aliñador, probador y contabilista. A pesar

de

que,

en

algunas

casualidades contaba con la ayuda de

Ivo Almeida, bregó con grandes comerciantes

sus hijos: Rogelio, Francisco, Aníbal y Encarnación “Pinola” Mujica; además de Froilán Mujica. Allende, Amenodoro Yépez, aliñaba este producto derivado, sin marca comercial en su casa ubicada en el barrio La Tiama, y lo batía con un jarro en sustitución de la heredada paleta. Luego, salía a pie, acompañado de su hijo Egidio Fonseca, a traficarlo en Calle Nueva, Guaremal y otras clases sociales aledañas. Eso mismo hacía “el Viejo” Carlos González, cuando lo

186


preparaba y empaquetaba, en la carrera 6 entre 10 y 11, sin rótulo, para más adelante viajar por diferentes partes del país y negociar su resultado. Claro está, lo mercadeaba a bajo precio y esto atraía una gran clientela con menos tenencia de plata (pobretones). Para obtenerlo, algunos interesados se movilizaban hacia algunos rincones de la Patria, pese a las malas condiciones de los pasos, en su mayoría en estaciones de lluvias. De hecho, un negociador (Antero Garfides), utilizaba como transporte un viejo camión europeo con el volante situado del lado derecho, el cual era conducido con gran pericia por Concepción “Concha e’ Piojo” Rodríguez. Por otra parte, para verificar la calidad de esta sustancia, cada magnate enviaba como

acompañante

un

experto

(probador), encargado de dar el visto Aminta Abreu, patrona de un despacho

bueno para finiquitar la compra. Los más buscados como catadores, eran, Carmelo Meza, Alfredo Castel, José “Joché” Giménez y Pedro Rodríguez, entre varios saboreadores.

Al principio, los encargados de negociar este rubro, lo regateaban envasado en taparas con tapas de tusa para alargar su buen estado, hasta llegar la oportunidad de su tratamiento. Para su procesamiento eran necesarios: 1.- Aliñador, éste utilizaba en la composición de la mezcla, bicarbonato sódico (soda), limón, chocolate y lejía, solamente; 2.Estirador; 3.- Cortador; 4.-Embojotador (hacedor de líos); 5.-

187


Empaquetador. Sus primeras envolturas fueron en hojas de maíz y tenían un precio módico que fluctuaba entre 0,125 (locha) y 0,25 Bs (medio) cada unidad, y la cuenta (21 envoltorios) tenía un valor de Bs. 2,00, una “Bamba”, para esa temporada. Entre sus análogas, con toda seguridad la marca “Juan Bimba”, fue la industria con mayor personal en su nómina, estimada entre 30 y 40 trabajadores. Entre totales: los hermanos José “Joché” y Juan Giménez, Luis “El Ciego” Pérez, los hermanos Daniel y “El Chueco” Pablo Gutiérrez, los hermanos: Francisco, Vicente y Juan Domínguez, José La Paz Alvarado, Juan José “El Curundo” Colmenárez, Antonio “La Puerca” Pacheco,

Manuel

Molina, Ciro Almeida, José

Meléndez,

los

hermanos: Marcelo y Bartolo Gavidia, “Chacarita”

“Tole” José Castillo,

Dos rótulos distintos de nuestro chimó

Fernando Colmenárez, Melquiades “El Coca” Giménez, los hermanos José Manuel “El Diablo” y Víctor “Siete Pelos” Escalona, Daniel Rodríguez, Avelino “El Cucaracho” Meza, Luis Rafael Pérez. También, Encarnación “Plopló” Ramos, los hermanos: Ivo, Manuel y Honorio Almeida, Antonio Chávez, Clodualdo Giménez, los hermanos Pedro Pablo y Jesús “Totumita” Colmenárez, Pastor “El Catire

188


Cundeamor” Marchena, Pedro C. Colmenárez, Pascual Salcedo, Eligio Parra, Antonio Barrios, Antonio “El Rayao” García, Carmelo “El Chigüire” Boquett, Asterio Carrasco, Humberto “El Chuco” Camacho, Honorio Inojosa, Francisco “El Gallito” Pérez, Eloy Polanco (padre), Francisco “Moneo” Barco, Segundo Araujo, Nicolás García, Encarnación “Cachón” Véliz, los hermanos Adelmo y Enrique “Los Culebros” Oropeza, Alfredo Castel, los hermanos Melanio y Juan Franco, Ramón Tamayo (hijo), José Rodríguez, los hermanos Alberto y Segundo Alvarado. Además, es un buen momento para abultar

lo

significativo

de

esta

organización, porque los intérpretes de

melodías:

Adilia

Castillo

y

Hermógenes Gómez (Integrante del famoso dúo musical de los Hnos. Gómez)

visitaban

periódicamente

esta industria. Algunas personas, tras comprar este artículo en cualquier manufactura José Avenzual Calvete Cooperó con la economía local la economía local

existente, lo introducía en una lata galletera, al igual en caja de cartón, para

luego

dirigirse

en

sus

respectivas bicicletas por caminos y carreteras en mal estado a otros anexos con el fin de cumplir el despacho de sus clientes fijos. Entre ellos, participaron, “El Cabo” José Elías Romero, Honorio Montesdeoca, Juan Bermúdez, Ramón “Nea” Tovar, Manuel Mendoza, Justino “El Saltón” Rodríguez, Orlando Escobar, José Teodoro “El

189


Catire” Carrasco. Esta misma brega la realizaron, Erasmo Suárez, y Pedro “El Negro” Parra, pero, a pie. Unos cuantos viciosos para llevarlo consigo a todas partes con más comodidad, se proveían de algunos de estos recipientes dejados en desuso: Mentol Davis, Vick Vaporub, Ponds, Betún, por canon. Los más echones (vanidosos) los tenían de otro material (cuerno de toro) con sus pertinentes paletas forjadas por personas presas. Sin lugar a dudas, Pablo Varela, se lucía con un receptáculo en forma de ave picaflor y su espátula (sacador), todo bañado de puro oro, razón por la cual a cada soplo lo ponía a la vista de sus amigos al sentir ansias por saborear este compuesto. Mascadores en este auge: Juan Salcedo, María Salcedo, Pedro Puertas, Carlos Ordóñez, Ramón Marchena, Eloy Salazar, Clemente Flores, José P. Garfides, Gonzalo Pérez, entre atiborrados (as).

Marca

Dueño y/o Encargado

Domicilio

FundAprox

El Pueblo CarlosRodríguez/AmadorAndrade Carrera 8 entre 20 y 21 1920 Juan Bimba

Nicanor Rodríguez

Carrera 7 entre 17 y 18 1933

El Marañón

Antonio Fuentes

Carrera 11 con calle 15 1935

Las Maporas

Fermín Canelón

Carrera 8 entre 13 y 14 1940

Amapola

“Manito” Juan Calvete

Carrera 8 entre 9 y 10 1940

El Coquito

José Antero Garfides

Carrera 7 entre 14 y 15 1945

El Retoño

Germán Montesdeoca

Carrera 9 con calle 15 1947

El Caracol

Juan Orochena

Carrera 8 entre 13 y 14 1949

El Jobito

Ángel R. Oropeza

Carrera 8 entre 10 y 11 1951

190


Las Maporas II Aminta Abreu

Carrera 6 con calle 14

El Arbolito

José Avenzual Calvete

Carrera 10 entre 10 y 11 1954

El Obrero

José Ruiz

Carrera 7 entre 10 y 11

1958

Juan M. “Chorito” Oropeza Carrera 9 con calle 10

1959

Yaritagua

1954

El Castaño

Carlos Rodríguez

Carrera 7 entre 16 y 17

1960

La Cátedra

Ivo Almeida

Calle 16 entre 10 y 11

1962

El Cumplidor

Ivo Almeida

Calle 16 entre 10 y 11

1963

El Indio Yaracuy Ivo Almeida

Calle 16 entre 10 y 11

1964

El Defensor

Antonio Azuaje

Carrera 7 con calle 11

1965

El Gran Jefe

Alejandro Cortez

Calle 19 con carrera 14 1966

El Llanero

Silvio Andrade

Calle 11 entre 6 y 7

1974

El Sabanero

Silvio Andrade

Calle 11 entre 6 y 7

1975

María Lionza

Francisco Pérez

Carrera 8 entre 20 y 21 1975

Palo Viejo

Daniel Rodríguez

Urb. Tricentenaria

1982

El Sabroso

Pedro Rodríguez

Urb. El Limoncito

1990

Las Maporas l Pedro Loyo

Carrera 6 entre 12 y 13 1995

191


A pata e ´mingo de la comunidad El primer conducto para el agua de los propietarios se construyó cuando Don Tomás de Ponte le donó las tierras no cultivables a la alquería con el derecho a una teja de agua de la quebrada Urmiquire, para llevar el imprescindible fluido a los terreños del sector La Cruz Verde, los cuales contaban con unos ranchos de bahareque en la parte noreste del llamado lugar. No fue sino hasta la gestión del Presidente Eleazar López Contreras, construido

cuando el

fue primer

acueducto del vecindario para solventar en parte el acceso de este

compuesto

químico

inodoro, insípido e incoloro a la generalidad, aunque había

Pila restaurada en casa de la familia Rojas Alvarado

muchas dificultades técnicas en esa permanencia. Este obligado líquido, inicia su recorrido desde la parte norte, sector El Playón, cuando los yacimientos La Mariquita y El Almorzadero unen sus caudales hasta llegar a la otrora Caja de Agua (actualmente identificado como llenadero), donde recibía un tratamiento con hipoclorito y cloro para continuar su trayectoria por tuberías de hierro galvanizado de distintos calibres, con una travesía en torno a 8 kilómetros, hasta llegar al grueso de los moradores. Como complemento de este gran logro de aquel episodio, aparecen las recordadas pilas y plumas de agua, asentadas en diferentes ambientes

192


estratégicos, con la determinación de facilitar el suministro del elemento transparente a sus ocupantes. Las tratadas en primer orden, fueron fabricadas por albañiles, en forma de circunferencia con un área de 1,57m2 y una cerca con una altura de 50 centímetros, casi. En su centro se colocaba un pilar para apoyar el tubo con su correspondiente grifo, por donde llegaría este valioso fluido. Las segundas, eran descubiertas y más sencillas, por ende, constaban al final con un tubo vertical con su vinculada llave, pero por igual fueron de mucha utilidad en esa eventualidad, pero las familias de mayor poder económico conectaban las cañerías hasta sus viviendas y lograban así obtener esta Inmemorable Caja de Agua

sustancia necesaria para la vida de los seres humanos, animales

y

plantas,

manera

privada,

de por

consiguiente, alguna gente pagaba 0,25 Bs. (medio) por bañarse en alguna casa particular. ¡Ah! Pero para hacerse de este componente de permanencia en los lugares públicos, había que mañanear bastante para lograr colocarse entre los primeros de la fila que se formaba para llenar: chirguas, pimpinas, ollas, totumas, pipas, tinajas, poncheras, cántaros, múcuras, garrafas, y cualquier otro envase, para poder abastecer sus alojamientos.

193


Como ha sido conducta toda la vida, no faltó la viveza criolla (colearse), la cual traía como resultante algunas querellas, por lo

Añejo lema del Organismo de este fluido

regular entre mujeres, claro, cuando este acomodo era exclusivo de las mozas. Precisamente, estas fuentes servían de abrevadero a los perros, caballos, gallinas, y seres silvestres. En este acudidero diario, es importante distinguir a la señora Carmen González, quien arreaba un burro con dos chirguas llenas en su lomo, desde el Barrio La Mora hasta Guayabal.

Espacios públicos actuales donde anteriormente funcionaron estos surtidores de agua Pilas de agua Carrera 6 entre 7 y 8 Calle 23 entre 7 y 8 Carrera 8 con Ave. Perimetral Carrera 11 entre 20 y 21 Carrera 10 entre 8 y 9 Carrera 12 entre 8 y 9 Carrera 13 con calle 20 Carrera 16 entre 16 y 17 Carrera 25 entre 16 y 17 Calle 5 entre 8 y 10 Calle 12 entre 5 y 6

194


Calle 14 entre 9 y 10 Calle 16 entre 24 y 25 Calle 19 con Ave. Perimetral Calle 19 con carrera 20 Frente a tanque viejo, Las Velas Carrera 8 entre 2 y 3 Carrera10 entre 8 y 9 Cerca de la Capilla de Camino Nuevo PrĂłxima a Escuela Camino Nuevo Ave. El Cementerio Viejo Ave. Principal, La Piedra Ave. Ppal con Los Mangos, La Piedra Plaza BolĂ­var, La Piedra Plumas de agua Carrera 7, sector La Bandera Carrera 11 con calle 23 Carrera 14 con calle 10 Calle 4 entre 12 y 13 Calle 6 entre 4 y Ave.Perimetral Calle 7 entre 13 y 14 Calle 7 entre 14 y 17

Instrumentos musicales novedosos

195


Aparatos (Rockolas o Sinfonolas) con 1,14 metros de altura y 0,80 cm. de anchura, con un peso de 100 kilos (incierto), salen a la luz pública a mediados del siglo veinte como un lucro para fabricantes, distribuidores, intermediarios y dueños de despachos, además de eso, para los cantineros de comida y licores. Este hallazgo estaba programado en alguna sucesión para hacer sonar cinco melodías, tras ser introducida una moneda de Bs. 1,00 en una ranura para tal idea, y haber seleccionado las canciones. Algunos de estos dispositivos tenían capacidad para 50 discos, como otros almacenaban 100 grabaciones de 45 RPM. Rufino Barrios, Hilario Mujica, Juan

Aponte,

sirvieron

de

revendedores para colocarlas en muchas expendedurías, luego de acordar con los dueños de los mismos un porcentaje de ganancia

Máquina de Oswaldo Meza, donde se oía la música de los “despechados”

de una y otra parte, de las monedas acumuladas evolución

durante en

adicionalmente,

cierta

su

hucha;

cuando

algún

adquiridor solventaba sus asignaciones de forma puntual durante una extensión importante, estos tenedores de artificios fonéticos se los ofrecían en venta a crédito, la cual era una gran oportunidad por la forma de pago, y porque al finalizar este compromiso su ganancia sería neta para éste. En lo que respecta al mantenimiento de estos aparatos sonoros, los competentes fueron, José Ruperto “Jubilao” Pérez, más adelante se sumó

196


Eduardo Cisneros (padre), y correlativamente este medio de vida lo heredó su hijo, Eduardo Cisneros. Hogaño, la mayoría de estas armas no funcionan porque fueron sustituidas por otros modelos, y por tanto arrumbadas y olvidadas algunas; otras sirven de reliquias a los coleccionistas, siquiera, están activadas unas pocas que fueron adaptadas a otros sistemas. Por testimonio: se oyen cuatro temas musicales con los videos de sus intérpretes, pronto de cancelarle al dueño, Bs. 100. Negocio, Dueño y/o Encargado

Dirección

Miguel Silva

Ave. Bolívar con carrera 6

Victorio Oropeza

Carrera 6 con calle 7

Hilario Mujica

Carrera 7 con calle 4

José Mendoza

Carrera 7 con calle 21

Bar El Resbaladero

Carrera 7 (La Bandera)

Candelario Rojas

Carrera 7 (Tierra Amarilla)

Isaías Méndez

Carrera 7 (Tierra Amarilla)

Guillermo Flores

Carrera 7 con calle 3

Cervecería La Flor de Yaritagua

Carrera 7 con calle 10

Botillería El Pobre Negro

Carrera 7 con calle 16

Juan “Lechuga” Rodríguez

Carrera 7 con calle 4

Club Yaritagua

Carrera 7 con calle 19

Blas Torres

Carrera 7 con calle 23

José Ernesto Guevara

Carrera 7 entre 17 y 18

Claudio Giménez

Carrera 12 con calle 7

Guillermo López

Carrera 8 con calle 6

Bodega La Payareña

Carrera 8 entre 9 y 10

197


Rufino Barrios

Carrera 8 con calle 15

Club El Jobito

Carrera 8 entre 6 y 7

José Ramón Loyo

Carrera 8 con calle 14

Juvenal Torrealba

Carrera 8 entre 14 y 15

José Angulo

Carrera 8 (Tierra Amarilla)

Juan José Aguirre

Carrera 8 con calle 12

Eloy Salazar

Carrera 8 con calle 4

Ezequiel Albujas

Carrera 11 con calle 23

Cervecería La Trujillana

Carrera 11 entre 20 y 21

Club La Calandria

Carrera 11(Tierra Amarilla)

Club El Níspero

Carrera 11 entre 13 y 14

Pedro Castellanos

Carrera 11 con calle 8

Cervecería El Tulipán Negro

Carrera 11 entre 9 y 10

Francisco Arrevillaga

Carrera 11 con calle 10

Julián Legón

Carrera 12 con calle 15

Guillermina Guédez

Carrera 13 con calle 5

Paulina Pérez

Carrera 13 (Tierra Amarilla)

Miguel Villavicencio

Carrera 13 entre 3 y 4

Cruz Marín (padre)

Carrera 13 con calle 8

Justino Alvarado

Carrera 14 entre 4 y 6

Club Los Compadres

Carrera 14 entre 4 y 6

Club Tamanaco

Carrera 15 con calle 16

Gonzalo Albujas

Carrera 16 con calle 20

Tomás Morales

Carrera 17 con calle 14

Cervecería Restaurant Cristal

Carrera 18 con calle 14

Cervecería Restaurant Salerno

Carrera 18 con calle 17

Bar La Cuevita

Calle 4 entre 10 y 11

198


Solana de Yecerra

Calle 4 (Dos Caminos)

Cervecería La Canoa

Calle 5 entre 12 y 13

Rosalía Chacín

Calle 7 entre 5 y 6

Cervecería La Porfía

Calle 8 entre 13 y 14

Bar San José

Carrera 18 con calle 8

Telmando Barreto

Carrera 29 con calle 16

Antonio Varela

Calle 12 con carrera 9

Cantina El Tamarindo

Calle 17 con carrera 15

Bar Restaurant Venezuela

Calle 17 con carrera 18

Rosa Varela

Calle 19 con carrera 10

Bar El Reno

(Calle Nueva)

Macario Rojas

(Calle Nueva)

Antonio Escalona

(Calle Nueva)

Candelario Páez

(Calle Nueva)

Juan Legón

Caserío Cañaveral

Augusto Méndez

Calle 23 entre 7 y 8

José Silva

Calle 23 (La Tiama)

Cantina Restaurant El Progreso

Carretera vieja a Barquisimeto

Cantina El Cotoperí

Carretera vieja a Barquisimeto

Bar El Capri

Av. Bolívar (Urb. Tricentenaria)

Cantina Mi Rinconcito

Callejón 2 entre 11 y 13 (Tierra

Amarilla) Club La Ceiba

Sector San José

Estación El Ferrocarril

Av. Perimetral con calle 19

Cervecería El Arriero

Av. Perimetral con calle 20

Ramón Fidel Loyo

Barrio La Mora – Vía Manzanita

Antonio Brizuela

Barrio Totumillo Vía Manzanita

199


Eugenio Peña

Barrio Totumillo Vía Manzanita

Club Rojos del Caney

Av. Perimetral entre 16 y 17

Hilario Parra

Av. Perimetral entre 18 y 19

Bar La Mora

Barrio La Mora – Vía Manzanita

Armanda Arteaga

Barrio La Mora –Vía Manzanita

Sulpicio Bullones

Barrio Camino Nuevo

Selmira Martínez

Barrio Camino Nuevo

Gregorio “Goyo” Martínez

Barrio Camino Nuevo

José Ramón Medina

Barrio Camino Nuevo

Bar El Torbes

Ave. Padre Torres – El Elevado

Barbaco

Ave. Padre Torres – El Elevado

Domingo Varela

carrera 7 (La Bandera)

Gregorio “Goyo” León

Calle Los Mangos (La Piedra)

Roque Zambrano

Av. Principal (La Piedra)

Cinecio Mujica

Calle La Rosa (La Piedra)

Elías Oropeza

Agua Negra

Delfín Durán

Agua Negra

Carlos “Mano Viejo” Guevara

Agua Negra

Bartolo Arias

Carrera 8 con calle 14

Virgilio Cariel

Carrera 8 (La Bandera)

Jesús Rojas

Cambural

Carmen Castillo

Cambural

Licorería La Coruña

Carrera 8 entre 15 y 16

Blas Torres

Carrera 23 entre 7 y 8

Mi Cantina

Carrera 7 con calle 10

200


Firmeza por muchos años Más importante que iniciar una actividad mercantil es mantenerse por muchas navidades con ella, y esto es lo que ha ocurrido

con

algunos

formadores

y

descendientes de pulperías que en la momentaneidad reinan, a pesar de que

Ceferino Matheus

casi todas tienen más de medio siglo desempeñándose.

Los

dignos

de

abombar por su insistencia son: Pulpería Matheus Dueño: Ceferino Matheus Creada en el año 1935 Capital Bs. 1.500,00 Av. Bolívar con carrera 6

José Cordero, “El Pobre Negro”

Bodega y Licorería La Pilita Propietario: Francisco Machado Establecida en la década de los años 40 Caudal Bs. 200,00 Calle 19 con carrera 20 Bodega El Pilón (Ahora, Almacén Yaritagua) Amo: Jesús “Chucho” Medina

201


Fundamentada en el periodo de los años 40 Dinero Bs. 8,00 Carrera 7 entre 16 y 17 Botillería El Pobre Negro (Hoy en día, Pulpería EL Pobre Negro) Patrón: José D. Cordero Instaurada en el lapso de los años 50 Fortuna Bs. 260,00 Ave. El Cementerio, luego La Plazuela (El día de hoy, carrera 7 con calle 16) Bodega y licores Eloy Salazar Jefe: Eloy Salazar Montada en el término de los años 50 Patrimonio Bs. 200,00 Carrera 8 con calle 4 Bodega La Paz Tenedor: Pilar Cortez Salcedo Iniciada en el plazo de los años 50 Fondo Bs. 300,00 Carrera 8 con calle 14; más tarde, carrera 7 con calle 11; finalmente, carrera 7 con calle 3 Bodega El Sol Principal: Rosilio Pérez

202


Formada durante los años 50 Disponibilidades Bs. 450,00 Carrera 7 entre 13 y 14; ya, carrera 7 con calle 13 Bodega Yaritagua Señor: Francisco Arrevillaga Cimentada en el transcurso de los años 50 Haberes Bs. 700,00 Carrera 11 con calle 10 Bodega La Familia (Actualmente, Bodega La Cancha) Patrono: Carmelo “El Chigüire” Boquett Organizada durante los años 70 Riquezas Bs. 10,00 Calle 15 entre 11 y 12 antes; presente, carrera 12 entre 14 y 15 Bodega Brisas El Tamarindo Posesor: Tirso Serradas Constituida en los años 50 Recursos Bs. 3.500,00 Calle 16 con carrera 15 Bodega Escobar Poseedor: Pedro Nolasco Escobar Formada en el decenio de los años 40 Bienes Bs. 63,00 Ave. El Cementerio Viejo

203


Otro invento musical del siglo veinte Estos órganos (Vitrolas o Gramófonos) de forma portátil, contenían un platillo giratorio donde se colocaban los discos de acetato con sus respectivas agujas, las cuales se compraban de forma separada. Su característica principal era como funcionaba manualmente, por esto, se activaba por medio de cuerda, la misma estaba programada para oír el contenido de dos composiciones musicales. Cuando

se

caseras

para

realizaban

reuniones

celebrar

cualquier

actividad, se le pagaba a una persona un precio que fluctuaba entre Bs. 0,25 (Medio) y Bs. 0,50 (Real) por toda la fiesta para manipular este genial reproductor de sonidos, o en su defecto,

se

turnaban

todos

Antonia Delgado, fue poseedora de este órgano

los

asistentes durante la francachela.

Algunos propietarios de este nuevo descubrimiento, cobraban Bs. 0,125 (Locha) por cada interpretación. Otros, las alquilaban a los enamorados para que llevasen serenatas a sus novias. Entre los pocos privilegiados de esa vida en poseer estos instrumentos, formaban parte: Nombre y Apellido

Domicilio

Hilario Mujica

Carrera 8 con calle 21

Carmen Mérida

Carrera 6 con calle 10

Guido George

Carrera 7 entre 6 y 7

204


José Ernesto Guevara

Carrera 7 entre 17 y 18

Rufino Barrios

Carrera 8 con calle 15

Felipe A. Carrascosa

Carrera 8 entre 18 y 19

Bartolo Arias

Carrera 8 con calle 14

José Angulo

Carrera 8 (Tierra Amarilla)

Antonia Delgado

Carrera 9 con calle 13

Maximino Guerrero

Carrera 11 entre 12 y 13

José R.Villalobos

Carrera 11 con calle 20

Yocasta Legón

Carrera 12 con calle 13

Juan M. Oropeza

Calle 10 entre 9 y 10

Francisco J. Melo

Calle 20 entre 6 y 7

Julio Galíndez

Calle Nueva (Cruz Verde)

Esteban Gudiño

Barrio La Mora Vía Manzanita

José I. Rodríguez

Barrio Camino Nuevo

José R. Medina

Barrio Camino Nuevo

Felipe Puertas

Caserío La Blanquera

María Andrade

Caserío Agua Negra

Jesús Paradas

Caserío Cambural

205


Lidiadores espontáneos El estallido de cohetes por tres veces en forma escalonada, y rematando con el estruendo de una recámara, alertaba a los residentes que los toros coleados estaban por comenzar en la parte programada para las fiestas repetidas del mes de diciembre. Pese a que, una cantidad de personas que se podían contar con los dedos de

una

mano

y

sobraban

extremidades, sin trajes de luces, ni con el ánimo de recibir una oreja de premio, para el caso se dirigían acompañados de un gran coraje dispuestos a esforzarse con estos animales. Por esa razón, estos valientes Carlos Torín, retando a este animal agresivo

desde muy temprano esperaban con un estaquillador (palo para la

capa) y una tela encarnada (capa), la alternativa oportuna de provocar estas reses bravas para lucir un pase de pecho, una verónica, una chicuelina, y por todo esto, conformarse con oír a coro entre los observadores el grito de ¡olé! Entre los provocadores aparecen: Andrés “Chihuahua” Escobar, José “Billiken” Alvarado, Marcos “El Tripita” Arráez, Olwey Belier, Leonzo Ramírez, José Luis Paradas, Manuel Tovar, José R. “Pen” Santana, Carlos Torín y Orlando Escobar, con exhibiciones en distintos escenarios de su región. Cabe destacar a los dos últimos señalados, quienes además

206


estuvieron demostrando sus cualidades en la Manga Juan Canelรณn, de Barquisimeto. Unificado a todo este show, de cuando en cuando, Pastor Sรกnchez y Esteban Crespo, se apeaban de las cabalgaduras y se despojaban de sus camisas para hacerles lances arriesgados a estos ejemplares ya coleados.

207


Pipiolos sobre un ring de boxeo Con un llenazo nunca visto, resultado de la asistencia de algunos fanáticos de la ciudad de Barquisimeto, y combinados con una afluencia de autóctonos, se dio inicio para el disfrute de ellos, a la diversidad de pegadas conectadas por los contrincantes sobre un cuadrilátero, tales como golpes cortos y ganchos al mentón, sobrentendidos, en el Teatro Mi Cine, en lo que fue el debut de este deporte en el Distrito,

efemérides

registrada en el punto medio del siglo veinte. Para el minuto de experiencia,

es

de

suponer que se trató de

peleadores

Ante, de izq. a der. Freddy Escudero, Vicente Bacallado, Jesús “El Mono” Mujica, Nelson Dolande, Atrás, de izq. a der. Freddy “El Gallo” Castillo, Ismael Fréitez y Félix Terán.

con

poca técnica, pero con mucho valor para subir al entarimado a intercambiar “ramalazos” con sus rivales de turno, por lo común, sin haber problemas pendientes entre el uno y el otro. Estos son apenas unos pocos de los que se atrevieron a lanzar guantazos a diestra y siniestra en esta oportunidad: Narciso Sivira, José “El Burro” Meza (hijo), y Víctor “El Indio” Querales; como entrenador-mánager: Antonio “El Chivo” Chuello; y el encargado de tocar la campana al

208


comienzo y final de cada round, Juan Orochena. A fin de cuentas, estas presentaciones se cumplieron pocas veces en este medio.

Puñetazos caseros callejeros dondequiera Prontamente, un receso en torno a un acontecer de diez años, se retoma este adiestramiento, siempre en forma desorganizada; esta vez en varios lados, casi de manera paralela. En la vivienda de María de Torrellas (calle 20 con carrera 13), era uno de los sitios donde se veían con frecuencia: los hermanos José y Lucindo

Torrellas,

Oswaldo

Parra, Pedro Torres, Guillermo “Mito” Torres, Manuel Morillo, Henry Delgado, Víctor Goyo, Rubén “Tía Penca” Rojas, José María

Villalobos,

Rubén

Barradas, Pastor Rodríguez, los hermanos Ramón, Julio, y Jairo Andrés Camacaro y Francisco “El Negro Beltrán” Rodríguez, luego de enfrentarse

Torrellas,

Hernán

Gustavo

Raldíriz, Miguel “El Trucutú” Arroyo,

Raúl

Coroba,

Israel

Martínez, José Luis González (hijo), y no tomados en consideración. Estos bisoños eran guiados por Nayib Yúniz y Jesús Rafael “El Socio” Rodríguez. En un solar abandonado ubicado en la calle 12 entre 5 y 6, practicaban: Oswaldo “El Ratón” Rodríguez, Marcial Rivero, Abelardo Natera, Orlando Zavarce, Eduardo “El Muerto” Pérez, Salvador Mendoza, y quitados. Instruidos por Juan Pedro Díaz.

209


En el sector “El Trocadero”, en las casas de Víctor López, (carrera 11 entre 3 y 4); Rosa Valera, (carrera 12 entre 4 y 5); Antonio Rojas, (carrera 13 entre 5 y 6); Victoriano Catarí, (carrera 8 entre 3 y 4) entrenaban: Ascensión “Medio Metro” Roa, Freddy “Patalante” López, Ángel Legón, Oswaldo “Camburito” Rodríguez, Salvador Oropeza, Wladimir ”Cachimbo” Cortez, Alexis Rojas, Freddy Escudero, los hermanos Pedro “Perucho” y Carmelo Reáñez, Orlando Martínez, Raimundo Martínez, Édgar Granadillo, Tomás

Hernández,

José

Justino

“Pipe”

Canelón,

y

separados.

Absolutamente todos, ensayados por Jesús Rafael “El Socio” Rodríguez. Así pues, en la carrera 6 entre 3 y 4, practicaban: José “Cheo” Castillo, Félix Caro, Pastor Caro, Antonio “El Loco” Guédez, Iván Castillo, Antonio “El Gavilán” Chirinos, “El Pelú” Germán Rodríguez, José “Cheo” Mendoza. Esta bandada de aspirantes era dirigida por el experimentado José Luis Torrellas. Otro tanto ocurría en la calle 19 entre 7 y 8, pasado Centro de la escuela Manuel Cedeño, donde la táctica provenía de Efraín Giménez, para enseñar a Juan Franco, José Ramón “El Chacarita” Castillo, Carlos Antillano, Germán “El Salvaje” Pérez, José del Carmen Antillano, y preteridos. En otra parada, casa de Nicanora Valera, los arriesgados eran: Honorio Montesdeoca, Alfredo “Carapacho” Narváez, Williams “Guillotina” Vílchez, y relegados. Todos conducidos por Juan Pedro Díaz. Sucedía igual en la vivienda de Don Juan Villoria, calle 18 con carrera 10, donde guanteaban: Crisanto “El Pintaíto” Mora, Carlos Niazoa, José Fréitez, Rubén “El Guerrillero” Romero, Juan Antonio Guédez, Amadís

210


Blanco, Rogelio Varela, Arístides Valdés, Carlos Pérez Acosta, y desechados. Los mismos eran guiados por Alirio “Boca e’ Green” Rojas. Esta misma praxis se veía en las casas de Irma Ramos (calle 21 entre 10 y 11), Dulce de Arroyo (Calle 16 entre 12 y 13), y Unión Republicana Democrática (URD), Ave. Padre Torres, entre 14 y 15. El sector “El Carmelero”, precisamente en el hogar de Jesús María Ramos, igual disfrutaban con las personas que se atrevían a intercambiar golpes con cualquier, contrincante del barrio, donde los protagonistas y dejados fuera, eran: Juan Fonseca, Julio Rivero, Gerardo Pérez, Orlando Escobar. Todos estos jóvenes recibían las instrucciones y consejos de Ramón Suárez.

Por fin este deporte se constituye Con la llegada del entrenador Marcos Vielma, en los años 70, enviado por la Dirección Estadal de Boxeo Aficionado, este arte de las narices chatas se reinicia pero en forma organizada en la parroquia. Esta vez, a la primera cita se presentaron: Ramón Tamayo, Elio Liscano, Henry Antillano y Damián Orozco (padre), para recibir las primeras instrucciones, hacer ejercicios y guantear. Luego de un tiempo prudencial, prepararon un programa interno en el galpón de la carrera 9 entre 13 y 14, sin obstar que este primer intento fue muy ceñido. Tras un receso considerable, se comienza de nuevo el toma y dame, pero esta vez bajo la preparación de Jesús “Pata e’ Mula” Graterol. En esta segunda oportunidad acuden mayor cantidad de jóvenes a practicar en la calle 18 con carrera 12 (actual Casa del Maestro). Aquí se presentaron: Freddy “El Gallo” Castillo, Andrés Camacaro (hijo), Francisco “El Negro Beltrán” Rodríguez, Carlos Camacaro, los hermanos

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Hermes y Rafael Pineda, Alirio Gavidia, Vicente Gutiérrez, Asdrúbal Gutiérrez, Félix Terán, Ismael Fréitez, Frank Pérez, Jesús “El Mono” Mujica, Francisco Mogollón, Juan Rebolledo, Oswaldo Iribarren, y descuidados. Después de un pasaje considerable de entrenamientos de esta muchachada, y estar preparados física y mentalmente, sus ayos deciden hacer intercambios con peleadores de Agua Negra, (Municipio Veroes), Nirgua, Chivacoa, San Felipe, en los nidos de Los Compadres y Rojos del Caney. Según los conocedores de este deporte, los mejores de este grupo fueron:  Félix Terán, campeón Ligero (Estadal).  Jesús “El Mono” Mujica, campeón Mini mosca (Estadal).  Freddy “El Gallo” Castillo, campeón Wélter Júnior (Estadal). Es muy importante llamar la atención de la colaboración incondicional de: Vicente Bacallado, Salvador Oropeza, Nelson Dolande, Carlos Dugarte, Ambrosio Valdés, Alí Yépez, Freddy “Patalante” López, Ángel Rodríguez Morales, y desatendidos. Hoy por hoy, el equivalente boxeador Jesús “El Mono” Mujica, lleva más de 20 años como entrenador, enseñando sus conocimientos adquiridos en el ring, a los nuevos muchachos, en el gimnasio estabilizado en la calle 16 entre 15 y 16.

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Otro grupo costumbrista En el año 1969, arranca el

“Conjunto

de

Tamunangue y Golpes Hermanos Guédez”, en la carrera 7 No. 24 En plena actuación golpera tamunanguera

(Tierra Amarilla), con sus integrantes: Jovanny

Lucena, Gerardo Rivas, Alfredo Aguilar, Omar Querales, los hermanos Juan y José G. Arroyo, Lino Guédez, Domingo Guédez. Como Director y Contratista Miguel Guédez; por el contrario, “El Mocho” Pablo Palma, tenía el cargo de SubDirector Contratista, cuya razón

de

musical

este

fue

género

darle

más

difusión a nuestra cultura, sin la necesidad de una imposición legal, Bailadoras: Isabel Sánchez, María

Pineda,

Calanche.

María

Aprovechando una pausa musical

Instrumentos:

Sexto de 6 cuerdas, requinto de 5 cuerdas, tambor (cumaco), par de palos, tambora, capachos (maracas).

213


Un

aspecto

de

gran

importancia fue la actuación de este gremio en la película “La hora del tigre”, junto a los artistas Arturo Calderón, Kiko Mendive e Hilda Vera, Dirección de contacto para contratos

grabada en Cocorote y San Felipe del estado Yaracuy.

Por otra parte, intervinieron en Lara, Zulia, Portuguesa, Barinas, Carabobo, Parque del Este (Caracas) y otros lugares de la entidad yaracuyana.

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Primer albergue para bebés En el año de 1936 fue creado por el General Eleazar López Contreras, la Institución Consejo Venezolano del Niño (CVN), con la inspiración de brindar una mayor protección a los “inocentes”. Este organismo de carácter consultivo ad-honoren, dependiente del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, nació para la vigilancia y coordinación de las edificaciones oficiales y privadas dedicadas a las madres y mocitos. En el Estado Yaracuy, inicia sus actividades el 15 de mayo de 1952, con una oficina asentada en el Palacio de Gobierno Regional, para desarrollar un plan de atención a los menores en situación de abandono y/o en condiciones

irregulares,

en

cuatro centros distintos. Uno

de

las

principales

Frontal de la primera Casa Cuna

justificaciones de construir un inmueble en la comunidad para el cuidado de chiquitines, era la imperiosa necesidad de muchas madres que pedían a gritos un recinto donde dejar a sus hijos más seguros, ya que, asistían a sus puestos de profesión para complementar el alimento de sus casas. Luego de la dictadura de Pérez Jiménez, el nuevo Gobierno se ocupa de la creación de instituciones dedicadas a la protección de primera y segunda infancia. Es así como nacen las unidades para la atención integral de criaturas de 6 meses a 3 años (casa-cuna), y mayores hasta 6 años (formación preescolar). Entre estas, surge la “Unidad Yaritagua”, en la

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calle 5 entre carreras 6 y 7, donde ya permanece desde la Junta de Gobierno constituida en 1958, presidida por Wolfgang Larrazábal; con todo, fue inaugurada oficialmente el 21 de noviembre de 1960, durante el mandato de Rómulo Betancourt. Desde un primer momento estuvo bajo la dependencia del Consejo Venezolano del Niño (CVN) hasta el año 1978, cuando pasa a la orden del Instituto Nacional de Atención al Menor (INAM), quien a su vez la asume raudamente, cesando su responsabilidad el 31 de diciembre de 2008, para enseguida ser transferida al Ministerio del Poder Popular para la Educación (MPPE), el 1 de enero de 2009, bajo la denominación de Centro de Educación Inicial (CEI) Gran Mariscal de Ayacucho, en el gabinete del Presidente Hugo Rafael Chávez Frías. Requisitos para ingresar: documentación de la madre, padre y chiquilín (a). Al futuro ocupante se le asignaba una carpeta para sus datos de planilla de inscripción; informe social, hoja de control médico, tales como talla, peso, y observaciones. Ambientes: oficina de la directora; habitación para consultorio médico, dotado de camilla, escritorio, vitrina con medicamentos, de primera necesidad, tensiómetro, balanza para bebés de meses y otra para los mayorcitos, sábanas, espátula, y todo lo preciso para un dictamen de patología; aulas para vigilar a casa-cuna y para clases; pasillo para comedor; área de cocina y lavandería; sala de espera y parque infantil. Se estrena con una excelente dotación de mobiliario y material didáctico; atención médica, social y educativa; alimentación balanceada en base a un menú emanado del Instituto Nacional de Nutrición (INN). Los pequeños (as) contaban con uniforme de buena calidad, confeccionado en los

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talleres de otras instituciones del Consejo Venezolano del Niño (CVN), pionero de la Educación Preescolar y Rector de los recordados centros. Arrancó con un presupuesto de Bs. 1,00 por chiquillo (a), suficiente para cubrir los platos en toda su extensión, o sea, desayuno, almuerzo y dos meriendas, (una al mediodía y otra por la tarde), por lo demás, sobrealimentación para los chicos (as) de bajo peso. Entre otras ventajas encontramos, ducha, parque, aseo dental, descanso, charlas relacionadas con la moral, lo social, intelectual, y afectivo. La clasificación del personal: directivo, docente y obrero, con mensualidades de Bs. 650,00 (administradora), 500,00 (maestra), y 33,00 semanal el artesano, así como, alimentación completa, uniforme, material didáctico, y recursos para las celebraciones de navidad, fin de curso y otros eventos. Al cabo de 10 años, tanteados, se fue eliminando gradualmente el cuidado a casa-cuna, hasta quedar solamente con preescolar, lo que provocó incluir otra sala, y la creación de otro cargo docente para protegerlos. Llama la atención, que una Institución que abrió sus puertas hace más de medio siglo, y que contó en sus primeros años con suficiente equipamiento de enseres, ligado a un grupo de servidores públicos llenos de una gran mística en la pertinencia de atender a los pequeños y sus tocantes padres, se ha visto desmejorado cada día en todas sus servicios por parte de los organismos competentes a medida que avanzan a casi sesenta años de trabajo. Este kindergarten abrió con un aproximado de 100 niños/niñas, los cuales recibían la vigilancia necesaria en dos salones, distribuidos de esta manera: en uno de ellos atendían a 30 (casa-cuna), en otro los restantes (preescolar). Cada quien disfrutaba de su respectiva silla y vaso de cama

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incorporado (retrete) para sus necesidades fisiológicas; de esta suerte contaban con otras tantas cunas y corrales para disfrutar la siesta y andar con sus travesuras, convenientemente, A las primeras de cambio, poseían 6 tinas (bañeras), nevera, cocina y despensa. Cada acto de grado (egreso) de los alumnos (as) era festejado con birrete y toga, recibiendo diploma, y bulto con útiles escolares para el inicio del primer grado básico. Inclusive, almuerzo para los representantes y así mismo, un acto cultural. Por otro lado, en el arrimado local se lidiaba con un grupo de 70 (preescolar), quienes igual tenían sillas más altas con sus correspondientes mesas para comer, en el acto, contaban con sala de baño, cocina industrial, dos neveras, además de una despensa. Hay que resaltar que esto ocurrió en el antediluviano, cuando se trabajaba desde antes de salir el sol hasta ocultarse

en

la

tarde.

Definitivamente, había un gran esmero, coordinación y control para ofrecer beneficio integral, tanto del ente gubernamental, así como de sus trabajadores. Subdirectora encargada:Carmen Judith Mogollón

La vigilancia médica la emprende el

galeno

Frank

Díaz

Peña,

durante un día semanal para atender 12 cándidos (as), aparte de, consultas en el hospital de odontología, periódicamente y control de vacunas. Pero sucesivamente, lo imitaron sus colegas Tomás Cristóbal “Pirincho” Lucena, Apolinar Domínguez, José Crespo Ferrer, Félix Guevara, Édgar González y Wilfrido

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Medina. A más de esto, el Doctor Vamly Goitía fue un gran colaborador incondicional en su propia clínica. Para estar al tanto de la inteligencia y anormalidades de los pibes, eran atendidos por una profesional de Psicología; y una Visitadora Social se ocupaba de acudir a las casas para saber el porqué de las inasistencias cuando éstas eran considerables. Directoras: Josefina de Rodríguez, Miriam Durán, y Carmen Judith Mogollón, (Subdirectora encargada). Sus asistentes (obreras): Zoila Silva, Juana Rojas, Juana Avendaño, Antonia Orozco, Eudocia Orochena, Rosa Gil, Ana de Suárez, Lina Alfín, Antonia Fuentes, Ana Aguiar, Rosalina Mendoza, Yolaida de Colmenárez, Angelina Hernández, Adelaida Martínez, María de Durán, Teodora Torrealba, Digna de Pérez, Miriam de Paradas, Francisca de Paradas, María Velásquez, Juana Pacheco, Juana Soto, María Rodríguez, entre otras cuidadoras. Maestras: Eddy Luz Pineda, Elvia Pérez, Elena Giménez, Lourdes de Salas, Elia de Pineda, Lilian Rabán, Gladys Hernández, Antonia Cadena, Dora Mata, Rosa de Valecillo, Josefina Montesdeoca, Julia Durán, Janeth Lunar, entre otras pedagogas. En toda esta nube coadyuvaron los Conserjes: Salustiano Terán, Rafael Azuaje, Alfredo Dun y Rafael García. Cultura Con intención de ir enseñando desde sus primeros años a los infantes las conductas de nuestro país, con la colaboración de sus padres y representantes se organizan celebraciones de carnaval, navidad, teatro, Día de la Madre, Día del Padre, Día del Árbol, entre otras fechas. Cierto que, durante la primera fiesta carnestolenda que realizaron, resultó electa reina la encantadora niña Dulce Grimán, cuyo acto fue en su propia

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posición. Pero participaban en manifestaciones artísticas en la Casa de la Cultura de la misma circunscripción, y hasta las exhibieron en el Teatro Andrés Bello de San Felipe, entre otros anfiteatros. Deporte Esta práctica de ejercicio físico era minimizada por sus condiciones de edad, por más, se efectuaban competencias interinstitucionales con sus similares de San Felipe y Barquisimeto, en las modalidades de triciclos y carreras de velocidad a pie en poca distancia. Recreación Con el designio de hacerles conocer la naturaleza en todo su esplendor, con un previo programa guía, organizaban paseos a parques del mismo Estado, y su limítrofe Lara, de donde regresaban sorprendidos estos párvulos, tras observar tanta belleza silvestre. Los mismos disponen para la hora del recreo de un parque infantil para corretear y disfrutar sus inocentadas en los ocho columpios; dos ruedas giratorias; cuatro toboganes y una escalera.

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Camino a cien años educando generaciones La escuela es considerada como la segunda casa de los chiquitines, porque sus normas son parecidas a las aplicadas por los padres en sus individuales techos, en resumen: respeto, orden, honestidad, solidaridad, para que se entienda mejor, el par de lados trabajan a la vez para que las venideras proles se colmen de buenos ciudadanos (as) y dignos (as) profesionales. En plena dictadura del

general

Vicente

Juan

Gómez,

cuando apenas se estaban construyendo carreteras enlazar que

para ciudades

En esta envejecida casa se inició la Escuela “Laureano Villanueva”

estaban

separadas por grandes distancias, y el analfabetismo era arrasador, en un caserón colonial identificada como “Casa del Sol”, actualmente, carrera 8 con calle 17, fue donde las hermanas Sanz (Emilia y María Teresa), de descendencia española, de alta aristocracia y con una gran cultura general, deciden en el año 1925 enseñar las primeras letras a un surtido de criaturas yuxtapuestas. Al principio este centro de instrucción se le conoció popularmente como “La escuela de las hermanas Sanz”, por contraste, la maestra María Teresa

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decide asignarle el nombre de “Laureano Villanueva”, en honor a este ilustre personaje. Seguro, esta institución educativa es la de mayor cantidad de inmuebles ocupados, hasta llegar a establecerse radicalmente en un edificio propio en la carrera 10 entre 4 y 5, en el año de 1959, imperfecto. Luego de haber pasado 15 años (abstracto) de su iniciación, esta formación disponía entre otras educadoras, a Josefina Torrellas de Alvarado, María Ramona de Cabezas, Cándida de Perdigón, Lourdes de Ledezma, Frandina de Ramírez, Nellys Blasco de Rivas. He aquí algunos Directores (as) que han llevado

esta

responsabilidad

durante diferentes permanencias en su largo historial de estudios: María Teresa Sanz, Sara Giménez de Dávila, Nelly Delgado, Ceila de

Certificado de 1º a 4º grado

Contreras,

Zoila

Rodríguez,

Hilda

Quintana,

Enma

Soteldo Segura,

de Rita

Meléndez

Marañón, Aleina Cordero, Olga Seijas de Fernández, Pastora de Cipullo, Alfredo Wietstruck, Eva María González, Alirio Silva, Leoncio Mogollón,

Magaly Sarmiento, Violeta

Torres (el día de hoy). Pues, entre los primeros Bedeles se observaban, María Belier, Francisco Díaz, Asunción Rodríguez, Delicia Aminta Chirino, Enma Castillo, Apolinar Rodríguez y José “El Chaleco” Aparicio; Ecónomas, Isabel de Alvarado y Rosa Varela; Auxiliares de cocina, Gladys Pérez y Carmen

222


Perdomo; como Jefa de cocina, Paula Goyo; Profesores de Educación Física, Luis Barrios, los hermanos Coromoto y Saúl Angulo. Entre otras actividades pedagógicas realizadas en esta casa de estudios aparecen, programa de alfabetización en los años 70 y comienzos del 80, Asociación Cultural para el Desarrollo (ACUDE), para personas adultas en horas nocturnas (siglo pasado). Sinónimamente, los planes: Misión Robinson (Primaria); Misión Ribas (Secundaria) y Misión Sucre (Universitaria), en este siglo veintiuno. En sus primeros veinticinco años de vida intelectual (imprecisa), entre sus normas dominaban: Haber cumplido al menos siete años para ingresar al primer grado. Matrícula

exclusivamente

femenina. Horario doble para el mismo alumnado (mañana y tarde). Marchar

(Certificado

de 5º a 6 grado(Jacinta Orochena)

obligatoriamente

tras una Banda Seca por las principales calles de la ciudadela durante fechas patrióticas. Desde el inicio de su fundación, sus autoridades, padres y representantes, han colaborado para mantener sus actividades: culturales, deportivas y católicas. En gran parte del siglo veinte, las penas aplicadas por los educadores a su estudiantado fueron muy rigurosas, y en varios casos previa autorización

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de sus padres. Todo esto se fue minimizando poco a poco, hasta quedar categóricamente prohibido el maltrato físico, verbal y psicológico, cuando es promulgada la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (LOPNA), el 10 de diciembre de 2007, según Gaceta Oficial No.5859. Los escarmientos más comunes ejecutados fueron:  Sostener una tabla sobre la cabeza por cierto tiempo.  Hincarse de rodillas (arrodillarse) sobre arena y/o chapas.  Permanecer en el zaguán a la vista de los transeúntes.  Privación del recreo acostumbrado.  Jalones de orejas.  Coscorrones.  Correazos en las piernas.  Golpe con una regla en el brazo o en las palmas de las manos.  Porrazo con el borrador en cualquier parte del cuerpo.  Encierro en un cuarto oscuro con una aterradora calavera.  Aparte de todo esto, un policía escolar se encargaba de vigilar las calles para que ninguna joven estuviese rezagada en camino a clases.

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Ciclismo tradicional y circense En otra oportunidad (años 50), en una competición más de carrera de bicicletas en la localidad, participaron: Tomasso Pollino, Vladas Dervojedaitis, Alejandro Goicochea (padre), Daniel Montilla, Víctor Gudiño, José de los Santos Pérez, Narciso Sivira, Pedro Oviedo, Alí Giménez, Juan Rojas, Daniel Brito, Reynaldo Ledezma, y separados. Mientras que, algunos días feriados del calendario eran escogidos para una contienda deportiva atípica, la cual era esperada con gran interés por

un

público

relativamente

aceptable para este santiamén.

Vladas Dervojedaitis. Pedaleó en esta lucha

En esta prueba de resistencia se dio la partida en el Palacio Municipal (Alcaldía, ya), hasta llegar al caserío Cañaveral y volver a la salida. Seguro, el último entre los rivales intitulados se acreditó la victoria. Esta acción consistía en desenganchar desde sus vehículos de dos ruedas en marcha, la mayor cantidad de cintas atravesadas a una altura vasta, situadas por donde pasarían en su recorrido de ocho cuadras, por marca.

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Algunos

rivales

que

intervenían en esta rara pugna: Quintiliano

Páez,

Carlos

Pérez, José Ramírez, Justino “El Saltón” Rodríguez, Daniel Brito. Estos dos últimos eran los ganadores por lo común, en estas lides. Daniel Brito, Justino "El Saltón" Rodríguez y Mariela Rodríguez

226


Único león yaritagüeño En torno a el primer doble de la centuria veinte, se ha practicado béisbol aficionado en este suelo, donde saltaron a la vista los equipos: Zapatería La Linda, El Águila de Oro, Malta Polar, La Unión, Santa Lucía, El Caribe, El Goajiro, Versalles, La Gardenia, Bonanza, Yaritagua, Trabajo, Gladiador, Márbel, y reservados. Es obvio, que entre sus integrantes sobresalieron muchos jugadores; los mismos reunían las cualidades necesarias

para

subir

de

categoría, pero, quizás por estar tan lejos de la capital de la República,

o

cualquier

otra

causa, fueron los motivos que privaron sus ascensos. Entre los más renombrados por sus méritos, entran: José “Ico” Alejos, Evelio Suárez, Pastor “La Challota”

Fiallo,

Antonio

Rafael Giménez, con el uniforme de los melenudos

Hernández, Ambrosio Valdés, Juan “El Zurdito” Niazoa, Alejandro Goicochea (padre), Lino Aponte, Antonio “La Copa” Gómez, Pastor “Barbaco” Hernández, Rogelio Varela, Lucidio Grimán, Abilio Vargas, Juan Fonseca, José “El Diablo” Escalona, Remigio Parra, Cinecio “El Ovejo” Vargas, Pedro Montilla, Pedro Parra y Luis Hernández. Luego de correr muchísimos años, es cuando se logra cristalizar la esperanza de ver un coterráneo en las filas de un team profesional venezolano, tras pasar por diversas categorías en este juego de pelota base.

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Determinadamente, se trata del lanzador derecho Rafael Alberto Giménez Vásquez, quien después de hacer pasantía desde caimaneras hasta la clasificación “AA” de aquella vez, y armonizado a la buena suerte de participar en una selección venezolana conducida por Pompeyo Davalillo, conlleva a que el hermano mayor de Víctor Davalillo, más adelante venga a hablar directamente con este prospecto de esta enseñanza deportiva en cuanto a su salto al béisbol rentado. Irreversiblemente, en el año 1970, o sea, a los 18 años este jovencito logra concretar la firma oficialmente con los Leones del Caracas, de la Liga Venezolana del Béisbol Profesional (LVBP). Diligentemente, la gerencia lo envía al equipo Virginia, clase “A” de los Estados Unidos, donde tuvo una excelente campaña de 5-0, demostrando con hechos que la confianza depositada en este novato no había sido en vano. A su regreso, durante el campeonato de béisbol criollo, le dan la oportunidad de relevar ante las Águilas del Zulia, y en 3 innings y 2 tercios solo permitió tres inatrapables, confirmando con esto que lo realizado en el norte no era casualidad. Durante su estadía con los conjuntos Leones, Cardenales y Tigres, estuvo al lado de muchas estrellas de nuestro deporte rey, entre suficientes, Antonio Armas, Baudilio Díaz, César Tovar, Víctor Davalillo, Jesús Marcano Trillo, Gonzalo Márquez, Dámaso Blanco, Teodoro Obregón, Diego Seguí, Dagoberto Campaneris, Luis Peñalver, Faustino Zavala, Domingo Carrasquel, Teolindo Acosta, David Concepción y Enos Cabel.

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Los Criollitos saltan al terreno En las escuelas de Educación Primaria es donde nace la idea de incorporar sus estudiantes a la práctica del juego monarca de los venezolanos, con el intento de mantenerlos entretenidos durante las vacaciones y así lograr aislarlos de distintos vicios tentadores. En el decenal de los años 70, los naturales: Jesús “Chucho” Delgado, María de Alvarado, Rosalvo Legón, Alicia

González,

Simón

Goyo,

Alonso “Cabezón” Díaz, Antonio Hernández, Pedro “Cabezón” Sira, Luis

“Luiche”

Varela,

Pastor

“Lano” Alvarado, entre dejados, son

quienes

proponen

esta

demostración. Oswaldo Pérez Heredia, durante una práctica

Velozmente, dicen presente los Institutos:

Manuel

Cedeño,

Laureano Villanueva, Jesús Millán, Juan Miguel Roo, Herminia Farías (Totumillo), Rosario de Morón (San Roque), Yocasta de Calistrí (Cocorote), Consuelo de Rodríguez (Rural) y Atanasio González (Las Velas). Tras realizar varias reuniones, los coordinadores consecuentes logran programar un calendario de juegos, para en el futuro afiliarse y debutar en la Organización de Deporte Menor Criollitos de Venezuela. Aunque hubo algunos logros en esta primera experiencia, de esta suerte, es verdad que hubo un prolongado receso en esta actividad deportiva, para

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regresar en los años 80, detalladamente en el año 1984 cuando aparecen otros ayudantes, y colectivamente con los anteriores, deciden reactivar el deporte rey de los venezolanos. Entre los nuevos agregados (as) estaban: José Anzola, Gerardo Suárez, Eulogio Frías, María Heredia de Pérez, Nahir Belier, María de Fuentes, Carmen Zoila Cabezas, quienes lograron el permiso esta vez para efectuar los entrenamientos en el campo del Central Yaritagua, no sin antes acondicionarlo. Al cabo de un tiempo sensato, determinaron participar

en

las

categorías: Preparatorio, Preinfantil,

Infantil,

Prejúnior y Júnior, sin tener éxito en ninguna de ellas, pero alguno

En Central Yaritagua, preludio de Los Criollitos

de sus jugadores: Lino Iribarren, Damián Orozco, Sandy Araujo y Wilfredo Barreto, fueron seleccionados como refuerzos para asistir a distintos eventos nacionales. Es importante lucir como caso extraordinario la participación del equipo “Caribitos” en forma sucesiva representando al Estado en las categorías: Preinfantil, Infantil, Prejunior, Junior, siempre dirigidos por Freddy Montilla e Iván Montilla. Entre algunos jóvenes que al menos lograron firmar para organizaciones profesionales, se cuentan: Yogres Pérez, Javier Álvarez Zambrano y Johan

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Quevedo. Recientemente, lo lograron: Óscar González, con Phillies de Philadelphia; Jhonny Durán, Rangers de Texas; Óscar Sanabria, Yankees de New York; y Marco González, Giants de San Francisco. No obstante, quienes no logran este cometido, continúan estudiando en sus respectivas aulas, hasta graduarse en otras profesiones. Coetáneamente, esta academia ha captado más de un millar de niños distribuidos en más de seis escuelas, equívoco. Del mismo modo, Luis Morillo, merece un gran reconocimiento por sus 42 años colaborando con esta organización como: Árbitro, marcador de terreno, anotador, mánager, entrenador y asesor técnico.

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Curanderos sin tecnología Desde siempre, unas cuantas personas han practicado la medicina natural como base para recobrar la salud, auxiliados en ciertas plantas en la hora de algunas consultas, y a veces las recomiendan para el tratamiento a seguir durante la enfermedad o cualquier otro mal que sufra cada quien. Estos sanadores siempre se encuentran en distintos recintos, donde cada uno de ellos ha tenido su cuota de preferencia clientes,

por

porque

parte

de

algunas

sus veces

recibieron una cura de ensalmos y/o lo trataron con despojos, cuyos resultados fueron benignos. Entre suprimidos (as) ejercieron y ejercen:

Juan

Villoria,

Pedro

Pacheco, Elías Montes, Antonio Freddy López, curador muy certero

Escalona, Jesús Gutiérrez, Antonio Villa,

Laureano

Leal,

Dionisio

Martínez, Juan Sivira, Alberto Curiel, Andrés Manuel Mendoza, Jorge González, José R. Mujica, Manuel Fernández, Agustín Romero, Pablo Goyo, Anselmo “El Papa” Gutiérrez, Francisco Chávez, Rafael Linárez, Victorio Oropeza, Teodoro Fuentes, Juan Suárez, Juan “Viejo Mon” Yústiz, Pedro Tovar, Freddy “Patalante” López, Eloísa Lugo, Felipa Silva, María Osta, María Legón, Rita González y Ana Castillo. Cada uno de estas respetables lumbreras ha cumplido con su labor de forma particular,

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utilizando: tabacos, velas, velones, hierbas medicinales, esencias, orina, bebidas espiritosas, naipes, entre otros complemento

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Expendedores de chicha casera En

el

presente,

los

chicheros

se

apostan

en

sitios

valiosos,

convenientemente, en los pasajes donde mayor afluencia frecuenten cada día, por indicio: Sector El Trocadero y a un ala de la Plaza Bolívar. No así, mediados del siglo tocante pasado, ya que los dependientes de esta refrescante bebida tenían que ir gritando por las diferentes calles para detallarla a algunos de los pocos habitantes de entonces. Las formas como se ha ejercido este oficio: A pie; en triciclo manual; bicicleta de reparto; entre otras prácticas.

Entre

otros

despachadores

están:

Domingo

López, Pedro Quintero, Luis Marín, Domingo López, despachador en calles y carreras

Regino “Pelota e’ Manteca” Silva, los hermanos “El Cabo” José Elías, Maximiliano, Agustín y Felipe “El

Diablo” Romero, Marcos Guédez, José Angulo, José del Carmen Mejías, Lisandro Escalona, Orlando Mendoza, Geovanny Mendoza, Domingo Iribarren, Luis Urrieta, y Ángel “El Mejicano” Fréitez.

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Estrellas distritales y nacionales Cuando pasaba la decena de los años 60, el Director del Liceo Santa Lucía, Monseñor Onorato D’Alessio, tomó la iniciativa de presentar en el Centro del mismo Instituto de Educación Secundaria, a los artistas Simón Díaz y Virgilio Galindo “Ruyío”, el primero cantante y compositor, y el siguiente, actor cómico de Radio Rochela. Esta actividad fue con el punto de mira de recabar dinero para agrandar, y comprar mobiliarios necesarios para esta casa de estudios de Bachillerato. La velada criolla comenzó con la presentación de una obra teatral monólogo, representada por la joven Prisca Azuaje, donde ésta, luego de

Prisca Azuaje, danza con el tío Simón

quedar sola en una casa porque los dueños de la misma salieron de paseo, se atrevió a bailar con una escoba durante la ausencia de ellos, pero siempre pendiente del regreso de los propietarios. El cantante interpretó entre otras melodías, las más sonadas para ese suceso: Súperbloque, Por Elba, y Luna de Margarita; por el contrario, el comediante de RCTV, presentó una parodia relacionada con un agente policial que se volvía loco disparando su arma, sin saber que sus propios tiros lo asustaban. Todo esto ante un numeroso y respetable público, a

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renglón

seguido,

decorado

conformado

palmas, pilón, acorde

de

tinajero,

con

hamaca

oportunamente, con

un

dicho

y

muy manjar

espiritual. El

conjunto

musical

acompañante Grupo musical distrital acompaña a Simón Díaz

completamente Jacinto Honorio

fue local:

Montesdeoca

José (arpa),

Montesdeoca

(maracas), Fernando López (tumbadora), y Jesús “Chucho” Macías (cuatro). Pero, fuera de esto, la joven mencionada le dio el sí al cantautor de tonadas cuando éste la convidó a bailar el vals venezolano (Brisas del Zulia), lo cual causó grata sorpresa a todos (as), ya que esto no estaba en el guion preparado.

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Circo pueblerino Debido a no contar con lo primordial, dicho de otra forma, distancia física para animales domésticos; graderías para los espectadores; malabaristas; payasos; acróbatas; por exposición, casi cerrando la primera mitad del siglo veinte, una cantidad de seres humanos inquilinos de la congregación se dieron a la tarea difícil de organizar lo más parecido, según ellos, al tratado devaneo. En

realidad,

aventurados

estos

buscavidas

lo

que presentaban en el patio de un habitáculo era una imitación ante el público asistente, pero lo crucial es que esta novedad resultaba muy divertida. Esta

carpa

la

protagonizaban: José Ramón Medina (propietario); Jesús

José Ramón Medina, emula a tarzán, cuando sostiene a Carlos Siónchez.

Ramírez (domador); Dionisia Siónchez (bailarina); Ventura Gómez (mago); Daniel Crespo (León); al lado de los asistentes agregados: Angélica Aparicio, Mercedes Escalona, y Ulises M. Peroza. En el acto, el cabecilla de este alarde hacía de ventrílocuo con un muñeco de trapo (pancracio). Todo este trabajo lo aprendió verdaderamente, cuando lo practicaba sin cesar ante un espejo.

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Gracias al lucimiento cosechado durante sus presentaciones, rápidamente fueron solicitados y contratados en los caseríos: Cabimba, El Taque, Cambural y otros. Muy correcto, cada show era de 2 horas de duración; al principio el precio fue Bs. 0,25 hasta llegar en forma progresiva a Bs. 5,00 por persona. El encargado de transportarlos fuera de la aldehuela fue Salomé Yecerra, por una tarifa de Bs. 40,00.

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Carnaval en el centro del siglo XX Siempre el carnaval se ha celebrado durante los tres días que preceden el Miércoles de Ceniza, y hace sobre poco más o menos 70 años, una de las comparsas

copartícipes

de

aquella

oportunidad lo hacía, irrefutablemente, para deleitar a las personas que se Juan Agustín Colmenárez, jefe de las comparsas de estas fiestas

asomaban a sus ventanas o salían a las calles para merodear este júbilo público. Esta comitiva de señoritas, señores y

adjetivos se presentaba así: Juan Agustín Colmenárez (Representante); Baile de la cinta (Sebucán), compuesto por doce personas; Baile de Antonio Ledezma, con su muñeca de trapo; Críspulo “Kolagé” Gutiérrez, lidiaba un “toro” estructurado por 2 personas. Sus intervenciones se llevaban a límite en: La Plazuela, El Trocadero, Camino Nuevo, Calle Nueva, El Jobito, entre otros solares, acompañados siempre de la rondalla “Llegó el Manguero”.

239


Celebración de su santoral católico Un honrado bodeguero, quizás uno de los tantos fundadores de esta germanía en este suelo, durante varios años hizo del día de la festividad del Santo de su nombre (fecha onomástica), un estilo para celebrarlo hermanado a sus convecinos (as) a cielo abierto. Se trata individualmente, de Juan Lara (padre), quien el 24 de junio de cada año, día de San Juan Bautista, y Conmemoración

de

la

Batalla

de

Carabobo, organizaba tremendo convite en las calles tangentes a su negocio. Este festival era del siguiente modo: colocaba varias fogatas para brincarlas; papelones con monedas incrustadas para tratar extraerlas con los dientes; carreras de sacos, poncheras llenas de agua con monedas en su interior para

Juan Lara, frente a su pulpería

intentar sacarlas con la boca; piñatas y competencias de cocos.

240


Gente revuelta con animales En el primer medio del siglo veinte, bien que, se evidenciaba un gran desorden público en el centro de la puebla, ya que las vacas, toros, marranos, gallinas, ovejos, chivos y otros seres irracionales, andaban a sus anchas por sus principales calles e inmediaciones. Esta situación atípica ocurrida en la zona urbana, quizás se justificaba debido al atraso de Venezuela para ese curso, mayormente en la llamada provincia, en otras palabras, la conducta de criar mamíferos, aves de corral y otras especies, callejeando de un lado a otro, sin control. Idéntico, los pocos faroles para iluminar a la pequeña ciudadanía de esa vida no cubrían suficientemente la

demanda

de

luz

necesitada,

quedando a oscuras la mayor parte de sus convivientes, lo que originaba caídas aparatosas de las personas al tropezar a su paso con una vaca, por exhibición. Juana de Soteldo, dueña de ganado

Quien llegó a poner orden fue la Administración del General Marcos

Pérez Jiménez, ya que a través de una ordenanza distrital, se prohibió la permanencia de animales, en total, en las vías para circulación de vehículos y vecindad.

241


Posesoras, (es)

Residencias

Carmen Z.Cabezas de Alvarez

Carrera 13 con calle 17

María Rumbos

Carrera 6 entre 6 y 7

Juana Camacho

Carrera 8 con calle 7

Riquilda Alvarado de Herrera

Carrera 10 con calle 14

Yocasta Legón

Carrera 12 con calle 13

Juana Franco

Sector La Cachamenta

María Teresa González

Sector La Cachamenta

Amador Andrade

Carrera 8 entre 20 y 21

Alfredo Ramírez

Carrera 12 con calle 10

Froilán Mujica

Carrera 9 entre 8 y 9

Alonso Mujica

Carrera 9 entre 8 y 9

José “El Coime” Giménez

Calle 13 entre 5 y 6

Miguel Almeida

Carrera 9 con calle 14

Francisco Prieto

Carrera 11 con calle 13

Pastor Marchena

Carrera 6 con calle 9

Jesús “Chucho” Medina

Carrera 6 entre 19 y 20

Guillermo López

Sector Green Spot

Clarencio Pérez

Sector El Carmelero

Obdulio Quintana

Sector La Cachamenta

Eugenio Parra

Sector La Cachamenta

Juana Soteldo

Carrera 10 con calle 17

Juana Valera de Soteldo

Carrera 7 con calle 14

242


Rivalidad entre vecinos Cuando se bajaba el telón de los años 30, y la aldea contaba con un inconstante de 15.000 avecindados, ya se jugaba un béisbol muy aguerrido en dos campos inmediatos: “El Caribe” y “El Goajiro”. Verídico, los mozos del instante practicaban este deporte apoyados con poca tecnología, pero en compensación, lo hacían con una gran pasión, ya que existía

un

marcado

antagonismo entre el dúo de novenas. El pique entre estos equipos era en profusión, hasta llegar al extremo de efectuarse peleas frecuentemente entre mujeres, y entre hombres, más que nada, cuando se enfrentaban

los

días

programados

(domingos),

José González y Francisco “Mano Chico” Mujica, presentes en esta enemistad deportiva

ante la mirada de un enjambre de exaltados (as). En la escuadra de “El Goajiro” figuraban entre abandonados, los hermanos Remigio y Jesús María “Chucho” Parra, José Eugenio Mogollón, Pedro Parra, Luis “El Chueco” Carrillo, Miguel Ángel Delgado, Félix “El Biscochero” Guédez, Clemente “El Pelón” Liscano, José de Las Mercedes “El Cachimbo” Silva, José Manuel “Pimienta Criolla” Rojas, Francisco Manuel Mendoza, Alejandro Goicochea (padre), Br. Francisco Manuel Cordido, Julio Simón Martínez, José Eugenio Vásquez, Lucas

243


Rodríguez, Juan Manuel “Chorito” Oropeza. Mánager, Francisco Monasterio y madrina, Carmen Elena Delgado. Entre los adversarios, (El Caribe), José Eugenio Vásquez, Napoleón “Napoleoncito” López, Br. Pedro Manuel Mujica, Aníbal Castillo, Miguel Ángel Rumbos, Roseliano Vásquez, José Manuel “El Diablo” Escalona, Juan Ramón

Almario, José Gerardo

Zabaleta, Juan

Rodríguez,

Gumersindo “Chindo” Raldíriz, José Eugenio “Chepín” Parra, Antonio “La Puerca” Pacheco, José Antonio Barrios, José Leocadio Mogollón, Francisco “Mano Chico” Mujica, José González. Director, Antonio Solórzano y madrina, Carmen Boquett.

244


¡Llegaron las motocicletas! Las primeras motos arribadas a esta vecindad, rodaron en unas vías públicas empedradas, para más adelante, a comienzos de los años 60, disfrutar del inicio del asfaltado de algunas calles y carreras. En esta ocasión estaban los conductores y/o propietarios, Pedro Silva, Fernando Figueredo, Julio Rojas, Pilar Cortez Salcedo, Jesús Ramírez, Félix Palma, Jesús “Chucho” González, Juan “El Guaruta” Chávez, Ramón Fidel Loyo, Emilio “El Bombillo” Hernández, Alejandro “Don Arévalo” Arrieche, Enrique Granado (padre), Francisco

Dimas “El

Macías, Tuerto”

Barrios, José F. Ledezma, Francisco Rafael González, Minitrail 1957, dominio de Carlos Paradas

Félix Barragán, Tomasso

Pollino, Ponciano Sánchez, Andrés García, José “Cheo” Paúl, Andrés Carucí, Johann “Yan” Kubla, Isaías Méndez, José Ruperto “Jubilao” Pérez, Maximino Guerrero, entre dejados. Andando esta situación, se incorpora otro lote de estos vehículos de 2 ruedas, aquí entre los maquinistas formaban parte, entre reservados, Marcelino “El Radio” Mendoza, Freddy Barragán, Enrique Granado (hijo), Eloy “El Cigarrón” Herrade, Cruz Marín (hijo), Lino “Pelo de Oro” Iribarren, “Negro” Víctor Meza, Carlos Alberto da Gama, los hermanos

245


Humberto “Torrerón” y José Antonio González Valdés, Marcos Melo, Asdrúbal Campos, Orlando Zavarce, Orlando “Pluto” Alvarado, José Gregorio Goyo, Arnaldo Pineda. A todo esto, entre los distribuidores (vendedores) para la fecha, Freddy Barragán, Jesús María Alvarado (hijo), Anís Massud y Julián Moyetones, todos ellos con sus negocios en las carreras 7 y 8 de la localidad. En el acto, es conveniente distinguir el precio de estos medios de transporte para esos días, ya que solamente tenían un valor de Bs. 3.000,00 por unidad (a crédito), quedando cada giro mensual a Bs. 100,00. Estaban de actualidad las marcas Suzuki y Yamaha, desde 50 hasta 250 c.c.

246


Las empanaderas (os) Entre los desayunos más seguros de conseguir a primeras horas de la mañana en los múltiples despachos que han existido desde hace muchos almanaques, ha sido la suculenta empanada. Este manjar entre sus variedades consistían y consisten en: chicharronada,

perico,

carne

Josefa Isabel Varela de Díaz, sus rebozadas atraían mucho público

mechada, carne molida, caraotas, jamón y queso, caraotas con queso, atún, guiso, salchicha, cazón, pabellón; quienes a su vez, van cubiertas de masa y fritas popularmente en calderos. En el siglo inminente pasado, más, en su mitad, las encargadas (os) de preparar estas enharinadas para venderlas, tenían que madrugar mucho para aprovechar a su clientela provenientes de las misas de aguinaldos, gente con destino a sus trabajos, por igual, los parranderos (as) que obviamente andaban “amanecidos”, por evidencia. Entre las madamas y varoniles que terciaron en la venta de esta comida folclórica en mercados, quioscos, pulperías, viviendas familiares, ambulantes, y otros puestos, mostramos a Josefa Isabel Varela de Díaz, Josefa “Chepa” Alfín, Armanda Arteaga, María Varela, María de Jesús “Chucha” Colmenárez, Francisca de Salazar, Eulogia de Meléndez, Sabás “Sabaíta” Figueredo, Lina Mercedes Salazar, María Vergara, Josefina “La Niña” Lucena, Maximina Angulo, las hermanas María y Juana Gutiérrez,

247


Felicinda “Chinda” Torrealba, Rosario Paradas, Daniel Puertas, Hipólito Mendoza, José E. Ponce y Rosalvo Legón.

248


Coteros domingueros Desde existencia arcaica, muchas personas han preferido la compra venta como una manera de abrirse paso para mejorar sus bienes caseros, visible, algunas más afortunadas que otras, durante el camino emprendido en esta brega. Este caso corresponde taxativamente a la gente que ofrecía mercancía de todo

tipo

a

saldo,

conterráneos

de

a

estos

los

pocos

duraderos

recuerdos. Fue

una

espaciosidad

descendencia

donde

conveniente

la era

sumamente responsable y el usuario no tenía nada que firmar al trance de recibir su acreencia, porque estaba vigente la frase “su palabra es un documento”, la José Ruiz, cobraba por cuota su mercadería

cual contenía de veras una gran seriedad y responsabilidad.

Máximamente, los inmigrantes árabes fueron los que trajeron la variante de comercialidad a este enclave. Para visitar a sus consumidores recorrían las calles polvorientas y empedradas a pie, en burro, bicicleta, motos y autos, acompañados de maletas, portafolios, carpetas, donde tenían guardados los documentos del estado de cuenta por cobrar de cada morador, que a fin de cuentas, la cantidad asignada (semanal) no era obligatoria, si no la que pudiera abonar el comprador.

249


Máximamente, los inmigrantes árabes fueron los que trajeron la variante de comercialidad a este enclave. Para visitar a sus consumidores recorrían las calles polvorientas y empedradas a pie, en burro, bicicleta, motos y autos, acompañados de maletas, portafolios, carpetas, donde tenían guardados los documentos del estado de cuenta por cobrar de cada morador, que a fin de cuentas, la cantidad asignada (semanal) no era obligatoria, si no la que pudiera abonar el comprador. Entre los que andaban de acá para allá: Arnoldo Isacovich, Anís Massud, Antonio Abuyaudi, Nicolás Nayar, Camilo Naime, Kail Naime, “Musiú” Nacib Yordi, Salomón Naime, Baggib Naime, Abelardo Yúniz, José Galíndez, Antonio Rojas, Julio Rivas, Carlos Boquett, Nicolás Díaz, José Ruiz, Yamil Naime, Elías Saab, “El Musiú” José Gatrif, José Manuel Macea, Maximiano Caro, Fortunato Medina, Tortolisio Toledo. Aparte de una señora, Petra Álvarez, de Agua Negra.

250


Maquinistas famosos de ayer En

el

primer

fragmento

de

los

componentes iguales del siglo veinte, una cifra indeterminada de hombres se dedicó

a

conducir

maquinarias

pesadas, quizás, algunos sin título,

Antonio Hernández

pero esto no era una traba, ya que siempre

había

una

persona

de

confianza del capataz, quien sugería a la persona que iba a ganarse el pan en cada sitio simétrico. Común y corriente, estos buscavidas comenzaban con aparatos pequeños para ir ascendiendo hacia los mecanismos más pesados. Durante este avance los utilizaban para probarlos en carreteras; centrales azucareros; haciendas; parcelas agrícolas y montañas, por testimonio, con un salario diario (aparente) de Bs. 15,00. Entre esta maquinización accionada damos

con

cargadoras

tractores, (jaibas),

excavadoras,

asfaltadoras,

desgranadoras, retroexcavadoras,

compactadoras, cosechadoras. En esta etapa

unas

funcionaron

de en

estas Buría,

máquinas Carbonero,

Taría, Palma Sola, Farriar. Agua Viva, Manzanita, Juan González

Cabimba,

El

Rodeo,

Uribeque, Urachiche, El Tocuyo,

251


Carora, entre otros muchos lugares. Tan solo unos pocos operadores mencionaremos aquí, Guillermo Pérez, Juan Amaya, Toribio Mujica, Pedro Puertas, Pedro Rodríguez, Ramón Rigio, Marcelino “el Radio” Mendoza, Lino Aponte, Martín Sandoval, Modesto Graterol, Leonardo Rivas, Lorenzo Mujica, Luis Romero, Juvenal Prieto, Luis Ruiz, Miguel Paradas, Beltrán Rodríguez, José Eugenio Mogollón, Zoilo Hernández, Acacio Dudamel, Pedro Varela, Juan Fuentes, Julio Mendoza, José Abel Vásquez, Pastor “La Challota” Fiallo, Domingo Manuel

Liscano, Mujica,

Leonardo Baudilio

Juan

Ramón

González, Labastidas,

Juárez, Hómer Escalona, Varela,

Pompilio

Linárez,

Ricardo Dudamel, Cruz Tovar, Domitilo Palma, Eulogio Martínez, Enrique Étter, Melquiades Amaya. Asimismo Isaías Leal, los hermanos Tulio,

José

Hernández,

“Cheo”, Ignacio

y Véliz,

Antonio Andrés

José Vicente Peraza

Salazar, Diego Durán, Héctor “Pan Salao” Garrido, los hermanos Ramón, Antonio y Alí Hernández, Luis Castillo, Pedro Carmona (padre), Pedro Carmona (hijo), Silvino Fréitez, Emisael Giménez, Víctor Terán, Felipe Palma, Emilio “La Vieja” Rodríguez, Antonio Latiegue, Pastor Parra, Andrés Camacaro (padre), Ezequiel “El Cachicamo” García, Ezequiel “El Cachicamo” Franco, Nerio Álvarez, José Rojas, Santos Durán, Freddy Almao, Felipe Carrillo, Elías Peña, Braulio González, Marcial Mendoza, Felipe Gudiño, Andrés Dorta, Pastor “El Anare” Varela, Daniel de Jesús Ballester, Antonio

252


González, Mario Castillo, Enrique “El Sapo” Montilla, Jesús “Chucho” González, los hermanos Gerardo y Gilberto Reáñez, los hermanos Carlos “Palillo”y José “Pasodoble” Castillo, Macario Reáñez, Claudio Ramón Vásquez Campo, José Romero, Raimundo Rojas. También, Primitivo Arteaga, Pablo Martínez, Ramón López, Eulogio “Patelocha” Mujica, Juan Ruiz, Víctor Peña, José C. “Concha e’ Piojo” Rodríguez, Pascual Álvarez, José La Paz Pineda, Lino Medina, Pedro George, Johann “Yan” Kubla, Pablo Escalona, José Vicente Peraza, Juan Falcón, Efigenio Acevedo, Felipe Carrillo, Simón Garrido, Pastor Alvarado, Ramón López, José Díaz, Juan Hernández, Mercedes Peña, Eugenio De La Rosa, Enrique López, Víctor De La Rosa, Ramón Silva, Alfredo Torres, Reynaldo Medina, Sixto Arroyo, Doraldo Siónchez, Cornelio Pérez, Pablo Oviedo, Melquiades Pérez, Publio Lucena, Hugo Santoro, Gerardo Pérez, Miguel Yaremenko, Justiniano Peroza, José Varela, Andrés Ordóñez, Ricardo Rivas, Arturo Arrevillales, Jesús Guédez, Bertilio Pérez, Juan Mendoza.

253


La cuna de Jesucristo Desde

hace

años,

varias

incontables proles

de

diferentes partes del mundo que están catolizadas, se enamoraron (algunas por promesas) de mostrar en sus

direcciones

Carlos Terán, Juan E. Acacio, Henry “Mencho” Valera, Yuri González, William Granadillo, (oficiosos en este patrimonio)

la

equivalencia del nacimiento del niño Jesús. Incontinenti, esta sucesión se repite incluso en iglesias, Institutos gubernamentales, plazas Bolívar, Institutos educacionales, comercios, canchas deportivas, entre otros lugares. Sin ninguna duda, hemos

visto

y

notaremos siempre desde los de mayor cuantía y cualidad, hasta Pesebre a la intemperie en la cancha de La Concepción

los

más

pobres, pero todos estos

pesebres

siempre apuntando hacia una misma diana: la fe cristiana del género humano. Entre las primeras utilerías para dar forma a esta rutina, se consigue, barba de palo, cruceto, carrizo, bambú y musgo (plantas); estoraque

254


(árbol); caujaro (fruto); papel crepé; cartón; aserrín; cartulina; tijera; algodón; bolsas de papel.

Algunas señas de diferentes personas que cumplían y cumplen con esta tradición: Rómulo Mujica Milagros Bartolomé

Carrera 8 entre 10 y 11 Carrera 8 con calle 13

Pastora Torres

Carrera 8 entre 16 y 17

Rosa Giménez

Calle 22 entre 7 y 8

Amalia de Tovar

Carrera 7 entre 21 y 22

Delia Rivero

El Carmelero

Emilia Carrasco

Calle 6 entre 6 y 7

Antonia Paradas

Carrera 6 con calle 5

Carmen Salcedo

Carrera 5 entre 6 y 7

María de Millán

San Roque

Rosa Leonor Rojas

San Roque

Josefina Durán

La Tiama

Elena de Durán

La Tiama

Lila Suárez

La Tiama

María Vásquez

Carrera 10 entre 6 y 7

Julia de Quintero

Calle 22 entre 7 y 8

“El Mocho” Pablo Palma

Green Spot

Wilma Grimán

Calle 6 entre 5 y 6

Mercedes de Arias

Carrera 8 entre 8 y 9

Cristina Colmenárez

Calle 7 entre 5 y 6

Mercedes de Gutiérrez

Carrera 8 con calle 3

255


Antonia Arrieche

Carrera 8 con calle 3

Segismunda Silva

Carrera 6 entre 3 y 4

Dominga Tellechea

Carrera 8 con calle 7

Teodora Rumbos

Carrera 6 entre 6 y 7

Francisca Hernández

La Mora

María Varela

La Mora

Felipa Alfín

Calle 9 y carrera 10

256


Amasadores del pan nuestro Prácticamente, el pan de trigo es el sustituto principal de la arepa criolla, ya que mucha gente lo prefiere antes que la preparada con harina de maíz blanco o amarillo. Para la elaboración de este subproducto, se utiliza: harina de trigo, levadura, anís dulce, huevos, vainilla, azúcar, agua, mantequilla, leche, nuez moscada, sal, manteca, limón, canela molida, margarina, etc. De su resultancia, obtenemos una gran

variedad

de

sustentos:

campesino, cabeza de gato, francés, bizcocho, canilla (salados); piñita, tunja, almidón, cortadito, catalina, cachito, cocada, pecho de niña, acemita, de maíz, cantinollora, torta borracha, Humberto Rojas

galletas,

gamberra

y

colombiano (dulces). Hace un océano de años, el horno

para este menester era fabricado de adobes (barro), generalmente en casas familiares. En sus inicios era calentado con leña, y cuando su temperatura estaba lista para cocinar, se retiraba la ceniza para colocar las bandejas con sus respectivos panes. Pasado un tiempo, esta misma operación (calentamiento) se efectuaba con un soplete, y en algunos fogones se introducía este derivado en distintas cantidades de azafates, de acuerdo a la capacidad de cada uno, hasta estar acabados (doraditos); rápidamente, se sacaban con una paleta

257


labrada por Juan Ramón Gómez, entre otros ebanistas. Por cierto, algunos fogones tenían espacio para 40 sartenes. El siguiente paso era exhibirlo en el mismo hogar; vocear en las calles a pie; en carro de mano de madera;

hasta

en

bicicleta.

Contaremos unos pocos (as) que

Juan B. Dorante

ayudaron en esta actividad a los propietarios de dichos negocios: Jesús María “Mano Chu” Mota, Bernardo Lobo, Víctor Hidalgo, Alberto Guédez, José “Chelo” Silva, Martín García, Silvio Rivero, Luis Carrasco, Ernesto Ledezma, Pastor Rivero, María Micaela Gavidia de Dorante, Benedicto Colmenárez, Lino “Pelo de Oro” Iribarren, Alejandro “Capán” Aguirre, Alejandro Torres, Félix Caro, Ervigio Alvarado, Leopoldo Caro, Jorge Tovar, Luis Romero (hijo). Víctor Linárez, los hermanos Félix y Silvestre Colmenárez, Joaquín Gutiérrez, Pastor Gatica, Édgar Fuentes. Patronos y/o encargado

Domicilio

Eladio J. Goyo P.

Calle 19 con carrera 12

Pedro Luis Gámez

Calle 18 con carrera 8

José Crisanto Gómez

Calle 14 con carrera 14

Humberto Rojas

Calle 17 entre 12 y 13

Carmen “Tingo” Sánchez

Calle 12 entre 12 y 13

258


Pastor Caro

Carrera 7 entre 4 y 5

Víctor Caro

Carrera 11 con calle 6

Anacleto Hidalgo

Carrera 13 entre 3 y 4

José Escalona

Calle 19 entre 16 y 17

Giussepe “Musiú Pepe” Fiducia

Calle 16 entre 5 y 6

“El Mocho” Antonio Quintero

Calle 12 entre 13 y 14

Antonio Abuyaudi

Carrera 7 con calle 16

Manuel E. Barradas

Carrera 11 con calle 18

Wael Naime

Carrera 7 con calle 16

Pedro “El Morocho” Salcedo

Calle 9 entre 9 y 10

Juan B. Dorante R.

Urb. D. Carías entre 5 y 7

Eladio Herrera

Barrio San Roque

Lino Moreno

Carrera 12 con calle 14

Enrique Julián Guevara

Carrera 6 con calle 7

Gloria de Macea

Carrera 7 entre 6 y 7

Riquilda Alvarado de Herrera

Carrera 10 con calle 14

José Moyetones

Barrio Pilco Mayo

Francisca Castillo

Carrera 6 entre 9 y 10

Sinforosa Rivas

Barrio La Cachamenta

Ana Rosa Salcedo

Calle 23 entre 8 y 9

Romelia Badilla

Ave. Bolívar con

Perimetral Elisa Gómez

Barrio La Tiama

Gregoria “Goya” Aguilar

Barrio La Tiama

Celsa Pérez

Carrera 8 La Libertad

Marcial Carucí

Barrio La Mora

259


Ojos de relojeros En toda época, en el mundo entero siempre habrá personas decididas a iniciar algún trabajo para sus gastos, a pesar de no haber recibido previamente ninguna orientación de algún técnico de este delicado ajetreo; pero también encontraremos otras que al menos han participado en cursos por correspondencia, y aparentemente se les hace más fácil esta labor tan cuidadosa. Esto se trata peculiarmente, de un grupo de hombres que a mediados del siglo veinte, se atrevían a curiosear las piezas de los diferentes relojes para hacerlos

andar.

Tanto

como

cronómetros de pared, de pulsera, de bolsillo, y despertadores (avisadores). Para ese momento, estaban en la cima, las marcas: Seiko, Longines, Tissot,

Gerardo Ramón Cortez, satisfacía a clientes “pesados”

Lanco, Oris, Mulco, Nivada, donde predominaban los de cuerdas ante los automáticos. Los medios básicos para este asunto son: lupa, destornillador, porta máquina, aceitador, pinza punta fina, saca agujas, cepillo, llave para destapar, alicate, pinza punta gruesa, aceite fino, entre otros útiles. A las primeras de cambio, afloraremos unos pocos de ellos: Nombre

Dirección

Vladas Dervojedaitis

Calle 18 con carrera 11

Daniel Zavarce

Carrera 6 con calle 9

260


*Alberto “Beto” Mogollón

Carrera 12 entre 7 y 8

José Rafael “Jubilao” Pérez

Carrera 9 con calle 9

Rafael Orozco Brito

Carrera 7 entre 18 y 19

Víctor Yaremenko

Carrera 8 con calle 18

Richard Varela

C.C.

El

Imperio

del

Campo Ulises Oviedo

Carrera 8 entre 10 y 11

**Gerardo Ramón Cortez

Calle 17 entre 20 y 21

José Tomás Martínez

Ave. P. T. entre 12 y 13

Luis Carmelo García

Carrera 9 con calle 20

Francisco Colmenárez

Carrera 13 entre 3 y 4

Jesús Mendoza

Carrera 8 La Libertad

Ángel Villalobos

Ave. Bolívar con carrera 6

José Heriberto “Chiche” Iribarren

Carrera 11 con calle 8

*En horas nocturnas, sus herramientas: una vela (luminaria) y un rizador (pinza). * *Arreglaba relojes del General Marcos Pérez Jiménez y titulares de la Seguridad Nacional.

261


Índice Presentación del autor

4

Agradecimientos

6

Presentación de Mercedes E. Blanco

7

Génesis de “El Trocadero”

9

Autovía por todo el centro

15

No volverán, no volverán

16

Cuerpo de policía severa

17

Echando “Pinta”

18

Pendencieros de la centena veinte

19

Gente pintoresca

20

Personajes populares

22

Comerciantes honestos

24

Algunos prefieren la vieja

27

Mucho empeño en jugar béisbol

29

Desapareció la ñapa de los anaqueles

31

Precios maduros que no volverán a verdes

32

Pocos aparatos de televisión

34

Alivio para los pies

35

Domina el vicio ante el juicio

36

La mujer hace antes que el Ace

37

Transcurso de la salud pública

39

Notas resaltantes

43

Novedoso centro de salud

45

Más hospitalidad para sus habitantes

46

262


Reparadores de máquinas

47

Sin título, pero audaces

48

Concurso de papagayos

50

Películas y mucho más

51

La Billo´s en “Los Compadres”

53

La Dimensión Latina, hizo lo propio

56

Lluvia de estrellas brillan en el mismo centro

58

Reto a la resistencia

60

Cartelera profesional

62

Fiesta pomposa decembrina

64

Coleadores de mi pueblo

66

Otras tardes de toros

69

Sin guía de las notas musicales

70

Gracias a los hombres ingeniosos

72

Transporte de animales en grupo

73

Respeto a la Plaza Bolívar

74

Una tradición autóctona

77

Héroes sin publicidad

79

Muchachos exploradores

80

Agrupación coral

82

Al menos lo intentaron

84

Golpes de manos, codos y pies

85

Se encontraban por carambola

88

Otra habilidad con más bolas

90

Los primeros goles en el pueblo

91

Tantos con olor a mujeres

93

Muchas trabas para comenzar a encestar

95

263


Voleibol femenino anticipado

97

Otra generación de deportistas

99

Bolas criollas – masculino

100

Féminas también arriman y bochan

102

Una costumbre venida a menos

103

A la pista balonvolea masculino

104

Se sostiene la tradición sin una rueda

106

Batazos, pero a una pelota mayor

107

Contagiadas por atrapar pelotas

109

La viveza criolla

111

Destello de atletas vencedores

112

Cuando era más santa la semana

114

Grupos religiosos católicos

119

Libres contra atrapados

123

Apatía en el ciclismo de mujeres

125

Competencia con final enlodado

126

Match con dificultades en su recorrido

128

Conocidos como maestros de barro

130

Nueva técnica de pilar maíz

132

Instantes placenteros de la vida

134

“Pisos” a la moda y resistentes

136

Vestidos último modelo a la medida

138

Establecimientos para huéspedes

140

Lustradores ambulantes

142

Dulcerías hogareñas

144

264


Labradores de madera

146

Fabricantes empíricos

148

Una fase del habitual guayoyo

150

Ellos tampoco vieron a Linda

152

Boticas, expendios y farmacias

154

Surtidores para seguir la marcha

157

Clubes para recreación

159

También fue último modelo

162

Otro medio de enlace

163

Barberos a toda costa

164

Heladeros sin tíos ricos

167

Caucheros para seguir rodando

168

Receptorías y lavanderías

169

Florerías para diversas ocasiones

171

Fontaneros del pasado

172

Cacería en distintos períodos

173

Vicio ancestral en pipa o enrollado

178

Adictos a escupitajos negros

181

A pata e ´mingo de la comunidad

187

Instrumentos musicales novedosos

191

Firmeza por muchos años

196

Otro invento musical del siglo veinte

199

Lidiadores espontáneos

201

Pipiolos sobre un ring de boxeo

203

Otro grupo costumbrista

208

Primer albergue para bebés

210

265


Camino a cien años educando generaciones

216

Ciclismo tradicional y circense

220

Único león yaritagüeño

222

Los Criollitos saltan al terreno

224

Curanderos sin tecnología

227

Expendedores de chicha casera

229

Estrellas distritales y nacionales

230

Circo pueblerino

232

Carnaval en el centro del siglo XX

234

Celebración de su santoral católico

235

Gente revuelta con animales

236

Rivalidad entre vecinos

238

¡Llegaron las motocicletas!

240

Las empanaderas (os)

242

Coteros domingueros

244

Maquinistas famosos de ayer

246

La cuna de Jesucristo

249

Amasadores del pan nuestro

252

Ojos de relojeros

255

266


Manuel Antonio Salcedo, nació en Yaritagua en 1942, es Técnico Superior en Medios Audiovisuales y Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Bolivariana de Venezuela. Siente un gran amor por su pueblo, sus costumbres y tradiciones, esta es su primera incursión como cronista de lo cotidiano y de la vida de generaciones que nos precedieron en el tiempo. Considera que sus voces y aporte han sido olvidados y nunca han tenido el reconocimiento que se merecen. En este libro Salcedo busca reconocerlos en su justa medida.

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Versiรณn digital Junio 2019 Sistema de Editoriales Regionales Yaracuy - Venezuela

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