José Luis García Vásquez
PALABRAS EN PLENILUNIO
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Palabras en plenilunio © José Luis García Vásquez Colección El libro hecho en casa. Serie poesía © Para esta edición: Fundación Editorial El perro y la rana Sistema Nacional de Imprentas Red Nacional de Escritores de Venezuela Depósito Legal:lf40220108002398 ISBN: 978-980-14-0964-9 Diagramación: Jesús Castillo Impresión Ricardo Domínguez Corrección: Ennio Jiménez Emán Correo electrónico: sistemadeimprentasyaracuy@gmail.com
El Sistema Nacional de Imprentas es un proyecto impulsado por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura a través de la Fundación Editorial El perro y la rana, con el apoyo y la participación de la Red Nacional de Escritores de Venezuela. Tiene como objeto fundamental brindar una herramienta esencial en la construcción de las ideas: el libro. Este sistema se ramifica por todos los estados del país, donde funciona una pequeña imprenta que le da paso a la publicación de autores, principalmente inéditos.
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NOCTURNO Tañen las cuerdas y un perro triste abre su hocico para tragarse a la luna llena y como una ambulancia en emergencia, el alma se le escapa en un ulular lar…go y macilento llevando heridas de existencia eterna. Hace ya largo rato que las calles se hicieron azules. Lucen más tristes los tejados embadurnados de estrellas y de luna; mojados de la soledad que transita, galopa, olfatea, respira sobre una yegua ceniza de ancas hermosas y patas que cojean sobre membranas dormidas. Las calles se alargan a lo infinito como la sombra de un errante detenido ante el ocaso. Tañen las cuerdas y los postes lloran lágrimas de luz amarillenta y derretida. El rumor de algún bar en trasnocho enumera las angustias de sus feligreses que encontraron el paraíso sumergidos en botellas cristalinas. La figura de un ebrio diluida en el desequilibrio pelea hasta lo absurdo con la rigidez de las esquinas. Lamiendo la calzada mis zapatos van construyendo huellas. La soledad me baña todo, todo: la soledad viene envuelta en neblina. Las golondrinas de mis manos anidan en los nidos que construyeron en mi chaqueta. Mis pasos resuenan, como resuena en un caracol la mar entera. Tañen las cuerdas
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y una voz adolorida y enamorada se vacía en endechas de amor al pie de una dormida ventana.
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MARIPOSA DE VIENTO A Daisy R. Mariposita de viento. Distancia de tierras extrañas, rumor de mar, viento de sal es el pólen de tus alas. I Mariposita de viento llegaste de un jardín panal de sinfonía de galaxias, flor de mar azul, flor de playa blanca, flor de cielo azul, flor de verdes montañas con ocasos de mil colores y de mil colores la mañana. II Mariposita de viento no sé como pasaste ante mi venta. No sé si te trajo la brisa o simplemente emigrabas. Estaban tristes mis ojos sólo la vida pasaba con su cargamento de angustias y de alegrías pausadas. Me aborté de mis penumbras para extasiarme en tu vuelo. Te llevé a mi máxima altura a mis valles enverdecidos, a mis calles antañas, a mis soleados caminos,
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a mis ríos de frescas aguas, por doquier los predios míos; te dije: ¡éstos son mis parajes llévame a tus designios! III Mariposita de viento en tu tránsfuga aparición de silencio repentino pude tocar tu polen con estos dedos míos. Pude rozar tus alas con estos labios míos… volví, entonces, en mis entrañas de la obsesión a sentir el hierro frío Quise… Gritar… No Te Vayas… Pero la acción de lo real es la esencia nunca jamás las palabras. IV Mariposita de viento déjame cabalgar sobre tus esencias. Déjame ser luz en el prisma de tus alas ser pelícano, ser gaviota en tus mares y en tus playas.
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HOY NO QUIERE AMANECER Hoy no quiere amanecer y no estoy de luto. He azuzado los pájaros para que apuren la aurora. Anoche los duendes vinieron para vestirme de alegría. Orugas errantes, luminosas devoraron la carcasa de mi tristeza. Alguna guitarra algún eco algún licor algún cristal sin recuerdos trajo gotas nocturnas sin ayes de agonías. En la distancia (al filo de algún lindero) los colores extraviados revolotean en bandadas trayéndome recuerdos de paisajes donde nunca he estado; donde no ha madurado mi huella; donde mis pupilas no han ido a sorprender la luz, a iluminar los verdes. Hoy no quiere amanecer y yo anoche, apresurado, desbocado, enterré todas las tristezas en ataúdes de pieles macilentas. He traído una piedra astral y celeste escondida de los siglos. Me olvidé de las dalias nocturnas. Me olvidé de los anillos perdidos
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y aquí me planto, como un faro en medio de la nada a esperar la aurora con el corazón liviano llenándolo de olvidos.
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RECUERDOS Y AUSENCIA Tú y yo atamos al viento al ritmo de nuestro amor. Hemos cortado un ramo de luz. Hemos sesgado el murmullo de los ríos. Tú y yo hemos sembrado el trino de las aves y hemos roto el cristal de las sonrisas. Me has dado luz; te he dado versos. Me has dado besos; te he dado caricias. Congelamos los sueños y florecimos auroras. De cada amanecer corté para ti un capullo y de cada ocaso cortaste para mí un racimo. Tú preñaste mis sueños e versos y oraciones; yo tus noches las impregné de insomnios, anhelos y dulces fatigas. Yo tus caricias llené de mi cuerpo y tus mis manos las llenaste de tu figura. Unimos nuestras manos y convertimos nuestros dedos en diez o en veinte raíces que se amaban. Tú y yo le hemos dicho a la muerte que la vida es alegre y hermosa. Hicimos de la vida un himno y de todos sus versos
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hicimos una rosa………. …..Ahora estoy a oscuras. Ahora navego un mar de tinieblas. Ahora no sé donde andas….. Ahora no sé donde sueñas. Ahora… es impreciso e incierto mi paso y no sé si el tuyo tiene firmeza. Dime….. ¿por qué te has ido?
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TE AMÉ Te amé: es cierto. Hubo una hora extraña que se detuvo para hacerse eterna en algún recodo, en algún laberinto, en alguna bóveda fugitiva exceptuada de túneles que la alcancen. Fue un tic tac petrificado al no soportar un instante de tus ojos. Fue una ternura derramada que humedeció cada segundo marcado por los relojes blandos que construyó Dalí a la orilla de algún sobresalto: fantasmas de urgencias que sólo conocen los pintores y los poetas. Te amé: como un perro sumergido y subyugado, mi alma huyó hasta ti presa de vértigos y desequilibrios arrastrando cadenas, arrastrando tinajas, arrastrando peroles, arrastrando ánforas donde yacían atesorados todos los días que mi padre y mi madre me habían regalado. Fue la mano infantil que se abrió
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para regalarte un secreto. Fue la pincelada azul, fue la pincelada sepia que derramó Reverón sobre el burdo fardo para entregarle al mundo su alma hecha de jirones de lucidez y de tormentas. Te amé: ya no estoy. Ahora tocas a mi puerta goznes de soledades invaden su madera y un silbo de viento infecundo llega a ti como respuesta.
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ADOLESCENCIA Un solo de guitarra me despertó en la madrugada, se coló dulcemente por entre las rendijas de mi ventana. Venía cubierto de humedad, de penumbra, de rocío y de la soledad del alma humana. Me asomé sigilosamente, abrí las fojas de mi ventana. Dejé que la niebla lamiera mi rostro y extendí por entre ella mi mirada. Era un pichón, un gorrión; un cachorro de la raza humana que con su adolescencia acuesta las penas del amor recién estrenaba y acurrucado en una esquina su guitarra desgranada buscando en sus notas un bálsamo que su angustia sosegara. Amor de adolescente, amor de muchachada: florecita de hoy angustia de mañana …Y me descubrí en su silueta, me descubrí en su guitarra, me descubrí en su angustia, en su soledad y en su tonada. Volví a ser yo en mi adolescencia ya lejana con todas sus bolserías y todas sus pendejadas.
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CLANDESTINO
NEVADÍN
Bendita sea: mil veces bendita, la marea que me arrojó en tus playas. Bendita la brisa que me llevó a tu puerto. Bendita la tormenta que me llevó a tus refugios. Sortilegio de amor que me floreció la vida. Brisa marinera que desplegó mis velas. Hermosa criatura que me hizo cazador furtivo; Atesorada joya que me convirtió en ladrón. Código divino que me hizo delinquir. Secreto paradisíaco que me enseñó a mentir.
Cuando el alerta de mis pasos le anuncian mi llegada la estampida de su existencia viene huracanada hacia mí convertida en masa tangible de alegría. Desaforado, enloquecido, desintegrado en su desespero llega para ungirme con su naricita negra, húmeda y fría. Derrama sobre mí su lengua en un torrente de besos, ternura y amor por cada molécula de su tibia saliva. No entiendo con exactitud el tañer de campanas que habitan en su alma, pero sé que me profesa tanto amor que me hace entender que yo existo. ¿Cómo puede caber tanto amor en cinco kilos de existencia? ¿Cómo entra tanta ternura en un ovillo de lana blanca? Me convenzo de que Dios existe
Yo, ladrón de tus besos. Yo, corsario de tus orgasmos. Yo, rapiñero de tus caricias. Yo, ratero de tus placeres. Yo he venido a robar en tu huerto lo que otro sembró con su vida. ¿Cómo, podría haber muerto sin haber probado tus delicias?
Desde tus diminutas piernas el diminuto salto que te lleva hasta mis brazos. Y sé que para ti, Nevadín,
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ha sido el salto gigantesco que te llevó hasta la más remota de todas las estrellas.
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RAFAEL MONTILLA Lamida de neblina la luz llega herida rasgando penumbras fugitivas. Gélido, el aliento de no sé que Dios impregna todos los espacios. Desde todos los verdes comienzan a caer alegrías y melancolías disparadas por los pájaros. Encadenado a su rutina y obligado por las horas, el padre del Inca inicia su escalada sobre el horizonte. Humedecidos de colores, sus pinceles derraman, en la geografía rectangular de sus lienzos, el enjambre sideral de todas las luces convertidas: Ocres Rojos Verdes Amarillos Fucsias, argentas, azules, marrones, sepias, Grises Violetas, anaranjados……. ……luces, sombras, arboles, piedras, pájaros, flores, caminos, casas,
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rostros, cuerpos, montañas calles cielos, nubes, ríos. ¿A qué vino la luz a su puerta? ¿A qué vino la mañana hasta sus lienzos? En mi pueblo el día llega todos los días a copiar los colores en los lienzos de Montilla. De Rafael Montilla.
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PADRE MIO A la memoria de mi padre. Padre mío que estuviste entre nosotros siendo el centro de nuestro ínfimo universo Santificado sea tu nombre que estuvo al alcance de mi voz para vencer y disipar mis infantiles miedos. Vino a nosotros tu humildad desgranada en mimos, caricias y besos. Nos distes siempre el pan nuestro de cada día, el tibio hogar, el sublime ejemplo. Nos llevaste en tu corazón lejos de cualquier rencor así como nosotros también llevamos en el más puro crisol todos tus recuerdos.
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LAS CEREZAS
CRONOLOGÍA
Hoy es primavera y me asomé a la ventana y vi como por las calles corrían las cerezas: cerezas dulces, cerezas rojas, cerezas que todo lo matizaban con su rojo esplendor. Y vi como la gente quería comer cerezas: cerezas dulces, cerezas rojas; cerezas que compartían cuatro labios juntos, dos unidos cuerpos por cuatro hambrientos brazos.
Era bonita tu voz con sus dedos largos que pasaba como un duende burlón haciendo vibrar las cuerdas del arpa que vivía escondida en mis urgencias genitales.
Cerezas que se cuchicheaban sentadas bajo la sombra de los más robustos árboles. Cerezas que endulzaban los labios comelones y devoraban los cuerpos de aquellos que las comían. Todos querían comer cerezas alrededor de la plaza: ¡la plaza se lleno de cerezas!
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Eran bonitos tus ojos yo me asomaba en sus confusos azules y me ahogaba, me emborrachaba, me perdía, me desintegraba, me deshacía en sus riveras verdes. Era bonita tu boca valía la pena robarle el caballo a Don Quijote. Valía la pena cualquier puñalada en cualquier víscera valía la pena correr desnudo entre los tunales con tal de llegar a ella y vaciarle un beso para sentirla mía. Era bonito tu cuerpo: él pasaba por las calles y yo escuchaba el estallido de todas las tejas contra el suelo; el colapso de las paredes habitadas; el graznido envidioso de las hembras opacas; el aullido profundo y mortal del lobo que habita en cada testículo; Era bonita tu voz. Eran bonitos tus ojos. Era bonita tu boca. Era bonito tu cuerpo. Que vaina Rosalía, las hojas del almanaque nunca, nunca, nunca, se caen en vano.
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ASTRONOMÍA
ENTRE ABRIL Y MAYO
Yo gemía y escarbaba buscando esas estrellas que se escondían. Era lunes y me parecía domingo; era martes y yo andaba de jueves; me llamaba el reloj para el miércoles y yo despertaba amanecido de sábado. No habían segundos, no habían horas ni habían tic taces en los que no me orinara para confundir más mi memoria, mis zapatos y mis células. Había alguna camisa que me quedaba pero yo no sabía si existía o quien carajo la cargaba. Habían unas piernas huecas, frías, ásperas, vacías que entre hilos y pigmentos habían nacido para las mías. Pero yo sólo quería vivir desnudo sobre tu vientre gimiendo y escarbando buscando las estrellas que tu escondías.
Llegabas mágicamente vestida de brisa sur; verde adentro, vistiendo de flores toda la existencia. Yo te esperaba con todas las ansiedades cubriéndome la piel, cubriéndome las manos como si todas mis entrañas hubieran alzado el vuelo y se hubieran posado sobre mis uñas. Llegabas. Siempre llegabas Haciendo de esmeraldas hasta la misma luz que te besaba. Llegabas, llegabas, llegabas. Todavía llegas y mi alma sigue ansiosa bautizada de sed en la larga espera. ¡Ah… tu aroma¡ Pedernal abierto, minerales, florescencia, tierra hambrienta de besos y caricias. Te sigo amando y te espero. Te sigo amando y eres ajena. Te sigo amando y eres la novia de mi huerto. Eres la novia de toda la floresta.
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EL AMOR TOCÓ A MANUELA Que felicidad la de Manuela el reloj le marcó su hora una espada de guerra le atravesó su corazón. Y se olvidó Manuela de convenios, de tejidos y conventos; de razones, de tenencias, reglamentos, de murmullos y sociedad. Y abrió su alma Manuela, la montó sobre las ancas de aquel caballo de nubes que cruzando hielos de soledades a Manuela venía a buscar. Venía desde el Sur ese caballo, traía por sangre un arco iris con ocho estrellas encendidas. Venía desde los Andes, venía desde la Patagonia. Venía desde la Amazonía remontando el Amazonas. Venía bañado de Mar Caribe y toda el agua del Orinoco Reverberaba en sus pupilas. Venía desde el Norte ese caballo justo más acá del Río Bravo en él gravitaban las plumas de la serpiente emplumada. Tenochtitlan lo vio pasar y desde allí se sintió vengada. Venía desde el centro de la América oloroso a copal ese caballo, perfumado con los números y la astrología de los Mayas. Se paró en el centro de todos los centros y construyó el ombligo del universo. Venía desde Haití, desde Cuba, desde todas las Antillas Atlánticas y Caribeñas. Manuela lo vio llegar herido de soledades y agonías; le abrió de par en par su catedral. Lo huracanó de pasiones.
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Lo lloviznó de besos. Lo iluminó de caricias. Lo dejó llorar entre sus axilas y con los ángeles de sus manos exorcizó para siempre los demonios de soledades y agonías: “ya no estás solo corazón, ya no estás solo vida mía, hacia Santa Marta giran tus ángulos; hacia Paita corren mis aristas pero un hilo de plata fina ya por siempre une nuestras vidas”.
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CARTOGRAFÍA Como un mapa yo extendí mi sudor sobre tu cuerpo y una ruta de mi semen me señala el lugar donde queda el paraíso.
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GEOMETRÍA Sobre cada milimétrica hectárea de tu cuerpo he venido a trazar todas mis caricias.
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ODA A LAS MARIPOSAS
ALQUIMIA Déjame derramar tu piel sobre la mía fúndeme en el crisol de tus urgencias con el precioso metal de tus medidas.
Que no le falte al mundo la muda voz de tu ternura. Bendición de Dios permutada en gema. Arco iris desprendido hecho fragmentos. Ilusión dibujada con el pincel de los sueños. Nota musical de sustancia tangible. Eres lo más parecido a la ternura, a la acaricia, al perdón, al beso. Yo no quiero un mundo sin tu presencia, yo no quiero el aire donde tu no existas. Pregunto ¿para qué las flores sin tu existencia? No dejes nunca de venir a mis pupilas. Sigue viniendo siempre a bendecir los días, sigue llegando siempre a iluminar las noches. Madrina del aire, nana de las flores, novia de los colores, duendecillo de luz que atesora sonrisas. ¿Qué quedaría para el mundo si te perdiéramos? ¿Qué excusa pudiese haber para nuestra vergüenza? Que triste contabilidad de la vida si dejamos cerrar la cuenta de tu existencia.
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CANTO A LA LOCURA Te veo silencioso, callado y nostálgico deambular por tu mundo inexorable. Con tu mirada perdida en un espacio y en un tiempo que no conozco y con tus pies infinitos devorando distancias y marcando huellas en las lejanías profundas sin que tus tantos rumbos tengan la proyección de tu perdida conciencia. No hay historia, no hay presente, ni hay futuro en tu viajar de ave errante; ni el concierto magistral de la coherencia de las expresiones en tus ojos de espacio monárquico y sin fondo que a veces tienen la sublime mirada del niño y a veces la escalofriante mirada de la opulenta fiera herida. Loco… déjame pacer por tu mundo inexorable de brumas y tinieblas, y silencios, y espesuras, y follajes
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embriagado de olvido, de olvido, de olvido… Si, dame tu mundo. Llévame entre tus nubes, sobre el sol, el cielo y el firmamento. Dámelo gota a gota con el ritual y sabor de una anhelada droga o del licor que hace siglos no se bebe. Loco; llévame por tu mundo de brumas tormentosas. Déjame saber si en tu mundo puedo encontrar el olvido de la mujer que añoro y a su recuerdo me encadena.
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A LA DERIVA
MI TRISTEZA
Un barco a la deriva le sazonaba el corazón. Velamen sin brisa le creció en la voz. Brújula sin norte en la mano le nació, rosa de los vientos que en ningún rumbo floreció, sextante sin ángulos de tierra y sin ángulos de sol; una quilla sin azules, sin espumas en el alma le encalló. El metal de su mirada del horizonte se perdió y la brisa de los viajes ya más nunca le besó. ¿Cómo puede vivir la vida si ya no vive con pasión?
Bajo la necesidad de escribirte un poema y sin saber que escribirte. Caminando suavemente sobre el horizonte abierto con el sol sobre la mirada suave, tibio y tenue que va borrando figuras con las sombras macilentas en que humedece sus pinceles. Una brisa sutil, como la caricia de un niño, llega a besar mi rostro, a juguetear con mi cabello que apenas le atiende. Me sonrío, levemente, y no sé de qué; quizás sea del pasado, a veces llego a pensar que de mi tristeza. Renacen los mil dorados en el horizonte y un rojo en el cielo, quizás altanero, sale a decirles “Presente”. Un amarillo muy pálido, pero no grave ni enfermo, le sonríe ingenuamente. El azul aún no se ha ido; aunque con muy débiles fuerzas se resiste a hacerlo. Veloz, una figura indescifrable y galopante se pierde en el resplandor macilento; se arruga mi frente mientras busco en el recuerdo...... quizás sea alguien que se ha escapado de mis adolescentes sueños. Siempre el mismo paisaje:
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desolado, triste, sereno y quieto con huellas sobre huellas y huellas, sobre un polvillo que constantemente mueve el viento. ¡cuánto me duele el pasado! Y tú quizás no lo sepas. Tiendo la vista sobre todos los espacios y en ninguno de ellos te encuentras. Sólo estas en el ayer y encontrarte allí me atormenta. ¿Qué hago?... no hay respuesta. Giro, intento correr sobre ese instante de tu presencia: no se mueven mis piernas, se detienen mis brazos, y ni si quiera penetran la voz y el aliento: es infranqueable la barrera. ¡¡Quiero detenerme!! no quiero más ese horizonte que me guarda un ocaso que no va a tener un mañana ni mucho menos un regreso. Quiero quedarme aquí, solo, sentado sobre el suelo esperando a que quizás algún día pases sobre este plano desierto................ dime..... ¿Dónde cantas? que tu voz no me llega ¿Dónde ríes? que sólo escucho el viento. Por favor, no importa como, espérame allá en cualquier lugar de este horizonte aunque sea a un mísero instante de mi ocaso eterno.
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ODA A DON PANCHO Yo veía caer la tarde tras tu silueta y veía remontar el día sobre tu sombrero; adornabas la luz, florecías el aire con tu porte altivo, desgarbado y viejo. Vivías atarrayando tus recuerdos para traer frescas fantasías a mis manos. Cabía un Amazonas en tu elocuencia; cabía toda el África en tus relatos, había un Indiana Jones en tus vivencias, un filósofo escondido en tus palabras y un niño alegre en el centro de tu alma. Yo niño: floreciendo, despertando, encendiendo auroras. Tú anciano: declinando, despidiendo, apagando ocasos ¡vaya edad! para encontramos y ser amigos. Nadie como yo sabía oír tus palabras, nadie como tu voz sabía llegar a mis oídos. Cuantos celofanes vespertinos envolvieron nuestros encuentros, viejo amigo, la filosofía madurada por tu vida perfumada en aroma de talabartería; la selvática espesura de tus relatos, adas voladoras para mis fantasías: ¡Oh! la serpiente infinita, el reloj eterno, el tigre derrotado, la mina inagotable. Sin el infinito mar de tus ensueños no habría aprendido a navegar mi fantasía.
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Índice
NOCTURNO MARIPOSA DE VIENTO HOY NO QUIERE AMANECER RECUERDOS Y AUSENCIA TE AMÉ ADOLESCENCIA CLANDESTINO NEVADÍN RAFAEL MONTILLA PADRE MIO LAS CEREZAS CRONOLOGÍA ASTRONOMÍA ENTRE ABRIL Y MAYO EL AMOR TOCÓ A MANUELA CARTOGRAFÍA GEOMETRÍA ALQUIMIA ODA A LAS MARIPOSAS CANTO A LA LOCURA A LA DERIVA MI TRISTEZA ODA A DON PANCHO
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Se terminó de imprimir en junio del 2010 en el Sistema Nacional de Imprentas San Felipe estado Yaracuy República Bolivariana de Venezuela La edición consta de 500 ejemplares