Libro de Aventuras.

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NOTASBRUTAS...LIBRO DE AVENTURAS apuntes y bocetos.MONZÓN DE CAMPOS. agosto 2013.alejandromartínezparra


intro 01 Invitación al proyecto. Esta aventura comenzó cuando Javier Ayarza, uno de los principales promotores de este evento, me invitó a participar en esta loca partida de cabras sabiendo, por los años que nos conocemos y por las cosas que hemos vivido juntos, que aceptaría con inmenso placer. Le estoy , además, agradecido porque, quizás sin saberlo, estaba provocando mi “regreso” a unas prácticas que, en su formato público, había dejado aparcadas en Quebec cuando, como A UA CRAG, estuvimos desarrollando unos proyectos in situ. Y poco después, en el proyecto de Cruce, en Madrid. Eso ocurría a mediados de los 90. De modo que hemos establecido un puente circular y esbelto de casi veinte años de longitud. En aquel tiempo decidí sumergir mi laboratorio, principalmente en los aspectos relacionados con el arte, bajo muchas tonedas de agua. Más o menos como hubiera hecho el Capitán Nemo. Hace exactamente diez años -por lo visto, mis ciclos son así- fui también invitado a participar en un homenaje. Y como se trataba de un homenaje a un Centro de Enseñanza, no se me ocurrió otra cosa mejor que hacer un libro. Tal objeto mostrado como escultura fue mi contribución a la exposición. He hecho estos breves comentarios por varias razones: la primera porque usted y yo teníamos que empezar a conocernos. Y en ese sentido le he sugerido algunos detalles, como por ejemplo que me siento orgulloso de ser amigo de Javier Ayarza al que considero un excelente artista, pensador crítico, impulsivo y tímido a la vez y persona comprometida con la justicia, con el trabajo y con las personas de a pie. Sólo puedo que agradecer su empeño por este proyecto, celebrar su generosidad y desear que se cumpla el milagro de que una lluvia fina sobre Marte haga florecer almendros rojos y pepinos naranjas. Otra razón es que quiero que empecemos a conocernos con buen pie. Quiero decir que le invito a caminar conmigo desde esta mañana fresca y soleada de septiembre. Quiero decir que así usted puede empezar a situarme en un tiempo y en un espacio. Puede que le parezca extraterrestre. Pero no deseo que piense que he venido a invadir la tierra. Por último, le decía que diez años después de aquel 2003 voy a hacer para usted un LIBRO DE AVENTURAS. Si todo funciona como está previsto - ya le adelanto que en arte nada funciona como está previsto- entonces tiene en sus manos el Libro de Aventuras que ha nacido de la relación que, como artista invitado, he sido capaz de establecer con el pueblo de Monzón de Campos. A diferencia de aquél, éste no es una edición impresa. Sólo existirán aquí un par de ejemplares que contienen, escritas con mayor legibilidad, y más ordenadamente, las notas y apuntes de cuanto he sido capaz de ver y pensar los días que he estado en Monzón. Y contiene una serie abundante de fotografías realizadas no como fotógrafo de exposiciones, sino como la de aquellos reporteros-detectives en blanco y negro que se colaban en la escena de un crimen. A diferencia de ellos, no ha sido necesario emplear flash porque el sol ha sido radiante como un microondas. Y el único crimen cometido ha sido el que El Tiempo ejecuta sobre las tapias, los seres y las cosas. Podrán verlas en los CAPÍTULOS, ordenadas alfabéticamente, También he realizado algunas películas muy breves. En principio son mudas pero subtituladas. Subtituladas quiere decir que hay un texto de referencia en alguna parte. Por último, quizás haya pequeños objetos cerca. Por ejemplo, las “esculturas de pan hechas con gritos”. O las pequeñas piedras que hicieron que el “Hombre de Piedras caminara”. Eso nos ayudará a recordar que todo fue cierto. Sin trampa ni cartón.


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NOTASBRUTAS: UN LIBRO DE AVENTURAS. EN MONZÓN DE CAMPOS. Bocetos y Apuntes. Amp_Agosto de 2013. ( U NO E NTR E LAS CAB RAS). KrudeQuerkus

Cuando el LIBRODEAVENTURAS aún no existía. Primeros pasos. Primeros paseos.

Estructura del libro. 1

_ Introducción-es. La invitación al proyecto. Datos generales, primeros pensamientos y correos a Javier Ayarza. Aunque le parezca tedioso y no lo lea, no debe olvidar que forma parte de la aventura. No busque sólamente “el resultado”. Le animo a disfrutar de la imperfección del “proceso”. En realidad lo voy a poner casi al final. Así no se olvida de leerlo.

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_Consideraciones iniciales: ANTES DE NADA I a XII y RESUMEN del punto anterior. I a VII.

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ÍNDICE DE CAPÍTULOS. Pieza. Río: caudal de letras que bajan de la montaña a mi memoria

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Setenta y dos CAPÍTULOS. Fotografías con llave.

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VÍDEOS. Bocetos. Listado y algunas notas.

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Algunos otros APUNTES BRUTOS. Fotografía final. Salud a los cabras y despedida

Todo empezó a finales de julio, con un baño en la piscina. Comimos. Luego, cuando el sol estaba más dispuesto que nunca a acabar con la vida orgánica, decidimos comenzar el paseo. Ayarza me fue enseñando los lugares y charlamos. Logramos sobrevivir. No se da uno cuenta de las pocas sombras que genera un pueblo hasta que las necesita. Las personas son sabias y saben que a esa hora no hay que ir por ahí buscando sombras, sino permanecer a buen recaudo o dormitando. Al atardecer aún seguíamos contando ventanas. Ventanas pequeñas. Ventanas grandes. Ventanas inclinadas para un lado, inclinadas para otro. Ventanas alineadas. Ventanas desajustadas, ventanas rotas, ventanas cerradas, ventanas tapadas, ventanas limpias, ventanas con yeso, ventanas con cables, ventanucos, ventanales, agujeros... Básicamente me quedé con la idea de que, en su conjunto, era el escenario ideal para desarrollar una obra. Estábamos en las antípodas del Guggenheim o de cualquier museo francés. Había que aprovechar al máximo la energía de lo precario. Y la energía de lo incomprensible. Y la energía de estar en primera línea viendo lo que el Tiempo y otras circunstancias más humanas hacen con la piel de los seres queridos y de las cosas queridas. Era una oportunidad por la que muchos artistas hubieran matado. Desde el principio comenzó el trajín de las fotos: como yo era todavía un turista, un simple amigo invitado a comer en la piscina y no veía monumentos, opté por convertir en monumento cualquier cosa, e iba metiendo en el zurrón digital cuanto caía frente a mí: un arado de tractor entre las yerbas, un cacho de cemento, una puerta, dos puertas. Otra puerta con persiana mosquitera. Con persiana mosquitera de plástico blando ambar, de plástico duro azul, de nudos metálicos. Puerta con llave, puerta con chapa para impedir que el agua de lluvia penetre, puerta ligeramente abierta, puerta cerrada a cal y canto, puerta que se vende... Así toda la tarde. No sólo inicié el regreso a mi casa de Wal agotado sino, lo que es peor, me preguntaba: “Pero ¡qué hago yo aquí!” Esto es habitual que ocurra al iniciarse una relación entre el artista y el porvenir. Las que se establecen entre los chicos y chicas tienen mecanismos por los que normalmente no sueles decir: “Pero ¡qué hago yo aquí!” Sino que normalmente tienes claro qué quieres hacer. Pero en el caso de crear una obra, si además partes de que esa obra tiene que surgir de un lugar -un contexto- y que esa obra sólo es tal si adquiere un sentido que vincula al que lo hace, -yo en este caso- al lugar, -Monzón de Campos- y a usted que lee, -persona x-, entonces uno regresa a casa agotado preguntándose por dónde empezar y repasando cientos de imágenes en la retina a ver si había una liebre saltando por algún lado.


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NOTASBRUTAS: UN LIBRO DE AVENTURAS. EN MONZÓN DE CAMPOS. Bocetos y Apuntes. Amp_Agosto de 2013. ( U NO E NTR E LAS CAB RAS). KrudeQuerkus

Cuando el LIBRODEAVENTURAS aún no existía. Primeras ideas. Cada vez voy a ser más breve en este capítulo de introducciones. Porque, como el agua en una cauce que se estrecha, quiero que coja usted velocidad de crucero y buen sonido de motor, para dejarle lo antes posible planeando sobre los verdaderos apuntes brutos de esta historia. Le diré aquí cuál fue la primera idea que tuve y por qué no pudo ser desarrollada, gracias a lo cual, y a otra suerte de circunstancias posteriores, probablemente me condujeron a la idea, definitiva, del Libro de Aventuras. No voy a adelantar acontecimientos. Me ceñiré al guión. Quedamos en la piscina porque pretendíamos darnos un baño. Y luego, comer. Ayarza me indicó dónde podía cambiarme para salir, blanco como un yogur, con el bañador puesto. Lo más bonito de este oficio nuestro, sobre el que hablaré más adelante, es que nunca sabes dónde ni cuándo aparece una liebre cruzando por el campo -de visión-. Y mira por donde, al ponerme el bañador dije: “Ah, ¡qué buen sitio para hacer una obra! Le voy a poner una fotografía que ilustra perfectamente el lugar y usted podrá entenderme con mucha facilidad. Le describo el espacio y el concepto: Los cambiadores de la piscina municipal son una sucesión de pequeños cuartos o cabinas pintadas de blanco con los bordes de las puertas en un azul muy acertado. A la derecha, donde yo me cambié, una sala alta con diez o doce cabinitas en la línea central cuya altura es la de las puertecillas. A la izquierda, y separadas por un pequeño recibidor, como un espejo de la sala de los hombres, diez o doce cabinitas, todo blanco con bordes azules, para que las mujeres puedan ponerse el bañador y salir, blancas o morenas, a disfrutar del agua y de los platos combinados. Hasta aquí nada de particular. Pero si tú entras a cambiarte y tienes el día adecuado, observarás que se inicia, sin sospecharlo para nada, un proceso de transformación inédito y rápido, parecido a una mutación breve y muy sorprendente. Verás: entras en el ala de los hombres. Ves un pasillo de puertas en el que tienes que elegir una. No te quedas en la primera pero tampoco te vas a la última. Todo es blanco con bordes azules en las puertecitas. Entras en una cabina. Todas iguales. Cierras la puerta a tu espalda. Frente a ti otra igual. -¡Uy! piensas sin pensarlo- parece que estoy en una instalación de Bruce Nauman. La puerta es exactamente igual. Te cambias. Abres la puerta con el mismo pomo color plata que estaba frente a ti y sales al otro lado: es un lugar exactamente igual al que dejaste al principio. Pero tú has cambiado. Ya no eres el mismo. Llevas la ropa en la mano y un bañador puesto. Tienes la precisa sensación de que un mago acababa de pedir tu colaboración y aceptaste subir al escenario. ¡Cuidado con el peldaño, amigo! ¡Entre en esa caja! -dijo el mago. Echó la colcha de flores por encima y ¡plás!, abriste la puerta y apareciste en el mismo lugar pero sin colcha, sin mago, sin público, sin peldaño, sin teatro, sin ropa y con el bañador puesto. De manera que ésta fue mi primera idea: trabajar en estos extraños espacios de transformación. Me extendería mucho si empiezo con este tema. Voy a resumirlo y remitiré después al correo que envié a Javier A. en el que recuerdo haberle hablado de este asunto. Espacio de Transformación. La identidad. Nos cambiamos. Sin ropa. Con poca ropa. No somos los mismos. Los Superhéroes se cambian de ropa. Los superhéroes somos usted y yo y todos los que nos precedieron y los que vendrán. Deseos de cambio. ¿Qué cambio desea usted?... Y por ahí van los tiros.

Cuando el LIBRODEAVENTURAS aún no existía.

El correo electrónico. De: ballanoiparra@telefonica.net Asunto: Re: ¡estás como una cabra! + constelaciones Fecha: 25 de julio de 2013 12:42:42 GMT+02:00 Para: jayarza@ono.com

AYARZA No hay como hacerse un plan. No puedo ir hoy como pensaba. Lo haré la semana que viene. Probablemente de incógnito con bigote y gafas oscuras. Con zapatos de charol para no llamar la atención. ¿Tu crées que, llegado el caso y el momento, podrías hacer que diez, doce o quince personas aceptaran que yo les hiciera unas fotos y les hiciera unas preguntillas de nada? Es una idea entre otras.... Javier, no dejo de pensar en los cambiadores de la piscina: CAMBIADORES: TRANSFORMADORES... uno entra por una puerta de una forma y sale por la otra CAMBIADO. ¡Ay si fuera tan fácil, Ayarza! HOMBRES Y MUJERES CAMBIADOS...En fin... te iré contando. ¡Hasta me tienta cojer “la metamorfosis” de Kafka y repartirla... o quizás reúna una colección de superhéroes... Dudo mucho que acepten que les vista de superhéroes y heroínas...¿te imaginas a la panadera de CatWomen? ¿al alcalde de Mister Fantástico...? Pero podríamos hacerlo de otra forma...sin teatro ni juerga. Sólo unas preguntas nada más, Sobre deseos, deseos de cambio... ¿qué cambiaría usted de su casa si pudiera? ¿Qué cambiaría del pueblo? ¿qué cambiaría de alguien que vive cerca? y ¿qué de usted misma?... Bueno no me gustan preguntas tan directas. Sería sociología... he de encontrar una estrategia poética para obtener un resultado poético. Me parece difícil. Para más adelante. Para estos cambiadores tengo otras opciones, algunas de ellas estrictamente literarias. Cuando leas lo que os dejé a Calle y a ti, te cuento más. Me gusta imaginar que entras a espacios similares y contiguos, prácticamente iguales y, sin embargo, con textos e imágenes distintas, claramente distintas o sutilmente distintas. Luego pienso en otras ideas: Fraccionar el pueblo y cambiarlo de sitio... O pedir a sus habitantes que me dejen SACAR SUS INTERIORIDADES : ¿Crées que me dejarían sacar una foto o algún fragmento de sus INTERIORES CASAS? (no les pondría en ningún aprieto: la nevera / los visillos dando sombra a una azalea... la lámpara, el aparador... una silla... el fregadero... la colcha, una pata del armario... algo más de plano quizás... Yo pondría esas fotos enmarcaditas muy monas, por las fachadas... en la propia o, ¿mejor?, en la ajena... Como ves no puedo pensar en otra cosa que imágenes... pero, recordando el proyecto "sabíamos que se rompería...." quizá pueda hacer un CATÁLOGO DE FISURAS de Monzón de Campos. En definitiva: ya me conoces Javier: quiero que la obra nazca del lugar, como he hecho siempre y hemos hecho juntos tantas veces. Ya hemos hablado de ello: te hace sentir vivo, vivo. Y más aún: MÁS VIVO. Yo creo que la razón es sencilla: 1: a nuestro alrededor cientos de mensajes 2: abrimos bien los ojos 3: la mente se abre 4: abierta la mente la VIDA ENTRA 5: ¡qué más queremos de bueno! (además de poder pagar las facturas.) Sea esto un aperitivo. La culpa es tuya Javier Ayarza, cabra echada al monte. Has abierto la caja de Pandora. Has prendido fuego a mi cerebro dormido. Espero que cuando estalle, andes cerca y te ponga perdido. El sabor de la materia que me bulle más abajo de la piel es una mezcla de chocolate, lima y rúcula. Te chuparás los dedos. Un abrazo y espero verte la semaine prochaine. (por cierto ¡qué fotos te interesan grandes? ¿te llevo un pincho con todas a tamaño original? el vídeo no lo puedo enviar, pesa mucho. Y tengo que repetirlo. La cámara se mueve mucho. No hay quien lo soporte- Usaremos tu idea de la bicicleta... Un abrazo sin apretar mucho que es agosto o tendré que decirte un abraso. A_mp


Cuando el LIBRODEAVENTURAS aún no existía.

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El correo electrónico. De: ballanoiparra@telefonica.net Asunto: Re: Estamos como una cabra. Fecha: 24 de agost de 2013 12:42:42 GMT+02:00 Para: jayarza@ono.com

Correo ficticio que profundiza en algunas cuestiones. Javier, quiero enfatizar la idea de que mi proyecto será un proceso de “reflexiones” a través de las palabras, las acciones, las fotografías... y qué sé yo que otros recursos y herramientas. Últimamente estoy charlatán. De modo que temo vaya a abusar de las palabras. No es mi mejor herramienta, pero aprendí a leer y a escribir a la edad reglamentaria y desde entonces no lo he olvidado. Como sabes, a menudo el medio nos elige a nosotros y no nosotros al medio. Hay que ser flexible. Sabes que llevo un tiempo que ando a vueltas con la escritura cada vez más fascinado con las palabras y lo que éstas tienen para excitar la imaginación o, mejor dicho, para estimular u orientar la percepción. Una palabra y ocultamos. Una palabra y desvelamos. En principio me parecía que tan sólo pergeñar un puñado de ideas o dar a entender qué significa enfrentarse al conocimiento de algo, haciéndolo en cuerpo y alma, podría ser suficiente para satisfacer tu invitación y cumplir con mi personalidad y con la gente que venga a este encuentro. Pero sé lo que pasa: me obsesionaré, ampliaré la búsqueda a diestro y siniestro y, como siempre, cuando llegue el momento de cortar, pediré prórrogas interminables porque estaré apunto de hallar un no sé qué fundamental. Siempre pasa. Y es muy difícil de explicar porque uno no está en esto como un oficio, sino como alguien adicto a la curiosidad y los descubrimientos: Pero en vez de llegar pronto a buen puerto y resolver las preguntas con destreza, lo que ocurre, bien al contrario, es que te adentras en una selva más y más desconocida, más y más densa, persiguiendo no sé qué quimera. Todo porque crées poseer un pedazo de papel viejo con vagas indicaciones acerca de un tesoro legendario. Intentaré de todos modos “regresar” a tiempo con un material que pueda enseñaros. A ser posible, legible.Y, a ser posible, útil. Pero debes recordar que enseñaré un material básicamente en bruto. Parte de los depósitos serán petróleo sin refinar. Ójala gran parte fuera auténtico combustible. Los procesos sabe uno cómo comenzarlos. Pero no cómo ni cuándo se acaban. Más o menos como las guerras. Y más o menos, como el amor. Así que me gustaría subrayar que mi obra no es otra cosa que una aventura personal sobre la que daré informaciones lo mejor que pueda... Bueno, bien pensado, en realidad lo que cuento es una cosa -imagina a un corresponsal en una zona de conflicto; y otra es la obra. Pero ¿cúal es la obra?. (...Javi ya continuaremos, son las tantas y estoy agotado. un abrazo Alejandro.

Cuando el LIBRODEAVENTURAS aún no existía. Un objeto sencillo. Probablemente usted sea de los pocos que han llegado a este punto de mi relato. Agradezco en lo que vale su paciencia. Habrá advertido que una introducción no suele ser tan prolongada y nunca ha de provocar frustración sino, al contrario, ha de ayudar a que el lector se coloque en el punto exacto desde el que será lanzada la nave o partirán los navíos. Escribo esto antes de dar forma definitiva al objeto que usted ya tiene entre sus manos. Pero lo más seguro es que sea un objeto bastante sencillo. Y, si me apura, hasta poco atractivo. (Como estoy planteando un problema con el futuro, le pido que lo tenga en consideración y escuche las frases con cuidado, pues podrían romperse ya que son, inevitablemente, frágiles.) Lo habrá visto ahí, sobre una simple mesa cerca de una silla para que usted se siente. (No conozco la mesa, su tamaño, su altura precisa, la naturaleza de su superficie, su desgaste. Tampoco conozco aún la silla.) Usted, sin embargo, ya conoce todo esto. Con precisión. Ignoro qué ruidos tendrá a su alrededor. O si la luz vendrá a usted de frente o de un costado. Tampoco sé a qué hora del día o de la noche está, y si a usted le interesa reparar en algunos pequeños detalles o prefiere las grandes líneas generales. Si usted a llegado hasta aquí por el sendero que tracé a sus pies, probablemente habrá descubierto ya lo que, en todo caso, le pido que me permita contarle: Me fascinan los objetos insinificantes y poco atractivos que contienen, sin embargo, mecanismos o sistemas de mecanismos que cuando se activan -para eso se necesita una mente receptora pues ahí y sólo ahí se activan o no lo hacen en absoluto- despliegan a su alrededor cierta clase de luz. -Piense en una habitación que, estando a oscuras, recible un haz de luz a través de la ventana. O, más sencillamente, un pasillo que, estando a oscuras, se ilumina al dar al interruptor-. O se expanden -como se expanden unas gotas de café por un azucarillo, o por un cerebro que se excita adecuadamente-. Y, en definitiva, se materializa- de esa forma en que se materializan los objetos que tocamos y sólo cuando los tocamos. Ójala yo esté por mi parte acertando en el esamblaje perfecto de las partes. Y usted pueda experimentar este sencillo objeto como la acción de un puente que le permita transportarse a algún otro lugar de su personal e íntima galaxia.


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