Alejandro Cara de Mango y los siete reyes de Macedonia
Un Mundo de Aventuras
Alejandro Cara de Mango y los siete reyes de Macedonia Por: Luis Fernando Isaza Robledo Esta es una publicación de ShowPlace Calle 147 # 7-70 Segundo Piso. Bogotá. Colombia. Tel 633 2920 TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS Prohibida su reproducción parcial o total, en cualquier forma, sin permiso previo de ShowPlace Cuarta Edición, Bogotá, Marzo de 2013 ISBN 958-97410-3-7 Ilustración: María del Pilar Duplat Diagramación: Terry Escobar. Contenido Pedagógico: La Familia
Un Mundo de Aventuras
La ceremonia de boda y coronación había sido maravillosa. Las flores, la música, la comida, el baile. Todos en Macedonia, aquel reino escondido tras el mar mediterráneo, tenían puestas sus ilusiones en el nuevo rey. 2 Una obra de ShowPlace
- ¡Que viva el nuevo Rey! - gritaban todos. Estaban felices, pues su anterior rey, había sido un gobernante despiadado, que hace poco había quedado convertido en sapo al decirle una mentira a su pueblo. Porque en Macedonia había un maleficio. Todo aquel que dijera una mentira, inmediatamente se convertía en sapo. Y nadie, ni siquiera aquel poderoso rey, había podido vencerlo.
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Ahora, varios años después, el pueblo esperaba impaciente la llegada del primogénito: el primer hijo del nuevo rey. Pero la reina aún no quedaba embarazada y esto tenía a todos muy preocupados, pues según la tradición, el imperio se acabaría el día en que los reyes no tuvieran hijos.
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- Yo te puedo ayudar a conseguir un hijo- dijo un día al rey, la vieja Romana, el ama de llaves. - ¿Y cómo lo harás? - preguntó el rey desconfiando de esta fea señora, con un horrible lunar en su nariz y fama de bruja. - De la misma manera que lo hice con tu padrecontestó ella.
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- ¿Entonces, yo no soy hijo legítimo de mi padre? - preguntó el rey. - Eso no importa ahora - contestó Romana - ¿Ya eres rey, o no?- Y qué buscas como recompensa?- preguntó la reina, quién estaba allí presente. - No mucho. Que yo sea su nodriza y su futura institutriz - contestó.
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Aceptado el trato, Romana orden贸 a la reina que utilizara vestidos anchos de manera que su pueblo pensara que estaba embarazada. Mientras tanto Romana busc贸 entre las familias del reino alg煤n ni帽o por nacer que pudiera robarse para llevar al rey. 7 Una obra de ShowPlace
A los pocos días encontró exactamente lo que buscaba.
Era una familia campesina, muy pobre y numerosa, cuya madre esperaba gemelos.
Era perfecto. El día previsto, la vieja Romana disfrazada de partera, asistió al nacimiento de los niños y robó uno de los recién nacidos.
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- ¿Y quién va a creer que es mi hijo?- dijo el Rey,- yo soy rubio y ojiazul y este niño es moreno y rizado...y ese lunar tan grande que tiene en la frente...y esa cara alargada en forma de mango... - Pues éste será tu hijo -dijo Romana - y recuerda el trato que hiciste conmigo. -
9 Una obra de ShowPlace
- Pues no vamos a cumplir nada, pues nosotros no hicimos ningĂşn tratoEl rey y la reina, que no eran del todo santos, estaban tan enojados y confundidos que olvidando el maleficio quedaron convertidos inmediatamente en dos pequeĂąos sapos.
10 Una obra de ShowPlace
El niño que se llamó Alejandro, fue nombrado príncipe y cariñosamente le llamaban Alejandro Cara de Mango. Al quedar huérfano de padre y madre, Romana fue la encargada de su crianza: su madrastra.
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Nadie la quería. Pero ella sabía que tan pronto el niño cumpliera los quince años y fuera coronado como rey, ella quedaría como Reina Madre y ya nadie podría hacer nada para derrocarla. Sería rica y poderosa. Solamente tendría que esperar pacientemente por algunos años.
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Ya mayor, el príncipe pasaba largos días en el castillo caminando por las galerías de sus antepasados. Y pronto comenzó a darse cuenta de algo muy extraño. Él era muy distinto a todos ellos. Su cara alargada en forma de mango era muy diferente a las caras redondeadas de sus padres. Y el color de su piel y de sus ojos. Y la forma de su cabello. Y el lunar en su frente. ¿Cómo podría ser su hijo? 13 Una obra de ShowPlace
- ¿Y tú de dónde sacaste ese lunar en la nariz?- le preguntó un día Alejandro a Romana. - De mi madre - contestó ella. -Mira, aquí tengo su foto.- ¿Y porqué mis padres no tienen el lunar que yo tengo en la frente? preguntó Alejandro. Pero Romana no le contestó pues sabía las consecuencias de decir una mentira.
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Con los años, el niño empezó a sentir algo extraño en el comportamiento de Romana. Pero ella estaba feliz, pues dentro de poco el niño se coronaría como rey y ella sería la bruja más rica y poderosa de la tierra. 15 Una obra de ShowPlace
Un tiempo después, poco antes de cumplir los 15 años y según la costumbre del imperio, se realizó una ceremonia en la cual se invitaba al castillo a todas las familias del reino, para que saludaran a su próximo monarca.
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Ese día asistió la nobleza, los caballeros y las damas con sus pequeños príncipes y princesas. También asistió la burguesía, familias que vivían de la industria y el comercio. Y las familias humildes, los campesinos y los obreros que ganaban su vida con el duro trabajo diario en el campo o en las fábricas.
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Entre los invitados estaban el papá y la mamá verdaderos de Alejandro Cara de Mango y por supuesto su hermano gemelo, quién al saludarlo quedó estupefacto. El próximo Rey era idéntico a él. Inmediatamente, sus padres reconocieron a Romana y recordaron el momento en que haciendo de partera, les había robado uno de sus hijos. Sin embargo, prudentemente, salieron del palacio sin decir nada. 18 Una obra de ShowPlace
La bruja Romana también se dió cuenta de lo que estaba pasando y quedó muy preocupada. Sólo quedaba una solución. Realizar la ceremonia de coronación lo más rápido posible.
19 Una obra de ShowPlace
El príncipe, aunque no había reconocido a sus padres, sí se interesó por conocer mejor a aquel joven tan parecido a él. Por esto, esa misma noche sin ser visto por Romana salió del castillo y visitó el hogar de aquella familia. Allí, sorprendido, entendió que ésta era su verdadera familia y conoció la forma como había sido llevado al castillo. Entonces, realizó un plan.
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A los pocos días se convocó la ceremonia. Y ahí, justo cuando llegó el momento de la coronación, subieron al altar dos jóvenes, perfectamente idénticos, a recibir la corona. El jefe de la ceremonia, nervioso, sin saber cual era el príncipe verdadero dijo a los asistentes: Debemos saber cuál de estos dos príncipes debe coronarse como rey - y señalando a Romana dijo - y sólo quién ha cuidado del príncipe por tantos años sabrá quién es el verdadero.
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Pero Romana tampoco sabía cuál era el príncipe verdadero. Estaba nerviosa y sabía que si se equivocaba perdería el esfuerzo de toda su vida. Enloquecida y presionada por los asistentes señaló a uno de los príncipes con tan mala suerte que señaló al príncipe equivocado, convirtiéndose en sapo inmediatamente. 22 Una obra de ShowPlace
El nuevo monarca se llamó el Rey Alejandro y cariñosamente se le conoció como su majestad Alejandro Cara de Mango. Alejandro trajo al reino a sus seis hermanos y a cada uno de ellos le asignó una parte del imperio. Desde entonces, Macedonia, fue el imperio más grande y poderoso que existió y por mucho tiempo se llamó el imperio de los siete reyes.
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Crearon la famosa dinastía de los “Alejandros Cara de Mangos” pues todos ellos, habían heredado de su padre, esa cara alargada y plancheta que se parecía sin ninguna duda a aquella deliciosa fruta tropical.
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