El Gallo Maíz Abril 2012

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EDITORIAL

//////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// MARIO JUÁREZ DUBÓN DIRECTOR El sector cultural salvadoreño se encuentra asediado por los escándalos suscitados por la actual Secretaria de Cultura, Magdalena Granadino. La salida de esta cartera de Estado del llamado Plan Maestro para alquilar un edificio privado, ha dejado más dudas que respuestas y las quejas sobre malos tratos, despidos arbitrarios, re calificaciones de estatus con menos salarios, retiro de apoyos concretos a sectores como el teatral, musical etc. se han sucedido durante este mes de abril. Es menester y una conditio sine qua non que el sector artístico y cultural defina en primera instancia su visión filosófica de política cultural, de visión y misión de sector, antes de definir un programa de acciones de protesta. O bien, no dejar de realizar las protestas pero realizar este análisis de manera prioritaria, valorando los avances, aunque pocos, pero que existen en relación a anteriores gobiernos. Me refiero a los anteriores Secretarios de Cultura de este gobierno en relación a los anteriores gobiernos y de esta manera, ser más objetivos a la hora de analizar el descalabro con la actual Secretaria. Nosotros en El Gallo Maíz, continuamos realizando nuestra labor con fondos propios y aún así logramos mes a mes realizar nuestra labor de visibilizar a las y los artistas salvadoreños y su obra. Por supuesto que nos da tristeza lo que está ocurriendo a nivel gubernamental,

porque una secretaría de cultura que cuenta con más de mil empleados, no es capaz de apoyar con dignidad al gremio de artistas, aún con todos los recursos que posee y más parece que su propósito es destruir. Nosotros desde nuestra humilde posición, queremos demostrar que es posible hacer las cosas bien y de forma desinteresada. Este mes de abril 2012 hemos incluido un fragmento de narrativa de Luis Alvarenga, intitulado El Color de la Ceniza. Además unas imágenes de la obra de Dagoberto Nolasco y una nota de ésta por Mario Castrillo. Excelentes dibujos y racional de nuestro nuevo diagramador y diseñador Jorge Merino. así como una colección de fotografías de Teyo Orellana: American Beautiy y una análisis desde la perspectiva feminista por Adelay Carías, ejercicio que hemos denominado: Arte y Feminismo. Ofrecemos a ustedes además una crítica de cine por Lily Marroquín, revisada por el cineasta cubano Armando Cruz: El Árbol de la Vida: Existir y morir. Disfrutemos entonces de ésto que nos apasiona tanto... Mario Juárez Dubón

Director

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EL COLOR DE LA CENIZA

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LUIS ALVARENGA

He gastado mi vida en olvidarte y recordarte, en huirte y perseguirte. No estoy menos solo que, cuando niño, te descubrí en el charco de aquel jardín recién llovido, menos solo que, cuando adolescente, re contemplé entre dos nubes rotas, una tarde en ruinas. Pero no caigo ya en mi propio sinfín, sino en otro cuerpo, en unos ojos que se dilatan y contraen y me devoran y me ignoran, una abertura negra que palpita, coral vivo y ávido como una herida fresca.

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quedó, allá, con su dolor, lo ve desde el balcón, le da vueltas continuamente, como a un juguete nuevo. ¿Y mi supuesta crueldad? ¿Es que no sabe, no supo, que esa era la profunda, la auténtica forma de sufrir, de padecer? No, no lo entendería, y otra vez diría que soy cínico. Tonta y la amo.

Segundo, porque un título implica escribir para los otros, o en todo caso, para una segunda lectura personal. No me interesa regresar de este viaje de tinta, ni mucho menos que otros OCTAVIO PAZ (aunque Margarita sea todos esos «otros») lo lean. Escribo para saciar una extraña Porque lo reconozco codicia personal, que, paradójicamente, no Porque ya de algún modo estuve aquí se satisface atesorando o arrebatando, sino (donde no he estado nunca) desprendiéndose de «los tesoros interiores». Porque he perdido esta ciudad entrañable ¿Es que ya me volví filántropo? No. Si los Otros que ahora recobro misteriosamente hurgaran aquí, no hallarían tales tesoros, sino ¿Y quién podrá decirme la verdad en este extrañas criaturas que pueblan los fosos del Mal. cauteloso fin del mundo? O simples tonterías, orondas y desafiantes. ¿Estoy vivo en mi vida pero me adentro en una fantasmagoría? 14 de octubre ¿O todo a fuerza de ser real me está volviendo un azorado fantasma? Pero, a pesar de todo, he tomado la calle de la iglesia colonial –a todo el trastoque J.E.P. de nombre, la perversión lingüística: Misión se troca en Misión, la sucia alquimia que todo lo simplifica—. He doblado la esquina y me he metido en ese edificio de madera. PRIMERA PARTE Segundo piso del multifamiliar de los compas: Movimientos absurdos que contratan activistas Le journal devient une sorte d’opium, y recaudadores de fondos anunciándose en un miroir déformant, un ange gardien el Chronicle; el partido maoísta al que no le qui la protege de tout. vendría mal una friega con manguera; y los CATHERINE DAVID: ANAÏS NIN, L’OISEAU DE de mi país: una, dos, tres, miles de oficinas MALHEUR —«una por cada pintoresca organización político—militar», como dijo ayer un borracho, 7 de septiembre El Seco, en la fiesta de los refugiados, antes de que El Primo se agarrara a trompadas contra su humanidad vomitante y spanglishparlante. «Su patria es Margarita». Así debí comenzar Cosas de la vida—. este testamento que escribiré a diario. Como en un ritual de purificación, como en un ejercicio Hallé al fin la oficina que buscaba. Toco, y la espiritual de autocrítica, darle una mirada de voz rubia, simple, fumadora de cigarros de inquisidor a estos mis días, a esta mi temporada mala marca, pregunta en su idioma quién es. que no elegí vivir. Yo le respondo, en mi tono más infantil. La voz abre, y es Jules, el bueno. Lo saludo sin verle Pero no, no le daría jamás ese título. Primero, la cara y voy directo a la mesa que me han porque ella jamás lo comprendería. Ella se destinado. Tengo una pila de diarios de hace


una semana y media (la depre me atrasa), listos para ser hojeados y recortados, cosas sobre el país, materiales para un archivo. Me mantengo alejado de las pláticas en inglés (debiera decir «en el idioma de los nativos», para agarrar un aire de lord británico en el Zambeze). No quiero ser uno de esos idiotas a quienes no les funcionan los voltios lingüísticos y en media plática entre compatriotas te deslizan una de anglicismos que es para irse a darle aceite de ricino al alma y que cuando se encuentran con nativos disparan palabras en nuestra lengua, que se ven como aves del paraíso en medio de suéteres de poliéster.

Un descubrimiento (siempre el instante providencial, la revelación que en un segundo lo explica todo) se me dio por medio de la cólera. Delante de la ventana estaba, como siempre, ese frío seco y tristón, ese frío temperamental parecido al de Guatemala, que te obliga a andar puesto el abrigo, huye, y luego eres presa del calor súbito. Saqué la cara a la calle: era un crimen ir a trabajar. Me sentía melancólico, aunque ello no impidió que tejiera una telaraña de ideas que desembocó en la furia. Odiaba a Margarita. Quería purificarme de ella: No ser más un asceta en su nombre. Saqué sus cartas de una caja que guardo encima del armario. Las llevé al patio, las bañé con alcohol y luego les acerqué el encendedor. Algo me llenó de asombro: el fuego penetrando en los sobres, su color azul desnudando palabras, evidenciando emociones, como un voyeur ávido. Tras su paso, el blanco del papel tomaba un color ceniciento, de ese gris de las palmeras incineradas con que el padre Ibáñez nos dibujaba una cruz en la frente cada Miércoles de Ceniza. Luego me sentí un poco inquisidor, un poco asesino: era como si había matado a un hijo mío bastardo, que me odia amantemente: Así me sentía ante esa pequeña pira. El color de la ceniza era ese muerto que se abría como una flor negra en el centro de mi alma, si acaso tengo una. Un muerto que abría para mí un secreto vínculo con los hombres que me odiaron, capaces de quemar cosas, libros, cuerpos. Era algo, un pacto de sangre indeseado, que me emparentaba indisolublemente con ellos.

De estupidez y gravedad. Los amigos conocen mujeres con las que se van a bailar los sábados en casa de otros amigos, se acuestan y terminan viviendo juntos un invierno. Me aconsejan que haga lo mismo. Que el «endame», como ellos le llaman, es remedio efectivo contra la nostalgia. Del país, claro. (No saben que mi patria es Margarita, tontos). Les digo que no me interesa, que prefiero la soledad a secas, a duplicarla conversando, estando agonizando, con algunas de las muchachas –sobre todo si es de esa piara de nórdicas, sobre si viene del paisito, sobre todo—, contarle la noveleta de esta larga, insolente, imborrable cicatriz que divide mi espalda con una diagonal siniestra y sonrosada, o explicarle las razones por las cuales no paro de soñar en duermevela que me arrancan los ojos y los tiran al suelo de una plaza, donde una grey de bien cebados y negros cerdos de todos los tamaños, de todas las nacionalidades, se los disputa. O sacar la guitarra (hace meses que no quiero tocarla, que la veo colgada en su pared y me aterra... la odio Salir a la calle. Pero eso no puede ya borrar de saberla suspensa en su patíbulo, en su horca todos los pecados del mundo. Los míos, al perpetua) y cantarle alguna cosa, alguna balada menos. para alumbrar las noches de fragor, de ocultarse de las sirenas de la ciudad, pero que aquí (oh, perversión de perversiones) se convierte en un himno erótico, en una tonada para despertar la libido de las nórdicas o de las exiliadas a pesar suyo. Ellos han de creer que soy un ermitaño oscuro, de esos maniáticos por el onanismo o de aquellos casos clínicos del cine, hombres que pasan treinta años enteros sin dirigirle la palabra a nadie y terminan asesinando con un cuchillo de cocina a los inquilinos de un sitio de veraneo en Nueva Inglaterra. No. Prefiero la soledad, ese homenaje al prójimo, como lo leí en uno de esos libros que no venden en mi país y que en este lugar abundan, como frutas que brillan en nuestra vejez de niños decrépitos, poseedores de lloros abundosos y de juguetes destituidos por una sombra de tiza. 15 de octubre

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LO QUE SE VE, LO QUE NO SE VE

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MARIO CASTRILLO

DAGOBERTO NOLASCO Si tuviese, como Dagoberto Nolasco, la cualidad de percibir aquello que no se ve a simple vista pero que está ahí, agazapado como un animal al acecho junto a nosotros, me acosaría el temor de poner un pie en la calle y, a la vez – como una dialéctica de la realidad, quedarme encerrado en casa donde el salvaje animal también estaría esperando… Sería ese un asunto crucial en mi vida. Cómo resolver esa contradicción conservando la cordura y sin dañar a ese animalito feroz. Dos cualidades de Dagoberto Nolasco deseo destacar, la calidad óptima del dibujo, y la otra, a la que me he referido ya, la imaginación exuberante que se comporta como un pequeño monstruo desbordante.

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CAFEÍNA

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La serie “Cafeína” de Jorge Merino está realizada en su totalidad con Café expresso y plumilla sobre papel canvas o lienzo. La serie inicia en un café entre amigos, cuando se derramaron algunas gotas que recordaron las clases recibidas en la época de bachillerato, a partir de este momento, la producción diaria es una constante en el trabajo de “Amejo” en el marco de esta serie.

Más información sobre el trabajo del artista: www.amejoartes.com www.urbanocolectivo.com Correo electrónico: amejoartes@gmail.com

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ARTE Y FEMINISMO: Colección “American Beauty”

//////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// FOTOGRAFÍA: TEYO ORELLANA | NOTA: ADELAY CARÍAS American Beauty de Teyo Orellana Mirar estas fotos me produjo dos reacciones: La primera reacción que tuve al ver estas fotos fue sorpresa al ver un cuerpo como no estoy acostumbrada a verlo: gordo; o mejor dicho, gorda. La televisión, las revistas, todo lo visual me remite a cuerpos de mujeres “perfectos”, es decir cuerpos delgados, planos, sin relieves. No voy a mentir, es tal el peso de las convenciones en mí que en este primer acercamiento sentí rechazo de esa mujer que se dejaba ver de esa manera, no pude ver la belleza de las líneas curvas que dibujan sus nalgas, sus senos, sus piernas. El erotismo estuvo ausente de esta mirada inicial. Pero al mismo tiempo sentí que estas fotografías me interpelaban, me exigían sentir y pensar desde otro lugar. Soy feminista, y una de las luchas que me impulsan a continuar viviendo y trabajando es que las mujeres vivamos nuestra sexualidad desde la libertad, desde el entender nuestro cuerpo y disfrutarlo sin prejuicios ni ataduras. La mirada feminista me ha permitido entender que la belleza, definida por y para otros, también es un mecanismo patriarcal de control de nuestro cuerpo. Porque a una mujer libre no le importa si es delgada o gorda, alta o bajita, blanca o morena, ella se gusta a sí misma, sabe como sabe su cuerpo, sabe como sentirlo y gozarlo. Y una mujer así es peligrosa porque es dueña de sí misma. Las fotografías del corset hecho de cuerda o de cinta métrica reflejan claramente como la delgadez es una prisión que nos limita, que hace más pequeño el espacio del mundo que nos pertenece a cada una. La fotografía “reflejo de un deseo”, también me hace pensar en las luchas cotidianas de las mujeres por ajustarnos a estos mandatos, en los sufrimientos que nos imponemos y en la violencia que ejercemos contra nosotras mismas cuando nos sometemos a dietas estrictas que puede llevarnos hasta la enfermedad o la muerte por anorexia o por malas praxis médicas en cirugías estéticas. 14

La muestra también me cuenta otro lado de la historia, y por eso me gusta. “Liberando”, las

tres fotografías que enseñan la secuencia de la mujer rompiendo los lazos que la oprimen, me permite pensar y afirmar que podemos ser diferentes, que no tenemos que ser como el molde para ser deseables y bellas. Me hace reflexionar también que la belleza debe estar ineludiblemente unida a la salud y al cuidado, porque vivimos en un mundo compulsivo en el que atentamos contra nuestro cuerpo con tanta comida chatarra y transgénica. Me hace entender también que la lucha por la autenticidad, por ser quienes somos sin reproches ni miradas oblicuamente delgadas es también una lucha por la libertad y por la vida. Adelay Carías Mujer Feminista


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EL ÁRBOL DE LA VIDA

//////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// LILY MARROQUÍN [REVISIÓN POR EL CINEASTA CUBANO ARMANDO CRUZ]

Ficha Técnica: Título: El árbol de la vida Título original: The Tree of Life Dirección: Terrence Malick País: Estados Unidos Año: 2011 Duración: 138 min. Género: Drama, Fantástico Reparto: Brad Pitt, Sean Penn, Jessica Chastain, Dalip Singh, Fiona Shaw, Kari Matchett, Joanna Going, Kimberly Whalen, Jackson Hurst, Crystal Mantecon Productora: Plan B Entertainment, River Road Entertainment, Cottonwood Pictures

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El amor de una madre puede ser lo más cercano al amor perfecto, la educación estricta, el amor a Dios, la compasión, la vida, la muerte, los procesos de creación que están en constante movimiento, estas son las temáticas que aborda la película de la directora Malick en la película El Árbol de la Vida, podría decirse que consta en cierta medida de una corriente existencialista y filosóficas al mostrarnos las penurias y angustias que pasan los seres humanos ante hechos que los conmueven a la desgracia. Se puede definir como un filme de cine de autor ya que la directora ha sido quien ha realizado su guión y al mismo tiempo que es una película hecha específicamente para un grupo de personas que gustan de esta filosofía y del pensamiento existencialista y sin faltar el simbolismo del cual está muy cargado el filme. Así como la referencia a que todo lo que pensamos según la ley de la atracción es todo lo que tenemos y poseemos pues en los pensamientos se albergar los más sentidos deseos de concretar aquello que queremos alcanzar. Y resaltando otros aspectos, es importante recalcar en cuanto a la estética y sus intencionalidades muestran algunos destellos de luz que son un brillo esperanzador, no todo está perdido cuando de por medio tienes un amor que lo sabe comprender todo, es el caso de la madre que esta siempre dispuesta amar y les dice a sus hijos que el amor es lo más importante, la bondad, el perdón, en cambio el padre quien es duro y riguroso pero cariñoso a su estilo, es una contraposición de la cual constan muchas de las escenas de la película, la pérdida de un ser querido hace tocar fondo y

pensar mas allá del porque paso, que hay mas allá de todo ese azul cielo… Destacando la banda sonora, que suena exquisita y se acomoda tan bien a cada escena, para aquellos amantes de la música consonante, que envuelve al espectador en ese universo de creación constante, la banda sonora es uno de los mejores elementos de la película. Sin dejar atrás las actuaciones nos muestran en este filme a un Brad Pitt maduro, que deja sorprendidos a muchos luego de ver al guapo de la pantalla grande como un héroe y un rompecorazones esta vez se transforma en un hombre riguroso y religioso, una actuación de admirar luego que nos muestra su versatilidad de personajes. En mi opinión la actuación de Brad Pitt en el filme es un gancho y muy bien utilizado. Al igual que Sean Penn, aunque sus participaciones fueron escasas pero fue un gancho para llamar al espectador, luego de ver la admirable trayectoria del actor en los últimos años. Lo menos que nos podemos esperar como espectadores es que la película sea bueno si Sean Penn el ganador del premio Oscar, actúa en ella. Volviendo al tema recurrente del filme, la directora hace mucho uso de contraposiciones como un Dios creador del Cielo y la Tierra y por otro lado la alusión a una teoría que afirma la existencia de dinosaurios, el bing bang, el milagro de nacer, vivir, morir, dejar de existir. El recurso de utilizar las maravillas de la naturaleza, nos da un claro mensaje que está en nuestras manos la madre Tierra y que poco a poco se está desvaneciendo, y sin faltar la constante búsqueda de la paz. ¿Realmente que buscan y que quieren los seres humanos? El Árbol de la Vida Existir y morir Por Lily Marroquín Twitter: @LilyMarroquin lilymarroquines@yahoo.com


CRÉDITOS

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Es un suplemento cultural mensual, para la presente edición. Equipo cordinador: Mario Castrillo, Mario Juárez Dubón, Erick Barrera Tomasino, Jorge Merino Diseñador gráfico: Jorge Alberto Merino

www.amejoartes.com | www.urbanocolectivo.com

Fotografías: Teyo Orellana Ilustraciones: Dagoberto Nolasco y Jorge Merino Colaboradores: Luis Alvarenga, Lily Marroquín, Adelay Carías www.elsalvadorcultural.net e-mail: info@elsalvadorcultural.net San Salvador, El Salvador. Marzo de 2012. Nota: Los conceptos vertidos en este suplemento son de exclusiva responsabilidad de sus autores. La reproducción total o parcial de este suplemento es permitida y recomendable siempre y cuando se cite la fuente y sea sin fines comerciales.


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