Edición: Asociación cultural La Isla Depósito legal: B 5145-2017 Calle Cienfuegos, Nº30, Barcelona Teléfono: +34 931 44 32 56 Maquetación: Coral Álvarez Supervisión: Aaron Henriques Ejemplar gratuito. Prohibida su venta. Obra portada: Blanca de Nicolás
ÍNDICE:
Prólogo (Ulises Bertolo) Eduardo (Luis Antonio de Villena) Carmín de granza purísimo (Blanca de Nicolás) Yo me era pintor de las plumas de Satán (Blanca de Nicolás) Juventud (Pablo París) Botellas de cantina (Pablo París) Poesía (Pablo París) Preguntas al espejo (Pablo París) Entró por mi ventana (Aaron Henriques) Es ella (Aaron Henriques) Hice un pacto con el diablo (Aaron Henriques) La Isla (Aaron Henriques) El guardián de las nubes (Aaron Henriques Jr.)
Ulises Bértolo
Blanca de Nicolás
Pablo París
LuĂs Antonio de Villena
Aaron Henriques
Aaron Henriques Jr.
PRÓLOGO La poesía es lo que el poeta nos relata de sí mismo, de su particular visión del mundo a través de ojos que huyen de las verdades absolutas, de lo dogmático, y que nos impregnan de respuestas a preguntas eternas sobre el amor, la vida y la muerte. En este poemario, diversos artistas trazan sus versos sobre una paleta de perfiles imprecisos, esbozos sobre los que entrecerramos la mirada para conocer un poco más de ellos en el reverso de sus letras, en la palabra que no pronuncian, en aquella intangible alma que subyace bajo cada uno de sus versos. Ellos deshacen fronteras, rebasan el Mundo más allá de las palabras y nos ofrecen un espacio atemporal donde el fin es el comienzo. No hay una poesía igual que otra porque su esencia radica en la complejidad del sentimiento que la provoca. Cada poema surge de una ocurrencia única e irrepetible que nos despoja de la vestimenta de lo práctico, de aquellas medidas que, por mensurables, nos hacen convencionales. Encontraremos en este poemario lo que esconde la vida del amor y desamor en pinceladas púrpura de muerte, el carmín de la pasión o el burdeos de la sangre, la poesía que se oculta en cada gesto de la vida, incluso en los instintos más primitivos, la poesía como lienzo donde se pinta la soledad, la nostalgia y la melancolía de los versos. Descubriremos los ecos de Habaneras entre Barcelona y La Habana en un océano de melancolía y nostalgia, en la cadencia de la rumba catalana, de los poetas de una sola lengua. Y más música que es poesía a ritmo de blues llorando las nostalgias. Música que engrandece el ego del ángel caído que pacta con el diablo, demostración de los aduladores reafirmando el narciso que llevamos dentro en las caricias de la guitarra. Ideas que entran y salen sin dar la bienvenida ni despedirse de quienes las alojan. Metáforas encerradas en una bodega de inquietudes, que sacian la sed del borracho de desamor, o el que rompe la rutina, o el que mata las penas. Y la amalgama de poemas que solventan sus dudas ante el reflejo del espejo. ¿Acaso no es el reflejo una parte del poema? Poemas escritos a ritmo de estribillos para exaltar la belleza del amado o amada, poemas que claman las ideas y espantan los miedos en la confianza y la seguridad. Todos ellos se encomendados a la heroica tarea de erigir la imaginación sobre la provincia más cercana a nosotros mismos. Mientras haya poetas, hay esperanza para el Mundo. Ulises Bértolo
EDUARDO Según Baudelaire la belleza es una mezcla impune de voluptuosidad y tristeza melancólica: Baudelaire era romántico. Los clásicos ven y levantan una belleza más fría. No hielo o de hielo, cálidamente imperturbable, lejana, aunque cerca, viva, tremante… Recuerdo tus ojos como dos lagunas en azul, tus labios hechos de pasta de flores, el caballete egregio de tu nariz, tu cuerpo alto, esbelto, que todo lo decía no diciendo apenas. Belleza perfecta, inmóvil, inmisericorde, belleza que yo miré infinitas veces y no alcancé y alcancé nunca. Belleza que desee fuera del tiempo, hermosa, tierna, gélida, caliente. Belleza de carne, flores, gema y sacrificio. Belleza de la belleza que hoy, viva, siempre viva, melancólica y voluptuosamente, me hace lagrimear como un orate… Tú, aún tú: Impertérrita, impertérrito.
Luis Antonio de Villena
CARMÍN DE GRANZA PURÍSIMO Permite pensamiento que te cuente leyendas de pinceles a media voz. Convoca conmigo la epopeya del color. Argonauta solitaria a la aventura tras la eterna ilusión. De lienzos los mares ignotos por mis trasnochadas naves surcados. Al aliento de las Musas las velas plenas desplegadas. Entonan sus cantos los sirenos del abismo distrayendo mi atención. Ladrona soy de bellezas. Espero asesina, no. Náufragos harapientos, en las islas de la locura cada artista en su rincón a gritos de misterio, nos amamos. Cada quien en vernácula lengua himnos sagrados eleva, a la humana misericordia. Al artista no le hables susúrrale sobre el pecho algún color. Presta tus manos a su imaginación que es mendigo, amigo o ladrón. Quiero glosar tanta hermosura acunando una canción de mi torpe boca: al carmín y a la púrpura a sangre y fuego al rojo puro que incendia los lienzos escándalo y vorágine de mi serena paleta fría y distante. Sorprendentes gotas de rubí
goteantes lujurias que avivan en los retratos los jugosos labios. En las sombras ocultos caldeando los fondos ignorados. En las carnes con mesura, la vida. Con exceso, la fatiga o incluso el rojo dolor. Sin ti, la mórbida muerte representó. Rojos geranios y veneciana granates granadas morunas borgoña templado y transparente burdeos profundo entre los desnudos, paños de pasión. Contigo entablo a veces combate en el estudio y me vences. Que te admiro y no te entiendo Amor de mis pinceles desgraciados que parecen por ti sangrar. Corro riesgo al emplearte de semejar matarife al atacar contigo la albura inmaculada de los lienzos y ser nombrada por ello asesina y no pintor. Blanca de Nicolás
YO ME ERA PINTOR DE LAS PLUMAS DE SATÁN Viene con frecuencia Satán a visitarme Y pierde las plumas de sus negras alas. Del dormitorio revoloteando pasan al salón brillantes, metálicas. A mis tiernas plantas quedan enganchadas cosquillean mis sombras alargadas. Flotan con el viento de mi falda al pasar misteriosas y tenues terribles en su hermosa negrura, habitamos la misma morada. A veces alguna se evapora por un balcón o sorprenden mi sueño entre las almohadas o yo a ellas, con mi aliento agito a la aliada. En mis armarios reposadas, en los baños un crespón o quizá una arracada con alguna me inventé con que adornar el óvalo de mi cara esperando la llegada de tan ilustre varón. Pues soy pintor, él viene gustoso a posar porque quiero hacerle un retrato al hermoso señor y además de plumas deja un atrayente olor. Al pie de un templo pagano le vi la primera vez con un calor inclemente luciendo la desnudez. En las puertas de un colegio por la segunda vez. A las puertas de mi casa fue la tercera vez. Sin preguntar, con encanto irresistible, entró. Con sus alas de azabache apenas, tímido, me rozó se arrancó negra pluma y en mi pelo la enredó Con alegría el tiempo detiene a mis pies Logra que suceda todo, no sucediendo nada. Por más que busqué, no topé entre sus cabellos los dos cuernos de negro coral que me dijo entre sus rizos ocultaba.
Algún día los veré. ¿Pero cola larga y afilada? Eso no. Para mostrarlo, se giró y sólo vi sus negras y tierna alas que se dé su ternura porque un día me abrazó con brazo de hombre y con las alas el gesto completó. Descansa sobre ellas como entre cojines reclinado Me habla yo le pinto. Devuelve a mis miradas dos tímidas mejillas sonrojadas. Parece mudo adolescente viejo escrutador. Me acecha desde prolongados silencios o juega ausente. Se deja blandamente colocar en pose; atleta gladiador bufón riente siguiendo mis afanes con apacible mirada. Recojo y despliego sus miembros. Me alejo atareada. Le miro largamente los ojos entornados y retorno insatisfecha a la labor. Inclinó su frente giró un pie le pido mohines que no se atreve a hacer apreso entre mis manos su breve cintura moldeada. Divertido expectante modelo se deja hacer. Blanca de Nicolás
JUVENTUD Curioso e inocente era en niño chico, con mares de preguntas sin respuesta; confundido, yo arrugaba el hocico, ¡me encontraba yo fuera de la cesta! Soñaba tenebrosas pesadillas, miedos del día que venían por la noche; pensamientos entraban a hurtadillas en un interno bosque de reproches. Entré sin frenos en la adolescencia, ignorante que todo creía saber; me presenté a mí mismo a la inconsciencia, ¡grandes amigos llegamos a ser! Una rebeldía a todo lo supuesto invadió mi cuerpo, mi alma y mi mente; me pregunté si lo que está funesto vagaba o descansaba libremente. Empecé yo a querer la primavera cuando al fin sus bellezas comprendí; todo este tiempo estaban allí afuera, ¡pasó el tiempo y de errores aprendí! Pero mi joven mente olvidadiza creó con aquellas páginas aviones, haciendo volar cual nave nodriza, repitiendo de nuevo las lecciones. Con temprana edad conocí al amor que se me presentó de varias formas, yo aún no sabía que luego había dolor, ¡por ese entonces no sabía las normas! Fueron igual de intenso y pasajero, el fuego y el agua, el arma y la herida; aprendí a base de palos y peros que lo que el tiempo regala, lo olvida. Pablo París
BOTELLAS DE CANTINA Bajo el polvo están, en estanterías, cual estrellas formando constelaciones, aquellas botellas; visualizando desde lo alto de su gran altar a borrachos beber y a enamorados besar. Algunas son más nuevas, otras de ellas, más viejas; ¡Riojas, riberas, conviven jóvenes y añejas! Observan todo, sin prisa, ganando experiencia, sin poder evitar, impotentes, su sentencia. Han visto al poeta escribiendo sus mejores letras; han visto al tramposo planeando sus peores tretas; han visto al melancólico que echaba de menos y al que miraba el vaso con sus problemas dentro. Dieron su merecido al pobre trabajador, vieron llorar al borracho que ahogaba sus penas; engañaron con sus juegos sucios al amor con la compañía de la música y las velas. Y acechantes, nos observan, deseando morir; mientras, borracho e indeciso, intento elegir... Oiga, deme ese whiskey que tiene usted ahí, ese que grita: ¡Por favor elíjame a mí!
Pablo París
POESÍA El ser humano no hace poesía pues ella ya existía desde que fue formado el universo. ¿O acaso sólo es eso encerrado en tus versos? ¿Acaso la poesía no es todo lo que hay en esta vida, los sentimientos de odio amantes de la envidia? Ese amor que te invade dormido y despierto en días y noches, ¡o ese pánico que hace que en el sofá de tu alma te acomodes! Poesía es el aroma del viento que flota en los campos en primavera; el gritar del silencio cuando en la noche se ausencia la estrella. El sagrado madroño que al peregrino le ofrece su sombra en el calor del día; ¿no es acaso el otoño con el precioso caer de sus hojas también poesía?
Pablo París
PREGUNTAS FRENTE AL ESPEJO Florece la duda con ojo al espejo, haciendo preguntas al mero reflejo; ¿Acaso soy yo a quien estoy viendo? ¿O acaso es un clon cual mísero intento? Una simple mancha, un mero reflejo; un ave que emprende tardío su vuelo, con alas al aire, con ojos al suelo; ¿Acaso es un niño en adulto cuerpo? ¿Acaso es olvido dentro del recuerdo? Florece la duda con ojo al espejo, haciendo preguntas al mero reflejo. Pablo París
ENTRÓ POR MI VENTANA Entró por mi ventana Sonaba mi guitarra Susurro de libertad En el aire volaba Entró por mi ventana Se instaló en mi cabeza Plantó una idea Y cogí mi maleta Entró por mi ventana Germinó en mi cabeza Salí por la puerta Con mi guitarra puesta Entró por la ventana Salí de mi hogar Acordes de guitarra En el aire resuenan Entró por la ventana Sentí felicidad Salí de mi ciudad Buscando libertad Entró por la ventana Conocí la felicidad Viví en libertad Con mi guitarra puesta Aaron Henriques
ES ELLA Es blanca como marfil. De boca grande y cadera estrecha. De tacto suave, como algodón. Al caer el sol, reclamará tu atención. Al salir la luna, le darás tu corazón. Es inevitable, tu alma conquistó. Si estás triste, te consolará. Si estás alegre, te acompañará. Si la acaricias, al paraíso te ha de llevar. Cuando la toques, ella te hablará. Su canto de sirena te hechizará. Su silueta sinuosa, te hará vibrar. Es blanca como el marfil. Habla un idioma universal. Es ella, mi guitarra, la mujer que amo yo.
Aaron Henriques
HICE UN PACTO CON EL DIABLO Hice un pacto con el diablo. Yo no tocaba sus mujeres ni sus vicios. Y él me dejaba tocar y cantar en paz. Pero como buen diablo que es, me engañó por el camino. Cada amigo que hice traía un vicio escondido. Cada mujer que amé, poseía algún vicio. Yo que pensaba estar a salvo. Caí en el blues. ¡Ese si es un mal vicio! Me Me Me Me
vicié vicié vicié vicié
a los tres acordes. con la guitarra. con el ritmo. con el blues, música del diablo.
Me Me Me Me
viciaron viciaron viciaron viciaron
los aplausos. los halagos. los triunfos. de pasión.
Al infierno de cabeza fui. Cada noche toco allí. Las mujeres de Satán, me reclaman sin cesar. Del averno no quiero salir. Hice un pacto con el diablo. Quién me lo iba a decir. 6 cuerdas, 5 notas, 3 acordes, 1 púa. Mi alma ya perdí. Aaron Henriques
LA ISLA Aferrado a mi alma, llegué a un lugar. Aislado, separado, alejado del mundo. Era una isla hermosa, rodeada de mar azul. Llegué a su playa, de arena blanca. Fue un largo viaje, pero al fin llegué. Cansado de ir contra corriente, me dejé ir. Caí de rodillas y me sentí feliz. Aire fresco y limpio acariciaba mi cara. Sonidos nuevos alegraban mi alma. De repente, Varias figuras humanas, se me acercaron. No estaba solo. Había más como yo, no era el único. No lo podía creer. La isla está dentro de ti, de mí, lejos de aquí.
Aaron Henriques
EL GUARDÍAN DE LAS NUBES Él es blanco como las nubes, y su pelo rubio color oro, el más fuerte de los ángeles, y le teme hasta el mismo diablo, marrones sus ojos son. ¡Tiene una mirada de dragón! No se le ven las alas, porque él las usa en la batalla, es divertido y un poco inocente, pero si se enfurece destruiría con solo un dedo todo un continente, su alma es una luz algo brillante, dicen que es el ángel elegido, siempre lucha para estar en el buen camino, dicen que su poder es muy grande, y que su rayo es imparable, que su velocidad es increíble, pero simplemente es un ángel admirable.
Aaron Henriques Jr.
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