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Bajo nivel de crecimiento
América Latina pierde atractivo y participa poco en economía global
WASHINGTON, DC. AGENCIA
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AFP.- América Latina sobrelleva la crisis derivada de la guerra en Ucrania pero de poco le sirve si no participa más en la economía global, atrae más inversión y aprovecha la relocalización productiva y la industria verde, destacó el Banco Mundial.
Las economías de América Latina y el Caribe "se han mostrado relativamente resilientes", afirma la organización en su informe "La promesa esquiva de la integración- oportunidades en una economía mundial cambiante".
El banco estima que el PIB regional crecerá 1,4% en 2023 y 2,4% en 2024, demasiado poco "para lograr progresos significativos en la reducción de la pobreza".
"La región en gran medida se ha recuperado de la crisis de la pandemia, pero lamentablemente ha vuelto a los bajos niveles de crecimiento de la década anterior", afirmó Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, citado en un comunicado.
En 2023 el Banco Mundial prevé que México crezca 1,5%, Brasil 0,8%, Colombia 1,1%, Costa Rica 2,7%, Ecuador 3%, El Salvador 2,3%, Bolivia 2,7%, Guatemala 3,2%, Honduras 3,5%, Nicaragua 3%, Panamá 5,7%, Paraguay 4,8%, Perú 2,4%, República Dominicana 4,4% y Uruguay 1,8%. Por el contrario Argentina no crecerá (0%) y dos economías se contraerán: Chile en 0,7% y Haití en 1,1% de caída.
El organismo espera que la inflación promedio, excluyendo
Argentina que superó recientemente el 100% en 12 meses, caiga a 5% en 2023, tras alcanzar 7,9% en 2022. El nivel de endeudamiento debería rondar el 64,7% del PIB, en comparación con el 66,3% de 2022.
Pero sigue habiendo vientos en contra como la caída de los precios de las materias primas, la subida de las tasas de interés, y la incierta recuperación de China, socio comercial ineludible de la región, que "podrían ensombrecer de nuevo las perspectivas", advierte el banco. Además, las repercusiones de las recientes quiebras bancarias en Estados Unidos y Europa "aún están por verse".
"PARADOJA"
Según el Banco Mundial la región se enfrenta a "la paradoja de la falta de integración", es decir "ha alcanzado un nivel de estabilidad macroeconómica, por así decirlo, de normalidad, y eso debería atraer más inversiones y generar crecimiento, pero en general ocurre lo contrario", explicó William Maloney, economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, en rueda de
¿A qué se debe?
Algunos países latinoamericanos tienen salarios más bajos que Asia, pero los impuestos y el costo de capital para producir son más altos; la confianza en la estabilidad política e institucional ha caído; el coste de cruzar las fronteras, en términos de tiempo, es alto pese a la reducción de los aranceles.
Además se invierte "poco y mal" en infraestructura comercial, se ha descuidado el acceso digital, las ciudades están "relativamente congestionadas" y la capacitación del capital humano es insuficiente, enumera Maloney.
Todo ello en un contexto de cambio del centro de gravedad: Estados Unidos sigue siendo el principal destino de las exportaciones pero, si se excluye a México, muy ligado al gigante del norte, el socio dominante es China.
se estancaron en América Latina desde aproximadamente 2011 y disminuyeron" incluso, añadió el directivo.
prensa este martes.
Basta con echar un vistazo a la inversión extranjera directa (IED), aquella que llega al país para permanecer a largo plazo, en infraestructura por ejemplo.
"Los flujos globales hacia los países en desarrollo han aumentado de manera constante desde 1990, pero básicamente
Es un problema con "dos dimensiones", explicó Maloney a la AFP: "El comercio internacional entendido como exportaciones más importaciones sobre el PIB va estancándose o reduciéndose", con la excepción de México, y la inversión extranjera directa cae, "mucha de ella de España" y de otros países europeos.
Según el informe este tipo de inversión "disminuyó 35% en los últimos diez años" en América Latina. Desde 2020 el volumen total del comercio ha aumentado aproximadamente 10%, pero la región sigue "un 10% por debajo de donde estaba hace una década", según el BM.