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La verdad oculta

Estaciones migratorias mexicanas son cárceles disfrazadas

CIUDAD JUÁREZ, MEX. MARIANELA RODRÍGUEZ.- La muerte de 40 migrantes y 27 heridos en una instalación migratoria de México reveló uno de los atropellos que se cometen contra quienes pretenden llegar a toda costa a Estados Unidos.

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C IUDAD DE P ANAMÁ , PAN MARIANELA RODRÍGUEZ.- Aproximadamente 87.390 migrantes irregulares atravesaron la selva del Darién, la frontera natural entre Panamá y Colombia, durante los tres primeros meses de 2023, lo que se traduce en un número siete veces más que en el primer trimestre de 2022, de acuerdo con un informe del panameño Servicio Nacional de Migración (SNM). Se desprende de dicho informe que el total de migrantes que ha entrado a Panamá durante enero, febrero y marzo de este año rebasa con mucho la cifra de 13.796 registrada en el mismo periodo de 2022.

Entre los migrantes que han cruzado el Darién este año predominan los de Venezuela con un total al 31 de marzo de 30.250; se siguen los de Haití con 23.640; Ecuador, con 14.227; China, 3.855; India, 2.543; Chile, 2.499; Colombia, 2.230; Brasil, 2.072; Afganistán, 926; Camerún, 532; Somalia, 444; y Perú, 400.

Marzo fue el mes que cerró con la cifra más alta con 38.099 migrantes; mientras que febrero totalizó 24.657 y enero 24.634. De los que cruzaron el Darién en marzo, 30.929 eran adultos y 7.170 menores. Las autoridades panameñas y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) han advertido y mostrado su preocupación por el número creciente de menores que llegan a Panamá a través de la selva de Darién.

Esa tragedia se desencadenó la noche del pasado 27 de marzo cuando un migrante prendió fuego a colchones en medio de una protesta por una posible deportación, según las autoridades.

Varios migrantes habían sido interceptados en calles donde pedían dinero, vendían artículos o limpiaban autos, también con la oferta de permisos de residencia.

"No hay extintores, detectores de humo. Sí hay cámaras", relata a la AFP Moisés Chávez, nicaragüense de 41 años, quien estuvo retenido en el mismo calabozo, un lugar maloliente de 84 metros cuadrados donde los agentes tratan con desdén a los migrantes, según su descripción.

Era la segunda vez que lo conducían a esa dependencia del Instituto Nacional de Migración (INM), donde ocurrió el siniestro en el que fallecieron 18 guatemaltecos, 7 salvadoreños, 7 venezolanos, 6 hondureños, un colombiano y uno aún por determinar.

Bajo sospecha de homicidio, la justicia libró órdenes de arresto contra tres funcionarios del INM, dos guardias privados y el migrante que habría generado el incendio.

Imágenes de la cámara de vigi- lancia del lugar develaron el momento en que comenzó el fuego, sin que los agentes del INM ni los vigilantes privados evacuaran a los 68 detenidos que allí se encontraban.

Denuncias de los afectados indican que en los centros para migrantes estos son tratados como delincuentes”

En el papel, este tipo de instalaciones son centros de servicio y de alojamiento para extranjeros que no pueden acreditar su permanencia legal en México. Pero eso no es así; "ahí lo tratan a uno como preso", dice Yusleidy García, una venezolana que estuvo detenida en la Estancia Provisional de Ciudad Juárez donde había mujeres y hombres confinados en instalaciones separadas.

"Pasé la noche con frío, te quitan todas tus pertenencias. En la celda donde yo estaba había 150 personas" de varias nacionalidades, denunció la venezolana.

Esas condiciones contrastan con las reglas para estos lugares emitidas por el Gobierno en 2012, que ordenan alimentación adecuada, protocolos de higiene, así como "resguardo y protección de las personas y del inmueble" en caso de motines.

En las estancias provisionales, como la del incendio, los migrantes no pueden estar más de siete días. Algunos son trasladados a estaciones migratorias, donde la estadía no debe superar los 15 días para resolver su situación y recibir asistencia jurídica, pudiendo incluso ser deportados.

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