tabacalera dominicana domina preferencias en el mundo

SANTO D OMINGO , DOM.República Dominicana es un paraíso mundialmente conocido por sus playas, por ser cuna de famosos peloteros y por el estilo musical y baile del Merengue. Pero Quisqueya también es cuna de un ancestral placer que se expande por todo el planeta: los cigarros.

Este país caribeño se ha convertido en todo un edén para los amantes de cigarros. Y es que no podría ser de otra manera pues el tabaco ha formado parte de la historia dominicana desde mucho antes de la llegada de los españoles (1492). Datos históricos revelan que Cristóbal Colón en su diario escribió sobre los indígenas taínos y el uso que hacían del tabaco en actividades sociales, religiosas y ceremoniales.

Las primeras siembras de tabaco en lo que hoy es Republica Dominicana comenzaron en 1531 y pese a las constantes prohibiciones en torno a la Villa de Santiago, gradualmente se fue formando una sociedad tabaquera constituida por campesinos propietarios y comerciantes independientes cuyos conocimientos fueron transmitidos de generación en generación.

Cuando la isla La Española pasó al dominio francés en 1795 las expor- taciones de tabaco se expandieron al mercado europeo. Con el paso de los años, ya para el siglo XIX, este cultivo cobra fuerza en esta época con el inicio de su de- sarrollo como una industria en el colonialismo y nacen las primeras creaciones de las grandes marcas como Cabañas y Carvajal (1819), Sancho Panza (1850), Romeo y Julieta (1875) y La Gloria Cubana entre otras.

Datos históricos revelan que el héroe de la Guerra de Restauración dominicana, Gregorio Luperón (1839-1897), se dedicaba al co- mercio del tabaco en Europa y que entre sus compradores se contaba el poeta, dramaturgo y novelista francés, Víctor Hugo.

En 1889 se instaló una empresa holandesa en Santiago generando una producción a gran escala y en la primera década del siglo XX se fundaron las marcas La Habanera y la Aurora que incidieron de forma importante en la siembra y comercialización de tabaco y de los cigarros.

A partir de 1930, se implementaron importantes cambios tecnológicos en el cultivo y procesamiento del tabaco y alrededor de 1959 llegaron al país expertos cubanos que aportaron su experiencia. Entre 1960 y 1962 se estableció el Instituto de Tabaco para promover y proteger a la industria del tabaco en República Dominicana.

Hoy el cigarro constituye una industria de exportación que ha convertido al país en el mayor exportador de cigarros hechos a mano. República Dominicana exporta más del 90% del tabaco negro que produce, tanto en rama como manufacturado en puros, que poseen prestigio mundial. La provincia de Santiago es líder en la producción nacional de tabaco y aporta el 80% de las exportaciones de este producto. Los cigarros o puros dominicanos en la actualidad se encuentran en los primeros lugares en exportación al mercado estadounidense y compiten de igual a igual con Cuba por el mercado europeo.