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La Ciudad esconde muchos tesoros que todavía están por descubrirse
La Manzana Histórica, Santa Coloma o el arroyo Giménez son zonas que concentran rastros del pasado: el arribo de los Pueblos Originarios, los primeros habitantes criollos y hasta la llegada de los españoles a la costa del Río de la Plata
La Manzana Histórica de Quilmes es una fuente inagotable de reliquias. A fines de febrero, el departamento de Arqueología local reportó el hallazgo de botijas históricas, prácticamente completas, durante trabajos en la Escuela Nº 1 de Rivadavia y Mitre.
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Puede ser en un jardín en obra, en la excavación de un nuevo pozo de agua en el patio tra - sero de cualquier casa de la zona o en la construcción de un caño en plena calle céntrica. En cualquier lugar de Quilmes puede aparecer algún vestigio de los antiguos habitantes de la zona, ya sea de pueblos originarios, conquistadores españoles o los primeros vecinos de la época colonial. Lo importante, destacan desde el Proyecto Arqueológico Quilmes, es que la gente conozca esta realidad y se dejen atrás los mitos relacionados con lo que ocurre cuando se informa un posible hallazgo al remover el suelo.
"Quilmes es una ciudad histórica y en cualquier casa, abajo de cualquier baldosa, puede aparecer material arqueológico. El sentido común dice que no avisemos nada porque nos paran la obra. Pero esto no es cierto", advierte Florencia Vázquez, jefa del área. Y explica: "Los rescates arqueológicos, que son estos operativos que hacemos cuando alguien reporta haber encontrado algo, nos llevan como mucho una semana".
Distinto es el caso de las excavaciones en profundidad, que la especialista, explica, es una metodología muy diferente y que se hace en el marco de un proyecto científico más grande.
Unos de los que más ha dado que hablar en los últimos años es el de Santa Coloma, la propiedad más antigua del distrito, ubicada en Bernal, y la única de principios del 1800 que aún queda en pie.
La hipótesis que llevó a las investigadoras hasta ese lugar es que podría haber restos de ese período histórico, ya que en Quilmes fue el desembarco de las primeras invasiones y, durante la segunda llegada de tropas británi - cas, pasaron una noche en Santa Coloma. Mosquetes u otros objetos personales de los soldados podrían surgir de la tierra en un futuro cercano.
Otro sector al que le están prestando especial atención está en el Arroyo Giménez, cerca de la desembocadura del Río de la Plata. Allí excavan desde hace nada nueve años. "Creemos que es un asentamiento prehispánico: no encontramos metales ni vidrios ni objetos europeos, nada que indique post-conquista. Sólo material de comunidades indígenas, posiblemente querandíes con cierta influencia de grupos guaraníticos", relatan.
¿Cómo llegan a estas conclusiones? A partir de pistas a veces mínimas. "Encontramos muestras de plantas domésticas, como maíz y calabazas lo que da la idea de influencias guaraníticas porque eran los pueblos agricultores mas cercanos", relata Vázquez, dando la pauta de la tarea casi detectivesca, además de profundamente paciente y minuciosa, que implica la arqueología urbana.
Este área de investigación en Quilmes surgió en los años 90 y se desarticuló con la crisis de 2001. Durante los siguientes diez años el proyecto quedó en stand by, pero volvió en 2010.