domingo 5 de agosto del 2012 → Nº N: 000 042
cartóNPiedra
Un espacio suscitador para pensar en voz alta
→La
salud de la cultura en América Latina. El cuaderno del escritor como género literario. El espectáculo de Vargas Llosa. Quién mató a Kurt Cobain
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La salud de la cultura es un asunto colectivo Carolina Wajnerman, desde Buenos Aires, indaga en la necesidad de comprender a nuestra cultura como el conjunto de elementos diversos. La buena salud de la cultura de América Latina depende de la comprensión de este entramado, complejo y rico en su diversidad.
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Ventana ¿Se suicidó Kurt Cobain, el legendario cantante de la banda grunge Nirvana, o en realidad fue asesinado? Un análisis. Además, una semblanza del gran realizador finlandés Aki Kaurismäki y una nota que sobrevuela la obra del director del cine de horror japonés Kiyoshi Kurosawa.
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La memoria El cuento “El desertor”, del gran escritor guayaquileño José de la Cuadra, publicado en el suplemento Semana Gráfica, del 27 de junio de 1931, aparece en nuestras páginas como un homenaje al autor. De la Cuadra fue un renovador de la literatura ecuatoriana y su obra es puntal de nuestra historia.
Fernando Espinosa Chauvin es un fotógrafo quiteño radicado en Nueva York que exhibe en su obra a uno de los lugares más enigmáticos del orbe, Galápagos. Su muestra Galápagos Surreal, inaugurada el pasado viernes, en el Centro de Arte Contemporáneo, estará abierta hasta el 2 de septiembre.
13 ¿El fin de los periódicos impresos se acerca? Varias voces aparecen aquí reunidas con el objetivo de analizar si el debate ya intenso acerca de la posibilidad de que los medios impresos desaparezcan ofrece nuevas aristas. En efecto, la relación entre el mercado y la comunicación, así como la irrupción de nuevas tecnologías de la información y la comunicación siguen motivando reflexión conforme los índices de ventas y lectoría de periódicos descienden frente al incremento de portales, blogs, redes y dispositivos virtuales.
10 Filme para lavar cerebros “Exit Through the Gift Shop” es una película que termina convirtiéndose en una obra más de Banksy, una como sus stencils. Es un espejo de nuestra sociedad y es por eso que las reacciones desde su aparición no cesan.
“Las noticias encontrarán nuevas formas más allá del artículo: instantáneas wiki de conocimiento, información en vivo, valoraciones del público, agregación, conservación, bases de datos y otras formas aún no creadas” Jeff Jarvis
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Agenda ¿Qué hacer durante esta semana? ¿Cómo aprovechar nuestro tiempo de ocio para disfrutar de las mejores actividades culturales? Aquí una guía que te ayudará a decidir qué muestra visitar, a qué concierto acudir, qué proyección cinematográfica ver...
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ediTOrial Las elecciones de la CCE son la evidencia de un proceso que tocó fondo o necesita oxígeno
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eguramente cuando se lea esta edición del suplemento cultural ya las elecciones en la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE) tendrán olor a disputa política (clásica). Estábamos advertidos: esa disputa electoral ocultaba dos problemas de fondo: el carácter democrático del mismo proceso eleccionario (sin una participación real de todos sus miembros, sino por delegación, recordándonos viejos modelos para justificar resultados “de consenso”) y los mismos candidatos legitimaron, sin propuesta de recambio, las características de un “fenómeno” que ya fue motivo de largas discusiones antes de la aprobación de la Constitución de 2008. O sea: cómo democratizar, en toda su extensión, la vida misma de la CCE. No estaría por demás también reflexionar sobre el sentido mismo de la disputa. ¿Por qué hay tanto interés en dirigir y controlar los destinos de esa institución? ¿Hasta dónde representa el escenario del desarrollo cultural del Ecuador de modo que signifique un espacio de disputa (incluso política) para provocar esos debates intensos, apresuramientos y hasta tensiones de todos los actores culturales? ¿Hay un proA la Casa de la Cultura Ecuatoriana le sobran yecto claro y concreto que promotivos para desatar muchas ilusiones con voque la discusión más profunda múltiples proyectos y también resignificar su sobre el rol que deben cumplir los núcleos provinciales en la verdadero y relevante aporte a esta época de vida cultural local y territorial? ¿Qué nivel de burocratismo se ha cambios que vive el Ecuador y el mundo emplazado en sus estructuras de modo que no constituya por ahora el mejor atractivo para impulsar y estimular la realización de muchos planes para el impulso que necesita la actividad cultural en las nuevas generaciones? Por otro lado está la necesaria “reinvención” de la CCE, de modo que se sintonice con todo el impulso que tienen las diferentes artes, procesos y hasta “inventos” que ocurren en el mundo cultural. De ahí que, por bien de la institución, quien sea electo definitivamente debe abrir un espacio de diálogo intenso para proponer esas ideas que hacen falta para refrescarla. Ya no se trata de administrar la Casa, de sostener el aparato burocrático o postergar las demandas de diversos sectores para constituir a los núcleos y a la matriz en esos espacios ricos y dinámicos resortes de los mejores proyectos y planes, colectivos e individuales, con los que soñaron y forjaron los intelectuales y artistas de otras épocas. Queda entonces abierta esta reflexión. No hay tiempo para justificaciones y mucho menos para explicaciones tardías. El proceso electoral debe mostrar ese otro rostro de la vida cultural del país, pero también las nuevas autoridades deben comprometer el verdadero cambio que se escribe en las hojas volantes y se dice en los discursos de campaña. Fuera de eso no hay justificación que valga. A la CCE le sobran motivos para desatar muchas ilusiones y también resignificar su verdadero aporte a esta época de cambios que vive el Ecuador y el mundo.
El suplemento cartóNPiedra es una producción editorial de El Telégrafo y del Ministerio de Cultura del Ecuador.
cartóNPiedra lo hacen: Director: Orlando Pérez Coordinador: Diego Cazar Baquero Diseño e ilustraciones: Patricio Mosquera y Carlos Almeida Fotografía: Francisco Ipanaqué Arte: Carlos Proaño Colaboran en este número: Carolina Wajnerman Mónica Ojeda Marco Pareja Óscar Pineda Eva Arnaux Javier Maldonado Luis Medina
Twitter: @cartonpiedraET
Facebook: cartoNPiedra
Correo electrónico: carton.piedra@telegrafo.com.ec
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El bienestar en la cultura: un camino hacia la salud de AmĂŠrica CAROLINA WAJNERMAN
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Qué visiones tenemos sobre la cultura y la salud? ¿Qué influencia tiene nuestra mirada sobre dichas concepciones a la hora de intentar cruzarlas? Sin dudas, es preciso continuar instalando el debate sobre el cruce entre los campos problemáticos de la salud y la cultura, para contribuir al desarrollo de un pensamiento contemporáneo sobre los mismos desde un enfoque coherente y consistente con la realidad de América Latina. Sigmund Freud (1856-1939), conocido como el padre del psicoanálisis, que tuvo una gran influencia en las disciplinas de la salud desde su surgimiento, se refiere específicamente al tema de la cultura en un manuscrito titulado: “El Malestar en la Cultura”. En el mismo, se define a la cultura como la suma de operaciones y normas que distancian nuestra vida de la de nuestros antepasados animales, que sirve a dos fines: protección del ser humano frente a la naturaleza y la regulación de los vínculos recíprocos. El interés por el cual Freud aborda la noción de cultura surge de su intención de dilucidar el rol que juega la misma con respecto a las renuncias pulsionales (sexuales, agresivas, etc.), y cómo se da la relación entre ambas para pensar la felicidad. Freud plantea que es imposible conseguir la felicidad de una vez y para siempre, ya que a lo sumo, ésta se experimenta de manera fugaz. La cultura, entonces, demanda ceder una parte de la posibilidad individual de ser feliz (representada en el principio de placer) para que sea viable la vida comunitaria. Freud escribe “El porvenir de la ilusión” y “El Malestar en la Cultura”, a raíz de un escrito de su amigo Rolland, más precisamente una carta, sobre su visión de la religión y la relación de ésta con el “sentimiento oceánico” de indiferenciación con la naturaleza. El creador del psicoanálisis dice por otra parte que no ha tenido jamás la experiencia de fundición con los objetos a la cual su amigo Rolland llama “sentimiento oceánico”, y que su referencia a los mismos ha sido siempre de ín-
dole intelectual, siendo los objetos algo diferente al sí mismo y, por ende, algo a conocer a través del intelecto. Es por ello que Freud vincula el sentimiento oceánico con la indiferenciación del yo en la niñez y la psicosis, y lo relaciona con la eternidad, con la falta de barreras, con la copertenencia con el todo y la religión. Para él, la cultura funciona principalmente como regulación de la vida en común y, por ende, limitante de las pulsiones a nivel individual; a su vez, la cultura es elevada cuando se pone al servicio de la explotación de la tierra y protección frente a las fuerzas naturales. Por ende, apartarse de la cultura en tanto Freud la concibe, implicaría volver a formas más “primitivas”. En muchas partes del texto, se hace referencia a los “primitivos”, dejando entrever que ellos estarían en cierta forma por fuera de su noción de cultura y, debido a ello, tendrían una menor cuota de renuncias pulsionales. Sin embargo, Freud arguye que es difícil formarse un juicio acerca de épocas “anteriores” para saber si los hombres se sintieron más felices y en qué medida, y si sus condiciones culturales tuvieron parte en ello. Si partimos de la premisa de que toda producción cultural se inscribe en una situación socio-histórica, es preciso tener en cuenta que Freud desarrolla su obra en pleno desarrollo de la modernidad europea entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, y esto debe ser tenido en cuenta al abordar tanto la producción freudiana como la de otros autores. En este punto cabe tomar los aportes del filósofo canadiense Charles Taylor, quien se refiere a tres formas de malestar propios de la modernidad, en cuanto rasgos de nuestra cultura y nuestra sociedad. Dichas formas de malestar son, según su concepción, la pérdida de sentido frente al individualismo, la primacía de la razón instrumental y la pérdida de la libertad. Respecto al malestar del individualismo, Taylor hace referencia a un orden mayor, cósmico, que a través de rituales y normas daban una significación a la sociedad
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“La cultura es entonces acción y totalidad en relación a un lugar; se encuentra anclada a un suelo” que sobrepasaba los fines instrumentales, de modo que hoy, ante su falta, sufrimos de falta de pasión. La primacía de la razón instrumental, según el autor, nos lleva a buscar la eficiencia máxima como medida del éxito. Cuando las dos anteriores se llevan al plano de la política, se ve amenazada la ciudadanía, en tanto que por las instituciones y estructuras de la sociedad actual, se limitan las opciones y, por ende, la libertad. Algunos autores plantean la pregunta acerca de la modernidad en América Latina, estableciendo la duda acerca de si es válido hablar de modernidad en nuestro suelo. Al respecto, hay quienes afirman que si bien el proceso socio-histórico que se engloba en el concepto de modernidad no se dio en América de la misma manera que en Europa (motivo
“Quizás, la posibilidad de dar lugar a lo más inasible de nuestra cultura, sea una contribución válida para transitar la vía hacia nuestro bienestar”
por el cual hay quienes hablan de “pseudomodernidad” en América), pueden encontrarse rasgos de modernidad en América Latina, si bien con particularidades específicas. En todo caso, queda claro que el modelo cultural moderno quiso ser impuesto en nuestro continente, y esto se dio con cierto éxito y un costo alto que, inclusive, quizás exceda los malestares descritos por Taylor. Es por ello que si tenemos la intención de producir un pensamiento propio desde y para Nuestra América, como la llamara el cubano José Martí, es preciso instalar la pregunta y la esperanza sobre lo que el filósofo argentino Rodolfo Kusch llamara el pensamiento situado. Según los desarrollos de Rodolfo Kusch (1922-1979), quien se dedicó a profundizar en el pensamiento americano a través de su trabajo en antropología filosófica entre las comunidades andinas del noroeste argentino y Bolivia, América intenta ser sin estar. Esto sería como pretender que las ramas de un árbol lleguen a lo alto sin afianzar su raíz. Kusch encontró, a lo largo de su trabajo, dos caras que constantemente se debatían, se contraponían: la pretensión de ser en tanto “ser alguien”, y la dimensión pre-ontológica del estar, como categoría fundante en América. Según Kusch, estos dos aspectos dificultosamente lograban encontrar una fundición en nuestro continente. La cultura, según él, puede concebirse como la forma colectiva de habitar el propio suelo, por lo que el autor habla de geocultura, ya que nos fija y nos remite inevitablemente a la tierra que habitamos, en tanto un aquí y ahora. La geografía, el espacio, es un factor que influye en la constitución de la humanidad, y la humanidad, a su vez, se constituye en su habitar. La cultura es entonces acción y totalidad en relación a un lugar; se encuentra anclada a un suelo que tiene su peso e incidencia en nuestro obrar, en nuestra gestación. De allí también surge su concepción acerca del pensamiento situado: el pensar desde el suelo que se gravita. El problema para la cultura re-
sidiría en poder conciliar los aspectos vinculados al ser y a los del estar, a través de “encontrar el símbolo que reúna los opuestos”(1). Por esta vía, se puede ganar la salud en América. En “El Malestar en la Cultura”, Freud habla de la imposibilidad de la felicidad en la cultura. Sin embargo, podemos afirmar que la cultura americana ofrece otra u otras formas de pensar la cultura, en tanto diferente a la occidental. De hecho es cuestionable, por ejemplo, que la diferenciación tajante entre el yo y los otros, o el yo y la naturaleza, como postula Freud, sean para América el objetivo o el fundamento de la cultura. Por el contrario, quizás ambas diferenciaciones, en tanto aparecen en pares dicotómicos desde occidente, contribuyen a generar y/o acentuar el malestar en América. Podríamos decir entonces que la noción de cultura en el manuscrito freudiano está más ligada al concepto de “civilización” en tanto progreso que busca distinguirse de una barbarie y, por ende, la noción de cultura cercana a la pretensión de “ser” según Kusch. Desde Kusch, así como desde otros pensadores y hacedores de los campos de la salud y la cultura, podemos afirmar la imposibilidad de la salud en América si no se profundiza y se hace acento (y asiento) en nuestra cultura. Otra de las diferencias que podemos destacar entre el pensamiento de Freud y el de Kusch constituye lo relativo al sujeto de la cultura, ya que según la concepción de este último, “El pueblo como tercera dimensión es el que agota el fenómeno cultural (…). La cultura no vale porque la crean los individuos, o porque haya obras, sino porque la absorbe la comunidad, en tanto ésta ve en aquella una especial significación” (2). Encontramos en Kusch una vía directa para el reconocimiento y valoración de la sabiduría producida en y desde América en los campos de la salud y la cultura. Para ello, resulta fundamental aceptar las expresiones del estar-siendo propias de nuestra cultura. A través de una profundi-
zación en la cultura propia, anclada en una ética comunitaria, es posible encontrar y fortalecer nuevos modos de senti-pensar y actuar sobre la realidad. Algunas de las tendencias que se encuentran en esta dirección son aquellas que: - hacen énfasis en los procesos de creación colectiva, impulsando la construcción del nosotros desde el estar-siendo, promoviendo la capacidad creativa de las personas y los grupos humanos; - conjugan los campos de la salud y la cultura, los cuales en muchos espacios institucionales se encuentran tajantemente por separado; - incorporan en distintos momentos de los procesos de promoción, actividades que promueven el estar colectivo (como por ejemplo: la organización de fiestas populares); - favorecen procesos que incluyen otros modos de vincularse consigo y con los otros al proponerse el despliegue de dimensiones como por ejemplo la de las emociones y el sentir, la simbólica y del juego, la de la corporalidad, etc. El título original en alemán de “El Malestar en la Cultura” es Das unbehagen in der Kultur. La palabra unbehagen hace referencia al desconcierto, al desasosiego, a lo inasible. Quizás, la posibilidad de dar lugar a lo más inasible de nuestra cultura, sea una contribución válida para transitar la vía hacia nuestro bienestar en la misma. Nuestros modos de ser y de estar se pueden conjugar, y en el trayecto nos hacemos con el otro. Pueden abrirse nuevas posibilidades y cultivarse la construcción colectiva en América de lo que en nuestra tierra ya está-siendo, más allá de lo que nuestras viejas categorías nos permiten percibir.
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1.- Kusch, Rodolfo. Geocultura del hombre americano. En: “Obras completas, Tomo III”. Rosario: Fundación A. Ross. 2007. Pág. 172. 2.- Kusch, Rodolfo. Geocultura del hombre americano. En: “Obras completas, Tomo III”. Rosario: Fundación A. Ross. 2007. Pág. 173.
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Pisando levemente José de la Cuadra se abría a la creación José de la Cuadra (Guayaquil, 1903, 1941), uno de los más importantes escritores ecuatorianos, considerado un precursor del realismo mágico en Latinoamérica, conformó el denominado Grupo de Guayaquil, el colectivo literario que agrupó a jóvenes creadores que renovaron la narrativa de la época. Desde 1931 hasta 1935 De la Cuadra colaboró en el suplemento “Semana Grafica”, de diario El Telégrafo. La revista cartoNPiedra reproduce en su edición de hoy el cuento “El desertor”, publicado en dicho suplemento el 27 de junio de 1931. El escritor Alfredo Pareja Diezcanseco, en su libro “José de la Cuadra, el mayor de los cinco” (Ed. Edym multimedia. 1993-2012), escribió: “Cuando en un día de febrero de 1941, en su querida capital montuvia de Guayaquil, se daba sepultura a José de la Cuadra, Enrique Gil Gilbert exclamó ante sus despojos: Éramos cinco, como un puño. ¡Fui uno de ellos! Por haberlo sido, pude tener la certidumbre de que, en aquellos días grávidos de entusiasta creación, yo era parte, más que de la pequeña sociedad de cinco jóvenes, de una generación, de un síntoma de crisis colectiva, de una necesidad de cambio... Ayudará a comprender el proceso de Cuadra -y con eso el que corresponde a todo el movimiento literario de su época- el recuerdo de dos acontecimientos: una huelga de trabajadores en Guayaquil, en noviembre de 1922, y una revolución de jóvenes militares, en julio de 1925. La primera terminó, obvio es suponerlo, en una organizada matanza de más de un millar de hombres, mujeres y niños; en fin, diremos, en una cuestión de fuero militar, como la insolencia se atreve a proclamar de vez en vez, entre himnos,
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glorificaciones y todo lo demás. La segunda, en broma de doble fondo para los jóvenes ideólogos de charreteras, pues fracasaron en la administración y fueron burlados por su inutilidad, pero quedaron por ellos abiertas las puertas a lo contemporáneo, a lo que llamo, 'los nuevos años'. De la Cuadra nació a la vida del espíritu entre esas dos fechas: 1922 y 1925, en tanto pasaba de sus diecinueve años a sus veintidós años de edad... Por esos años, y antes de que se diera a la renovación del tema y de la forma, muy joven él, más joven yo, leí su cuento "Si el pasado volviera", éste ya de estructura noblemente conseguida; y me pareció su condición de autor-personaje más auténtica, por él comenzada a ser restablecida, de adentro hacia afuera, en el claroscuro de esta descripción que pone en palabras de su heroína: "Usted tenía veinte años; comenzaba a escribir y estudiaba jurisprudencia. ¿Recuerda? Vivía usted en mi mismo barrio y pasaba siempre por frente a mi casa. Yo lo miraba, pero usted andaba siempre con la cabeza inclinada, y no me veía". Se estaba empezando, pues, a meter con sus criaturas, a encarnarse en ellas, y por el único medio que tamaña osadía puede ser acometida por un autor: sin que se le advierta intruso ni perorante. La cabeza inclinada, pisando levemente, meditando, así solía Pepe trajinar por las calles; imagen física muy evocadora de cómo recogía el espíritu para abrirse a la creación, cada vez que su demonio le movía las preocupaciones contra las exigencias profesionales y los diarios apetitos bastardos de la vida...”.
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loSEspacios
El arte del
lavado de cerebros
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loSEspacios MARCO PAREJA
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ExitTrough the Gift Shop” (Salida a través de la Tienda de Regalos), documental que hace dos años fue parte del festival de Sundance y fue nominado a los premios Oscar, ha dejado secuelas, no solamente en sus nuevos espectadores, sino en el mundo del arte en general, y estas siguen causando trastornos. Se trata de una produción realizada por el artista callejero inglés Banksy, famoso por su obra ligada a lo social y a lo político, por su exquisita ironía y por su anonimato, aún vigente. Thierry Guetta es un impulsivo captador de imágenes amateur que filma casi todo lo que ve. Gracias a un familiar en Francia, otro famoso artista callejero llamado Space Invader o Invader se sumerge en el mundo del street art. Los acompaña en su periplo, registrando con su cámara lo efímero del momento, característica inherente de este arte. De a poco Thierry se va involucrando en el submundo de estos sujetos y se convierte en actor fundamental del hecho artístico. Luego de haber registrado a artistas en acción como Shepard Fairey (diseñador del retrato HOPE para Obama), Thierry desea conocer al famosísimo y enigmático Banksy, captarlo con su cámara y juntar esta pieza principal para realizar un documental sobre el arte callejero. Una vez que Banksy aparece en escena, todo lo que nos imaginamos que podría ser el documental da un giro de 360 grados y se convierte en una película sobre el hombre detrás de la cámara. “Intentó hacer un documental sobre mí,
“Intentó hacer un documental sobre mí, pero yo hice un documental sobre él… Él era mucho más interesante que yo…”
pero yo hice un documental sobre él… Él era mucho más interesante que yo…”, manifiesta Banksy ante la cámara, con el rostro oculto y la cabeza tapada con una capucha. A partir de ahora comienza el relato sobre Thierry Guetta, adulto francés cuyo único talento artístico era filmarlo todo, absolutamente todo y que ahora, empujado por un artista callejero, busca su propio espacio en el mundo del arte. Guetta es ahora el sujeto captado por la cámara que seguramente Banksy guía. Thierry se convierte en Mr. Brainwash, alquila una bodega abandonada en Los Ángeles y se prepara para realizar su primera exposición, una gigantesca muestra de obras que recuerdan a Warhol, al Pop Art en general y al mismo Banksy, incluso la misma bodega podríamos decir que es una especie de The Factory: el taller o estudio de Andy Warhol.
Con la ayuda de varios artistas y jóvenes Mr. Brainwash organiza el montaje y la promoción de su primera pero gigantesca exposición “Life is Beautiful”. Mientras todo esto sucede nos comenzamos a preguntar si lo que vemos es real, si es posible que alguien como Guetta esté a punto de cumplir con el sueño que quizá para muchos artistas resulta prácticamente imposible. ¿Obras de mal gusto?, ¿gastadas?, ¿reciclaje de imágenes que se vienen repitiendo desde la mitad del siglo pasado? Y, ¿cómo es la respuesta de la “masa” a todo esto? Pues, es monumental, cientos de personas se concentran en una enorme fila a la entrada de la bodega para ver de qué se trata tanto alboroto. Tan grande fue la acogida y difusión, que la exposición fue cubierta en la edición del 12 de junio del 2008 de LA weekly. Es como si estuvieran tratando de engañarnos, pero tal aparataje,
obras y promoción hace que nos parezca “real”. Mucho se habla de un prankumentary, de un engaño, de una artimaña, pero la verdad es que este documental que comienza con imágenes únicas sobre el submundo del arte termina por mostrarnos a uno de los futuros grandes artistas del momento. Pero, ¿quién es realmente Thierry Guetta? En realidad, ¿no tiene talento? ¿Podría ser él el mismísimo Banksy? Son preguntas sin respuesta que se deben saborear durante y después de ver el documental. Algunos lo comparan con la obra maestra de Orson Welles “F for Fake”, pero pienso que la comparación no cabe, podríamos decir que la obra de Welles es una experimentación narrativa a través del tema de lo falso. Quizá este documental fue fuente de inspiración para Banksy, pero seríamos más justos al no comparar. “Exit Through the Gift Shop” es una película que termina convirtiéndose en una obra más de Banksy, como sus stencils. Es un espejo de nuestra sociedad, de la sociedad de consumo impulsivo. De la cultura de masas, de la industria de la cultura donde todo puede ser considerado arte, si atrae y entretiene. Mr. Brainwash es el chiste que utiliza Banksy para mofarse de todos nosotros, ¿o acaso su nombre no resulta sugerente? Pues así es, al parecer nos han lavado el cerebro y lo siguen haciendo, Mr. Brainwash tendrá su exposición en Londres, este mes de agosto. Puede resultar seductor darse un saltito por ahí, si están en Londres por esos días. Tal vez surjan respuestas a tantas preguntas. O no…
“Exit Through the Gift Shop” es una película que termina convirtiéndose en una obra más de Banksy, como sus stencils”
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espECial
Fondo de
cajón MÓNICA OJEDA
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xiste un género literario que ha sido poco abordado por la crítica, quizás debido a sus condiciones de escritura no convencionales y porque se trata de un género que no pretende serlo, o al menos que no lo pretendió en sus inicios —hoy, sin embargo, ha dejado huella en las obras de escritores que, conscientemente, toman su forma rapsódica, fragmentaria e inacabada para dar a sus propios escritos ese encanto de lo imprevisto, de lo fresco y, sobre todo, de lo no destinado a lector alguno—; me refiero, por supuesto, a los cuadernos de escritor. Para definir a este género primero hay que decir lo que no es: no es una novela ni un cuentario ni un poemario ni un diario ni un dietario ni un libro de cabecera ni un ensayo, pero puede serlos todos a la vez. Se lo conoce mejor, fuera del ámbito académico, a través de los Moleskines, esos cuadernos que, gracias a los escritores y artistas famosos que escribieron en ellos, han quedado rodeados por un halo históricoliterario. Un Moleskine, según la tradición, sirve para que un escritor apunte sus ideas respecto a cualquier cosa; versos sueltos, inicios de cuentos, críticas literarias y cinematográficas, crónicas, etc. Pero lo que importa no es la marca del cuaderno ni la historia que lo precede, sino el cuaderno literario como un género de esencia caótica e inacabada, proveedor de la misma profundidad conceptual y estilística que podría brindar cualquier texto acabado. Es así como los cuadernos de Canetti, publicados bajo el nombre El corazón secreto del reloj, o los de Clarice Lispector, recopilados y titulados por la misma autora bajo el nombre Para no
olvidar, son obras literarias que generan tantas inquietudes y reflexiones como una novela u otro texto enmarcado dentro de los géneros tradicionales. Resulta curioso que los críticos se sientan incómodos al momento de abordar los ‘cuadernos de escritor’. Es como si la experiencia crítica de esta forma literaria fuera imposible debido al carácter inacabado y rapsódico del género. La experiencia lectora, en cambio, es intensa. Basta decir que la obra en prosa más reconocida, elogiada y que más reediciones ha tenido de Fernando Pessoa es, curiosamente, su cuaderno de escritor, El libro del desasosiego, que firmó bajo el heterónimo de Bernardo Soares. Esta obra contiene fragmentos diarísticos, aforismos, reflexiones filosóficas, divagaciones literarias, etc. Fue publicada después de la muerte del autor y su valor literario ha sido señalado por escritores contemporáneos importantes como Enrique Vila-Matas y Javier Cercas. En el prólogo de Para no olvidar —cuaderno en donde encontramos extractos poéticos de gran intensidad [la poesía en la prosa es innegable], y crónicas divertidas con digresiones ensayísticas—, Clarice Lispector dice que los textos que lo componen son, en realidad, el fondo de un cajón: es decir, todo aquello que escribió, guardó y olvidó alguna vez. Ése podría haber sido el título de su cuaderno, pero también el de todos los cuadernos de escritor que han sido publicados hasta ahora. “Fondo de cajón” es una metáfora perfecta para el género porque su condición natural es la de no estar destinado a la lectura: en ellos no hay parafernalia ni exhibicionismo, nunca fueron escritos para ser leídos por nadie que no fuera su propio autor. Los cuadernos de escritor se diferencian de los diarios porque no cuentan eventos cotidianos en narraciones fechadas. Lo que podemos encontrar en ellos
es algo muy similar a las digresiones ensayísticas de Montaigne, el padre del ensayo literario; algo parecido a una miscelánea de producciones literarias que contienen tanta intensidad y fuerza como para generar otros textos independientes. Ésa era, precisamente, la utilidad que le daban los escritores antes de que la figura del cuaderno literario cobrara autonomía. Pocos imaginaron que sus apuntes inconexos e inacabados acabarían siendo leídos por otros. Sin embargo, también hubo quienes tomaron sus cuadernos y, con el objetivo de publicarlos —como Clarice Lispector— los revisaron, tacharon, corrigieron, y entregaron a un editor para que, bajo la revisión previa del escritor, los lectores pudieran acceder a esos fragmentos. Un ejemplo de este tipo de publicaciones es Especies de espacios, de Georges Perec, que está compuesto deliberadamente a la manera de un cuaderno de apuntes con reflexiones cortas y rapsódicas; o Calle de dirección única, de Walter Benjamin, una reunión de textos inclasificables que reflexionan sobre temas tan diversos como la escritura y la política; o Vendrán más años malos y nos harán más ciegos, de Rafael Sánchez Ferlosio, libro compuesto por reflexiones sueltas, poemas y ensayos recopilados por el mismo autor. Algo similar ocurre con la novela de Enrique Vila-Matas, Bartleby y compañía: una narración que finge estar compuesta en su totalidad por notas al pie de páginay que muestra el influjo de los cuadernos de escritor en la literatura contemporánea. Este influjo es reconocible, sobre todo, en la tendencia generalizada que tiene la novela actual de jugar con la hibridación genérica. Walter Benjamin, en Dirección de calle única, defendió, sin saberlo, el valor literario de un cuaderno de escritor: “Para los grandes autores, las obras acabadas son menos importantes que aquellos fragmentos en los que van trabajando durante toda la vida”. Y ante esta aseveración, no hay pero que valga.
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Los periódicos
ya no son esa nación que dialoga consigo misma →Las
cifras del deterioro empresarial son catastróficas, pero más lo son las disputas de sentido entre las audiencias y un modo de hacer periodismo ORLANDO PÉREZ
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ara Gary Kamiya hay una condición básica para el sostenimiento de una democracia con fuerte peso de los medios de comunicación, en particular de los periódicos: “Una sociedad sin unas fuentes de información que generen confianza colectiva corre el riesgo de fragmentarse”. En la misma dimensión hay posiciones de periodistas y editores de periódicos que ven ahora un riesgo enorme de esa fragmentación ante el inminente, dicen, fin de los periódicos, en la concepción tradicional que tenemos de ellos. De hecho, Arthur Miller ya dijo que un buen periódico es como “una nación que habla consigo misma”. Por lo mismo hay de fondo un debate planteado para el planeta: ¿Qué tipo de nación, sociedad o país tendremos si los periódicos desaparecen o, por lo menos, ya no tienen el peso de antes en la construcción de ciudadanía, relaciones políticas y culturales, además de tensiones válidas y legítimas entre quienes hacen una sociedad? Más allá de las respuestas posibles hay una realidad concreta: el desarrollo acelerado de la tecnología informática, de las redes sociales, de la mayor presencia ciudadana en el debate mediático, la pérdida de credibilidad, la invasiva televisión, la proliferación de fuentes cercanas e inmediatas para los lectores tiende aceleradamente a la desaparición de los periódicos de papel. O sea: esa tradición de que las noticias llegaran impresas en un soporte clásico para mirar hacia el mundo está, por lo menos para las generaciones que tienen menos de 50 años, por fuera de sus rutinas, prácticas, usos y/o preferencias. Pero quizá las razones de fondo que nos interesan exponer son otras y concluyentes de otro proceso en desarrollo en el planeta: las noticias ya no son lo que eran y los medios no han entendido eso como un valor para transformarse sino que se afirman en lo mismo solo trasladando a la web los mismos conceptos y modelos utilizados en el papel. Incluso hay quienes
creen que ese mediador por excelencia que era el periódico traicionó a sus audiencias y por eso dejaron de comprarlo. Y eso, particularmente en EE.UU. ha tenido un impacto muy significativo en el deterioro de las empresas periodísticas y las caídas de rating de los grandes cadenas televisivas. ¿Hablamos entonces de un cambio cultural a partir de que los periódicos no constituyen ya esa institución política y social que explicaba la realidad y hasta definía el devenir de cada una de sus geografías de incidencia, asentada sobre todo en la credibilidad con la que se granjeó publicidad, lectores, influencia y prestigio? Arcadi Espada es un reconocido periodista español que ha dicho una frase contundente al respecto, con toda su simbología: “El periódico se parece a cualquiera de esos tipos que aparecen apuñalados en un callejón y nada más empezar a investigar el asesinato la Policía se da cuenta de que lo difícil sería encontrar a alguien que no hubiese querido matarles”. Y él también es el autor de aquella frase (ya casi célebre en algunas facultades de periodis-
mo) de que “Siempre se supo que el periódico era un arma peligrosa y temible, pero pocas veces se optó por usarla, en la literatura, en el cine o en cualquier otra formalización del mito, contra la gente decente”. Es cierto: las audiencias tomaron distancia de los periódicos en la misma medida que éstos se convirtieron en actores políticos con un poder “extraordinario” y hasta “extrajurídico” (de ahí su denominación de poderes fácticos). En general, los periódicos se autodenominaron instituciones sociales y políticas con las cuales no se podían tomar decisiones colectivas en sociedades generalmente liberales. Y cuando los ciudadanos sospechan que un medio le miente o le maquilla la realidad no solo que lo deja sino que busca por su propia cuenta otras fuentes, hasta el punto de convertirse en los más duros críticos de los medios.
Los números y los desencuentros Entre lectores y periódicos parecería ocurrir lo mismo que pasa en una pareja antes del
divorcio. Sobre todo la desconfianza. Y, como con las reconciliaciones, son pocas las parejas que vuelven a encantarse en su convivencia después de haber tenido momentos de distanciamiento. Hay excepciones en el mundo, contadas con los dedos de las manos, donde los periódicos crecen en circulación y adquieren prestigio entre sus comunidades. Sin embargo, las cifras generales de las principales organizaciones de periódicos señalan un destino predecible. Incluso, dicen que el año 2045 será prácticamente el definitivo para la vida de los periódicos en su entrega clásica, particularmente en EE.UU. y Europa. En sociedades asiáticas, africanas o latinoamericanas podría extenderse el ciclo de vida porque la incorporación de capas nuevas de ciudadanos, formados y educados, sostendrían ese fatal destino unos años más. Es todavía un estigma que carga la prensa estadounidense con el conflicto con Irak, durante la administración Bush: ella fue, en gran medida, la responsable de justificar una guerra donde han muerto más de cinco mil soldados estadounidenses al
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temACentral adherirse “patrióticamente” a la lucha contra el “terrorismo” cuando a la luz de los hechos la realidad era otra y la guerra no tuvo ninguna justificación. De hecho, no solo es un asunto de credibilidad sino también empresarial, por supuesto. Y no hay que descontar el factor ecológico. Se necesitan grandes empresas, con mucho dinero, para generar el proceso productivo que demanda un periódico impreso. A la vez, toneladas de papel que los ecologistas cuestionan para el verdadero uso que se le da a un periódico tradicional. Eso también debe considerar que ya se instauró en los lectores un “paradigma”: puedo leer muchos periódicos en la web sin gastar un centavo. Frente a eso las empresas periodísticas no pueden competir. Quienes quisieron cobrar por leer sus webs han fracasado, salvo aquellos que por su poder solo dejan leer titulares o primeros párrafos. Además: los periódicos, al dejar de ser los portadores exclusivos de noticias, ya no compiten ni siquiera con otros medios de comunicación sino con los mismos lectores que a través de blogs, redes sociales o cualquier dispositivo electrónico hacen de periodistas y generadores de noticias en todas sus expresiones, incluidas fotografías y audiovisuales. No olvidemos lo que dice el propio Gary Kamiya: “Internet proporciona a los lectores lo que quieren, los periódicos lo que necesitan”. Y ese es, por ahora, el mayor reto para la transformación, para su sobrevivencia, de quienes añoran o desean sostener la edición de papel. Entonces, el cambio cultural también debe explicar qué es ahora una noticia y cómo los medios de comunicación sostendrán su razón de ser si ya no son los “propietarios” de ese bien público y de esa mediación que era su potencial poder en la sociedad. Obviamente, las noticias como un bien público, que las elaboraban y procesaban unas empresas y unos individuos entrenados para trasladar a los hogares los detalles de lo que pasaba fuera de ellos, ahora
adquieren mucho más sentido público cuando son muchas personas las que pueden generarlas desde su mismo hogar. Eso conlleva, como ya han dicho muchos periodistas y académicos, un cambio del sentido del periódico para pasar a ser un espacio de reflexión y explicación de las noticias, como un soporte de profundidad sobre la realidad y también el de los servicios más importantes para el día a día de la gente común y de actores económicos y políticos.
Otra democracia sin periódicos. Otras audiencias más democráticas con otros medios Lo que en realidad se discute en algunos foros mundiales (como la última Cumbre de Comunicación, realizada en Moscú, en la primera semana de julio de este año) es si este cambio cultural, producto de la cuasi desaparición de los periódicos y la emergencia de otras formas de comunicación, van a cambiar también los modelos de las democracias, de la participación política y, para sorpresa de todos, el propio conocimiento de la realidad. Hay quienes, como el estadounidense Paul Starr, dicen que “el final de la era de los periódicos implica un cambio en nuestro sistema político”. En su blog y otras conferencias advierte además que el rol delegado a los periódicos y a la prensa en general, ese del perro guardián ya no tiene sentido y pierde cada vez credibilidad, tanto que, para él, vendrá una era donde la corrupción será mucho más intensa por la falta de vigilancia de los medios. En la lógica “gringa” eso puede hasta explicarse, pero también es cierto que esa concepción y hasta prestigio de los medios no funciona en otras latitudes porque algunos periódicos han sido también parte de esa corrupción. Lo de fondo es que Starr ponga la transformación del sistema político por la extinción de los periódicos, casi como un acontecimiento catas-
“...las audiencias tomaron distancia de los periódicos en la misma medida en que estos se convirtieron en actores políticos”
Este análisis se basó en el trabajo de los periodistas Arcadi Espada y Ernesto Hernández Busto “El fin de los periódicos”. (Duomo ed. Perímetro. Bar-Esp. 2009).
trófico que invoca la salvación de los mismos. O que sin ellos ya no tiene sentido la democracia. Es verdad que como mediadores y hasta como escenarios del debate y hasta de la toma de decisiones, los periódicos configuraron lo que la democracia no contemplaba en sus normas y regulaciones. Posiblemente exista otra connotación en debate para una futura reflexión: sin los periódicos también los políticos tendrán, como ya ocurre, la tentación de convertirse en “medios de comunicación” de sus propias acciones. Y multiplicar a cada partido, movimiento o actor político en un “medio” generará una proliferación de voces y de mensajes que saturarán el espacio mediático, donde los ciudadanos, otro actor en disputa, tendrá que contradecir o aplaudir desde su propio “medio”. Entonces tendremos una proliferación de “medios” y/o de “periódicos” como ya lo hacen algunas entidades que han generado periódicos y revistas especializadas ante la desconfianza que le dan los periódicos por su falta de preparación, rigurosidad o tendencia a la hora de publicar sobre lo que ellas hacen. Lo que queda por reflexionar, además, es si ahora los medios y los periódicos en concreto están explicando lo que pasa en el mundo. Y si sus registros constituyen los documentos históricos en los que las futuras generaciones podrán leer el pasado con confianza y la seguridad de que en esas páginas se escribía la historia real de ese presente. Internet y las nuevas tecnologías para archivo y el procesamiento de documentos da a pensar que no. Si el fin de los periódicos se acerca, podríamos aventurar también que el próximo debate es si los que siguen vivos tienen garantizado su prestigio o deben luchar más por demostrar antes que por mostrar lo que son en realidad.
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temACentral DIEGO CAZAR BAQUERO
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legada la avasallante presencia de los medios digitales al panorama actual, devenidos estos en fuentes inmediatas de información y en plataformas que permiten el protagonismo de los ciudadanos, los medios impresos tradicionales se han convertido en contorsionistas para poder enfrentar una situación que pone en entredicho su supervivencia. Los periódicos en nuestros días han caído en una situación que los transparenta como empresas que se sustentan gracias a los ingresos que sus auspiciantes depositan en sus arcas y, como todo aquello en lo que interviene el dinero por sobre todo lo demás, no han podido evitar mostrar sus verdaderos intereses, que están muy por encima de la función primordial del periodismo que es servir a la sociedad como canal de comunicación, estableciendo una relación horizontal con las audiencias y ofreciendo información clara, transparente, sujeta a ser contrastada y replicada. Los lectores de hoy migran constantemente hacia nuevas alternativas para proveerse de información actualizada y, sobre todo, para obtenerla desde fuentes diversas, contradictorias, muchas veces, pero por esa misma razón, más generosas. Los periódicos tradicionales, unos con más ingenuidad que otros, han creído que la alternativa es, llanamente, abrir versiones on-line, sin sustentar la medida con una revisión profunda de sus formas de relacionamiento con las audiencias. Una muestra de este fenómeno, en el contexto local, se difundió hace pocos días, precisamente en uno de estos portales virtuales, cuyo creador (el periodista, economista, catedrático y analista Hernán Ramos) inauguró luego de abandonar una larga carrera en las salas de redacción de esos mismos periódicos impresos que ahora pugnan por hallar el salvavidas que los sostenga en el tiempo. Quizás hay un detalle que no ha sido aún sometido a reflexiones más ambiciosas: la cualidad comunicacional de los medios ha quedado relegada en el oficio periodístico para dar paso a la relevancia casi absoluta de ofrecer información a través de mecanismos verticales y frívolos
temACentral
De piruetas
y otros trucos diarios
y defender intereses de ejecutivos empresariales. El periodista es el portador del hecho y se lo entrega a un lector pasivo que, además, no ha tenido la posibilidad de ejercer su derecho a la reacción. Un periodista elige el hecho que reportará, lo redacta y lo publica. Y ahí muere la historia. No ha importado tanto o casi nada la calidad de lectoría y, por tanto, el nivel de reacción, pero sí, la cantidad de lectores. El hábito de manejar periódicos a la vieja usanza, negando principios fundamentales del hecho comunicacional, anclados a orígenes que responden a condiciones de antaño y a relaciones sociales que, ingenuamente, se han mantenido como sellos de tradición, ha cegado a los pe-
de interacción con quien provee la información. Se diría, incluso, que las posibilidades interactivas se han multiplicado geométricamente y que las brechas generacionales han puesto sobre el tapete las minusvalías de los ‘mayores’ frente a las nuevas tecnologías y frente a los múltiples procesos de intercambio de información que surgen a diario. Los directivos y los poderosos editores de los medios impresos tradicionales no han sido lo suficientemente capaces de hacer una lectura audaz del hecho y no han podido elaborar estrategias de adaptación a los cambios impuestos por esas nuevas tecnologías de información y comunicación. Ramos toma en cuenta el contexto nacional actual y en
“...el lector común ha descubierto que es posible otro tipo de interacción con quien provee la información. Se diría, incluso, que las posibilidades interactivas se han multiplicado geométricamente”. riodistas hasta el punto de impedirles ver posibilidades de remozamiento que escarben en sus propios cimientos y ejecuten un verdadero acto de contrición que les permita insertarse en los cambios con proyección. Con la llegada al mundo del periodismo de las redes sociales y de todos estos “fantasmas tecnológicos”, como los llama Ramos, el lector común ha descubierto que es posible otro tipo
ese escenario asegura que “suena contundente y lógico que Directores y Editores cedan algunos de sus espacios internos a los Abogados y Gerentes, en la idea de tratar de preservar los espacios externos de los medios, que de todas maneras han mermado dramáticamente”. Es evidente que parte de la crisis de los impresos de hoy tiene que ver con esta conducta obtusa y vanidosa que estancó
procesos y bloqueó iniciativas de vanguardia para horizontalizar la relación entre los medios y sus audiencias: no bastaba con abrir secciones ‘ciudadanas’ en las páginas de los tabloides e inventar testimonios de vecinos para llenar las cajas de cada edición; no bastaba con abrir efímeros foros virtuales, incapaces de generar reacciones sostenibles y trascendentes, ni bastaba tampoco con inaugurar secciones ‘sociales’ para publicar álbumes de fotos de famosos en sus fiestas privadas y así pasar por medios cercanos a la comunidad. Había que arriesgar editorialmente, pisotear ese otro cliché que dice que a los lectores hay que darles lo que piden, cuando eso que presuntamente piden siempre fue lo que decidiera un editor o un gerente o un auspiciante. Había que ser creativos por encima de lo que exigieran las cuentas bancarias y apostarle a la frescura. Esas transformaciones exigen una hermenéutica de avanzada para poner en práctica nuevas relaciones y rescatar esa cualidad esencial de comunicar que el periodista de oficio perdió de vista al dejarse envanecer por el cliché que lo calificó como un ‘líder’ de opinión, líder que, en verdad, nunca existió. Lamentablemente, la egolatría saca a flote las carencias y al final pasa la factura. Mientras las salas de redacción continúan funcionando como agencias privadas de publicidad del mejor postor, el mundo sigue su marcha veloz. Mientras ciertos editores privilegian los avisos publicitarios de los mayores auspiciantes, en desmedro de una buena página cultural, la Internet es un infinito escenario donde otros hicieron lo que a los gerentes y ejecutivos, abogados y editores de los diarios les dio pereza o miedo hacer. Esta es la época en la que las piruetas diarias de estos medios empresariales los delatan. No supieron informar y comunicar y hoy inventan estrategias de venta y difusión que los ridiculizan: promociones light, insertos comerciales, suscripciones con mayores ventajas y todo aquello que pueda asegurar su estabilidad económica, aunque quede en el olvido su responsabilidad social, y en el esfuerzo por entender esas otras ‘misiones’ mercantiles, el mundo les pasó por encima.
Bajo la lupa del editor digital LO QUE DEBE CAMBIAR ES EL PERIODISMO, NO EL PERIÓDICO EVA ARNAUX
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e cansa escuchar que el periódico en papel va a morir. No me cansa porque tengo suscripción a un diario, o porque soy tradicional, o porque soy romántica. Me cansa porque creo que es una frase gastada y con argumentos caducos. Escribo en un medio impreso y en uno digital y confieso que los dos, como todo en la vida, tienen ventajas y desventajas. Intentaré explicar por qué creo que lo virtual no va a reemplazar a lo físico, porque prefiero escribir en la web pero leer en papel, porque creo que lo que debe cambiar es el periodismo y no el periódico. Como desordenada que soy, comenzaré con el último argumento. El problema del periódico no es el papel. El material solo es la forma en la que se lo presenta. La crisis real de los periódicos está en el periodismo, en el contenido de esas páginas que van desde (insignificantes) breves hasta (aburridos) informes, pasando por
noticias frías que son producto de ruedas de prensa. Si el periódico insiste en esta dinámica sin duda va a morir. Sería absurdo que lo hiciera si la solución es tan sencilla como reinventarse. Hay millones de ideas, pero me interesa proponer dos: -Que los periódicos dejen de publicar notas pequeñas con información que el lector ya leyó un día antes en Twitter, Facebook, blogs, páginas web oficiales, periódicos online y noticieros radiales y televisivos. -Que en vez de desperdiciar espacio en esas noticias, aprovechen el género de la crónica. Ese estilo narrativo que algunos llaman novelado y que invita a leer los textos por su forma sin importar (a veces) cuál sea el fondo. Para escribir prefiero la web porque me siento libre, los límites de espacio en el impreso son mi cruz. Para leer prefiero lo físico y la razón es arbitraria. Sean sinceros y no hagan trampa: ¿Quiénes prefieren leer en pantalla que en papel? (dejen a un lado el ambientalismo y practicidad, piensen en el placer de leer). El papel y la web se complementan y se seguirán complementando siempre y cuando el formato impreso logre romper las taras de hoy.
NO DESAPARECE, SE TRANSFORMA LUIS MEDINA
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l periodismo, al igual que la energía, cumple con el axioma de “nada se destruye, todo se transforma”. Por ende, cuando alguien pregunta si los periódicos impresos van a dejar de existir respondo que no, pero que sí se van a transformar. Ya estamos viviendo esa transformación: cada día es más reglamentaria en las (buenas) redacciones la idea de dejar para la versión impresa los temas, los reportajes, los trabajos sudados con sangre, porque de las noticias del día a día se encarga la web, a la que en capacidad de inmediatez no le gana ni la rotativa más rápida del mundo. Es por eso que apostaría por la desaparición del periódico de papel como lo conocemos en la actualidad: imprimiéndose diariamente. Se transformará en una publicación esporádica, quizá semanal, especializada, bien trabajada en los mejores casos y para las coberturas de actualidad quedarán los medios digitales que, insisto, son veloces y tienen más capacidad de respuesta. A estas conclusiones llegué después de analizar dos casos significativos, el de The
New York Times y el de El País, los periódicos más respetados escritos en inglés y en español, respectivamente. El primero, tras haberse desesperado por la revolución digital (al principio abrir una web le causó el nocivo efecto de aumentar el número de lectores pero disminuir las ventas) ha sabido aprovecharse de ella: en marzo del año pasado empezó a cobrar por acceder a la mayoría de sus contenidos digitales, lo que, contrario a todo pronóstico, le trajo réditos que aseguran su supervivencia, logrando –hasta finales de 2011- casi 300.000 subscriptores de su versión en línea, es decir, cerca del 40% de sus abonados totales. Y esa cifra va en aumento. El País de España, al igual que el NY Times, está volcado hacia la “estrategia digital”. La idea, según una fuente cercana a la empresa, es reforzar la versión web y, en un plazo de diez años, convertir al papel en bastión de únicamente trabajos especiales. Por eso, en sus actuales reuniones editoriales les dicen a los jefes de cada sección: “Ustedes díganme los temas, que las noticias me las dan los de Internet”.
MORIR CON DIGNIDAD Y REINVENTARSE: UNA CARRERA A CONTRARRELOJ JAVIER MALDONADO
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a aparición incesante de nuevas plataformas digitales para publicar contenidos inquieta el panorama de los involucrados en la prensa escrita. ¿Va a desaparecer, eventualmente, el diario de papel en Ecuador? Una proyección reciente del australiano Ross Dawson, autor de Living Networks -un libro en el que vaticinó en 2002 la revolución de las redes sociales-, estima que en 2040 se leerán los últimos ejemplares de diarios físicos en el mundo. Ecuador y la mayoría de Sudamérica y de África están entre los puntos en los que el periódico tiene mayor esperanza de vida, según ese análisis que considera factores como el desarrollo económico, costo de tecnología, penetración de dispositivos móviles... En España, un país en el que la prensa escrita afronta despidos masivos y un desplome en el pautaje publicitario, la ‘extinción’ llegaría en 2024. Pero hay lugares en los que el diario ya agoniza. Para Dawson, en Estados Unidos los periódicos morirán en 2017. Hay datos que dan peso a aquella estimación. La prensa escrita es la industria que más ha decrecido (-28.4%) de 2007 a 2011 en EE.UU., según un estudio de LinkedIn. Internet, en cambio, está a la cabeza (+24.6%). Y cada vez se venden más iPads, iPhones... Dentro del contexto global, a la prensa escrita de Ecuador le toca morir con dignidad y reinventarse. Combatir la inmediatez e informalidad de decenas de portales con un contenido diferenciador, riguroso, de buen estilo, que enriquezca el debate y que sea el gran soporte de sus ediciones online hasta tener una estructura dedicada 100% a lo digital. Hay tiempo. La ventaja –temporal- es que el hábito del lector promedio es aún favorable: el diario de papel significa credibilidad, seguridad. Y quienes se informan solo por Internet, de todas maneras entran a los portales de los diarios y revisan las páginas físicas para buscar allí una confirmación de lo que hallaron en otra parte. El fortalecimiento de ese vínculo con el lector es clave. El tiempo de vida dependerá también de la aparición de mejor competencia y la capacidad de reacción. Si bien existen medios digitales que desafían a algunos diarios en número de visitas, hasta el momento no existe una propuesta exclusivamente online que supere a los periódicos -o a sus versiones digitales- en calidad, rigor, número de personal, recursos financieros...
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venTAna
El espectáculo como insumo del periodismo Mario Vargas Llosa cuestiona la cultura imperante. Así también critica al periodismo y lo ubica como un apuntalador y fomentador de la “frivolidad actual”.
ÓSCAR PINEDA
a lo venía fraguando tiempo atrás en sus columnas de diario El País, de Madrid. Mario Vargas Llosa se lanzó una crítica contra la vida contemporánea con La civilización del espectáculo (Alfaguara, 2012). Si bien analiza el mundo de la intelectualidad y sus presuntos roces con la frivolidad, también se avienta contra el periodismo y su contribución al levantamiento de un mundo donde prima “la pose y el escándalo”. “Hoy vivimos la primacía de las imágenes sobre las ideas. Por eso los medios audiovisuales, el cine, la televisión y ahora Internet han ido rezagando a los libros, lo que, si las predicciones pesimistas de George Steiner se confirman, pasarán dentro de no mucho tiempo a las catacumbas”, dice el autor quejándose de la época reciente. Así empieza a apuntalar sus argu-
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mentos sobre la liviandad que rodea al mundo. El premio Nobel 2010 se enmarca en la búsqueda de razones para sostener lo que para él es la pérdida de la noción de cultura que, tal como apunta, fue emplazada por los faroles del espectáculo. El mínimo rigor mental es una de las piezas, arguye el autor peruano, de este tiempo en el que empeora la civilización. Dice sobre la crisis: “Pero por otra parte, y acaso principal, se debe a una cultura que propicia el menor esfuerzo intelectual, no preocuparse ni angustiarse ni, en última instancia, pensar, y más bien abandonarse, en actitud pasiva, a lo que ahora el olvidado Marshall McLuhan -sagaz profeta del signo que tomaría la cultura de hoy- llamaba “el baño de las imágenes”, esa entrega sumisa a unas emociones y sensaciones desatadas por un bombardeo inusitado y en ocasiones brillantísimo de imá-
genes que capturan la atención, aunque ellas, por su naturaleza primaria y pasajera, emboten la sensibilidad y el intelecto del público”. De este modo va esculcando el esqueleto de eso que reemplazó una cultura donde, como dice Vargas Llosa, las reflexiones profundas fueron invadidas hasta su exterminio por el entretenimiento. Luego de introducirnos en esas precisiones apunta contra el periodismo y su crisis. Él le encuentra las costuras al oficio desde la elección de sus agendas y el tratamiento de sus temas. “Las noticias pasan a ser importantes o secundarias sobre todo, y a veces exclusivamente, no tanto por su significación económica, política, cultural y social como por su carácter novedoso, sorprendente, insólito, escandaloso y espectacular”, así empieza a sepultar al oficio que, sin duda, no solo ha encontrado en Vargas Llosa a su detractor.
“¿De qué manera ha influido el periodismo en la civilización del espectáculo y ésta en aquel?”, se pregunta. Y se contesta lapidario: El periodismo de nuestros días, siguiendo el mandato cultural imperante, busca entretener y divertir informando, con el resultado inevitable de fomentar, gracias a esa sutil deformación de sus objetivos tradicionales, una prensa también light, ligera, amena, superficial y entretenida que, en los casos extremos, si no tiene a la mano informaciones de esta índole sobre las que dar cuenta, ella misma las fabrica. Valdría destacar, en este caso, que al lector se lo entiende desde una lógica de mercado y la información, el insumo fundamental del periodismo, alcanzó o degeneró en una categoría de mercancía por la que se paga. Para Vargas Llosa este es un fenómeno de vieja data. Aunque apunta su crecimiento como un
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venTAna De las palabras a los hechos
RECOMENDADOS
¿DÓNDE EMPIEZA LA PREGUNTA? (2) MARÍA DEL PILAR COBO
Gabo y Fidel, 2004 Esteban Panichelli Este libro intenta desentrañar los lazos que unen a estos personajes de la historia contemporánea de América Latina y del mundo. ¿Cómo es que Fidel y García Marquez se hicieron tan amigos? La respuesta podría ser que la amistad, como el amor, es un sentimiento que no atiende a razones.
hecho reciente. “¿Pero qué decir de un fenómeno como el de ¡Hola!? Esa revista que ahora se publica no solo en español, sino en once idiomas, es ávidamente leída -acaso sería más exacto decir ojeada- por millones de lectores en el mundo entero -entre ellos los de los países más cultos del planeta como Canadá e Inglaterra- que, está demostrado, la pasan muy bien con las noticias sobre cómo se casan, descansan, recasan, visten, desvisten, se pelean, se amistan y dispensan sus millones, sus caprichos y sus gustos los ricos, triunfadores y famosos de este valle de lágrimas”, ejemplifica. Pero no solo este es un espacio en el que se persigue las banalidades de los famosos o ricos; también es un escenario para lo que ahora se llama la crónica policial: aquellos hechos en los que se evidencian crímenes sangrientos, ajusticiamientos en pueblos remotos, infidelidades o violaciones. Vargas Llosa critica este fenómeno, patente en las plataformas informativas, basado en un ícono del periodismo: “Este periodismo -escribía Tomás Eloy Martínez- sigue esforzándose por convertir a las víctimas en piezas de un espectáculo que se presenta como información necesaria, pero cuya única función es saciar la curiosidad perversa de los consumidores del escándalo”.
Los años, 2009 Virginia Woolf Una obra maestra y también la novela más popular de Virginia Woolf. Publicada en 1937 narra la historia de tres generaciones de la familia Pargiters desde el año 1886 hasta el comienzo de la II Guerra Mundial. Woolf lleva a cabo un juicio severo y minucioso de la sociedad británica de finales del siglo XIX.
Y, siguiendo aquella lógica, la de la exposición del escándalo, Vargas Llosa propone un razonamiento del vigor económico del que gozan ciertas publicaciones ‘amarillistas’: “Señalo una tendencia que marca el quehacer periodístico de nuestro tiempo, sin desconocer que hay diferencias de profesionalismo, de conciencia y de comportamiento ético entre los distintos órganos de prensa. Pero la triste verdad es que ningún diario, revista y programa informativo de hoy puede sobrevivir -conservar un público fiel- si desobedece a una manera absoluta los rasgos distintivos de la cultura predominante de la sociedad y el tiempo en el que opera”.
Tapa de la edición Alfaguara.
Un lugar llamado nada, 2006 Amy Tan Como es habitual en su narrativa, en este texto la escritora explora las relaciones de madres e hijas, narrando la historia de una mujer de San Francisco que planea viajar por Asia con un grupo de amigos. Pero ella muere antes del viaje, lo que no es óbice para que los acompañe en el viaje como narradora fantasma.
He ahí, quizá, una de las explicaciones del porqué las publicaciones que se precian de etiquetarse como serias, aquellas en donde los temas políticos, económicos, culturales, simplemente están en su ocaso, por no decir ante su inmediata muerte. El texto también hace foco en una clasificación de la cultura: la oficial y la popular, basado en lo que plantearon los críticos literarios provenientes de la sociología. “Ellos establecieron que cultura era la suma de creencias, conocimientos, lenguajes, costumbres, atuendos, usos, sistemas de parentesco y, en resumen, todo aquello que un pueblo dice, hace, teme y adora”. Eso en lugar del representar un logro para el autor es una ganancia menor al llegar al consenso de que toda manifestación humana es cultural. “Vivir en la confusión de un mundo en el que, paradójicamente, como ya no hay manera de saber qué cosa es cultura, todo lo es y ya nada lo es. ¿A qué viene todo esto? Pues el autor dice que hasta los contenidos más corrientes se asumen como relevantes; aquel grado de frivolidad se torna proporcional al tema tratado. Varios autores, entre ellos Jorge Volpi, han criticado el escrito de Vargas Llosa que, sin duda, cumplió su cometido: ser un texto provocador.
Hoy continuaré revisando los casos dudosos relacionados con la ubicación del signo de interrogación de apertura. La semana pasada vimos tres casos: vocativos, expresiones de confirmación y oraciones introducidas por expresiones como en cuanto a, en referencia a, etc. Ahora veremos un par de casos más que menciona la Ortografía de la RAE. Empecemos por el caso de los conectores, que es el que mayor duda genera. Recordemos que los conectores son aquella palabra o conjunto de palabras que se usan para ligar ideas. La mayoría de oraciones introducidas por estas expresiones conectivas se escriben fuera de la pregunta, por ejemplo: ‘A pesar de todos los inconvenientes, ¿tuvieron un buen viaje?’ o ‘En primer lugar, ¿estás dispuesto a esforzarte?’. Sobre este tema, la Ortografía menciona un caso especial: cuando las conjunciones y, pero, o y mas funcionan como conectores. En esta situación especial, es preferible escribirlas dentro de la oración, así: ‘La invitación es a las dos, ¿pero puedes venir antes?’ u ‘Hoy comeremos carne, ¿o prefieres algo más?’. Aunque el uso más común actualmente es escribir estas conjunciones dentro de la pregunta, también se las puede escribir fuera de ella, así: ‘La invitación es a las dos, pero ¿puedes venir antes?’ u ‘Hoy comeremos carne, o ¿quieres otra cosa?’. Notemos que en estos últimos casos, no se escribe coma antes del signo de interrogación. Finalmente, los signos de interrogación se ubican luego de adverbios o expresiones adverbiales que afectan a toda la oración y se refieren a actitudes. Veamos un par de ejemplos: ‘Sinceramente, ¿piensas que tomaste la mejor decisión?’ u ‘Objetivamente, ¿crees que ganará las elecciones?’. En estos ejemplos podemos observar que luego del adverbio se escribe siempre coma. Para concluir, estos casos de los signos de interrogación también se aplican a los de admiración. El uso no es tan complicado, solo es cuestión de reflexionar un poco acerca de nuestro idioma y la lógica que nos impone su genio.
María del Pilar Cobo (Quito) Profesora de Redacción, lexicógrafa y correctora de textos. Máster en Edición de la U. de Salamanca, Magíster en Lexicografía Hispánica de la Escuela de Lexicografía Hispánica de la RAE, ex becaria de la Academia Ecuatoriana de la Lengua y ha colaborado en varios proyectos lexicográficos. Miembro fundadora de la Asociación de Correctores de Textos de Ecuador (Acorte). Preguntas y sugerencias: pilicobo@gmail.com
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venTAna
Quién mató a Kurt Cobain Nirvana fue un hito del siglo XX y el producto de un sistema que usó a su cantante para vender más y aplacar a un pueblo sometido a inequidades
DIEGO CAZAR BAQUERO
a Seattle de los cincuentas, sesentas y setentas no era todavía una gran metrópoli, pero había dado a luz a Jimi Hendrix, uno de los más virtuosos guitarristas del planeta, revolucionario de la estética del género y verdadera estrella del escenario. Cuando Hendrix murió, en septiembre de 1970, en Londres, un niño de melenita rubia, introvertido, curioso y sensible, nacido en Aberdeen, muy cerca de Seattle, estaba a cinco meses de cumplir cuatro años y escuchaba a su madre tararear canciones de The Beatles mientras esperaban a su padre para cenar juntos... En Aberdeen las cosas no pintaban tan bien. Al muchacho rubio y ahora hipersensible le tocó sufrir a los ocho años la separación de sus padres y poco después vagar por las calles durmiendo donde hubiera lugar, pues sus padres lo abandonaron en la misma Seattle donde todo no era color de rosa para todos. En los ochenta y principios de los noventa, la ciudad se había convertido en un centro de progreso constante. Gestaba con ahínco el membrete de símbolo de la ‘new economy’ con que se mostraría al mundo, pero los contrastes sociales de un modelo de desarrollo que acelera la producción de bienes y descuida el bienestar de sus ha-
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bitantes marcó la reacción de muchos de ellos, especialmente la de algunos jóvenes que vivían en los suburbios y en los espacios underground y sorbían de los desechos de un progreso superficial, alimentaban sus resentimientos ante un sistema hostil y excluyente y lo expresaban como pudieran. Las manifestaciones artísticas fueron síntomas de la (mala) salud de una metrópoli en auge, sobre todo, su música. Soundgarden, Sonic Youth, Mudhoney, entre otras decenas de bandas regadas por los clubes nocturnos y en los garajes, reproducían las escenas que habían visto en televisión, pero en versiones sucias. Sus grandes ídolos de los sesentas y setentas ya lo habían hecho cuando ellos eran apenas unos críos: se lanzaron sobre el público (Jim Morrison), arrojaron al suelo los pedestales de micrófono (Ozzy Osbourne), destruyeron sus instrumentos en vivo (The Who), se travistieron (Freddie Mercury, David Bowie, Elton John...), tocaron las cuerdas con los dientes y quemaron guitarras (Jimi Hendrix)... La de Seattle era una reacción distinta a la que significó el fenómeno del rock británico y la ola que más adelante llegó a Estados Unidos. En Seattle, en cambio, una generación entera necesitaba seguir a alguien que no hiciera solos muy complicados ni que escribiera cosas muy poéticas. Necesitaban seguir a alguien que no poseyera mayores cualidades artísticas para que pudiera estar más cerca de la gente de a pie. Toda una generación en Seattle necesitaba identificarse con un ídolo básico, que se le pareciese mucho. Así, la imagen del rockstar se convirtió en la del adolescente disfuncional. Cobain era el modelo perfecto del adolescente asocial que no cree en la ruptura de la idea convencional de la familia, era el niño huérfano del mundo, el perfecto modelo de la rebeldía hacia adentro, el potencial suicida que ha sido fabricado por un sistema injusto. Claro, había un aparato de mercado vigente que puso a
El líder de Nirvana halló en la escritura de sus letras y en los riffs repetitivos de su guitarra un proceso de catarsis para su amargura.
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venTAna funcionar muy bien su olfato y descubrió en los ojos azules de Cobain, en las melodías que imponía a sus ritmos arrastrados y en su nostálgica pretensión de ser músico, a una mina de oro que podía sacar de la miseria a más de uno de esos astutos negociantes. Obviamente, ni Kurt, ni los muchachos de Nirvana lo supieron a tiempo. Talvez Kurt nunca lo supo, pues mientras canalizaba su situación en un mundo que no comprendía y que le era hostil, tocando una guitarra y cantando versos amargos, de desencanto y de violencia, los medios masivos lo trepaban a la palestra de ese mainstream que él jamas vislumbró. Fueron esos medios babeantes por rating los que obviaron las razones fundamentales del surgimiento y desarrollo del fenómeno grunge en Seattle. ¿Por qué hay quien asegura que el movimiento nació en Seattle
Nirvana no llega a los talones a las de Joplin, Morrison o Hendrix? Nirvana, más que un grupo de rock, es un efecto social. El “sonido Seattle” es una fabricación mediática de una marca turística más que un fenómeno artístico. El fenómeno Cobain es una respuesta a la violencia de un modelo de vida, es más bien una respuesta social a un problema económico. La pujante Seattle arrojó el síntoma de las injusticias que invadieron sus calles en forma de música adolescente (Smells like teen spirit) y usó esa reacción ingenua de la juventud para revertirla y anestesiar el problema. Marc Arm, vocalista de Green River, en 1981, describió al estilo de su banda como “Pura basura, pura mierda”, en una carta que envió a una revista especializada, y luego, el sello Sub Pop, meca de los músicos postpunk de Seattle, la instituyó. Pero esa sola palabra
Kurt Cobain fue hallado muerto por su pareja, la cantante Courtney Love, en su departamento de Seattle, en abril de 1994, tras la ingesta de pastillas y un disparo.
con Nirvana, cuando la escena alternativa ya era sustanciosa en esa ciudad? Nirvana, es cierto, lo tornó más digerible, le quitó las asperezas del punk con dosis melódicas más poperas y exageró el recurso de la reiteración en los versos. Sin saberlo, hizo material fácil de vender en las radios perezosas y ambiciosas del mundo. ¿Por qué los cronistas e historiadores de la música se han empeñado en ubicar a Cobain entre los del llamado Club de los 27, si -vamos a ser honestos y más allá de lo subjetivo- la obra musical de
que da origen a una época en la historia del rock mundial era la demostración de que esos espíritus adolescentes no tenían otra manera para responder al sistema de desigualdad e hipocresía en el que les tocó crecer: a la mierda, con mierda. El espíritu adolescente de Cobain sabía que (para citar a Yorke, de los Radiohead) no pertenecía aquí, no era parte de este mundo. Su hipersensibilidad lo superaba, el potencial suicida debía, de alguna manera, consumar su insatisfacción frente a la vida y así lo
hizo: su fuga primera fue la ilusión de la música, la ilusión de ser músico. Su fuga definitiva fue el suicidio, y en su carta final lo explicita: “Soy consciente de que yo, nosotros (Nirvana), hemos gustado a mucha gente. Debo ser uno de aquellos narcisistas que sólo aprecian las cosas cuando ya han ocurrido. Soy demasiado sencillo. Necesito estar un poco anestesiado para recuperar el entusiasmo que tenía cuando era un niño. En estas tres últimas giras he apreciado mucho más a toda la gente que he conocido personalmente, que son fans nuestros; pero a pesar de ello no puedo superar la frustración, la culpa y la hipersensibilidad hacia la gente. Sólo hay bien en mí y pienso que simplemente amo demasiado a la gente. Tanto, que me siento inmensamente triste”. 18 años después de que Kurt se pegara un tiro en su departamento de Seattle, vemos a una ciudad que protagonizó uno de los acontecimientos más importantes en la historia del movimiento antiglobalización, cuando en noviembre de 1999 (cinco años después del fin de Nirvana o del suicidio de Kurt) más de 50.000 manifestantes se opusieron a las políticas del modelo capitalista en las afueras del recinto donde se celebraría la Ronda del Milenio, de la Organización Mundial del Comercio (OMC). El hecho se convirtió en un cisma a escala mundial, pues no era previsible una reacción popular de tal magnitud. La sesión internacional debió suspenderse, cientos de personas fueron detenidas y se registró una pérdida en daños materiales de alrededor de 2 millones de dólares. Un año después, la Asamblea del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, en Praga, también se tuvo que clausurar ante la arremetida de más de 10.000 personas que se manifestaron contra el sistema, siguiendo el ejemplo de Seattle. Ahora quedan dignos herederos de la época en nombres como Pearl Jam, Mudhoney, The Melvins, Hole, Stone Temple Pilots, Soundgarden, Alice in Chains y The Smashing Pumpkins, los músicos. Nirvana murió cuando el mercado mató a un adolescente disfuncional para fabricar a una estrella.
RECOMENDADOS Black Propaganda, 2012 Oscar Mulero Con este álbum Mulero vuelve a su techno más duro, oscuro, más industrial, con sonidos rotos, repetitivos, antinaturales. “La idea de este trabajo era hacerlo más orientado a la pista de baile, así que el proceso ha sido más fácil y corto”, ha dicho él.
Fuego de campamento, 2012 Pájaro Jack Este álbum revela la vía del folk ecológico, o folk scout, como también se denomina a este género. “Hemos pasado de Simon And Garfunkel a Crosby, Still & Nash”, y de ahí de vuelta a Bob Dylan, que se refleja en el tema “Las luces” y “Anikuni”.
Ego, 2012 Flavio Rodríguez El disco es un brillante ensayo de R&B adulto y moderno con el que Rodríguez demuestra su talento. Una colección de temas entre los que sobresalen “Hipnótico” o “Vuelo”, que señalan al artista como la figura más relevante del género rap en España.
Solo volar, 2012 Calima Con la base flamenca que caracteriza el sonido de este grupo, sazonado con ricos elementos mediterráneos y cocinado con aires de ida y vuelta. Es un disco producido por Juanlu "Canijo" y creador de la mayoría de las canciones que componen el álbum. R.I.P., 2012 Actress Las letras de este álbum hablan pérdidas, de espiritualidad, el pecado, el arrepentimiento (la portada representa a un penitente) y la magia en un contexto de música instrumental más bien abstracta, y lo sorprendente es que consigue impresionar al oyente.
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El horror de Kiyoshi Kurosawa El japonés Kiyoshi Kurosawa ha creado una extensa producción cinematográfica enfocada principalmente en el cine de terror urbano iyoshi Kurosawa, destacado director de cine japonés, creador de una producción cinematográfica enfocada principalmente al cine de horror. Nació en Kobe en 1955 y aunque comparten el mismo apellido con su famoso compatriota Akira Kurosawa, no tienen ninguna vinculación familiar. Kurosawa comenzó a dirigir películas de 8mm mientras estudiaba Sociología en la Universidad de Rikkyo. Esos fueron también años de aprendizaje, junto a directores como Kazuhiko Hasegawa y Shinji Soma. En 1989 realizó “Sweet Home”, filme que fue el origen del videojuego homónimo que inspiró la serie Resident Evil (Biohazard). En 1992 fue a los Estados Unidos para estudiar dirección y tras su vuelta a Japón dirigió, entre 1996-97, una serie de películas para la televisión denominada Shoot Yourself (Katte ni shiyagare!!), donde estableció las bases de su original estilo que ha sido comparado al de Stanley Kubrick y Andréi Tarkovsky, aunque él nunca ha reivindicado la influencia de estos directores en su obra. Sin embargo, admitió en una entrevista que las características del cine de Alfred Hitchcock y Yasujiro Ozu han contribuido a dar forma a su personal visión fílmica. Kurosawa llamó la atención mundial de los públicos cinéfilos a partir de su participación en el Festival Internacional de Rotterdam en 1997 con su película de culto “Cure”, a la que
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Jun Fubuki interpretando a una apacible ama de casa en ”Seance” (2000), la película de Kiyoshi Kurosawa, gran referente del cine de horror. Su contribución a la cinematografía japonesa agrupa casi una veintena de filmes.
previamente había presentado en el Festival Internacional de Tokio y por la que obtuvo el premio como Mejor Director en el Festival de Cine de Yokohama. En “Cure” el realizador japonés afirmó un estilo personal a partir de su inclinación hacia las descripciones apocalípticas y a los temas de identidad y de aislamiento social. Kurosawa marca al filme con un ritmo lento pero preciso y, al igual que su personaje, introduce paulatinamente al espectador en una especie de hipnosis visual, en una calculada y precisa puesta en escena. En su filmografía, que remite siempre a la soledad y la incomunicación, destacan Seance (Korei) (2000), Pulse (Kairo) (2001), Bright Future (Akarui Mirai, 2003), presentada a competición en el Festival de Cannes 2003; Doppelganger (2003), Loft (Rofuto) (2005) y Retribution (Sakebi) (2006), presentada en el Festival de Cine de Venecia 2006; "Tokyo Sonata" (2008). En la obra de Kurosawa también está Tokio, pero a diferencia de la Nueva York de Allen, que es protagonista, la del rea-
“Quizá sea mi visión positiva de la vida lo que se refleja en mis películas”
lizador japonés permanece en la claroscuro, una ciudad pavorosa, al límite, con interiores donde el mal se muestra exquisito. Una gran urbe que transmite una falsa imagen de cotidianidad, de seguridad ligada al hogar, pero al mismo tiempo es el lugar de circulación de criaturas que están más allá de lo sencillamente humano. En sus filmes hay temas recurrentes como el ecocidio y el holocausto nuclear, como en “Bright Future” (2003), con su proliferación de medusas en los canales de Tokio, y “Doppelgänger” 2003). Un ejemplo de la paranoia epidemiológica que caracterizó el Japón de la segunda posguerra, alcanza un grado altísimo en la formidable “Pulse”. Esta constante parecería que se quiebra en “Tokyo sonata” un himno a la vida en clave de realismo social. Sin embargo, a medida que transcurre la película el espectador nota que la propuesta del director es la misma de todos sus filmes, solo que utilizando un lenguaje distinto. Para el 2013 estrenará "Kanzen Naru Kubinagaryu no Hi", una obra en homenaje al género de la ciencia ficción, ha dicho el director japonés. (APC)
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venTAna RECOMENDADAS
Los colores de la montaña, 2011 Carlos César Arbeláez El director colombiano reconstruye el mundo de Manuel, un niño que ha visto desaparecer a sus amigos, que ya no asiste a la escuela, que es testigo de las presiones que sobre su padre ejercen los grupos armados. Una excelente película que habla de la realidad de millones de colombianos que han sufrido un conflicto interno desde 1948.
Voces inocentes, 2004 Luis Mandoki Este filme transcurre durante la guerra civil salvadoreña ocurrida en 1980 y se basa en la infancia del escritor salvadoreño Óscar Torres. La película aborda el uso de niños por parte del Ejército y también muestra la injusticia en contra de personas inocentes, obligadas a combatir en confictos en los cuales no tienen nada que ver.
Diarios de motocicleta, 2004 Walter Salles En 1952 un joven Ernesto Guevara y su amigo Alberto Granado deciden viajar en motocicleta por Argentina, Chile, Perú, Colombia y Venezuela. En el camino las realidades que miran son tan impactantes que el estudiante de medicina evoluciona en sus ideas de modo tan drástico, que al finalizar el periplo se ha convertido ya en el mítico Che Guevara.
Las pibas, 2012 Raúl Perrone Filme que retrata la vida cotidiana de dos muchachas acosadas y marginadas porque se aman. “No me interesaba su condición sexual, sino los convencionalismos de la sociedad, reflejados en los trabajadores de la fábrica donde una de ellas trabaja. Quería mostrar los prejuicios de los hombres hacia ellas”, explicó el cineasta.
El inimitable cine de Kaurismäki En Aki Kaurismäki se juntan las características del cine de autor. Sus filmes originales y personalísimos responden a una visión y a un modo de contar únicos ki Kaurismäki, escritor finlandés nacido en 1957, creador de una filmografía personal muy acorde al concepto de cine de autor. Está considerado el más importante cineasta de su país. Junto a su hermano Mika realizó “Valehtelija” (El mentiroso), un filme que revolucionó el cine finés en la década de los ochenta. Dotado de una visión singular para retratar escenas cotidianas donde los personajes, gentes comunes y corrientes, expresan sus pensamientos y sentimientos con pocas pala-
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Aki Kaurismäki (derecha) junto a Timo Salminen, su inseparable director de fotografía, en el rodaje de “Le Havre”.
bras. A veces una mirada reconcentrada o hasta una tos le bastan al director para remarcar alguna situación dramática. Esta particular forma de hacer cine necesita de mucha cooperación y el cineasta encontró en Kari Väänänen, Markku Peltola y Kati Outinen, intérpretes habituales de sus filmes, los actores ideales para su trabajo. Su filmografía, que retrata
las clases sociales más desfavorecidas, abarca el melodrama, el cine negro, las road movies. Entre su producción están: “Ariel” (1988), “La chica de la fábrica de cerillas” (1989) y “Nubes pasajeras” (1996). Aunque ha hecho adaptaciones de clásicos de la literatura como “Crimen y castigo”, de Dostoievski, y “Hamlet va de viaje de negocios”, su cine es
básicamente minimalista, realizado con pocos elementos. Kaurismäki asume todo el riesgo en su labor: escribe, dirige y produce sus películas, es decir, ejerce un control total de sus historias y de los actores, de quienes dice que no son ellos quienes improvisan sino él, esto da una idea de ese inflexible dominio sobre el resultado final de su trabajo. (APC)
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El encanto de un paraíso a la mano
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n la antigua estética sublime de los siglos XVIII y XIX, los artistas mostraron el mundo natural como una belleza amenazante, luego los del siglo siguiente el surrealismo. Esta visión es la que Fernando Espinosa Chauvin muestra en su nueva obra sobre las Islas Galápagos. Un mundo surrealista donde la majestuosidad y furia de la naturaleza de las Galápagos se enfrenta a una lectura dinámica y creativa. Fernando Espinosa Chauvin ha transformado los alrededores desconocidos y agrestes en un tema atractivo, creando imágenes de gran poder y de inquietante belleza, son visiones minimalistas y elegantes con un enfoque casi místico, nostálgico y romántico de la vida y el paisaje mismo. Para enganchar al espectador a sus fotografías, Fernando Espinosa hace uso de la tecnología, y de este modo crea una estructura diferente donde las imágenes revelan patrones en la vegetación y paisaje, produciendo un montaje natural que serían invisibles para el ojo humano, estos patrones y texturas, ayuda a indicar el
compromiso espiritual y emocional de Fernando con el mundo natural y su capacidad de grabar, conectar y revelar. Fernando Espinosa Chauvin es quiteño, desde hace mucho vive en Nueva York. A los 12 años de edad obtuvo la primera cámara fotográfica en sus manos y desde entonces no la ha soltado convirtiéndose en uno de los maestros contemporáneos de la imagen en nuestro medio, donde siempre retorna e imparte Talleres de Iluminación y Estética. Empezó como fotógrafo profesional de diferentes agencias de modelos internacionales, como Ford Models, Elite Model Management, IMG, Next y otras, su trabajo también recogió temas arquitectónicos y conceptuales. Sus fotografías han sido publicadas en revistas y catálogos de Estados Unidos y Ecuador. En 2006 publica el libro Afrodisíaco, una apuesta por registros más contemporáneos en la fotografía ecuatoriana. En 2007 expone en Nueva York (The Gates) y 2008 presenta su trabajo de Drag Queens en Quito y en Nueva York. En 2009 lanza su libro Dubrovnik en Croacia. Su exposición fotográfica se la presentó en Sydney, Canberra, (Australia) y Seoul (Korea).
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LUNES
Semana del 6 al 12 de agosto de 2012
agENda
Agosto, mes de las artes se traslada a Colombia
Durante treinta días la pintura, el cine, la danza, el teatro, la literatura y la gastronomía ecuatorianas se revelarán en el país de Gabo
Agosto Ecuatoriano en Bogotá La muestra más grande de la cultura y el arte ecuatorianos se tomarán escenarios y lugares de la capital colombiana del 2 al 31 de agosto. Fotografía, pintura, cine, teatro, música, literatura, danza y gastronomía conforman la gran oferta cultural y artística organizada por la Embajada del Ecuador en Colombia. Durante el mes de agosto el público colombiano tendrá la oportunidad de asistir a diversas actividades que incluyen
asesinato de Eloy Alfaro. “Taller de la Retina” de Francois Laso, Juan Antonio Serrano y Santiago Serrano. Homenajes
Jorgenrique Adoum, a los tres años
Raúl Vallejo, escritor y actual embajador del Ecuador en Colombia. Taller de gastronomía ecuatoriana
Conducido por Javier Segovia, este acto tiene el apoyo de la Academia de Gastronomía colombiana.
Exposición de pintura
Arte y ecología. Del 3 al 13 de agosto en el Domo Cultural del Jardín Botánico. Tres pintores ecuatorianos residentes en Bogotá -Aníbal Endara, Juan Castillo y Nelson Montoya Presentaciones de libros
“Breve historia contemporánea del Ecuador”, de Jorge Salvador Lara. “La muerte del cóndor”, de José María Vargas Vila. En el centenario del
Espectáculos escénicos
“Eloy Alfaro, desde la memoria”, dirigido por Alberto Caleris. Música, narración y danza. “Diálogo para ciudadanos despistados”, de Arístides Vargas. Teatro callejero. Cinco conversatorios
fallecimiento de uno de los mayores poetas ecuatorianos del siglo XX. José Luis Díaz Granados y Pocho Álvarez dan testimonio de este gran intelectual. Jorge Salvador Lara, historiador, ex canciller y escritor ecuatoriano fallecido recientemente. Jorge Núñez habla del multifacético personaje. Cuatro charlas sobre autores ecuatorianos
El poeta Iván Oñate, presentado por Roberto Rubiano. El literato Raúl Pérez Torres, presentado por Guido Tamayo. El narrador Santiago Páez, presentado por Pedro Badrán. Miguel Ángel Manrique dialogará con
MARTES Teatro Infantil Un balón blanco
Donde: Studio Theater (AH) Hora: 11:00 Costo: $ 5
Del 13 al 29 de agosto Cinco cineastas invitados: El documentalista Pocho Álvarez trae una restrospectiva de su obra; Tania Hermida preestrena “En el nombre de la hija”; Sebastián Cordero exhibe “Rabia”, Juan Rhon presenta “¿Quién es X. Moscoso?”, el colombiano Pablo Mora comparte su trabajo documental producto de una experiencia en una comunidad del pueblo Cofán; y Xavier Andrade habla de George Febres, presentando un documental basado en su investigación sobre este singular artista ecuatoriano.
HOJA DE VIDA
Manuela en el teatro, con dramaturgos, directores y actrices que han abordado para las tablas el personaje de Manuela Sáenz. La herencia africana en la música de los países andinos, con propósito del lanzamiento del CD “De la misma sangre”. Panorama de la fotografìa documental ecuatoriana Francois Laso, Xavier Andrade y Mijail Vallejo, a propósito del lanzamiento de la colección de libros de fotografía “El taller de la retina. ¿Existe algo a lo que se pueda llamar cine ecuatoriano? Tania Hermida y Juan Martín Cueva. ¿Existe algo que se pueda llamar fotografía ecuatoriana? Alejandro Reinoso y Juan Antonio Serrano. El cine documental y la realidad con Pocho Alvarez, en la Casa de la Cultura de Ciudad Bolívar, con el festival Ojo al Sancocho.
Muestra de diez documentales
Guayaquil
Quito
Haciendo del jazz un hábito
Cuba: Nuevo milenio
La Sala Zaruma del Teatro Sánchez Aguilar acoge al grupo Vam Jazz Quartet, conformado por Fernando Alvarado (contrabajo), Jenny Villafuerte (voz), Gustavo Vargas (piano) y Carlos Bravo (batería).
Las funciones son en la Casa de la Cultura Ecuatoriana
Café Concert
Quito
El Teatro del Cromasol presenta los días 4, 5, 11 y 12 de agosto la obra “Un balón blanco”. Las funciones son en la Asociación Humboldt.
La serie “La belleza de sentir” realiza los perfiles de diez escritoras ecuatorianas, y sirve de soporte para tres charlas sobre escritores del Ecuador.
Ciclo de cine ecuatoriano
Muestras fotográficas
La imagen cuenta/Latitudes. Del 2 al 27 de agosto en el Centro Cultural García Márquez, cinco fotógrafos exponen su trabajo sobre ciudades y parajes de otras latitudes desde una mirada ecuatoriana. Fotografía a cielo abierto. Del 8 al 31 de agosto en la avenida Jiménez Exposición al aire libre de trece fotógrafos ecuatorianos. Otro cielo no esperes. Del 4 al 31 de agosto en la librería del Fondo de Cultura Económica. Francois Coco Laso indaga en las manifestaciones populares de la fe durante la Semana Santa en Quito.
sobre escritoras ecuatorianas
Donde: TSA Hora: 19:00 Costo: $ 15
Cine
La edad de la peseta
Director: Pavel Giroud Páginas del diario de Mauricio
Director: Manuel Pérez Paredes Donde: Casa de la Cultura Hora: 17:00, 19:30 Costo: Gratis
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Semana del 6 al 12 de agosto de 2012
Guayaquil
Quito
Quito
Teatro infantil
Música
Cine
El gran show de Matambre
Gilberto Gil
Raquel Rodríguez y William Calderón, dirigidos por Carlos Gallegos, escenifican una comedia para al público infantil que cuenta la historia de Raketa y Tornikete, dos clowns vagabundos (casi) muertos de hambre que viven mil y una peripecias.
El gran cantautor brasileño se presentará, en el Teatro Nacional Sucre, el 9 de septiembre. Este artista ha tenido un papel clave en el proceso de modernización de la música popular brasileña. Ritmos del nordeste de Brasil, como la balada, la samba y la bossa nova, fueron fundamentales en su formación. Gilberto Gil, utilizando esa influencia como punto de partida, forjó y sigue desarrollando su propia música, incorporando rock, reggae, funk y ritmos de Bahía, como el afoxé.
Donde: TCA Hora: 11:00 Costo: $ 7
JUEVES
MIÉRCOLES
agENda
Quito Cine Cuba: Nuevo milenio Las funciones son en la Casa de la Cultura Ecuatoriana Bailando cha cha cha
Donde: TNS Hora: 18:00 Costo: $ 60, $ 40, $ 25
Director: Manuel Herrera Mercedes es una profesora particular de música que sueña con el regreso de su esposo Ramiro, quien no ha dejado de escribirle y mandarle dinero. Donde: CCE Hora: 17:00 Costo: Gratis
Cuba: Nuevo milenio
Las funciones son en la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Páginas del diario de Mauricio
Director: Manuel Pérez Paredes La película trata sobre la historia reciente de Cuba, sus avatares desde la caída del Muro de Berlín y el desmoronamiento de la URSS. Donde: CCE Hora: 17:00 Costo: Gratis
Guayaquil Cine
Guayaquil Música Ciclo de grandes voces En la Sala Principal del Teatro Sánchez Aguilar se presentará, el jueves 9 de agosto, la cantante ecuatoriana Patricia González, en un concierto que interpretará pasillos, boleros, tangos, entre otros géneros musicales.
Donde: TSA Hora: 20:30 Costo: $ 60, $ 45, $ 30
Wanko: The Story of Me, My Family and My Dog
Director: Isamu Nakae Japón, (2011), 123 minutos La familia Noyama tiene un hostal pequeño en Miyakejima. El padre, Matsuo Noyama, siempre recibe a los visitantes que llegan en ferry. En agosto de 2000 entra en erupción un volcán devastado en la isla. La familia debe huir de la isla rápidamente y Rock desaparece. Empieza una nueva vida en Tokio, pero echa de menos su casa en Miyakejima. Donde: Maac Cine Hora: 17:00 Costo: Gratis
Loja Cine Festival de Cine Argentino
Los métodos de dominación del establecimiento Clara exposición de los mecanismos que el poder usa para manipular y someter a los ciudadanos
Guayaquil Cine foro barricada Zeitgeist I
Director: Peter Joseph Estados Unidos, 2007, 118 minutos Plantea la existencia de mecanismos de dominación absoluta dentro de las instituciones de control social convencionales. El filme, más que centrarse en si las intenciones son ocultas o manifiestas, explora los métodos de manipulación y convencimiento individual.
Donde: Maac Cine Hora: 17:00 Costo: Gratis
La Casa de la Cultura de Loja ha organizado una muestra de cine argentino, a partir del 13 de agosto, evento coordinado con la Cinemateca Nacional, en cooperación con la Embajada de la República de Argentina en Ecuador. Las películas que se proyectarán son: “Un cuento chino (2011) que ha obtenido los siguientes premios: Festival de Roma: Mejor película, Premio del público y Premio Goya: Mejor película iberoamericana. “Dos hermanos” (2009) “El hombre de al lado (2009) “El Mural” (2010) “Paco” (2010). Donde: CCE de Loja Hora: 18:30 Costo: Gratis
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VIERNES Loja Mes de la Cultura Encuentro de Música Andina
Jueves 9 de agosto
Poético filme sobre la sociedad japonesa El director japonés presenta un filme que explora las relaciones familiares en un Japón que oscila entre el pasado y presente
Muestra de Fotografía y Cine
Viernes 17 de agosto Recital de Poesía y Oratoria
DOMINGO
agENda Guayaquil Encuentros Noche Italiana
El próximo 16 de agosto la Sala Experimental del Teatro Centro de Arte se vestirá de fiesta y celebrará por todo lo alto a Italia, uno de los países que más ha contribuido al arte universal en el mundo. Donde: TCA Hora: 20:30 Costo: $ 20
Viernes 24 de agosto Lugar: Plaza de Santo Domingo Donde: PSD Hora: 17:00 Coso: Gratis
Guayaquil
Guayaquil
Cine japonés
Cine japonés
El diario de un dulce viaje (Ekurêru: Okashi hourouki)
El viaje de Haru
Director: Akio Kondo Japón, 2011, 107 minutos Basada en una novela autobiográfica de Shigeru Nishimura, narra la historia de Akio, un niño huérfano que es enviado a un reformatorio, del cual se escapa.
Director: Masahiro Kobayashi Japón, 2010, 134 minutos Narra la historia del anciano pescador Tadao y su nieta Haru, que viven en un pequeño pueblo de pescadores en Hokkaido, al norte de Japón. Ni él está contento con su nieta ni Haru con tener que cuidar al anciano. Ella pierde su trabajo y decide mudarse a Tokio, donde podrá encontrar mejores oportunidades. Tadao se niega a ir a la capital, los dos van en busca de otro miembro de la familia para que cuide del abuelo. En un recorrido lleno de discusiones y sorpresas, el anciano revive la angustia de un pasado doloroso y Haru, poco a poco, comprende mejor a su abuelo.
Donde: Maac Cine Hora: 17:00 Costo: Gratis
Donde: Maac Cine Hora: 20:00 Costo: Gratis
Malkovich llega a Guayaquil
SÁBADO
“Las variaciones de Giacomo” en el escenario del Sánchez Aguilar
Guayaquil
Quito
Guayaquil
Guayaquil
Cine
Música clásica
Cine japonés
Ópera
Lumumba
Hilary Hahn en concierto
Variaciones de Giacomo (Casanova)
Director: Raoul Peck Haití, Francia, Bélgica, Alemania, 2000, 115 minutos, Patrice Lumumba, héroe de la independencia congolesa, es todavía un joven cuando los primeros sobresaltos de la descolonización lo ponen al frente de la escena política internacional. Nombrado primer ministro de uno de los países más ricos de África, su destino de héroe trágico parecía ya estar decidido. Tras pasar tres años en el poder será asesinado.
El Teatro Nacional Sucre acoge el próximo 15 de septiembre a la violinista norteamericana Hilary Hahn. En 1990, a los 10 años de edad, fue admitida en el Curtis Institute of Music de Filadelfia, donde estudió bajo la tutela de Jascha Brodsky durante los siguientes 7 años. Su debut internacional fue en 1995, cuando interpretó junto con la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera, bajo la dirección de Lorin Maazel, el Concierto para violín y orquesta de Beethoven.
Las bailarinas hawayanas de Fukushima
Donde: Maac Cine Hora: 17:00 Costo. Gratis
Donde: TNS Hora: 19:30 Costo: $ 100, $ 80, $ 50
Director: Masaki Kobayashi Japón, 2011, 100 minutos ¿Qué puede hacerse ante un desastre nuclear? Rie Omori tiene una respuesta: bailar el hula. Donde: Maac Cine Hora: 17:00 Costo: Gratis
El actor estadounidense John Malkovich, interpretará al famoso Casanova en “Las variaciones de Giacomo”, combinación de ópera y obra que se escenificará en el Teatro Sánchez Aguilar desde el 30 de agosto hasta el 1 de septiembre. El montaje gira alrededor del mítico seductor, quien en su lecho de muerte rememora su vida y su obsesión por la escritora Elisa von der Recke, la mujer de su vida. Casanova que fue poeta, escritor, militar, diplomático, además de contemporáneo de Mozart, ha pasado a la historia por sus elegantes conquistas amorosas, que según su autobiografía, ascendió a 132 mujeres.
Donde: TSA Hora: 20:30 Costo: $ 180, $ 160, $ 140, $ 100