Cartón Piedra

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domingo 30 de diciembre del 2012 → Nº N: 000 063

cartóNPiedra

Un espacio suscitador para pensar en voz alta

→Entrevista

a los pensadores Antonio Negri y Michael Hardt. Panorama de la literatura y del cine ecuatoriano. Reseña de la vida y obra del músico Lead Belly. Perfil del pintor peruano Víctor Humareda: el huésped de la 283



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ínDIce Entrevista a Antonio Negri y Michael Hardt Reproducimos la entrevista que Fabián Darío Mosquera realizó a dos de los más representativos pensadores de la teoría crítica y cultural a nivel mundial. Ambos estuvieron el pasado mes de noviembre en Quito dictando una conferencia.

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18 Ventana Un vistazo a los acontecimientos literarios que causaron mayor polémica en todo el mundo, desde los comentarios de la viuda de Borges, hasta los olvidos de García Márquez. En el campo del cine presentamos una reflexión sobre las últimas producciones hechas en el 2012.

24 8 Poesía y narrativa ecuatoriana en el 2012 Un panorama que se niega a nombrarse de tal modo nos presenta Santiago Vizcaíno, quien recorre las últimas publicaciones de varios escritores, los diferentes encuentros y festivales literarios que se han generado, así como la emergencia de nuevas propuestas editoriales independientes.

Víctor Humareda: el huésped de la 283 En la sección de creación, nuestro colaborador Víctor Vimos expone el perfil del pintor peruano Víctor Humareda, expresionista de la generación del 50 que bien empata con la tradición ecuatoriana. Su mito, como pintor maldito y marginal, lo ha llevado a mantenerse vigente en la tradición pictórica del sur.

13 A p u n t e s c r í t i co s s o b r e e l c a m p o d e l a c u l t u r a Desde la mirada crítica de diversos proyectos académico-intelectuales como los estudios culturales, el proyecto modernidad/colonialidad, el pensamiento poscolonial o el giro decolonial, entre otros, la tendencia común marca la profunda crítica al p a r a d i g m a c o n ve n c i o n a l d e l a c i e n c i a m o d e r n a o c c i d e n t a l , c u e s t i o n a d a p o r s u carácter hegemónico, excluyente y eurocéntrico. El ensayo apunta a auscultar por cada uno de los lugares desde donde se ha realizado la investigación cultural.

10 Lead Belly, el pulso subterráneo Jorge Basilago realiza una reseña crítica de la vida y obra del músico y compositor norteamericano Lead Belly, uno de los mayores representantes del blues y el folk en la historia de la música mundial.

“Hay que investigar lo que nos dé esperanza, y como dijo Benjamin, la esperanza se nos da a través de los desesperados: hoy hay muchos desesperados en América Latina con gran imaginación y buscando una transformación radical de lo que es hacer política” Jesús Martín

27 ¿Qué hacer durante esta semana? ¿Cómo aprovechar nuestro tiempo de ocio para disfrutar de las mejores actividades culturales? Aquí una guía que te ayudará a decidir qué muestras visitar, a qué concierto acudir, qué proyección de cine ver.


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ediTOrial Ese cambio cultural se afirma en la misma proporción que se deja de hacer lo mismo y mal

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e insiste en que el Ecuador debe cambiar; dejar atrás lo malo y hasta transformar o revolucionar la sociedad, pero a la vez determinados grupos y colectivos insisten en hacer lo mismo todos los días. Y para más: otros quieren volver al pasado convocando consignas salidas de la mejor agencia de publicidad como si vendieran perfumes de la misma esencia con etiqueta renovada. A ello se añaden dos falencias que por suerte cada día son menos: esas mismas cosas se siguen haciendo mal y sin la calidad requerida. Los procesos sociales, al igual que los económicos, demandan tiempo y sostenimiento. Los segundos, como ya le ocurre a Europa, se desatan por decisiones equivocadas de autoridades o gerentes de grandes corporaciones, pero también por políticas claras y objetivos democráticos nobles. En los primeros (los sociales) actúan muchos factores y a la larga son los que siembran las transformaciones culturales, que toman otro tiempo de maduración. Y en Ecuador vivimos -a pesar de que algunos actores políticos lo niegan tapándose los ojos- un proceso de “Nadie puede decir que el Ecuador de 2012 se transformación cultural que se parece al de hace seis años. Han cambiado asienta en algunos procesos somuchas cosas. Y, en lo de fondo, también se ciales y en un factor determinante: el conflicto democrático han sembrado varios escenarios de otra del último lustro. Aunque parezca paradójico, matriz cultural que tendrá su cosecha en los ese conflicto ha desencadenado próximos años” muchos resortes sostenidos por un cúmulo de resistencias. Abrió cauces para discusiones opacadas o neutralizadas. Colocó a cada actor político en el lugar que mejor se reconoce. Desató circuitos de conexión y desconexión en colectivos y grupos económicos para afirmar sus demandas o reconocerse por fuera de ellas esencialmente. Nadie puede decir que el Ecuador de 2012 se parece al de hace seis años. Han cambiado muchas cosas. Y, en lo de fondo, también se han sembrado varios escenarios de otra matriz cultural que tendrá su cosecha en los próximos años. El cine ecuatoriano crece y entra en otros conflictos y tensiones. Igual pasa con las artes audiovisuales y la literatura. El teatro ha tenido una de sus mejores épocas, aunque la televisión lo ignore. Algo parecido ocurre con otras artes, pero todas, sin lugar a dudas han tenido un impulso que solo exige mayor calidad y profundidad, creatividad al extremo y una búsqueda de otras subjetividades. Esos artistas no han hecho lo mismo y lo que hacen lo están haciendo bien. Ese es un ejemplo para el resto del país. Y, de hecho, las nuevas generaciones tienen nuevos referentes para aprender y desaprender, para desarrollar y gestar otros proyectos. Por eso es muy importante evaluar el año que termina como un hito en esa búsqueda y construcción del cambio cultural sobre la base de nuestras propias ideas e identidades. Es un año que siembra, pero a la vez cosecha mucho de lo que soñamos siempre.

El suplemento cartóNPiedra es una producción editorial de El Telégrafo y del Ministerio de Cultura del Ecuador.

cartóNPiedra lo hacen: Director: Orlando Pérez Coordinador: Fausto Rivera Yánez Diseño e ilustraciones: Patricio Mosquera C. y Carlos Almeida Fotografía: Francisco Ipanaqué Arte: Carlos Proaño Colaboran en este número: Fabián Darío Mosquera Santiago Vizcaíno Jorge Basilago Cristian Jiménez Daniela Rizzo María del Pilar Cobo Eduardo Varas Víctor Vimos

Twitter: @cartonpiedraET

Facebook: cartoNPiedra

Correo electrónico: carton.piedra@telegrafo.com.ec


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enTRevista

“Estamos hablando de una transformación bien radical del populismo” →Antonio Negri y Michael Hardt, en su última visita a Quito, en noviembre,

ofrecieron una entrevista a El Telégrafo que hoy reproducimos FABIÁN DARÍO MOSQUERA

El trabajo de Negri aporta con nuevas nociones para la comprensión de la izquierda, el poder, el sistema de producción, el rol de los trabajadores y el accionar desde la movilización y la organización social” decía el sitio web de Flacso/Quito, en relación con la visita de Antonio Negri a la capital, para una conferencia, en noviembre. Se trata de uno de los pensadores europeos más citados de los últimos años -nacido en Padua en 1933, con preocupación sobre todo por Marx y Spinoza-, conocido fuera de los espacios académicos especialmente a raíz de la publicación de “Imperio” (2000), que se convirtió, no sin polémica de por medio, en un best seller, y al que siguieron “Multitud” y “Commonwealth”, para completar la trilogía que trabajó con su par norteamericano Michael Hardt (Washington D.C. 1960), filósofo político y profesor de la Duke University, quien hace años pasó algún tiempo en Centroamérica vinculado con diversos proyectos sociales, y que también estuvo de visita en Quito. En una espaciosa sala de la Universidad, sentados apaciblemente, ambos aguardaban el inicio del diálogo, que comenzó pasando revista a una de las nociones fundamentales en su trabajo compartido, la de “Multitud”. Recordábamos entonces un evento histórico que contribuyó, parcialmente, a configurarla: la batalla de Seattle, en que un amplísimo colectivo heterogéneo (campesinos, anarquistas, sindicalistas, universi-

tarios...) hizo colapsar -el 30 de noviembre de 1999- una cumbre de la OMC. Su idea de “Multitud”, al tratarse de “una multiplicidad de singularidades” en que se respeta “la diferencia en la unidad” y que genera una “hibridación virtuosa” (marcada por las migraciones, las tecnologías de la comunicación, las diferencias socioculturales, de género, etcétera) se desmarca de la categoría clásica de “masa” y la noción abstractizante de “pueblo”... Pero a estas alturas, y luego de los tantos comentarios que ha suscitado su teorización, ¿cuál es su postura sobre las potenciales formas de liderazgo y articulación para concretar el proyecto multitudinario de resistencia al capitalismo global (a ese “Imperio”, según han dicho, “sin centro y sin

afuera”)? Recordando que la “Multitud”, de acuerdo con su perspectiva, plantea una operatividad sin liderazgos, cosa que ha recibido no pocas críticas... MH: Debemos mencionar que la inspiración para el desarrollo del concepto de “Multitud” no proviene solamente del movimiento antiglobalización de Seattle, sino, por ejemplo, de los movimientos latinoamericanos. Pensemos en el trabajo del grupo Comuna, en Bolivia, con su lectura de la guerra del gas y del agua, que sembraba una referencia de pluralidad en el sentido de formas diversas de trabajo, diferentes colectivos étnicos, etcétera. Está, también, desde luego, la referencia tutelar de Spinoza, pero lo que hicimos fue un abordaje a la naturaleza de varios movimientos recientes, en muchos lugares... De cualquier manera, la pregunta es pertinente: hay que ver

si los movimientos organizados en forma multitudinaria son capaces no solamente de una protesta, de una energía destituyente del poder actual, sino si se trata de una energía constituyente de otra forma social. Y ante eso, claro, podemos dar una respuesta teórica; pero lo más importante sería trabajar con los movimientos y ver qué están haciendo; suscitar un modo de acercarse no solo a sus prácticas sino a la manera en que ellos mismos se piensan, a la manera en que están teorizando. Ahora, por otro lado, no veo el concepto de “Multitud” como alternativo al de clase, sino un modo de pensar la clase hoy; es decir, tomarla no como una realidad homogénea, sino reconocer su diversidad interna como factor relevante. De allí que la perspectiva de René Zavaleta nos llamara la atención en la medida en que, para él, en algún momento, fue una lástima que la sociedad boliviana fuera tan “abigarrada”, que planteara una forma multitudinaria de lucha, pues pensaba que hubiese resultado mejor una forma social homogénea que pudiera luchar como clase. El grupo Comuna invierte este “principio”, afirmando precisamente la lucha multitudinaria para una sociedad abigarrada. Ocurre lo mismo con el concepto de pueblo: no hay oposición, si pensamos el pueblo desde la pluralidad. ¿Y de qué manera se puede luchar como un pueblo multitudinario, que reconozca la diferencia en su composición?... Mmm, quizás estamos hablando de una transformación bien radical del populismo... En cuanto a la cuestión del liderazgo, pues va de la mano con una reconsideración profunda


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enTRevista de la idea de democracia y de genuina participación... Insisto en que se debe observar la experiencia de los movimientos sin liderazgos visibles... Reflexionemos sobre 2011: las luchas en Túnez, Egipto, Grecia, España e incluso Estados Unidos experimentan esta ausencia de liderazgos centralizadores... … Quisiera darle la vuelta a esa reflexión desde la perspectiva de Rancière, quien plantea que obviamente la acción -dicho en marxista- es la que incide en la “situación inmediata” de las colectividades (menciona puntualmente una huelga de camioneros y una huelga de hambre de inmigrantes árabes en Francia), pues así se sugieren los “otros mundos posibles de la política”, pero que esos mundos, esos relatos, solo pueden sostenerse, afianzarse, si pasan a través de lo que llama “la máquina de las interpretaciones” en tanto “campo polémico”. ¿Cómo creen que está funcionando hoy esa máquina de interpretaciones, ese campo polémico? ¿Qué abordaje crítico -desde este punto de vista- resulta preciso para tratar aquellas irrupciones de supuesta resistencia antisistémica recientes (los Indignados, Yo soy 123, Occupy Wall Street, etcétera…)? AN: Para dar una respuesta exhaustiva me parece que debemos remitirnos al momento de la crisis, que a partir de 2008 se vuelve general, y gira por supuesto alrededor de la deuda. Se forma entonces una convención financiera y, por lo tanto, un acuerdo en torno a los mercados, que impone evidentemente el pago a todos los países endeudados. Esta imposición capitalista incide sobre las formas de producción, abriendo también nuevas formas de explotación. Por ejemplo, es claro que en América Latina el dinero para pagar la deuda se encuentra en el extractivismo (agrario, minero y, sobre todo, petrolero, aunque este es el más antiguo). Todo eso determina, además, modificaciones en la forma del Estado. Se cierra, en cierta medida, un período en el que los movimientos influían más visiblemente en la agenda. En los países árabes, por citar el caso,

“Me parece ver aquí (Ecuador), a veces, desde el poder, una neutralización de los significados y los significantes” monstruoso aparataje electoral, ¿cuál es el impasse -en términos de organización interna sobre todo- que no permite que la opción multitudinaria termine de cuajar y tenga la efectividad que debería? AN: …¡La historia pues! La determinación en las relaciones de fuerza... estamos en una situación maquiavélica... ¡No entiendo tu estupor! MH: … Mi respuesta apresurada -y quizás que no vale nadaes que hay que fortalecer la idea de una estrategia que se va construyendo, que está en proceso...

se pone en juego una profundización de la colonialidad ya conocida... Pero en Europa el problema es mucho más sencillo: lo que está en juego es el Estado de Bienestar; se plantea que el Estado tiene que ser privatizado, y detrás de esto hay una verdadera patrimonialización de dicho Estado y de los mercados. Los gobiernos se traducen, en este sentido, en puros trámites de los mercados... ¡Aquí los populismos y otras cosas se los dejamos a (Ernesto) Laclau!… Es interesante entonces la referencia a Rancière, pues es claro que él entendió -en términos seguramente trascendentalesel paso “de la política a la policía”. Y es el momento en que los movimientos tratan de recuperar la política, en un proceso alrededor de los puntos críticos y fundamentales. Primero, lo económico: recuperar la naturaleza, la vida... Y en términos políticos, la restitución de una forma de democracia que se desmarque de las “versiones” actuales de representación, absolutamente corruptas por el mercado. ... Pero cuando vemos que en Egipto se vuelve a un gobierno militar, que el movimiento madrileño es disperso, que el mexicano poco pudo hacer frente a un

En ese sentido, entonces, de toda esta constelación de movimientos recientes, ¿cuál les parece el más interesante? AN: Es indudable que el movimiento de los Indignados es tremendamente interesante. Los españoles están generando cosas valiosas -que se replican o tienen eco a nivel europeo, desde luego-; pensemos en la huelga del 4 de noviembre, y el hecho de que, como colectivo, el español posee el reconocimiento de la población. No se trata de un movimiento entre tantos, sino de uno que compone. Son llamativas, además, en España, las formas no clásicas de institucionalización que asumió una colectividad que lucha por temas tan sensibles como el de las casas, las hipotecas y los desahucios (organizaciones barriales autónomas, marcadas por la cooperación). Se trata de la construcción de momentos alternativos en términos políticos, allí donde el gobierno de Rajoy golpea. Creo también que el movimiento Occupy ha influido visiblemente en la agenda de la elección norteamericana... MH: …Ha propiciado sobre todo un lenguaje acerca de la pobreza y la riqueza... Pero compartimos tu preocupación, y en nuestro último libro, “Declaración”, tocamos el tema: ¿cómo puede suscitarse un proceso constituyente desde den-

tro de los movimientos?... Claro, no dejamos de reconocer nunca que el camino recorrido por muchos de ellos es ya, de por sí, muy valioso, y que hay características puntuales que deben destacarse... AN: …Pensemos, por ejemplo, en lo que pasa aquí, en Ecuador... tengo la impresión de que este llamado al Uno, a una suerte de discurso único o aglutinador, el énfasis sobre el Estado, el líder, esta sensación de que los movimientos no son prácticamente nada si no se acoplan a este Uno, todo esto funciona como una suerte de censura del discurso político en términos de movimientos... ¡El movimiento indígena, por citar un caso, es una cosa enorme sin necesidad de ese Uno del Poder, y esta pluralidad hay que entenderla!... Me parece ver aquí, a veces, desde el poder, una neutralización de los significados y los significantes. Circunscribiendo, entonces, el análisis a América Latina, quisiera recordar que Michael Hardt expresó alguna vez que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional era una “gran máquina de producción de lenguaje” (algo de eso pudo ser incluso lo que molestó a Octavio Paz, quien se quejaba, desde una suerte de conservadurismo ilustrado, del carácter “performativo” del movimiento). ¿Qué tipo de lenguaje les parece que está generando ahora la llamada “izquierda latinoamericana en el poder”? ¿El chavismo, por ejemplo, para utilizar una referencia al uso luego de un sonado proceso electoral? AN: El de Chávez es el viejo lenguaje de la izquierda latinoamericana. Creo que no se ha dado cuenta de que es apenas uno de los protagonistas de la modificación de la situación venezolana, y se ha quedado prisionero de su propio lenguaje. Es indudable que el discurso generado desde el kirchnerismo (el de Néstor) o desde Bolivia, es mucho más abierto... o el de Uruguay... por no hablar del discurso agudo, inteligente, del partido de Lula. Es una paradoja, entonces, que el de Chávez se haya vuelto una suerte de discurso del transformismo, en la medida en que si consideramos aquel panorama donde la agenda política no está ya marcada por los movimientos sino por un eje que vertebra desde mercados hasta gobiernos,


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enTRevista el lenguaje de Chávez termina por hacerle el juego a esta circunstancia, pues se trata, el suyo, de un proyecto político que surgió para afianzarse y tomar forma abiertamente desde las bases, desde abajo, y terminó cerrado, determinado desde arriba, desde la élite de dicho proyecto... MH: …Consideremos que hace diez años las luchas y movimientos latinoamericanos inventaban un nuevo lenguaje para la izquierda mundial. Hablo del anti- neoliberalismo, luego, de la Marcha de Mar del Plata. Creo que hay una diferencia entre la invención de un lenguaje de los movimientos hace diez años y la cosificación, o mejor dicho, la “esclerosis” de ese mismo lenguaje hoy. En su libro “Commonwealth” la noción de lo “Común” constituye una “crítica de fondo al concepto mismo de propiedad”; ¿podrían ampliar esta idea? ¿Dónde encuentran, de manera concreta, la “encarnación” de esa forma de comunidad? AN: Sabemos que ya desde viejos códigos, tanto orientales como occidentales, la propiedad está dividida entre pública y privada. En cada caso lo que cambia es la titularidad. En las sociedades liberales capitalistas la propiedad pública es funcional a la privada; y en los regímenes socialistas, pues al contrario. Lo Común entonces es un concepto diverso... En el Derecho Romano, por ejemplo, existe como posibilidad de acceso universal, de uso libre que se somete no a un principio de propiedad sino de administración. Hoy, la producción, en el régimen del capitalismo cognitivo y de la fuerza de trabajo cognitiva, se vuelve cada vez más común. Basta pensar en las condiciones de producción de lenguajes que son inevitablemente comunes (pues de lo contrario no serían lenguajes). Hablo, obviamente, de códigos y valores comunicativos. Si quieres verlo de otra manera, hoy, por ejemplo, la propiedad privada está sujeta a una lógica de los servicios. Si para poseer debo a su vez ser poseído por el servicio de agua, de luz, de sanidad, el mismo concepto de posesión se va vaciando en una sociedad donde la producción se vuelve cada vez más común... MH: …Pero hay otras fuentes,

“En las sociedades liberales capitalistas la propiedad pública es funcional a la privada; y en los regímenes socialistas, pues al contrario” más allá de la ley romana. Por mencionar una: el comunismo andino de Mariátegui. Recordemos que en “Los siete ensayos” habla del libre acceso a la tierra, de la tierra como un espacio sujeto a la administración de la comunidad. Entonces, resulta interesante cotejar todas las fuentes y nociones de lo Común... Pero es una referencia que toma fuerza en relación, sobre todo, con el capital inmaterial que vemos cada vez más a menudo circulando: códices, lenguaje, ideas... Valores simbólicos, “afectivos”... Señor Hardt, usted ha dicho que es necesario reincorporar el término “amor” en el vocabulario político. Ha expresado que el amor se redujo al espectro íntimo y cualquier mención sobre él en relación con la cosa pública parece restarle seriedad al debate político. Mencionó, sin embargo, momentos históricos en que el amor tuvo una connotación política: San Pablo y sus cartas, por ejemplo. Creo que resulta inevitable la mención de otro momento: la contracultura sesentera (XX) sobre todo norteamericana, y europea en segunda instancia. Muchos, de todas formas, optan apenas por hablar socarronamente de Lennon cantando “All you need is love” o ver apenas puerilidad en Mayo del 68, ¿pero no hay cosas que sacar en limpio de la experiencia de mediados del siglo pasado -desde la noción de comunidad, la resistencia estudiantil o incluso las indagaciones estéticas- para efectos de la agenda antisistémica actual? ¿Se miran a sí mismos de esa manera, históricamente, los movimientos norteamericanos? MH: Bueno, hay muchos ejemplos, distintos entre ellos. Debemos recordar, por citar uno,

que Martin Luther King hablaba, ya en los primeros años de la década del sesenta, de crear una “Beloved Comunity”. Pero creo que sería más preciso pensar hoy, de manera puntual, en la carta del “Che” -¿del 63?- sobre el nuevo hombre en el socialismo, en la que dice que todo revolucionario verdadero debe basarse en un sentimiento de amor, tomando en cuenta básicamente dos vertientes: amor al pueblo -como base de todas las acciones revolucionarias-, pero también haciendo énfasis en un amor que fue difícil para los revolucionarios, un amor íntimo, para la familia, para los hijos... Y creo que es importante restituir en nuestro vocabulario de lucha reivindicativa una idea del amor como vínculo de la acción política, más allá del sentimentalismo con el que se lo ha contaminado... que es un sentimentalismo que no tiene el “Che”, desde luego, ni Spinoza... AN: ... Recordemos que la última parte de la “Ética” de Spinoza está dedicada al amor intelectual como clave que recompone la singularidad en la multitud. Diego Tatian es un profesor cordobés que en Argentina ha trabajado mucho, desde hace ya algún tiempo, el concepto del amor intelectual como el coágulo pacífico en el

seno de la multitud. ... Pero el “Che” también habló del odio “como factor de lucha”. Hoy, pocas tentativas de reivindicación que han optado por la lucha armada cuentan con legitimidad moral (pienso en las guerrillas colombianas); sin embargo, por otro lado podemos volver a Schmitt cuando plantea que la política implica un punto antagónico de confrontación, de fricción, casi insalvable -cuando de una verdadera transformación se trata-. Hace ya bastante tiempo, en entrevista con El Telégrafo, Gianni Vattimo comentaba que los gobiernos de varios países europeos habían redireccionado su presupuesto de “seguridad”, ya no priorizando la compra de gran armamento militar sino herramientas policiales antidisturbios y demás, como sabiendo que la confrontación que se venía no sería con algún país vecino sino con colectivos ciudadanos internos… Hemos hablado del amor como término político importante, pero ¿qué tipo de atención hay que prestarle, desde esa óptica, a la violencia? ¿Se puede? ¿Se debe? AN: ¡¿Por qué tenemos nosotros que dar una respuesta a eso?! ¡Son los movimientos los que dan la respuesta!... Nosotros somos apenas portavoces, y ni siquiera esto… ¡Si algún aspecto de los movimientos les molesta, pues tienen que hablar con ellos! MH: Ah… es, sin duda, un tema difícil; pero podría decir en primera instancia, y en términos abstractos, teóricos, que no considero el amor y el odio como opuestos, y ciertamente tampoco el amor y la violencia… El amor está atravesado de violencias, de rupturas, y la respuesta a esta cuestión debe surgir de la práctica... Esto quiere decir que los movimientos tienen que repensar cuáles son las fuerzas disponibles y adecuadas en términos de los usos de la violencia… AN: El cuestionamiento no es sobre la violencia, sino sobre su legitimidad. Todo el discurso ha girado siempre sobre ese aspecto, considerando que el Estado se arroga el monopolio de la violencia. No se trata de “calificar” la violencia a secas, sino la necesidad de ella. Para calificarla a secas (más, menos intensa, etcétera) tienes como catálogo todo el infierno dantesco.


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loSEspacios

Poesía y narrativa ecuatoriana de 2012: una siembra por cosechar SANTIAGO VIZCAÍNO

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n panorama, concebido como esa dilatada vista desde un punto de observación o como el “aspecto de conjunto de una cuestión”, suele confundirse con una lectura rápida, general, de determinado tema, cuando en realidad dicha “abarcadora” mirada es más bien parcial, subjetiva y terriblemente tendenciosa. De allí que un panorama literario sea un arma de doble filo, donde el sacrificado es siempre quien acepta dicha propuesta y arriesga su perspectiva en detrimento de la generalidad. En ese panorama, entonces, ingresan solo los elegidos por el “panoramador”, palabreja que deja entrever la falacia de su objetividad. Por ello, este no es un panorama ni mucho menos, sino un bosquejo de mis propios y mezquinos intereses. Y por ello tampoco haré uso de los demacrados adjetivos que suelen abundar en este tipo de artículos, verbigracia: gran, bueno, malo, maravilloso, genial, imprescindible, fundamental, poderoso, consagrado y un largo etcétera. En Ecuador, los fenómenos literarios son cosa extrañísima, lo que no ocurre en España, por ejemplo, donde en cambio son cosa de todos los días. Así, un año no suele ser distinto a otro en el Ecuador, en materia de fenómenos, sino que se ofrece un panorama, ahora sí, un panorama, que se forja poco a poco y a contraluz del mercado de las grandes editoriales. Son más bien las pequeñas editoriales —que de tanto en tanto se arriesgan con autores cuya voz empieza a darse a conocer entre literatos y lectores— las que han ido auspiciando un acervo cultural diverso en la literatura de los últimos años. Sin duda, ha sido el género poético el que mayor prolijidad ha tenido, en cuanto a publicaciones y festivales. Esta ola de poetas nacidos entre los años setenta y ochenta es una extraña mezcla que vuelve latente el complejo uni-

verso cultural de este país. En esa efervescencia lírica nacional, donde pervive una dialéctica entre lo mestizo, la experiencia, el esnobismo, el experimentalismo, el cultismo y otras hierbas incandescentes, se han potenciado autores cuya solidez y fuerza expresiva son innegables. Autores, por lo demás, que escriben y publican con mucha rapidez, participan de festivales internacionales y están constantemente en

que a la mente se me viene de este apocalíptico año, no solo en cuanto a libros. El representante por excelencia de lo que se ha dado en llamar el neobarroco es, sin duda, Andrés Villalba Becdach (Tush), quien a finales de 2011 apareció con su tercer poemario: Muñones, que es como su Cuaderno Zero elevado a la enésima potencia. El texto que le da nombre al libro ya nos advierte: “La poesía no sirve para nada Poe-

recitales, donde, desde luego, los mecenas son casi siempre poetas o en trance de serlo. Entre estos autores vale la pena mencionar a Luis Carlos Mussó, Ernesto Carrión, Juan José Rodríguez, Marialuz Albuja, Paúl Puma, César Eduardo Carrión, Xavier Oquendo Troncoso, Carlos Vallejo, Alfonso Espinosa, David G. Barreto, Javier Cevallos Perugachi, Walter Jimbo, Ángeles Martínez, Andrés Villalba, Juan Secaira, Carla Badillo, Ana Minga, Javier Lara, Víctor Vimos, Fernando Escobar Páez, Cristian Avecillas, Carlos Luis Ortiz y Alexis Cusme. Todos ellos precedidos por una generación de autores entre los que se destacan Jorge Martillo, Roy Sigüenza, Fernando Balseca, Mario Campaña, Vicente Robalino, Marcelo Báez, Edwin Madrid, Pedro Gil y Cristóbal Zapata. Son autores que, desde mi perspectiva, aúno como los que han adquirido un trabajo tesonero con el lenguaje. Es posible, desde luego, que se me escapen nombres, pero es quizá porque no los he leído o lo he hecho muy poco. Haré, entonces, un recuento nuboso y desordenado de lo

try makes nothing happen No problem: los muslos siguen abiertos ad infínitum La palabra muñón en mi cabeza es tierna: a mi abuelo le cortaron la pierna desde la rodilla: disfrazaba su muñón de títere y lo sacaba desde la hamaca para divertirme Decía: tushito ven ya llegó el e.t. Los sesos drenados el cuerpo yermo allá el polvillo del arrebol desquiciando los sesos de los petirrojos La moledura es el objetivo la demencia todavía Aquí el árbol donde nos ahorcamos a diario para venir a parar en esto: sus aguacates son tristes estrellas: el néctar de la cirrosis el feto cutre de nuestras palomas”. Una poesía donde la implosión se retiene y los referentes se multiplican. Ha principios de año, apareció, por otro lado, un pequeño pero contundente poemario del lojano Walter Jimbo (1973), intitulado En la Tormenta la música, en una edición de autor donde sobresale, como dice Marcelo Villa Navarrete, “un trabajo sacado de las tripas, con ese malestar que deja la resaca o la melancolía en las mañanas”. De esta obra, la lectura de “Los que vinieron el lunes” no puede dejar

impávido al lector, por su desgarramiento y sinceridad. La parca obra de Jimbo merece atención, ya que es un escritor que escapa al murmullo farandulero de los premios, mas no de las tentaciones disolutas. De este mismo grupo de poetas apareció en este año No es dicha, de Juan Secaira (1971), una obra publicada por la editorial El Tábano, que cada tanto apuesta por la lírica. De este libro ha dicho el poeta cubano Roberto Manzano: “En ocasiones los libros están escritos en el lenguaje de los asesinados. No es dicha atraviesa ese lenguaje con fuerza y concisión expresivas notables, y deja en las manos del lector la victoria del alma sobre la palabra al inscribir en los textos de modo sugerente la necesidad espiritual de los seres humanos de levantarse sobre las más complejas circunstancias”. La obra, además, mereció el premio nacional Jorge Carrera Andrade, otorgado por el Municipio de Quito. Del 3 al 9 de junio se realizó, por otro lado, el IV Encuentro Internacional de Poesía en Paralelo Cero, en distintas ciudades del país. Está organizado, año tras año, por el poeta Xavier Oquendo Troncoso. En esta oportunidad concurrieron los poetas internacionales Alí Calderón (México), Catalina González Restrepo (Colombia), Emilio Coco (Italia), Olvido García (España), Jorge Boccanera (Argentina), entre otros. Además, estuvieron autores nacionales de Riobamba, Ibarra, Otavalo, Esmeraldas, Quinindé y Atacames. A mediados de año también, se realizó el II Festival Latinoamericano de Poesía Sumpa Vive, en Salinas, organizado por el poeta peninsular Luis Franco, con el apoyo del quiteño Javier Lara. El encuentro contó con la participación de poetas ecuatorianos más jóvenes, entre ellos: Andrés Lalé, Édison Navarro, Marcelo Villa, Freddy Ayala, Jorge Gómez y Yuliana Marcillo, y estuvieron los extranjeros Jorge Valbuena (Colombia) y Albert Estrella (Perú). La cita ha ido creciendo en calidad y organización, y aspira a mantenerse como un referente fuera de la centralidad canónica de las ciudades principales. Es importante destacar en este año la creación de Fondo de Animal editores (www.fondodeanimaleditores.com), una propuesta dirigida por el poeta guayaquileño Ernesto Carrión (1977), cuya consigna es “fomentar una actitud abierta y vital hacia la escritura forjando vínculos de intercambio


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loSEspacios lingüístico y de difusión cultural dentro de Hispanoamérica”. Sus autores, reza en su página web, “reúnen características particulares que los hacen únicos, y su escritura, el potencial de abrir caminos desde ese animal interno que no descansa hasta haberse construido y deconstruido en la última línea”. Su preestreno se realizó en la Feria Internacional del Libro de Quito 2012 y su catálogo cuenta con poetas de la talla de Marosa di Giorgio (Uruguay), Eduardo Espina (Uruguay), Mario Arteca (Argentina), Raúl Zurita (Chile) y Roger Santiváñez (Perú). El mismo Carrión, con una envidiable capacidad y voracidad literaria, aparece en su Fondo con Los duelos de una cabeza sin mundo, el segundo volumen de su trilogía: ? Recientemente se publicó en Perú, en la editorial Tribal, el último poemario de Juan José Rodríguez (1979), Estereozen. Juan José es una de las voces más arriesgadas y solventes de los últimos años. Sobre su libro manifiesta Alexis Naranjo: “En un soberbio tour de force, Juán José Rodríguez integra en este poemario antiquísimos recursos de las enseñanzas y prácticas Zen, alusiones a grandes creadores sobre todo de música clásica, experimental, y jazz (pero también a poetas y poemas) y corrosivos, dramáticos ambientes de un cibermundo que, rodeándonos, acechándonos, está a punto de conformarnos”. Y Eduardo Espina añade: “Desde hace tiempo Juan José Rodríguez viene construyendo una de las obras poéticas más originales de la poesía hispanoamericana contemporánea. […] El poema toma posesión del enigma que le corresponde, dejando en claro que no debe rendir cuentas de su desconocimiento a la ignorancia de la interpretación. Ante la disyuntiva de cómo expresar lo indecible, la palabra poética pasa a existir al borde de la anomia”. Entre los autores más jóvenes ha surgido recientemente el trabajo de Sharvelt Kattan Hervás (1991), que ofreció al final del año su primer poemario: Desilusiones, una edición de autor con fotografías de su hermano David Kattan Hervás. Sharvelt, hijo bastardo del neobarroco, logra imágenes visionarias como estas: “Soy el niño de otro reino, donde golpear(se) es permitido. Soy el pequeño /que decía dolor es reencuentro, mamá ya no hay y dolor es reencuentro, / papá tampoco, dolor es. / Sobre el cemento de los sótanos olvidados, embutí dentro de mi cuerpo las

carnosidades que elegía: algunas murieron sin conocer el cosquilleo de su entrepierna invadiéndoles el abdomen, la nuca, las rodillas”. Editorial El Conejo apostó, por su parte, por el poemario de resonancias rimbaudianas Mi patria es el infierno, del poeta macabeo Calih Rodríguez (1988), de cuya obra expresa Fernando Montenegro: “Mi Patria es el infierno exige a su lector la temeridad suficiente para atravesar imágenes desaforadas, lúgubres y lóbregos laberintos donde cada verso está al borde del estallido de la eyaculación, del desborde. Es, sin duda, otra vez, una oportunidad para el delirio, en un mundo, una ciudad, una literatura, cada vez más convencidas de su esterilidad, de su mediocre miedo al precipicio”. Vale la pena mencionar, por lo demás, que el Premio Nacional Aurelio Espinosa Pólit, quizá el más importante del país, fue otorgado este año a la obra del guayaquileño Marcelo Báez Meza: El mismo mar de todas Las Habanas. Cristóbal Zapata, miembro del ju-

Balladares; La danza del caído, de Jorge Valbuena; y El abismo de los justos, de Abel Ochoa. De ellos, los trabajos más logrados son los de Silva (1964) y Jorge Valbuena (1985). Eso, en cuanto a la poesía, que no es poco. Aunque espero no se cumpla aquella conocida máxima de los poetas, esa que dice que “el cementerio de la poesía está plagado de primeras ediciones”. Otro tanto se lleva la narrativa, donde parece haber menos disputa por la oficialidad y los autores trabajan más solitariamente, en apariencia. Allí, la editorial La Caracola se ha llevado el premio mayor este año, que ha publicado ya desde 2010 varias obras importantes en su colección Antropófago —entre ellas: Olvido, de Santiago Páez, y Cabeza de turco, de Adolfo Macías—, y que este año ha apostado por tres autores con un trabajo muy singular. Primero, la primera novela del poeta Luis Carlos Mussó (1970), Oscurana, que se llevó el premio Joaquín Gallegos Lara a la mejor

“Sin duda ha sido el género poético el que mayor prolijidad ha tenido, en cuanto a publicaciones y festivales” rado, dijo: “es un poemario muy redondo, con un ritmo sostenido, que recupera la dimensión transparente de la poesía, la comprensión del poema como una máquina de concisión y precisión”. Estamos en espera de su publicación. La Editorial Mar Abierto de Manta, a su vez, publicó el trabajo más reciente del poeta Pedro Gil, Crónico, resultado de su última estancia en el psiquiátrico. Por ello bien dice Ramiro Oviedo: “La lectura de Crónico —su último compendio—, confronta a los lectores con una interrogante: ¿se trata de un texto literario o de un documento de interés científico para la Psiquiatría? Crónico debe ser leído como una serie de poemas relativamente caóticos (algunos sin título, otros que parecen estar conectados a textos distantes), pero también como una estrategia de la medicina para que el paciente pueda mantener un contacto con la realidad a través de la palabra”. Por último, en diciembre, ya cerca del fin del mundo, El Ángel editor, del poeta Xavier Oquendo Troncoso, presentó su colección Ópera Prima, con los títulos: Pre-esencias de Marcelo Silva; El designio de la espuma, de Omar

novela publicada este año; una obra que gira en torno a la figura de Pablo Palacio y que no para de recibir excelentes críticas. Segundo, el libro de cuentos del quiteño Esteban Mayorga (quien ya nos había sorprendido con su inusitado estilo del humor en Vita frunis): Musculosamente. Sus editores dicen: “Haciendo alusión al título, el autor se ejercita día a día en el gimnasio de las palabras. Cada gota de sudor, sea de inventiva o de trabajo, se manifiesta en las letras que constituyen los relatos propuestos. Con este libro, Mayorga sigue ganando su merecida reputación de joven talento dentro de la narrativa ecuatoriana”. Y, tercero, el libro de prosas Herir la perfección, de César Chávez, ópera prima donde el autor establece un diálogo con cuatro artistas plásticos. La obra de Chávez alcanza la riqueza de la poesía pero también la pulcritud narrativa de un Bruno Shultz. Este año apareció también la segunda edición del primer libro de cuentos de Edwin Alcarás: La tierra prometida, que había recibido en 2011 el premio Pichincha de Literatura, organizado por el Gobierno de la Provincia. No es de

todos los años que una primera obra de un escritor se reedite con esa rapidez, a menos que él mismo la pague. Por ello me parece valioso resaltar este trabajo de Alcarás, ahora editado por Eskeletra, que además decidió arriesgar su pellejo con la novela Tenga, de la prolífica Silvia Stornaiolo. La revista Rocinante ha reseñado lo siguiente sobre esta obra: “Silvia Stornaiolo se reafirma en las preocupaciones de sus anteriores libros: personajes signados por el desvío, con la malformación como signo genético. Se trata de personalidades construidas a través de la insania, la decadencia y la perversidad; todo, generado a partir de una aparentemente anodina cotidianidad”. Los editores peruanos de Paracaídas (Lima) —porque es de destacar la creciente colaboración entre los autores ecuatorianos y los del país vecino en los últimos años— publicaron además este año el libro de cuentos Malas compañías y otros caballos de Troya, que recibió, junto con Mussó, el premio Joaquín Gallegos Lara de narrativa. En medio de una aparente sencillez, los textos de Paucar tejen un entramado subterráneo a la manera en que Piglia concebía el cuento, es decir que siempre se cuentan dos historias. Y logra, además, potenciarse frente a la segunda tesis del autor argentino: “El efecto de sorpresa se produce cuando el final de la historia secreta aparece en la superficie”. No puedo dejar de mencionar el creciente y obstinado trabajo que están haciendo las editoriales cartoneras en el país. Un esfuerzo al margen del mercado que no solo se rige por su idea editorial, sino que se inserta en la sociedad con una propuesta de inclusión social. De ellas despuntan tres: Matapalo, Camareta y Murcielagario. Esta última, por cierto, presentó en la Feria de Libro de Quito su colección Media Jaba de Poetas, donde constan Jorge Gómez, Marcelo Villa, Belén Obregón, Marco Tobar, Diego Rojas y Deysi Vela. Esto, lo que he leído, lo que me ha llegado, lo que he sabido y lo que, en suma, me interesa. Siendo un particular panorama, no tiene afán crítico ni mucho menos, sino que más bien deja al descubierto, por paradoja, la miope visión de un lector designado, así como los conductores, a la sobriedad de plantearse una memoria del olvido, que es en suma la literatura, porque los libros de los ecuatorianos no suelen ser como los autos último modelo, que la gente corre a comprarlos para lujearse con ellos.


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(al)TErna loSEs pacios

Lead Belly, el pulso subterráneo →Reseña

de la vida y obra del músico y c o m p o s i to r n o r tea m e r i ca n o L ea d Belly, uno de los m ayo r e s re p re s e n t a n t e s d e l b l u e s y e l fo l k JORGE BASILAGO


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(al)TErna

C

omo ocurre cada año, Nueva York está fría y algo ventosa en el inicio de diciembre de 1949. En un modesto departamento del East Village, un hombre agoniza. Confinado a su cama, con los músculos destrozados por la esclerosis lateral amiotrófica, ya no puede moverse ni hablar. Apenas respira, con algo de dificultad. Y llora. Pero no por la enfermedad o su desenlace fatal e irreversible. Ni siquiera por su esposa, que lo ve avanzar hacia la nada con la resignación de quien ha dado todo el amor que tenía para dar. Sabe que ella es fuerte y saldrá adelante. Pero su guitarra no podrá sin él. Ni él sin ella. La mira en el rincón de siempre, donde lo espera para hacer maravillas juntos, como tantas veces. Pero su cuerpo se niega a responder al llamado. Y sus lágrimas ruedan sin control. No recuerda haber llorado antes. Nunca. Se hizo duro a fuerza de golpes, quién sabe si de suerte o de desgracia. Durante casi cincuenta años el instrumento fue una extensión natural de sus brazos. Se refugió en ellos para llenarlos de trinos y felicidad, e hizo de su nombre -Huddie Ledbetter- y su seudónimo -Lead Belly o Leadbellyapenas el acompañamiento de un título nobiliario: El Rey de la Guitarra de Doce Cuerdas. Un soberano que sufre porque ya no puede tomar su cetro y honrar esa dignidad que alcanzó por mérito propio. Desde el humilde lecho neoyorquino, la historia y los caminos recorridos se le antojan cada vez más lejanos y borrosos. Hasta los recuerdos marchan con desgana, como afectados por esa rara variante de la polio que le consume el físico. En realidad, la mayor parte de los hechos importantes de su vida se enreda en una maraña de medias verdades, documentos sospechosos, situaciones confusas. Incluso su música compone un entramado donde las fronteras entre la recopilación, la composición, los recursos propios y los apropiados son improbables o inexistentes. Es como el folclore, pero en una sola persona: resulta difícil precisar dónde termina lo individual y comienza lo colectivo. Campos de algodón Huddie tiene claro, eso sí, que nació en las tierras bajas de Louisiana, cerca de Mooringsport, de padre afroamericano -aunque

la corrección política no existía entonces, cuando los suyos eran colored, negro o nigger según el hablante y la intención- y madre mitad cherokee. Pero la fecha exacta es casi un misterio. Los documentos y los testimonios bailan el vals de la contradicción, entre 1885 y 1889. Pero lo más probable es que haya sido en enero de 1888. Tan fuerte como testarudo, de los cuatro niños que alumbró su madre solo él sobrevivió más allá del parto. Igual que muchos pequeños del lugar, descubrió la música incluso antes de caminar del todo bien. Pasó la infancia jugando entre hollers, ring shouts y otros parientes jurásicos del blues que combinaban el grito, la plegaria, el lamento y el canto grupal, sin intervención de más instrumento que la propia voz. En la iglesia bautista a la que asistía a regañadientes, obligado por su familia, le enseñaron spirituals y algo de gospel. Antes de cumplir los 14 años ya tocaba el acordeón, el órgano y la guitarra. Aprendió

una facilidad pasmosa. Ritmos bailables o románticos, work songs, hollers, spirituals, gospel, nada de lo que estuviera dentro de su alcance quedaba a un costado. Su tío Terrell, también músico, le enseñó por esos días una tonada “peligrosa”, Take a whiff on me. Faltaba un buen tiempo para que la tríada sexo-drogas-rock&roll hiciera su aparición, pero no caben dudas acerca de sus orígenes más remotos: “Caminé por Ellum y bajé por Main / tratando de conseguir una moneda / sólo para comprar cocaína (...) Cuanto más negra es la mora, más dulce es su jugo / tomaré una mujer de piel oscura / para mi uso particular / Oh, cariño, aspírate una por mí”. Basándose en algunas de aquellas melodías Huddie también comprendió que podía componer por su cuenta letras que evocaran el trabajo rural, su gente o sus sufrimientos. Entre las primeras estaban Goodnight Irene y Cotton Fields: “Puede sonar

“Encuentra primero, busca después”, escribiría el francés Jean Cocteau muchos años más tarde. Eso hizo el joven Ledbetter... como se aprende en el campo, sin clases formales, copiando a solas lo que otros, más experimentados, hacían con los instrumentos. Más tarde probaría también su talento en la armónica, el piano, la mandolina y el violín. Su padre, Wesley, se preocupó al notar el interés de Huddie por la música. Religioso, veía ese camino muy parecido al de la perdición, pavimentado de tentaciones en forma de mujeres, licor y hombres de gatillo fácil. Pero igual le compró su primera guitarra, a la que llamaba despectivamente starvation box, algo así como “la caja del hambre”. Y casi enseguida le regaló una pistola. Por las dudas. Luego le dio un par de consejos, una palmada en la espalda y lo dejó buscar su destino. “Encuentra primero, busca después”, escribiría el francés Jean Cocteau muchos años más tarde. Eso hizo el joven Ledbetter. Primero encontró canciones en los campos de algodón -donde su resistencia y velocidad para la cosecha se hicieron legendarias-, y las memorizó con

algo gracioso / pero no ganas mucho dinero / en los viejos campos de algodón, allá en casa”. A principios del siglo XX, un jornalero recibía tan solo 25 centavos de dólar por cada 100 libras de material cosechado, pero “cuando esas bolas de algodón se pudren / no puedes recoger demasiado”. En esos casos el oficio era igual de duro, pero la frustración no conocía límites.

Lemon Jefferson. Blind Lemon, para los amigos, era un maestro del blues, que apenas empezaba a independizarse como género. Y también conocía a fondo la técnica del slide en la guitarra. Le enseñó ambas cosas, mientras vagabundeaban juntos tocando en las calles, en fiestas y en burdeles. En esas correrías se sumaron a su repertorio blues de su compañero como Black Snake Moan, Matchbox Blues o I’m on my last go round; y railroad songs como Rock Island Line. Pero lo más importante de ese período fue su encuentro con Stella, el nombre comercial de la guitarra de doce cuerdas que tocaría de allí en más. La vio primero en brazos de músicos mexicanos que se movían en la zona fronteriza, porque los estadounidenses casi no la usaban. Pero Huddie la adoptó y le extrajo sonidos casi únicos. Un poco por su forma de ejecución y otro tanto por la afinación: la hacía en un tono más bajo que el habitual, para disminuir la tensión y extender la vida de las cuerdas. El arte que nace de la necesidad no es menor por eso. Claro que también tropezó con problemas que lo llevaron a la cárcel cuatro veces, con tres condenas a trabajos forzados. Una por asesinar a un hombre, dos por intentarlo y otra por atacar a una mujer. De una de aquellas sentencias lo rescató su música: le compuso una canción al gobernador texano Pat Morris Neff, que visitaba la prisión, y lo convenció de concederle un perdón especial. “Si yo lo tuviera, gobernador Neff, como usted me tiene / me levantaría en la mañana y lo dejaría libre”. Al salir de allí, ya era Lead Belly (“panza de plomo”), el apodo que le adosó el párroco del penal por su fortaleza física. Entre rejas no dejó de encontrar canciones o historias que le permitieran escribirlas. Aparecieron así prison songs tradicionales como The Gallis Pole o el holler Go down, Ol’ Hannah. Y también una leyenda carcelaria sobre un tren nocturno, a cuyo faro frontal se le adjudicaba el mágico poder de liberar a los detenidos que iluminaba. De la mano de Huddie nacía The Midnight Special: “Dejen que el especial de medianoche lance su amorosa luz sobre mí”.

Del camino a los barrotes Cuando tomó la decisión de dejar su pueblo, se encontró con Shreveport y con la calle Fannin, una hilera de lupanares donde reputación era sinónimo de prontuario. En esa zona escuchó a varios pianistas de cierto renombre que venían de camino desde o hacia Nueva Orleáns con un embrionario jazz a cuestas. De ellos copió la técnica del walking bass, que luego usaría en la guitarra como una de sus marcas de identidad. Más tarde halló la ruta hacia Texas y la siguió. En las calles de La Gran Manzana Dallas se cruzó con un músico Quizás el encuentro definitivo texano gordo y ciego, llamado en la vida de Lead Belly fue con el


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(al)TErna etnomusicólogo John Lomax y su hijo Alan. Se conocieron en 1933 en la granja-prisión Angola, en Louisiana, donde el artista cumplía una de sus condenas. Los visitantes, por su lado, recorrían penitenciarías en busca de las raíces del folclore afroamericano, en un trabajo para la Biblioteca del Congreso. Con todas las piezas que había reunido a lo largo de su vida, aquel prisionero los deslumbró: era una suerte de eslabón cultural entre el folclore decimonónico y la era del disco y la radio. Grabaron varias de sus canciones en un “moderno” equipo portátil -que pesaba casi 150 kilos y ocupaba todo el baúl de un automóvil- y, tiempo después, cuando salió en libertad por conmutación de pena, le dieron empleo como chofer y ayudante personal. También, sin darse cuenta, le aportaron un elemento más a su estilo: las introducciones recitadas. La investigación requería de ese detalle para ayudar a comprender el origen y la intencionalidad de algunas letras. Pero

saba el sombrero al final. Recibía más dinero del que había visto en su vida, aunque sólo le quedaba una tercera parte de las ganancias: el resto se llevaban sus empleadores, con quienes había firmado un contrato de representación que podía ser muchas cosas menos equitativo. Eso fue debilitando la relación entre ellos, junto con el descubrimiento de que no todo brillaba en las grandes ciudades del norte. Eran tiempos de leyes segregacionistas -escondidas tras el eufemismo “separados pero iguales”- que no permitían al artista alojarse en los mismos lugares que sus representantes o actuar en determinados espacios. “Bien, mi esposa y yo estábamos de pie escaleras arriba / y escuchamos al hombre blanco diciendo ‘no quiero negros ahí’ / Señor, en una ciudad burguesa”, escribió Lead Belly en su Bourgeois Blues, tras una visita a Washington DC. También le molestaba que en algunos sitios le exigieran cantar con uniforme peniten-

él lo incorporó a las canciones como algo natural. Gracias a su facilidad para versificar, llegó a improvisar rimas para esas presentaciones, que hoy suenan a rap aunque entonces ni se soñaba con tal cosa. Con los Lomax viajó por primera vez a Nueva York, donde se dio a conocer con actuaciones en círculos académicos, radios, universidades y sus primeras grabaciones comerciales. En algunas presentaciones se acordaba un cachet fijo, aunque en la mayoría Huddie pa-

ciario, porque no lo ayudaba a quitarse la etiqueta de “negro-convicto-peligroso”. De hecho, así vestido tuvo que aparecer en un informativo cinematográfico sobre su vida; y el diario Herald Tribune lo presentó con un título más semejante a una afrenta: “Dulce cantante de las tierras bajas está aquí para hacer algunas canciones entre homicidios”. Por las razones que fuese, su primera experiencia neoyorquina terminó muy mal. Hubo abogados de por medio para

cancelar el contrato con John Lomax, y un regreso al sur sin mayor fortuna. Volvió a la Gran Manzana en 1939, ya definitivamente. Soplaban vientos más favorables, el crack financiero empezaba a ser un mal recuerdo y florecían los movimientos por derechos civiles y laborales. Aún sin demasiada conciencia política, Lead Belly se relacionó con activistas y artistas comprometidos con aquellas causas. Se presentó en muchos mitines y hasta compuso canciones relacionadas con temas de actualidad, como Mr. Hitler o Equality for Negroes: “Si los negros somos lo suficientemente buenos para combatir / ¿por qué no podemos tener los mismos derechos?”, se preguntaba, en plena Segunda Guerra Mundial. Pero lo que cautivó a sus pares fueron sus conocimientos musicales y su forma de entender el oficio artístico con profesionalismo, auna cuando el éxito y el dinero lo evitarían hasta su muerte. Su departamento era un centro de reunión al que acudían bluseros como Brownie McGhee, Sonny Terry y Josh White; y figuras de la naciente escena folk como Woody Guthrie, Pete Seeger o Cisco Houston. Todos lo admiraban, aprovechaban su influencia y le pedían consejo. En especial Guthrie, quien poco antes de su muerte escribió sobre él: “Su guitarra no era como un amigo suyo, como una mujer, como algún niño, ni como un hombre que conoces. Pero era un objeto que movería a la gente a caminar hacia donde él esté, que le daba a sus propias palabras un sonido más rico, y le ofrecía una manera de mostrarle a la gente que lo rodeaba todas las cosas que él sentía por dentro y por fuera. Él podría tocar las notas en el instrumento y contarme a mí una historia, a ti un cuento, y a todos nosotros su historia de vida. Y sería capaz de contarla y cantarla con tales palabras que no podríamos decir dónde se detuvo nuestra vida y empezó la de Leadbelly”. De eso se trata el folclore y eso sigue siendo Lead Belly. El pulso subterráneo que late y se agita por debajo de cualquier otro sonido en la música estadounidense. En la página 20 presentamos la discografía básica para conocer a Lead Belly.

Después de Lead Belly Apenas unos meses después de la muerte de Lead Belly -ocurrida el 6 de diciembre de 1949- el grupo The Weavers (Pete Seeger, Lee Hays, Fred Hellerman y Ronnie Gilbert) convirtió en hit su canción Good Night Irene. Vendieron dos millones de copias, que la convirtieron en la canción popular más exitosa de los años 50 en los Estados Unidos. Hacia 1956, el músico británico de skiffle Lonnie Donegan hizo una versión de Rock Island Line en Inglaterra, que dio comienzo al furor por ese género de pre-rock en Europa. Algunos de los skifflers más reconocidos fueron el grupo The Quarrymen (antecedente de The Beatles, conformado por tres de sus cuatro miembros: John Lennon, Paul McCartney y George Harrison), Mick Jagger y Jimmy Page. El impacto de aquella primera canción -que según Van Morrison “ayudó a cambiar la música británica”- llevó a George Harrison a afirmar que “sin Leadbelly, no hubiese existido The Beatles”. Desde entonces, son incontables las bandas y solistas de rock que han versionado composiciones o recopilaciones de Huddie Ledbetter. Desde The Animals hasta Grateful Dead, pasando por Eric Clapton, Led Zeppelin, Janis Joplin, Creedence Clearwater Revival, Nirvana, Rod Stewart y Mano Negra. Entre otros reconocimientos, Lead Belly fue incorporado al Salón de la Fama del Blues en 1986 y al del Rock&Roll en 1988, como “Influencia temprana”. Además, tres de sus composiciones figuran entre las 500 que el Salón de la Fama seleccionó como las que dieron forma al rock&roll: Midnight Special (interpretada por él mismo), Rock Island Line (por Lonnie Donegan) y House of the Rising Sun (por The Animals). Desde 1992, además, un grupo de familiares lleva adelante The Lead Belly Foundation, una organización sin fines de lucro que busca preservar su memoria y su legado musical. Una de sus principales actividades es conceder becas a niños de bajos recursos para que puedan estudiar música. Aquella “caja del hambre” Lead Belly nunca obtuvo demasiadas ganancias con su guitarra. El instrumento, como le dijo alguna vez su padre, fue una “caja del hambre” para él. Además, Stella era económica: nueva, costaba alrededor de 16 dólares cuando él la usaba. Pero, para la década de los 90, eso había cambiado bastante. Antes de su concierto Unplugged para MTV, a Kurt Cobain (cantante de Nirvana) le ofrecieron comprar la famosa guitarra de doce cuerdas por 200 mil dólares. Había pasado del hambre a la abundancia, en alas de la celebridad.


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temACentral

LA INVESTIGACIÓN CULTURAL DESDE EL ESTADO: R e f l ex i o n e s e n s e i s mudanzas →(I

PARTE)

CRISTIAN JIMÉNEZ


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temACentral “Los campos olímpicos de lo que equivocadamente se caratula “teoría pura” se suponen eternamente aislados de las exigencias y tragedias históricas de los miserables de la tierra. ¿Siempre debemos polarizar para polemizar?” (Homi Bhabha, 2002) Exordio Construirse es reconstruirnos desde una necesaria (aunque incómoda) destrucción. Premisa general que ronda los diferentes campos sobre los que actuamos y cuyas aristas generales pretendemos abordar en el siguiente escrito. En efecto, re-construirse a partir de la destrucción de viejos prejuicios y nociones agotadas, afrontando las limitaciones y violencias sedimentadas en nuestras formas de relacionarnos con los otros y/o conocerlos, relativizando la posición desde la cual hablamos y/o legitimamos nuestros discursos o prácticas intelectuales que, en el fondo, determinan el domicilio o situación de nuestra comprensión del mundo. Primera: sobrevivirnos desde la diletancia El ensayo de respuesta a la pregunta sobre las dinámicas que determinan el domicilio actual de nuestra investigación, debe partir de la contemplación de la multiplicidad de campos, intereses intelectuales y aspectos vivenciales que nos han marcado, cuyos ejes de desarrollo siempre desbordan lo que define como el campo de acción académico. En esta línea, el inicio de nuestro recorrido se fundamenta desde el cuestionamiento a la supuesta autonomía del conocimiento que ha animado el desarrollo del paradigma convencional de la ciencia, que en palabras de Alejandro Haber, se traduce en colonialidad del conocimiento y de la cultura: “La autonomía del conocimiento, acoplada a la idea de justicia como lugar de atribución de valores, es precisamente aquello que sostiene la colonialidad del conocimiento y de la cultura. Una vez que conocemos el mundo que está allí, sabiéndonos a nosotros como conocedores, y que nos atribuimos el lugar atribuyente de valores de justicia, estamos listos ya para tornar a nuestro conocimiento en una tecnología de intervención y a nosotros

mismos en agentes de colonización. Al fin y al cabo, los colonizadores siempre viven en el lugar de la justicia”. (Haber, 2011:25) Ubicado este crucial y definitivo cuestionamiento, proponemos a la diletancia como primer intento de mudanza que podría distinguir a la nueva práctica epistemológica, que a más de intelectual es indiscutiblemente ética y política. Desde su acepción primigenia, el gozo poderoso que caracteriza al ejercicio de la diletancia nos permitiría explorar la amplitud de campos simbólicos que involucran el hacer y pensar de la cultura, desde una estrategia que, al tiempo de des-centrar el protagonismo exagerado de las experticias disciplinarias sobre los conocimientos y las prácticas, ubicaría nuestras inquietudes extra-académicas en un lugar protagónico de la experiencia vital. La resistencia al ímpetu especialista que nos obliga a cartografiar y profundizar el conocimiento de un determinado sector, campo, lenguaje o expresión, está pensada en pos de favorecer el recorrido deambulatorio por los distintos territorios/afectividades en los cuales se constituyen y proyectan las subjetividades que nos conmueven e interpelan. La defensa de la nomadez adquiere mayor coherencia cuando nos vemos abocados a imaginar puntos de aproximación y diálogo a la amplitud de voces,

subjetividades y posicionamientos con los cuales se vincula nuestro trabajo, muchas de las cuales no provienen del campo restringido de la academia, sino de prácticas diversas cercanas a sensibilidades identificadas como ‘colectivas’ y/o ‘marginales’, las cuales encuentran un lugar propio en proyectos como la “Epistemología del sur” del portugués Boaventura De Sousa Santos (2009) o un “Paradigma otro” del argentino Walter Mignolo (2002). Desde las posibilidades que ofrecen las sensibilidades incluidas en dichos proyectos –los cuales han caracterizado un giro sustancial de la reflexión político-cultural desde América Latina-, una línea fructífera de acción podría ser el indisciplinamiento de los campos de referencia que construyen nuestro enfoque profesional, promoviendo una suerte de ‘contagio’ y ‘mutación’ con la multiplicidad de prácticas simbólicas que han sido borradas o simplemente excluidas del denominado campo académico del conocimiento. En tanto que epistemologías legítimas1, si bien dichas prácticas intelectuales y culturales encuentran puntos de cercanía con las humanidades y las ciencias sociales, sus dinámicas y formas de reproducción suelen permanecer ajenas a los bloques o departamentos disciplinares que se trazan desde el enfoque convencional y nos

ofrecen nuevas formas de abordar los complejos hechos culturales. Explorando esta ruta, los contagios y mutaciones podrían desembocar en lo que De Sousa Santos plantea como "(...) el retrato de una familia intelectual numerosa e inestable, pero también creativa y fascinante, en el momento de su despedida, con algún dolor, de los lugares conceptuales, teóricos y epistemológicos, ancestrales e íntimos, pero no más convincentes o seguros, una despedida, en busca de una vida mejor, hacia un camino lleno de otros paisajes donde el optimismo sea más fundado y la racionalidad más plural y donde, finalmente, el conocimiento vuelva a ser una aventura encantada”. (De Sousa Santos, 2009:39-40) Entonces, las posibilidades de esta empresa se potencializan más si asumimos la proclama que nos hace De Sousa Santos cuando manifiesta el desafío de reconceptualizar y devolver(nos) el conocimiento como aquella hermosa aventura encantada y ambiciosa que debe (re)incorporar la inconmensurable capacidad imaginativa, poética y utópica del ser humano, la cual ha sido desterrada por el paradigma convencional de la ciencia. Desde esta nueva posición, el tono que podría adquirir nuestra intervención debería nutrirse de los acercamientos potenciales que guarda la emergencia del nuevo


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temACentral “...se trata de imaginar una sociedad en la cual el ser humano no profundice la tendencia a instrumentalizar el conocimiento hacia la explotación...”. paradigma científico planteado por De Sousa Santos con el particular momento que vive nuestro país2. Así, posicionados en un momento histórico que no solo es nacional sino regional, el desafío por configurar un ejercicio epistemológico distinto, sea éste antiimperialista, subalterno, poscolonial, decolonial o contrahegemónico, estaría llamado a celebrar el hermoso encuentro entre el lado especulativo y reflexivo del pensamiento con la creatividad e inclinación poética del ser humano. Avanzar en este camino podría significar, por ejemplo, la exploración de las conexiones posibles entre el ‘saber vivir’ que nos plantea De Sousa Santos con la propuesta del ‘Buen Vivir’ (Sumak Kawsay) delineada en la Constitución de la República vigente, como referentes directos de lo que podría ser un nuevo paradigma de conocimiento. Desde este planteamiento, se trata de imaginar una sociedad en la cual el ser humano no profundice la tendencia a instrumentalizar el conocimiento hacia la explotación o aniquilamiento de sus semejantes y de la naturaleza3. Sin ocultar el entusiasmo personal que implica participar del actual proceso político que enfrenta nuestro país, coincidimos con la posibilidad de configuración de una práctica investigativa que pueda reconocerse en la heterogeneidad simbólica y cultural que nos caracteriza, desde el nuevo ethos de un ejercicio profesional que posiciona la transgresión metodológica invocada por De Sousa Santos y que renueva el compromiso ético-político de una racionalidad más plural, amplia y democrática. Bajo esta interpretación, ‘saber vivir’ y ‘Buen Vivir’, constituirían nociones gemelas que afrontan el desafío de replantear un compromiso colectivo cuyas aspiraciones apunten a la transformación integral de nuestras prioridades, prácticas usuales, compromisos y actitudes existenciales con lo que nos rodea y somos en sen-

tido amplio4. Sin centrarnos en eventualidades subjetivas que podrían limitar el enfoque propuesto, es entonces necesario identificar y reconocer las situacionalidades y exigencias que inciden en las prácticas investigativas que venimos desarrollando, las cuales están atravesadas por formas de legitimación, discursos hegemónicos y ejercicios de poder que las desbordan. Como se diría en el lenguaje común, no es cuestión de ‘soplar y hacer botellas’, por lo que hay que sor-

tear la trampa fácilmente asumida que imagina al desarrollo de la práctica investigativa en una suerte de mundo paralelo ajeno a las truculencias del mundo mundano. Desde esta perspectiva, el ejercicio profesional-intelectual-político de quien opta por el campo de la investigación, ya sea desde el Estado o desde cualquier otra forma de institucionalidad, debería estar articulado en referencia a las formas de legitimación y justificación de su práctica en el contexto social, es decir, a las opciones y decisiones concretas que le permiten sobrevivir como cualquier otro individuo en un mundo cada vez más salvaje. A este develamiento de las coordenadas del discurso intelectual se refiere Alejandro Haber cuando plantea: “Ganamos un sueldo como

investigadores (o una beca como doctorandos), y la supervivencia es un factor nada desdeñable en el mundo de los que vivimos de nuestro pensamiento; es decir, que la comida que nos entra por la boca, la casa en la que vivimos, la ropa que vestimos, y el colegio al que enviamos a nuestros hijos, no son meras casualidades para quienes encontramos en el pensamiento, el habla y la escritura la manera de justificar nuestro lugar en la lucha por la supervivencia”. (Haber, 2011:13) Indudablemente, como el mismo Haber sugiere, el sentido de la coartada que apunta a la legitimación del investigador y la investigación, trasciende el simple interés de supervivencia y también se vincula con el afán de figuración social que también incide en la toma de decisiones. En nuestra sociedad el anhelo de superación se ha reducido pau-

latinamente a la premisa competitiva de mejorar nuestra posición laboral y remunerativa, para el tema particular que nos ocupa, la figura del investigador que actúa desde el Estado debe estar referenciada constantemente por la necesidad de asumirla y reconocerla como una posición enfocada al servicio público, pero re-conceptualizado desde el fracaso de la burocracia institucional todavía vigente en ciertos niveles. En otras

palabras, si bien es importante identificar las coartadas que legitiman la elección de un individuo sobre las alternativas para desarrollar su trabajo y triunfar en su lucha por la supervivencia, para el caso del investigador que se posiciona en el Estado debe también contemplarse una reflexión profunda sobre los compromisos y responsabilidades inherentes a la elección de actuar desde el marco de lo público. Entre otras, las consideraciones y reflexiones delineadas permitirán visualizar, por un lado, las determinaciones discursivas de poder y representación a las cuales el/la investigador/a escoge someterse o sublevarse, y, por otro, el campo desde el cual se actúa e interviene, así como las estrategias posibles para concretar el insalvable relacionamiento con otras subjetividades. En estas coordenadas, el lugar asumido deberá enfrentar y superar los reparos generalizados que anteponen los actores culturales, cuya vinculación con el Estado ha sido tristemente marcada por la inoperancia e indolencia de una burocracia enraizada en las instituciones oficiales. Por supuesto, hay que decir que tras el discurso de la citada indiferencia, también se ocultan las posturas de determinados actores que defienden posiciones de privilegio e intereses particulares no articulados con los intereses mayoritarios del conjunto social. Segunda: descentrar hegemonías excluyentes Para distinguir de mejor manera los contornos del nuevo paradigma investigativo cuyos rasgos buscamos explorar, nos preguntamos ¿qué tipo de posibilidades podrían desarrollarse desde el proyecto de ‘buen vivir’ al cual nos adherimos? y ¿qué aportes puntuales se podrían ensayar desde la posición particular del

“Hay que decir que tras el discurso de la citada indiferencia, también se ocultan las posturas de determinados actores que defienden posiciones de privilegio”


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temACentral Estado? Para respondernos, apelamos a la segunda mudanza de este recorrido, la cual sustentándose en los aportes de Donna Haraway (1995), postula un descentramiento del yo hegemónico occidental y la posibilidad de imaginar una mirada que nos permita reconocer las contradicciones, intersecciones y núcleos de significado que rodean a nuestros cuerpos, en tanto que sujetos éticos, políticos y epistemológicos. Como nos propone la autora estadounidense, las conexiones y conversaciones que se podrían establecer con las prácticas simbólicas o las sensibilidades colectivas mencionadas en la mudanza anterior, podrían potenciar un ejercicio intelectual indisciplinador, plural y utópico que nos permitirá avanzar en la construcción de versiones del mundo menos organizadas en torno a ejes de dominación o hegemonías excluyentes. La recurrencia de dicho ejercicio, así como la amplitud de voces de las cuales se alimenta y con las cuales dialogan nuestras convicciones y conocimientos, podrá alguna vez traducirse en un nuevo proyecto de ciencia y objetividad que se constituya ya no desde la exclusión y las borraduras epistemológicas, sino a partir de la mutua y reflexiva interacción entre cuerpos parciales y contradictorios, que se reconocen como tales en la interacción, pero que se vinculan mutua y solidariamente en la construcción de un sujeto colectivo. Siendo la propuesta configurar una red de conocimientos parciales, localizables y críticos, el reto que nos convoca debería apuntar al descentramiento de la voz hegemónica del Estado, en tanto constructo moderno y occidental por excelencia. Para ello, resulta crucial nuestra capacidad de promover y sostener conexiones solidarias y conversaciones compartidas con los múltiples actores que provienen de distintos campos, disciplinas y posicionamientos intelectuales o políticos, o los dos a la vez. Sin postular la desaparición o desvinculación del Estado con respecto al complejo y crucial escenario cultural que nos convoca, creemos que también se trata de no sobrevalorar la importancia de dicha participación ni tampoco la reproducción de las prácticas hegemó-

nicas que podrían darse desde una institucionalidad cerrada y cercada en sus propias inoperancias o limitaciones. Antes bien, la participación del Estado en la negociación cultural deberá estar llamada a superar las mediocres concepciones e intervenciones acostumbradas en momentos históricos anteriores, cuyas lógicas reduccionistas y estereotipadas no dejan todavía de reproducirse en algunos espacios. Entonces, como venimos sugiriendo, las posiciones que adoptan el conjunto de los actores culturales con respecto a la participación, responsabilidades o atribuciones del Estado en el tema cultural resultan disímiles por inherencia, por lo que el descentramiento del yo hegemónico occidental y de las prácticas excluyentes que convoca se plantea como un momento crucial que podría ayudar a resolver viejas tensiones y a solventar el proceso de construcción de otros paradigmas de conocimiento. Por ende, es necesario estimular y favorecer cuantas versiones del mundo sean posibles, lo que en términos de Haraway significa ejercer ‘la ciencia como enjambre’, opción que se articula con las dos nuevas mudanzas programadas para nuestro recorrido: la conversación y la traducción. Tercera: conversar es traducirnos política y culturalmente I Por una parte, desde las posibilidades de un conocimiento crítico, la conversación renueva la relación de investigación y la escenifica en el marco de una doble hermenéutica (Giddens,

temACentral

“...desde las posibilidades de un conocimiento crítico, la conversación renueva la relación de investigación” 1987), que busca neutralizar la violencia trazada por el método convencional (Figari, 2012, Módulo 7) y que nos recuerda que el quehacer de la investigación social y cultural implica una doble vía por la cual explicamos y comprendemos lo que los actores sociales explican y comprenden. De ahí que, antes de avanzar, toda intervención deberá cuestionarse en colectivo sobre lo que se entiende y se ejerce como conversación, lo que implica especificar los marcos y condiciones sus agentes, quienes desde la nueva perspectiva abierta por esta mudanza estarían llamados a desechar la dicotomía sujeto-objeto y a actuar bajo relaciones sujeto-sujeto. Cumpliendo estas premisas, la conversación podrá potencializarse como una forma auténticamente indisciplinada de comunicarnos, una suerte de ‘relacionalidad ampliada’ que incluye el aporte de actores excluidos y marginados desde la perspectiva tradicional y que desvirtúa los supuestos asumidos acríticamente que con-

funden investigación con indagación o interrogación. Si somos capaces de ampliar los cuerpos y las dimensiones de sus contactos, podríamos asumirnos como sujetos hablantes que no esconden su condición de campos de batalla y espacios de conflicto, pero que al mismo tiempo manifiestan su deseo de establecer conexiones y conmoverse a través de la conversación. En algunos casos, dichos posicionamientos se asumen como ejercicios de una ‘mala praxis’ que busca desbordar los reducidos contextos de la academia y vincular al conocimiento con las dimensiones del que fuera expulsado. “Nos propusimos recuperar el pensamiento de las situaciones (investigación), de la esterilización que supone la falta de involucramiento político (academia); y al mismo tiempo recrear el compromiso existencial (militante) en torno a procesos de reflexión siempre inmanentes. Romántico es el bello nombre que vino a dar cuenta, desde la perspectiva de la academia, de la mala praxis en que hemos incurrido”. (Colectivo Situaciones, 2009:IV) Desde nuestro posicionamiento, considerando las tensiones que atraviesan el campo cultural y los distintos actores que intervienen en su desarrollo, las premisas descritas no siempre se cumplirán a cabalidad, por lo que también es necesario combatir la falacia de la ‘conversación desinteresada’. Hemos visto como en la escena del debate contemporáneo, muchas de las imbricaciones entre cultura, política y poder son analizadas desde

distintos ámbitos y enfoques, lo cual ha exigido la comprensión mutua de que las condiciones de conversación están urdidas de diferencia (Haber, 2011) y que la percepción de nuestra realidad política está culturalmente enmarcada (Buden, 2006). A esto se suman los aportes de la tendencia explorada (aunque no agotada) por los Estudios Culturales, a partir de los cuales resulta cada vez más evidente que la participación en el contexto actual debe partir de la consideración de la cultura-como poder o del poder-como-cultura 5. En esta línea de reflexión, Boris Buden nos plantea: “Lo cultural se ha convertido propiamente en ese escenario, la mismísima condición de posibilidad de la sociedad y de nuestra percepción de lo que es hoy la realidad política. Ésta es la razón por la que la democracia, es decir, la búsqueda de la libertad, la igualdad, la justicia social, el bienestar, etc., se nos muestra hoy como culturalmente determinada”. (Buden, 2006:2) Por otro lado, no es menos cierto que el posicionamiento o las características que transmite la institucionalidad del Estado a cualquier proyecto de investigación cultural, podría dificultar en cierta medida el desarrollo de una conversación auténticamente conmovedora y transformadora, pues desde dichos sectores de la gestión cultural se ha tornado costumbre manejar la falacia que atribuye un acento extraño de pureza y marginalidad ontológicas a los procesos culturales autodenominados ‘independientes’. En este sentido, si bien persisten hoy igual que antes los peligros

“...la conversación podrá potencializarse como una forma auténticamente indisciplinada de comunicarnos” de la anulación, oficialización y partidización de ciertas dinámicas culturales, sin embargo, en muchas ocasiones la importancia de neutralizar estos riesgos se desvirtúa por completo con prácticas lastimosamente difundidas desde las cuales se privilegian aspectos como el chantaje, el ocultamiento de intereses y privilegios personales o la auto-victimización y auto-marginalización estratégica de ciertos actores culturales. Al mismo tiempo, de manera no menos paradójica, los detractores que señalan este extraño contagio institucional, posicionan un discurso que reclama el apoyo más decidido y desinteresado del Estado, al cual, dicho sea de paso, constantemente critican y desprestigian. Así, parecería que desde cierto sector de la gestión cultural se posiciona una suerte de pragmatismo interesado, el cual regula sus apreciaciones discursivas en una escala que va desde la demanda de financiamiento estatal para sus iniciativas –muchas de las cuales han sido cooptadas por la lógica privada y con afán de lucro-, hasta la con-

dena a la ‘intervención oficialista’ cuando de democratizar la inversión, vigilar el correcto uso de los fondos públicos y des-hegemonizar ciertas prácticas se trata. En definitiva, a efectos de estimular la mudanza a la cual nos referimos, resulta necesario puntualizar que la vinculación de los procesos culturales provenientes de la sociedad con la trama del Estado, no tiene por qué implicar su deslegitimación o el desvanecimiento del carácter agitador, inquietante y subversivo que algunos conservan. Antes bien, una comprensión cabal de la dimensión política de los procesos culturales y un ejercicio frontal del diálogo situado con las lógicas del poder puede potenciar dichos procesos y generar dinámicas auténticamente transformadoras. Por lo que hemos podido percibir, la pugna en cuestión abarca una serie de elementos discursivos y estrategias de presión que precisamente amenazan la posibilidad de una conversación transformadora y reveladora. Por un lado, la imposibilidad del diálogo descrito puede explicarse por la persistente negativa a incluir al Estado (central y regional) como un actor más en la conversación y vincularlo como sujeto colectivo con protagonismo legítimo y voz propia que podría (y debería) posicionar la naturaleza de sus intervenciones y lógicas de gestión . Por otro lado, la resistencia descrita también debe contextualizarse en el necesario mea culpa expresado por la administración pública, pues el tipo de participación que han estilado sus instituciones opera como uno de los factores que reproducen prácticas descontextualizadas y excluyentes, las cuales se traducen en formas de interlocución que imposibilitan un acercamiento sincero y abierto hacia las iniciativas ciudadanas. En tal medida, el desarrollo renovado de un ejercicio dialógico debería profundizarse también desde la urgente transformación de la gestión pública en el contexto del proceso, por lo que una de las estrategias posibles será aquella que promueva la transformación radical del tono y posicionamiento que adopta el Estado en el concierto cultural, neutralizando aquellas prácticas que profundizan los riesgos del viejo paternalismo y el falaz argumento del carácter apolítico de los procesos culturales.

NOTAS 1. Recordemos que el trazado del campo académico ha obedecido a unas prácticas epistemológicas y políticas concretas, y ha pretendido confundir el llamado afán desinteresado por la verdad con un ejercicio hegemónico que legitima ciertos conocimientos al tiempo que deslegitima otros. 2. Sin duda, uno de los síntomas que expresan el desarrollo de este nuevo momento es la creación del Ministerio de Cultura del Ecuador en el año de 2007. Articulada a la aprobación ciudadana de una nueva Constitución de la República (2008), esta Cartera de Estado se presenta como la institución rectora del Sistema Nacional de Cultura, cuya finalidad es garantizar el pleno ejercicio de los derechos culturales, fortalecer la identidad nacional, proteger y promover la diversidad de expresiones culturales, incentivar la libre creación artística y la producción, difusión, distribución y disfrute de bienes y servicios culturales, además de salvaguardar la memoria social y el patrimonio cultural. (Constitución de la República del Ecuador, 2008) 3. Otro de los campos significativos de exploración abiertos por la Constitución de la República vigente es el que se relaciona con la declaración de los ‘derechos de la naturaleza’. Entre otras, una de las propuestas que buscarían expresar esta nueva forma de interpretar viejos conceptos como bienestar, progreso o desarrollo, es la iniciativa mundialmente conocida como Yasuní ITT. Como propósito fundamental, esta propuesta plantea renunciar a la explotación de inmensas reservas de petróleo en pos de la conservación de una reserva natural de relevancia planetaria. Para mayor información de esta propuesta, se puede consultar el sitio web: www.yasuni-itt.gob.ec 4. En nuestro caso particular, luego de ensayar una formación doblemente referenciada por estudios disciplinarios e intereses in-disciplinados o dispersos, la posibilidad de involucrarnos en procesos de investigación cultural impulsados desde el Estado representa el momento actual que condiciona (sin someter) gran parte de nuestro ejercicio intelectual. Por supuesto, las renuncias, implicaciones y compromisos que subyacen a este posicionamiento, son inherentes a la elección adoptada y obedecen a la contingencia particular de nuestra carrera profesional, por lo que no pueden ser obviados desde ningún punto de vista. 5. Explora este mismo camino, aunque con un enfoque crítico de la institucionalización y despolitización de los Estudios Culturales, la línea de pensamiento sustentada por Daniel Mato y el grupo de “Estudios en otras prácticas intelectuales latinoamericanas en cultura y poder”. Para mayor amplitud sobre estos puntos, véase Mato (2002).


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DE OLVIDOS Y ACUSACIONES: Culebreo literario 2012 Un recorrido por los acontecimientos literarios que causaron polémica y debate en todo el mundo. Desde los comentarios de la viuda de Borges, al olvido de García Márquez. DANIELA RIZZO

La viuda de Borges vs. Adolfo Bioy Casares La última mujer de Jorge Luis Borges, María Kodoma, acusó al escritor argentino Adolfo Bioy Casares de ser “un desecho de ser humano”. La viuda del autor de Ficciones asegura que Bioy Casares, íntimo amigo de Borges, era “un cobarde” y que siempre vivió a la sombra del triunfo ajeno. Estas palabras causaron barullo entre los escritores argentinos contemporáneos que afirman que no es la primera vez que Kodoma habla sin fundamentos, con un resentimiento vano. Aconsejaron que es mejor no hacerle caso. En una entrevista en el jardín del Instituto Cervantes, en Manhattan, Kodoma acusó a Bioy Casares de traicionar a su amigo al escribir un extenso libro, casi un ladrillo, acerca de Borges. El libro incluye sus conversaciones íntimas en las que se relata incluso ciertas relaciones amorosas de Borges. Kodoma posee los derechos de la obra de su difunto esposo, se casó con el argentino dos meses antes de su muerte, en 1986. La viuda ya causó divergencias cuando demandó y sacó de circulación los libros de Pablo Katchadjian y Agustín Fernández Mallo por utilizar la obra de Borges. Premio Nobel de Literatura 2012 acusado de “colaboracionista” Mo Yan, ganador del premio Nobel de Literatura en 2012, tuvo que soportar serias críticas a su obra luego de que escritores exiliados de China lo acusaran de escribir a favor del régimen comunista de su país y evitar así la censura. El poeta LiaoYiwu, desde la Feria del Libro de Frankfurt, llamó a Mo Yan un “canalla” que trabaja

para apaciguar los escándalos del gobierno chino. Mo Yan, cuyo seudónimo significa “no hables”, se defendió en un discurso en el que solicitaba la liberación de LiuXiaobo, quien está preso por ser acusado de subversión y fue ganador del premio Nobel de la Paz en 2010. Mo Yan es el primer Nobel que el régimen chino festejó ya que los demás –entre ellos los de LiuXiaobo, GaoXinjiang o del Dalai Lama– fueron entregados a exiliados o presos políticos contrarios al Partido Comunista Chino. A los 20 años, Mo Yan se enlistó en el Ejército Popular de Liberación, que actualmente funciona como las fuerzas armadas chinas. Los titulares de la prensa oficial china llamaron a Mo Yan el “primer chino galardonado con el premio Nobel”. Mario Vargas Llosa y sus variados comentarios El peruano Mario Vargas Llosa, ganador del premio Nobel

de Literatura en 2010, aprecia comentar acerca de diversos sucesos políticos dentro y fuera de Perú. Entre los comentarios más destacados de este año se encuentra su calificativo de “vivillo oportunista” a Julian Assange, asilado en la Embajada de Ecuador en Londres. El escritor acusó al presidente de Ecuador de “perpetrar los peores atropellos en contra de la prensa”. Este editorial titulado “Julian Assange desde el balcón” fue publicado por El País de España. En respuesta, el presidente Correa aseguró que "estamos acostumbrados a escuchar tonterías de Mario Vargas Llosa". Vargas Llosa también comentó acerca del gobierno de la argentina Cristina Fernández y la condecoró “el ejemplo flagrante de la vocación autodestructiva de la Argentina”, luego de que la presidenta confiscara las acciones de la española Repsol en la empresa argentina YPF.

Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares

De las palabras a los hechos PARA ABREVIAR MARÍA DEL PILAR COBO Muchas veces, cuando falta espacio en un texto, usamos abreviaturas; sin embargo, es importante tomar en cuenta algunas reglas para no equivocarnos. En primer lugar, es necesario definir abreviatura. Según el Diccionario Panhispánico de Dudas de la RAE: “Es la representación gráfica reducida de una palabra o grupo de palabras, obtenida por eliminación de algunas de las letras o sílabas de su escritura completa y que siempre se cierra con un punto”. La definición de abreviatura ya nos da pistas: se eliminan algunas letras de una palabra y siempre termina con punto. Sobre lo primero, por lo general suelen eliminarse más de dos letras de una palabra y siempre se conservan las primeras, no existe abreviatura que se forme sin la primera letra de una palabra. Entonces, ya tenemos dos reglas: una abreviatura siempre termina con punto y conserva, al menos, la primera letra de la palabra. Por otro lado, existen dos maneras de abreviar. La primera es por truncamiento, es decir, se conservan las primeras letras. En este caso, es importante tomar en cuenta otra regla: si las sílabas que se conservan se tildan, la abreviatura debe tildarse, por ejemplo: página (pág.), código (cód.), número (núm). Otra manera de formar abreviaturas es por contracción: se eliminan algunas letras de la palabra o se recurre a las letras voladas, por ejemplo: etcétera (etc.), atentamente (atte.), María (Mª). Para finalizar, tres reglas rápidas: los femeninos se construyen con la terminación de femenino al final de la abreviatura o con letra volada (doctor y doctora: Dr. y Dra. o Dr.ª; licenciado y licenciada: Lcdo. o Lcda.). En cuanto al plural, debe aumentarse la letra –s (págs., uds., cías.). Y, por último, si la palabra original lleva mayúsculas, la abreviatura debe conservarlas, como en el caso de Buenos Aires (Bs. As.). Ojalá que con estas reglas, ya no sea tan complicado abreviar.

María del Pilar Cobo (Quito) Profesora de Redacción, lexicógrafa y correctora de textos. Máster en Edición de la U. de Salamanca, Magíster en Lexicografía Hispánica de la Escuela de Lexicografía Hispánica de la RAE, ex becaria de la Academia Ecuatoriana de la Lengua y ha colaborado en varios proyectos lexicográficos. Miembro fundadora de la Asociación de Correctores de Textos de Ecuador (Acorte). Preguntas y sugerencias: pilicobo@gmail.com


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venTAna RECOMENDADOS

Los nombres secretos de Walter Benjamin, Gershom Scholem Lo que más se conoce sobre la vida de Benjamin se debe a Gershom Scholem, quien fue su amigo de juventud. Entre 1915 y 1923, año en que Scholem emigró a Palestina, mantuvieron un trato casi diario. El libro recoge la faceta política, mística y personal de Benjamin.

La guerra de las imágenes: De Cristóbal Colón a "Blade Runner", Serge Gruzinski El autor recorre el México colonial y barroco, y así nos muestra hasta qué punto se asemeja al mundo en que vivimos en la actualidad, debido a la fascinación y la omnipresencia de la imagen reproducida en todas partes y al mestizaje de la cultura.

Si me necesitas, llámame, Raymond Carver Años después de la muerte de Carver, su esposa, quien fue escritora y poeta, encontró y editó estos cinco relatos que componen el libro. Historias de hombres que han dejado de beber, con parejas que ya no se aman y empiezan a mirarse como extraños en plena compañía.

va; incluso Mo Yan, premio Nobel de Literatura 2012, afirma que es asiduo lector del colombiano.

Como respuesta al sinnúmero de críticas que solicitan que el peruano no hable más de la cuenta, Vargas Llosa aseguró: “Mi caso es el de un escritor que se preocupa mucho por la política”. García Márquez tiene conflictos de memoria A través de su hermano Jaime, se dio a conocer que el escritor colombiano Gabriel García Márquez padece de demencia senil, una enfermedad que implica conflictos de memoria. El ganador del Nobel cumplió 85 años en marzo y reside en Ciudad de México junto a su esposa, Mercedes. En 1999, García Márquez se sometió a un tratamiento de quimioterapia para tratar un cáncer linfático. Su hermano Jaime asegura que la demencia senil es común en su familia y que la quimioterapia aceleró el proceso en el Gabo. "Siempre lleno de humor. Cuando hablamos con él tenemos mucha preocupación por su salud, pero terminamos profundamente contentos porque lo tenemos vivo", comenta su hermano. Todo indica que Gabo ya no publicará más libros, cuando tenía pendiente la segunda parte de su biografía titulada Vivir para contarla. En tal caso, la extensa biblioteca de sus obras se sigue editando a página vi-

Putas asesinas, Roberto Bolaño En el presente volumen, de título provocador, el escritor chileno Roberto Bolaño (nacido en 1953) ha reunido una colección de 13 relatos, tal vez para demostrarnos que no es supersticioso con el número. El séptimo, dedicado a Juan Villoro, de los mejores de la serie, da título a la recopilación.

Gabriel García Márquez, autor de “El Otoño del Patriarca”.

Los libros eróticos se venden como pan caliente Los títulos como Cincuenta sombras de Grey, de la inglesa Erika Leonard Jones, lideran las ventas de libros en 2012, un hito que desmintió el anticipo de que iba a ser un mal año en ventas de libros. La cosecha de una multitud de novelas eróticas que hablan de fantasías sexuales causó revuelo entre lectores jóvenes y mayores. Con tramas similares, esta novela y tantas otras de su talla se relacionan con el género de novelas rosa en las que un chico conoce a una chica, se enamoran y su amor prevalece ante todas las vicisitudes. Considerado por algunos como un género literario menor, nadie puede discutir que la novela de E.L. Jones es la más vendida en este año con más de 40 millones de ejemplares en manos de hombres y mujeres que se apasionan por la relación sadomasoquista de sus protagonistas. El mercado de los instrumentos sexuales no se quedó corto y Dildos Assorted se ganó la exclusiva para crear una línea de juguetes inspirados en la novela inglesa. En la primera semana, se vendieron 6 000 artículos.


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Discograf ía básica para conocer a Lead Belly. JORGE BASILAGO

esulta muy complejo -por no decir imposible- en los países de habla hispana, hallar buenos registros discográficos de Huddie Lead Belly Ledbetter en la actualidad, como no sea mediante la compra por Internet. Apenas se filtran, muy de vez en cuando, algunos compilados cuya calidad de sonido e información adicional no siempre justifican su compra. Por otro lado, las diferentes reediciones de las primeras sesiones comerciales grabadas por el artista para el sello estadounidense ARC, adolecen de la misma parcialidad que aquellas: considerar que el cantante se dedicó exclusivamente al blues, cuando este género fue apenas “uno de tantos” dentro de un repertorio mucho más amplio. En este sentido, quizás la mejor vía de aproximación integral a la obra del hombre nacido en Louisiana sean varios de los títulos incluidos en el catálogo de Smithsonian-Folkways (http://www.folkways.si.edu/), que incluyen un detallado y riguroso material documental acerca de las canciones, su intérprete y, en ocasiones, sobre el mismo proceso de grabación. Dentro de este grupo resulta indispensable el cuádruple CD Lead Belly's Last Sessions, registrado en la casa del escritor e historiador Frederic Ramsey casi un año antes de la muerte del artista. A lo largo de sus 96 pistas, este trabajo conecta al oyente con un Lead Belly relajado, en “estado natural”, cantando entre amigos y acompañado en algunas ocasiones por su esposa Martha Promise en la segunda voz y el piano. Tampoco se deberían soslayar la trilogía Lead Belly Legacy

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-compuesta por los volúmenes Where did you sleep last night, Bourgeois Blues y Shout On- y Leadbelly Sings Folk Songs, que cuenta con una sentida y profunda nota introductoria de Woody Guthrie, quien supo definir a Ledbetter como el cantante folk “más grande” de los Estados Unidos. Además, en varias de las canciones de esta placa participan en guitarra y voz el propio Guthrie, Cisco Houston y, en armónica, Sonny Terry. Por último, quienes posean conocimientos musicales sin duda encontrarán muy interesante el trabajo The 12-string guitar as played by Leadbelly. En este CD, grabado original-

Nace en 1889 en Louisiana

mente en vinilo en 1962, el reconocido cantautor Pete Seeger rinde homenaje a su amigo y maestro a través del análisis minucioso de su estilo y su técnica guitarrística. En el cuadernillo adjunto se incluyen partituras, explicaciones paso a paso para tocar las canciones seleccionadas por Seeger, una breve biografía de Lead Belly, y una reseña histórica sobre el instrumento con el cual se hizo conocer.

El verdadero nombre de Lead Belly fue Huddie William Leadbetter


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venTAna RECOMENDADOS Hey! Ho! Let's Go: The Anthology The Ramones Ramones fue una banda de punk formada en Forest Hills, en el distrito de Queens, Nueva York, Estados Unidos, en el año 1974. Este álbum doble recopilatorio contiene temas de toda la discografía de estudio entre 1976 y 1995. Cole Español Nat “King” Cole En 1958, el cantante extendió aún más su popularidad mundial a los países hispanoparlantes al grabar algunas de sus interpretaciones en español. Para ello, en estudios de La Habana y de México, grabó su primer CD en este idioma, titulado Cole Español. Machina/The Machines Of God The Smashing Pumpkins Es el quinto álbum de estudio de la banda de rock alternativo estadounidense The Smashing Pumpkins. Se lanzó el 29 de febrero de 2000, por medio de la compañía discográfica Virgin Records, en formato CD y LP. No es el Fin Carlos Varela Grabado en los Estudios El Bosque y Vieja Linda Records, este disco ya ha sido considerado por muchos, sino el mejor, uno de los mejores discos de Varela. El mismo Carlos ha dicho: "...que lo considera su mejor disco hasta el momento, el mas músical y coherente..." Tango 3.0 Gottan Project Este disco ofrece once nuevos temas, de los cuales, La Gloria, ha sido el elegido para promocionar el álbum mundialmente. Gotan Project hace uso de muchos tópicos en su propuesta musical, sobre todo, del tango electrónico y la cultura argentina.

Algunos de los ganadores del Concurso del Fondo Fonográfico organizado por el Ministerio de Cultura.

La música se regulariza A más del impulso a los artistas con los fondos fonográficos, el Estado, junto a los vendedores de discos informales, buscan ordenar el mercado musical CULTURA EL TELÉGRAFO

ocos meses después del plan para paliar la venta de películas piratas, la industria de la distribución de discos informales se ha volcado hacia las producciones discográficas, aunque el panorama ahí es distinto. En este marco, el Ministerio de Cultura decidió que los 9 discos ganadores del concurso de Fondo Fonográfico serán distribuidos por la Asociación de Comerciantes de Audio, Video y Conexos (Asavip), uno de los gremios informales, aunque éste ya se convirtió en una empresa con marca registrada en el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI). Los disco se distribuirán en 180 tiendas de las 600 afiliadas a Asavip a un precio de $ 2, informó el gremio. En una primer estapa del proyecto, el Ministerio entregó $ 5 mil para el diseño y elaboración de los discos. En

P

cuanto a la distribución, circularán 2.000 discos de cada uno de los 9 ganadores. Pero la comercialización de los discos de música no es similar a las películas, señaló el presidente de Asavip, José Pomaquiza, quien dijo que la venta de los discos que salieron hace más de 15 días aún es “lenta”. En un mercado dominado por la circulación informal de discos, éste se dificulta ante la decisión de ciertos artistas que prefieren seguir con el sistema de distribución en el que no se respeta el derecho de creación. Asavip mira con preocupación esa forma de trabajo y asegura que no ayuda a la regularización de la venta de DVD originales que quieren establecerse con los creadores, autoridades y comerciantes. Tiempo atrás, el cantante Fausto Miño acudió a los gremios de distribución de discos informales como una alternativa para comercializar uno de

sus álbumes, pero se distanció pese a los 52 mil discos vendidos, pues a su criterio, aún existe el “riesgo de pirateo” y porque además, no coincidió con las condiciones que establecía el gremio. “Piden un volumen exorbitante de copias, unas 200.000, y se quedan en bodegas donde no tienes ningún control. El otro problema es que querían vender el disco en $ 2,50. Eso le quita dignidad al disco. Producirlo cuesta entre $ 80.000 y $ 100.000. Puede que recuperes la inversión, pero es indigno que una obra a la que le has puesto años de trabajo salga en $ 2,50. Es decir: $ 0,50 más que un pirata”, dijo el músico. Pomaquiza aclara que Asavip no tuvo acuerdos con Miño y recordó que existen otras organizaciones como la suya, así mencionó a Asecopac, que lideró las negociaciones con el cantante. Sobre el número de copias requeridas que mencionó Miño, Pomaquiza indicó que le propusieron producir de 10 a 15 mil copias, y que ese tiraje dependía del costo final, que fue fijado por el cantante en $ 5. “A ese precio no nos iban a comprar ni 5 mil discos, por eso no se concretó. Podíamos venderlos hasta en $ 3”. Pablo Mogrovejo, del Ministerio de Cultura, ínformó que para enero realizarán una ronda de negocios entre autoridades, comerciantes y productores para establecer una “metodología de mercado” para la venta de discos originales, y así superar los problemas de distribución.


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EL CINE HECHO EN ECUADOR: romper el espejo EDUARDO VARAS

i de algo nos podemos jactar en Ecuador es de ser esplendorosamente discursivos. Va en nuestro ADN y no sé muy bien por qué: mientras más palabras en una oración, mientras más citemos, mientras más hexasílabos usemos, mientras más querramos que “nuestros temas” se discutan, nos convertimos en seres pensantes. No importa qué hagamos o en qué área nos movamos. Sostener un punto de vista significa atar todos los cabos posibles y dejar muy poco a lo azaroso del ser humano. En el campo de las películas no es muy distinta la experiencia. Durante años han importado solo los temas: lo que se quiere decir, lo que nos “quiere dejar una película”, los que se nos quiere mostrar de nosotros para explicarnos, sin importar el resultado. El cine casi como extensión de estudios sociológicos o antropológicos, o la consecuencia de una “idea genial”. Y quizás para muchos las ideas de la mayoría de los cineastas ecuatorianos son las que deban revisarse exhautivamente. Para mí eso no importa, salvo cuando el resultado de esas ideas son películas que rayan en lo mediocre. Y eso está cambiando. Si bien han existido excepciones en estos más de doce años (desde el estreno de “Ratas, ratones, rateros”, de Sebastián Cordero, que voy a tomar como punto de lanzamiento firme y público de una cinematografía nacional), en 2012 aparecieron películas que, bien o mal, han conseguido contarnos algo. Ya no estamos ante un cine de ficción que solo quiere hacer del discurso su fuerte. Estamos ante un cine que se enfrenta a la misma naturaleza de la película y ejerce su poder a través de una historia, vehículo perfecto para decirnos algo. Ya no es un cine enamorado de las ideas (por

S

ejemplo, no le encuentro otra explicación a una escena como la explosión de la Virgen del Panecillo de “A tus espaldas” -2010-, de Tito Jara, más que la idea de reventarla). Este año tenemos un cine de ficción enamorado de todas las posibilidades audiovisuales para contarnos algo y, en el camino, decirnos algo. La diferencia es abismal. “Pescador”, de Sebastián Cordero, “La Llamada”, de David Nieto, y “Sin Otoño, Sin Primavera”, de Iván Mora Manzano son los tres filmes de ficción que llegaron a las salas de cine este año (No incluyo “Mejor no hablar (de ciertas cosas)”, de Javier Andrade pues

aún no se estrena en cines y para muchos esta película será una experiencia del 2013). Más allá de los gustos y de las pasiones que estas películas hayan despertado, estamos ante un cine que no ha querido, como carta inicial, reflejarnos y contarnos algo desde el innecesario puesto del vigía. Estamos, en definitiva, ante películas que se esforzaron por contar, por permitirnos ser testigos de las crisis/tragedias/búsquedas de personajes, quienes no tratan de dibujar un mapa sobre lo que somos, sino ponernos frente a seres con sus propias dinámicas y, gracias a la empatía, permitirnos ser parte de esas

“Ya no estamos ante las películas espejo. Ya no tenemos en salas un cine ecuatoriano que nos muestra el reflejo de lo que alguien supone que somos”

vidas que no son las nuestras… o que quizás se acerquen a las nuestras, pero no como una idea inmóvil. Los personajes ya no existen como representaciones sociales (el Blanquito que hace Andrés Crespo en “Pescador” no podría ser, bajo ningún criterio, representación de algo o de varios. Es, simplemente, uno de los mejores personajes que ha dado el cine de


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venTAna RECOMENDADAS

Salvajes, Oliver Stone Adaptación de una novela de Don Winslow, narra la historia de dos íntimos amigos de Laguna Beach, que comparten una novia y se dedican al tráfico de drogas. Un cartel mexicano, liderado por una mujer, secuestra a la chica y les exige como rescate todo el dinero que han ganado durante los últimos cinco años. Ellos planificarán el rescate y la venganza.

El cine del 2012 nos trajo personajes como seres propios y eso es un paso más allá. No podría poner a las tres películas al mismo nivel, desde luego. “La llamada” tiene muchos problemas de historia, tantos que da la impresión de que hay algo que no nos dijeron y que eso es justamente lo que necesitamos para cerrar todo el conflicto. Si bien tiene un par de momentos preciosos (uno de ellos involucra al hijo de la protagonista y al conserje del colegio deslizándose por un pasillo), la película no funciona. “Sin Otoño, Sin Primavera” es un viaje coral que apuesta por personajes rotos, escindidos, que tratan de estar bien. ¿Alguien vio en la película una evidencia de la gente cool, de clase media de Guayaquil? Sí, de seguro que sí. Pero la película no es eso. Es más, pese a todo lo que se crea, la película intenta conscientemente alejarse de muchos de los discursos, tal como me lo dijo el director, Iván Mora Manzano, en una entrevista que le hice hace unos meses: “Es inevitable la cantidad de discursos que uno tiene (…) La decisión para dejar o no los discursos al final se basó en cuáles fueron dichos de manera más natural

Teorema, Pier Paolo Pasolini A la casa de una familia de clase alta llega un joven y bello visitante. Su origen no es muy claro, pero rápidamente se vuelve parte del grupo. Es entonces cuando su presencia -seductora, inquietante, andrógina- comienza a sacudir las apariencias y a iniciar lo que será la demolición completa de la familia y sus supuestos valores.

por los personajes. Tú puedes decir un statement y si ese statement te revela como personaje, con tus contradicciones, entonces ya no es un discurso. Así fuimos depurando porque sí tenía muchos discursos la película y es una constante de las óperas primas estar llenas de discursos”. Ya no estamos ante las películas espejo. Ya no tenemos en salas un cine ecuatoriano que nos muestra el reflejo de lo que alguien supone que somos. El cine hecho en Ecuador este 2012 rompe todo esto y si bien continuamos siendo en cierta medida espectadores poco novatos, de los que siguen comentando “Eso que se muestra es Guayaquil” (como ha pasado con “Sin Otoño, Sin Primavera” en redes sociales), ya hay algo más. Este cine hecho en Ecuador ya no está en proceso, es una realidad que, gracias a un Consejo Nacional de Cine, se ha permitido crecer en un 300% en los últimos años. Y esa realidad involucra que el mismo cine se vaya decantando y deje de lado malas costumbres y comience a apostar por otras. Arriesgarse. Quizás ahora nos toque a los espectadores crecer al mismo nivel y aportar desde esa posición.

Buffalo '66, Vicent Gallo Buffalo, Nueva York: Billy Brown acaba de salir de la cárcel después de cinco años tras una apuesta que no pudo pagar. Sin embargo, ha engañado a sus padres diciéndoles que trabaja para el Gobierno en un importante proyecto y que está casado con una preciosa joven. Billy rapta a Layla y la obliga a representar el papel de su esposa ante sus progenitores.

Factótum, Bent Hamer Bent Hamer, director noruego, presenta en “Factótum” la vida de Hank Chinaski (Matt Dillon), basada en la historia del escritor Charles Bukowski. La película refleja la divertida, emotiva e incluso poética historia de un hombre decidido a vivir su tiempo y espacio hasta el final, aunque eso signifique rechazar el laureado "sueño americano".


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creACión VICTOR VÍMOS

V Í C TO R HUMAREDA: el huésped de la 283

Cinco meses después de la muerte de su ocupante, la puerta de la habitación 283 del Hotel Lima es abierta. Dentro, un aire pesado y mohoso abraza a los pocos objetos que la pueblan: cama, mesa, silla, caballete, maleta, todos estrechos, pequeños y viejos. “Tras su muerte apareció en el hotel gente que, en vida, jamás había venido a visitarlo, como locos, sedientos por ingresar a la habitación que él había ocupado, preguntando por sus dibujos, por sus bocetos”, diría Mario Sierra, antiguo celador del recinto. “Nosotros no los dejamos entrar, Drácula, el administrador del hotel mandó a poner doble candado en la puerta y ordenó que para abrirla deberían presentar una orden judicial que así lo dispusiera”, añadiría Sierra. Esta tarde del 14 de abril de 1987 esa orden ha sido presentada. Carmen Herrera Gallegos, media hermana del fallecido, y Julio Garro, fiel compañero del mismo, se aventuran dentro de los 18 metros cuadrados que durante 30 años sirvieron como taller al pintor Víctor Humareda. Lampa está ubicada al sureste del Perú, a 3.892 metros sobre el nivel del mar. Para 1920, año en el que Humareda nace en esa provincia, su población total no superaba los 10.127 habitantes. Hoy sigue siendo la misma ciudad de callecitas estrechas y cielo lluvioso que ha visto migrar a cientos de sus pobladores cada año hacia ciudades como Arequipa o Lima tras el sueño del progreso. “Empecé a dibujar con lápices a muy temprana edad y hacía recortes con tijeras a papeles de colores, mi madre quería que yo me hiciera maestro, pero eso nunca me gustó”, diría Humareda recordando su infancia. Ese impulso lo llevó a fugar de casa apenas cumplida la mayoría de edad, para ser hallado diez meses después en Arequipa. A esas alturas, su decisión había sido tomada: hacerse pintor. En 1937, con diecisiete años a cuestas, Víctor Humareda llega a Lima, entonces una ciudad con 828.298 habitantes, abrazados por una humedad y calor que en la sierra nunca conoció. Sus primeros tres años transcurren en la inclemencia. Desembarcar en la capital al cuidado de su tía abuela en nada garantiza el dinero suficiente


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creACión para asistir a las clases en la Escuela Nacional de Bellas Artes y sobrevivir. De ese tiempo viene su recordado tránsito por la calle Capón en cuyos restaurantes el joven aprendiz ingresaba, armado con papel y carbón, para retratar a los comensales. Dos monedas, tres, servían para llevarse un pan a la boca. Con el paso de los días la situación se va agravando: la escasez de dinero lo pone contra la pared, apretándolo tanto que la decisión cae por propio peso. Deja de estudiar apenas iniciado 1940. “Yo soy pintor, pero también soy un hombre”, diría Humareda en una de sus primeras entrevistas en el año 60. Un hombre que a sus veinte años le hacía frente al frío viento limeño con abrigos usados que le duraban dos o tres meses. Un hombre que encontraba en los puestos de revistas viejas, cuadros de los que consideraba sus maestros: Goya, Van Gogh, Lautrec, El Greco, etc. Un hombre que miraba en su incansable tránsito por las calles miles de rostros, como el suyo, cuarteados por la nostalgia y la amargura. La Parada se llama así porque es el primer lugar al que los migrantes serranos arriban al llegar a Lima. Ubicada en el distrito de la Victoria, el movimiento que ella alberga es una mezcla de velocidad, caos, gritos y violencia, que se distiende alrededor del Mercado Mayorista, el centro de movimiento comercial más grande de la capital. A mediados del siglo pasado, los grandes edificios que aún están de pie en el sector, sirvieron para recibir a distinguidos comerciantes que semanalmente llegaban a vender y comprar en este sitio. Ahora son estructuras de cemento que sirven como bodega para carretillas, cajas y mercadería, o guaridas para ladronzuelos y prostitutas. El Hotel Lima estuvo ubicado aquí. De él, apenas queda una construcción esquelética, erosionada por la humedad, que se va perdiendo entre el griterío de los vendedores como un enfermo al que todos ignoran. Ya nada habla de su restaurante, de sus escaleras cubiertas de mármol, de sus amplias alfombras para recibir huéspedes, de sus pasillos por los que Humareda transitó miles de veces durante los 30 años que ocupó la habitación 283, y que esta tarde de 1987 ve ingresar a su hermana y a su mejor amigo en busca de las pertenencias del pintor. Una maleta llena de tu-

bos de pintura y pinceles será rescatada debajo de la cama, los cuadros “El Mitin” y “Retrato de mi madre”, los recortes de revistas en los que se retratan a Goya, Velázquez, Rembrandt, etc., descolgados de las paredes, enrollado el poster de dos metros de largo en el que Marilyn Moroe sonríe para siempre, y amontonados cientos de bocetos, notas, libretas, corbatas, camisas y abrigos viejos. Para 1941 la necesidad ha abierto una grieta por la que Humareda puede volver a la Escuela Nacional de Bellas Artes. “Sufría de profesoritis, es decir, el malestar de ser juzgado o reprimido por el profesor”, diría Juan Manuel Ugarte, quien junto con José Sabogal, Julia Codesio y José Guitierrez, altos nombres de la pintura peruana, conformaban la planta de maestros por cuyos talleres transitó Humareda. Ya en las aulas revelaría lo que, con el paso del tiempo, sería una constante en su obra. “Su colorido era más bien turbio, animado repentinamente por tonos vibrantes (…) en sus paisajes urbanos, en sus riberas de calles solitarias y nocturnas el colorido es siempre sordo, aunque vibrante en las notas de color alto”, diría Ugarte sobre su alumno. Un colorido sordo, un tono vibrante que le permitían rescatar de su día a día a esos personajes que se le adherían al espíritu. “Vivo entre caras trágicas, vagabundas, de las gentes destrozadas. Eso me estremece. Luego voy al lienzo y pinto”, diría Humareda tratando de explicar la presencia de rostros oscuros, lacrados, cuerpos deformes, arlequines con sonrisas de terror, prostitutas envueltas en tristeza, camiones viejos, cargadores, enanos, todos personajes de un imaginario brotado de la soledad. “Sus personajes son otra forma de coraza”, señalaría Juan Manuel Ugarte para ahondar en estos seres “una coraza de defensa ante su miserable existencia y también ante sus compañeros que se reían a carcajadas de él”, añadiría el profesor. La fotografía se titula “Humareda en el restaurante del Hotel Lima” y fue tomada por Herman Schwarz, uno de los más destacados fotógrafos del Perú. En ella se mira la figura del pintor con esos rasgos que se volverían un mito: el pelo siempre alborotado, una frente amplia y plana, las cejas en caída como dos gaviotas fatigadas, los


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creACión ojos grandes siempre mirando a un lugar distinto al foco de la cámara, la nariz que termina en una punta redonda y sus labios gruesos, uno sobre otro, como apunto de separarse para dejar salir un ruido. Una resaca continua que era mentira pues Humareda nunca bebió más que té de manzanilla. El resto es una copia de sí mismo: la corbata desaliñada, el terno manchado y raído, un bastón hallado en una plaza de baratijas y el sombrero de copa con el que jugaba a esconderse del mundo. “Soy un hombre que vive en el pasado, atesorando una belleza que la civilización actual enfría”, diría Humareda para responder sobre su aspecto. A esos rasgos se suma lo que es un rumor a voces: los delirios del pintor. “Conocí claramente su estratagema de fingirse loco para escaparse de su medio, eso hizo que toda su atormentada existencia viviera meciéndose en el realismo de una forma de belleza, que no fue la de lo bonito y amable, sino la de lo profundo, sombrío y a veces abismal”, diría Ugarte recordando el comportamiento del pintor. Esa locura lo conducía a expresiones que en su medio eran vistas como infantiles, inútiles, propias de un ser turbado. “Solo converso con los amigos que tengo colgados alrededor de la cama”, diría el artista para responder sobre sus referentes nacionales en la pintura. Los amigos a los que se refiere son Goya, Velázquez, Greco, Rembrandt, Daumier, Gauguin, Van Gogh y Picasso, cuyos rostros permanecían fijados con cinta adhesiva y goma a las paredes de la habitación 283. Su gran amor también fue de papel. “El maestro me buscaba unas tres veces por semana para ir al Cinco y medio, un prostíbulo cercano donde había conocido a Elizabeth, una rubia a la que él comparaba con Marilyn Monroe”, diría Mario Sierra hablando del pintor. En efecto, el pintor había imaginado tanto su estancia en el pasado que aquello solo tangible en el sueño se volvía para él discurso y acción. “En mi vida amorosa solo han existido prostitutas”, dijo Humareda antes de negar con absoluta convicción el matrimonio y la procreación, como condición esencial para la soledad del creador. “La soledad me ha moldeado como ha querido”, afirmó en su declaración. “Uno podía verlo llegar por la calle y preguntarle de dónde viene, para que él res-

pondiera, vengo de ver a Marilyn”, diría también Sierra. Herman Schwarz, amigo personal del pintor, aprovecharía esto para regalarle un poster donde Marilyn, sentada sobre sus rodillas, exhibe una sonrisa que ilumina su cuerpo desnudo. Un papel impreso de dos metros de largo con el que Humareda se cubría para abrazar la soledad. Para entonces, inicios del 70, el nacionalismo e indigenismo empezaban a desencantar en la pintura, dejando paso libre para que el expresionismo se mostrara en todo el esplendor. Expresiones de vivencias, angustias, trage-

dias, que en la mayoría de los casos hallaban a los creadores al borde de la desesperación. “Los expresionistas pintan la angustia, el dolor y la nada”, diría Humareda defendiendo su técnica. Más tarde, en una de sus constantes contradicciones diría que a él no le interesa el expresionismo sino el dominio del color. Juan Manuel Ugarte, sin embargo, nunca dejó de apoyarlo. “Le conseguí una bolsa de viaje y una beca en la Escuela Nacional de Bellas Artes en Argentina, allá fue y regresó en pocos meses; recuerdo que su maestro argen-

tino, López Anaya, me escribió una carta sentida en la que me decía: me has mandado un talento dentro de un bote de basura, refiriéndose a su aspecto”, contaría el profesor. Sucedió lo propio en su viaje a Europa, de donde regresa en dos semanas, alborotado por su visita a los museos en los que logra ver de forma cercana el trabajo de sus amados clásicos. “Extrañaba mi cuarto en el Hotel Lima y a las muchachas, mis amigas”, diría para defender su apresurado retorno. Estas experiencias sin duda, van formando en el pintor una visión cada vez más sólida frente a la creación. Se mostrarán en cuadros como “Tango”, “Arlequín pensativo”, “Pelea de Gallos”, “Torero descansando”, entre los principales, en los que el pintor logra un equilibrio entre el color y la deformación propia del transmitir su sentimiento. “Tengo tanto miedo a la muerte que en mis sueños me atrapa, me aprieta la garganta; entonces me despierto acezando como si acabara una gran carrera”, diría a inicios de los 80 Humareda. Premonitorio: cuatro años más adelante perdió la voz. Finalmente moriría, después de tres operaciones contra el cáncer de laringe, en noviembre de 1986. “Comentaba el maestro que cuando estuvo en París dibujaba las cosas en su libreta para que la gente entendiera lo que le quería decir, así dibujaba una pera, una manzana, un vaso de agua para comunicarse”, diría Mario Sierra sobre Humareda. Sin habla, el ejercicio fue el mismo: llenar cientos de libretas con sus ideas, pensamientos, bocetos, apuntes, respuestas a entrevistas, su voz en la caligrafía. Esos son los papeles que ahora su hermana ha declarado como inservibles. Los mismos que Drácula, el administrador del Hotel Lima ordenará guardar en un costal para que se lo lleve la basura. “Yo los vi sacarlos a la calle y dejarlos ahí a la espera del basurero, lo mismo el caballete y los sombreros viejos con el abrigo”, dirá Sierra como si confesara un delito. “Soy pintor, nada más que pintor. No voy a liberar al mundo ni lo voy a componer. No soy redentor, soy un indio sumiso. Mi rebeldía no ha explotado aún. Me está royendo las entrañas”, escribiría Humareda en una de sus últimas entrevistas. Ahí, en el camión de la basura, se iba la voz de quien defendía la pintura como un grito, más allá de la tiniebla que puebla la cabeza humana.


Semana del 31 de diciembre al 6 de enero de 2012

agENda

LUNES

Concurso de años viejos se fue al sur

Un total de 10 organizaciones, entre públicas y privadas, participa en el tradicional festival

Guayaquil

La metáfora del naufragio Cine

En el filme Las aventuras de Pi se experimenta la historia de un naufragio. Pi Patel es un muchacho cuyo padre es el dueño del zoológico de India. Su familia decide mudarse a Canadá y viajan en un barco, pero por una tormenta naufraga. Pi se salva gracias a una barcaza en la que también hay otro “pasajero”, un tigre de Bengala al que el joven intentará domar para sobrevivir. Donde: Salas de cine comerciales del país Hora: Varias funciones Cuando: Toda la semana Horario: Varias funciones.

Guayaquil

Monigotes en muestra Artesanía

En la calle 6 de Marzo, desde Pedro Franco Dávila hasta Venezuela, se exhiben y venden monigotes para la quema de “años viejos”.

Quito

Los monigotes se toman las veredas de la capital Tradiciones de fin de año

Por primera vez el concurso de “años viejos” que se realizaba en la avenida Amazonas se traslada hasta la Teniente Hugo Ortiz, en el tramo comprendido entre el redondel de la Av. Alonso de Ángulo y el redondel de la calle Aushyris y Cacha. Habrá 10 monigotes gigantes.

Donde: Centro de la ciudad Hora: Desde las 08:00 Cuando: 31 de diciembre

Donde: Av. Teniente Hugo Ortiz Hora: 12:00-20:00 Costo: Libre Horario: de 12:00 a 20:00

MARTES Quito

Guayaquil

Parque la Carolina a familias y deportistas

2MIL3C

Concierto

Deportes y distracción

Los 640.000 metros cuadrados que tiene la Carolina recibe diariamente a cientos de deportistas que madrugan a trotar, caminar o hacer rutinas de aeróbicos. El lugar, en el que se asienta el parque, hace un poco más de un siglo era parte de la hacienda “La Carolina”, propiedad de la familia Jijón, Condes de Casa Jijón, y llevaba este nombre como apelación al Vizcondado de la Carolina Malagueña. Además de una pista para atletismo, también hay una para realizar piruetas en bicicleta, fútbol, básquetbol. Hay servicio de restaurantes y bebidas. Donde: Iñaquito Hora: 06:00-24:00 Costo: Libre

Quito

Los pesebres de la interculturalidad Exposiciones

En el Centro Cultural Itchimbía se exhiben 48 pesebres realizados con materiales reciclados, como cartón, espuma flex, metal, plástico, telas, entre otros. Pero además del material, los pesebres se caracterizan porque representan el tema de la interculturalidad del país, en donde existen 14 nacionalidades indígenas. Otro de los atractivos de los nacimientos que recibieron 100 dólares por participar es que son interactivos y ese detalle gusta sobre todo a los niños que acuden. Donde: Itchimbía en la José María Aguirre Hora: 09:00-17:00 Costo: Libre

Bienvenida al año nuevo con este concierto en un penthouse del centro de Guayaquil, en un “trip destroyer”, lejos del ambiente de discotecas, indican los organizadores. En el evento habrá música de jóvenes artistas locales del underground guayaquileño, como Fabrikante Lannie Barbie y S.Dj, además de la intervención artística a cargo de Liset Abarca para 2MIL3C.

Donde: Edificio Florida 9, de Octubre y Esmeraldas Hora: 24:00 Costo: $ 8

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Semana del 31 de diciembre al 6 de enero de 2012

Quito

Quito

Pintura

La exposición que se presenta en el Centro Cultural trata de rescatar las imágenes que los artistas han hecho de sí mismos, a través del tiempo y de su oficio, el arte.

Muestra que intenta contar la trayectoria de este divertido género que ha sido un cálido acompañante desde la niñez, con héroes fantásticos y decenas de personajes que hacían y hacen reír.

Donde: CCM Hora: 09:00-17:30 Costo: Libre

Donde: CCM Hora: 09:00-17:30 Costo: Libre

"Del Espejo a la Máscara: Autorretrato, Retrato”

La historia de las historietas Exposiciones

JUEVES

agENda MIÉRCOLES

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Quito

Eugenio Espejo y la Constitución de Quito Exposiciones La promulgación de la Constitución del Estado de Quito, el 15 de febrero de 1812, es un hito histórico trascendental en el proceso revolucionario y libertario iniciado, años atrás, con las ideas de Eugenio Espejo. El líder fue un prominente investigador científico, médico, escritor, abogado, periodista, pensador, quiteño ideólogo, político y considerado en Ecuador prócer de la independencia. Murió en 1795. Donde: CCM Hora: 09:00-17:30 Costo: Libre

Guayaquil La historia de un escape Cine

Guayaquil

Un viaje de 10.000 años al pasado ecuatoriano Patrimonio

Con elementos del Fondo Arqueológico del Banco Central del Ecuador se expone cómo fueron los procesos de intercambio comercial, gastronomía, pesca y agricultura. A través de cuatro espacios se ubica, por ejemplo, de forma científica, los primeros contactos entre pobladores de Polinesia y la costa del Pacífico de América del Sur. También la diversidad animal y vegetal de la que se sirvieron los habitantes de la época para alimentarse. También se exponen con videos los instrumentos de caza y pesca y sus usos. Hay un quinto espacio en el que se exhibe el arte prehispánico. Donde: Malecón y Loja Hora: Desde las 09:00 Costo: Gratis

Argo narra que en 1979, tiempo en que la revolución iraní alcanzaba su punto álgido, militantes islamitas perpetraron la embajada de Estados Unidos en Teherán y tomaron cincuenta y dos prisioneros estadounidenses. Sin embargo, seis de los diplomáticos americanos logran escapar y encuentran refugio en casa del embajador canadiense. Un experto de la CIA los ayudar a escapar haciéndose pasar por el equipo de rodaje de una película. Donde: Salas comerciales del país Hora: 22:50 Costo: Funciones del día

Quito

Quitografías de Paúl Salazar Urgílez Exposición Es una muestra que cuenta con cien imágenes seleccionadas que hablan de Quito. Fotos que documentan lo ancestral, festivo, cultural y popular de la ciudad capital. Donde: Centro Cultural Itchimbía Hora: 09:00-17:30 Costo: Libre


VIERNES Caricaturas del francés Jean Mulatier se exponen Un total de 25 caricaturas de corte académico se exhiben en la Alianza Francesa

Quito

Caricaturas por Jean Mulatier Caricaturas Jean Mulatier es el precursor de las nuevas caricaturas hiperrealistas que empiezan a publicarse en la prensa francesa a principios de los 70 y que desde entonces han viajado por el mundo. “Hay que estudiar primero la geometría de un rostro en el espacio, su estructura y su arquitectura. Luego al exagerar sus rasgos multiplicamos sus fuerzas”, dijo el artista. Varias de sus caricaturas se exponen en la Alianza Francesa.

Guayaquil

Mejor no hablar... Cine

La esperada película de Javier Andrade llega al cine a escala nacional. Esta es la historia de dos hermanos de clase alta en Portoviejo que se ven envueltos en un mundo de drogas, música, sexo y alcohol. Uno de ellos debe decidir su destino. Donde: Salas de cine del país Hora: Varias funciones Cuando: Desde hoy

Quito Rostros humanos, rostros urbanos Exposición Ruby Larrea retrata aquellos rostros cotidianos de los trabajadores, los transeúntes, los niños, las oficinistas. Son más de 20 cuadros los que se exponen en el Centro Cultural Metropolitano. Los rostros capturados son en Quito. Donde: Centro Cultural Metropolitano Hora: 09:00 a 17:00 Costo: Libre

Guayaquil Título

Quito

Motivos del Quito colonial Exposición

Más de 20 acuarelas del pintor Luis Estévez Michelena se presentan en el Centro Cultural Metropolitano. El artista plástico se caracteriza por crear colores intensos. Donde: Centro Cultural Metropolitano Hora: 09:00-17:00 Costo: Libre

Donde: Alianza Francesa Hora: 09:00-17:00 Costo: Libre

DOMINGO

agENda

Orquesta Filarmónica

Concierto La Orquesta Filarmónica Juvenil de Guayaquil dará un concierto con piezas del célebre compositor austriaco Johann Strauss por la bienvenida del nuevo año. Donde: Sánchez Aguilar Hora: 18:00 Costo: $ 15

SÁBADO Quito

Dinosaurios en el mundo juvenil Exposiciones

Guayaquil

Los vestigios de las monedas Exhibición

En el Museo Municipal se exponen monedas o sistemas de cambio de diversos años que se usaron para hacer negocios, entre ellos el sucre. Esta área, ubicada en la planta baja, ubica objetos precolombinos incluso.

Donde: Museo Municipal Hora: Hoy, desde las 10:00. Costo: Gratis

En 1998 se creó la exposición “Dinosaurios” un proyecto de divulgación científica con modelos mecánicos de tamaño natural dirigido a estudiantes y público de todas las edades. El enfoque científico y cultural de la exhibición llama la atención, sobre todo de los niños. Durante años se realizó una profunda investigación científica para la reconstrucción de modelos de animales prehistóricos. En estas dinámicas exhibiciones convergen ciencia y entretenimiento. En la exposición se explica cada una de las

Quito

Poetas en tiempo de escasez Exposición

Ocho artistas, provenientes de diferentes países de América, Europa y Asia, exploran las relaciones entre ética y política, derecho y economía, Estado y sociedad civil, en la exposición Poetas en tiempo de escasez. Donde: Asociación Humboldt Hora: 09:00 a 17:00 Costo: Libre

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