El Viejo Luchador Eloy Alfaro
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El Telégrafo | domingo 29 de enero del 2012
PILAR CACERES | EL TELÉGRAFO
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CENTENARIO DE LA “HOGUERA BÁRBARA”
La mejor placa es la memoria del pueblo Cientos de personas, que se congregaron ayer en el Centro Histórico de Quito, recordaron la ruta que terminó con la vida de Eloy Alfaro María Elena Vaca mvaca@telegrafo.com.ec
Sacó de su bolsillo un pequeño trompo y lo hizo bailar, primero en su mano y luego, sobre su boca, en una pequeña cuchara. Así, parado, en posición firme, el artesano Jorge Rivadeneira rindió ayer un homenaje a Eloy Alfaro, desde el umbral de su puerta en la casa 25-20, de la calle Rocafuerte, en el Centro Histórico de Quito. No fue casual la presencia de Rivadeneira, quien tiene su taller cerca al ex penal García Moreno, en donde cientos de ecuatorianos se dieron cita ayer para recordar los 100 años de la “Hoguera Bárbara”, que terminó con las vidas de Alfaro y varios de sus compañeros de revolución, entre ellos Manuel Serrano, Flavio Alfaro, Ulpiano Páez, Luciano Coral, Pedro Montero, Medardo Alfaro, Belisario Torres y Luis Quirola. Contó que su padre le habló sobre lo que aquel 28 de enero de 1912 se vivió en las calles de Quito: “Alfaro fue masacrado, sin piedad, por eso yo le rindo homenaje con lo que sé hacer: mi trabajo”. Desde las 09:30, el cielo quiteño jugaba con sus propios artilugios en la capital. Allí, las nubes negras sobre el ex penal se negaban a apartarse del lugar. En el Pabellón 3, en donde Alfaro pasó sus últimos días y ante la mirada perpleja de cientos de privados de la libertad, que con carteles pedían por sus derechos, se colocaron flores para recordar la masacre. “El recuerdo de Alfaro y su muer-
te aún sigue allí”, dijo Eloy Alfaro Reyes, descendiente del ex presidente ecuatoriano que fue brutalmente asesinado. Un grito ensordecedor rompió el silencio. “Vivan los generales libres” gritaron los descendientes de quienes ese domingo negro fueron masacrados, entre ellos estuvieron Eduardo Puertas, quien por sus venas corre la sangre de Ulpiano Páez; al igual que Fernando Herrera, bisnieto de Manuel Serrano. Con las fotografías de sus familiares en las manos, empezaron un
En cada punto hubo discursos de funcionarios de Estado, quienes recordaron los hechos recorrido que incluyó ocho lugares (ex penal García Moreno, plazoleta Santa Clara y las plazas de Santo Domingo, Chica, González Suárez, del Teatro, San Blas, Alameda, El Ejido), en cada sitio se colocó una placa, con textos de los libros “Eloy Alfaro y sus victimarios. Apuntes para la historia”, de José Peralta; y “La Hoguera Bárbara”, de Alfredo Pareja Diezcanseco (ver infografía). “Pero la mejor placa es la memoria”, mencionó Herrera. Sus palabras hicieron que saliera el Sol. A su lado y llevando la foto de su abuelo, Colón Alfaro, dijo estar “or-
Los familiares de Eloy Alfaro y de los próceres de la “Hoguera Bárbara” caminaron por cada punto de la masacre del 28 de enero de 1912.
gulloso de llevar los genes de Eloy Alfaro, un luchador que nos dejó un ejemplo: a no dejarnos vencer”. “Yo sé quién es él”, gritó Lucía Martínez, de 8 años, a su padre, al ver la foto del “Viejo Luchador”. “Es Eloy Alfaro”, señaló, mientras pedía a su papá que le explique qué sucedió. “Él fue un ex presidente, lo asesinó la prensa, la Iglesia, la oligarquía; y sus restos fueron desmembrados y arrastrados”, le contó, ante la mirada absorta de la pequeña, que alzó su mano y, mirando fijamente la imagen, lo saludó. Junto a los familiares de Alfaro y del resto de próceres estuvieron varios representantes de las logias masónicas Bris Voltaire Nº 7 y Jacobo de Molay, a las cuales perteneció el ex gobernante. Al llegar a cada lugar, se arrodillaban y gritaban: “Alfaro no ha muerto, está vivo, como siempre, más que nunca”. Cerca de las 15:30, el grupo que inició con música de las bandas de los colegios Montúfar, Eloy Alfaro e Hipatia Cárdenas llegó al parque de El Ejido, en donde hace 100 años los restos de Alfaro fueron quemados. Esos acordes que pasaron por la trova, folclor, bombas, al llegar al final del recorrido, curiosamente, se callaron. Alfaro Reyes lo notó: “¿Por qué el silencio?, él es vida, es revolución”. Sus palabras animaron al resto: “Viva Eloy Alfaro, viva su revolución”, gritaron. Allí se armó una fiesta democrática, pasadas las 18:00, con la llegada del presidente Rafael Correa.
PROCESO DE SELECCIÓN DE CONTRALOR Y DEFENSOR PÚBLICO AVANZA
Postulación de aspirantes finaliza El Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs) cerró el viernes, a la medianoche, la recepción de carpetas para seleccionar al Contralor del Estado, al Defensor del Pueblo y a los miembros del Tribunal Contencioso Electoral (TCE) El proceso de designación de autoridades del Tercer Bloque (Contralor del Estado, Defensor del Pueblo y miembros del Tribunal Contencioso Electoral) avanza. Hasta la medianoche del viernes, en el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs) se receptaron 49 carpetas de personas que optaron para Contralor General, ocho para Defensor Público y 57 para integrar el Tribunal Contencioso Electoral. Luis Pachala, miembro del Cpccs,
indicó que la presencia de 41 veedores ciudadanos para la designación de Contralor, 39 para Defensor y 32 para el Tribunal de lo Contencioso asegura la legalidad y legitimidad. Según el Cpccs, el Tribunal Contencioso Electoral se conformará por cinco miembros principales que ejercerán sus funciones por seis años que se renovarán parcialmente cada tres, dos miembros en la primera ocasión, tres en la segunda, y así sucesivamente. El Defensor Público de-
sempeñará sus funciones durante seis años y no podrá ser reelecto. Pachala señaló que luego de la recepción de postulaciones, dentro de los próximos 8 días, sigue el proceso de admisibilidad. En 30 días rendirán una prueba y finalmente se someterán a una etapa de impugnación ciudadana. Entre los aspirantes están Carlos Pólit, que busca su reelección como Contralor; y Douglas Torres, asesor del Fiscal General.
Textos de las placas que fueron reveladas ayer en Quito → Hito 3
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Cuando Alfaro se puso al frente de la región ecuatoriana, toda la andamia colonial, hallábase todavía en pie, el pueblo esclavizado sumido en la miseria, y la más grasa ignorancia, arrastrándose a los pies de una aristocracia que sacristía, que se alimentaba, apoyada en divinos derechos con los sudoresy sangre de las fanatizadas muchedumbres. La sociedad dividida por lo mismo, en servíos y señores; en explotados y explotantes; en privilegiados en la rendible.
¿Podría ser el pueblo de Quito, el responsable de esta innegable masacre? Aún dando el caso que hubiese sido el pueblo de Quito el que cometió el crimen, hubiera sido el responsable porque allá le empujó la tropa que guarnecía la Penitenciaría, esa tropa que estuvo bien aleccionada que perpetró los asesinatos y luego trató de esquivarse, embarrando con su crimen a todo un pueblo. La Gran Masacre, del 28 de enero, Editorial de la Revista Caricatura, Quito, 16 de marzo de 1919.
→ Hito 5
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Y empieza el pueblo a escribir con sangre de víctimas indefensas la página del 28 de enero de 1912, miles de furias para asesinar con barbarie y estrófagos a seis padres de familia, con palos, puñales, cuchillos, pistolas, revólveres. Miles de furias para Eloy Alfaro, Ulpiano Páez, Flavio Alfaro, Medardo Alfaro, Manuel Serrano, Ulpiano Corral.
Un día duró el festín de caníbales y el Gobierno nada hizo para evitar la profanación de la humanidad y la civilización, las tropas presenciaban esas profanaciones arma al brazo o tomaban parte en ella. El Gobierno se cruzaba de brazos, se sonreía y socaba por los triunfos de la constitucionalidad.
Escrito por Manuel de Jesús Andrade, paginas de Sangre, Panamá 1912.
Texto de Homero Alfaro, Manifiesto a la Opinión Pública, Panamá 1912.
(Plaza de Santo Domingo)
(Plaza San Blas)
(Plaza del Teatro)
(Parque La Alameda)
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(Parque El Ejido) La coalición y Gobierno que querían el crimen anónimo, el crimen de la muchedumbre que ningún tribunal puede juzgar ni condenar. Se iban detrás de la justicia popular, esa justicia que tiene por consejero el furor y por verdugo, la mano gigantesca de las turbas, que no es ni puede ser conocida por la justicia de la ley. Todos los actores del crimen, todos participantes de la inequidad, a fin de que no haya ni acusados ni acusadores, tal era el ideal del complot Alfarista. José Peralta (Eloy Alfaro y sus victimarios, Apuntes para la historia, editorial Olimpo, Argentina, 1951).
REGISTRO CIVIL ATIENDE EN FIN DE SEMANA
Poca presencia de usuarios para obtener sus cédulas Pocas fueron las personas que acudieron ayer al Registro Civil con el objetivo de obtener o renovar su cédula de identidad. En los últimos dos meses se registró un incremento en la demanda del documento y se pasó de 1.000 a 1.500 turnos por día. Al contrario de lo que se esperaba, menos de quinientas personas acudieron ayer al Registro Civil. Según la dirección de la entidad, la medida busca evitar la innecesaria aglomeración de personas en horas de la mañana, según expresó Jorge Montaño, director general del Registro Civil.
“El problema surgió con el rumor de que todas las cédulas caducaban el 31 de diciembre del año anterior. Hoy esperábamos más gente”, dijo Montaño. Rosa Salazar, una de las personas que acudió al Registro Civil para renovar su cédula, precisó que la falta de difusión podría ser la causa del ausentismo. “Es imposible tomar un turno entre semana”, aseguró. Verónica García, otra ciudadana que acudió el sábado, expresó su malestar por tener que acudir dos días para obtener la cédula. “Cuatro horas esperé el jueves por el documento, y nada”, se quejó.
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CENTENARIO DE LA “HOGUERA BÁRBARA”
Así informó El Telégrafo la muerte de Eloy Alfaro Este Diario fue fundado en 1884, por lo que en sus páginas fue registrado el estallido social del 5 de junio de 1895, la llegada al poder del “Viejo Luchador” y los cambios que emprendió, como la creación del Registro Civil Día a día, el matutino contó las circunstancias en que muere Alfaro. Una crónica narró la forma en que fue apresado en Guayaquil, luego publicó la orden de traslado a Quito. La masacre de Pedro J. Montero salió en primera plana
Redacción Actualidad actualidad@telegrafo.com.ec
Diario El Telégrafo fue fundado el 16 de febrero de 1884 en Guayaquil. Por esa razón es el único periódico aún en circulación que tuvo la posibilidad de informar a la ciudadanía sobre las Revolución Liberal. En sus páginas aparecen noticias sobre el estallido social del 5 de junio de 1895, los combates de Eloy Alfaro, las medidas tomadas por su gobierno y también su masacre. Fiel a la corriente ideológica que dominaba el puerto principal a finales del siglo XVIII, El Telégrafo tenía una clara tendencia liberal. Por eso en sus páginas de octubre de 1904 se pueden leer editoriales institucionales en los que se critica la influencia eclesiástica. Por ejemplo, El Telégrafo informa el 25 de octubre de 1904 sobre las protestas del obispo de Riobamba, de la capilla metropolitana de Quito, y de las monjas de la capital. “Todo aquello que creen que no
Los cambios que emprendió el gobierno de Alfaro en la educación fueron publicados les conviene lo toman sin el menor escrúpulo. Nuestra Constitución, que es esencialmente liberal y por consiguiente detestada por clérigos y monjas, resulta en estos momentos digna de mayor respeto y acato”. Una situación similar ocurre con el Registro Civil, una institución creada en esta etapa de la Historia ecuatoriana. “Una de las mejores y más importantes leyes de las expedidas por la última legislatura es, a no dudarlo, la de Registro Civil. Su necesidad se hacía sentir, cada vez, con mayor urgencia”, reza el editorial de El Telégrafo, publicado en la
portada del 10 de enero de 1901. De hecho, este Diario contó sobre la entrada en vigencia de las leyes que permitieron la creación del Registro Civil y establecieron la libertad religiosa. También fueron detallados los cambios que emprendió Alfaro en 1900 en el campo de la educación. “Creáse en las ciudades de Quito, Guayaquil y Cuenca, escuelas nocturnas para adultos, las cuales funcionarán con arreglo al plan de estudios y demás disposiciones establecidas por el Poder Ejecutivo”, reza una noticia aparecida el 20 de diciembre de 1900. El 24 de enero de 1912, El Telégrafo ofrece detalles sobre la forma en que fueron detenidos Eloy Alfaro, Pedro J. Montero y Ulpiano Páez. “Unos niños desconocidos y de modesta condición suministraron la noticia de que habían visto penetrar a los tres generales en una casa, situada en la calle Chimborazo, intersección con la de la Municipalidad”, se lee en el primer párrafo de la nota.
Con un gran titular en su portada, este Diario informó sobre el asesinato de Pedro J. Montero El 24 de enero de 1912, El Telégrafo ofrece detalles sobre la forma en que detuvieron a Eloy Alfaro, Pedro J. Montero y Ulpiano Páez. “Unos niños desconocidos y de modesta condición, suministraron la noticia de que habían visto penetrar a los tres generales en una casa, situada en la calle Chimborazo, intersección con la de la Municipalidad”, se lee en la nota. Poco después con el titular “Trágico fin del general Montero”, en primera plana se informa sobre el asesinato del general liberal. En la nota se menciona que una
turba intentó tomarse la gobernación donde estaban los Alfaro y Montero. Posteriormente fue el juzgamiento contra este último, que terminó en su masacre. Ya para ese entonces El Telégrafo de aquella época había dado la espalda al “Viejo Luchador” porque ese día lo llamó “traidor”. Ante esta situación, el presidente de Panamá pide a su homólogo ecuatoriano, Carlos Freire Zaldumbide, garantizar la seguridad de Alfaro, lo que fue recogido por el diario. En la edición del 29 de enero, bajo el título última hora, se indica que el ministro de Guerra, Juan Francisco Navarro, reconoció el asesinato de Alfaro. “Anoche circulaban rumores de que en Quito habían ocurrido graves acontecimientos, a consecuencia de la llegada de los presos políticos que fueron enviados de aquí (Guayaquil)”. Ya el 30 de enero, bajo el título “Ecos de la tragedia ocurrida el domingo en Quito” se narra lo sucedido y el Diario lamenta el trágico final de Eloy Alfaro.
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LAS TRANSFORMACIONES MARCAN INCLUSO AL PAÍS DE HOY
Una revolución que debería ser llamada Radical Al cumplirse 100 años de la muerte de Eloy Alfaro, artífice del mayor cambio social del país, analistas destacan que el término liberal no se ajusta al pensamiento político del “Viejo Luchador” Xavier Letamendi xletamendi@telegrafo.com.ec
Quito y Guayaquil eran casi dos países distintos, totalmente incomunicados. La Iglesia Católica controlaba bastas hectáreas de cultivos y el diezmo era una obligación tributaria. Los indígenas vivían en condiciones de esclavitud y la mujer era ciudadana de segunda clase. Cuando alguien nacía o se casaba debía registrase ante la parroquia más cercana y la educación solo la dictaban los curas. Así era el Ecuador de 1895. Ese año el país inició una serie de transformaciones sociales y políticas que la Historia recoge como “Revolución Liberal”, un movimiento comandado por el manabita Eloy Alfaro Delgado. Y ahora, al cumplirse 100 años de su masacre, su legado tiende a verse con otra concepción. La revolución estalla el 5 de junio de 1895 en Guayaquil. Las oligarquías cacaoteras, rivales de los latifundistas serranos, proclamaron el liberalismo y, a regañadientes, aceptaron el liderazgo de Alfaro. Pero, ¿qué querían ellos? Las élites del puerto principal buscaban instaurar un liberalismo económico. Propugnaban un modelo en el que el Estado no interviniera en absoluto en el mercado. Pero el pensamiento político de Alfaro estaba más allá. Él apostaba decididamente por la liberalización de un sistema político anclado al siglo XVIII, la reivindicación de las minorías y la universalización de derechos. Todo esto en desmedro del omnipotente poder de la Iglesia Católica. Por eso, más que un liberal, Alfaro era un radical y su revolución debería llamarse así, según el filósofo político Fernando Tinajero.
5 de junio de 1895 La población, alentada por el malestar causado por la venta de la bandera al gobierno de Japón en 1894, se subleva. En Guayaquil hay enfrentamientos contra el presidente interino Vicente Lucio Salazar y se proclama a Eloy Alfaro como Jefe Supremo.
“Los dos proyectos se sobreponen aunque Alfaro no era el caudillo preferido. El proyecto que triunfa finalmente es uno mixto, ambiguo. La puja se hace más dura en el segundo gobierno del general”, cuenta este pensador. De hecho, la división fue tan pronunciada que Alfaro estuvo a la cabeza de los radicales, y su antiguo aliado, Leonidas Plaza, al frente de los liberales. Así las cosas, la situación perduró hasta 1912, año en que ocurre la “Hoguera Bárbara”. Para ese entonces ya se habían implementado los cambios sociales que son la base del Ecuador moderno. La nueva Constitución había proclamado la libertad de culto y el régimen laico, extensos terrenos de la Iglesia se nacionalizaron, se instauró el matrimonio civil, se creó el Registro Civil, la educación se universalizó, se dio el voto a la mujer y se eliminaron el diezmo y el concertaje. Esta situación había polarizado a la sociedad. Aunque ya estaba en funcionamiento el ferrocarril entre Quito y Guayaquil, estas ciudades mantenían aún diferencias enormes, que en muchos casos eran irrecon-
“Alfaro proponía reivindicaciones sociales como la liberación de la mujer” Fernando Tinajero, filósofo político
ciliables. El historiador Juan Paz y Miño explica que el puerto principal, gracias al auge cacaotero, se había modernizado, mientras la capital aún era una ciudad del siglo XVIII. “El laicismo era mejor recibido en Guayaquil. En Quito la influencia religiosa era poderosa, tenía pocos comerciantes y una importante población indígena”, cuenta el académico. La capital era dominada por terratenientes, no habían fábricas y gran parte de los ciudadanos se dedicaban a las artesanías. Ese era el panorama de aquella época, lo que contribuyó al estallido de una guerra civil. Alfaro, que estaba fuera del país, regresa para intentar mediar la situación. Tropas alfaristas son derrotadas. Es apresado en Guayaquil, donde su lugarteniente, Pedro J. Montero, es asesinado en la Gobernación del Guayas, arrastrado hasta la plaza San Francisco e incinerado. El “Viejo Luchador” es llevado a Quito en su propio ferrocarril, ya para ese entonces los liberales guayaquileños, liderados por Plaza, y las élites cacaoteras, habían abandonado a Alfaro a su suerte. Encarcelado en el penal García Moreno, su destino estaba trazado. En los púlpitos, los curas tildaban al manabita de anticristo, enviado del diablo y, entre líneas, pedían su muerte. Un discurso que era secundado por la prensa serrana. Con la complicidad de los guardias, una muchedumbre asalta la prisión, donde se produce una verdadera carnicería. Según el relato del fiscal Pío Jaramillo, a Flavio Alfaro -general radical y sobrino de Eloy, encarcelado con él- le cortan la lengua, a los otros (Ulpiano Páez, Medardo y Flavio
19 de mayo de 1896 El gobierno crea el Colegio Nacional Bolívar de Tulcán, primer instituto laico del Ecuador.
Alfaro, Manuel Serrano y Luciano Coral) los matan a golpes y disparos de bala. Los cadáveres son mutilados, luego atados en carretas. Desfilan por las calles de Quito hasta las afueras de la ciudad. En El Ejido, sus cuerpos son quemados en lo que Alfredo Pareja Diezcanseco llamó la “Hoguera Bárbara”. Como consecuencia inmediata, los herederos políticos de Alfaro que sobrevivieron deben huir del país con su familia. Gobernaba de manera interina en aquel momento Carlos Freire Zaldumbide. Nadie hizo nada. No hubo policías ni militares para impedir el martirio. Infamemente, en el acta de defunción de Alfaro y sus compa-
22 de agosto de 1896 Las tropas liberales derrotan a los conservadores sublevados en Cuenca. Mueren alrededor de 1.200 personas.
Pío Jaramillo investigó la masacre recién en 1919 y detalló los horrores que vivió Don Eloy ñeros, se escribe que fueron ultimados por el pueblo de Quito. Las investigaciones sobre los hechos recién inician en 1919, a cargo del fiscal Pío Jaramillo. Es su descripción de los hechos la que recoge la Historia para narrar la “Hoguera Bárbara”.
14 de enero de 1897 Se expide la nueva Constitución que declara la igualdad de los ciudadanos frente a la ley.
24 de junio de 1895
29 de mayo de 1896
9 de octubre de 1896
18 de diciembre de 1900
Alfaro emite un comunicado al país donde expresa el profundo amor a la patria y explica la transformación social que se propone liderar.
Conservadores ecuatorianos, asilados en Colombia, invaden el país y se producen enfrentamientos en Carchi.
La Asamblea Constituyente se reúne en Guayaquil y nombra a Eloy Alfaro Presidente Constitucional de la República.
Eloy Alfaro envió un proyecto al Senado y a la Camara de representantes, para que se lo aprueben los símbolos patrios.
Actualidad FOTOS: ALEJANDRO REINOSO | EL TELÉGRAFO
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ENTREVISTA A MIREYA CÁRDENAS
“Con mucha justicia se está haciendo un homenaje” API
La funcionaria destaca el papel cumplido por Eloy Alfaro y asegura que los actos organizados por el Gobierno no tienen un fin político sino conmemorativo
En Gatazo (Chimborazo) una escuela se levanta en honor al “Viejo Luchador”. A la izquierda, campesionos esperan el inicio de un acto de conmemoración de la “Hoguera Bárbara” En el centro los varones de Gatazo escuchan las intervenciones sobre Alfaro. A la derecha un hombre no identificado con el atuendo de “Don Eloy”
La secretaria de Pueblos y Movimientos Sociales fue parte de extinto grupo Afaro Vive Carajo.
Byron Cervantes byron.cervantes@telegrafo.com.ec
Rosa Mireya Cárdenas Hernández, secretaria de Pueblos y Movimientos Sociales y ex militante del movimiento Alfaro Vive Carajo (AVC), defiende el proceso que lleva adelante el Gobierno para tener presente la importancia de Eloy Alfaro y niega que su figura esté siendo utilizada políticamente. Durante todo el año se realizarán actos, foros y festivales para conmemorar los 100 años de la “Hoguera Bárbara”.
Y es que Jaramillo ofrece detalles. Habla del odio de los curas, de la traición de los liberales y de la complicidad de los policías y del poder político de ese entonces. El jurista también reconoce la dificultad que tuvo para investigar y la impunidad en que quedó el caso. Con la muerte de Alfaro, la oligarquía guayaquileña fue la gran beneficiada, afirma Paz y Miño. Y en un segundo momento los conservadores. Se instaura la plutocracia en Ecuador, los banqueros reinan. El todopoderoso Francisco Urbina Jado, dueño del banco Agrícola y Comercial de Guayaquil, se convierte en una referencia ineludible dentro del debate público para las deci-
siones nacionales. Ese escenario se extiende hasta el 9 de julio de 1925, cuando se produce la Revolución Juliana, un movimiento para poner fin al poder de los banqueros. Acaba el liberalismo y aunque el legado político aún perdura, nunca nadie ocupó el liderazgo de Alfaro. Fernando Tinajero aclara que, sin embargo, el radicalismo es el antecedente histórico del socialismo. “Hay que recordar que la ‘Hoguera Bárbara’ cogió a un Alfaro agotado, enfermo, que había regresado al país como un mediador de la crisis”, afirma Cecilia Calderón, antigua dirigente del desaparecido Frente Radical Alfarista (FRA).
Ella indica que los partidos políticos y los gobiernos se fueron “derechizando” al llegar al punto de que cuando se cumplieron los 100 años del liberalismo -en 1995- el presidente de la República era Sixto Durán Ballén, el alcalde de Guayaquil, León Febres Cordero y que el Legislativo era dirigido por Fabián Alarcón. La ex diputada recuerda que a mediados de los sesenta y setenta se intentó resucitar al Partido Liberal Radical Ecuatoriano, que fue la organización original que nació de la corriente alfarista, pero no se tuvo éxito. Varios partidos intentaron reivindicar el legado de “Don Eloy”, pero nunca nadie lo logró.
¿Cuál es el legado que nos deja Eloy Alfaro? Nos deja una revolución basada en la construcción de la democracia, en la independencia económica, en construir la Patria Grande Latinoamericana. Nos deja un gran legado también a las mujeres, cuando nos incorporó a la vida civil y a la participación. Y en la actualidad, el Gobierno de la Revolución Ciudadana está recuperando aquello. ¿Qué significa para usted Eloy Alfaro? Eloy Alfaro es el gran luchador, el hombre rebelde, pero también tierno. Es el padre de nuestra patria, quien construyó un verdadero Ecuador, quien aglutinó todos los valores que tiene nuestra hermosa patria. ¿Qué importancia debe tener Eloy Alfaro para los ecuatorianos? Bueno, es importante porque al re-
cordar nuestra Historia, nos encontramos con un gran personaje que tuvo una serie de luchas, las cuales las enfrentó con mucha perseverancia. Eloy Alfaro es importante porque tuvo la fortaleza de aglutinar a los indígenas, montubios, cholos, negros y nos unificó. ¿Eloy Alfaro es un símbolo para Ecuador? Sí, es un símbolo, un icono pero también una realidad. ¿En qué sentido es una realidad? Es una realidad porque luchó por una mejor educación. Nos ayudó en el proceso de integración de los pueblos. Ciertos sectores de la oposición señalan que el Régimen está utilizando políticamente la figura de Eloy Alfaro... No. Lejos de una utilización política, lo que el Gobierno está haciendo en este momento es una recuperación de la memoria y con mucha justicia un homenaje a un hombre que realizó muchas transformaciones en el Ecuador y que fue asesinado cruelmente, eso no puede volver a pasar y el pueblo debe conocer aquello. ¿Eso significa entonces que el Gobierno está reivindicando la importancia de Eloy Alfaro en la transformación de Ecuador? Así es, está reivindicando por un lado y haciendo un homenaje a este gran luchador.
20 de diciembre de 1900
20 de octubre de 1904
16 de enero de 1906
11 de agosto de 1911
Se asigna una partida presupuestaria a la educación para que ésta sea incluyente a todos los ecuatorianos y no solo sea un privilegio de las clases pudientes. La historia recoge esta medida como la universalización de la educación.
Se prueba la Ley de Cultos que desata la ira de la Iglesia Católica.
Alfaro asume el poder nuevamente luego de derrotar tropas gobiernistas en Cotopaxi.
Alfaro renuncia debido a las revueltas populares. Carlos Freire Zaldumbide asume el poder.
25 de octubre de 1904
22 de diciembre de 1906
10 de enero de 1901 Nace el Registro Civil y se quita esta potestad a la Iglesia Católica.
1 de septiembre de 1901 Asume el poder Leonidas Plaza
4 de octubre de 1902 Se aprueba el matrimonio civil, lo que ocasiona la oposición de la iglesia Católica y de los medios de comunicación conservadores.
Ecuador proclama la libertad de religión. Antes, para ser ecuatoriano, había que ser católico.
Se expide la Constitución, llamada atea por los conservadores, porque establece la separación entre la Iglesia y el Estado.
1 de septiembre de 1911 Víctor Emilio Estrada es nombrado Presidente.
22 de diciembre de 1911 Freire Zaldumbide vuelve al poder tras la muerte de Víctor Emilio Estrada.
12 de enero de 1912 24 de julio de 1905 Asume Lizardo García la Presidencia de la República.
25 de junio de 1908 El ferrocarril que une Quito con Guayaquil hace su primer viaje. Días antes Alfaro nacionalizó grandes terrenos de la Iglesia Católica.
Alfaro desembarca en Guayaquil y pocos días después es apresado por orden presidencial.
28 de enero de 1912 Eloy Alfaro, Flavio Alfaro, Ulpiano Páez y el periodista Luciano Coral son encarcelados en el penal Garcia Moreno donde son asesinados en la "Hoguera Bárbara".