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La memoria incómoda

Aunque recientemente finalizamos el mes de la patria, cada vez que escuchamos nuestro glorioso Himno Nacional o el himno a nuestros patricios, seguimos recordando en esas epopeyas el heroísmo y la entrega de una generación o de varias generaciones de criollos que en aquel pasado heroico estaban tan enamorados de la idea y el sueño de patria que no les importó ofrendar sus vidas y todo lo que tenían.

No han pasado siquiera 200 años de aquellos acontecimientos y ya vemos cómo poco a poco se han ido desconectando las actuales generaciones de aquellos sentimientos patrióticos, y cada vez son menos los que siquiera memorizan el canto a la patria. El desconocimiento de cómo llegamos a ser llamados dominicanos y de qué o cuáles son las amenazas que atentan contra ese nombre es muy grave.

Lamentablemente los Gobiernos que hemos tenido, especialmente en los 10 últimos lustros, con sus comportamien-

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KATIUSKA DE CAMPS / Dra.decamps@gmail.com

3. Desconfianza o miedo hacia las demás personas de su entorno habitual que antes no tenía.

4. Cambios drásticos en las emociones y el control de los impulsos.

5. Pérdida del interés en actividades que antes disfrutaba.

6. Sensación de estar desconectado de uno mismo o del entorno.

7. Disminución en el desempeño (escolar, laboral, social).

8. Problemas con la memoria, el pensamiento lógico y sostenimiento de la concentración.

Pluma Del Este

ELISA MERCEDES/ Elisamercedes810@gmail.com tos corruptos han ido limando, de alguna manera ese sentimiento patriótico. Eso, unido a una educación deficiente en la transferencia de valores intergeneracionales, cargan con la responsabilidad de la decadencia de ese sentimiento de patriotismo en los nuevos dominicanos.

Lógicamente, nada de esto es fortuito, y en cambio, forma parte de una agenda de grupos foráneos que buscan a toda costa, difuminar la imagen del pueblo dominicano, fomentando prácticas aculturales y eso se evidencia desde la música misma que consumen nuestros adolescentes y jóvenes.

9. Mayor sensibilidad a los estímulos que se perciben (visuales, auditivos, táctiles, olfativos y sonoros).

Algunos de estos síntomas por sí solo no son suficientes para inferir que la persona tenga una enfermedad mental, pero si puede alertar al individuo o a su familiar de que deberían de hacerse una evaluación con un profesional de salud mental.

Los profesionales de la salud mental son:

Psicólogo clínico: Trabajan los procesos mentales en personas con problemas conductuales, este se encarga de indagar el porqué de las conductas y ayudar a las personas a resolver sus conflictos con terapias. Éste profesional no es médico, por tanto, no médica. Estos se especializan en áreas como terapia: Familiar o parejas, conductual, lenguaje, etc.

Psiquiatra: Se ocupa del estudio, el diagnóstico, el tratamiento y la prevención de las enfermedades mentales de carácter orgánico y no orgánico, es un médico que tiene un enfoque biologista y prescribe psicofármacos.

Algo M S

Que Palabras

VÍCTOR CORCOBA HERRERO / corcoba@telefonica.net

Protecciones que necesitamos

En una época enfermiza, recargada por una crisis sobre otra crisis, necesitamos marcar prioridades para detener los tormentos. Quizás la primera protección deba ser, la de preservarnos del aislamiento social. Esto nos exige, de manera innata, el volvernos próximos con el prójimo.

De igual manera, muchos contenidos en los espacios virtuales contribuyen a dañar el buen nombre y la imagen de nuestro país.

Hoy, más que nunca República Dominicana necesita de sus mejores mujeres y hombres que, con sus acciones contrarresten todo este proceso difuminador de la imagen nacional. Nuestro país tiene una riqueza cultural como pocos en todo El Caribe y Centroamérica, y eso debe ser preservado a toda costa. Esto debe figurar como un punto importante dentro de la agenda política de quienes dirigen los destinos de la Nación.

República Dominicana está llamada a ser una potencia en la región centroamericana y caribeña, por su estratégica ubicación, pero eso sólo podría ser posible, si mantenemos muy en alto nuestra identidad como pueblo. Todas y todos estamos llamados a seguir construyendo el sueño de la patria dominicana y eso sólo es lograble mediante la preservación intacta de nuestra memoria histórica, lo que para muchos resulta una memoria incómoda.

13 de marzo de 2023, Año 9, Nº 465. Publicación gratuita. Distrito Municipal Turístico Verón-Punta Cana, Bávaro, Macao, La Otra Banda, Higüey, Nisibón, El Seibo, San Pedro de Macorís, Hato Mayor, Bayahibe, La Romana. Derechos reservados. El Tiempo no se responsabiliza de los conceptos emitidos por sus colaboradores.

Grupo de Medios EB, Carretera Verón-Punta Cana, Edificio Grupo EB, Verón, Provincia La Altagracia, República Dominicana. 809-959-9021.

En definitiva, ser más colaboradores y cooperantes entre sí, disponibles y solidarios. Téngase en cuenta que nadie vive por sí mismo. Sea como fuere, estamos carentes de abrazos, de recibir una sonrisa o un acompañamiento en el dolor, lo que nos demanda reagruparnos en nuestras miradas, para sentir el fuego de las entretelas en las pupilas del alma.

Las emergencias continuas, unidas a las riadas de refugiados que huyen de guerras o de cambios climáticos, recuerdan lo sustancial que es hallar a alguien que te tienda la mano y te done su tiempo, o que te haga sentir en familia con la simple escucha. Desde luego, cada contienda es una humillación a nuestro propio espíritu sistémico, al inviolable derecho de los pueblos a la paz. Si acaso, pongamos la imaginación a buen recaudo y, de este modo, inspirarnos como poetas en guardia.

El subsiguiente amparo del que nos tenemos que resguardar, es el de los desastres circunstanciales. Las modificaciones ambientales, totalmente irrespetuosas en multitud de ocasiones con la naturaleza, han multiplicado los eventos atmosféricos extremos, con efectos trágicos para los moradores. Todo parece indicar que el planeta tiembla enfurecido y también muestra su rostro cruel, aplastando consigo a sus inhumanos destructores, que al final somos todos.

Debiéramos entender más pronto que tarde la situación; pues hemos sido llamados a proteger el mundo, no a devastarlo, y sí a cuidar nuestra propia atmósfera. Seguramente, tendremos que formar las conciencias para que los bienes comunes, dejen de ser derrochados, abandonados o sean solo para beneficio de unos privilegiados.

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