Revista Ecos - 14

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Revista ECOS Órgano del Instituto de Historia de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) Año XXIV, Vol. 1, No. 14 Enero-junio de 2017 RD ISSN 2310-0680

Mujeres dominicanas en la lucha social

Ecos está recogida e indexada en el Catálogo LATINDEX (Sistema Regional de Información en Línea para Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal) url latindex: http://www.latindex.org/latindex/ ficha?folio=21792


Revista ECOS Órgano del Instituto de Historia de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) Año XXIV, Vol. 1, No. 14 Enero-junio de 2017

Mujeres dominicanas en la lucha social ESTA PUBLICACIÓN HA SIDO POSIBLE GRACIAS AL ESFUERZO del instituto de historia de la UASD y el coauspicio del ministerio de la mujer

Directora: Reina Rosario Traducción: Walkiris Mejía Ortega Cuidado de estilo, edición y diagramación: Eric Simó Diseño de Portada: Melissa Moquete Retratos de portada de Salomé Ureña, Ercilia Pepín, Rosa Duarte y Aniana Vargas: Miguel Núñez, artista plástico Todos los materiales firmados son responsabilidad de sus autores Publicación bimensual de divulgación científica de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) Facultad de Humanidades, Instituto de Historia de la UASD Ciudad Universitaria, D. N. Apartado Postal No. 1255 Tel. 809.535-8273 ext. 3371 Santo Domingo, República Dominicana Correo electrónico: revistaecosih@uasd.edu.do www.uasd.edu.do ISSN 2310-0680 Impresión: Editora Búho, S. R.L. Impreso en República Dominicana / Printed in Dominican Republic


Consejo Asesor Lic. Ramón Rodríguez, Decano de la Facultad de Humanidades, Rep. Dom. Dr. Manuel Matos Moquete, Director de Investigación, Facultad de Humanidades, UASD, Rep. Dom. Dr. Roberto Cassá, Director del Archivo General de la Nación, Rep. Dom. Dr. Emilio Cordero Michel, Academia Dominicana de la Historia, Rep. Dom. Dr. José Antinoe Fiallo Billini, docente Dep. de Historia y Antropología de la UASD y del Área de Ciencias Sociales del INTEC, Rep. Dom. Consejo Editorial Dra. Luisa Navarro, Directora Escuela de Historia y Antropología de la UASD, Rep. Dom. Lic. Alejandro Jiménez, Instituto Panamericano de Geografía e Historia IPGH, Rep. Dom. Lic. Juan de la Cruz, docente de Historia, UASD, Rep. Dom. Dr. Raymundo González Peña, Ministerio de Educación, MINERD, Rep. Dom. Lic. Rafael Jarvis Luis, docente de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, Rep. Dom. Dr. Iván Ogando Lara, Director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Rep. Dom. Dra. Reina Rosario, Directora Instituto de Historia de la UASD, Rep. Dom. Consejo Asesor Internacional Dra. Sixta Yesenia Martínez, Historiadora docente-investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Dr. Jesús María Serna Moreno, investigador, Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC), UNAM, México. Dr. Eliades Acosta Matos, Historiador-investigador, Instituto de Historia de Cuba, La Habana, Cuba. Máster Axel Alvarado Luna, Historiador, docente e investigador de la Universidad de Costa Rica, Sede del Caribe. Costa Rica


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ECOS, órgano del Instituto de Historia de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) La revista ECOS, órgano del Instituto de Historia de la UASD, publica artículos de investigación y ensayos historiográficos sobre todos los ámbitos de la historia dominicana y, ocasionalmente, del Caribe. Fue fundada en 1993 con un lineamiento editorial de servir como portavoz a las inquietudes de los investigadores e investigadoras. No tiene restricciones temáticas ni de orientaciones teóricas y metodológicas. Desde ECOS se motivan áreas que necesitan mayor cubertura de la historiografía dominicana como la trayectoria social de la mujer o la vida cotidiana, manifestaciones culturales de los sectores populares y relaciones domínico-haitianas, entre otros temas. Se promueve el intercambio con colegas de América Latina y latinoamericanistas, especialmente con la región del Caribe, potenciando con ello el conocimiento mutuo. ECOS se publica semestralmente. Es gratuita y está dirigida a todos los amantes de la historia, entre estos investigadores, historiadores, docentes, estudiantes universitarios, diversos profesionales del ámbito de las Ciencias Sociales y las Humanidades interesados en conocer y reflexionar sobre la realidad histórica dominicana. Está recogida e indexada en el catálogo de Latindex.

Presentación de originales ECOS recibe y acepta para su evaluación trabajos originales, durante todo el año, sobre temas de historia dominicana y caribeña. ECOS cuenta con un equipo de evaluadores nacionales y extranjeros. Los autores de los artículos aceptados se comprometerán a no publicar dichos trabajos en otros medios hasta que se realice la publicación de ECOS. El contenido de los artículos y reseñas son responsabilidad exclusiva de los autores. Los artículos pueden ser llevados al Instituto de Historia de la UASD, Facultad de Humanidades, ubicado en la tercera planta. También al Apartado Postal 1355, Facultad de Humanidades, o remitirlo al correo electrónico de la revista revistaecosih@uasd. edu.do. Se aconseja a los autores revisar las normas de publicación de ECOS que aparece al final de esta edición. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


ECOS Órgano del Instituto de Historia de la UASD Año XXIV, Vol. 1, No. 14 Enero-junio de 2017

Índice Presentación del Ministerio de la Mujer

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Janet Camilo

Presentación del Instituto de Historia

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Reina Rosario

Las mujeres dominicanas en el marco de la primera intervención norteamericana 1916-1924: una mirada desde la historia

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Carmen Durán Jourdain

Rosa Protomártir Duarte: una comunicada de la independencia nacional

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Nelia Ramírez

Imágenes del paisaje humano de Salomé Ureña

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María Virtudes Núñez Fidalgo

Ercilia Pepín: la mujer, la escuela, la patria, desde la mirada hostosiana

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Petronila Dotel Matos

El Club Nosotras, su influencia en la cultura dominicana Ángela Hernández Núñez 5

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Índice

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Breve historia de la participación política de la mujer dominicana, sus aportes al sistema democrático Neido Novas

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Aniana Vargas: de combatiente revolucionaria a Centinela de las Aguas Reina Rosario

217

La violencia a través del desarrollo histórico dominicano Jacqueline Álvarez

237

Una aproximación al Movimiento de Mujeres en la década de 1990: Caso de la Zona Urbana en Santo Domingo y Santiago

Ruth Margarita García P., Wanda Calzado y Aquiles Castro

269

Exactamente Juana Pavón

283

Las mujeres del 1917

295

Tres semblanzas: Magaly Pineda una mujer adelantada a su tiempo

Rolando Sierra Fonseca

Megan Trudell

Esther Hernández Medina / Yildalina Tatem Brache

306 312

Yolanda Altagracia Santana Álvarez: una vida al servicio de los demás En el Centenario del nacimiento de Carmen Natalia Martínez Bonilla (1917-2017) Carmen Durán

319 320 327

Documentos Cuatro cartas de Carmen Natalia a Trujillo Mensaje de Abigaíl Mejía a las mujeres haitianas ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Presentación del Ministerio de la Mujer

El Ministerio de la Mujer es un organismo responsable de establecer y coordinar la ejecución de políticas, planes y programas a nivel sectorial, interinstitucional y con la sociedad civil, dirigido al logro de la igualdad y equidad de derechos entre los hombres y las mujeres. Es una labor que realiza esta instancia consciente de que el ejercicio de la ciudadanía plena por parte de las mujeres requiere la reescritura de la historia dominicana como herramienta llamada a rescatar y a superar la invisibilización impuesta por la tradición patriarcal. En la preservación de la memoria histórica de nuestro pueblo es muy importante proteger los testimonios de la historia dominicana para poder situar en su justa valoración los aportes de las mujeres al proceso de construcción de nuestra nación. Desde el Ministerio de la Mujer nos sentimos complacidas de acudir al llamado de coauspicio de la publicación del número 14 de la Revista Ecos, órgano del Instituto de Historia de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Dicho apoyo se enmarca dentro de la política del ministerio de articulación interinstitucional. Para el Ministerio de la Mujer rescatar y develar la participación de las mujeres dominicanas, en todos los ámbitos del quehacer social, es de especial relevancia ya que siempre ha estado presente como sujeto histórico en los acontecimientos y 7


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Presentación Ministerio de la Mujer // Janet Camilo

procesos que configuran la historia nacional. Este es uno de los propósitos de la publicación conjunta de esta revista, cuyo número monográfico “Mujeres dominicanas en la lucha social”, consolida las relaciones y el compromiso del Ministerio de la Mujer con la academia, para contribuir a la divulgación de las ideas y al necesario proceso de educar y promover los valores y cambios culturales que coadyuven a superar la visión androcéntrica y estereotipada de la historia, rescatando los aportes que en cada época han hecho las mujeres dominicanas al proceso de desarrollo histórico, social y cultural. El pasado año 2016 se conmemoró el centenario de la primera intervención militar de los Estados Unidos a nuestro país. El Ministerio de la Mujer hace suya la valoración de aquéllas dominicanas que hace un siglo trillaron el sendero de la dignidad, ofreciendo con su ejemplo cívico patriótico el referente de decoro que sirve como estandarte a las dominicanas de hoy. En este 2017 el Ministerio de la Mujer rinde homenaje y se une a la celebración del centenario del natalicio de la destacada poeta y feminista Carmen Natalia, mujer que supo recrear en su voz comprometida la memoria de hombres y mujeres a través de la hermosura de su verbo, tocando las fibras del sentimiento patrio. Janet Camilo Ministra de la Mujer

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Presentación del Instituto de Historia

Con esta décimo cuarta entrega de Ecos que hemos titulado “Mujer dominicana en la lucha social”, se da cumplimiento al lineamiento editorial de Ecos en su primera entrega en ese ya lejano 1993. Ecos se proponía dar cabida a temas que precisen ser cubiertos por la historiografía dominicana, entre los que se mencionaba la trayectoria social de la mujer o su vida cotidiana. Esta entrega dedicada a la mujer dominicana y sus aportes a las diversas luchas sociales busca atender mínimamente a ese gran vacío que se registra en la historiografía dominicana con respecto a la participación de las mujeres en la historia. La exclusión de la mujer en la historia ha dejado sin historia a más de la mitad de la población. Hoy, los historiadores e historiadoras, tenemos el deber de reescribir los hechos del pasado para integrar a la mujer y completar la historia. Afortunadamente a partir de 1970, en lo que se llamó “Nueva Historia”, surgió “La historia de las mujeres” como una corriente historiográfica. La misma consiste en un enfoque histórico, crítico con la historia tradicional, vinculada al surgimiento del movimiento feminista. Esta historia se encarga de pensar a la mujeres como sujetos, es decir, que no sólo participan en la historia, sino que además contribuyen a transformarla. La historia de las mujeres no busca agregar a las mujeres a la historia, sino destacar su participación en la transformación de la 9


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Presentación // Reina Rosario

historia misma. Una historia en la que todas y todos tengan el lugar que le corresponde. Por eso, en la presente entrega, se ofrecen historias de mujeres que desde los más diversos roles (febreristas/comunicadas, poetas, educadoras, combatientes, ambientalistas, feministas, activistas sociales, desde el exilio o parte de la diáspora) han contribuido significativamente a las luchas sociales que han hecho posible un mejor país, pero que los libros de historia no dan cuenta de su contribución. Por tratarse de una edición especial dedicada a destacar los aportes de las mujeres dominicanas, el Ministerio de la Mujer, en su deber de difundir las acciones y reflexiones de la mujer dominicana, ha tenido a bien el coauspicio de esta entrega de Ecos. Esta edición contaba, inicialmente, con seis trabajos que fueron exposiciones de la Segunda Jornada histórico-cultural: “Mujeres de nuestra historia” que realizó la Escuela de Historia y Antropología de la UASD en abril del 2013. Luego se completó el contenido del presente número con otros trabajos que fueron incluidos por los aportes que agregan a la temática tratada. El primer trabajo, “Las mujeres dominicanas en el marco de la primera intervención norteamericana 1916-1924: una mirada desde la historia”, de la maestra Carmen Durán, es una reflexión sobre la participación de la mujer en la lucha contra la ocupación norteamericana del 1916. Ella destaca que en ese momento las mujeres carecían de la condición jurídico-formal de ciudadanas; sin embargo, se integraron a la lucha ejerciendo lo que la autora llama la ciudadanía moral. El estudio argumenta que las mujeres que participaron en la resistencia de 1965 eran herederas de la experiencia acumulada por sus antecesoras históricas de 1916. El segundo trabajo, “Rosa Protomártir Duarte: una comunicada de la independencia nacional”, de la maestra Nelia Ramírez, recoge la vida de Rosa Duarte y su decidida participación en el proceso de independencia. Se destaca su apostolado durante el exilio de la familia Duarte, y el gran aporte de esta mujer a la historiografía dominicana con su libro Apuntes de Rosa Duarte, ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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el cual se convirtió en la fuente principal para conocer la vida y obra de Juan Pablo Duarte, el padre de la patria dominicana. El tercer artículo, “Imagen y paisaje humano de Salomé Ureña”, de la maestra María Virtudes Núñez, es un tema muy bien abordado por la autora. En el mismo logra mostrar importantes esbozos de una nueva interpretación acerca de Salomé Ureña. Analiza su trayectoria a través del trabajo literario y educativo, resaltando la dimensión personal de su proyecto social e intelectual. Desmonta prejuicios de género que han influenciado la imagen pública de Salomé. Es un ensayo novedoso y bien sustentado sobre Salomé Ureña que sin duda es la personalidad femenina de mayor relevancia del siglo XIX en la República Dominicana. El cuarto trabajo, “El Club Nosotras, su influencia en la cultura dominicana”, de la escritora Ángela Hernández Núñez, es un estudio que refiere a un hecho histórico poco conocido en la historia del feminismo dominicano. La autora destaca la importancia del Club Nosotras en la labor pionera del feminismo en el país. Y muestra que del Club Nosotras surgió la Acción Feminista Dominicana, organización que desplegó una amplia e intensa labor en casi toda la geografía nacional. Se analiza cómo este movimiento fue socavado por la tiranía de Trujillo desde los inicios del régimen. El quinto trabajo, “Ercilia Pepín: la mujer, la escuela, la patria, desde la mirada hostosiana”, de la maestra Petronila Dotel Matos, presenta tres ideas básicas en el pensamiento de Ercilia Pepín: la mujer, la patria y la escuela; y muestra como estas constituyen para Ercilia Pepín los pilares fundamentales e inseparables para lograr el avance social en la educación. La autora destaca cómo Ercilia Pepín luchó para que la mujer se educase científica y moralmente para que, como ciudadana y madre, eleven los valores cívicos y morales que la patria necesita. El sexto artículo, “La violencia a través del desarrollo histórico dominicano”, de la maestra Jacqueline Álvarez, tiene como punto central evidenciar la forma en que la mujer dominicana ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Presentación // Reina Rosario

ha sido objeto de violencia a lo largo de la historia de la República Dominicana. La autora establece un diálogo entre el pasado y el presente donde muestra ejemplos de cómo las mujeres han sido maltratadas y silenciadas y los héroes siempre son masculinos. El séptimo trabajo, “Aniana Vargas: de combatiente revolucionaria a Centinela de las aguas”, de la suscrita, es una investigación que ofrece una biografía de esta destacada revolucionaria de Bonao en la cual se analizan cuatro etapas de las luchas más trascendentales de la República Dominicana en la que esta mujer fue protagonista de primera fila. Se destaca de forma especial la cuarta lucha, en defensa del medio ambiente, junto a los campesinos en la loma de Blanco, en Bonao. En este momento, bajo el liderazgo de Anina, el movimiento campesino aportó nuevas formas de luchas, las cuales, hoy día, son reconocidas y estudiadas en gran parte de los movimientos campesinos de América Latina. El octavo trabajo, “La participación política de la mujer dominicana, sus aportes al sistema democrático”, del maestro Neido Novas, recoge la lucha tenaz de la mujer dominicana exigiendo equidad por el derecho de participar en política en iguales condiciones que los hombres. Se analiza cómo en 1942 se les concede el derecho al voto, pero solo después de la muerte de Trujillo la mujer dominicana aspira y obtiene representación política electiva. El autor destaca cómo, a pesar de las limitaciones y las barreras sociohistóricas a la que la mujer ha estado sometida, esta ha mostrado interés en participar en política en iguales condiciones con el hombre. El noveno trabajo, “El movimiento de mujeres en la década de 1990, caso de la zona urbana en Santo Domingo y Santiago”, es un estudio elaborado por Ruth Margarita García, Wanda Calzado y Aquiles Castro. El estudio de estos investigadores muestra cómo en la década de 1980 el movimiento social sobre la “problemática de la mujer” se desarrolló significantemente producto de la difusión de ideas y teorías que reivindicaban el feminismo ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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como paradigma teórico para explicar la condición social de la mujer. El trabajo plantea que en los 90 el movimiento entró en crisis, marcando esta década una especie de transición entre los períodos de auge y reflujo del movimiento de mujeres. El décimo trabajo titulado “Exactamente Juana Pavón” fue escrito especialmente para esta edición de Ecos por Rolando Sierra Fonseca, destacado historiador e investigador hondureño. El mismo relata la poesía y la impactante y descarnada vida de la poeta urbana hondureña Juana Pavón (o “Juana la Loca”), marcada por la miseria, la violencia y la brutalidad con que en nuestra América Latina se trata a las mujeres, en especial a aquellas que se resisten a ser cosificadas. Sus poemas son recuentos autobiográficos sobre la crueldad de la sociedad, la cual ha sido con ella inclemente desde su infancia, en su adolescencia y en su vida adulta. Sierra Fonseca revela que su poesía está cargada de denuncia, rabia, ironía, dolor, y también por una inmensa capacidad de ternura y amor. Con este artículo Ecos rinde homenaje, en vida, a esa poeta rebelde hondureña que testimonia con su existencia y su obra la violencia ejercida por siglos contra la mujer. Su poesía o su yo poético expresa un conjunto de sentimientos donde todo el género femenino nos sentimos representadas. Como ejemplo se agrega al trabajo de Sierra Fonseca su poema “Nosotras, esas sujetos”. El undécimo trabajo es tomado de una revista española invitada, Viento Sur digital, titulado, “Las mujeres del 1917” de Megan Trudell. El mismo se eligió por dos razones: primera, para rendir un merecido homenaje y unirnos a la celebración, en este 2017, del 100 aniversario de la Revolución Socialista de Octubre; y, segunda, para visibilizar el aporte de las mujeres rusas a esta gran Revolución, catalogada por algunos historiadores como uno de los más grandes acontecimientos de la época contemporánea y, a su vez, como uno de los hechos más memorables que registra la historia de la humanidad. La actual edición también incluye tres semblanzas de mujeres que desde sus respectivas trincheras han contribuido ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Presentación // Reina Rosario

significativamente a construir una sociedad más incluyente y democrática. Las biografiadas son Magaly Pineda, destacada feminista, fallecida recientemente, elaborada por Esther Hernández Medina e Yildalina Tatem Brache; le sigue Yolanda Altagracia Santana Álvarez, maestra y activista cultural de Santiago, elaborada por la redacción de ECOS a partir de los datos ofrecidos por sus hijas Dora María y Thania Cristina. Realizado con gran esmero por Carmen Durán Jourdain, se incluye también un momento de sublimidad lírico-patriótico, una selección mínima de fragmentos de los poemas de la inmensa Carmen Natalia, poeta y feminista, en ocasión de celebrarse en este 2017 el 100 aniversario de su natalicio. Concluyendo este número, en la sección de “Documentos”, se ofrecen dos documentos de gran valor histórico. El primero, cuatro cartas prácticamente desconocidas de Carmen Natalia, enviadas a Rafael Leónidas Trujillo en momentos en que la tiranía acosaba a la poeta y a su familia. Las mismas fueron cedidas por la poeta Ylonka Nacidit Perdomo para ecos, quien obtuvo el permiso de la familia de la insigne poeta. Un segundo documento es un mensaje de Abigaíl Mejía, en nombre de la Federación de Mujeres Dominicanas, enviado por radio a las mujeres haitianas en el año 1934. Con esta edición de Ecos No. 14 titulada “Mujer dominicana en la lucha social” no se agota el tema. Por diversas razones se han quedado fuera varios trabajos de gran interés, lo que plantea la posibilidad de una siguiente entrega sobre la temática. Esto le daría seguimiento a la línea de ECOS de aportar a la historiografía dominicana en la cual la mujer ha sido permanentemente invisibilizada. Porque la historia de las mujeres no está en la historia, hoy tenemos el deber de completarla, integrándolas. Dra. Reina Rosario

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ECOS Órgano del Instituto de Historia de la UASD Año XXIV, Vol. 1, No. 14 Enero-junio de 2017

Las mujeres dominicanas en el marco de la primera intervención norteamericana 1916-1924: una mirada desde la historia Carmen Durán Jourdain1 Recepción: 2 de junio 2016 Aprobación: 22 agosto 2016

Resumen

El presente trabajo, en su aspecto central, constituye una reflexión sobre la participación de la mujer en la lucha contra la ocupación militar de los Estados Unidos al suelo dominicano en 1916. En el mismo se sostiene que las dominicanas que se involucraron en el movimiento cívico patriótico de la primera intervención constituían una mujer que carecía de la condición jurídico-formal de ciudadanas. Se argumenta que en ese momento, sin embargo, manifestaron una conciencia civilista que las llevó a ejercer la ciudadanía moral con su intervención en la lucha contra los soldados interventores. Historiadora egresada de la Universidad de la Amistad de los Pueblos Patricio Lumumba de Moscú. Docente meritísima de la escuela de Historia y Antropología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Es miembro correspondiente de la Academia Dominicana de la Historia. Asesora en la dirección de Educación en Género del Ministerio de la Mujer. Es autora, entre otros, del libro Historia e ideología: mujeres dominicanas, 1880-1950 (2010).

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Las mujeres dominicanas en el marco de la intervención // Carmen Durán J.

También se realiza una especie de comparación con la participación de la mujer dominicanas en la Guerra de Abril de 1965 que trajo la segunda intervención norteamericana del siglo. Se argumenta que las mujeres que participaron en la resistencia de 1965 eran herederas de la experiencia acumulada por sus antecesoras históricas de 1916, y que también estaban marcadas por dos hechos más recientes: el compromiso político partidario y la participación en la lucha por la democratización del país del periodo post trujillista. Palabras claves: ciudadanía moral, ciudadanía formal, soberanía nacional, semana patriótica, intervención extranjera, autoritarismo, caudillismo, violencia política, violencia sexual, gavillerismo, juntas patrióticas, patriotismo, nacionalismo. Summary: The present work, in its central aspect, is a reflection on the women participation in the struggle against the United States military occupation of the Dominican Republic in 1916. In this paper, it is held that the Dominican women who got involved in the patriotic civic movement of the first intervention constituted a woman who lacked the legal-formal citizen status. It is argued that at that time; however, they manifested a civilian awareness that led them to exercise the moral citizenship through their involvement in the fight against the intervention of soldiers. There is also a kind of comparison with the participation of Dominican women in the War of April 1965 that brought the second North-American Intervention of the century. It is argued that the women who participated in the 1965 resistance were heirs to the experience accumulated by their historical predecessors in 1916, and were also marked by two more recent events: the political party commitment and the participation in the struggle for the country´s democratization of the post-Trujillo´s period. Keywords: moral citizenship, formal citizenship, national sovereignty, foreign intervention, authoritarianism, autocracy, political violence, sexual violence, “gavillerismo”, patriotism, nationalism

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Introducción La motivación del presente escrito es recrear un aspecto importante dentro de la línea de rescatar la participación de las mujeres en acontecimientos históricos que han marcado la historia dominicana contemporánea. Es más que un análisis, es una reflexión que pretende incorporar los elementos más destacados de esa participación en el contexto de la ocupación militar de los Estados Unidos a nuestro país en 1916. El interés principal es identificar algunos elementos comparables con la participación de las dominicanas en ese otro acontecimiento que marcó un antes y un después en la historia nacional jalonada de heroísmo y en el que las dominicanas también tuvieron una importante participación no valorada aun en su justa dimensión: la Guerra de Abril de 1965. Condiciones históricas diferentes, contexto socio-político distinto, pero un eje identificable al tratarse como se trata de la lucha por el rescate de la soberanía popular y de la soberanía nacional burladas por la bota extranjera. En el primer caso, las dominicanas que se involucraron en el movimiento cívico patriótico de 1916-1924 carecían de la condición jurídico-formal de ciudadanas, no obstante lo cual, su conciencia civilista las llevó a ejercer la ciudadanía moral. Esta reflexión con motivo del primer centenario de la intervención militar estadounidense a nuestro país nos permite diferenciar las características de los grupos de mujeres y sus aportes a la lucha por el restablecimiento de la soberanía. Es en ese contexto que las mujeres dominicanas provenientes de la pequeña burguesía urbana compuesta por las discípulas de Salomé Ureña y del apostolado educativo hostosiano, de las principales ciudades, irrumpen de forma organizada al ámbito público. Este hecho marcó un hito al desafiar la tradición patriarcal de la sociedad dominicana de inicios del siglo XX.

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En otro contexto se expresa como parte de esta valoración la incorporación de la mujer rural al movimiento nacionalista en la región Este. Ambos núcleos de mujeres fueron víctimas de la violencia política y de la violencia sexual implementada por los interventores. Las dominicanas que en 1965 se incorporaron a la lucha por el rescate de la soberanía popular y nacional eran herederas de la experiencia acumulada por sus antecesoras históricas: las mujeres de 1916. En el segundo caso, la participación de las del 1965 estaba marcada por el compromiso político partidario y por la experiencia de la participación en la lucha por la democratización del país durante el periodo post trujillista. Las mujeres que participaron en abril de 1965 ya tenían la ciudadanía formal, pertenecían a estratos sociales diversos, por lo que no podemos considerarlas como un grupo homogéneo; su participación se limitó al área urbana, crearon un mecanismo inédito al pertenecer a la Academia Militar 24 de Abril en calidad de combatientes e instructoras, legando una experiencia probablemente única a América Latina. Estas reflexiones nos llevan a plantear como necesaria una relectura y reescritura de estos acontecimientos, en los que la historia escrita por las dominicanas alcance la valoración que permita superar la visión androcéntrica y minusvalorizadora de la mujer como sujeto histórico, constructora junto a los hombres de la nación dominicana. Al conmemorarse en el 2016 el primer centenario de la intervención armada de los Estados Unidos a nuestro país, se abre un espacio de reflexión y valoración sobre un capítulo de la historia contemporánea dominicana que marca un antes y un después. Este capítulo debe escribirse desde la perspectiva de rescatar la participación de las mujeres como parte del pueblo dominicano en la lucha por el restablecimiento de la soberanía nacional. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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A manera de antecedentes Luego del ajusticiamiento de Ulises Heureaux, en julio de 1899, el país entró en una etapa de caos político, lo que caracterizó las primeras dos décadas del recién nacido siglo XX. Al endeudamiento dejado por la dictadura lilisista se sumaba también: la crisis económica heredada de dicho régimen, así como las extenuantes luchas caudillistas que marcaron el periodo; el retorno al autoritarismo con el gobierno de Ramón Cáceres 1906-1911; las convenciones domínico americanas de 1905-1907 como mecanismos de legitimación de la injerencia de los Estados Unidos; y, la ocupación de las tropas estadounidenses a la República Dominicana en un abierto atropello y vulneración de la soberanía nacional en 1916. El esquema de dominación imperialista, ensayado en Cuba y Puerto Rico en 1898, se expandió por el Caribe con las ocupaciones de Haití en 1915 y República Dominicana en 1916. Los países de Centro América y México formaron parte de esa cadena de atropellos a su soberanía como parte de la estrategia de dominación de los Estados Unidos. Como antecedentes que nos permiten situar los aportes de las mujeres se pueden identificar las luchas del siglo XIX, en las que participaron y dieron su valioso apoyo logístico a Juan Pablo Duarte y a los trinitarios. En esos episodios de la historia las dominicanas hicieron un aporte importante al proceso emancipador; ellas corrieron los riesgos y peligros que devenían de la ocupación extranjera haitiana. Otro hito que marca la lucha por la soberanía nacional es la guerra por el rescate de la República que nos legó la epopeya de la Restauración, ejemplo de dignidad y patriotismo. En esos episodios de gloria la mujer dominicana ocupa un sitial como parte del conglomerado nacional. El siglo XIX, siglo del independentismo y republicanismo, se caracterizó por la violencia política. Esta consideración va de la mano de los hechos que involucraron a las “comunicadas”, ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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las mujeres de febrero, con acontecimientos que como el fusilamiento de María Trinidad Sánchez tiñeron de luto la patria en el primer aniversario del nacimiento de la República, el 27 de febrero de 1845; también la expulsión de doña Manuela Diez, madre del patricio Juan Pablo Duarte y su familia, así como el asedio y la exclusión de otras mujeres de febrero como parte de la violencia política característica de la época. Las nuevas corrientes historiográficas valoran la importancia que para la reconstrucción de los procesos históricos tienen las historias de vida, de las minorías, de las instituciones, de las comunidades, de los grupos étnicos. En el caso que nos ocupa, tratar de rescatar la participación de las mujeres, responsables junto a los hombres de la construcción de los procesos históricos, se trata de la historia de la mitad de la población, excluida, invisibilizada, ignorada, estigmatizada por patrones culturales cuya superación conlleva la desconstrucción de paradigmas obsoletos, marcados por el androcentrismo y patriarcalismo milenarios. Las mujeres dominicanas han estado presentes en los acontecimientos y procesos históricos desde distintas posiciones, sociales, políticas, culturales, etc. La intervención norteamericana de 1916 puede considerarse como un hecho particular para marcar la participación de un grupo notable de mujeres en los acontecimientos que se desarrollaron entre 1916 y 1924.

Las mujeres dominicanas en la primera intervención norteamericana 1916-1924 La intervención armada de Estados Unidos produjo un estremecimiento en la conciencia colectiva del pueblo dominicano. Las dominicanas provenientes de la pequeña burguesía urbana y de los círculos de maestras formadas bajo el discipulado ético y patriótico de Salomé Ureña rompieron los moldes que el espacio doméstico les imponía por la tradición cultural patriarcal ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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e irrumpieron al ámbito público para participar de forma organizada en la lucha por el rescate de la soberanía nacional cercenada por la ocupación extranjera. La historia debe reconocer los nombres de esas mujeres que se colocaron a la altura de los acontecimientos que enlutaron la Patria y participaron sin reservas en pos de rescatar la soberanía y la dignidad mancilladas. Ellas son: Luisa Ozema Pellerano, Rosa Nouel Henríquez, Mercedes Laura Aguiar, Petronila Angélica Gómez, Abigaíl Mejía, Rosa Smester, Ercilia Pepín, Mélida Morales, Cristina Morales Billini, Margarita Pou y Gracia Bernae, entre otras.

Petronila Angélica Gómez (1883-1971).

Rosa de Noel Henríquez

Luisa Ozema Pellerano (1870-1927)

Ercilia Pepín (1886-1939)

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Abigaíl Mejía (1895-1941)

Ese acontecimiento trastornó la vida de cientos de hombres y mujeres que se vieron vulnerados en su integridad. La violencia ejercida por las tropas de ocupación contra toda la población, el desarme, la censura, las torturas, las violaciones, los atropellos, estaban a la orden del día.

Ramón Leocadio (Cayo) Báez (1892-1982).

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“Todos somos Cayo Báez. Cada ley u orden ejecutiva que comienza: en virtud de los poderes de que estamos investidos, etc., es como un latigazo candente que cae sobre nosotros; tenemos el alma llena de cicatrices. No hemos conferido jamás poderes al extranjero”. Una simple maestra de escuela, hizo ejercicio de su ciudadanía moral, Rosa Smester: A los periodistas americanos que nos visitan. Una simple maestra de Escuela os habla con el corazón en los labios: tenéis madres o hijas, hermanas o esposas, invoco su recuerdo. El pueblo dominicano ama, sobre todas las cosas, como a Dios, su libertad y su tierra; por eso nuestro dolor en esta hora infausta es sin nombre infinito… A ejemplo de los Estados Unidos conquistamos con sangre nuestra independencia; dos fechas gloriosas en nuestra historia: el 27 de febrero y el 16 de agosto. Sorprendidos cuando la invasión americana no nos aprestamos a la muerte; porque nuestros leaders clamaron desde un principio que no estábamos en guerra con los Estados Unidos y confiamos en que esa normalidad sería transitoria […] Y van más de cinco años de vía-crucis; hemos apurado todos los dolores y todas las humillaciones. Hasta las inofensivas escopetas nos fueron confiscadas. Inermes hemos recurrido a la fuerza de la paciencia, del derecho y de la resistencia. Nuestros varones han vivido de sus entrañas para que el dolor no estallara en ira rompiendo la consigna salvadora y las mujeres han tenido una oración en los labios para que Dios nos ayude, y para que conceda el don de justicia al pueblo que nos oprime, y no caiga el baldón de la ignominia sobre la patria de Washington y Lincoln […] La Comisión Senatorial viene a esclarecer la ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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verdad de los atropellos de que hemos sido víctimas; es cierto que han sido muchos. Con pena y asombro hemos visto resucitar por los soldados americanos los suplicios del agua y del fuego de la oscura Edad Media. Pero eso no importa, en todo tiempo y en todas partes la soldadesca comete sus desmanes. Hay, sí, un hecho insólito, monstruo contra el cual clamaremos eternamente: el desembarco de las tropas americanas en nuestro país bajo el manto de amigos y protectores, para despojarnos de nuestros derechos y de nuestra santa libertad. ¿Cabe mayor atropello?2

Rosa Smester (1874-1945).

La violencia ejercida contra la población femenina tuvo connotaciones estremecedoras en las zonas rurales del país, sobre todo en la región Este. Bruce Calder, en la obra El Impacto de la intervención. La República Dominicana durante la ocupación norteamericana de 19161924, nos relata cómo las mujeres campesinas sufrieron todo tipo de vejámenes y violaciones por parte de las tropas de ocupación: Julio Jaime Julia (compilador), Rosa Smester: maestra de maestras, Santo Domingo: Impresora El Siglo, 2001, p. 122.

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Durante los meses de septiembre, octubre y noviembre de 1916, los periódicos reportaron los siguientes acontecimientos en la ciudad capital: un teniente de la infantería de marina disparó e hirió a una mujer dominicana, un soldado borracho de Estados Unidos asaltó a una maestra y a su madre en su propio hogar […], un grupo de jovencitas dominicanas y varios espectadores acusaron a un cierto número de tropas norteamericanas de molestarlas en la calle […], un infante de marina mató a un sordomudo que no obedeció su orden de detenerse. El peor brote de violencia sucedió en un suburbio de Santo Domingo, Villa Duarte, cuando una patrulla de marina se presentó para arrestar al general Ramón Batista por una supuesta ofensa que tuvo lugar antes de la intervención. Él y algunos familiares y amigos les dispararon a los infantes de marina, matando a dos e hiriendo a otros. Las tropas estadounidenses regresaron entonces con refuerzos, mataron a sus atacantes y a una inocente mujer del vecindario, y destruyeron y quemaron varias viviendas […] También comunes y con frecuencia documentados, pero castigados solo de cuando en cuando, eran crímenes graves como el caso de Altagracia de la Rosa, joven campesina que preparaba la cena una noche de diciembre de 1920 cuando cuatro infantes de marina armados penetraron a su vivienda; fue violada y retenida junto a su madre como prisionera durante diez días.3 Un nombre emblemático es el de Isabel Guzmán, campesina de Bayaguana, que fue apresada por una patrulla del ejército norteamericano; cuñada de Olivorio Carela, combatiente de la

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Bruce Calder, El Impacto de la intervención. La República Dominicana durante la ocupación norteamericana de 1916-1924, Santo Domingo: Fundación Cultural Dominicana; 1998, pp. 21-22. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Isabel Guzmán. Fuente: Ángela Hernández y Orlando Inoa, La mujer en la historia dominicana, 2009.

región Este, fue violada por Trujillo en el interior de la iglesia de Los Llanos en 1919. A pesar de que el violador fue denunciado a la justicia por los padres de la joven agraviada, y de ser sometido a una corte marcial, este caso, como la mayoría, quedó en la impunidad. Al recrear la historia de las mujeres dominicanas y sus aportes a la lucha por el restablecimiento de la soberanía nacional en los años de 1916-1924 es necesario puntualizar que las mismas no tenían un carácter homogéneo, sino que provenían de distintos estratos sociales y culturales. La lucha por el rescate de la soberanía nacional incorporó a los intelectuales nacionalistas encabezados por Américo Lugo, Federico y Francisco Henríquez y Carvajal, Federico García Godoy y otros connotados ciudadanos, sobre todo en el plano de las relaciones internacionales, el derecho internacional y el derecho natural, y por otro lado los movimientos sociales de la región Este protagonizados por los campesinos que antecedieron a la intervención, pero que alcanzaron su cenit como movimiento nacionalista en el marco de la ocupación norteamericana. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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En cuanto a la participación de las mujeres podemos identificar dos aspectos importantes: el protagonizado por mujeres pertenecientes a estratos sociales y culturales urbanos compuesto por maestras, intelectuales, escritoras, mujeres que habían tenido acceso a la educación formal; y el de las zonas rurales asediadas por los invasores, cuya participación estuvo marcada por el elemento clasista. Una de las características del movimiento social nacionalista de los campesinos del Este estuvo condicionado por el despojo y expropiación como forma de acumulación originaria impuesta por el interventor y sus socios criollos. Al resaltar la participación de las mujeres en la lucha guerrillera, Félix Servio Ducuodray nos dice: Resulta interesante echarle un vistazo a la composición humana de la guerrilla patriótica de 1916. Cuando se habla de ella, lo que por lo común viene a la mente es la imagen de grupos de combatientes compuestos por hombres solamente […] Fueron varones, desde luego, la mayoría de los que se incorporaron a la lucha contra el invasor norteamericano, pero no la totalidad. Hubo también mujeres guerrilleras. Una de ellas fue María Natera, quizás la más conocida por una fotografía varias veces publicada, en que aparece con un revolver al cinto, falda blanca y cinturón de balas, en pleno monte, junto a otros guerrilleros. Era del grupo de Ramón Natera. Guerrillera fue también, por Higüey, Catalina Cedano, que estaba con José Amparo (a) José Blanco, según quedó escrito en la correspondencia oficial de la época. A Catalina Cedano le rompieron un brazo de un balazo, en junio de 1919, cuando las tropas norteamericanas, acompañadas de dos policías municipales, asaltaron en Maimón el grupo de patriotas en que ella actuaba (…) Y lo fue también Meri Mota, la novia del jefe guerrillero Ramón Batía, ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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quien se la llevó a la Manigua y la hizo reina de su campamento.4 Otros nombres recrean la participación de mujeres en la guerrilla del Este. Cuando analizamos las condiciones de vida de las mujeres campesinas de principios del siglo XX, condicionadas por el bajo nivel de instrucción escolar, dedicadas a las labores agrícolas y domésticas, una proporción significativa de ellas analfabetas y por ende sin instrucción política, nos percatamos del alto nivel de sacrificio que para ellas representó su inserción en la lucha nacionalista. Esta situación nos permite reflexionar en torno a si su participación en el movimiento “gavillero del Este” puede considerarse una acción consciente o si el mismo devino en ser una consecuencia de las condiciones de subordinación a que estaba sometida; el cuestionamiento a esa condición queda superado si ponderamos la extracción social de las mujeres cuya situación paupérrima era condición obligada para hacer suya la lucha. Probablemente su incorporación a la vida “guerrillera” era razón de supervivencia. La lucha entre las bandas de caudillos en el Este, con sus peculiaridades, forma parte del entramado y del caos prevaleciente a raíz del ajusticiamiento de Heureaux. Esto implicaba una situación de vulnerabilidad para las mujeres de las zonas rurales tratadas como propiedad de los caudillos. “Llevarse mujeres” era una costumbre inveterada. Esta situación se profundizó a propósito de la ocupación militar, por lo que a la violencia política se sumaba la violencia sexual del ejército invasor. Por otro lado, las condiciones logísticas determinaban la necesidad de permanecer en los territorios del campamento o el monte que servía de refugio a los revolucionarios en su lucha nacionalista. Félix Servio Ducoudray, Los gavilleros del Este, una epopeya calumniada, Santo Domingo: Editora de la UASD, Colección Historia y Sociedad, No. 23; 1976, pp. 27-28.

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De acuerdo con la historiadora María Filomena González Canalda, en su obra Los gavilleros, 1904-1916: […] los grupos gavilleros eran básicamente iguales antes y durante la Primera Ocupación Militar Norteamericana en cuanto a su composición, acciones, organización y formas de lucha. La invasión militar norteamericana encontró este fenómeno, que adquirió un carácter nuevo: “la lucha nacionalista” frente a un ejército diferente, en fenotipo y en cultura (idioma, forma de relacionarse, no clientelista y con un trato brutal hacia la población) […] Sus objetivos de ataque, tanto antes como después de la ocupación, se mantuvieron similares: acoso a autoridades, asalto a las bodegas, pedir dinero o rescate a personas pudientes en los ingenios y en las fincas. Solo una de las acciones, aparte de la lucha contra el ejército invasor, no se registró antes de la ocupación: la de “llevarse mujeres.”5 Al situar el “gavillerismo” como un “movimiento prepolítico campesino” con “rasgos de bandidismo social”, plantea que: “para tener una cabal comprensión de la resistencia de los gavilleros a la ocupación tenemos que partir de los gavilleros y las gavillas durante el período 1904-1916”; o sea, ocho años antes de producirse la intervención armada de los E.E.U.U a nuestro país. Los antecedentes están marcados por estos acontecimientos que sirven de referencia al momento de rescatar y situar en su justa valoración la participación de las mujeres en las luchas nacionalistas de 1916-1924. En su libro Palma Sola opresión y esperanza (su geografía mítica y social) la investigadora del tema del liborismo, Lusitania María Filomena González Canalda, Los gavilleros, 1904-1916, Santo Domingo: AGN, Volumen LXIV, Impresión AZ, 2008. P. 173.

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Martínez, plantea que: “Los elementos ideológicos en su nivel práctico y teórico respecto a la importancia de la función social de la mujer son contradictorios. Por un lado, las aceptaron en masa en el movimiento y hasta les permitieron roles de gran valor religioso, como se nota al recordar que hubo ‘virgen’ y otras mujeres de confianza; pero por otro lado, […] las mujeres no podrían tomar nunca la dirección de la misión aunque sí llegar a desarrollar funciones inferiores a esta, pero relevantes.”6 Visibilizar los nombres de María Rosario, Felícita Rombalde, Lolita Rondón, Silvana Infante, Desalina Echavarría, Catalina Cedano, las hermanas Felícita y Olimpia Garrido, Meri Mota, Maximina de la Cruz, Lola Cepeda, Rita Campos, María Girón y otras forman parte de esta recreación para escribir el capítulo de las “gavilleras” del Este y sus aportes (conscientes o inconscientemente) a la historia escrita por las dominicanas de todas las épocas. Vistas desde la óptica de nuestro tiempo apreciamos que si bien es cierto que lo patriótico, lo cívico, se potencia como político y se expresa como ciudadanía moral, las mujeres de 1916 hicieron ejercicio de compromiso político sin advertir probablemente que eran entes políticos; conocida la tradición que la ideología patriarcal sostenía de que la “política es cosa de hombres”. La experiencia acumulada por las mujeres de diferentes condiciones sociales, grados académicos, orientación religiosa, política o cultural, forma parte del acervo histórico que nos pertenece como heredad; en esa línea de razonamiento encontramos el hilo que vincula a las mujeres de 1916 con las combatientes de abril de 1965. Las dominicanas de 1916 hicieron ejercicio cívico y patriótico de ciudadanía moral al participar activamente en la lucha por el rescate de la soberanía local cercenada por la intervención extranjera. Las voces de las dominicanas pertenecientes a los Lusitania Martínez, Palma Sola, opresión y esperanza (su geografía mítica y social), Santo Domingo: Centro Dominicano de Estudios de la Educación. 1991, p. 223.

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sectores ilustrados resonaron en la geografía nacional y en el extranjero. En ese contexto la prensa jugó un papel de trascendental importancia al ser el medio de difusión de las ideas, pese a la censura impuesta por el invasor. A la historia de la prensa dominicana, en el contexto de la ocupación, hay que dedicar un capítulo especial. La fundación de las Juntas Patrióticas de Damas significó un importante paso organizativo de las mujeres. En Nueva York fue constituida una seccional, así como en Santiago, La Vega, Puerto Plata y otros puntos del Cibao, para luchar por el restablecimiento de la soberanía. Igualmente se organizó una asociación para la Defensa Nacional compuesta por jóvenes nacionalistas. Las actividades organizadas por la Junta Patriótica de Damas se desarrollaron por todo el país. Una de las más notables fue la protesta organizada en Santiago (sede de las principales iniciativas de protestas y de participación notable de las mujeres), en la cual se demandaba la desocupación pura y simple del territorio nacional; esta actividad contó con cientos de mujeres y hombres. Ercilia Pepín fue voz y aliento desde la tribuna y desde los periódicos que como baluartes mantuvieron su posición vertical frente al invasor. Como reseña la historia, a tan solo 42 días de la ocupación, la voz civilista y patriótica de Ercilia Pepín se elevó con sentimiento nacionalista al pronunciar la conferencia “Juan Pablo Duarte y Eugenio María de Hostos”, el 12 de enero de 1917, en la Sociedad Amantes de la Luz. Ella fue promotora y motor de las protestas y conferencias que se desarrollaron por todo el Cibao, siendo Santiago centro de luz y acción cívico patriótico desde donde emanaba la actividad enérgica y constante en procura del rescate de la dignidad mancillada. De trascendente importancia fue la organización de la Semana Patriótica celebrada del 12 al 19 de mayo de 1920, actividad que concitó el interés y el apoyo de amplios segmentos de la ciudadanía y fue una fuente de recaudación para las tareas de los nacionalistas. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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La mujer dominicana no podía, no debía, quedarse rezagada en esta hora de angustia y de dolor para la patria. En la ciudad de Nueva York damas distinguidas del Cibao se habían asociado para la defensa de la causa nacional; en la bella sultana de Isabel de Torres estaba ya instalada con el mismo fin la Junta de Damas. ¿Debía quedarse cruzada de brazos la mujer en la capital de la República? No y mil veces no. Fue entonces cuando un reducido grupo de damas de la ciudad primada, resolvió constituirse en Junta Patriótica con el propósito de recaudar, por diversos medios, fondos para ayudar a la comisión nacionalista que actuaba en el extranjero, y el 15 de marzo de 1920, con solo ocho miembros, quedó instalada la Junta Patriótica de Damas en la ciudad de Santo Domingo. Con la rifa de una medalla de oro, preciada ofrenda de un distinguido compatriota, inició su labor modestísima la Junta Patriótica de Damas. Otras iniciativas llevó a cabo; pero obstáculos y sin sabores entorpecían la ardua labor, y era una lucha titánica en la cual, solo un grupo de patriotas la alentaban con su auxilio moral y material. Pobre, muy pobre, era el concurso que podía llevar a la obra de la gran cruzada redentora. Pero surgió en la heroica Santiago la idea salvadora de celebrar una semana patriótica, y haciéndola suya, la realizó en la ciudad capital e invitó a realizarla en las comunas de esta provincia y en algunas provincias del sur y del este, culminando en el más ruidoso éxito la hermosa iniciativa que hizo desbordar en torrentes de amor patrio y de entusiasmo sin igual, el alma entristecida del heroico pueblo dominicano. En esa semana de bendición, de esperanzas y de fe, extranjeros, pobres, mendigos, leprosos, acaudalados, niños, mujeres, ancianos, acudieron presurosos a depositar ante el ara de la patria sojuzgada, el óvolo sagrado que serviría para emprender la primera jornada en defensa de su absoluta soberanía.

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Joyas, reliquias del santo amor de la familia, cuanto era más caro al corazón, todo fue ofrendado generosa y espontáneamente por el rescate de la patria idolatrada...7

Semana Patriótica en Santiago. Fuente: Ángela Hernández, Orlando Inoa, La mujer en la historia dominicana, 2009.

Mujeres combatientes de abril de 1965.

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Informe a la Junta Patriótica de Damas sobre recaudaciones para celebrar la Semana Patriótica, 1927, en Carmen Durán Jourdain, Historia e ideología: mujeres dominicanas, 1880-1950, 2010. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Es importante destacar que algunas de las declaraciones emitidas por la Junta Patriótica de Damas tenían contenido político. El movimiento nacionalista estuvo representado por destacados intelectuales a la cabeza de los cuales se encontraban los hermanos Francisco y Federico Henríquez y Carvajal, Américo Lugo, Federico García Godoy, el poeta Fabio Fiallo. La Unión Nacionalista, presidida por Francisco Henríquez y Carvajal, orientaba y tutelaba la participación femenina. Las mujeres, una vez más, eran partícipes de la actividad política probablemente sin asumir plena conciencia de ello, lo importante es señalar que estaban imbuidas de los ideales cívicopatrióticos provenientes de la tradición educativa hostosiana. A pesar de tener la condición de “menores perpetuas”, ya que no disfrutaban de derechos civiles y políticos, ejercieron su ciudadanía moral. En una declaración suscrita por la Junta Patriótica de Damas, aparecida en el periódico Listín Diario de enero de 1920, se demanda la restauración inmediata del régimen constitucional. La historia nos revela una vez más la vocación solidaria, el espíritu altruista y patriótico de la mujer dominicana, que sin tener de la ciudadanía formal luchaba por el derecho de todos y todas a la libertad y a la democracia. Como en 1916, las dominicanas de 1965 (salvando la diferencia cualitativa ya que estas últimas gozaban de los derechos civiles y políticos y tenían la condición de ciudadanas y muchas de ellas tenían formación política y militancia comprometida, no obstante la procedencia y carácter heterogéneo de las mismas) se involucraron en la lucha por el rescate de la soberanía popular expresada en la Constitución de 1963 y de la soberanía nacional al combatir la segunda intervención armada de Estados Unidos a nuestro país. La lucha por el restablecimiento del orden constitucional y de la soberanía nacional como condición “sine quanon” vincula históricamente a las combatientes de 1916 con las de 1965; escenarios distintos, condiciones sociohistóricas diferentes, pero en sentido amplio podemos apreciar ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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un hilo conductor que, escrito por estas dominicanas, forma parte de ese capítulo inédito de la historia nacional.

A manera de conclusión Al validar estas reflexiones podemos resaltar algunos aspectos importantes de esa experiencia acumulada: 1. La participación de las mujeres en las luchas nacionalistas de 1916-1924 abrió una etapa que se caracterizó por la irrupción de las mujeres al espacio público, lo que se hizo extensivo al movimiento feminista de los años veinte y treinta, que alcanzó su nivel más notable con los aportes culturales y reivindicativos promovidos por Abigaíl Mejía, Petronila Angélica Gómez, Ercilia Pepín, Celeste Woss y Gil, Delia Weber, Evangelina Rodríguez, Rosa Smester, Livia Veloz, y otras pioneras del feminismo dominicano de inicios del siglo XX; se destaca la fundación de la revista Fémina y del Club Nosotras, y la amplia labor de difusión llevada a cabo por las promotoras de esas ideas, así como por intelectuales masculinos solidarios con las mismas. 2. El movimiento de mujeres se constituyó en el tubo de ensayo para nuevas jornadas culturales y políticas en las que el reclamo del derecho al sufragio sería el eje central. La fundación de la Acción Feminista Dominicana (AFD), en 1931, y el otorgamiento de los derechos civiles y políticos a las mujeres en 1941-1942, pueden considerarse como los logros más notables de esa lucha, que sería luego capitalizada por el dictador Trujillo, incorporando el movimiento feminista a su proyecto hegemónico. 3. La participación de las mujeres como sujetas de pensamiento y acción en torno a la lucha por el rescate de la soberanía nacional se constituyó en una acción política, aun cuando las mujeres que en ella participaron no tenían militancia orgánica en los partidos existentes. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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4. El movimiento cívico-patriótico que abarca los años 19161924 por el rescate de la Soberanía Nacional acrisoló el sentimiento nacionalista, permeando la conciencia colectiva de hombres y mujeres cónsonos con los valores esenciales forjados en la educación de la escuela hostosiana. 5. Las mujeres de abril de 1965 venían de la lucha por la democratización del país luego del ajusticiamiento del dictador Trujillo en mayo de 1961. Algunas tenían militancia en los partidos de izquierda y experiencia en los movimientos sociales, estudiantiles y gremiales. De forma amplia se pueden identificar como abanderadas de las luchas que por las reivindicaciones generales del pueblo sustentaban los partidos organizados al momento de producirse el estallido cívico militar que demandaba el retorno al orden constitucional abortado el 25 de septiembre de 1963, y el restablecimiento del gobierno legítimamente elegido que encabezaba el profesor Juan Bosch; sin embargo, no podemos hacer una categorización homogénea e identificar a las mujeres de abril como tampoco a las de 1916 como un bloque organizado. 6. Al recrear la historia de esas mujeres, las de 1916 y las de 1965, debemos identificar y valorar las enseñanzas que para las mujeres y sus luchas representan esos episodios en los que las dominicanas ejercieron la ciudadanía moral y la ciudadanía formal. Esas mujeres escribieron, con su ejemplo, las más hermosas páginas de la historia; ellas en el devenir de los tiempos y asidas a las grandes hazañas de la patria son referentes para enaltecer a las cientos de miles de mujeres dominicanas cuyos nombres no aparecen en los textos. Cien años son pocos para exaltar su memoria, memoria colectiva que alcanza nuestro tiempo de mies y de cosechas.

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Bibliografía Calder, Bruce, El Impacto de la intervención. La República Dominicana durante la ocupación norteamericana de 1916-1924, Santo Domingo: Fundación Cultural Dominicana; 1998. Ducoudray, Félix Servio. Los “gavilleros” del Este: una epopeya calumniada. Santo Domingo: Editora de la UASD. 1976. Durán, Carmen. Historia e ideología: mujeres dominicanas, 18801950. Santo Domingo: Archivo General de la Nación (AGN), volumen CXVII. 2010. González Canalda, María Filomena. Los gavilleros, 1904-1916, AGN, volumen LXIV, Santo Domingo. 2008. Hernández, Ángela y Orlando Inoa. La mujer en la historia dominicana. Santo Domingo: Secretaría de Estado de la Mujer. 2009. Julia, Julio Jaime (compilador). Rosa Smester: maestra de maestras. Santo Domingo: Editora El Siglo. 2001. Knight, M. M. Los americanos en Santo Domingo. Estudios de imperialismo americano. Ciudad Trujillo: Imprenta Listín Diario. 1939. Martínez, Lusitania. Palma Sola opresión y esperanza (su geografía mítica y social), Santo Domingo: Centro Dominicano de Estudios de la Educación. 1991. Paulino Ramos, Alejandro. Vida y obra de Ercilia Pepín. Santo Domingo: Editora Universitaria UASD. 1987. Vega, Bernardo (editor). Trujillo ante una corte marcial por violación y extorsión en 1920. Santo Domingo: Fundación Cultural Dominicana, Inc. 1995.

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ECOS Órgano del Instituto de Historia de la UASD Año XXIV, Vol. 1, No. 14 Enero-junio de 2017

Rosa Protomártir Duarte: una comunicada de la independencia nacional1 Nelia Ramírez2 Recepción: 9 de octubre 2014 Aprobación: 3 diciembre 2014

Resumen

El presente ensayo recoge una descripción acerca del papel desempeñado por la Familia Duarte y Diez, en especial Rosa Protomártir Duarte, en el proyecto de Independencia pensado y organizado por su hermano, Juan Pablo Duarte. Rosa Duarte, al igual que otro grupo de mujeres comprometidas con el proyecto de la independencia dominicana en 1844, se involucró de manera decidida. El papel jugado por ella fue estelar, y se acrecentó durante el exilio de la familia Duarte, tal y como se ve en el legado que le hizo a la histo Texto presentado en la Jornada histórico cultural “Mujeres de nuestra historia”, organizada por la Escuela de Historia y Antropología de la UASD; Santo Domingo, 10 de abril de 2013. Retrabajado para Ecos. 2 Egresada en Educación, mención Ciencias Sociales y de la Maestría en Historia de la UASD. Realizó un postgrado como Experta Universitaria en Entornos Virtuales de Aprendizaje, además es certificada por la OEA en Formación en Tutoría Virtual y una especialidad en Desarrollo Humano y Derechos Humanos. Es docente en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y en la Universidad UNIBE, donde forma parte del equipo de investigación del área de Ciencias Sociales. 1

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riografía dominicana con sus Apuntes de Rosa Duarte; es una obra considerada como la fuente principal y más confiable para conocer la vida y obra de Juan Pablo Duarte. Palabras Claves: mujer, independencia, comunicadas, trinitarios, separación, exilio. Summary: The present essay contains a description of the role played by the Duarte and Diez Family, especially Rosa Protomártir Duarte, in the Independence project designed and organized by her brother, Juan Pablo Duarte. This work is the result of a seminar organized by the History and Anthropology School of the Universidad Autónoma de Santo Domingo, with the purpose of connecting the students with the women contributions in the historical processes of the Dominican Republic. Rosa Duarte, like another group of women committed to the project of the Dominican independence in 1844, got involved in a determined way. The role she played was outstanding, and it increased during Duarte´s family´s exile, as it is seen in the legacy she left to the Dominican historiography with her «Notes of Rosa Duarte»; a work considered as the main and the most reliable source in order to know Juan Pablo Duarte´s life and work. Keywords: woman, independence, communicated, Trinitarians, separation, exile.

Introducción La participación de las mujeres en los procesos históricos de República Dominicana había sido minimizada hasta hace pocos años. Las corrientes historiográficas, por siempre, colocaron a los hombres como protagonistas e invisibilizaron las acciones femeninas. En los últimos años, luego de grandes debates y reclamos, los historiadores dominicanos han comenzado a buscar a las mujeres en los registros históricos y las han

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encontrado. Han descubierto que la participación de la mujer dominicana ha sido determinante en los hechos históricos que han definido la formación del pueblo dominicano. Con el presente trabajo se pretende visibilizar el papel desempeñado por Rosa Duarte en el proceso independentista de República Dominicana. Se aspira a que las nuevas generaciones de dominicanos reconozcan que los logros históricosociales que exhibe la República Dominicana son producto de compromisos asumidos no solo por los hombres, sino también por las mujeres. Este ensayo recrea la participación de Rosa Duarte como hermana de Juan Pablo Duarte y como mujer comprometida con la patria. Se presenta su aporte y su participación directa en el movimiento independentista, así como su legado en la producción escrita de todo el proceso que implicó el compromiso y el sacrificio asumido por la familia Duarte y Diez para legarnos una patria libre.

Contexto Histórico Tiempos finales de la España Boba; es el período histórico en el que nace Rosa Duarte, conflictos entre España y los residentes en la parte Este, crisis económica, revueltas, rumores de invasión francesa, atizamientos de agentes enviados por Jean Pierre Boyer a los lugareños del Sur, del Norte y del Este. Intentos de unificación de las dos colonias de la isla e influencia de los movimientos libertarios en América Latina, así se recreaba el momento histórico que caracterizaba a la parte Este de la isla de Santo Domingo en tiempos de los hermanos Duarte y Diez. Aquellos fueron momentos de grandes definiciones sociales y políticas para la parte Este de la isla de Santo Domingo. José Núñez de Cáceres apoyado, según Fran Moya

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Pons,3 por importantes miembros de la élite política y militar de Santo Domingo se preparaba para su proclama del Estado Independiente de Haití Español en un movimiento político denominado por los historiadores dominicanos como Independencia Efímera. Esta conjura contra España buscaba la independencia de la colonia de la parte Este y la creación de una confederación con la Gran Colombia. La presión ejercida por el gobierno haitiano representado por Jean Pierre Boyer y la indiferencia de las masas populares definieron el fracaso del proyecto de liberación anti-español de Núñez de Cáceres, llevando a la unificación de la isla de Santo Domingo, pero, con un gobierno ejercido por el presidente de la República de Haití. A partir de ese momento, (9 de febrero del 1822), la parte Oriental de la isla de Santo Domingo comenzó a ser administrada bajo el régimen de las leyes haitianas. Los Duarte y Diez, encabezados por Vicente Celestino Duarte, primogénito de la familia, formaban parte de este escenario, el cual dieciséis años más tarde comenzaría a ser cambiado por ideas libertarias y revolucionarias protagonizadas por varios miembros de esta honorable familia. Entre las hermanas de Juan Pablo Duarte se destacó Rosa, mujer de la historia dominicana, responsable de escribir y describir con maestría el proceso de independencia de la República Dominicana. Rosa Protomártir Duarte y Díez nació el 28 de junio de 1820 en la ciudad de Santo Domingo, declarada como hija legítima de Juan José Duarte Rodríguez y Manuela Díez Jiménez. Su bautismo se produjo en la parroquia de la Sta. Iglesia Catedral de Santo Domingo, 8 de julio de 1920, (libro 30 de bautismo, Folio 119. —Estante B, Cajón 6, Legajo 3). Cinco meses y días era la edad de Rosa cuando fue proclamada la Independencia Efímera. Apenas tenía dieciocho años

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Frank Moya Pons (La dominación haitiana. Santo Domingo: Editora Cultural Dominicana; 1972), p. 31. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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cuando su hermano Juan Pablo Duarte fundó la Sociedad Secreta la Trinitaria para lograr la liberación de la parte Este de la isla de Santo Domingo. Era una Mujer de gran inteligencia y talento, los cuales se expresan en la redacción de sus apuntes.4 Estos apuntes son considerados como el Nuevo testamento de la historia por ser testimonio de entero crédito para los historiadores dominicanos. Están basados en documentos originales y creíbles redactados tanto por ella como por su hermano Juan Pablo Duarte.

El Santo Domingo donde nació Rosa En las primeras décadas del siglo XIX Santo Domingo era una pequeña ciudad amurallada con un cinturón de piedra. Según Patín Veloz la ciudad tenía cuatro puertas: al Oeste, la del Conde y la Misericordia y al Este, La de San Diego y La Atarazana, solo dos barrios quedaban fuera de las murallas: Pajarito y San Carlos. “La ciudad carecía de alumbrado público y la obscuridad la cubría con su negro manto en las noches sin luna… la mayor parte de las casas eran bohíos de techos de yagua y paredes de palmas. Las calles eran de tierra, carecían de cunetas, y las aceras cuando las tenían, eran desiguales, y fuera de las calles principales, la yerba crecía en muchos sitios de ellas.”5 Fue en ese Santo Domingo donde los Duarte y Diez se destacaron, no solo como familia de grandes valores morales, sino también en los negocios y en las actividades políticas del momento. Rosa Duarte se desenvolvió entre las labores domésticas en las que eran entrenadas las jóvenes de su generación y el espíritu revolucionario y culto de su hermano Juan Pablo, quien tenía con ella una hermosa relación de hermanos, siendo

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Duarte, Rosa. Apuntes de Rosa Duarte, archivo y versos de Juan Pablo Duarte, Santo Domingo: Instituto Duartiano, Volumen VII; 2006. P. 45. Patín Veloz, revista Proyecciones de la Junta Central Electoral, 1976. P. 5. Editada con motivo del Centenario de la muerte de Juan Pablo Duarte. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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así, es pre-entendido que Rosa se enteraba de todos los pasos del libertador de la República Dominicana. Al igual que su hermano, Rosa Duarte no recibió educación superior en el país, debido al cierre de la universidad Santo Tomás de Aquino, (única en el país en esos momentos), por parte de las autoridades haitianas. Suponemos que perteneciendo a un grupo social privilegiado, como a las demás jóvenes de su época, la educaron para saber leer, escribir, tener conocimientos de música, canto, labores domésticas, práctica religiosa, entre otras clases de instrucciones que en la mayoría de los casos, eran recibidas de manera particular.

Su participación en el Movimiento Trinitario Rosa formó parte de las “comunicadas”6 del movimiento trinitario nombrado por ella en sus apuntes como “cruzada dominicana” y “sociedad revolucionaria”. Las mujeres se enteraban de este movimiento a través de amigos, tíos, novios y hermanos. Se vinculó con La Trinitaria por medio de sus hermanos Juan Pablo Duarte y Vicente Celestino Duarte, y también por su novio Tomás de la Concha, definido por Demorizi como un hombre de estatura esbelta y enfático en el hablar, quien murió fusilado por Pedro Santana junto a Antonio Duvergé en el año 1855. Su participación en La Trinitaria se registra en sus actuaciones en las obras de teatro organizadas para llevar a la población a entender la necesidad de la Independencia Nacional: “Algunos del pueblo se aplicaban a oír y algunas veces aplaudían con entusiasmo. Deseando crear espíritu Según los historiadores dominicanos “comunicadas” era el nombre que recibían las mujeres que estaban informadas del movimiento de La Trinitaria.

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público formaron una Sociedad Dramática. Las piezas que se ponían en escena iban ilustrando al pueblo que cada día comprendía más y más sus deberes para con la patria. Y llegó su entusiasmo por la libertad al extremo que representando a Bruto se oyó gritar en el patio y en algunos palcos: ¡Haití como Roma! De la Sociedad Dramática él era el tesorero.”7 La claridad de esta narración evidencia su conexión con los trinitarios. Además esos apuntes registran su responsabilidad en la fabricación de balas con planchas de plomo que tomaban ella, sus hermanas y otros familiares del almacén de su padre para apoyar el movimiento revolucionario. “Nosotros con el plomo que para forro de los buques había en nuestro almacén fabricamos y convertimos en balas, Tomás de la Concha nos enseñó a fabricarlas.8 Al igual que los demás hermanos y la madre de Juan pablo Duarte, Doña Manuela Diez, Rosa renunció a su herencia para que los recursos dejados por su padre al morir fueran utilizados en el proyecto de independencia ideado por Juan Pablo Duarte. El cuatro de febrero del 1844 Rosa refiere en sus apuntes el momento en que Duarte les solicitó ayuda económica para el proyecto de independencia. Expresa que toda la familia estuvo dispuesta de inmediato a poner la herencia de parte de su padre en manos de Duarte a excepción de su hermana menor, la cual según Rosa expresó: “si todo se pierde, nosotras ¿de qué vivimos?”9 Comenta Rosa Duarte que los que se encontraban presentes, entre los que nombra a su hermano Vicente, su sobrino Enrique, Sánchez, Mella y otros, además de su tío José Diez, le respondieron: “Los que sobrevivan trabajarán para que no les falte un pan.”10 Luego de los acontecimientos de la independencia dominiRosa Duarte, Apuntes, p. 45. Rosa Duarte, Apuntes, p. 160. Rosa Duarte, Apuntes, p. 69. 10 Rosa Duarte, Apuntes, p. 69. 9 7 8

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cana, y el regreso de Juan Pablo Duarte, los apuntes de Rosa describen con maestría los procesos ocurridos desde la llegada de este, el 14 de marzo de 1844 a las doce de la noche, hasta el día 10 de septiembre de 1844, cuando Duarte y su hermano Vicente salieron al exilio. ”Tan pronto como llegaron, el Sr. Juan Alejandro Acosta desembarcó y corrió a casa. Los golpes dados en la puerta nos despertaron y corrimos a la ventana, mientras mi hermano Vicente abría la puerta y corría al muelle.”11 ¡Para la familia Duarte es momento de orgullo! Gran alegría y reconocimiento de parte de sus allegados; su hijo y hermano ha llegado triunfante. Su sueño fue posible, su sacrificio económico había valido la pena, gracias al esfuerzo de todos, ya éramos un país llamado República Dominicana, con una bandera elaborada e ideada de manera singular, con un lema singular: “Dios, Patria y Libertad”, expresión fehaciente de los ideales duartianos. Continúa diciendo Rosa Duarte que al llegar Juan Pablo Duarte: “Como por encanto se iluminaron todas las ventanas. Nuestra casa se llenó de gente. Todo eran entusiastas felicitaciones.”12 Un año después esta alegría iba a ser malograda por un núcleo conservador que formaba parte del gobierno encabezado por Pedro Santana. Las condiciones jurídicas establecidas en las medidas adoptadas por las ideologías conservadoras que representaban el poder declararon a Duarte y al grupo que encabezó el movimiento anti-conservador del 9 Junio como traidores a la patria, estableciendo el exilio como una de las penas. En narrativa de Duarte los apuntes de Rosa Duarte nos expresan la tristeza del destierro: “A las seis de la tarde, rodeado de numerosa tropa, bajamos al muelle. Yo iba enfermo con las calenturas que había traído de Puerto Plata. Me apoyaba para poder andar en los brazos de mi hermano Vicente y su hijo Enrique. Al llegar al bote que debía conducirnos a bordo del buque nos hicieron separar, pues los Rosa Duarte, Apuntes, p. 161. Rosa Duarte, Apuntes, p. 161.

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opresores de la patria para hacernos más dolorosa la separación nos confinaron a distintos puntos. Mi hermano Vicente y su hijo Enrique fueron confinados al Norte de América.”13 El diario de Rosa también recrea en palabras de Duarte el momento de partida de los demás miembros de la familia: “Al fin determinaron mandarle a mi madre el pasaporte; el 19 de marzo salió para siempre expulsada con toda su familia, compuesta de tres hijas y sus nietos desterrados a perpetuidad. El 6 de abril abracé en la Guaira a mi afligida madre y hermanos.”14 Así fue, el 19 de marzo del 1845, Rosa salió exiliada hacia Venezuela junto a su madre, sus demás hermanos y hermanas, además de los otros hijos de Vicente Celestino Duarte, el único de los hermanos en tener descendientes. En dicho país a Rosa le tocó asumir el compromiso de ocuparse de su madre y hermanos por ser ella la de mayor carácter y fortaleza. Carácter que se expresa en algunas misivas que escribe a los amigos de la familia y en el momento en que ella y su hermana Francisca permitieron que los restos de Juan Pablo Duarte fueran trasladados a Santo Domingo. Veamos estos dos ejemplos: Fragmento de la carta a Don Emiliano Tejera, del 10 de diciembre de 1887: “También me glorío en recordar que vuestro venerado padre (q.e.p.d) en esos días de funesta recordación, prefirió la ergástula del esclavo, antes que quebrantar el juramento que prestara el 16 de julio de (1838) —“juramento sagrado e irrevocable”— “de salvar la patria, o morir en la demanda.”15 Fragmento de la comunicación enviada a José Pantaleón Castillo, Presidente del Ayuntamiento Constitucional de Santo Domingo: “La voz imperiosa del deber para con nuestra madre común, el deseo de nuestros compatriotas, nuestro respeto a ese gobierno, i la Rosa Duarte, Apuntes, p. 172. Rosa Duarte, Apuntes, p. 172. 15 Rosa Duarte, Apuntes, p. 23. 13 14

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corona de gloria póstuma i de justicia que preparáis a la memoria de nuestro difunto hermano, nos obliga a sacrificar en aras de la patria tan caro tesoro, i a pasar por el dolor de entregaros sus venerados restos, regados, con nuestras lágrimas; reliquia santa para nosotras, que hasta hoy nos ha protegido, inspirándonos valor i resignación para llevar con dignidad i heroísmo nuestra penuria i martirio.”16 ¡Cuánto valor y coraje! Despojarse de los restos de su hermano para enviarlos a una nación a la cual no pueden regresar por su condición de exiliadas. Esa condición fue levantada en el gobierno de Ulises Heureaux en 1884. Pero la negación de su hermano Manuel a regresar al país las obligó a permanecer en Venezuela. En sus apuntes relata que cuando ella y su hermana Francisca decidieron aceptar la petición hecha para que retornen a su patria su hermano Manuel, quien tenía una enfermedad mental, la cual según los historiadores del país es atribuida al trauma del exilio, se negó a regresar al país del cual lo habían expulsado. Con la muerte de Juan Pablo Duarte la soledad de las hermanas en tierra ajena y su miseria se acrecientan. Rosa, su hermana Francisca y su hermano Manuel han quedado solos en Venezuela; se sienten desamparados, para ellos Juan Pablo Duarte era sostén espiritual, moral y emocional, su penuria económica era tal que debieron acudir al congreso dominicano en solicitud de ayuda económica. En ese sentido se destaca una petición de su tío José Prudencio Diez ante el Congreso Nacional, en el año 1883: “hoy se encuentran solas en tierras extranjeras, sin abrigo y sin pan, rodeadas de las sombras de la miseria y con un hermano menor a quien el horrible golpe del 44 que chirrió tan gravemente a toda su familia hizo de él víctima especial privándole del uso de la razón… Las peticionarias apelan hoy a la justicia de los representantes de la nación pidiéndoles que acudan a remediar de algún modo sus necesidades, facilitándoles especialmente algunos recursos para regresar a la patria de sus dolores.”17 Rosa Duarte, Apuntes, p. 19. Rosa Duarte, Apuntes, p. 174.

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El Congreso acogió dicha solicitud y resolvió el 26 de junio del mismo año trasladar la familia de Duarte a la República Dominicana, asignándole dos mil pesos para la compra de una vivienda en Santo Domingo y una pensión vitalicia de cuarenta y cinco pesos mensuales. Sin embargo, el regreso de Rosa y sus hermanos no fue posible. No era propio de la familia Duarte abandonar a sus hermanos. Manuel no podía ser abandonado a su suerte en Venezuela. El día 25 de octubre del año 1888 murió Rosa Duarte a la edad de 68 años. Al siguiente año expiró también Francisca, de quien se dice era su hermana inseparable, se presume que su muerte se aceleró por la ausencia de su hermana. Manuel quedó en manos de su sobrina Doña Matilde Duarte, y falleció el 8 de agosto de 1890. Reproduzco a continuación un fragmento de la necrología publicada en el periódico “El Teléfono” de Caracas, edición 297, del 2 de diciembre del 1888: “Mujer de talento natural y de virtudes sobresalientes, supo conservar hasta el fin de sus días en estado de pureza, todos los sentimientos nobles y delicados que le inculcaron sus padres con una educación esmerada; habiendo rendido siempre un culto especial al que entre sus deudos era don natural: el del patriotismo, que no pudieron mitigar en ella, ni la injusticia de los hombres, ni el rigor del infortunio. “Es fama que nunca llegó a maldecir a los autores del perpetuo destierro a que se vio condenada con su virtuosa familia, ni aún en los momentos de mayor angustia, ni en medio de las mayores zozobras; siendo de notar que solo alzó al cielo las manos virginales con que ayudó a hacer los cartuchos y a confeccionar las balas que se usaron en el pronunciamiento de la Puerta del Conde, para bendecir los triunfos nacionales y dar gracias a Dios por la conservación de la ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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existencia de la República, objeto carísimo de sus encantos desvelos. “Por eso sin duda le concedió la Providencia Divina la dicha de no morir sin haber presenciado antes el acto de reparación y de justicia con que la posteridad agradecida honró la memoria de su esclarecido hermano, trayendo sus cenizas venerables a descansar en el suelo de la patria con que soñó y a la sombra de la bandera que en sus delirios de patriota tuvo la gloria de inventar. “Que sus restos mortales descansen en paz en el suelo hospitalario que los guarda como en honroso depósito; y que el brillo de sus nombres, del nombre de Duarte, irradie sobre el cielo de la patria con la luz esplendente de la inmortalidad.” Inmortalidad que se evidencia en el hecho de que hoy nos encontremos escribiendo este ensayo en su honor. La grandeza de Rosa Duarte radica en que fue una mujer que no temió al infortunio. Supo apoyar a la familia que necesitó de su entereza para poder soportar el dolor y la decepción. Decepción que debió ocasionar en ellos el destierro de un país por el que hacía meses concedieron su patrimonio para que se convirtiera en nación libre y soberana. Lo que hoy conocemos acerca de Juan Pablo Duarte y sus actividades encaminadas al logro de la Independencia Nacional lo debemos a la claridad de los apuntes históricos que redactó Rosa sobre la vida y las acciones de su hermano en procura de la independencia nacional. La grandeza de Rosa Duarte radica en que ella, al igual que toda su familia, apoyó con entusiasmo las labores de su hermano. Esto se evidencia en sus escritos, solo quien apoya a alguien en forma cercana puede redactar con claridad todas sus actividades del modo en que ella lo describe en su diario.

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El carácter fuerte, valiente y patriótico de Rosa se reflejó en aquellas circunstancias en que le tocó enfrentar los dolores del destierro con dignidad y gallardía. Cuando entregó su fortuna por la patria, cuando fabricó las balas con los forros de los buques, cuando actuó en las obras de teatro a pesar de la opresión de Boyer. Este ejemplo de familia debe ser más promovido, para que sea conocido e imitado por las presentes generaciones. “Rosa es la personificación de dos amores, el de hermano y el de patria. Y llegan casi a fundirse. Para ella la patria es Juan Pablo y Juan Pablo es la Patria, pero no la patria real, sino aquella que soñó el hermano, a veces con visión de novia impoluta.”18 Para finalizar una anécdota que se cuenta de Rosa. Una vez, husmeando en los papeles de Duarte, se encontró con la declaratoria de guerra contra Haití. La misma estaba firmada por los miembros de la Junta Gubernativa y la firma de Duarte aparecía en el último lugar. Esto la llenó de indignación y escribió: “en vano los protervos lo ponen de último; la justicia y el orden dicen que fue, es y será el primero.19

Conclusión La entrega y el sacrificio de la familia Duarte y Diez son prácticamente desconocidos por la mayoría del pueblo dominicano. El papel de Rosa Duarte es poco difundido, los jóvenes apenas conocen que existe una calle en Santo Domingo que conserva su nombre. Al concluir este trabajo termino convencida de que la intención de hacer visibles a las mujeres en los procesos históricos no debe desmayar. Hay que incluir a las mujeres en los libros de texto de todos los niveles. Que no sean simples menciones, sino temas de estudios e investigaciones Rosa Duarte, Apuntes, p. 180. Rosa Duarte, Apuntes, p. 180.

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que generen debates y reflexiones. Considero preciso el momento de requerir que los restos de la familia Duarte y Diez sean traídos a la República Dominicana.

Bibliografía Cassá, Roberto. Historia social y económica de la República Dominicana. Tomo II. Santo Domingo: Editora Alfa y Omega; 1980. _____Heroínas Nacionales. Santo Domingo: Editora Alfa y Omega; 2009. Dirección General de Promoción de la Mujer. Mujeres de Febrero. Santo Domingo: Ediciones Educativas; 1997. Duarte, Rosa. Apuntes de Rosa Duarte, archivo y versos de Juan Pablo Duarte. Santo Domingo: Colección Duartiana, Instituto Duartiano, Volumen VII. 2006. Moya Pons, Frank. La dominación haitiana. Santo Domingo: Editora Cultural Dominicana. Año 1972. _____Manual de historia dominicana. Santo Domingo: Editora Búho; 14va. Edición. 2008. Patín Veloz, Enrique. “La Ciudad de Santo Domingo en el 1844”. Revista Proyecciones de la Junta Central Electoral. Santo Domingo. Año 1976. _____“Duarte y la Historia”. Boletín del Instituto Duartiano. 2008.

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ECOS Órgano del Instituto de Historia de la UASD Año XXIV, Vol. 1, No. 14 Enero-junio de 2017

Imágenes del paisaje humano de Salomé Ureña1 María Virtudes Núñez Fidalgo2 Recepción: 22 de febrero 2016 Aprobación: 11 mayo 2016

Resumen

La escritora y educadora Salomé Ureña es, probablemente, la personalidad femenina de mayor relevancia del siglo XIX en la República Dominicana. Su historia se ha instalado en el imaginario colectivo dominicano arropada por una serie de mitos que desfiguran su aporte y su legado. El objetivo de este artículo consiste en mostrar una nueva interpretación de su trayectoria a través del trabajo literario y educativo, resaltando la dimensión personal de su proyecto social e intelectual, saliendo al paso de los prejuicios de género que han influenciado su imagen pública, sobre todo a partir de la relación que se establece con la escuela hostosiana. Esta perspectiva de nuestro estudio permite abrir nuevos cauces en la reflexión en torno a esta escritora dominicana. Texto presentado en la Jornada histórico cultural “Mujeres de nuestra historia”, organizada por la Escuela de Historia y Antropología de la UASD; Santo Domingo, 10 de abril de 2013. Retrabajado para Ecos. 2 María Virtudes Núñez Fidalgo es doctora en Filología Hispánica de la Universidad Complutense de Madrid. Profesora adjunta de la Escuela de Letras y directora del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Literarias en la Facultad de Humanidades, Universidad Autónoma de Santo Domingo. 1

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Palabras claves: historiografía, independencia dominicana, biografía de escritoras, poesía del siglo XIX Summary: The writer and educator Salomé Ureña is probably the most important female personality of the nineteenth century in the Dominican Republic. Her history has been placed in the Dominican collective imagination wrapped by a series of myths that disfigure her contribution and legacy. The objective of this article is to show a new interpretation of her career through literary and educational work, highlighting the personal dimension of her social and intellectual project, and defending the gender prejudices that have influenced her public image, especially from the relationship established with the Hostosian School. This perspective of our study allows to open new channels in the reflection around this Dominican writer. Key words: historiography, poet, Dominican independence, writers´ biography, nineteenth century poetry, teacher.

Introducción Una nueva mirada a la vida y obra de Salomé Ureña se hace necesaria en nuestro siglo XXI. En este enfoque se intenta ofrecer esa nueva mirada en base a la búsqueda de la verdad histórica que nos proporciona el manejo de la documentación disponible en los archivos, el corpus de publicaciones, cuyas mejores fuentes están en el aporte de don Emilio Rodríguez Demorizi y doña Silveria Rodríguez Castellanos, así como de diversas referencias bibliográficas y hemerográficas. Nuestra reflexión surge de un planteamiento crítico acerca de la imagen que durante décadas se ha instalado en el imaginario histórico y cultural de República Dominicana sobre Salomé Ureña de Henríquez, una de las figuras emblemáticas de la educación y de la literatura decimonónica. La primera versión de este trabajo se presentó con motivo de la celebración

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de la Segunda Jornada histórico cultural “Mujeres de nuestra Historia” que organizó la Escuela de Historia y Antropología de la UASD en el mes de abril del año 2013. El criterio que utilizamos en este análisis tiene un carácter crítico propositivo. La biografía clásica de Salomé, si bien hace honor a su nombre, deja en la sombra del silencio parte de su estatura humana, intelectual y docente. Salomé, como mujer, como madre, como educadora, como constructora de su patria, como ser humano con pensamiento creativo, fue mucho más de lo que los biógrafos han acertado a informar. Una y otra vez, en nuestra lectura reflexiva de esta autora, surgen preguntas que en ocasiones resultan difíciles de delimitar. Muchas de ellas no han podido ser resueltas, por lo que nos permitimos compartir aquí la formulación de las mismas, en la confianza de que quizás lleguen a ser de interés para jóvenes especialistas en técnicas de investigación histórica actual. Ellos y ellas serán quienes habrán de dar buena cuenta del tema y llegarán mucho más lejos que nosotros en las averiguaciones que estamos proponiendo. Será gratificante leer en el futuro los resultados de esos estudios y aprender del valioso trabajo de la Escuela de Historia y Antropología de la UASD, apoyándose en la fundamentación rigurosa del Instituto de Historia de la Facultad de Humanidades. Entretanto, nuestro aporte está pensado para abrir el camino del diálogo interdisciplinar entre las Escuelas de Historia y de Letras, imprescindible para entender el alcance de Salomé. Comencemos pues con una revisión de los informes usuales de la biografía de esta escritora.

Una reflexión crítica sobre Salomé Ureña Una presentación típica del perfil biográfico de Salomé Ureña es la que contiene los siguientes datos:

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• Nació el 21 de octubre de 1850 en la ciudad de Santo Domingo. • Su acceso a la educación fue precoz. Se dice que ya a los cuatro años leía de corrido. • Estudió en las escuelas públicas de la época, bajo la dirección de su madre y su tía y más tarde, de su padre. • Su padre, maestro, periodista, escritor y abogado, fue su guía en el estudio de los clásicos. • Sus primeros versos fueron publicados cuando tenía 17 años bajo el seudónimo de Herminia. • Se casó con Don Francisco Henríquez y Carvajal. De esta unión nacieron cuatro hijos: Francisco, Pedro, Max y Camila Henríquez Ureña. • Fundó en 1881 el primer centro femenino de enseñanza superior: el “Instituto de Señoritas”. A los seis años de su fundación se graduaron las primeras seis maestras normales que tuvo la República Dominicana. • Su vida fue corta, dejó de existir a los 47 años. A continuación nos detendremos en la reflexión crítica de algunos de estos puntos, de tal modo que podamos sacar a la luz aspectos que habían quedado opacados, ignorados o cuando menos poco estudiados en la presentación histórico-biográfica de Salomé Ureña. Algunos detalles curiosos serán presentados como, por ejemplo, el hecho de que haya dos actas de nacimiento con ciertas variaciones en el nombre: desde Salomé a María Salomé Ureña.

Antecedentes familiares El archivo genealógico de Salomé Ureña ofrece datos reveladores así como también resultan significativas algunas referencias geográficas y la propia conservación de la casa donde nació. Aunque no se conoce que haya existido relación directa ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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entre Salomé y Juan Pablo Duarte, la relación entre la familia de Salomé y la de Juan Pablo Duarte es un aspecto que sin duda merece ser estudiado con más detalle. Primero, porque la casa donde nació Salomé es contigua a la de Juan Pablo Duarte. Esto es así al punto de que hoy en día se conserva el Museo Duartiano unido a la casa de Salomé Ureña en espacios abiertos, en el barrio de Santa Bárbara, corazón nacionalista de la zona colonial de Santo Domingo. Vayamos ahora a la apasionante historia genealógica de Salomé. Son tantos los interrogantes que surgen alrededor de su imagen que quizás sólo podamos resolver algunos con el examen de su historia familiar. Sabemos, por ejemplo, que había maestros en su familia pero, ¿quiénes, cuáles eran? Sabemos también que había escritores, ¿sólo escritores… ninguna escritora? Nos inquietan además las indagaciones que nos puedan ayudar a entender de qué manera se configuró la conciencia patriótica de Salomé y su compromiso con la construcción de un proyecto de nación soberana. Algunas de estas preguntas se responden atendiendo a las conexiones y lazos familiares, a esas relaciones que se han dado en idas y venidas temporales y que casi siempre se encuentran registradas de algún modo en los árboles genealógicos de los distintos troncos familiares. De hecho, el rol de las familias Ureña y Henríquez en el devenir histórico de la independencia local ha quedado establecido a través de los trabajos de distintos autores y ha sido recogido de manera detallada por Guillermo Piña Contreras (1998)3. Otros documentos dejan constancia de la cercanía en las relaciones interfamiliares en la familia de Salomé. En la segun

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Piña Contreras, Guillermo (1998) “El universo familiar en la formación intelectual de Pedro Henríquez Ureña”, en Henríquez Ureña, Pedro: Ensayos: edición crítica. Coordinada por José Luis Abellán y Ana María Barrenechea, París, 1998, págs. 455-495. Consulta en edición ALCA II, Universidad de Costa Rica. http://books.google.com.do/books?id=Lxisz_dW 4poC&printsec=frontcover#v=onepage&q=Pi%C3%B1a&f ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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da parte de la genealogía de la familia Moreta, publicada por Américo Moreta Castillo en el diario Hoy (2010)4 aparece la siguiente nota, que da cuenta de esa cercanía familiar por el lado materno: Luis Moreta Mena casó con Ana Teresa Díaz Peguero (natural de Higüey), hija del Lic. Cristóbal Díaz y de Matilde Peguero Castaño (venezolana) y de esa unión nacieron (sigue con los nombres y fechas de diez hijos). Es tradición familiar por confirmar que el Lic. Cristóbal Díaz había emigrado de San Juan de la Maguana a Salvaleón de Higüey, habiendo pasado varios años de su vida en la Capital, en casa de sus tíos, el poeta Nicolás Ureña de Mendoza y Gregoria Díaz de Ureña, hogar de la poetisa Salomé, donde también vivía la maestra Ana Díaz. Sabemos a través de sus biógrafos, así como por los archivos genealógicos más recientes, que Salomé Ureña desciende de dos familias dominicanas muy antiguas: la familia Ureña y la familia Díaz. Esta idea es importante porque nos habla de identidad, de pluralidad y de diversidad étnica. Aunque está por confirmar, todo indica que sus antecesores eran dominicanos, excepto algunos desde la línea materna que podrían haber venido de Canarias. Otras informaciones anuncian que los Díaz o Díez procedían de Santiago de los Caballeros.5 Hay también antecedentes que sugieren la presencia de esclavos libertos entre los ancestros de Salomé. No se pueden omitir además los antecedentes indígenas, que orbitan en la conformación identitaria de esa familia con extraño brillo de leyenda.

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Moreta Castillo, A.: “Los Moreta”. Diario Hoy, www.idg.org.do/capsulas/abril2010/abril201024.htm Emilio Rodríguez Demorizi, E. (1944) Salomé Ureña de Henríquez. Disponible en http://www.cielonaranja.com/salome-bio.pdf 20 de junio de 2013. P. 3. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Rodríguez Demorizi aporta en el desarrollo de su trabajo sobre esta escritora y especialmente en las notas a pie de página, datos de gran relevancia sobre el compromiso independentista de sus ancestros. Por ejemplo, en lo que se refiere al caso de la madre de Salomé nos dice: Gregoria Díaz y León (nació el 25 de diciembre de 1819 y murió en 1914), la madre de Salomé, era hija de Pedro Díaz y Castro, hombre de grandes negocios, que tuvo hatos y muchas tierras en el Este. Pedro Díaz (tenía entonces más de sesenta años) estuvo en la Puerta del Conde, en el acto de proclamación de la República, el 27 de febrero de 1844, acompañado de sus hijos Juan de Dios y Victoriano. Era hijo de Ignacio Díaz y de Teresa de Castro, hija de Josefa Mañón, hermana de Catalina, la abuela paterna de Francisco Ureña.6 Más interesante aún es la nota a pie de página que sirve como colofón a ese texto, donde se nos indica que es la hermana de Salomé la que ofrece cumplida información de los ancestros familiares por línea materna, a petición de Pedro Henríquez Ureña. Curioso es también ver cómo esta información se inscribe en el conjunto de una serie de datos que dan fe del compromiso independentista del abuelo materno de Salomé. Pedro Díaz firmó el Acta de la Separación Dominicana, del 16 de enero de 1844. Emilio Rodríguez Demorizi nos ofrece datos concretos sobre ese caso: Pedro Díaz vivía en el barrio de Santa Bárbara. Tenía su casa en el callejón de Varacaldo (Baracaibo, dice el documento). Por el Este, Antonio de Sosa, y Oeste, José Diez, tío de Duarte. Esta vecindad entre Pedro

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Díaz y la familia Duarte influiría, seguramente, en sus actuaciones patrióticas de 1844. Tuvo, Pedro Díaz, la gloria de asistir a la proclamación de la República, en la Puerta del Conde, el 27 de febrero, en compañía de su hijo Juan de Dios. Firmó el Manifiesto del 16 de enero de 1844, nuestra Acta de Separación. Junto con sus hijos Juan de Dios y Victoriano (Vito) firmó la solicitud del 31 de mayo de 1844 de ascensos militares para Duarte, Sánchez, Mella, J. Joaquín Puello, y Villanueva.7 En cuanto a sus ancestros paternos, las siguientes anotaciones presentan información de significación histórico-política en la misma línea independentista que veíamos en el fragmento anterior: Francisco Ureña, padre de Nicolás Ureña de Mendoza, era hijo de Carlos de Ureña y de Catalina Mañón, perteneciente a una familia que había sido rica y había tenido esclavos que tomaron su apellido. Se casó con Ramona de Mendoza, de Santiago de los Caballeros. Francisco Ureña era dueño de una buena casa de altos, situada en la calle de las Mercedes, entre la del Estudio (actual calle Hostos) y la de los Mártires (actual calle Duarte). Otros datos confirman que Francisco Ureña tenía una profunda formación teológica y era, por tanto, hombre de mucho estudio y gran religiosidad.8 Su hijo, Nicolás Ureña de Mendoza, padre de Salomé, nació el 25 de marzo de 1822, en la casa No. 37 de la calle Mercedes. Fue un hombre de espíritu elevado y gran cultura. Su afición literaria era cultivada desde la niñez,

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puesto que los datos que tenemos indican que desde muy niño comenzó a escribir versos. Esta información confirma el hecho de que había aprendido a leer muy pronto. Pedro Henríquez Ureña en la obra Estudios Críticos (1960: 462) incide por su parte en el compromiso patriótico y educativo del padre de Salomé cuando presenta su noticia biográfica: Nicolás Ureña era un abogado de reputación y un reconocido maestro. Su sensibilidad social le condujo a la actividad política para luchar en defensa de la soberanía nacional. Desde el Senado de la República manifestó su patriotismo. Sus posiciones políticas le condujeron a la cárcel y a correr el riesgo de ser fusilado en 1855. Se ejercitó también en el mundo de las letras. Escribió poesía, una poesía de costumbres, o, cuando no, motivado por sus pasiones patrióticas, sin más valor literario hoy en día que el de precursor de lo que más tarde sería la literatura dominicana. Nicolás Ureña de Mendoza y Gregoria Díaz de León, padres de Salomé, se casaron el 25 de diciembre de 1847 en Santo Domingo y formaron su hogar en la calle Mercedes, casa número 37. Parece que estaban muy enamorados puesto que la elección del día de Navidad para sus esponsales así lo indica. En la casa familiar de Salomé se transmitió la identidad independentista y el amor por la lectura junto con una leyenda familiar de la que el propio Pedro Henríquez Ureña deja testimonio con satisfacción y orgullo. Pedro siente que forma parte de una identidad étnica y cultural que lo entroncaba con los elementos primigenios de las poblaciones caribeñas. Veamos cómo nos relata esta impresión tan vívida en sus Memorias: Mi abuela paterna tenía sangre de los últimos indios taínos que permanecieron en la población de Boyá, en ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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la jurisdicción concedida al cacique rebelde Guarocuya (Enriquillo) en el siglo XVI, de los cuales existían algunos puros todavía en el siglo XVIII.9 Pero volvamos a la madre de Salomé, una figura que ha quedado prácticamente oculta para la historia. Sin embargo, su aporte a la formación de Salomé y, a través de ella, al futuro del propio desarrollo de la educación dominicana es, a nuestro modo de ver, invaluable. La educación dominicana le debe todo el honor y todo el respeto a la madre de Salomé, pero apenas se ha hablado de ello. Nuestra reflexión se basa en la observación de los siguientes aspectos. En primer lugar, la madre de Salomé era una gran lectora. ¿De dónde procedía este gusto por la lectura? Lo ignoramos, pero sí sabemos que el hábito de la lectura estaba firmemente asentado en ella y esto sucede cuando se aprende y se cultiva desde la infancia. De hecho, las únicas palabras que hemos podido encontrar de esta dama se refieren precisamente a un gracioso comentario de tema literario que recoge Quisqueya Lora Hury (2010) a partir de la fuente de Emilio Rodríguez Demorizi en un artículo de investigación sobre mujeres dominicanas del siglo XIX: Doña Aña Osorio era en los años 40 del siglo XIX una anciana versificadora, enemiga de los haitianos, que se inspiró en el terremoto del 7 de mayo de 1842 para escribir algunos versos que se conservan. Gregoria Díez, madre de Salomé Ureña, la describió así: “era una de esas viejas que no soltaban el abanico, que le desagradaban los haitianos y que iba con sus amigas a reunirse en algunas casas y allí recitaba sus versos”. Doña Ana Osorio tenía muchos recursos con los que pudo adquirir una educación formal.

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En segundo lugar, doña Gregoria orienta con firmeza a sus dos hijas (Salomé y Ramona) hacia la lectura y el estudio. ¿Por qué lo hace? Posiblemente porque sabe que ése es el camino real para ubicarlas a ellas en la vida de la mejor manera posible. Y no sólo hacia la lectura, sino también hacia la escritura, contraviniendo normas sociales de su época, en la que no se veía bien ni se consideraba de buen gusto que la mujer leyera mucho ni que escribiera gran cosa. Se pensaba en aquella mitad del siglo XIX que la mujer debía dedicarse a la lectura de “libros de piedad”, por decirlo así, y que si no sabía escribir era mejor porque así se las mantenía bajo control, eliminando la posibilidad de que pudieran las jovencitas ponerse en contacto con los jóvenes de manera subrepticia y perder su honor, junto con otros detalles. A pesar de todo, la mamá de Salomé, saltándose sencilla y silenciosamente las costumbres sociales que limitaban la formación de las niñas, decidió que sus hijas sí iban a aprender a leer y a escribir desde la más tierna infancia. Los documentos históricos anuncian que Salomé sabía leer ya a la edad de cuatro años. ¿Dónde aprendieron a leer Salomé y su hermana Ramona? Aprendieron sobre todo en casa, con su madre y su tía Ana Díaz, que era maestra. Emilio Rodríguez Demorizi, en distintas notas a pie de página, nos ofrece datos concretos sobre el tema: Salomé Ureña heredaba la vocación del magisterio. Ana Díaz, tía materna de Salomé, nacida en 1812, fue su segunda madre, quien “la crio”. Hasta su muerte, en 1896, tuvo una escuelita frente a la vieja casa de Enrique Henríquez, calle 19 de Marzo a esquina Salomé Ureña. Murió soltera: desde su juventud fue novia de Manuel Brito, hasta pasados los ochenta años, cosa siempre pintoresca, pero no muy rara en su tiempo.10 Emilio Rodríguez Demorizi, Salomé, p. 18.

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Ana Díaz, fallecida en Santo Domingo en noviembre de 1896, tía materna y madrina de Salomé Ureña, ejerció el magisterio por tres lustros, y enseñó las primeras letras a los niños de cuatro generaciones. “Oscura labor educadora, que proyecta luz sobre su vida y la consagra después de muerta”, decía Federico Henríquez y Carvajal en Letras y Ciencias, S. D., 109, 14 de noviembre 1896.11 Por otra parte, la madre de Salomé tenía en su hermano mayor, Cristóbal Díaz Muñoz, quien había nacido en 1843, un modelo del pensamiento nacionalista dominicano, ya que había sido soldado restaurador. Conocido en Higüey como “El Maestro Cristóbal”, él mismo decía que había tenido el honor de luchar como un humilde soldado “en nuestra gloriosa Restauración.”12 Continuamos nuestra reflexión sobre la mamá de Salomé con la parte más importante, aquélla que se refiere al empuje que da a la formación de sus hijas durante los años de su adolescencia. Por razones que no vienen a este caso, sabemos que los padres de Salomé vivían en casas separadas, aunque cercanas. Los problemas domésticos de la pareja no nos interesan pero sí es menester señalar que la mamá de Salomé puso en juego toda su inteligencia, sagacidad y amor propios de una gran madre, de una madre que quería a sus hijas más que nada en el mundo, y decidió que no iba a permitir que sus desavenencias con su esposo obstaculizaran en ningún modo el futuro y la formación correcta de sus hijas. Todos los datos confirman que Salomé recibió la instrucción de su mentor, guía en lecturas literarias, ciencias, francés, derecho y jurisprudencia, que no era otro que su padre, quien además de ser hombre de letras, renombrado jurista y con Emilio Rodríguez Demorizi, Salomé, p. 23. Emilio Rodríguez Demorizi, Salomé, p. 23.

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marcadas ideas políticas, gustaba también de escribir poesía y amaba a sus hijas tanto como las amaba su esposa. Así las cosas, las niñas ya jovencitas residían en la casa de la madre, pero iban a estudiar a la biblioteca del padre, considerada como una de las bibliotecas privadas más importantes de Santo Domingo. Y doña Gregoria, a pesar de no residir en esa casa, sí se encargaba de asegurarse del día a día, del sustento básico, de suplir las necesidades cotidianas de alimentación, limpieza y tranquilidad familiar que permitía a sus hijas ocupar su mente en otras cosas, pensar más allá de las menudencias cotidianas, continuar su proceso de formación en la biblioteca de don Nicolás Ureña. Doña Gregoria lograba de esta forma silenciosa, humilde y certera, que sus hijas tuvieran acceso a las lecturas que quizás ella misma no podía hacer. Una nota más con respecto a la inteligencia de doña Gregoria tiene que ver con el desarrollo impresionante de su memoria. Conocía gran número de poemas de memoria y los recitaba hasta muy avanzada edad. Este amor por la oralidad literaria fue una capacidad que se mantuvo y se desarrolló en los miembros de su familia, hijos y nietos, comenzando por la propia Salomé, de quién se dice que podía recitar gran número de poemas que estaban en su cabeza, y también pasó a los hijos de Salomé, sobre todo Pedro Henríquez Ureña, como podemos comprobar a través de la increíble cantidad de nombres, fechas, acontecimientos, títulos de obras, e incluso relaciones que se manejan en sus colecciones epistolares. La memoria en Salomé, como la de toda su familia, procede de Doña Gregoria y de Don Nicolás y constituye un don que unido a su bondadosa generosidad como educadores, a la humildad y honestidad intelectual de sus miembros, han dado abundantes frutos no sólo para la construcción cultural de la historia dominicana, sino sobre todo en la construcción de la historia de la cultura y la literatura latinoamericana, donde la República Dominicana tiene parte protagónica.

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El estilo de vida que Doña Gregoria y de Don Nicolás transmitieron a sus hijas se asentaba en criterios culturales, históricos, pedagógicos y didácticos, pero su orientación se dirigía más hacia el desarrollo del intelecto, hacia la comprensión objetiva de la realidad, sin obviar la mirada compleja del pensamiento filosófico, ni la misteriosa comprensión que sobre la vida ofrece la poesía y el arte literario. La idea de Dios estaba presente en la familia de Salomé como un anhelo espiritual, como un encuentro íntimo en oración de solicitud y profundo respeto, pero no como una propuesta de beatería social o doble moral. Probablemente consideraban más necesaria la formación científica, cultural y literaria que la religiosa, como muestra Salomé en sus producciones, y como manifiestan también sus hijos en sus testimonios sobre los distintos temas que ocuparon su mente a lo largo del tiempo.

La influencia paterna en la creación literaria de Salomé La realidad cotidiana donde el amor filial se une con la poesía, la política y la construcción espiritual de la nación constituyó durante años el pan cotidiano de Salomé Ureña. En 1874, poco después de la caída de Báez, Don Nicolás publicó en el diario El Porvenir de Puerto Plata el poema “Una Plegaria” cuyo lema reza “dedicada a mi querida hija Herminia Ureña”, seudónimo de Salomé. Este poema tiene una doble finalidad, ya que fue elaborado en clave de consejo y deseo abierto a un futuro promisorio. Don Nicolás, ya al final de sus días, le muestra a su hija la alegría de la unión entre los distintos grupos políticos, el regocijo de la paz, el regreso de los exiliados, el valor insondable del pueblo que alza su voz por encima de los hombres prominentes de la nación, la importancia de la libertad, el rechazo a la tiranía y la corrupción y el respeto a las leyes institucionales que los gobernantes deben exhibir en su trabajo de gobierno. Leamos los primeros versos del poema: ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Hija: mira la alegría, La alegría que da la unión. Prosternados noche y día Démosle gracias a Dios. Pidámosle que esta era De paz y de redención, No sea ilusión ni quimera Y ayude al que la inició —¿Ni quimera, y ayude al que la inició? —Sí, ni quimera. ¡Dios le dé su bendición! “Una plegaria” es un poema resuelto y alegre, donde la intensa dulzura lírica conduce la enseñanza amorosa, sobre una clave musical que acoge la oración sincera y la bendición espiritual de la Patria. Don Nicolás concede a su hija el legado de un discurso trascendente y Salomé sabrá recoger la herencia poética de su padre para llevar ese discurso a niveles más altos de lirismo y sensibilización social con los que impactó a los hombres y las mujeres de su tiempo. Algún tiempo después de la publicación de “Una plegaria” surgió el poema “La fe en el porvenir” donde Salomé respondió a su padre, donde mostró con orgullo la herencia poética que ha recibido, dialoga sobre las mismas ideas que Don Nicolás le había enseñado, llamando a la Patria hacia la “unión” en el mismo sentido que le había enseñado su padre. El comentario de esta experiencia poética y de construcción nacionalista será recogido por Federico Henríquez y Carvajal en un párrafo corto pero revelador para nosotros: Inclínate y escucha: el seno de esa tumba esclarecida se eleva conmovida voz que la unión y la concordia clama… ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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¿Qué unión es esa? Le hemos preguntado a ella misma. La unión política que los hombres de importancia deben buscar por todos los caminos; la unión en ley, la unión en el derecho, que es la única que puede existir entre los partidos de los pueblos que se gobiernan según las reglas de la democracia; pues sería antiliberal, sería antidemocrático, pretender que no haya más que un partido, el denominado nacional, lo cual significaría la opresión que muchos ejercieran sobre unos pocos. Así resulta que en esos versos se contiene un principio político, cuya necesidad en Santo Domingo tan notoria se hace.13 Por otra parte, el discurso político explícito en la poesía de Salomé arrancaba aplausos y gritos de admiración a quienes asistían a las veladas y tertulias literarias del momento. Son muchos los testimonios que confirman la fortaleza de su voz poética en el medio político público y su proyección intelectual como faro de luz ante la desorientación social y el desgobierno que prevalecía en Santo Domingo en el siglo XIX. Un ejemplo de ello lo encontramos en el artículo que Nicolás Heredia publicó en el periódico El Nacional de La Habana, el 1 de abril de 1876, donde dice: “Desgraciadamente no he leído todas las composiciones de la señorita Ureña. Pero no creo equivocarme si digo que más parece poeta que poetisa. El sexo le dará este último nombre; la gramática se manifestará inflexible en cuanto al género, sin embargo de esto el crítico, al examinar sus engendros y el preceptista al recoger sus creaciones (…) verán en ellas algo más que los inocentes pasatiempos de una joven (…) No, su voz es la palabra del profeta, sus deseos los del varón justo, y su campo de pelea, el arte. Emilio Rodríguez Demorizi, Salomé, p. 41.

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Santo Domingo, desde hace más de treinta años no deja de consumirse en luchas estériles. El culto exagerado a las personalidades, la ambición de muchos caciques explotadores, el natural bélico de sus habitantes, la carencia de ideas que vivificaran sus revoluciones, el abandono en que se ha tenido la educación popular y las venganzas y los odios, han hecho reventar la tormentosa nube de sus discordias. Desde la gloriosa revolución de Febrero, hasta el no menos glorioso alzamiento de Noviembre, ha servido nuestro país de escenario de no pocas tragedias (…). Y he aquí la parte práctica de la misión que se ha impuesto la Sta. Ureña ¿Quién canta a las palmas, los arroyuelos y a las flores, cuando estamos en época de combate? (…) Seamos hijos del siglo diez y nueve, más sesudos, más realistas y por ende más amigos de la verdad de las cosas.”14

Presencia social y cultural de la familia Henríquez Veamos ahora el lado de los Henríquez, familia con la que decide emparentarse una Salomé que ya no es tan joven, pues tiene casi diez años más que su esposo. De nuevo las cápsulas genealógicas nos ofrecen una luz diáfana en ese camino. Pasamos a subrayar las informaciones que tienen relación directa con Salomé: En nuestra historia nacional encontramos familias que durante varias generaciones han aportado valiosos ciudadanos que han tenido una influencia notable en la vida dominicana. Una de estas es la familia Henríquez. Este apellido se origina en la península Ibérica, tanto Emilio Rodríguez Demorizi, Salomé, pp. 33,34.

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en Portugal como en España, de familias judías sefardíes que marcharon posteriormente hacia el norte, llegando a Holanda, a raíz de la expulsión de judíos luego de la Reconquista. De allí parten hacia las colonias neerlandesas del Caribe, llegando a Curazao. En la República Dominicana, el tronco de esta familia fue Noel Henríquez Altías (n. 25 diciembre de 1813), natural de Curazao. Era hijo de Juan José Henríquez y Clemencia Altías. Tuvo, entre otros, un hermano de padre llamado Pierre (Pedro) Henríquez. Vivió con su madre en Saint Thomas, donde muy joven contrajo matrimonio con Emilia Casamajor. Luego de haber enviudado fue a estudiar a Londres, donde se especializó en Comercio, y más tarde llegó a Santo Domingo, entre 1836 y 1837, donde casó el 13 de octubre de 1839 con la capitaleña Clotilde Carvajal Fernández (1819-1873), hija del cubano Salvador Carvajal y la dominicana Juana Fernández. Se dice que Clotilde Carvajal, por el lado materno, tenía sangre de los últimos indios dominicanos que permanecieron en la población de Boyá, en el dominio concedido al cacique Enriquillo. Del matrimonio Henríquez y Carvajal nacieron once hijos, siendo el primogénito, Manuel Antonio Henríquez y Carvajal (n. 25 de marzo de 1840), quien fue prócer de la Restauración. Casó en 1866 con Merced Martí (n. 1846), con quien procreó a Manuel de Jesús y Emilia Henríquez Martí (n. 26 de marzo de 1869). Posteriormente se retiró al sur del país, donde procreó con Juliana Nolasco, una maestra de Barahona, a Sócrates Arístides Nolasco, insigne escritor e historiógrafo dominicano. Idelfonso Henríquez y Carvajal (n. 11 de noviembre de 1841) fue comerciante al igual que su padre, casó el 20 de agosto de 1859 con Belén Alfau Villanueva, ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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hija de Antonio Abad Alfau y María del Rosario Villanueva. Hijos de estos fueron Enrique (n. 1859) y Fernando Arturo Henríquez Alfau (1863-1864). Idelfonso Henríquez y Carvajal casó posteriormente con Rosa Sánchez Carvajal (…) Enrique Henríquez Alfau fue Ministro de Relaciones Exteriores del Presidente Heureaux. Casó con Lea de Castro Gómez, hija de Apolinar de Castro y Virginia Gómez. Junto a su esposa, Henríquez fundó en el Santo Domingo extramuros el ensanche La Primavera. El primogénito del hogar Henríquez de Castro fue Enrique Apolinar (1886-1977), mejor conocido como Don Quiquí, fue un reputado hombre de letras y un vehemente investigador de nuestra historia diplomática; le sucedían Eduardo Noel (1888) y Belén Elvira (1889) Henríquez de Castro, esta última casó con Ricardo Pérez Alfonseca. El cuarto hijo, Antonio Abad (Don Babá) Henríquez de Castro, en colaboración con la exiliada española Guillermina Medrano fundó el Instituto Escuela. Por último estuvo Rafael Américo Henríquez de Castro (1899-1968), reconocido poeta y escritor. Continuando con los Henríquez y Carvajal, el tercer hijo fue Daniel Trinidad Henríquez y Carvajal (11 de Julio de 1843-21 de febrero de 1934). Estudió filosofía y literatura bajo la tutela del padre Meriño. Al igual que su hermano Manuel Antonio, fue prócer de la Restauración de la República. Después de restaurada la República fue varias veces diputado y Alcalde de San Carlos. Casó el 24 de junio de 1866 con María Dolores Ortega y Cabral (…) Luego nacieron Enrique Braulio Henríquez y Carvajal (n. 26 de marzo de 1845) quien murió siendo párvulo, en 1850 y Adelina Andrea Henríquez y Carvajal (n. 28 de diciembre de 1846-f. 13 de abril de 1933). ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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El sexto vástago fue uno de los más destacados intelectuales dominicanos, Federico Henríquez y Carvajal (n. 16 de septiembre de 1848), Don Fed fue un esclarecido escritor, periodista y maestro. (Gran amigo de José Martí, a quien éste le dirigiera su testamento). Casó con Carmen María Amalia García Ricardo, de quien enviudó. Años más tarde, casó con la maestra Luisa Ozema Pellerano, con quien no dejó descendencia. Finalmente, continuamos con José David Henríquez y Carvajal ( n. 22 de marzo de 1850-f. 30 de octubre de 1943) casó con Ana Perdomo, con quien procreó a Altagracia (Tallita) Henríquez Perdomo, discípula de Salomé Ureña, graduada de la primera promoción del Instituto de Señoritas, quien casó con Rodolfo Coiscou Carvajal, y procrearon a Mignon Coiscou Henríquez y Máximo Coiscou Henríquez, casó este último con Delia Weber; y a Carmen Julia Henríquez Perdomo, distinguida maestra dominicana, graduada de la segunda promoción del Instituto de Señoritas y fundadora del Liceo Núñez de Cáceres. Salvador Esteban Henríquez y Carvajal (n. 21 de noviembre de 1854-24 de febrero de 1931) fue cónsul general de Bolivia en Santo Domingo. Casó con Aurelia Aybar, procrearon a María de Regla (n. 1866), Merced (n. 1868), Ana Adelina (n. 1870), María Candelaria (n. 1873), Concepción (n. 1875), Isidro (n. 1877), Francisco Simeón (n. 1879), Gregorio de Jesús (n. 1885) y Altagracia Consuelo (n. 1890) Henríquez Aybar. María Merced Henríquez y Carvajal (n. 16 de noviembre de 1853) y Clotilde Henríquez y Carvajal (n. 9 de marzo de 1856) casó con Manuel Lamarche García, con quien procreó a Rafael Octavio (n. 1889), Flérida María (n. 1891) y Carlos Manuel (n. 1894) Lamarche Henríquez. Flérida fue una prestigiosa escritora, ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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quien casó con su primo hermano Sócrates Nolasco, con quien procreó a Ruth Nolasco Lamarche. El menor, Francisco Hilario Henríquez y Carvajal, (1859-1935), médico, político y maestro dominicano, al igual que su hermano Federico, fue un entusiasta colaborador de Hostos. Fue presidente de la República. Casó con Salomé Ureña, con quien procreó a: Francisco Noel (Fran) Henríquez Ureña, (1862-1961), quien casó con María del Valle y Armas; Pedro Nicolás Federico Henríquez Ureña (1884-1946), uno de nuestros más ilustres escritores y pensadores, quien por su parte casó con Isabel Lombardo Toledano, procrearon a Natacha (n. 1924) y a Sonia Henríquez Lombardo (n. 1926); Maximiliano (Max) Henríquez Ureña (n. 1885), destacado escritor y diplomático, quien casó con Guarina Lora Yero, y procrearon a Hernando (n. 1915) y Leonardo (n. 1919); Salomé Camila Henríquez Ureña (1894-1973), escritora y humanista. Francisco Henríquez y Carvajal casó, posteriormente, el 19 de abril de 1898 con Natividad (Tivisita) Lauranson Amiama, con quien procreó a Francisco Enrique Cotubanamá (n. 1902), abogado y filósofo, fundador del Partido de la Revolución Dominicana en Cuba; Rodolfo Noel (n. 1906), Eduardo (n. 1906) y Marta María Adelina (1910-1913) Henríquez Lauranson.15 Así pues, la familia Henríquez con la que entronca Salomé Ureña, ha aportado grandes figuras a la sociedad dominicana que han marcado, de una forma u otra, el porvenir del país. Piña Contreras, Guillermo (1998) “El universo familiar en la formación intelectual de Pedro Henríquez Ureña”, en Henríquez Ureña, Pedro: Ensayos: edición crítica. Coordinada por José Luis Abellán y Ana María Barrenechea, París, 1998, págs. 455-495. Consulta en edición ALCA II, Universidad de Costa Rica. http://books.google.com.do/books?id=Lxisz_dW 4poC&printsec=frontcover#v=onepage&q=Pi%C3%B1a&f

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Sin duda, la familia Henríquez poseía un empuje económico, intelectual y moral valiosísimo para el desarrollo del país.

Salomé Ureña, la fuerza de un carácter No obstante lo dicho, quizá sea este el momento de hacer una aclaración importante sobre el talento de Salomé Ureña. El hecho de que ella era mayor que su esposo (nueve años más), significa que cuando ella comenzó a publicar con 17 años, él todavía era un niño. También significa que Salomé no debe a su esposo su formación sino que como hemos visto, el proceso formativo lo vivió en su entorno familiar. Asimismo, las ideas positivistas de Hostos, si bien encontraron una buena recepción en Salomé, no son indicadores de que Hostos fuera su preceptor, o que Salomé no tuviera suficiente formación antes de conocerlo a él o a su propio esposo, como algunos biógrafos parecen querer señalar. Silveria Rodríguez Demorizi así lo indica en el siguiente comentario: Sus lecturas y sus estudios de la adolescencia fueron hechos bajo la dirección de su padre, de quien recibió lecciones de Literatura, Aritmética y Botánica, por la que ella sentía gran pasión. Con su padre aprendió, además, a declamar los versos de sus poetas predilectos. Salomé tenía una «memoria extraordinaria». La cantidad de poesías que sabía de memoria y solía repetir entre sus íntimos, lo mismo que su hermana Ramona, era incalculable. Leyó mucho el Parnaso de Sedano y en general sus lecturas eran de clásicos españoles. Además, conoció bien la literatura francesa en su propia lengua, que ella y su hermana Ramona comenzaron a aprender con Alejandro Román, aficionado a las letras. Luego ambas hermanas continuaron solas el estudio del francés, hasta dominarlo. Salomé ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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aprendió más tarde bastante inglés. La literatura inglesa le gustaba mucho. Tenía sense of humour a la inglesa y a veces hacía frases humorísticas de sabor inglés, como la que le dijo a su esposo en ocasión en que estaba muy empeñado en ordenar su biblioteca, que él mismo desordenaba continuamente: “no te empeñes en desarreglar el caos.”16 Es necesario insistir en la presencia de hechos comprobados de Salomé que se han ocultado por mucho tiempo. Durante años se había construido un mito colectivo alrededor de Salomé Ureña que la colocaba siempre como alumna, como aprendiz de Eugenio María de Hostos, supuestamente con aportes a la educación más relevantes que los de ella. Lo único que podemos afirmar es que ciertamente fue alumna entusiasta de su tía y su padre, pero la historia cronológica, los datos biográficos de ella misma y de su familia, la documentación epistolar y las referencias que obtenemos de fuentes tan cercanas como la de sus hijos, revelan que la personalidad de Salomé Ureña es independiente a la de los caballeros (admirables, por otra parte) que la rodearon. Este es el caso de su esposo, y, sobre todo, es el caso de Eugenio María de Hostos, que conoció a Salomé después de instalarse en el país. Hostos había llegado a Puerto Plata en 1875. Su fama lo precedía puesto que según nos cuentan las crónicas de la época fue recibido por una comisión encabezada por Gregorio Luperón.17 Muy pronto entró en contacto con Federico Henríquez y Carvajal, cuñado de Salomé, con lo que es casi seguro que ella supo desde el principio de la presencia del Emilio Rodríguez Demorizi, Salomé, p. 7. Juan Ventura Almonte, “Presencia de dominicanos ilustres en Puerto Plata en el siglo XIX”, ponencia presentada en el “VI Seminario de Historia Local: Puerto Plata en el siglo XIX y en el siglo XX”, 2005, publicada en la Revista Clío, 2010, pág. 187-234. http://clio.academiahistoria.org.do/trabajos/ clio180/Clio_2010_No_180-08.pdf. Fecha de consulta: 10 de junio de 2013.

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educador puertorriqueño en el país. Para entonces, Salomé tenía unos 25 años y era no sólo una mujer adulta sino, sobre todo, una figura reconocida en el país. Había publicado parte de su obra poética, había sido nombrada poeta nacional, había sido halagada con el cariño popular a través de una cuestación pública con la que se compró la medalla representativa de ese premio que le fuera entregado en la Sociedad de Amigos del País. Salomé no necesitaba a Hostos para ser reconocida por su labor, porque ya era bien conocida y reconocida antes de que Hostos llegara al país. Pensamos que más bien sucedió todo lo contrario. Era Hostos quien buscaba amigos que acogieran su pensamiento, personas con las que compartir sus grandes ideas como educador y defensor del derecho nacional de los pueblos a decidir su destino. El historiador Juan Ventura Almonte nos aclara de nuevo la situación real: El 18 de febrero de 1880 inició sus labores en Santo Domingo la Escuela Normal, fundada y dirigida por Hostos. Recibió el apoyo moral y económico de su amigo Luperón en su nueva y emprendedora empresa. También de Salomé Ureña de Henríquez, de su esposo Francisco Henríquez y Carvajal, de Federico Henríquez y Carvajal y de otros tantos.18 El encuentro de Salomé y Hostos no fue la estudiante inexperta y el maestro maduro, sino que hay que verlo desde la óptica de un feliz encuentro, jalonado de éxitos de dos personajes brillantes, ambos poseedores de una historia social, cultural y política propia, con un peso intelectual específico y merecedores también de un respeto público muy bien ganado aunque de distintas formas.

Juan Ventura, Presencia, p. 220.

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Habrá que examinar en futuras investigaciones qué fue lo que aquellos preciados caballeros aprendieron de Salomé y aún más, qué fue lo que la historia oficial rechazó e invisibilizó de ella. Su decisión firme de fundar el Instituto de Señoritas es, como se ve en los dos primeros párrafos de la carta que envía al presidente del Ayuntamiento de Santo Domingo en octubre de 1881, una decisión propia, sin que se mencione otra referencia que la apuesta personal por el futuro de la educación de la mujer: Me he decidido por fin a fundar un Instituto de Señoritas, creyendo así responder a una necesidad, a juzgar por las repetidas instancias que por distintas y respetables personas desde hace tiempo me vienen haciendo. Bien hubiera querido yo que dicho instituto fuese nacional o municipal, por cuanto de esa manera se facilitaría a todas las clases de la sociedad, en orden a fortunas, el acceso a él; y porque de ese modo el magisterio se halla más asegurado contra las influencias que padres de familia mal apreciadores de un régimen educacional quieren llevar hasta el seno de las escuelas. Pero advertida de las actuales circunstancias económicas de Gobierno y Municipio, he tenido que determinarme a buscar la contribución de los particulares. (E. Rodríguez Demorizi, 1960: 125)19 Nuestra esperanza es que los historiadores se animen a aportar nuevas perspectivas historiográficas para conocer la amplitud del espacio humano de los constructores de la nación dominicana, sin temor a asumir las posibles contradicciones y contrastes que puedan aparecer.

Emilio Rodríguez Demorizi, Salomé, p. 125.

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Comentario final La imagen de Salomé como mujer que debe ser inspirada, acompañada, resguardada bajo el “paraguas intelectual” de un caballero insigne, que realmente es el que tiene el protagonismo de la acción pública, educativa y moral; la Salomé débil, llena de pesares, medio romántica y enfermiza que nos han acostumbrado a ver por tantos años, son dos aspectos de un mito que debe ser superado. Su dimensión humana va más allá de ese sometimiento intelectual, consentido unas veces por desconocimiento y en otras ocasiones por intereses políticos, morales, o por circunstancias epocales.

Salomé Ureña

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El paisaje vital de Salomé, complejo y desconocido en sus múltiples dimensiones, emerge con fuerza inusitada cuando nos acercamos sin prejuicios a los datos de su propia vida y al análisis de su obra. La trascendencia de esta escritora supera con creces las limitaciones de perspectivas marcadas por la linealidad interna. Será necesario releer despacio sus escritos, reflexionar sobre sus aportes, acercarse a los testimonios de quienes la conocieron. Solo de ese modo alcanzaremos a oír lo que ella misma tiene que decirnos, en una época donde el reto nacionalista no está lejos del que ella misma asumió, proyectando su patria hacia un futuro promisorio para todos sus conciudadanos. Con esta nueva mirada a su vida y a sus antecedentes familiares dejamos constancia de la fortaleza de su formación, del compromiso patriótico de su familia, de la integridad de su carácter, elevando el valor que tiene como mujer y como dominicana en la construcción de la historia cultural de su amada tierra nativa.

Notas y referencias bibliográficas Céspedes, D. Salomé Ureña y Hostos. Santo Domingo: Colección Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, Editora Centenario. 2002. Julia, J. J. Las discípulas de Salomé Ureña escriben. Santo Domingo: Fundación para la Educación y el Arte, editora Manatí. 2006. Hugi, Q. L Las mujeres anónimas de inicios del siglo XIX dominicano, QL Hugi - clio.academiahistoria.org.do. Consultado el 19 de junio de 2013. 2008. Henríquez Ureña, P. Obras Completas (1899-1910), vol. II. Edición de Miguel D. Mena Santo Domingo: Editora Nacional. 2013.

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Imágenes del paisaje humano de Salomé Ureña // María Virtudes Núñez F.

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Ercilia Pepín: la mujer, la escuela, la patria, desde la mirada hostosiana1 Petronila Dotel Matos2 Recepción: 9 octubre 2014 Aprobación: 3 diciembre 2014

Resumen

Este artículo presenta tres ideas básicas en el pensamiento de la prestigiosa educadora del siglo pasado, Ercilia Pepín. La mujer, la patria, la escuela, constituyen en las ideas de esta maestra santiaguera pilares fundamentales e inseparables para lograr el avance social. La mujer y la escuela están llamadas a educarse. La patria, para su crecimiento, desarrollo y continuidad se sustenta en la obra que se fragüe desde el hogar y la escuela. La mujer ha de educarse científicamente para que se asuma como un ser digno y como ciudadana de una patria que requiere de hijos que Texto presentado en la Jornada histórico cultural “Mujeres de nuestra historia”, organizada por la Escuela de Historia y Antropología de la UASD; Santo Domingo, 10 de abril de 2013. Retrabajado para Ecos. 2 Egresada de Pedagogía, Mención Ciencias Sociales, de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD, donde también cursó una Especialidad y una Maestría en Historia Dominicana. Ha escrito libros de textos para las editoriales Santillana, SM y el Ministerio de Educación. Actualmente imparte la Cátedra de Fundamentos de Historial Social Dominicana en la Sede de la UASD. 1

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la eleven al logro de sus valores cívicos, morales y sociales más puros. La mujer y la escuela encuentran en Ercilia Pepín y en Hostos un punto de convergencia clara: ambos son formadores, ambos deben estar bien formados. Se requiere de una educación que se fundamente en la moral y que eduque en la conciencia. Palabras claves: mujer, escuela, patria, educación, consciencia, ciudadanos. Summary: This article presents three basic ideas in the prestigious educator´s thinking of the last century, Ercilia Pepín. The woman, the homeland, the school, constitute in the ideas of this teacher from Santiago, fundamental and inseparable pillars to achieve social progress. The woman and the school are called to be educated. The homeland, for its growth, development and continuity is based on the work that is forged from home and school. Women shall be scientifically educated to be taken into account as a dignified human being and as a citizen of a country that requires children who elevate them to the achievement of their purest civic, moral and social values. The woman and the school find in Ercilia Pepín and in Hostos a clear point of convergence: both are educators, both must be well-trained. It requires an education that is based on morality and that educates in the awareness. Keywords: woman, school, homeland, education, awareness, citizens.

Introducción Tradicionalmente la mujer dominicana ha sido víctima de exclusión social. Erigida en una base machista y patriarcal, la sociedad nuestra y de otras latitudes han mutilado el desarrollo femenino en todos sus matices. No obstante, la labor de la mujer, independientemente de la evidente actitud de invisivilizarla, muchas féminas lograron alcanzar lugares cimeros y ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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realizar acciones contundentes en el proceso de formación y desarrollo social. Hoy se hace perentorio rescatar y revelar los aportes de mujeres que como Ercilia Pepín fueron pioneras en esa lucha por demostrar la capacidad de la mujer en el ámbito político e intelectual, y más que eso, fueron adelantadas en estimular desde su práctica concreta la participación de la mujer de forma consciente, organizada, de cara al progreso general de la nación. La recuperación de la importancia femenina en la historia, así como también los aportes concretos de mujeres en áreas fundamentales de la vida social, como lo es la educación, constituyen no solo un merecido reconocimiento a la encomiable labor realizada por ellas, sino, sobre todo, un compromiso de continuar una obra que en estos momentos apela a responsabilidades trascendentes, más profundas, de cara a la consecución de un mejor presente equiparado con un futuro digno y decoroso para todos los dominicanos y dominicanas. Este trabajo está orientado a exponer de manera breve tres puntos de vista claves en las ideas de una de las educadoras más brillantes y preclaras de la historia dominicana del siglo XX, Ercilia Pepín. Se trata de la perspectiva que tiene ella sobre la mujer, la escuela y la patria. Esos tres pilares en la vertebración de una sociedad en búsqueda del progreso conforman parte esencial de la obra de Ercilia Pepín. Se pretende, además, hallar los nexos con el pensamiento del gran Eugenio María de Hostos, prestigioso representante y ejecutor del más revolucionario plan educativo efectuado en la sociedad dominicana a finales del siglo XIX. Para la realización de este breve ensayo se revisaron los trabajos de algunos historiadores y analistas sobre Ercilia Pepín, algunas publicaciones de la autora, manuales de Eugenio María de Hostos y otros textos referidos al tema que nos ocupa. Sirva, pues, el mismo, para seguir viabilizando el aporte invaluable de Ercilia Pepín y otras tantas dominicanas que como ella se sumaron a la lucha fructífera y redentora de amar a la ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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patria desde la escuela, el hogar, y desde su limitado entorno social. Sirva de entusiasmo a las mujeres de hoy que son cada vez más empoderadas, más activas, más competentes. Sirva de reconocimiento a las que hoy son asesinadas, víctimas inocentes de la ceguera que anida la ignorancia machista, la cual anula la cordura masculina de hombres incompletos.

Ercilia Pepín, un ejemplo para la sociedad Ercilia Pepín es un ejemplo de la grandeza moral e intelectual que ha logrado la mujer dominicana. Ella representa la firmeza, la voluntad, el deseo de superación, la conciencia, el civismo, la preocupación por un mañana radiante para cada mujer y cada hombre de la patria dominicana. Santiaguera ilustre, nació el 7 de diciembre de 1886. Provenía de una familia humilde y trabajadora. Su padre fue el señor José Pepín, maestro de obras; su madre la señora Edelmira Estrella quien murió cuando Ercilia tenía apenas cinco añitos. Para la época en que nació la “culta Ercilia Pepín”, como la nombraban muchos al referirse a ella, el país atravesaba un momento de crisis política y económica. Fue el año en el que Ulises Heureaux se presentó como candidato a las elecciones en contraposición con los del partido azul, quienes habían presentado como candidato a Casimiro N. de Moya. En ese momento Heureaux formaba parte del partido azul, por lo que su acción creó serias dificultades. El partido azul quedó dividido y, en el año de 1887, “Lilís” asumió la presidencia luego de derrotar a sus antiguos colegas, quienes se insurreccionaron tras la manera fraudulenta en que Lilís obtuvo el poder. A sangre, fuego, soborno y atropello, el presidente sometió a su voluntad personal al pueblo dominicano. La época en la que nació y se desarrolló Ercilia el país estaba marcado por el frágil desarrollo de las fuerzas productivas; pero al mismo tiempo, por el inicio de un nuevo proceso de ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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modernización bajo los lineamientos del capitalismo dependiente: la industria azucarera, la cual sería el renglón productivo más dinámico y generador de empleo y de nuevas expectativas. La inserción al mundo capitalista que conllevó el desarrollo de la industria azucarera colocó a la República Dominicana como nación dependiente de la nueva forma de sometimiento que se impuso en el continente americano denominado neocolonialismo, bajo los auspicios de Estados Unidos de Norteamérica. La sociedad dominicana de finales del siglo XIX era, esencialmente, campesina. En su mayoría era analfabeta, sometida a la manipulación política, carente de los servicios básicos para la vida digna. La sociedad en la que nació Ercilia no tenía carreteras y estaba preñada de caudillos que permanentemente aspiraban al poder. En ella un grupo de dominicanos con ideas liberales buscaban afanosamente la ruta que condujera el país al progreso, progreso que en boca de Pedro Francisco Bonó significaba trabajo, educación para el pueblo, distribución de riquezas entre la clase trabajadora. Para lograr salir del atraso y enrumbarse hacia el verdadero progreso era necesario partir de la idea, a juicio de Bonó, de que: “Lo que constituye la fuerza de una nación es la riqueza; lo que constituye su felicidad es la libertad. La libertad y la riqueza son las ruedas sobre las que marcha la civilización… y nadie ignore que la riqueza se hace: por medio de buenas leyes que aseguren el fruto del trabajo…”3 Pero lamentablemente sus dirigentes llevaron el país a un limitado progreso solo en la epidermis, en lo visible; y olvidaron el verdadero progreso, aquel que parte del trabajo digno, de la justa distribución de las riquezas, aquel que busca el bienestar armonioso de cada ciudadano entre sí y de cada ciudadano con la naturaleza, es decir lo que hoy llamamos desarrollo sustentable. Francisco Bonó, “Apuntes para los cuatro Ministerios de la República”, En: Papeles de Pedro F. Bonó. Emilio Rodríguez Demorizi. Barcelona: Gráficas M. Pareja. Segunda Edición. Academia Dominicana de la Historia. Vol. XVII; 1980. P. 96.

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A pesar de las limitaciones de su época Ercilia Pepín rompió las barreras y abrazó la dura misión de ser luz entre las tinieblas de la ignorancia que arropaban a casi toda la nación. Emprendió la labor ardua pero fructífera de educar, de crear conciencia para forjar una nueva patria. Convencida de la necesidad de empujar la historia hacia el bien de su patria, Ercilia se preparó en diferentes aspectos. Era una mujer adornada de múltiples cualidades. Hablaba francés, tenía conocimientos de música, tocaba el violín, conocía el manejo de varias armas. Era una gran estudiosa de la astronomía. Formó parte de la Sociedad Francesa de Astronomía. Trabajadora incansable. Dedicó su vida entera a la educación desde los 14 años de edad hasta su muerte. Más de 30 años los dedicó a la ardua labor de educar en un contexto difícil, caracterizado por las luchas internas entre los caudillos, la ocupación norteamericana del territorio y luego la dictadura de Trujillo. Era una mujer de firme carácter. Regia, sobria en el vestir. Ella solo vestía de blanco. Vivió una vida simple y sin ambiciones materiales. Al morir, con apenas 53 años, dejó todo lo que tenía: un anillo de plata con dos pequeños diamantes y un collar. De su vida sobresale el entusiasta afán por estudiar, junto a su inmensa vocación de educar. Con apenas 14 años fue nombrada directora de la Escuela de niñas de Nibaje, en Santiago de los Caballeros. Desde ahí empezó a romper con las limitaciones sociales que les impedían a muchas mujeres dominicanas ascender en el mundo laboral. Para obtener el cargo de directora se requería ser maestra graduada y, además, tener 21 años de edad como mínimo y, obviamente, Ercilia carecía de estos dos requisitos. Sin embargo, poseía los atributos fundamentales, es decir, la capacidad, la dedicación, el amor por la educación y la convicción de que a través de la escuela estaba aportando al proceso de transformación de la sociedad dominicana. En 1903 fue nombrada directora de la Escuela María López del poblado de Marilopez. Dirigió la Escuela Santa Cecilia, una escuela ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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particular. Se destacó como maestra de Ciencias Físicas y Matemáticas en la Escuela Superior de Señoritas, en sustitución de varios profesores entre los cuales se destaca el eminente educador Salvador Cucurullo. Para impartir estas asignaturas fue arduamente defendida por el licenciado Augusto Sánchez Bidó, pues muchas de las autoridades educativas del momento se oponían a su nombramiento bajo el alegato de que las mujeres no estaban capacitadas para impartir tales asignaturas. A pesar de todos los inconvenientes logró el nombramiento. En su labor educativa se preocupó por inculcar el respeto a los símbolos patrios y a los héroes nacionales. Introdujo en Santiago la celebración de la Batalla del 30 de Marzo. Sobresalió en el ámbito educativo, además, por mantener un ambiente de respeto y formalidad en las aulas; introdujo el uso del uniforme escolar, el uso de “usted’ en lugar del “tú” y el de “señorita” en las relaciones de profesor-alumno. Hizo innumerables actos cívicos, desfiles, ofrendas florales, conferencias, para conmemorar las fiestas patrias. Inició el canto del Himno Nacional en las escuelas, la reverencia a los demás símbolos patrios, así como a los padres fundadores de la nación. Se solidarizó con las causas más nobles del continente. Manifestó su apoyo a la revolución nicaragüense dirigida por Augusto César Sandino. Repudió la invasión norteamericana de 1916 en su país, la República Dominicana. Organizó varias jornadas de solidaridad para recolectar fondos y atender a los niños huérfanos, los presos, los enfermos, y otros tantos necesitados durante la oprobiosa intervención militar que por espacio de ocho años mancilló la soberanía del pueblo dominicano. Durante la tiranía de Trujillo, Ercilia Pepín fue víctima de dicho régimen tras manifestar con un gesto simple de solidaridad su rechazo a una acción de la tiranía. Puso la bandera a media asta al enterarse del asesinato de Andrés Perozo, profesor del Colegio y de la Escuela Superior, así como de varios compañeros suyos. La actitud cívica de Ercilia molestó al tirano. La canceló ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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junto a todos los profesores que la apoyaron. Este hecho complicó la vida de Ercilia en términos económicos. Su situación empeoró notablemente, lo mismo sucedió con su salud. Recibió la ayuda de un tío y construyó una escuela para niños pobres en Nibaje. Comenzó a impartir clases en la Academia Santa Ana, trasladada a Santiago luego de que fuera destruido su local en la capital, tras el paso del ciclón San Zenón. Pobre y enferma Ercilia Pepín murió el 14 de junio de 1939.

Ideas que la unen con Hostos La Mujer A partir de 1879 la República Dominicana tuvo en su suelo a uno de los hombres más ilustres que han parido las tierras caribeñas. Se trata del puertorriqueño de nacimiento, el americanista de vocación, el muy bien llamado Maestro: Eugenio María de Hostos y Bonilla. Poseedor de vastos conocimientos, adornado con una actitud de carácter moral intransigente, firme, radical. Con una profunda vocación de servicio, con ideas claras de lo que significa ser hombre, ser ciudadano, ser antillano y ser americano. Con estas cualidades y valores, Hostos ofreció grandes aportes a la sociedad dominicana. Para Eugenio María de Hostos el fin de la humanidad es hacer el bien. Para hacer el bien hay que crear hombres y mujeres educados en base a los deberes que les corresponden como sujetos individuales y sociales. Su presencia hizo grandes aportes a la necesaria y revolucionaria tarea de incorporar a la mujer en el marco de la educación científica. En la época que vivió Ercilia la visión que se tenía de la mujer la colaba, fundamentalmente, como madre y esposa. Ya desde finales del siglo XIX el debate sobre la necesidad de incorporar a la mujer a la educación y al trabajo socialmente remunerado había aflorado con cierta timidez en algunos intelectuales de la ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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época. Es con la llegada de Hostos que el tema de la mujer y su inserción a la educación asume un color distinto, pues gracias a su influencia este tema se concretó cuando en 1881 Salomé Ureña creó el Instituto de Señoritas. En 1880 Hostos fundó, con el apoyo del presidente Gregorio Luperón, la Escuela Normal. De esa manera se crearon las bases para formar maestros para la patria. La presencia de Hostos en el país acrecentó y dio base ideológica al debate sobre la necesidad de modernizar la sociedad dominicana. El enfoque modernizante no podía dejar a la mujer. Para Hostos era necesaria la educación científica de ésta. La mujer como mitad del género humano no podía seguir participando de la vida social solamente con el rol tradicional de madre, esposa o amante. Era un ser poseedor de derechos, capaz de razonar y por lo tanto había que elevar su educación para que se sume a la ardua tarea de crear hombres y mujeres para el bien. Así se expresaba Hostos: “La razón no tiene sexo, y es la misma facultad con sus mismas operaciones y funciones en el hombre y en la mujer. Por tanto, si el hombre puede llegar por el ejercicio de la razón al conocimiento de la verdad, la mujer puede también. Por tanto, si importa para el hombre, importa para la mujer.”4 Aunque Ercilia no coincidió en el espacio físico con Hostos es innegable que fue una hostosiana a carta cabal. Su imperativo de educar a la mujer dominicana así lo confirma, sobre todo de educarla para que se asuma como un ser digno y como ciudadana de una patria que requiere de hijos que la eleven al logro de sus valores cívicos, morales y sociales más puros. La educación científica de la mujer fue la base fundamental para que el progreso del que tanto se hablaba tuviera una visión incluyente. Sin la mujer educada, redimida, valorada, el progreso quedaría mutilado.

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Eugenio María de Hostos, La educación científica de la mujer, Presentación y Compilación de Ramonina Brea del Castillo. Santo Domingo: Omnimedia, Archivo General de la Nación, Vol. XLIII; 2007. P. 65. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Convencida del potencial femenino, y de la ignorancia de que era víctima en el contexto dominicano, así como su estancamiento dentro del marco de la sociedad machista y patriarcal que era y sigue siendo la República Dominicana, Ercilia se convirtió en pionera del feminismo dominicano. En tal sentido publicó diversos artículos en la Revista Fémina, en los que dejaba su posición sobre la realidad de la mujer y su derecho a ser incluida como parte activa de la sociedad. En dicha revista publicó una conferencia en la que planteó que la mujer podía y debía instruirse al igual que el hombre. Hoy la mujer dominicana ha crecido. Su participación en la sociedad laboral y en la vida política es notoria. No obstante persisten serios y peligrosos males que la aquejan. Hoy ha aumentado el número de mujeres asesinadas por sus maridos. Por otro lado la educación muestra niveles de superación considerables; sin embargo no basta, falta más, falta mucho. Estos dos pilares básicos en la formación, conformación y desarrollo de la patria padecen grandes males. Sigue pendiente convertir la escuela en antorcha de la patria, sigue pendiente la promoción real de la mujer dominicana. Mujer y escuela en las ideas y deseos de Ercilia equivalían a decir educación, participación. Al igual que Hostos, Ercilia entendía que la patria se inicia en la casa, en el hogar; de ahí la gran importancia de lograr una educación que convirtiera a la mujer en educadora de consciencia, en forjadora de hombres y mujeres para la patria. Era perentorio lograr una educación científica para la mujer. Esa educación para la mujer llevaba intrínseco un proceso de transformación personal que irradiara a toda la sociedad; es decir, la mujer debía transformarse para seguir transformado. ¡Era una misión revolucionaria!

La Escuela La mujer y la escuela encuentran en Ercilia Pepín y en Hostos un punto de convergencia clara: ambos son formadores, ambos deben estar bien formados.

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Según Hostos se requiere de una educación que se fundamente en la moral y que eduque la conciencia: “...en suma si educa lo que debe y como debe, ha de ser con el supremo objeto de educar la conciencia, de dar a cada patria los patriotas de conciencia, y toda la humanidad los hombres de conciencia que le hacen falta,”5 En tal sentido el educador ha de estar claro “que el fin supremo de la educación era conducir a la moral más alta y al patriotismo verdadero.” Y sigue diciendo: “El maestro debe estar consciente de la misión que tiene en sus manos. De igual modo “La Escuela como institución, debe saber que su misión, “tiene como objeto moral la preparación de conciencias. Así, por su objeto, como el del niño que va a hacer hombre, la Escuela ha de edificar en el espíritu del escolar, sobre cimientos de verdad y sobre bases del bien, la columna de toda sociedad, el individuo.”6 El propósito de la enseñanza es “despertar las fuerzas orgánicas de la razón y fomentar su evolución”; el rol del educador es entonces servirse de este método natural para recrear las condiciones que permiten el desarrollo de la razón y eliminar las que lo obstaculizan. Hostos sigue expresando: “Instruir es educar el entendimiento, educarlo es ponerlo en actividad y movimiento funcional, ponerlo en función es hacer correspondientes las operaciones a las funciones, y las funciones a las fuerzas, de modo que la actividad intelectual se dé con toda su salud, energía y vigor en cada uno de los cuatro momentos de la evolución y en cada uno de los sujetos sometidos al régimen de la educación”. Según Hostos la escuela: “edificará hombres de conciencia y de deber, para la familia, que es la base moral de la patria…”7 Guiada por estas y otras ideas del gran educador Eugenio María de Hostos, Ercilia Pepín provocó cambios metodológicos importantes en su escuela. Estaba convencida de que la escuela

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Eugenio María Hostos, La moral social, Santo Domingo: Editora del Caribe, 1970. P. 168. Eugenio María Hostos, La moral, p. 168. Eugenio María Hostos, La moral, p. 168. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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estaba llamada a construir la base moral de la patria. En tal sentido la escuela tiene una función esencialmente concientizadora. Además de introducir el uniforme escolar, las relaciones respetuosas, cantar el himno y subir la bandera, Ercilia Pepín también instauró las celebraciones patrias, el desayuno escolar, enfatizar la introducción de un método de enseñanza a favor la razón, la toma de consciencia, la defensa de la patria, la construcción de valores morales. Logró crear conciencia de que sin la labor patriótica de la escuela era imposible la existencia de la patria. Asumiendo el método hostosiano Ercilia inició una revolución educativa en su amada Santiago de los Caballeros; desde allí se convirtió en ejemplo digno de toda la nación. En consecuencia, armada de las ideas de Hostos logra además introducir cambios al programa de la escuela. Ercilia Pepín empezó su revolución educativa a partir de 1906. Introdujo la enseñanza de artes manuales, gimnasia, canto coreado, dibujo, uso de mapas. Es así como esta benemérita educadora logró motivar a sus estudiantes a participar activamente en la defensa de la patria con acciones que elevaran la condición moral del pueblo. Desde su espacio escolar realizó actividades dirigidas a crear consciencia de ciudadanía responsable, de sujetos comprometidos con el bien de la patria. Desde el aula alimentó esas ideas y se convirtió, con su ejemplo de vida, en abanderada de la defensa de la dignidad y en soldado contra la ignorancia. La escuela tiene una misión patriótica. Esta posición la deja bien clara Ercilia Pepín a en un artículo de periódico publicado poco antes de su deceso físico. En el mismo señala que: “La función docente de la escuela es una labor de patriotismo. Me refiero, está claro, a la función integral... la escuela sostiene íntimas y decisivas vinculaciones con la vida, la conservación y el engrandecimiento de la patria.”8 Además expone: “La patria Ercilia Pepín, “Función Patriótica de la Escuela”, en Alejandro Paulino, Vida y obra de Ercilia Pepín. Santo Domingo: Editora Búho; Archivo General de la Nación. Comisión Permanente de Efemérides Patrias, Colección Juvenil. Vol. III. 2007. Pp. 81, 82.

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es la que revela la cultura colectiva, y la cultura es el producto directo de las instituciones de educación.”9 La relación escuela-patria o patria-escuela es uno de los pilares fundamentales en los que descansa la ardua labor que desempañó Ercilia Pepín.

La Patria La patria para Ercilia además del territorio, sus recursos, sus hombres y mujeres, es también una toma de conciencia de cada sujeto que la integra por el bien de todos; sin esa condición la patria se queda definida en lo formal, adolece de esencia. No basta con tener soberanía, espacio físico, ríos, mares, la noción de patria supone un compromiso colectivo para hacer de ese espacio físico un ambiente donde la vida de cada patriota, de cada ciudadano sea digna, sin penurias y calamidades. De esa manera la patria es una entidad en permanente cambio, reconstrucción y evolución, no es estática, está unida al pasado, porque en él se formó y está reconstruyéndose en el presente. La patria como proceso, como conciencia colectiva, pide que cada generación se comprometa con su momento, siempre mirándose en conexión con su pasado, de ahí que la patria necesita de la escuela como órgano clave de la cultura. Así lo expone Ercilia: “Así lo vemos y así lo interpretamos cuando comprendemos que la escuela nos da cultura y la cultura nos da patria, y, al dárnosla, nos enseña a engrandecerla, a conservarla.”10 La idea de Ercilia Pepín sobre la patria la traduce en la escuela creando conciencia en sus alumnas del respeto a los patriotas, pero no un respeto en el que solo se exalte al sujeto por sus hechos, sino un respeto llevado a la vida real y cotidiana.

Ercilia Pepín, “Función Patriótica de la Escuela”, Ob. cit. P. 81. Ercilia Pepín, “Santiago, 16 de agosto de 1938”, en Vida y obra de Ercilia Pepín. Santo Domingo: Editora Búho; Archivo General de la Nación. Comisión Permanente de Efemérides Patrias, Colección Juvenil. Vol. III. 2007. P. 82.

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Es decir, ser patriota no es sencillamente cantar el Himno Nacional bien formaditos o reverenciar la bandera, o saber que Duarte es el padre fundador, etc., etc., eso se queda solo en la exaltación, ser patriota es defender la patria y conservarla. Es por ello que vemos una Ercilia Pepín defendiendo la patria en aquellos momentos en que las botas extranjeras mancillaban el suelo dominicano. En 1916 Estados Unidos decidió ocupar militarmente la República Dominicana, ya su presencia era bastante notoria en la industria azucarera, pero sobre todo en el control de las aduanas y el control de muchos de los gobiernos que tuvimos a partir de 1899, cuando el país salió de la tiranía de Lilís. La muerte del tirano desencadenó un enorme caos en el panorama político, caos que fue muy bien aprovechado por los inversionistas extranjeros, especialmente Estados Unidos, para apropiarse de nuestra economía.

Ercilia Pepín (Óleo de Miguel Núñez).

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La lucha por la salida de las tropas norteamericanas encontró eco en diversos sectores de la vida nacional. Ercilia participó de ese clamor popular. Encabezó en Santiago la lucha contra la salida de las tropas, publicó folletos, escribió artículos, fue parte activa de la Junta Patriótica de Damas, institución que efectuó varias actividades por la recuperación de la soberanía, entre ellas organizó en Santiago la “Semana Patriótica”. Queda claro que la idea de patria de nuestra carismática Ercilia no es una palabra hueca, sino un palabra llena de acción, de sacrifico, de entrega total por el bien colectivo. Como prueba mostró en su vida el verdadero conocimiento de lo que es la “patria”. La patria como realidad local y continental también lo demostró dando su apoyo al pueblo nicaragüense, en el momento en que era víctima de los mismos invasores. Ercilia envió a César Sandino, líder guerrillero de Nicaragua, la bandera dominicana en señal de solidaridad en su lucha por la libertad.

Conclusión Como vemos, la trilogía patria, escuela, mujer, en el pensamiento de Ercilia Pepín, revelan su preocupación por la inserción de la mujer en la sociedad desde su rol como madre, pues el hogar, con una mujer educada producirá personas aptas para la vida social, para la ciudadanía. La mujer no podía ser apartada de su proceso natural de guía, proceso que tenía implicaciones en la esfera de lo social y político, solo por la falta de visión de gobernantes obtusos y por una cultura machista deprimente y de estancamiento del ascenso de la mujer y de la sociedad completa, porque justamente eso era y es lo que provoca el machismo, estancamiento del verdadero progreso social. Una sociedad no progresa sin el concurso, el esfuerzo mancomunado de toda su gente, de sus hombres y mujeres, el machismo es contraproducente cuando se habla de progreso. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Ercilia Pepín: la mujer, la escuela, la patria // Petronila Dotel Matos

Ercilia Pepín, como abanderada del progreso, entendió que su aporte más valioso estaba en lograr un involucramiento consciente de la mujer dominicana con la escuela; ahí fue donde ella logró el vehículo esencial de su obra.

Bibliografía Bonó, Pedro Francisco. “Apuntes para los cuatro Ministerios de la República”. En: Papeles de Pedro F. Bonó. Emilio Rodríguez Demorizi. Barcelona: Gráficas M. Pareja. Segunda Edición. Academia Dominicana de la Historia. Vol. XVII; 1980. Hostos, Eugenio María de. La educación científica de la mujer. Presentación y Compilación de Ramonina Brea del Castillo. Santo Domingo: Omnimedia, C. por A. Archivo General de la Nación, Vol. XLIII; 2007. _____La moral social. Santo Domingo: Editora Del Caribe, C. por A. 1970. Paulino, Alejandro. Vida y obra de Ercilia Pepín. Santo Domingo: Editora Búho; Archivo General de la Nación. Comisión Permanente de Efemérides Patrias, Colección Juvenil. Vol. III. 2007.

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ECOS Órgano del Instituto de Historia de la UASD Año XXIV, Vol. 1, No. 14 Enero-junio de 2017

El Club Nosotras, su influencia en la cultura dominicana1 Ángela Hernández Núñez2 Recepción: 13 de abril 2017 Aprobación: 5 julio 2017

Resumen

Se escogió el Club Nosotras, fundado en 1927, para resaltar la importancia de la labor pionera del feminismo en el país. Se resalta la notable y poco conocida influencia de esta entidad cultural en diversos ámbitos de la República Dominicana y cómo de la misma surgió la Acción Feminista Dominicana, organización que desplegó una amplia e intensa labor en casi toda la geografía nacional. Se ofrece Este artículo, inicialmente, fue una conferencia ofrecida en la Academia Dominicana de la Lengua el 6 de marzo del año 2008. Se mantuvo inédito, hasta ahora que se pública en la revista Ecos del Instituto de Historia de la Universidad Autónoma de Santo Domingo con motivo de conmemorarse en el 2017 el 90 aniversario de la fundación del Club Nosotras. 2 Ángela Hernández Núñez es una reconocida narradora y poeta. Ha publicado varios libros de poemas, cuentos y novelas. Entre otros, destacan, Alótropos, Masticar una rosa, Mudanza de los sentidos y Charamicos. Textos suyos han sido traducidos al inglés, francés, italiano, islandés, bengalí y noruego. En el 2016 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura de la República Dominicana. Es una defensora de los derechos humanos y civiles, especialmente de las mujeres. 1

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también una muestra de las reacciones desatadas en torno al feminismo y las feministas. Se presenta el panorama en que este fructífero movimiento fue socavado por la tiranía de Trujillo desde los inicios del régimen. Se detalla, asimismo, la relevancia de la revista Fémina, fundada en 1922 en San Pedro de Macorís, sus aportes y avatares. Palabras claves: Revista Fémina, Club Nosotras, Acción Feminista Dominicana, feminismo, pionera del feminismo Summary: The Club Nosotras, founded in 1927, was chosen to emphasize the importance of the pioneering work of feminism in the country. It highlights the notable and little known influence of this cultural entity in various areas of the Dominican Republic. And how, out of this, arose the Dominican Feminist Action, organization that deployed a wide and intense work in almost all the national geography. There is also a sample of the reactions unleashed around feminism and feminists. It presents the overview in which this fruitful movement was undermined by Trujillo´s tyranny from the beginnings of the regime. It also details the relevance of the Fémina magazine, founded in 1922 in San Pedro de Macorís, its contributions and avatars. Keywords: Fémina Magazine, Club Nosotras, Dominican Feminist Action, feminism, pioneer of feminism

Introducción Las razones por las cuales se ha escogido un tema tan específico y lejano en el tiempo, y que vinculan tanto la lengua como la historia, son las siguientes: 1ro. La lengua, ya sabemos, identifica la cultura; y más aún, la vida, sus accidentes y movimientos. Las tensiones sociales y sus soluciones en cualquier sentido, tanto como las desafortunadas capitulaciones del espíritu, se manifiestan en la lengua, en lo cotidiano y en lo creativo. En la lengua está plasmada la historia de la humanidad y la de cada pueblo. En lo que ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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concierne a una faceta de la historia dominicana, es pertinente decir que literatura, feminismo y cultura formaron un solo conjunto en las ideas y forma de operar de las intelectuales dominicanas de los años 20 y 30 del pasado siglo XX. Su libertad de expresión estaba implicada en cuanto hacían y soñaban. 2do. Algo cardinal que por entero atañe a todos, mujeres y hombres, artistas del pensamiento, de la palabra y la imaginación, es el comprender los nexos entre los procesos creativos y las relaciones institucionales y de poder social, que bien podrían formularse como la relación entre la libertad del espíritu y sus posibilidades de expresarse en la colectividad; la participación o la marginación. Las obras y la actividad de las mujeres de los años que estudiamos nos permiten formarnos una idea sobre este aspecto. Artículos, discursos y ensayos, dispersos en revistas y periódicos, constituyen un material revelador. Por desgracia, algunos, como el periódico publicado por la Acción Feminista Dominicana resultan irrecuperables. La académica Daysi Cocco de Filipps, una de las pocas personas que han prestado atención a la palabra de las dominicanas a lo largo de más de un siglo, afirma que: “En la República Dominicana el ensayo escrito por las mujeres ha sido mayormente contestatario y presenta una historia paralela y un diálogo que a veces parece ser con sordos sobre la condición, posición y participación de la mujer en la sociedad dominicana.”3 3ro. Resulta relevante el estudio de los mecanismos políticos y sicológicos mediante los cuales el poder dictatorial, entonces incipiente —no olvidemos que nos referimos al Trujillo de 1931-1932, en cuyo gobierno participaban figuras como Max y Pedro Henríquez Ureña—, coopta, o más bien seduce, al pujante y pionero esfuerzo de las mujeres por sus derechos, Daysi Cocco de Filippis, Madres, maestras y militantes dominicanas (Fundadoras), (Santo Domingo: Colección Tertuliando. Editora Búho. 2001), p. 21.

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justo cuando este empezaba a dar visos de movimiento en rápida expansión. Sus promotoras actuaban con una noción afín a aquella de Camila Henríquez Ureña: “Un movimiento cultural importante es siempre de conjunto, y necesita propagarse en sentido horizontal.”4 Esclarecer este asunto es tarea pendiente. 4to. Las contribuciones del Club Nosotras en los años 20 y 30 se han mantenido casi invisibles para los historiadores de la cultura dominicana.

1. La sensibilidad y el valor de un núcleo de mujeres Los años veinte del siglo XX fueron el escenario de cambios sin precedentes en la conciencia, la sensibilidad y el lenguaje expresivo de un núcleo de vanguardia cultural y social de mujeres dominicanas. En la entonces próspera ciudad de San Pedro de Macorís, en 1922, la maestra Petronila Angélica Gómez fundó la revista Fémina. En el 1927, en Santo Domingo, Abigaíl Mejía fundó el Club Nosotras, del cual surgiría la Acción Feminista Dominicana. Tras ocho años de ocupación por tropas y representantes de la política expansionista de EEUU, República Dominicana recuperó airosamente su soberanía en 1924. Muchas dominicanas se estrenaron en la arena pública durante la resistencia cívica a la ocupación, especialmente a través de la Junta Patriótica de Damas (recordemos que sería en 1942 cuando obtendrían derechos ciudadanos), entre ellas, la maestra Ercilia Pepín. María Angélica Gómez, en el libro Contribuciones al Feminismo Dominicano, que escribiera con la colaboración de Delia Weber en las postrimerías de su vida (1952), ciega y recluida en un asilo de ancianos, dice:

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Camila Henríquez Ureña, Feminismo y otros temas sobre la mujer en la sociedad, (Santo Domingo: Editora Taller. 1985), p. 66. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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“No podemos pasar por alto su actuación durante la llamada “Semana Patriótica”, en el año 1920, cuando la ocupación americana a nuestro país. Fue esta, oportunidad de alto concepto, en que la dominicana demostró sus gestos patrióticos y sus arrestos cívicos. Brillan estos nombres: Luisa Ozema Pellerano de Henríquez, Cristina Morales, C. Heureaux, Orfelina Vicens, Mélida Morales; en rifas, subastas y ventas, van de aquí, vienen de allá. Una comisión de valerosas damas, integrada por la Licda. Eduvigis Rosa y otras, cuyos nombres no recordamos ahora todos, se le presentó al jefe yanki pidiéndole los armamentos guardados en el arsenal. “Estas armas, (le dijo en un arranque de patriotismo una de ellas), las necesitamos para la defensa de nuestros compatriotas. Rosa de Nouel Henríquez, hace $500 de la rifa de una sortija. ALTAGRACIA DELFÍN IGNECO, cede a la junta patriótica en La Romana, su casa, donde vivía, única herencia de su padre, para rematar una bandera dominicana en subasta. Estos elocuentes servicios de la dominicana fueron realizados para recobrar la perdida soberanía.5 En 1921, en La Vanguardia de Barcelona, aparecen artículos de Abigaíl Mejía, en los que la joven escritora denuncia la ocupación y solicita a España pronunciarse a favor de la República Dominicana. Se suma a quienes exigen la desocupación sin condiciones y dice de su patria: “Quiere ser libre, más del todo, sin ningún gato en acecho ante la abierta puerta de su jaula –que tal sería concertando pactos y condiciones con quienes indebidamente cerraron el portal de sus libertades.”6

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Petronila Angélica Gómez, Contribución para la historia del Feminismo Dominicano (Ciudad Trujillo: Editorial Librería Dominicana. 1952), pp. 82-83. Abigaíl Mejía. Obras Escogidas, Tomo I. Comps.: Arístides Incháustegui y Blanca Delgado Malagón. (Santo Domingo: Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos. 1995), p. 30. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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La maestra Mercedes Mota, quien se había marchado a Nueva York con sus tres sobrinas, hijas de la fallecida maestra Antera Mota, colaboró en esta ciudad, en unión de otras dominicanas, “en la tarea cumplida por el Comité de Damas en días luctuosos para nuestra desventurada patria”7, según destaca Julio Jaime Julia.

2. La revista Fémina El 15 de julio de 1922 aparece el primer número de Fémina, “Revista de Literatura, Ciencias y Artes consagrada a la Mujer”. El editorial se titula: “Educación o Muerte” y en este se fijan los propósitos patrióticos y a favor de la expresión intelectual de la mujer, considerada, “por su sensible condición espiritual” la llamada “a señalar a la generación que se levanta en medio de esta desolada condición político-social que atraviesa nuestra Patria, el derrotero salvador.”8 El editorial denota un feminismo aún temeroso de tocar ciertas tradiciones atinentes al hogar y a la familia. Asimismo, se advierten ecos de las ideas hostosianas. Pero la mujer todavía no se piensa un sujeto con derecho propio, aunque esa perspectiva iría evolucionando en números subsiguientes de la revista. Es significativo, por otro lado, que este primer número contenga lo que sería una constante en las feministas de la época, en distintos matices: la patente preocupación sobre el destino del país. De cierto modo, hay una toma de posición política. Sobre la directora de Fémina Delia Weber señaló que, además de ejercer el magisterio, “fue la primera mujer que desplegó la bandera del feminismo en la República Dominicana. Y desde “Fémina” su campaña en defensa y beneficio de la mujer fue Julio Jaime Julia, Haz de Luces, (Santo Domingo: Colección Hermanas Mirabal, CIPAF. 1990), p. 87. 8 Petronila Angélica Gómez. Contribución para la historia. Pp. 11 y 12. 7

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constante, mereciendo el reconocimiento de altas personalidades del país y del extranjero.”9 La mencionada publicación tiene el mérito de haber sido una de las escasas revistas culturales dominicanas que duró más de una década de salida regular. Si se toma en cuenta la limitadísima posición de la mujer en empresas, por entonces, resulta admirable que Fémina se sostuviera y que funcionara además como editora. Ofrecía sus páginas para publicidad y, de hecho, contaba con un número considerable de anuncios comerciales, sobre todo en los primeros años.

Literatura, Fémina, feminismo Las promotoras de Fémina se propusieron que la revista impulsara y apoyara la actividad literaria de las dominicanas. Ofreció espacio para que las escritoras establecidas y las que estaban iniciándose se expresaran. En sus páginas se encomia todo logro de las mujeres, como colectividad y como individuos. Delia Weber tenía a su cargo una página literaria. Amada Nivar, Evangelina Rodríguez, Ercilia Pepín, Rosa Smester, Mignón Coiscou, Isabel Vda. Pellerano, María Patín Pichardo, Carmen Lara, Petronila Angélica Gómez, Livia Veloz y Amada Nivar de Pittaluga, entre otras, se cuentan entre las principales plumas. Unas se quedarían en estampas ligeras y versos de amanerado sentimentalismo, otras se convertirían en prosistas, poetas y artistas que, respetando su propia visión (visión incipiente), en búsqueda de su propia voz y de su lugar en el mundo, enriquecieron el acervo cultural del país. Para apreciar esto es obligatorio estudiarlas y comprenderlas en el contexto. La injusticia que arropaba su género ya perdía el característico ropaje de naturalidad. Estas mujeres querían compartir la nue Delia Weber, en la introducción al libro Contribución para la Historia del Feminismo Dominicano, de Petronila Angélica Gómez. Pp. XI y XII.

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va mirada que sobre la mujer se iba conformando. Su lento, y ya indetenible, autodescubrimiento. En el número del 15 de julio de 192510 la revista exhibía cómo se había reforzado su perspectiva en cuanto a comprensión de las capacidades intelectuales de la mujer; a quien ve parte de “la salud moral” de la sociedad. Se inclinan por un “feminismo reposado”, pero feminismo a fin de cuentas, y destacan su aporte al desarrollo literario y a la expresión pública de las dominicanas: “Hasta el año 1922 el movimiento literario nacional se encontraba casi exclusivamente en el desenvolvimiento de las ideas masculinas; pero a partir de esa fecha, en que surge a la vida la revista Fémina, al calor de los grandes ideales de progreso y civilización que sustenta, son muchas las mujeres que alentadas por el soplo vivificante de la idea, acuden sin timidez, a vaciar sus motivos en los distintos órganos de la prensa, dejando oír ya su arpegio sonoro, ya la expresión quejumbrosa de la pena o la opinión lógica que se desprende de la conciencia para agitar las fibras sociales, al toque de la razón y ante la vista de los errores que puedan llegar a enturbiar el ambiente del hogar. A la obra de regeneración social tienen derecho los dos sexos. ¡Benditas las mujeres que llegan a vislumbrar en su vida horizontes más amplios que aquellos que en el hogar, en su estrecho círculo les circunscribe! La evolución literaria femenina que viene verificándose en el país desde la aparición de la revista Fémina a esta fecha, pone de manifiesto que la mujer dominicana es capaz de ascender a un plano de progreso intelectual muy elevado y que ensanchándose los límites de sus ideales, la obra de reconstrucción moral puesta en sus Revista Fémina, San Pedro de Macorís. 15 de julio de 1925. Pp. 27-28.

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manos y practicada por ella, puede producir los hermosos frutos de salud moral, de que tanto necesita la presente generación en los momentos actuales. ¡Bendito el feminismo sano y reposado, que labora por el bienestar de su sexo, de su patria y de su raza! El progreso de una es inspiración para otras. Entre ellas se ofrecen estímulos valiosos. Como muestra, en Fémina del 31 de agosto de 1924 se resalta la graduación de Gladys E. de los Santos en Cirugía Dental y, a propósito de ello, se escribe sobre lo mucho que significa para las dominicanas acceder a puestos públicos en los que puedan ofrecer un servicio al país, en momentos en que la nación empieza a recuperarse de los ocho años de ocupación norteamericana. Gladys de los Santos, siete años después, sería una de las más activas dirigentes de la Acción Feminista Dominica. Desde París, para poner otro ejemplo, la Dra. Evangelina Rodríguez le escribe a la directora de Fémina una larga misiva en la que apoya sus proyectos y la insta a mantener una actitud y voluntad inquebrantables frente a los embates del medio. Estas son algunas de las frases que le dirige: “Solo quiero que tenga más fe en la lucha y que no le tema al medio […]”. “Usted es optimista y a los optimistas nada le arredra […]”. “Acuérdese cómo yo me he levantado, y Macorís todo lo sabe, pues mi vida es un libro abierto cuyas páginas están a disposición del que quiera leerlas […]”11. Las siguientes frases contienen un consejo de la médica sobre la libertad de expresión, la vigencia del mismo es irrefutable: “Solo le aconsejo, mi buena amiga, que ya que se ha metido a periodista, no haga de su pluma un abanico, sino un fuste o un puñal cuando lo requiera el caso, pues sepa que el que se ha sentido fustigado, si tiene rabia en el alma, no la deja pasar a la boca”. Revista Fémina, No. 66. San Pedro de Macorís, 30 de abril de 1925. Pp. 6-8.

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El retorno al país de Celeste Woss y Gil, 1924, y de Abigaíl Mejía, 1926, sería decisivo para el curso que tomarían la actividad cultural y las ideas feministas en el país. También regresa por esos años la Dra. Evangelina Rodríguez, después de cursar estudios especializados de Medicina en París. (Esta brillante mujer escribió cuentos, poemas y Granos de polen, un texto singular en las letras dominicanas, que aún espera por un estudio serio.

Lazos y relaciones con el feminismo internacional Fémina estableció estrechos vínculos con las entidades feministas de la región y no es ocioso afirmar que se constituyó en canal a través del cual muchas dominicanas participaron del movimiento sufragista, perdiendo el temor a reclamar el derecho al voto, que a ojos de distintos sectores parecía una temeridad. En 1925 se formó el Comité Central Feminista Dominicano de la Liga Internacional de Mujeres Iberoamericanas. Petronila Angélica Gómez presidió este comité dominicano y Orfelina Vicens firmó como Secretaria General de la Liga en República Dominicana. Eran socios de honor y escribieron cartas a la directora de Fémina para aceptar tal designación: Francisco J. Peynado, Enrique Deschamps, F. E. Moscoso Puello y Trina Moya de Vásquez. Antes del nacimiento de la Acción Feminista Dominicana (1931), en el segundo lustro de la década del 20, desde Fémina, se llevó a cabo una casi frenética actividad de comunicación con los movimientos feministas de América. Cuando se formó la Acción Feminista Dominicana, prohijada por el Club Nosotras, la revista jugó un extraordinario papel en su provincia, involucrada de lleno en los proyectos y acciones de la naciente organización.

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Petronila Angélica Gómez: unas cartas a Rafael Vidal Nada sería igual, una vez se instaló la dictadura trujillista; esta dividió el feminismo dominicano en un antes y un después. La Acción Feminista, luego de relucir como generadora de un cambio histórico, focalizado en las mujeres, con todo el sentido transgresor que esto supone, se convirtió en la rama femenina del ultraconservador Partido Dominicano. Las explicaciones de este fenómeno pueden ser múltiples y contrastantes las motivaciones de sus líderes. Habría que considerar: el agradecimiento al apoyo y promesas de derecho que les diera tempranamente Trujillo, cuando las feministas estaban siendo objeto de despiadados ataques; la seducción política que pudo ejercer este hombre, que decía encarnar el orden y la estabilidad; la presencia de trujillistas en las filas de la AFD; la escasa experiencia política de las principales líderes. Tal vez, en un enfoque más general, habría que hurgar en el sustrato de autoritarismo presente en la cultura dominicana, el cual es inseparable del paternalismo y la rendición. En el caso de la revista Fémina, la docilidad parece unida a la estrechez de medios. La revista que había nacido y ganado prestigio en un San Pedro de Macorís floreciente, en 1931 era objeto de ahogo económico, se hallaba casi en la total inopia. Petronila Angélica, la infatigable luchadora, la mujer emprendedora y pionera del feminismo, en un estado de desesperación, soledad y tristeza llegó a esgrimir palabras de autohumillación, casi inconcebibles, en las cartas12 que se reproducen a continuación, dirigidas a Rafael Vidal, figura clave del gobierno trujillista. Estas misivas desnudan la situación calamitosa en que se hallaba la maestra y su proyecto, pero también hacen pensar en los vericuetos psíquicos y sociales por los que se deslizaba la sombra del autoritarismo y, al mismo tiempo, AGN, Sec. Presidencia, R. Vidal, particulares. 1000-1436. Folders 10001100. Facilitados por el historiador Orlando Inoa.

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llevaba a recordar el consejo que la Dra. Evangelina Rodríguez le ofreciera a la directora de Fémina en torno al compromiso que comporta el ejercicio del periodismo. San Pedro de Macorís, 22 de Julio de 1931. Señor Don. Rafael Vidal Secretario de Estado de la Presidencia Santo Domingo, R. D. Estimado amigo: Siento la inspiración hoy, de hablar a usted casi confidencialmente, siempre que usted me lo permita: Recordará usted la edición de Fémina del mes de agosto del año pasado, dedicada muy merecidamente al Presidente Trujillo, y de la cual tuve el placer de hacer distribuir 54 ejemplares entre los allegados del Sr. Trujillo. Bien; después de esa edición, los recursos económicos se me escasean tanto, que no había podido volver a sacarla hasta ahora este número, del cual tuve el gusto de enviarle por correo un ejemplar. Tratando de sostenerla, tengo que realizar grandes esfuerzos y sacrificios, para los cuales, mi condición de huérfana, soltera, sin ayuda de ninguna especie, no me da facilidades, actualmente, para conjurarlos. La cuestión es que yo he podido conocer por E. Rodríguez y otras personas, que a usted le place emplear su nobleza de alma en ciertos casos aflictivos, cuando les son comunicados a usted con solicitud de remedio. Mi miseria es tanta que no sé si pueda seguir sacando la revista. No he podido comprar materiales para reponer los ya muy gastados de mi imprentita, la cual temo que de momento me la embarguen por los muchos compromisos que tengo y muchos alquileres de casa, casi un año que debo como podría informar muy bien Casimira Heureaux. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Quiero recurrir a su noble corazón para que me favorezca con una ayuda económica, que yo rogaré a Dios que lo ayude a usted siempre. Mientras le saludo muy cordialmente, Petronila Angélica Gómez La respuesta del alto funcionario no se hace esperar: Santo Domingo, R.D. Julio 23, de 1931 Señorita Petronila Angélica Gómez San Pedro de Macorís Estimada amiga: Complacido doy contestación a la estimada carta de Ud. De fecha 22 del cursante mes, de la que he tomado nota. Bien impuesto de lo que me expresa en su carta a la que hago referencia, desearía que Ud. me señalara con cuánto podría remediar su situación a fin de ver cómo la puedo ayudar, y mientras, quedo de Ud. Su seguro servidor y amigo, Rafael Vidal. Una semana después la directora de la revista Fémina escribió una epístola que, además de mostrar su estado de abatimiento, contiene unas líneas que se prestan a una interpretación inquietante. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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San Pedro de Macorís, 2 agosto de 1931. Señor Don. Rafael Vidal Secretario de Estado de la Presidencia Santo Domingo R.D. Estimado señor amigo: En mi poder, su muy atenta carta de fecha 23 del mes pasado, a la cual no me había referido antes, por encontrarme ausente en la Capital, en gestiones de anuncios para la edición que celebrará el noveno aniversario de mi hija predilecta, Fémina. Dichas gestiones me fueron infructuosas, pues sólo conseguí ¼ de página en anuncios, y después de diez días de inútiles esfuerzos, regresé triste y abatida. Pero al encontrar su muy amable carta-contestación, el abatimiento ha desaparecido, pues ella me ha llenado de grandes esperanzas. Bien, ahora le diré: debo nueve meses de alquiler de casa a $15 mensual. $17, de comida en el colmado Figueroa. $20 con ocho meses de rédito al Sr. Eugenito Evertz. Quisiera comprar unos tipos usados que me ofrece Gimbernard, a $35 quintal, para reponer mi gastada imprentita. Son estos mis apuros de más urgencia, y que me tienen sumamente preocupada. Ahora; como yo sé, amigo Vidal, que la situación económica no está buena, dejo a su buena voluntad la ayuda espontánea que le sea posible dentro de mis necesidades, pues considere usted lo bien que me vendrá. Amigo Sr. Vidal: en estos momentos (las 11 a.m.) suenan las detonaciones de los montantes, en el Comité que se instala para recibir al presidente Trujillo. Aquí las mujeres no nos quedaremos atrás, pues ya estamos combinando nuestra parte de fiesta. Supongo ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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que Ud., como es natural, vendrá en el séquito. Para usted también tendremos flores, versos, música, lunchs y buenas mozas muchachas, pues el amigo Opinio Álvarez Mainardi (que es muy jablador) me dijo que a usted le gustan mucho las muchachas. Pero con prángana no podré fiestar, amigo Vidal. Así espero que usted me favorezca con esos cuartitos, a fin de yo quitarme de encima la amenaza de embargo, que tengo, y apartar mi contribución para la fiesta en honor a ustedes. Le quedaré muy agradecida por todo lo que usted haga en mi favor. Espero me envíe su clisé y datos de referencia, para publicarlo en este número del aniversario de Fémina. Su amiga y servidora leal, Petronila Angélica Gómez Por la siguiente carta, manuscrita, de solo un mes más tarde, podemos colegir que para la directora de Fémina las cosas siguieron empeorando. Está redactada de manera seca, exhuma cierta indignación, amén de un matiz lastimoso. Ni siquiera pone el cargo del funcionario. Parecería que la esquela anterior no surtió el efecto esperado. O a lo mejor desagradó al hombre. ¿Qué pasaría para que la maestra periodista cambiara de tono y se lanzara a reclamar lo que en justicia le correspondía por sus servicios en la educación pública? Capital, Septiembre 22 1931 Sr Dn Rafael Vidal Ciudad Estimado amigo: La presente es para suplicarle me conceda mis cheques de sueldos de los meses de Junio, Julio y Agosto del presente ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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año, como Directora de la Escuela N.º. 18 de San Pedro de Macorís. Es éste el tercer viaje que hago a esta Capital para esas gestiones, con deseo y necesidad de hablar con Ud, pero como no me es fácil subir, le escribo. De mis grandes necesidades no quiero hablarle, pues ya se las tengo expresadas en mi carta que contesta la suya de fecha 23 de Julio ppdo. Por la Virgen, hágame ese bien antes de irme el viernes de esta semana, a fin de yo no perder mi último viaje, y remediarme un poco. Y le quedará agradecida, su amiga y servidora. Petronila Angélica Gómez (No se puede perder de vista que todo esto está sucediendo precisamente en los meses en los que la Acción Feminista Dominicana, recién formada, desarrollaba una actividad casi frenética en distintos frentes para organizar a las dominicanas. Es el tiempo de auge de las ideas feministas. Parecería que el ascenso del grupo de la capital, liderado por Abigaíl Mejía, mejor posicionadas en cuanto a intelecto y estatus, fue parejo al relativo declive del grupo de San Pedro). Con todo, la revista Fémina y su fundadora hicieron contribuciones que nadie les puede escamotear, al forjar y ofrecer un espacio donde muchas mujeres pudieron expresar sus ideas y creaciones. El tesón y laboriosidad de su directora no dejan lugar a dudas respecto al carácter y visión de esta maestra. Los otros dos componentes que se estructuran y marcan el periodo surgen en Santo Domingo y son el Club Nosotras y la Acción Feminista Dominicana. Los años 1927-1932 son los más interesantes. De alguna manera, estas tres entidades forman los vértices de un triángulo que acapara la atención. Imposible no relacionarlas. De todas, la AFD, en sus inicios muestra un ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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empuje sorprendente, ideas de rupturas respecto a la ideología reinante, respecto a la naturaleza y al rol de la mujer. Las que la forman se lanzan al ruedo público, se arriesgan a rebatir a sus oponentes y a plantar frente a todos ideas y exigencias de cambios. Pero este empuje, por desgracia, duró poco.

3. antecedentes y auge del club nosotras. figuras relevantes del mismo La relevancia del Club Nosotras en Santo Domingo puede vislumbrarse en la siguiente noticia aparecida en la revista Bahoruco, del año 1931: “El Club Nosotras, el único centro cultural de importancia13 con que contamos en esta capital, ha elegido su nueva directiva….”14 Las mujeres que lo componen tienen peso en la sociedad, trabajan en conjunto y en forma organizada y reflexiva. ¿Quiénes eran ellas? Escritoras, poetas, maestras, artistas y profesionales; la vanguardia intelectual femenina de la época: Abigaíl Mejía, Mercedes Laura Aguiar, Flérida de Nolasco, María Patín Pichardo, Gladys de los Santos, Silverita Rodríguez, Josefina Mejía de Blanco Fombona, Patria Mella, entre otras. Mercedes Laura Aguiar, una de las “hijas espirituales” de la fundadora del Instituto de Señoritas, es una de las protagonistas del proceso. Sus inicios en estas lides remiten a Salomé Ureña y a Eugenio María de Hostos. La encontramos en la resistencia cívica a la ocupación norteamericana, en la dirección del Club Nosotras y en todos los trabajos de la Acción Feminista Dominicana. Personas como ella permiten seguir el hilo de las luchas y los cambios que atañen a las dominicanas desde finales del siglo XIX hasta los años veinte y treinta del XX. Posibilitan ver cómo los puntos de inflexión están unidos por una serie de Subrayado de la autora. Revista Bahoruco. Santo Domingo. 25 de julio de 1931. P. 22.

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eslabones. Feminismo humanístico y político, magisterio, creación literaria y artística, preocupaciones sociales, interés por el destino de la nación… Y en todo, como en una esfera dotada de vida: las palpitaciones del dolor, la inconformidad, la justicia intuida, el valor, la afirmación… Las ideas feministas prenden en las mujeres, y estas no hacen más que pensar cómo lograr sus derechos, cómo reforzar la nación, cómo subsanar pobreza y enderezar leyes, cómo incluirse y ser incluidas. Ello implica renacer de sí mismas, en virtud de la acción, la cultura, la enseñanza. Entregan cuanto pueden y saben que sin más libertad el pensar, el ser, el expresarse seguirán topándose con un muro invisible para muchos. El momento luce propicio. El entusiasmo impregna los ánimos, pero los sinsabores vendrán en cadena. Difícil será prevenir los golpes y menos aún vislumbrar los efectos.

Abigaíl Mejía Siguiendo el desarrollo de los acontecimientos que tocan de lleno el destino de las dominicanas, desde la fundación de la República hasta mediados del siglo XX, puede afirmarse que la ruta de cambio, por lo menos en su forma más visible, fue delineada por las maestras, en primer lugar, y por dominicanas que vivieron y estudiaron en el extranjero y regresaron dispuestas a trabajar por sus congéneres y el país. (A ellas se unieron las profesionales que fueron formándose en número creciente). Esto se observa con claridad en los años veinte. Las escritoras y artistas que llegaron del extranjero y las maestras formadas en la escuela de Salomé Ureña y Eugenio María de Hostos convergieron en un mismo proyecto. Enseñar fue una actividad común entre la mayoría de figuras notables del Club Nosotras y de la Acción Feminista Dominicana. Este espíritu de sembradoras se expresó luego en la promoción y fundación de escuelas nocturnas para obreras, una de las tareas prioritarias del plan de la AFD. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Abigaíl Mejía fue la intelectual más conspicua de Santo Domingo en los años veinte y treinta del siglo pasado. Para ubicarnos en la época, notemos que antes de 1920 solo unas siete dominicanas habían publicado libros (Salomé Ureña, 1880; Josefa Perdomo, 1885; Amelia Francasci, 1893, 1901, 1902; Virginia Elena Ortea, 1897, 1901; Francisca Vallejo de García, 1905, Jesusa Alfau, 1912 y Evangelina Rodríguez, 1915), la mayoría de ellas alrededor del año 1900. De este grupo, la Dra. Evangelina Rodríguez es un caso especial por su formación científica y su peculiar escritura. Cuando Abigaíl Mejía regresó a Santo Domingo era una mujer de 31 años, llena de energía, cargada de proyectos, con experiencia intelectual y años de vivencias en ciudades de envidiable vida cultural, como Barcelona. Publicó en España los libros: Por entre frivolidades, 1922; Sueña Pilarín, 1925 y Brotes de la raza, 1926. (En 1929, tres años después de establecerse en Santo Domingo, en Barcelona, sería publicada su Historia de la Literatura Castellana). Colaboraba con el Listín Diario, La Opinión y Cuna de América. También publicaba artículos en medios españoles. De modo que arribó a su patria portando bagaje intelectual, relaciones e ideas para distintos proyectos. Tenía sobradas razones para sentirse segura y animada. No perdió tiempo, tan pronto se estableció en Santo Domingo dio inicio a sus dos campañas, la feminista y la cultural; ambas procedían de una misma pasión y se fundieron en un sueño cuyo signo era la libertad espiritual y social. Durante los 16 años transcurridos entre su llegada, 1925, y su muerte, en 1941 (a los 46 años de edad), la escritora se enfocó en la causa feminista y en la creación de un museo para el país. La cultura es libertad, la libertad estimula e inspira la cultura, pudo ser su lema. Su labor fue intensa e incesante. Podría decirse que se consumió en ellas. Veamos algunos datos. El 30 de noviembre de 1926, el Listín Diario, editorializó sobre su propuesta de un museo y la campaña que para esto llevaba a cabo: ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Venimos siguiendo paso a paso la cívica labor que se ha impuesto nuestra distinguida amiga y colaboradora señorita Abigaíl Mejía, escritora de fuste y novelista […], a favor del establecimiento del Museo Nacional, y, convencidos de que se trata de un empeño altamente patriótico, deseamos arrimar también el hombro a la noble empresa […]. Tenemos a la vista todo el trabajo realizado y coleccionado por la señorita Mejía y que ésta presentó a la Secretaría de Estado de Justicia e Instrucción Pública en los días en que estaba al frente de ese Departamento el Lic. Estrella Ureña. Es un trabajo completo en el cual se establecen las necesarias comparaciones con cuanto la autora ha visto con sus ojos en París y en varias importantes ciudades españolas […]. Y cierra en buena labor con el “Plan que debe seguirse” y que nosotros rememoramos para fines de útil propaganda. [Cita del plan de Abigaíl]: Abarcando todo cuanto constituye nuestra vida nacional, ya que de nada tenemos mucho, sino de todo un poco, en estas salas o secciones debiera concentrarse nuestro museo: 1º Sala de la Prehistoria y los Aborígenes; 2º De la Colonización. Recuerdos de la Conquista y Arqueología de la Época Colonial. 3º Sala de los padres de la Patria. 4º Arte Moderno. Pinturas y esculturas dominicanas. 5º Colección de Historia Natural. Flora y Fauna del País. 6º Biblioteca Nacional. Y planea seguidamente la formación de las distintas salas15. Paralelamente, la infatigable mujer de letras, se hace notar por sus ideas feministas, las que expone sin ambages ni barnices. Petronila Angélica Gómez cuenta: Listín Diario, 38 (11,371): 1, miércoles, 3 de noviembre, 1926, contenido en Abigaíl Mejía. Obras Escogidas, Tomo I. Comps: Arístides Incháustegui y Blanca Delgado Malagón. Santo Domingo: Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos. 1995. Pp. 521-522.

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A mediados del año 1925 regresó al país, procedente de España, donde hacía algunos años residía la señorita Abigaíl Mejía Soliere, y trayendo, con su ya consagrada fama intelectual las corrientes de la nueva doctrina emancipadora, dictó su primera conferencia en la Casa de España de la capital de Santo Domingo, sobre el tema “EL FEMINISMO EN ESPAÑA Y OTROS PAÍSES”. Esta conferencia despertó en nosotras gran interés, por lo que inmediatamente escribimos a la Srta. Mejía proponiéndole dictar la misma en San Pedro de Macorís, nuestra residencia, invitándola, también tomar a su cargo la reanudación del Comité Feminista fundado en Mayo de 1925, cuyas labores permanecían en estado latente, esperando una ocasión propicia para resurgir. La prestante intelectual nos contestó aceptando amablemente y el día 19 de febrero de 1926 dictó su gran Conferencia sobre el mismo tema en el Centro Español […]. Dice Petronila Angélica Gómez que Abigaíl le dijo: “Comenzaré a laborar en este sentido dentro de un feminismo sano y reposado, pues no me parece que nuestra mujer está aún en capacidad de responder a más”. Siguió contando la directora de Fémina que “tras nuevas convocatorias fundó Abigaíl Mejía la sociedad femenina denominada “CLUB NOSOTRAS”, la cual: desarrolló una intensa labor cultural muy meritoria. Pero encontrando el ambiente reacio para el feminismo ya que entre sus socias temían recitar el Soneto en que estaba la palabra ciudadana, la fundadora del Club Nosotras tuvo que limitarse a una labor estrictamente literaria. Aunque esparciendo esporádicamente el polen del feminismo.16

Petronila Angélica Gómez, Contribución para la historia. P. 53.

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Como veremos más adelante, Abigaíl esperaría con paciencia a que las acciones del Club ganaran prestigio y atrajeran a numerosos y reputados colaboradores, hombres y mujeres, antes de lanzarse a propósitos feministas con entera pasión y revolucionarias ideas respecto a los derechos de las dominicanas. Pero antes de continuar con esta historia, y para hacernos una idea de las capacidades que las mujeres estaban exhibiendo en ese tiempo, vale la pena acercarnos a otra figura importante de este movimiento, la artista Celeste Woss y Gil.

Celeste Woss y Gil: luz cenital De Celeste Woss y Gil (1890-1985), dice la escritora y crítica de arte Jeannette Miller, que surgió como artista en los años de 1920 y aportó al arte dominicano en dos renglones: creativo y docente. Con su obra contribuyó a crear las bases de un arte verdaderamente dominicano. La artista estudió pintura en París, Cuba y Nueva York. Regresó al país en 1924 a desplegar su arte y compartir lo aprendido. Dejemos que sea Jeannette Miller quien nos cuente: Celeste Woss construyó un moderno estudio con luz cenital y cristales de esmeril gastando dos mil pesos, cantidad que entonces se consideraba una fortuna. Para inaugurar su Estudio-Escuela en 1924, la pintora presentó una exposición de sus trabajos que resultó ser la primera muestra individual presentada por una mujer en República Dominicana. El Estudio-Escuela de Celeste Woss y Gil operó desde 1924 hasta 1928, y entre sus discípulas de entonces tuvo a: Amada Nivar (1898-1987), Mignon (Ninón) Coiscou (1904-1984), Ligia Ortiz (¿?-¿?), Delia Weber (1900-1982) y Virginia Dubreil (1892-1975), destacándose las dos últimas, ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Weber como escritora y Virginia Dubreil como profesora de pintura.17 (Delia Weber y Amada Nivar fueron de las principales voces del movimiento feminista). Jeannette Miller llama la atención sobre la audacia de la poco convencional Celeste Woss y Gil: Una característica sumamente importante de su docencia es que fue la primera en impartir el dibujo y la pintura del natural, es decir, con modelos desnudos, lo que provocó un revuelo en la sociedad de la época. Sin embargo, esta condición de su enseñanza acercó a los dominicanos a su realidad racial y comenzaron a pintar desnudos de mulatas y mulatos en un medio donde, antes que ella, la figura humana se había “blanqueado” tratando de que se pareciera a los modelos que venían de Europa.18

1931: un año espectacular para las dominicanas Todo indicaba que por fin fructificarían en el medio público las ideas sobre los derechos ciudadanos de la mujer, gestadas a lo largo de décadas. Estas ideas empezaron como reclamo y labor en la educación. Socorro del Rosario Sánchez y Salomé Ureña son los nombres que resaltan en el último cuarto del siglo XIX. Se expandieron a través de las maestras formadas en el Instituto de Señoritas al calor de la poeta en quien Eugenio María de Hostos encontraría confirmación y prueba del valor de su sistema educativo, y entraron en franco desarrollo Jeannette Miller, La mujer en el arte dominicano (1844-2000), (Santo Domingo: Impresión Amigo del Hogar. 2005), pp. 48-49. 18 Jeannette Miller, La mujer en el arte, p. 50. 17

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en los años veinte del siglo XX. Pero ese espacio de entusiasmo y esplendor también contenía una entonces insospechada decadencia. El Club Nosotras, sus integrantes, y sobre todo su mentora, se hallan en el centro de la resaltante franja de actividades y polémicas que tendrán lugar en el mencionado año. Del club, dice Rodríguez Demorizi que fue fundado “por la activa escritora Abigaíl Mejía” y que “estuvo instalado en los altos de la casa de la calle El Conde esq. 19 de marzo, frente a la casa Cerame y luego en los altos de la casa de la misma calle esq. Isabel la Católica, al lado de la casa de Borgellá, entonces Palacio del Senado, frente al parque Colón. Tuvo fecunda vida”19. Abigaíl Mejía fue su primera presidenta. Livia Veloz, en su libro sobre el feminismo dominicano, anotó que la entidad estaba formada “especialmente por damas intelectuales y artistas” y que en sus salones tenían lugar actos líricos, conferencias científicas, exposiciones pictóricas y recibimiento de personalidades que visitaban el país. “Por mucho tiempo fue el Club Nosotras el hogar de poetas, declamadoras, artistas del teclado y conferenciantes.”20 Pero hay antecedentes, muy poco conocidos, por cierto. Al fundar el Club Nosotras, sus promotoras estaban recogiendo una tradición y transformándola. Enrique Dechamps, en su libro La República Dominicana (1907), hace mención de cuatro clubes de damas que llevan a cabo actividades culturales en los primeros años del siglo XX. Entre estos, sobresale el de Puerto Plata: Puerto Plata es el centro de población dominicana en que están mejor organizadas en corporaciones útiles, todas las clases sociales. De ahí que sea verdadera Emilio Rodríguez Demorizi, Sociedades, cofradías, escuelas, gremios y otras corporaciones dominicanas (Santo Domingo: Editora Educativa. 1975), pp. 140-141. 20 Veloz, Livia, Historia del feminismo en la República Dominicana, (Santo Domingo: Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos. 1977), p. 14. 19

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mente notable la sociabilidad de todos sus elementos. Su “Club Recreativo de Damas” ha prestado a la cultura femenil dominicana un servicio eminentísimo, pues a su saludable ejemplo han ido constituyéndose asociaciones análogas en la mayoría de las poblaciones de alguna importancia del país. Esa noble institución puertoplateña fue creada por la virtuosa y distinguida señorita Albertina Poloney, y ha sido vigorosamente sostenida por todo el bello sexo de la alta sociedad local.21 Sobre el Club de Damas de Santiago, dice el mismo autor, que es una “simpática agrupación de señoras y señoritas de la alta sociedad santiaguera, creada hace algunos años a iniciativa de la honorable Sra. D. Trina Moya de Vásquez y secundada por el entusiasta y culto bello sexo de Santiago […]”.22 En Santo Domingo destaca la existencia de tres instituciones de recreo, “solo para elementos de la primera sociedad”, Son éstas el “Club la Unión”, el “Casino de la Juventud” y el “Club de Damas”. “Los tres son centros de reunión de la alta sociedad local; todos poseen biblioteca, salones de juegos lícitos y diversiones apropiadas.”23 En el libro citado se dice: “Es notable la cultura social de los habitantes de Jarabacoa. Dígalo si no la circunstancia de existir allí hasta un Club de Damas que organiza veladas y otros espectáculos y que labora por el adelanto de la localidad.”24 Estas informaciones nos están indicando que las mujeres desarrollaban una cierta actividad cultural, de la que parecen excluidas las mujeres pobres, lo más probable es que estas últimas fueran casi en su totalidad analfabetas. Ignoramos si las Enrique Deschamps, La República Dominicana, (Barcelona: Gráficas M. Pareja. 1907), pp. 238-239. 22 Enrique Deschamps, La República. P. 268. 23 Enrique Deschamps, La República. P. 107. 24 Enrique Deschamps, La República. P. 311. 21

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maestras, el grupo de vanguardia del desarrollo de las mujeres por entonces, formaran parte de esas entidades en la capital, pero podría colegirse que sí. En Puerto Plata, por ejemplo, las hermanas Antera y Mercedes Mota, quienes en lo económico no pertenecían a la alta sociedad, eran figuras sobresalientes por entonces, tanto en la vida cultural como en el magisterio. Mercedes Mota fue una de nuestras primeras prosistas y llegó a ser “presidente y secretaria del Club de Damas de Puerto Plata.”25 Según reseña Julio Jaime Julia, Antera se formó con la maestra Demetria Betances, hermana del prócer puertorriqueño Dr. Ramón Emeterio Betances, junto a quien se inició en el magisterio. De Antera, fallecida en 1916 a la edad de 45 años, dijo su hermana Mercedes que era “hija de su propio esfuerzo”, y madre triple: de hermanos huérfanos como ella misma; madre de sus propios hijos, y de su discipulado. Destaca que “preparó de seis a siete grupos de maestras normales y creó la cultura femenina en nuestra comunidad.”26 Mercedes era nueve años más joven que Antera. Entre sus haberes está el haber empezado su labor de maestra a los 14 años. Es una de nuestras primeras ensayistas. Enrique Deschamps, en el libro ya mencionado, publicado en 1907, en una suerte de antología de los intelectuales relevantes, incluye el texto “Breves noticias acerca de la evolución intelectual de la mujer en Santo Domingo”, sucinto y lúcido escrito, el cual había presentado Mercedes en 1901, cuando contaba con 21 años, “ante el Consejo Internacional de Mujeres Feministas.”27 Líneas valiosas que ponen de relieve los progresos que ya iban evidenciando las dominicanas. En especial, llama la atención en el mismo la alusión al número de mujeres profesionales. Poca gente tiene idea de que esto ya estaba ocurriendo despuntando el siglo XX. Julio Jaime Julia, Haz de luces, (Santo Domingo: Colección Hermanas Mirabal, CIPAF. RD. 1990), P. 87. 26 Julio Jaime Julia, Haz de luces, P. 83. 27 Julio Jaime Julia, Haz de luces, P. 88. 25

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El Club Nosotras: ¿la principal institución cultural en Santo Domingo? El 25 de julio, a propósito de la constitución de otra entidad, en la revista Bahoruco se dice lo siguiente: “[…] Por ahora sólo contamos con otra asociación de fines culturales: el benemérito Club Nosotras, que es de índole exclusivamente femenina.”28 Diferentes reseñas ilustran sobre las actividades que se llevaban a cabo en los salones del Club, lo que da una idea del significado del mismo en la comunidad cultural e intelectual: “En el prestigioso centro feminista Club Nosotras disertó el poeta y periodista don Osvaldo Bazil sobre la influencia de Martí sobre Rubén Darío. Fue calurosamente aplaudido.” 29 “Andrejulio Aybar en el Club Nosotras. Andrejulio Aybar, el poeta de elegantes decires recitará sus versos en uno de los próximos viernes literarios del Club Nosotras. “Pero como Andrejulio no es solo un buen poeta sino también un músico exquisito, se tocarán al propio tiempo sus obras musicales que mayor éxito han tenido.” 30 “Se dice que el Club Nosotras reanudará sus viernes literarios.”31 En ocasión de la visita que haría al país Gabriela Mistral, el periódico La Opinión señalaba: La ilustre escritora debe ser invitada a visitar esta ciudad, pero la invitación no debe partir del Ayuntamiento, sino de las asociaciones culturales, por “Se constituirá una Sociedad cultural”, Bahoruco, No. 50, 25 de julio de 1931, p. 9. (Aparentemente alude a la sociedad Acción Cultural. Véase: “Semana Social” en Bahoruco, No. 60, 3 de octubre de 1931, p. 8: “La sociedad Acción Cultural que preside nuestro estimado colaborador el Lic. M. A. Peña Batlle, se ha instalado en la casa No. 3 de la calle Las Mercedes”). 29 “Semana Social”, Bahoruco, 1931, P. 19. 30 Bahoruco, No. 71, del 19 de diciembre de 1931. P. 3. 31 “Semana Social” en Bahoruco, No. 63, 24 de octubre de 1931. P. 22. 28

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ejemplo, “Club Nosotras”, “Atenea”, “Asociación de Estudiantes Universitarios” y pueden prestar su cooperación los centros recreativos, tales como el Club “Unión”, Casa de España, El Casino de la Juventud, el Centro de Dependientes, etc.32 Federico Henríquez y Carvajal, un intelectual solidario y colaborador como pocos con la causa de los derechos de la mujer, tal lo demuestran su amistad y colaboración con Salomé Ureña, su apoyo a la revista Fémina y numerosos artículos sobre el tema, el 15 de abril de 1931 dirigió una carta a la “Señorita Presidente” del Club Nosotras, en la que proponía lo siguiente: Gabriela Mistral, mi dilecta amiga y amiga del pueblo dominicano, llegará en breve a Puerto Rico, invitada para discurrir en algunas conferencias. […] Nos cumple invitarla, y sugiero la participación directa de ese club de damas —pues se trata de una dama ilustre— en la acogida que se la dispense. Para ello se necesita subvenir a los gastos de viaje y estadía; y la directiva del Club Nosotras podría promover una suscripción entre veinticinco o treinta personas, seleccionada según sus haberes, para obtener de $250 a $300 para contribuir a satisfacer los gastos de viaje y estadía.33 Cartas parecidas envió al Club Unión y al Ayuntamiento. Este último respondió negativamente, a juzgar por el comentario del Listín Diario, que critica la resolución del Municipio e insta a que el Club Nosotras y el Club Unión se hagan responsables y cooperen con la iniciativa de Federico Henríquez y Carvajal. LA OPINIÓN, abril de 1931, en Gabriela Mistral en Santo Domingo. Comp. Julio Jaime Julia, Santo Domingo: CIPAF, 1989. P. 44. 33 Julio Jaime Julia, Gabriela Mistral en, p. 45. 32

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No creemos, por tanto, que el “Club Nosotras”, integrado por un grupo de mujeres que ha sabido levantar el nivel cultural femenino en nuestro país a una altura envidiable, titubee un solo momento al tratarse de esta iniciativa, y suponemos que ya a estas horas se estarán moviendo las socias de esa pujante colectividad, para responder, en la forma más satisfactoria, a la petición del solicitante.34 La respuesta del Club Nosotras aparece en el Listín Diario, 21 de abril de 1931, en epístola dirigida a Federico Henríquez y Carvajal, al que llaman “Maestro y Amigo”: “Es un orgullo y un deber para el Club “Nosotras”, responder, presuroso, a su llamada.”35 Firman Mercedes Laura Aguiar, presidente, y María Patín Pichardo, secretaria. Esta institución cultural jugó un rol principalísimo en la visita de Gabriela Mistral. Hecho que fue saludado por la prensa como un “éxito sensible” de las mujeres dominicanas. La disertación de la poeta en el Club Nosotras, el 18 de junio de 1931, “constituyó una magnífica fiesta del espíritu”, según destacó el Listín Diario36 del 19 de junio.37 El 15 de diciembre de 1931 arribó a Santo Domingo, procedente de Argentina, Pedro Henríquez Ureña, nombrado ese mismo año superintendente general de Enseñanza. Unas semanas más adelante, el 9 enero 1932, ofreció la conferencia “Música popular de América en las Antillas”, en los salones del Club Nosotras. Las mujeres no solo fueron sus anfitrionas sino también su público principal. La reseña del periódico La Opinión,38 aparecida dos días después, dice: Ídem. P. 45. Ídem. P. 51. 36 Listín Diario, 19 de junio de 1945; “Catorce años después”, en 1945, “Gabriela Mistral sería distinguida con el premio Nobel de literatura, siendo la primera latinoamericana que lo recibía.” 37 Julio Jaime Julia, Gabriela Mistral en, P. 102. 38 Orlando Inoa, Pedro Henríquez Ureña en Santo Domingo, (Santo Domingo: Comisión Permanente de la Feria del Libro. 2002), pp. 68-71. 34 35

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Fue (…) un juicio verdaderamente notable, perfectamente documentado, fruto de sus excepcionales facultades de investigador que lo colocan a la vanguardia de los hombres cultos de nuestra América, la acuciosa conferencia sobre Música Popular Antillana, con que para iniciar el nuevo año de cultura y de espiritualidad del Club Nosotras, nos regalara la palabra docta, penetrante con una sorprendente ecuanimidad en los más oscuros temas de la vida, del humanista que es Pedro Henríquez Ureña. Así fue como la intelectualidad capitaleña y, sobre todo, la gran mayoría de nuestras mujeres cultas, llenaron los salones de la vigorosa agrupación femenina la noche del sábado. Flérida de Nolasco hizo la presentación del disertante. De ella, se dice en la reseña, que es “de las sostenedoras por su talento artístico y por su cultura, del prestigio más que justificado, de Nosotras”. En la misma crónica de La Opinión se apunta que Pedro Henríquez Ureña, previo a la conferencia, dijo que era para él de gran emoción este momento en que por primera vez se dirigía, largamente, a un público dominicano, celebrando que fuera en Nosotras, cuyas actividades venían a confirmar una vieja tesis suya, sostenedora de que en la América Española es la mujer el principal factor de civilización y cultura. (Salomé Ureña debía estar sonriéndose en donde estuviera, tanto por las palabras de su bienamado hijo como por las mujeres presentes, entre las que se hallaban maestras que eran el fruto de la pionera institución que ella fundara). En el Club Nosotras, el 14 de octubre del año 1932, presentó Yoryi Morel su primera exposición individual de dibujos y ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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pinturas. Tomás Hernández Franco introdujo al joven artista. Al día siguiente a la apertura el periódico, en La Tribuna se señalaba que el Club Nosotras, institución anfitriona de la exposición de Yoryi Morel, era “tribuna para todas las ideas de libertad que acucian a la mujer dominicana en esta hora de inquieta evolución social”. El Club Nosotras llevó a cabo la práctica democrática de rotar las personas en los puestos directivos. En 1931, año en que nació la Acción Feminista Dominica, Celeste Woss y Gil, presidió el Club, lo cual se verifica en la fotografía suya aparecida en la revista Bahoruco39 del 19 de diciembre de 1931.

IV. La acción feminista dominicana, hija del club nosotras El 1931 fue un año agitado para las integrantes del Club Nosotras. Ignoramos si la idea de dar un paso más adelante estuvo relacionada con la visita de la poeta chilena o anidó mucho antes en sus líderes; lo segundo es lo más probable, lo primero pudo crear cierta euforia favorable. Coincidió que al mismo tiempo en que se hacían los preparativos para recibir a la huésped distinguida, tuvo lugar un hecho fundamental en el Club: la formación de la Acción Feminista Dominicana. A este momento y a las repercusiones de este acto volveremos en breve ya que constituyó una verdadera explosión de energía, que alcanzó e involucró a mujeres de casi todo el territorio nacional. Antes, reseñemos otras informaciones sobre las actividades de la institución cultural y su vínculo con la entidad que reclamó sin ambages, y con un aplomo no exento de audacia, derechos para las dominicanas. El Club y la Acción Feminista Dominicana trabajaron por largos años, pero la AFD no contó con la recepción que tuvo el Club. La AFD despertó hostilidad insospechada por sus promotoras, Revista Bahoruco, No. 71, 19 de diciembre de 1931.

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los ataques primeros las tomaron de sorpresa. Por otro lado, el ambiente político se volvió críticamente adverso para el desarrollo continuo de las ideas y la autonomía del pensamiento de las dominicanas, que podrían haber sido propiciados por la creación de la entidad feminista, su manifiesto y su ideario. En este contexto, las inteligentes mujeres de las dos entidades tomaron como una panacea el espaldarazo que le diera el presidente Trujillo a sus aspiraciones de derechos ciudadanos, tal vez vulneradas por las despiadadas críticas recibidas, tal vez dominadas por las que simpatizaban con el gobierno autoritario, tal vez presa del desconcierto, tal vez se manifestó algo menos narrable, algún sustrato cultural o síquico engendrador de temores que llevaron a tomar tramposos atajos. También hay que considerar el factor de clase. Las líderes feministas no pertenecían a esos estratos sociales “que no tienen nada que perder”. El hecho es que, una vez más, el poder sedujo a la libertad, la comprimió. La Acción Feminista Dominicana nació con pasión, empleando un lenguaje libertario como nunca se había visto en el país. Nació con principios, con plan, estructura y una pléyade de las más brillantes mujeres de Santo Domingo, de provincias y municipios, dispuestas a poner sus talentos y su tiempo para la causa de la emancipación económica de las mujeres y la afirmación de una personalidad propia. “Allí, en los salones del Club Nosotras, se le dio vida a la idea y se proclamó con orgullo y decisión el nacimiento de la ACCIÓN FEMINISTA DOMINICANA, dando cuenta, al mismo tiempo, de los fines que perseguía y de la fe que reinaba en el ánimo de sus fundadoras”40, cuenta Livia Veloz. Pero no todo fue embates contra las feministas, ellas también concitaron simpatía y, sobre todo, optimismo por los posibles cambios. Habían cosechado afición y respeto en el Club Nosotras y representaban algo nuevo expresado con un nuevo discurso. Veloz Livia, Historia del feminismo, P. 15.

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Un filón de renovación. “Campañas reivindicadoras”. Diferentes reseñas y opiniones en los medios de comunicación dan cuenta de las buenas acogidas. El Listín Diario del 15 de mayo de 1931 incluye el siguiente titular: “El Movimiento Feminista Recibió ya Su Primer Empuje”, en el cual se expresa lo siguiente: La primera etapa de la organización social de la mujer dominicana ha sido ya marcada: etapa inolvidable, etapa que lleva en sí todos los optimismos de las grandes campañas reivindicadoras. Anoche, en el local del Club Nosotras, dieron cuerpo y representación al Movimiento Feminista Dominicano un numeroso grupo de mujeres, que bien merecen ser llamadas valientes precursoras de este movimiento de justicia social. La Dra. Gladis de los Santos, una de las luchadoras más esforzadas del movimiento feminista, dio comienzo al acto leyendo un hermoso discurso, en el cual hacía una llamada a la mujer dominicana y hacía ver la necesidad de la organización social de la mujer. Le siguió en turno a la Dra. de los Santos, quien fue vivamente aplaudida por la selecta concurrencia, la Profesora María Patín Pichardo, leyendo, con voz claro y convincente el mensaje que dirige a la mujer dominicana desde la dulce paz del hogar, la atildada escritora Profesora Abigaíl Mejía de Fernández. Acto seguido se procedió a la elección de la Junta Superior Directiva que dirigirá provisionalmente el movimiento feminista nacional. A unanimidad fue aclamada la siguiente Junta Directiva. Las elegidas para conducir la naciente entidad fueron: la Lic. Consuelo González Suero, como Directora General, la Prof. Abigaíl Mejía de Fernández como Sub Directora, la Dra. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Gladys de los Santos en calidad de Secretaria General y Celeste Woss y Gil como Tesorera. Para encabezar La Provincial por Santo Domingo fueron escogidas Isabel Vda. Pellerano y la Prof. Mercedes Laura Aguiar. Las juntas provinciales quedaron constituidas de la siguiente manera: Sec. Provincial por La Vega: Prof. María Patín Pichardo. Sec. Provincial por Puerto Plata: Prof. Mercedes Amiama B. Sec. Provincial por Moca: Floralba de Bencosme. Sec. Provincial por San Francisco de Macorís: Amada Nivar de Pittaluga. Sec. Provincial por Monte Cristo: Prof. Elpidia Gautier. Sec. Provincial por Samaná Carmen Rodríguez G. Sec. Provincial por San Pedro de Macorís: Milady Félix Miranda. Sec. Provincial por el Seybo: Enriqueta T. de Lamarche. Sec. Provincial por Azua: Ángela de los Santos. Sec. Provincial por Barahona: Prof. Patria Mella Delmonte. La revista Bahoruco, una semana después, trajo la siguiente nota, titulada “El feminismo dominicano”: Quienes primero han comenzado a agitar entre nosotros el programa feminista han sido damas pertenecientes a nuestra clase alta y a nuestra clase intelectual. Es el mismo fenómeno que se ha observad en otros países. Tenemos entendido que la campaña sistemática comenzó hace años nuestra distinguida colaboradora Abigaíl Mejía de Fernández. Hoy ya son muchas y muy distinguidas las personas que se han agrupado para luchar por los derechos femeninos. Las ideas feministas ya no tienen contradictores. Son tan justas que se han ganado la simpatía de todos. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Era tiempo de que se pasase de un plano de divulgación a un plano de realización. Es esa la labor que compete a la recién creada “Acción Feminista.”41 Esa aseveración de que el feminismo había ganado tal espacio que ya no había resistencia a su avance, sale a relucir una vez más en la misma revista, el 25 de julio del mismo año, a casi tres meses de la fundación de la Acción Feminista, a propósito de una disertación el Lic. Juan Tomás Mejía —hermano de Abigaíl— en el “simpático”42 Coliseo Rialto: El Lic. Mejía se dirigió a un público feminista y defendió los ideales del feminismo que ya no tienen contradictores de importancia en parte alguna del planeta. La causa femenina se ha impuesto al respeto de todos los públicos, en sus principios fundamentales. El Lic. Mejía cosechó muchos aplausos por su sensata conferencia.43 Las actividades en el Club Nosotras no pararon. Al parecer se volvieron más variadas y novedosas; en particular, en los meses comprendidos entre abril y julio de ese año. En este corto periodo encontramos noticias sobre los preparativos y la recepción de Gabriela Mistral (abril-junio), la realización de un concierto religioso (abril), una exposición de cuadros del pintor español Juan Aciago (abril), la formación de la AFD (mayo), un cambio de directiva en el Club Nosotras (julio), acciones para promocionar a la AFD en distintas provincias y numerosos artículos en la prensa en los que se resaltan la pertinencia y valor de la naciente organización. Revista Bahoruco, No. LXI, 23 de mayo de 1931. P. 7. Por cierto, el calificativo de “simpático” parecía emplearse con connotaciones algo distintas a las que usaríamos en estos días. En las reseñas de prensa, “simpático” es el Club Nosotras, “simpático” el Coliseo y “simpática” una damita. 43 Revista Bahoruco, 25 de julio de 1931. 41 42

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Para Abigaíl los ataques debieron ser descorazonadores por ser la teórica principal del movimiento y quien esgrimiera los argumentos más decididos a favor de la mujer. “La prosa de Mejía —dice Daysi Cocco de Filippis—, llena de citas, fechas, estadísticas, lógica, lisonja, rabia, emoción, presenta una verdadera tour de force en el arte de la persuasión.”44 A todo esto, como si fuera un hecho simbólico, la escritora que publicaría dos años más adelante su Ideario Feminista, alumbró a su único hijo por los mismos días en que se fundó la Acción Feminista. Unas breves líneas en la revista Bahoruco dan cuenta de ello: “Nuestra talentosa colaboradora, doña Abigaíl Mejía de Fernández, ha regresado a su hogar después de pasar unos días de reposo en la Clínica Elmúdesi donde dio a luz su primogénito.”45 En la misma página de Bahoruco se encuentra la siguiente información: Un grupo de nuestras damas ha resuelto fundar “La Acción Feminista Dominicana”, para lo cual han tenido un cambio de impresiones en el prestigioso Club Nosotras de esta ciudad. Las aguerridas mujeres —maestras, escritoras, artistas, profesionales de distintas ramas…— distribuían sus energías entre la AFD y el Club Nosotras, pues, aunque estaban empleadas de lleno en las actividades de afianzar y expandir la AFD, tampoco descuidaban las culturales. Unas y otras les son caras por igual. Una nota en Bahoruco, en fecha 18 de julio de 1931, informa: En la próxima semana se llevará a cabo en un teatro de esta ciudad la velada que viene preparando el Club

Daysi Cocco de Filippis, Madres, maestras y militantes, P. 127. Revista Bahoruco, No. XL, 16 de mayo de 1931. P. 22.

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Nosotras. Representarán la comedia “La señorita está loca” y habrá otros interesantes números.46 La vocación preponderante en la AFD es expandirse a todo el país. Y en consecuencia se actúa. A sus filas son atraídas mujeres de lugares diversos, como lo prueba la primera reunión a nivel nacional, celebrada el 23 de mayo de 1931, solo a nueve días de haberse constituido la AFD. En esta participaron alrededor de medio centenar de mujeres —Livia Veloz recuerda los nombres de 44 y pide excusas por no recordar los nombres de otras—, representando a la capital y Juntas de Azua, San Juan, San José de Ocoa, Las Matas, Salcedo, La Vega, San Pedro de Macorís, Santiago, La Romana, El Seybo, Espaillat, Puerto Plata y Montecristi. “En todas las provincias prendió el entusiasmo por la causa del feminismo.”47 Posiblemente ningún otro sector social había producido, en tan breve tiempo, un impacto de tal naturaleza en la sociedad, en cuanto a pujanza con la que surgió la organización y a las características de sus demandas. Y, posiblemente, constituya un modelo más que interesante para estudiar el impacto del gobierno dictatorial sobre un movimiento social. Bajo el influjo de la entonces reciente dictadura, el feminismo se desvió del curso que trajo desde finales del siglo XIX —aun fuese leve o acaso solo latente por periodos más o menos largos, no es imposible seguir su hilo desde la década de 1870—, perdiendo su autonomía; mellados sus filos. La Acción Feminista Dominicana debe su fuerte impulso inicial a variadas razones: a) es la culminación de una larga labor intelectual de sus propulsoras, influyente en los periódicos, revistas y a través del Club Nosotras; b) a ese momento, ya hay en el país un número considerable de mujeres profesionales; c) la notoria presencia de maestras con la autoridad moral que Revista Bahoruco, No. 50, 18 de julio de 1931. P. 14. Livia Veloz, Historia del feminismo, P. 16.

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personificaban (¿cuántos de los hombres con funciones públicas no habrían sido sus alumnos?; d) en América y Europa el sufragismo ya llevaba largo tiempo en acción; e) en sus principios, planes y tareas la AFD se muestra comprometida con la solución de viejos males que aquejaban a la sociedad dominicana, en particular el analfabetismo y los problemas que afectaban a la infancia. Se propusieron educar para la intervención de la mujer “en los problemas que afectan a nuestro pueblo”. Incluyendo entre sus principios hasta “persuadir a los dominicanos de que no deben vender sus tierras a extranjeros.”48 Sorprenden las rápidas realizaciones de la AFD en muy breve tiempo: • Evidencian una perspectiva amplia, trascendiendo los límites isleños. Su vocación es universalista. Envían mensajes a las mujeres de Haití, instándolas a formar una Acción Feminista Haitiana y a las mujeres de Puerto Rico. • Entablan contactos e intercambios con: La Liga para los derechos de la mujer y el niño (Buenos Aires), la Alianza uruguaya para el sufragio femenino, Alianza Nacional Feminista de Cuba, Consejo Nacional de Mujeres Francesas, Consejo Nacional de Mujeres Portuguesas, Consejo Nacional de Mujeres de Bélgica, Liga de Mujeres Ibéricas e Hispanoamericanas. • Producen un periódico, “A.F.D”, dirigido por Abigaíl Mejía, cuya salida es reseñada en los órganos de prensa nacional y hasta de provincias. (No se han podido localizar ejemplares. Se ignora cuántos números salieron). • Por concurso, ganado por la profesora Pilar Constanzo, adoptan un himno feminista. Música de Julio Dalmasí.49 • Forman escuelas y alfabetizan a mujeres empobrecidas.

Livia Veloz, Historia del feminismo, P. 16. Livia Veloz, Historia del feminismo, Pp. 19-21.

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En las provincias las señoras y jóvenes más distinguidas se suman al movimiento. Un telegrama del corresponsal del Listín Diario en Santiago reseña: “Por iniciativa de la Profesora Señorita Ercilia Pepín, con extraordinario entusiasmo y asistencia de ciento cinco damas intelectuales, se fundó ayer aquí, en la mañana, en la escuela México, la Junta Provincial de Acción Feminista Dominicana.”50 El Manifiesto de la Acción Feminista es abarcador y porta fuerza persuasiva. La lista de firmantes del mismo está encabezada por la Prof. Abigaíl Mejía de Fernández y concluye con Ayda (sic) Cartagena Portalatín. Otras destacadas mujeres, reconocidas por su aporte a la educación, las letras y las artes, firmantes del mismo, son: Dra. Gladys de los Santos Noboa, Prof. Celeste Woss y Gil, Prof. Mercedes Laura Aguiar, Prof. Eva María Pellerano, Prof. Josefa Amiama, Prof. Patria Mella, Prof. Ana Josefa Puello y Br. Consuelo Nivar. En este importante documento, poco citado por historiadores de la vida política y la cultura dominicanas, se establece: Frente a la realidad del feminismo mundial –ya por algunas de nuestras mujeres predicado y ensalzado en la tribuna y en las letras de molde– hemos querido unirnos y formar un solo cuerpo de batalla pero de batalla de paz. Nuestra bandera es blanca y de progreso: queremos exhortar a todas las que sientan esto a unirse con nosotras para robustecer una Asociación que, a la sombra del tantas veces aplaudido “CLUB NOSOTRAS”, hemos formado un núcleo de sus socias. El “CLUB NOSOTRAS” es precisamente una demostración de la capacidad femenina: hay en él profesionales de todos los matices, madres de familia —abejas y reinas—; allí se han dado conferencias, exposiciones artísticas, conciertos, manifestaciones Ídem. P. 18

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culturales de toda especie; su misión ha sido preparar los espíritus, enseñando lo que la mujer sabe y puede. No ha sido sociedad feminista, no lo pretendió y, sin embargo, todo el mundo lo juzga así; prueba de que el FEMINISMO es cosa buena, es el confundir las gentes las labores del Club con las labores feministas. Pues bien, a su sombra, sin desgarrarnos de la rama, un grupo de sus socias hemos formado esta JUNTA DE ACCIÓN FEMINISTA, cuyo objetivo es favorecer a todas las mujeres. Nuestros ideales serán luchar por la reivindicación de los derechos femeniles, pedir leyes nuevas que protejan el trabajo de las obreras, de las maestras, de las mujeres que trabajan en general; la protección del niño, etc. En lugar de combatir al hombre ayudarle en su mejoramiento social e individual […]51. La autoría del referido Manifiesto siempre se le ha atribuido a Abigaíl Mejía, sin embargo, hay razones de peso para creer que en la elaboración del mismo participaron las principales integrantes del Club Nosotras. Livia Veloz refiere que en los salones del Club “se desarrollaron los planes y reglamentos” y se dio vida a la idea, “y se proclamó con orgullo y decisión el nacimiento de la ACCIÓN FEMINISTA DOMINICANA, dando cuenta, al mismo tiempo, de los fines que perseguía y de la fe que reinaba en el ánimo de sus fundadoras.52 El arranque y establecimiento de la AFD requirió más energías y resolución de sus promotoras de las que podrían imaginarse. Livia Veloz da cuenta de ello: El primer año de trabajo fue agotador. Nos referimos en primer término no solo a la organización de las distintas delegaciones en el interior del país, sino sufriendo Abigaíl Mejía, Obras Escogidas, Tomo I. P. 541. Livia Veloz, Historia del feminismo, P. 15.

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los constantes ataques de los enemigos gratuitos que sin miramiento nos lanzaban frases desagradables. Todo esto costó muchos sufrimientos, muchas contrariedades y a veces hasta lágrimas53. Tantos esfuerzos organizativos y ardor de ideas fueron dando sus frutos: • Al final de diciembre de 1931, la AFD cuenta con 1,005 mujeres inscritas. • Juntas Provinciales en Santo Domingo, La Vega, San P. de Macorís, Puerto Plata, San Francisco de Macorís, El Seybo, Barahona, Monte Cristo y Moca. • Juntas comunales en: La Romana, Salcedo, San Juan de la Maguana, Baní, Higüey, San José de Ocoa y El Jovero. • Juntas de barrios, Santo Domingo: Villa Francisca, Villa Duarte y Villa Consuelo. Estas mujeres se tomaban muy en serio la tarea de educar a otras menos favorecidas. Enseñaban lectura, escritura y “confección de sencillas labores”. Daban exámenes. Se involucraban. Es una iniciativa novedosa: mujeres que recibían el calificativo de intelectuales se afanaban por enseñar a obreras, trabajadoras y sirvientas, en lo que fueron las primeras escuelas nocturnas, gratuitas, para trabajadoras, obreras y sirvientas. Empezaron en la capital y se expandieron a provincias.

V. Arremetida contra las feministas y tácticas defensivas Mientras solo actuó el Club Nosotras todo parecía marchar sobre ruedas. La labor cultural movía prestigio. Pero las ideas del núcleo principal de socias sobre las capacidades, Ibidem.

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los merecimientos y el tipo de consideración de que es digna la mujer iban mucho más allá. Veían más lejos, aspiraban a más. La privación de derechos políticos y civiles era un agravio a la inteligencia femenina. A los sentimientos de la mujer, a su espíritu. Y ahí empezaron los problemas que llevarían a Abigaíl a morir con un mal sabor en la boca, un sabor amargo, posiblemente desconocido por la dama cosmopolita que arribó al país en 1926, cargada de proyectos culturales y feministas, con el aval de una formación intelectual hecha en Europa, artículos publicados en los más importantes medios de República Dominicana, libros editados en España y textos aparecidos en medios de Barcelona. Las impresiones contradictorias que suscitaban las feministas en 1931 se olían en el ambiente. Amada N. de Pittaluga escribió en el Listín Diario: La instalación de “La Acción Feminista Dominicana” es un paso de tan gran trascendencia para la mujer y para el país en general, que es imposible silenciar el júbilo que embarga los corazones. Toda lucha que tenga por objeto una reforma social, no importa cuán excelente esta sea, da la idea de entrañar algún peligro para la pacífica vida burguesa; la paz moral muchas veces ficticia, de las sociedades teme ser alterada por todo lo que signifique lucha, de ahí la timidez que ha arredrado siempre a las masas burguesas antes de decidirse a la lucha por cualquier reforma de sus costumbres.54 Y Abigaíl Mejía proclamaba: “Ha llegado ya la hora de que hasta los sordos oigan y los mudos hablen […]55. Y la entonces Amada N. de Pittaluga, “La Acción Feminista”. Listín Diario. 20 de mayo de 1931. P. 1. 55 Mensaje de Adhesión a la Junta de la Acción Feminista de la Sra. Abigaíl Mejía de Fernández. 54

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muy joven Aída Cartagena Portalatín, quien con el paso del tiempo se convertiría en una de las figuras intelectuales más influyentes del siglo, preguntaba: ¿Conquistará la mujer dominicana sus derechos? Evidentemente que sí. Porque ella luchará para ello, a sabiendas de que no busca nada que en sentido alguno, pueda mermar los derechos del hombre. Ella, igual que las otras mujeres del globo, irá a reclamar lo que le pertenece, pues ya nos sentimos capacitadas para administrar la gran herencia que nos legó la Naturaleza y que a su antojo ha sido administrada por el hombre, creyéndonos niños, incapaces aún de racionar. ¿Conquistará la mujer dominicana sus derechos? Sí. Tarde o temprano, no importa. Pues pedimos justamente, la protección legal de nuestra persona y bienes; el reconocimiento de la maternal potestad en el mismo plano jurídico que la paterna; el derecho a disponer de lo suyo y actuar en las relaciones civiles en el pleno ejercicio de la Ciudadanía, sin verse supeditada a la autoridad del hombre. ¿Qué derechos hay para negarle a una mujer ilustrada los derechos que una legislación injusta concede al más alto safio y ruin analfabeto?”56 Los párrafos anteriores corresponden a un artículo aparecido en el Listín Diario el 9 de junio de 1931, y evidencian que la poeta mocana fue sensible a las necesidades de sus congéneres.

En lo adelante, nada sería igual En el año 1932, y aún muchos años después, la AFD y el Club Nosotras continuarían su acción a favor de la mujer y de Aída Cartagena, Listín Diario, 9 de junio de 1931. P. 5

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la cultura. Pero ya nada era igual que al principio, ni en el país ni en el movimiento. En general, durante la dictadura de Trujillo, las mujeres que gravitaron alrededor del Estado, como representantes del movimiento feminista, nunca fomentaron una fisura entre la política oficial y los intereses de libertad de las mujeres. Algunas, destacadas en la política oficial, desempeñaron altos cargos, incluso en el exterior, como Minerva Bernardino. Nacida en El Seybo, en el año 1950 fue designada como representante de la República Dominicana en las Naciones Unidas. En este espacio promovió sus ideas feministas (había sido una de las integrantes fundadoras de la Acción Feminista Dominicana). Llegó a desempeñar los cargos de vice presidenta y presidenta de la Comisión Interamericana de Mujeres del 1944 al 1949. Se dice que fue una de las únicas cuatro mujeres firmantes de la carta constitucional de las Naciones Unidas, en el año el 1945. A la par, fue una figura importante para la política exterior del dictador. Oscuros rumores rondan su figura. De algún modo, su perfil en la historia sirve para notar la honda fisura entre el discurso feminista, que propugna derechos humanos y civiles para las mujeres, y el fuerte compromiso con un ordenamiento político que conculcaba los derechos de todo un pueblo, compuesto por hombres y mujeres en partes iguales. No se puede servir a Dios y al diablo al mismo tiempo, reza una sentencia popular. Libertad para las mujeres y respeto a su dignidad no es conjugable con despotismo y enajenación. Isabel Mayer, de Monte Cristi, fue la primera mujer senadora. Muy cercana a Trujillo, posteriormente cayó en desgracia, en momentos en que parientes suyos sufrían persecución y prisión. En los años cuarenta, Carmen Lara Fernández, quien se desempeñó como secretaria de la filial de la Acción Feminista Dominicana en La Vega, ciudad de la que era oriunda, hizo loas al dictador Trujillo y a su parentela que llegan al patetismo. Dejó, por otro lado, valiosas informaciones en su Historia del ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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feminismo en la República Dominicana57. La revista Fémina, no bien instalado el dictador, dio muestras inequívocas de sumisión al gobernante y su cohorte. En los años cuarenta y cincuenta, las mujeres que harán la diferencia serán las que resistieron la dictadura y las que produjeron una obra literaria o artística consistente.

Conclusión En los años veinte y treinta del siglo pasado las dominicanas generaron un movimiento social que gravitó en las leyes, la política, la literatura, el arte, el deporte, incluso en el lenguaje. Ellas crearon un punto de inflexión en la conciencia femenina. Sus repercusiones son difíciles de delimitar. Otro jalón precedió este cambio. El mismo fue posible gracias a las ideas revolucionarias sobre la inteligencia y facultades de la mujer, sostenidas y puestas en práctica por Eugenio María de Hostos y Salomé Ureña, así como al extraordinario grupo de maestras que se forjaron al calor de las mismas. En este artículo se han mostrado los hilos que van de un hito al otro. Por mucho tiempo, historiadores y críticos literarios omitieron este movimiento. No se parecía a nada que ellos conocieran ni a nada que estimaran digno de su atención. Por fortuna, en las últimas décadas esto ha empezado a cambiar, debido, en buena parte, al interés de académicas de distintas ramas, escritoras, críticas y activistas.

Bibliografía Cocco de Filippis, Daysi. Madres, maestras y militantes dominicanas (Fundadoras). Santo Domingo: Colección Tertuliando. Editora Búho, 2001. Livia Veloz, Historia del feminismo.

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Deschamps, Enrique. La República Dominicana. Barcelona: Gráficas M. Pareja. 1907. Gómez, Petronila Angélica. Contribución para la historia del Feminismo Dominicano. Ciudad Trujillo: Editorial Librería Dominicana. 1952. Henríquez Ureña, Camila. Feminismo y otros temas sobre la mujer en la sociedad. Santo Domingo: Editora Taller. 1985. Inoa, Orlando. Pedro Henríquez Ureña en Santo Domingo. Santo Domingo: Comisión Permanente de la Feria del Libro. 2002. Julia, Julio Jaime. Haz de Luces. Santo Domingo: Colección Hermanas Mirabal, CIPAF. 1990. Livia, Veloz. Historia del feminismo en la República Dominicana. Santo Domingo: Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos. 1977. Mejía, Abigaíl. Obras Escogidas, Tomo I. Comps.: Arístides Incháustegui y Blanca Delgado Malagón. Santo Domingo: Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos. 1995. Miller, Jeannette. La mujer en el arte dominicano (1844-2000). Santo Domingo: Amigo del Hogar. 2005. Rodríguez Demorizi, Emilio. Sociedades, cofradías, escuelas, gremios y otras corporaciones dominicanas. Santo Domingo: Editora Educativa. 1975. Weber, Delia, en la introducción al libro Contribución para la historia del Feminismo Dominicano, de Petronila Angélica Gómez. Ciudad Trujillo: Editorial Librería Dominicana. 1952.

Periódicos y revistas Revista Fémina. San Pedro de Macorís. 15 de julio de1925. Revista Fémina, San Pedro de Macorís, 30 de abril de 1925. No. 66. AGN, Sec. Presidencia, R. Vidal, particulares. 1000-1436. Folders 1000-1100. Facilitados por el historiador Orlando Inoa.

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Listín Diario, miércoles, 3 de noviembre, 1926, contenido en Abigaíl, Revista Bahoruco, No. 50, 25 de julio de 1931 Periódico La Opinión, abril de 1931, en Gabriela Mistral en Santo Domingo. Julio Jaime Julia, Santo Domingo, 1989, CIPAF. Revista Bahoruco, No. XL, Santo Domingo. 16 de mayo de 1931. Revista Bahoruco, No. LXI, Santo Domingo. 23 de mayo de 1931. Revista Bahoruco, No. 50, Santo Domingo. 18 de julio de 1931. Revista Bahoruco, Santo Domingo. 25 de julio de 1931. Revista Bahoruco, No. 71, Santo Domingo. 19 de diciembre de 1931. Revista Bahoruco, No. 60, Santo Domingo. 3 de octubre de 1931. Revista Bahoruco, No. 71, Santo Domingo. 19 de diciembre de 1931. Revista Bahoruco, No. 63, Santo Domingo. 24 de octubre de 1931. Amada N. de Pittaluga, “La Acción Feminista”. Listín Diario. 20 de mayo de 1931. Aída Cartagena. Listín Diario, 9 de junio de 1931.

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ECOS Órgano del Instituto de Historia de la UASD Año XXIV, Vol. 1, No. 14 Enero-junio de 2017

Breve historia de la participación política de la mujer dominicana, sus aportes al sistema democrático1 Neido Novas2 Recepción: 11 diciembre 2015 Aprobación: 17 de febrero 2016

Resumen

En el transcurso de la historia del país las mujeres dominicanas han tenido una lucha tenaz exigiendo equidad por el derecho de participar en política en iguales condiciones que los hombres; equidad que por razones socioculturales y de otras índoles, no han podido lograr en su justa dimensión. A través del tiempo sus acciones les han permitido,

Texto presentado en la Jornada histórico cultural “Mujeres de nuestra historia”, organizada por la Escuela de Historia y Antropología de la UASD; Santo Domingo, 10 de abril de 2013. Este texto se mantuvo inédito hasta ser retrabajado para Ecos. 2 Egresado del doctorado en Historia de América y del Caribe Contemporáneo en la American Andragogy University, Hawái, USA; Maestría en Ciencias Sociales, Universidad Autónoma de Santo Domingo, Especialidad en Historia y Geografía en la Universidad Católica Santo Domingo y es egresado de Licenciatura en Educación, mención Ciencias Sociales. En la actualidad es profesor adscrito en la Escuela de Historia y Antropología de la UASD. 1

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de manera paulatina, obtener el reconocimiento de sus derechos civiles y políticos. En 1942, durante el régimen de Trujillo, mediante una reforma constitucional, por primera vez se les concede el derecho al voto, un acceso a la participación en la vida pública que, de por sí, es un derecho legítimo. Pero solo después del tiranicidio la mujer dominicana aspira y obtiene representación electiva. Con ese propósito han sido aprobadas leyes especiales en beneficio de la mujer. Son avances que abren el camino hacia una democracia más incluyente. A pesar de las limitaciones y barreras sociohistóricas en que la mujer ha estado sometida, se resalta el interés de la mujer en participar en política, al igual que en muchas otras faenas, a tal punto que pareciera querer borrar ese oscuro periodo de la historia. Palabras claves: heroínas de la historia dominicana, representación de mujeres en cargos electivos, desempeño en la administración pública Summary: Throughout the country´s history, Dominican women have had a tenacious struggle demanding equity for the right to participate in politics on equal terms with men; equity that for sociocultural and other reasons they have not been able to achieve in their just dimension. Over time, their actions have allowed them, to gradually obtain recognition of their civil and political rights. In 1942, during Trujillo´s regime, through a constitutional reform, they were allowed the right to vote for the first time, an access to participation in public life, which is actually a legitimate right. But only after the tyrannicide, the Dominican woman aspires and obtains elective representation. With this purpose, special laws have been passed for the benefit of women. These are breakthroughs that pave the way for a more inclusive democracy. Despite the limitations and sociohistorical barriers in which women have been subjected, women’s interest in participating in politics is emphasized, as in many other tasks, to the point that it may seem to want to erase this dark period of history. Keywords: heroines, female demands, elected, mayor, public officials, deputies, congresswomen. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Introducción La participación política de las mujeres puede resumirse en la historia de su negación y de su conquista. Para ellas, el disfrute de sus derechos políticos, están ligados a su construcción como ciudadanas, siendo necesario diferenciar entre participación ciudadana y participación política. La primera se refiere al conjunto de acciones o iniciativas que pretenden impulsar al desarrollo local y la democracia participativa a través de la integración de la comunidad al ejercicio de la política; en tanto, la segunda es, ante todo, la suma de todas aquellas actividades voluntarias mediante las cuales los miembros de una sociedad intervienen en la selección de los gobernantes y de una manera directa o indirecta, en la formación o construcción de las políticas de gobierno. En este recorrido, con regularidad, las mujeres han puesto más énfasis en participar en la construcción democrática que en llegar a decidir en ella. La historia política de la República Dominicana es similar a la historia de otras naciones del área. En las mismas se nos muestra que las mujeres han sido las grandes ausentes en las estructuras de poder partidaria; aunque numéricamente su participación como militantes partidarias han sido y es importante; su presencia en las direcciones, tanto de partidos como en el aparato gubernamental, ha generado controversias y continúan siendo minorías. Presentamos un estudio que tiene como objetivo principal analizar y valorar la participación política de la mujer en nuestra historia, así como sus aportes a la democracia, destacando los aspectos en puestos electivos y en la administración pública y cómo estos han incidido en la sociedad dominicana. Partimos de un análisis cualitativo a través de revisión bibliográfica nacional e internacional.

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1. Reseña histórica 1.1. Internacional La participación de la mujer en la actividad política, en sus diferentes corrientes partidarias e ideológicas, constituye un valioso aporte en la tarea de gobernar el Estado en beneficio de la sociedad. Se ha interesado la mujer en participar en esta dinámica al igual que en muchas otras faenas, a tal punto que pareciera querer borrar ese oscuro periodo de la historia cuando estuvo relegada a un segundo y tercer plano en la historia de la humanidad. La historia contemporánea de la participación de la mujer en la política es relativamente reciente. En nuestra investigación los hechos más significativos lo encontramos en el año de 1966 con la llegada de Indira Gandhi a la Jefatura de Gobierno de su país, La India, y que más tarde se convertiría en la principal líder política del Tercer Mundo. Después de ella, son contadas las mujeres que han podido ocupar los cargos más altos del poder político, como primeras ministras o secretarias de Estado. Entre las más conocidas a nivel internacional podemos mencionar a María Estela Martínez de Perón, conocida popularmente como Isabelita o Isabel Perón, quien fue presidente Argentina. Asumió el 1 de julio de 1974 en su condición de vicepresidenta, tras la muerte de su esposo, el presidente Juan Domingo Perón; pero fue depuesta el 24 de marzo de 1976 por un golpe de Estado militar que dio origen al autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional”; Margaret Thatcher, conocida también con el sobrenombre de “La Dama de Hierro”, es una política británica que fue Primera Ministra del Reino Unido entre 1979 y 1990. Después de ser depuesto el gobierno militar de Prosper Avril, el 13 de marzo de 1990 se le transfirió el puesto de presidenta provisional de Haití a la doctora Ertha Pascal Trouillot, quien se desempeñaba como jefa de la Corte Suprema de Justicia. Permaneció en el cargo hasta el 6 de enero de 1991, cuando fue depuesta. Violeta de Chamorro gobernó ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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a Nicaragua (del 25 de abril de 1990 al 10 de enero de 1997); luchó por la reforma del Ejército y la mejora de la economía del país. La mayor conquista femenina de la confianza electoral para la región en el más alto poder estatal lo fue Mireya Moscoso, la primera mujer en ejercer la presidencia de la república de Panamá, por el período constitucional del 1º de septiembre de 1999 hasta el 1º de septiembre de 2004. También está Cristina Fernández de Kirchner. Elegida presidenta de Argentina el 28 de octubre de 2007, asumiendo el cargo el 10 de diciembre de dicho año, en que sucedió a su esposo Néstor Kirchner. Es la primera mujer de la historia argentina en ser elegida para la primera magistratura y la segunda en acceder al cargo. En 2009 Fernández de Kirchner fue considerada por la revista Forbes como la undécima entre las cien mujeres más poderosas del mundo. Verónica Michelle Bachelet Jeria. Fue presidenta de la República de Chile entre el 11 de marzo de 2006 y el 11 de marzo de 2010. En 2014 volvió a ocupar un nuevo mandato. Fue la primera presidenta pro tempore de UNASUR, y la primera encargada de ONU Mujeres, agencia de las Naciones Unidas para la igualdad de género. Lidia Gueiler Tejada. Fue presidenta interina de Bolivia del 1979 al 1980. Ha sido la única mujer Presidente de Bolivia desde la fundación de la República, una gran defensora de la paz y de la igualdad de sexos con respecto a todos los derechos, incluido el del poder. Michéle Pierre Louis es una política haitiana que ocupó el cargo de Primer Ministro de Haití entre el 5 de septiembre de 2008 y el 30 de octubre de 2009. Laura Chinchilla Miranda. Elegida el 7 de febrero de 2010 como Presidenta de Costa Rica. Es la primera mujer costarricense elegida para ese cargo desde que se permitió el voto femenino en 1949, y la quinta mujer en América Latina en ser elegida presidenta. Dilma Rousseff se convirtió en la primera mujer presidenta en la historia de Brasil. Asumió el cargo el 1 de enero de 2011;3 inició su actuación política en el Partido Fuente: Mujeres al mando http://www.mujeresenred.net/

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Democrático Laborista (PDT), durante el gobierno de Ignacio Lula da Silva, quien la designó Ministra de Minas y Energía. Entre otras mujeres que han tenido una destacada participación política están Janet Rosenberg (Guyana), Rosalía Arteaga (Ecuador) Ángela Merkel (Canciller en Alemania, primer mujer que ocupa esa posición en la historia de ese país, fue electa en noviembre de 2005); Tarja Halonen fue electa en febrero de 2000 y reelecta en enero del 2006 en Finlandia; Mary McAleese (asumió la Presidencia de Irlanda en octubre de 1997 y fue reelegida el 1 de octubre de 2004). Sirimavo Bandaranaike, de Sri Lanka, que se convirtió en la primera mujer en ser electa Primera Ministro del mundo en 1960. Golda Meir asumió como jefa de gobierno en Israel y como tal le tocó conducir las tropas israelíes durante la guerra del Yon Kipur contra los árabes, en 1973. Ellen Johnson Sirleaf se convirtió en noviembre de 2005 en la primera mujer electa presidente en África. Es la presidenta de Liberia. En los 46 países donde el jefe del Estado es un rey u otras variantes monárquicas, sólo tres mujeres ejercen la representación. Ellas son las reinas Isabel II, en Inglaterra; Margarita, en Dinamarca; y Beatriz, en Holanda. En Estados Unidos de América, se han destacado mujeres como las Secretarias de Estado Condoleezza Rice e Hilary Clinton.4 Todas estas mujeres han jugado un papel estelar en la conducción del Estado de sus respectivos países.

1.2. Nacional 1.2.1. Heroínas de la independencia Desde el inicio de la República en 1844, la mujer dominicana ha contribuido significativamente al proceso político del Fuente: “CEPAL. Mujer y Desarrollo”. División de Asuntos de Género, Chile, noviembre de 2011 (p. 15).

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pueblo dominicano. En la casa de Josefa Pérez de Perdomo, el 16 de julio de 1838, tuvo lugar la fundación de “La Trinitaria”, sociedad secreta y patriótica destinada a liberar a los dominicanos del dominio haitiano, constituyendo en esta una de las primeras contribuciones políticas de las mujeres a la causa de la independencia. De igual manera, Manuela y Rosa Duarte, madre y hermana de Juan Pablo Duarte, uno de los padres de la patria, lucharon con coraje y desprendimiento a favor de la independencia. Mujeres destacadas en ese periodo fueron María Trinidad Sánchez, tía del prócer de Francisco del Rosario Sánchez, fue encarcelada y condenada a muerte por oponerse al gobierno conservador y anexionista de Pedro Santana. Pudo salvar su vida si delataba a otros conspiradores, pero al negarse, fue fusilada el 27 de febrero de 1845; Concepción Bona, heroína que confeccionó la primera bandera dominicana, la misma que ondeó airosa en el asta del Baluarte, aquella noche del 27 de febrero. A su corta edad, 19 años, no fue óbice para que acompañara a los patriotas durante la proclamación de la independencia nacional; Juana Saltitopa, su carácter decidido e independiente se contagió con el ardor bélico de aquel momento en que se desempolvaban armas antiguas y se recolectaban machetes para enfrentar al ejército haitiano. “Llegadas las tropas dominicanas a La Vega, entre las que figuraba la gente del Jamo capitaneada por Marcos Trinidad, Juana, pariente suya, se presentó al cuartel con la decisión de participar en la esperaba lucha como soldado.”5 Actuó decisiva y valientemente; con machete en mano enfrentó al ejército haitiano en la batalla 30 de Marzo. Obtuvo el grado de Coronel (por lo que muchos la llamaron “la coronela”)… Usaba como arma un machete y vestía con ropas masculinas.

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Fuente: Mujeres Dominicanas Heroicas y Destacadas, Elvis D. Cartagena. P. 7. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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1.2.2. Mujeres en la Guerra Restauradora En cuanto a las mujeres en la guerra restauradora, poco se conoce de su participación. Los historiadores, en sentido general, desdeñan los aportes de estas. En el periódico El Nacional, en un artículo publicado en fecha 29 de agosto del 2013, escrito por las magistradas Carmen Rosa Hernández, Iluminada González y por la periodista Melania Emeterio Rondón, citando el libro: La historia con ojos de mujer, una producción de la magistrada Carmen Rosa Hernández, Iluminada González y Miledy Pringle, se dan a conocer los nombres de varias mujeres que, en el proceso de la lucha por la soberanía, hicieron aportes de relevancia. Una de estas mujeres fue María Catalina Encarnación, quien procreó 14 hijos. Ella los motivaba para que participaran en la lucha. Cuatro de sus hijos murieron en el combate, y se indica que nunca lo lamentó. Sus dos hijas también servían en distintas actividades de apoyo logístico para los preparativos revolucionarios. Antonia Batista convirtió su casa en punto de reunión y coordinación para el movimiento restaurador. Además, lavaba, cocinaba y atendía a los heridos del bando nacional. De igual modo se menciona a María Pérez, esposa del general Florentino, y este la adiestraba en el manejo de la espada y también en algunas tareas de la guerra. Las investigadoras reseñan también a Águeda Rodríguez Salcedo quien, al igual que su esposo, perteneció al movimiento restaurador. Ella dispuso vender sus bienes para comprar armas y municiones para la guerra restauradora. También hacía de enlace entre el grupo de revolucionarios que operaban desde Cabo Haitiano y los revolucionarios que maniobraban en el país. Mujeres hubo que, como Encarnación Echavarría, luchó junto a su esposo, Félix María del Monte. Su sensibilidad la llevó a escribir el soneto: “A mi patria”. Escribir un poema en momentos como esos, es un acto de genuina sensibilidad que orienta y da ánimo en el combate. Hay que recordar a Encarnación Mota, hija del general Manuel de Regla Mota, quien al momento de la Anexión, en ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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1861, enarboló la bandera española, ocasión que Encarnación Mota aprovechó para protestar públicamente contra su padre, quien, a su juicio, oscurecía su reputación con un hecho que condenaba a la patria.

1.2.3. Durante la primera ocupación yanqui al país En el país hubo una lucha nacionalista y patriótica contra la intervención de Estados Unidos ocurrida de 1916-1924. “Un total de 17 mujeres firmaron un documento, el cual le fue entregado el 19 de mayo de 1916 al comandante norteamericano Caperton, donde se le exigía nombrar un presidente interno al cual los rebeldes le entregarían las armas. Otra acción significativa fue la ejecutada por Mélida del Castillo, Floripez Mieses y otras mujeres, las cuales repusieron la bandera dominicana en la Fortaleza Ozama, que había sido sustituida por la norteamericana. A los 42 días de ser proclamada la intervención militar, Ercilia Pepín inició su campaña nacionalista a través de conferencias y charlas realizadas en Santiago, La Vega, Puerto Plata y Santo Domingo. Ese movimiento llamó a la incorporación de la mujer para el rechazo a la intervención, lo que permitió que este comenzara a organizarse, con el objetivo de luchar por la desocupación de la patria y para exigir sentidas reivindicaciones.”6 Estas mujeres dominicanas crearon la Junta Patriótica de Damas, una agrupación ideada para denunciar y combatir a los invasores. En 1925 se formó en Santo Domingo el Club Nosotras, grupo eminentemente literario, y en 1930 una de sus integrantes asistió a la Primera Conferencia de la Comisión Interamericana de Mujeres, realizada en La Habana, Cuba. Había en la región una gran efervescencia feminista; en República Dominicana se inició la dictadura trujillista. Ese mismo año, las aspiraciones

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http://www.historiadominicana.com.do/historia/contemporanea/249juan-ricardo-hernandez-participacion-de-la-mujer-en-la-r ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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de las feministas respecto de sus derechos civiles y políticos chocaron de frente con la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo y el movimiento comenzó a decaer. No obstante, en 1931, Acción Feminista Dominicana, formada por mujeres de élite y liderada por Abigaíl Mejía, auspició el Primer Manifiesto Feminista Dominicano exigiendo igualdad de derechos en la Constitución (Mayes, 2008; Méndez, 2008).

1.2.4. Durante el régimen trujillista En la República Dominicana las mujeres recibieron el reconocimiento de su ciudadanía política de las manos del dictador Rafael Leónidas Trujillo, quien “en 1942 les otorgó el derecho al voto. En este contexto, el voto femenino fue concedido mediante una reforma constitucional como un mecanismo de dar mayor legitimación. Es decir, el reconocimiento de la ciudadanía de las mujeres fue algo instrumental en un esfuerzo del dictador de proyectar en el ámbito internacional una imagen democratizadora, mientras de hecho la ciudadanía, hombres y mujeres, seguía en un estado marginado del ejercicio democrático real.”7 También es imprescindible resaltar la participación activa de las hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal Reyes, quienes se convirtieron en un ícono de la historia política dominicana por su lucha tenaz en contra del dictador. Además se han destacado mujeres como Josefina Padilla, Asela Morel, Tomasina Cabral Mejía, Dulce Tejeda. La obsesión de Trujillo tuvo un papel determinante en el destino de las Mirabal. No toleraba que los hombres se opusieran a él y mucho menos las mujeres. Dentro de las acciones propias de la revancha política, las hermanas Mirabal fueron asesinadas por esbirros al servicio del régimen, el 25 de noviembre del 1960. Este horrendo asesinato ha servido de referencia, no sólo en República Dominicana, sino en toda Latinoamérica, para motivar la lucha de la

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(Im/flacso 1993, p. 95; Jiménez 1999a, p. 86). ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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mujer. Este día fue escogido en el primer encuentro feminista latinoamericano celebrado en Bogotá, en 1981, como el día de la “No violencia contra la Mujer”.

1.2.5. En el periodo pos trujillista Tras el ajusticiamiento de Trujillo, la mujer dominicana comenzó a insertarse en las diferentes instancias de la sociedad. En 1962, la doctora Josefina Padilla se presentó como candidata a la vicepresidencia por el Partido Revolucionario Social Cristino; este hecho representó un avance hacia la participación de la mujer en la vida democrática dominicana. Las políticas implementadas por el gobierno de Juan Bosch en 1963 permitieron que las mujeres comenzaran a organizarse en sus comunidades de base y en las diferentes instancias de la sociedad. Las dirigentes de distintos lugares del país fueron formando parte de centros, clubes y juntas de vecinos a escala rural y urbana, así como de juntas de vecinos. Igualmente emprendieron la formación de las asociaciones de mujeres campesinas. Entre estas organizaciones sociales caben mencionar las Comunidades Eclesiales de Base (CEB), dentro de las cuales las mujeres han podido representar un rol protagónico (Pérez, C. y Artiles, L. 1992). Este fue un proceso que se desarrolló y que adquirió mayor dimensión en la medida en que hay más libertades. El propio Balaguer, en su primer mandato del periodo conocido como de “Los doce años”, dio cabida a sectores de mujeres que lograron avances en la participación política: el nombramiento de 26 gobernadoras, secretarias y subsecretarias de Estado y embajadoras, así como mayor presencia en el Congreso y los Cabildos, sin que ello significara una modificación del sistema vigente ni de los roles asignados y exigidos a las mujeres. Los movimientos feministas iniciados en el 1960 y principios del 1970 se caracterizaron por la intensa lucha a favor de las libertades públicas y la defensa de la soberanía nacional. De aquellos años se pueden mencionar la Federación de MuECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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jeres Dominicanas (FMD) y otras organizaciones de tipo coyuntural y sectorial, como los “Comités de amas de casa” y el “Comité de familiares de muertos, presos y desaparecidos políticos”. Según el informe “La mujer dominicana: evaluación de una década”, del Centro de Investigación para la Acción Femenina (Cipaf), realizado junto a otras 10 organizaciones no gubernamentales, es a partir de 1975, y especialmente en los últimos años de esa década, cuando comienza a abrirse un espacio para la percepción de la problemática específica de las mujeres. Se inició el periodo de denuncia y comprensión de la condición de mujer, llegando al país los efectos de las ideas feministas que permitieron dar un viraje en los objetivos de los movimientos dominicanos, así como en las formas de lucha y organización de las mujeres. Esas acciones están relacionadas con la conquista en 1978 por parte del pueblo dominicano que dio origen a una mayor apertura democrática y a la derogación de las leyes anticomunistas que amparaban la persecución y la supresión de los derechos políticos. El movimiento de mujeres se fue haciendo importante en la década del 70 y el 80, y en todo momento hubo dominicanas que trabajaron y lucharon por las reivindicaciones del género; una de esas dominicanas fue Licelotte Marte, conocida política dominicana que se destacó por sus trabajos y representaciones del país ante la Organización de las Naciones Unidas. En la década del 80 surgieron más de 30 organizaciones de mujeres que desarrollaron actividades en áreas como educación, investigación, cultura, generación de empleos, salud y promoción. A partir de la década de los años 90, las organizaciones de mujeres en República Dominicana comenzaron a demandar una mayor inclusión en los puestos públicos y de dirección en los partidos políticos, en el Estado y en las candidaturas electivas. En las últimas décadas, las mujeres dominicanas han avanzado con pasos firmes en la política, llegando a ocupar importantes posiciones electivas como la vicepresidencia. Entre ellas se encuentran Milagros Ortiz Bosch, la primera mujer dominicana ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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en ocupar el puesto de vicepresidenta de la República en el periodo 2000-2004. También fue senadora del Distrito Nacional y Ministra de Estado de Educación. Siempre como representante del Partido Revolucionario Dominicano. Otras mujeres que han destacado en política son Alba María Cabral Cordero, mejor conocida como Peggy Cabral, viuda de Peña Gómez. Siempre acompañó a su esposo en su vida política y tras su muerte hizo público su interés en esta área postulándose para ocupar el cargo de senadora. Se ha mantenido como parte del Partido Revolucionario Dominicano y es, dentro del mismo, una personalidad con influencias; Rafaela Alburquerque, fue diputada por el Partido Reformista Social Cristino, ocupó durante tres años la presidencia de la Cámara de Diputados (2000-2003). También es digno de mencionar a Minou Tavárez Mirabal, reconocida hija de Minerva Mirabal y Manolo Tavárez, dos figuras emblemáticas de la historia política dominicana. Ha sido diputada por el Distrito Nacional en más de una ocasión. Margarita Cedeño de Fernández, ocupó el cargo de Primera Dama de la República desde el año 20042012, de manera activa viene desarrollando programas sociales a favor de la niñez, los ancianos, entre otras actividades. A partir del 2012 pasó a ser vicepresidenta de la República, representando al Partido de la Liberación Dominicana. En los actuales momentos, por primera vez, existe una mujer presidenta del Senado de la República que es la senadora Cristina Lizardo. Todas ellas representan un gran paso de avance en la participación política de la mujer dominicana.

2. Marco legal e institucional 2.1. Los pactos internacionales y compromisos de Estado En la lucha por lograr el equilibrio democrático entre hombres y mujeres han contribuido diversos acuerdos y normas ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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internacionales orientados a promover los derechos de las mujeres. Las mismas han debido incorporadas por los Estados en sus agendas dado el carácter vinculante de algunos de estos acuerdos. Entre los más importantes se pueden mencionar: la Convención Interamericana sobre la concesión de los derechos políticos a la Mujer, emanada de la IX Conferencia Internacional Americana (1948), OEA. Tiene un carácter vinculante. Señala en su artículo 1 que “....el derecho al voto y a ser elegido para un cargo nacional no deberá negarse o restringirse por razones de sexo”. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha destacado recurrentemente que la participación y representación adecuada de las mujeres en todos los niveles de gobierno es una condición necesaria para el fortalecimiento de la democracia en las Américas; 2. La Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer (Convención de Belém do Pará), de 1994, señala en su artículo 4 que toda mujer tiene (j) el derecho a la igualdad de acceso a las funciones públicas de su país y a participar en los asuntos públicos, incluyendo la toma de decisiones. La Carta Democrática Interamericana, de 2001, reconoce que la democracia es indispensable para la estabilidad, la paz y el desarrollo de la región y que uno de los propósitos de la OEA consiste en promover y consolidar la democracia representativa dentro del respeto del principio de no intervención, y en su artículo 9 resuelve aprobar “la eliminación de toda forma de discriminación, especialmente de género, étnica y racial, y de las diversas formas de intolerancia, así como la promoción y protección de los derechos humanos de los pueblos indígenas y los migrantes y el respeto a la diversidad étnica, cultural y religiosa en las Américas, contribuyen al fortalecimiento de la democracia y la participación ciudadana”. En el artículo 28 establece que “los Estados promoverán la plena e igualitaria participación de las mujeres en las estructuras políticas de sus

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respectivos países como elemento fundamental para la promoción y ejercicio de la cultura democrática”. La Convención Americana de Derechos Humanos, de 1969, en su artículo 23 señala la importancia de la “democracia y la participación ciudadana”. En el artículo 28 establece que “los Estados promoverán la plena e igualitaria participación de las mujeres en las estructuras políticas de sus respectivos países como elemento fundamental para la promoción y ejercicio de la cultura democrática”.

2.2. Normativas nacionales La Constitución de la República Dominicana consigna estas prerrogativas en el artículo 39, acápite 5, que señala: “El Estado debe promover y garantizar la participación equilibrada de mujeres y hombres en las candidaturas a los cargos de elección popular para las instancias de dirección y decisión en el ámbito público, en la administración de justicia y en los organismos de control del Estado”. Las leyes adjetivas dominicanas han establecido mecanismos para la inclusión de las mujeres en los puestos electivos, específicamente a nivel municipal que es donde se sitúa este análisis. La Ley No. 13-00, del 30 de marzo de 2000, reconoce, en su cuarto considerando, la marginación que ha sufrido la mujer dominicana en el ejercicio de sus derechos políticos, uno de los cuales es el de ser electas para los puestos públicos de los ayuntamientos y juntas municipales. En ese tenor establece que: “En la boleta electoral municipal de todos los partidos deberá incluirse una mujer en los puestos de síndico o vicesíndico” y cuando en los municipios “solo se eligen cinco regidores, todas las propuestas de candidaturas deberán contar con un mínimo de dos mujeres”. Por igual, la Ley No. 176-07 del Distrito Nacional y los Municipios promulgada el 17 de junio de 2007 y con vigencia a partir del 17 de agosto del mismo año, establece, en su Art. 34, la alternabilidad de género

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en las candidaturas de síndico y vicesíndico y ordena que 33 % de las candidaturas a regidores y suplentes que los partidos y movimientos políticos presenten ante la Junta Central Electoral estén ocupadas por mujeres. Mediante la Ley No. 86-99 se crea el Ministerio de la Mujer, que es el organismo rector responsable de establecer las normas y coordinar la ejecución de políticas, planes y programas a nivel sectorial, interministerial y con la sociedad civil, dirigidos a lograr la equidad de género y el pleno ejercicio de la ciudadanía por parte de las mujeres. Además de lograr la igualdad y equidad entre mujeres y hombres, reconociendo que tienen los mismos derechos y merecen las mismas oportunidades.

3. Representación política de la mujer 3.1. En los partidos políticos En las elecciones de 1990, por primera vez, casi la totalidad de los partidos presentaron programas de gobierno donde el tema mujer ocupaba un lugar relativamente importante. Sin embargo, no se reflejó en las candidaturas presentadas por los partidos. En 1993, entre diez partidos políticos para los que se obtuvo información, la mayor participación femenina estaba en la dirección del Partido Reformista Social Cristiano, con el 25,6% de los cargos. En el otro extremo, la Unión Patriótica no tenía ninguna mujer en su dirección. En tres partidos representaban menos del 5% y en otros cuatro entre el 10 y el 27% de funciones directivas en los partidos ocupados por mujeres. Véase el siguiente cuadro:

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Mujeres en Directivas de Partidos Políticos, 1993 Partidos políticos Partido Reformista Social Cristiano, PRSC Partido Revolucionario Dominicano, PRD Partido de la Liberación Dominicana, PLD Partido Comunista Dominicano, PCD Partido de los Trabajadores Dominicanos, PTD Partido Demócrata Institucional, PDI Concertación Democrática, CD Partido Quisqueyano Demócrata, PQD Unión Patriótica, UP Movimiento Independiente de Unidad Capitaleña, MIUCA

Ambos Mujeres

Total

sexo

Sexo

%

39 297 36 22 27 18 36 26 11 9

10 30 4 1 1 3 8 1 0 1

25.6 10.1 11.1 4.5 3.7 16.7 22.2 3.8 0.0 11.1

Fuente: Báez, Clara, La Subordinación Social de la Mujer Dominicana en Cifras, República Dominicana, 1985. Cordero, Margarita, Mujer, Participación Política y Procesos Electorales (1986-1990), CIPAF, República Dominicana, 1991. Departamento de Estadística de la Junta Electoral, 1993.

De todos los partidos, el PRSC, es la organización política que en su directiva posee mayor porcentaje de mujeres, un 25.6%; seguido de la UCD, un 22.2%. En la actualidad la presencia femenina en puestos de dirección de los partidos políticos persiste siendo minoría.

3.2. Mujer en decisiones de Estado Los aportes sociales y políticos de la mujer son considerados como una de las bases fundamentales para la construcción de equidad de género y el bienestar de la familia. La participación idéntica de ambos géneros es un requisito necesario en una sociedad para la consecución de decisiones que permitan construir equilibradamente la toma de decisiones que aporte a la construcción del Estado. En atención al tercer objetivo del milenio, que promueve la igualdad entre los sexos, la representación de las mujeres en los espacios públicos en la actualidad es baja. El boletín Panorama Estadístico enuncia: “Durante la última década la participación de la mujer aumentó, en AméECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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rica Latina, de 9 a 14 % en el Poder Ejecutivo (en posiciones ministeriales), de 5 a 13 % en el Senado y de 8 a 15 % en la Cámara Baja” (2011). Respecto a República Dominicana, acorde con los datos suministrados por la Junta Central Electoral (JCE), “la proporción de puestos ocupados por mujeres en los parlamentos nacionales pasó de 10 a 19% del año 1994 al 2010”. En tal sentido, la paridad de género aun no alcanza los logros deseados (ONE, 2011). De acuerdo con las Estadísticas para la planificación social con perspectivas de género (2002-2010).

3.3. El Congreso Nacional En la Cámara Alta la representación política de las mujeres dominicanas en el Senado ha tenido una mejoría, al pasar de ocupar dos (2) escaños que tenía en el 2006 ahora son cuatro (4) que obtuvo en las elecciones del 2012, para un porcentaje de 12.5%, que está muy lejos de alcanzar, no sólo la paridad de género, sino al menos la cuota del 33%, (Resolución Número 4-2010 que modifica la Ley Electoral Número 275-97) establecida para otros puestos legislativos, evidenciándose que el Senado es un espacio restringido a las mujeres políticas. En la actualidad (período 2010-2016) hay 179 diputados provinciales, a razón de uno por cada cincuenta mil habitantes o fracción de más de veinticinco mil. Por cada provincia debe haber por lo menos dos, según lo establece el Artículo 81 de la Constitución de la República promulgado en enero del 2010. Además de los diputados provinciales, hay 5 diputados nacionales y 7 diputados que representan a los dominicanos en el exterior; esto haría un total de 191 diputados. En el Congreso Nacional actualmente hay treinta y ocho (38) de ellos que pertenecen al sexo femenino, lo que representa un 19.9 % del total. Un tema muy polémico en las anteriores legislaciones electorales era la posición de las mujeres en la lista de candidaturas, ya que no reglamentaban nada al respecto, siendo el resultado que en las diputaciones los partidos políticos colocaban a las ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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mujeres en las últimas posiciones de las listas de candidatos, calificadas como posiciones no ganables. De acuerdo con las Estadísticas para la planificación social con perspectivas de género (2002-2010), […] la representación [de la mujer] en la Cámara de Diputados ha venido ascendiendo en el decenio 1990-2010, pasando de un 12 % en 1990 a un 16 % en 2002 y finalmente a un 21 % en 2010. Sin embargo, la proporción de mujeres en el Senado permaneció durante toda la década 2000-2010 aún por debajo del 10 % y con un aumento no sostenido de su proporción, pasando de 0 a 7 % en 1998, disminuyendo a 6 % en 2002 y elevándose de nuevo a 9 % en 2010 (Estadísticas para la planificación social con perspectivas de género. SEM-PNUD-FNUAP 2000 y Junta Central Electoral, 2002-2010). Una proporción de escaños ocupados por mujeres en los parlamentos nacionales, calculada en base a un indicador que hace posible medir el crecimiento experimentado por la mujer en la obtención de escaños desde 1990 a 2012 en el país, determinó que la mujer obtuvo una participación parlamentaria de 9.3 en 1990, mientras que durante los años 20062007-2008-2009 incrementó a 17.1, en tanto que para 2010-2012 alcanzó un crecimiento de 19.5 (ONE, 2011).

3.4. En las Alcaldías El balance de las elecciones municipales del año 2010, respecto a la representación política femenina, registra un ligero retroceso en la elección de alcaldesas, comparación con las del 2006; pero hubo un importante avance en cuanto a las regidoras. De los 155 ayuntamientos, apenas resultaron electas 12 alcaldesas, lo que equivale a un 7.7 % del total de las alcaldías del país. En las elecciones del año 2006, las alcaldesas elegidas representaban un 11.3%. No puede decirse lo mismo sobre las regidurías. De las 1,149 posiciones de regidurías resultaron electas trescientos ochenta y tres (383), equivalentes a un 33.3% del total, superando de esta manera, ligeramente, el porcentaje ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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de la cuota de candidaturas.8 Proporcionalmente, las alcaldesas electas en el 2010 fue menor en comparación con las obtenidas en las elecciones del 2006.

3.5. La Judicatura La participación de las mujeres en puestos claves del Poder Judicial, en términos generales, ha tenido avances, pero muestra que se mantiene la brecha en la relación mujeres / hombres en el acceso a los cargos de más altos rangos: “Altas Cortes tiene un 23.5% (8 mujeres de 34 hombres); Suprema Corte de Justicia un 25% (4 mujeres de 16). La participación de mujeres en los órganos de dirección de la Junta Central Electoral es de 20% (1 mujer de 5), y en la Cámara de Cuentas de la República Dominicana es de 25% (1 mujer de 4), siendo el único caso en que la presidencia está a cargo de la mujer. De cualquier manera, la información disponible describe en la judicatura lo mismo que en otras esferas del Estado; pese a la amplia participación en el campo social, académico y laboral; prácticas de orden cultural que restringen el acceso de las mujeres a ámbitos institucionales de toma de decisiones.

3.6. Administración pública no electiva En la administración pública existe la tendencia de designar a las mujeres en cargos relacionados con la política social y considerada de menor rango. De los 21 cargos de altas gerencias a nivel ministerial, solo 4 están ocupados por mujeres (Ministerios de Salud, de la Mujer, Trabajo y Educación Superior), lo que representa un 19% y el restante 81% están ocupados por hombres. La politóloga Rosario Espinal afirma: “En la alta administración pública de posiciones no electas, los presidentes tienen un amplio margen de acción para demostrar su compromiso

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Fuente: Oficina Nacional de Estadística (2011), JCE. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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o no con la integración de las mujeres al poder político… Un presidente o presidenta tiene discrecionalidad para integrar su gabinete de manera paritaria sin necesidad de una ley para hacerlo. Depende de su voluntad nombrar más mujeres para lograr paridad de género. No hay garantías de que las mujeres desempeñarán las funciones públicas mejor que los hombres. Pero es injusto que por una discriminación histórica se mantenga a las mujeres a principios del siglo XXI tan alejadas de las posiciones de poder político, donde se deciden tantos asuntos que afectan esa mayoría de la población que constituyen las mujeres”9. Esto quiere decir que aunque las mujeres, en su accionar como políticas, han logrado ocupar importantes estamentos del Estado; pese a haber leyes y reglamentos que las amparan; en comparación con los hombres, permanecen relegadas en las tomas de decisiones y de poder.

4. Problemas, obstáculos y limitaciones En América Latina, y en el caso particular de la República Dominicana, las problemáticas para que haya una plena participación política de la mujer en pro del fortalecimiento del sistema democrático está en la debilitada posición social de la mujer, en una visión tradicionalista de los roles de género, en los prejuicios, discriminación y estereotipos culturales que se tejen en torno a ellas. “De acuerdo con los expertos en esta materia, los principales obstáculos son los siguientes: La existencia de una cultura política discriminatoria en gobiernos y partidos políticos; escasa valoración de las capacidades y aportaciones de las mujeres al ejercicio del poder político; falta de programas que promuevan la participación de las mujeres, y la mayor dedicación de las mujeres al cuidado de su familia.

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Clave Digital, miércoles, /08/ 2007) http://www.blogger.com/go og_41859 7428 ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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También están: La falta de una normativa que obligue a los partidos a cumplir con la cuota de representación; La falta de una Ley de Partidos coherente con la cuota de representación. La necesidad del diseño de estrategias para garantizar el financiamiento de las candidaturas de mujeres en los procesos electorales, entre otros.”10 Los derechos políticos de ellas están directamente asociados con la democracia, y su reconocimiento está expresado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Este tipo de derechos incluyen el derecho al voto; el derecho a ocupar cargos de representación popular; a reunirse y/o asociarse, y a realizar peticiones ante las autoridades competentes.

5. Retos y desafíos El papel jugado por la mujer en la sociedad actual le descarga en una importante medida con relación al pasado la responsabilidad de madre, hija, esposa, amiga, doméstica y trabajadora. No obstante, cada una de estas características de la mujer es un reto que debe conjugar con la creación y desarrollo satisfactorio de una familia. La mujer tiene grandes desafíos ya que la sociedad del siglo XXI, a pesar de la liberación femenina y de la libertad de expresión y oportunidades que ofrece, trae consigo un sinnúmero de problemáticas que en su mayoría son retos que debe enfrentar: Demandar la erradicación de prácticas nocivas en la participación política de las mujeres como los obstáculos y descalificaciones en el desempeño político y social; incidir para que en los censos nacionales se incorporen las variables de género, raza y etnia, lo Informe de República Dominicana Aplicación de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing y el documento final del vigésimo tercer periodo extraordinario de sesiones de la Asamblea General (2000) para la preparación de las evaluaciones y exámenes regionales que tuvieron lugar en 2010 para la conmemoración de Beijing+15, pp. 13-14.

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cual permitirá visualizar la situación de las mujeres en general y de las mujeres afrodescendientes en particular para la formulación de políticas públicas específicas. La violencia contra las mujeres es una vergüenza para la humanidad. Para las mujeres afrodescendientes el problema es más profundo puesto que la discriminación por razones de género se suma a la discriminación por razones de etnia, lo cual socialmente es permisible por la cultura patriarcal imperante. Las mujeres han logrado avances significativos en algunos ámbitos de la vida nacional, pero aún persisten algunas metas y desafíos que deben afrontar para lograr esa igualdad por la que muchas han entregado su vida a lo largo de la historia. Un ámbito en el que han logrado grandes logros es la educación superior. En la actualidad, las mujeres dominicanas representan el 62 por ciento de la matrícula universitaria y el 66 por ciento de quienes egresan con honores. Esta realidad no se verifica en el campo laboral ya que no hay más mujeres que hombres accediendo a posiciones de trabajo bien remuneradas. De ahí que Clara Benedicto, ex vicerrectora de Investigación y Postgrado de la UASD, y primera dominicana en recibir un doctorado honoris causa, plantee que uno de los retos actuales de las mujeres es “reclamar su igualdad al acceso a posiciones de dirección e importancia, y también reclamar una remuneración igualitaria”.

Conclusiones Tras hacer una minuciosa investigación, he llegado a las siguientes conclusiones: 1. Que en el devenir de la historia dominicana y en toda la esfera de la sociedad ha existido y persiste una cultura machista. Esta se refleja en el predominio en los altos cargos públicos desempeñados por los hombres. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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2. A pesar que en las distintas etapas históricas y en todos los momentos en que la soberanía ha sido enajenada o ha estado en peligro; en otros casos, cuando al pueblo ha sido privado de sus libertades y derechos; las mujeres se han puesto al servicio de los mejores intereses de la Patria, y muchas de ellas fueron víctimas de humillaciones, encarcelamientos, exilios e incluso de asesinatos. 3. Actualmente el derecho al voto de la mujer es indiscutible, pero su accionar como política ha estado limitado, en razón de las múltiples responsabilidades a que están sometidas. 4. Aunque en las últimas décadas, fruto de reclamos y protestas, las mujeres han podido lograr conquistas como aprobación y puesta en vigencia de leyes y reglamentos; además de creaciones de instituciones que velan por sus derechos, todavía existen barreras que limitan su desarrollo. Se evidencia que la mayoría de los estamentos del Estado están controlados por los hombres. 5. A pesar de que en su lucha, las mujeres han sufrido algunos reveses iniciales y pérdida consecuente de ímpetu; organismos como la ONU-Mujer ha adaptado y revisado estrategias que ayudan a las mujeres a conseguir poder político bajo las normas del sistema democrático.

Recomendaciones 1. Que el país disponga de una Ley Electoral para que se reconozca y aplique la equidad de género y no como en la actualidad, que establece una cuota de 33% a puestos electivos, y en efecto los partidos políticos estén obligados a cumplirla. 2. Que desde el Ministerio de la Mujer, como organismo rector responsable de establecer las normas y coordinar la ejecución de políticas, planes y programas de manera sistemática y proactiva frente a las realidades nacionales que afectan a

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la población femenina, amplíe en su agenda nacional, temas sobre desigualdades de género: organicen seminarios, debates, curso-talleres, entre otros, con la finalidad de que la ciudadanía se empodere y adquiera una conciencia histórica.

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ECOS Órgano del Instituto de Historia de la UASD Año XXIV, Vol. 1, No. 14 Enero-junio de 2017

Aniana Vargas: de combatiente revolucionaria a Centinela de las aguas1 Reina Rosario2 Recepción: 10 marzo 2017 Aprobación: 11 mayo 2017

Resumen

De Aniana Vargas, quien fuera una destacada revolucionaria del pueblo de Bonao, se analizan las luchas más importantes y los aportes a la sociedad dominicana. En su larga trayectoria esta mujer fue protagonista de primera línea de cuatro de las luchas más trascendentales de la República Dominicana durante el siglo XX. La primera de estas fue la lucha antitrujillista desde su pueblo natal y luego desde el exilio; la segunda, su lucha junto a Manolo Tavárez Justo y el 14 de Junio; la tercera, su participación en la Revolución Texto presentado en la Jornada histórico cultural “Mujeres de nuestra historia”, organizada por la Escuela de Historia y Antropología de la UASD; Santo Domingo, 10 de abril de 2013. Retrabajado para Ecos. 2 Egresada del doctorado en Historia de Centro América y el Caribe de la Universidad de Costa Rica (UCR). Egresada de Historia y de la Maestría en Antropología Cultural de la Universidad Estatal de Moscú “Lomonosov”. Profesora investigadora de Historia de la UASD y de INTEC. Entre sus obras figuran: Identidades de la población del Caribe costarricense, Raíces de la identidad dominicana, entre otras. Es la actual directora del Instituto de Historia de la UASD y de la Revista ECOS. 1

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de Abril de 1965; y la cuarta, su lucha por el medio ambiente junto a los campesinos en la loma de Blanco, en Bonao. Junto al movimiento campesino aportó nuevas formas de luchas las cuales, hoy día, son reconocidas y estudiadas en gran parte de los movimientos campesinos de América Latina. Este trabajo también muestra cómo Aniana mantuvo por más de un lustro una columna en la prensa nacional llamada “Desde Bonao”, donde denunciaba, orientaba y educaba a la sociedad dominicana sobre la lucha social, llegando a convertirse en la voz del pueblo y hoy en fuente documental para conocer y valorar el quehacer revolucionario de esta gran mujer. Palabras claves: mujer, expediciones, revolución, intervención, cuenca del Yuna, reforestación, desalojo, movimiento campesino, mina, Bonao. Summary: From Aniana Vargas, a prominent revolutionary in the town of Bonao, are analyzed the most important struggles and contributions to the Dominican society. In her long career, this woman was the protagonist of the front line of four of the most transcendental fights of the Dominican Republic during the twentieth century. The first of these was the anti-Trujillo fight from her hometown and then from exile. The second one was along with Manolo Tavares Justo and the June 14; the third fight was her participation in the April 1965 Revolution; and the fourth, her struggle for the environment accompanied by the peasants at the Blanco Hill, in Bonao. Together with the peasant movement, she contributed to new forms of struggle, which are now recognized and studied in large parts by peasant movements in Latin America. This work also shows how Aniana kept, for more than a lustrum, a column in the national press called “From Bonao”, where she denounced, directed and educated the Dominican society on the social struggle, becoming the people´s voice and today in documentary source to know and value the revolutionary work of this great woman. Keywords: woman, expeditions, revolution, intervention, Yuna basin, reforestation, eviction, peasant movement, mine, Bonao.

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Introducción Con el objetivo de dar a conocer a las nuevas generaciones los ejemplos de liderazgos femeninos cercanos a su realidad se ha escogido a Aniana Vargas, hija meritoria del pueblo de Bonao, para mostrar cómo en su intensa vida encarnó el más puro ejemplo de la rebeldía y resistencia del pueblo dominicano. Aniana fue una mujer campesina que nació en el corazón de la Cordillera Central, las montañas de la loma de Blanco la vieron crecer, allí aprendió a amar y a defender las aguas que salían de las entrañas de esa serranía. Fue algo que hizo con tanto celo que su pueblo en gratitud la declaró “Centinela de las aguas”, heroína del valle del Cibao. La vida de esta gran revolucionaria fue intensa y desde muy joven la consagró a luchar por los sacrosantos derechos del ser humano, por la libertad de pensamiento y a la acción política. Fue una luchadora infatigable en todos los frentes que la construcción de la democracia dominicana le demandaba. En su larga trayectoria esta mujer fue protagonista de primera línea de cuatro de las más trascendentales luchas de la segunda mitad del siglo XX de la sociedad dominicana. Con el fin de dar conocer las intensas luchas que esta gran revolucionaria libró junto al pueblo dominicano, este trabajo se ha organizado de la forma siguiente: se abordará, en primer lugar, su lucha antitrujillista; en segundo lugar, su lucha junto a Manolo Tavárez Justo en el 14 de Junio; en tercer lugar, su destacada participación en la Guerra de Abril de 1965; y, en cuarto lugar, su lucha ambientalista junto a los campesinos de Bonao. Esta guerrera incansable mantuvo, en las últimas décadas de su vida, junto a lo mejor del pueblo de Bonao, una activa lucha contra los daños ecológicos al medio ambiente que causaba la minera Falconbridge en las provincias Monseñor Noel, Sánchez Ramírez, y La Vega. En la década de los noventa, junto a la Federación Campesinos Hacia el Progreso, se convirtió en símbolo de la lucha contra la mina de oro que durante los gobiernos de ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Joaquín Balaguer y Leonel Fernández se pretendieron explotar en el corazón de las lomas de Bonao. Esta última fase de su vida es la más conocida y reconocida. Fue declarada por el Senado de la República como “Madre Protectora de la Ecología, el Medio Ambiente y Ejemplo Nacional de Dignidad y Sacrificio”. El presente artículo solo aborda las luchas señaladas; la imposibilidad de una mayor extensión impidió tratar a la Anianamujer, hija, madre, y a esa mujer valiente y sensible, a ese ser humano especial que fue Aniana, a quien aprendí a admirar desde mi niñez por ser su compueblana. Con la reseña de las luchas sociales, políticas y ambientales de Aniana se persiguen los siguientes objetivos: 1. Dar a conocer a las nuevas generaciones ejemplo de liderazgos femeninos cercanos a su realidad, a su localidad, como fue el caso de Aniana Vargas, con el fin de motivar a los jóvenes a emular su ejemplo integrándose a luchar por el pueblo y en beneficio de las generaciones futuras. 2. Difundir las diversas luchas de Aniana Vargas a lo largo de su vida con el fin identificar en ellas una parte significativa de la historia de la resistencia de la sociedad dominicana y en especial de la provincia de Bonao. 3. Destacar, tomando el caso de Aniana como ejemplo, como la mujer dominicana ha desempeñado roles significativos en las grandes luchas del pueblo dominicano del siglo XX, a fin de visibilizar a la mujer en la historia, situándola en el lugar que merece, y 4. Divulgar ejemplos de movimientos sociales exitosos como el caso contra el desalojo de los campesinos y la explotación de la mina de Higo, en Bonao, con el fin de que las nuevas generaciones conozcan que cuando un pueblo se empodera ninguna autoridad puede imponerle lo que está contra la ley y contra la vida. Interesa para este estudio no solo dar a conocer las luchas de Aniana, sino también su visión de cada proceso socio histórico ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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en que le tocó luchar, por ello se ha puesto cuidado especial en dar a conocer sus posiciones, críticas y autocríticas, se da centralidad a sus expresiones, escritos y discursos en vez de explicarlos, se persigue difundir su pensamiento y acción, sus escritos y acciones ocupan la parte principal de este estudio. Para la elaboración de este trabajo han sido fundamentales la prensa nacional y partidaria, en especial el periódico, El Nacional, donde Aniana publicó por más de una década su columna Desde Bonao. De igual forma nos hemos nutrido de docenas de libros que enriquecen la historiografía nacional sobre las luchas antitrujillistas, sobre los partidos de izquierda, sobre la Revolución e intervención norteamericana de 1965, sobre los movimientos sociales de los 12 años, y sobre las luchas ambientalistas de los últimos treinta años, que sin duda recogen parte significativa de la lucha de esta gran mujer. También se ha recurrido a la historia oral, manteniendo el debido cuidado de corroborar lo recogido como esta técnica histórica amerita. Se realizaron entrevistas a: Fidelio Despradel, Mayobanex Vargas, María Ondina Vargas, Rafaelito Rivas, Argentina Santana, (Tona), Sagrada Bujosa, Anulfo Reyes, Lourdes Contreras, Luis Carvajal, Ana Silvia Reynoso, Esteban Polanco, Eleuterio Martínez, y Agapito Marte, entre otros.

Aniana Ondina Vargas Jáquez Aniana nació el 13 de marzo 1930 en la Salvia, Bonao. Fue hija de Marcelino Antonio Vargas García y Eufemia Jáquez Abreu, quienes conformaron una amplia familia de ganaderos en la Loma de Blanco, Bonao. Aniana tuvo dos hijos, Ondina Vargas Vargas y Rafael Rivas Vargas, además de seis nietos y varios bisnietos. Al presentarse, Aniana solía decir: “En un campo del llano nací y en las lomas del Río Blanco me crié; aquí aprendí a querer y a respetar a nuestra gente y a la naturaleza. Aquí, en medio de la tiranía trujillista, comencé a ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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sensibilizarme contra los abusos, la ausencia de libertades y la explotación despiadada de las personas y el medio ambiente. Aquí me hice revolucionaria, asumiendo un compromiso para toda la vida.”3 Es ese compromiso de toda la vida de esta mujer el que trata de mostrar el presente estudio. Dos meses más tarde del nacimiento de Aniana Vargas, el 30 mayo de 1930, Rafael Leónidas Trujillo fue declarado presidente electo. Como se sabe, Trujillo llegó al poder a través de métodos fraudulentos, tramó el golpe de estado a Horacio Vásquez, que fue llevado a cabo el 23 de febrero por un movimiento cívico-militar. Luego de esto, procedió al montaje de unas elecciones fraudulentas, donde él era el candidato único y estrenó una “nueva” y parcializada Junta Central Electoral. Fue declarado ganador con un 45 % de abstención. Trujillo, en poco tiempo, estableció pleno control político y militar del país, ensañándose contra los partidos de oposición. De inmediato se encaminó, junto a los suyos, a convertirse en el grupo de mayor poder político y económico de la nación. No escatimó esfuerzos en acudir al engaño y al soborno, al robo y a la expropiación, a la persecución y al terror, al encarcelamiento y al asesinato contra todo aquel que interfiriese en su ambicioso camino de ser el dueño absoluto de la Nación. Su régimen se caracterizó por el despotismo, totalitarismo y megalomanía. Para Bernardo Vega: “La dictadura puede ser definida como la “generación perdida” ya que sus integrantes no pudieron expresarse o actuar. Fue la dictadura más feroz y efectiva que ha tenido Latinoamérica en lo que se refiere al control sobre la población. Sin embargo, se mantenía un barniz de constitucionalidad y legalidad. Cada cuatro años se “celebraban” elecciones, pero sin oposición.”4

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Aniana Vargas, El Nacional, “Desde Bonao”, 2 de marzo de 1994, pág. 11. Bernardo Vega, Historia Dominicana, (coordinador) Frank Moya Pons. Colección Antillas, Madrid: Ediciones Doce Puertas, S. A. 2010, 449. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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La familia de Aniana, como muchas otras en el país, estuvo marcada por el terror que dominaba la sociedad dominicana. Aunque es importante puntualizar que de toda la geografía nacional en Bonao se sufrió doblemente la dictadura. Esto así, porque el pueblo de Bonao fue monopolizado por José Arismendi Trujillo Molina (Petán), hermano del tirano. Este convirtió a Bonao en una especie de feudo personal. José Almoina, en su libro Una satrapía en el Caribe, dice al respecto: “A este megalómano le había hecho su hermano Rafael además de Mayor del Ejército, árbitro de las tierras del Bonao y explotador de la finca Rancho Grande. Establecióse Petán en el Bonao, que hoy se llama Monseñor Nouel, y luego se hizo proclamar rey y señor, bajo la designación de Hijo Adoptivo de la Común. Pronto comenzaron en ella los crímenes para apoderarse de tierras y ganado y los raptos para llevar a cándidas doncellas al lecho del bárbaro. El nombre de José Arismendi es execrado en el Bonao.”5 Petan tenía una réplica del gobierno central en Bonao, lo que implicaba doble control y doble terror. Controlando cada plátano producido en la región,6 así como las acciones y actividades de los bonaenses. En medio de estas condiciones, de doble dictadura, se fue forjando en este pueblo la personalidad de muchos jóvenes del pueblo de Bonao. Este doble control y

José Almoina, Una satrapía en el Caribe. Santo Domingo: Edición Dominicana, 2007, 19. 6 “El Sátrapa concedió a su hermano Petán nada menos que la exportación y comercio interior de huevos, guineos, aves, etc. La economía del campo dominicano estribaba en la producción de frijoles, plátanos, guineos, naranjas o chinas, limones, guayabas, etc… Vio Trujillo que aquello era un negocio y encomendó a su hermano, el «Estuprador del Bonao», el adquirir almacenes donde recoger estos productos exportables. El miserable Petán, luego, distribuyó por el campo dominicano destacamentos del Ejército que obligaban a los campesinos a entregarles los productos de su trabajo a precios irrisorios. Hizo más: intervino en los muelles de los puertos para que sin su autorización no pudiera salir del país un solo racimo de plátanos”. Véase: José Almoina, Una satrapía, 20. 5

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terror también produjo en Bonao doble indignación y rechazo. Y desde muy temprano de instaurado el régimen se inició en este pueblo, conocido como la Villa de las Hortensias, la lucha antitrujillista. Muchos de estos jóvenes indignados ante la doble dictadura se convirtieron en destacados antitrujillistas como son los casos de Aniana Vargas, su sobrino Mayobanex Vargas y muchos otros nobles bonaenses. Aniana inició sus actividades políticas en 1956, cuando tuvo que emigrar desde Bonao a la capital, ante la persecución de Petán contra miembros de su familia. Luego las continuó en Nueva York, a donde se fue al exilio.

1.- Lucha antitrujillista desde el exilio “Vamos a abonar con nuestra sangre las playas de la República Dominicana. En esa sangre, estoy seguro que germinará el árbol de la libertad.”7

Ya para el 1956 los dominicanos en el exilio habían organizado tres expediciones fallidas. La primera en 1933 dirigida por Estrella Ureña, la segunda en 1947 partiendo desde Cayo Confites, y la tercera en 1949 conocida como la de Luperón. Para el 1958 hubo una cuarta expedición dirigida por Manuel Batista Clisantes. La quinta expedición, la más importante y numerosa de todas, la constituyeron las expediciones de junio de 1959.8 Frase de José Cordero Michel, expedicionario de la “Carmen Elsa”, que encarnó el espíritu de los expedicionarios de 1959 que se inmolaron con la esperanza de que germinara la libertad, como ciertamente ocurrió. Véase: Emilio Cordero Michel, “Las expediciones de junio de 1959”, Revista Clío, no. 177, 2009, 122. 8 En la historiografía dominicana se habla indistintamente de “La expedición” del 1959 como de “Las expediciones”. Esto así porque todos los que vinieron formaban parte de un grupo único que fue entrenado en “Mil Cumbres”, Pinar del Río, Cuba. Solo se diferenciaron porque, aunque tenían previsto llegar el mismo día y a la misma hora, llegaron en dos fechas diferentes y en tres grupos separados. 7

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“Las expediciones de junio 1959, aunque desde el punto militar la acción de los expedicionarios fue un fracaso, el ejemplo y el martirio de estos jóvenes se constituyó bien pronto en un estímulo espiritual de extraordinario vigor que, sobre todo en la juventud dominicana sería el factor generador de una nueva conducta oposicionista más abierta y decidida contra la dictadura.”9 El aporte del pueblo de Bonao en las expediciones del 59 fue altamente significativo. Una muestra de ello es que hoy el país cuenta con dos figuras heroicas del pueblo de Bonao, las cuales iniciaron su larga trayectoria revolucionaria en las expediciones del 59. Se trata de Aniana Vargas y Mayobanex Vargas. En 1959 Aniana Vargas participó desde Nueva York en apoyo a los expedicionarios del 14 de junio de 1959. En su columna Desde Bonao, recordando esos tiempos, escribió: “Recuerdo a Tony Mota Ricart. Eran los febriles meses que antecedieron la Gesta de Constanza, Maimón y Estero Hondo. En el local de la Unión Patriótica de Nueva York, en la avenida Columbus. Sentado en un banco. Ansioso. Esperando la respuesta a su solicitud de participar en el selecto grupo que viajaría a Cuba para iniciar los entrenamientos para empezar la lucha armada contra la tiranía. Se le iluminó la cara cuando le informamos que había sido incluido en el grupo. Recuerdo a don Juanito Díaz, Presidente de la Unión Patriótica, organización que pasaría a integrar el Movimiento de Liberación Dominicana (MLD). Recuerdo al guatemalteco Roberto Roldán. A Fernando Godoy y a Betti, Dominicana Perozo e Isabel Voig, parte del contingente de mujeres que nos iríamos a preparar militarmente para integrar el Franklin Franco, Historia del pueblo dominicano. Santo Domingo: Editora Mediabyte, (séptima edición), 2009, 578.

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segundo grupo que desembarcaría en playas dominicanas. Así nos lo había prometido Enrique Jimenes Moya cuando visitó Nueva York.”10 Por su parte Mayobanex Vargas, héroe nacional por su participación en esta heroica gesta del 14 de Junio de 59, en su libro Testimonio histórico junio 1959, narra lo siguiente: “Salí hacia Nueva York luego de comunicarme con mi tía Aniana, quien me dio esperanzas de conseguir trabajo allá. En el mismo aeropuerto de Nueva York le manifesté a Aniana mi disposición de luchar por la libertad de mi país. Ella, que estaba desde mucho antes en esa activad, me dio un abrazo y me dijo «lo esperaba de ti». En pocos días ya me estaba introduciendo entre sus amistades antitrujillistas: mi satisfacción era grande, podía desahogarme de mis sentimientos reprimidos por mucho tiempo, mi tía Aniana no perdió tiempo y me llevó a la Unión Patriótica Dominicana, grupo que dirigía a los antitrujillistas dominicanos en Nueva York.”11 En el 1958 los dominicanos exiliados en Venezuela estaban bien activos. Apenas a una semana después de derrocada la dictadura de Pérez Jiménez en ese país, tuvo lugar la fundación de la Unión Patriótica Dominicana, constituida en 1958 en casa de Rinaldo Sintjago. La Unión Patriótica Dominicana en Venezuela de inmediato inició amplios contactos con otras organizaciones antitrujillistas con el propósito de lograr la unidad de los exiliados dominicanos. El Frente Unido Dominicano de Cuba que, a petición de la UPD de Venezuela, pasó a llamarse Unión Aniana Vargas, El Nacional, jueves 12 de junio de 1997. Año, XXXI, No. 11,139, p. 11. 11 Mayobanex Vargas, Testimonio histórico junio 1959, Bonao, S/e, p. 8. 10

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Patriótica Dominicana de Cuba, el Frente Unido Dominicano de Puerto Rico, el Frente Dominicano de Nueva York, el Partido Socialista Popular, el Frente Independiente Democrático de Venezuela y la Unión Patriótica Dominicana de los Estados Unidos, acordaron celebrar un congreso unitario en diciembre de dicho año [1958]. La Unión Patriótica Dominicana, organización no partidista, decidió colaborar con la guerrilla cubana, enviándoles dinero y armas a Fidel Castro, viejo compañero de los dominicanos por participar en la frustrada expedición de Cayo Confites en 1947. Se designó como enviado especial a Enrique Jimenes Moya, quien se integró a la lucha de los cubanos destacándose por su valentía y arrojo, llegando al grado de capitán. Luego del triunfo revolucionario de los cubanos y la conmoción que esta victoria causó en toda Latino América. Según relata Cordero Michel solo en este momento “se sentaron las bases para la unidad —por primera vez en 29 años— de la casi totalidad del exilio dominicano”. Todas las organizaciones mencionadas arriba se reunieron y dieron a la publicidad la “Declaración de La Habana”, señalando que se habían unido para derrocar a Trujillo; que compartirían las responsabilidades en la liberación del pueblo dominicano, concluyendo con un llamado para que se incrementara organizadamente su lucha contra la tiranía, y un pedimento a los pueblos del mundo en demanda de que les ofrecieran su fraternal solidaridad para alcanzar los objetivos programados.”12 En marzo de 1959 el Ejército de Liberación Dominicana inició el entrenamiento de 261 combatientes: 211 dominicanos. 22 cubanos, 13 venezolanos, 5 puertorriqueños, 2 españoles, 2 norteamericanos y 1 guatemalteco. Fue escogido como comandante Enrique Jimenes Moya. El lugar de adiestramiento estaba en la provincia de Pinar del Río, en la finca “Mil Cumbres”, en Cuba. El propósito era darle fin a la dictadura trujillista. Emilio Cordero Michel, “Las expediciones de junio de 1959”, Revista Clío, no. 177, 2009, 101.

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Un dato poco conocido y de gran relevancia para valorar en su justa medida la participación de la mujer en la resistencia contra trujillista es que, en este campamento de “Mil Cumbres”, según relata Emilio Cordero Michel, “Había 4 dominicanas en calidad de combatientes: Dominicana Perozo, hermana de Manuel de Jesús Perozo (Masú), quien vino por Estero Hondo, perteneciente a la familia mártir de Santiago; Dulce Díaz, igualmente de Santiago; Betty Rodríguez, de Bonao; y Linda Ortiz, de Santo Domingo. Estas 4 mujeres, además de entrenarse como cualquier otro miembro del ELD, lavaban la ropa de los expedicionarios, cocinaban para toda la tropa, hacían la limpieza de las “chabolas” en que dormían los integrantes del ELD y fungían de enfermeras. Al acercarse la fecha de la salida de los expedicionarios estas mujeres fueron trasladadas a La Habana con el pretexto de recibir entrenamiento en primeros auxilios, para evitar su participación y desligarlas de los planes bélicos.”13 Esta acción engañosa en contra de estas mujeres valientes y decidas a luchar contra la dictadura privó al pueblo dominicano de conocer cómo las mujeres también estuvieron dispuestas a inmolarse por la libertad dominicana. Muestra, además, cómo en todas las luchas por la libertad, las mujeres dominicanas han jugado su rol histórico a pesar de que la historiografía tradicional no recoja sus hazañas. Algo parecido sucedió con las mujeres febreristas (las independentistas), pues se piensa, y hay razón para ello, que debieron ser muchas más mujeres de las catorce que biografió Vetilio Alfau. De seguro también hubo más mujeres que tomaron parte de las luchas restauradoras que las pocas que se reseñan. Y mucho más numeroso debió de ser el grupo de mujeres que formó parte de la resistencia contra la ocupación norteamericana de 1916 al 1924 que aquellas escasamente mencionadas por la historiografía. Los aportes del pueblo de Bonao a las expediciones del 59 se visten de gloria con mujeres como Aniana Vargas, Betty Emilio Cordero Michel, Las expediciones, 105.

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Rodríguez y de seguro con otras más que se destacaron en la lucha antitrujillista que la memoria colectiva del pueblo de Bonao aún recuerda. Esta situación plantea la imperiosa necesidad de recuperar la participación estas mujeres, aunque sea mediante el método de historia oral, para integrarlas a los relatos históricos donde deben estar. Las expediciones de junio de 1959 se ubican dentro de la concepción foquista que contagió de forma eufórica al exilio dominicano. Este entusiasmo fue tal que se obvió la falta de apoyo interno a los expedicionarios, factor imprescindible para garantizar la sobrevivencia y el triunfo de la resistencia armada en cualquier situación. Por otro lado, cierto que las expediciones de junio de 1959 resultaron un fracaso militar. Sin embargo, por los efectos que produjeron en la sociedad dominicana, fueron las más importantes de todas las actividades de los exiliados dominicanos, ya que marcaron el inicio del derrumbe definitivo de la tiranía y el incremento de la lucha interna con la formación de un amplio movimiento de oposición que culminó con el ajusticiamiento de Trujillo. El resumen de la expedición del 59 es el siguiente: “De los 198 expedicionarios, 58 murieron en combates, 33 fueron heridos y rematados, 29 fueron fusilados, 78 estuvieron presos en San Isidro, y, 72 torturados y fusilados en San Isidro, para un total de 192 muertos. Sobrevivieron 6 expedicionarios, equivalente a un 3%. Un total de 97% murió heroicamente.”14

2.- Lucha junto a Manolo Tavárez Justo y el Movimiento 14 de Junio Aniana, heredera de la raza inmortal.

Una vez ajusticiado Trujillo, Aniana Vargas regresó al país y se integró al comité del Movimiento Político 14 de Junio en Emilio Cordero Michel, Las expediciones, 131.

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186 Aniana Vargas: de combatiente revolucionaria a Centinela de las aguas // Reina Rosario

Bonao, donde rápidamente escaló por sus méritos hasta llegar a la dirección política del mismo. En octubre de 1961, junto a los demás miembros del Comité de Bonao, conoció a Manolo Tavárez. Muchos años después, en su columna Desde Bonao, refiriéndose a ese hecho, Aniana escribió: “Recuerdo muy bien aquella reunión con Manolo Tavárez Justo reunido, en la capital, con el comité de Bonao (en el exilio) porque Petán Trujillo le había puesto precio a la cabeza de todos y cada uno de los miembros del Primer Comité del 14 de Junio creado en la provincia donde nací, me admiró la fuerza y convicción de su palabra. Nunca más habría de buscar orientación en otra organización que no fuera el 14 de Junio ni en otro dirigente que no fuera Manolo.”15 En noviembre de 1995, para el 30 aniversario del asesinato de las Hermanas Mirabal (ocurrido el 26 de noviembre de 1960), y el 32 aniversario del crimen de Manolo Tavárez, (ocurrido el 21 de diciembre de 1963), Aniana escribió Desde Bonao: “Minerva Mirabal y Manolo lideraron e inspiraron una generación política que protagonizó tres acontecimientos trascendentes en la vida de las presentes generaciones: primero, con su lucha que hicieron posible el ajusticiamiento de Trujillo, segundo, abrieron las puertas para la democracia y la irrupción del pueblo dominicano a la vida política, y tercero, enfrentaron, armas en manos, la intervención militar norteamericana en el país… Fue una generación de jóvenes que soñó, que ejerció una influencia determinante en todos los acontecimientos políticos y sociales del país de aquellos años y que se batió contra las fuerzas más poderosas de la época para que no le impidieran soñar y actuar para materializar sus sueños.”16 Aniana Vargas, El Nacional, jueves 18 de noviembre de 1997, Año, XXXI, No. 11,299, p. 11. 16 Aniana Vargas, El Nacional, Jueves 23 de noviembre de 1995, Año, XXX, No. 10,579. 15

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Aniana habría de decir, 20 años después, que “haber trabajado junto a Manolo ha sido su experiencia más significativa de su vida”. Consumado el golpe de Estado contra el Gobierno Constitucional de Juan Bosch en 1963, Aniana pasó a trabajar con los grupos de apoyo para la proyectada insurrección armada constitucionalista del Movimiento Revolucionario 14 de Junio que habría de iniciarse el 28 de noviembre de 1963. Era el 14 de Junio de 1962. Por primera vez se iba a celebrar el sacrificio heroico de los expedicionarios de 1959. El 14 de Junio había convocado una manifestación multitudinaria frente al Baluarte del Conde en el parque Independencia. Manolo Tavárez Justo, ante una multitud, había empeñado su palabra al declarar que si la reacción imposibilitaba la lucha pacífica del pueblo, el Movimiento 14 de Junio “sabe muy bien donde están las escarpada montañas de Quisqueya, y a ellas iremos siguiendo el ejemplo, y para realizar la obra de los héroes del 59.”17 Este, ciertamente, fue un discurso muy emotivo ante una multitud delirante, que trajo consecuencias funestas. Así lo plantea Pierro Gleijeses en su estudio, “inmediatamente después del golpe, Manolo Tavárez se dio cuenta de que el 1J4 no estaba en condiciones de alzarse, de que hacerlo significaría el desastre, no solamente para los guerrilleros sino para todo el partido.”18 Gleijeses continúa planteando que, de todas formas, “El 26 de noviembre, el 1J4 abrió seis focos guerrilleros. El jefe del mando supremo revolucionario era Manolo Tavárez. Temiendo la deshonra, Manolo había cedido. Se fue a la guerrilla “convencido” de que iba hacia su propia muerte.”19 Josefina Lora Padilla fue la única mujer que participó en la lucha armada del Movimiento 14 de Junio y de los pocos sobrevivientes. Tony Raful, Movimiento del 14 de Junio Historia y documentos. Santo Domingo: Editora Búho, 2013, 236. 18 Pierro Gleijeses, La esperanza desgarrada, Santo Domingo: Editora Búho, 2012, 201. 19 Pierro Gleijeses, La esperanza, 202. 17

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188 Aniana Vargas: de combatiente revolucionaria a Centinela de las aguas // Reina Rosario

En entrevista para este trabajo, Fidelio Despradel relató cómo Aniana estuvo apoyando la organización de los seis frentes guerrilleros que organizó el Movimiento 14 de Junio. El 28 de noviembre de ese 1963 a ella le tocó acompañar al grupo de guerrilleros que se iban a internar en las montañas, ir en el vehículo que habría de regresar.20 El 21 de noviembre, aun cuando todavía no se había cumplido un mes, debido a la falta de apoyo de la población y a las deterioradas condiciones físicas del grupo, Manolo Tavárez junto a trece miembros del grupo, bajaron de las montañas y se rindieron cerca de un poblado llamado Las Manaclas. Allí fueron hechos prisioneros y asesinados inmediatamente por tropas del ejército.21 Esta afirmación es confirmada por el Dr. Emilio Cordero Michel, único sobreviviente de los guerrilleros que fueron muertos el 21 de diciembre. Cordero Michel escribió una carta desde la cárcel donde afirmaba “Bajando prisionero de las montañas de San José de las Matas escuché las expresiones de la soldadesca “matar a Tavárez Justo aunque venga con bandera blanca y desarmado”. No dudé un segundo de que tenían instrucciones superiores de liquidar al compañero y a todos quienes le acompañen… Manolo Tavárez y 14 compañeros fueron asesinados por las tropas de la Aviación. Desde una solitaria cárcel del Palacio de la Policía acuso al Gobierno y a los militares de San Isidro de la muerte de esos compañeros.22 El asesinato de Manolo fue demoledor para el 14 de Junio. Era considerado tanto en el partido como en la sociedad dominicana como el único hombre serio que aglutinaba las masas. La muerte de Manolo y sus compañeros conmocionó a la sociedad dominicana y estremeció a los miembros del 14 de Entrevista a Fidelio Despradel, l 4 de mayo del 2011, en su residencia, en Ciudad Nueva. 21 Franklin Franco Pichardo, Historia, 627. 22 Tony Raful, Movimiento del 14 de Junio, Historia y documentos, Santo Domingo: Editora Búho, 2013, 525 y 529. 20

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Junio. Aniana tenía una estrecha cercanía con Monolo. Veamos: “Les fue permitido a los familiares de los guerrilleros muertos ir a desenterrarlos para identificarlos, pues lo habían sepultados en fosas comunes en los alrededores del lugar donde fueron muertos: Entre los familiares autorizados a ir estaban Ángela Tavárez y Emma Tavárez, hermanas de Manolo, Aniana Vargas y Marcos Pérez Collado.”23 El que Aniana acompañara a las hermanas de Manolo en este momento de infinita tristeza refleja los vínculos estrechos que tenían Monolo Tavárez y Aniana; ella era vista como una tercera hermana de Manolo. Aniana, que en los momentos de dolor no se amilanaba, sino que por el contrario se potenciaba, se secó las lágrimas y se sobrepuso a la impotencia de tener que enterrar al gran líder de la juventud progresista del país y se entregó de lleno a seguir construyendo la organización con que soñara Manolo Tavárez. Se reconoce que la expedición del 59 se enmarcó dentro de la concepción foquista que contagió de forma eufórica al exilio dominicano y los llevó a obviar el apoyo interno. En ese mismo tenor, en un estudio sobre los orígenes del Movimiento 14 de Junio, se reconoce que “El Movimiento 14 de Junio se estructuró alrededor del paradigma guerrillero y no lo abandonó nunca, al grado de que tal persistencia explica la disolución de la organización, abocada al fracaso por el aferramiento al método. El signo de la guerrilla se mantuvo, entre propugnadores, como el gran reto que debían afrontar los izquierdistas dominicanos, al margen de una validación derivada de las condiciones nacionales y de una evaluación de la factibilidad mínima de éxitos.”24 Nuestra biografiada, Aniana, como la mayoría de los miembros del Movimiento 14 de Junio, se mantuvo fiel al método del 14 de Junio hasta entrada la década del 70. Tony Raful, Movimiento, 476. Roberto Cassá. Orígenes del Movimiento 14 de Junio. Santo Domingo: Editora Universitaria, 1999, 42, 45.

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Durante el 1964 y principios del 1965, por los méritos de Aniana en los difíciles momentos posteriores a la insurrección de noviembre y al asesinato de Manolo Tavárez, Aniana pasó a integrar el Comité Provisional Clandestino del Movimiento 14 de Junio.

3.- Participación de Aniana en la Revolución de Abril de 1965 Combatiente en la trinchera del honor.

La Revolución de Abril de 1965 y la heroica resistencia del pueblo dominicano a la segunda intervención norteamericana en el siglo xx no fue un hecho casual ni espontaneo. Fue el resultado de una serie de acontecimientos que estuvieron calando profundamente en el pueblo dominicano y que se conjugaron en las condiciones sociopolíticas causadas por el golpe de Estado al gobierno constitucional de Juan Bosch el 25 de septiembre de 1963. La respuesta de la sociedad dominicana al Golpe de Estado fue inmediata: la guerrilla de Manolo Tavárez en noviembre de 1963, las huelgas generales del año 1964 y el descontento y la conspiración dentro de las Fuerzas Armadas. El detonante de la Revolución de 1965 fue el pronunciamiento de Peña Gómez por un programa radial contra el gobierno de Donald Reid Cabral. La gente se tiró a la calle en demanda del retorno del gobierno constitucional de Juan Bosch. Se trató de una revolución democrática y popular donde los constitucionalistas tomaron el poder, aunque de forma efímera, tras derrotar a los golpistas que no pudieron entrar a la ciudad, y fueron obligados a retirarse en desbandada en la heroica batalla del puente Duarte. Se eligió un presidente constitucional y se restableció la constitución del 1963. Esta revolución fue bloqueada por la segunda intervención norteamericana apoyada por la OEA el 28 de abril y la invasión de 500 infantes de marina, que en

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dos semanas pasaron a ser 14 mil y para finales de mayo ya eran 42,000 efectivos, con decenas de tanques de guerra y de aeronaves. En esencia, del 24 de abril al 3 de septiembre, en esos 120 días, se libraron tres guerras: la guerra militar, la guerra propagandística y la guerra política. La guerra militar se circunscribió al casco urbano y a sectores marginados de Santo Domingo. La guerra propagandística abarcó todo el territorio nacional y se expandió al exterior. La guerra política se imbricó en la nación misma. El constitucionalismo, base de la guerra política, representaba la nación en esos momentos. Es importante destacar que “Los constitucionalistas ganaron la guerra propagandística porque tenían una causa política sustanciosa, de alto valor, de gran prestigio histórico y moral, porque sus líderes políticos fueron comunicadores eficaces.25 ¿Cuál fue la participación de Aniana Vargas en Revolución de 1965? Los dominicanos y dominicanas combatieron por 130 días sin ceder jamás a sus principios. La Revolución de Abril de 1965 estalló sorpresivamente, pero de inmediato las mujeres, casi en proporción comparable a los hombres, se integraron a enfrentar el reto que les tocó vivir. Las mujeres fueron a la guerra en condición de subordinadas, se ocuparon de tareas asistenciales. Para Teresa Espaillat, una combatiente de abril, “la Revolución representó histórica y simbólicamente la ruptura con ese segregacionismo, las mujeres no seremos jamás rama, apéndice ni objeto de nada.”26 La impresión que el inicio de la guerra le causó Aniana en Abril de 1965 la relató 20 años más tarde para el libro Mujeres de Abril: Lipe Collado, “La comunicación y su impacto durante la Revolución Constitucionalista de 1965”, en Guerra de Abril, inevitabilidad de la historia. Santo Domingo: Editora Búho, 2005, 355. 26 Teresa Espaillat, en Guerra de Abril, inevitabilidad de la historia. Santo Domingo: Editora Búho, 2005, 351. 25

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192 Aniana Vargas: de combatiente revolucionaria a Centinela de las aguas // Reina Rosario

“El 24 le cogió de sorpresa, Estaba con Ivelisse Acevedo ocupada y no oímos la noticia de la insurrección popular, cuando un sobrino le avisó, salieron a dar una vuelta, cuando estábamos llegando a la Dr. Delgado aquello era una cosa impresionante, mujeres, hombres y niños con palos y piedras en las manos iban bajando y voceando cosas contra el gobierno. La gente iba atacando a todo el que venía uniformado, porque la cosa era con ellos en ese primer momento. Las masas venían enardecidas. Fue una cosa que nunca soñé ver, es decir nunca la imaginé y no puede imaginarla nadie que no la haya visto. Lo que tú veías era la gente, oía lo que decía y cómo actuaba. Eso era una cosa que solo el que ha estudiado política, el que conoce la psicología de las masas, podía entender: como la gente es capaz de responder de esa manera. Te digo que la impresión más grande de mi vida fue ese 24 de abril.”27 El 25 de abril bien temprano la gente de los barrios populares espontáneamente tomaron la avenida Duarte que se convirtió en un mar de gente que venían armados de palos, piedras y todo tipo de armas caceras. Esa muchedumbre impresionante pedía a gritos el “retorno del Bosch” y “Constitución 63”. El pueblo había respondido al llamado de integrarse y bajaban multitudes hacia el parque independencia. En el parque Emma Tavárez, hermana del asesinado líder del 14 de Junio Manolo Tavárez, subida en un baluarte, dijo a la multitud: “Armas para el pueblo ha de ser la consigna que enarbole todo el pueblo en esta hora de grandes decisiones, y un grito de ira se extendió como reguero de pólvora por toda la ciudad.28 Esa mañana, Margarita Cordero. Mujeres de Abril. Santo Domingo: CIPAF, Ediciones Populares Feministas, 1985, 38. 28 Franklin Franco, República Dominicana: clases, crisis y comandos, Santo Domingo: Editora Manatí, (quinta edición), 2000, 241. 27

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con el pueblo enardecido y deseoso de integrarse a la lucha por la constitucionalidad, alguien gritó que se había recuperado a radio Santo Domingo y esa noticia causó euforia, pues esa emisora se convirtió en el vehículo de orientación de los constitucionalistas. El 25 de abril, a las 2:00 pm tomó posesión en el Palacio Nacional como presidente Constitucional José Rafael Molina. Acto seguido en su primer discurso dijo: “Proclamo formalmente la plena vigencia de la Constitución de 1963, la reinstalación de un Estado democrático en la República Dominicana y asumo provisionalmente la Presidencia de la Republica hasta que llegue al suelo patrio el profesor Juan Bosch, Presidente constitucional.”29 Fidelio Despradel, relató para este trabajo que: “Un día después de iniciada la Revolución, Aniana estuvo presente en la toma de posesión del presidente Ureña. “Ella mantenía un vínculo permanente con los presos políticos del 1J4. Se empeñó en que en los primeros decretos del presidente se amnistiara a los presos políticos, y a los exiliados tal como lo establece la constitución. Esperó con ansias ese decreto y salió con él decreto para la cárcel La Victoria donde fueron liberados todos los presos.”30 La mayoría de los presos eran del 14 de Junio y de los demás grupos de izquierda. En esos mismos momentos en que se juramentaba el presidente Ureña, uno de los dirigentes de la revuelta, el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, declaró a la prensa que “nuestra razón fundamental es única y exclusivamente retomar lo que al pueblo se le quitó el 25 de septiembre de 1963.31 Este coronel habría de convertirse más adelante en el símbolo de la trinchera del honor del pueblo dominicano.

Gerardo Sepúlveda, Cronología: Revolución de Abril de 1965, Santo Domingo: Editora Búho, 2017, 40. 30 Entrevista a Fidelio Despradel, 4 de mayo 2011. 31 Franklin Franco, República Dominicana, 242. 29

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El mismo 25 de abril Aniana fue designada por la dirección del 14 de Junio en el comando que se estableció en su propia casa, en la calle Juan de Morfa, dirigido por Roberto Duvergé. El 27 de abril, en el Puente Duarte, el pueblo dominicano descubrió en el coronel Francisco Alberto Caamaño un nuevo líder que le dio un giro inesperado a los acontecimientos cuando apareció junto a otros militares encabezando el combate. “Por primera vez en el siglo XX las Fuerzas Armadas formadas en el trujillismo tiránico y respaldadas por el poder estadounidense fueron derrotadas por un pueblo desarmado y sin entrenamiento militar. El carácter del coronel Francisco Caamaño imprimiría a partir de entonces su sello a todo el movimiento patriótico.32 Aniana, hablando de lo que fueron sus primeras tareas en la Revolución, relató: “La primera tarea en la Revolución fue de coordinadora del 14 de Junio para las acciones que se iban hacer en ese momento. Al otro día me mandaron, junto a Roberto Duvergé, Orlando Mazara y Oscar Santana a la zona norte, en mi casa, que quedaba en la calle Juan de Morfa. Ahí se constituyó el primer Comando de la Zona Norte. Ahí se desarrolló la mayor parte de la guerra, la guerra donde realmente se desarrolló con toda su crueldad fue en la parte Norte. Fue donde el CEFA, unido a los norteamericanos, contra quienes nosotros peleábamos, nos tomaron la ciudad metro a metro. El día que nosotros llegamos no había nada y los comandos empezaron a surgir inmediatamente. Entonces comenzamos detectar en la zona a la gente que tenía armas y a organizar las capturas de las armas. Comenzamos también a organizar la población Hamlet Germán, Eslabón perdido, Gobierno Provisional 1965-1966, Santo Domingo: Editora Búho, 2009, 7 y 8.

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encabezada por los militares revolucionarios. Yo era la única mujer que estaba ahí y tenía que hacerlo todo. No cocina, eso no, no, porque yo era una militante. Yo hacía lo que hacían los compañeros. Yo estaba encargada de llevar todo lo que necesitaban los comandos, desde alimentos hasta armas. Cuando los yanquis nos dividieron estuve con una cuestión de médicos como enfermera.”33 Aniana explicó que en la zona constitucionalista: “Las mujeres provenían de todos los rincones del país. Teníamos de La Vega, Bonao, Padres las Casas, Santiago. El grueso nos entrenábamos en la Academia Miliar 24 de Abril, organizada por el 14 de junio que se estableció en el parque Eugenio María de Hostos para aprender táctica de guerrilla urbana… Allí las mujeres de entrenaban militarmente y se ejercitaban. También recibían orientación política. Para la formación política creamos una escuela en el colegio Santa Clara, allí se integró Emma Tavárez Justo, y el principal orientador era Roberto Duvergé. Ahí participaron unos 300 miembros, muchos dormían en el colegio que era un internado y allí cocinaban. Había tres homosexuales entre ellos Safra, quien fue el que nos coció todo el tiempo y tuvo un excelente comportamiento.”34 Al referirse a las relaciones que se desarrollaron en medio de la guerra entre las mujeres Aniana señaló “Yo casi siempre era la más vieja, unos catorce años mayor que mis compañeras […] y me sentía como la madre de ellas”. Margarita Cordero, Mujeres de Abril, 59. Fidelio Despradel. Historia gráfica de la Guerra de Abril. Santo Domingo: Editora Búho, 2005, 226 y 227.

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Para el libro Mujeres de Abril Aniana explicó cómo ella veía el futuro al término de la Revolución: “[…] para mí el futuro de esa época fue el mismo que en el 1959, cuando yo hice conciencia de que el problema era el sistema y que la lucha era contra el sistema. En la guerra, la lucha era contra el sistema, hoy la lucha es también contra él. Esa ha sido mi posición. Yo nunca he tenido una gran capacidad política, teórica, que me haya facilitado hacer grandes análisis, pero he tenido una cosa clara siempre, que es ésta: que mi vida está acorde con los intereses del pueblo. Yo no he planificado, yo no me volví a casar nunca más, porque no pude hacer eso en esa época. Cuando conseguía, por ejemplo, algún enamorado, no estaba acorde conmigo, no llenaba los requisitos. Así eso fue pasando y quedando de lado, porque siempre antepuse los intereses de la revolución y los sigo anteponiendo. Están por delante de mí, por eso mi futuro en esa época fue la lucha, la continuación de la lucha.”35 Sobre la reinserción, luego de la guerra, Aniana expresó que “cuando en los momentos finales de la guerra uno vio que era un fracaso militar, que no íbamos a lograr lo que todos al principio creíamos, uno se sentía triste por los resultados. A mí me afectó mucho, me sentía mal al pensar que iba a dejar todo esto… Eso fue muy duro y, en cierto sentido, frustratorio, aunque no nos hubiéramos hecho ilusiones de que tomaríamos el poder. Ilusiones de que nosotros hicimos el gobierno ¡ya! Sabíamos que teníamos a los yanquis aquí y que el asunto iba a terminar así, pero fue muy duro. Cuando terminó la guerra me dio un insomnio tremendo… un estado depresivo, me la pasaba analizando los errores, qué debimos hacer, qué no hicimos, Margarita Cordero, Mujeres, 114.

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porque fue […], en los errores que no debieron cometerse pero que cometimos.”36 Ya terminada la guerra, Aniana relató que pasó a integrar, junto a Orlando Mazzara, Homero Hernández, Joseíto Crespo y algunos dirigentes campesinos de la región, la Comisión Regional Sur del 14 de Junio, bajo la dirección de Roberto Duvergé. En 1966 Aniana fue seleccionada como la más destacada de las seis mujeres que el 14 de Junio envió a China continental, a recibir entrenamiento político-militar. Allí, entre el 1966 y 1967, vivió la Revolución Cultural proletaria de China. Esta experiencia les cambió la vida a estas seis mujeres que viajaron a China. En entrevista para este trabajo Argentina Santana (Tona), obrera de la textil Los Mina y militante del 14 de Junio, relató: “Aniana era la mayor de todas, también la que tenía mayor experiencia, fue nuestra coordinadora en China y fue muy recta, respetuosa; nos trataba como a sus hijas. Todas sentíamos por ella gran admiración.37 De regreso al país, en la región Sur, Aniana fue responsabilizada del trabajo en Monte Bonito, sección de Padre las Casas. Allí la organización impulsaba un trabajo campesino que, junto al que dirigía Orlando Mazara en las lomas de San José de Ocoa, constituían los vértices en las lomas de Bonao. Cuando Orlando Mazara fue asesinado en las Lomas de Ocoa, en febrero de 1967, el ejército persiguió a Aniana con fines de asesinarla. Esta mujer, valiosa y valiente, salvó la vida gracias a la alerta que le dio un joven campesino que se adelantó a la marcha de los militares. Cuando el 14 de Junio entró en crisis, en marzo de 1968, Aniana, junto a otros 35 militantes del otrora Movimiento 14 de Junio, pasó a integrar la “Línea Roja” del 14 de Junio. Desde esta nueva trinchera, Aniana fue asignada a trabajos con las Margarita Cordero, Mujeres, 118. Entrevista a Argentina Santana (Tona) en Villas Agrícolas, 17 de mayo 2011.

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masas, en distintas provincias de la Región Norte, principalmente Puerto Plata. El 12 de enero de 1972, el cerco y posterior asesinato de Amaury Germán y tres de sus compañeros, sorprendió a Aniana en el Hospital Padre Billini, donde sería operada de un tumor. Empezó a padecer de cáncer, enfermedad contra la cual luchó el resto de sus días. En el 1978 fue desahuciada en el hospital Salvador Gotier. Entonces empezó su larga lucha contra el cáncer. En ese mismo año viajó a Cuba. Allí, con la solidaridad de sus compañeros de lucha y confiada en calidad de la medicina cubana, prosiguió su batalla contra el cáncer. Se recuperó y después de diez años, lamentablemente, el cáncer reapareció de nuevo. “En el año 1983, en ocasión del XX aniversario de la Insurrección de Noviembre, Aniana empezó a trabajar en la que devendría en la Fundación Manolo Tavárez Justo, trinchera desde la cual la incansable militante revolucionaria continuaría su labor de años, participando activamente, no sólo en la organización de los homenajes a Monolo y todos los combatientes y militantes de la “Raza Inmortal” y demás luchadores de la patria, sino en las luchas populares que durante toda la década de los 80 se desarrollaron en el país y especialmente en Bonao.

4.- Retorno a Bonao y la intensa lucha ambientalista Madre protectora de la ecología, Centinela de las aguas.

En 1984, cuando los acuerdos con el FMI y los inicios de la política neoliberal empujaron al pueblo a las calles, desarrollándose un creciente movimiento popular contra las medidas del gobierno de Jorge Blanco, Aniana se encontraba en su natal Bonao. Ya se había integrado a las luchas sociales de ese aguerrido pueblo que sufría doble explotación, la del gobierno y la de Falconbridge.

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El 14 de junio de 1987 la Fundación Manolo Tavárez Justo organizó un acto de reconocimiento a las gestas desarrolladas por el pueblo dominicano en su lucha por la libertad, la democracia y las demás causas populares. José Espaillat dictó una conferencia titulada El pueblo nunca ha dejado de luchar. Las palabras finales estuvieron a cargo de Aniana Vargas quien, inició y terminó con el poema de Félix García Carrasco, que recoge el sentir de lo mejor del pueblo dominicano cuando dice: Nunca será posible nombrar, uno por uno, a todos los caídos. No importa, lo llevamos tan dentro que borrando la muerte los conservamos vivos.38 Ciertamente Aniana mantuvo viva la memoria de sus compañeros de lucha caídos, en especial la de Manolo y a las Mirabal, a quienes les profesaba especial respeto y admiración. En 1989 Aniana participó activamente en la nueva oleada de luchas contra los daños ecológicos que infringía la Falconbridge a las provincias Monseñor Noel, La Vega y Sánchez Ramírez. El mes de septiembre de 1992 marcó otro hito en la trayectoria de Aniana Vargas. El presidente Joaquín Balaguer dictó el decreto 199-92 que estipulaba, entre otras cosas, el desalojo compulsivo de las familias campesinas de las cuencas del Yuna y Nizao. Se argumentaba que los campesinos eran enemigos de la naturaleza. Al respecto, Juan Luis, campesino de Blanco, relató a la periodista Minerva Isa lo siguiente: “Un día llegó al poblado de la loma de Blanco el funcionario César Sandino Aniana Vargas, José Espaillat, El pueblo nunca ha dejado de luchar. Santo Domingo: Editora Búho, 1987, 43.

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de Jesús, encargado de ejecutar el decreto 199-92 que declara reserva forestal las cuencas de Nizao, Mahoma, Mahomita y parte del Yuna, del que son tributarios los ríos Blanco y Tireo… Desde entonces prohibieron sembrar, los conucos se quedaron a medio hacer o labrados con sigilo acechando a los forestarles que andan tras la caza de campesinos quemamontes.”39 A partir de ese momento los campesinos empezaron a reunirse para buscar cómo enfrentar el desalojo. En su mayoría estaban de acuerdo con el decreto, pero no con la forma de ejecutarlo. Pues si el objetivo era reforestar, si desalojan a los campesinos ¿quién reforestará? ¿Llevarán gente extraña? Y además ¿Cómo es posible que los saquen de su hábitat natural mientras pretenden explotar un yacimiento de oro localizado justo dentro de la cuenca del río? Los campesinos convocaron a todos los habitantes de la zona para buscar una alternativa. Aniana asistió a esa reunión en calidad de propietaria y habitante de la zona afectada. De inmediato la directiva de la Federación de Campesinos hacia el Progreso de Bonao le solicitó a Aniana Vargas su apoyo y su integración a la directiva. En respuesta, Aniana se integró en cuerpo y alma en la nueva trinchera de lucha, e invitó a integrarse a esta lucha a un pequeño círculo de reflexión de antiguos catorcistas y ex corecatos del que ella formaba parte. Empezó de esa forma una intensa lucha por la preservación del medio ambiente y los recursos naturales del país. Esa lucha trascendió a todos los confines del país. En ese tiempo Aniana sintió la necesidad de comprender de forma técnica y científica cuál podía ser la salida a la amenaza de desalojo de los campesinos y los daños que ocasionaría la explotación de la mina del Higo a Bonao. Aniana propuso a la Federación acudir a la Academia de Ciencias. Allí encontró receptividad en los miembros de la comisión ambiental compuesta, entre otros, por Luis Carvajal, Eleuterio Martínez y Osiris de León. Minerva Isa, “Campesinos plantean opciones ante desalojo”, Periódico Hoy, 15 de junio de 1993, p. 13.

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En respuesta al desalojo, la Federación formuló una propuesta al gobierno de 12 puntos. La misma iniciaba planteando que: “Se cree necesario la preservación de las cuencas pero sin desalojar al campesino. Se recomienda que con el dinero que se invertirá en desalojos se implementen programas de reforestación. Además, un plan general de desarrollo que abarque desde educación hasta una verdadera reorientación de la agricultura. Están conscientes de que no deben de labrar la tierra de la forma actual, pero sí mediante un sistema de agricultura sostenible como el ejecutado por CEPAE en Los Cacaos de San Cristóbal y Villa Altagracia. Reorientación de las viviendas, construir áreas de mayor concentración, centros comunales donde los campesinos puedan ser orientados por técnicos de programa de conservación de cuenca. Concesión de créditos a las asociaciones para proyectos maderables con asesoría técnica. Apoyo estatal para el desarrollo cooperativo. Facilidades de comercialización”,40 entre otros puntos. Luis Carvajal relató para este trabajo que, de esa forma, se inició un proceso de acompañamiento permanente de la Academia a los campesinos de la Loma de Blanco el cual concluyó con una decisión de que solo los campesinos podían defender sus tierras y la región. La consigna de lucha fue “nos quedamos para vivir mejor”. Un trabajo significativo de la Federación para su cohesión en toda la región consistió en establecer una comunicación permanente entre las 23 comunidades que integraban la Federación. Para fortalecer la comunicación entre todas estas comunidades la Federación creó un boletín mensual llamado “Jututo”, (en el pasado, Minerva Isa, “Campesinos plantean opciones ante desalojo”, Periódico Hoy, 15 de junio de 1993, 13.

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los campesinos, utilizaban un instrumento o caracol con este nombre para comunicarse en las lomas).41 Aniana concibió la lucha junto al pueblo por eso repetía en talleres y asambleas “Hasta que cada habitante de estas lomas no entienda la gravedad de una mina en el corazón de la cordillera y no se dé cuenta que ese proyecto atenta contra ellos y contra toda la nación no podemos sentirnos satisfechos. La gente tiene que darse cuenta de lo que pasa para que pueda empujar con conciencia en la dirección correcta, no es suficiente con que los ecologistas tengan la razón, esa razón tiene que convertirse en organización, voluntad de acción y conocimiento de causa de la población.”42 Un elemento de importancia que contribuyó a que el pueblo entendiera la no pertinencia de la mina lo fue la combativa columna titulada “Desde Bonao”, que Aniana publicaba en el periódico El Nacional, la cual mantuvo por más de diez años. Esta columna, que inició en 1994, se hizo muy popular no solo para los bonaenses, sino para todo el país. Aniana educaba e informaba al pueblo y al país a través de esa columna semanal de la lucha ambiental de la provincia de Bonao. La primera entrega de esa columna salió el 2 de marzo de 1994. En la misma Aniana se presentó de la forma siguiente: “Escribo desde Bonao y su región. Lo hago desde Bonao donde participo como una más de todas las luchas de su pueblo. La mayoría de los que me leen conocen los daños que ocasiona la explotación de la Falcombridge a todos los pueblos de esta región: daña el medio ambiente, daña la agricultura, daña la vida de todos sus habitantes. Eso lo conocen muchos dominicanos, como también conocen la lucha de este pueblo contra ese crimen ecológico. Pero muchos quizás desconocen la lucha de las comunidades de las cuenca de los ríos Blanco y Yuna Arriba contra la amenaza Aniana Vargas, El Nacional, 11 de enero 1996, Año XXX, No. 10,626, p. 11. Luis Carvajal, “Aniana Vargas, Centinela de las Aguas”, Revista Atajo 2, no. 1, 2003, http://revistaatajo.com/aniana-vargas-centinela-de-las-aguas. html (Consultado el 05 de mayo del 2017.

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del desalojo, contra los planes de explotación de la mina del Higo, por la compañía Hispaniola, contra los abusos que venía cometiendo el consorcio que construye la presa de Río Blanco. Es de estas experiencias que quiero escribir para compartirlas con todas y todos.”43 Aniana, en la primera entrega de su columna “Desde Bonao”, escribió lo siguiente: “Aquí en estas montañas, en dos años de nuevas experiencias con los campesinos del río Blanco y Yuna Arriba, me he reencontrado con algo que aprendí en el gran “14 de Junio” y en la Guerra Patria de 1965, y esto es que hay que respetar y alentar la soberanía popular, y que no hay otra forma de transitar por este camino que no sea a través de la democracia directa. Los revolucionarios tenemos que desterrar para siempre de nuestras prácticas y cultura el vanguardismo, el verticalismo y el sectarismo que acompañan estas prácticas. No podemos seguir actuando con la mentalidad de grupos aislados, propiciando prácticas excluyentes, que impiden que la gran mayoría de las gentes que desean y necesitan luchar, y aquellos que respaldan estas luchas, se queden como simple espectadoras, apoyándonos solo desde fuera del movimiento y de su corazón.44 Esta reflexión de Aniana es producto de la crítica y autocrítica que los excartocistas venían realizando donde reconocían sus errores de pretender llegar al pueblo para dirigirlo en la lucha. La práctica en la Loma de Blanco demostró que los campesinos decidieran qué deben hacer, cómo hacerlo y acompañarlos. Aniana Vargas, El Nacional, “Desde Bonao”, 2 de marzo 1994, pág, 11. Aniana Vargas, El Nacional, 16 de marzo 1994, Año, XXVIII, No. 9964, p. 11.

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Estaban Polanco (El Mello), maestro y dirigente campesino, uno de los fundadores de la Federación de Campesinos Hacia el Progreso y fiel acompañante de Aniana, en entrevista para este trabajo relató que: “La casa de Aniana funcionaba como local de la Federación. Ella construyó cuatro enramadas donde no solo se daban talleres permanentes de técnicas agrícolas, reforestación y demás temas técnicos, sino que también se alfabetizaron a muchos campesinos”. (Quien escribe conoció hace poco en una asamblea de la Federación a dos campesinos que aprendieron a leer con Chiqui Vicioso en las enramadas de Aniana). Allí sigue recordando el Mello que, “junto a los técnicos de la Academia, en esos talleres se elaboró un volante que tenía 10 razones por la que nosotros entendíamos que jamás íbamos a permitir que esa mina se explotara. Fuimos casa por casa a donde todos los campesinos, analizando con ellos punto por punto por qué había que luchar contra la minera y sumándolos a la lucha. Luego, con ellos, bajamos al pueblo y recorrimos cada barrio de la ciudad de Bonao.” Por considerarlo de importancia se muestra aquí el contenido de dicho volante: “¡No a la mina de oro!” ¿Por qué nos oponemos a la explotación de la mina de oro de La Hispaniola? Porque, al ser una mina de cielo abierto, su explotación implica descapotamiento de toda el área donde está localizada, destruyendo el bosque, la fauna y flora, precisamente en una zona por donde atraviesan o nacen parte de los ríos y arroyos que abastecen el río Yuna;

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Porque siendo esta zona la de mayor precipitación pluviométrica del país, desde que se inicie el descapotamiento del área donde está ubicado el yacimiento, todo el material sulfuroso que se encuentra en las entrañas de la tierra será arrastrado al río Blanco (que está a sólo 100 metros del yacimiento) con lo que se irán contaminando las aguas del más importante afluente del río Yuna; Porque contribuir con la contaminación del río Yuna, no sólo afectada la zona donde está ubicada la mina, sino a todas las poblaciones que se encuentran en el curso de este río (provincias de Monseñor Nouel —Bonao—, Cotuí, San Francisco de Macorís y Nagua), y porque el Yuna es la fuente de agua para los acueductos de numerosas comunidades y ciudades; Porque el yacimiento de oro está ubicado a no más de dos kilómetros de la presa de río Blanco, del túnel de desvío y de la casa de máquinas, y no hay ninguna garantía de que el uso continuado de explosivos, para destruir la montaña, no terminen afectando las cimientos de una obra hidráulica que le costó al pueblo dominicano casi 2,000 millones de pesos; Porque para trasladar el material hasta la planta procesadora (en camiones mineros de 40 y 60 metros cúbicos) tendrán que construir una carretera, bordeando el río Blanco, en una zona que aún conserva su flora y fauna en forma natural; Porque para separar los metales de la piedra bruta se requiere mucho calor y la instalación de grandes calderas, y luego mucho agua para enfriar el material incandescente. Y para separar el oro de los demás metales se requiere de la utilización de productos químicos sumamente tóxicos (cianuro o mercurio). Porque este proceso requiere la construcción de una presa de cola (que sería construida en un área cercana a la ciudad de Bonao, a orillas de una fuente de agua, que como demuestra la trágica experiencia de Cotuí, va envenenando inexorablemente las fuentes de subsuelo, dañando irreversiblemente, al correr de los años, la más singular de las riquezas de la provincia Monseñor Nouel, como es el agua (somos la provincia con más fuentes acuíferas del país).

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Porque la experiencia de los dominicanos con la Falconbridge y la Rosario nos enseñan que después que estas compañías se instalan es imposible pararlas (bajo el argumento de las grandes inversiones realizadas). Porque ya el daño al río Yuna por parte de estas dos empresas ha sido demasiado grande; y que el objetivo de los dominicanos debe ser frenar a estos explotaciones mineras, y bajo ninguna circunstancia permitir una tercera mina. Nos oponemos por todas estas y otras razones de la misma naturaleza. Pero, además, exigimos el respeto de los decretos 199-92 y 233-96, declarando una amplia región, dentro de la cual está la mina, zona de manejo especial y Parque Nacional. ¿Vale más la minera extranjera que nuestras leyes, nuestra naturaleza, fauna y flora? Es claro que lo que está en juego, entonces, es mucho más que la salud del medio ambiente y de los pueblos de la provincia de Monseñor Nouel.45 Este volante jugó un papel sumamente significativo en la toma de conciencia de la población campesina y del pueblo de Bonao en general y su decisivo respaldo a la lucha ambientalista. Mostró también cómo el conocimiento científico aportado por la comisión ambiental de la academia de ciencias puede ser comprendido por los campesinos y el pueblo llano. Eleuterio Martínez, entrevistado para este trabajo, explicó sin ocultar su emoción cómo la lucha contra la minera tuvo una primera fase de investigación donde averiguaron todo lo concerniente a la minera y su impacto ambiental y luego una segunda fase que consistió en la resistencia, pero encarnada en el pueblo. Aniana, dice Eleuterio, organizó cientos de marchas y viacrucis junto a la iglesia, también toma de carreteras por los campesinos. Recordó como “el 2 de junio de 1992 se inició la lucha en Los Aniana Vargas, El Nacional, jueves 3 de octubre 1996, Año, XXXI, No. 10,891, p. 11.

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Quemados, se tomaron las calles por 17 días donde cientos de campesinos permanecieron sentados en la calle día y noche.46 Esteban Polanco (el Mello) recuerda que en “el viacrucis que se hizo entre Bonao y la Loma de Blanco participaron más de 6 mil personas, pues la iglesia siempre apoyó. Se empezó a invitar a periodistas, a visitar programas de TV. Duramos dos años bajando a la avenida Duarte de Bonao con pancartas que decían: “Nos quieren envenenar el río Yuna” “No a la mina de Higo” Esas eran nuestra movilizaciones sociales, aquí no se quemó una goma, no se tumbó un árbol, no se le quitó un centavo a nadie, fue cara a cara con la gente, integrándolos a la lucha. Y Aniana, además de motivar, no faltó ni un solo día a estas movilizaciones.”47 Del 1995 al 1997 no hubo rincón del país, asambleas, eventos, luchas que no tuvieran a Aniana en primera fila. El hecho de que Aniana viviera entre los campesinos, y fuera una de ellos, participara junto a ellos en todo momento, le permitió poner en práctica una nueva metodología basada en la democracia directa, a través de talleres, diálogos y asambleas. La resignificación de la realidad y los análisis de coyuntura (entendidos estos como un corte de la situación económica, política y social atrapado en el tiempo) le permitió a Aniana descubrir una forma efectiva de educar, concientizar e integrar a cientos de campesinos que luchaban por sus ideas. Esas ideas, expresadas en los talleres y asambleas, fueron las que se convirtieron en banderas de lucha. Aniana, valorando estos años de lucha, escribió: “Fue tan porfiado y tan vertical nuestro comportamiento frente a la misma y ante los compromisos que asumimos en las múltiples negociaciones que hubimos Entrevista a Eleuterio Martínez, Loma de Blanco 19/2/17 y en la UASD el 20/02/17. 47 Entrevista a Esteban Polanco, 19 de febrero 2017, Loma de Blanco, Bonao. 46

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de desarrollar, que nos ganamos el respeto de las autoridades y de los habitantes de toda la provincia de Bonao, y en el mes de septiembre del pasado año [1994], firmamos un acuerdo con el Gobierno a través del Indrhi, donde la Federación y sus 22 asociaciones fueron encargadas de la ejecución del proyecto de “Reforestación Comunitaria y Desarrollo Integral y Humano de las Cuencas Blanco-Yuna-Arriba.”48 En este periodo Aniana, junto a los campesinos, lograron tres triunfos impensables años atrás: 1) Que los campesinos tengan voz propia, 2) Construir su soberanía decidiendo por ellos mismos y 3) Aprender a ejecutar el diálogo y la democracia directa. Estos triunfos constituyeron verdaderas enseñanzas y aportes. En el 1998 culminó la lucha nacional contra los planes de los gobiernos de Balaguer y Leonel Fernández de instalar una mina de oro en el corazón de la loma de Blanco, en Bonao. Esa lucha, iniciada por la Federación “Campesinos Hacia el Progreso” y que tuvo en Aniana su principal vocera, recorrió varias veces toda la geografía nacional explicando las razones de cómo la mina afectaría negativamente toda la isla. Luis Carvajal relató para este trabajo que “uno de los grandes mérito de Aniana es que fue una de las primeras dirigentes sociales que entendió que el vínculo entre el conocimiento formal que generan las universidades era un arma para el campesino, pero que el conocimiento campesino que hasta ahora había sido ignorado constituía en realidad un saber vital y esencial que, si se sabía articular al académico, era indestructible.49 Así se explica el gran éxito de esta lucha en la que se logró unir el cocimiento estructurado y el saber popular a las necesidades de los campesinos en defensa de la vida y el medio ambiente. Aniana Vargas, El Nacional, Jueves, 12 de octubre 1995, Año XXX, No. 10,537, p.11. 49 Entrevista a Luis Carvajal, UASD 2/8/17. 48

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Luis Carvajal, al relatar la intensa lucha contra la mina del Higo, en su reflexión dice que “ese fue un momento clave en la construcción de la consciencia social de la República Dominicana”. Agregó que “yo creo que esta lucha fue la que abrió la posibilidad de que tengamos una Ley ambiental, es la lucha que cambió la naturaleza del movimiento ambiental en la sociedad dominicana y le dio las particularidades que tiene.”50 En ese mismo sentido, Eleuterio Martínez, quien fuera consultor de Medio Ambiente para la Ley de 64-00 de Medio Ambiente del 2000 confesó que “todo lo que plantea la Ley de desarrollo comunitario y de cómo se deben manejar los asentamientos humanos, son el reflejo de las vivencias y aprendizaje que tuvimos junto a Aniana y los campesinos de Bonao.” Eleuterio Martínez, valorando todas las vivencias y luchas junto a Aniana, dice que “si el humanismo tiene sentido esa mujer lo encarnaba totalmente”, y añade que, “el humanismo, viéndolo desde esa condición de tú defender el ser humano por encima de cualquier condición, ideología política, credo religioso, es decir una persona que se dedicaba a una lucha en que ella le viera un contenido social, un beneficio para la comunidad.51 Su lucha y éxitos junto a los campesinos ha sido reconocida tanto nacional como internacionalmente. A nivel nacional, el 15 de noviembre del 2002, el Senado de la República le entregó el título de “Madre Protectora de la Ecología, el Medio ambiente y ejemplo Nacional de Dignidad y Sacrificio”. Ese mismo día también fue declarada “Hija Meritoria” por la Sala Capitular del Ayuntamiento del Municipio de Bonao. La UASD, mediante resolución 134-202, la declaró “Dama Extraordinaria”, por su innegable valor por los mejores intereses de la nación y de los más desposeídos en la región del Cibao Central, muy en especial en su natal Bonao. Entrevista Luis Carvajal. UASD, 2/8/17. Entrevista a Eleuterio Martínez, en la UASD, 20/2/2017.

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A nivel internacional son muchos los dirigentes campesinos que vienen a conocer los métodos de luchas puestos en práctica por la Federación de Campesinos Hacia el Progreso. El trabajo, concientización y lucha iniciado por Aniana y la Federación de Campesinos en los años 90 tiene hoy sólidos cimientos. Esa Federación se mantiene en pie de lucha y en asesoramiento permanente por la comisión ambiental de la Academia de Ciencias. Así lo constató la autora de este artículo en febrero del 2017 cuando asistió a una asamblea ordinaria de la Federación. Escuchamos a campesinos de 23 comunidades que con gran soltura y pleno conocimiento manejaban temas complejos sobre medio ambiente, producción agrícola, e incluso, con gran naturalidad establecían diálogos con los expertos ambientales manejando conceptos que no todos los intelectuales manejan. El tema era sobre la Ley de agua y un campesino sabiamente expresó, “solo ahora se comprende lo que decíamos en los años de lucha contra la minera, una gota de agua pesa más que una onza de oro”. Eso es lo que la Ley de agua deja claro. Aniana se hubiera sentido más que satisfecha de ver cómo su gente sigue avanzando y luchando. Porque Aniana no solo fue una exponente de esa generación de militantes revolucionarios de toda la vida, sino que fue una de las revolucionarias que más ha contribuido con su práctica, su calidad humana a poner énfasis en los métodos que tengan como centro la participación activa y directa del pueblo y la confianza ilimitada del pueblo; y Aniana hizo extensivos estos métodos a la forma de concebir y hacer la acción política. Ana Silvia Reynoso, quien conoció a Aniana desde la infancia y compartieron militancia y lucha por mucho tiempo, y quien visitó a Aniana en su lecho de muerte, expresó que “Aniana hizo conciencia muy joven y fue coherente defendiendo sus convicciones de forma visceral; ella, al igual que Juan Bosch, nunca abandonaron la lucha, formaron organizaciones nuevas cuando se corrompían dónde estaban. Dos días antes de su muerte física estaba muy viva, muy sana en su mente y ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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muy clara en sus ideas, persistente en lo que ella había hecho, lo que había sido su vida, lo que había sido su sacerdocio. Para mí fue una dirigente femenina nacional, respetuosa y respetada, debe ser modelo para todo aquel que quiera luchar por los intereses del pueblo.52

Comentarios finales Aniana falleció a los 73 años, en Bonao, el 16 de diciembre del 2002. Murió con la convicción de haber seguido el camino que su consciencia le mostraba sin dejarse derrotar por las pérdidas en las batallas en que militó o por la muerte de sus compañeros en el campo de batalla (el inmenso, como ella llamaba a Manolo Tavárez, Caamaño y tantos otros). Con su mirada fija en el horizonte de una patria justa y para todos, Aniana encontró la manera de insertarse a cada paso en las luchas del pueblo, sobreponiéndose a las divisiones políticas de los grupos en que militó y comprendiendo que la causa campesina en su provincia natal y la lucha ecológica fueron al final de sus días el aporte que la patria le pedía. Aniana fue una revolucionaria de toda la vida, tuvo que soportar 16 operaciones, y ello no impidió que su lucha mermara. Su dedicación a la lucha por la libertad, abrazada desde el año 1958 en el exilio, la mantuvo toda la vida al lado del pueblo y a lado de sus mejores causas. En Bonao, su terruño natal, Aniana fue la insignia de la lucha ecológica, por lo cual se le llama y se le conoce como “La Centinela de las Aguas”. Su intensa lucha junto a los campesinos de la loma de Blanco en Bonao le llegó en un momento de su vida que había realizado una autocrítica de lo que habían sido los métodos erróneos de la izquierda y dejando atrás la vieja práctica se decidió a buscar nuevos métodos. Estos consistieron en que Entrevista a Ana Silvia Reynoso, su residencia en Santo Domingo, 2/2/17.

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toda decisión debía salir de los campesinos a través de diálogos, de talleres, asambleas. Se practicó literalmente la democracia directa; se realizaron periódicamente análisis de coyunturas para que los campesinos descubrieran el momento presente y la lucha idónea para ese momento. El éxito de esta nueva metodología aportó nuevas formas de luchas al movimiento campesino que los convirtió en protagonista de su propia lucha, donde la participación directa y activa del pueblo, y la elevación de su conciencia en base a aprender de la propia lucha son los componentes fundamentales. Hoy día esta nueva forma de lucha es reconocida y estudiada en gran parte de los movimientos campesinos de América Latina. Son muchos los líderes campesinos latinoamericanos que llegan a República Dominicana, y viajan hasta la loma de Blanco a conocer los métodos de lucha puestos en práctica por la Federación de Campesinos Hacia el Progreso. Por otra parte, la historia de esta gran revolucionaria plantea la impostergable tarea de reescribir la historia para visibilizar liderazgos femeninos como el de Aniana y otras mujeres que la historiografía tradicional no recoge. El gran reto de la historiografía actual es el de desarrollar modelos ideológicos y organizativos en la narrativa histórica capaces de incorporar la experiencia de la totalidad de la población. Esta historia no solo daría cuenta del poder, sino de la salud, la educación, la diversión, los modelos familiares, entre otros temas. Estaría concebida desde la perspectiva de la humanidad en su quehacer cotidiano. Hoy no se puede hablar de igualdad cuando más de la mitad de la humanidad no tiene historia. Solo cuando se hayan rescatado e incorporado la participación y las contribuciones de las mujeres se empezará a poner fin a la desvalorización histórica de la mujer. El hecho de que todavía vivan muchas mujeres protagonistas cuyos relatos no están incluidos en las páginas de la historia, permite suponer que aún hay tiempo de utilizar con prudencia la historia oral, e incorporar sus acciones y testimonios, como se ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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ha mostrado con el caso de Aniana Vargas para ir llenando los vacíos y lagunas que caracterizan la historiografía dominicana. Lo importante no es que el 15 de noviembre del 2002, días antes de su muerte, el Senado de la República le entregara el título de Madre protectora de la ecología, y que ese mismo día también haya sido declarada por la Sala Capitular del Ayuntamiento del Municipio de Bonao como Hija meritoria de Bonao. Ni que la UASD la declarara Dama extraordinaria, por su innegable valor por los mejores intereses de la nación y de los más desposeídos. Lo importante debe ser que su ejemplo de vida, que sus principios inquebrantables y de lucha infatigable siempre al lado del pueblo, que todo ese legado sea conocido por las nuevas generaciones para que su vida pulcra sirva de ejemplo a la juventud dominicana.

Aniana Vargas (Óleo de Miguel Núñez).

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216 Aniana Vargas: de combatiente revolucionaria a Centinela de las aguas // Reina Rosario

_____. “Desde Bonao”, El Nacional, jueves 3 de octubre 1996, Año, XXXI, No. 10,891. _____. El pueblo nunca ha dejado de luchar. Santo Domingo: Editora Búho, 1987. Vargas, Mayobanex. Testimonio histórico junio 1959. Bonao: S/e, Vega, Bernardo. Historia Dominicana. (Coordinador) Frank Moya Pons, Colección Antillas, Madrid: Ediciones Doce Puertas, S. A. 2010.

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ECOS Órgano del Instituto de Historia de la UASD Año XXIV, Vol. 1, No. 14 Enero-junio de 2017

La violencia a través del desarrollo histórico dominicano1 Jacqueline Álvarez2 Recepción: 3 octubre 2014 Aprobación: 6 diciembre 2014

Resumen:

El presente artículo es el resultado de la jornada sobre historia y cultura titulada “Mujeres de nuestra historia”. La misma se llevó a cabo con estudiantes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo con el propósito de darle a conocer a este blanco de público los hechos históricos más relevantes de la historia dominicana desde una perspectiva de género. El punto central es evidenciar la forma en que la mujer dominicana ha sido objeto de violencia a lo largo de la historia del país. Al mismo tiempo se establece Texto presentado en la Jornada histórico cultural “Mujeres de nuestra historia”, organizada por la Escuela de Historia y Antropología de la UASD; Santo Domingo, 10 de abril de 2013. El texto se mantuvo inédito hasta ser retrabajado para Ecos. 2 Antropóloga, docente de la Escuela de Historia y Antropología de la UASD. Egresada de la Maestría en Historia Dominicana de la UASD, es candidata a doctora en el Programa del Doctorado en Psicología Social, y Estudios Interdisciplinarios de la Universidad Complutense de Madrid. Es Coordinadora de la Maestría en Antropología Social y Cultural de la UASD. 1

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un diálogo entre el pasado y el presente donde las mujeres hemos sido maltratadas y silenciadas y los héroes siempre son masculinos. Palabras claves: Violencia, discriminación, cultura, desarrollo histórico. Summary: This article is the result of the seminar on history and culture titled «Women of our history». It was carried out with students of the Universidad Autónoma de Santo Domingo, with the purpose of letting this target audience know the most relevant historical facts of the Dominican history from a gender perspective. The central point is to show how the Dominican woman has been object of violence throughout the history of the country. At the same time a dialogue is established between the past and the present where women have been mistreated and silenced and heroes are always males. Keywords: Violence, discrimination, culture, historical development.

Introducción ¿Cuál es el verdadero papel de la mujer dominicana a través de la historia? Esta es la pregunta a la que daremos respuesta en las siguientes páginas. Desde pequeños nos enseñan y fomentan “el papel de la mujer en la casa, en la familia y en ámbito laboral”. Esta predeterminación social se encuentra muy alejada de lo que corresponden “las verdaderas acciones de la mujer a través de la historia”. Este malentendido “histórico, social y cultural” que se demuestra en todas las sociedades del mundo es fruto del poder que ha tenido el hombre en las áreas del conocimiento durante siglos, el cual se ha olvidado (consciente o inconscientemente) difundir los actos heroicos, tecnológicos, físicos, científicos, sociales y culturales de la mujer, otorgándole el segundo lugar en cada ocasión. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Con este artículo buscamos alcanzar objetivos fundamentales, tales como: • Visualizar la participación de las mujeres en todo el proceso de la historia dominicana. • Fomentar una nueva visión entre los jóvenes estudiantes sobre lo que se considera “el papel de una mujer en la sociedad”. La metodología en que basamos nuestra investigación fue en la búsqueda continua de fuentes secundarias, comparando las informaciones sobre las acciones femeninas en nuestra historia y encontrando los puntos de discordancia entre los mismos. Enfocándonos en el estudio del comportamiento de género en la historia dominicana, notamos que la violencia y la exclusión de la mujer se han mantenido constante y prevalece en la cultura dominicana, fortaleciendo el papel equivocado de la mujer en la sociedad. Al finalizar este artículo los estudiantes tendrán una visión crítica, objetiva y global sobre el tema, desarrollando su capacidad de observación y entendimiento a la hora de que se hable de la participación de la mujer en los hechos de la historia.

En el periodo colonial Este artículo tiene como propósito fundamental el visualizar la participación de las mujeres en todo el proceso de la historia dominicana dado que la vida social se efectúa con la interacción de hombres y mujeres que sirven de mediadores y de líderes de un colectivo. “La violencia es un hecho constante en la vida cotidiana. Basta con echar un vistazo a los medios de comunicación para percatarse de la agresión en el seno familiar, en las escuelas, en las calles, en las cárceles, en los sectores populares. Pero ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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esta violencia no es solamente física, sino también verbal. Se va imponiendo como la forma de resolver los conflictos o de reclamar los derechos de los ciudadanos.”3 El primer espacio donde se puede apreciar la violencia es en el mundo de las mujeres en la población aborigen. Los pobladores de la isla al momento del encuentro cultural con los europeos tenían una forma peculiar de convivencia, donde la jerarquía y el estatus adscrito determinaba cual iba a ser el tipo de participación social que debían asumir las mujeres a lo largo de su existencia, como seres culturales en convivencia con los hombres. Las tensiones y acciones violentas estaban reguladas por los ideales culturales de este momento, 1492. Con el contacto de ambas culturas la violencia se incrementó con la presencia de los europeos en el territorio caribeño conformando nuevas texturas culturales, impulsando nuevas construcciones textuales de dos culturas diferentes, donde el modo de vida de los recién llegados destruyó y sometió a la sociedad aborigen con sus luces y sombras, con sus contradicciones y armonías. Precisamente en este punto de encuentro lo femenino y lo masculino se articulan desde la opresión y la cosificación de hombres y mujeres aborígenes que fueron violentadas y sometidas por la cultura civilizadora y desarrollada. El mundo mestizo se construyó desde los hechos violentos, las relaciones de poder se cristalizaron, el miedo invadió las subjetividades y los niños (as) se convirtieron en adultos que debían buscar sus propias identidades con el reconocimiento del otro que lo salvaba y redimía o lo condenaba al infierno terrenal de vivir bajo la esclavitud. Esta institución de sometimiento y control es la conexión psicosocial con el pasado, cargando de angustias y exclusiones emocionales, sentimentales, traducidas a la marginación del espacio cimarrón en los montes, valles y sabanas de la Española.

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Ignacio Martin Baro, S.J. (Violencia y agresión Social, Santo Domingo: Centro de Estudios Sociales Padre Juan Montalvo, 1995). P. 3. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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“El punto de partida para analizar el fenómeno de la violencia debe situarse en el reconocimiento de su complejidad. No solo hay múltiples formas de violencia, cualitativamente diferentes, sino que los mismos hechos tienen diversos niveles de significación y diversos efectos históricos. Por ello, la violencia puede ser enfocada desde diferentes perspectivas, algunas más englobantes o totalizadoras que otras. Pero como perspectivas que son, constituyen visiones parciales o limitadas. Pretender absolutizar alguna de estas perspectivas constituye una forma de reduccionismo, tanto más peligrosa cuanto que identificar la realidad de la violencia con uno de sus niveles o dimensiones contribuye a ocultar y aun justificar a la misma violencia en otras dimensiones o niveles.”4 Las mujeres fueron mediadoras culturales víctimas de los abusos de un poder masculino y donde las violaciones se convirtieron en el acto de apertura a una descendencia que evocaba la pérdida de una interacción social más justa y compasiva. Las añoranzas fueron la materia prima para que surgiera la esperanza en un futuro menos violento. En esta transición del mestizaje a la incorporación étnica de los aportes de los africanos, esclavizados en grado extremo, la esclavitud al cuadrado fue nuestro punto de inicio al registro de nuestra historia social.5 “Un segundo presupuesto es que la violencia tiene un carácter histórico y, por consiguiente, es imposible entenderla fuera del contexto social en que se produce. La necesaria vinculación entre violencia y justificación obliga a examinar el acto de violencia en el marco de los intereses y valores concretos que caracterizan a cada sociedad o a cada grupo social en un momento determinado de su historia.6 Ignacio Martin Baro, Violencia y agresión, p. 7. Guitar Lyanne, (“Criollos, el nacimiento de la identidad americana y de la cultura americana en la Hispaniola”, Boletín del Hombre Dominicano, No. 42, 6 de agosto de 2008.) P. 12. 6 Guitar Lyanne, Boletín del Hombre Dominicano, pp. 15-16. 4 5

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La historiografía dominicana se fue construyendo. Una manifestación de ello son los privilegios de mulatos y criollos que sintieron la necesidad de escudriñar en su pasado de forma consciente. Con la reconstrucción de ese pasado se hicieron más evidentes las problemáticas sociales de un presente que se materializa amenazante y denunciante. Por las particularidades de la estructura social predominantemente machista y autoritaria la historia se consolida con un discurso y en un espacio donde los sujetos sociales y los héroes casi siempre se limitaron a la acción de los hombres. La mujer no se incluía. “Extrínseca de la violencia, si la condición humana fuera de armonía mutua y de claridad frente a los objetivos de la existencia colectiva, la violencia interpersonal e intergrupal no tendría sentido alguno; sin embargo, cuando lo que impera es el conflicto de intereses entre personas y grupos, cuando la violencia sirve a unos para utilizar como instrumentos a otros, entonces la violencia está ya de hecho presente en la historia humana, y puede hacer necesaria la aparición de una forma de violencia diferente.7 Las élites coloniales justificaban la violencia por medio del deber cristiano de convertir a la población nativa en fieles creyentes. Otro argumento utilizado fue la incapacidad de ejercer la autonomía, ampliando con esto el círculo de dominación. Así se difundieron los prejuicios raciales, donde los blancos eran considerados como más inteligentes, legitimando su jerarquía social. A finales del siglo XVIII, cuando el mundo se convulsionó y se luchó intensamente por la libertad para validar los derechos humanos, se iniciaron las luchas por la independencia de las colonias americanas. En el ámbito local estuvieron presente las mujeres; acompañaban a los soldados, estimulando a los jóvenes a identificarse con las luchas sociales para viabilizar la participación de las mayorías populares.

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“…Según Fanón se trata de un mundo maniqueo, en el que el colono hace del colonizado un subproducto humano, cuándo no la quintaesencia del mal, y él se refiere con un lenguaje zoológico; esos animales, esos perros, esas sabandijas. Pero si el mundo de la colonia es engendrado por la violencia, solo mediante la violencia se podrá lograr su liberación, tanto política y social como psicológica. “El hombre colonizado se libera en y por la violencia… Solo la violencia ejercida por el pueblo, violencia organizada y aclarada por la dirección, permite a las masas descifrar la realidad social’’. La violencia liberadora permite quebrantar las raíces de la situación colonial así como las raíces psicológicas del colonizado, ya que “la ‘cosa’ colonizada se convierte en hombre en el proceso mismo por el cual se libera.”8 El tutelaje de las mujeres proseguía, pero muchas pudieron romper las limitaciones y participar públicamente de la renovación de las relaciones sociales y su materialización en papeles predeterminados entre las mujeres y los hombres, ampliando las desigualdades de género. Al reconocer los derechos del ciudadano en algunos espacios se le negaron a las mujeres los beneficios de dichas reivindicaciones. Las exclusiones sociales se delimitaron nuevamente y el sector femenino tuvo que volver al ámbito familiar. Se acentuó la dicotomía entre lo público y lo privado; la mujer tenía que cuidar al marido y a sus hijos y parientes, entendiendo que su aporte social no podía incluir su presencia en la esfera pública, política, laboral, el mundo creativo y de las reivindicaciones. Los criollos asumieron la ideología de exclusión de la mayoría; pero lo único que cambió fue el hecho de que no dependíamos exclusivamente de la metrópolis. De esa manera se crearon las bases de una sociedad frustrada y sometida. “La violencia instauradora de la opresión produce la esclavitud y la deshumanización, rectificando a unas personas como

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Guitar Lyanne, Boletín del Hombre Dominicano, p. 31. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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instrumentos de otras; la violencia liberadora del oprimido busca romper la relación deshumanizadora y, por lo mismo, busca la humanización no solo de sí mismo, sino también del opresor.9 Los tratados internacionales especificaban en mano de quien quedaría la custodia de la media isla ubicada del lado este, el último de estos tratados fue el de Basilea que especificaba que toda la isla pasaba a ser una posesión francesa. Los españoles emigraron a Cuba; hasta los archivos fueron establecidos en aquella isla. Los amos se llevaron a sus esclavos y esclavas. La vida se limitaba a la mínima expresión de la tensión de la lucha del pueblo haitiano, que irrumpía en la cotidianidad de una población amenazada, por acciones que sin lugar a dudas tenían que asumirse, sin ninguna posibilidad de cambio. Las mujeres locales siempre estuvieron activas en la reorganización de la casa, administración doméstica, trabajando en el espacio familiar, en la educación de los hijos y el cuidado de los enfermos. En algunos casos compartieron el sueño de ser libres a pesar de las limitaciones en cuanto a los deberes y derechos que las instituciones coloniales le conferían. “…la historicidad de la naturaleza humana significa, desde el punto de vista social, que cada persona se materializa en el marco de una sociedad concreta, como parte y expresión de unas fuerzas sociales; desde el punto de vista personal significa que cada individuo sigue un proceso que le es peculiar y que configura su propia biografía.10 La población mulata local ya visualizaba que seguirían atados a una tierra que le proporcionaba lo mínimo para seguir existiendo. Luego, a partir del 1802, la presencia francesa se admite como un mal necesario. Muchas familias comenzaron a ver una opción, en los cortes de madera y la crianza de ganado para mejorar su posición social. Los modales refinados de los

Guitar Lyanne, Boletín del Hombre Dominicano, p. 26. Guitar Lyanne, Boletín del Hombre Dominicano, p. 55.

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franceses dejaron sus huellas en los vestidos, los muebles y la arquitectura de los hogares, donde fueron las mujeres las que embellecieron e hicieron más llevadera la presencia de unos militares que se relacionaron con nuestras hermosas mulatas, procreando hijos, para la vida en una media isla donde se sentían las vibraciones de libertad del pueblo haitiano. La vida social de Santo Domingo se dividió entre las familias que se identificaban con un pasado glorioso español y una madre patria que se añoraba. Otros se sintieron más próximos a los franceses que renovaban la esclavitud y marcaban la diferencia entre los derechos del hombre y el ciudadano en París y el sometimiento absoluto de los negros y mulatos en el Caribe. Algunas mujeres heredaron propiedades y aumentaron su patrimonio, siempre bajo la custodia de algún hombre. En 1809 se volvió a la vida colonial; la élite local le pidió a España que volviera a tener el control del territorio, la vida prosiguió entre la crisis económica. Los rumores de rebeliones, sin lugar a dudas, instauraron una etapa de la historia local dónde las luchas sociales se concentraron en terminar de hecho y de derecho con la esclavitud que excluía de la igualdad a hombres y mujeres. Juntos hicieron viable que negros, mulatos y blancos pudiesen compartir los mismos deberes y derechos, el ejército en su mayoría estaba conformado por negros y mulatos.

En la ocupación haitiana, en la Primera República y en La Restauración Las familias más acomodadas económicamente estaban conformadas por mulatos (as) que asumían su presente como un espacio propicio para la abolición del sistema esclavista anacrónico y débil. Para el 1822 se materializó la abolición de la esclavitud con la llegada de Boyer y los haitianos. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Desapareció la esclavitud se estimuló la producción agrícola; se entregó tierra para el cultivo. El marco jurídico de procedencia francesa confería a las mujeres algunas prerrogativas que la normativa española no incluía. La violencia estructural se hizo menos evidente; precisamente durante la dominación haitiana los compatriotas locales conocieron de la vida republicana en otros territorios americanos. El deseo de llegar a ser soberano surgió en el tejido social de las familias dominicanas. En la ciudad de Santo Domingo, hacia el 1838, se crearon asociaciones o sociedades donde la juventud llenó de energía y esperanza para obtener la separación de los haitianos. Juan Pablo Duarte y un grupo de compañeros crearon y prosiguieron su estrategia de unificar a la juventud sobre el propósito de la soberanía y la vida democrática. Las muchachas apoyaron radicalmente el proyecto contribuyendo con las mismas energías; imperaban las limitaciones propias del tipo de tareas que se le conferían a los hombres y las que se le permitían a las mujeres. En el escenario vigente se destacó el liderazgo de María Trinidad Sánchez, quién fue objeto de una violencia extrema por parte del Estado y sus representantes, quienes ejecutaron a esta mujer. Fue la muestra más fehaciente de un presente autoritario y extremadamente machista. Precisamente a partir de 1844, con el desplazamiento del sector liberal que apoyó a Duarte, se inició una vida pública donde los conservadores concentraron el poder en mano de Pedro Santana como líder militar, Tomás Bobadilla como el representante del sector de los letrados que asumieron a las mujeres locales como un complemento necesario para la reproducción de una cultura política mediatizada por el control y la exclusión de cualquier idea democrática. El patriarcado tomó la hegemonía y fortaleció una vida social donde el poder era masculino y las familias reproducían una forma de relacionarse mediante la cual la autoridad solo podían ejercerla los hombres. Para 1860 la crisis social y económica se remarcó creando las condiciones esperadas por Pedro Santana ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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para viabilizar la anexión del territorio a España. La anexión ocurrida en 1861 es un hecho en el cual las expectativas de mejoría económica se disolvieron en los atropellos de que fueron víctimas las familias dominicanas. En ese momento de opresión generalizada el objetivo de la lucha era sacar a los Españoles de la patria y de nuevo las mujeres colaboraron. Durante la Restauración, de 1863 a 1865, se reactivó el esquema productivo familiar donde todos los miembros del ámbito de ese núcleo participaban de la producción. El dato se encuentra debidamente documentado en las descripciones de Francisco Bonó, donde resalta que mientras los hombres peleaban en las maniguas, quienes se encargaban de la producción eran las mujeres. “Las características de la guerra Restauradora, como resistencia diseminada por casi todo el territorio nacional, con amplia participación de la gente del campo, definen como decisivo para el triunfo el papel que juega la unidad familiar y la labor de la mujer, quien aporta un importante soporte logístico. Cuando el marido o compañero se dedica a la lucha, ella encabeza la familia y se encarga de la conclusión del conuco. Muchas mujeres, como se verá en los pocos registros documentales disponibles, participarán de manera directa en la contienda bélica contra el ejército español. La guerra de la Restauración duró de 1863 a 1865.”11 “…Hace mención de la actividad de mujeres dominicanas que socavaban a sus tropas, mediante la seducción de soldados, entendido el término “seducción” como acción de influencia o sonsacamiento (también llevado a cabo por hombres dominicanos).”12 En este espacio de lucha, por nuestra soberanía nuestras mujeres se unieron, para culminar con la derrota de los españoles, Ángela Hernández y Orlando Inoa (La mujer en la historia dominicana, Santo Domingo: Editorial Letra Gráfica, 2009). P. 18. 12 Ángela Hernández y Orlando Inoa, La mujer, p. 18. 11

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el trabajo constante más que la seducción fue el aporte que hicieron nuestras mujeres, que obstaculizaron el suministro de alimento y debilitaron emocionalmente a nuestros ocupantes.

Vida Bajo la Dictadura de Ulises Heureaux La forma de expresión de las dictaduras como estilo de gestión estatal refuerza el machismo y el autoritarismo. Así se evidenció en la cultura política local durante casi todo el siglo XIX y también en el siglo XX. Esto así porque la dictadura es una forma de dominación extrema en la cual la ausencia de libertad es la expresión del miedo o de la delación, y esta forma se apoderó de las subjetividades masculinas y femeninas. Se percibía la violencia psicológica, la violencia estructural, y la visibilidad de la violencia intrafamiliar. La represión política aumentó la violencia intrafamiliar; los hijos y las mujeres eran utilizados para atenuar la frustración social y esto se convertía en agresión. La manipulación y el control sobre las personas se fue accionando de tal manera que con las formas de convivencia se validaron las acciones de violencia psicológica verbal. Al mismo tiempo se fortaleció la violencia desde las instituciones como fueron la educación, la iglesia, la familia, la política, las relaciones laborales donde el patrón instrumentalizaba la participación de las mujeres pagándole un sueldo mucho más bajo que a los hombres. “La violencia estructural no se reduce a una inadecuada distribución de los recursos disponibles que impide la satisfacción de las necesidades básicas de las mayorías; la violencia estructural supone, además, un ordenamiento de esa desigualdad opresiva mediante una legislación que ampara los mecanismos de distribución social de la riqueza y establece una fuerza coactiva para hacerlos respetar.”13 Ángela Hernández y Orlando Inoa, La mujer, p. 62.

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Se reforzó la educación diferenciada por el género. A las mujeres se le educaba para ser esposas eficientes, para cocinar, limpiar y cuidar el hogar; para la administración doméstica y la manera que debían criar a sus hijos, hasta llegar a convertirse en ciudadanos(as) obedientes al control del gran dictador igualado a Dios en la tierra. Un gran letrero en neón en la capital decía “Dios y Trujillo”. La iglesia precisaba y promovía el marianismo donde la misión de las mujeres era sufrir como María la madre de Jesucristo. El argumento era que el dolor redime y las convertía en el modelo de cristiana que se resignaba a la voluntad de su marido, pues ellas eran consideradas como seres débiles y dependiente de la protección de los hombres. En muchas historias de vida de mujeres extraordinarias se puede interpretar esa tensión. Salomé Ureña es el arquetipo de mujer excepcional, quien por amor colocó en un segundo plano sus talentos y dotes intelectuales. Su modo de vida y las expectativas de logro social condicionaron y modificaron su estilo de vida hasta concentrarse en su papel de madre, maestra y esposa que se consumía en la espera de un esposo controlador y ausente, que no se sacrificó por el bienestar de ella y de sus hijos. Un trabajo que tenemos en carpeta es analizar discursivamente la correspondencia de Francisco Henríquez y Carvajal, el esposo de Salomé Ureña, y el control y manipulación de la vida de nuestra poetisa, quien vivió en su propia piel la condición de opresión de las mujeres inteligentes que se le excluía de la oportunidad de goce de una vida plena sin angustias ni opresiones de ningún tipo. “Más aun, el control sobre las instituciones sociales permite a las clases dominante imponer los objetivos a las sociedad entera y hasta plantear un determinado estilo de vida como ideal de existencia-objetivos y estilo de vida que refuerzan la organización social al servicio de sus intereses de clase.14 Ángela Hernández y Orlando Inoa, La mujer, p. 62.

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Un hecho muy común era que este tipo de mujeres se concentraran en educar a sus hijos para la transcendía y el bienestar de la patria, su Pedro y los hijos, son precisamente la expresión de la angustia y la abnegación filial. En efecto, eso hizo Salomé con sus cuatro hijos: Francisco, Pedo, Max y Camila. Solo Camila, como mujer de su época, una mujer muy bien formada que con su estilo de vida tuvo que romper el sufrimiento y convertirse en un tipo de mujer diferente. Su vocación de maestra y el contacto con otras culturas le facilitó la ruptura con lo que se esperaba de una mujer a mediados del siglo XX.

Las mujeres durante la ocupación 1916-1924 Durante la primera ocupación estadounidense del siglo XX, de 1916-1924, fue el período donde muchas mujeres educadas por Salomé y representantes de la filosofía educativa construida por Eugenio María de Hostos dijeron presente al momento de luchar por recuperar la soberanía de la patria. Fue precisamente Ercilia Pepín quien expresó su entrega total por el bienestar de la patria; esta educadora de generaciones de líderes nacionalistas desde el mundo de la ciencia luchó por la participación femenina en el ámbito político activo y siempre solidaria con los excluidos y los perseguidos por los ocupantes. Demostró sus talentos en forma extraordinaria; sacrificó su vida familiar y al final de su existencia se quedó sola y excluida del reconocimiento social que debió recibir en los últimos años de su presencia en un mundo controlado por los hombres que no valoraba ni reconocía la participación de las mujeres. Ahí está otra forma de materializar la violencia contra la mujer. El silencio y olvido han estado presentes en la vida de muchas heroínas y mártires dominicanas. Las mujeres anónimas, la mayoría, son obreras, campesinas, comerciantes, maestras, parteras, nanas, empleadas domésticas, intelectuales de escaso nivel social, artistas que se consumieron entre las cuatro ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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paredes de sus hogares recluidas para que los hombres prosiguieran consolidando su hegemonía. El apogeo caudillista y los inicios de las relaciones capitalistas constituyen una forma de liderazgo político regional con su respectiva clientela. Es algo que se ve en la intención de un gobierno de corte despótico por favorecer la inversión extranjera como única forma viable de alcanzar tan esperada “Paz y progreso”. Otra estrategia que generó el control sobre las mujeres fue el sentimiento de culpa. A la mujer se le exigía su reclusión con el tan mencionado dicho que dice: “Detrás de cada gran hombre hay una gran mujer”. “En otras palabras, el niño aprende aquellos comportamientos que ve realizar en su medio, sobre todo aquellos realizados por las figuras más significativas en su vida y que conducen al logro de los objetivos perseguidos. Cabe entonces preguntarse en forma más concreta qué modelos ofrecen los padres, las personas influyentes y los medios de comunicación social. Hay que interrogarse en particular si estos modelos no ofrecen continuamente el espectáculo de comportamientos violentos.”15

Dictadura de Rafael Leónidas Trujillo El devenir histórico de la República Dominicana decayó en la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961). Fue el periodo durante el cual la expresión del machismo adquirió un grado superlativo; imperó el modelo del súper macho dominicano con sus luces y sombras, aumentó el control, la represión y opresión sobre varias generaciones de hombres y mujeres aislados y adoctrinados para sentir y reproducir el miedo a la libre expresión, a vivir en democracia y al ejercicio de la ciudadanía con equidad de género. Esta premisa marcó el inicio de Ángela Hernández y Orlando Inoa, La mujer, p. 65.

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una nueva modernidad en lo material traducida en una vuelta al despotismo como expresión del autoritarismo de la cultura política y el dominio y predominio del patriarcado y el machismo que justiciaba la sumisión de la mujer dominicana sin importar su jerarquía social bajo estas condiciones. Sin embargo, y es preciso resaltarlo, siempre estuvo presente el germen de la libertad. “La violencia es múltiple y se presenta históricamente en formas diversas e irreductibles. La violencia tiene su propia dinámica, que tiende a entrar en una espiral de continuo crecimiento. Los factores inmediatos en el desencadenamiento de la violencia son la frustración, un medio propicio para ello, la presión grupal, la disponibilidad del poder y, sobre todo, el convencimiento sobre su valor instrumental.16 Las mujeres se refugiaron en el ámbito del conocimiento de las ciencias, las artes y las humanidades como único espacio donde se podían dejar huellas de un presente opresivo y dictatorial; un presente con la firme convicción que las mujeres construirían junto a los hombres un futuro menos excluyente. Una mujer que sufrió todos los horrores de la opresión y mucho más fue Evangelina Rodríguez; ella se opuso abiertamente a Trujillo. Pero era mujer, mulata, pobre e inteligente. Su hazaña le costó que la acorralaran hasta empujarla a refugiarse en la locura como una vía para seguir viviendo en esta dictadura extrema. “Las cultura política del machismo, violencia y autoritarismo que se genera hoy en el seno de la familia dominicana tiene en esta dictadura su antecedente histórico primordial; las dictaduras significaron una encerrona espiritual y emocional para la familia dominicana; el autoritarismo trujillista marcó su sello en la familia; en el ámbito político como espacio donde el jefe asumió el control de forma casi absoluta, lo cotidiano es un reflejo del estilo de gestión que se produce en el gobierno Ángela Hernández y Orlando Inoa, La mujer, p. 82.

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por medio de la fortaleza del Estado como el gran proveedor, asumiendo la posición del padre protector en un contexto de control machista.”17 En este contexto social las mujeres no ejercían una ciudadanía activa. Eran consideradas objeto de la propiedad particular de un hombre; evidenciándose la ausencia de una conciencia de su condición de subordinación. A lo largo de las luchas sociales y la resistencia contra el gran dictador se fueron reconociendo como sujeto social con derechos y deberes en pro de obtener su autonomía personal y contribuir con la democracia social. “Trujillo y sus asesores consideraban oportuno el reconocerle la capacidad política de las mujeres, concebidas en lo formal como sujeto con derecho al voto, se amplió la oportunidad de acceder a una mejor educación y conseguir colocarse como empleada o propietaria de pleno derecho, los resultados positivos no surgieron de inmediato, pero a mediano plazo las mujeres que vivían en las principales ciudades hicieron uso de estas ventajas, una minoría tuvo la oportunidad de irse a estudiar al extranjero, ampliando con esto el horizonte de oportunidades y demostrando de manera concreta las potencialidades de las mujeres, muchas no se atrevieron a cuestionar su condición de subordinación.”18 La conciencia de ser sujeto social está directamente relacionada con la jerarquía social en la cual se encuentre la mujer. Esta premisa limitó a las grandes masas populares al avanzar en su percepción de género y sus correspondientes potencialidades. El discurso oficial, al igual que la filosofía educativa de este momento, adoctrinaba a las mujeres en términos ideológicos para que se adhirieran a los intereses de los grupos de poder. Jacqueline Álvarez y Orlando Objío, (Cultura política autoritaria dominicana, Santo Domingo: Imprenta La Escalera, 2007). P. 199. 18 Jacqueline Álvarez y Orlando Objío, Cultura política, p. 200. 17

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“La mujer adornó los salones sociales de la dictadura, brilló en los bailes, pero en el plano de acciones públicas la mujer tuvo escasa participación. Ese control sobre la familia se desarticuló solo con la muerte de Trujillo, hecho que precipitó la emergencia de las masas en un proceso político no definido, pero que tendía hacia la consecución de un proyecto político democrático. El cambio histórico (social-político-económico-cultural) se precipitó conjuntamente con los cambios a nivel mundial, sobre todo en la política estadounidense. Fue necesario que los sujetos lucharan por un espacio público, conseguir el control del Estado se convirtió en el eje central del conflicto social y político.”19 Con el ajusticiamiento del tirano en mayo de 1961 se transformaron las luchas políticas y se desplazó la violencia estatal. Esto hizo posible que se observara la presencia de los grupos sociales excluidos en el ámbito público expresando sus reivindicaciones. Por esa razón, luego de la muerte de Trujillo, se hizo visible la necesidad de incluir a las mujeres en las luchas por las trasformaciones sociales. “Todo individuo es el resultado de una compleja unidad bio-sico-social-cultural. La familia es la estructura básica del proceso de socialización, ella transmite cultura, formas de interactuar y pensar, valores, costumbres, modos y vida, en síntesis la familia condiciona la forma de ser y de pensar de sus miembros. De ahí que el proceso de socialización del niño y niña sea, desde el punto de vista psicosocial, objeto de estudio central al momento de aplicar el vínculo entre familia y cultura. La niñez constituye un momento privilegiado en la transmisión de la cultura, cuando la socialización tiene lugar en el marco de la pobreza, situación social en la que la escasez de recursos es la norma predominante, entonces, se asimilará la cultura de la pobreza, la cosmovisión se forja en los contextos de un socialización diferenciada por género.”20 Jacqueline Álvarez y Orlando Objío, Cultura política, p. 202. Jacqueline Álvarez y Orlando Objío, Cultura política, p. 203.

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Ambos ámbitos de convivencia, el público y el privado, forman un continuo que se comunican de manera camuflada, justificando acciones que refuerzan la ideología dominante y validan la hegemonía y el control de los mecanismos discursivos y pre- formativos que modelan la forma de relacionarse de hombres y mujeres en los diferentes lugares donde se reconocen los sujetos y se evidencian las contradicciones.

Conclusión Tanto la psicología social como la historia social evidencian las conexiones estructurales entre vida social, machismo y violencia como una consecuencia directa de las opresiones y exclusiones que se han ido reciclando a lo largo de la convivencia del país. Es algo que está enraizado en las mentalidades de hombres y mujeres como expresión de un tipo específico de socialización y vida familiar. Al analizar el pasado se comprende mucho mejor el presente (2013), donde la violencia intrafamiliar y los asesinatos de mujeres llenan las páginas de los periódicos. Podríamos afirmar que estos abusos han estado siempre en nuestra vida social. Lo que sucede es que ahora se denuncia y forma parte de las problemáticas sociales; antes, estas mismas acciones eran consideradas como asuntos pasionales, donde las instituciones no se involucraban y de esta manera, por siglos, las mujeres fueron maltratadas y eliminadas y, casi siempre, sus agresores y asesinos se quedaban libre de cualquier castigo. En la actualidad el marco jurídico del país ya posee ciertas normativas que sancionan y hacen posible someter a los tribunales a los agresores que ejerzan violencia física o psicológica sobre nuestras mujeres. La lucha prosigue para tratar de crear mecanismos institucionales y sociales donde ser mujer no implique un subordinación. La equidad de género es la meta que aspiramos alcanzar, pues el poder político y económico hasta hoy ha estado bajo el control masculino. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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La violencia a través del desarrollo histórico dominicano // Jacqueline Álvarez

Bibliografía Álvarez, Jacqueline y Orlando Objío. Cultura política Autoría Dominicana, Santo Domingo: Imprenta La Escalera, 2007. Baro, Ignacio Martin, S.J. Violencia y agresión Social. Santo Domingo: Centro de Estudios Sociales Padre Juan Montalvo, 1995. Foucault, Michel. Seguridad, territorio, población. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2006. Hernández, Ángela y Orlando Inoa. La Mujer en la Historia Dominicana. Santo Domingo: Editorial Letra Gráfica, 2009. Koselleck, Reinhart. Futuro pasado. Buenos Aires: Ediciones Paidos, 1993. Lyanne, Guitar. “Criollos, el nacimiento de la identidad americana y de la cultura americana en la Hispaniola”, Boletín del Hombre Dominicano, No. 42, 6 de agosto de 2008. Rueda, Manuel. Imágenes del dominicano. Santo Domingo: Ediciones del Banco Central de la República Dominicana, 2001.

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ECOS Órgano del Instituto de Historia de la UASD Año XXIV, Vol. 1, No. 14 Enero-junio de 2017

Una aproximación al Movimiento de Mujeres en la década de 1990: Caso de la Zona Urbana en Santo Domingo y Santiago1 Ruth Margarita García Pantaleón, Wanda Calzado y Aquiles Castro2 Recepción: 22 febrero 2016 Aprobación: 20 mayo 2016

Resumen

Hasta fines de la década de 1980 el movimiento social en la República Dominicana experimentó un importante auge. Durante ese período el reclamo de derechos y reivindicaciones particulares sobre la “problemática de la mujer” en

Ejercicio de investigación presentado en el año 2005 como requisito de un curso del Programa de Maestría en Historia Dominicana y del Caribe en la UASD. 2 Ruth Margarita García Pantaleón: Historiadora y docente. Doctorado en Historia por la Universidad de Puerto Rico, Licenciada en Educación mención Ciencias Sociales y en Psicología Social UASD, Maestría en Historia Dominicana y del Caribe UASD, investigadora en el Centro de Investigación Histórica UPR. Wanda Calzado: Docente en la escuela de Historia UASD, Maestría en Formación Docente, Licenciada en Educación Mención Ciencias Sociales, Técnico en el Área de Sociales del Ministerio de Educación. Aquiles Castro: Docente departamentos de Sociología e Historia UASD, licenciado en Antropología, Maestría en Historia Dominicana y del Caribe, miembro del colectivo de trabajo en el Archivo General de la Nación. 1

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nuestra sociedad, junto a la difusión de ideas y teorías que reivindicaban el feminismo como paradigma teórico para explicar la condición social de la mujer, contribuyó a desarrollar un movimiento de mujeres en la República Dominicana. El protagonismo de ese movimiento entró en crisis entre fines de la citada década e inicios de los años 90. En ese sentido ésta última década marcó una especie de transición entre los períodos de auge y reflujo del movimiento de mujeres. Nos proponemos contribuir al registro de una parte de esa experiencia en los dos principales centros urbanos del país: Santo Domingo y Santiago. Palabras claves: movimiento social, condición social de la mujer, movimiento de mujeres, feminismo, organización. Summary: Until the late 1980s, the social movement in the Dominican Republic experienced a major boom. During that period, the claim for particular rights and demands on the «problem of women» in our society, together with the diffusion of ideas and theories that claimed feminism as a theoretical paradigm to explain the women´s social status, contributed to develop a women´s movement in the Dominican Republic. The protagonism of this movement entered a crisis between the end of the mentioned decade and the beginning of the 1990s. In this sense, this last decade marked a kind of transition between the boom periods and the reflux of the women’s movement. We intend to contribute to the registration of a part of that experience in the two main urban centers of the country: Santo Domingo and Santiago. Keywords: social movement, discrimination, women´s social status, women’s movement, feminism, organization.

1. Introducción La noción movimiento de mujeres incluye la diversidad de formas de organización y lucha que se plantea de manera especial como su razón de ser la agenda que expresa una problemática

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y unas reivindicaciones referidas a la condición social de la mujer. El movimiento de mujeres así concebido incluye al movimiento feminista pero al mismo tiempo trasciende al mismo. El movimiento de mujeres, aunque relativamente reciente en la República Dominicana, constituye un espacio muy importante por el alto contenido social-cultural e ideológico de sus reclamos. Su bandera reivindicativa traduce cuestionamientos y propicia cambios en los patrones culturales, que inducen rupturas respecto de ciertos esquemas conservadores dominantes en la sociedad en relación con la condición social de la mujer. La década de 1980 constituyó un período de auge para el conjunto del movimiento social y en el mismo desarrollaron importantes experiencias de organización y de lucha las mujeres. Hacia fines de los 80 e inicios de los 90 comenzó el declive que todavía hoy está vigente. En la presente reflexión se propone un acercamiento que permita sintetizar la caracterización del movimiento de mujeres durante los años 90 en tanto que transición entre el auge de los 80 y la desmovilización posterior que se extiende hasta el siglo XXI. La reflexión se focaliza en la zona urbana porque es el área donde se manifiesta la mayor diversidad del movimiento en sus formas de organización y la naturaleza de las demandas, en ese sentido se tomaron como referencia las ciudades de Santo Domingo y Santiago.

1.1. Metodología La metodología seguida para la realización del trabajo incluyó la consulta de fuentes documental y bibliográfica y la realización de entrevistas con actores claves del movimiento en la época analizada. De acuerdo con las posibles fuentes previamente identificadas, los miembros del equipo de investigación trabajamos un esquema de contenido previamente acordado. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Ese trabajo individual generó unos insumos que fueron analizados en una sesión de trabajo del colectivo de autores del cual resultó la síntesis que ahora compartimos. Para el análisis, en algunos momentos, se hace referencia al período inmediatamente anterior a los 90 para la adecuada contextualización y examen de los datos trabajados. En ese sentido, la presentación del informe incluye una breve referencia al contexto nacional durante el período que abarca el estudio, así como la caracterización general del movimiento social. De igual forma se enfocan algunos aspectos relevantes del movimiento de mujeres en República Dominicana antes de 1990. Esos antecedentes ayudan a situar mejor nuestro objeto de estudio. Se incluyen varios anexos que edifican al lector sobre diversos aspectos: un inventario de las organizaciones que fueron visitadas por los autores en sus oficinas o lugares de trabajo, otro de las personas entrevistadas; y una relación de las organizaciones de mujeres afiliadas a la Coordinadora de Mujeres del Cibao y su distribución geográfica.

1.2. Aportes y límites

Los aportes de nuestra investigación se expresan en los siguientes puntos: 1º Permite una caracterización general (aún parcial) del movimiento de mujeres durante la década del 90; 2º Ofrece un levantamiento bibliográfico mínimo sobre el tema con énfasis en el aspecto organizativo; 3º Aporta el testimonio y la visión de una muestra (limitada) de actores claves que, en general, por primera vez (según confirmaron) fueron consultados en un esfuerzo para sistematizar la experiencia del movimiento de mujeres durante el período que analizamos. Los límites del trabajo están relacionados principalmente con el factor tiempo, el cual impidió abordar el conjunto de fuentes inicialmente previstas; esto impidió asimismo establecer conclusiones sobre ciertos aspectos del tema tratado. Se deja constancia de las dificultades encontradas para obtener información documentada en muchas de las instituciones ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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que trabajan la temática de género, lo cual nos resultó sorprendente. Lo anterior se ilustra con dos ejemplos: por distintas razones, no fue posible recibir información oportunamente en el Centro de Documentación de la Secretaría de Estado de la Mujer (hoy Ministerio), ni en el Centro de documentación de CeMujer, el cual fue transferido por esos días a otra institución.

2. La Sociedad dominicana en los años 90 Desde el punto de vista económico y social el país sufría las secuelas de la llamada “Década perdida” (años 80) con la crisis de la deuda externa y el estreno de nuevos ensayos de modelos económicos dictados por los organismos financieros como parte de los nuevos esquemas de dominación imperialista. En ese proceso se crearon las bases para el desmantelamiento del aparato productivo nacional y el afianzamiento de la terciarización de la economía con el predominio del sector servicios. La pobreza alcanzó niveles sin precedentes; hubo crisis e inestabilidad económica a mediados de la década y estabilidad macroeconómica al final de la misma, consolidación del proyecto neoliberal mediante la privatización de empresas y servicios públicos. Durante la década, conforme se desmanteló el aparato productivo y acrecentaban los flujos migratorios internos, se consolidó el carácter urbano de la sociedad dominicana.

3. El Movimiento Social en la década de los 90 El movimiento social de la República Dominicana en la década de los 90 estaba caracterizado por la reducción de su fortaleza organizativa comparado con los años 80, en virtud de lo cual desapareció un gran número de organizaciones y otras tantas entraron en un proceso de inactividad o dispersión.

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Entre 1989 e inicios de los años 90 la debacle de la Unión Soviética y los efectos de la “caída de los muros” se expresó en la sociedad dominicana con la influencia de enfoques y planteamientos que descartaban la pertinencia de las ideologías y postularon la bancarrota de todo proyecto de cambio social. No obstante en ese contexto se produjo la última gran confrontación entre el conservadurismo neo-trujillista expresado en Balaguer y el ideal liberal democrático encarnado en la figura y propuestas formuladas por José Francisco Peña Gómez.3 Durante la década, y especialmente después de 1992, el movimiento de izquierda y el movimiento social se caracterizaron por el reflujo (con la excepción de episodios coyunturales), mientras que los partidos hegemónicos del sistema político entraron en un proceso de relevo generacional que apuntaló factores de crisis al interior de los mismos, amortiguada esa crisis por cierta capacidad de recomposición y reciclaje del sistema. Un indicador en la debilidad orgánica del movimiento social y su consiguiente limitación para desplegar acciones se evidenció en ocasión de la celebración de la efeméride del V Centenario del llamado Descubrimiento de América, que no obstante el consenso de todas las corrientes y tendencias en rechazo de dicha celebración, apenas fue posible llevar a cabo algunas acciones concretas de repudio. Para los primeros años de la década de 1990 el movimiento social protagonizó acciones de lucha coyuntural que no tuvo el carácter sistemático que esa misma lucha coyuntural había logrado durante el decenio anterior. La debilidad se acentuó especialmente a partir de los años 1995-1996, cuando el movimiento entró en la situación de inercia que se prolongó hasta entrado el nuevo siglo XXI.

Destaca la propuesta de impulsar reformas políticas por medio de una Asamblea Nacional Constituyente cuyos miembros fueran electos por votación popular exclusivamente para ese fin.

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4. Antecedentes al Movimiento de Mujeres de los años 90 en República Dominicana Durante los años 70 y 80 tuvo lugar el surgimiento de una variedad de organizaciones de mujeres de carácter local y diversas experiencias de coordinación regional y nacional.4 Asimismo surgieron en ese período decenas de Organizaciones No Gubernamentales definidas como feministas o que tenían como su principal accionar el trabajo sobre “la problemática de género”. Una muestra importante de los niveles de madurez organizativa en la época lo constituyó la proliferación de Comités de Amas de Casa, Centros y Clubes de Madres, varias Federaciones de Mujeres en algunas provincias y municipios con la participación de Asociaciones y otros Grupos de mujeres de zona urbana como rural; la Coordinadora de Mujeres del Cibao en 1980, la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas (CONAMUCA) en 1983, la Confederación de Mujeres de la Región Sur (COMURESUR) en 1985, la Coordinadora Feminista en el 1982-1983, la Coordinadora de ONG del Área de la Mujer en 1989, entre otras. La década de los 80 ha sido valorada como un momento de despegue del movimiento porque “se multiplican las organizaciones de mujeres y toman voz pública propia y trabajan conscientemente la agenda de lo privado, la cotidianidad, la violencia doméstica, la producción, la esclavitud sexual, la prostitución, la invisibilidad del trabajo doméstico, los estereotipos culturales sexistas en la educación”, entre otros.5

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Las diferentes formas organizativas incluyeron comités de amas de casa, algunas federaciones, asociaciones de mujeres campesinas, grupos de promoción de la salud y otras formas de expresión con un perfil comunitario, entre otras. Ángela Hernández, Las Mujeres. Hacia un movimiento social hacia un cambio cultural. Coordinadora de ONGs del Área de la Mujer. Conclusiones de consulta Regional y Sectorial de las organizaciones de mujeres en preparación de la IV Conferencia Mundial de la Mujer, septiembre de 1995 (Santo Domingo: Editora Búho, 1995) p. 31. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Finalmente se debe recordar que la década de los 80 fue declarada por la ONU como “El Decenio de la Mujer”, decisión simbólica que contribuyó a elevar la subjetividad y sensibilización en diferentes espacios para que se abordara la “problemática social de la mujer”.

5. Las organizaciones y la acción del Movimiento de Mujeres durante los años 90: Caso de Santo Domingo y Santiago Hacia finales de la década del 80 e inicios de los años 90 se produjo un renacimiento del feminismo y del movimiento de mujeres en el país, el cual se concentró fundamentalmente en las zonas urbanas. En ese período “las ONG se constituyen prácticamente en el principal espacio de convocatoria y actuación de las mujeres”; aseveración contenida en el documento de balance al movimiento feminista dominicano redactado por la Comisión Organizadora del VIII Encuentro Feminista.6 Las acciones de lucha desarrolladas durante el período lograron colocar en la agenda pública propuestas de reformas jurídicas que reivindicaron derechos de las mujeres, los cuales eran sistemáticamente ignorados e invisibilizados en la sociedad dominicana hasta entonces. El auge organizativo del movimiento de mujeres en los años 80 y principios de los 90 corrió parejo con el dinamismo del movimiento popular organizado, cuya amplitud se puede apreciar en una estimación realizada en 1993 según la cual se identificaron unas 700 organizaciones de base conformadas mayoritariamente por mujeres en los barrios pobres del Distrito Nacional.7 Yuderkys Espinosa y otros, Movimiento Feminista y de Mujeres: Contextualización histórica y elementos claves para su comprensión. Proceso preparatorio hacia el VIII Encuentro Feminista de América Latina y El Caribe (Comisión Organizadora, Santo Domingo 1988), 17-18. 7 Hernández, loc. cit. 6

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Ese dato es indicador de la fortaleza organizativa que, en esa materia, se heredó del activismo del movimiento durante los años 80.

5.1. La organización y las demandas Los Centros de Madres inicialmente se constituyeron al amparo de programas gubernamentales y se desarrollaron principalmente en la zona rural; sin embargo, más tarde aparecieron en los centros urbanos. “Los grupos de mujeres de amas de casa urbanos se organizan (para la) demanda de servicios básicos (agua, hospitales, escuelas, arreglo de calles, etc.) y su principal radio de acción es el espacio de residencia, el barrio.”8 En ese sentido se puede afirmar que el perfil reivindicativo de los grupos de mujeres urbanos es muy cercano al tipo de organización comunitaria de base con una composición mixta: mujeres y hombres. Sin embargo dicho estudio presenta un perfil parcial porque no da cuenta de la variable género que es trabajada por muchos de estos grupos mixtos en el marco de su trabajo de educación y formación, tal y como se rebeló en algunas de las entrevistas que realizamos. El contenido diverso en las demandas del movimiento de mujeres se aprecia en el Programa Mínimo Feminista publicado en el año 19909, el cual se indica a continuación: • Incorporación plena de la mujer a las políticas nacionales; • Castigo a los violadores; • Mayor cobertura y calidad de los servicios: salud, educación, energía eléctrica y agua potable; • Paternidad responsable;

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T. Valdez Echenique y otros, Mujeres en América Latina en cifras. Ministerio de Asuntos Sociales e Instituto de la Mujer de España (Santo Domingo: FLACSO-RD y UNICEF, 1993), 110. T. Valdez Echenique y otros, Mujeres. p. 111. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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• Modificación de todas las leyes discriminatorias contra la mujer; • Trabajo doméstico compartido; • Participación proporcional de la mujer en el Congreso y el Gobierno; • Maternidad libre y voluntaria; • Igual salario por igual trabajo; • Creación de la Secretaría de Estado de la Mujer; • Una educación no sexista; • Derecho de la mujer campesina a la tierra; • Eliminación de todo tipo de violencia contra la mujer; • Guarderías infantiles; • Una nueva imagen de la mujer en los medios de comunicación; • Protección a la mujer maltratada. En 1990 el apoyo del Centro de Planificación y Acción Ecuménica (Cepae) al movimiento social fortaleció la incorporación de la perspectiva de género en las organizaciones y en ese sentido fueron creados comités de género en Baní, Consuelito, Yaguate y Villa Altagracia. El trabajo de Vargas (1996), sobre los tipos y la distribución de las organizaciones de base, es muy ilustrativo sobre la situación del movimiento hacia mediados de la década de los 90. En dicho estudio fue detectado un número significativo de grupos de mujeres “de reciente formación (23 grupos) equivalentes al 11% del universo de trabajo de dicho estudio y la mayoría (13) estaban localizados en la zona Este.”10 Estos datos confirman que en los primeros años de la década se registró un dinamismo organizativo en las organizaciones de mujeres creadas en la década anterior y que se mantenían activas, así como en otras Tahíra Vargas, Las organizaciones de base en Santo Domingo (Santo Domingo: Centro de Estudios Sociales P. Juan Montalvo, 1996), 47.

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nuevas que surgieron a principios de los años 90. Una vez más esto sugiere que el declive organizativo se produjo más tarde, a partir de la segunda mitad de la década de los 90. Una consulta que realizamos para esta investigación con dirigentes comunitarios en la zona Oriental de Santo Domingo dio cuenta de la existencia de una organización en el Ensanche Isabelita: La Fundación Hermanas Mirabal, creada en los años 90, que era resultado de la reconversión del Centro de Madres de ese sector que había sido constituido en 1989. En Los Mina funcionó, en los años 80, la Unión Democrática de Mujeres (UDEMU), pero que había dejado de funcionar para inicios de la década 1990. Se debe advertir que las organizaciones constituidas por mujeres no siempre asumieron un perfil de género en su denominación. Al respecto el citado trabajo de Vargas (1996) informa que en Los Mina había una cooperativa, dos grupos de trabajo en salud y una Junta de Vecinos que estaban integradas solamente por mujeres. Esto confirma el activo protagonismo comunitario de las mujeres que, en el caso del trabajo de salud comunitaria, fue muy importante en el contexto urbano. La presencia activa de la mujer en las organizaciones comunitarias fue confirmada por la Encuesta Demos 97 que registró un 52% del conjunto de la población que participaba en dichas organizaciones, lo cual contrasta con la exigua participación de las mujeres en organizaciones de tipo laboral, mientras que en organizaciones políticas sólo participaba el 13,8%. El mismo estudio destacó la participación de mujeres “en las Juntas de Vecinos como organizaciones que se interesan por asuntos del diario vivir y del hábitat, los cuales afectan el desempeño de las labores domésticas a cargo de las mujeres.”11 Ramonina Brea e Isis Duarte, Entre la calle y la casa (Santo Domingo: Profamilia, Búho, 1999), 51-52.

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5.2. Balance a dos experiencias de coordinación: La Coordinadora de ONG del Área de la Mujer y la Coordinadora de Mujeres del Cibao Se trata de dos modelos de organización del nivel de coordinación (nacional y regional respectivamente) que tuvieron un importante protagonismo durante varios años en sus respectivos ámbitos, por tanto resulta pertinente un ejercicio comparativo sobre ambas experiencias en virtud de que, la Coordinadora de ONG del Área de la Mujer, si bien en principio estuvo constituida además de ONG por organizaciones de mujeres, su dinámica estuvo pautada por las ONG y ese es el perfil con que se le conoció; mientras que, en el caso de la Coordinadora de Mujeres del Cibao, tiene mayor peso el tipo de organización social territorial y los llamados “grupos y organizaciones de base.”12 Para realizar el ejercicio se retomaron los datos aportados por el diagnóstico-evaluación realizado por Cela y Ureña13 sobre las instituciones de coordinación en la sociedad civil dominicana en los años 90, los cuales están resumidos en la tabla No. 1 al final de este artículo. Los datos en ese estudio realizado en el año 2002 revelan que los puntos donde se observan diferencias especialmente importantes entre uno y otro tipo de organización son los siguientes: la composición, las razones de surgimiento, los objetivos, la articulación y las relaciones con el Estado. En lo que refiere al aspecto organizativo, incluido el funcionamiento interno en ambos modelos, la comparación revela que no siempre la garantía de mayor participación interna Son entidades (grupos, asociaciones, comités, núcleos) cuyo ámbito de actuación es principalmente en el nivel local, municipal y provincial y generalmente carecen de reconocimiento legal. 13 Jorge Cela y Fernando Ureña, La diversidad en busca de su unidad: inventario de articulación de la sociedad civil dominicana y propuestas… Santo Domingo:, BID-INTEC-OXFAM, 2002. 12

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de los afiliados es monopolio de las organizaciones sociales y populares. Mientras en la Coordinadora de ONG del Área de la Mujer se registraba “mucha democracia e igualdad de participación”, en la Coordinadora de Mujeres del Cibao, su estructura restringía la participación, pues las organizaciones de segundo grado (Federación) tenían mayor peso que las organizaciones de base. En el caso de la Coordinadora del Cibao el mayor protagonismo en Santiago era de los grupos urbanos; considerando toda la región, los grupos rurales eran los de mayor protagonismo o participación. Si bien el organigrama de ambas coordinaciones es similar y usan los mismos mecanismos de comunicación, en el caso de la Coordinadora de Mujeres del Cibao utiliza recursos más directos con sus integrantes, mientras que en la Coordinadora de ONG la cobertura de participación resulta más amplia. Respecto de la representatividad, en ambos modelos se registraron deficiencias y en ese sentido se reitera que no necesariamente una forma de organización “per sé” tiene ventajas sobre otra. Finalmente la valoración que se hace sobre la figura de la personería jurídica permite apreciar que las ONG entienden la adopción de formalidades institucionales por una organización como sinónimo de personería jurídica, por esa razón interpretan la carencia de ese instrumento legal como ausencia de estatutos y reglamentos. Esto revela un prejuicio en las ONG respecto de las organizaciones de base carentes de personería jurídica, sobre las cuales no se esperaba encontrar formalidades institucionales debido a esa carencia, cuando en realidad basta con que una organización posea reglamento o estatutos y los cumpla para que se registre alguna formalidad institucional en su funcionamiento aun cuando no se encuentre reconocida o amparada mediante incorporación y dotada de personería jurídica.

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5.3 Organizaciones “de base”: Algunas experiencias en Santo Domingo Con el propósito de presentar un perfil de las organizaciones de mujeres en la ciudad de Santo Domingo en el momento de nuestro estudio, se procedió a consultar algunos informantes claves mediante entrevistas realizadas los días 26 y 27 de octubre 2005. El resultado se indica a continuación:

5.3.1. Club de Madres La Surza, 1988-2005. Informante: Francisca A. Batista (39 años) La iniciativa de su formación surgió del trabajo que en 1992 realizaban en el sector las Promotoras de la Salud del Instituto Dominicano de Desarrollo Integral (IDDI). En principio lo constituyeron 30 mujeres por sectores con una comisión de tres delegadas y dos suplentes; realizaban asamblea mensual; la estructura contaba con 30 bloques. Esa estructura ya no funcionaba en el 2005 por efecto de tres desalojos en el barrio y la mudanza de las personas hacia otros lugares. Además se observa apatía en la mayoría de las mujeres. La Directiva tiene 9 miembros y al momento de la entrevista estaba pendiente su reestructuración. La informante desconocía el número de miembros que tenía la organización para el año 2005. Se constituyó con el objetivo de impulsar mejoras en las condiciones socioeconómicas de la mujer, orientación para la actividad laboral, servicio de salud a las mujeres en edad fértil (10 a 45 años) y niños menores de 5 años, formación-educación para destacar el rol jugado por la mujer en la sociedad y la identidad de género. Antecedentes: Es la única organización de mujeres que existía en el barrio al momento de realizar el levantamiento de información para esta investigación (2005). La Rama Femenina

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de Asopisur había creado en 1994-95 el Comité de Amas de Casa, pero no estaba funcionando. A través de la coordinación de las organizaciones de La Surza, que constituye la Asociación por el Desarrollo Integral de La Surza (ASOPISUR) (integrada por 21 organizaciones), realizan las actividades “macro” o generales, paralelo a las actividades particulares y/o locales que son realizadas por los grupos y organizaciones afiliadas. Entre las conquistas y logros destacaron: Un dispensario médico con local propio de dos niveles, apoyado por SESPAS pero controlado por la comunidad; un local de educación pre escolar también de dos niveles; un taller de costura doméstica y máquina plana que funciona en acuerdo con el Instituto Nacional de Formación Técnica Profesional (INFOTEP). Sobre la estrategia de lucha y trámite de las demandas, la respuesta de la informante es reveladora cuando afirma: “Nosotras aquí no tenemos la modalidad de trabajo de protestar, lo que hacemos es gestionar a través de las comunidades”, expresión ésta en que subyace la ausencia del Estado como destinatario de demandas legítimas de políticas públicas sobre las necesidades de esas comunidades y la problemática de la mujer.

5.3.2. MUCECA Mujeres Comunitarias por la Educación en Capotillo, 2001-2005. Informante: Elsa Cuevas La organización fue fundada ante la necesidad de trabajar el tema de la educación, pero con un trabajo dirigido a la familia, a través de la mujer. A veces se confunde la razón institucional con los intereses personales, de ahí que la informante declara como una de las causas de la fundación del grupo el hecho de que (ella) “deseaba hacer lo que yo quiero de forma independiente”. Este grupo cuenta con una directiva de 11 miembros y no se ofreció información sobre el número de miembros no directivos.

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En sus objetivos destaca promover la educación de la mujer desde su cuerpo, la legislación y la alfabetización. Por tanto el perfil de trabajo o actividad principal es el tema de educación. En los antecedentes a la fundación del grupo destaca la activa participación de su coordinadora en otras experiencias entre las que citó: el Comité de Familiares de Presos Políticos, el Grupo de Mujeres de la Iglesia San José y estuvo en la Junta de Vecinos antes de fundar este grupo. No se ofreció información sobre vinculación de esta con otras organizaciones. Algunos logros que fueron citados incluyen habilitación de cañadas, control de aguas residuales, saneamiento ambiental. En el momento de la entrevista trabajaba en el Programa de alfabetización “Yo sí puedo”. Tiene 20 alumnos y el trabajo es voluntario. La estrategia de lucha y canalización de demandas reivindicativas se basa en la organización de comisiones para visitar las instituciones responsables y buscar su apoyo.

5.3.3. ASOACA Asociación de Amas de Casa Amantes del Progreso de Capotillo, 1987-2005. Informante: María Victoria Araújo Se fundó a través de la Junta de Vecinos por iniciativa de la presidenta de ésta última, Pura Román. Trabajaban desde la Junta de Vecinos por las necesidades del barrio y de la comunidad, pero necesitaban un espacio propio como mujeres, pues la Junta de Vecinos no trabajaba ninguno de los temas específicos de las mujeres. La directiva es de 9 miembros electa hace 3 a 4 años. Se reúnen entre 18 y 22 miembros, y sobre la vigencia de la organización en el momento de la entrevista, la informante declaró que “actualmente estamos en baja”. Los objetivos principales que dieron razón de ser al grupo se resumen en una aspiración: Empoderar a la mujer de su espacio y de sus derechos. En ese sentido la informante declaró: ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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“Nuestra visión era hacer a las mujeres tener un liderazgo y mayormente trabajar en temas de salud”. El perfil del trabajo estaba enfocado en “mujeres víctimas de maltrato, y de incesto que con frecuencia sucedía en la familia pero que no se hablaba de eso”. Otras líneas de trabajo incluyen dos aspectos: muchachas promotoras de salud y animación a las mujeres que desertaban de la escuela para que retomaran los estudios. En el momento de la entrevista (año 2005) la informante trabajaba en el programa de alfabetización de voluntarias con 25 estudiantes. El antecedente organizativo de ASOACA era la Junta de Vecinos de Capotillo, entonces funcionaba como Mujeres Unidas dentro de la junta. La primera directiva fue encabezada por Wendi Celeste de Jesús. En el pasado hubo otras experiencias organizativas de mujeres: “Antes de 1984 nosotras hicimos un grupo que se llamaba Asociación de Mujeres Progresistas (ASOMUPRO), venían muchachas de la universidad a animar. También funcionaba un Comité de Amas de Casa de la Asociación “de Rosario López.”14 Fue muy activo el vínculo de ASOACA con otras instituciones que la apoyaron, destacan entre ellas: Junta de Vecinos, ONG Cepae, Centro de Estudios de la Educación (Cedee), IDDI, Ecumenical Church Loan Fund (ECLOF Dominicana). El grupo realizó un estudio a través del cual constató que eran muchas las adolescentes embarazadas muy temprano. Han construido una importante experiencia de varios años trabajando la autoestima de la mujer. Entre sus logros citan el hecho de que algunas jóvenes desertoras retornaron a la escuela y hoy envían sus hijos a la escuela. En el año 2005 mantenían un programa de préstamo para pequeñas microempresas con un grupo solidario compuesto por 18 mujeres. Rosario López fue, durante varios años, la presidenta de la Asociación de Amas de Casa del Distrito Nacional.

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La estrategia de trabajo estuvo centrada en temas de salud y el logro de un consultorio. Un componente importante de su línea de trabajo era apoyarse en las ONG.

5.3.4. Espacio de reflexión de Mujeres de Herrera, 1990-1994 (?). Informante Isaura Cotes (44 años) Se constituye como una coordinación de mujeres, algunas de las cuales pertenecían a varias organizaciones populares y otras eran independientes. Las organizaciones eran las siguientes: Comité de Salud Popular (Cosalup), Asociación por el Desarrollo Barrial (Apodeba), Unión de Vecinos Activos (UVA), Unión de Mujeres del Barrio Abanico (UMBA) y otros. Esta institución carecía de una estructura definida. Una parte de sus integrantes, además, procedían de varios partidos. La pertenencia era individual, no se ejercía en representación de organización alguna. Sus objetivos eran los siguientes: vincular las necesidades de la mujer a la agenda de las organizaciones sociales que funcionaban en la zona de Herrera; trabajar para romper la limitada participación de la mujer en tareas relevantes en las organizaciones y los partidos; estimular la participación de la mujer en la vocería de organizaciones mixtas y promover en los hombres asumir una concepción libre de prejuicios sobre la mujer. El perfil del trabajo desplegado por la entidad incluyó una gama de aspectos: Educación en lenguaje no sexista; metodología de participación; Acción solidaria: por ejemplo una mujer parida recibía la ayuda de las demás en forma de convite; educar para hacer visible el protagonismo de la mujer en los procesos políticos sociales recientes en el país; estimular la asunción de responsabilidades de dirección en las instituciones por parte de la mujer. El antecedente organizativo en que antes estuvo involucrada la informante fue la experiencia con Mujeres Hacia la Liberación MUHALI, fundado después de 1984, la cual trabajó ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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con mujeres de Haina, La Altagracia, Piedra Blanca, Cristo Rey, Villa Duarte, Buenos Aires y Villa Altagracia. Era una organización independiente y algunas de sus miembros estaban vinculadas con diferentes partidos de izquierda. El Espacio de Reflexión de Mujeres de Herrera mantuvo estrecha vinculación con las organizaciones populares que existían en Herrera para la época. La informante valoró como logros importantes la acumulación de una gran experiencia de lucha; haber iniciado muy temprano la reflexión sobre el tema de género vinculado al tema de clase con lo cual se daba un mentís a la oposición entonces dominante en el movimiento revolucionario a abordar el tema de género, porque era considerarlo una desviación burguesa. Hubo, además, mucho trabajo social y comunitario con la iglesia local. La estrategia seguida propiciaba que las organizaciones sociales-comunitarias mixtas realizaran las actividades con perspectiva de género que el Espacio de coordinación acordaba o sugería. Hubo una participación activa en las acciones de lucha popular por demandas barriales frente al Estado. Era parte de la estrategia de trabajo el abordaje de temas educativos y políticos relacionados con la condición social de la mujer. El Espacio tendía a rechazar ofertas de apoyo o proyectos de ONG y agencias de financiamiento, no obstante se apoyaron en el CEDEE para la realización de tareas puntuales.

5.4. El Movimiento de Mujeres en Santiago En Santiago el movimiento de mujeres ha sido liderado por cuatro grupos, cuyos centros urbanos coordinan otros grupos principalmente en la zona rural, dándose una relación ciudadcampo a través de la capacitación, el seguimiento y el apoyo diverso. El CUDEM (Comité por la Unidad y los Derechos de la Mujer) surgió el 8 de mayo del 1978, es una organización de mujeres que procura contribuir a la construcción de una sociedad ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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con equidad social, orientada a la superación de las condiciones de subordinación que afecta a las mujeres dominicanas, su visión es convivir en una sociedad que valore de manera igualitaria a mujeres y hombres en la que prevalezca la justicia social. Su misión es sensibilizar, organizar y elevar el nivel de conciencia y capacidad de acción de las mujeres para impulsar las transformaciones políticas que reclaman la construcción de una democracia plena. Este grupo posee dos tipos de membresía; la grupal, constituida actualmente por 25 grupos de base en la región tanto en la zona rural como en la urbana, y una membresía individual, constituida por mujeres que se acogen a los principios y a la estructura del CUDEM sin pertenecer a ningún grupo, sino colaborando directamente con la organización. La coordinación de Santiago es dependiente de una coordinación nacional con sede en Santo Domingo. La actividad de este centro es financiada por recursos privados, básicamente a través de proyectos que permiten su subsistencia. La Coordinadora de Mujeres del Cibao fue fundada el 8 de Marzo de 1981. Surgió por la búsqueda de soluciones a demandas sociales, ramificada en la coordinación de tres grupos que ya existían en Santiago: el Comité de Amas de Casas Hermanas Mirabal el primero en Santiago, fundado en 1978; el Círculo Feminista y el CUDEM. En principio se llamó Coordinadora de Mujeres de Santiago y canalizaban básicamente demandas sociales sobre temas que afectaban la vida de las mujeres, como el reclamo de servicios: educación, agua, electricidad, salud, etc. Después de fundada, se afiliaron otros grupos de mujeres de toda la región desde Moca hasta Mao, lo que obligó a un cambio de nombre. Así nació la Coordinadora de Mujeres del Cibao, del mismo modo iniciaron las demandas de género teniendo como base los problemas generados por la violencia doméstica y la exclusión. A partir de ese momento se fueron adecuando las demandas según las necesidades. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Su misión era fortalecer las organizaciones populares de mujeres en la región del Cibao, formando un nuevo liderazgo con capacidad de cambiar la conducta sexista a nivel familiar y de elaborar y negociar propuestas de políticas sociales para el mejoramiento de las condiciones de vida. Sus principios están enfocados en la identificación con los sectores populares, compromiso con el impulso del cambio social, la promoción de equidad de clase y género, democracia, justicia, solidaridad, responsabilidad y honradez. La Fundación Mujer Iglesia, surgió en el 1984 como un área de la Pastoral Social que se realizaba en la Parroquia Nuestra Señora de La Altagracia, en Santiago, impulsada por el sacerdote Santiago Hirujo. Este sacerdote pertenecía a la iglesia de los pobres, fue expulsado y se integró a la Pastoral de mujeres, partiría luego a Nicaragua, tras el triunfo de la revolución sandinista de 1979. La Pastoral entendió la necesidad de evangelizar a través de la conciencia de género, esto a partir del bajo nivel de conciencia crítica de estas mujeres, de acuerdo a su rol en la sociedad. Buscando la creación de una mujer nueva, para una sociedad donde las diferencias sexuales no justifiquen la discriminación sexual. Su misión se enfocó en contribuir, junto a otras organizaciones, con la autogestión social y económica de la mujer rural y suburbana organizada, como parte de la construcción del Reino de Dios, aquí en la tierra, mediante la educación con perspectiva de género, reivindicaciones propias de las mujeres y la comunicación alternativa. Sus áreas de trabajo son: mujer y teología, mujer y salud, economía solidaria, educación ambiental, educación ciudadana, comunicación alternativa, así como talleres permanentes para niñas, adolescentes y jóvenes. En el momento de nuestro estudio (año 2005) la Fundación Mujer Iglesia estaba trabajando un proyecto sobre la prevención y cuidado de ETS y VIH, y tenía un programa radial llamado “Levántate Mujer”, una publicación mensual llamada Eva y contaba con 44 grupos con los cuales mantenía contacto directo periódicamente. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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El Núcleo de Apoyo a la Mujer (NAM) se fundó en el año 1987, su objetivo básico era vincular la estructura y los mecanismos de funcionamiento necesarios para toda la comunidad e instituciones sociales en la lucha contra la violencia a las mujeres y trabajar con las causas y consecuencias de este fenómeno. Su misión era contribuir junto a otros actores sociales en la reflexión y en las acciones para enfrentar la violencia hacia las mujeres, a través de la investigación, la educación, la comunicación, el servicio y la coordinación intersectorial. Estas cuatro instituciones han funcionado como ONG, su financiamiento es principalmente de fuentes extranjeras, sus estructuras se activan y desactivan según el flujo de los proyectos financiados, lo que limita su accionar en la medida en que estos proyectos finalizan. Es por esta razón que la mayoría de estos grupos pasan por etapas de crisis cíclicas que se alivia cuando un grupo de sus miembros se comprometen con la causa femenina, excluyendo el factor monetario, muchas de ellas trabajan de forma voluntaria y otras comparten con las organizaciones sus sueldos devengados como asalariadas muchas veces en las propias organizaciones. La mayoría de los grupos de mujeres afiliados a esas instituciones estaban localizados en la zona urbana donde se registraron 73 organizaciones mientras en la zona rural había 44. En la tabla No. 2 se indica la distribución de grupos en las zonas rurales y urbanas para cada una de las cuatro instituciones referidas más arriba.

5.5. Algunos problemas y trabas para el movimiento Durante el Primer Encuentro Feminista Nacional celebrado en 1998, entre los temas que se abordaron se encuentra, la cuestión organizativa como parte de otros temas globales. Para los fines de nuestra investigación es oportuno destacar los factores considerados por dicho evento como obstáculo en la organización de las mujeres: La relación de tensión entre el movimiento ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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social y las ONG; las ONG limitan la autonomía de los grupos; la ausencia de estrategias de articulación entre organizaciones de base, ONG feministas y las mujeres; liderazgo de estilo patriarcal; se planteó como una necesidad el impulso de un movimiento fuera de las instituciones entendiendo por tal a las ONG. La situación existente en los primeros años de la década se confirma en los datos de la publicación Mujer Latinoamericana en cifras (1993) donde se afirma que la herencia organizativa de los años 80 “hoy día (1993) conforma un movimiento femenino de diversas instancias de articulación y gran despliegue de acciones y proyectos.”15 No obstante ese “despliegue de acciones y proyectos” estaba expresados en las ONG, de donde deriva uno de los problemas teóricos implícitos en la problemática del movimiento de mujeres en el orden organizativo: ¿Son suficientes las ONG para la configuración de tal movimiento? De un total de 46 ONG que en 1992 trabajaban el tema de la mujer, 34 realizaban como actividad principal el desarrollo de acciones diversas y 2 se dedicaban a la investigación, de las 10 restantes no se obtuvo respuesta. Para el mismo año se identificaron 22 organizaciones sociales de mujeres con un radio de acción nacional, la mayoría de ellas (12) son organizaciones gremiales, 3 campesinas, 2 culturales, 2 asistencialistas, y con perfil religioso, de género y reivindicación étnica, una organización en cada caso.16

6. Principales hallazgos (conclusiones) En torno al movimiento de mujeres durante la década de los 90 en la zona urbana, para el caso de Santo Domingo y Santiago, se puede concluir lo siguiente: Valdez Echenique y otros, Mujeres, p. 105. Valdez Echenique y otros, Mujeres, p. 112.

15 16

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1. En los primeros años de 1990 el movimiento de mujeres se caracterizó por una presencia organizativa apoyada en algunas organizaciones que fueron fundadas en los años 80 y otras, principalmente en la zona urbana, fundadas en los primeros cuatro años de la década de los 90. Algunas de esas organizaciones, especialmente ONG, continuaban funcionando en los primeros años del siglo XXI. 2. La existencia de una diversidad de corrientes feministas actuó como factor de dispersión o no coadyuvó a proyectar organizaciones duraderas en el tiempo. Es un aspecto ideológico que no ha sido suficientemente deslindado y discutido en el seno del movimiento. 3. En el proceso hacia la construcción de un movimiento de mujeres se registró, por lo menos en algún momento, una relación de tensión entre organizaciones sociales y ONG. Por tanto, si bien la cooperación fue lo que prevaleció, no siempre se desarrolló una relación de colaboración entre ambos tipos de organizaciones. La relación ONG y organización social ha incidido de múltiples maneras en el devenir del movimiento de mujeres: no obstante reconocer como importante durante un período el aporte de las ONG para el soporte material de procesos y acciones, se considera que en el largo tiempo fomentó una relación de dependencia que restó autonomía a las organizaciones y no contribuyó a su desarrollo. 4. Ciertos temas reivindicativos o de acción social son trabajados preponderantemente por organizaciones de mujeres y no por organizaciones sociales de composición mixta. Tal es el caso del tema de salud. 5. Al parecer, entre la década del 90 y los años 80, existe una diferencia marcada en la composición y dinámica del movimiento de mujeres. Los niveles de organización alcanzados comenzaron a decaer después de la primera mitad de la década del 90. Para inicios de esa última década se habían

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identificado 22 organizaciones sociales de mujeres de diferente perfil (gremial, religiosa, campesina, etc.) con un radio de acción nacional. 6. La depresión verificada en el movimiento de mujeres desde mediados de los 90 debe ser abordada en relación con la situación general del movimiento social del país, igualmente en reflujo y muy débil en organización a partir de ese momento. 7. En los años 90 el movimiento de mujeres a nivel urbano descansó mucho en las ONG, especialmente a partir de la segunda mitad de la década, coincidiendo con el momento en que se profundizó la crisis en las organizaciones. 8. En principio, se aprecia que en Santiago las organizaciones “de base” a nivel urbano tuvieron mayor éxito o estabilidad orgánica que en Santo Domingo. 9. Las demandas frente al Estado por parte de las organizaciones de mujeres en la zona urbana de Santo Domingo disminuyó, conforme se fortaleció el componente de autoayuda y el impulso de proyectos puntuales de desarrollo. 10. Durante el período aquí analizado fue escasa la presencia del criterio de clase en el análisis de la condición social de la mujer. Sólo se reportó una experiencia en la cual esa perspectiva de análisis era conjugada con la de género. 11. La experiencia analizada permite afirmar que en algunos casos la organización mixta no es obstáculo per sé para la asunción de temas y reivindicaciones propias de la mujer, no obstante se reveló insuficiente para su abordaje en forma sistemática.

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Tabla No. 1 Dos modelos de Coordinación: ONG y Organización Social Aspecto

Coordinadora de ONG Área de la Mujer (1989)

Composición

ONG que trabajan problemática de la mujer.

Coordinadora de Mujeres del Cibao (8 de marzo 1981) 53 grupos más los de la zona franca.

Razones de surgi- Iniciativa estatal de la La necesidad de fortalecer el miento DGPM y luego se indepen- movimiento de mujeres. Influye la diza. Década de la mujer, el movimiento popular y de izquierda. Objetivos

Contribuir a la mayor participación de la mujer en la sociedad erradicando la subordinación.

Instrumentos institucionales

Actas, Manual de Políticas, Manual Estatuto, Reglamento interno (no sancionado por de funciones. asamblea), Actas, Manual de Políticas.

Grado de articula- Articulación desigual: con ción por sectores las ONG es mayor que con los sectores populares, porque lo trabajan así.

Coordinar acciones para la mejoría de la situación de la mujer; contribución a favor del movimiento de mujeres en los sectores populares.

Organizaciones populares más articuladas que las ONG. Dificultad en la articulación se debe a intereses de diversa índole que inciden.

Motivos para la articulación

Para responder a deficiencias del Amenaza de disminución de financiamiento con reEstado y tener más fuerza en la cursos externos; Profesiona- formulación de las demandas. lizar los espacios en torno a ejes específicos de trabajo.

Relaciones con el Estado

Cooperación con la Secre- Relaciones de confrontación. taría de Estado de la Mujer, Secretaría de Estado de Salud Pública.

Logros

Ser referente sobre las mujeres y el movimiento; Aportes al proceso de definición de la Ley 24-97.

Mantenimiento del espacio por 20 años; abrir camino en el área de género; acciones en las comunidades; potenciar participación política de la mujer; solidaridad.

Dificultades

Protagonismo; difícil aceptar representatividad; falta de recursos; mujeres con poder quieren que desaparezca.

Dualidad de instancias de organización; no definición de estrategia de articulación y alianza; Reto: incorporación y sostenimiento de las mujeres de Zona Franca.

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Aspecto

Coordinadora de ONG Área de la Mujer (1989)

Coordinadora de Mujeres del Cibao (8 de marzo 1981)

Organigrama

Asamblea (organizaciones miembros y colaboradoras), Junta Directiva, Equipos de Trabajo. Rotación cada dos años.

Asamblea (2 delegados de cada organización) elección cada dos años; Comité Ejecutivo; Comisión de Trabajo.

Comunicación

Periódico, boletín, relacionista público, equipo de trabajo.

A través de delegados y del Comité Ejecutivo

Participación

Mucha democracia, igualdad de participación.

Estructura restringe participación; las organizaciones de segundo grado (Federación) tienen mayor peso; en Santiago el mayor protagonismo es de los grupos urbanos y en el norte son los grupos rurales.

Representatividad Actúa a título institucional, pero depende de las personas. Carencia de personería jurídica como debilidad

Delegadas a veces hablan a nombre propio; los grupos tienen dificultad de agendar y discutir previamente temas de la coordinadora.

Sí es una debilidad; los No necesariamente es signo de estatutos ayudan a definir debilidad. visión, misión, identidad. Se necesitan reglas de juego.

Tabla No. 2 Grupos afiliados por coordinaciones según zona urbana y rural ORGANIZACION COORDINADORA DE MUJERES DEL CIBAO

ZONA RURAL

ZONA URBANA

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PROGRAMA ESPECIAL CON OBRERAS DE ZONA FRANCA

13 4

FUNDACIÓN MUJER IGLESIA

40

5

COMITÉ POR LA UNIDAD Y LOS DERECHOS DE LA MUJER

12

22

Total

73

44

Fuente: Elaborado con base en información aportada por las organizaciones, 2005.

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Bibliografía y documentos consultados Brea, Ramonina e Isis Duarte. Entre la calle y la casa. Santo Domingo: Profamilia, Búho. 1999. Cela, Jorge y Fernando Ureña. La Diversidad en busca de su unidad: inventario de articulación de la sociedad civil dominicana y propuestas... Santo Domingo: BID-Intec-Oxfam. 2002. CEPAE. Memorias 30 aniversario. Santo Domingo: Mediabyte. Octubre, 2000 Curiel, Ochi y Yuderkis Espinosa. Memorias del 1er. Encuentro Feminista Nacional, Santo Domingo, junio 1998. Definición de Zonificación de la Coordinadora de Mujeres del Cibao. Documento s/r. Espinosa, Yuderkys, et-al. Movimiento Feminista y de mujeres: Contextualización histórica y elementos claves para su comprensión. Proceso preparatorio hacia el VIII Encuentro Feminista de América Latina y El Caribe, Comisión Organizadora. Santo Domingo. 1988. Estatuto Interno de la Coordinadora de Mujeres del Cibao. Estatuto Interno del CUDEM. Estatuto Interno del NAM. EVA, Publicación Mensual de la Fundación Mujer Iglesia. Boletín Informativo del 1 al 15, del mes de Junio del 2004 al mes de Septiembre del 2005. Auspiciado por CORDAID, Holanda. Hernández, Ángela. Las Mujeres. Hacia un movimiento social hacia un cambio cultural. Documento de la Coordinadora de ONGs del Área de la Mujer, Conclusiones de consulta Regional y Sectorial de las Organizaciones de Mujeres en preparación de la IV Conferencia Mundial de la Mujer, Septiembre 1995. Santo Domingo: Búho. 1995. Pérez, César y Leopoldo Artiles. Movimientos sociales dominicanos identidad y dilemas. Santo Domingo: Intec. 1992. Matías, Bernardo. El poder barrial comunal: Acción Liberadora. Santo Domingo: Escufol. 1991. 2da. edic. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Valdez Echenique, T. Enrique Gomezi Moraga y Gisela Quiterio Benítez. Mujeres en América Latina en cifras. Ministerio de Asuntos Sociales e Instituto de la Mujer de España. Santo Domingo: Flacso-RD y Unicef. 1993. Vargas, Tahíra. Las Organizaciones de base en Santo Domingo. Santo Domingo: Centro de Estudios Sociales P. Juan Montalvo. 1996.

Anexo I Relación de instituciones visitadas: Secretaría de Estado de la Mujer Centro de Desarrollo de la Mujer Ce Mujer Centro Bonó Asociación pro Bienestar de la Familia, Profamilia Instituto de Desarrollo Integral IDDI, Capotillo Consejo de ONG Coordinadora de Mujeres del Cibao Núcleo de Apoyo a la Mujer Fundación Mujer Iglesia Centro de Servicios Legales de la Mujer, Censel

Anexo II Relación de personas entrevistadas y/o consultadas: Francisca Batista, Presidenta del Club de Madres La Surza, fundado 18 de marzo 1988.

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Marcos Maríñez, dirigente comunitario en La Isabelita Elsa Cuevas, Muñeca (60 años), Coordinadora de Mujeres Comunitarias de Capotillo. María Victoria Araújo (37 años), Presidenta de Asociación de Amas de Casa de Capotillo ASOACA. Isaura Cotes (44 años), ex activista del movimiento de mujeres en Herrera y el Distrito Nacional. Raquel Rivera, de la Coordinadora de Mujeres del Cibao, Santiago de los Caballeros Ángela Guzmán, por el Comité por la Unidad y los Derechos de la Mujer UDEM Manuela Vargas, del Núcleo de Apoyo a la Mujer, Santiago de los Caballeros Margarita y Ana Rosa Betances, de la Fundación Mujer Iglesia, Santiago de los Caballeros

Anexo III Relación de las organizaciones de Mujeres afiliadas a la CMC y su distribución geográfica: Zona Norcentral Grupos Comunidad

Centro de Madres La Altagracia, Altamira, Río Grande Centro de Madres, El Carmen, El Cumbi Nuevo Renacer, Río Grande al Medio Grupo de Madres, Las Mercedes, La Solapa Salomé Ureña, Los Ciruelitos, Santiago Patria Mirabal, La otra Banda Ercilia Pepín, La Joya

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Zona Suroeste Nuestra Señora de la Altagracia, Barrio Lindo Caminando con María, Hato del Valle Reina del Rosario, Hato del Valle María Trinidad Sánchez, Los Guandules Mamá Tingo, La Yagüita de Pastor Nosotras hacia el Tercer Milenio, Conani Juana Saltitopa, Barrio Obrero Minerva Mirabal, Cerro Blanco Madre Libertadora, Hato Mayor Luz y Amor, Sabaneta

Zona Noroeste María Auxiliadora, Esperanza Ángela Guzmán, Esperanza Centro Social Rama Femenina, Cacheo Salomé Ureña, El Puente Club de Madres La Esperanza, Mao Nueva Liberación Las Yaguas, Mao Centro de Madres La Altagracia, Santiago Rodríguez María Trinidad Sánchez, Santiago Rodríguez Mamá Tingo, Santiago Rodríguez Centro de Madres La Nueva Esperanza, Santiago Rodríguez

Zona Norte Amor y Paz, La Piragua Nuevo Amanecer, Jobo Arriba San Valentín, La Hoya Unidas Venceremos, La Vereda Caminando con María, Guaranal Amor y Progreso, Bejuco Blanco Nuevo Amanecer, Higüero ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017



ECOS Órgano del Instituto de Historia de la UASD Año XXIV, Vol. 1, No. 14 Enero-junio de 2017

Exactamente Juana Pavón Rolando Sierra Fonseca1 Recepción: 1 de junio 2017 Aprobación: 2 julio 2017

Resumen

Este trabajo tiene como propósito hacer un breve acercamiento a la vida y poesía de la hondureña Margarita Pavón, conocida especialmente como Juana Pavón o Juana la Loca, quien desde su obra poética ha construido un discurso sobre sí y sobre la creación poética.

Juana Pavón define su vida como una novela.2 Lo cierto es que, hasta ahora, lo que se sabe de ella es de su propia narración. Se requiere investigar con más acuciosidad sobre muchas Egresado de Historia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Magister en Sociología por la Universidad Academia Humanismo Cristiano de Chile y Magister en Ciencias Sociales y del Desarrollo del lLADES, Universidad Gregoriana en Roma. Es el primer historiador de la iglesia en Honduras; su ámbito de estudio trasciende esa especialización y abarca el campo del desarrollo, la modernización y las ciencias sociales en América. Miembro de la Academia Hondureña de Geografía e Historia. Actualmente es el director de FLACSO Honduras. 2 Entrevista realizada en la ciudad de San Salvador, en una visita durante el año 2008. 1

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de las etapas y facetas de su vida. Pero, ¿qué narra Juana de sí misma en sus entrevistas y obra poética? ¿Cómo se define a sí misma? De manera desafiante expresa que su vida y ella es EXACTA: Escúlquenme lo exacto/y les mostraré/cuan “EXACTA” soy”. Lo de exacta puede entenderse como cabal, correcta, pero ante todo como fiel y leal consigo misma y con los otros. Coherente con su modo de ser y de existir. Nadie que le conoce puede esperar algo diferente de ella en su modo de vivir al límite, en el adecuado equilibrio al querer cruzar sobre la cuerda y en la rectitud de sus posturas. Juana es una irreverente del poder, pero no de todo poder, especialmente del que se impone ilegítimamente. Como ciudadana del siglo XXI no sacramentaliza ningún poder, pero sí existe, ante todo, el respeto por el otro y especialmente por el débil. Eso es lo que exactamente la define como una persona EXACTA, como exacta es su poesía en relación a su modo de vivir y sentir esta vida o “a subsistir” como ella lo dice. Por ello como “En exacta vemos a Juana exactamente como es; vemos al mundo a través de su experiencia y presentimos que la historia de Juana no es única, posiblemente existan muchas Juanas en nuestra sociedad y en todas las sociedades de Latinoamérica (o quizás de todo el mundo).”3 Nacida el 19 de julio de 1945 en el Municipio de San Marcos de Colón, en el departamento de Choluteca, fue bautizada con el nombre de Margarita Pavón. Sus padres biológicos fueron Hernán Velásquez de León (de Tegucigalpa) y Gregoria Pavón Garay (del municipio de Pespire); su padre era un maestro rural que llegó a trabajar a una aldea de San Marcos de Colón donde conoció a una joven de 14 años, la madre de Juana, y quien murió casi inmediatamente después del parto. Como ella misma lo relata, su padre, por sus problemas de alcoholismo “… cuando le pagaban se iba a beber semanas y meses. En una de esas idas a beber, mi mamá me dio a luz y se murió

3

Amando Castro, (Exacta. Tegucigalpa: Ixbalam Editores, 2004), p. 8. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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en el parto, porque le faltaban tres meses para cumplir quince años. Mi papá llegó al mes a verme a la clínica. Le dijeron que su mujer había muerto y que tenía una niña. Él se puso a beber y a beber y me fue a reclamar, pero el doctor le dijo que borracho no me podía entregar. Él se regresó a Tegucigalpa y se murió poco después, de una intoxicación. Eso me han contado las gentes del pueblo”. De tal forma que a Juana le ha acompañado su experiencia de la orfandad, pero teniendo referencia de quienes fueron sus padres. Fue adoptada por el médico Francisco Mata, quien le vio nacer. Sin embargo, las consecuencias de la historia política de Honduras de inestabilidad, odio y bipartidismo se sintieron en la vida de la niñez de Juana; ya el doctor Mata se identificaba con el Partido Liberal y fue exiliado en los últimos años de la dictadura de Tiburcio Carias (1933-1949). Eso implicó que Juana tuviera que vivir su niñez y adolescencia entre orfanatos y hospicios. En el año de 1947 fue llevada al hospicio Casa del Niño en Tegucigalpa4 que era dirigido por las hermanas terciarias franciscanas de la Purísima donde vivió cerca de once años, luego fue a estudiar el plan básico y un año normal en la Escuela Normal de Señoritas Villa Ahumada en Danli, ciudad del oriente de Honduras, donde la recibieron para el segundo año y volvió al sur de Honduras, esta vez a la ciudad de Choluteca, para vivir en el internado y colegio Santa María Goretti, de las religiosas canadienses de la comunidad de las Hijas de Jesús, que se habían instalado desde 1957 en esta ciudad. Lugar donde fue expulsada una vez, pero posteriormente volvió para concluir sus estudios secundarios. Su niñez, de una manera u otra, más allá de las privaciones de la vida entre orfanatos y hospicios, se desenvuelve en cierto sentido en el mundo de las letras. Con su padre adoptivo el único vínculo que mantuvieron fue mínimo debido al exilio de

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Quedaba en el actual edificio del Correo Nacional. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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este. No obstante, hereda de sus años entre las religiosas una buena formación y sobre todos su interés por la lectura y el estudio, como una cosmovisión de la vida. Desde su infancia empezó a tener interés por la literatura. Leyó, como ella misma lo expresa, a la escritora española Corín Tellado y espacialmente la poesía de Sor Juana Inés de la Cruz, poesía que recuerda permanentemente. No es el caso que Juana Pavón se caracterice y conozca por su excelente memoria y su buena ortografía. Sin embargo, es capaz de recordar cada una de sus lecturas y sobre todo la poesía, como también el nombre de toda persona que conoce. Hacia 1964, en la ciudad de Choluteca, concluyó sus estudios como maestra de educación primaria, pero nunca tramitó su título. Posteriormente, inició a trabajar como maestra en una escuela rural en la comunidad de Yusguare, en el municipio de El Triunfo, en el departamento de Choluteca. Sin duda esta experiencia marcará el destino de Juana no solo porque fue un acercamiento a la vida rural hondureña, sino también porque tomó conciencia de la situación lamentable en que se encontraban las familias campesinas de la zona. Pero lo más significativo de esta experiencia es que Juana se encontró con su modo de ser y con su carácter en la forma “exacta” de tratar a los alumnos ya sea por su condición de vida como por lo directa para decirle la verdad a cualquier persona independientemente de su condición o estatus. Hacia 1966 el sacerdote de origen canadiense Rogelio Poire, que trabajaba en la zona sur de Honduras, tomó la iniciativa de llevarla a la ciudad capital Tegucigalpa: la ubica donde las religiosas Oblatas de la Inmaculada, en la Iglesia San Martín de Porres, en Tegucigalpa. Empezó a trabajar en la librería católica que estaba ubicada en el edificio del arzobispado, que había sido fundada por Mons. Marcelo Gérin, canadiense y primer obispo de la diócesis de Choluteca. No obstante esta experiencia laboral fue también efímera. Luego regresó a Choluteca y volvió a trabajar en la escuela, en El Triunfo, y posteriormente ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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como pagadora en la empresa algodonera Bella Vista, en Monjaras, en el municipio de Marcovia, en Choluteca. Para finales de la década de los setenta, Juana se instaló prácticamente en Tegucigalpa. De la orfandad de su niñez en su mayoría de edad su vida transcurre y discurre entre la pobreza, el alcohol y la búsqueda de la sobrevivencia, sin que por ello se alejara del mundo de las letras y de la convivencia con diferentes personas de los distintos sectores de la sociedad hondureña, lo que a su vez le ha permitido vivir en diferentes lugares del país, como Tegucigalpa, Valle de Ángeles, San Juancito, Santa Lucía, San Marcos y Ojojoná. En este último lugar intentó poner un bar llamado Ojojuana, que debido a la sobriedad del lugar y a la ebriedad de ella no tuvo ninguna posibilidad y actualmente vive nuevamente en su soledad en el antiguo pueblo minero de San Juancito. Es Tegucigalpa donde conoce al principal amor en su vida: Fernando Soto, piloto de guerra y aviador, más conocido por sus hazañas en la guerra entre Honduras y El Salvador, en 1969, derribando y atrancado la aviación de ese país y en el año de 1983 fue quien trajo a Honduras procedente de Guatemala al Papa Juan Pablo II, en un avión de la entonces aerolínea hondureña SAHSA. Juana tiene tres hijos, dos varones y una mujer. De Fernando Soto es su primer hijo. No cabe dudas que la poesía de Juana Pavón está marcada por su vida, pero especialmente se marcan las experiencias de la ciudad de Tegucigalpa, tal como ella misma lo relata: “… salí embarazada de mi primer hijo y estaba en la calle completamente. Yo me iba a acostar con hombres para que me dejaran con mi hijo en el hotel. Ese era el pago. Aunque yo sabía que estaba destruyendo mi vida y la de mis niños” (Entrevista El Salvador). Es desde la diversidad de experiencias y sobre todo de la experiencia del límite que la poesía ha encontrado a Juana Pavón una forma de vivir y de expresarse. Aunque si bien reconoce que el escribir siempre le ha acompañado “Yo escribía desde ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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chiquita. Le escribía al Niño Dios, porque ese era el entorno en el que me criaba. Pero el dolor influyó mucho, la cólera, la impotencia y la amargura. A mí me decían siempre que era una inadaptada, y yo les respondía que no me podía adaptar a su mierda, solo a la mía. Siempre fui muy directa. Hablé lo que pensaba. A mí me castigaban mucho por esos contratiempos, porque era muy tremenda”. Es así como Juana se ha convertido en un personaje poético y poeta de Honduras y de Tegucigalpa, ciudad con la cual, de alguna manera, se ha mimetizado y que sin duda alguna guarda una relación de odio-amor, por lo implacable y dura que ha sido con ella, por haber tenido todo tipo de experiencias, encuentros y desencuentros. En ese sentido, como sostiene Castro: “Al hablar de la obra de Juana Pavón, resulta imposible no hablar de su vida, ya que se ve claramente reflejada en ella. Juana, como ella misma asegura, habla de la misma manera en que escribe, y escribe específicamente desde su experiencia de mujer marginal. En sus poemas encontramos un recuento autobiográfico que nos recuerda la brutalidad de nuestra sociedad. Una sociedad que ha sido con ella cruel desde su infancia, su adolescencia y su vida adulta. Su poesía está cargada de denuncia, rabia, ironía y dolor aunque descubrimos también su inmensa capacidad de ternura y amor.”5 Juana, hasta ahora, ha publicado dos libros de poesía: Yo soy esa sujeto (1994) y Exacta (2004), que de acuerdo con Umaña son “libros de sello vivencial que testimonian la violencia ejercida contra la mujer, yo poético que expresa un conjunto de sentimientos concomitantes a la condición de género.”6 Juana se caracteriza no solo por escribir poesía, sino también por ser una gran declamadora. De hecho se registran un número importante de recitales a lo largo de Honduras, como en otros países de Centroamérica. Amando Castro, Exacta, p. 8. H. Umaña, (La palabra iluminada. El discurso poético en Honduras. Ciudad de Guatemala: Letra Negra Editores, 2006), p. 546.

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Juana Pavón define su poesía como “vivencial y de protesta”. ¿Qué significa esto? ¿Acaso no toda poesía es vivencial y de alguna manera es siempre una voz que se alza contra algo? Al decir de la filósofa española María Zambrano, en su libro Filosofía y Poesía, el pensamiento y la poesía tienen una misma raíz: la admiración, el pasmo ante la realidad inmediata de lo que rodea. En Exacta “hay dos o tres textos que evidencian desencanto o nostalgia al percibir que ya se recorrió buena parte del camino de la vida. “Cáncer” (con el señalamiento de la dolencia real que padeció) alude al infierno al cual se sintió confinada. “La muerte viene” pone sobre el tapete su inevitable llegada.”7 Esta ha sido la vida poética de Juana, en esta ciudad, como se puede observar en su poesía, es donde tendrá muchas experiencias límites y donde encuentra el sentido y sinsentido de la vida. Ciudad que se ha venido apropiando de ella y ella de la ciudad. No sólo porque en Tegucigalpa marca su dolorosa transformación, su destino, sino porque en esta ciudad es también donde desarrolla su escritura: “Tegucigalpa contigo/ ciudad mía pero ajena/ciudad de nadie pero amada/dejaste cicatrices/en un cuerpo otrora hermoso/otrora limpio/ahora Viejo/cuando te adopté conmigo/fue tu prioridad/atrapar mis pies vagabundos/cortar mis alas/y transformar mi vivir /intenso/en esta loca sedentaria/sola solita sola/pero no cortaste mis manos/para escribirte/para cantarte…”. Por eso le expresa lo siguiente: “Tegucigalpa/implacable conmigo/sin respetar ni /perdonar mi juventud/envejeces pero aquí conmigo/aquí loca y leal/cloaca testigo de mis tragedias/ así sucia o limpia/bonita o fea/grande o pequeña/me iluminas/ aunque tenga tristes mis días/y yo aquí amándote/odiándote/ emborrachándome/pelear con todos/vivir aquí me obliga a algo/a vociferar llorando/a amar odiando/a subsistir/¡ay Tegucigalpa de mis amores!”

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H. Umaña, La palabra iluminada, p. 550. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Por sus conocimientos y experiencias en Tegucigalpa y Comayaguela Juana Pavón se ha convertido en su etnógrafa de la noche, es capaz de hacer una descripción densa de sus bares, cantinas, lugares y personajes. Así como de la sordidez y el mayor encanto de vivir en esta ciudad: “Tegucigalpa de privilegios/contraste de mis contrastes/depósito de miseria y lágrimas/arrastrando mi tristeza/en esas calles ya conocidas/mil y mil veces recorridas/capital de la ignominia/de la estúpida política/capital de mis enredos/del amor y el desamor”. En Juana, como lo expresa en su poema para Tegucigalpa, como para Honduras, se mezclan el respeto total como la total irreverencia y creatividad, la cual queda excelentemente reflejada en la anécdota de Juana en la plaza Central de Tegucigalpa en la estatua ecuestre de la figura de la Federación Centroamericana como lo fue Francisco Morazán, que muy bien ha registrado Eduardo Bähr y que la ha denominado Juana Morazán: “Eran las doce del día y Juana estaba cómodamente sentada sobre el anca del caballo de Francisco Morazán, en la Plaza Central, abrazada a la estatua y aún envuelta en las espesas volutas de la crápula nocturna recién pasada. La gente se arremolinaba riendo, burlándose y con cierta aprensión, al pie de lo que consideraba un símbolo de la patria mancillado por esa “loca”. En eso llegó un humilde policía que cargaba una carabina 7mm (de las que tenía el ejército hondureño cuando hizo una guerra en 1969). Por supuesto que conocía a Juana —quién no—; así que con voz suave conminó: “Por favor, doña loca, bájese del caballo de mi general”. —¡Te iba a decir que te bajaras vos, pero ya no podés bajarte más, enano hijueputa! —contestó Juana. La multitud aumentaba. La hilaridad y las burlas, ahora trasladadas contra el representante de la ley, se oían hasta en Comayagüela, la ciudad gemela. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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El espectáculo continuó, con los tres personajes (la estatua cuenta, como veremos) durante casi media hora, hasta que el agente perdió la paciencia y, apuntándole con su fusil, le gritó: —¡Te digo que te bajés, loca cabrona! Sobre la plaza, cuyos árboles estaban copados por bulliciosos pajarracos, se hizo un silencio que sólo podía ser cortado por los casi inaudibles chillidos de los vampiros de la catedral. Todos, lustradores, vendedores, paseantes, predicadores, rateros encubiertos, mujeres de la vida alegre, en el centro de Tegucigalpa, capital de Honduras, se quedó en pose congelada de teatro. Juana miró primero al chafita, después a la multitud y por último a Morazán. Acercó su boca a la oreja de la estatua y lo que dijo fue escuchado perfectamente hasta por el más alejado de los parroquianos: —General, ¡aunque te digan loca cabrona, no te bajés! Indudablemente que tal anécdota describe lo exacto y la exacta que es Juana Pavón. Son dos elementos por los cuales se identifica Juana: por su poesía, como lo hemos visto, pero también por ser “Juana la loca”. Sin duda, por eso es más conocida como la loca, que como Juana Pavón. La locura es uno de los aspectos más relacionados con su enorme reconocimiento dentro y fuera de Honduras; pero se trata de una locura que como ella misma se define: “Definitivamente/mi locura/radica/ en odiar /la maldad/que me obliga a ser mala./Los ángeles/que circundan mi cabeza/preceden/a un anatema/o a un perdón./ Simplemente/el bien triunfa/sobre mi maldad/obligada”. Por su modo de ser y proceder Juana la loca es a la vez temida como respetada. Ya que en ella “Vemos su lengua inclemente, la única mujer que no tiene el miedo de decir lo que piensa, y eso ya es digno de admirar. Vemos a la mujer sola, marginada, envilecida, violentada y violada, vemos a la madre que sufre por no estar con sus hijos, a la amiga capaz ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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de perdonarnos nuestra propia indiferencia. Vemos a la poeta mordaz que jamás ha acallado sus palabras y se ha acomodado a las modas vigentes, vemos quizás a la mujer que vive su poesía, o que poetiza su vida-muerte para seguir viviendo.”8

Bibliografía Castro, Amando. Exacta. Tegucigalpa: Ixbalam Editores. 2004. Pavón, Juana. Yo soy esa sujeto. Tegucigalpa: Imprenta López. 1994. Pavón, Juana. Exacta. Tegucigalpa: Ixbalam Editores. 2004. Pavón. Juana. Entrevista con la poeta hondureña Juana Pavón, («Juana la loca»). Publicado en La Prensa Gráfica, 26 de agosto de 2003: (2008) http://archive.laprensa.com.sv/20030826/ cultura/cultura1.asp Umaña, H. La palabra iluminada. El discurso poético en Honduras. Ciudad de Guatemala: Letra Negra Editores. 2006. Zambarno, María. Filosofía y poesía. México: Fondo de Cultura Económica. 1996.

Nosotras: esas sujetos Una, dos, cien, miles así vamos las mujeres por aquí aquí donde nos tocó pernoctar para siempre. No importa lugar ni apellido definimos nuestra situación desde hace mucho tiempo. Hemos aceptado el papel que nos corresponde no importa el status.

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Amando Castro, Exacta, p. 16. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Estamos las privilegiadas y las no privilegiadas Estamos: la funcionaria porque funciona la obrera por obrera la madre por madre la estéril por estéril la dama por dama la prostituta por prostituta. Hacemos maniobras con el tiempo ligadas a esta inercia que llamamos vida porque siendo mujeres tenemos que aceptarlo porque son leyes para mujeres hechas por hombres ¿Qué más nos da? Las habemos flacas y gordas unas por tomar agua de masa otras, por tomar leche y cereal. El día de la madre a unas nos da frío a otras nos da calor, el día de la mujer a unas nos da risa a otras satisfacción. Estamos las poetas académicas y las poetisas de la calle. Estamos las que vendemos rosas en una floristería elegante y las que ofrecemos claveles en una esquina de banco. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Nosotras, que somos anónimas del amanecer y nosotras-otras burbujas de hambre nosotras somos esas-a la que se nos vende y a las que se nos protege hasta los ochenta años. Somos la esposa ignorada en un centro nocturno y la sirvienta seducida. Todas somos nosotras a cada quien lo suyo así fue repartido sin ponernos a escoger. Estamos las amargadas y las indiferentes las antisociales y las socialísimas las que damos de comer a nuestros hijos en cucharita de plata y las trágicamente miserables que damos nuestros vástagos a engordadoras y traficantes de niños. Nosotras las que siempre callamos y esperamos y las que tenemos motivos para gritar y no esperamos nada. Estamos las saludables porque tenemos un gato en casa y estamos las enfermas por una existencia solitaria.

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Somos muchas las que bebemos champagne y muchas las que bebemos guaro las primeras fondeamos en cama con sábanas de seda y las segundas en una escondida acera húmeda. Estamos las feministas asociadas y las lesbianas reprimidas muchas asistimos al Catecumenado y muchas levantamos los ojos para ver a Dios. Así vamos todas nosotras nosotras, esas sujetos todas somos mujeres e indestructibles nada nos detiene no importa si somos abogadas si somos verduleras. Médicas, tortilleras maestras, campesinas teatristas, pintoras esposas, amantes primera dama o última dama. Un vientre nos une a todas por igual. somos las que motivamos todos los sentimientos ternura, delicadeza... amor aunque haya en cada una de nosotras una gata furiosa o una gata sumisa.

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Somos las que estamos paradas en el tiempo y latimos... latimos... latimos! somos río, mar jungla, sol luna y pulmón ¡somos patria! Yo siempre he pensado que Honduras tiene nombre de mujer una, dos, cien, miles...

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ECOS Órgano del Instituto de Historia de la UASD Año XXIV, Vol. 1, No. 14 Enero-junio de 2017

REVISTA INVITADA Las mujeres del 19171 Megan Trudell2

En el Día Internacional de la Mujer de 1917, las trabajadoras del textil del barrio de Vyborg, en Petrogrado, se declararon en huelga, abandonaron las fábricas y fueron de taller en taller, en piquetes de cientos de personas, para extender la huelga y enfrentarse violentamente a la policía y el ejército. Poco cualificadas, mal pagadas, obligadas a trabajar durante 12 o 13 horas por jornada en un entorno sucio e insalubre, las mujeres pedían solidaridad y reclamaban a los hombres que actuaran, especialmente a aquellos trabajadores cualificados que trabajaban en empresas de maquinaria y metalúrgicas, que se consideraban los más conscientes políticamente e influyentes socialmente

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En ocasión de conmemorarse, en el presente 2017, los 100 años de la Revolución Socialista de Octubre de 1917, la revista Ecos incluye el artículo “Las mujeres del 1917”, de Megan Trudell, para rendir homenaje al proceso revolucionario que vivió Rusia por más de 70 años y, dada la característica del presente número, también con ello se rinde un merecido homenaje a las mujeres rusas que, aunque los libros de historia no recojan sus aportes a ese proceso, el apoyo de la mujer desde diversos roles fue decisivo para el triunfo de dicha Revolución. Tomado de la revista digital Viento Sur, 24/07/2017. http://www.internationalviewpoint.org/spip. php?article5061 Megan Trudell es investigadora. Tiene una abundante cantidad de escritos acerca de la Primera Guerra Mundial y de la Revolución rusa. En la actualidad está investigando sobre el año 1919 en Italia.

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de la mano de obra de la ciudad. Las mujeres lanzaron palos, piedras y bolas de nieve contra las ventanas de las factorías y forzaron la entrada en los centros de trabajo, exigiendo el fin de la guerra y el retorno de sus hombres del frente. De acuerdo con numerosos coetáneos e historiadores, aquellas mujeres que se manifestaban para exigir pan –con métodos de protesta consagrados y primitivos para reclamar demandas puramente económicas y guiadas más por la emoción que la preparación teórica– desencadenaron sin saberlo la tempestad que acabó con el zarismo, antes de desaparecer tras los grandes batallones de trabajadores masculinos y partidos políticos dominados por hombres. Desde el comienzo de las huelgas de febrero, en las manifestaciones se corearon consignas contra la guerra. La audacia, la determinación y los métodos de las mujeres ponían de manifiesto que ellas sabían cuál era la raíz de sus problemas, la necesaria unidad de la clase obrera y la importancia de convencer a los soldados de que dejaran de proteger el Estado zarista y apoyaran la revuelta. Trotsky explicó más tarde: “Las mujeres trabajadoras desempeñan un papel importante en la relación entre obreros y soldados. Se acercan a los cordones militares con más atrevimiento que los hombres, sujetan los rifles, suplican, casi ordenan: “Bajad las bayonetas y uníos a nosotras”. Los soldados están nerviosos, avergonzados, intercambian miradas inquietas, vacilan; alguno es el primero en decidirse y entonces las bayonetas se alzan abochornadas por encima de los hombros de la multitud que avanza.” Al término del 23 de febrero, los soldados que habían estado haciendo guardia ante las cocheras del tranvía acudieron al llamamiento de las trabajadoras del tranvía a que se les unieran dentro, y los tranvías pasaron a utilizarse como barricadas ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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contra la policía. El convencimiento de los soldados para la causa no fue simplemente resultado de la pesada carga de la guerra para la tropa o la espontaneidad infecciosa de las protestas. Las trabajadoras del textil se habían relacionado desde 1914 con gran número de soldados, en su mayoría campesinos, en Petrogrado. Los hombres en los cuarteles y las mujeres en las fábricas que habían acudido a la ciudad procedentes de las mismas zonas entablaron conversaciones y establecieron relaciones, difuminando la divisoria entre obrero y soldado y permitiendo a las trabajadoras percatarse claramente de la necesidad de un apoyo armado. Las mujeres trabajadoras estuvieron a pie juntillas en la primera línea de la Revolución de Febrero, que culminó con la caída del zarismo. No fueron meramente la chispa, sino el motor que la impulsó adelante, a pesar de los recelos iniciales de muchos trabajadores y revolucionarios masculinos. Suele calificarse la Revolución de Febrero de espontánea, y en cierto sentido esto es cierto: no fue planeada ni llevada a cabo por revolucionarios. Pero la espontaneidad no equivale a falta de conciencia política. Las experiencias de las mujeres que asaltaron las fábricas de Petrogrado cuando tanto los trabajadores como los cabezas de familia les obligaban a hacer cola durante horas para conseguir alimentos para sus hogares, suprimió la distinción entre la demanda económica de pan y la reivindicación política de poner fin a la guerra. Las circunstancias materiales hicieron que se culpara por el hambre y la miseria a quien correspondía: a la guerra y a los políticos que la dirigían. Estas demandas no podían satisfacerse sin un cambio político radical. Además, las mujeres bolcheviques desempeñaban un papel crucial en la huelga, habiendo dedicado muchos años de esfuerzo a organizar a las trabajadoras no cualificadas, a pesar de ciertas actitudes entre algunos hombres de su propio partido, que decían que organizar a las mujeres era, en el mejor de los casos, distracción de la lucha contra el zarismo y, en el peor, ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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hacer el juego a las feministas de las clases altas que alejarían a las mujeres de la lucha de clases. Muchos hombres en el movimiento revolucionario pensaban que las manifestaciones del Día Internacional de la Mujer eran prematuras y que las trabajadoras debían esperar a que los trabajadores cualificados estuvieron listos para emprender la acción decisiva. Fueron militantes femeninas, una minoría en el partido, quienes abogaron por convocar una reunión de trabajadoras en el barrio de Vyborg para hablar de la guerra y de la inflación y fueron activistas femeninas quienes convocaron una manifestación contra la guerra en el Día Internacional de la Mujer. Una de ellas fue Anastasia Deviátkina, una bolchevique y trabajadora industrial que después de la Revolución de Febrero construyó un sindicato de esposas de soldados. Después de febrero, las mujeres desaparecen casi totalmente de la crónica como parte integrante del desarrollo de la revolución a lo largo de 1917, aparte de algunas revolucionarias destacadas como Alexandra Kollontái, Nadeshda Krúpskaia e Inessa Armand, citadas a menudo tanto por su vida privada como esposas y amantes como por su actividad práctica y sus aportaciones teóricas. En los órganos administrativos surgidos de las cenizas del zarismo casi no había mujeres. Algunas estaban presentes en consejos municipales, como delegadas a la Asamblea Constituyente o diputadas de un sóviet. Los comités de fábrica estaban dominados por hombres, incluso en centros en que la mayoría de la plantilla eran mujeres. Los motivos de ello eran dobles y estaban relacionados: las mujeres todavía tenían la tarea de alimentar a sus familias en circunstancias difíciles y carecían de confianza y educación, así como de tiempo, para dar un paso adelante o comprometerse mucho en la actividad política. La vida que habían llevado las trabajadoras en Rusia a lo largo de siglos, la realidad material de su opresión, condicionaban su capacidad de compatibilizar el aumento indudable de su conciencia política con el compromiso político. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Antes de 1917, Rusia era una sociedad predominantemente campesina; la autoridad absoluta del zar estaba consagrada y era reforzada por la iglesia y se reflejaba en la institución de la familia. El matrimonio y el divorcio estaban sometidos al control religioso; las mujeres estaban subordinadas legalmente, consideradas una propiedad e infrahumanas. Proverbios rusos comunes incluyen expresiones como esta: “Pensaba que veía a dos personas, pero no era más que un hombre con su mujer.” El poder del hombre en el hogar era absoluto y se esperaba de la mujer que fuera pasiva en condiciones brutales, entregada del padre al marido y a menudo víctima de la violencia autorizada. Las mujeres campesinas y trabajadoras se enfrentaban a castigos y a trabajos pesados en los campos y las fábricas, con la importante carga añadida del cuidado de los hijos y las responsabilidades domésticas en una época en que los partos eran difíciles y peligrosos, no existían los anticonceptivos y la mortalidad infantil era elevada. Sin embargo, la implicación política de las mujeres en 1917 no vino de la nada. Rusia era una contradicción: paralelamente a la profunda pobreza, la opresión y la tiranía que sufría la mayoría de la gente, la economía rusa estuvo en auge durante las décadas anteriores a 1905. Enormes fábricas modernas producían armas y ropa, el ferrocarril conectaba las ciudades en rápido crecimiento y las inversiones y técnicas de Europa dieron lugar a fuertes incrementos de la producción de hierro y petróleo. Estos drásticos cambios económicos generaron una inmensa transformación social en los años que precedieron a la primera guerra mundial: cada vez más mujeres campesinas iban a trabajar a las fábricas en las ciudades, empujadas por la pobreza y animadas por empresarios que, gracias a la mecanización, generaban más puestos de trabajo no cualificado y cuya preferencia por una mano de obra dócil dio lugar a un enorme aumento del número de mujeres empleadas en la producción de lino, seda, algodón, lana, cerámica y papel. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Muchas mujeres habían participado en las huelgas del sector textil en 1896, en manifestaciones contra la leva antes de la guerra ruso-japonesa y, sobre todo, en la revolución de 1905, durante la cual trabajadoras no cualificadas de fábricas textiles, de tabaco y confitería, junto con empleadas domésticas y lavanderas, hicieron huelga e intentaron crear sus propios sindicatos en el marco de la revuelta masiva. El efecto de la primera guerra mundial contribuyó decisivamente al aumento del peso económico y político de las mujeres. La contienda destrozó las familias y alteró completamente la vida de las mujeres. Millones de hombres fueron destinados al frente, muchos fueron heridos o murieron, obligando a las mujeres a labrar los campos, sacar adelante los hogares y trabajar en las fábricas. Las mujeres representaban el 26,6 % de la mano de obra en 1914, pero casi la mitad (el 43,4 %) en 1917. Su proporción aumentó drásticamente incluso en los empleos cualificados: si en 1914 solo representaban el 3 % de la mano de obra en la industria metalúrgica, en 1917 la cifra había aumentado al 18 %. En la situación de doble poder instaurada por la Revolución de Febrero, las acciones de mujeres no cesaron, pero pasaron a formar parte del proceso que supuso la pérdida del apoyo de la clase obrera por parte del gobierno a favor del sóviet y, en el interior de este, por parte de la dirección socialista moderada de los mencheviques y socialistas revolucionarios a favor de los bolcheviques en el mes de septiembre. La esperanza de la clase obrera de que su vida mejoraría con la caída del zar se vio defraudada por el gobierno y la dirección del soviet, que decidieron continuar la guerra. En mayo, las manifestaciones antiguerra forzaron la caída del primer gobierno provisional formado por una coalición de los dirigentes mencheviques y socialistas revolucionarios del soviet con los liberales. La frustración de los trabajadores y trabajadoras dio pie a nuevas huelgas, encabezadas nuevamente por mujeres. Unas 40,000 lavanderas, miembras de un sindicato dirigido por la bolchevique Sofía Gonchárskaia, se declararon en huelga por ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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un aumento salarial, la jornada de ocho horas y la mejora de las condiciones de trabajo: medidas de higiene y salud, prestaciones de maternidad (muchas trabajadoras ocultaban su embarazo hasta que daban a luz en la misma fábrica) y fin del acoso sexual. En palabras de las historiadoras Jane McDermid y Anna Hillyer: “Junto con otras activistas del sindicato, Gonchárskaia había ido de una lavandería a otra convenciendo a las mujeres a unirse a la huelga. Llenaron cubos de agua fría para apagar las estufas. En una lavandería, el propietario atacó a Gonchárskaia con una palanca; la salvaron las lavanderas que lo agarraron por detrás.” En agosto, ante los intentos del general Kornílov de aplastar la revolución, las mujeres se reunieron para defender Petrogrado, construyendo barricadas y organizando la asistencia médica; en octubre, mujeres del partido bolchevique participaron en la prestación de asistencia médica y en las cruciales comunicaciones entre localidades; algunas eran responsables de coordinar el levantamiento en distintas zonas de Petrogrado, y también había mujeres en la Guardia Roja. McDermid e Hillyer describen otra implicación de mujeres bolcheviques en octubre: “La conductora del tranvía A. E. Rodiónova había escondido 42 rifles y otras armas en su cochera cuando el gobierno provisional intentó desarmar a los trabajadores tras las jornadas de julio. En octubre se encargó de asegurar que dos tranvías con ametralladoras salieran de la cochera para asaltar el Palacio de Invierno. Tuvo que asegurar que el servicio de tranvía funcionara durante la noche del 25 al 26 de octubre para contribuir a la toma del poder y comprobar la situación de los puestos de la Guardia Roja en toda la ciudad”. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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La trayectoria de la revolución ensanchó la fisura entre las trabajadoras —para quienes la guerra era la causa de sus problemas y cuyos llamamientos a la paz se intensificaron a medida que avanzaba el año— y las feministas que seguían apoyando el derramamiento de sangre. Para la mayoría de las feministas liberales de clase alta que defendían la igualdad ante la ley y en la enseñanza y la reforma social, esas conquistas se obtendrían mostrándose leales al nuevo gobierno y apoyando el esfuerzo de guerra. Las muestras de patriotismo formaban parte del intento de obtener un asiento junto a la mesa. La Revolución de Febrero relanzó la batalla de las feministas por el sufragio universal, que supuso un importante paso adelante cuando se aprobó en julio. Sin embargo, para la mayoría de mujeres el derecho al voto no suponía una gran diferencia en su vida, que seguía sometida a la escasez, las largas jornadas de trabajo y la lucha por mantener a la familia unida. Tal como había escrito Alexandra Kollontái en 1908: “Por muy radicales que parezcan las reivindicaciones de las feministas, no hay que perder de vista el hecho de que las feministas no pueden, dada su posición de clase, luchar por el cambio fundamental de la estructura económica y social contemporánea sin el que la liberación de las mujeres no puede ser completa.” Para la mayoría de las mujeres trabajadoras y campesinas, las cuestiones de opresión e igualdad no se planteaban de forma abstracta, sino que surgían concretamente del proceso de lucha por la mejora de sus vidas y de las de sus hombres e hijos. Las que se politizaron abiertamente y adquirieron confianza, a menudo como afiliadas al partido bolchevique, lo hicieron a resultas de su propia acción colectiva contra la guerra y los políticos, acción que se centraba en la lucha contra el hambre, la guerra y por la propiedad de la tierra. Robert Service señala lo siguiente: ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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“El programa político bolchevique resultó cada vez más atractivo para la masa de trabajadores, soldados y campesinos a medida que se agudizaba la agitación social y la ruina económica alcanzó un clímax en otoño. Pero solo con eso no podría haber habido una Revolución de Octubre.” Este proceso abarcó tanto a trabajadoras, campesinas y esposas de soldados como a sus homólogos masculinos. Sin el apoyo de la masa de mano de obra no cualificada en Petrogrado, en su mayoría mujeres, la insurrección de octubre no habría triunfado. El apoyo a los bolcheviques no fue ciego, sino el resultado, en palabras de Trotsky, de “un desarrollo cauto y doloroso de la conciencia” de millones de trabajadores, hombres y mujeres. Hasta octubre se había intentado todo: el gobierno provisional y los mencheviques los habían traicionado, las manifestaciones traían represión y escasos avances, que ya no satisfacían su esperanza de una vida mejor, y, sobre todo, el intento de golpe de Kornílov había puesto las cosas en su sitio: o sigues adelante o te aplastan. Un trabajador lo expresó de esta manera: “Los bolcheviques siempre habían dicho que ‘no somos nosotros quienes os convenceremos, sino la vida misma’. Y ahora los bolcheviques han triunfado porque la vida ha demostrado que su táctica es correcta.” Fue un mérito de los bolcheviques tomarse en serio la cuestión de la mujer. Pese a que, visto desde hoy, las mujeres estaban muy infrarrepresentadas, dedicaron grandes esfuerzos a organizar y formar a las trabajadoras. El hecho de que los bolcheviques hicieran más que otros partidos socialistas por relacionarse con las mujeres no se debió necesariamente a un mayor compromiso con los derechos de las mujeres. Tanto mencheviques como bolcheviques eran conscientes de la necesidad de trabajar con las mujeres como parte de la clase obrera, pero los bolcheviques supieron integrar la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres en una estrategia basada en una acción de clase contra el gobierno y la guerra, mientras que los ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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partidos que abogaban por la continuación de esta en virtud de sus pactos con los privilegiados y las empresas, no podían hacer mucho más que informar de las huelgas de las mujeres y hablar de los derechos políticos, sin poder ofrecer ninguna solución concreta a la presión material que sufrían las mujeres. Los bolcheviques impulsaron cada vez más la organización y politización de las mujeres, en parte porque aprendieron del comienzo explosivo de Febrero y en parte gracias a la tenacidad de sus propias afiliadas. Destacadas mujeres bolcheviques como Kollontái, Krúpskaia, Armand, Konkordiya Samoilova y Vera Slútskaia, entre otras, llevaban tiempo batallando porque el partido dedicara un esfuerzo especial a organizar a las trabajadoras y desarrollar su educación política. Lucharon por convencer a sus camaradas masculinos de que las mujeres trabajadoras tenían una importancia crucial y no eran un elemento pasivo, conservador y atrasado que obstaculizaba la revolución. El periódico bolchevique Rabotnitsa (Trabajadora), publicado por primera vez en 1914 y relanzado en mayo de 1917, contenía artículos sobre la importancia de las guarderías y de una legislación que mejorara las condiciones de seguridad en los puestos de trabajo de las mujeres, y repetidamente subrayó la necesidad de la igualdad y de que las cuestiones de las mujeres incumbieran a todos los trabajadores. El papel desempeñado por las mujeres en Febrero y su actividad como parte de la clase obrera de Petrogrado contribuyeron a cambiar el punto de vista de muchos hombres bolcheviques que decían que centrarse en las cuestiones de las mujeres daba pábulo a las feministas y de que la revolución la dirigirían los trabajadores (masculinos) más cualificados y políticamente conscientes. Sin embargo, fue una batalla ardua; cuando Kollontái propuso en abril una sección de mujeres dentro del partido, casi nadie le hizo caso, pese a que contaba con el apoyo de Lenin, cuyas Tesis de Abril no fueron recibidas con mucho mayor entusiasmo por la dirección bolchevique; de hecho, Kollontái fue la única que apoyó a Lenin en el comité central. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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En los meses siguientes, sin embargo, quedó claro que tanto los argumentos de Lenin sobre la relación entre la revolución y el poder de los sóviets como la postura de Kollontái sobre la importancia de las mujeres trabajadoras se derivaba de la dinámica de la revolución y podían llevarla adelante. La prensa bolchevique, además de Rabotnitsa, afirmaba ahora que las actitudes machistas arraigadas ponían en peligro la unidad de la clase, y el partido batalló porque las mujeres estuvieran representadas en los comités de fábrica, criticó las actitudes de los hombres que consideraban que las mujeres eran una amenaza y trató de convencer a los hombres de que votaran por mujeres —especialmente en sectores en que estas eran mayoría— y las respetaran como compañeras de trabajo, representantes y camaradas. Seis semanas después de la Revolución de Octubre, el matrimonio eclesiástico fue sustituido por el registro civil y el divorcio se concedía a petición de cualquier miembro de la pareja. Estas medidas se desarrollaron un año más tarde en el Código de Familia, que declaró a las mujeres iguales ante la ley. Se abolió el control religioso, poniendo fin de un plumazo a siglos de opresión institucionalizada; cualquier miembro de la pareja podía reclamar el divorcio sin tener que aportar ninguna justificación; las mujeres tenían derecho a administrar su propio dinero y ningún miembro de la pareja tenía derecho sobre las propiedades del otro. Se erradicó el concepto de ilegitimidad: si una mujer no sabía quién era el padre, se otorgaba la responsabilidad colectiva sobre el hijo a todos aquellos que habían mantenido previamente relaciones sexuales con ella. En 1920, Rusia fue el primer país en legalizar el aborto a petición de la mujer. La revolución de 1917 fue iniciada y conformada por mujeres, y en el transcurso del año se pusieron en tela de juicio o eliminaron muchos prejuicios arraigados que consideraban a la mujer inferior, una propiedad, pasiva, atrasada, conservadora, no fiable y débil, gracias a la acción y al compromiso político ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Las mujeres del 1917 // Megan Trudell

de las mujeres. Sin embargo, al Revolución Rusa no abolió la dominación masculina ni liberó a las mujeres: las privaciones catastróficas de la guerra civil y las subsiguientes distorsiones del gobierno soviético lo impidieron. Las desigualdades se mantuvieron. Pocas mujeres ocuparon puestos de autoridad, pocas fueron elegidas a órganos administrativos y las ideas machistas no podían desaparecer sin más en las condiciones extremadamente adversas que siguieron a Octubre. Durante la revolución, las mujeres no participaron en pie de igualdad con los hombres ni contribuyeron tan significativamente a los niveles superiores del proceso político, pero dentro de las limitaciones que les imponía su vida, desbordaron las expectativas y determinaron el devenir de la revolución. Como dicen McDermid e Hillyer: “Es cierto que la división del trabajo entre mujeres y hombres se mantuvo, pero en vez de concluir que las mujeres fracasaron a la hora de combatir el dominio masculino, podríamos tener en cuenta cómo maniobraron dentro de su esfera tradicional y qué significaba esto para el proceso revolucionario.” Las mujeres fueron parte integrante de la revolución de 1917, haciendo historia junto con los hombres, no como espectadoras pasivas o nulidades políticas, sino como participantes valerosas cuyo compromiso fue más significativo para el rechazo de la opresión arraigada. Ver la revolución con los ojos de las mujeres nos proporciona una lectura más rica de lo que sigue siendo el momento histórico más transformador para la vida de las mujeres.

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ECOS Órgano del Instituto de Historia de la UASD Año XXIV, Vol. 1, No. 14 Enero-junio de 2017

TRES SEMBLANZAS Magaly Pineda, una mujer adelantada a su tiempo Esther Hernández Medina y Yildalina Tatem Brache Co-fundadoras de la Tertulia Feminista Magaly Pineda Recepción: 30 de mayo 2017 Aprobación: 13 julio 2017

Magaly Pineda, una “mujer extraordinaria” Es difícil hablar de Magaly Pineda en tiempo pasado siendo, como fue, nuestra amiga y maestra por tantos años. Es difícil no solo porque su partida física ocurrió hace poco más de un año sino, especialmente, porque aún con la enfermedad que la acompañó por tanto tiempo, la mayoría de las personas que la conocimos no podíamos abrazar la posibilidad de que ese dinamo inagotable de ideas, acciones y energía fuera algún día a apagarse. Su coherencia y sus principios, mantenidos durante toda una vida, fueron puestos en práctica hasta en su propio funeral. Son esos principios los que han servido de estímulo para seguir más de cerca su ejemplo, profundizando nuestra reflexión y nuestra práctica como feministas y como mujeres amantes de la vida y de la alegría, tal y como lo fue ella. Parte de este compromiso lo hemos concretado creando un espacio de reflexión y exploración que es la Tertulia Feminista que lleva su nombre

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y en cuyo origen participó cuando lo propusimos en el panel sobre el documental “Mujeres Extraordinarias” producido y dirigido por Yildalina. Magaly fue una de las cuatro protagonistas de este segundo documental sobre mujeres extraordinarias feministas, valientes y decididas, en el que estuvo junta con Lourdes Contreras, Susi Pola y Milagros Ortiz Bosch.1 Por estas razones creemos que es una responsabilidad inmensa, y a la vez un gran honor, responder la gentil invitación de la revista Ecos en la persona de su directora, Reina Rosario, para compartir con ustedes algunas ideas sobre el importante rol jugado por Magaly Pineda en diferentes ámbitos fuera y dentro de la República Dominicana. Tal y como destaca el título del documental de Yildalina, Magaly fue una mujer fuera de lo común que vivió apasionadamente todos los aspectos de su vida, incluyendo su compromiso con los derechos de todas las mujeres. Esta semblanza, por tanto, es un pequeño aporte para difundir la importancia de su legado tanto para el movimiento feminista como para otras causas y movimientos.

Magaly como revolucionaria En su niñez había expresado el deseo de ser monja, para vivir su compromiso social como misionera por el mundo. Ese deseo se transformó en compromiso político, y ya a los 15 años inició una militancia muy activa en la izquierda. Posiblemente esta sea una de sus facetas menos conocidas, pero muy interesante, ya que tuvo una activa participación antes y durante la Revolución de Abril de 1965. Como parte im

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El primero de estos documentales fue realizado en 2009, con representantes de una generación anterior de Mujeres Extraordinarias: Mujeres en el Tiempo, Mujeres sin Tiempo, incluyendo a Gladys Gutiérrez, Josefina Padilla, Ivelisse Prats de Pérez, Mery Pérez Vda. Marranzini, Dedé Mirabal y Tomasina Cabral. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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portante de su generación, había vivido y visto muy joven la represión de la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo y se integró a esa juventud dispuesta a luchar por el regreso a la democracia después del golpe de Estado contra el presidente Juan Bosch en 1963. Producto de la inseguridad y la persecución en el país, su familia emigró a Puerto Rico durante la segunda mitad de la década del 50. En esa isla inició un trabajo político con la diáspora dominicana y propició las condiciones para que su casa y su madre se conviertan en un punto de protección y acogida a los grupos de exiliados/as. Fue una labor que mantuvo hasta la caída del dictador. En ese período comenzó su militancia en la Federación de Estudiantes Universitarios Pro-Independencia de Puerto Rico, institución a la que representó en eventos internacionales que la llevaron hasta la Unión Soviética, lo que le produjo grandes desencuentros con el gobierno norteamericano. Por esa razón le fue prohibida la entrada a ese territorio hasta pocos años antes de su muerte. A su regreso a la República Dominicana, en 1964, Magaly se integró al Movimiento 14 de Junio (1J4), a la Federación de Mujeres Dominicanas, y luego militó en varios partidos de izquierda. En ese período se casó con el que sería su compañero de toda la vida, el dirigente político Rafael (Fafa) Taveras. Es sumamente curiosa la forma como inició esa relación. Magaly contaba que su “feminismo” y su libertad de acción eran incomprendidos a lo interno del movimiento, y cuando Fafa la enamoró, ella le propuso que fingieran una relación, para que así la dejaran tranquila los otros hombres y dejar de ser una “amenaza” para las otras mujeres. Y esa relación que inició de esa forma tan particular, se convirtió en un matrimonio de más de 50 años. Durante los años ‘70 a Magaly, junto a varias mujeres de izquierda, le tocó convertirse en una de las compañeras y familiares de los izquierdistas presos y perseguidos en el gobierno de los cruentos “12 años” del Presidente Joaquín Balaguer. Un ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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período donde un gran número de jóvenes que exigían la liberación nacional fueron perseguidos y, en muchos casos, asesinados de forma sistemática y encarnizada.

Magaly como educadora de vanguardia En sus entrevistas para el documental Mujeres Extraordinarias, Magaly compartió cómo su compromiso feminista la hizo mirar “el mundo de otra forma”. Y describe cómo esa nueva mirada la hizo cuestionar el contenido y la metodología tradicionales de la educación de sus hijas e hijo. En 1972-73 formó una escuela alternativa junto a dos de las profesoras de su prole y en esta “Escuela Nueva” los libros de texto usados, durante su elaboración, los autores involucraban directamente a las y los niños. Además, en sus propias palabras: “el trabajo se planteaba como un premio, no como un castigo y se cambiaban las nociones tradicionales de autoridad”. Su compromiso con la transformación de la sociedad era tan sólido, su visión del mundo fue tan amplia, que creó el espacio que consideró adecuado para que sus hijas, su hijo y quienes llegaran a esa Escuela Nueva se educaran en esa nueva sociedad que debemos forjar, laica y progresista, para lograr vivir en ambientes democráticos y participativos. Desde el 1977, y durante muchos años, fue docente de Sociología en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). En múltiples oportunidades afirmó que ahí descubrió su vocación por la enseñanza. La UASD fue un lugar desde donde Magaly generó espacios de reflexión feminista y, junto a otras compañeras, fundó un grupo de mujeres académicas para la reflexión y ruptura con el patriarcado en el que se considera a las mujeres como ciudadanas de segunda categoría.

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Magaly como líder feminista Magaly decía que se había hecho feminista principalmente porque era una lucha en que por primera vez, en sus propias palabras: “también estoy luchando por mí”. Era una lucha en que su propia humanidad y prioridades estaban en juego y por eso la asumió con una pasión y una vehemencia que ella misma reconocía que no había tenido en sus años en la izquierda. Sin embargo, al inicio, fue una lucha muy solitaria tanto para Magaly como para todas las feministas de la época porque este movimiento era visto como un arma del imperialismo para dividir a los hombres y a las mujeres progresistas. Esa incomprensión se reflejó, por ejemplo, en cómo algunas personas rompían muchos de los pósters que se hicieron para la primera campaña del Centro de Investigación para la Acción Femenina (CIPAF) sobre la violencia contra las mujeres o la manera en que se minimizaba el problema diciendo que ese tipo de violencia no existía en República Dominicana. La creación de CIPAF fue justamente parte de la respuesta dada por un colectivo del que Magaly era parte para hacer visibles los problemas que afectan de manera particular a las mujeres dominicanas. Fundado en 1980, CIPAF trabaja con el objetivo de desmontar las ideas preconcebidas sobre estos temas documentándolos con el respaldo de datos precisos de investigaciones académicas para poder, como ella decía, “posicionar esos temas en la agenda pública”. Por ejemplo, en la investigación sobre violencia sexual en que se basó la primera campaña de CIPAF, estudiaron 5 años de la prensa nacional para ver cómo se reflejaba la violencia sexual contra las mujeres y contrastaron estos datos con reportes de la Policía Nacional. El resultado principal fue que la prensa solo recogía el 13% de los casos denunciados en la policía; esos datos, a su vez, eran solo una parte mínima del total de casos de violencia sexual de la época.

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CIPAF continuó y amplió su trabajo en base a la estrategia de crear un círculo virtuoso entre la investigación y la acción feministas con un énfasis particular en la educación popular y la comunicación masiva para cambiar la forma en que la población en general y las y los tomadores de decisiones, en particular, ven el rol y los derechos de las mujeres en nuestra sociedad. Magaly siempre enfatizaba la necesidad de comunicar los resultados de las investigaciones en formatos fáciles de entender y digerir por lo que prestaba atención al mínimo detalle desde la presentación visual hasta las palabras utilizadas en cada mensaje. Esa obsesión con la precisión a veces volvía locas a las que, como Esther, trabajaron con Magaly en CIPAF, pero era efectivamente una pieza crucial del éxito de las campañas y el trabajo de la institución moviendo conciencias y generando alianzas en todos los ámbitos. Un referente en ese sentido fue el proyecto de Participación Política de las Mujeres que CIPAF llevó a cabo con el lema “La política también es cosa de mujeres”, con el apoyo del Proyecto de Iniciativas Democráticas de USAID ejecutado por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) y que tuvo un gran impacto en el país durante la década de los ‘90. Magaly, como directora ejecutiva de CIPAF, se convirtió en un referente a nivel nacional e internacional por la amplia labor realizada en República Dominicana y también por el apoyo a la lucha por los derechos de las mujeres en otros países, incluso por períodos extendidos de tiempo, como fue el caso en Cuba, Nicaragua y Puerto Rico. En Cuba es famosa la anécdota de cómo Magaly fue la única de un grupo multitudinario de mujeres que se atrevió a desafiar a Fidel Castro cuando minimizó la desigualdad entre hombres y mujeres en un encuentro internacional. Ese primer encontronazo, sin embargo, llevó a una amplia colaboración con la Federación de Mujeres Cubanas y condujo al mismo Fidel, tiempo más tarde, a reconocer su equivocación después de tomar la iniciativa de leer e informarse sobre el tema. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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CIPAF fue en muchos casos la primera o una de las primeras organizaciones feministas en trabajar en temas como la participación de las mujeres en la política y en el empleo realizando encuestas que se hicieron famosas, como la de Mujer Rural y la Mujer Urbana de los años ‘80. Incursionó en las zonas francas para mejorar las condiciones de trabajo de las mujeres. Impulsó la educación no sexista, la paternidad igualitaria y, más recientemente, incursionó con mucho éxito en superar los riesgos que representa la poca participación de las niñas y las mujeres en el mundo de la ciencia y la tecnología. En este último tema, CIPAF y la fascinación de Magaly con “los cacharros”, o aparatos tecnológicos de todo tipo, les llevó a ganar el prestigioso GEM Tech Award de las Naciones Unidas en el 2014, el premio más importante sobre género y tecnología en el mundo. La creatividad y originalidad de este hermoso proyecto de las E-chicas y las Super-máticas que tanto enamoró a Magaly en sus últimos años es una excelente muestra de la pasión y el liderazgo que siempre mostró sin dejarse amedrentar por las condiciones adversas en nuestro país o en el mundo. Estos proyectos de insertar a las mujeres en el mundo de las matemáticas y de la tecnología también partieron de un estudio que evidenció la sub-representación femenina en estas áreas. Magaly organizó un discurso en el cual pudo evidenciar que en la República Dominicana, como en muchos países del mundo y de la región, hemos ido creciendo en la matrícula femenina en las universidades y en las escuelas técnicas. Sin embargo, las mujeres seguimos sub-representadas en las carreras de punta en el mundo de la tecnología y que van a crear más empleo de calidad, en términos de ser más flexibles y mejores pagados. Por eso se planteó la idea de impulsar procesos de orientación vocacional a temprana edad para niñas. Es importante recordar que tanto CIPAF como Magaly recibieron muchas críticas por parte de otras organizaciones de la sociedad civil por haber sido de las primeras en intentar incidir directamente en las políticas públicas nacionales. En ese intento ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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coordinaron con ministerios como el de educación con los proyectos de educación no sexista o el de trabajo con las campañas a favor de la mejora de las condiciones laborales para las mujeres en las zonas francas y en otros espacios. Abrirse a crear alianzas y negociar con los sectores más disímiles dentro y fuera del país marcó un antes y un después tanto para Magaly como para CIPAF y el resto del movimiento feminista que, por supuesto, traería profundas reflexiones y retos. Además de incidir en organismos gubernamentales, CIPAF ha trabajado y ha coordinado acciones y campañas con múltiples grupos de mujeres, organizaciones comunitarias, sindicatos nacionales e internacionales, organismos de cooperación, legisladores y legisladoras, partidos políticos, entre muchos otros. Esta es una de las razones por las que CIPAF se hizo la “escuelita” en la que muchas feministas del movimiento dieron sus primeros pasos. Y Magaly, en particular, apoyó el trabajo de diferentes instancias incluyendo el Congreso Nacional como parte de la comisión de asesoras creada por la entonces senadora Milagros Ortiz Bosch, y como una de las principales aliadas del Foro de Mujeres Políticas contribuyendo significativamente a varios de los cambios legislativos cruciales logrados por este Foro en alianza con el movimiento feminista en la década de los ‘90 como la ley de violencia contra la mujer, la creación de la Secretaría de Estado de la Mujer (hoy Ministerio de la Mujer), entre otros. La pasión y liderazgo de Magaly Pineda la convirtieron, además, en referente obligado en los movimientos feministas latinoamericanos y del Caribe, tal y como destacó su amiga y aliada Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en el homenaje que le hiciera la CEPAL en la XII Conferencia Regional sobre la Mujer, en octubre del 2013, en Santo Domingo. Su rol como asesora de Naciones Unidas, como líder antes, durante y después de la IV Conferencia Internacional sobre la Mujer en Beijing, como una de las fundadoras del Foro Feminista ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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dominicano que ahora lleva su nombre y tantos otros espacios de coordinación dentro y fuera del país hicieron que su partida fuera una gran pérdida no solo para las feministas y la sociedad dominicana, sino para todas las personas que la conocieron en tantos países como una líder comprometida con mejorar la vida de todas las mujeres y niñas del mundo que no es más que mejorar la vida de todas y todos.

Magaly y su apoyo al movimiento LGBT Magaly fue una gran cómplice de las jóvenes lesbianas y de todo el movimiento LGBT y estuvo dispuesta siempre a apoyar sus protestas radicales. Fue feminista-aliada-amiga, haciendo suya en su cuerpo y sus acciones la afirmación feminista de que “lo personal es político”. Cuenta Yaneris González, activista feminista y del movimiento LGBT, que en el Colectivo Las 3 Gatas, Magaly se convirtió en la persona a quien llamar si había algún problema con la policía o si era necesario sacar a alguien detenido arbitrariamente. En una ocasión, por ejemplo, planificaron un acto simbólico en el parque Duarte de hacer bodas gay y lesbianas. El plan era una acción política de mucho ruido y hubo voces en el mismo movimiento que consideraban que ellas estaban siendo demasiado “irreverentes y retadoras de la autoridad”. Esas voces no querían que la acción se llevara a cabo. Sin embargo, ahí estaba Magaly respaldándolas. Sigue diciendo Yaneris sobre Magaly que: “Para mí, era la doña apoyadora de lo revolucionario, que entendía el sentido político de la acción. Realmente era de las pocas personas a las que podías enterar de todas las acciones y estar segura de que la información sería usada en beneficio de lo que se planeara. Organizamos un Besatón y ahí también estuvo con nosotras”. Magaly se trascendió a sí misma, impregnó su trayecto de vida, su espíritu, su lucha, con una amplitud de visión extraordinaria. Entendió de forma preclara la necesidad de la vida en ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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libertad. Incluso su féretro estuvo cubierto con la bandera del orgullo gay, como acto de amor inconmensurable a un colectivo discriminado cuya lucha también asumió.

Reflexiones finales sobre una mujer fuera de serie Una afirmación recurrente en Magaly fue el reconocimiento de que el feminismo cambió su vida y se convirtió en una pasión permanente y perenne. Fue la adquisición de otros ojos, pues se le hicieron nuevos al poder mirar, identificar y darse cuenta de las opresiones que sufren las mujeres por su condición de mujeres. Ella, desde su condición de clase media y militante de izquierda, pudo comprender y aprehender que había muchas demandas a la sociedad en relación a la vida de las mujeres, y desde ese “darse cuenta” las asumió como ejes de su vida en todos los aspectos. Por eso no murió, nos acompaña cada día en esta lucha. Magaly logró hacer un círculo virtuoso entre la teoría, la reflexión y la acción del feminismo para que el abordaje de cada situación de discriminación se realizara desde la evidencia, desde el compromiso y en la búsqueda de la solución. Siempre insistió en la importancia de la fuente y de la rigurosidad en las investigaciones. Consideraba que, de esa forma, se podía exigir respeto por los temas que afectan directamente a las mujeres. Y como si esa lucha por sí misma no fuese ya gigantesca, tuvo la generosidad, la visión política y el empuje para abrigar y ser solidaria con otras causas. Trabajó mucho porque, como ella misma decía, el trabajo sirve como importante zapata, en ocasiones como empuje y en otras como utopía, hacia el logro de la liberación. Magaly Pineda es definitivamente la madre del feminismo contemporáneo en la República Dominicana. Expresamos nuestra alegría por su existir, nuestro agradecimiento a su trabajo y nuestro reconocimiento a su vida. Y sobre todo nuestro ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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compromiso con la continuación de la lucha para que las mujeres seamos humanas y libres. Terminemos con sus propias palabras, volvamos a Magaly y que ella misma cierre su semblanza: “No hay que perder la capacidad de asombro, es lo más importante. Una puede ponerse vieja siendo joven, cuando pierde la capacidad para asombrarse y preguntarse por qué pasan las cosas”. “Hay que ser revolucionaria en la casa, en la calle y en la cama”.

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Tres semblanzas - Yolanda Altagracia Santana Álvarez

Yolanda Altagracia Santana Álvarez: una vida al servicio de los demás2 Una vida fructífera al servicio de los más necesitados la encontramos en la maestra Yolanda Altagracia Santana Álvarez. Lo primero que impacta de ella es el camino recorrido desde su niñez hasta que se hizo de una carrera universitaria. Nació el 12 de febrero de 1950, en Loma de Cabrera, Capotillo. Era hija de una madre ama de casa, Fidelia Álvarez y de un agricultor, el señor Rumardo Santana. Vivían en una zona rural de la frontera; una zona con visibles niveles de pobreza. Esto le impidió iniciar sus estudios a temprana edad. Cuando terminó los cuatro curos de la educación inicial a que llegaba en la zona donde vivía debió esperar varios años para salir de la frontera. Yolanda Santana llegó a Santiago en 1962, momento en que inició una nueva etapa de su vida. De inmediato reinició sus estudios de quinto y sexto grados en la Escuela Primaria Peña y Reynoso. Allí fue estudiante meritoria pese a los años interrumpidos. Los estudios intermedios los realizó en el Colegio del Carmen, en Bella Vista, donde tuvo una beca durante dos años por su nivel de pobreza, por los méritos académicos y por una relación muy estrecha con las Mercedarias de la Caridad, por su condición de catequista. Luego ingresó a la Escuela Normal Primaria Emilio Prud’Home, guiada por el Padre Juan Manuel, para estudiar allí magisterio dada su vocación. La filosofía de la institución Teresiana influyó en su formación pedagógica, en su estilo de vida y en su concepción del mundo desde la perspectiva de la Educación transformadora de conciencia. Especial interés pusieron en su formación inte

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Semblanza elaborada por la redacción de ECOS a partir de los datos ofrecidos por sus hijas Dora María y Thania. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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gral como maestra, la directora Pilar, su sustituta en los dos últimos años Carmen y la profesora de práctica Albania Acosta. Ellas se entregaban por entero con abnegación y compromiso a la labor educativa como vocación siguiendo los ideales de su Fundación Padre Poveda. Producto de un acuerdo interinstitucional ingresó a la PUCMM donde estudió una licenciatura en Educación, mención Ciencias Sociales. Luego realizó estudios de pos-grado. Durante su vida hizo grandes aportes en la siguiente dirección: 1) como formadora docente, 2) como alfabetizadora de adultos en barrios marginados, 3) como precursora del movimiento cooperativista en la región norte del país y 4) como mujer gestora del movimiento clubístico.

1) Formadora docente Yolanda Altagracia Santana Álvarez se invistió como Maestra Normal en la década de los 70’s. En 1971 fue nombrada en el Colegio San José y en el Politécnico Nuestra Señora de las Mercedes. Tenía una visión de pensamiento crítico y de compromiso social. Esto le ocasionó serios problemas frente al gobierno de visión autoritaria que encabezó Joaquín Balaguer. Ella nunca dejó de pronunciarse en contra de los males que genera el capitalismo y la actual globalización aliada con el neoliberalismo. Ha señalado como lecciones aprendidas: Comprender que el proceso educativo es la forma más eficaz para la transformación de las sociedades. Que su vocación por la Educación surgió de la convicción de que podía aportar a los cambios sociales por medio de la: concientización, aplicando el método de la Educación Popular a partir de la realidad del oprimido/a hasta llegar a comprometerse para transformar la realidad, pedagogía de Paulo Freire, educador brasileño, fue para ella su texto de cabecera en el proceso enseñanza-aprendizaje. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Actuó con coherencia de vida a partir de una práctica que se correspondiera con la teoría.

2) Alfabetizadora de adultos en barrios marginados A mediados de la década del 60 se organizó en el Club Juvenil Enriquillo, el primero en la comunidad Yagüita de Pastor, hoy Barrio Mirador. En esa organización realizaron un levantamiento-censo y los resultados arrojaron un 91% de personas iletradas. Este resultado impulsó al grupo a poner en marcha el primer Plan de Alfabetización de esa comunidad. Para ello lograron capacitación y aquiescencia con el Departamento de Educación de Adultos de la Secretaría de educación dirigido al momento por el Señor Ramón Guillén, destacado educador de Santiago. El equipo, coordinado por Yolanda Altagracia con la edad de 13 años, encontró muchas dificultades, entre ellas la desmotivación de adultos/as iletrados; realizar la labor con lámparas de gas, pues no había electricidad; cohabitar en un lugar donde no existían calles, sino callejones. Pero enfrentaron las dificultades. Dividieron el barrio por zonas y comenzaron la labor. Mantuvieron el proyecto de alfabetización por varios años de tal manera que fue preciso gestionar los cuatro niveles de Educación de Adultos/as. La profesora Yolanda Altagracia confiesa que “Estas visiones compartidas con camaradas, compañeros/as de organizaciones de izquierda fueron las motivaciones principales para insertarme en el mundo educativo desde los 13 años de edad cuando desarrollamos la experiencia de alfabetización y educación de adultos /as a partir del Club Enriquillo”. A partir de esa experiencia comunitaria contaron con la colaboración de Radio Santa María a través de las Escuelas Radiofónicas donde integraban a los/as estudiantes que trabajaban durante la semana y no habían podido estudiar desertando a temprana edad de la escuela. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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3) Participante en el movimiento social de la región norte del país La profesora Yolanda Altagracia Santana Álvarez fue también una intensa activista del movimiento social. Formó parte de la Asociación de Profesores de Santiago (APS), una institución gremial donde se agrupó el magisterio local. La (APS) luego se fusionó con el proceso de gestación de la ADP, del cual ella formó parte durante la primera mitad de la década del 70. Posteriormente Yolanda Altagracia fue parte activa del Comité de Amas de Casa Hermanas Mirabal, del Comité Unitario y del Comité Nueva Alborada, en 1978. Durante la década de los 80’s formó parte de la fundación de la Coordinadora de Mujeres del Cibao, C.M.C., antes Coordinadora de Santiago, y cuyo desarrollo se extendió al Cibao. Extensión del trabajo a nivel regional acompañando las diferentes organizaciones de mujeres de base, tanto en la línea noroeste, Costa Norte, Santiago, Altamira, entre otras. También incursionó en la comunicación a través de una sesión en televisión, canal Teleunión y una sesión radial a través de Convivencia por Radiolandia, así como la participación en diversos programas con el tema referido a los Derechos de la Mujer y la situación Social y Política. Corresponsal del Programa Internacional Información al Desnudo. Desde su experiencia como animadora comunitaria pudo articular un compromiso político con una convicción cristiana. A esto contribuyó su experiencia de trabajo junto a los padres Dominicos, equipo con el que compartía una filosofía de vida: entrega y dedicación al bien de los demás a través del trabajo comunitario de la organización con una metodología que posibilitaba el protagonismo de las organizaciones, todas en la lucha por la comunidad. Paralelamente participó en círculos de estudios de “Acción Revolucionaria”, con grupos de jóvenes de diferentes procedencias, aspirantes a Hermanos Lasallistas inspirados por la idea de “La Educación Liberadora”, del que ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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también surgió un movimiento de “Estudiantes Conscientes en Santiago”. Comparten para la época los mismos principios del Evangelio los Hermanos de La Salle quienes fundaron el Movimiento Nacional de Pobladores (MONAPO), donde pobladores de barrios marginados y comunidades campesinas se articulan con los estudiantes conscientes para fortalecer las movilizaciones a nivel nacional. Armonizó con el compromiso social y político por dos razones: primero, porque con los estudios se logra superar los niveles de pobreza y sólo así se logra comprender ¿por qué hay pobres y ricos? ¿Por qué las desigualdades sociales, las injusticias? Caracterización de un sistema que tiene como esencia el individualismo. Segundo, porque solo la organización constituye el instrumento más efectivo para la superación de los males que aquejan nuestra sociedad y a través de la sumisión de compromisos podemos aportar a su transformación.

4) Mujer gestora del movimiento clubístico Además del Club Juvenil Enriquillo, en 1974 la profesora Yolanda Altagracia Santana Álvarez estuvo entre las fundadoras del Club Cultural y Deportivo Mirador. Era apenas una adolescente cuando se decidió a formar parte del movimiento clubístico por varias razones: a) Porque sólo habían varones sin haber razones expresas que impidieran participar a las jóvenes, b) Porque era un gran reto participar en un espacio donde todos sean del sexo opuesto dado los prejuicios que existían en la sociedad patriarcal cuando una adolescente o joven se relacionaba con varones, c) Porque fue para ella un desafío frente a la autoridad inflexible de su familia que nunca aprobó que estuviera organizada y, no por lo del machismo, sino por conservadurismo político. Para ella, estar organizada, era correr un riesgo muy grande por el peligro de ser perseguida y hasta perder la vida. Estaba latente la persecución y el terror que había sembrado el método que usó el balaguerismo. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Cuando se refiere a sus vivencias en el movimiento clubístico, la profesora Yolanda Altagracia la sintetiza en: educación, organización y luchas reivindicativas que trascendían la lucha política. Ella sostiene que esos tres elementos motorizaron su accionar a través del tiempo desde los espacios de participación de los clubes (Club Enriquillo, Club Mirador). Esa labor en los clubes la vinculó a la militancia en el movimiento juvenil desde la Iglesia, catequista, participación en coro de la Iglesia, hasta la participación en círculos de estudios de Acción Revolucionaria donde empezó a leer sobre otros sistemas que daban respuestas a las necesidades de su pueblo, superando la división de clase y las injusticias sociales. Es importante resaltar que esa participación la llevó a dar un salto cualitativo en su formación religiosa, intelectual y política porque pudo hacer la conexión entre Cristianismo y Comunismo, percibir que tenían en común el bienestar colectivo de la humanidad y el rechazo el individualismo como esencia del capitalismo. El norte de ambos era la construcción de una sociedad de iguales donde desaparezca la explotación y opresión cultural y la dominación política represiva.

5) Precursora del movimiento cooperativista en la región norte del país Su activa labor en las instituciones que culminaron con la ADP se prolongó más allá de la necesitad organizativa. Dentro del magisterio fue de las precursoras de la participación activa en la organización de la COOPNAMA. Años más tarde formó parte de la lucha titánica por la creación del SEMMA, institución cuya creación generó a nivel nacional mucha represión al magisterio. La profesora Yolanda Altagracia Santana Álvarez formó su familia con José Cristino Torres. De esa unión nacieron Dora María y Thania Cristina. Esta profesora es un símbolo de abnegación, entrega y servicio social para la educación dominicana. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Tres semblanzas - Carmen Natalia Martínez // Carmén Durán

En el Centenario del nacimiento de Carmen Natalia Martínez Bonilla (1917-2017) Carmen Durán

Carmen Natalia Martínez Bonilla nos convoca en su fervor patriótico, en su dimensión de ser humano con profunda sensibilidad social. En este 2017, el año del centenario de su nacimiento, del siglo en que los rayos de luz irradiaron con su claridad para augurar el nacimiento de la musa. Ella supo recrear en su voz comprometida la memoria de hombres y mujeres que a través de la hermosura de su verbo tocan las fibras del sentimiento patrio. Escribió los poemas más hermosos de contenido épico, al amigo, a su compañero, al hermano en la dimensión de la lucha por un mundo más justo y más equilibrado. Combatió con su pluma y con su acción el despotismo y el autoritarismo trujillista. Participó de la Juventud Democrática y su casa de la calle Arzobispo Nouel fue escenario donde los jóvenes rebeldes fraguaron parte de su lucha. Con su pluma, con su espíritu noble y combativo Carmen Natalia Martínez Bonilla nos dejó un trillo de dignidad, de amor, y el regazo de su ternura cristalizada en sus versos. Los poemas de contenido patriótico, elegías y odas recogidas en el texto “Alma adentro”, incluidos en la Obra poética completa, 1939-1976, publicado por la UCMM, nos ilustran acerca del sentido social y ético de su obra. Basta con citar algunos: “Poema recóndito para un mártir de la libertad”, dedicado a Salvador Reyes Valdez, héroe y mártir de la expedición patriótica de Luperón en el año 1949. A los expedicionarios del 14 y 20 de junio de 1959 dedicó su “Canto al soldado inminente” y “Elegía a los mártires de Constanza, Maimón y Estero Hondo”; la “Oda heroica a las Mirabal” rescata para la memoria histórica

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la grandeza y el heroísmo de las mártires de Ojo de Agua. Cierro este comentario de poemas de la excelsa Carmen Natalia, acompañada en su trillo del parnaso americano y caribeño por voces y plumas como las de Gabriela Mistral, Julia de Burgos y otras desgarradoras voces cuyos ecos de mujer retumban en los recónditos laberintos del amor, de la rebeldía y del dolor. Si pudiéramos hablar de una voz femenina para erigirla como poeta nacional, sin excluir a muchas, estaríamos situando en justeza el nombre de Carmen Natalia Martínez Bonilla. Su dolor se transmuta, crece en la ternura en el “Poema recóndito para un mártir de la libertad” que dedica a Salvador Reyes Valdez, caído en la jornada de Luperón de 1949. “Amigo, compañero, hermano Hermano por esta carne del espíritu, Por esta sangre limpia de la idea. Hermano, porque bebimos el mismo jugo amargo, porque nos incendió la misma llama, porque empujamos la pesada mole que aplasta el pensamiento.” Este poema, casi oración, perpetúa para la memoria de los justos la hazaña emancipadora de los hombres que el 19 de junio de 1949 desembarcaron por la bahía de Luperón y entraron con pie de gigantes en la historia. Leer cada estrofa nos eleva en el sentimiento y el amor, nos arraiga en cada trecho de la patria. “¿Dónde y cómo caíste? ¿Dónde quedó tu cuerpo yacente y abandonado?” La pregunta subyace para entender que toda la geografía es una tumba, un lecho para la muerte digna, sin importar el sitio exacto. Esa pregunta se extiende en el tiempo y en la mente de tantos y tantas que no sabemos el sitio exacto donde buscar el rastro, donde colocar la flor o la oración a aquellos que por tumba tienen la patria entera. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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“Eso no importa. Aquí o allá es lo mismo. Cualquier sitio es igual. Tú no eras tu cuerpo. Tú eras la llama ardiente. Eras espíritu, Y eso no ha muerto ni ha de morir jamás…” En el “Canto al soldado inminente” la fuerza y la epopeya se traducen en canto de guerra y de victoria como un himno a la inmortalidad del ideal y de la lucha. En este poema la poeta arenga, llama, convoca, reta. “¡En marcha! ¡En marcha! Aprieta ronco el fusil entre tus manos Y clava tus dos pies en la carne oprimida de la tierra. Echa raíz. Encájate. No vuelvas la mirada atrás. ¡Sigue adelante! Esa tierra es la tuya. Reconócela y… ¡en marcha! ¡Adelante soldado del rescate! Beso tu mano así cerrada Sobre un fusil que no está hecho a la medida De tu mano pacífica y amable. Ahí, frente a los brutos, mi corazón está contigo, Y mis dedos se cierran en tus dedos, Y te grito al oído: “¡Viva la Liberad, hermano!” La “Elegía a los mártires de Constanza, Maimón y Estero Hondo” sigue el trillo de su poesía comprometida con la exaltación de los hechos de contenido patriótico. Aquí ella retoma sus orígenes de poeta comprometida, de aquella que en los años tortuosos de la oscura dictadura puso su oído y su pluma al lado de los justos, la Carmen Natalia de la Juventud Democrática. La del exilio y la angustia por la patria mancillada: “Nuestra tierra, más amada y entrañable Cuanto más lejana e inasible nos parezca… ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Mientras exista un hijo –un solo hijo– Que guarde la memoria de esa tierra. Nuestra tierra, más amada y entrañable Cuanto más lejana e inasible nos parezca… Mientras exista un solo hijo Que guarde la memoria de esa madre-tierra Y alce la voz para gritar al mundo la gloriosa gesta, Vivirán en el recuerdo por los siglos de los siglos los soldados inminentes, los mártires sembrados como árboles En Constanza, Maimón y Estero Hondo, Hace justo una década. Y entonces no hay mayor dulzura en su verso florecido de ternura que el que dedica a las muchachas, a nuestras eternas muchachas. La “Oda heroica a las Mirabal” “eleva” el sentido estético de la poeta, se transmuta, crece, se deshace en ternura para describir el trágico episodio de violencia que segó el vuelo hacia lo eterno de las tres mariposas. “No hubo dulzura igual a su dulzura. Los ríos se crecieron para llorar por ellas. Palomas con el pecho florecido en claveles. Las Mirabal cayeron de cara a las estrellas. Ayudadme a subirlas al pedestal de piedra Donde graba la historia los nombres de sus mártires. Ayudadme a decir qué cosa hicieron Estas mujeres-cíclopes, estas mujeres ángeles. Y sus bocas, sin lengua, han de seguir hablando Y sus tres corazones palpitando en la piedra. Perennemente vivas en el alma del pueblo. Las Mirabal cayeron para volverse eternas.” Carmen Natalia, como nadie, como ningún otro poeta, nos lleva de la mano para sentir en su verbo el desprecio y la ira, ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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la esperanza y el trino de hombres y mujeres que sintieron el látigo del terror, la angustia de la madre despojada del hijo o de la hija, acorralados en las ergástulas, lacerada por la vesania del tirano. En “Réquiem para un cadáver desterrado” “...Hubo talvez un lúcido minuto Antes de que el vacío se tragara tu último pensamiento. Ese minuto… ¡Cómo lo poblarían los fantasmas! Fantasmas y fantasmas de los miles de muertos Que dejaste a tu paso, sembrador de cadáveres. Sin duda los fantasmas te llenaron de espanto. Todavía se escucha tu alarido en la noche De aquel 30 de mayo de las reivindicaciones. No fue remordimiento, sino miedo. El mismo miedo de todos los malvados. El terror de los bárbaros en la hora suprema. Ese enfrentarse con el misterio Y no saber si habrá en verdad un juicio Y un castigo inflexible para cada culpable. ¡Cómo sería de ancho tu terror En el minuto que precedió a tu muerte! …Estás allá solo, perdido, abandonado Gusanos extranjeros padeciendo la náusea de tu carne. Aterradas las flores con tu oscura presencia. Rodeado de cadáveres que no quieren mirarte. Poco a poco Te estás volviendo un largo, un inmenso vacío Donde no habrá de caer ni siquiera una piedra… Pronto ya no cabrás ni el hueco insondable De la palabra nada. Y serás eso: Nada.” Con su pluma la poeta nos recrea una parte de la historia tan reciente y doliente, nos inspira en la esperanza, en el compromiso y en el amor. Pero nos alecciona y advierte que los pueblos no olvidan a sus hijos e hijas, aquellos que trillaron el camino de la dignidad frente a la ignominia. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Volver a la musa del compromiso en este presente, en homenaje al centenario de su nacimiento, abrevar en sus poemas y en su legado literario, en su trayectoria ética, es para las mujeres de hoy un reto y un hermoso espacio de reflexionar y conocer para entender que la poesía como expresión literaria es también historia.

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ECOS Órgano del Instituto de Historia de la UASD Año XXIV, Vol. 1, No. 14 Enero-junio de 2017

documentos Cuatro cartas de Carmen Natalia a Trujillo1 Carmen Natalia (1917-1976) fue una poeta que hizo de su existencia un proyecto de vida para contribuir a que los pueblos del mundo alcanzaran la convivencia pacífica en libertad a través de la justicia social; que unió a su creación (teatro, novela, ensayos literarios) su militancia política-revolucionaria en la Juventud Democrática, desde 1943, en momentos en que la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina perseguía a los disidentes de su régimen, y cercaba todas las aspiraciones de apertura para la democracia, dejando como opción la clandestinidad, el intercambio de ideas fuera del foco de los organismos de seguridad y espionaje, por lo cual sólo se hizo posible, al principio, resistir a través de la palabra, y las reuniones para intercambiar libros —lejos de la censura— en su casa de la calle Arzobispo Nouel No. 33, que fue el centro de reunión de la Juventud Democrática, al decir de Virgilio Díaz Grullón y Alberto Peña Lebrón. Las presentes cartas dirigidas al régimen despótico por la autora de Alma Adentro (1939), donde lo desafiaba y denunciaba la persecución a su familia, las torturas psicológicas, el cerco a su casa, las órdenes de que no pudieran obtener un

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Esta Revista Ecos agradece a la reconocida intelectual dominicana, poeta Ylonka Nacidit Perdomo, la gestión que hizo para que las cartas de Carmen Natalia que aquí aparecen fueran insertadas en la presente edición.

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empleo digno ella y los suyos, el abuso de los esbirros, y donde demandaba la entrega de sus pasaportes al gobierno, han sido autorizadas a publicar por los herederos de Carmen Natalia Martínez Bonilla, a través de su hermana Isabel (Isabelita) Martínez Bonilla, en ocasión de cumplirse el centenario de su nacimiento en este año 2017.

[CARTA I] Ciudad Trujillo Distrito de Santo Domingo 28 de febrero de 1947 Señor Rafael L. Trujillo M., Presidente de la República Señor Presidente: Me permito exponer a usted lo siguiente: Mi hermano José Antonio Martínez Bonilla fue destituido del empleo que durante más de dos años desempeñó en la Lotería Nacional –empresa privada– habiéndose efectuado este despido sin el previo aviso ni el auxilio de Cesantía que indican la Ley; Mi hermana Carmen Julia Martínez Bonilla fue separada de su cargo de maestra del colegio Santa Teresita –Escuela particular– por presión y bajo amenaza del inspector Félix E. Valera; Mi hermano Andrés Martínez Bonilla fue expulsado del Colegio de la Salle –escuela particular– por presión de un alto funcionario de su gobierno; Mi padre, Andrés Martínez Aybar, fue despedido de la Compañía Dominicana de Teléfonos C. por A. –empresa privada– donde rindió servicios por más de quince (15) años, por presión del señor R. Paíno Pichardo, Secretario de Estado de la Presidencia; ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Quien suscribe fue despedida del empleo que durante diez años desempeñó en el Circuito Rialto –empresa privada– por presión igualmente del señor R. Paíno Pichardo, Secretario de Estado de la Presidencia. El hecho de que toda una familia haya sido despojada de la única forma de sustento que posee: su trabajo, por persistente acción coactiva de aquellos, que se arrogan medios para lograr sus propósitos, no tendría acaso tan definido carácter de atropello, si la coacción no hubiera culminado en una última medida de fuerza. Es el caso que el señor José Elmúdesi, propietario de la casa que vivimos desde hace catorce años y cuyo alquiler pagamos mes por mes, nos ha avisado, personalmente, que, que nos notificará desalojo de dicha casa. Pese a la absurda y ridícula excusa de que “necesita hacer reparaciones en su propiedad”, la verdad es que el señor Elmúdesi actúa de esta forma por presión ejercida sobre él, directamente, por el señor Virgilio Álvarez Pina, presidente de la Junta Central Directiva del Partido Dominicano. Llevadas las cosas a ese extremo, no podemos sino entender que nuestra familia constituye un estorbo para su gobierno, ya que son altos funcionarios de su gobierno y de su partido quienes, de manera sistemática, ejercen las medidas coactivas. Siendo así, invalidados de ejercer libremente el justo derecho de trabajar honestamente y de vivir dentro de una casa –a lo que aspiran todas las personas en cualquier región del globo, por incivilizada e inculta que sea esa región. Comprendemos que la única solución posible está en abandonar nuestro país, en procura de este medio de subsistencia a que toda persona tiene derecho en todas partes del mundo. Con esta misma fecha hemos dirigido solicitud de pasaportes para todos los miembros de nuestra familia. Amparándonos en el artículo 10 de nuestra constitución, que consagra la libertad de tránsito, esperamos que dichos Pasaportes nos sean concedidos a la mayor brevedad posible, derecho que demanda respetuosamente una familia sin otro patrimonio que su ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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dignidad y sin otro ideal que vivir la vida dentro de los principios que esa dignidad establece. Respetuosamente, Carmen Natalia Martínez Bonilla Ciudad Trujillo, Republica Dominicana Febrero 28 de 1947.

[CARTA II] Núm. 6159 Distrito de Santo Domingo 06 de marzo de 1947

Ciudad Trujillo

Srta. Carmen Natalia Martínez Bonilla, Ciudad.Señorita: Cúmplame avisarle recibo de su carta del 28 de febrero último, dirigida al Excelentísimo señor Presidente de la República. Deseo significarle, en respuesta, que no elevaré a la consideración del señor Presidente su carta porque ella se contrae a asuntos con los cuales nada tiene que ver el Primer Magistrado. En efecto; Es a los jefes de las oficinas privadas y a los directores de las escuelas particulares respectivas, y a lo sumo, a l Secretario de Estado del Trabajo y Economía Nacional y al Secretario de Estado de Educación y Bellas Artes, a quienes usted ha debido dirigirse con respecto a las cesantías que usted menciona. Es asunto de usted y su casero, en el cual a lo sumo debe intervenir el Control de Alquileres, el que usted expone en ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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relación con la notificación que usted dice que le han anunciado el señor José Elmúdesi. Es al Secretario de Estado de Relaciones Exteriores a quien usted ha debido dirigirse para lo relativo a los pasaportes que usted indica. Finalmente deseo decirle que, contrariamente a lo que usted expresa, no se considera (ni ha sido objeto de consideración alguna) que su familia sea estorbo para el Gobierno, pues, valga el ejemplo, hasta las propias autoridades policiales se desentendieron de la denuncia que se les hizo de que el padre de usted, valiéndose de su posición en la compañía Dominicana de Teléfonos, se daba a la tarea de interceptar las conversaciones telefónicas de los más altos funcionarios del Estado. Atentamente, Firmado: Telesforo R. Calderón, Secretario Particular del Presidente de la República.

[CARTA III] Señor Lic. Arturo Despradel, Secretario de Estado de Relaciones Exteriores, Ciudad.Señor Secretario: Con fecha 28 del pasado mes de febrero solicitamos a la División de Pasaportes, adscrita a esa Secretaría de Estado, pasaportes para: Andrés Martínez Aybar, Carmen Julia Bonilla de ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Martínez, José Antonio, Carmen Julia, Andrés Martínez Bonilla, y para quien suscribe la presente. Por recomendación del señor Telesforo R. Calderón, Secretario Particular del Presidente de la Republica, y en vista de que hasta esta fecha no hemos recibido ningún aviso de la División de Pasaportes, a pesar de haber transcurrido ya diez días; me dirijo a usted en su calidad de Secretario de ese ramo, para solicitarle que tome las providencias del caso, a fin de que nos sean concedidos los pasaportes a la mayor brevedad posible. Hago alusión al Artículo 10 de nuestra Constitución, que consagra de manera inequívoca la libertad de tránsito, derecho que invocamos como ciudadanos honestos y respetuosos de nuestras leyes, con la esperanza de que esas leyes sean respetadas también por las autoridades encargadas de dar justo cumplimiento a nuestra solicitud. Atentamente, Carmen Natalia Martínez Bonilla Ciudad Trujillo, R.D. Marzo 10, 1947.

[CARTA IV] Señor Telesforo R. Calderón Secretario Particular del Presidente de la República, Ciudad.Señor: Para mí no ha constituido ninguna sorpresa su oficio de fecha 6 de este mes de marzo, en contestación a mi carta del 28 ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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de febrero pasado dirigida al señor presidente de la Republica. Desde luego, yo sabía que la responsabilidad de los hechos que yo denunciaba sería evadida, y que se me contestaría con una pieza de correspondencia que sirviera para formar parte del expediente relativo a nuestro caso. Aunque no dudo que sus atribuciones como Secretario particular del presidente de la República sean muy amplias, no cabe suponer, claro, que ellas facultan a usted para interceptar la correspondencia que le es dirigida. De ser así, es decir, en el caso de haber sido usted quien, por su propia iniciativa, hubiese dado contestación a mi carta, hubiera incurrido en el error de perder de vista una de las más estrictas obligaciones del Presidente de la Republica: la de “cuidar de la fiel ejecución de las leyes”, tal como lo expresa muy claramente nuestra Constitución. En efecto, y a pesar de su afirmación contraria, el Primer Magistrado sí tiene que ver con los asuntos a los cuales se contrae mi carta, porque esos asuntos se refieren a los altos funcionarios de su gobierno de su partido y se refieren, precisamente, para denunciar una manifiesta violación a las leyes por parte de esos funcionarios. Su recomendación de que me dirija a los Jefes de las oficinas y a los directores de las escuelas correspondientes, con relación a los despidos de mi padre, mis hermanos y mío, sería procedentes si esos jefes de oficina y esos directores de escuela hubieran actuado por resolución propia y no presionados –como lo han sido– por altos funcionarios del gobierno, de manera muy señalada el propio Secretario de Estado de la Presidencia, señor R. Paíno Pichardo. Asimismo, se justificaría que me dirigiera al señor José Elmúdesi, nuestro casero, si la notificación de desalojo que nos ha anunciado la hiciese por determinación propia y no presionado –como lo ha sido– por el señor Virgilio Álvarez Pina, Presidente de la Junta Central Directiva del Partido Dominicano, partido del cual el señor Presidente es, precisamente, Jefe Supremo. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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En lo que toca a la denuncia de que mi padre interceptaba las conversaciones telefónicas de los más altos funcionarios del Estado, si las autoridades policiales se han desentendido, ha sido necesariamente por la falta absoluta de veracidad de esa denuncia. Finalmente, deseo expresar a usted que, para lo relativo a los Pasaportes que hemos solicitado, con esta misma fecha estoy dirigiéndome al Secretario de Estado de Relaciones Exteriores, aunque tanto usted como yo sabemos que no es este sino el propio Presidente de la República, quien decide a cuales personas se les permitirá salir del territorio dominicano. Esta es la única razón que me indujo a dirigirme al señor Presidente para exponerle, con absoluta claridad, todos los motivos que nos compelen a abandonar nuestro país. Atentamente, Carmen Natalia Martínez Bonilla Ciudad Trujillo, R.D. Marzo 10, 1947.

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Mensaje de Abigaíl Mejía a las mujeres haitianas “Doña Abigaíl Mejía de Fernández, el 19 de febrero de 1934, invitó a las mujeres representativas de la Republica de Haití, y se dirigió a la Abogada Madeline G. Silvain, para que formaran “La Liga Feminista Haitiana.”2 Carmen Lara Fernández

Relaciones Exteriores de “La Acción Feminista Dominicana”

La “Acción Feminista Dominicana” extendió su radio de acción a otros continentes y se relacionó con la Liga para los Derechos de la Mujer y el Niño de Buenos Aires; la Alianza Uruguaya para el Sufragio Femenino, de Montevideo; el Ateneo Femenino de Conchelamba, Bolivia; Mrs. Gordon Ireclands, Secretaria Ejecutiva de Higiene Mental, New Haven, Connecticut; Mrs. Jessie G. Smeth, Washington; Leonor Serrado, escritora y educadora de Barcelona; Dr. Baltazar Brun, Presidente del Uruguay, autor del libro; “Los Derechos de la Mujer”; Dra. Margarita Sanger, New York; Mrs. Dora Russell, Londres; Alianza Nacional Feminista, de Cuba; Consejo Nacional de Mujeres Francesas en París; Consejo Nacional de Mujeres Portuguesas, Lisboa; Consejo Nacional de Mujeres de Bélgica, Bruselas; Liga Pro-Paz; Patria de Damas Italianas, Roma; Liga de Mujeres Ibéricas e Hispano-Americanas, Madrid. Doña Abigaíl Mejía de Fernández, el 19 de febrero de 1934, invitó a las mujeres representativas de la Republica de Haití, y se dirigió a la Abogada Madeline G. Silvain, para que formaran “La Liga Feminista Haitiana”. En marzo envió por radio, en nombre de la A.F.D. el siguiente mensaje a las mujeres de Haití:

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Ecos reproduce el presente texto por considerarlo de gran valor para conocer las posiciones de las pioneras del feminismo dominicano con respecto a las mujeres haitianas. Este documento fue publicado recientemente en el libro Cien años de feminismos dominicanos, Tomo II. (Compiladoras) Ginetta. E.B. Candelario, Elizabeth S. Manley y April J. Mayes, Santo Domingo: Editora Centenario, S. R. L. 2016, pp. 616-618. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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“Escuchad hermanas mías de ese Haití que adivinamos dulce y encantador como un poema, escondido entre montañas verdes y pintorescas, escuchad este mensaje de amistad y de confraternidad que os enviamos a través de estas fronteras que ya no pueden separarnos después de la cordial entrevista de los presidentes de nuestras dos Repúblicas en Juana Méndez, vuestro presidente feminista. En nombre de las mujeres unidas bajo la bandera de la “Acción Feminista Dominicana”, de todo corazón os enviamos un abrazo con mis palabras, quizás mal pronunciadas, enviadas por medio de la maravilla del Radio, que une los continentes, que no puede sino reafirmar las amistades entre los que habitan la misma isla. Hace tres años que esta misma humilde voz que se dirige a vosotras hoy en medio de la noche serena, se dirigió también a las mujeres de nuestro país en un mensaje previo lanzado en pleno día a los cuatro vientos de nuestra República invitando a formar la “Acción Feminista Dominicana”. Yo les decía entonces en español: “Despierta, mujer de nuestra tierra”. Es preciso que tú unas tus esfuerzos a los esfuerzos de las mujeres de otras islas y continentes. No podemos ser indiferentes a las señales de los tiempos cuando vemos que en otras partes, las mujeres cambiaron sus mentidas alas de ángel tan poco protegidas, ay… por las reales alas de aviadoras, para así volar igual que el hombre, hacia el porvenir y el progreso. No queremos luchar con el hombre, sino solamente tomar nuestro lugar a su lado y reclamar nuestros derechos, no los derechos del hombre, sino los derechos de la mujer, los que refieren a su madre, a su hermana, a su hija, que él olvida”. Esas mismas palabras, hermanas de Haití, las lanzo hoy a vosotras, a través del espacio, para invitaros a unirnos y formar, con Madame Madeline Silvain y otras que en Puerto Príncipe respondieron ya a mi llamamiento cordial, una Asociación Feminista Haitiana, que podrá un día mirar como nosotras, hacia el porvenir, llenas de esperanzas… ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


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Hace tres años se reían de nosotras al comenzar la lucha. Pero después de un discurso memorable pronunciado por el Honorable Presidente de la República, Rafael Leonidas Trujillo Molina, en el Ateneo Dominicano, la misma noche después de nuestra primera Asamblea anual, discurso en el cual el Presidente declaró que “miraba con simpatía profunda este movimiento de reivindicación feminista y reconocía que podía irse considerando la necesidad de darnos derechos políticos, reclamados por nosotras para ser ciudadanas”. En este momento ya no hay burlas y hasta se oye hablar de nuestro ideal y nuestra causa con respeto. El Presidente Trujillo ha dado recientemente un Decreto para concedernos un Voto de Ensayo para poder seguidamente acordárnoslo de modo definitivo en un futuro no lejano, quizás en este mismo año, si las mujeres corresponden a nuestros deseos de ser verdaderas ciudadanas. Hermanas de Haití: Después de una gloriosa Revolución Francesa, cuando las mujeres subían al cadalso, con el mismo valor heroico que sus padres y sus hermanos, el mundo reconoció solo los Derechos del Hombre. Se olvidaron, como de costumbre, de nuestro sexo. No es por una revolución ahora, sino por la evolución de la humanidad, como conseguiremos nuestros derechos, los olvidados Derechos de la Mujer, pero hay que luchar para conseguirlos. Luchad, pues, que el triunfo será vuestro en el porvenir. La “Acción Feminista Dominicana” os lo desea de todo corazón. Tomado de Historia del Feminismo en la República Dominicana, 1946.

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Expositoras y expositores de la Segunda Jornada histórico-cultural “Mujeres de nuestra historia”, organizada por la Escuela de Historia y Antropología de la UASD, el 10 de abril 2013.

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Normas editoriales revista ECOS La Misión del Instituto de Historia es “Fomentar y desarrollar la investigación histórica a nivel nacional e internacional, con una visión humanística que contribuya al perfeccionamiento de la enseñanza en los valores que establece la Universidad, logrando desarrollar una conciencia histórica crítica en la sociedad dominicana”. Desde el 1993, el Instituto de Historia cuenta con la revista Ecos, como canal idóneo para difundir la investigación histórica. Esta publicación está indexada por LATINDEX desde el 2013. 1) La revista Ecos publica artículos de investigación y ensayos historiográficos sobre todos los ámbitos de la historia dominicana y, ocasionalmente, del Caribe. 2) Los autores se comprometen a enviar artículos originales que no hayan sido publicados con anterioridad, ni estén siendo considerados en otras publicaciones. 3) Tanto los artículos de investigación como los ensayos serán valorados por dos evaluadores pares, mediante un sistema doble ciego (anónimo tanto para el evaluador como para el autor del texto). 4) La revista se compromete a adoptar una decisión sobre la publicación de originales en el plazo de tres meses. Se reserva el derecho de publicación por un plazo de un año, acomodando la aparición del texto a las necesidades de la revista. 5) Los autores remitirán su texto a la dirección institucional de la revista o del Instituto de Historia en soporte informático a revistaecosih@uasd.edu.do en programa Word o similar. Igualmente enviarán un resumen que no sobrepase las 150 palabras en español e inglés; más cinco palabras claves, y una breve nota curricular, que no debe superar las 100 palabras. 6) Los trabajos enviados para su publicación pueden tener un tope máximo de 35 páginas, a espacio y medio, en letra Times New Roman, o su equivalencia a unas 14,000 palabras. Las reseñas de libros y testimonios pueden tener una extensión de 5 a 8 páginas o su equivalente a unas 800 palabras. 7) Las referencias van al pie de página, según los criterios del estilo Chicago 16. 8) Las tablas y gráficas, cuando existan, serán colocadas al final del artículo debidamente numeradas y tituladas. 9) La bibliografía incluirá únicamente los/as autores/as citados/ as en el texto, será colocada al final del artículo y seguirá el estilo Chicago 16. La revista ECOS es gratuita y se distribuye a nivel nacional. Los articulistas reciben cinco ejemplares. ECOS, Año xxiv, Vol. 1, Nº 14, Enero-junio 2017


Esta revista ECOS, órgano del Instituto de Historia de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Año XXIV, Vol. 1, No. 14, “Mujeres dominicanas en la lucha social”, Enero-junio de 2017, consta de una tirada de mil ejemplares y fue impresa en el mes de agosto del año 2017 en los talleres gráficos de Editora Búho, S.R.L., Santo Domingo, República Dominicana.



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