El Urbano edición 239, febrero de 2021

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Falleció Pablo Bertero, el speaker de la historia de la ciudad El reconocido animador e historiador baigorriense falleció a los 93 años. Todo una vida al servicio de la memoria de Baigorria Lic. Hugo Cravero ugo@elurbanodigital.com Este jueves 28 enero, luego de una breve enfermedad, falleció a los 93 años Pablo Bertero, reconocido en la ciudad por sus aportes a la reconstrucción histórica de Baigorria y sus participaciones en la conducción de eventos sociales y populares en la ciudad desde la década del 50' hasta los 90'. Pablo llegó a Paganini, junto a su familia, el 4 de noviembre de 1944, como lo supo contar a El Urbano en una nota publicada en diciembre de 2015. Bertero tenía 17 años al llegar y había nacido, el 29 de junio de 1927, mismo día del patrono de Baigorria, en un campo entre Totoras y Salto Grande. "Mi papá, que trabajaba en las chacras, no tenía mucho trabajo. Entonces decidió dejar las chacras y venirse a Paganini, porque tenía un pariente que se había venido a vivir acá a trabajar a la Celulosa y le dijo que se venga que acá había trabajo en las quintas. Acá había frutales, viñas, quintas de verduras y frutas. Por esa época todo era todo rural", contó en dicha entrevista. La familia Bertero se alojó en lo que era el molino harinero de Monserrat, que estaba en el actual barrio San Miguel. "Vivimos 3 o 4 meses allí, hasta que nos mudamos a una casa", comentó a este medio Pablo. El hombre, que ya en los años 80' comenzó a escribir parte de la historia local, trabajó en varios lugares desde que llegó a Paganini. "Al principio trabajé en el aserradero de Marigó y después con mi hermano entramos en Secco. Luego entro a trabajar en el ferrocarril, pero al tiempo dejé

todo y comencé a trabajar de viajante. Estuve 33 años de viajante, hasta que dejé de viajar y me metí en el municipio 10 años hasta que me jubilé". En forma paralela a sus diversos trabajos, Pablo inició una carrera que lo llevó a ser reconocido por el pequeño pueblo. Fue el locutor de cuantas fiestas había en Paganini, y luego Granadero Baigorria. "Fue en el club Alumni, una fiesta me dijeron si me animaba a presentar los espectáculos y dije que sí. Luego siempre fui yo el presentador. Eso por 1948", comentó Bertero en la última nota dada a un medio local, una entrevista en formato video brindada a este portal. Luego su carrera como speaker se multiplicó por clubes de la zona y en 1951 se sumó a la troupe de la Wilson Jazz, la orquesta que dirigía Manuel Hortal. Justo en una actuación con la Wilson fue que conoció a su esposa en un baile en San Genaro. Con ella se casó en el 53' y tuvo sus dos hijos. Pablo además tenía 6 nietos y 6 biznietos. El momento de esplendor de su carrera como animador fue en los carnavales que se realizaron en Granadero Baigorria a finales de la década del 60'. El mismo Pablo lo contó en la nota mencionada: "Los carnavales me tuvieron de speaker. El tema fue así. Un día estaba “Coco” López, un vecino muy comprometido con la ciudad, en un bar trabajando por el tema de los carnavales y me ofrece ser el locutor, para colaborar, porque plata no había. En barrio Paraíso vivía un tipo que traía artistas y nos ofreció algunos números artísticos baratos, pero de nombre nacional y probamos. La primera noche nos fue muy bien,

había como 3000 mil personas. Fue en el 67' y cada noche fue más grande. El primer año estuve yo sólo en el escenario, luego me acompañaron otros, como el “Negro” Moyano Vargas. Por el escenario pasaron grandes artistas. Palito Ortega, Estela Raval, Sandro, Serrat, Simoné, Víctor Manuel, Calabró, Jorge Porcel, Horacio Guaraní, Hugo del Carril, Los Plateros, que estaban de gira y vinieron a Baigorria. Sé que hubo 100 artistas en los 5 años que duraron los corsos, había 15 mil personas. Fue un éxito total. Con la llegada de las revistas locales a principio de los años 90', Pablo comenzó a publicar notas que ya venía escribiendo sobre la historia de la ciudad. "Empecé a escribir mucho sobre lo que yo viví en Baigorria en la revista de Jorge Gómez, Baigorria Hoy. Escribí por ejemplo que donde hoy está la plaza de San Miguel se sem-

braba trigo, que mi papá trabajó para Eduardo Orsetti que vivía donde está hoy el juzgado. Mucho he escrito de lo que he vivido en la ciudad". Bertero también publicó en La Puerta y Acuarela. Otro dato que no hay que dejar pasar es que Pablo fue un activo partícipe de la vida social de Baigorria. Fue parte de la primera comisión que formó la Caja de Ahorro de la ciudad, hoy Banco Credicoop. A su vez también, junto a Raúl Zavattero, otro historiador local, y Carmelo De Ninis fundó la Asociación Italiana de

Granadero Baigorria. Asimismo su pasión por el automovilismo lo hizo ser parte de los vecinos que acompañaron a Oscar Popy Larrauri por las Limitadas Santafesinas desde 1974 hasta el 79'. En los últimos años Pablo Bertero había dejado de escribir, pero siguió con una mente lúcida recordando la ciudad que amaba profundamente. Este medio se ha nutrido de él para contar la historia baigorriense a lectores y vecinos, ávido de saber de dónde se viene para saber a dónde se va.

El Urbano N° 239

AÑO XXII

24 de febrero de 2021 Director Lic. Hugo Cravero Colaboran: Mario Lozza, Raúl Zavattero, Marcelo Ontivero Fundado el 20 de agosto de 1999 ugo@elurbanodigital.com 3413752903


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Lic. Hugo Cravero ugo@elurbanodigital.com

guel, de Orsetti al 1300, de un infarto. Tenía 62 años.

El jefe había organizado un asado para el martes 12 de agosto al mediodía en su quincho, allá en el fondo, Orsetti al fondo, donde se resolvían los conflictos o se acumulaban. Las internas en la Municipalidad, en las primeras líneas del poder, eran insostenibles, y el Gringo lo sabía. También comprendía que ya no tenía las mismas fuerzas que otros años donde un sólo gesto ordenaba los tantos y santo remedio. Por eso el almuerzo. Reunir a los bandos internistas, uno constituido por las abogadas que llevaban agua para su molino, y el otro por los más militantes y territoriales, que también hacían sus diferencias a espaldas del hombre que los había llevado hasta allí. El intendente estaba agotado y enfermo, pero igualmente no bajaba los brazos. El encuentro era urgente, sólo faltaban 40 días para las elecciones de 2003 que lo proyectaban ganador para su cuarto mandato, y se necesitaba aceitar temas de la gestión y de la campaña. Con él estaban los más cercanos en el quincho del fondo del fondo. Su estrechísimo grupo de colaboradores, que lo asistían política y humanamente de a sol a sol. La cita era en un horario estricto, de puntualidad inglesa, como le gustaba al mandatario. A la hora señalada los comensales de cada lado de la disputa no habían llegado. En esa mesa casi vacía, el hombre que supo de triunfos nunca antes vistos en el paisaje baigorriense, se sintió derrotado por la infantil polémica que lejos estaba de esa ciudad que supo soñar. Dio la orden de servir el asado, meditó los hechos al fuego lento de un cigarrillo negro, terminó su porción de costilla, apuró el vaso de cerveza y se fue a dormir la siesta. - Si llegan a venir díganle que se vayan, que me fui a dormir - dijo y se retiró a su habitación. El jueves siguiente, el 14 de agosto de 2003, Humberto Luis Sdrigotti intendente por tres periodos moría, en su casa de San Mi-

Humberto nació en Rosario, en barrio Belgrano. Su familia ya se ocupaba de la construcción de nichos y parcelas en el cementerio La Piedad, por eso el laburo de albañil lo atravesó toda su vida. Lector feroz y de gran inteligencia, de niño se notó que estaba adelantado de manera natural de los demás jóvenes de su edad. - Avanzó rápidamente en la escuela. Las maestras lo hacían pasar de grado con rapidez, por eso a los 15 ya estaba el 5° año de la secundaria - contó Analía Sdrigotti, única hija del que fuera el intendente de mayores logros electorales aun hoy no repetidos. Los Sdrigotti eran de clase media trabajadora. Humberto era el único hijo varón. Tenía dos hermanas, una mayor por unos años, Sara, y otra, Esther, que nació cuando él tenía 18. Sus padres esperaban mucho del muchacho, pero un hecho que no se entendió por entonces, más se comprendió después, le cambió la vida. A meses de terminar los estudios secundarios y convertirse en Maestro Mayor de Obras, el adolescente, con sólo 16 años, dejó la escuela y se vino a trabajar al cementerio de Baigorria al oficio que conocía desde la cuna. - Mi abuela siempre le reprochó la determinación de dejar los estudios, pero él sabía que tenía que ayudar en la casa con dinero. Su hermana mayor estaba enferma, mi abuelo no podía con todo, y él tomo la responsabilidad de aportar y solventar los gastos - dijo Analía. De a poco Humberto fue creciendo en su labor. La llegada de Esther, el fallecimiento prematuro de Sara, la muerte temprana de su madre, la viudez de su padre enfermo, su matrimonio con Pepi a la vuelta de la colimba en 1964, fue el cúmulo de hechos que lo hizo poner al frente de todo. Su casa de Belgrano al 200 era el centro. Pepi, joven y veintiañera, se hizo cargo de la economía familiar y él solventó todo desde su trabajo en el cementerio local.

En los 70' Sdrigotti ya era un hombre adinerado. Militante peronista desde siempre durante la dictadura tuvo que sufrir la persecución. - No la pasó mal, pero si había autos que lo seguían, o nos vigilaban la casa - comentó Analía. Humberto se hizo peronista y es literal. - Estudió al peronismo, porque su padre le decía que había un antes y después desde la llegada de Perón. Leyó todo lo que pudo de Juan Perón, su vida, sus pensamientos. Él decía que el peronismo tiene una doctrina, similar a la doctrina social de la iglesia – dijo Pepi, la mujer que se enamoró de Humberto a sus 15 años, una historia de amor y compromiso que llega hasta hoy cuando no contiene el llanto recordando al hombre con quien vivió y sufrió, y supo crear una familia. Humberto ya era un referente en la vida social de Baigorria a principio de los 80', por eso cuando se supo que se volvía a la democracia, compañeros del peronismo, entre ellos el recordado abogado Esteban Jurado, lo fueron a buscar para que participe de las elecciones internas del Partido Justicialista. - Vino un día y me dijo: “Nosotros ya estamos bien, tenemos todo, no nos falta nada. Es hora de dar algo por mí ciudad que me dio lo que soy y lo que somos”. Y así se metió en la política – recuerda Pepi cuando la decisión meditada del Gringo fue anunciada primero y llevada a cabo después. Pero para que se entienda esta parte de la historia retrocedamos unos años. En 1975 la legislatura santafesina, avalándose en el censo de 1971, daba el estatus de ciudad a Granadero Baigorria. El 1° de enero del 76', por decreto del gobernador Carlos Silvestre Begnis, el presidente comunal Juan Clodomiro “Piruqui” Acosta, era nombrado intendente de la ciudad. Las elecciones de ese año iban a conformar el primer Concejo deliberante local, pero el golpe de Estado asesino del 24 de marzo lo impidió. Las elecciones de 1983 eran especiales porque se elegía el primer intendente y la primigenia le-

gislatura baigorriense. El peronismo venía herido, pues Piruqui que era un aliado natural del PJ de Granadero Baigorria, y había ganado en 73 con el apoyo de gran parte de la militancia peronista, esta vez iba sólo con Línea Popular. A su vez el partido estaba diezmado por la masacre hecha por los militares, que llenaron las cárceles de militantes sociales de izquierda y del campo nacional y popular, desapareciendo a los mejores cuadros políticos de esa generación. El peronismo local no estaba alejado de estos males. Y eso se vio en las internas. Humberto enfrentó a Eduardo García Vera, un docente que daba seguridad entre tanta turbulencia pero no llegaba al electorado profundamente peronista, a pesar que los llamados históricos lo acompañaban. Sdrigotti perdió la compulsa, y recién allí fue cuando José Horacio Monti, el radical que ya había gobernado la ciudad desde 1964 al 69', se candidateó por la lista 3. La amistad entre ambos dirigentes venía de antes, cuando el Gringo ya dirigía las cuadrillas en el cementerio y Monti era presidente de la comuna en los 60'. El apoyo a sotto voce de Humberto a su viejo amigo solidificó el triunfo de la Unión Cívica Radical baigorriense el 30 de octubre de 1983. La vuelta democrática y la primavera alfonsinista también se respiraba en Baigorria. El mayor expositor de esa movida era el secretario de Gobierno y Cultura de Horacio Monti, Alfredo Secondo, quien ya venía acompañando al viejo militante de la boina blanca desde sus inicios de gestión en la comuna. El Flaco era la verdadera máquina de aquella primera intendencia, pero la interna peronista ya estaba en manos de Humberto. En las elecciones de 1985, el PJ se impuso logrando renovar dos bancas en el Concejo, llegando al recinto uno de los futuros colaboradores de Sdrigotti, Alberto Bertero, quien le ganó al radical Dante Vignale. Del 85' al 87' llegar a la Municipalidad fue un trámite para el Gringo.

Esta vez las elecciones internas las ganó con comodidad a Eduardo García Vera, y junto a Raúl Zavattero, quien fue su primer candidato a concejal, Humberto Luis Sdrigotti se imponía por 3600 votos contra 2600 a su gran amigo José Monti. Ese domingo 8 de noviembre de 1987 no solamente ganaba el peronismo baigorriense después de casi 35 años en la ciudad, sino que nacía una mística y un concepto político. Comenzaba a gobernar el sdrigottismo. Antes de Humberto, Constantino José Secco había sido el último justicialista en ganar las elecciones ejecutivas en Baigorria. Su triunfo fue en 1952, en un pueblo que se destacaba en su identidad peronista, pues anteriormente su hermano, Juan F Secco, había sido presidente comunal por el partido de Perón desde el 46' al 52'. Tras el golpe Estado de 1955. y la proscripción los justicialistas pactaron con un sector del radicalismo. Los censurados se metieron en las hendijas del quiebre de los radicales, entre populares e intransigentes. Perón acordó con Arturo Frondizi para llegue a la presidencia en 1958. Ese arreglo entre perucas y radichetas llegó al pueblo de Granadero Baigorria y los justicialistas apoyaron la lista de los intransigentes. El líder peronista de entonces era Enrique “Coco” López, quien rosqueba los acuerdos. Coco era un militante natural, quien en los 60' se asoció con Sdrigotti en el negocio del arte funerario. López fue uno más en la familia Sdrigotti, vecino y padrino de Analía. Volviendo al 58' en la comuna los ganadores fueron los radicales populares, junto a Piruqui Acosta, pero en 1962 fueron los frondizistas los ganadores junto a Guillermo Falletti. Allí es cuando se suma a la gestión pública Alfredo Secondo, hijo de otro puntero justicialista de barrio San Fernando, Mateo Secondo. Falletti era un mecánico del pueblo. El hombre no quiso continuar en un segundo periodo, así que en

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Viene de página 3 1964 el candidato intransigente fue José Horacio Monti, un empresario vinculado a la bodega Camprot, hoy barrio Martín Fierro, y al mundo rural del pueblo. No hace falta aclarar que todo estos contubernios pasaron por las manos de Coco López. La relación entre Humberto y Monti nació allí, cuando en el 64' se mudó a Baigorria a trabajar a la necrópolis. Ese vínculo humano y político también lo entrelazó con Secondo, quien ya en los 80' se los vio enfrentado en eternas peleas públicas sobre el manejo del Municipio, pero discretamente su amistad nunca se cortó. - Mi papá lo eligió a Alfredo como enemigo político - dijo Analía a El Urbano. - Públicamente discutían, pero todo se acordaba. Humberto era un estratega único - confesó Andrés “Bocha” Tassile, yerno de Sdrigotti y concejal de ese espacio político en los 90'. - Era puntilloso. Pisaba sobre seguro. Él quería que el Flaco sea su oponente. Más de una vez pagó sus campañas electorales - agregó Tassile. La relación entre los radicales y el peronista eran cordiales. En 1987 cuando llegó a la intendencia Sdrigotti descubrió que había 2 años de coparticipación adelantada. - No había plata, ni un mango. Humberto lo sabía porque ya lo había hablado con Monti y Secondo apenas ganó las elecciones - dijo Tassile. - Así que hubo que apechugar y vivir de nuestros recursos - agregó. En 1988 con una Municipalidad en quebranto, sin recursos, Humberto puso dinero de su bolsillo para poner en funcionamiento el Estado. Desde la compra de insumos de librería hasta el combustible para que los camiones regadores o tractores estuvieran en las calles. Eran otros años, una ciudad sin servicios, con grandes baldíos, una mezcla de ruralidad y de ciudad en construcción. El país estaba al borde de caer en la hiperinflación y los saqueos, que aceleraron el final del gobierno de Raúl Alfonsín. En medio del caos el Gringo capitaneó la crisis como se pudo y el Municipio salió del desastre, comenzando un crecimiento nunca antes visto en Baigorria. Lo que hizo Humberto en su gestión desde 1990 hasta 1995 sólo se lo puede comparar, dimensionando tiempo y espacio, a los años 30' del siglo pasado cuando la comuna de Paganini hizo el nefasto acuerdo con la Zwi Migdal trayendo los burdeles de rufianes judíos a San Fernando y con esos recursos se pudo urba-

nizar barrio Centro y San Miguel; o a los 60' de Monti y Secondo cuando se pavimentaron las calles del Centro y Paraíso, junto a la Caja de Crédito; o, ya para los más contemporáneos, a la intendencia de Alejandro Ramos del 2007 al año 15', con el vendaval económico traído desde la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner . Con dineros propios, con el ahorro estratégico del Gringo se iniciaron las obras de asfalto en San Miguel, Haras, Paraíso, Los Naranjos, Correo y Los Pinos, sin costo al vecino. En ese lustro sdrigottista, con la Municipalidad saneada, se vio la clara idea que tenía entre ceja y ceja Humberto para la ciudad. - Quiero una ciudad adentro de un parque. Quiero que Baigorria sea verde, arbolada, segura, en convivencia con el río. Una ciudad digna de ser vivida - dijo Sdrigotti a éste periodista en 1999 cuando se jugaba su tercer mandato. Ese concepto se vio en sus dos primeros gobiernos. Él fue el que pensó, junto al actual intendente Adrián Maglia, quien por entonces era su secretario de Servicios Públicos, la forestación integral en barrios donde no había arbolado. El ordenamiento y cuidado de los plátanos históricos de barrio Centro también es marca de Humberto, quien dejo que se elevaran para que hoy den esa frondosa sombra única. Otro hito de Humberto fue la iluminación. Hasta entonces, en los años 80', el alumbrado público era cada cien metros, con lámparas que colgaban de bombillas pendulares e indefensas a tormentas y vientos. La gestión sdrigottista cambió todos los cableados y equipos por faroles modernos, con columnas bajas construidas en su totalidad en el corralón municipal. Eran años vertiginosos, donde el peronismo no paraba de ganar. Retener la intendencia en el 91' fue simple. El Concejo era manejado por el oficialismo. El sdrigottismo gozaba de muy buena salud, pero un error táctico y comunicacional hizo detener al Gringo. La obra de cloacas, un mega proyecto que llevaría la red a cada vecino a un costo relativamente alto, malentonó a la oposición, mucha de la que el mismo Sdrigotti colaboró para crear, y a los programas periodísticos de las primitivas radios de FM de la ciudad. En 1995, su eterno rival, Alfredo Secondo le arrebataría la intendencia, aliándose con otros peronistas y el vecinalismo, por menos de 50 votos. - Perder me causó dolor. Estaba cansado. Pensé que se había terminado mi vida política, que todo lo que podía dar para Baigorria ya había culminado, pero los compa-

ñeros me vinieron a buscar y acá estoy – dijo en declaraciones radiales Humberto en 1997 cuando volvió a enfrentarse en elecciones, pero esta vez de concejal. Fue la contienda con mayor caudal votos de todas sus postulaciones. Su vuelta al ruedo le fue fácil desde lo electoral, pues el mandato de Secondo venía en caída libre, las obras se habían detenido, la crisis neoliberal estaba por estallar y el país sucumbía una vez más en la desocupación y la miseria. Ahora desde la salud se le veía desmejorado, avejentado. Pero igual puso en marcha su regreso a Chacabuco 1050 desde su escaño. Su presencia en el Concejo era poderosa e intimidante. En 1998 la ciudad volvió a temblar políticamente. La ordenanza 1420, llamada ordenanza Shopping, dejaba, en resumida cuenta, la posibilidad de desalojar todo el Remanso Valerio, para suplantar el barrio pesquero por un hípermercado y futuros emprendimientos inmobiliarios. Humberto no sólo se opuso y se sumó al reclamo de los comerciantes y vecinos de la ciudad, sino que en la sesión que se votó la ordenanza, en plena discusión del tema, Sdrigotti sufrió un ataque cardíaco. Fue el primero, que anticipó su final cinco años después. En 1999 Humberto volvió al Municipio. Le había ganado a Secondo en las elecciones del 22 de agosto de ese año, y como en el 87' encontró al Estado comunal desbastado. A diferencia de su primer gobierno, esta vez no pudo avanzar en su plan de obras. No sólo la ciudad era otra, el país era otro. En 1987 la ciudad tenía menos población y barrios, pero en 99', en el umbral de la catástrofe neoliberal, la desocupación era galopante, el hambre real golpeaba a las barriadas pobres, y la nueva gestión sdrigottista tenía que atender esos reclamos inmediatos. Los nuevos desafíos hallaron al Gringo en la encrucijada de llegar a pagar los sueldos a los empleados y asistir a los caídos del sistema. A pesar de todo, y en especial por su delicado estado de salud, sumado a la interna en las facciones de gobierno, Humberto pudo enderezar el barco en lo económico y realizar algunas obras en la ciudad, pero fundamentalmente brindar servicios a la ciudadanía. - La gente la pasa mal. No tiene laburo. Por lo menos le queremos dar un servicio público digno – comentó en una entrevista a éste periódico en el año 2000. En el 2001, en país saquedo por la peor versión capitalista, la Alianza de Fernando de la Rúa

estaba liquidada. En medio del “Que se vayan todos”, Humberto perdió las elecciones de medio término, pero no ese resultado no hizo sufrir a su gobierno. Se lo veía cansado cuando iba al Municipio. No era igual al Humberto de finales de los 80', principio de los 90', cuando gobernaba desde su despacho con las ventanas abiertas, a la vista del vecino que pasaba por la plaza 9 de julio. Eran otros tiempos de grandes problemas económicos, políticos y personales. Pero seguía firme a cargo de la intendencia. En el 2003 había rumores sobre su salud. Su presencia en el edificio municipal era casi nula. Ya no se lo veía a cualquier hora del día, en cualquier barrio, inspeccionando en personas trabajos y obras. Ya hacía mucho que no estaba a las 6 de la mañana en el corralón, “visitando a los muchachos”, como decía, en un claro posicionamiento que en esa camaradería habitaba su capacidad de controlar a holgazanes y vivillos. A pesar de idas y vueltas, a mitad de ese año se supo que iba por un cuarto mandato, contra dos pesos pesados del radicalismo local: su rival consuetudinario Alfredo Secondo y Betty Zappalá, la mujer que rompió con el secondismo con la idea de ir por todo desde la honestidad y el trabajo. No había encuesta que no asegurara que Humberto iba a ganar las elecciones del año 3'. Todo estaba dado para que eso pase, había logrado que el peronismo trabajara unido y la división entre Betty y Alfredo también lo potenciaba. Sólo había dos motivos que lo desvelaban. El quiebre dentro de sus filas y su corazón maltrecho. Irónicamente los dos motivos le apagaron la vida. En el club Paraíso, una vez al mes, todos se reunían para comer en familia. Los Sdrigotti estaban en esa mesa, pero también eran partícipes del invite los Secondo, los Monti, Coco López con sus hijas y su esposa, entre otros tantos que se sumaban a ese encuentro que traspasa los límites de los afectos. En esos cónclaves todos aportaban ideas para la ciudad. Todavía Analía recuerda con melancolía aquellas reuniones de mesas amplias y tardes de juegos entre amigos que aun conserva. Allí se aferró la relación de Humberto con Monti, y con Alfredo Secondo. Ahí en el club de Corrientes y Estrada se tejieron estrategias y proyectos para Granadero Baigorria. Es que más allá de colores partidarios y rivalidades en los sufragios, esos hombres sabían que las diferencias de

criterios eran quebrantables ante el amor profundo a la ciudad. Fue ahí donde se formó el Humberto Luis Sdrigotti político. El estadista. El gran intendente baigorriense. En una de esas jornadas, cuando el golpe de Estado de la Junta Militar a cargo de Jorge Rafael Videla era casi un hecho predecible, el director del Hogar Escuela, Oscar Noreña, que se reunía en las tertulias comentadas párrafos antes, le confió a Sdrigotti de la bravura de lo que se venía, de las penurias que se vivirían en la Argentina. De manera decidida, el docente le encomendó a Humberto la placa fundacional del edificio emblema del peronismo y su historia. En resguardo la reliquia quedó en el galpón de Sdrigotti, cuidada y, en muchos casos, venerada por su obra y legado. Humberto había escuchado el editorial de éste periodista insolente y juvenil. Era un julio helado del 99' y el edil estaba en la puerta del Concejo con una camiseta blanca escote en V y de mangas largas. En su mano derecha tenía una carpeta amarillenta llena de papeles impresos y en la otra su compañero cotidiano, un Parliament negro encendido y a medio terminar. - Por qué dijiste eso en la radio. Mirá que te escuchamos con los muchachos – dijo Humberto con un dejo de reproche y de chanza a éste escritor. - Charlemos del tema – remató con una gesto paternal imborrable. En medio de ese contexto la temática del debate político radial se escapa del relato de ésta crónica. Sólo vale decir que ese inmenso ser humano, quien ya se perfilaba para su vuelta victoriosa al Municipio de Baigorria, detenía su andar para dar una explicación por más pequeña que fuera. - Sos malo Huguito – dijo en un modo casi cómico. - Si sabés que te quiero mucho – finalizó su diálogo y se fue lentamente, gigante y eterno.


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"El costo del boleto no puede ser un impedimento para que un chico vaya a la escuela" El intendente de Granadero Baigorria, Ing. Adrián Maglia, participó en Rosario del lanzamiento realizado por el Gobernador Omar Perotti. “La posibilidad que le estamos dando a los estudiantes, de movilizarse gratis, es un hecho histórico que permitirá que miles de jóvenes puedan formarse”, dijo el mandatario Este jueves 18 por la tarde, el gobernador Omar Perotti presentó el Boleto Educativo Gratuito, una iniciativa que tiene por objetivo asegurar la asistencia de estudiantes, docentes y asistentes escolares a todos los establecimientos educativos, eliminando así una potencial barrera de acceso a la educación. La inversión asciende a 4.500 millones de pesos que beneficiarán a 500 mil usuarios, entre docentes, alumnos y auxiliares. De la presentación participaron intendentes y dirigentes de toda

la región, entre ellos el Ing. Adrián Maglia. “El gobernador fue claro y pidió que ningún chico quede afuera. El costo del boleto no puede ser un impedimento para acceder a la educación”, dijo. Alcances del anuncio Con el Boleto Educativo Gratuito serán beneficiados alumnos de nivel inicial, primario, secundario, terciario y universitario. También incluye a docentes y auxiliares de establecimientos educativos que son reconocidos por el Ministerio

de Educación. La iniciativa propone costear dos boletos diarios en líneas urbanas o interurbanas si la distancia entre el domicilio y el establecimiento educativo es menor a 60 kilómetros. En el caso de que el recorrido sea mayor, se cubrirán dos boletos al mes. El Boleto Educativo Gratuito entrará en vigencia a partir de la reanudación del presente ciclo lectivo, el 15 de marzo. Sólo podrá utilizarse en los servicios de las empresas provinciales y municipales que cubran trayectos dentro de la provincia de Santa Fe.

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Ayudar, capacitar y sostener en la pandemia El Partido Justicialista de Granadero Baigorria inició un año de trabajo que, pese a la pandemia, nunca se detuvo aún en 2020 El histórico local partidario de Moreno 68 está abierto para todo público, todos todos los días. En sus instalaciones se realizaron durante 2020 decenas de cursos y capacitaciones, destacándose los seminarios de cuidados veterinarios en casa, los talleres de huerta y diferentes capacitaciones. A esas acciones, realizadas con los protocolos correspondientes, su sumó una incesante tarea de asistencia alimentaria a vecinos de la ciudad. El curso de Salud Animal, abierto y gratuito, fue de los más exitosos y decenas de vecinos de la ciudad lo realizaron, obteniendo además de los conocimientos un certificado de carácter oficial. A ese curso se sumó entre otros servicios más buscados la Oficina de Asesoría

Letrada y los talleres de Huerta en Casa. De 9 a 13 horas, el espacio funciona de lunes a viernes y en ese lapso de tiempo de alcanza a atender a decenas de personas. Durante la mañana, son muchos los que se acercan pidiendo asesoría para la realización de trámites. Los colaboradores allí presentes explican el paso a paso de los trámites que cada vecino necesita, sea del Municipio, de Ansés o de cualquier otra dependencia. Este servicio se

centra principalmente en brindar ayuda a jubilados y personas sin acceso a Internet. En medio de un año de cambio y reorganización global, el Partido Justicialista de Granadero Baigorria supo estar a la altura para no perder contacto con los vecinos de ciudad. Se propuso, y logró con éxito, crear una nueva forma de realizar política, apostando a la ayuda, al crecimiento y a estar presente ante cada necesidad.

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Capitán Bermúdez

El pasivo ambiental y social dejado por Petroquímica Bermúdez Marcelo Ontivero eldespertador_fm@hotmail.com El viejo Electroclor que tiempos de apogeo era fuente laboral para 400 familias de la región y orgullo industrial bermudense fue deteriorándose hasta que la familia Taselli se hizo cargo de la empresa y la rebautizó Petroquímica Bermúdez S. A. dando pie al principio del fin que llegaría en 2013, cuando los portones se cerraron definitivamente con apenas unas 8 decenas de trabajadores. El cese de actividades de la industria dejó secuelas en la comunidad, una inmediata, el crack en lo social por las familias que dejaron de tener ingresos fijos que disparó una lecha gremial intensa para que los trabajadores despedidos pudieran cobrar las indemnizaciones y, de cierta manera, minimizar daños para intentar comenzar de nuevo. La otra, se fue viendo con el paso de los años: el daño ambiental produci-

do por el abandono de las instalaciones donde se producía con sustancias tóxicas. Los primeros en advertir la gravedad de la situación fueron los integrantes de la organización ambientalista “Taller Ecologista” en 2016 que, sin eufemismo, señalaron que era “una bomba de tiempo” lo que estaba abandonado en el predio y pidieron acciones judiciales para que los organismos competentes obligaran al empresariado a realizar un trabajo de limpieza en las instalaciones. En diciembre de 2018, el por entonces secretario de Ambiente de la Nación, Sergio Bergman, estuvo en Capitán Bermúdez, en el marco de una gira política, y afirmó que su área había confirmado “la existencia de un importante pasivo ambiental” dejado por la empresa que “deberían ser remediados”. El rabino dejó en

claro en ese momento que la cartera ambiental “era una auxiliar de la justicia y no formaba parte del expediente judicial” que estaba en trámite. La militancia ambientalista nunca le sacó los ojos de encima al problema y, tal vez, por esa única razón la cuestión no se freezó y en estos días el caso volvió a instalarse mediáticamente y en la agenda política. De hecho, el legislador nacional, Luis Contigiani, presentó un pedido de informe al Ministerio de Ambiente de la Nación sobre la ex Petroquímica y lo mismo realizó la diputada provincial, Silvana Di Stefano, al gobierno santafesino. El gran ausente en la materia es la administración cinallista que en campaña electoral sugirió la posibilidad de realizar un parque industrial en predio desconociendo que antes de dar ese paso

había que sanear de toda contaminación el suelo del lugar, según indican especialistas ambientales. La justicia provincial tiene todo listo para imputar al ex fiscal Regional detenido por la causa del juego clandestino, Patricio Serjal, de ordenar “archivar” el expediente que tramitaba el presunto delito ambiental producido por la firma de los empresarios Sergio y Máximo Taselli que también serán imputados junto

a su socio, Matías Gallego, y quien era Fiscal de Estado adjunto en ese momento, Gustavo Luzzini. Por su parte, el área de Ambiente provincial está supervisando un trabajo de “desgasificación” de unas bombonas donde se almacenaba cloro que aún están el predio. La investigación judicial debe determinar la suerte corrida por unos 850 tubos de gas cloro, de una tonelada cada uno, que faltan del inventario.


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Recuerdos e historias de Paganini a Baigorria

Comisiones de fomento Por Raúl Zavattero

Como en todos los tiempos, la ideología política estaba presente entre los primeros pobladores del Pueblo. Por un lado los que simpatizaban con la “Liga del Sur”, fundada por Lisandro de la Torre y su primo Eduardo Paganini (séptimo hijo del fundador) posteriormente denominado Partido Demócrata Progresista. Enrolados en este sector, entre otras, las familias Orsetti,Persegani por mencionar a los que ejercieron cargos de presidentes comunales de nuestro Pueblo. En el sector político oponente se encontraban los que adherían a los Radicales de Santa Fe, liderados en Rosario por el “caudillo “Juan Cepeda (gobernador interino 1.91920, propietario hasta fines del 40 de las tierras ubicadas en La Florida, en el sector actual del enlace puente a Victoria desde Brd. Rondeau hasta el Rio Paraná con montes frutales de cítricos) Entre ellos estaban los que simpatizaban con el creador de la renovada Unión Cívica Radical (antes Unión Cívica), Dr. Marcelo T. de Alvear y los seguidores del Dr. Hipólito Yrigoyen. Apellidos como Secco y Sala se identificaban con el centenario partido político fundado por el Dr. Leandro N. Alem. Uno de nuestros primeros habitantes Indalecio Orsetti, luego de ejercer la presidencia en la primera Comisión de Fomento, provisoria por el término de dos años, fue

electo ratificado en su cargo en elecciones llevadas a cabo en diciembre de 1917 junto a los vecinos Miguel Tambellini y José Basso. El 1 ° día 1 ° de enero de 1918 asumieron los cargos ante el Dr. José Quintana, delegado del gobierno provincial ejercido por el Dr. Rodolfo Lhemann. Las reuniones de Comisión se efectuaban en horas nocturnas una vez por semana, teniendo en cuenta que eran vecinos con sus propias obligaciones particulares y sin remuneración alguna en el cargo administrativo-político que desempeñaban. La atención diaria de la oficina la ejercía un secretario, instalado en un local que oficiaba como la primer sede Comunal que aún existe por calle Moreno a metros de la Av. San Martín, frente al domicilio que habitaban la familia Orsetti. Cabe señalar que hasta la fecha en que los vecinos se organizaron a través de la Comisión de Fomento, nuestra población dependía de las autoridades del Pueblo Alberdi, tanto en los servicios de policía, juzgado de paz y religiosos. Por entonces el distrito Alberdi era pueblo desde años anteriores, funcionando sus instituciones y creciendo en forma constante, fundado 13 años antes que nuestra localidad, el 6 de julio de 1.876 por Don José N. Puccio. En el segundo período de gobierno comunal es elegido por el voto popular Don Amadeo Persegani,

Casuerinas de San Martín y Neuquén acompañado por Don José Basso yAndrés Vietti. En esta gestión se replantea la demarcación y los zanjeos en las callesa través del arado y la implantación de especies del arbolado público en varias arterias, principalmente los pinos “casuarinas “que muchos aún perduran algo raleadas en Av. San Martín, cumpliendo un centenar de años de existencia a pesar de la depredación y destrucción llevada

a cabo en nombre del “progreso”, salvo la correcta y aplaudida actitud conservacionista de algunos frentistas y comerciantes de nuestra Avenida que preservan dichas especies históricas, adaptando las construcciones de sus locales junto a las pintorescas casuarinas que son las mismas especies erigidas e el extremo norte de Barrio El Paraíso flanqueando calle Urquiza.

El nuevo Pte. Comunal junto a sus hermanos se dedicaban a la floricultura en las 20 hectáreas que poseían en un sector del hoy B° El Paraíso norte y la “Reserva Natural”. En las nuevas elecciones llevadas a cabo a fines de 1921 los habitantes de Paganini dan un voto de confianza nuevamente a Don Amadeo Persegani, siendo reelecto por otros dos nuevos años 1.922-23.


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