El Granadero Baigorria, un héroe desconocido

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El Granadero Baigorria un hĂŠroe desconocido

Hugo Cravero


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...a todos los revolucionarios, anónimos o no, que dieron su vida a lo largo de la humanidad, por un mundo entre iguales ...a «Bambino» Bardés de la Vega, por su sueño inclaudicable y argentinidad


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EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/5 Prólogo Éste libro nace tras un informe del Periódico El Urbano de abril de 2013, que intentó ahondar sobre la vida de Juan Bautista Baigorria, aquel granadero que le salvara la vida a San Martín en el Combate de San Lorenzo y del que la ciudad donde se edita el medio gráfico en cuestión lleva su nombre. En pos de la búsqueda de saber más de Juan Bautista nos encontramos con una historia oculta, ni siquiera olvidada. Quizás la del soldado más importante de toda la gesta sanmartiniana. El indio, tal vez ranquel o comechingón, de 48 años (muy grande para esa época), ducho en las artes camperas, se alistó para formar aquel primer Regimiento de Granaderos a Caballo en 1812 y el 3 de febrero del año siguiente, junto otros 120 valientes, triunfaría en San Lorenzo contra los realistas. Pero más se sabe del otro Juan Bautista, Cabral, que del puntano, sobre el acontecimiento heroico que le salvara la vida al Gran Capitán en el Campo de la Gloria, en esa mañana que anunciaba un calor agobiante de verano litoraleño. Con rigurosidad absoluta, debemos decir que Baigorria fue quien mata al español que ya había chuzado la cara del Libertador al verlo con su pierna atorada debajo el cuerpo inerte de su caballo, que había caído muerto por el fuego de metralla, en el terreno bélico apenas iniciada la reyerta. Fue ese espigado moreno, quien en galope feroz alcanzaba con su lanza al soldado ibérico, salvando al Padre de Patria.


HUGO CRAVERO/6 Después, Cabral, correntino, negro y esclavo, que buscaba la libertad del territorio y la suya, fue el que sacó a José de San Martín de abajo de la bestia muriendo atravesado por el fuego enemigo, cuando protegía a su jefe con su cuerpo y la vida misma. En éste humilde trabajo periodístico queremos aportar algo más para sacar a Juan Bautista Baigorria de su recorrido casi fantasmal del recuerdo popular. De a poco, la figura del indio va ganando el estatus de héroe, subiendo a la vitrina de los grandes hombres en la lucha anticolonial. La pasión, el amor a su pueblo, la búsqueda de la igualdad, la necesidad de ser libre, fueron y son los valores que se llevan en la sangre innata de cada ser en éste mundo. Eso motivó a los revolucionarios eternos en su paso histórico de la humanidad. Ese fue el motor que hizo volver al Río de la Plata a San Martín y a Baigorria luchar hasta el fin.

Hugo Cravero


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EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/9 Y en eso llegó San Martín El 9 de marzo de 1812 la goleta inglesa George Canning arribaba al puerto de Buenos Aires. Luego de más de un mes y medio de navegación, la embarcación de origen británico no traía a cualquier pasaje. Entre la lista de los llegados se destacaban varios personajes que venían a la Patria para sumar sus conocimientos en la defensa del territorio en revolución contra el Reino español. Uno de ellos era el Teniente Coronel Don José de San Martín. La Gazeta de Buenos Ayres publicaría el 13 de marzo de ese año en su última hoja: «El 9 del corriente ha llegado á este puerto la fragata inglesa Jorge Caning procedente de Londres en 50 días de navegación… Á este puerto han llegado entre otros particulares que conducía la fragata inglesa, el teniente coronel de caballería D. José San Martín primer ayudante de campo del general en xefe del exercito de la Isla Marques de Compigny : el Alférez de navio D. Jose Zapiola : el capitán de milicias D. Francisco Chilaver : el alferez de carabineros reales D. Carlos Alvear y Balbaltro :el subteniente de infantería D. Antonio Arellano y el primer teniente de guardias valonas Barón de Olembert. Estos individuos han venido á ofrecer sus servicios al gobierno, y han sido recibidos con la consideración que merecen por los sentimientos que protestan en obsequio de los intereses de la patria».. El José de San Martín había nacido el 25 de febrero de 1778 en el pueblo de Yapeyú, en la Gobernación de las Misiones Guaraníes, hoy Corrientes, a orillas río Uruguay, que


HUGO CRAVERO/10 dependía del Virreinato del Río de la Plata. Su padre, don Juan de San Martín, fue gobernador del lugar, por ende un español de gran influencia en la colonia. Su madre, Gregoria Matorras, también poseía un renombre familiar. En 1784 toda los San Martín se mudaron a España y el joven José ingresa al Seminario de Nobles de Madrid. En 1789 comienza su carrera militar en el regimiento de Murcia, iniciando un periplo exitoso en defensa del reino ibérico. San Martín, de 34 años, llegaba con todos sus galardones. Venía a ponerse a disposición de su país y afirmaba a su arribo: «Vengo puramente a servir a mi Patria y a los intereses de América… el que ame a la Patria y el honor que venga a tomar los sables». A pesar de sus confesadas intenciones había cierta resistencia en varios círculos del gobierno revolucionario, porque toda su trayectoria militar la hizo sirviendo a España. Más allá de estos temores le fue reconocido el grado de teniente coronel por el Primer Triunvirato que formaran Juan José Paso, Feliciano Chiclana y Manuel de Zarratea. En sí, no sólo el Triunvirato le reconoce el grado militar, sino que también le encomienda la creación de un escuadrón de elite conocido por todos como Regimiento de Granaderos a Caballo. San Martín durante meses se ocupó de instruir a la tropa en las modernas técnicas de combate que conocía por su extensa actuación europea contra los ejércitos de Napoleón, seleccionando personalmente a los reclutas que llegaban de varias partes de la Patria.


EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/11 Obviamente lo que benefició al Libertador, a su arribo a estos puertos, fue su implicancia en las Logias Secretas europeas que aunaban por la independencia de América y de las cuales muchos de los referentes locales revolucionarios adherían. La vinculación de San Martín con la masonería se remonta a 1808 al ingresar a la Logia Integridad Nº 7 de Cádiz. Desde allí comienza a implicarse aun más en los deseos de liberar los pueblos americanos. Su apertura a esta corriente de pensamientos progresista lo hizo viajar a Inglaterra, donde se encontró en 1811 con compatriotas de la América Hispana como Carlos María de Alvear, José Zapiola, Andrés Bello, Tomás Guido. Todos formaban parte de una Logia que había fundado Francisco de Miranda, quien, junto con Simón Bolivar, ya luchaba en nuestro continente por la emancipación de la Gran Colombia. Ya en Buenos Aires organizó una sociedad secreta que se denominó «Logia de Lautaro», en homenaje al caudillo araucano que defendió a su pueblo a comienzos de la conquista europea. Esta logia masónica, similares a la de Cádiz y Londres, y de igual valor que la creada en Venezuela que tenían como miembros principales a Francisco Miranda y Simón Bolivar, delineó los objetivos principales de su existencia. Su meta elemental era «trabajar con sistema y plan en la independencia de la América y su felicidad». Sus miembros principales, además de San Martín eran: Carlos de Alvear, Zapiola, Bernardo Monteagudo, Juan Martín de Pueyrredón.


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EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/13 Juan Bautista y los granaderos puntanos El Regimiento de los Granaderos a Caballo se inicia tras la orden del Triunvirato de formar un grupo militar de elite con técnicas de avanzadas en el campo de batalla, para la defensa de la Patria. En sí San Martín promovía, con la creación de este nuevo cuerpo de caballería, no sólo en dotar a las Provincias del Río de la Plata de una buena defensa revolucionaria con soldados capacitados, sino que también ofrendar a la fuerza de personas ejemplares en su comportamiento social y calidad humana. Por eso el Libertador buscó en sus primeras formaciones del Regimiento a hombres intachables, de conducta proba. Imaginamos que el Gran Capitán ambicionaba formar con esos granaderos la futura conformación de Ejército Argentino. San Martín dispuso, entonces, el reclutamiento de los hombres más aptos y estipuló un estricto código de disciplina, que hasta el día de la fecha, bajo la denominación de «Código de honor sanmartiniano», rige el accionar diario de los Granaderos a Caballo. El escuadrón fue adiestrado por el mismo San Martín aplicando las nuevas tácticas francesas de caballería. Para eso se llevó adelante en todo el territorio del Río de la Plata un reclutamiento estricto, con las condiciones que él entendía propias para el futuro escuadrón. De todas las gobernaciones se enviaron voluntarios a integrar el cuerpo de ecuestre, aportando de cada latitud


HUGO CRAVERO/14 los hombres caracterizados por los puntos elementales pedido expresamente por el San Martín. Sus características más destacadas eran sobre la altura, las condiciones en la montura y la capacidad de utilizar lanzas o tacuaras. Fue así que desde las gobernaciones de las Misiones, Corrientes, La Rioja, Córdoba y San Luís se fueron recibiendo indios, gauchos, negros, mulatos y españoles - americanos pobres para integrar el Regimiento que nos liberaría de la monarquía. Es bueno recordar que blandengues y patricios también se sumaron al escuadrón, aportando sus conocimientos previos. Desde San Luís se brindó un aporte importantísimo que marcaría un antes y un después en la historia americana. De las entrañas puntanas algo más 100 valientes se sumaron a la justa misión. Es interesante contar como llegaron los primeros 111 reclutas desde San Luis, luego del expreso pedido del Gobierno Porteño. Entre esos paisanos venía el indio de 48 años, hábil jinete y ducho con la tacuara. En ese centenar de puntanos estaba Juan Bautista Baigorria. El mismo Bernardino Rivadavia, en su rol secretario de Guerra del Triunvirato, fue quien inició las misivas con los gobernadores dando la orden de búsqueda y envío de hombres para el Regimiento que se estaba formando. El Teniente Gobernador puntano don José Lucas Ortiz el 24 de abril de 1812 le respondía al Gobierno de Buenos Aires las dificultades para poder afrontar el envío de las fuerzas.


EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/15 Estos apremios se basaban específicamente en los problemas económicos que tenía la gobernación para enfrentar los gastos de traslado y manutención de los 100 reclutas. En respuesta al pedido de Rivadavia, Ortiz decía en una carta al estado central: «He recibido la superior orden de V.E. de 27 de marzo último, en que me dice ha resuelto la formación de un Escuadrón de Granaderos de a Caballo y que ha conferido sus primeros empleos a sujetos recientemente llegados de Europa, y que a este fin ha determinado se extraigan de esta ciudad 100 hombres de regular estatura y de a caballo. A cuyo efecto y para darle más puntual desempeño, acordé como de primera necesidad saber qué dinero existía en estas Cajas Reales y Temporalidades. Y en la primera, dice el Teniente Ministro en su oficio de 13 corriente, sólo existen 22 pesos; y en la segunda no hay nada; y sin este numerario no puede caminar la tropa, por lo que mañana oficiaré a los señores Ministros de Mendoza para que con toda brevedad remitan a este Teniente Ministro 2.000 pesos que aún son escasos para socorrerle a cada individuo con 14 pesos, que es lo que le han abonado en las anteriores marchas, y se agrega el flete y la mantención de carne. Y en caso de no haber dinero en dichas Cajas, ocurriré a las de Córdoba, y en el acto mismo que venga dicho numerario, no tengo embarazo en que caminen los 100 hombres; y creo que irán muy gustosos a tan interesante servicio que le proporciona distinguirse en una carrera tan honrosa a beneficio de la Patria».


HUGO CRAVERO/16 La respuesta porteña sólo dio más incertidumbre al gobernador puntano que estaba deseoso de poder brindar buenas noticias. En una segunda notificación el secretario del Triunvirato le vuelve a ordenar enviar los hombres como sea: «Después de los esfuerzos gloriosos que consagra esta capital desde su regeneración política, acudiendo por todas partes para reparar con buen efecto las agresiones y proyectos de los enemigos de la libertad, nada debe llamar con mayor sorpresa la admiración de los Pueblos que la continuación de ver sufragarse unos gastos que apenas parece posible al cálculo que presenta su estado, población y comercio. Por ello es fácil deducir a qué punto habrán llegado sus sacrificios, bastando decir que a pesar de una economía la más estrecha, en sólo el mes pasado se han gastado en objetos de la defensa general sobre 320.000 pesos. En vista de ellos no puede menos que extrañar este Superior Gobierno el que ese pueblo, tan interesado en la defensa de sus derechos, no haya arbitrado un medio que le proporcione el transporte de 100 hombres al menos hasta la ciudad de Córdoba; hombres que tanta falta hacen al Estado, cuya salud les reclama imperiosamente sus brazos armados». Entre idas y venidas, el Teniente Gobernador de San Luis no le encontraba la vuelta. Las arcas famélicas de la provincia y la respuesta negativa de Córdoba habían dejado en una encrucijada a Ortiz, que seguía siendo observado de cerca por los porteños. Los días pasaban y los puntanos no podían cumplir la misión patriótica. Pero el 23 de julio de


EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/17 1812, un acaudalado hacendado, llamado Tomás Baras, que había hecho fortuna colaborando para los realistas, ofreció al gobernador don José Lucas Ortiz su «desinteresada» colaboración revolucionaria . Rápido en leer los cambios que se aceleraban en América, Baras, propietario de estancias y una cantidad importantes de hectáreas de campos en San Luis, se pasó de bando, como lo hicieron casi todos los ricos que veían en la nueva Patria la posibilidad de hacer grandes negocios sin la mirada constante de España. Por eso el ex Capitán de milicias que, estaba al tanto de los palos de ciego que intentaba Ortiz para enviar a Buenos Aires 100 reclutas para que se integraran al Regimiento de Granaderos a Caballo, le hizo un ofrecimiento imposible de oposición. El español propuso hacerse cargo económicamente de la empresa, correr él con todos los gastos. En una carta a Ortiz, Baras le propone la medida: «»Señor Teniente Gobernador, Don Tomás Baras, Capitán de Voluntarios retirado con ambos fueros, nativo y vecino radicado en esta Ciudad, ante usted con mi mayor respeto parezco y digo:»Que le es constante a todo este vecindario mi numerosa familia de once hijos menores, de quien soy tutor. También mi excesiva mole que me impide la actividad y al mismo tiempo mi enfermedad de ahogos, que por ella me es gravoso el temperamento de la Capital de Buenos Aires. Pero a todos estos gravísimos obstáculos para seguir la


HUGO CRAVERO/18 carrera militar, se anteponen mis ardientes deseos de servir a mí amada Patria, aunque pierda hijos, subsistencia y la vida. Y máxime en la época que la Divina Providencia nos ha librado de la furia sanguinaria que nos tenían tramada los europeos en la Capital, para exterminar nuestro Superior Gobierno y acabar con nuestra floreciente nación y privarnos de la libertad, apoderarse del Estado y sepultarnos en el olvido. Estas justas reflexiones, y otras, me dan nuevo ánimo y se vivifica mi espíritu lleno de entusiasmo para dar una prueba del patriotismo y adhesión a nuestra sagrada causa que defendemos con tanto honor y por lo mismo es favorecida del Cielo. Y así, no teniendo mi persona por ahora otra cosa en que le pueda ser útil, la ofrezco gustosa y de buena voluntad, para que si usted la hallase apta en el servicio militar, en mi clase de Capitán, podré ayudar a la conducción de los cien Granaderos voluntarios que de éste mi pueblo remite usted a la Capital, sin que se me asigne prest ninguno; y me conduciré hasta mi regreso a ésta, con caballos y peones a mi costa, a fin de ahorrarle al Estado siquiera este oficial subalterno, que será gracia que recibiré; y en el inter la alcanzo. A usted pido y suplico que, habiéndome por presentado, se digne admitirme mi oferta, por ser en beneficio de la Patria; juro no proceder de malicia y sólo sí pido se me devuelva original con la providencia que estime ser de justicia». Ya con los dineros de Don Baras, se inicia la elección de los futuros granaderos. A Juan Bautista Baigorria lo


EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/19 imaginamos peón de una de las estancias de millonario devenido a revolucionario. Don Tomás tenía tierras en varias regiones de San Luis, pero su estancia principal estaba en Renca. De allí la confusión histórica del natalicio del que fuera el salvador de San Martín en el combate de San Lorenzo, que realmente fue en la región del Chorrillo (ver capítulo 3). Baigorria integró la lista de los 118 acuartelados desde el 17 de agosto del 1812 en un galpón perteneciente a Baras, hasta su partida a Buenos Aires el 24 de ese mes. El 14 de septiembre sólo llegaron 111 hombres a Retiro, pues 7 desertaron en el camino. Al arribar a Buenos Aires, escoltado por los futuros centuriones de la patria, Tomás Baras pidió que: «del legajo de sus méritos y servicios los títulos del Rey, Virreyes y demás certificados de los tiranos, para que V.E. los mande a testar y que si, por premio a ellos, merece el de Soldado de la Patria, se honrara con el que sea del superior agrado de V.E., pues se halla cada vez más animado por la libertad de estas provincias a continuar hasta dar la vida». No sólo le fue hecho realidad el pedido, sino que el mismo San Martín hizo mención a su persona en un informe: «el Capitán don Tomás Baras ha entregado al Regimiento de Granaderos de mi cargo, ciento once reclutas pertenecientes a la Punta de San Luis». Pero al parecer había otros intereses que movilizaron a Baras a llevar adelante los más de 100 hombres a la capital porteña. Antes de partir a Buenos Aires con el contingente


HUGO CRAVERO/20 que formaría parte de la gloria sanmartiniana, el Capitán de Milicias le envió una carta a un amigo personal donde le confiesa el pingüe de negocio que iba a encarar. Como ya dijimos el español era un rico ganadero y al parecer toda la impronta «revolucionaria» no fue más que otro negocio redondo para él. En la nota enviada el 17 de julio de 1812 a Lucas Moreno, Baras se aleja de los fundamentos basales de la Revolución de Mayo de 1810: «Mi estimado hermano; salúdote con el cariño propio de quien eres y quien soy, y te deseo buen viaje para San Juan y deseo que me desees tú lo mismo en el mío para Buenos Aires, que camino mandando cien granaderos, voy hacer el último servicio a mi amada Patria, para dejarles a mis hijos y deudos un testimonio de mi compromiso y méritos…». En la introducción nada se escaba de los normal, pero avanzando en el relato el Capitán debela la intención de su viaje. «He podido redondearme de más de tres mil duros, y éste es el principal motivo que me lleva a Buenos Aires, a emplearlos, porque han llegado veinte barcos con hacienda y está todo muy barato; y ya que me toca ir, quiero rejuntar cuantos reales pueda entre amigos, para no empeñarme allá con nadie…». De San Luis llegaron dos contingentes de reclutas para integrar las primeras formaciones del Regimiento de Granaderos a Caballo. El primero ya redactado, del que vino Baigorria y un segundo de 93 hombres llegados el 10 de noviembre de ese año, esta vez escoltados por José Narciso Domínguez. En sí, más de 450 voluntarios fueron los que llegaron desde la Punta de San Luís a Retiro desde 1812 a


EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/21 1813. Estos últimos fueron conducidos por Luis de Videla, Ramón Esteban Ramos y José Domingo Arias.


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EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/23 El indio Baigorria, desde sus comienzos a San Lorenzo El hombre, que tenía 48 años cuando le salvara la vida en el Combate de San Lorenzo a Don José de San Martín, es uno de los ninguneados más sobresalientes en los dos siglos de vida de la Argentina. No se tienen datos precisos de la fecha de nacimiento, ni el lugar específico. Se sabe, según el libro donde se asentaban los nacimientos de la Iglesia Catedral de San Luís de la Oyola, que habría nacido entre julio y agosto de 1764 en El Chorrillo, un paraje que actualmente se sitúa entre las localidades puntanas de Potrero de Funes, El Volcán y Juana Koslay. Juan Bautista fue anotado, en el libro de nacimientos que la curia utilizaba para negros, indios y mulatos, por Don Simón de Lima y Melo, cura vicario del lugar. El mismo Lima y Melo suscribió, en «carácter de propietario de la iglesia y sus jurisdicciones», que daba iniciado el libro de asentamientos de nacimientos el 6 de julio de 1753. En ese ejemplar aparecen los datos primitivos del natalicio del que fuera uno de los integrantes del Regimiento de Granadero a Caballos. En rigor, Baigorria fue anotado el 13 de septiembre de 1764 a dos meses de su nacimiento. Sus padres fueron Antonio Baigorria y Prudencia Aricó Páez. En referencia de su posible linaje indio, se calcula que la madre era la perteneciente a pueblos originarios. Hay historiadores que lo ubican como ranquel, pero la llegada de ésta etnia a la Punta es casi a finales del siglo XVIII. Otra


HUGO CRAVERO/24 posibilidad es que sea de ascendencia comechingón, otra comunidad indígena que estaba radicada en la zona desde hacía siglos. Otro detalle no menor es que el apellido Baigorria, de origen vasco, es muy común en la zona de Córdoba y San Luis, aunque no se cree que haya familiaridad entre sí. Plácido Grela en su libro «Juan Bautista Baigorria, Granadero de la libertad», deduce que habría nacido en Renca, otra localidad puntana dándole una posible familiaridad con el coronel Manuel Baigorria. También le da una relación con los que eran propietarios de una estancia de la zona llamada «Los de Baigorria». Todas estas conjeturas fueron revocadas con el tiempo. La base de su nacimiento en Renca se debe a que Tomás Baras, el hacendado que lo reclutara para integrar el Regimiento de Granaderos, tenía muchas hectáreas de campo en este lugar y la mayoría de los soldados alistados eran de ese paraje (ver capítulo 2). No hay más novedad de Juan Bautista Baigorria hasta 1812. Se supone que era un paisano que trabajaba en campos y de allí conocería a Baras. A su vez que debería ser un hombre diestro en el manejo de caballos y lanzas, tal vez por su linaje indio y labor campera. En conclusión, Juan Bautista fue parte de la cabalgata desde San Luis capital hasta Buenos Aires. Él fue uno de los 118 criollos, indios, mulatos y negros que fueron contratados por Tomás Baras para sumarse al heroico Regimiento al mando del Gran Capitán. Según contó el profesor sanluiseño Manuel Ybáñez, en el programa televisivo llamado


EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/25 «Puntanos Ilustres» , los paisanos «partieron a Buenos Aires el 24 de agosto de 1812 desde lo que hoy es el centro de la capital provincial, llegando 111 al cuartel de Retiro el 14 de septiembre de ese año. 7 habían desertado en la travesía». En el informe el historiador remarcó que «el mismo San Martín registró la llegada de los 111 reclutas de la Punta y que apenas arribados se ven sometidos a un severísimo entrenamiento militar, dirigidos, en muchos casos, por el Libertador y en otras ocasiones por el Capitán Justo Bermúdez». A 10 días de su llegada, el futuro héroe fue hospitalizado por 54 días en el Hospital de la Residencia, que era administrado por la Orden de Belén. Tampoco se tienen datos sobre la dolencia, pero sí que en su estadía en el hospital conoció a Juan Bautista Cabral quien también estaba internado. Baigorria, mestizo, brillante jinete, de pocas palabras, valiente y persona de buena fe encajaba justo en el perfil que San Martín quería para su tropa. Característica de cada uno de los granaderos que fueron alistados y que procedían de pueblos originarios. Con 48 años de edad, 14 más que San Martín, será clave, no sólo en el Combate de San Lorenzo, sino para la historia toda de lo que llamamos Sudamérica, la Patria Grande.


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EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/27 Combate de San Lorenzo, donde empezó la gloria sanmartiniana Desde finales de 1812 el gobierno patriota sitiaba Montevideo, único bastión que aún le quedaba a los realistas en el Río de la Plata. A cargo del Capitán de Infantería Gaspar de Vigodet, los leales a la monarquía española resistían en la actual capital de la República Oriental del Uruguay. Durante casi 2 años, hasta su caída en 1814, los españoles y criollos que apoyaban el régimen colonial, sostenían el sitio no sólo a fuego y sangre, sino con grandes penurias y hambrunas. Por ese motivo, buques de guerra enemigos surcaban las costas de los ríos Paraná y Uruguay en busca de víveres para llevar a Montevideo. Los pueblos costeros sufrían saqueos sangrientos, indefensos ante el poder militar español. Este fue uno de los motivos que generó la decisión del Triunvirato de enviar a San Martín al litoral santafesino para defender las costas y derrotar a un convoy español que azolaba los pueblos de Rosario y San Lorenzo. Había otra teoría en ciernes no probada, pero no descabellada. Se suponía que los realista querían tomar el convento de San Carlos Borromeo de San Lorenzo y dejarlo bajo control militar, para nutrir a Montevideo de elementos vitales y colocar un mojón, un lugar de adhesión a la monarquía y desde allí volver a implantar el modelo colonial. El lugar era clave para hostigar a las tropas leales que iban al norte y descomprimir el sitio de la Banda Oriental.


HUGO CRAVERO/28 El 28 de enero de 1813, se inició la marcha de los granaderos a cargo del General San Martin. No iba ser un Combate más en la activa vida militar del hombre que había hecho toda su carrera defendiendo al Rey de España. Había desconfianza en el Libertador, por su lealtad y sus condiciones de estratega. Él sabía perfectamente que los ojos de todos en el Gobierno Central estaban puestos en su accionar. Más allá de los problemas en la marcha por la escasez de caballos de refresco en cada posta, se considera que el desplazamiento de la tropa fue la más rápida en la historia militar argentina. Desde un primer momento planificó los hechos. El factor sorpresa será fundamental. Los realistas no tenían conocimiento del flamante Regimiento, por eso San Martín hizo que la tropa viajará de noche, con ropa de paisano y alejada del río. El 30 de enero de 1813, cuando San Martin avanzaba con 120 granaderos a San Lorenzo, unos 100 realistas habían desembarcado en la ciudad costera requisando todo el pueblo y el convento. En plena faena enemiga, Celedonio Escalada, miliciano rosarino le hacía frente a los godos con unos cuantos hombres mal armados y un pequeño cañón. Los valientes patriotas, que luego estarían en el combate en San Lorenzo, «corrieron» a los infieles. Los realistas llevaron la información de las pobres defensas que se tenían en la zona. Jamás pensaron que un cuerpo de elite los iba a esperar el amanecer del 3 de febrero a orillas del Paraná.


EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/29 San Martín y los granaderos llegaron en silencio al convento la noche del 2 de febrero, cerca de las 22 horas, previo descanso en la Posta El Espinillo. En ese lugar de refresco de caballos, localizado en el límite oeste de los actuales municipios de Granadero Baigorria y Capitán Bermúdez del Gran Rosario, el General establecerá contacto con el comerciante escocés, al servicio de la corona británica, John Robertson Parish. Éste fue invitado por el Libertador a presenciar la batalla, siendo un testigo clave para contar en el futuro lo ocurrido en el Campo de la Gloria. La sorpresa debía ser el aditamento elemental para el triunfo patriota, único del General en nuestro suelo nacional. Es por eso que durante la guardia ansiosa dentro del claustro monasterial, en la madrugada callada, los soldados aguardaron ocultos y silentes. Como dice la famosa Marcha de San Lorenzo, cuando el Febo asomó el amanecer cálido del 3 de febrero, San Martín pudo observar, desde lo alto del convento, el desembarco enemigo que subiría la barranca por un puerto natural llamado «El Tigre» en cercanías del actual Campo de la Gloria. Entre 250 y 320 realistas marchaban al mando del Capitán de Artillería Antonio Zavalla, un español oriundo de Vizcaya de gran altura y una holgada trayectoria militar. Los hombres fieles al Rey avanzaban por el amplio espacio despreocupados del nefasto futuro que les esperaba. El Padre de la Patria dejó que avanzaran unos 200 metros en terreno bélico, hasta que ordenó el ataque feroz a la voz de «a degüello». Dos columnas, de 60 granaderos a caballos


HUGO CRAVERO/30 cada una salieron, a todo galope detrás del convento y la historia se teñiría de bravura y Patria como nunca. La escuadra izquierda era encabezada por el mismo José de San Martín para atacar de frente a los realistas, mientras que por la derecha venía el Capitán Justo Germán Bermúdez a cargo de la otra línea soldados para embestir por la zurda y cortar la retirada enemiga. Esta estrategia que ideó en Gran Capitán estaba enrolada en las nuevas técnicas usadas en Europa por los ejércitos de Napoleón Bonaparte, y que él conocía a la perfección. Apenas iniciado el combate un fuego de metralla del enemigo mata el caballo que montaba San Martín, apretándole la pierna izquierda contra el suelo y viéndose imposibilitado para defenderse. El comandante era de ir al frente de sus hombres, marcando la valentía que le era innata. Calculamos que Zavala, al ver que el que había caído era un jefe de la violenta expedición, habrá ordenado al sargento de apellido Almada, a desmontar y ultimarlo. Los realistas no podían perder esta oportunidad y causar la muerte del hombre que comanda el Regimiento de Granaderos. En medio del fragor del combate, Almada se baja de su caballo y se le acerca al caído con la intención de clavar su bayoneta en el pecho. José de San Martín observa que el soldado español viene sobre él levantando la hoja de su bayoneta para bajarla de un solo golpe. Éste tuerce el cuerpo hacia la derecha y el bayonetazo le corta la cara. Esta es la herida en el rostro la


EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/31 llevará durante toda su vida, como recuerdo de una jornada victoriosa y lúgubre. En el momento que Almada se dispone a terminar con la vida del Teniente Coronel San Martín, aplicándole un bayonetazo final, Juan Bautista Baigorria aparece en escena cabalgando a todo galope y con eficacia le asesta un lanzazo, matando al realista en el acto. No sabremos jamás que habrá pensado en esa ráfaga fugaz de tiempo el ranquel o comechingón de El Chorrillo, el indio de 48 años ignorado del relato oficial. Quizás nunca tomó dimensión de su acto patriota, americanista y heroico. No sólo había salvado a su jefe, sino que dejó andar la historia de la Patria naciente y de medio Continente liberado por José de San Martín, quien armaría un ejército para cruzar los Andes y liberar a Chile, y que luego se embarcaría con sus soldados, desplazándose por el Pacífico, causando estragos en el centro medular de la fuerza realista en el Perú. Esta acción épica permite entonces, que un grupo de granaderos desmonte raudamente y cubran al jefe caído para protegerlo, parando las feroces estocadas de las bayonetas que intentan liquidarlo. El correntino Juan Bautista Cabral, negro y esclavo, pone pie en tierra y toma al Teniente Coronel por debajo de los brazos para sacarlo del apriete del caballo inerte. Mientras hacía este movimiento un balazo lo tumba impiadosa y letalmente. Pero el jefe del Regimiento ya está de pie. Cabral siente que la vida lo abandona en el campo de batalla. Allí pronunciaría las palabras que hasta el hastío hemos aprendido en la


HUGO CRAVERO/32 escuela, «Muero contento, hemos batido al enemigo». Carlos Iasigli, biógrafo del granadero Baigorria dijo sobre éste acontecimiento: «Baigorria cabalgaba con lanzas y Cabral mucho más atrás con sables, por lo tanto cuando la metralla le da muerte al caballo de San Martín y este cae, el sargento Almada en un salto atlético va contra el caído porque entiende que es un jefe, y con la bayoneta de su fusil intenta matarle, pero San Martin mueve el cuerpo y sólo logra marcarlo en la cara, con una cicatriz que la va llevar de por vida. Además San Martín se había dislocado el brazo y más en la posición que había quedado tras la caída, no se podía defender… el español que ya estaba preparado para matarlo, y es ahí cuando aparece Baigorria, atravesando al soldado realista con su tacuara y otros granaderos desmontan para salvar al Libertador, entre ellos Cabral, quien lo saca de abajo del animal muerto. En medio de una escaramuza, que se había dado alrededor de San Martín, es cuando de espalda matan al correntino… pero sí ese hecho hubiese sido ‘transmitido en vivo’ hoy Baigorria sería el héroe». San Martín se retira del campo de batalla y es Bermúdez quien se encarga de la segunda carga contra los realistas, que las hace retroceder aun más. En la tercera carga, los españoles huían desesperados hacia las barrancas, tras la matanza de las tropas revolucionarias. El Capitán oriental fue herido en el campo, por el fuego de una metralla, en una de sus piernas. Esto le provocó la muerte 11 días después en uno de las habitaciones del convento, luego que se le amputara el miembro destrozado.


EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/33 Al quedar afuera del combate Bermúdez, fue el Teniente Manuel Díaz Vélez quien tomó el mando en la arremetida final, cuando el terror mortal corría por las tropas infieles. Díaz Vélez también muere aquel amanecer polvoriento en San Lorenzo. Según relatos el Teniente era temerario y puso su alto compromiso patriótico aquella mañana, avanzado sable en mano hacia la costa. Un balazo le atravesó el cráneo dándole muerte, cayendo a las costas. Su cuerpo fue recuperado por los insurgentes y luego ‘canjeado’ por prisioneros. A las 8 de la mañana las tropas del Río de la Plata ya tenían asegurado el. En sólo 15 minutos el Campo de la Gloria era testigo de una carnicería, de cuerpos heridos y moribundos. Según los datos del libro «Soldados de San Martín en San Lorenzo», de Roberto Colimodio y Julio Romay, hubo entre 40 y 60 españoles muertos (11 según los realistas), 12 o 13 heridos y 14 prisioneros. Por su parte 16 fueron los fallecidos pertenecientes a nuestra Patria y un número de entre 14 y 27 heridos.


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EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/35 Baigorria, el ninguneado de la historia Después del 3 de febrero de 1813, Baigorria no logró tener un reconocimiento justo ante tremendo hecho histórico en el campo fúnebre en San Lorenzo. De hecho, Cabral, de nombre similar a nuestro héroe, Juan Bautista, negro, supuestamente mestizo con sangre indígena y esclavo, recibió post mortem el grado de sargento. El puntano, por el contrario, atravesará toda su carrera militar con el cargo de granadero. Ni siquiera fue nombrado por San Martín cuando éste escribió su parte de guerra y tampoco está registrado en el libro del Regimiento como integrante de la tropa que luchara en San Lorenzo. Recién 1862, casi 50 años después de la hazaña, Baigorria fue nombrado con su apellido como el salvador del Libertador, luego de una corrección que se hizo a un informe periodístico. Pastor Obligado, político, abogado, militar y ex gobernador de Buenos Aires, tras la caída de Juan Manuel de Rosas, entre 1853 y 1858, había escrito para el diario La Tribuna, en abril de 1862, un artículo llamado «El correntino Cabral», detallando la proeza de los granaderos aquel amanecer de febrero del año 13’. Obviamente Baigorria no estaba en ese editorial. Fue por eso que antiguos oficiales del Regimiento le hicieron una crítica a Obligado por el olvido. Un mes después, en el mismo medio gráfico, el hombre de letras escribió la primera publicación que ubica al indio de San Luis en el centro de la escena: «…entonces el granadero Baigorria se alzó en la lanza al español que


HUGO CRAVERO/36 avanzaba a ultimarlo…», dice el escrito. Un año después el historiador Ángel Justiniano Carranza y Bartolomé Mitre relatan los sucesos de San Lorenzo, nombrando a Baigorria como el principal en salvar a José de San Martín. El nombre completo del puntano fue recién escrito en la oportunidad que el Coronel Manuel de Olazábal le enviara una carta a Carranza. Olazábal participó de toda la campaña sanmartiniana en Chile, por ende podría haber conocido personalmente al granadero heroico. En febrero de 1870 el veterano militar argentino decía al escritor en la misiva: «… el soldado Juan Bautista Baigorria, que en la acción de San Lorenzo, el 3 de febrero de 1813, en el momento que San Martín, muerto su caballo sobre el cuadro enemigo y con una pierna apretada en el suelo, un soldado iba a pasarlo con una bayoneta, Baigorria se lanzó como un tigre sobre él y lo levantó en su lanza, salvando así a su jefe…». En rigor se tienen dos testigos evidénciales del Combate en San Lorenzo que contaron el acto de heroicidad de Baigorria. Uno fue el escocés John Robertson Parish, que como contáramos en el capítulo anterior fue invitado por San Martín a presenciar la escaramuza, cuando este lo encontrara la noche anterior en la Posta El Espinillo, lugar donde la tropa descansó unos horas y cambió caballos en la víspera del choque bélico. El otro testigo fue el cura y doctor en leyes canónicas Julián Navarro, que estuvo en la batalla por pedido expreso del Libertador para asistir espiritualmente a la tropa.


EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/37 Juan Bautista Baigorria continuó en el Regimiento de Granaderos a Caballos hasta más allá de 1818, según registros del legajo Nº 3685 del Ejército Argentino. En enero de 1814 está en Tucumán capital, y entre febrero y marzo de ese año es carabinero en Lules. En septiembre del 14’ está en Salta junto con un escuadrón del Regimiento, y entre octubre y noviembre revista en Jujuy, en el cuartel general de esa provincia. Entre enero y febrero de 1815, Baigorria vuelve estar como carabinero pero en Humahuaca y marzo es destinado a Santiago de Cotagaita. En mayo se lo ubica en Potosí en la órbita del cuartel general de la ciudad boliviana. En septiembre lo encontramos en Leñas, en octubre en Chayanta, Caipuyo y Guanacoma y en noviembre en Sipe Sipe. Debemos suponer que el puntano participó de la batalla de Sipe Sipe el 29 de noviembre de 1815 bajo el mando de José Rondeau y fue uno de los 110 granaderos que iniciaron la retirada del Alto Perú el 29 de diciembre de 1815. En mayo de 1816 Baigorria está en Jujuy. Entre agosto y septiembre de ese año se suma al Ejército de los Andes, llegando a Mendoza a principio de noviembre. Todo indica que Juan Bautista cruzó Los Andes junto a San Martín en 1817, pues aparecerá en las principales batallas en Chile. También habrá estado combatiendo en Chacabuco el 12 de febrero de 1817, contienda decisiva en la independencia chilena. También estuvo la terrible noche en Cancha Rayada, donde


HUGO CRAVERO/38 los patriotas fueron sorprendidos y derrotados. Sobre esta jornada fatídica, en 1972 una supuesta bisnieta de Juan Bautista Baigorria, de nombre María Julia, contó a una radio de Venado Tuerto que esa medianoche los granaderos se habían pasado en copas y por ese motivo fueron violentamente vencidos. La mujer de 83 años recordó, a principio de los 70, el relato familiar pasado de boca en boca. «El abuelo contaba que su papá le decía que esa noche todos tomaron demás por eso fueron derrotados de manera sorpresiva», dijo la mujer. Días después de Cancha Rayada, el 5 de abril de 1818, las tropas patriotas derrotaban en Maipú a los realistas, recomponiendo la fortaleza de la estrategia de José de San Martin en su Plan Continental. En esa batalla vuelve estar Baigorria, esta vez revistado por el Teniente Coronel Mariano Escalada en el Cuerpo de Cazadores a Caballo, un grupo de elite dentro de los mismos granaderos. El 26 de febrero de 1817 el Gran Capitán creó un escuadrón especial denominado como «Cazadores a caballo del Jefe del Ejército». Su comandante fue Mariano Necochea. Unos 300 soldados integraban esa fuerza que tenía misiones especiales dentro de la tropa y un grupo específico de ellos eran los custodios personales de San Martín. Baigorria fue uno de ellos. Entre el 12 de mayo y el 4 de julio de 1818 Juan Bautista está con el Libertador en Buenos Aires escoltándolo. Un grupo de 9 granaderos, integrado por un sargento, un cabo y 7 cazadores, estuvieron junto a San Martín, según data en


EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/39 informes del Regimiento de Granaderos a Caballo, por esos días en la capital porteña. Desde allí el destino de Baigorria se pierde en la historia, tal vez como preludio de su andar casi fantasmal patriótico y heroico. Sí damos por válido los dichos de María Julia, la anciana de 83 años que allá por 1972 se dijo bisnieta de nuestro héroe, Juan Bautista «habría vuelto de Chile a San Luís junto a otros 78 granaderos, a principio de la década del 20 del siglo XIX». Otro dato más para agregar, según la mujer pariente directa del ilustre puntano, Baigorria fue uno de los 60 granaderos que auxiliaron a San Martín en el cruce de la cordillera. El prócer padecía úlceras y problemas pulmonares que dificultaban su respiración en altura, por lo que en varios tramos cruzó Los Andes en camilla. El biógrafo de Juan Bautista Baigorria, Carlos Iasigli, asegura que el granadero regresó a su Patria y se afincó en Bañado de Pajas, Córdoba, donde vivió humildemente realizando artesanías en cuero, que vendía en zonas aledañas y en San Juan. Con casi de 96 años, muy longevo, Juan Bautista Baigorria, indio, leal, patriota y puntal invisible de la Patria Grande, moría en algún lugar de Córdoba o San Luís. Dijo su bisnieta que al apagársele la vida, aquel hombre «pidió perdón a Dios por tanta sangre derramada». El gaucho radicado en la ciudad santafesina de Granadero


HUGO CRAVERO/40 Baigorria, Raúl «Bambino» Bardés de la Vega, pudo contactarse con personas de apellido Baigorria y logró armar una posible línea genealógica de Juan Bautista en el año 2007. Ésta es la recopilación de la misma: Miguel Baigorria, hijo de Juan Bautista, nacido en 1809 José Baigorria, hijo de Juan Bautista, nacido en 1837 Miguel, Ramón, Leoncia, María, Deidamia, Teresa, Gregoria y Hermosina, todos hijos de José Baigorria, nietos de Juan Bautista Genaro, hijo de Miguel Baigorria, nieto de Juan Bautista José, Pedro, Bernardo, Juan José, Mario, Francisco, Endolfo, Enrique, Griselda y Avade, hijos de Genaro Baigorria, bisnietos de Juan Bautista Mario, Jorge, José, Ana, Nora, Yolanda y Haidé. Hijos de Juan José Baigorria, Bisnietos de Juan Bautista Rubén, Basilio, Arturo, Oscar, Leonela, Melisa y Flavia, hijas de Mario Baigorria, bisnietos de Juan Bautista


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EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/43 El esperado homenaje Como venimos diciendo, poco se sabe de quien, sin darse cuenta, logró una bisagra en el tiempo de la historia. Qué hubiera pasado si Baigorria no estaba en el campo de batalla. Sí no hubiese actuado con la bravura de los pueblos originarios que pelearon palmo a palmo, sangre a sangre por estas, sus tierras. Estos bravos defendían su Patria, su suelo, su pedazo de cielo y terruño en este planeta y no de manera poética. Qué sería éste lugar que pisamos, porque sin San Martín imposible sería, tal vez, hoy llamarnos Argentina. Quizás, si pudiéramos hablar con ese Juan Bautista Baigorria, que según dicen volvió a San Luís pobre y con las huellas que deja la guerra en su cuerpo, en su rostro, en sus manos, sí fuéramos capaces, a través de algún misterio cósmico, sentarnos y dialogar, tal vez el ranquelino o comechingón, le restaría importancia no ser reconocido en la magnitud de su hazaña. La humildad tiñe muchas veces a los grandes hechos, a los buenos tipos. Ya expusimos que casi medio siglo después de salvar al Libertador en San Lorenzo, fue citada su hazaña por los historiadores. De esa manera nebulosa, como el polvo inmortal que dejó el galopar de los caballos de los granaderos por las llanuras de americanas, Juan Bautista se perdió en el medio del olvido despiadado. Pero siempre alguien rescata lo justo del medio del ostracismo. Hubo varias intentonas en recordarlo, pero la


HUGO CRAVERO/44 intermitencia también se apoderó de Baigorria. El 27 de noviembre de 1937 un busto del granadero se instaló en una de las calles más transitada de la capital puntana. Pero una decisión poco clara del municipio ‘mudó’ la estatua a un sitio menos concurrido y la imagen de Juan Bautista volvió a perderse del quehacer social. En palabras de Carlos Iasigli «el busto antes estaba en una avenida principal, en la Avenida Illia, antes se llama Quintana, estaba justo en frente de la ex estación de trenes y era un lugar céntrico… hasta ser trasladado a una plazoleta que se llama Plazoleta ‘Baigorria’, pero la llaman popularmente la Plazoleta de Los Muertos, porque está enfrente de un cementerio….» En 1976 Víctor Videla escribió el «Himno a Juan Bautista Baigorria». Esta obra fue musicalizada por Dempsey Galoppo Solá y Carlos Eduardo Galoppo (hijo). El canto nunca fue interpretado hasta 2010, cuando desde el gobierno provincial de San Luís se volvió tras la figura de Baigorria iniciándose charlas en escuelas, programas televisivos y conferencias. En ese marco el «Himno» fue ejecutado por la banda Juan Pascual Pringles del Ejército Argentino. A finales del milenio el poeta y gaucho de la ciudad de Granadero Baigorria, Raúl ‘Bambino’ Bardés de la Vega, emprendió una de las misiones más pasionales de su vida. Él, que supo actuar en circos y radio teatros en sus años mozos, que pasa su vida en la única localidad que lleva el nombre del puntano ilustre, comenzó a planificar la creación de un busto y llevarlo a bendecir a Renca, porque como dijimos en otros capítulos, era el lugar donde se creía que


EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/45 había nacido Juan Bautista. Bambino llevó su inquietud a los políticos y artistas baigorrienses. Por eso el escultor Aldo Beltrocco donó la obra hecha en cemento y hierro (ver nota). Acompañado por otros dos gauchos de la ciudad santafesina, Bardés de la Vega inició la travesía a caballo hasta Renca. Al llegar el pueblo puntano lo esperaron con una gran fiesta. Hoy el busto está en la plaza 9 de julio de Granadero Baigorria, a la vista de todos los pueblerinos de la ciudad que se ubica al norte de Rosario por la Ruta Nacional Nº 11, enclavada en el Cordón Industrial. En 2011 la Cámara de Senadores de San Luís sancionó una ley que creó una comisión para la búsqueda de los restos del granadero. En la actualidad se está muy cerca de hallar el lugar donde descansa nuestro héroe.


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EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/47 Entrevista a Aldo Beltrocco: «Sabía la importancia de lo que estaba haciendo. No era una escultura más. Representaba a mi pueblo» Aldo Betrocco fue el artista que realizó el busto del granadero Juan Bautista Baigorria. La obra está en la plaza 9 de Julio de la ciudad costera, enfrente del edificio municipal. La pieza fue construida a contra reloj en el año 2001, para que tres gauchos locales, «Bambino» Bardés de la Vega, «Coco» Casetta y Albano González, hicieran una travesía a caballo hasta Renca, San Luis, lugar que por entonces se creía que había nacido el puntano soldado de San Martín. En este encuentro, Beltrocco cuentó sobre su obra y el paso a paso de la misma. Hoy está radicado en Salamanca, España, pero vivió muchos años en Granadero Baigorria donde desarrolló su arte. El Urbano - Cómo nace el proyecto del busto a Baigorria Aldo Beltrocco - En esos años el intendente de la ciudad (en 1998, Alfredo Secondo) me convocó para hacer la escultura, pero luego no se hizo. Entonces, por el 2001, los señores Raúl «Bambino» Bardés y «Coco» Casetta, vecinos míos, me comentaron su proyecto y aventura. Tenían una ilusión, al comentarme la cabalgata a Renca, San Luís, me entusiasmaron. Unimos su ilusión y mi intención de hacer la escultura y nació el proyecto.


HUGO CRAVERO/48 El Urbano - Cómo fue el proceso de la creación de la obra Aldo Beltrocco - La elaboración de la obra fue complicada, estábamos haciendo otros trabajos y una escultura de Don Orione para el Colegio Boneo. No teníamos tiempo para la obra del granadero Baigorria. Y tampoco teníamos referencia alguna de su rostro, sólo un libro que me trajeron, con una foto en blanco y negro que no se apreciaba bien. Busqué en las bibliotecas fotos, no encontré algo que me convencieran y me detuve en su historia. Y empecé a componer la obra. Mientras viajaba con mi empresa de máscaras hacia el interior de nuestro país, busqué rasgos, arrugas, que me dieran las fuerzas, que estaba buscando, pero no me convencía nada. El Urbano – Cómo nace la imagen de Baigorria Aldo Beltrocco – Una mañana llegaron Casetta y Bardés a mi taller. Casetta me dijo que «quería saber si era verdad que iba hacer el busto de Baigorria, porque todos nos prometen cosas pero no tenemos respuestas, quisiera su confirmación.» Los noté tan decididos con su cabalgata aventurera a Renca, y vi en ellos también lo que estaba buscando, la obra del granadero Baigorria. Me transmitieron su decisión, coraje, aventura y fuerza…


EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/49 entonces miré a Bardés, miré la foto y tuve la obra que estaba buscando. El Urbano - Qué paso mientras hacías el busto Aldo Beltrocco - Me había comprometido y tenía poco tiempo, sabía la importancia que tenía hacer el busto de Baigorria, porque si no estaba el busto no había cabalgata. Además no era una escultura más, representaba a nuestro pueblo. El Urbano - Qué ocurrió después Aldo Beltrocco - Lo que ocurrió es que lo terminamos y salió justo para la cabalgata. Quisiera destacar el trabajo y apoyo de mis colaboradores en ese momento. El busto salió fresco. Todavía no estaba seco y pensábamos que un golpe lo quebraría, lo único que se podría hacer era cuidarlo en el viaje y que se fuera secando en el trayecto. Maduró su consistencia junto con la cabalgata. Aguantó todo y cumplió su cometido. Éste fue un proyecto artístico, de ideas y voluntades. El Urbano – De qué material es el busto Aldo Beltrocco – De cemento. Por dentro lleva hierro. El Urbano – Y cómo se financió… Aldo Beltrocco – Fue donado por nosotros… El Urbano - Qué ocurrió después


HUGO CRAVERO/50 Aldo Beltrocco - Cuando de regreso vi llegar a los gauchos con la escultura intacta no lo podía creer, hoy gracias a esta aventura el busto del granadero Baigorria está en nuestra ciudad. En lo que a mí respecta esto me hace sentir orgulloso de haber participado en esta gesta.


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EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/53 Himno a Juan Bautista Baigorria Granadero Juan Bautista Baigorria que actuando con indómito valor alcanzaste la estrella de la gloria luchando por la patria con amor En aquel histórico San Lorenzo en el vibrar victorioso del clarín con Cabral en un combatir intenso salvaste la vida de San Martín Gallardo, benemérito puntano que con noble patriotismo y lealtad, en el épico andar sanmartiniano brilló tu lanza por la libertad Granadero que en heroico destino bregaste por nuestra liberación, por eso te exalto bravo argentino a ti Juan Bautista, con emoción.

Este canto fue escrito por Víctor Videla y musicalizado por Dempsey Galoppo Solá y Carlos Eduardo Galoppo (hijo). Fue creado en 1976, pero interpretado por primera vez en 2010 por la banda Juan Pascual Pringles del Ejército en la provincia de San Luís.


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EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/55 Bibliografía

Soldados de San Martín en San Lorenzo. Hechos y aspectos inéditos. Roberto Colimodio – Julio Romay Alfar Editora

Juan Bautista Baigorria. Granadero de la libertad Plácido Grela Ediciones Los Arroyos

San Luís y los granaderos Urbano Núñez

Programa televisivo «Puntanos Ilustres» Canal 13 San Luís

La Gazeta de Buenos Aires 12 de marzo de 1812


HUGO CRAVERO/56 Archivo Periódico El Urbano Granadero Baigorria

Entrevista a Carlos Iasigli

Entrevista a Raúl «Bambino» Bardés de la Vega

Entrevista a Aldo Beltrocco

El Urbano 14 años, 150 tapas, un compromiso Hugo Cravero Tobarich Editora


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EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/59 Agradecimientos:

Ministerio de Innovación y Cultura de la Provincia de Santa Fe

Senador Departamento Rosario, Miguel Lifschitz

Diputada Nacional, Claudia Giaccone

Diputado Nacional, Omar Perotti

Banco Credicoop. Filial Granadero Baigorria

Municipalidad de Granadero Baigorria

SADOP Rosario


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EL GRANADERO BAIGORRIA, UN Hร ROE DESCONOCIDO/61

Imagen que aparece en el libro de Plรกcido Grela, Juan Bautista Baigorria. Granadero de la Libertad


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EL GRANADERO BAIGORRIA, UN HÉROE DESCONOCIDO/63 Índice

Página 5. Prólogo

Página 9. Y en eso llegó San Martín

Página 13. Juan Bautista y los granaderos puntanos

Página 23. El indio Baigorria, desde sus comienzos a San Lorenzo

Página 27. Combate de San Lorenzo, donde empezó la gloria sanmartiniana

Página 35. Baigorria, el ninguneado de la historia

Página 43. El esperado homenaje


HUGO CRAVERO/64 Página 47. Entrevista a Aldo Beltrocco: «Sabía la importancia de lo que estaba haciendo. No era una escultura más. Representaba a mi pueblo»

Página 53. Himno a Juan Bautista Baigorria

Página 55. Bibliografía

Página 59. Agradecimientos

Página 61. Retrato Juan Bautista Baigorria


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Impreso en Granadero Baigorria Julio de 2014 TOBARICH Editora


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