Entrevista valle

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Entrevista de Francisco Lucientes a Ramón del Valle Inclán Caído en el diván... Caído, sí, con la elegancia sobria de una vitela miniada. En cruz, espiritualmente, sobre el «peluche» de los divanes. Santón de la burla, «dandy» del arroyo, gran «romancista» de lo muy rojo y de lo muy negro.

Una banda flameante escribirá en lo alto -cielo de humo de mal tabaco, turbio

de toses y de murmuraciones- el glorioso timbre de empresas: «ilustre escritor y extravagantes ciudadano».

Don Ramón Leyendo

Esta noche, como otras, como siempre, D. Ramón, en su café, se ordeñará a la vista del público su barba impertinente. ¡Buen adjetivo que rezuma pimienta del Arcipreste! ¡Parábola malabar de los caballeritos de la España buena!: ¡Los que sabían latín y francés cuando escribían español!

¡Zumbas del perpetuo antruejo de Larra!: España sigue disfrazada de destrozona. Y…

Don Ramón comparece. La barba, la capa, los quevedos... una visión de azufre. Trae el aire jocundo de los esqueletos que disfrutan permiso para salir de noche... La noche: aquí, en el café, en la calle de Alcalá, centro de las cosquillas españolas, la calle por donde, eternamente, «suben y bajan» los eternos andaluces de nuestro eterno cante jondo…

En este Carnaval de café -España a la luz del esperpento es casi toda café- se sienta por derecho propio D. Ramón del Valle Inclán: «Primer premio trágico de máscaras a pie»… -Zeñores: voy a hacer de profeta... -dice-.

La Sibila de Cumas ya tiene marido. A mí sólo me toca apuntar .

-Don Ramón se monda el pecho de una tos de noviembre, secretario de la U.G.T. Se da a los Sindicatos Unicos una y dogmatiza sobre la piel de toro

política de excepción, cuando lo oportuno, al bien de la

momento en que funcione la Constitución.

Como decía en los tiempo de Carlos V, «interin» no se

-Se dibuja en el horizonte nacional la crisis inherente al República, fuera todo lo contrario.

logre esto, en España no habrá sosiego.

(Hasta aquí su palabra es suave. Y de pronto, D. Ramón, ¡Los socialistas!... Conviene advertir que el partido apocalíptico, retumba):

socialista se llama Partido Socialista Obrero. ¡No hay que

-Y es absurdo, ridículamente absurdo, que alguien haya olvidarlo! Y no hay que olvidarlo porque el tal partido pensado en una solución socialista. Pero «ezo», ¿qué «ez»? representa una casta, una casta lo mismo de odiosa que la Y en ese círculo vicioso y absurdo, es más absurdo aún casta eclesiástica o la militar.

que se piense en un gobierno de Largo Caballero. ¡Sería el No me explico, no me explico, la verdad, cómo EL SOL ha colmo! Aparte las virtudes que adornen a Largo publicado una información donde, si no defendía, se Caballero, no es posible olvidar que Largo Caballero actúa señalaba sin repulsa un Gabinete Largo Caballero. y actuará -ello es indivisible en su persona- como


Están ustedes locos! Si «ezo», «ezo es» lo que hay que siente ante el espectáculo un gran afecto; pero, ¿se puede evitar precisamente... ¡Sería una afrenta!

decir que los anteriores superaban a los actuales? No. Difícilmente, ni ayer, ni hoy, ni mañana, se reunirá una

Cámara con menos vicios y más dones del Espíritu Santo que la de ahora. ¡Ya sé yo que no es un delicado paisaje!

De la crisis del régimen parlamentario yo puedo hablar mucho porque tal como veo el Parlamento, sí que entra en la afición de toda mi vida: en la literatura.

Hay varios géneros literarios en ruina: la epopeya y la elocuencia. La política española fue siempre elocuencia o no fue nada. ¡Claro que no fue nada! Y yo digo: Sin

Homero no puede existir Demóstenes; sin Virgilio, tampoco Cicerón.

Con el régimen parlamentario ha ocurrido siempre en España una cosa divertida. Mientras unos lo superaban,

otros no habían llegado. En España indiscutiblemente, este régimen es un postizo. Y de esto de los postizos sí podría hablarle.

Don Ramón se recrea en la pausa y sigue:

Recuerdo

ahora,

dice

D.

Ramón

nostálgicamente, algo que ocurrió en los días postreros de -Lo que más me indigna es esa pobre gente que se los Reyes Católicos o en los iniciales de Carlos V. Se vanagloría del título de obrero intelectual. No produjeron al español dos obras de excelente

comprendo... ¿Qué eso? Ahora ruedan por ahí tres tópicos adoctrinamiento espiritual, cuyas lecturas en muchos horribles: el feminismo, el obrerismo y el americanismo. A países hicieron santos, y donde no santos, varones mí me subleva la sangre cuando oigo lo de «obrero sumamente perfectos: La divina Caligo, de Taulero, y Los

intelectual». ¡Qué cosas! El intelectual no puede ser ejercicios espirituales del Maestro, de Ekar. Y bien... Estas obrero. A no ser que sea un faquín a sueldo de un obras en España sólo engendraron degeneraciones, periódico o de una editora. El intelectual crea. El obrero pecados oscuros del sexo. De ellas surgió un nuevo

sirve a la creación de otro. Son tan dispares los conceptos contagio: el de los «alumbrados».La Inquisición se alarmó de creación y de ejecución, que no hay que unirlos. ¡Pero mucho; pero como los tales libros llevaban el si la Santísima Trinidad explica esto claramente! «imprimatur» de Roma y la licencia de arzobispos Dios, el Padre Eterno, no es un obrero. Hace el mundo en numerosos, no se podían prohibir. Y la Inquisición para seis días sin atenerse a la jornada legal de ocho horas. Es suprimir su lectura, recogió uno a uno los ejemplares y decir, crea. Y crea una obra como el mundo, que aunque los quemó, simplemente, por la consecuencia de la le parezca mal a Largo Caballero, no es el del todo una doctrina, como dicen los autos del Santo Oficio.

birria. Dios, es por tanto un patrono, no un obrero. Y si a Algo de esto pasa hoy con los amasadores de la lo sumo se puede decir que Dios es un obrero, hay que Constitución en sus afanes de copiar leyes extrañas. reconocer que es un obrero, que a los seis días se va del

trabajo, se cansa, se convierte en un rentista. Del Hijo

tampoco se puede decir que fuera obrero, ya que abandonó el trabajo manual a tiempo, la garlopa de José.

Y en cuanto a que es Supremo en el concepto de la Santísima Trinidad, el Espíritu Santo... ¿qué le voy a decir? La paloma extática, para mantener su sello mítico, no ha volado nunca. -Y ese momento, D. Ramón ¿lo ve turbio o claro? -Hay

indudablemente,

una

crisis

del

régimen

parlamentario. Reconozco que quien va a las Cortes no

“Lo que más me indigna es esa pobre gente mque se vanagloría del título de obrero intelectual. “


-Entonces D. Ramón ¿cómo cree usted que se arreglará el revolución. Lo que es ingenuo es que en un país se abra país?

de cara y les dé Constitución y derechos iguales a todos.

-Hombre, con una dictadura. Sí, Dictadura... En España

hay que hacer la revolución con la dictadura. Se impone. -¿Y qué porvenir le asigna, don Ramón, a las mujeres en Y no como la del pobre Primo, sino como la de Lenin. la nueva España?

Cuando Carlos III quería adecentar Madrid que era una -¡Pero hombre! ¡Qué cosas! ¡Las mujeres! A las pobres se letrina, justificaba los alborotos de la plebe con una frase: las puede hacer únicamente la justicia de la conocida

«Los pueblos lloran como los niños cuando se les quiere frase de Schopenhauer. ¡Y ahora ya ni siquiera tienen los lavar el rostro». La dignidad no se quiere: se impone. Los cabellos largos! En la presente civilización -sentencia, pueblos la aceptan a latigazos. Quienes se hallan dogmático, Valle Inclán- no tienen que hacer más las acostumbrados a estar de rodillas se les hace muy difícil mujeres.

ponerse en pie. Recuerdo que Borodine cuando estuvo en -¿Y el pleito de los Estatutos? Madrid, me confesaba: «Allí en Rusia, somos un millón de -«Ezo» no tiene importancia. Hay que conceder todos los

esclavos y de blancos para dos millones de asiáticos. Y Estatutos que se pidan. ¡Si es un ensayo! ¡Qué más da...! sólo a fuerza de latigazos podemos imponerles la Ocurre ahora que hay unos politiquitos que se creen

dignidad a esa gente». En España no hay otro recurso que legisladores de la eternidad y no saben los pobres que imponer la dignidad a esa tropa confusa que unas veces dentro de muy poco tiempo a su obra política se le

se llama cavernícolas y otras agrarios. ¿Qué se puede aplicarán esos versos que ruedan por ahí sobre el decir de una pobre gente que aún siente amor al trono de Estatuto: D. Alfonso?

-¿Ve usted inmediata la Dictadura?- pregunto al profeta. -Fatalmente ha de venir.

«Aquí yace el Estatuto: nació y murió en un minuto».

-Entonces, ¿cómo ve el problema de los regionalismo?

-¿Y existe el dictador o los dictadores en potencia? -Con mi teoría de siempre: Hay que integrar el espíritu -En las dictaduras, dice D. Ramón, los hombres no son peninsular como fue concebida por los romanos. Es lo

necesarios, lo que manda es el concepto no el hombre. Ahí acertado. Dividir la Península en cuatro departamentos: está Roma. Primero fue el Senado. Más tarde el Imperio. Cantabria, Bética, Tarraconense y Lusitania. Esto,

Augusto fue un hombre cabal: pero Tiberio no lo fue queramos o no, es así. En la Península sólo hay grandes tanto. Y después viene la teoría de los monstruos: cuatro ciudades: Bilbao, que es Cantabria; Barcelona, que Calígula, Nerón... En España, es inevitable. Las derechas es la Tarraconense; Sevilla, que es la Bética; y Lisboa, que

impondrán la dictadura de las izquierdas para hacer la es la Lusitania. Cada gran ciudad a un mar: el Cantábrico, Francisco Lucientes


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