Orlando
Junio 05 a 18 de 2009 Año XVII N. 19 Edición 720 24 Páginas Circulación Quincenal
Grandes Ligas VS. Caimaneras
El legado gastronómico Lo más delicioso para combatir la nostalgia Pag 08.
Hugo Chávez finalmente nos dejó con las ganas de saber cómo habría sido la confrontación entre un tribuno civilizado y un bárbaro de cuartel, entre un hombre de ideas y un orgulloso cultor de la ignorancia. Y es que el hombre no puede ir más allá; para Chávez cerebro siempre mata impulso. Por ello no acepta el diálogo ni nada. Vargas Llosa prometía un juego de Grandes Ligas, pero Chávez lo único que juega son caimaneras. Ya sabíamos los venezolanos que era un mediocre jugador de béisbol. Luego de sus escaramuzas verbales con Vargas Llosa, Castañeda, Krauze y compañía, resultó que el hombre tampoco sabe jugar póquer. El bluff es una táctica fundamental de ese juego de cartas, que tiene dos razones: la primera es dar una falsa impresión de fuerza cuando realmente se está débil, y la segunda, dar una falsa impresión de debilidad cuando se está realmente fuerte. Chávez probablemente nunca pensó que su bluff, a la hora de invitar a Miraflores a los intelectuales extranjeros sería aceptado y, colocado de repente ante la posibilidad de tener que confrontarse con un intelectual de la talla de Mario Vargas Llosa. Nuevamente el mundo conoció una nueva faceta de Hugo Chávez.