Argentina
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| Primera quincena de Julio 2014 | El Visor Boliviano
Cuando la cadena de producción se reformula E
l sábado lluvioso del 5 de julio El Visor recorrió las cuatro plantas de la empresa Soho en donde desde fines de abril del corriente 2014, sus trabajadores se encuentran adentro del edificio, ubicado en Díaz Colodrero 3564, Villa Urquiza. Me disculpo de entrada con los lectores por no poder impedir que una fuerte subjetividad invada las palabras que enmarcan esta información. Puntualmente porque al recorrer los grandes salones productivos –tanto del sector administrativo como del operario- piso por piso, se siente fluir la energía efervescente que en proceso de construcción irá llenando de trabajo y creatividad los espacios hoy vacíos. Espacios que en un mobiliario minimalista pero ampliamente amplio, propio de “gente ejecutiva”, se han pergeñado otros subnegocios, endeudamientos e infracciones impositivas durante años, sin que la Afip, el Sindicato o algún organismo estatal controlaran profundamente. Hoy, los trabajadores de Soho poseen la matrícula de la Cooperativa. Esto recién empieza. En este proceso que comenzó hace varios años, atravesaron muchas instancias conflictivas mientras defendían sus derechos. La más reciente fue un intento de desalojo –resistido con fundamentos legalesocurrido el jueves 26 de junio. El mismo fue solicitado por la empresa Alto Palermo (IRSA) por una deuda causada por el ex dueño Nelson Sánchez Anterino por los locales que éste poseía. [Ver nota “Trabajadores de SOHO resisten”] El lunes 30 de junio, el INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) les otorgó la matrícula, registro indispensable para funcionar como Cooperativa legalmente, y último paso de lo solicitado por la jueza Valeria Pérez Casado, quien tramita la quiebra en el Juzgado Comercial N° 18, Secretaría N° 36. Durante la segunda semana de julio comenzarán los trámites relacionados con facturación, CUIT, Monotributo, cuenta bancaria. Desde el 24 de abril los trabajadores se turnan para cubrir las guardias nocturnas; al principio se quedaban todos y con el transcurso de los días y dada la organización y avance de trámites en pos de obtener la personería jurídica, actualmente redujeron la cantidad a grupos de tres o cuatro compañeros y compañeras que toman la guardia a las 18 horas, apenas finalizada su jornada laboral.
Máquinas de coser en una de las plantas de la empresa Soho en Villa Urquiza.
“Mantenemos el mismo horario de trabajo, de 9 a 18, y los fines de semana venimos a ordenar o limpiar lo que sea necesario. Además empezamos a tener orden administrativo con el papeleo necesario de toda Cooperativa y con los bienes que poco a poco nos van otorgando, como la camioneta que nos entregaron ayer [viernes 4 de julio]”, cuenta Ezequiel Conde, trabajador de Soho e integrante de la Fundación Alameda, mientras nos muestra las instalaciones. Van variando las responsabilidades en un proceso de construcción complejo signado por el hecho de no trabajar más bajo la orden de un patrón que sentaba su metodología de trabajo separado de la cadena productiva y de los derechos de quienes la llevaban adelante. La Cooperativa se encargará en el largo plazo de cubrir todo el proceso productivo allí mismo, que la anterior firma no lo hacía ya que -como es habitual en las empresas textiles- se tercerizaba en talleres clandestinos para abaratar costos y evadir impuestos y responsabilidades. Con el ex dueño había 100 empleados, se realizaba el corte, pero no la costura, el producto llegaba listo y empaquetado para su venta. Actualmente, entre otros
cambios, en donde había una larga hilera de estanterías vacías, hay más de diez máquinas de coser para los 28 trabajadores que están produciendo de manera cooperativa. Los pasos de producción de una remera común serían los siguientes: “Se compran los rollos de tela; se realiza el diseño y su posterior molde; luego, el tizado, sobre el que se realizará el corte después de lavar la tela y comprobar que no encoja y/o destiña; si el diseño lleva detalles y apliques, se realizan en esta parte del proceso productivo; por último la prenda pasa a costura; control de calidad; se plancha, se perfuma y se coloca en la estantería”. Todo lo descrito indica aumento de fuentes de trabajo, detallado como uno de los objetivos a los que apunta la flamante Cooperativa. “Con el tiempo, paciencia y ganas de salir adelante, lo que al principio parecía caótico” como es el hecho de atravesar la instancia de dependencia de un sueldo a fin de mes a asumir la responsabilidad de llevar adelante una empresa, “luego de un mes, nos hemos organizado de tal manera que las prendas tienen código, nos estamos haciendo de un stock, y más o menos tenemos encaminada la administración de la empre-
sa”. La organización aludida refiere también a la capacitación que reciben los integrantes para poder cubrir con los pasos productivos que antes no se realizaban; encargarse de la parte contable; asumir la responsabilidad colectiva; y velar por una vida trabajadora digna, como ser, por ejemplo, pensar en abrir un jardín maternal. O sea, luchar por tu propia integridad, por tus derechos, por tu subsistencia económica, y además, por la de quienes te rodean. Las tareas se dividieron en función de la que realizaban anteriormente más la capacitación en las nuevas etapas productivas agregadas a la cadena. En cuanto a la parte contable, cuentan con el apoyo de quien cumplía estas funciones en la anterior empresa. “Estamos armando un local para venta directa de fábrica, en lo que era el garaje de la patronal; y estamos pidiendo el local de Pinamar, que era propiedad de Gilmer. Para concretar este proyecto comenzamos a definir qué prendas vamos a producir; y con respecto a subsidio, ya hemos solicitado los del Ministerio de Trabajo y del INAES, con los que podremos hacer una gran compra de tela para esta primera producción”, continúa Ezequiel, “queremos
empezar a usar los espacios ociosos que eran los de la patronal, para destinarla entre otras cosas a una guardería, por lo que presentamos un proyecto de expropiación que contemple no sólo a la Cooperativa, sino también la construcción de un Jardín Maternal y Escuelas de Oficio en el marco de un servicio a la comunidad del que se haga cargo el Estado”. En estos espacios jerárquicamente amplios se está gestando un cambio de significado; resumiendo lo expresado por quien tuvo la amabilidad de mostrarnos el lugar: en donde reinaba la inseguridad del lavado de dinero, la inseguridad de lo clandestino, la inseguridad de los fraudes empresariales, la inseguridad de un Estado ciego, no resulta difícil imaginar el ir y venir de cada vez más trabajadores textiles. La marca Soho asociada al mundo fashion de la moda, será resignificada como la marca de los trabajadores. Estos son los nuevos recorridos desafiantes que encaran los trabajadores y trabajadoras del mundo textil ante las maniobras corruptas y perversas de las empresas. π María Gabriela Barro Gil