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LA MATANZA DE MY LAI, UN CRIMEN POR EL QUE NADIE PAGÓ
Por Andr S Abreu
En My Lai, un pequeño poblado de la provincia de Quan Ngai en Vietnam, tuvo lugar una terrible masacre contra civiles desarmados perpetrada por una brigada del ejército estadounidense durante la guerra de Vietnam. A pesar del encubrimiento oficial, los hechos vieron la luz, pero ninguno de sus autores fue castigado justamente por ello.
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La mañana del 16 de marzo de 1968, soldados norteamericanos sacaron de sus casas a los aldeanos bajo la presunción de que en esa zona se encontraban miembros del Vietcong, que era un grupo paramilitar de apoyo al ejército vietnamita.
El jefe de la brigada 11 del ejército norteamericano conocida como Brigada Charlie, Ernesto Medina, ordenó que todos los aldeanos fueran tratados como soldados enemigos. Según su explicación posterior, él creía que los miembros del Vietcong estaban mezclados con la población civil.
Ya la provincia de Quan Ngai había sido bombardeada varias veces por helicópteros norteamericanos. Le había sido lanzado el Agente Naranja, un arma química letal utilizada en la guerra para aniquilar al enemigo.
El 16 de marzo, convencidos de que los combatientes del Vietcong habían sido reducidos y eran ya fáciles de vencer, se ordenó el ataque por tierra.
El encargado de la operación, William Calley, ordenó sacar a todos los residentes de sus casas, y dispararles.Elinformesobreelataque decía que la operación había sido “todo un éxito” y que en los enfrentamientos con el Vietcong habíanmuertosolo20civilescomo dañoscolaterales.
Perolaverdadsalióalaluz,porque tocó la conciencia del fotógrafo del ejercito encargado de documentar las actividades de la brigada,RonHaeberle.
Haeberle llevaba consigo la cámara de su trabajo, que era de film blanco y negro, pero también llevaba su pequeña cámara per- sonal que tenía film a colores. Las fotos oficiales de Haeberle fueron presentadas junto al informe, pero escogidas a conveniencia.
El gobierno de Vietnam denunció la masacre y los medios de prensa norteamericanos y europeos la ignoraron. El Pentágono calificó la misma como propaganda de guerra.
Uno de los pilotos que participó en la operación denunció lo que había ocurrido, pero tampoco le hicieron caso.
Otro, Ron Ridenhour, intentó comunicar directamente al Pentágono y al presidente Rixard Nixon de que realmente había ocurrido una masacre, pero no tuvo éxito. Entonces fue entrevistado por el periodista Seymour Hersh, el mismo que hace poco denunció la explosión de los oleoductos rusos por parte de Estados Unidos. Hersh publicó la historia en noviembre de 1969 con las fotos tomadas por Ron Haeberle. Esto provocó un escándalo mundial. Los movimientos antiguerra tomaron más fuerza en Estados Unidos. Se ordenó una nueva investigación producto de la cual varios oficiales fueron acusados de delitos menores y absueltos inmediatamente. Entre ellos Ernesto Medina y William Calley. Este último recibió una condena por homicidio y fue liberado dos añosdespués.La masacre cobró 504 víctimas, la mayoría mujeres y niños de todas las edades. Las fotos de Haeberle mostraban los cadáveres amontonados y los soldados disparando contra los civiles con lasmanoslevantadas.