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Nopales

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ESTADOS UNIDOS: LA MENTIRA Y EL ENGAÑO COMO INSTRUMENTOS DE POLÍTICA EXTERIOR Y II

La insistencia de los políticos americanos en usar la mentira para encubrir hechos de naturaleza internacional obedece a que es la mejor manera de arrastrar el respaldo del público, que en su mayoría ignora la complejidad de esos actos ya que son encubiertos bajo la bandera del nacionalismo y la defensa nacional, ambos elementos muy atractivos a los sectores populares.

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En ese sentido, el autor de la obra “Why leaders Lie” (Por qué los líderes mienten) expone una serie de casos en que los líderes del país han usado la mentira para llevar a cabo acciones tanto de orden interno como internacional y que han dejado rastros negativos.

Además del caso que ya mencionamos en el que el presidente Roosevelt usó la mentira como excusa para justificar la entrada de Estados

Unidos en la Segunda Guerra Mundial, el autor menciona otros casos que llamaron la atención internacional y que es interesante tenerlos en consideración.

El primero de ellos se refiere al caso del avión espía norteamericano U-2 que en la primavera del 1960 fue derribado por la Unión Soviética y cuya misión de espionaje fue rotundamente negada por la administración del presidente Eisenhower aun cuando los soviéticos tenían en sus manos pruebas contundentes, no solamente del avión derribado sino también de su piloto. La acción dejó en mala posición a la administración americana en un momento cuando se intentaban negociaciones con la Unión Soviética sobre armas nucleares. Los efectos de este tipo de acción no solamente se sienten a nivel internacional sino que crean mala reputación a nivel interno.

El segundo caso que el autor refiere fue cuando el presidente Lyndon Johnson mintió acerca de un supuesto incidente ocurrido en agosto de 1964 en la bahía del golfo de Tonkin y que sirvió de justificación para el inicio de la desastrosa guerra de Vietnam en la que murieron millones de inocentes vietnamitas y costó la vida de alrededor de 57,000 soldados americanos. Al final la guerra no logró los resultados que la administración americana esperaba y dejó marcada una vez más su mala reputación a nivel internacional.

El último y tercer caso de mentira expuesto por el autor y que fue usado para llevar a cabo una acción de guerra internacional fue el que usó el presidente Bush como justificación para em- prender la guerra contra Iraq. Una de las mentiras, que ya expusimos en el artículo anterior fue cuando el presidente Bush quiso justificar que entre Bin Landen y Saddam había una alianza, hecho que dos detenidos habían expuesto como falso a los organismos de inteligencia americano. La segunda mentira y que posteriormente despertó más escándalos fue la relacionada con la posesión de armas de destrucción masiva por parte del gobierno de Saddam Hussein. Ambas mentiras fueron expuestas incluso momentos antes de llevarse a cabo el ataque armado a Iraq y que subsecuentemente dejó el país devastado y miles de muertos de inocentes iraquíes. En este año cuando se celebran los 20 años de tan trágica acción, se destacan las barbaridades cometidas por los soldados americanos, los miles de vidas sacrificadas, el exagerado costo económico que implicó la invasión y más que todo, la inutilidad política de la acción, ya que, el área hoy día es más volátil y desestabilizada políticamente que antes de la invasión. De manera que la invasión a Iraq fue una más de las tantas veces que Estados Unidos ha usado falsos motivos para emprender acciones armadas.

En el mismo orden se llevaron a cabo las intervenciones de Afganistán, Libia, Siria y Serbia y no hay indicio de que esta manera de establecer políticas militaristas se descontinue, ya que en las presentes circunstancias hay un interés desmedido en provocar un enfrentamiento con China basado en falsas aseveraciones de que este país está embarcado en realizar operaciones militares en el oriente asiático. No hay lugar a dudas que las políticas del engaño y la mentira continuarán como vehículo de atraer la simpatía del pueblo americano a soportar cruzadas militaristas como parte del establecimiento del dominio globalista amparado en un enorme poder y gasto militar, que dicho sea de paso, es más grande que todos los países del mundo juntos.

Padres de estudiantes de la escuela secundaria de Denver en la que un joven disparó contra dos empleados del centro docente culparon a la policía por no tomar las medidas de seguridad necesaria. ¡Vaya, Vaya! Esa es una de las tantas formas de tomar las cosas por el lado y no el rábano por las hojas. Los verdaderos responsables de que sigan ocurriendo tragedias con armas de fuego son los legisladores que defienden la anacrónica “Segunda Enmienda de la Constitución”, y que se niegan a imponer regulaciones a las armas letales.

Esos legisladores, como el senador Ted Cruz, debían ser cuestionados por las muertes de niños y estudiantes, pues son ellos los que bloquean que se tomen medidas para evitar el control de las armas con las que se han realizado matanzas masivas.

El colmo de este tipo de gente es, que la semana pasada los legisladores del estado de la Florida votaron una ley para cambiar la poquita regulación que existía para controlar las armas, que era la edad requerida para poder comprarlas. La bajaron de 21 años a 18. O sea, que la idea es que más jóvenes puedan tener armas. Esos son otros que debían estar en el banquillo de los acusados.

Bueno, los funcionarios encargados de las regulaciones de la economía norteamericana, es decir, de la Reserva Federal y el Tesoro, decidieron subir de nuevo la tasa de interés para controlar la inflación. Con el perdón de ellos, que se supone que son los que saben, a nosotros nos parece que eso es echarle más leñas al fuego. Al subir las tasas de interés la gente tiene que pagar más por sus deudas, lo que es lo mismo que subir de precio los productos que consume o bajarle el sueldo.

Actualmente el interés de las tarjetas de crédito es el más alto desde 1980. La deuda de los norteamericanos por tarjetas de crédito subió en 61 mil millones llegando a 986 mil millones, según la organización “Bank-Rate”, esto es un 20 por ciento más que lo que la gente debía durante la pandemia.

La mayoría de los norteamericanos están compensando la insuficiencia de sus salarios con las tarjetas de crédito, al subir el interés la situación se pone peor.

La tasa de inflación es actualmente de 4.5 por ciento y según dijo en conferencia de prensa el secretario de la FED, Jerome Powell, el plan es bajarla a 2 por ciento.

Amiguito, mejor deje la cosa así, la inflación va a hacer menos daño que la tasa de interés, es decir, preferimos lidiar con la enfermedad y no con la medicina.

Según las encuestas el presidente Joe Biden tiene su popularidad por el suelo. Más le vale que la vaya recogiendo porque si no, en las próximas elecciones veremos a Trompo Loco gobernando de nuevo. ¡Qué el Señor nos encuentre confesados!

Al cierre de esta edición de El Vocero Hispano, un “gran jurado” de New York, estaba deliberando si formula o no cargos penales contra el expresidente, Donald Trump. Los cargos serían por violación a las leyes electorales al sobornar a una actriz de porno. Bueno, a Al Capone lo condenaron por evadir impuestos y no por matar a centenares de personas; George W. Bush mintió para hacer su guerra contra Irak provocando la muerte de cientos de miles, y a ese nadie lo ha juzgado.

Entonces qué es lo que se juzga en este país, ¿lo mal hecho o lo que no conviene algunos?

¡Cosas de la política americana!

Nos vemos en los próximos jalapos si la Virgencita lo permite.

Editorial Del Vocero

Las Inquebrantables

Reglas Del Juego Pol Tico Americano

Para muchos políticos de este hermoso y pródigo país, cede del mundo y centro de gravedad de todo lo que se mueve en el planeta, lo más importante no es la vida de sus ciudadanos, ni el bienestar de éstos, sino la garantía de que las reglas del juego se respeten para que ellos puedan tener acceso al éxito, sea este el derecho de vivir en la mansión de la avenida Pensilvania o sentarse en una temporada del año sobre un asiento de madera y cuero centenarios a decidir lo que se debe y lo que no se debe, y lo que se puede y no se puede.

En su patriótica preocupación por el respeto a esas reglas, cuatro presidentes han sido llevados al banquillo de los acusados con éxito y sin éxito de ser condenados.

El primero fue Andrew Johnson en 1868, el hombre que sustituyó al presidente Abraham Lincoln luego del magnicidio de 1865. Para los políticos republicanos de la época, Johnson violó la constitución cuando nombró funcionarios sin la ratificación del Congreso. Para ellos, no era importante que Johnson había iniciado una importante reconstrucción y unificación del país de la postguerra, sino que era demócrata y estaba sustituyendo a un republicano. Lincoln lo había seleccionado como su vicepresidente para unir a las dos fuerzas políticas del país.

El juicio político o Impeachment presentado en su contra con el fin de destituirlo no tuvo éxito y Johnson pudo terminar sus cuatro años al mando del estado.

En el 1974 el entonces presidente Richard Nixon fue sometido a proceso de impeachment por haber espiado con agentes del gobierno las oficinas del Partido Demócrata localizadas en el edificio Watergate de Washington. Nixon renunció al cargo antes de que se instalara el juicio.

Poco tiempo antes se habían hecho graves y comprobadas denuncias de crímenes contra civiles en la guerra de Vietnam, un conflicto bélico sangriento extendido por la administración Nixon que a la fecha había provocado la muerte de más de 50 mil soldados americanos, la mayoría de ellos jóvenes de 18 años de edad sacados de sus casas para cumplir el famoso “servicio Militar Obligatorio, conocido con draff. Nadie le cuestionó eso al presidente

En el año 1996, el presidente Bill Clin-

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Ramón Peralta ton fue sometido a juicio político por haber mentido, lo que se conoce como perjurio, al decir que no tuvo una relación con una becaria de la Casa Blanca que se comprobó luego. Para el Congreso, dominado por el Partido Republicano, lo más importante era sacarlo del poder sin importarles las consecuencias que la destitución de un presidente puede provocar en la confianza de los mercados y la estabilidad política de la nación.

La OTAN (léase Estados Unidos) bombardeó Belgrado, la capital de Yugoslavia en 1999 con el pretexto de defender a los albaneses de la provincia de Kosovo. En ese ataque murieron casi tres mil personas y unas 25 mil quedaron en las calles. Eso nadie se lo tomó en cuenta a Bill Clinton.

Durante la administración de Donald Trump (2017-2021) los demócratas intentaron enjuiciarlo por presionar al gobierno de Ucrania a que divulgara los negocios de Joe Biden y su hijo Hunter en ese país. Para los políticos demócratas eso era una afrenta a su candidato por lo que, a juicio de ellos, el presidente debía ser enjuiciado y destituido.

Trump, en su gobierno, sumió en un caos político al estado norteamericano con repentinos cambios de funcionarios. Ignoró el peligro de la pandemia a la cual llamó “el virus chino” y ordenó disparar y matar un alto funcionario iraní en Irak, algo de lo cual él y su secretario de defensa, Mike Pompeo, se rieron públicamente. Impuso criminales medidas de embargo contra Cuba en medio de la pandemia y ofendió públicamente a mujeres y afroamericanos. Por ninguna de esas barbaridades Donald Trump fue enjuiciado. Tampoco lo ha sido por haber enviado a una turba de sus seguidores a saquear y destruir el Congreso. Ahora, lo van a enjuiciar por haber violado las leyes electorales al pagar sobornos a una actriz de porno con la que tuvo relaciones.

Y por último, como botón de cierre a lo que decimos, George W. Bush (2001-2009) mintió públicamente haciendo creer que el régimen de Sadam Hussein en Irak, tenía algo que ver con los atentados terroristas del 9/11 y que tenía armas de destrucción masiva. Más de 8 mil soldados norteamericanos murieron en esa guerra, más de cien mil iraquíes perdieron la vida y ese país quedó destruido. Bush nunca fue enjuiciado por ello.

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Rescatan A Migrantes Tomados Como Rehenes En Houston

POR JUAN A. LOZANO

HOUSTON (AP) — El rescate de rehenes en que una persona murió baleada el jueves en Houston comenzó hace días cuando tres migrantes fueron secuestrados de un vehículo en un condado vecino, informó un fiscal.

Los tres migrantes iban en un vehículo en la carretera interestatal 10 en el condado Waller el 18 de marzo cuando fueron int erceptados por otros individuos y obligados a ingresar a otro vehículo, dijo Sean Whittmore, fiscal de la fiscalía del condado Waller.

Se cree que el conductor del vehículo que llevaba a los migrantes llamó al 911 e in formó a la policía del secuestro, indicó Whittmore. Se negó a comentar sobre el status migratorio de los migrantes, sus nacionales o si estaban siendo transportados ilegalmente al momento del secuestro.

La policía contactó al FBI, cuyos agentes estuvieron involucrados en el tiroteo temprano el jueves en Houston en que los tres migrantes fueron rescatados. Horas antes, el FBI había informado que sus agentes FBI participaron en la operación policial de varios días para rescatar a los rehenes.

“Todos los rehenes fueron rescatados a salvo, ningún agente del FBI resultó herido y un individuo murió”, dijo el comunicado.

El tiroteo tuvo lugar en el norte de Houston el jueves por la madrugada.

La oficina del FBI en Houston se negó a comentar sobre cómo halló a los migrantes, qué condujo al tiroteo, cuántos agentes estuvieron involucrados o donde ocurrió el suceso. Hubo una fuerte presencia policial el jueves en la mañana en un motel.

“La seguridad pública no está amenazada en este momento”, dijo el FBI.

El FBI se negó a aclarar si la persona que murió era uno de los secuestradores. Añadió que se ha creado una comisión para investigar el tiroteo.

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